Trofeos en pugnas || Libre

por **Lumier Cavelliet** Mar Mar 03, 2015 9:26 pm

Si en las noches las bestias surgen,
en el día las bestias nacen en hombres
con pieles de sangre y rostros en sal bañados.l

La danza del mal había comenzado en una mansión cuyos ocupantes parecían espíritus andantes, lo eran, lo son y siempre lo serán almas encadenadas a la asesina de sus cuerpos, una mujer, en cada historia siempre hay una fémina que acaba con todos en un momento pero en esta no cabe la palabra si no “una bestia en cuerpo de fémina”, un ser con un hambre tan voraz que no conoce el límite ni la saciedad, no está satisfecha con nada y a la vez los pocos momentos de “calma” que tiene son empañados por el añoro de la sangre. Pocos son sus amigos o aliados, pocos son lo que verdaderamente la conocen y a la vez muchos son los que hablan de ella sin saber si esos rumores son ciertos.

Un cuerpo delgado, sin color más que solo los pigmentos de un blanco óbito que se muestra cubierto por unas intimas telas que ajustan su perfil, el mismo que es marcado por las líneas de un traje oscuro como el de su aura y en su cuello marcado una cruz en cuentas que engalana aquel cuello de cisne, tallado en marfil. Sus zapatos de tacones igual de oscuros y cerrados, tan sobria, tan galante pero sobre todo tan alejada de las personas, sus cabellos recogidos completamente en un tocado que aparenta ser el sol con el color dorado de las hebras de aquellos rizos.

Sus pasos por las calles van creando un eco, y ahí justo en ese momento que su sonrisa se aparece un caballero tan antiguo como la mujer que se describe, la aborda tomando su brazo —Vaya, Vaya mira lo que e tiempo arrojo de su ataúd— aquella fina mujer se acobija bajo el manto protector del único amigo que ha tenido y que ha dejado cada milenio —Ni la muerte acepta algo que no es creado por ella misma— esa voz es como un susurro al viento nocturno, una gélida caricia.

La conversación de ambos los aleja aún más del momento, hasta que aquel hombre de avanzada edad en apariencia pero que su realidad es aún más antigua que el mundo, la invita a un paseo por los viejos tiempos, es decir un paseo por las artes, empezando por el teatro de sus colegas. La duda invade la mente de la mujer que aún no se ha escuchado su nombre, lo medita, lo analiza y acepta aun en contra de su propio juicio.

La obra era una antigua, sobre la vida de María I de Escocia, algo sencillo pero con invenciones, los dos lo sabían habían estado en aquel lugar y años más atrás. Durante el preludio de la obra una copa de vino, sangre, reposa entre los dedos de aquella mujer, el palco privado del ala este y aun cuando podía entrar más personas solo estaban los dos, el hombre de barba blanca como cabellos le susurra —Recuerdas a María Estuardo, era una mujer hermosa y asesina, que se dejó llevar por la ambición de aquellos que manejan la camarilla, los mismos que te crearon pequeña Lu, sabes cómo terminó ella, Lu— al fin se escucha las primeras letras del nombre de la dama oculta tras esa sonrisa y la copa que bebe en ese momento, solo asienta y su voz retumba nuevamente en respuesta del susurro —Ejecutada, pero no debió ser ella la que muriera sino él— el hombre ríe tocándole el hombro —Te refieres al que te marco de por vida y que ahora huyes Lumier— al fin su nombre fue develado pero así como se mostró se esfumó la sonrisa y sus ojos fueron directo al telón que se comenzaba a alzar a la vista de los inmortales y alguno que otro mortal.

por **Monika Leonhardt** Vie Mar 27, 2015 9:18 pm

Francia no se sentía como su hogar y era eso, que en realidad no lo era, permanecía ahí por ordenes de su “líder de clan” aunque nunca le había llamado por ese nombre ni mucho menos a él le gustaba considerarse como líder, lo era.

Willam y Monika se mantenían quietas esperando cualquier indicación de que sería su próximo paso, aunque a veces no entendía esa idea que tenía Ruzgar de aparentar ser más humanos debido a su condición, se mantenía con ambos por su propio beneficio, dos vampiros que la cuidaban y eso la mantenía menos alerta, por un tiempo eso estaba bien.

