|| Nuestro Efímero Pedazo de Eternidad +18 || Fleur Blanche ||

por **Achilles** Dom Oct 26, 2014 12:39 pm

La madrugada yace en el pináculo de su momento cuando el astro lunar despide aquellos rayos platinados que iluminan un sendero callado y desolado. Los aires que son fríos cuelan ligeras cortinas de polvo que se acompañan del sonido de unos pasos provenientes de una escena oscura donde aparentemente el andar es lento y la luz de uno de los focos públicos no es suficiente para iluminar a los protagonistas.

-Pronto llegaremos al que será nuestro hogar- Unas palabras rompen con la incógnita al mostrar dos siluetas amorfas que al toque con la luz de las calles parisienses se puede visualizar a una pareja que consta de una hermosa mujer de rasgos asiáticos y ropas maltrechas; como espejo, yace un altivo varón de ropas finas y de facciones perfectas. Vistiendo solo a camisa y corbata pues su saco yace cubriendo la fisionomía femenina.

Conforme los segundos pasan la pareja se acerca a una de las viviendas mejor acomodadas en la ciudad. Carente de sirvientes pero siendo una edificación imponente. Tres pisos, gran jardín principal, muros que surcan su perímetro y una reja que no tarda en interponerse entre los dos jóvenes –Ven, aquí es- susurra de nuevo el de ojos grises, siendo él mismo quien abra la puerta para darle paso a su bella acompañante.

Rápidamente cruzan el pórtico hasta llegar a la puerta, sin embargo, antes de esto el de piel blanca toma con ambas manos el rostro de la fémina, susurrando –Ahora empieza nuestra vida juntos… Tu decisión es quedarte a mi lado, pero también si deseas irte lo podrás hacer. Aquí no hay cadenas, solo cuidados para ti… Quiero que seas feliz- una sonrisa efímera se esboza de su rostro para entonces besar la frente de la asiática y así, la puerta del recinto es abierta.

Dando lugar al comienzo de una nueva vida.
Una para ambos.

por **Fleur Blanche** Dom Oct 26, 2014 2:06 pm

La noche era oscura y había pocos faroles iluminando la calle, sin embargo, la asiática no tenía miedo. La persona que caminaba a su lado, le otorgaba una sensación de calma y tranquilidad hasta ahora impensables. Tal vez no era lo lógico, no después de haber visto lo que el vampiro acababa de hacer unos minutos antes. Pero eso ya quedaba en el pasado. Fleur había cerrado una puerta a su vida anterior y abría una ventana hacia el futuro. Un mundo en el que si extendía los brazos, tal vez incluso pudiera volar.

Sonrió ante la idea de llegar pronto a su "hogar". Hacía más de una década que no usaba aquella palabra para describir el lugar en el que pasaba la noche. Infierno había sido la descripción más acertada en los últimos años. Y ahora... todo iba a cambiar. Apretó la mano que sujetaba la de Achilles, reafirmando la seguridad que él le proporcionaba y siguió andando a su lado, descalza, sin importarle aquel hecho en lo más mínimo.

Cuando vio la casa, la recordó de la única vez que estuviera allí, pero ahora se le antojaba más acogedora, menos imponente. Sabía que era algo mental, que la idea de que sería donde pasaría el tiempo a partir de ahora, lo convertía en un lugar más cálido que cuando lo pisó por vez primera. Se detuvieron junto al umbral y el gesto ajeno la conmovió. Nadie la había tratado nunca con tanto cuidado ni le había hablado con ternura. A la vista de los demás, estaba convencida de que el mayor parecía distante, inalcanzable, incluso frío. Pero ella sabía el calor que podía llegar desprender.

-Nunca antes he sido tan feliz... -Murmuró, cerrando un instante los ojos al contacto de los labios ajenos con su piel y seguidamente volvió a abrirlos para adentrarse en la mansión. Nuevamente volvió a sentir aquel chisporroteo en el estómago y supo que estaba donde debía estar. En cualquier parte, junto a Achilles.

por **Achilles** Dom Oct 26, 2014 3:22 pm

La mano del vampiro toma con fuerza la de su ahora compañera, sintiendo el calor que le provoca esa piel y esa inocencia que inundan todo su cuero bajo un éxtasis que le hace desear guardar el mundo y entregárselo a sus manos –Me alegra escuchar eso- responde ante las singulares palabras de la musa.

Después, decide tomarla en brazos y así es como entran a la casa, quizás un cliché pero que le quiere regalar a su hermosa mujer –Ya conoces el lugar, especialmente la sala- ríe para cerrar la puerta y después caminar un poco hasta llegar a las escaleras, empezando a subir lentamente -¿Quieres darte un baño?- cuestiona con una sonrisa.

