Vino y una señorita (Iryn)

por Invitado Mar Sep 14, 2010 10:54 am

Abrí la puerta, dejando que Iryn pasara primero. Sonreí, al notar el suave y dulzón olor de su sangre. Me sacudí un poco el pelo, dejando que algunas gotas de la lluvia que nos había empapado cayeran al suelo, mojándolo. Me quité la gabardina con lentitud y la dejé en el perchero de la entrada, mientras miraba como Iryn se quitaba la suya. Con un acto de cortesía, cogí su gabardina y la colgué al lado de la mía, con una espléndida sonrisa. Los modales siempre serían lo primero para mi. Por mucho que oliera a gato mojado. Reí por lo bajo.

El ambiente era un poco oscuro. Había un par de borrachos al final de la barra, hincando el codo. Tenían tres jarras de fría cerveza a su alrededor. Arrugué la nariz. Despreciaba el sabor de esa bebida, no era para nada agradable a mis sentidos. Caminé con lentitud hasta una de las mesas, adelantándome para hacer que Iryn se sentara primero, en un signo caballeroso. Me senté justo frente a ella, cruzando las piernas y apoyando la espalda en el respaldo de la silla, suspirando. Podía oler el humo de los cigarros negros y de las pipas que tenían los clientes. No me desagradaba, pero no era el aire más puro que uno podía aspirar. Puse los ojos en blanco.

El camarero vino a tomarnos nota. Pedí una simple copa de vino y me levanté, desabrochándome el chaleco. Tanta ropa me estaba empezando a agobiar. Me volví a sentar, sonriendo a Iryn. Miré por la ventana. Una carreta pasaba a toda velocidad bajo la lluvia, salpicando a las aceras por culpa de un charco que había por medio de la calzada.

por **Iryn Steklov** Mar Sep 14, 2010 1:24 pm

Al final habíamos acabado escogiendo aquella taberna para la charla. ¿Por qué aquel lugar? Principalmente porque se encontraba un poco a las afueras y estaba oscuro. Nadie que se encontrase allí podría decir que Desmond era o no un vampiro. La verdad es que tampoco pensaba que nadie llegase a pensarlo algún día.. aunque si era muy indiscreto seguramente lo acabarían matando.

Entré en la estancia y lo primero que me llegó fue el desagradable. ¿Cuánto hacía que la cocina no se limpiaba en aquel lugar? Siento ser muy meticulosa, pero aquellas cosas em daban demasiado asco para encontrarme a gusto.

Anduve hacia la mesa que Desmond había elegido y em senté allí, en frente suya, mientras me quedaba mirándolo. La verdad es que se podía considerar un hombre bastante atractivo. Aunque... no sé... supongo que lo que me hacía querer salir de allí corriendo era solo el hecho de que él era un vampiro le quitaba gran parte del atractivo que otra mujer pudiese encontrar en él.

-Un poco de wisky para mí, gracias -No solía beber, es más, no era muy adecuado que una muchacha acabase borracha... pero con tal de que aquella percepción del olor se me alterase, era capaz de hacer cualquier cosa.

-¿Hay algún libro que no te hayas leído de la biblioteca? -Pregunté de repente y no sabría decir muy bien el por qué de aquella indiscreta pregunta. Supongo, que me había fijado en que en una eternidad daba mucho tiempo a leer.

por Invitado Mar Sep 14, 2010 1:56 pm

Me pasé de nuevo la mano por el pelo, sintiendo que realmente seguía mojado. Suspiré y puse los ojos en blanco, sacudiéndolo un poco y peinándolo hacia arriba. El agua estaba bastante fría, sí, pero no tanto como mi piel. el agua de la lluvia me estaba recordando demasiado al día en el que me convirtieron. ¿Se nota que odiaba a ser un vampiro y un simple asesino de pacotilla?

Me remangué hasta los codos. El camarero trajo las bebidas y yo no tardé mucho en llevarme el vino a la boca. Puaj. Estaba asqueroso. No había probado un vino de una calidad tan mala en mucho tiempo. Se notaba que en aquella taberna no sabían lo que significaba un gran reserva. Al menos esperaba que el whisqui de Iryn estuviera mejor.
Levanté una ceja. Me extrañaba ver a una señorita tan refinada como ella con una bebida. Sonreí.

