AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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A little gift [Libre]
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A little gift [Libre]
Posiblemente ya eran las tres de la tarde, aquel era un día un poco frío y nublado no muy bonito para salir a el gusto del joven padre... pero ayer había sido el quinto cumpleaños de su 'damita' y no había tenido tiempo para ella entonces, así que debía recompensarlo. Así que, pensó que sería buena idea dejar que la niña elija dónde ir. Más no contaba con que aquel lugar fuera el parque de diversiones. Por alguna razón no le agradaba pasarse por ahí. estuvo trabajando en un circo por tres años, tres largos, cansados y desagradables años que quisiera borrar de su mente.
Sin más ni menos, aunque incómodo padre e hija estaban caminando entre puestos de comida y grandes atracciones, la pequeña híbrida no dejaba de halar su mano y de señalar emocionada casi todo lo que sus ojos ámbar alcanzaba a ver.- Mizusu... -Le llamó con calma cuando ella soltó su mano. La niña se detuvo pocos metros delante de él y, señalando a el carrusel le miró por detrás del hombro y dijo:- ¿Y si subimos ahí? -Pregunta.
Mizusu, su única hija, nombrada como una paciente que tuvo cuando era voluntario en el hospital que había muerto de hipotermia en aquella época en la que se había casado con la mujer que más amó en su vida tenía los hermosos ojos de su madre, su cabello negro no era muy largo, pero tampoco muy corto; la había vestido con un abrigo marrón y un vestido amarillento, además de una vieja boina blanca que le había pertenecido a su madre. Si bien no lucía como la pequeña dama que siempre le decía ser, no significaba que no lo fuera.
Se acercó a ella y se puso de cuclillas para acomodar su boina.- Pero si acabamos de ir allí, linda. -Responde él, sonriéndole.- ¿Por qué no elijes otro juego? -Le sugiere, la niña se limita a inflar sus mejillas, al parecer molesta.- Pero ese me gusta... -Se queja ella.
Kim sabía que si continuaba insistiendo, su hija probablemente le recordaría que este paseo era su regalo y que él había acordado hacer todo lo que ella quisiera hacer; claro, si el dinero le alcanzaba. Al final, asintió y se puso de pie.- Solo una vez más. -Vio a su rostro iluminarse y él volvió a sonreír, es así como juntos caminaron hacia la boletería. Pero, antes de ello el hechicero quiso asegurarse de que aún le sobraban algunas monedas.- Demonios. -Murmuró, como pudo suponer, ya no quedaba nada.
Miró a Mizusu con expresión preocupada, no tenía el corazón para volver a decepcionarla.
Sin más ni menos, aunque incómodo padre e hija estaban caminando entre puestos de comida y grandes atracciones, la pequeña híbrida no dejaba de halar su mano y de señalar emocionada casi todo lo que sus ojos ámbar alcanzaba a ver.- Mizusu... -Le llamó con calma cuando ella soltó su mano. La niña se detuvo pocos metros delante de él y, señalando a el carrusel le miró por detrás del hombro y dijo:- ¿Y si subimos ahí? -Pregunta.
Mizusu, su única hija, nombrada como una paciente que tuvo cuando era voluntario en el hospital que había muerto de hipotermia en aquella época en la que se había casado con la mujer que más amó en su vida tenía los hermosos ojos de su madre, su cabello negro no era muy largo, pero tampoco muy corto; la había vestido con un abrigo marrón y un vestido amarillento, además de una vieja boina blanca que le había pertenecido a su madre. Si bien no lucía como la pequeña dama que siempre le decía ser, no significaba que no lo fuera.
Se acercó a ella y se puso de cuclillas para acomodar su boina.- Pero si acabamos de ir allí, linda. -Responde él, sonriéndole.- ¿Por qué no elijes otro juego? -Le sugiere, la niña se limita a inflar sus mejillas, al parecer molesta.- Pero ese me gusta... -Se queja ella.
Kim sabía que si continuaba insistiendo, su hija probablemente le recordaría que este paseo era su regalo y que él había acordado hacer todo lo que ella quisiera hacer; claro, si el dinero le alcanzaba. Al final, asintió y se puso de pie.- Solo una vez más. -Vio a su rostro iluminarse y él volvió a sonreír, es así como juntos caminaron hacia la boletería. Pero, antes de ello el hechicero quiso asegurarse de que aún le sobraban algunas monedas.- Demonios. -Murmuró, como pudo suponer, ya no quedaba nada.
Miró a Mizusu con expresión preocupada, no tenía el corazón para volver a decepcionarla.