Al cabo de solo segundos el vampiro llega a la habitación principal, donde una vez dentro junto con la mujer aun en sus brazos decide dirigirse a la cama –Te pondré el agua, un segundo- colocándola en la cama para así retirarse al baño donde empieza a calentar agua para la tina.

por **Fleur Blanche** Dom Oct 26, 2014 4:21 pm

Se sorprende cuando la levanta del suelo, abriendo la boca, pero la cierra enseguida y ríe por lo bajo, rodeando con ambos brazos el cuello del vampiro. Encoge ligeramente las piernas al cruzar la puerta para evitar darse con los pies en cualquier parte y besa la mejilla de su portador, asintiendo al hecho de conocer ya la casa y en especial alguna de las zonas. Recuerda aquel encuentro como una revelación, el momento de inflexión entre el antes y el después en una vida llena de negativas a elegir. Fue en ese sofá, el que ven al pasar, donde ella tomó su primera decisión en años. La de ser libre.

-¿Un baño caliente?

Pregunta con ilusión, recordando cómo se sentía aquello las pocas veces que lo pudo disfrutar, aunque fuera en su país natal, mientras fuera la concubina del Emperador. Las memorias de aquellos tiempos fueron en su gran mayoría nefastas, sin embargo, hubo algunas cosas que aún hoy tenían marca positiva en su recuerdo, como las balsas de agua caliente y pétalos de flores. Obsequios que otorgaba el dueño del Imperio en el aniversario de adquisición de cada una de sus damas de compañía.

Asintió ante la idea y se dejó sentar sobre el colchón, acomodándose al ver partir a Achilles en dirección a lo que imaginó era el aseo. Se soló el lazo que anudaba su pelo y usó los dedos como peine para desenredar su enmarañado cabello. Se quedó mirando el cuarto con detenimiento, ya que la otra vez que estuvo allí, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para prestarle demasiada atención a lo que la rodeaba.

por **Achilles** Lun Oct 27, 2014 11:32 am

Con toda calma el vampiro va preparando lo necesario en el baño una vez que el agua yace puesta en la extensa tina. Cuidadosamente coloca algunas toallas en el suelo así como otras a los costados que servirían para que la bella mujer seque su cuerpo una vez que termine el baño; su cuerpo luego se dirige a colocar algunas velas para iluminar bien el cuarto.

Remangando su camisa y aflojando su corbata sale de nuevo al cuarto donde encuentra a su ahora mujer observante a todo –No recuerdas mucho, ¿cierto?- esboza una sonrisa mientras se acerca a ella y le abraza por detrás, besándole en la nunca.

-Creo que esto es un excelente comienzo… Ahora esta es tu casa, aquí ordenas y mandas aunque no haya sirvientes- ríe por lo bajo para así soltar un suspiro –Pero debes saber que tienes un esclavo y ese soy yo- le abraza con más fuerza para voltearla y quedar frente a frente, acariciándole la mejilla –El baño está listo, puedes pasar cuando gustes-

Entonces se separa lentamente –Te dejo a solas para que estés cómoda- dando un paso hacia atrás sin soltarle la mano y al cabo de esto, dándose media vuelta siente que debe marchar para darle su espacio personal para que pueda inclusive desnudarse con confianza.

por **Fleur Blanche** Lun Oct 27, 2014 11:50 am

Oyó los ruidos en la estancia contigua, pero ella estaba más interesada ahora en lo que tenía delante. Se quedó mirando un gran cuadro que colgaba de una de las paredes. Ella no le encontraba mucho sentido, no veía personas, animales, ni si quiera un paisaje ahí, pero sin embargo la atrapaba. Estando en La Ciudad Prohibida, vio mucho arte, pero no se parecía en nada a las cosas que tenía el vampiro en aquella casa.

Lo siguiente que notó fueron los fuertes brazos ajenos rodeándola en un abrazo y el cosquilleo de la respiración del mayor sobre su nuca, lo cual le erizó suavemente el bello de la zona.- No me fijé mucho la otra vez... -Confesó, riendo un poco y se mordió el labio. Abrió bastante los ojos al escuchar decir que él era su esclavo y negó rápidamente, desechando aquella idea. Suponía que no lo decía en el sentido literal, pero aún así... era una palabra demasiado dura, demasiado triste y cruel. No la usaría jamás.

Se había quedado perdida en sus pensamientos, al tiempo que giraba en el abrazo para quedar mirando a Achilles. Ver sus profundos ojos grises, la devolvió a la realidad y arrancó una sonrisa de sus labios. Aún no se podía creer que estuviera allí con él, empezando una historia que esta vez escribiría ella misma, y no otros en su lugar.

