Poor is the man whose pleasures depend on the permission of another... ~Libre~

por **Nicoletta V. Candotti** Jue Abr 30, 2015 8:00 pm

Era una noche como cualquier otra del frío otoño, las hojas caídas en las calles de París daban antesala al intenso invierno que azotaría la ciudad, podía verse gran cantidad de transeúntes con sus abrigos (para aquellos que tenían como comprar uno) y trapos viejos (para quienes no). Este era uno de esos días donde ya había pasado más de 24 horas sin probar una sola gota de sangre, afortunadamente (para mi) había vaciado a un joven muy guapo y buenmozo, de esos que por tener un gran físico creían que tenían a toda Francia a sus pies, lamentablemente luego de cruzarse conmigo su vida dio un giro inesperado (demasiado, diría yo). Salía del bosque y cada vez más me acercaba a la ciudad para partir hacia mi casa, aún podía saborear aquel sabor tan peculiar de la sangre cuando dejé de concentrarme en el sabor y me di cuenta que estaba justo frente al Cabaret.

- Hace semanas que no vengo a divertirme -pensé mientras asentaba con la cabeza-, la noche aún era joven, y es que recién había llegado la medianoche, sería aburrido volver a casa tan rápido tomando en cuenta que debía por obligación pasar todo el día en las tinieblas si no quería arder como brasas de chimenea si me expondría al sol. El anochecer era el único momento en el cual podía poner un pié fuera de casa, así que lo medité mejor y decidí entrar al mismo - Razón tenía Albert en decir que tenía problemas. -negaba con la cabeza mientras reía recordando a quien durante su vida, era mi marido-, caminé hacia la entrada y podía escuchar el sonido de las copas chocar entre sí.

Una vez dentro observé el lugar muy detalladamente, podía ver a lo lejos al anciano baboso que le era infiel a su esposa, mientras manoseaba a una joven con vestimenta de criada muy descaradamente. Al fiestero que celebraba su compromiso en compañía de sus amigotes, al camarero ajetreado por el exceso de trabajo y la gran cantidad de impacientes clientes y otro sinfín de algunas personalidades que siempre frecuentaban dicho lugar. Este sitio siempre era mal visto por la clase alta (mujeres, principalmente) sin embargo no era mi caso, a pesar de mi edad y mi clase social me consideraba bastante mente abierta al respecto. Disfrutaba pasar toda la noche allí, bien sea cantando, bailando o tomando vino como ya era de costumbre. Muy usualmente iba allí a bailar sobre el escenario y era así como atraía a mis posibles victimas, donde escogía al más llamativo para mi olfato, mi vista y mi gusto.

Saludaba a la dueña del lugar, quien me trataba de maravillas, mis estadías en aquel lugar implicaban derroche de grandes cantidades de francos, todo esto sin incluir que prácticamente se lucraba también gracias a mis hobbies sobre las tablas de aquel lugar. - Comenzaba a extrañarte, mi querida Daphne. -le dije con una sonrisa y un abrazo a la dueña del cabaret- - ¡Nicoletta!, ya te echaba de menos. -dijo Daphne correspondiendo a mi abrazo con una gran sonrisa- -Apuesto todo lo que tengo, a que viniste solo para subir a divertirte sobre el escenario. -prosiguió con gesto pícaro-. Solo sonreí para asentar con la cabeza y me adentré a los camerinos, buscando algún atuendo nuevo con el cual salir. Tenía altas expectativas en saber como terminaría esta noche.

por **Galia Townsend** Vie Jun 19, 2015 5:01 am

Salí del oscuro y sucio callejón ya satisfecha mi sed. Había tenido la suerte de encontrar aquél joven mendigo casi inconsciente por la cantidad de alcohol en su sangre. Me mostré a la luz noctura de la calle principal dónde la mayor fuente de iluminación provenia de la luna, pues la calle estaba a oscuras y bastante solitaria. Únicamente se podía ver una pareja de rezagados por ahí o unos cuantos borrachos saliendo de cualquier bar. Comencé a caminar calle arriba, se acercaba el invierno y el viento nocturo era algo más frío de lo normal pero no me importó pues me gustaba sentir la brisa fresca en el rostro. Las hojas muertas yacían en su nicho de piedra adoquinada y hacían resbalar a algunos transeuntes que volvían con prisa a casa, pues el número de víctimas por "asesinatos paranormales" había augmentado y la única conclusión a la que habían llegado los humanos es que cuando cae el Sol, es mejor estar dentro de casa. Mi cabeza no paraba de pensar mientras lentamente llegaba a la puerta del Cabaret. Mi immortalidad me pesaba aunque era demasiado joven todavía, había pasado los últimos setenta años en soledad y tenía un vacío dentro que cada vez se hacía más profundo e insoportable. Abrí las decoradas y pesadas puertas del Cabaret, donde la gente brindaba, reía, se emborrachaba y dejaba todas sus preocupaciones y miserias en la puerta. Me senté en una de esas mesas que están relativamente cerca del escenario, era redonda, pequeña y con un vistoso y tupido mantel encima. Pedí que me trajeran algo de vino, aunque no iba a bebermelo. Un apuesto y sonriente camarero me trajo mi pedido, le sonreí como gesto de gratitud y se marchó por donde había venido. Acerqué la copa de vino a mi rostro y me impregné de su aroma para luego dejarlo de nuevo sobre la mesa. Justo en ese momento el escenario se iluminó indicando que un nuevo espectaculo iba a dar su comienzo. Una música estridente y sensual comenzó a sonar por el lugar y cuando el telón se levantó para dejar ver a las bailarinas, pude ver una mujer de gran belleza sobre el escenario, la miré durante varios segundos hasta que me di cuenta de que ella no era humana. "¿Qué hará ella ahí arriba? ¿Acaso trabaja aquí?"- pensé mientras la veía moverse al ritmo de la música. La mayoría de barones que había en el local, estallaron en vítores y algunos gritaron alguna palabra soez respecto al físico de la immortal. Apoyé mi espalda en el respaldo de la cómoda silla y seguí mirando fijamente a la joven teniendo el presentimiento de que aquella iba a ser una gran noche.

