AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Despistado *Privado*
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Despistado *Privado*
Era un día especial. Hoy había mucha actividad en el mercado, más de la habitual. Sin moverme del callejón oscuro en donde estaba, comencé a vigilar como águila, auqneu claro, esto era de manera inconsciente pues estaba buscando dos cosas al mismo tiempo y me enfocaría en aquella que encontrara primero. Quería encontrar la razón por la que hubiese más gente de la que acostumbraba a estar, y también buscaba a alguien que estuviera despistado, tal vez alguien nuevo en el lugar que aún veía sus alrededores con incredulidad, buscaba a aquellos que no estuviesen alertas. No era tan difícil identificarlos, a menudo eran los que resultaban timados por los altos precios de los comerciantes quiénes, no lo admitirían, pero miraban a las personas de la misma forma que yo lo hacía en ese momento.
Advertí un nuevo puesto en aquel mercado, uno con los colores de la bandera suiza adornándolo. Resultó pues, que ese era el causante de tanto revuelo, un puesto de pasteles que, a juzgar por lo que decía la gente que pasaba cerca mío sin saberlo, eran unos postres muy famosos los que se vendían ahí y que solo estarían esta semana. No pude evitar notar que la gente compraba pasteles completos y no solo rebanadas, otras cargaban inclusive tres cajas de aquellos postres. Mi estómago gruñó cuando pusieron a la vista un pastel de nuez recién hecho. Decidí no torturarme a mí mismo con eso y me enfoqué en la manera de conseguir dinero que me garantizaría algo qué comer.
En ese momento vi a un joven, aproximadamente de mi edad, que era literalmente todo lo que buscaba en una "víctima" caminaba a pasos lentos, deteniéndose a contemplar cada puesto por el que pasaba, como si no supiera a qué viniera al mercado. Miré a mi alrededor un par de veces, tomando aire neviosamente, esperando a que de lo distraído que estaba no se percatarda del hombre que rodaba barriles llenos de mercancías sin fijarse en quién tenía enfrente. Con algo de suerte, sería empujado y algo se le caería, lo que fuera, ya sea un pañuelo, un reloj o incluso la gorra. En el mercado también había ladrones, hombres que daban dinero a cambio de bienes obviamente robados.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Despistado *Privado*
Este fue un día sin lugar a dudas muy estresante para Clagg, tenía el deber de fabricar tres ungüentos contra picaduras de diferentes clases de plantas, un tónico capilar que un duque le había pedido a cambio de una gran variedad de rosas que Clagg tomo de su jardín, un antídoto para un cachorro que sufría un envenenamiento por comida, eso sin contar los múltiples experimentos que el joven estaba realizando con injertos de distintas clases de plantas para aumentar la cantidad de frutos que dan, o acortar el tiempo de crecida de sus plantas, o simplemente crear un injerto que pueda florecer en un flor perpetua. Muchas era las tareas pendientes del joven, y como todo, al ultima minuto recordó sus deberes, así que salió de su pequeño apartamento y fue directo al mercado a comprar cuantas cosas necesitaba para sus productos, ya que se había de una reputación en la ciudad y no podía mancillarlo con un trabajo precario el siempre aspiraba a la perfección.
Paso de un puesto a otro, compro hojas de aloe vera, algunas plantas de hierba buena, varios tipos de germinados de nueces y bellotas junto con varios tipos de flores aromáticas para unas esencias que estaba perfeccionando, entro tantas otras cosas que hacían que caminar fuera una tarea prácticamente imposible, pero se las arreglo como pudo, con un poco de ayuda de sus conocimientos en hechicería logro hacer que dos espíritus errantes que se encontraban por ese sector lo ayudaran a evitar que la gran sartalera de cajas no fuera a parar al suelo.
Continuando con su camino Clagg entro en un callejón que solía atravesar para acortar su camino hacia la última tienda que debía visitar antes de volver a su hogar, pero esta vez este camino estaba atestado de gente hambrienta peleando por unos insignificantes pasteles. –Tengo gente que necesita mi ayuda- exclamo Clagg – ¡déjenme pasar!- grito.
El joven no entendía porque la gente hacia tanto bullicio por un simple pastel, pero bueno continuo con su camino, pero entre más avanzaba más gente era la que veía aglomerada, solo esperaba poder llegar en una sola pieza al otro extremo del callejón.