-No me dejes sola mucho tiempo... -Murmuró cuando el contrario se alejó y suspiró, sintiéndose pequeña en una mansión tan grande. Se acercó al umbral que la separaba del aseo y pasó dentro. El lugar era amplio y bonito, se veía sumamente cuidado. La luz de las velas le daba un toque relajante y hermoso, como si alguien hubiera bajado las estrellas y las hubiese atrapado en aquella habitación. Se desnudó, dejando su viejo vestido en una silla que había junto a la entrada y se acomodó en el interior de la bañera, notando como el calor pronto se apoderaba de su cuerpo, relajando cada uno de sus músculos.

por **Achilles** Lun Oct 27, 2014 10:32 pm

Al momento en el que ella le pide que no le deje mucho tiempo sola algo se despierta en Achilles quien cierra la puerta del cuarto. Sus ojos se quedan idos y su mano no se despega de la perilla de aquel pedazo de madera; Un debate interno nace y le lleva a sentir cierta frustración por no acomodar sus ideas, por no saber si lo mejor es salir y respetarla al darle privacidad u obedecer sus impulsos y regresar a donde ella para no solo hacerle compañía sino también para poder cuidar de ella a cada segundo.

Mucho tiempo no pasa cuando entonces el de ojos grises decide regresar al cuarto. Con calma entra y con silencio observa a la hermosa dama desnudarse; Las telas de su vestido se deslizan por esa piel aterciopelada, delineando cada curva de su perfecto cuerpo y que despierta esa sed por la lujuria de su calor, de su pasión.

Tragando un poco de saliva decide adentrarse, entonces sus manos se colocan en los hombros de la dama y se arrodilla para quedar a la misma altura –He vuelto, espero no te moleste tenerme aquí mientras te bañas- susurra para darle un beso en la mejilla y así sentirse completo al tenerla entre sus manos.

Con sumo cuidado empieza a darle un masaje que busca relajarla, apretando con sus pulgares en las cervicales y empezando a masajear de forma ovalada mientras respira el aroma que despide Fleur y que sin duda le enloquece como nada en sus tres mil años de vida ha hecho en antaño -¿El agua es de tu agrado?- cuestiona para utilizar su mano derecha y así meterla en la tina, acunando sus dedos para tomar un poco de agua y echársela con cuidado por el hombro y el cuello, repitiendo esto hasta que por accidente roza con uno de sus senos.

La tensión se puede observar en su mandíbula, su respiración se acelera y como masaje empieza a recorrer cada vez más piel de ella. Sus hombros y ahora su cuello, luego bajan con sumo cuidado por sus costados mientras sin importarle mojar sus mangas pasa a acariciarle su esbelta cintura –Eres perfecta- le dice al oído, dejando un beso y cerrando sus ojos para dejar salir esa necesidad que da lugar a la llama de la pasión que funge como motor y que ahora se refleja al empezar a acariciarle sus senos con dedicación de manera ovalada, sintiendo esos perfectos pares de tentación, tomándole con cuidado de sus rosados pezones mientras que empieza a besarle por la nuca hasta bajar a su cuello, seguir por su hombro y así sucesivamente hasta perderse en la infinita pasión que solo ella sabe despertar en su cuerpo ficticiamente vivo.

Vivo para ella.

por **Fleur Blanche** Mar Oct 28, 2014 3:32 am

Dio un suave respingo al notar las manos ajenas sobre sus hombros, no habiendo oído el sonido de sus pasos al acercarse. Pero la voz del vampiro calmó rápidamente su sobrecogimiento. Sus hombros y su nuca, permanecían desnudos debido a que su cabello se hallaba desparramado hacia delante, cayendo por sus clavículas y su pecho.

-Claro que no me molesta... -Respondió con voz tranquila y giró un poco el rostro, recibiendo entonces un beso en la mejilla que logró hacer que sonriera. Poco a poco cerró los ojos, sintiéndose más relajada y a gusto con las atenciones otorgadas por el mayor. Notó la presión justa para que no doliera, pero sí tuviera un efecto agradable.- Está perfecta, ni muy fría ni muy caliente.

Aunque los gestos del contrario parecían casi idénticos, el agua que se deslizaba sobre su piel recorría cada vez un sendero distinto en su caída a reunirse de nuevo con la balsa cálida que llenaba la bañera. Suspiró de manera calmada, sin sobresaltarse en lo más mínimo cuando la mano de Achilles le rozó el seno. Sólo con él se sentía lo suficientemente cómoda como para que ese tipo de caricias no le hicieran sentir mal, sino todo lo contrario. No se percató del cambio en el contrario, de su tensión, pero sí de la variación en el movimiento de sus manos, de las yemas de sus dedos al recorrerle el cuerpo. Se le erizó el bello de la nuca al susurro de las palabras ajenas y atrapó su propio labio inferior con los dientes al despegar los párpados.

Ella no se sentía perfecta, jamás lo hizo ni lo haría, pero sí se sentía dichosa de haber conocido al vampiro y de, sin saber cómo, haberle conquistado de aquella manera. Permitió que la tocara cuanto quisiera, estremeciéndose en cuanto le prestó más atención a sus pezones y empezó a besarla con dedicación. Siempre había sido muy pasiva, porque nunca tuvo la necesidad de corresponder a lo que le hacían, pero ahora la sentía. Se aferró a los antebrazos ajenos, fijándose ahora en que se le habían mojado partes de la camisa a Achilles y giró tan rápido como pudo, quedando de rodillas cara a él.

