El verdugo (Darkness Severaux)

por **Leviathán Shadow** Sáb Mayo 09, 2015 12:56 am

Es la ocasión que sin ambages ni reproches, mi presencia era solicitada por el estrellado firmamento de la noche, decidí por entonces dejar a Teobaldo mi fiel sirviente en el coche y continuar a pie recorriendo los senderos que alguna vez como humano visite.
Antes de proseguir lleno de mortificaciones la bestia alimente y al lugar al que finalmente mi estancia destiné fue con culpas que hasta él continué, pero es en el trayecto donde la nostalgia aparece como la cruel villana de mi cuento imperfecto de hadas, ella invadía mi ser con plena calma, nublaba mi vista, aniquilaba toda gana con su invisible espada que desde aquella nicho de infernal derrota en la cruzada, fue su filo el que corto mis alas, tal sentimiento tan inoportuno a veces le creía oculto entre mis oscuras capas esperando el momento en que yo parecía callar mi a queda y sucia alma, otras veces más yo pensaba, que se trataba de la maldición que a mi arrojaban las energías condenadas a las que con violencia de su vida despojaba y sangre con fiereza les arrancaba, ¡Oh, vaya cadena tan horrendamente pesada que tenía que cargar cada una de mis noches hasta el alba, eslabones que hacían de mis pasos los más lentos y torpes, como odiaba al bestial animal que mi derrota quiso marcar con esta condena fatal.
La serenata nocturna cada vez la percibía más hermosa que ninguna, más brillante era la luna, más bellas resultaban ser todas las criaturas, desde el imponente pino hasta el más diminuto resquicio del silencio y del olvido que a veces también llegaba a invadir mi oído o de la brisa otoñal que aunque de ella estaba cubierto bajo la falsa faz, podía sentirla con mayor naturalidad, ¿Como era posible que amará y odiará a la soledad? ¿Como era posible que estos sentimientos llenaban mi mente de extensa infelicidad, si antes cuando era humano no deseaba nada más que esto con toda voluntad?, el puño se volvió a cerrar, mi caminar se acelero como si quisiera escapar de mi verdugo pensar, como si todo esto fuese una pesadilla de la que pronto habría de pasar, mis piernas se empezaron a movilizar con mayor velocidad, la capa detrás se comenzó a desplegar con el aire que osaba golpear, bajo la máscara no hacia más que al frente mirar y de pronto allí estaba sin más, en jardines donde guardaban un divino rosal.
Construccion colosal, cuya misión era a la naturaleza resguardar, cubrir y acoger con su techo de cristal, cual invernadero de alta esfera social, no pude aguardar por más, debía mi seer refugiar, después de que la respiración se agitaba y el suelo giraba, mareado estaba pero no era por la caminata, tampoco era por la velocidad empleada, era algo distinto a todo lo que había percibido, naturalmente que algo con mis poderes de vampiro tenía que ir referido, pero tan poco el conocimiento que de Montserrat había recibido que no sabia interpretar aveces las señas que percibo, era algo inquietante, era algo insistente y aberrante, cuya mirada sentía a donde quiera me dirigía, camine entre plantas y aun así la sensación constante seguía, la máscara de porcelana de lado a lado se movía escudriñando entre las sombras aquello que cobarde me espiaba desde hacia un rato que deje a Teobaldo al pie de una montaña.
Aunque no debía ya usar armas, quería seguir siendo el Leviathán que alguna vez intento aniquilar un alma, de su escondite salieron las dagas, allí en ese paraje donde la vegetación frondosa formaba parte de la escena misteriosa, el cómplice perfecto de lo que fuera que quisiera verme muerto -¡Se que estas ahí!- alerte y a o todos lados observe -¡Amigo, demonio, ángel, enemigo o The Phantom, muéstrate quien quiera que seas maldito bastardo o no te prometo ser responsable de mis actos si eres inocente y solo por curiosidad me estas espiando!- esta preparado para cualquier cosa que se suscitará en el futuro, incluyendo si debía desempeñar el papel de un verdugo.