Paso de un puesto a otro, compro hojas de aloe vera, algunas plantas de hierba buena, varios tipos de germinados de nueces y bellotas junto con varios tipos de flores aromáticas para unas esencias que estaba perfeccionando, entro tantas otras cosas que hacían que caminar fuera una tarea prácticamente imposible, pero se las arreglo como pudo, con un poco de ayuda de sus conocimientos en hechicería logro hacer que dos espíritus errantes que se encontraban por ese sector lo ayudaran a evitar que la gran sartalera de cajas no fuera a parar al suelo.
Continuando con su camino Clagg entro en un callejón que solía atravesar para acortar su camino hacia la última tienda que debía visitar antes de volver a su hogar, pero esta vez este camino estaba atestado de gente hambrienta peleando por unos insignificantes pasteles. –Tengo gente que necesita mi ayuda- exclamo Clagg – ¡déjenme pasar!- grito.
El joven no entendía porque la gente hacia tanto bullicio por un simple pastel, pero bueno continuo con su camino, pero entre más avanzaba más gente era la que veía aglomerada, solo esperaba poder llegar en una sola pieza al otro extremo del callejón.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
Localización : Francia
Re: Despistado *Privado*
Estaba enfocado en el chico despistado a punto de ser empujado por el barril pero en eso, algo atrajo mi atención. Una voz que se destacaba dentro del barullo, demandaba que le dejaran pasar. Volteé hacia todas direcciones tratando de ubicar al dueño de aquella voz y finalmente lo encontré, un hombre, seguramente menor de 30 años que trataba de abrirse paso entre la multitud. Algo muy llamativo de él era que cargaba en sus brazos una torre de cajas y frascos de todos los tamaños y formas. Veía que la gente lo empujaba tratando de movilizarse dentro de la estrecha calle.
Tomé a decisión de dejar el interés por el otro joven (quien al final no fue empujado por los barriles) y comencé a seguir a este individuo. La verdad era sorprendente el equilibrio y la fuerza que poseía para sostener todo eso él solo sin que se desequilibrara, aunque claro, también le era difícil ver. Caminé un rato, lejos de la gente para seguirle con la mirada, esperando en vano a que se le cayera algo de sus manos. Estuve así un par de minutos hasta que me rendí y me quedé en el dilema ¿debería ayudarle y con suerte recibir un pago a cambio, o tal vez aprovechar que su visión estaba limitada? comencé a imaginarme los escenarios en mi mente, tratando de hacer algo bueno pero recordé que la última vez que traté de hacer eso solo recibí insultos como "¡Aléjate de mí vago asqueroso!"
Tomé aire un par de veces y observé nervioso a mi alrededor buscando guardias u otra persona atenta que pudiese representar peligro para mí. No, nadie. Lentamente bajé de la acera y me alejé de mi escondite para adentrarme en la multitud, todo sin perder de vista a mi objetivo. Caminé presuroso para estar a su espalda y así, sacar algo de su bolsillo. Con la mirada comencé a buscar algo que estuviera al alcance y que pudiera servirme de algo, encontré su cartera que sobresalía de su bolsillo.
Aceleré el paso para quedar a menos de dos metros de él y, sin esperar otra cosa, deslicé mi mano dentro del bolsillo de su chaqueta y la tomé para rápidamente ponerla en mi bolsillo. Miré a mi alrededor una vez más y no encontré ninguna mirada acusadora y/o sorpresiva así que, tal y como llegué a adentrarme entre la gente, salí.
-Aquí no pasó nada. -Me dije a mí mismo
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
-este sujeto no puede ser más estúpido-
Se dijo Clagg así mismo mientras intentaba serenarse, se dio vuelta y grito – Oye tú, estúpido, devuélveme eso- el joven estaba seguro que su ladrón comenzaría a correr así que empezó a visualizar la escena con mayor cuidado y se percató que en el sentaron del sujeto había una bonita y afilada daga – Le daré una lección- pensó Clagg
Se concentró y como había hecho antes canalizo la energía de un algún espíritu errante que se encontrar por ahí, y para suerte del joven había de sobra, de un momento a otro la daga floro en el aire y apunto directamente a la cara del joven, el cual Clagg supuso estaría horrorizado.