Kim Higoshi- Hechicero Clase Media
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Re: A little gift [Libre]
Eso estaba mal en muchos aspectos y estaba consciente de ello. No había problema en estar con niños, ni estar en ese parque de diversiones, ni que hiciera de acompañante en realidad. Lo que era realmente lo retorcido era que su amante le hubiera obligado a acompañarla a ella y a sus hijos al parque de diversiones como si no hubiera problema alguno. Él estaba ahí por el dinero, al fin y al cabo le pagaban por hacer eso pero no le parecía correcto que la señora estuviera mezclándolo con sus hijos como si no sucediera nada malo. Tal vez exageraba o estaba siendo muy estricto de alguna forma con las reglas pero para él estaba mal juntar al prostituto con los niños, eso no debería hacerlo nadie, ni por todo el dinero del mundo. La familia era importante ¿por qué alguien la habría de ensuciar con la presencia de un insignificante prostituto?
No estaba seguro de cómo se habían dado las cosas, la mujer era una de sus clientas por fuera del burdel, la veía cuando ella quería y tenía el tiempo, le llamaba y ya estaba, iba a su casa, hacían lo que había que hacer, le pagaba y se iba. Ese día iba a ser de esa forma pero al llegar a la casa, la señora le dijo que había un cambio de planes. Los niños estaban en casa ese día y el esposo estaba en casa ese día. Debían irse. La pregunta que se hizo en ese instante fue por qué simplemente no le decía nos vemos otro día. Pero ahora estaba atorado ahí y no era como si le molestara, sus hijos eran encantadores pero seguía sintiendo que estaba incorrecto todo eso.
Se arropo más en su chaqueta al sentir que una corriente le recorría por la espalda y siguió caminando con tranquilidad. No sabía ni cuánto tiempo llevaban ahí ni a cuántos juegos se habían subido, ni siquiera sabía cuánta comida ya habían tragado. Todo eso parecía ser un día normal, como si siempre lo hicieran, como si aquellos niños y aquella mujer realmente fueran parte de su familia. Por un instante se sintió otro pero recordando quién era se empezó a distanciar un poco de la familia. Seguía creyendo que estaba mal que alguien juntara a sus hijos con un prostituto. No tenía nada en contra si no le fuera a pagar después de eso, pero al fin y al cabo estaba seguro de que aquella salida terminaría en la cama. Todo era demasiado retorcido para él, ningún niño debería estar conviviendo con el amante pagado de su madre, por eso había veces en las que detestaba a los que tenía dinero y se creían que con eso podían comprar el mundo.
De pronto se encontró solo con los tickets para subir al carrusel, en medio de las personas mientras esperaba a que regresaran los otros. Habían ido al baño o algo así. Bufó medio molesto pues todo eso realmente le sacaba de sus casillas, tener que estar esperando algo que ni siquiera había pedido, pero la paga era buena. Suspiró entonces y de pronto se fijo en un señor con su hija, lo que le había llamado la atención era el rostro del señor pues la niña parecía estar radiante de felicidad pero el otro tenía la cara llena de preocupación. Por un instante se pregunto qué sucedía pero luego se dijo que no era de su incumbencia. No pudo quedarse quieto por más tiempo y frunció el ceño, a veces se odiaba por sentir la necesidad de ayudar a aquellos que estaban preocupados. Además seguro que lo golpeaban de alguna forma.
-Quién iba a creer que te encontraría aquí- saludo como si fuera amigos de toda la vida. -Hola pequeña, no nos han presentado pero soy Asmodeo, puedes decirme As- dijo sonriéndole a la nena y después viendo al chico, presentándose de esa forma tan poco común. -Soy amigo de tu papi. ¿Qué hacen por aquí? ¿Quieren subir al carrusel? Yo invito, me han dejado plantado por completo- comento mientras señalaba los boletos. -Sólo subamos, no hay necesidad de más, hace rato que no te veo, así podemos hablar un poco. O después nos volvemos a ver, no hay problema- dice y sin más le pone dos boletos en la mano al otro, dándole la opción de irse con su hija al juego, al menos así se habrían usado dos y él podría irse a su casa.
No estaba seguro de cómo se habían dado las cosas, la mujer era una de sus clientas por fuera del burdel, la veía cuando ella quería y tenía el tiempo, le llamaba y ya estaba, iba a su casa, hacían lo que había que hacer, le pagaba y se iba. Ese día iba a ser de esa forma pero al llegar a la casa, la señora le dijo que había un cambio de planes. Los niños estaban en casa ese día y el esposo estaba en casa ese día. Debían irse. La pregunta que se hizo en ese instante fue por qué simplemente no le decía nos vemos otro día. Pero ahora estaba atorado ahí y no era como si le molestara, sus hijos eran encantadores pero seguía sintiendo que estaba incorrecto todo eso.