por **Darkness Severaux** Lun Mayo 11, 2015 1:11 am

Le ha espiado desde entonces, desde que supo quién había sido el culpable de tan aparatoso siniestro en el teatro de París, era ese infernal sujeto enmascarado que había intentado asesinar a su hijo de las tinieblas, desde él alba al anochecer hasta altas horas de la madrugada Darkness le seguía fiel como una sombra, era necesario conocerle antes de encararle, los propósitos del longevo vampiro eran claros, había ciertas cuentas que por The Phantom debía cobrar a precios excesivamente caros, jamás en los mil años con los que constaba su existencia el imperturbable vampiro se veía inmerso en una cólera que le casi insoportable de ocultar.
Procuraba de cualquier forma ser precavido, por naturaleza era un ser lleno de presencia que sin necesidad de emitir palabra alguna lograba captar la atención de todo con el que se topará, accionaba entre la oscuridad, a la sombra de un ala, entre carruajes, rincones e informantes, hasta cierto punto reconocía que el ilustre caballero era un personaje que contrataba con su hijo en todo, era el contrario, el reflejo de un deforme espejo que por un lado te mostraba la maldad enmascarada en una máscara de porcelana, con siglos de existencia, oscuro y sanguinario y por el otro extremo se mostraba la bondad enmascarada en porcelana, sonriente, de pocos años de existencia, sanguinario pero solo contra los mismos cuya naturaleza eran iguales al responsable de su transformación, un cazador… el hombre era un contradictorio vampiro cazador, incapaz de dejar atrás su halo humano y abrirse paso por entre las tinieblas y el tiempo inagotable, era un vampiro que murió amando la vida.
Aquella noche decidió enfrentar tal criatura, era por las calles desoladas que un cuervo graznaba por delante del caballo negro que llevaba en su fuerte lomo a Darkness Severaux, a todo galope aquel animal se dirigía al único lugar al que jamás faltaba su futuro rival, por más que se negará a la verdad de que el rumbo de sus escapatorias a la realidad que le envolvía y torturaba hallábase siempre entre flores y espinas en el viejo jardín botánico que si bien había crecido a lo largo de los años no había cambiado nunca de aspecto.
Darkness observaba con altivez lo que a su alrededor los sentidos percibían, inmundicia, pecado, lujuria, hambre y miseria por entre las calles de los negocios y los burdeles, los ebrios pasaban con su torpe hablar, diciendo incoherencias a la nada, esa invisible amiga que en ocasiones a más de uno servia colmo la perfecta compañera que los humanos jamás poseerán mientras sus prejuicios señalen de forma brutal a los otros, el vampiro se reía de lo que captaba en sus mentes, era tan ridículo el acto de soberbia y egoísmo con que los hombres se escudaban de los vicios que el diablo les imponía como tentaciones, era con desilusión que veía la esperanza de que toda raza humana mejorará, de que los sueños de grandes emperadores se fuera a la nada en un puñado de años solo por la naturaleza auto destructiva de los hombres, pero como bien señala la Biblia “Quien este libre de pecado que arroje la primera piedra”, el no era un santo y llevaba en alma más allá de las muertes para su supervivencia, la propia destrucción de un hombre que se convirtió en el monstruo que jamás dejaría de aterrorizar a París, derramando sangre fresca entre sus manos solo por diversión y venganza vívida y pura.
-Tanto teméis de mi hijo?- cuestiono con agresivo acento mientras abría las puertas del recinto cristalino con brusquedad, ocasionando que los cristales se quebrantaran por completo, cayendo pedazo por pedazo al suelo, no había en realidad que caminar mucho para hallar el rosal principal en la exposición de las plantas silvestres -Admiro con creces vuestra valía enmascarado- declaro con oscura firmeza sintiendo es su hombro las garras del cuervo que se aferraba graznando con ese delgado y ensordecedor sonido propios de su especie -Mirad que… salir de noche aún sabiendo que vos es perseguido por los que alguna vez a su estirpe pertenecisteis aunado al que te sigue por una cuenta pendiente que adquiristeis de forma indirecta y con pago muy alto requiere de… extremado valor- inspiro -Vos aconsejo que guardéis esas armas que de nada servirán con tu humilde servidor, no es que sea indestructible lord Shadow, pero vos sos un neófito estúpido e ignorante que no tiene ni la más mínima idea de lo que es estar con alguien un cuanto diferente a The Phantom- su mano izquierda se movía de un lado a otro, custodiando el metal de la otra -Permitidme presentaos, mi nombre es Darkness Severaux, padre de sangre maldita de The Phantom y vuestro futuro peor enemigo- realizo una breve reverencia, sonriendo apenas con aires de victoria, con mirada altiva y con el más pulcro de los recelos.