por **Eclipse Cullen** Sáb Jun 20, 2015 6:36 pm

Un fin de semana común y corriente para mi, París no podía ser mas estrellada, no podía ser mas tranquila. Exceptuando el cabaret claro, un lugar lleno de cerdos calentones, mujeres absurdas con los atributos al descubierto de los ojos de hombres lujuriosos que engañaban a sus mujeres. —Mi padre me mataría si supiera que estoy aqui. pensé con una sonrisa encantadora y rebelde.

Yo estaba sentada en una mesa de apostar, rodeada de hombres que me juzgaban por mi edad, cuando de echo, le estaba rompiendo el trasero en el pocker. La mayoría de ellos pensó que por mi reservada vestimenta iba a ser una tonta inocente, cuando de echo soy una manipuladora por naturaleza, una perra narcisista, y una persona capas de volver loca a la persona más cuerda disfrazada de una encantadora jovencita.
El olor a licor y tabaco inundaba el lugar, y en un abrir y cerrar de ojos termine ganando el juego. —Caballeros, me temo que han perdido. Nunca deberéis juzgar a un libro por su portada. dije mientras me levantaba de mi lugar y guiñarles un ojo antes de retirarme con el dinero que gané.

Sin más preámbulo, tome un mechero y unos cigarrillos de la mesa de un extraño mientras me acercaba a las mesas cercanas del escenario para ver el show de zorras que bailaban can-can que estaba por empezar. Una joven de cabello negro como la noche me llamo la atención, por el echo de que estaba sola, como yo. Generalmente es extraño para mi clase ver a una mujer sola, y aun peor ver a una en un cabaret. Tome una silla con confianza y me senté junto a ella, no era tonta, tenia la piel pálida como el hielo, definitivamente era... un vampiro. —¿Te importa? dije con una sonrisa mientras me acomodaba para luego prender un cigarrillo.

La música comenzó a resonar en en el cabaret, dando lugar en el escenario a una dama igual de pálida bailar en el escenario como si estuviera sola en la habitación, sin vergüenza alguna. —Me sorprende cada día lo que esta dispuesto a hacer un vampiro para conseguir sangre... dije levantando las cejas, algo sorprendida y sarcástica. —Me llamo Eclipse, un gusto. comenté ofreciéndole la mano con una sonrisa. —¿Y como os llamáis, joven? pregunté levantando las cejas algo curiosa.

por **Galia Townsend** Dom Jun 21, 2015 5:56 am

Me giré al escuchar a la joven, aunque fuese por pura cortesía pues ya la había escuchado venir. La miré un instante y luego sonreí levemente. -No creo que busque conseguir sangre-dije clavando los ojos en los de la joven.-Mi nombre es Galia Townsend, un placer.-pronuncié mientras le estrechaba la mano que me ofrecía. Mientras la miraba pude sondear sus pensamientos más externos y supe lo que era y porqué estaba aquí. La miré curiosa pero luego desvié la mirada al escenario de nuevo.

Era agradable tener alguién con quien conversar después de setenta años de soledad.-Sois inglesa, ¿cierto?-pregunté mirando los rasgos de la joven y captando el accento de sus palabras. Volví a mirar la copa de vino durante un instante y luego se la acerqué, total yo no iba a poder bebermela. Me mantuve en silencio pues tampoco estaba ascostumbrada a la compañia aunque era joven y la soledad es más propia de los ancianos.

Volví a llamar al camarero de la encantadora sonrisa y esta vez le pedí un Bourbon, me gustaba mirar el color del licor dentro del vaso y meter un dedo en él para notar el calor del alcohol. El camarero trajo mi pedido y la música del cabaret cesó en ese instante apagándose todas las dudas y quedando completamente a oscuras. Sonreí casi para mí misma pues yo podía ver todo lo que allí pasaba, pero los humanos del local no. Fijé la mirada de nuevo en la joven y pude captar en sus ojos un brillo de rebeldía y adrenalina, no sabía muy bien que se proponía pero iba a descubrirlo.

por **Eclipse Cullen** Dom Jun 21, 2015 2:57 pm

—¿Y entonces que viene a buscar? Pregunte llevándome los dedos indices a los labios sin apartar la vista del escenario, Claramente la respuesta era lujuriosa, pero me gustaba a hacerme la tonta, me gustaba ver a los demás como piezas de ajedrez o títeres, era una adicción propia.