Se arropo más en su chaqueta al sentir que una corriente le recorría por la espalda y siguió caminando con tranquilidad. No sabía ni cuánto tiempo llevaban ahí ni a cuántos juegos se habían subido, ni siquiera sabía cuánta comida ya habían tragado. Todo eso parecía ser un día normal, como si siempre lo hicieran, como si aquellos niños y aquella mujer realmente fueran parte de su familia. Por un instante se sintió otro pero recordando quién era se empezó a distanciar un poco de la familia. Seguía creyendo que estaba mal que alguien juntara a sus hijos con un prostituto. No tenía nada en contra si no le fuera a pagar después de eso, pero al fin y al cabo estaba seguro de que aquella salida terminaría en la cama. Todo era demasiado retorcido para él, ningún niño debería estar conviviendo con el amante pagado de su madre, por eso había veces en las que detestaba a los que tenía dinero y se creían que con eso podían comprar el mundo.
De pronto se encontró solo con los tickets para subir al carrusel, en medio de las personas mientras esperaba a que regresaran los otros. Habían ido al baño o algo así. Bufó medio molesto pues todo eso realmente le sacaba de sus casillas, tener que estar esperando algo que ni siquiera había pedido, pero la paga era buena. Suspiró entonces y de pronto se fijo en un señor con su hija, lo que le había llamado la atención era el rostro del señor pues la niña parecía estar radiante de felicidad pero el otro tenía la cara llena de preocupación. Por un instante se pregunto qué sucedía pero luego se dijo que no era de su incumbencia. No pudo quedarse quieto por más tiempo y frunció el ceño, a veces se odiaba por sentir la necesidad de ayudar a aquellos que estaban preocupados. Además seguro que lo golpeaban de alguna forma.
-Quién iba a creer que te encontraría aquí- saludo como si fuera amigos de toda la vida. -Hola pequeña, no nos han presentado pero soy Asmodeo, puedes decirme As- dijo sonriéndole a la nena y después viendo al chico, presentándose de esa forma tan poco común. -Soy amigo de tu papi. ¿Qué hacen por aquí? ¿Quieren subir al carrusel? Yo invito, me han dejado plantado por completo- comento mientras señalaba los boletos. -Sólo subamos, no hay necesidad de más, hace rato que no te veo, así podemos hablar un poco. O después nos volvemos a ver, no hay problema- dice y sin más le pone dos boletos en la mano al otro, dándole la opción de irse con su hija al juego, al menos así se habrían usado dos y él podría irse a su casa.
Asmodeo*- Prostituto Clase Baja
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Re: A little gift [Libre]
En un gran dilema, el joven padre solo podía limitarse a contemplar la irradiante felicidad de la pequeña híbrida, ni siquiera podía hablarle, odiaba la idea de que podría hacerle llorar. Aquel sentimiento... ¿Acaso era remordimiento? y si no lo era ¿Entonces qué? Recordó haber visto una expresión como esa varias veces antes, esa expresión que siempre la había causado tranquilidad, ahora le asustaba.
Aunque no abría la boca, sus labios temblaban tanto como sus manos. Ya había pasado por algo similar hace unos pocos años atrás, ese inmenso temor a lo que podría pasar le carcomía por dentro, tanto que llegó a sentirse como un pequeño niño. Pronto, al ver que no había respuesta alguna de su padre, Mizusu regresó a verlo, pero antes de que pudiera decir algo, un extraño hombre le saludó de forma amigable- ¿As? -Repite su nombre, bastante confundida.
El hechicero, aunque de forma algo tardía empieza a balbucear.- Ah... yo... -Su voz se oyó temblorosa.- yo... no... -Desvió la mirada, evadiendo los desesperados ojos ámbar de la niña que buscaban una respuesta.- ¡Q-quiero decir sí! -Se apresuró a decir antes de que aquel hombre malinterpretara sus palabras, no estaba seguro de que si lo conocía o no, más por lo inesperada de la situación, asumió que si.- ¿Asmodeo, no? -Ya más calmado, le dirigió directamente la palabra, más no podía evitar pensar que aquel era un nombre poco común.- Tal vez oí su nombre alguna vez en el hospital... no recuerdo muy bien ahora -Intentó ubicarse, pero no le sonaba nada conocido.
Cuando éste puso los boletos en su aún temblorosa mano, la cerró, aceptándolos. Aunque tenía pensado dejarle subir sola al juego, Mizusu no era como cualquier niña, pues al ser hija de un humano y una cambiaformas un muy diminuto detalle como son sus orejas, no eran precisamente humanas, era por ello que, cada que salían, procuraba ocultarlas debajo de aquella vieja boina, y temía perderle de vista en un lugar tan amplio como era el parque.- Vamos entonces. -Dice él, afirmando su compañía. Y al escuchar la suave risa emocionada de Mizusu, ese temor que había sentido hace un rato, fue reemplazado por una pequeña pero significativa sensación de felicidad.
