De copas de sangre y mortíferos negocios <Los eternos C. de le due maschere della notte)

por **Klarion Svevo** Lun Jun 01, 2015 1:02 am

Le había hecho perder la pista a Constantine, tenía que asegurarse que la Corte de los Buhos permaneciera a salvo pero por ella... por esa mística piedra de colores extraños llevo a entregarlos a todos a un puñado de vampiros que creían tener el orden en sus manos... orden una palabra por demás desconocida para ese hechicero malcriado, que había regresado a París simplemente por conocer que había sido de aquellos que su tropa derrotada intento derribar en combate.
La tierras no habían cambiado entonces, las supersticiones respecto al teatro tampoco, en boca de todos se hablaba de que el fantasma aunque hombre fue en el pasado ahora era un espíritu enojado con toda la nación y que solo los valientes se atrevían a ir al teatro para no regresar nunca, eran marineros, gente del vulgo, aristocráticos y artistas de renombre que de sus labios húmedos y carnosos se desprendían tales relatos, semejantes blasfemias, o al menos así era para Klarion, para él todo era una burla, se reía en silencio o veces de manera descarada a media calle cuando escuchaba las especulaciones, llamaba tonta a la gente y después frente a sus ojos desaparecía para trastornarlos solo como diversión.
Ni siquiera por lo acontecido en la mansión había cambiado de pensar, su mentalidad seguía siendo comandada por la rebeldía y por la omnipotencia, sentía que el mundo era suyo solo porque los demás ignoraban conocimientos de prohibida índole, que sabia más allá de lo que se hablaba de boca en boca sobre el fantasma del teatro de París.
Por este motivo iba completamente embravecido cuando recibió la invitación a su residencia, ere ese vampiro de nuevo, le invitaba cordialmente una copa que amenizará una charla interesante según lo remarcaba en el amarillento papel, que termino en el fuego después de el hechicero lo leyese con pesadez y desgano, ese día como muchos otros su gato se hallaba en su regazo y por alguna razón infinitamente desconocida siempre parecía tener más iniciativa que él -Esta bien- dijo de mala gana -Iremos por unas copas y unos cuantos negocios- añadió invadido de la aburrición.
Esa noche hacia frio suficiente para que nadie saliera de casa, las calles solas o con poca concurrencia daba la cuenta del viento, una brisa fría que lograba la calma en Klarion y la concentración en su camino, puestos los ojos en sus pasos y no en los pomposos y exagerados peinados de las damas acaudaladas que habían sido invitadas a cenar por allí con un caballero que solo ofrece amor pasajero, el chico permanecía ajeno a esos menesteres, si había algo que amaba más que el amor mismo, era la magia, el poder y el dinero, era quizás que por eso en medio de aquel establecimiento donde había sido citado llamará la atención en demasía, sus ropajes negros, su forma altiva de caminar, de ver ido por encima del hombro, hacia callara unos, hablar a otras y a llamar la actitud de las señoritas, su pelo rubio y sus ojos fríos parecían cautivarlas junto con su sofisticado porte que le hacia romper como un espejo las conversaciones mientras sus pasos guiados por una mujer y secundados por un bastón inservible que solo para Klarion tenia utilidad le llevaban a la mesa reservada.
Alli en medio del bullicio, perdido en la belleza de los cristales rebosantes de vino observo la inmundicia con la que rellenan los bares a esas horas en que el cielo era cubierto por el manto de la noche y plagado por las criaturas del demonio -Será interesante saber porque me citas aquí- susurro sarcásticamente observando con placer la riña torpe y sin sentido de dos ebrios -Primitivos- añadió a disgusto, observo su reloj, llego más que a tiempo -Me divertiré con el espectáculo mientras arriba su majestad- tomo la copa reposando su espalda en respaldo de la incomoda silla de la mesa más alejada, tomo una posición despreocupada y divertida, alimentada por la música mundana que por nada se detenía.

por **Cetanu Vasili** Sáb Jul 04, 2015 7:29 pm

-Nunca te creí de gustos tan mundanos- murmuró Cetanu y también contemplaba la escena de los borrachos peleando -Bueno no te culpo, después de todo eres humano- se encogió de hombros el condenado a espaldas del mago -Es por naturaleza el morbo entre los de tu especie y rango-las manos lechosas en los hombros del muchacho ahora estaban reposando, era una especie de invitación silenciosa a dejar de observarlos -París es una nación llena de aves tontas, plumajes y figuras de personas, todas ignorando que somos nosotros los que estamos acechando, que somos los primeros de ellos burlarnos, riñas como esta solo me hace considerar lo que estaba pensando, aquello donde los Eternos formaran parte en el juego de exterminar a ese tipo de animales raros- señalo a los tipos que de reñir habían parado gracias a la intervención de unos cuantos -Al fin y al cabo- continuo en voz alta pensando tras el asiento del mago -Son la copia barata de otros humanos más malvados, son el fallido plagio del estereotipo que busca este nuevo siglo- emitió de lo más profundo un leve suspiro que resoplo de sus labios rosados y vivos por la sangre que había consumido.
-En fin- continuo el vampiro, soltando a su aliado y enemigo, su elegante bastón golpeaba la madera del pasillo, la mesa acomodada y vino de la mejor casa puesta con tentadora inteligencia, recordó entonces sus años en la edad media cuando se solía servir vino a favor del Dios Dionisio aunque fuera profano para los seguidores de Jesucristo, por supuesto que ninguno sobrevivió al nuevo siglo después de que Cetanu ordenará matarlos y torturarlos -Te cité aquí porque ahora mis intereses han sido modificados, tengo una nueva misión que encargaros, tanto a ti como al fantasma que siempre va a tu lado- observo para todas direcciones tratando de encontrarlo, percibir la fuerza de la presencia del humano que no lograba descanso, pero nada ocurrió en el mundo donde todos los demás estaban disfrutando.
Tomo asiento al frente del muchacho, su gabardina aunque corta pendía del banco donde se encontraban sentados -Resulta que no quede satisfecho con el contrato que firme, los resultados lograron confundirme, hicieron más mal que bien las acciones a las que con la corte procediste- asiente y prosigue -El cazador sobrevivo a los estragos a los que tu sobreviviste, ¿Como? preguntarás sin tan siquiera decirme, bueno… al infeliz que tenias que matar en vampiro se atrevió a convertirle- con rabia todas esas palabras comenzó a decirle, el entrecejo de Cetanu empezó a fruncirse, el resto de los ruidos de la taberna por el momento no existen -Mande matar a Rorschach y la bella cazadora, al licántropo y al vampiro del circo los mate por mano propia… arriesgue mucho más para arreglar esta historia, realice lo necesario para eliminar a esas escorias y tu simplemente te vas al no ver victoria… ¿Te dio miedo acaso esa infeliz alimaña del teatro?- pregunto al mago retando -¡Es solo un infeliz que se cree hijo del diablo… pero están común como cualquier inmortal deambulando!- su discreción rompió en reclamos y poco a poco la paciencia fue recobrando -Ese inmortal rompió las reglas de lo que estamos jugando, la discreción ante los humanos es nuestro decreto más sagrado, se supone que debes hacerlo para no llamar la atención de inquisidores y cazadores humanos, pero ahora… ahora todo quedo documentado… un maldito español todo lo ha publicado por orden de ese ex cazador bastardo, los cazadores y caza recompensas se han interesado… saben que aquí están los monstruos que están buscando, después de un año lo malditos han matado a cientos de condenados de todos tipos , nuestra población se ha reducido a causa de esos dos malditos- con sus puños tomo al ingenuo y creído niño -Quiero hacer un nuevo trato contigo- susurro el vampiro cuando lo tuvo frente a frente con los ojos en él pendidos -Pero para evitar un nuevo malvendido y un fracaso inmerecido la Corte de los Búhos en este contexto deberá haber desaparecido, Los Eternos hemos decido… que crearemos una división para asesinos, a ti te hemos elegido, serás uno de La Recaille.. tu serás líder de la primera secta, ustedes se encargaran de eliminar a la alimaña perversa que en el teatro ronda sin ninguna vergüenza, de Leviathán Shadow y sus aliados otro será el que deba eliminarlos, Darkness Severaux será el encargado y aunque ya con él previamente he hablado lo he llamado para presentarlos- asintió observando al vampiro que se acercaba a lentos pasos.

