Beast {Privado}

por **Elene Rossato** Vie Nov 28, 2014 8:57 pm

Con los dedos apretados en el vestido lo recogía mientras caminaba cada vez más rápido tratando de guardar las apariencias aunque a estas alturas lo que necesitaba era que alguien la viera y no encontraba ni una tan sola alma en las calles. Parecía ser un imán de problemas en donde pusiese el pie, Elene no encontraría una tienda para comprar tranquilamente, alguien con quien charlar o un postre que degustar, su mala suerte se llamaba estar en los lugares menos precisos en donde ocurrían las cosas más insólitas o al menos eso pasaba por su inocente cabeza. Se preguntaba en aquel agitado andar si era normal que una mujer de su edad tuviera que vivir estas cosas porque si era así necesitaba unos cuantos consejos aunque a estas alturas no parecía importarle solo quería ahogarse en aire, encontrar un lugar seguro porque se sentía asediada.

— ‘’La curiosidad mato….’’ —Pensó para sí mientras la cuadra parecía no terminar. Miró las tiendas, algunas cerradas y otras vacías, se ocultaban de su paranoia. Justo notó cómo las luces ya no estaban siendo tan tenues sino que vivas. Sonrió como si del cielo le hubiera caído alguna bendición y tragó sintiendo una mini opresión en su pecho casi inminente al descubrir que su hipótesis de muerte estaba escrita pero al parecer era solo la sospecha, nadie venía detrás de ella y es que después de haber hecho semejante ruido al distraer a quien fuese que fuere quien asesinaba brutalmente a un hombre le dejó anonadada sin saber si correr o quedarse para gritar, en su defecto ninguna de las dos cosas sucedieron. Había soltado un pequeño chillido cuando una de las ratas le cruzó por los perfectos zapatos de color melocotón.

La luz de ese callejón era apenas perceptible pero lo suficiente para ver cómo una espada se internaba en la carne de alguien quitándole la vida al instante. Sus pies seguían sin responder hasta que el roedor se asustó al estridor de la piel rebanándose por el filo del hierro o quizás quería un poco de la sangre que bañaba como río la acera. Recordó lo siguiente que hizo; dar dos pasos hacia atrás en falso esperando no haber sido pescada por el asesino pero ahora estaba parada en el suelo de otra calle. Trataba de respirar con normalidad y no volverse loca ya que sus sospechas habían sido eso, miedos inexplicables pero aún así volvió a chequear que nadie sospechoso estuviera cerca, eso sería un problema.

Arregló su cabello y se miró el sucio de los guantes quitándoselos de inmediato ¿Acaso París era cuna de bestias? Cerró los ojos agarrando aire por la nariz y sacándolo por la boca en un consuelo. Había pasado tanto que creía estar volviéndose de piedra hasta que cayó en cuenta que era imposible porque el suelo se estaba manchando de gotas de agua y no era por la lluvia. Se limpió la cara sin hacerse un desastre con el maquillaje y negó comenzando a creer que lo había imaginado todo. Sí, eso podía ser, una cruel jugarreta de su cabeza. —Todo ha sido una mentira — se aseguró de decirlo tan fuerte para comenzar a creerlo pero no podía. Sintiendo como alguien tiraba de la tela de su vestido teniendo de nuevo ese pequeño infarto de antes miró a un pequeño niño de unos seis años con la cara sucia. Ocultó la mueca de asombro y le miró expectante.

— Mi lady, es para usted— extendió una rosa roja hermosa y bien cuidada. Abrió los ojos con asombro y dudó en tomarla pero el niño parecía cansado así que se iba a sacar el incidente anterior con caridad —¿Cuánto es? — murmuró con tranquilidad buscando algunos francos y revolviendo cosas en su monedero —Nada, madeimoselle. Ya la han cancelado para usted. La envía… — sonó dubitativo y comenzó a levantar la cabeza en busca de alguien pero por sus gestos no lo encontraba —Estaba por aquí… En fin, Tenga una buena noche. — fue lo último que escuchó del pequeño cuando sus pies descalzos entremedio de la gente fue lo último en ver.