Con la ayuda de los otros dos espíritus sostuvo las cajas unos segundos en el aire y saco de su una de sus tantas compras una soga, con la daga aun apuntando al rostro del bandido, amarro sus manos y saco de entre sus dedos la pertenencia que le había sido hurtada.
-¿Sabes que es esto acaso mocoso?- lo increpo frente a frente tomando la daga que seguía flotando frente al rostro del joven – Es el ultimo recuerdo que tengo de mi difunta esposa- le dijo refiriéndose a la pipa que el joven había sustraído de su bolsillo, esa pipa era muy especial para él, la había tallado su difunta esposa con la madera de un árbol muy especial que casi no es posible encontrar, también poseía unas incrustaciones de pequeños lapislázulis, la cual era la piedra favorita de Clagg. – No hay motivo por el cual debas andar robándole a la gente, te meterás en problemas muy grandes si sigues con estas actitudes- le grito a la cara intentando poder llegar al joven.
Clagg no sabía qué hacer con este joven, si lo entregaba lo más seguro es que pasaría un buen tiempo tras las rejas, y eso no ayudaría a nadie, conociéndose le vendría un remordimiento muy grande y no podría dormir tranquilo, pero tampoco podía dejarlo ir sino volvería a hacerle lo mismo a otro infeliz. Clagg no sabía qué hacer, o eso creía hasta que volteo a ver su pila flotante de cajas y frascos y se le ocurrió algo.
-Mira Joven te daré dos opciones, la primera es te mando a la comisaria y denuncio lo que intestaste hacer, o me ayudas cargando todas esas cajas a mi siguiente destino y luego a mi invernadero para poder continuar con mi trabajo, la elección es tuya.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
Localización : Francia
Re: Despistado *Privado*
Se me heló la sangre al escuchar al hombre gritar. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora y no lo pensé más, me eché a correr como un demente por el mercado, driblando ágilmente a las personas para volver al callejón por donde había llegado, si lograba llegar hasta mi objetivo estaba garantizado que lo perdería pues solo los vagos y personas del bajo mundo como yo conocían en verdad las calles de París, eso incluye sus atajos.
Llegué al callejón e instintivamente volteé para ver si me seguía, lo que sucedió después fue en cámara lenta, bajé la mirada y vi mi camiseta alzándose e incrédulo, murmuré un -¿Pero qué...? -Lo que siguió después no puede explicarse con palabras, pues ahora e encontraba viendo mi propia daga suspendida en el aire, mi fiel arma traicionándome, amenazándome. Me detuve en seco mientras sentía mi sangre desplomarse, mis manos comenzaron a temblar y yo no podía quitarle la vista a mi daga. Solo me distraje cuando sentí unas manos bruscas tomar las mías y comencé a batallar y volteando cada milésima de segundo a ver la punta afilada que seguía dirigida a mí, no encontré caso a resistirme pues ahora me daba cuenta de que había tratado de hurtar a un hechicero y estos poseían dones que no comprendía.
Cuando terminó de aprisionar mis manos, dejé que tomara sus pertenencias mientras mi mirada seguía perdida en el suelo, humillado por haber sido pillado y también por la reprimenda que estaba recibiendo, la última vez que fui regañado era un adolescente. Tragué saliva nerviosamente, había recibido muchas bofetadas y puntapiés pero esto era nuevo en una persona, era un recordatorio de lo miserable que era mi vida. No sé por qué me afectaban tanto sus palabras pero no podía evitar sentirme asqueado por mí mismo, de vez en cuando le miraba a los ojos para bajar la mirada otra vez.
Escuché atentamente las opciones... ¿Cárcel? ¡No, no podía ir a la cárcel! jamás lo soportaría, odiaba estar encerrado, simplemente no podía ir ahí, cada vez que estaba en un espacio reducido me hiperventilaba. Comencé a entrar en pánico al pensar en ello. -¡No monsieur, por favor, lo siento!- Dije asustado, esta vez mirándole a los ojos sin poder esconder el temor. -Le ayudaré en lo que sea pero por favor no me delate.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Despistado *Privado*
Clagg tenía que contener la risa que estaba apuntó de brotar de su interior, ver a ese muchacho tan asustado le causaba una ternura inmensa, pero el joven tenía que aprender su lección. – Toma todas las cosas que están aún en el aire, y ni se te ocurra preguntar porque flotan- advirtió Clagg el cual luego procedió a tomar la daga y cortar las ataduras del joven – y ahora sígueme- mirando al muchacho a los ojos también le dijo - y me quedare con esto por el momento - dijo respecto a la daga.