-Ven, báñate conmigo. -Sonrió con cierta timidez a pesar de lo que estaba pensando hacer y se inclinó a besarle en los labios, posando ambas manos sobre los hombros de él para intentar atraerle.

por **Achilles** Miér Oct 29, 2014 8:12 am

Los ojos grises del vampiro se posaron sobre la hermosa dama –Tus deseos son ordenes, Luna mía- responde con una ligera sonrisa cuando le atrajo para besarlo, a lo que éste respondió sin ningún problema y todo lo contrario, con gusto pues los labios delgados de la asiática le aprisionaban de una forma en la que muy dentro de él algo empezaba a consumir, como su fuese una llama que por todo su cuerpo se expande una vez que sintió el cuerpo de ella tan cerca.

Después del beso se separó con toda calma, desabotonando su camisa y deshaciendo el nudo de su corbata para dejar caer todo al suelo. Al levantarse, este le tomó de la mejilla y dejó una caricia tierna que mantuvo su mirada contra la de la musa; poco tiempo pasó para que él también se retirara sus pantalones para así quedar desnudo frente a Fleur.
Su cuerpo sin color, sus músculos perfectamente tallados y esa necesidad por ella que le consumía más que cualquier otra sensación pasada y muy probablemente futura. Tenía sed por ella, pero no por su sangre sino por sus besos, por sus caricias, por su cuerpo.

Tenerle ahí desnuda, inocente y entregada hacía estragos por su altiva fisionomía, le recorría desde sus cabellos hasta por todo su ser, erizándose como si fuese un humano.
-Me fascinas, Fleur- susurra mientras aun le acariciaba el rostro. Evidentemente el tono que estaba tomando la noche despierta en él ese instinto sexual, le invadió una excitación que por causas obvias se reflejó inclusive en su entrepierna, haciendo crecer su miembro y engrosándose al verse caminando y metiéndose al agua junto a ella.

El agua era perfecta al parecer y pese a que él no podía diferenciar muchos cambios de temperatura se sentía lleno de calor, de pasión y de deseo. Sus manos toman de la cintura a la musa y la lleva hacia él atrapándola en un abrazo dominante y celoso. Sus labios decidieron unirse con los de ella cuando quedaron frente a frente y así un suspiró salió desde el fondo de su garganta cuando las paredes que estaban adornadas por velas son testigos de una entrega absoluta de parte de Achilles, quien cuando clausuró sus ojos y sintió como ella le correspondió de la misma intensidad ese exquisito beso… Se sintió vivo. Por primera vez.

por **Fleur Blanche** Jue Oct 30, 2014 12:42 pm

Se quedó mirando al mayor cuando éste se separó para desprenderse lentamente de la ropa. Primero siguió el movimiento deslizante de la mano sobre la tela de la corbata, y en cuanto la extremidad ajena acarició su rostro, subió la mirada a los profundos y penetrantes ojos grisáceos del vampiro. Sonrió ante aquel gesto, ladeando un poco la cabeza para alargar el instante en que sus pieles estuvieron en contacto y rasgó sus ojos más de lo normal.

No le miró al completo cuando estuvo del todo desnudo, sabiendo que se ruborizaría al hacerlo. Prefirió quedar viendo las orbes del contrario mientras él daba un paso al frente y luego se metía dentro de la tina con ella.

Se dejó atraer, rodeando a Achilles por encima de los hombros con sus delgados y también pálidos brazos, hasta que se fundieron en un intenso y fogoso beso que hizo que la temperatura del agua, en comparación, se tornara fría. Las firmes manos del mayor aprisionando su cuerpo contra el de él, haciendo que sus senos se presionaran contra el marcado torso del vampiro. Suspiró lentamente por la nariz, no queriendo romper la conexión entre sus bocas, en las que intercambiaban el aliento como si eso lo fuera todo.

Nunca se había sentido tan bien, tan completa y tan a salvo como cuando estaba entre los brazos de ese hombre. Las malas lenguas podían decir lo que quisieran, porque ella estaba segura que, a pesar de su pasado, Achilles era distinto a lo que se empeñaba en hacerle creer a ella. Lo podía ver y notar en cada caricia, en cada beso. Un monstruo jamás la hubiese rescatado de aquel infierno, un mal hombre nunca la miraría como lo hacía él. Fleur confiaba en que, con el tiempo, se lo demostraría. Le enseñaría que había algo dentro del vampiro, que ni él era capaz de reconocer.