Con la rosa en las manos sin entender hizo lo que la típica agasajada haría; olerla. Se perdió en su perfume unos segundos. Cerró los ojos distrayéndose como si aquellos pétalos sobre sus labios le iban a dar la respuesta de su procedencia pero otra vez sintió un leve toque en su hombro. Creyendo paradójicamente que podía ser el pequeño que había crecido, se giró para preguntar con infortunio —¿Lo encontraste? — sonrió ampliamente pero esta vez su rostro palideció porque al ver el rostro que le observaba tenía la misma sensación de cuando la curiosidad la venció y de nuevo paralizada se quedó sin saber si huir o simplemente gritar o quizás necesitaba otro roedor para hacerla reaccionar.

por **Achilles** Lun Dic 01, 2014 12:41 pm

La noche se había posesionado del suelo de Paris así como la oscuridad de la soledad y la ira se habían adjudicado la miseria de alma que llevaba aquel ser de procedencia esencialmente maligna. Su andar lento dejaba a su paso oscuridad pues cada vez que cruzaba por donde un faro iluminaba el pasaje, este terminaba esfumando su luz. Frente a él corría un individuo que terminó por tropezar y caer ante sus pies; con toda calma el ser que vestía de traje le tomó por el cuello y lo alzó sin dificultad alguna hasta observarle con sus obres grises, penetrando en su ser interior.

-¿Dónde está? No lo volveré a preguntar- musita con dureza cuando los aires fríos mecieron sus cabellos cortos, develando un rostro albino y una quijada apretada. Con su zurda mantenía del esófago a aquel inocente mientras que con su diestra le tocaba el pecho –Así será, entonces- dictaminó cuando los lloriqueos y suplicas del hombre terminaron por cansarle por lo que sin piedad alguna introdujo su propia mano en el cuerpo del sujeto, haciéndole gritar de manera terrible y segundos después callar para solo dejar la tétrica imagen de aquel depredador sacándole el corazón al ya muerto.

Un chillido y el olor a mortal trajeron su atención. Sus ojos se voltearon y observaron a una mujer que no tardó en salir disparada. Él solamente la siguió.

Entre sombras la cazaba, acechaba y estudiaba. Ayudando esto por su velocidad así como alta experiencia a la hora de cazar; las sombras como sus compinches le brindaron la oportunidad de encontrarla ya con un poco más de confianza, por lo que no tardó en enfocar sus sentidos sobrenaturales para crear una ilusión que idealmente penetraría en la mente de la castaña y así, logró acercarse sin que ella se percatara… del todo.

Una rosa roja, de pétalos color sangre. Una estrategia digna del depredador ubicado en el pináculo de la cadena alimenticia y un pequeño chillido una vez que decidió mostrarse ante ella trajeron al marco escénico una escena donde el trajeado toma del cuello a la fémina con la zurda para que no grite y mucho menos corra -¿Quién eres?- cuestiona con dureza, con su ceño fruncido y la paciencia por los suelos.

Un titubeo se ubica en su quijada por la intensidad con la que la aprieta y su mirada trata de desnudar a la joven hasta encontrar sus recuerdos, leyéndolos a perfección para solamente dictaminar con la misma frialdad –No fue una espada, no fue un humano… No fue un niño- le suelta para arrinconarla contra la pared –Yo mismo le saqué el corazón… Ese niño no fue más que una ilusión y tú… me dirás ahora mismo que deseas si no quieres que tu sangre bañe mi mano como la de aquel imbécil- impregnando toda dureza en sus palabras.

por **Elene Rossato** Jue Dic 11, 2014 12:57 pm

’’¿De qué color es el cielo cuando quiere llorar?’’