Llevo al joven al final del callejón con la intención de dirigirse a la siguiente y ultima tienda, Clagg toma la delantera por dos pasos, los cuales luego se convirtieron en 5 y luego en 10 hasta que se dio vuelta y se percató que el muchacho no había dado ni un solo paso, y todas las cajas al piso cayeron. Clagg puso su mano en señal de desaprobación y dijo – bien hagámoslo los dos juntos – y levanto parte de las compras y ayudo al joven a coger el resto – Avanza a mi ritmo, me escuchaste- y partieron rumbo a su camino.
Comenzaron a avanzar esta vez a un mayor ritmo, hasta que llegaron a la tienda indicada, en ese lugar el joven compro varias botellas que luego llenaría con sus ungüentos, pociones, brebajes y perfumes que creaba el mismo, todo a partir de productos naturales y/o alterados por él.
La noche estaba cayendo sobre las frías calles de Francia, y pensó en este joven, ¿acaso tendría donde pasar la noche? Así que hizo la pregunta de rigor, bueno las dos preguntas de rigor.
-Bueno muchacho como me ayudaste no te delatare, y más te vale que no vuelvas a robar nada o veras lo que soy capaz, y bueno quiero preguntarte dos cosas, la primera es ¿Cuál es tu nombre? dado que no te lo había preguntado, y la segunda es bueno, algo incomoda, ¿acaso tienes donde pasar esta noche?- Clagg miro directamente a los ojos del joven esperando su respuesta, la cual él creía conocer, y el sabía lo que haría, ya que por algún motivo este indefenso muchacho le hacía querer protegerlo, ya que le recordaba una vida que pudo ser la suya sin la ayuda de su maestro, aparte de la hermosa sonrisa que sus labios dibujaban cuando él le hablaba en el camino sobre su trabajo de herbalista, había algo en este chico que le interesaba a Clagg, no sabía que era, pero había algo, y pronto lo descubriría.
Llevo al joven al final del callejón con la intención de dirigirse a la siguiente y ultima tienda, Clagg toma la delantera por dos pasos, los cuales luego se convirtieron en 5 y luego en 10 hasta que se dio vuelta y se percató que el muchacho no había dado ni un solo paso, y todas las cajas al piso cayeron. Clagg puso su mano en señal de desaprobación y dijo – bien hagámoslo los dos juntos – y levanto parte de las compras y ayudo al joven a coger el resto – Avanza a mi ritmo, me escuchaste- y partieron rumbo a su camino.
Comenzaron a avanzar esta vez a un mayor ritmo, hasta que llegaron a la tienda indicada, en ese lugar el joven compro varias botellas que luego llenaría con sus ungüentos, pociones, brebajes y perfumes que creaba el mismo, todo a partir de productos naturales y/o alterados por él.
La noche estaba cayendo sobre las frías calles de Francia, y pensó en este joven, ¿acaso tendría donde pasar la noche? Así que hizo la pregunta de rigor, bueno las dos preguntas de rigor.
-Bueno muchacho como me ayudaste no te delatare, y más te vale que no vuelvas a robar nada o veras lo que soy capaz, y bueno quiero preguntarte dos cosas, la primera es ¿Cuál es tu nombre? dado que no te lo había preguntado, y la segunda es bueno, algo incomoda, ¿acaso tienes donde pasar esta noche?- Clagg miro directamente a los ojos del joven esperando su respuesta, la cual él creía conocer, y el sabía lo que haría, ya que por algún motivo este indefenso muchacho le hacía querer protegerlo, ya que le recordaba una vida que pudo ser la suya sin la ayuda de su maestro, aparte de la hermosa sonrisa que sus labios dibujaban cuando él le hablaba en el camino sobre su trabajo de herbalista, había algo en este chico que le interesaba a Clagg, no sabía que era, pero había algo, y pronto lo descubriría.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Fecha de inscripción : 07/09/2015
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Re: Despistado *Privado*
Miré a los objetos flotantes temeroso de tocarlos, como si pudiesen salir volando hacia mí en cualquier momento. Ya me había percatado de que la persona a quien yo tuve la mala suerte de encontrarme no era del todo humano, en mi infancia vi a mis padres acabar con muchos como él y por eso no me era necesariamente cómoda la presencia de estos seres, me recordaban a todos los que murieron delante de mis ojos. Sacudí mi cabeza tratando de alejar esas imágenes de mi cabeza y cuando mis manos quedaron libres, sobé mis muñecas.