La muchacha de cabellos negros como la noche, piel blanca como la nieve y labios rojos como la sangre tenia un nombre precioso, al menos no se llama como una jodida face lunar. Cuantas veces me habrán molestado con ello. No odio mi nombre, solo que es ''peculiar''. —Si, ¿por qué la pregunta? ¿me delata mi acento? Ya, ni que hablara tan mal francés. dije esto último inclinando mi cabeza hacía atrás para soltar una leve carcajada.
Algo llamo mi atención, y eran las miradas que se compartía Galia con el camarero que nos trajo mas vino. Incline mi torso hacía ella aun sentada para susurrarle palabras al oído. —¿no te tienta quitarle cada litro de sangre? estas rodeada de gente semi-desnuda, con sudor, y manoseandose en zonas donde no debe haber manos. Mierda, si fuera vampiro no me controlaría. dije con una sonrisa para tentarla.

Me gustaría ver una riña de vampiros contra humanos, seria una masacre, y obviamente apostaría por el lado ganador. —Ademas, ¿Por qué una dama como tu estaría en un lugar tan infame como este? lo mismo me debería preguntar yo misma. Pero yo soy una temeraria, esa sensación de adrenalina me vuelve loca. Sentir que tu corazón esta por salirse de tu pecho y que tu pulso es golpeado con un martillo para mi es la sensación mas maravillosa que Dios pudo haber creado para un ser humano. Para cualquier especie en realidad, no entiendo por que la sociedad decidió calificarnos por lo que hacemos, me parece estúpido. Yo no dependo de nadie y nadie depende de mi, tengo la consciencia limpia gracias a esto; y créeme que si no tienes eso... no tienes nada.

por **Galia Townsend** Dom Jun 21, 2015 4:12 pm

-No te preocupes, yo tampoco soy francesa- dije sonriendo mientras ella se carcajeaba, era una mujer peculiar, atrevida y eso me gustaba. Cuando se acercó a mí y me hizo aquella pregunta reí y negué lentamente. -Ya he bebido suficiente por hoy- dije mirando a mi alrededor, el hecho de que estuviese repleto de gente semi-desnuda haciendo cosas... lascivas, no me afectaba lo más mínimo pues mi interior, al igual que mi piel se había convertido de hielo. Miré a Eclipse un instante y lugo volví a sonreír.-Créeme que tu nombre no es... peculiar.-dije haciendo un gesto con la mano y volví a meter un dedo dentro del licor, era cálido al tacto y también espeso, quería bebermelo, notar como bajaba por mi garganta y quemaba mi estomago, calentandome desde el interior, pero no podía, si lo hacía vomitaría todo su contenido al instante y no eso no es un gesto demasiado glamuroso.

Volví a sondear su mente y ví imágenes atroces, me ví a mi misma haciendo una matanza en aquél lugar, no dejando alma con vida excepto la de Eclipse y luego... Mi sangre, manando de la muñeca y sus labios, bebiendo de esa sangre. Fruncí el ceño y enfoqué la vista en su rostro de nuevo. Te gusta la acción, ¿eh?- dije sonriendo de medio lado. Me gustaba su presencia, irradiaba calor y era agradable.

Poco podía sentir ya, mi corazón ya no bombeaba y con lo cual no oía sus latidos, pero oía los de ella. No necesitaba respirar, por lo que no notaba el aire entrar en mis pulmones, pero podía oír su respiración y ya no podía sentir la luz del sol calentado mi piel, pero podía sentir el calor que desprendía la suya, era por eso que no quería que se fuera, necesitaba su presencia para ahuyentar la soledad y para no perder mi humanidad, porque sin ella estaba completamente perdida.

por **Eclipse Cullen** Dom Jun 21, 2015 4:47 pm

—¿Y de donde eres? pregunte curiosa. Podía pasar noches en el cabaret escuchando historias de ebrios, me recordaban mucho a las historias de aventuras que me contaba mamá. Solo me traía nostalgía de algo que reprimo hace varios años, pero no voy a largarme a llorar en un cabaret como ebrio ridículo, que patético.

—Olvide por completo que los chupa sangre leen la mente, detesto eso comenté con una sonrisa ladina. Pero de verdad lo odio, tengo imagenes tan grotescas en mi cabeza que saber que puede ser un libro abierto para ciertas personas me pone los pelos de punta, ¿a donde iran a esconderse mis demonios entonces? —Creo que soy de las pocas personas que no le agradaría ser un vampiro, no soportaria escuchar los pensamientos de alguien todo el tiempo, me volvería loca Ni siquiera soporto las voces de una persona que me dice que hacer, no me quiero imaginar lo que piensan. Cuando murió mi madre, mi padre Victor controlaba todos y cada uno de los días de mi vida, quería que sea aplicada, madrugadora, cuidadosa, que vocalice, que no ria a carcajadas, que no me atragante con comida, que no ponga armas sobre la mesa, sobre todo quería que encuentre la... perfección. Ahora me preguntaría que estaba pensando mi padre cuando me decía todo eso, lo que menos quería era convertirme en, bueno. En el.