Se separó lentamente de sus labios, pero sin romper la cercanía de sus cuerpos y le sonrió al mirarle de nuevo.- ¿Alguna vez pensaste que la eternidad, pudiera capturarse en un instante? -Deslizó una de las manos por el hombro ajeno, haciendo que las yemas de sus dedos recorrieran parte del brazo en su descenso, hasta llegar al codo y volver a subir.

por **Achilles** Jue Oct 30, 2014 2:32 pm

Los ojos de matiz gris de Achilles se habían puesto a merced de la hermosa asiática que interrumpe el beso y le cuestiona algo acerca de la eternidad. Pese a su naturaleza, él nunca se había puesto a pensar acerca de lo que significaba vivir para siempre y es que por todos esos milenios él se dedicaba solo a una cosa y esa era la sabiduría. Aprender de todo, estudiar y dominar cualquier ciencia, disciplina, arte… Todo lo nuevo, él ya lo estaba aprendiendo y sin embargo nunca se percató de que el tiempo transcurría, excepto para su persona.

Con una mueca pensativa Achilles se mordió el labio y lo meditó un segundo. Su cuerpo apegado al de ella, las caricias en su piel de mármol y sobre todo ese momento que era algo nuevo para él dan el resultado de una pronta revelación –La verdad es que he vivido tanto tiempo que dejé de preocuparme por los instantes, dejé de disfrutarlos- su mano diestra salió del agua para tomar la mejilla de Fleur –Pero desde que entraste a mi vida, sé lo que es cuidar a alguien… lo que es velar por el bienestar de quien no sea solamente yo mismo…-

Muy en sus adentros empezó a emitir un revuelo que hacen estragos por todo su abdomen y se expandieron por sus extremidades hasta alcanzar a erizarle hasta el último poro que tenía su piel. Sus ojos brillaban como si fuesen iluminados por el mismo sol y un titubeo se avistó en su garganta una vez que trató de articular una frase.

Sus dedos, los de ambas manos, bajaron por el cuello de la musa mientras delineaban su esbelta y perfecta figura. Sus pupilas que viajaban por toda esa fisionomía se deleitaban con la desnudez de quien en ese momento estaba ahí para hacerle sentir tan vivo –No sé lo que es la eternidad acompañado y tampoco sé si se pueda o no capturar en un instante, yo solo sé que…- y sus labios se unieron con los de ella, sus manos le sujetaron del trasero y celosamente la compactó contra su pecho, sintiendo sus redondos senos rozar con sus pectorales.

El entrepierna de él también acariciaba el sexo femenino de la preciosa chica y entonces un acumulo de impulsos lo traicionaron cuando mordió el labio de su hembra al no poder contenerse más –Yo solo sé que me he enamorado de ti como un loco… Yo solo sé que… Te amo- susurrando esto último cuando pegó su frente con la ajena, sus ojos se habían cerrado y su respiración se había vuelto agitada. Quería hacerla suya, quería entregarse como nunca antes y aun así trataba de frenarse por ella.

Quizás él muere por estar con la mujer que ama, pero a su vez pensaba en darle el tiempo necesario para sanar sus antiguas heridas pero tenerla ahí desnuda, sintiendo el calor de su piel y dejando salir sus impulsos como si se hubieran tratado de simples torrentes de vapor hirviendo no ayuda mucho a quien tenía sed por la pasión y la entrega de la mujer que después de tres mil años pudo mostrarle que es querer vivir un día más.

por **Fleur Blanche** Jue Oct 30, 2014 5:24 pm

Observó al mayor mientras parecía meditar su respuesta. La asiática se sorprendió, aunque intentó no mostrarlo en sus gestos por no cortar el hilo de pensamiento ajeno. Ella creía firmemente que con tantos años que había vivido el vampiro, habría sopesado aquella idea un millar de veces al menos. Cuando todo lo que se tenía, era tiempo, ¿a caso no se le dedicaba al menos unos minutos cada siglo a pensar sobre algo como aquello? Ella solía pensar mucho en el pasar de los segundos, sobretodo cuando estaba haciendo algo que ansiaba terminara. Sin embargo, ahora le daba vueltas por un significado completamente distinto. El desgranar de la arena del reloj se le antojaba presuroso. ¿Por qué no se podía detener todo en un instante tan hermoso?

Sonrió en cuanto el contrario empezó a hablar. Le notaba algo indeciso, como si temiera decir lo que pensaba, como si se le atorase en la garganta o en la punta de la lengua. Le instó a seguir con una mirada comprensiva y tierna, acariciando suavemente los hombros de Achilles. La voz de él sonaba grave y sincera a pesar del tiempo que le tomó pronunciar cada palabra.

Correspondió al beso, notando como el mayor la apegaba a él al sostenerle ambas nalgas con las manos y dejó escapar el aire por la nariz de manera rápida y pesada, al tiempo que estrechaba el abrazo nuevamente alrededor de su cuello. Percatándose entonces del estado del miembro viril del vampiro, que parecía palpitar con vida propia contra su monte venus. El cuerpo de ella no se tensó, pero si se estremeció por completo, tanto por aquel conocimiento como por el mordisco que recibió un instante después, justo en el momento en el que volvió a vislumbrar las orbes ajenas fijas en las pupilas de ella.