por **Leviathán Shadow** Sáb Mayo 23, 2015 6:52 pm

Al paso que la penumbra reinaba, a mi visión apareció la silueta de un alma condenada, un hombre de temple sereno, de rostro pálido y perfecto características que solo podían pertenecer un ser del infierno -Vaya juego el que me estas proponiendo- decía mientras tras la mascara burlonamente estaba sonriendo -Ni siquiera el mínimo placer tengo de conocerte y hacerte mi enemigo ya pretendes- negué rápidamente -Sin duda algo inédito- solté una carcajada de tinte siniestro -¿Y quien se supone es tu hijo insurrecto?- pregunte con la molestia destilando por dentro, quieto -¿The Phantom? ¿Estas seguro de aquello?- a él le comento sin moverme del lugar donde me atreví a quedar tan pronto lo oí llegar, con la capa oscura cubriendo mi silueta de par en par, que a menudo se solía contonear tan pronto mis movimientos de las manos con fuerza los hacia notar -¿Has perdido el juicio maldito animal?- me atrevi a insultar, sin que con ello le pretendiera provocar, pero era cierto que en aquel cuestionar buscaba de mi alejar a un hombre que sin duda los siglos o la antigüedad le habían hecho perderse de tiempo y realidad, nadie podía conocer de quien se trataba al que en contadas ocasiones me atrevía nombrar, aquel que provocaba que daga y armas me atreviera a desenvainar, con tanta gallardía apuntar, tal como lo hacia ahora, con los filosos y mortíferos metales de plata que estaban listos a matar -A quien he osado a llamar nadie lo pudo crear, nadie que no fuera el mismo Belial- pasivamente comencé a refutar -Y a sus amables insultos yo me atrevo a contestar que no tengo miedo de ese monstruo infernal, por el contrario es lo único que salgo a buscar cada que el sol se empieza a ocultar- de a poco el volumen de mi voz parecía aumentar -¿Sabe lo que hizo verdad?- ofensivamente pregunte con altivez y vanidad -¿Sabe que solo mata por matar y no porque deba su sed saciar, cubrir su necesidad ¡Sabe que ha matado a toda una comunidad cuando el teatro se propuso a incendiar!- el puño se aferro a la daga con gran velocidad, esta empezaba a temblar, entre mis manos ella bailoteaba de tan solo recordar, de tan solo ver las imágenes con impotencia y no poder volver el tiempo atrás -Quizás la próxima vez que de él comiences a hablar, que a él con feroces colmillos quieras defender su dignidad, dos veces deberías investigar- hacia él con prudencia me dirigía, deje a las rosas atrás cuyo aroma de pronto se alejaría con cada cada paso que daría.
Las sombras en aquel recinto eran suficientes para ocultarse en algún sitio, densas, espesas, cubiertos por flores diversas, era un averno plagado de fragancias que solo alentaban al alma herida a permanecer en paz y tranquila, al menos que alguien que apenas conocías saliera de la nada a refutarte los atentados cometidos contra quien morir debía -Puede que sea un neófito- y por fuera a mi oponente la máscara asentía -Pero tu mismo hace unos momentos lo decías, fui un cazador, un humano con valentía que a los tuyos noche a noche matarlos se proponía, con semejante promesa, con tantas peleas ¿Tu crees que no conozco para saber sobrevivir a este mundo de tinieblas?- me encogí en hombros sin dejar de estar alerta -Este mundo no es diferente al otro, mala y buena levadura existen entre criaturas nocturnas , prejuicios y rivalidades de unos a otros seres infernales, que aún con una máscara de pro medio se atreven a juzgarte- y entonces, de pronto a mi vino el impulso de matarle, las dagas dejaron de temblar y se erigieron triunfantes, brillaban con la poca luz que la luna reflejaba a plenitud -“Tu hijo”- dije con tono maldito - Odia a los hombres y por eso mata a montones, yo… Leviathán Shadow vampiro enmascarado, odia a los que pertenecen a este oscuro lado y por eso ellos morirán por placer y venganza ahora que tengo varias ventajas de mi lado- clame enfadado -Paradójico- baje las armas a mis costados -Tu hijo es vampiro mata por matar a los humanos, yo soy humano y matar por matar vampiros será mi nuevo oficio- declare convencido -Me alegra saber que será el padre de ese monstruo el primero en perecer bajo mis manos- sonreí malvado -Debo agradecerte-clame agradecido a mi nuevo oponente -Hasta esta noche no tenía claro lo que haría al perder ya mi condición de humano, no conocía como desquitar la terrible tortura de vidas inocentes tener que arrancar para poder respirar, creí que muerto estaba destinado a estar pero de pronto… apareces tu, diciendo que a The Phantom te atreviste a crear, hiciste que por dentro de nuevo me volviera enfadar, ese maldito sentimiento que contra el fantasma me impulso a luchar- mi voz tinte y color de pronto volvió a recobrar -Más no acostumbro tan bajo jugar, quiero que me des otro motivo para poderte atacar, adelante- ose a invitar -Dame una excusa- tome aire para poder exclamar -¡No es esto lo querías en esta noche comenzar! ¡Vamos lánzate a matar!- abrí los brazos con oas dagas en las manos, esperando su próxima jugada.