Como era de esperarse, Galia pudo ver mis grotescos pensamientos de una masacre, honestamente me avergonzaba el echo de que me viera así. Pero es culpa de los libros que leo ahora que estoy fuera de los muros, yo mismo lleno de mente de imágenes sangrientas y leyendas espeluznantes. —Siempre fui una chica extraña, Galia. asentí con la cabeza al decirlo. —Tengo un alma camaleónica. ¿Que hay de ti? ¿cómo te ''defines''? No tengo el privilegio de leer tu mente. Siempre me dio curiosidad el hecho de como piensa un vampiro, que se le cruza por la cabeza cuando tiene sed, y como pensaban antes de ser convertidos. Es como una ciencia. La delgada linea entre un humano y una ''bestia'', como un híbrido; un hombre y algo que no puede auto-controlarse. Un ser magnífico, eléctrico, magnético. Algo que luce como ángel, y habla como ángel... pero es el demonio disfrazado.

por **Galia Townsend** Dom Jun 21, 2015 5:42 pm

- Soy Irlandesa, mi padre lo era y nací allí —dije desviando la mirada, hablar de mi pais natal me traía algunos recuerdos... dificiles. Sonreí levemente ante ese hecho, allí había creído conocer al amor de mi vida y el hecho de que se marchase me provocó un mazazo emocional.Pero mi madre si que era francesa, ella me enseñó esta maravillosa lengua. -dije y volví a fijar los ojos en ella mientras acariciaba el suave mantel de terciopelo con los dedos, dejando ver mis uñas que parecían de cristal. Y Eclipse, no todos los vampiros pueden leer la mente, algunos tan solo la bloquean para que otros como... yo, no puedan leerla y así averiguar sus movimientos, conocer sus sentimientos más vulnerables o adentrarse en sus recuerdos, normalmente los dolorosos.-cuando acabé de pronunciar las palabras me quedé en shock, las había dicho con tanta naturalidad que habían salido de mi boca sin tan siquiera darme cuenta. Aquello me dolió pues eran exactamente las mismas que Armand me había dicho una vez y el hecho de que aún recordará con claridad sus palabras y su voz en mi mente abría una herida en mi pecho que nunca iba a sanar.

Volví a escuchar la voz de la joven y capté que era lo que quería saber, su curiosidad era grotesca y macabra pero no me desagradaba, volví a sonreír pero esta vez los suficiente como para que se vieran dos caninos más largos y afliados de lo normal.-Cuando tenemos sed, una sensación de locura nos nubla la mente a la vez que la adrenalina que provoca la cacería se dispara.-dije tamborileando los dedos, era fácil de describir porque había dedicado muchas noches a reflexionar sobre ello, a averiguar que era exactamente lo que sentía y como controlarlo, aún así seguía matando a más de una persona por noche. Y cuando al fin tenemos a nuestra víctima y le damos el "beso", la sensación cambia y se vuelve placer, nos sentimos embriagados y podíamos decir que hasta excitados, es una sensación tan agradable que desearías que no acabase jamás pero una vez que la víctima ha muerto y te ves obligado a parar, el peor de los vacíos se apodera de ti acompañado de, como no, remordimientos.-dije sin dejar de mirarla, me asustaba hasta que punto podía llegar a recordar y cuantos sentimientos podrían resurgir, aún así no quería que dejara de saciar su curiosidad.

por **Eclipse Cullen** Lun Jun 22, 2015 1:56 pm

Escuché atentamente cada explicación de la chica inglesa para luego tomar lentamente la copa de vino, la cual bebí lentamente para deleitar su gustor, en un abrir y cerrar de ojos la copa ya estaba vacía. —¿Y cuanto tiempo llevas así? pregunté apoyando mi cabeza contra mi mano.

Sus palabras solo me recordaban a una sola persona, y era mi amo, lo había visto transformase reiteradas veces en un monstruo descontrolado, no contra mi, aun no, pero con otras esclavas o humanos si, nunca he tenido el valor de preguntarle por que tan sangriento comportamiento, puesto que prefiero hacerme la sorda, ciega, y muda durante esas escenas para pasar desapercibida. —¿Y quién te ha transformado? segunda cosa que siempre me importo de la historia de un vampiro, el por qué a decidido ser inmortal, o por qué fue fatalmente atraído hacía ese destino. Yo pienso que nuestro destino esta entretejido como una tela, que el destino de uno se entrelaza con el de otros muchos, es lo que todos buscamos, o lo que todos luchamos por cambiar. —¿Si pudieras cambiar tu destino, lo harías? pregunte inclinándome hacía ella, mirándola de una forma tan penetrante que solo yo se hacer, capas de indagar en lo más oscuro del alma de una persona.