Su corazón quería saltar de su pecho. Por más de que respirara calmadamente salía todo irregular y forzado. Miró los ojos del hombre con mayor intriga pese a su miedo sentía curiosidad pero no estaba segura esta vez de querer llegar hasta el fondo de los misterios porque como ya le había enseñado otras noches anteriores que nadie es de fiarse y no era para menos pensarlo cuando recién podía apostar que había sido él quien había asesinado a un hombre en uno de los callejones. Cerró los ojos tratando de calmarse e internamente contando hasta diez pero no funcionaba, la desesperación era gran y más cuando la tosca voz del hombre salió gruesa y áspera para golpearle el orgullo. Abriendo los ojos para verle arrugó la cara tratando de no perder el juicio al verse presa de su mano.

El aire costaba en entrar en sus pulmones y comprendió rápido que él no era un ‘’hombre común y corriente’’ estaba de frente a un sobrenatural y apostaba las cartas porque un vampiro. Ahora todo comenzaba a tener sentido pero era difícil ordenar todo cuando la hipoxia le hacía querer desmayarse. Como acto reflejo miraba con los ojos bien abiertos a los transeúntes que estaban como si nada sin percatarse que ella estaba siendo abusada en ese lugar tan visible para todos. Con ambas manos frías y pálidas tomaron la muñeca de él tratando de quitarla sin tener mucho éxito entonces todo empezaba a calzar perfectamente como anillo al dedo, su temperatura diferente en una noche de verano también era cuestionable. Dándole unas cuantas patadas quiso golpear alguna zona dolorosa sabiendo que eso no tendría éxito pero aun así lo intentó y fue cuando lo arrogante de la voz del otro salió. Si pudiera respirar no le estuviera respondiendo lo que cuestionaba sino diciéndole alguna grosería por su falta de tacto.

Como sabiendo que sus labios se estaban colocando violetas así como sus mejillas sintió de nuevo pisar tierra. Con bocanadas de desesperadas se aferraba al ambiente y negaba sin decir ni una sola palabra. Quería aventarle algo pero no tenía nada hasta que su confesión la dejó helada. No la sorprendía porque ya antes habían usado la ilusión contra ella entre otras habilidades sacadas del mismísimo hades. La rabia se apoderó de ella y apretando la mano la enderezó para agarrar toda la fuerza que quizás había concentrado en un solo sitio y la llevó hasta su cara para soltarle un bofetón y jadeó aun con la esperanza de que le dejara. — ¿Cómo se atreve? — pudo decir con dificultad levantando la mirada enderezándose ya más repuesta y tragó pesado.

— La pregunta no es quien soy yo sino usted para asesinar a alguien— le miró desafiante sabiendo que eso le podía costar la vida pero era más la adrenalina que seguía vibrándole en las manos y todo su sistema. No se consideraba una defensora de nadie, se estaba defendiendo a sí misma y rememoró al niño, la flor, la escena del hombre muriendo. —Además de ser un — omitió la palabra y cerró los ojos — No tenía derecho— concluyó —De jugar con mi percepción ¿Qué es lo divertido de esto? — arrugó la frente frunciendo el ceño queriendo correr pero era inútil él le tenía acorralada y con disimulo miraba a los demás que parecían dormidos por no percatarse de la escena.

—¡Ayúdeme! — dijo queriendo agarrar la mano de uno de los hombres que pasaba por allí y casi se desvaneció a su tacto sin siquiera lograr que le mirara. Observó sus manos y luego a él negando comprendiendo. ¿Había creado de nuevo una falsa realidad? Empujándolo un poco para darse espacio sintió como todo se revertía en su contra y la valentía de hace unos minutos se estaba haciendo añicos —No piensa matarme. No delante de todas estas personas. — dijo algo asustada pero firme viéndose necesitada de respuestas para no dar del todo perdido.