por **Klarion Svevo** Lun Jul 13, 2015 12:55 am

Mientras otros alentaban la pelea, Klarion solo observaba entretenido, su risa chillona y estridente podía perderse rápidamente entre el bullicio agitado del resto de los hombres que apenas si se podían mantener en pie unos a otros -Sigan.. ¡Que siga el espectáculo!- exclamo y con sutil movimiento logro que las copas medio vacías de vino cayeran en los ropajes de un fino caballero de ascendencia inglesa, este que hasta ese momento solo había refunfuñado con arrogancia a sus acompañantes de la baja educación y nivel que mostraban los contrincantes, se vio poniéndose de pie y los puños cerrados masacrando a los demás, acto seguido, los caballeros que estaban bebiendo con él se levantaron a ayudarle, las pistolas no tardaron en hacer su aparición, Klarion que observaba todo lo acontecido con ese puñado de gentío desde una esquina, aplaudió como si se tratase de una obra de teatro, hasta que él apareció, Klarion frunció el ceño en fastidio y todo sonrisa desapareció de su rostro -¿Y que querías anciano?- respondió, fingiendo tener poco interés en la riña que el mismo había provocado -Me citaste aquí, no había nada más entretenido que hacer… estos animales me dieron la diversión que necesitaba antes de tener que tolerar tu maldita presencia- continuo con arrogancia -Además- agregó -No acostumbro a venir a estos sitios de mala muerte- se cruzo de brazos y irguió el cuello lo más que pudo, mostrando total desaprobación a sus comentarios que destilaban veneno por cada letra que formaba una palabra suya -Y dices que soy yo de los gustos aberrantes, claro Cetanu- puso los ojos en blancos y el rubio paso a sostener la mirada del mismo celeste que él, sin causarle mayor temor la amenaza callada del vampiro.
Siguió escuchando, aunque el no lo deseará vaya que resultaba placentero oír hablar sobre dominio y exterminación -Los simples humanos son inferiores, bichos que podemos pisar sin dificultad, tan solo piénsalo Cetanu, un mundo sin ellos, sin sus idioteces, poderes y oro quedarían vacantes, cualquiera de nosotros podríamos tomarlo…. los secretos de la magia serían míos, todo sería completamente mío- de sus ojos se desprendió el brillo de la malicia, de la ambición, ese joven no vivía para otra cosa que no fuese el conseguir más poder, si era necesario y debía matar a todos los humanos y brujos del mundo lo haría completamente encantado -Si- agrego tras la excitación de su propia imaginación -Yo él único poderoso… él único- rectifico en susurro.
Si estuvo ausente el vampiro de largos cabellos no se dio cuenta o ignoró del todo sus confesiones diabólicas a las que quería ejecutar al instante, antes de regresar al tiempo y lugar solo pensaba en recuperar a Pandora de alguna manera, quizás seria necesaria la despedida eterna de un marques que nadie necesitaba -¡Como que no estas satisfecho con lo que hice!- exclamo bruscamente -Deberías medir las palabras de lo que dices vampiro de pacotilla, te entregue a la Corte de los Búhos con todo y cabecillas, Lorenzo y Jean Claude están muertos, lo mismo que Rorschach y Bartolli, te quite la competencia del camino y te contacte con los Iluminatti para las alianzas que ahora te enriquecen y te hacen comandar entre ellas, arriesgue mi cuello por ti, arriesgue al infeliz de Zodiac por ayudarte, perdí mi piedra y así me lo agradeces- bramo golpeando la mesa -Tengo las manos manchadas de sangre por ti Cetanu- amenazo con dedo firme y acusador, este le señalaba como si en vez de una extremidad suya fuera una espada con la cual desprenderle la cabeza del resto del cuerpo, de pronto la sorpresa le invadió, ¿Era cierto lo que estaba escuchando, el cazador sobrevivió? ¿Como?, obtuvo la respuesta mucho antes que la externará -Maldito- respondió -Deja de hurgar en mi mente- reclamo, era la única forma en que Cetanu sabía con exactitud lo que pensaba su oponente, nunca avisaba y tenia según Klarion, un fastidioso don para no ser detectado -De todos modos - agrego el rubio, sosteniendo la mirada del otro con profana arrogancia -Yo que demonios iba a saber que esas escorias eran invulnerables al fuego, los creí muertos… la prueba estaba en que la casa se había hecho cenizas, considere que nadie sobreviviría a eso- negó, su sorpresa seguía acrecentando en su interior, se estremeció al recordar que fue el propio Zodiac quien le advirtió que los reyes de ambos lados del ajedrez estarían en pie no importando los peones caídos, ellos también sabían como levantarse y lo harían, todo eso el fantasma lo vio escrito en el libro que siempre llevaba consigo, en ese momento lo creyó una estupidez encerrándolo en un rubí de color esmeralda claro que pendía de su cuello.
-¡Claro que no le tengo miedo, un vampiro no es nada comparado con lo que puede hacer el alcance de mis poderes como hechicero!- frunció el ceño, enfadado, los ojos se encendieron y una cristalina capa que los cubría pareció deshacerse con fuego infernal de su interior -¿Quieres su cabeza, te traigo esa y la de todo el maldito continente si quieres- espeto mostrando la indignación que el comentario simplemente había hecho hacerlo estallar por dentro -No me importa la basura que pongas a mi cargo, yo te voy a demostrar lo que puedo hacer, no necesitas a quien sea ese idiota, yo puedo hacerme cargo de los dos sin problemas- reclamo embravecido, cuando contemplo al recién llegado, su respiración agitada se detuvo entonces, era un hombre realmente intimidante de mirada gélida, inclusive los presentes le observaron de reojo y después continuaron, a Klarion le pareció que ni siquiera las moscas eran capaces de zumbar frente de él, la impresión hizo doblegar al mago y tomar asiento, detesto esa sensación con toda su alma, nadie, absolutamente nadie lo había callado de aquella forma tan extraña de la que no se necesito palabras -Yo haré ambos trabajos por el mismo precio- recalco su ofrecimiento con más calma pero sin dejar que su vista hiciera contacto de arriba hacia abajo con el recién llegado.

por **Zodiac** Dom Jul 19, 2015 11:40 pm

Un encierro, un espacio… los fantasmas no estaban diseñados para mantenerse como esclavos, pero había sido su ansiedad por ser humano de nuevo, por sentir, probar, por vivir, por liberarse de esas cadenas que lleva a rastras desde el viacrucis de su muerte, liberarse de esos harapos malolientes con el que se cubre su rostro, ese que del que ya muy poco recuerda… la magia puede llegar a tener costes muy altos y lo seguía pagando.
Durante su ultimas andanzas con el infeliz hechicero se le fue conferido un íntimo secreto procedente de Nigromante, un libro de piedra ahora pendía de sus manos, dos tablas rocosas donde las cosas que se plasmaban eran por propia mano del destino, pero esto también tenía una advertencia… todo podía ser subjetivas, advertencia y secreto que se guardó para sí y su resultado fue el completo encierro en un diminuto diamante pendiendo del cuello del rubio, el mundo era distorsionado a través de la esmeralda, más no los sonidos.
Allí en su cárcel cristalina escuchaba el tumulto producto de una riña de taberna, los hombres se peleaban por la manipulación de energías, su infeliz Señor lo había provocado solo por divertirse, el bastardo estaba acostumbrado hacer lo que quería en el momento que lo deseaba, al parecer la capacidad de sus bastos poderes y su efecto le habían nublado la conciencia y la maldita sensatez, allí acurrucado Zodiac sintió el rencor y el fastidio, la repulsión por ese hombre, la melancolía y la culpa de que su ambición lo habían orillado a los mismos extremos que él.
Y luego esa voz, esa vibración, ese desespero que en él despertaba, era la personificación de un mal innecesario para la oscuridad y la luz, mortales e inmortales –Cetanu, maldito- susurraba y el eco estridente de su voz resonó entre los muros que lo retenían, la voz sin fondo del fantasma competía con el siseo de una serpiente venenosa, sin éxito alguno de acallar su voz, Zodiac llevo sus largas tuncas hasta uno de los rincones del lugar, su rostro plagado de las oscuridad, se oculto más aun en el fondo de la capucha polvorienta, se recargo en el cristal y se dejo caer hasta lo que parecía un suelo etéreo o invisible, junto sus rodillas y oculto su faz, sus manos se fueron a los oídos –Maldito Cetanu- volvió a repetir –Traidor- emitía de nuevo sus frases cortas y carentes de poco sentido que hace poco había olvidado hace un año tras su encierro, sin poder contener más su vista oculta entre sus rodillas volvió hacia el libro de piedra, allí en donde los laberintos del destino son inciertos y confusos, donde una simple acción de un elemento inesperado, estaba escrito lo que sucederá –No- susurro en conexión con eco estridente, tratando de establecer contacto con su captor –No, aceptar, no- advirtió –Peligro corres tu, peligro corres, final ser- el torrente de frases continuo de volumen bajo a más alto cada vez, la oscuridad de pronto reino en el cristal, el espectro se levanto, golpeo con puños cerrados el cristal, sombras negras que parecían ser nada, pero que poseían fuerza suficiente –¡Aceptas tu, el fin caerá sobre nosotros!- y entonces sus gritos fueron silenciados por energías externas desprendidas de la maldad pura del hechicero.