Me separe de la Irlandesa nuevamente para sentarme en mi correspondiente lugar y prender otro cigarrillo, Con respecto a lo que pasaba a mi alrededor, por los minutos de charla pensé que se había desvanecido. Pero en realidad las luces ya estaban devuelta, las prostitutas buscaban a sus ''presas'', y el dinero, alcohol, cigarro, apuestas corrían. —¿ y la exótica bailarina a donde se ha ido? pemsé observando el lugar desde mi asciento. —Que pregunta, con su ''clientela...''

por **Galia Townsend** Lun Jun 22, 2015 5:22 pm

Sonreí levemente al ver que la joven se terminaba la copa de vino prácticamente sin darse cuenta, asi que le hice un leve gesto al camarero para que sirviese otra. —Hace aproximadamente setenta años que soy... así. Sus pensamientos pensamientos eran fuertes, nítidos y profundos que etraron en mi mente sin tan siquiera darme cuenta. Pude ver a un vampiro y a ella junto a él. Aparté el recuerdo y volví a bajar el volumen de las voces hasta que escuchéa suya, pero esta vez no estaba en mi mente. —Un vampiro llamado Armand fue mi creador, lo amé incluso después de la muerte pero no fue suficiente. —respondí y aparté su recuerdo de mi memoria, guardándolo en un cajón que se volvería a abrir más tarde. —Yo elegí lo que soy, quería pasar la eternidad con él y creía que iba a pasar pero se marchó, desde entonces no lo he vuelto a ver. — puntualicé ese hecho porque necesitaba expresarlo en voz alta y no solo en mi mente donde esa afirmación se confundía con otras, ajenas a mí. Observé atentamente la mirada de Eclipse, profunda y lectora para luego sonreír ante su pregunta. —Aunque el dolor esta presente, no cambiaría ninguno de mis actos. —ante mis respuesta vi como volvía a ponerse cómoda y se encendía otro cigarrillo al tiempo que miraba de reojo al escenario, preguntándose donde estaba la inmortal que estaba bailando hacia unos minutos. Fijé la mirada en el vaso de bourbon y volví a pensar en Armand mientras sonreía levemente, solo podía quedarme con las buenas cosas porque era incapaz de intentar recordar las malas.

por **Baruch D'Anunzio** Miér Jun 24, 2015 2:56 pm

Salí un poco, como cada noche, a divertirme y a ponerme serio. Me encanta la París nocturna, hay tanto que hacer.
Mientras veo el empedrado del suelo, unas cuantas ratas hacen ruido con sus patitas cruzando la calle hacia la cloaca más próxima. Y las luces amarillentas de las farolas dan a todo un aspecto fantasmagórico.

De pronto, me doy cuenta que el color de las mismas cambia...Observo un gran neón en rojo que dice "Cabaret"-Qué interesante...- y sonrío mientras me coloco mi sombrero ¿Por qué no echar un trago? Al fin y al cabo, tengo todo el tiempo del mundo por delante. Me rio de mis ocurrencias y coloco un pie delante del otro, camino al interior de ese hermoso antro de vicio y perdición.

Una vez dentro, me siento en la barra-Je voudrais un cointreau, s'il vous plait- digo al camarero. Miro a mi alrededor...Hay gente interesante dentro, desde luego...Se palpa la belleza de las chicas que se mueven rítmicamente sobre el escenario-Qué hermosas...- me digo a mí mismo.
Me fijo en dos chicas que están apartadas cerca de mí, charlando entre ellas. Son dos hermosos ejemplares de feminidad. Las observo descaradamente, ambas están casi de espaldas, tampoco me importa mucho si se fijan en mí o no...Recorro el cuerpo de ambas: La morena de tez blanca reluciente como la luna, me parece tan extranjera como yo. Quizás alemana, pienso. La otra, es rubia, bastante alegre y charlatana. Ambas tienen un buen porte
- Mala suerte...qué desgracia haberme muerto tan joven, sin haber probado las mieles del amor mientras aun vivía...- me digo mientas sorbo la copa de licor...-¿Por qué será que las encuentro tan atractivas? Al fin y al cabo sobre el escenario hay bocados más apetecibles...-pienso, para responderme que quizás lo que me disguste un poco es el exhibicionismo, y prefiera a las damas discretas...

por **Eclipse Cullen** Miér Jun 24, 2015 3:05 pm

Su historia me ablano el corazón y me estremeció por dentro, ¿cómo alguien es capas de ser tan cruel para castigarte de una eternidad con el corazón roto? ni siquiera se lo que se siente tener un corazón roto, nadie puede romperme el corazón, tampoco nadie puede tenerlo. —Si te sirve de algo... algunas personas suelen obsesionarse con el corazón equivocado. el amor puede ser una cosa maravillosa, o nuestro más grande arrepentimiento.