-Creo que no. Pienso que me he leído casi todo de los que hay en esa Biblioteca -agaché la cabeza, casi musitando-. He tenido mucho tiempo para poder leerlos.

Esbocé una sonrisa amarga y le di un nuevo trago al vino, sintiendo como bajaba por mi garganta, hasta llegar al estómago. Me relamí los labios y miré a todas y a cada una de las personas que había allí. Eran casi todas iguales. De clase baja-media, borrachos como cubas o simplemente intentando seducir a una de las camareras. ¿Todos los humanos eran así de idiotas? No recordaba que en mi época los señores se comportasen de aquella manera tan asquerosa y rastrera con las mujeres. Decidí no darle más importancias y seguí mirando.

Levanté la vista hasta la puerta. Había entrado un hombre, de tez pálida y ojos claros. Un vampiro. Lo primero que hicimos fue establecer contacto visual. No sonreímos, simplemente nos miramos. Trescientos y pico años. No le echaba más, no era de los más antiguos, se podía considerar como un novato, como lo era yo. En mis viajes por toda Europa y América, había conocido a vampiros de casi un milenio de existencia, cuyos poderes eran realmente fuertes. Su vista se dirigió hacia Iryn y sonrió. Aquella mirada era la misma que ponía yo cuando tenía la suficiente sed como para matar a una persona que no tenía nada que ver conmigo. Torcí el gesto y la miré, una vez que el vampiro dejó de verla como una banquete con patas.

-Creo que le ha gustado a alguien, madamme -reí por lo bajo, haciendo un gesto con la cabeza hacia el hombre, que había pedido una copa de vino, mientras seducía con sus encantos a la camarera, para envidia de los demás borrachos que había sobre la barra, que empezaron a comentar en voz baja aquella escena.

por **Iryn Steklov** Mar Sep 14, 2010 3:29 pm

-Mmm... -Dije pensativa mientras miraba el vaso de whisky que acaba de servirme el camarero. Se lo agradecí con una mirada antes de volver a bajar la vista hacia el líquido anaranjado. No era muy dada a la bebida. No me gustaba beber... pero aquel olor, los hombres mirando a la camarera desesperados... me abrumaban. Sí, me estaba cansando de todo aquello y al final acabaría encerrándome en mi casa sin querer salir nunca más.

-¿Cuántos años tiene, señor? -Pregunté con curiosidad. Si había tenido tiempo de sobra para leerse todos aquellos libros no era precisamente porque fuese una persona joven. No, no mucho menos. Eso quería decir que tenía más años que Ramsés.

Finalmente acabé con el asunto del whisky de la manera más "sotisficada" que me encontré. Cogí el vaso con una mano y mientras con la otra me tapaba mis fosas nasales introduje todo aquel anaranjado líquido en mi garganta. Vale, lo reconozco, nada más hacer aquello me arrepentí. Noté cómo iba bajando por toda mi garganta, quemándola a su paso. Tuve ganas de gritar allí mismo, de llorar, de... ¡Meterme otra cosa!

-Me... ¿Permite? -Señalé con la mirada su copa de vino. La cogí con el dedo pulgar e índice y le di un pequeño trago antes de devolverla a su lugar de origen. El hardor fue disminuyendo lentamente, permitiéndome volver a respirar y a pensar en otra cosa que no fuese meter la cabeza debajo de una fuente. -Disculpe mis modales caballero... -Susurré.

Un hombre pálido y de ojos azules entró en la sala. Por la conversación silenciosa que mantuvieron él y Desmond supuse que sería un vampiro. Después de su entrada espectacular se acercó a la barra y empezó a coquetear con la humana camarera que cayó en sus garras sin oponer resistencia.

-No creo que el sabor de mi sangre le agrade, monsieur -Dije con una pequeña sonrisa volviendo mi mirada hacia él.

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