por **Scorpius Svevo** Dom Oct 25, 2015 10:12 pm

La figura esbelta de un joven se abría paso por las calles de París, solitario como siempre ignoraba las miradas de las jóvenes que le invitaban a pasar la noche con ellas entre sábanas de seda, habia algo en él que llamaba la atención de cualquiera y es que además de llevar las manos dentro de los bolsillos y un pendiente con un anj de oro, parecía que la adicción a la sangre de los inmortales ayudaba en demasía, tras su primera dosis algo había cambiado en Scorpius, nombre que no era real, no era el suyo pero su amo insistió en cambiarlo y con el paso del tiempo pareció haberlo olvidado.

Era un joven si historia entonces y también sin voluntad, quedo bajo el servicio de los "Eternos" hacía más de diez años, primero agradecía ser alimentado y cuidado con los múltiples mimos de los que le proveían, lo único que recordaba de su época pasada es que sufría de hambre, mucha hambre y al llegar a ese castillo subterráneo la sensación desapareció por arte de magia, también la ignorancia desapareció entonces, aprendió a leer y a escribir y desde ese momento no había un solo día que no llevase un libro entre las manos o bien que se metiera en las librerías en busca de nuevos títulos que alimentaran su curiosidad, fue instruido en defensa personal enseñándose a manejar las espadas y la fuerza física con la que contaba con muy poca, hasta ese momento para el pequeño que era en el pasado le parecía un juego, que equivocado estaba... lo estaban preparando para ser un arma de guerra y un adicto al carmín del vampiro que tantas veces lo abrumaba de una manera inexplicable.No era que con los otros a su cuidado llamarán su atención de manera tan profunda, todos eran bellos y de características únicas que ambicionaba tener, pero él, ese rubio de rostro asimétrico y piel lisa y pálida resultaba ser el máximo ejemplo en el que quería convertirse y con el vampiro que pasar la mayor parte de su tiempo, su cabello rubio y sus labios resultaban exquisitos a su vista, era un ángel, era la copia en carne y hueso de algún arcángel esculpido en lo más alto de una iglesia y cuando le dio su sangre... creyó sentirse bendecido, ahora era una maldición.

Empezó a ser participe mudo de las celebraciones de su grupo de cuidadores, traumas infantiles que de pronto lo hicieron introvertido y sin habla, cosas atroces que quiso olvidar por medio del placer que le brindaba el sabor metálico del carmín, poco le importo en ese entonces sacrificar su libre albedrío con tal de olvidar, decidió olvidar su verdadera identidad del que ahora solo tenia recuerdos vagos de lo fue su vida.

Pues bien, el no era malo por naturaleza, pero también había hecho cosas de las que no estaba muy orgulloso, hizo todo aquello con tal de recibir la sangre del rubio que alguna vez fue su adoración, de ese del que ahora no sabía que pensar o que sentir al respecto, pero por muy extraño que sonase, para el joven Scorpius, Cetanu era lo más parecido a la imagen paternal. Aquella noche no era la excepción a la regla, iba directo a la taberna para planear un ataque que vampiro romano estaba más que interesado ejecutar. De eso también se sentía culpable. Habia llevado hasta su refugio una copia de un libro que le había recomendado el vendedor de libros de su confianza, una novela literaria de un escritor español que había encontrado un porque a los incidentes que escandalizaron París hacia más de un año, la propuesta del español se le hizo interesante desde la primera página, pasando casi toda la madrugada enredado en la trama, en resumen parecía un relato muy real como se argumentó al principio del relato, lo que no sabía es que era observado por alguien detrás de su puerta, ser que le quito el libro y se lo llevo directo a su señor. Greta, la loca de todos los inmortales al servicio de Cetanu también escucho del ultimo revuelo literario que puso en tela de juicio la existencia de Dios y las criaturas de las noche, la mujer que estaba más que de acuerdo que el cazador llamado V, el vampiro de apodo The Phantom, Spencer Reid, Gideon Stark, Montserrat S. Brigthman entre otros personajes de la historia existían, el rubio no perdió tiempo y mando a sus espías a indagar, encontrando verídicas las acusaciones paranoicas de la otra mujer, desde allí comenzó su calvario, desde ese momento debía ser ejecutor de diversos procesos desagradables que conocía a la perfección. No tenia opción, era colaborar con Cetanu y los Eternos u olvidarse de la sangre, prefirió lo segundo.

Allí estaba, postrando en la entrada del lugar, dubitativo entre seguir con ello o no, pero que otra opción tenía, no había nadie que estuviese dispuesto a darle su sangre y volverlo su esclavo, vio a los alrededores y a su lado casi empujándolo hacia un extremo de la cera paso un hombre de ropajes oscuros, capa larga y altura prominente que ni siquiera se detuvo a ofrecerle una disculpa, por sus características de su fuerza sabia que era un inmortal de rareza sin igual, era en apariencia más humano, a simple vista parecía altivo, arrogante y malhumorado -¿Él también habría venido a la cita con Cetanu?- se interrogo sin obtener una respuesta clara, su rostro no le resultaba conocido entre las filas de la Secta.

Se adentro en ese bullicioso lugar, donde los ebrios debatían cosas existencialistas que ni sobrios se atreverían a tocar, otros más alejados trataban de calmar los humos coléricos de dos hombres que habían tenido una especie de descontento que los llevo a los golpes y finalmente la mirada de azul frio que le miraba fulminante, si una pizca de amor o comprensión como años antes le brindo, el vampiro estaba ya en compañía de Klarion y del otro sujeto con el que minutos antes se habia topado en la entrada, Scorpius tomo valor suficiente y se acerco hasta donde ellos. Bajo la mirada ante él, realizo una reverencia y se quedo en el piso con una de sus rodillas apoyadas en la madera astillosa del lugar –Lamento la tardanza mi señor- continuo sin volver la mirada –En lo consecutivo no volverá a ocurrir Señor mío- el joven esperaba lo peor, un castigo severo como la privación de la sangre y una golpiza por parte de su mano derecha cual era su costumbre cuando ejecutaba mal un trabajo o simplemente quebrantaba alguna regla que si bien podía ser o no importante, merecía castigo.