La situación se había vuelto incomoda, y cuando las cosas se vuelven incomodas yo lo que normalmente hago es embriagarme hasta que todo lo incomodo se amolde ami, o yo a ellos, no lo se, estaría muy ebria para darte clases de filosofía al respecto, y al día siguiente no recordaría nada. Mire mi copa otra vez que volvía a estar llena. Simplemente la tome y comencé a bebérmela, mientras lo hacía le hice una señal con mi dedo indice al camarero para que directamente traiga la botella.
Mis labios se tornaron de un violeta oscuro, el cual relamí varias veces a causa del sabor de los mismos. Otra cosa que hago ebria es contradecirme, constantemente. —¿Un consejo cariño? el amor no sirve de nada, es un hechizo creado por los mortales para dar a sus mujeres algo con lo que jugar en lugar de poder... ¡Prefiero el poder! dije mientras volvía a servirme otra copa con una sonrisa.

Entre tanto parloteo no pude evitar sentir una nueva presencia, no un humano, no un ser de luz, alguien oscuro. Un ser oscuro. Un vampiro. Sus pisadas lentas resonaban en mis oídos haciendo que lo mire de reojo lentamente. Era un hombre alto, delgado, de cabello rubio y largo, estaba sentada junto a la barra... observándolo. Prendí otro cigarrillo con una sonrisa ladina dibujada en la cara para luego volver a darle la espalda.
Mire de reojo a Galia. Espero que el no pueda leer mi mente. —Esto del coqueteo es fácil, regla número un: diviértete. Regla número dos: aléjate de la persona con la que puedas perder. Regla número tres: siempre déjalo con ganas de más. Como lo que acabo de hacer. pensé guiñándole un ojo.
¿Qué demonios hacía yo dándole consejos de coqueteo a una persona que prácticamente tiene 100 años de experiencia? fácil, las reglas del juego cambian.

por **Galia Townsend** Jue Jun 25, 2015 7:03 am

Sonreí ante la afirmación de Eclipse respecto al poder. Si, el poder era maravilloso, sentir que estás por encima del resto, que puedes acabar con ellos... Te hacía sentir... poderoso, claro. El poder me gustaba pero el dolor que causa un corazón roto era mucho más duradero que la sensación de poder. Vi como la joven seguía bebiendo y en ese instante noté los pensamiento de alguien, se notaba que no era humano, pensaba diferente. Me giré hacia la barra y allí lo ví, parecía joven, almenos en apariencia y estaba pidiendo algo. Volví a girarme y un instante después noté su mirada en nosotras. Eclipse se giró a mirarle con descaro y luego se giró sonriente. La miré divertida mientras leía en su mente sus reglas de coqueteo. Reí levemente y me llevé la copa de Bourbon a los labios para mojarmelos y luego los relamí para notar su sabor.

Se notaba que el joven no podía leer nuestra mente y tampoco bloquear la suya pero sabía penar lo suficientemente bajo como para que sus pensamientos se confundiesen con el resto. -"Inteligente, sabe actuar, quizá no sea tan joven como aparenta."- pensé y me giré a mirarle de nuevo.

por **Baruch D'Anunzio** Jue Jun 25, 2015 9:42 am

La chica parloteante se giró y sonrió de medio lado, como si yo fuera una especie de colilla que ella recogía por pena del suelo...En cierto sentido me ofendió. Pero se me ocurrió algo interesante. Volví a mi copa y sorbí un poco de ella. Me parecía una chiquilla alegre, pero lo suficientemente descarada como para tratar de sorprenderla, y escarmentarla.

-Vaya, vaya...- Sonreí-Así que quieres jugar...muy bien, juguemos pues...- me dije mientras sacaba de mi chaquetilla un cigarro. Lo coloqué al borde de mis labios, casi haciendo equilibrio...era una mezcla de tabaco y opio bastante estimulante...Me incorporé de la barra y me puse serio: Iba a reirme un poco. Decidí utilizar mis poderes, no me gustaba la arrogancia de esa chica.-Le gastaré una broma, para que se le bajen los humos...

Con una voz serena pero firme, dije lo suficientemente alto como para que me escuchara, centrándome en toda mi capacidad de Persuasión- Gírate, enciende mi cigarro y dí tu nombre en voz alta y clara...- y rectifiqué- Por favor.... El mandato era lo suficientemente fuerte como para que obedeciera, pero no se dijo, desde luego, en tono grosero o humillante: Era una afirmación, como si dijera "Mañana sale el sol". Miré atentamente su reacción, y trataría de evitar reírme...demasiado.

por **Eclipse Cullen** Jue Jun 25, 2015 10:03 am

Estaba en el medio de una carcajada a casa de los gritos del hombre cuando una sensación motriz interrumpió mi cerebro. —¿Me disculpas? dije mientras me levantaba de mi asiento con los ojos muertos y sin brillo. Dándome la vuelta totalmente, dejando a Galia de espalda, para dirigirme hacía la barra en contra de mi voluntad.