OFF: Lamento la tardanza, he estado un poco ocupada esta semana...
Aunque no abría la boca, sus labios temblaban tanto como sus manos. Ya había pasado por algo similar hace unos pocos años atrás, ese inmenso temor a lo que podría pasar le carcomía por dentro, tanto que llegó a sentirse como un pequeño niño. Pronto, al ver que no había respuesta alguna de su padre, Mizusu regresó a verlo, pero antes de que pudiera decir algo, un extraño hombre le saludó de forma amigable- ¿As? -Repite su nombre, bastante confundida.
El hechicero, aunque de forma algo tardía empieza a balbucear.- Ah... yo... -Su voz se oyó temblorosa.- yo... no... -Desvió la mirada, evadiendo los desesperados ojos ámbar de la niña que buscaban una respuesta.- ¡Q-quiero decir sí! -Se apresuró a decir antes de que aquel hombre malinterpretara sus palabras, no estaba seguro de que si lo conocía o no, más por lo inesperada de la situación, asumió que si.- ¿Asmodeo, no? -Ya más calmado, le dirigió directamente la palabra, más no podía evitar pensar que aquel era un nombre poco común.- Tal vez oí su nombre alguna vez en el hospital... no recuerdo muy bien ahora -Intentó ubicarse, pero no le sonaba nada conocido.
Cuando éste puso los boletos en su aún temblorosa mano, la cerró, aceptándolos. Aunque tenía pensado dejarle subir sola al juego, Mizusu no era como cualquier niña, pues al ser hija de un humano y una cambiaformas un muy diminuto detalle como son sus orejas, no eran precisamente humanas, era por ello que, cada que salían, procuraba ocultarlas debajo de aquella vieja boina, y temía perderle de vista en un lugar tan amplio como era el parque.- Vamos entonces. -Dice él, afirmando su compañía. Y al escuchar la suave risa emocionada de Mizusu, ese temor que había sentido hace un rato, fue reemplazado por una pequeña pero significativa sensación de felicidad.
OFF: Lamento la tardanza, he estado un poco ocupada esta semana...
Kim Higoshi- Hechicero Clase Media
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Re: A little gift [Libre]
Le sonrió a la nena mientras esperaba a la respuesta del mayor y asintió ante aquel nombramiento que le hacía. Realmente era una niña muy encantadora y le recordó por un momento a otro pequeño niño que adoraba. Tal vez algún día podría llegar a ser padre, aunque claro que a sus 26 años ya comenzaba a dejarlo de lado pues simplemente era una bonita fantasía. No se atrevía a traer a un niño al mundo con el poco dinero y la poca educación que tenía, no sería justo para el ser que naciera.
-Es mucho más sencillo así ¿no te parece? Además de que es más fácil de recordar- mantuvo su distancia pero por un momento se sintió nervioso, recordando que estaba ahí con otra persona y que quería irse pero entonces el otro pareció comenzar a dudar de lo que realmente estaba haciendo y lo volteo a ver, esperando con todas sus ganas de que no dijera algo que podría arruinarlo todo. Pero entonces calló en cuenta de que el otro también parecía haber caído en su engaño. No supo si tomarlo como un tonto de verdad o simplemente como alguien demasiado despistado como para no captar una mentira. Sonrió para sus adentros pensando en que debía dejar de mentir de esa forma y después asintió. -Sí, fue en el hospital, aunque realmente no tuvimos muchas oportunidades de hablar- volvió a mentir, más que nada por la niña pues tenía toda la intención de decirle la verdad al chico que estaba delante suyo
Estuvo pronto a rechazar la oferta pero al final se dijo que él los había invitado, así que sería muy descortés de su parte si simplemente los dejaba subir solos. Camino detrás de ellos, aun manteniendo su distancia y viendo a la pareja. Se percato de que el hombre parecía volver a ser el mismo y por alguna razón se sintió tranquilo por eso. Tomó asiento en uno de los caballos cerca de donde estaban los otros y cuando se dio cuenta de que la nena no les prestaba atención miro al padre.