Las siguientes palabras que salieron de la boca de Achilles, la atravesaron como flechas certeras, directas a su corazón. Jamás había escuchado palabras semejantes siendo ella la destinataria. Y nunca se le hubiese ocurrido llegar a oírlas en verdad. Su mundo había estado sumido en tinieblas espesas y decadentes, pero había llegado un hombre pálido y las había disipado con un simple soplido. Su visión se amplió y apretó las yemas de los dedos contra la piel de los omóplatos del contrario, respondiendo con un hilo de voz, estrangulado por las sensaciones acumuladas en su interior.- Yo también lo siento... la calidez, la felicidad... Zhè jiùshì ài... esto es amor.

por **Achilles** Vie Oct 31, 2014 11:02 am

Después de esto pasó, Achilles decidió tomarle con fuerza del culo y apegarla a él lo más posible, sus rostros se juntaron y terminaron por fundirse bajo un apasionado beso que desató un sinfín de emociones que aglomeraron descargas eléctricas impactándole en cada poro de su fría y marmoleada piel.

Su respiración se volvió agitada cuando ambos ojos se cerraron, dedicándose solamente a saborear el sabor de los labios que ahora tan profundamente le besaban. El calor de la tina se había incrementado y eso por la pasión que despedía la pareja que sin ninguna clase de tapujos se estaba entregando el uno al otro.

Un movimiento sencillo bastó para que Achilles postrara sus manos ahora en la cintura esbelta de su mujer, cargándola de manera en la que quedó sobre su miembro y así poco a poco se sintió adentrado en ella, abriéndose paso con cuidado e invadiéndose de un calor que le complementaron en ese mismo instante; de su garganta salió un gemido cuando en solo un parpadeo las caderas de Fleur cayeron de golpe, uniéndose en uno solo y sintiendo su miembro aprisionado por las paredes del sexo femenino.

La noche recién comenzaba y la dedicación que tenía el vampiro con la humana hacía del momento algo único y no antes sentido por quien con tres mil años de vida experimenta por vez primera la llama de la pasión. Dedicándose a besarla, a acariciarle por sus torneadas piernas y sobre todo a hacerla suya.

por **Fleur Blanche** Vie Oct 31, 2014 6:24 pm

Alzó el rostro y aprovechó que el mayor la apegaba a su cuerpo con firmeza para ponerse de puntillas y así alcanzar a juntar sus labios con los ajenos en un sentido y profundo beso. Sus párpados se cerraron lentamente y suspiró pesadamente por la nariz, aferrándose a los hombros del contrario con ambas manos, casi clavándole las uñas por temor a que la soltara.

En cuanto las yemas de los dedos del vampiro se deslizaron sobre su húmeda piel y la alzaron, ella pasó a rodearle el cuello con los brazos, negándose a romper el beso. Le mordió sin querer el labio inferior a Achilles, pero él no pareció inmutarse, concentrado en disfrutar del acto que ambos estaban llevando a cabo. Pronto le abrazó con las piernas por encima de las caderas, sintiendo el roce de la erección contra los labios de su sexo. Ahogó un jadeo en la boca ajena y estrechó el lazo que la hizo descender al apretarse contra el torso del contrario, al tiempo que su miembro viril la penetraba por completo.

Todo su cuerpo se estremeció al tenerle dentro. Si bien ya habían unido con anterioridad sus cuerpos, era la primera vez que lo hacían con aquellos sentimientos. Ya no eran dos seres manteniendo relaciones sexuales consentidas, sino que eran dos amantes compartiendo un mismo aliento, un instante eterno que la asiática jamás olvidaría.

Acarició la nuca del mayor con suavidad, subiendo los dedos hasta enredarlos en su fuerte y vigoroso pelo. Abrió la otra mano para abarcar mayor superficie de la espalda ajena, reafirmando la sujeción y se separó reacia de los labios que mantenían cautiva su mente, al tiempo que abría nuevamente los ojos para mirar a su hombre y sonreírle con timidez, sintiéndose feliz y llena, en más de un sentido, cabía decir.

por **Achilles** Lun Nov 03, 2014 12:48 pm

Las manos del inmortal se deslizaron por todo el cuerpo de la musa, como si estuviese aprendiendo cada rincón de ese menudo y perfecto cuerpo que ya le pertenecía. Su respiración agitada mantuvo el margen de una garganta seca que solo se estimulaba cuando tomaba efímeros respiros entre cada apasionado beso que deja huellas como mordidas, pequeños tirones, succiones… Todo lo necesario para aferrarse al egoísmo de no solarse ni uno, ni otro.

Poco a poco él sintió como la chica empezaba a mover sus caderas, llevando un ritmo suave en cada estocada. El agua se movía con ligeras olas que chocaban contras las orillas de la tina; la temperatura del baño empezaba a subir cada vez más hasta llevar los espejos a tener un poco de paño debido al vapor. El instante perfecto que se conjugaba en las manos de un depredador que se arrojaba suicidamente a los brazos de una humana que no supo que hizo… Pero que le terminó dando más de lo que pudo soñar en todos sus milenios.