por **Cetanu Vasili** Lun Oct 26, 2015 12:24 am

-No seas imbécil y cierra la maldita boca- siseo el rubio claramente molesto mientras Darkness Severaux venia hasta su encuentro, ese vampiro de mirada intimidante que con pesadumbre iba directamente a la mesa lejos del vulgo y muchedumbre, mientras tanto alzo su mano tomando al hechicero por el antebrazo -Echarás todo a perder maldito animal desgraciado, este idiota creó al famoso fantasma del teatro - paso a asirlo por fuerza de las mangas con su mano, enterrando las uñas parecidas al cristal en la piel completamente humana del otro que de a poco sintió el dolor amortiguado en ese extremo de su brazo. El rubio inmortal poseía filosas garras en sus manos, era puntiagudas y se podían aferrar o enterrar en lo que fuera si la situación ameritaba una tortura discreta –No quiero bajo ninguna circunstancia o motivo que se entere lo que pienso hacer con esa maldita escoria imperfecta, lo necesito de mi lado ¿entiendes?- inquirió intimidantemente mientras abandonaba el bastón en su pierna izquierda y la mano que quedaba libre le tomo la nuca al más joven de su secta –Es el único capaz de conseguirme lo que quiero sin necesidad de trucos baratos como los tuyos, él- ladeo la cabeza en la dirección en que se aproximaba el hombre medievo -Él es la única persona de este miserable planeta que puede darme en bandeja de plata al cazador y sus comparsas- dijo por debajo, sintiendo como las uñas ya habían penetrado la piel ajena, sonrió de placer al ver la expresión de espanto en su escucha –A la siguiente no esperes a las uñas en tu piel sean las que terminen sacándote más que hiel, serán mis colmillo los se engullan contigo de placer- sonrió al ver como el traje estaba roto al parecer, al sentir como las uñas abandonaron aquel ser llevándoselas hasta la boca para calmar su sed, un poco de sangre quedo en él. Acto seguido saco un pañuelo elegantemente zurcido, limpio el resto del malva en blanquecina piel mal esparcido, limpio la comisura de sus labios rojizos por la escasa sangre que había consumido –Tienes suerte de que hoy me sienta benevolente mi amigo- soltó una carcajada seca enfrente del hombre agraviado y ofendido.

-Y hablando de ello ¿Dónde había quedado ese niño?- se pregunto el vampiro, volteando haca todas direcciones sin sentido, el tenía que estar a su lado, quería presumirlo, quería mostrar con él la fortaleza que con Darkness creía haber perdido, ¿Dónde estaba su supuesto hijo?, entonces a su creación la percibió consigo, con el rabillo del ojo contemplo al vampiro sombrío –Mi pequeño crío- saludo como si nada allí hubiese sucedido, volvió la mirada al hombre he hizo un gesto noble, pidiéndole que tomara asiento sin decir una palabra al respecto, no necesitaba de palabras cuando ese vampiro conocía del todo su lenguaje mudo y discreto. El romano se proponía romper el silencio cuando su esclavo apareció postrado ante ellos, aquel no podía decir que no le agradaran eso tipo de gestos, le hacían incremento a su ego y además fue por él mismo la enseñanza de su comportamiento, le enseño a reverenciarlo, a alabarlo, a no cuestionarlo, a ser simplemente un sumiso esclavo -Aquí no pequeño demonio, que nos están viendo todos- cogió con brusquedad al muchacho que su brazo quedo mirando –Buen chico, mi aspirante a vampiro- sonrió a todos con los que la mesa había compartido –Él es mi muchacho Darkness- le dijo entonces con el afán de presentarle –Él es mi esclavo de sangre- sonrió discretamente -Vamos Scorpius, junto a él debes sentarte, ese hombre es de fiar, fue el primero que yo decidí transformar, puedes aspirar a lo mismo a lo que él rato tenía de alcanzar- su mirada fría volvió a tornar, después de presentarlos con toda formalidad –Es momento de empezar- clamo entonces el inmortal –Severaux, mi alma ¿Tienes algo que agregar?- pregunto con frialdad y una completa actitud de mandar, como su costumbre cada vez que una asamblea debía manejar.

por **Darkness Severaux** Miér Nov 18, 2015 11:45 pm

Una silueta de oscura estampa y estatura considerable deambulaba atormentada por las callejuelas más desprovistas de vida por París, sus pasos lentos y calmos se dirigían rumbo a la taberna donde había sido citado.

Aquella noche llegaría impuntual a un compromiso, un acto que no era muy propio viniendo de un vampiro recto y disciplinario como él. Su piel blanca como la luz de la luna había tomado cierta calidez gracias a la sangre que bebió antes de proseguir su camino, almas que nadie extrañaría ni preguntarían por su paradero, mortales que dejaron de ser importantes para el resto del mundo que se encontraba abocado a otras cuestiones existenciales que logró desatar el escritor Archibaldo de la Cruz, Leviathán Shadow y The Phantom, personas con las que quizás un tiempo atrás sintió afinidad, hasta ese momento era un alma olvidada, un hombre ignorado por el resto, al igual que ellos a nadie le interesaba si vivía o moría, si algo le molestaba, si con algo podían ayudar a mitigar su alma hasta que ella apareció, esa misión que de pronto se convirtió en el centro y fin de todo su limitado universo, esa que le mostró cuanto le importaba alguien como él, esa mujer a la que esa noche iba a traicionar como otro tiempo también lo hizo.

Eso era lo que le abatía por dentro, la quería para él y nadie más, la amaba demasiado para soportar perderla por cumplir alta traición contra lo que ella le profesaba ciegamente en otro sentido de la palabra que nada tenía que ver con la imposibilidad de la joven en apreciar el mundo tal cual era, ¿Pero que otro camino le quedaba?, negó en silencio, no entendía en que segundo ella se tornó en lo más importante que el propio The Phantom y su familia, que en algún momento fue el motor de todo lo que se vio forzado afrontar, por lo menos al principio de la historia, ahora si seguía en el juego de Cetanu era por ella nada más, por protegerla al costo que fuera.

Supo que tenia que dar muchas explicaciones si decidía por decir la verdad, técnicamente el vampiro de cabellos de oro era muy difícil de omitirle algún detalle o dolor interno, era casi nulo lo que pasaba por alto entre los que le rodeaban ¿Cómo iba explicar que se había enamorado de una traidora a las normas de "Los Eternos? ¿Y si la deslindaba?, aun faltaba camino para arribar al lugar prometido, un perfecto tramo de tierra para planear con exactitud lo que iba decir, la mentira más creíble que pudiera contar, era fácil contando con la ventaja de que era solamente una neófita, haría de todo con tal de que ella saliera ilesa de todo el enredo provocado por terceros y por ella misma.

Así que de pronto allí estaba, abriéndose paso entre mortales completamente embriagados, para él siempre podía colmar su carácter si este estaba alterado aventar cosas, lo que estuviese a su alcance, obviamente no había en el momento nada más cercano que esos infelices, así que los empujaba con la mano sana, incluyendo a un muchachillo que estaba allí postrado justo a la entrada, Darkness lo miro fijamente y después con un despectivo gesto lo quito del camino -Sería prudente que os fijéis en donde paras mocoso indeseable- inquirió con su tono apagado y plano, carente de emoción e ingreso en aquel local de mala muerte donde ya varios se habían agredido, nada sorprendente viniendo de marineros y clase baja, el antiguo los ignoró por completo, incluyendo el revuelo que el incidente había provocado, hizo caso omiso de otras miradas curiosas dirigidas a su persona y se concentro en la mesa donde dos notables rubios ya estaban poniendo de mano la violencia entre sí.

Intento saludar pero nada salió de sus labios más que un gruñido, conocía a la perfección a hechicero y cuanto podía llegar a exasperar a una persona sin tantas artimañas de antemano, a su encuentro también acudió al joven que minutos antes había arrojado por la acera, noto sus rasgos con mayor detenimiento sorprendiéndose de lo que ese era, la forma sumisa en como pareció comportarse solo sugería que él era un esclavo de sangre, el maldito vampiro no tenía el mínimo ápice de corazón, un jovenzuelo sin voluntad, adiestrado por Cetanu para alabarlo y obedecerlo sin oportunidad a objetar, la única forma de asegurarse quizás que él no terminaría por abandonarlo como Darkness lo hizo en su momento.