por **Darkness Severaux** Miér Jul 01, 2015 1:01 am

Darkness caminaba con cautela, eran como una fiera, los ojos de marrón encendido trataban de penetrar la máscara, el viejo vampiro no hacia más que caminar de un lado a otro como los animales de circo hacen en sus jaulas, sin importar la amenaza que él intentaba imponer el estaba escuchando atentamente todo cuanto salía por aquel orificio en la sonrisa petrificada de la máscara, donde el sonido de la voz real se distorsionaba -Sos un vampiro descarado a mi parecer monseuir, demasiado descarado- respondió con su voz sin tinte ni color -Quizá no habéis captado aún que dejasteis de ser un cazador, hablarle a un antiguo de vuestro modo significaría la muerte rápida- observo por encima del hombro -Pero no lo haré, no hasta que hayáis pagado con creces lo que hicisteis a mi cría- dijo orgulloso.
Sus pasos se habían detenido de pronto y en lugar de de que la marcha siguiera de un costado a otro, en instantes fue de frente al rival a vencer.
-¿De verdad creéis que sabes vivir aquí? ¿En este mundo, solo porque vos lo combatisteis de frente siendo hombre?- cuestiono con tono burlesco -No monseuir, este mundo es más que un universo paralelo, es una tortuosa broma de Dios, más letal y más salvaje que el destino mismo- señalo con dedo firme el piso -Aquí si hay prejuicio moriréis, si hay simpatía moriréis, en cambio allá solo se sufre por cosas sin sentido, bordas y absurdas…-comento aturdido por el pensamiento del enmascarado -Claro, que podía esperar de un neófito como vos- bufo mientras sus pasos se deslizaban en la tierra firme del jardín, el cuervo permanecía sereno desde una zona lejana y el aroma a rosales inundaban los pulmones que lo absorbían, pero a Severaux solo le importaba su oponente, a la larga observar aquella máscara por más minutos de lo normal llegaba a horrorizar, a distorsionar la percepción del otro.
La faz parecía moverse por si sola aún cuando los gestos de esta se mantuvieran fijos, los movimientos del neófito tampoco favorecían mucho la estabilidad de la ilusión, por un momento pensó que había perdido el equilibrio y basto unos segundos para abrir y cerrar los ojos regresando a su estado normal -Os equivocáis al pensar que mi hijo es el villano de la historia y que por su maldad nadie pudo haberlo engendrado en el divino vientre de la madre noche- sus labios formaron una mueca extraña en un intento de sonrisa -De lo contrario vos tampoco deberíais existir entonces- asintió con calma, haciendo alarde inconsciente de su corta cabellera negra de cabellos brillosos y grasientos -Porque si no lo habréis notado desapareció entre vos y mi hijo la única linea que los dividía- dejo presuntuoso -Mi hijo y vos son iguales, siempre lo han sido… dos enmascarados, dos asesinos cuyo actuar siempre será bajo el amparo de las sombras, uno era humano mataba vampiros, el otro era vampiro y mataba humanos, simplemente por el deseo de matar por placer y ahora…- señalo con su pálida mano abierta, desde la lejanía que marcaba su duelo de miradas y poses intimidantes todo lo que conformaba a su interlocutor rival -Vos, sois un infeliz que mata vampiros por beneplácito y confort, tal y como The Phantom lo hace con los hombres… y creedme, podría pasar toda la noche hablando de vuestras similitudes- detuvo su habla abruptamente para tomar aliento -Pero tengo otras cosas en mente para esta noche- el otro hombre pareció inmutable, Darkness podía sentir su sobresalto por dentro sin demostrarlo por fuera -Interesante- musito después de un momento -No tenéis miedo a los antiguos que podrían hacerte pedazos solo por ser un ignorante e insignificante neófito… no le teméis a la muerte ¿Ereis en verdad tan confiado?- interrogo con curiosidad y tono despectivo, incrédulo, el vampiro no despegaba su vista del inmóvil cuerpo cubierto por negro y más negro en todo su ropaje incluyendo capa larga y botas de cuero -¿No os respondéis a nada de lo que señalo? -exigió -Nada, ¿es más fuerte vuestro orgullo o vuestro miedo?- intentaba provocar ira en el contrario -¿Que infiernos haréis ademas de tus elaborados movimientos de espadachín de baja categoría?, No conoces nada sobre vuestros poderes… ¡No teneis nada!- reclamo con desespero.

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