Lentamente resbalaron sus dedos desde la nuca de Fleur por toda su espina dorsal, repitiendo esto con todo el cuidado de hacerle estremecer. Con calma su pelvis chocaba contra la de la asiática y así fundiéndose en uno solo proseguían con la exquisitez de un acto lleno de amor y pasión –Fleur Blanche… Eres perfecta- susurró entre besos y aun con sus ojos cerrados, acariciando con su otra mano la mejilla de la chica para así detenerse por unos segundos.

Se separó y la vio directamente a sus ojos. El vampiro no supo que hacer y lo único que tuvo como reacción fue regresar a besarle, quería asegurarse de que fuese real, de que esa intensidad y ese goce que le invadía como descargas eléctricas cada vez que la penetraba era algo que realmente existía y que nadie se lo quitaría de las manos. El ritmo fue subiendo de intensidad, sus labios despidieron gemidos roncos y el agua poco a poco empezó a salirse de la tina, sus manos volvieron a cambiar de posición y regresaron al culo de su mujer para apretarlo con cierta fuerza, sujetándolo como apoyo y así prosiguió jalándola y atrayéndola repetitivamente hasta sentirse en total y profunda unión entre ambos cuerpos, sexos y almas.

por **Fleur Blanche** Mar Nov 04, 2014 4:07 pm

Se agarraba con fuerza al mayor, usando brazos y piernas. Intentaba impulsarse como podía para acompañar el movimiento de las fuertes caderas que la embestían. Con cada arremeter, su pequeño cuerpo se contorsionaba de placer. Notaba el pulso acelerado, más incluso que su respiración, exaltada por tantos sentimientos que se acumulaban por todo su ser y su alma. Le fascinaba comprobar como, al reconocer abiertamente su amor, parecía sentirlo con más intensidad que antes.

El vaivén del agua en la bañera hacia que gotas le salpicaran los muslos, los pies y la parte baja de su espalda. Ya no le parecía que ésta estuviera tan caliente, pues en comparación en como ardía ella por el vampiro, todo parecía ahora frío.

Cundo ambos se miraron de nuevo y Achilles la observó de aquella manera que la hizo estremecer, como si todo su cuerpo se ruborizada ante el que la miraba como si pudiera leer su alma, su corazón. Y entonces le escuchó decir esas palabras... y llamarla de esa manera... supo entonces que no podía mentirle, que aunque no fuera queriendo, era como si fingiera ser otra persona. Se mordió el labio y negó muy lentamente. Se aproximó a la oreja ajena y con la voz alto temblorosa, le susurró al oído algo que no le había contado a nadie. Le confesó una verdad que llevaba oculta desde que cumpliera doce años y la arrancaran de los brazos de sus padres.- Lin... mi verdadero nombre es Lin...

Dejó escapar un jadeo al terminar de hablar y se encogió ligeramente contra el torso ajeno. No podía parecer importante o tal vez serlo demasiado. Temía que el mayor se enfadara por no habérselo contado antes, por haberle escondido algo como aquello. Sólo esperaba que la perdonara y comprendiera que llevaba tantísimo tiempo sin usarlo, que por poco ella misma, lo había olvidado.

Se separó un poco nomás, lo justo para, avergonzada, buscar la mirada del hombre con el que esperaba poder compartir el resto de su vida. No le importaba vivir poco si lo hacía a su lado. Llevaba demasiados años deseando que todo terminara y ahora que al fin ansiaba continuar, esperaba que la suerte no le fallara.

por **Achilles** Mar Nov 04, 2014 4:39 pm

Por unos segundos el cuerpo del vampiro fue disminuyendo su velocidad hasta sentir como el agua volvía a quedarse quieta una vez que ambos cuerpos en la tina se mantenían unidos pero con ambos amantes viéndose directamente a los ojos el uno al otro –Lo sé- se limitó a decir, acariciándole con suavidad como quien acaricia un tesoro que desea guardar con todo fervor.

Achilles no tardó en suspirar y al cerrar sus ojos empezó a explicar –Pude ver que llevabas algo dentro de ti que no te dejaba estar completamente en paz, ahora, agradezco que me hayas tenido la confianza de decírmelo- sus labios besaron los ajenos mientras que dejaron un suave movimiento creado con su nariz, rozando la ajena de manera tierna.
El tiempo seguía corriendo y de pronto las velas empezaron a apagarse poco a poco debido al consumo –Fleur… Lin… Tú… Tú eres a quien amo y no me importa cómo te llames, lo haré por toda la eternidad que me queda por vivir- Con esto se separó de ella, colocándose de pie en la bañera para tomar una toalla y acercársela a la hermosa dama, empezando a secarle el cuerpo.