Por todos observado, tomo asiento lentamente, mostrando ligero disgusto por el que tenía de su lado –No he sabido más de lo que os he comunicado sobre cada uno de ellos- afirmó con seguridad –Sin embargo debo deciros que los vi a todos en una reunión que celebraron no hace menos de un mes, Spencer Reid ha cumplido ya con la parte de vuestro plan- asintió al rubio –Conviene a vuestros planes también el saber que todos sospechan de Leviathán Shadow y de The Phantom- entrelazo sus manos, colocando el contrastante material de cada una sobre la mesa –Y que una próxima reunión será celebrada en tres semanas, todos esperan que el detective inglés de con los responsables de vuestras amenazas- ladeo la cabeza y centro su mirada en un punto vacío, todavía seguía preguntándose si aquello que había maquilado en el camino funcionaría finalmente, si Cetanu confiaría lo suficiente en él para llegar a creer lo que pensaba decir en un intento desesperado por salvarla de todo dolor y sufrimiento.

por **Cetanu Vasili** Mar Nov 24, 2015 12:42 am

El vampiro no podía estar más que complacido, su primera creación a la cita había acudido, impuntual quizás pero lo tenía allí cerca como siempre debió de haber sido, no importaba en realidad su aire sombrío, su cara intimidante y su mirada fulminante, Darkness era un caso que a él le resultaba infinitamente interesante, un inmortal con una apariencia mortal, que durante años por el ejecuto el mal sin ningún remordimiento o dificultad y ahora del que cono todas sus fuerzas deseaba escapar, de pronto con la misión y su pasar se percato que todo ese pasado quería olvidar, quería de alguna forma borrar, estaba consciente de que algo más tenia que ocurrir para que el actuara así, no era el mismo que al principio de todo se quejará sin ningún decoro, que se enojará por tener que compartir su soledad, su único gran tesoro, algo había pasado y estaba interesado en que por Darkness fuera confirmado lo que por otro le fue informado.

Pero espero tranquilo, sentado, con su espalda recargada en el respaldo, escucho todo lo mencionado mientras por otro ladi su pequeño Scorpius su brazo estaba acariciando, caricias que agradaban en demasía al condenado, volvió su cabeza al muchacho y una sonrisa le dirigió su esclavo. Interesado en lo último mencionado por el vampiro milenario regreso su vista al inmortal dándose cuenta que esa noche se mostraba más pensativo de lo habitual, quizás era el momento justo para poder atacar y su sospecha aclarar, pero primero sobre todo lo narrado tenía que hablar –¿Qué les parece?- pregunto -¿Esto no les divierte?- sonrió y continuo pacientemente -Podrían matarlos en el momento menos prominente y estos deciden dejar todo en manos de un infeliz teniente- echo una carcajada abiertamente, sin importar quienes más fueran sus oyentes -Pues sin duda estos no aprenden, prefieren irse por que las apariencias les dicen... ¿Qué no se han puesto a pensar lo ilógico que suena que The Phantom haya decidido París dejar? ¿Qué en otros territorios él se haya atrevido asesinar de la forma poco escrupulosa en que lo suele ejecutar nada más por quererlos amenazar?- volvió a recuperar un poco de su paz cuando la risa le empezó abandonar -¿Y que se supone que ganaría el cazador inmortal?... ¿Acaso no se pusieron a reflexionar que el ya es uno más? ¿Qué seria sacrilegio a sus iguales asesinar?- dijo y con su mano dibujo una despectiva y altiva señal -Es absurdo, tomando en cuenta que en los círculos que el cazador anduvo, de nosotros siempre leyendas y noticias obtuvo, conoce las reglas... matar entre inmortales es una de las más graves entre ellas- se encogió de hombros y sonrió mostrando ligeramente los caninos, triunfo era aquel signo –De cualquier forma es un idiota ese vampiro, un neófito ideático como muchos otros a los que hemos asesinado- se percato del hombre sombrío un sobresalto, que se hubiese quedado callado ya era de por si algo raro, pero ese gesto en él jamás se lo había imaginado, después de todo cuando estaba de su lado aquel era su trabajo y su hobbie más sádico -¿Te encuentras bien mi alma?- interrogo con toda calma, posando se mano el hombro cubierto por la capa negra y larga que hasta el suelo aún sentado arrastraba -¿Tienes algo que agregar antes de que prosiga esta charla?- sabia perfectamente que con esa pregunta al vampiro había clavado la daga.

por **Darkness Severaux** Mar Dic 15, 2015 5:36 pm

Si acaso percibía un sonido este no era tan nítido, era más parecido a un eco lejano y hueco imposible de entender salvo una que otra frase de la que aparentemente ponía atención para fingir que todo iba en marcha y no levantar sospechas tempranamente, deseaba ganar más tiempo para poder auto engañarse a si mismo, para creerse el cuento que acaba de inventar, solo de esa forma sabia perfectamente que él no trastabillaría en hablar frente a Cetanu, Klarion y el recién llegado al que le había tomado un desprecio incontenible desde que lo vio postrado a la entrada del lugar sin tener a bien el porque de su sentimentalismo.

De entre el escaso torrente de palabras, Darkness pudo rescatar neófitos, muerte y asesinatos, las imágenes parecieron brotar de aquellos rincones de su memoria que en algún momento quedaron sellados y que se le presentaban como una horrenda obra teatral donde el protagonista era un hombre de cabellos negros, mirada marrón y manos desiguales en material y proporción, él, ese vampiro mató a más de uno por ordenes de Cetanu, él, uno de los mejores que se creía contaba la orden de "Los eternos", ese que ahora solo deseaba nunca haber caído en el abismo para no pasar ante la vergüenza y el dolor que le causaría a su aprendiz saber quién fue en realidad siglos atrás y el demonio que estaba volviendo a retornar en el presente, ese monstruo que antes de caer de rodillas ante su presencia entrego a los que la rodeaban en bandeja de plata a un autentico asesino, alguien que la llevaría al infierno si no actuaba en su defensa por segunda vez.

Una mano helada y dura como la roca se poso en su hombro irrumpiéndolo de su pensamiento, volviendo la mirada perdida en la nada a sus ojos de hielo –¿Qué me pasa a mí?- preguntó con sorpresa y respiración agitada -Nada- reparo cortante y su postura de pronto volvió a ser tan firme como siempre, su expresión se volvió seca cual su costumbre y las manos siguieron entrelazadas sobre la mesa –Nada, solo meditaba sobre lo que vos decíais sobre Leviathán Shadow- asintió clavando a un más los ojos en las órbitas celestes que parecían escrutarlo insistentemente -He entablado una conversación interesante con él, en el momento de su reunión Cetanu, lo he observado detenidamente y he analizado sus comportamientos- sus pausas eran tan naturales como en cualquier otra ocasión, no se dejaba vencer ante la presión silenciosa del rubio, mantenía la cabeza fría conservando así su lenguaje intacto y sin vacilaciones –Su transformación en uno de vosotros solo hace evidente que tiene otro plan entre manos, prepara terreno para infringir la ley que os has mencionado ya, quiere ser como The Phantom que cree castigar a los vivos con la muerte, Shadow hará lo mismo con los muertos por haber arruinado toda su patética existencia- bramo, estaba celoso de ese hombre, sabía él pasado que compartía con Montserrat, como también sabía que había sido su culpa que su hijo de sangre estuviese en aprietos solo por un capricho vengativo mal logrado, lo odiaba porque gracias a sus acciones él tenia que volver a sus viejas prácticas por defender lo suyo The Phantom y Montserrat respectivamente –Y lo otro que quería agregar, es con respecto a la neófita, la me ordenasteis vigilar, de la que saque la información que ya sabéis con exactitud, indague un poco más, solo un poco más de lo que tu me ordenasteis- inspiro y prosiguió -Ella fue víctima de las circunstancias, ¿Sabéis quien era su creador?, nada más que Alessandro Di Vani, tu... vampiro y hechicero estrella, él la convirtió para después abandonarla a su suerte, la dejo en París y aquí encontró a The Phantom y después a Leviathán Shadow... ese miserable la forzó para que hiciera semejante espectáculo en el escenario, la obligo a dar pauta para que todo el mundo escuchará quienes éramos y quien era The Phantom, ella no entrenó con ellos y mucho menos fue participe en el incendio en la mansión de Shadow, salió viva solo de milagro... ella no- y esto en vez de suplica sonó como a una explicación y orden estricta en lo lo último mencionado –Además y después de todo no me ha dado queja alguna en todo este tiempo- agrego, regresando a la intimidad de su pensamiento –Espero y esto haya funcionado- expreso interiormente.

por **Scorpius Svevo** Lun Dic 21, 2015 9:33 pm

-¡Miente!- exclamó después de escuchar atento toda la conversación, si algo disgustaba más al joven de ojos oscuros era que intentaran verle la cara a su Amo y además el tipo no le había caído nada en gracia desde que se encontró con él y sus desagradables comentarios al inicio del sendero que llevaba a la mesa donde todos ellos estaban sentados. Ni el terciopelo del brazo que tocaba con tanta desesperación, del que espera obtener sangre en algún momento de la madrugada había logrado aislar del mundo real al esclavo, que ahora saltaba como un gato de garras afiladas o como un perro con rabia en su defensa, aunque muy en fondo de su cuerpo esbelto también sufriera de un odio incontenible con él.