Me acerque al rubio colmilludo por detrás, abrazándolo por la espalda mientras pasaba mis manos y brazos por sus hombros para alcanzar su cigarrillo y encenderlo. Tenia un aroma embriagador, una mezcla de sangre, tabaco y alguna flor que yo desconocía. Me sentía como una perra más del cabaret, yo no hago estas cosas. Que desagradable. —Buenas noches, soy Eclipse, ¿y tu eres? dije con un hilo de voz sabiendo que el de todas formas me oía. Parpadeé unos minutos para luego salir del trance. —Si te dejo entrar a mi mente es porque mi mente es débil. pensé reiteradas veces para luego separarme del muchacho disimuladamente. Sabia que si me iba corriendo como niña llorona iba a hacer el vano pues tenia una habilidad que detesto; control mental.

No soy títere de nadie joder, este es mi tablero de ajedrez, no el tuyo. Pero se que si el quiere jugar en su tablero, yo se jugar mejor que el. —¿Quieres jugar? cariño, yo por un fin de semana podría dominarte. pensé con una ceja levantada. Sin más preámbulo prendí un cigarrillo y me senté a su lado, me volteé a mirar a Galia unos segundos para guiñarle un ojo con una sonrisa ladina y le hice una señal con la cabeza para que venga.

Sin más, mi mirada volvió a conectarse con la del rubio —¿Por qué todos los vampiros de París no pueden evitar venir a cabarets? Acaso, ¿tan dulce es la sangre de prostitutas? pregunte en tono sarcástico con una encantadora sonrisa para luego llamar de un silbido al barman el cual vino en un abrir y cerrar de ojos.
—¿Que desea señorita? dijo en tono amable mientras secaba unas copas.
—Se me antoja un whisky dije guiñándole un ojo.
El hombre lo trajo al instante en dos vasos planos, tome el mio y le lleve el otro al joven rubio como si este pudiese tomar alcohol por más que quisiera, que tonta. Bueno, al menos fue un gesto de amabilidad.

por **Galia Townsend** Jue Jun 25, 2015 10:46 am

Eclipse se levantó y se dirigió a la barra, donde se encontraba el no-muerto. Me giré y seguí su trayectoría, después de un rato vi que se giraba a mirarme y me hacía una señal. Sonreí levemente ante sus pensamientos, propios de ella y me levante para dirigirme a la barra. "Quizá no es buena idea".- pensé mientras ralentizaba el paso, pero de todas formas no me detuve y me situé junto a ellos. Vi como Eclipse pedía una bebida y me apoyé contra la barra mientras los miraba a ambos, tenia una expresión seria y analizaba al desconocido, tenía algo familiar, algo extraño... había algo que me llamaba la atención y no conseguía averiguar que era.

Me giré hacía al barra y llamé la atención del camarero disimuladamente. -Otro bourbon, porfavor.- dije cuando se acercó, lo vi alejarse para preparar mi pedido y me relamí, quizá podría dar un trago más aquella noche. Fije la mirada en el camarero y comencé a escuchar los latidos de su corazón, se metían en mi cabeza y retumbaban por ella. Quise matarlo, quise apagar sus latidos. Cuando quise darme cuenta, estaba agarrando con tanta fuerza el borde de la barra que había dejado unos surcos en ella.

Parpadeé varias veces y luego carraspeé para ponerme derecha de nuevo. [color=#cf1049- Perdón, a veces me cuesta... controlarme.[/color]- murmué sabiendo que almenos el inmortal se había dado cuenta de mi reacción porque él también la conocía. Volví a mirarlos y sonreí levemente mientras el camarero traía el bourbon.

por **Baruch D'Anunzio** Jue Jun 25, 2015 11:12 am

Miré divertido a la joven-Encantado Eclipse-dije paladeando cada golpe de voz-Yo soy Baruch...¿Ves qué fácil es romper el hielo?- Sonreí sinceramente. Dejé consumirse el cigarrillo de opio en mis labios: ¿Qué necesidad tenía de drogas? El mero placer de dejar el humo azul flotar en rededor era suficiente para mí. El aroma, dulzón y soporífero además solía tener efectos narcóticos entre otras especies...que respiraban -No como nosotros...esto es mera frivolidad para un vampiro que no necesita respirar...Vanitas Vanitatis...!- pensé amargamente, mientras fijaba suavemente mis pupilas en las de Eclipse. Me pareció que la alemana se acercaba, siguiendo a su amiga...

El opio tenía un efecto sugestivo y tranquilizador, lo que me facilitaba muchas veces la tarea de persuadir, seducir o confundir a mi presa...De todas maneras, hoy estaba ahíto de sangre...no necesitaría una ración hasta más tarde
Respondí a su pregunta-¿Por qué los vampiros de París tenemos fijación por el cabaret y las prostitutas...?- Y quedé pensativo-Creo que primero, es porque hay Tiempo....Es lo único que nos sobra- y sorbí mi copa de Whisky-Y segundo...el parisino medio también es muy de putas... - y reí por la ocurrencia- Y seguir la moda aquí es muy importante...de manera que lo más inteligente es ser un poco putero. Aunque ya te digo que no hace falta ser vampiro para apreciar a las prostitutas. De todas maneras...- dije queriendo zaherirla un poco con sorna, pero en broma- No entiendo a qué viene darme de lado como lo has hecho si sueles moverte por aquí...- Y sonreí pícaramente -¿Tienes miedo a que no pueda pagarte o miedo a dejarte querer...?