Mis ojos siguieron mi daga, mi única pertenencia, lo único que me quedaba... y el hombre se la guardaba en su abrigo. Pensaba si la tendría de vuelta... Después él se dio la vuelta y me dispuse a cargar las cajas. Traté de acomodarlas en torre, tal y como él lo había hecho pero el peso me llevaba a mí a otra parte tratando de equilibrarlo y súbitamente, las cosas cayeron al suelo y me sobresalté como un niño pillado comiendo golosinas sin permiso. -Avanza a mi ritmo, ¿me escuchaste? -Asentí enérgicamente, no quería hacerle enojar o posiblemente me vería amenazado por mi propia daga... otra vez. Le seguí obediente por todo el mercado, descansando de vez en cuando y también me detenía para acomodar mi zapato cuya suela se estaba despegando.
Después de varias horas, comencé a divisar la luna y ella trajo consigo una brisa refrescante (por ahora) pues sabía que pronto se convertiría en un tormento pues lo único que tenía era la camisa amarillenta (antes era blanca) que traía puesta. -Bueno muchacho como me ayudaste no te delataré. -Gracias al cielo, pensé. -... y más te vale que no vuelvas a robar nada o veras lo que soy capaz, y bueno quiero preguntarte dos cosas, la primera es ¿Cuál es tu nombre? dado que no te lo había preguntado, y la segunda es bueno, algo incomoda, ¿acaso tienes donde pasar esta noche?
Alcé la vista, no puedo definir qué emoción tenía en ese momento, más bien era una mezcla, confusión era una de ellas porque muy pocos se preocupaban en saber mi nombre (por lo general solo recibía insultos y se referían a mí de forma despectiva) y era la primera vez en mi vida que me preguntaban si tenía a dónde ir. Nuestros ojos se encontraron y no pude evitar tragar saliva de forma nerviosa.
Bajé la mirada una vez más y tomé algo de aire. -Mi nombre es Cailen monsieur y... siendo honesto... no puedo prometerle no volver a robar otra vez. Es lo único que me da para comer. -Admití para nada orgulloso.- Y no tengo dónde quedarme. -Completé mientras volvía a acomodarme el zapato.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
La pena en el rostro del menor era evidente, Clagg no podía sentir una profunda empatía hacia el joven, él sabía lo que era estar solo, no tener a nadie en quien poder confiar, no tener nada que comer, pero independiente de eso no consentía el hecho de que este joven viviera de una manera tan poco digna, como criminal. Mientras Clagg estaba envuelto en sus pensamientos una gota de lluvia cayó sobre la dermis de su pómulo derecho para luego volverse dos y estas volverse una lluvia pesada que mojo a ambos jóvenes en cuestión de minutos. Clagg miro al joven Cailen que aún seguía sonrojado por la conversación que se había llevado a cabo. Él sabía que no podía abandonarlo, menos con este clima, así que tomo una decisión.
-Acompáñame, me vendría bien tu ayuda en mi invernadero, no creerás que llevare todas estas cajas yo solo- dijo esto mientras que con su mano derecha sacudía el cabello del menor y le entregaba una sonrisa un tanto torcida- así que date prisa y encaminémonos o sino los dos pescaremos un resfriado-
Clagg esperaba que esta decisión fuera la correcta, pero aunque no fuese así no podría dormir sabiendo que este joven estaría afuera con esta lluvia, sin un refugio o un trozo de pan que masticar cuando su barriga se lo pida.
El joven miro a Cailen directamente a los ojos manteniendo su sonrisa para repentinamente darse la vuelta en dirección a su morada levantando su mano para indicarle al joven que lo siguiese. Clagg tenía el presentimiento que la historia de ellos dos estaba solo empezando.