-No debes confiar en él- señalo y su mano se atrevió a señalarle inquisitivamente –Se equivoca al elegirlo a él como la fuente más viable para seguir a sus enemigos mi señor, debería asesinarlo de una buena vez, después de todo el violentó una de sus leyes sagradas mi señor, creo y abandono- azoto su puño cerrado contra mesa, exaltando al hechicero frente de él pero no al hombre a su lado, ni al rubio tampoco, del otro que apenas conocía solo podía distinguir esa mirada asesina con la que lo fulminaba, pero Scorpius había perdido los estribos de su carácter, dejando la reserva atrás, en ocasiones sentía que también podía tomar decisiones importantes por ser quién era para Cetanu Vasili, más de una vez olvidaba que él solo era un esclavo sin voz, ni voto, ni voluntad en los asuntos internos de Los "Eternos", él no era nadie más que un esclavo de sangre desde hacia un año atrás cuando alcanzo los quince años de edad.

Pero no se detuvo, perdió noción de las miradas y de los ruidos del lugar si es que había, la mirada marrón del hombre contra la suya se arrebataban en un juego de poder la credibilidad frente a Cetanu -Me disculpo- agrego con su voz grave y apenas en desarrollo a la masculinidad madura -¿Rompí su mentira en añicos?- cuestiono con aire amenazante y cejas ligeramente arriba de lo habitual -Señor si me permite agregar, es sumamente raro que ella, la neófita haya sido victima de las circunstancias, en este asunto tan delicado nadie lo es, todos tienen la culpa y todos deben de pagar... lo que sucede es que su querido vampiro se ha enamorado de ella... ¡Se enamorado de la presa, el león se enamoro de la oveja y ahora busca desesperadamente como defenderla del cazador que busca su forraje y su carne para alimentarse y vestirse, como salvarla del escarmiento de su propio pastor!- exclamó con todo el aire que le fue posible almacenar en sus pulmones -Él es un maldito mentiroso que busca dañarlo mi señor, no lo permita, no lo permita...- rogó cuando sintió que él rubio le soltaba bruscamente de su mano, por un momento creyó que la sospecha y su advertencia había sido escuchada –Por él perderá la guerra, por él...- volvió a señalarlo, decía con desespero, intentaba averiguar que había de cierto en su odio, porque si de verdad profesará tal sentimentalismo por él, entonces ¿porque lo defendía de aquella forma pese a todos sus maltratos?, ¿porque simplemente creía que él era bueno?

por **Cetanu Vasili** Dom Dic 27, 2015 10:23 am

El vampiro escuchó con atención todo lo que se presento a continuación, le divertía observar como su esclavo los estribos perdía, que por sus mejillas la sangre corría y la temperatura subía, caliente la piel tersa y blanca sentía pero nada decía, ya habría tiempo para reprenderle por la falta que estaba cometiendo, él sabia que aún no era momento quería escuchar los sonidos de su corazón casi muerto, primero rápidos y luego lentos que lo empujaban al deseo de poseerlo y de brindarle el carmín del infierno, ser esclavo y amo, ser uno por un rato, solo un pequeño instante, ese mismo en el que empezó a su primera creación gritarle, insultarle... justo cuando empezó a dudar de Darkness e incriminarlo de esa manera tan cobarde y sin pruebas de su parte, el rubio todavía sentía por el otro vampiro más que empatía, por él aún amor sentía y aún creía que el jamás lo traicionaría, estaba convencido que tenía una buena razón para explicar porque mentía sobre cierto dato que le informaron y difería con su información dicha.

Ese era el momento cúspide que quería para reprender a su esclavo y recordarle le lugar que siempre ocuparía, creyó hacerle recordar que él no debía hablar al menos que él así se lo atreviera a ordenar, toda opinión del esclavo estaba de más, al fin y al cabo era solo un mortal que poca valía tenia para él en especial, era como todos... siempre alguna debilidad, era solo una sombra o un objeto de usar y tirar. Lo separó con violencia de su cuerpo después de escuchar sus últimos reclamos y ruegos, le vio con aire molesto y alzando una mano le propino una cachetada al esclavo funesto, la golpiza con fuerza fue dada y la mano como era de esperarse quedó marcada -¡Cállate el maldito hocico, perro!- exclamo sin importarle si alguien lo estaba viendo, aunque en el fondo debía admitir que Scorpius estaba en lo correcto, Darkness parecía mostrar interés en la neófita al grado que abogaba por su vida de manera heroica, se pregunto si esa era la razón por la que no le confesó lo que él sabía por otro espía y soplón -Aquí- siseó al esclavo y todos los presentes de aquella pequeña reunión llamándoles la atención -Aquí el único que hace señalizaciones y sospechas serias soy yo- con brusquedad añadió -En cuanto a ti Severaux debo preguntar- su mirada celeste en se empezó a estancar, mientras su frio dedo se levantaba para señalar antes de interrogar -¿En ella te has atrevido a fijar? ¿Acaso la defiendes por que te has vuelto a enamorar? ¡Tu! él que me dijo en Londres que no necesitaba a nadie más...- del viejo y ermitaño vampiro se atrevió a burlar, se aguanto las carcajadas que deseaba mostrar, solo él en su fondo sabía que era lo que sentiría si aquello resultaba verdad -Además has cometido otro error al informar, alguien me dijo que la próxima cita a tratar era dentro de dos semanas próximas a entrar... ¿Algo que explicar a este error fatal que casi el plan nos iba a costar? ¿Quizás por la neófita toda la verdad decidiste deformar?- puntualizo y su mirada el rostro puso a examinar, quería verlo hablar, quería ver que expresiones su rostro alcanzaba a animar.

por **Darkness Severaux** Dom Ene 03, 2016 1:03 pm

Darkness lo observó con frialdad, todas las ganas de salir a beber sangre se quedaban relativamente cortas a comparación de lo que quería hacer con ese infeliz que en vez de ayudar complicó más las cosas y las explicaciones que en un principio quiso evadir parecían más próximas a ser reveladas que ser enterradas en lo más profundo de un alma y un corazón que se afligía apresuradamente cuando la mente ágil y sagaz de su dueño les gritaba que ahora de cantar como un ruiseñor la verdad, ella estaría descubierta, confesar su amor la pondría aún más en la cuerda floja que pendía de las fauces abiertas de Cetanu.

Era ese un mayor pecado que haber ayudado a Leviathán Shadow, el amor que ambos se profesaban seria para el vampiro de cabellera rubia la falta más grave, Severaux estaba consciente de que su creador todavía tenia un acervo considerable de sentimientos hacía él, lo cual además de todo lo volvía extremadamente peligroso, para el vampiro milenario de cabellos negros como la noche siempre estuvo consciente de que Cetanu era capaz de destruir a cualquiera que se interpusiera entre los dos, razón por la cual a veces no dudaba en preguntarse si en realidad todo esto no se trataba de una trampa para vengarse de The Phantom una vez que obtuviera confesiones de parte de los caídos, del rubio se podía esperar absolutamente todo.

Mantuvo silencio hasta que él considerará que era prudente abrir la boca, además debía tomarse su tiempo para que la sangre consumida hacia muy poco tiempo dejará de hervir en sus venas y dejar´de provocar el derramamiento de hiel en su interior, no debía por el bien de quienes estaba protegiendo dar un solo paso en falso. Sin embargo no contaba con el hecho de que Cetanu estaba al tanto de la situaciones que rodeaban a los caídos por otros medios, estaba molesto consigo mismo por no tener presente ese insignificante detalle. Sus manos entrelazadas se aferraron más la una de la otra, tanto que poco falto para que se rompiera los huesos por el mismo, ahora solo estaba deseoso de conocer ¿Quién demonios era el otro medio que había obviado? –Ese imbécil- maldijo en su mente al vampiro ausente que quizás también fue invitado pero que cual era su costumbre siempre podía llegar hasta una hora después de la convenida -Si él me ha estado siguiendo juro por Dios o por el Diablo que de esta noche no pasa- pensó tratando de regresar con dificultad al tiempo presente.