por **Achilles** Lun Ene 12, 2015 12:04 am

Los ojos de aquel inmortal no eran más que dos espejos de matiz grisáceo que en ellos se podía dibujar la silueta de una mujer miedosa, que estaba sacando a relucir debilidades que probablemente ignorante, no sabía que podía sentir o tener. Su terror la lleva a actuar de manera impulsiva y estúpida pues termina por intentar dañar el rostro del egipcio con una simple bofetada, ¿en serio? debería dar gracias a que su fuerza no es tal que terminó rompiéndole la mano debido a la gran resistencia no solo de los huesos sino de todo el cuerpo del mayor. Es un vampiro con milenios encima, ni siquiera las armas más letales de los cazadores expertos le harían un rasguño -Cállate- se limitó a decir, quedándose parado mientras ella se arrinconó sola en busca de ayuda. Ingenua.

-¿Gente?... ¿Te refieres a este... humo?- frunció su ceño y apretó su quijada, dando un paso para después dejar que todas las personas se esfumasen como por arte de magia... negra -Te metiste con el personaje equivocado, niña- añade para luego clavarse en su mirada, adentrandose en ella para así conocer sus interiores, sus pensamientos y miedos. Sus horrores, sus tristezas, su felicidad; a fondo se estudia a la musa hasta que con todo el rostro envuelto en pura seriedad decide darle la espalda para así tomar el pañuelo de su saco y limpiar un poco sus manos de aquella asquerosa sangre que hacía minutos habían manchado su piel por el asesinato.

-Vendrás conmigo y me seguirás sin hacer ninguna clase de objeción, tampoco escaparás ni hablarás con alguien. Actuarás normal, como si fuésemos dos simples conocidos- Tronó sus dedos y aquella fuerza milenaria no tardó en aplicársele a su victima, quien por ordenes mayores ahora deberá cumplir con cada una de las palabras soltadas por el de ojos grises -Ven... Elene- empezando su caminar hacia la zona residencial.

por **Elene Rossato** Dom Ene 25, 2015 10:49 am

Quiso decir algo más pero el silencio se instaló en sus labios cuando se vio acorralada entre lo que quería creer y lo que él le hacía creer. Hace un tiempo había escuchado a uno de sus amigos hablar en sus tardes de copas que no hay peor perdedor que el que calla, habla u otorga pero, ¿cuál era la posición de la italiana en ese momento? Sin esperanzas de ser ayudada por alguno de los transeúntes que parecían ser solo sombras guardó las palabras para ella tratando de debatirse en qué pensar para no ser descubierta por el vampiro. Al menos tenía noción de algunas de las habilidades de los inmortales porque no era la primera vez que se tenía que topar con alguno y por lo poco que quería recordar el final de la mayoría de ellas no terminaba favorable para la humana. Cerró los ojos oyendo sus demandas no le quedó de otra más que tragarse el orgullo y todo el odio que sintió casi de inmediato abriendo los ojos para sorprenderse por el espejismo de personas que creyó estaban entre ambos. Ahora todo cobraba sentido.

—No puede ser- logró decir con los ojos bien abiertos mientras el agarre se hacía nada y se separó unos cuantos pasos, el último espacio que tenía para retrocederse negando —Usted es una…- se guardó las palabras recordando la advertencia de antes y miró el suelo unos instantes viéndose lastimosa y justamente era lo que menos quería por eso había intentado fallidamente darle una bofetada. Ahora se sentía como una paloma a punto de ser comida. No había peor cosa que imaginarse el destino y que no pasase aligerado sino que le hiciera que cada segundo fuera desdeñoso y molesto. —Yo no me he metido con nadie. Usted- apretó los labios —Usted asesinó a alguien a la vista de muchos. Pero fui yo quien tuve que verlo- miró hacia un lado —Si va a asesinarme por ser un testigo de su sanguinario juego hágalo de una sola vez o es su costumbre? Torturar a la víctima hasta que pierda la claridad de lo que es real y lo que no?- esas palabras habían salido con mayor seguridad de lo que esperó, quizás se estaría recuperando pero sólo vio la espalda del vampiro cosa que le hizo irritar aún más y tragó pesado al ver como limpiaba sus manos.