-Acompáñame, me vendría bien tu ayuda en mi invernadero, no creerás que llevare todas estas cajas yo solo- dijo esto mientras que con su mano derecha sacudía el cabello del menor y le entregaba una sonrisa un tanto torcida- así que date prisa y encaminémonos o sino los dos pescaremos un resfriado-
Clagg esperaba que esta decisión fuera la correcta, pero aunque no fuese así no podría dormir sabiendo que este joven estaría afuera con esta lluvia, sin un refugio o un trozo de pan que masticar cuando su barriga se lo pida.
El joven miro a Cailen directamente a los ojos manteniendo su sonrisa para repentinamente darse la vuelta en dirección a su morada levantando su mano para indicarle al joven que lo siguiese. Clagg tenía el presentimiento que la historia de ellos dos estaba solo empezando.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
Sentí una gota de agua en mi nariz, alcé la vista hacia el cielo y al instante le siguió otra que cayó cerca de mi ojo y luego otras se unieron formando una lluvia que pasó de leve a medio intensa en cuestión de segundos. Y mientras eso pasaba, yo no le quité la vista de encima al cielo. Me agradaba la lluvia, solo bajé la vista cuando volví a escucharle hablar a... aún no sabía su nombre pero no estaba seguro si sería prudente preguntarle. Suponía que no ¿y cómo lo haría? "Oye, ya que te quise robar y el asustado resulté yo ¿puedo saber tu nombre?" Sí, claro.
-¿Seguro que quiere que le acompañe? -Pregunté mientras reacomodaba las cajas en mis brazos. Al verlo seguir su camino me apresuré para seguirle el paso y legar más rápido a nuestro destino. Noté que las mangas de su camiseta se transparentaron con el agua, y entonces caí en la cuenta de algo muy importante... la camisa. ¡Mi camisa! Una alarma se encendió dentro de mí, que me advertía que ahora mi espalda estaría visible y no tenía con qué cubrirlo, ni siquiera mis manos. Sútilmente, alenté la marcha para quedar unos metros detrás suyo, traté de aparentar calma para que no se notara el pánico y finalmente pude hablar. -¿Está lejos? -Pregunté, aunque luego me di cuenta de que sonó infantil.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
Clagg comenzó a caminar y al escuchar la pregunta del joven le respondió – No queda muy lejos solo a un par de calles de aquí- El joven comenzó a avanzar y supuso que su nuevo compañero lo estaría acompañando, así que acelero el paso todo lo que pudo, tampoco quería que al pequeño se le cayeran las cajas al suelo, así que contuvo sus ganas de correr bajo la lluvia, lo cual era muy difícil para él ya que la lluvia era una de las cosas favoritas de Clagg.
El joven miro atrás esperando encontrar la misma mirada de vergüenza que minutos atrás el joven Cailen tenía en todo su rostro, pero Clagg sabía que algo no estaba bien, así que intento canalizar su energía y entro en contacto con el mundo de las sombras, sus contactos en ese lugar empezaron a revolotear junto al menor y volvieron rápidamente donde Clagg, el cual los absorbió, y se percató de que algo no estaba bien, no sabía que es lo que era, pero sabía que algo sucedía, un aire de nostalgia invadió a Cailen, el cual en estos momentos Clagg compartía con él. El joven prefirió no hacer ninguna pregunta, no creía que fuese pertinente.
Con cada paso que daban se iban acercando cada vez más al domicilio del joven Clagg, el cual era una sutil casa de dos pisos situada en la ciudad, era bastante espaciosa, y el precio no estuvo mal tampoco, en realidad no tuvo que pagar nada, se la dio como recompensa un duque que reside a las afueras de la ciudad por una poción que Clagg le preparo, que poción se estarán preguntando, bueno solo digamos que fue una poción que ayudo a revivir la chispa de su matrimonio un poco más. El duque que estaba tan satisfecho con los resultados le ofreció esta vivienda, la cual Clagg al comienzo rechazo, pero el duque era muy persistente, y Clagg accedió al final.