Dirigió su mirada con recelo al esclavo y luego al vampiro que no le quitaba la vista de encima, pese a todo lo que esto representaba por incomodidad, adopto la misma postura sin mostrar más o menos emociones que en un principio –No podéis creer todo lo que este mequetrefe os diga Cetanu- enarcó una ceja y su mirada marrón lo fulminó por un instante muy breve –La neófita no me interesa en lo más mínimo pero no puedo negar que de todos ella tiene menos culpa, además pesé a todo creo que es bastante influenciable, ingenua... os serviría bastante bien, ahora que por otro lado no esta de mal ver y aun estando muerto y viudo sigo teniendo necesidades, que solo una mujer sabría satisfacer... sabéis a lo que me refiero... no la amo pero me servirá para mi completo disfrute- insinuó aunque simplemente la forma en como estaba hablando de ella le hacía sentir peor, estaba actuando como el monstruo que fue, el que ya no quería ser, pero el esclavo le cerró todos los senderos dejando aquel como único atajo a la salvación de quien le importaba. Su actitud fría y apartada como si en realidad ella no le importará como neófita sino como objeto sexual de usar y tirar parecía funcionar, cada vez estaba más seguro de que nuevamente tenía en sus manos al hombre que escrutaba su rostro, escrutinio que le hacia aún más complicada la tarea de reprimir el verdadero sentir hacia Montserrat –No le hagáis daño porque eso lo deseo hacer yo, me debe muchas....- sentenció, volviendo su mirada a él completamente -Por otro lado no sé quien os ha dicho semejante información- trato con lo mencionado de indagar –Pero yo me atrevería a aconsejaros que ambas fechas estuvieses al pendiente, el grupo esta tan desunido y cerrado que la información la deforman ellos, a mi ha sido la misma neófita quien me lo confesó pero como la idiota que es siempre, debió de haber confundido las fechas- sabía que la estaba entregando, el plan había fallado en parte. No había confusiones, nadie le había comunicado mal las fechas, él sabía que la siguiente reunión sería la semana entrante y sin embargo creyó que si le mentía al longevo podía salvarlos, podía salvarse y no perderla.

Llegado el día debía tomar una decisión contundente y definitiva, pero... en realidad ya no había más que meditar, el día del juicio hacia los caídos, asistiría sí, pero como el enemigo del propio Cetanu y probablemente con ejercito más numeroso si sus viejos compañeros aún estaban interesados en la cabeza del vampiro romano.

por **Scorpius Svevo** Sáb Ene 23, 2016 12:48 am

Scorpius permanecía atento a todo, el hecho de que estuviese en silencio no significaba que estuviese ajeno, por alguna razón sentía peligrar su propia vida de la que en más de una ocasión no hallaba ni siquiera una razón por la cual seguirla conservando. En otro momento quizás tal presentimiento le había alegrado aunque no lo demostrase, pero si era por ese inmortal, por el tal Darkness Severaux, simplemente el muchacho no estaba dispuesto.

En el tiempo que había estado pendiendo de la sangre otorgada por su odiado salvador se había enterado de muchas cosas por las cuales también aborrecía a la Orden, él, por accidente y sin saber como las correspondencias y textos escritos por varios de los miembros bajo el mandato de Cetanu le había revelado verdades que contenían todo un mundo de inimaginables atrocidades que solo en una mente enferma como la del vampiro a un lado podía ser capaz. Scorpius se había enterado que su vida había sido todo una farsa perfectamente montada de la que ese intruso también había formado parte de alguna manera, él fue un miembro de confianza y quizás el único al que verdaderamente Cetanu ha adorado en secreto, pero ese no era el peor de sus pecados escondidos, allí justo detrás de todo lo que pudo encontrar se había enterado de la existencia de un hermano al que le quito la vida ese miserable que con aires de medievo y hostilidad evidente se daba a respetar por todos por simple temor -¿Donde dejo su cadaver?- preguntábase Svevo entre el remolino de sonidos que daba cabida a ecos en su cabeza -¿Que hiciste con él?- pero nada de eso tenía respuesta porque estaba imposibilitado de gritarlo a los cuatro vientos. Él se había fijado vengar a su hermano de alguna manera, aunque eso significará renunciar al exquisito placer de la sangre antigua que emanaba por las venas azules del cuerpo de su Amo, supo que ese a quién nunca conoció era más pequeño que él y que fue una familia de españoles residentes de la Nueva España lo habían adoptado antes de la verdadera muerte de sus padres de los cuales Svevo fue arrebatado según lo que consiguió investigar en la Sala de los documentos prohibidos de la Orden.

Quizás por todo eso que maquilaba en su cabeza, debía permanecer en completa quietud y sumisión, a pesar que por debajo los nudillos se hacían cada vez más blancos ante la fuerza ejercida por aferrarse a las telas en un esfuerzo por contener su cólera antes de lo previsto. Inspiro tomando valor para poder continuar fingiendo frente a todos los presentes sin levantar sospecha -Y-Yo, yo me ofrezco- rompió el silencio con inseguridad -Yo quiero ser voluntario para ser quien elimine a Leviathán y sus seguidores, quiero protegerte Amo, quiero investigar y espiar para usted, saber por usted cual de las dos fechas es correcta- paso saliva intentando aclararse la garganta -Ellos pueden ser peligrosos, déjeme a morir en su lugar si es preciso- decía evitando encontrarse con la frialdad de los ojos de su amo, dos pedazos del color del cielo que tratarían de escrutar sus intenciones.
-Seria un honor Amo- siseó Scorpius con la respiración semi agitada, aguardando la furia o la compasión casi nula del hombre de cabellos rubios del que amaba algunas cosas pero otras en su mayoría odiaba y no le perdonaba, ni por toda la sangre que este le pudiera ofrecer.

por **Cetanu Vasili** Dom Feb 07, 2016 10:48 am

El vampiro hizo caso omiso de las palabras de uno y dudo de las palabras del otro, sabía perfectamente que algo más pasaba entre los dos, la fuente que tenía los había visto enamorados y de aquello le informó, pero Cetanu ignoró y de Darkness poco lo creyó , al menos hasta esa intervención y el contenido de su petición, pero de pronto en la cuenta cayó y sus relaciones recordó, nadie más sabia lo que aquel milenario le complacía, cuando de relaciones intimas se refería, tenía que torturar un poco a quién con la cama compartía, buscaba su placer y no la compañía, Cetanu dibujo media sonrisa de forma un tanto pervertida, pronto estaba convencido por una parte que si eso hacer quería con la neófita solo significaba que por ella nada sentía o de lo contrario no la lastimaría, ni tampoco a ella de esa forma se dirigiría, sin embargo por otro lado su esclavo ya le había clavado una espina, una maldita espina llena de intriga –Esta bien- respondió enseguida para sorpresa de los que con él la mesa compartían -Podrás quedarte con tu prostituta preferida- dirigió hacia Darkness una mirada aparentemente pasiva –Tienes mi palabra de que ninguno de los míos le hará daño cuando llegue el momento anhelado y tan meticulosamente planeado- siseó el condenado –Yo giraré las ordenes de inmediato- susurró con elegante encanto –Te la regalo, es el pago por tus servicios siempre útiles y valorados- al terminar sostuvo su pecho con una mano, las palabras del mago a su creación lo habían alterado y si dejaba que las cosas entre los dos siguieran avanzando terminarían un altercado que mucho distaba de lo que hace unos momentos otros estaban disfrutando, para el sería una vergüenza semejante espectáculo, vampiros y otras especies siempre debían mantenerse al margen de la discreción y el anonimato -En cuanto a ti mago malcriado- con un dedo inquisitivo se atrevió a señalarlo -Tu podrás tener poder e información para hacerme casi desaparecer si eso es lo que te place hacer, pero te advierto que conmigo hay fuego de por medio que impedirá que me pongas encima uno solo de tus dedos y antes de que hables de mis " oscuros" secretos, primero yo te cortaré el cuello, sabes que los eternos harán eso si se los ordeno- frunció el entrecejo –Deja de escuchar a tu fantasmal consejero- señalo el cristal que pendía de su cuello, arrebatándoselo en un rápido momento –Se que lo necesitas, ¿Lo quieres de regreso?- lo tomo por la camisa que le cubría al pecho acercando lo suficiente el rostro del hechicero –Entonces nada de chantajes o jugueteos... conmigo debes ser recto- lo devolvió al asiento de un solo movimiento, en la mesa azoto el objeto, para que él otro tomara posesión de nuevo.