Sus ojos hicieron contacto justo cuando terminó el grotesco ritual de hacer sonar los huesos de sus dedos —¿Q-Qué?- apenas pudo salir de sus labios que quedaron entreabiertos cuando la presión al ser tomada del brazo le arrastraba a lo desconocido. —¿Por qué?- soltó suavemente como un susurro plenamente audible —¿Qué es lo que quiere de mí?- comenzó a caminar viendo de reojo al vampiro y luego su frente. Debía escapar. No iba a darle ese gusto. Sus pies estaban más pesados de lo normal y aunque ella les ordenase que se detuvieran o giraran al lado inverso al que se dirigían éstos parecían ignorar las órdenes de su cerebro cuando oyó salir su nombre de la boca del vampiro. —No…- cerró los ojos como si aquello haría que él dejase de meterse en su cabeza y apretó los dedos en la tela del vestido respirando un poco más acelerado. —Deje de jugar conmigo. ¿No tiene respeto?- soltó con un poco de molestia y le miró. Sinceramente no quería oír su respuesta porque parecía conocerla.

Se distrajo un rato viendo que se acercaban a personas, estas seguramente eran reales pero fue cuando las palabras del vampiro retumbaron en sus sentidos de nuevo. Llamada a guardar silencio y simplemente seguir como si de un animal se tratase. Se mordió la lengua para obligarla a hablar pero nada salió —¿A dónde vamos?- se pasó una mano rápida por los ojos sorbiendo la nariz tragando cuando se fijó la dirección que iban tomando y negó —No- negó. Seguramente se había inmiscuido hasta la dirección de su mansión y ella se detuvo. —¿Qué quiere?- frunció el ceño —Y espero me lo diga o le prometo que aunque sea lo último que haga voy a golpearle- espetó viéndole con una mirada desafiante como si ella pudiera jugar a ser un león.

por **Achilles** Vie Mar 06, 2015 9:40 pm

La caminata de manera contraria se volvió una verdadera pesadillas, ¿es que simplemente la humana jamás cierra la boca? Primero metió sus narices dónde no tenía, después no cooperó en lo más mínimo y ahora desafía la paciencia del milenario ser, quien de no tener una madurez y una inteligencia realmente superior a la habitual, ya hubiese partido en dos a tan fastidiosa hembra -Cállate- se limitó a decir.

Cada una de las palabras que ella soltaba era ignorada por el de ojos grises. Sus pasos empezaron a subir de velocidad gradualmente junto con los de ella hasta empezar a girar entre calles, callejones y una que otra avenida principal hasta lograrse internarse en aquella zona que olía a humanidad, que llamaba a los instintos de Achilles y sin embargo con el uso maestro de su autocontrol pudo simplemente seguir adelante... Era tarde y había olvidado comer por culpa de Elene, eso pone a ambos en una situación incómoda.

-Ahí es- sugirió la residencia Rossato -Más vale que no intentes algo estúpido o si no tú así como cada uno de los que habitan tu hogar terminarán vaciando sus venas en mi garganta, ¿entendido?- dejó de largo todo lo que ella mentó, reclamó, gritó y renegó cuán niña consentida. Sus manos tomaron el portón y con facilidad lo abrió, dejando a ella ir por delante hasta entonces enfocar sus pupilas en las esencias de aquellos sirvientes que esperaban la llegada de la italiana, empezando a modificar el entorno de estos para pasar él a ser desapercibido, a ser simplemente una sombra... Algo que no existe, salvo para Elene.

-Estoy a tu espalda, te hablaré al oído y ellos no sabrán nada... Lo diré una última vez, haz algo estúpido y yo mismo haré una masacre aquí y ahora- frunció el ceño y se mantuvo al margen, esperando la entrada hacia la residencia donde tenía que empezar a formular desde ya un plan para acabar con esa noche tan incómoda.

por Contenido patrocinado

Beast {Privado}

Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}

Re: Beast {Privado}