Al fin habían llegado al hogar del joven – Pon las cajas en la tercera puerta a la izquierda del pasillo, ahí veras la entrada a mi invernadero, no te tardes, y recuerda hay ojos en toda la casa así que no te hagas el listo- le advirtió Clagg mientras este fue a dejar un par de víveres a la cocina con la intención de preparar un estofado. – no es por presumir – le grito al joven – pero mis estofados son los mejores que vas a probar en toda tu vida – dijo y luego rio con todas sus fuerzas. Clagg luego fue también a su habitación a buscar algo de ropa, se sacó su camiseta que estaba completamente mojada, y también se sacó su pantalones color verde, el cual era sin duda su color favorito, fue a su armario y contemplo un momento sus prendas, no sabía cuál escoger, así que agarro lo primero que vio y lo tiro a la cama. Aun en ropa interior fue directo al baño con la intención de bañarse antes de vestirse, puso agua en la bañera y entro en ella, habrá estado unos diez minutos cuando salió, y como de costumbre no llevaba nada puesto, se ha de suponer que es la costumbre de vivir tantos años solos, así que se dirigió a su habitación con la intención de vestirse, pero en ese momento recordó al joven Cailen, el también necesitaba ropa, él estaba empapado y sus vestimentas no eran las mejores, así que bajo la escalera con la intención de buscar al joven, pero recordó su desnudes – suerte que me di cuenta antes- se dijo, así que fue a su habitación con la intención de ponerse algo cómodo para cocinar la cena y terminar su trabajo, ya vería luego lo que haría con el joven.
El joven miro atrás esperando encontrar la misma mirada de vergüenza que minutos atrás el joven Cailen tenía en todo su rostro, pero Clagg sabía que algo no estaba bien, así que intento canalizar su energía y entro en contacto con el mundo de las sombras, sus contactos en ese lugar empezaron a revolotear junto al menor y volvieron rápidamente donde Clagg, el cual los absorbió, y se percató de que algo no estaba bien, no sabía que es lo que era, pero sabía que algo sucedía, un aire de nostalgia invadió a Cailen, el cual en estos momentos Clagg compartía con él. El joven prefirió no hacer ninguna pregunta, no creía que fuese pertinente.
Con cada paso que daban se iban acercando cada vez más al domicilio del joven Clagg, el cual era una sutil casa de dos pisos situada en la ciudad, era bastante espaciosa, y el precio no estuvo mal tampoco, en realidad no tuvo que pagar nada, se la dio como recompensa un duque que reside a las afueras de la ciudad por una poción que Clagg le preparo, que poción se estarán preguntando, bueno solo digamos que fue una poción que ayudo a revivir la chispa de su matrimonio un poco más. El duque que estaba tan satisfecho con los resultados le ofreció esta vivienda, la cual Clagg al comienzo rechazo, pero el duque era muy persistente, y Clagg accedió al final.
Al fin habían llegado al hogar del joven – Pon las cajas en la tercera puerta a la izquierda del pasillo, ahí veras la entrada a mi invernadero, no te tardes, y recuerda hay ojos en toda la casa así que no te hagas el listo- le advirtió Clagg mientras este fue a dejar un par de víveres a la cocina con la intención de preparar un estofado. – no es por presumir – le grito al joven – pero mis estofados son los mejores que vas a probar en toda tu vida – dijo y luego rio con todas sus fuerzas. Clagg luego fue también a su habitación a buscar algo de ropa, se sacó su camiseta que estaba completamente mojada, y también se sacó su pantalones color verde, el cual era sin duda su color favorito, fue a su armario y contemplo un momento sus prendas, no sabía cuál escoger, así que agarro lo primero que vio y lo tiro a la cama. Aun en ropa interior fue directo al baño con la intención de bañarse antes de vestirse, puso agua en la bañera y entro en ella, habrá estado unos diez minutos cuando salió, y como de costumbre no llevaba nada puesto, se ha de suponer que es la costumbre de vivir tantos años solos, así que se dirigió a su habitación con la intención de vestirse, pero en ese momento recordó al joven Cailen, el también necesitaba ropa, él estaba empapado y sus vestimentas no eran las mejores, así que bajo la escalera con la intención de buscar al joven, pero recordó su desnudes – suerte que me di cuenta antes- se dijo, así que fue a su habitación con la intención de ponerse algo cómodo para cocinar la cena y terminar su trabajo, ya vería luego lo que haría con el joven.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
Por fin pude divisar el hogar del hombre y no pude evitar formar una "O" con los labios, no sé si era por haber vivido tantos años en la calle, supongo que sí, pero se me hacía impresionante, aunque claro, yo también era fácil de asombrar. Le miré mientras abría la puerta con una llave para luego empujar la puerta con su espalda, luego de eso entró. Me quedé inmóvil, pensando si en verdad tenía permitido que yo pasase, no recordaba la última vez que estuve bajo techo, al verlo seguir caminando dentro de la vivienda respiré hondo y di un pequeño paso y así, mi pie quedó dentro, lo dejé ahí otro momento hasta que me armé de valor y metí el resto de mi cuerpo para, con el pie cerrar la puerta y así evitar voltearme y arriesgarme a revelar la causa de mi incomodidad.