Noté que su amiga estaba especialmente nerviosa, había arañado la barra de tal forma que había dejado unos buenos surcos. Tenía algo extraño, noté que tenía un aura parecida a la de los vampiros. la oí murmurar algo sobre controlarse-¿Es posible que esté hambrienta...? - pensé. Era bastante hermosa, pero desde luego la notaba ausente, como si estuviese midiendo cada uno de los pasos que daba. El camarero le trajo la copa.

-¿Y ella es...?- dije inquiriendo a Eclipse, para que pudiera presentarmela

por **Eclipse Cullen** Jue Jun 25, 2015 1:25 pm

—Claro, controlando la mente cualquiera obtiene todo. pensé refunfuñando entre dientes mientras miraba al misterioso hombre de colmillos que definitivamente el merece un premio por el nombre mas extraño que he visto en mi vida. Yo creí que tenia un nombre raro, me han superado. Logro romper el hielo, eso si, pero tiro todo por la borda al llamarme prostituta. —¿Tengo la apariencia de una prostituta? dije en tono frío, levantando una ceja mientras buscaba en mi cabeza la manera de contener mi cordura, por que ¿es enserio? ¿que no vez que soy la que lleva más ropa aqui en esta sala? cariño lo que tienes de años te falta en inteligencia. —Yo solo he venido a pasarla bien, nada más. agregué en tono seco cuando logre calmarme. Ahora solo falta que piense que busco un prostituto, que maravilla.

Mire de reojo a Galia cuando estaba perdiendo los estribos, —Galia, ¿tienes hambre? pensé con el ceño fruncido dirigiendo mi mirada hacia ella. Pero antes de que pudiese responder, Baruch me pregunto su nombre, haciendo que me volteé con una falsa sonrisa. —Ella es Galia, es un encanto, a que si. dije mientras tocaba las marcas que dejo ella en la mesa, queriéndome referir a sus arañados sobre la madera.
—Galia, el es el señor Baruch dije volteándose hacia ella tratando de contener una pequeña y sutil risa.

por **Galia Townsend** Jue Jun 25, 2015 1:38 pm

Me giré al escuchar la voz de ambos que se dirigian a mi, sonreí a Eclipse y luego fijé la mirada en el joven. -Hay gente a la que no puedo resistir incarlw el diente. -digo alzando una ceja. El local estaba más iluminado en aquella parte con lo cual, nuestras "rarezas" se veían más marcadas.

-Un placer señor Baruch, y no soy alemana, soy irlandesa.- dije y me toqué la frente con dos dedos, levemente, para darle a entender de donde había sacado la información. Cogí el vaso de bourbon y le di un pequeño sorbo, relamiendome los labios luego para notar su sabor.- Por cierto, no me gustaría oír de nuevo que insinuais que Eclipse es una prostituta, sería de muy mal gusto. -digo frunciendo levemente el ceño pero aún así lo pronuncio con un tono firme pero suave, sin ningún tipo de amenaza.

por **Baruch D'Anunzio** Jue Jun 25, 2015 2:07 pm

Miré a Eclipse, y sonreí, tratando de quitar hierro al asunto- Oh, por favor, no se lo tome en serio...lo último que querría es que se llevase una mala impresión de un no-muerto. Nosotros sólo matamos, no hay necesidad de ser descortés ...Io sonno scherzando...Ç'est une plaisanterie...una broma- Rei con la idea de que un muerto pudiese bromear- Si está aquí para pasárselo bien, ya seremos dos....

En cuanto me presentó a Galia, centré mi atención hacia ella. No pude más que coincidir en que, efectivamente, como me estaba diciendo Eclipse, era una maravillosa criatura. Cuando me respondió tan ingeniosamente no pude sino pensar que sería muy agradable probar esos dientes entonces...Y cuando comprendí que era capaz de leer los pensamentos -Vaya, así que irlandesa... me sorprendí, no muchos vampiros que he tratado lo hacen. -Es decir- pensé-que ha escuchado todo lo que he pensado sobre lo de hincarme el diente..genial Baruch, genial. Ahora pensará que soy un desconsiderado aun mayor...oh, y tú que habías venido a pasar un Moment Naîve..

-No se preocupe- dije a Galia cuando me habló sobre hacer más bromas pesadas a costa de su buena amiga-considere todo esto como un jolie moment...una nimiedad....
Tomé la mano de Eclipse entre la mía, y quitándome el cigarro de la boca, me incliné- Beso su mano en señal de respeto....- Inmediatamente hice lo mismo con las de aquella vampira-Igualmente, beso las suyas...y me pongo a los pies de ambas- Coloqué de nuevo el cigarro en la boca, y dí una honda calada. El humo se escapaba por mis fosas nasales, ya que mis pulmones eran como una máquina que podía plegar o desplegar a placer, de manera que podía estar lleno de ese humo hasta que decidiese expulsarlo. -Qué curioso soy- pensé-más de doscientos años y aun me sorprendo...

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