por **Darkness Severaux** Miér Mar 09, 2016 2:07 am

No se fiaba del rubio pero por el momento no tenía ningún otro remedio que seguir la corriente de lo que se le decía. Ignoro todo cuanto el rubio discutía con el adolescente, él creyó siempre que tenerlo entre las tropas podía implicar riesgos aún por encima de todo el talento que pudiese manifestar, pero el otro vampiro ambicionaba el poder aunque fuera ajeno, necesitaba enriquecer a sus tropas con lo indestructible. Por otro lado el joven no había hecho más que obedecer a lo que Cetanu le ordenará, en ese había más madera de un sádico en potencia que cualquiera que pudiese haber conocido, soportaba los insultos con tanta paciencia que le hizo suponer a Severaux que el hechicero no daba dos pasos sin antes planear lo que haría para llegar.

Se removía incomodo discretamente, dirigía mirada a todos los rincones del sitio sin prestar más atención que a las ansias que movían sus entrañas, le urgía llegar hacia Montserrat y asegurarse de que estaba bien, ahora nadie podría sacar el miedo de su interior una vez que se entero que Cetanu contaba con otras fuentes. Se reprochaba así mismo no haber tenido todos los sentidos abiertos y poder aniquilado al que hacia peligrar toda su operación para rescatar a los caídos, aunque la neófita sabía defenderse gracias a él tenia por desventaja su ceguera, su juventud y sobre todo un grupo de hombres que no tenían respeto cuando se trataba del sexo apuesto, cuantas veces no lo había visto… cuantas veces fue testigo y solo por poco se habla salvado de hacerlo y repudiarse aún más de lo que ya sentía.

Era complicado actuar como si nada pasará en realidad, le resultaba más complicado disfrazar su propio desespero y sobre todo cuando el chico no dejaba de mirarlo con tanto apremio. Su mirada hostil contrastaba con la de Severaux, como el lo hacía en un pasado vigilaba cada movimiento que pudiese delatar algo contra del interlocutor del rubio que pudiera traducirse como agresión, por otro lado su impaciencia marcada en el golpeteo del piso solo le indicaba al antiguo que ese no era más que un esclavo de sangre. Darkness se figuro lo que fue del pasado de ese hombre que aspiraba a ser adulto y esclavo de por vida si a Cetanu le daba la gana o la otra posibilidad aunque más remota era que ese mequetrefe se revelará contra lo que seguramente le obligaba a hacer y presenciar ¿Pero de que manera se puede un adicto volcar contra su propia droga?

-No es de mi incumbencia interrupiros, pero yo tengo cosas importantes que hacer antes del amanecer- repuso arrastrando las palabras cual su costumbre y sin el menor tinte de emoción -¿Que es lo que debo hacer ahora Cetanu?, ¿Deseáis que los destruya a todos ahora que tengo las puertas de su confianza abiertas?- por supuesto que lo que más deseaba Severaux era una respuesta afirmativa pero por su mirada celeste y helada supo que tal cosa no iba ocurrir, debía pensar otra forma de jugar a las cartas sin perderlo todo en el intento, pero lo intuía y también lo conocía… llegar a una victoria segura sin rasguños ni heridas o un pago extra por ello no se podría evitar con facilidad.

por **Cetanu Vasili** Miér Mar 09, 2016 2:19 am

El vampiro sonrió con malevolencia -¿Tan desesperado por matar y destruir antes estas Severaux?- interrogó con toda quietud -¿Tus instintos desean ver de nuevo la luz?- se mofo de afable quietud de la creación que tenia a su costado, atento y alejado de lo que acontecía con la demás multitud -Sin embargo no harás más que lo que te ordene- manifestó con exigente actitud -Y por tanto luchar a mi lado es lo que deberás hacer tú- suspiro entonces con voz que dejaba de ser calmada -Leviathán y sus compañeros son tema que ni siquiera le compete a los nuestros, al menos en el plan de matarlos una vez que los traigan para mi presos- observo con atención cada rostro y un rasgo de emoción nuevo, pero al menos en su creación no esperaba encontrar nada de eso, en su lugar el hombre seguía serio con su mirada perdida en el tiempo, pensando y escuchando sin refutar nada al respecto, al contraste del hechicero que sonreía en un plan siniestro, el simple hecho de atacar y agredir había ocasionado que olvidara el pasado hecho, mientras Svevo se limitaba a mantener la cabeza baja implorando que continuara la voz de su amo y maestro -Con esto quiero decir que soy el único que matará a ese engendro, mientras que a los otros los mataré únicamente cuando me lo estén pidiendo -.
El rubio saboreaba ese sagrado momento, los veía en sus adentros, gritando y gimiendo en medio de charcos de sangre que el mismo osaba en provocarles, solo había que esperar un tiempo más, un muy corto tiempo más para poder actuar y ejecutar lo que maquinaba su cabeza perversa -Mientras que tu criatura traviesa sabes que sin mi autorización poca debe ser tu participación en cualquier conversación- un poco más enérgico señalo -Sin embargo también de ti agradezco tu preocupación- la voz suavizo -Recuerda que tu siempre debes permanecer callado y no contradecirme al menos que quieras ser castigado o en todo caso asesinado por los que siempre me están custodiando o suspender el preciado carmín que siempre te he suministrado- inspiro profundamente el milenario -Por otro lado- continuó comentado -Creo que mis indicaciones he dado, pero por su olvido no esta de más recordarlo y espero que esta vez por su bien queden lo suficientemente claros- agrego el vampiro con la mezcolanza de tranquilidad y enfado -Capturar a Leviathán y todos los que estén de su lado, matarlos y tal vez dejar ver al ex cazador como lo hago, después a él torturarlo, con y sin máscara humillarlo y si estoy en un estado de benevolencia quizás no llegar a matarlo, dejarlo vivir con una eternidad cargando los gritos de dolor y de auxilio de sus allegados, sintiendo una y otra vez la imposibilidad de ayudarlos, de impedir su muerte aunque no estuviese entre sus manos, que recuerde como de uno en uno los fui rematando de distintas formas, que recuerde sus miradas fijas y por su intercesión suplicando- su plan enfermo estaba confesando de nueva cuenta con placer y absoluto descaro -Imaginen tener que vivir una eternidad con eso cargando… la agonía lenta es la placentera- asintió con absoluta franqueza -Así almas mías nuestro trabajo aquí estará terminado y nuestro secreto, el de nuestras existencias seguirá guardado- tomo una pausa y siguió maquilando por un breve rato.

-Pero esta reunión la he organizado porque es momento de repartir los nuevos roles que cada uno estará jugando durante dos semanas más hasta que el acto se haya consumado- inquirió bruscamente el vampiro que poco antes estuvo ensimismado -Crave ya ha recibido ordenes de mi parte y eso es estar vigilando a cada uno de los allegados al maldito cazador enmascarado, Darkness ya que en tu caso quieres a la prostituta de tu lado seguirás investigando e informaron cualquier cambio que esos idiotas estén planeando, Black tu ya sabes que hacer con ese animal, destrúyelo, tráeme las sobras para mis hombres, dale al pequeño y la pequeña a Scorpius- torció una mueca -Luego reúnete con nosotros en la batalla final, Scorpius tú estarás al frente de las tropas el día del juicio final, procurando dejar a Leviathán con vida suficiente para que lo pueda torturar, a sus secuaces solo tortúralos a tu placer y luego traemos para que yo me encargue de hacerlos desaparecer, todos el 31 de octubre debemos de estar en el bosque durante las primeras horas del anochecer… ya son nuestros- susurro el vampiro confiado de los resultados que jugaran a favor con los soldados de los que más les valía no atreverse a traicionarlo.

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De copas de sangre y mortíferos negocios <Los eternos C. de le due maschere della notte)

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