Después el inmortal sale de la tina, toma otra toalla y cuando se secó dirigió su mirada a la asiática, a quien le tomó de la mano para ayudarla a levantarse, encargándose él mismo de secarle su esbelto cuerpo –Ven, vamos a nuestra recamara- le susurró al oído, besándole la nuca y tomándole en brazos. Caminó hacia los aposentos que compartirían y con todo cuidado la depositó en la cama, recostándose lentamente al lado de ella mientras que lentamente le empezó a besar una vez más.

por **Fleur Blanche** Mar Nov 04, 2014 5:03 pm

Las palabras del mayor la tranquilizaron enseguida, notando como un enorme peso invisible se le levantaba de los hombros. Un leve pero consistente suspiro se escapó de los labios de la asiática y correspondió luego al beso con ternura, sonriendo por el gesto ajeno al rozar una nariz con la otra de manera dulce.

Sus párpados se habían cerrado por un instante, pero pronto volvieron a abrirse y miraron los profundos ojos grises de su amado que la aceptaba tal y como era, imperfecta por mucho que él dijera lo contrario. Era una humana desconocedora de muchas cosas en la vida, falta de virtudes y con exceso de vivencias desagradables que conformaban sus recuerdos. Y sin embargo, ahora, nada de aquello importaba. Sólo estaban ellos dos en el mundo, nada más existía.

Le vio salir de la bañera y sonrió con cierta timidez al verle secarse su bien formado y espléndido cuerpo. No era algo relevante en el amor, pero no se podía negar lo evidente. Tomó la mano que le fue ofrecida y salió de la tina para que la atendiera con cuidado, secando su cuerpo con tanta suavidad que cualquiera diría que estaba hecha de cristal. Rió casi en silencio por semejante idea, pero no dijo nada.

Luego dejó que la cargara a peso, rodeándole con los brazos por encima de los hombros y una vez recostados en la cama, se apegó a él tanto como pudo, buscando sus labios con la misma necesidad que buscaba los suyos el vampiro. Quería sentirle cerca, mucho. Y si el tiempo se detenía en aquel instante, sería perfecto, pues no habría momento mejor en el mundo para inmortalizar.

por **Achilles** Mar Nov 04, 2014 5:22 pm

Los ojos grises del vampiro se pasearon por todo el cuerpo de la asiática pues teniéndola ahí recostada podía decirse que estaba ante la obra más maravillosa y perfecta que jamás había sido creada en el mundo: Su mujer. Con cuidado, empezó a pasear la yema de sus dedos por toda su esbelta fisionomía, llegando a dibujar sus torneadas piernas y rozar luego sus muslos, tomando su cintura por sorpresa y subiendo hasta el cuello para terminar por tomarle de la mejilla, acercándola a él y besándola muy pausadamente.

Un suspiro que nació desde sus adentros se propaga por todo el cuarto que yacía iluminado por el astro lunar, quedando con un matiz platinado que se expande entre las cortinas que se mecían por el viento que se opacaba por la temperatura que ambos jóvenes amantes despedían –Dime, ¿Cómo deseas que te llame entonces?- cuestionó justo antes de reír por lo bajo, mirándole con cierto aire risueño.

Su nariz podía olfatear bien la esencia de la musa, ese aroma que le embriagaba y lo llevaba tan alto que ningún placer se podía acercar siquiera a lo que se despertaba en sus interiores. Con precaución fue depositando besos por el vientre de su amada, subiendo poco a poco por su escote, llegando a su cuello y estacionándose en sus oídos, donde un mordisco muy leve tomó el lóbulo de su oreja y con esto, las caricias cubiertas del manto de la lujuria seguían fieles en la entrepierna y muslos de la chica.

por **Fleur Blanche** Miér Nov 05, 2014 8:10 am

Su cuerpo parecía amoldarse a cada gesto del mayor, su piel se erizaba levemente con las caricias y los besos, sus pupilas se dilataban ante la intensa y ardiente mirada que la tenía hipnotizada por la sobrecarga de sensaciones que la consumían. Se sentía deseada, protegida, querida, amada... algunas de esas experiencias eran la primera vez para la asiática y la colmaban hasta rebosar.

Tras el lento y calmado beso, el pesado y gran suspiro ajeno le arranca una sonrisa, encontrándose de nuevo con las hermosas orbes del vampiro, que le formula una pregunta para la cuál no debe meditar respuesta.- No importa cómo me llames... yo siempre corresponderé con una caricia, un beso, una sonrisa.

Podía incluso no decir nada, y ella actuaría de la misma manera. Llevaba muchos años sin hablar prácticamente y había aprendido a escuchar el silencio, entender las miradas y los gestos. Si bien Achilles era mucho más complejo que cualquier persona que se hubiera encontrado a lo largo de su vida, también era la única que le hacía verse especial y desear indagar en lo más profundo para comprenderle.

Rió por las atenciones, por aquellos besos traviesos que recorrieron su vientre en forma de cosquillas. Sus muslos se tensaron un poco en cuanto la majo ajena se coló entre ellos, viéndose vulnerable por un instante, pero pronto recordó quién era que la tocaba y se relajó, disfrutando de los hábiles dedos que la provocaban, enviando pequeñas corrientes de placer por todo su cuerpo.

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