-Lo siento, mentí y les utilice. No era mi intención pero parecías en un dilema y yo buscaba la forma de zafarme de mi problema- dijo dejando salir un suspiro de pesadez, por alguna razón ese día se sentía más agotado que cualquier otro. Sólo esperaba no contraer gripa pues no sería bueno para el negocio. -A decir verdad es la primera vez que nos vemos pero no sabía de qué otra forma ayudarle y bueno, realmente no necesitaba los boletos- no le miro pues se sentía bastante mal por hacer eso. -Mi nombre sí es Asmodeo y no debe preocuparse, no pretendo dañar a ninguno de ustedes y después de esto cada quien podrá partir por su lado- dijo sonriéndole dulcemente. -Su hija es encantadora-
Off: Entiendo y no hay de qué preocuparse
-Es mucho más sencillo así ¿no te parece? Además de que es más fácil de recordar- mantuvo su distancia pero por un momento se sintió nervioso, recordando que estaba ahí con otra persona y que quería irse pero entonces el otro pareció comenzar a dudar de lo que realmente estaba haciendo y lo volteo a ver, esperando con todas sus ganas de que no dijera algo que podría arruinarlo todo. Pero entonces calló en cuenta de que el otro también parecía haber caído en su engaño. No supo si tomarlo como un tonto de verdad o simplemente como alguien demasiado despistado como para no captar una mentira. Sonrió para sus adentros pensando en que debía dejar de mentir de esa forma y después asintió. -Sí, fue en el hospital, aunque realmente no tuvimos muchas oportunidades de hablar- volvió a mentir, más que nada por la niña pues tenía toda la intención de decirle la verdad al chico que estaba delante suyo
Estuvo pronto a rechazar la oferta pero al final se dijo que él los había invitado, así que sería muy descortés de su parte si simplemente los dejaba subir solos. Camino detrás de ellos, aun manteniendo su distancia y viendo a la pareja. Se percato de que el hombre parecía volver a ser el mismo y por alguna razón se sintió tranquilo por eso. Tomó asiento en uno de los caballos cerca de donde estaban los otros y cuando se dio cuenta de que la nena no les prestaba atención miro al padre.
-Lo siento, mentí y les utilice. No era mi intención pero parecías en un dilema y yo buscaba la forma de zafarme de mi problema- dijo dejando salir un suspiro de pesadez, por alguna razón ese día se sentía más agotado que cualquier otro. Sólo esperaba no contraer gripa pues no sería bueno para el negocio. -A decir verdad es la primera vez que nos vemos pero no sabía de qué otra forma ayudarle y bueno, realmente no necesitaba los boletos- no le miro pues se sentía bastante mal por hacer eso. -Mi nombre sí es Asmodeo y no debe preocuparse, no pretendo dañar a ninguno de ustedes y después de esto cada quien podrá partir por su lado- dijo sonriéndole dulcemente. -Su hija es encantadora-
Off: Entiendo y no hay de qué preocuparse
Asmodeo*- Prostituto Clase Baja
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Fecha de inscripción : 17/07/2014
Re: A little gift [Libre]
Al cabo de un rato, luego de pensarlo un poco más, logró recordar con más claridad si había o no oído hablar de Asmodeo.- ''O tal vez no hablamos'' -Pensó, tomando en cuenta que a lo largo de su vida hacer amigos nunca fue una habilidad suya, más ahora cuatro años después de la muerte de su esposa, se había cerrado a la idea de socializar. Ahora nada le importaba más que permanecer junto a su hija. Mas no pudo evitar sentirse un poco estúpido al darse cuenta de que había sido engañado.
Pero, cuando el contrario confesó la culpa, sonrió.- Hace varios años en mi antiguo oficio, hubo
un trapecista que había dicho dedicarse a un trabajo como el tuyo antes de entrar al circo.-Cuenta, aunque odiaba su pasado como payaso de circo, tenía claro haber conocido a grandes personas que lo integraban.- Era un buen hombre, hablaba sueco y la mayoría del tiempo no entendía lo que decía, pero el punto es: Puedo confiar en que no lo hará. -Tenia claro que era un idiota de tiempo completo, pero no veía necesario molestarse con el hombre... pues le debía un favor ahora.- Por cierto, mi nombre es Kim.-Se pesenta sin más.
Vio de reojo a la pequeña híbrida, manteniendo su sonrisa.- Es mi más preciado tesoro.-Murmura. No se consideraba un buen padre para la niña, pues debido a su trabajo no podía estar con ella el tiempo que quisiera.- El último recuerdo de haberla visto tan feliz...-Y mientras se preguntaba qué podría ser de la pequeña Mizusu en el futuro, le fue inevitable recordar a su esposa.- Nadie esperaba que las cosas se pusieran así ¿Sabe? Su madre era alguien llena de entusiasmo y energía -Divagaba, sus ojos como era ya costumbre se dilataron.-...el color de ojos no es lo único que Mizusu comparte con ella.