Esa noche saldría a conocer la ciudad, incluso ahora se siente extraña de estar ahí, pero esta y no dará media vuelta, recorrerá cada rincón hasta conocerlo por completo, no sabe hacía donde se dirige pero deja que sus pasos la guíen por el camino, sin percatarse el cielo ha oscurecido y la lluvia cae torrencialmente empapando los ropajes que porta, mira a la gente queriendo refugiarse de la tormenta, corriendo de un lado a otro, pero ella no cesa su caminar hacia el frente.

El viento es fuerte y rompe contra el cuerpo pequeño y menudo de la vampiresa, algunos rayos iluminan su rostro mostrando solo la mitad, dando una apariencia tétrica, la noche no se prestaba para las ideas que cruzaban por la mente de Monika, pero no se veía ninguna intención que quisiera volver a casa.

Sus pasos se detienen frente al aclamado teatro, se ha dado cuenta que el lugar se encuentra cerrado, debería desviar su camino hacia otro rumbo, pero ya había tomado su decisión y ese era el lugar que quería conocer, tira de la puerta que no tenía llave, solo se encontraba cerrada, una invitación a entrar… y la toma.

Sus pasos continúan hacia el frente mojando la alfombra a causa de la empapada ropa, no la había sentido tan estorbosa y mojada hasta que la lluvia no lo alcanzaba en aquel lugar, se queda parada en medio de la sala principal sin saber que seguir o hacia donde andar, ahora es cuando se percata de que no esta sola en ese lugar, hay más gente y que no solo hay gente sino que una obra teatral se esta llevando acabo, aun cuando su vestimenta no es la correcta no le interesa, se quita el cabello de la cara y camina hasta donde la música la lleva de forma hipnotizante, la recompensa de su aventura está a punto de llegar, encontrar de donde proviene …

por **Lumier Cavelliet** Dom Mayo 03, 2015 10:46 pm

Cuando tientas al destino, las grandes bestias suelen aparecer
Llevándose tu alma al desierto del dolor y agonía, tanto que solo lloras por morir en paz.

Ojos rojos en furia contenida, como las garras que rasgan la fina piel de las manos en pequeñas hileras de un rojo sangre que corre al suelo en gotas, todos en la sala pueden oir el goteo de su vitae a esa alfombra mientras la obra da comienzo, su acompañante toma una de las manos heridas lamiendo la raya que ha creado sus propias uñas, el sabor que destila es el mismo veneno amargo de su extinta alma que yace metros bajo tierra, en aquel cementerio olvidado de la vida. Aleja la mano herida que comienza a cerrarse, se levanta abruptamente de aquel palco saliendo de ahí con una reverencia y una media sonrisa que contiene su molestia.

—Si me disculpan, tengo otro compromiso ahora— masculla molesta entregándose al pasillo de los palcos bajando por las escaleras, los pequeños truenos de la estación climática anuncia las precipitaciones de lluvia, cuanto adoraba ese pequeño momento de humanidad perdida, cuando de niña jugaba y ahora no podía disfrutarla como antes porque se lo arrebataron, se muerde el labio inferior con fuerza hasta sentir el sabor metálico de su propia sangre, sabe que no puede permanecer ahí mucho tiempo, que debe salir o su bestia saldrá si no haya algo más interesante, antes de poder salir, al bajar las escaleras su mirada se cruza con una joven vampira que tiene una roma exquisito que la obliga a relamerse los labios.

—No deberías entrar así, de esa forma toda mojada y atrayente para hambrientos vampiros, algunos no respetamos la condición para clavar nuestros colmillos y tu mi niña tienes un aroma delicioso mezcla con la lluvia y tu sangre inmortal, además que si agitas más tus cabellos tendrás a más de uno sobre ti y no creo que tus habilidades sean las más idóneas para enfrentarlos, es mejor que te cambies o mejor aún, sígueme estarías más segura con alguien que sabes que te puede hincar el diente a unos que no conoces, no dicen que hay que tener a tus amigos cerca y a los enemigos aun más— Una sonrisa sombría aparece en su rostro pero no conecta con sus ojos, es solo la sonrisa de satisfacción ante la cacería peligrosa que se puede dar en aquel lugar —Prometo que hasta que termine la obra n morderte, no tan duro— una broma de mal gusto como lo es ella mismo, la menos espera sacar provecha de la muchacha en cuanto a diversión se trata. Si aunque no lo pareciera incluso en su ser en la parte más oscura de ella puede ser una maldita con los demás como también una protectora, solo que ahora esa línea que divide esos aspectos está en juego a romperse para un solo lado.

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