Espejos diferentes +18 || Privado

Escondido entre los arboles a las afueras de la ciudad de Paris se encontraba el viejo hospital psiquiátrico, como todos los días Leontine Novak doctora del lugar se preparaba para sus deberes cotidianos, al llegar al lugar subió a su oficina en el segundo piso, miró por su enorme ventanal hacia un cobertizo donde se llevaban a cabo las terapias al aire libre, miró el reloj encima de su ventana sentándose frente al vidrio,   había tanto por hacer y tan poco tiempo…

Había tenido que cancelar sus citas de esa mañana tenía mucho papeleo que arreglar si quería tener todo arreglado para la pequeña junta que tendría con su marido, desde que el hombre se había ido de casa evitaba cualquier motivo para estar en su presencia e incluso cuando era una junta importante, se disculpaba con el exceso de trabajo, por eso mismo es que estaba arreglando los nuevos expedientes, archivando y anexando los nuevos resultados de sus terapias, un conteo del dinero que entraba que era escaso y el dinero que se usaba para las terapias que en comparación con el ingreso era una pérdida total.

Era tan maravilloso y extraño  e incluso muchas veces doloroso el pasado de cada uno de sus pacientes ¿Qué era ella? ¿Una mujer jugando a ser dios? ¿Era parte de la cura o de la demencia? Queria creer que era la primera, poder ayudar un poco a la gente para que llevaran consigo un granito de su apoyo.

Las horas pasaron más rápido de lo que imagino, sentada en el suelo acomodaba cada uno de los expedientes con cuidado, leía y releía cada uno de los casos buscando una nueva pista, algo más para poder hacer, una enfermera toco un par de veces su puerta, pero Leontine no la oyó hasta que entró a la habitación.

La doctora levanto la mirada para encontrarla dejando sobre su escritorio una taza de té caliente, ambas sonrieron antes de que esta desapareciera por la puerta, Leontine enseguida volvió al trabajo pero no pasaron ni diez minutos cuando la puerta se volvió a abrir.

Esta vez no levantó la mirada esperando que fuera la joven enfermera de nuevo, pero no era ella, esa voz se le hizo completamente familiar aunque un poco diferente, no le tomó tanta importancia esa pequeña diferencia en el tono, tenía mucho tiempo que no le oía hablarle así que pensó que se debía a eso, sus recuerdos siendo distorsionados.

Lo que tal vez pudo extrañarle más fue la forma en que le habló como si nunca hubieran peleado en aquella habitación, durante esa cena, Leontine alzó una ceja levantando el rostro para retarlo con la mirada – Tienes razón, pero yo no tengo un esposo, ¿Cuánto tiempo tiene que no vivimos ni en la misma mansión? – tomó su taza entre las manos dándole un pequeño sorbo aunque realmente buscaba algo para mantenerse ocupada en su presencia, porque ella le echaba de menos  -¿Qué te trae por aquí? ¿El resumen contable del hospital? Te lo haré llegar cuando lo termine – sentenció sin apartar la mirada de la suya, estaba casi igual incluso podría decir que más joven, pero probablemente se debía a la barba que aunque la gente pensara que era igual Leontine se daba cuenta que no estaba tan igual como la de su esposo, pero tampoco es que le tomara importancia ni pensara que no estaba hablando con Dastan Dittmar.