Pero, cuando el contrario confesó la culpa, sonrió.- Hace varios años en mi antiguo oficio, hubo
un trapecista que había dicho dedicarse a un trabajo como el tuyo antes de entrar al circo.-Cuenta, aunque odiaba su pasado como payaso de circo, tenía claro haber conocido a grandes personas que lo integraban.- Era un buen hombre, hablaba sueco y la mayoría del tiempo no entendía lo que decía, pero el punto es: Puedo confiar en que no lo hará. -Tenia claro que era un idiota de tiempo completo, pero no veía necesario molestarse con el hombre... pues le debía un favor ahora.- Por cierto, mi nombre es Kim.-Se pesenta sin más.
Vio de reojo a la pequeña híbrida, manteniendo su sonrisa.- Es mi más preciado tesoro.-Murmura. No se consideraba un buen padre para la niña, pues debido a su trabajo no podía estar con ella el tiempo que quisiera.- El último recuerdo de haberla visto tan feliz...-Y mientras se preguntaba qué podría ser de la pequeña Mizusu en el futuro, le fue inevitable recordar a su esposa.- Nadie esperaba que las cosas se pusieran así ¿Sabe? Su madre era alguien llena de entusiasmo y energía -Divagaba, sus ojos como era ya costumbre se dilataron.-...el color de ojos no es lo único que Mizusu comparte con ella.
Kim Higoshi- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 31/07/2014
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Re: A little gift [Libre]
Suspiro al escucharlo, realmente se sentía la peor escoria del mundo en aquel instante por haber realizado tal acción tan vil y descarada, bien podía haberse ido desde hacía ya unas horas o podría haber buscado alguna otra forma de zafarse de su problema. Lo cierto en todo aquello era que sí había buscado ayudar más al chico que estaba a su lado que el simplemente escapar. Le gustaban los niños y la cara de incertidumbre que había mostrado sus ahora acompañantes le dejo hasta cierto punto en un peor dilema que el propio.
-De verdad lamento haberlo hecho de esa forma- volvió a disculparse, aún con ese sentimiento de culpa pues sabía que sus acciones no eran las correctas. -Pero se lo agradezco, sé que no es bueno que le vean a mi lado pues no soy más que escoria y muchos se apartarían con tan sólo verme de lejos. Por más ropas elegantes que traiga puestas siempre hay alguno que sabe a lo que me dedico y por eso mismo no me dan ni la oportunidad de presentarme. Es por eso que le agradezco el voto de confianza, aunque definitivamente yo no puedo hablar sueco- comento mientras se sentía un poco más relajado de que el otro no se pusiera a insultarlo o a golpearlo o algo parecido, bien merecido lo tenía y lo sabía, y por ello mismo sentía mucha gratitud ante el otro.
Asintió escuchando lo que decía sobre la niña y se dijo que si él fuera padre probablemente sentiría lo mismo pero en la siguiente frase noto algo extraño, sobre todo en el tono con el que lo decía y la expresión que ponía. Las palabras que continuaron a aquello no le dio gran información pero sí la suficiente para saber que algo había pasado en la vida de aquellas dos personas, al menos la suposición de que algo malo le había pasado a la madre de la pequeña. Lo observo en silencio durante un rato, más que nada dándole el espacio necesario para que tuviera sus recuerdos en privado.
-Les irá bien- dijo con convicción. -Sé que el mundo es cruel y la vida muchas veces es injusta, pero seguro que les va bien. Será igual a su madre, llena de entusiasmo y energía. Además te tiene a ti, eso es importante y seguro que no importa nada más-
-De verdad lamento haberlo hecho de esa forma- volvió a disculparse, aún con ese sentimiento de culpa pues sabía que sus acciones no eran las correctas. -Pero se lo agradezco, sé que no es bueno que le vean a mi lado pues no soy más que escoria y muchos se apartarían con tan sólo verme de lejos. Por más ropas elegantes que traiga puestas siempre hay alguno que sabe a lo que me dedico y por eso mismo no me dan ni la oportunidad de presentarme. Es por eso que le agradezco el voto de confianza, aunque definitivamente yo no puedo hablar sueco- comento mientras se sentía un poco más relajado de que el otro no se pusiera a insultarlo o a golpearlo o algo parecido, bien merecido lo tenía y lo sabía, y por ello mismo sentía mucha gratitud ante el otro.
Asintió escuchando lo que decía sobre la niña y se dijo que si él fuera padre probablemente sentiría lo mismo pero en la siguiente frase noto algo extraño, sobre todo en el tono con el que lo decía y la expresión que ponía. Las palabras que continuaron a aquello no le dio gran información pero sí la suficiente para saber que algo había pasado en la vida de aquellas dos personas, al menos la suposición de que algo malo le había pasado a la madre de la pequeña. Lo observo en silencio durante un rato, más que nada dándole el espacio necesario para que tuviera sus recuerdos en privado.
-Les irá bien- dijo con convicción. -Sé que el mundo es cruel y la vida muchas veces es injusta, pero seguro que les va bien. Será igual a su madre, llena de entusiasmo y energía. Además te tiene a ti, eso es importante y seguro que no importa nada más-
Asmodeo*- Prostituto Clase Baja
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Re: A little gift [Libre]
Niega con la cabeza con suavidad al oírle disculparse nuevamente, tenia entendido que quienes vivían de aquel oficio cargaban con el peso de la opinión de una sociedad rota a la que solo le importa cuánto dinero se posee, cómo viste y a qué se dedica, algo realmente estúpido.- No tienes qué. -Dice con tranquilidad, a lo largo de los años había aprendido a no juzgar a un libro por su portada, como aquel dicho decía.- Tal vez no sea algo bueno lo tengo claro, pero sinceramente desde hace años dejó de importarme qué decía el resto. -Ríe apenas.- Como Akane dijo una vez: Hayas sido lo que hayas sido, hecho o dicho; no importa lo que pase o cómo llegaste ahí, al final terminarás bajo tierra, como todos. -Citó a su esposa, que hizo a más de una de sus alocadas ocurrencias realidad mientras aún vivía.
Otra risa se escapa cuando el hombre dijo que no hablaba sueco, simulando alivio.- Me dí cuenta de eso, descuida. -A pesar de que su madre era originaria de aquel país a diferencia de su hermano menor que habla sueco fluido y su hermana mayor que dominaba lo básico. Para Kim, aquel era un idioma completamente desconocido el cual había perdido el interés de aprender.
''Apariencias'' esa palabra que dejó de tener un significado importante tanto para la madre de la niña y para él, era la misma palabra que temía, podría lastimarla, podría marcarla, podría hacer que se vuelva otra persona con el propósito de protegerse. Pero el contrario tenía razón, como su padre puede enseñarle a hacer oídos sordos ante las críticas. Después sonríe, pues ese Será igual a su madre le hizo un poco de gracia.- Espero que no, no quiero discutir con ella por tonterías por siempre. Con que se le parezca solo un poco me conformo. -Comenta.- Sería desastroso si nuestras opiniones chocaran todo el tiempo con respecto a muchas cosas.
Otra risa se escapa cuando el hombre dijo que no hablaba sueco, simulando alivio.- Me dí cuenta de eso, descuida. -A pesar de que su madre era originaria de aquel país a diferencia de su hermano menor que habla sueco fluido y su hermana mayor que dominaba lo básico. Para Kim, aquel era un idioma completamente desconocido el cual había perdido el interés de aprender.
''Apariencias'' esa palabra que dejó de tener un significado importante tanto para la madre de la niña y para él, era la misma palabra que temía, podría lastimarla, podría marcarla, podría hacer que se vuelva otra persona con el propósito de protegerse. Pero el contrario tenía razón, como su padre puede enseñarle a hacer oídos sordos ante las críticas. Después sonríe, pues ese Será igual a su madre le hizo un poco de gracia.- Espero que no, no quiero discutir con ella por tonterías por siempre. Con que se le parezca solo un poco me conformo. -Comenta.- Sería desastroso si nuestras opiniones chocaran todo el tiempo con respecto a muchas cosas.
Kim Higoshi- Hechicero Clase Media
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Re: A little gift [Libre]
Le sonrió con amabilidad por sus palabras y después asintió, estando de acuerdo en lo que decía su esposa pues le parecía algo demasiado sabio además de verdadero. -Es cierto, todos acabaremos de esa forma en algún momento- Aunque no pareciera que a muchos les interesara de alguna forma ese tipo de palabras, todos tendrían el mismo destino pero algo le decía que no sería la misma tierra. Después le escucho decir aquello de que deseaba que no fuera como su madre y dejo salir una pequeña risa.
-Lamento decirle que puede que sí resulte como ella, mi madre dice que yo soy idéntico a mi padre aunque no le conozco, así que no puedo asegurárselo. No es que le desee las peleas ni nada por el estilo pero sólo busco mantenerlo prevenido- dijo riendo con delicadeza y viendo de nueva cuenta a la niña que parecía estar muy entretenida ahí subida. -Igual no se preocupe, estoy seguro de que le vera como a su mejor amigo y aunque lleguen a pelear no podrá mantener el enojo por mucho tiempo- asintió para darle fuerza a sus palabras.
Su mirada se dirigió entonces hacia la multitud de personas que habían paradas cerca del juego, algunos viéndoles, saludando a sus conocidos y simplemente esperando a que el tiempo pasara para que hubiera un cambio de personas. También estaban ellos que estaban esperando a otros y que no prestaban atención a los que se encontraban arriba del juego. Y ahí, en un punto medio entre todos ellos estaba la mujer con la que había llegado y sus hijos. Seguro que se preguntaba en dónde se encontraba y el por qué se había marchado sin decir palabra alguna pero tampoco planeaba regresar con ellos, ya estaba cansado de eso.
-¿Me permitiría invitarles un helado por la amabilidad que me han presentado?- pregunto volteándose de nuevo a su acompañante, sonriéndole. -Al menos quisiera mantener un rato más la compañía que me dan y además debo agradecerles de alguna forma-
-Lamento decirle que puede que sí resulte como ella, mi madre dice que yo soy idéntico a mi padre aunque no le conozco, así que no puedo asegurárselo. No es que le desee las peleas ni nada por el estilo pero sólo busco mantenerlo prevenido- dijo riendo con delicadeza y viendo de nueva cuenta a la niña que parecía estar muy entretenida ahí subida. -Igual no se preocupe, estoy seguro de que le vera como a su mejor amigo y aunque lleguen a pelear no podrá mantener el enojo por mucho tiempo- asintió para darle fuerza a sus palabras.
Su mirada se dirigió entonces hacia la multitud de personas que habían paradas cerca del juego, algunos viéndoles, saludando a sus conocidos y simplemente esperando a que el tiempo pasara para que hubiera un cambio de personas. También estaban ellos que estaban esperando a otros y que no prestaban atención a los que se encontraban arriba del juego. Y ahí, en un punto medio entre todos ellos estaba la mujer con la que había llegado y sus hijos. Seguro que se preguntaba en dónde se encontraba y el por qué se había marchado sin decir palabra alguna pero tampoco planeaba regresar con ellos, ya estaba cansado de eso.
-¿Me permitiría invitarles un helado por la amabilidad que me han presentado?- pregunto volteándose de nuevo a su acompañante, sonriéndole. -Al menos quisiera mantener un rato más la compañía que me dan y además debo agradecerles de alguna forma-
Asmodeo*- Prostituto Clase Baja
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 17/07/2014
Re: A little gift [Libre]
Al oír las palabras del contrario, cual niño ilusionado intentó imaginarse un futuro, un momento cotidiano tal como este lo era. Intentó visualizar a su hija ya adolescente, pero no tenía la menor idea de como podría lucir ella, pocas ideas tenía de la personalidad que esta adquiriría para aquel momento.Tan solo pudo ver una silueta femenina de espaldas, tan solo escuchó una típica queja de una joven alegando no tener espacio para sí, tan solo eso lograba ver.
Le dio la razón, tenía claro que Mizusu sería distinta a su esposa, pero tendría ciertas similitudes con ella a la vez. Kim no podía decir que podía encargare de ello, pero podría intentarlo. Tan vez si se repetía esto las veces suficientes adquiriría la suficiente confianza para creérselo.
- ¿Mmm? -Ladea su cabeza al oír su propuesta, y, por un momento escuchó la aguda voz de su esposa respondiendo con un ''Sí' de inmediato, con una expresión de disgusto miró por detrás de su hombro... nada. ¿No me dejas en paz, verdad? pensó, luego regresó a ver a su hija y suspira.- Después de todo ayer fue su cumpleaños. -Dijo en voz baja, luego se estiró un poco para acercarse a ella.- Hey, Mizu. -La niña le regresa a ver.- Asmodeo nos invita un helado, ¿Quieres? -Le pregunta con tranquilidad, esta solo asiente.
OFF: Lamento mucho la tardanza, he estado con problemas de conexión estos días.
Le dio la razón, tenía claro que Mizusu sería distinta a su esposa, pero tendría ciertas similitudes con ella a la vez. Kim no podía decir que podía encargare de ello, pero podría intentarlo. Tan vez si se repetía esto las veces suficientes adquiriría la suficiente confianza para creérselo.
- ¿Mmm? -Ladea su cabeza al oír su propuesta, y, por un momento escuchó la aguda voz de su esposa respondiendo con un ''Sí' de inmediato, con una expresión de disgusto miró por detrás de su hombro... nada. ¿No me dejas en paz, verdad? pensó, luego regresó a ver a su hija y suspira.- Después de todo ayer fue su cumpleaños. -Dijo en voz baja, luego se estiró un poco para acercarse a ella.- Hey, Mizu. -La niña le regresa a ver.- Asmodeo nos invita un helado, ¿Quieres? -Le pregunta con tranquilidad, esta solo asiente.
OFF: Lamento mucho la tardanza, he estado con problemas de conexión estos días.
Kim Higoshi- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 31/07/2014
Localización : En algún lugar leyendo un libro.
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