Estuve de pie contemplando mis alrededores por al menos un par de minutos y noté que seguía escurriendo, no quería ensuciar su casa, ya bastante líos tenía ya, así que me quité los zapatos gastados y procedí a dejar las cajas donde me había indicado, aunque claro, siempre tratando de no darle la espalda y en cuanto se dio la vuelta caminé rápidamente hacia el invernadero. Mientras acomodaba las cajas me puse a pensar en sus palabras ¿ojos en la casa?. Traté de ignorarlo hasta que comencé a sentirme observado, me giré rápidamente, esperando encontrar al hombre cuyo nombre aún era un misterio pero me encontraba solo, procedí con mi tarea pero la sensación no se iba así que volteaba ocasionalmente. Comencé a razonar lo que ocurría, ¿será que el hechicero simplemente se había vuelto invisible o algo así? No, era un disparate, además, lo escuchaba en la cocina... Terminé lo que tenía que hacer y regresé a la sala principal y con cada metro que avanzaba me daba la sensación de que alguien me seguía.
Ya en la sala otra vez, no tenía ni la menor idea de qué hacer a continuación así que me limité a esperar recargado contra la pared de brazos cruzados, no me quise volver a poner mi calzado pues estaba mojado aún. Estuve mirando a la nada, perdido en mis pensamientos por un buen tiempo hasta que al fin escuché que bajaba las escaleras.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
El joven bajo las escaleras con la camisa aun desabotonada, y fue en dirección a la cocina con la intención de preparar la cena, pero primero fue a ver dónde estaba Cailen el cual se encontraba apoyado contra la pared de la sala, se veía algo incómodo así que se acercó y lo miro a los ojos intentando descifrar que le sucedería, pero no pudo, así que simplemente le entrego una sonrisa y con su diestra le revolvió el cabello.
Clagg vio al joven un tanto “no aseado” lo cual era algo obvio para alguien de su condición, asi que decidió darle una orden – Acompáñame, vamos a darte un baño caliente, y luego te pondremos algo cómodo para la cena- dijo Clagg dándole una de sus características sonrisas torcidas. Ni siquiera espero una respuesta, simplemente lo agarro de su mano y lo hizo subir la escalera con él, pasaron por los dos cuartos que se encontraban en la planta alta y enseguida entro al baño con él – Te traeré algo de ropa limpia espérame aquí un momento, puedes comenzar a bañarte si así lo deseas.- El joven fue caminando a su habitación y abrió un closet en el cual tenía guardada su antigua ropa, la cual supuso era de la talla del joven Cailen, unos pantalones color caqui, una camisa bordeo, y unos mocasines color negro con una hebilla de plata como adorno, Clagg pensó lo bien que se vería el pequeño Cailen con esto puesto.
Al llegar al baño la incomodidad de Cailen era algo que se notaba, no se había movido del lugar en que lo había dejado, Clagg supuso que ya estaría dentro de la tina en estos momentos, así que dijo – Vamos que haces ahí parado, sácate la ropa y entra a la tina, no tenemos todo el día, hay mucho trabajo por hacer- Le grito para luego sonreírle nuevamente. Clagg supuso que el joven no haría nada, así que se acercó a la tina y comenzó a llenarla con agua caliente, luego se voltio y agarro a Cailen de los hombros – Ahora te sacaremos esta camisa harapienta, ya no la necesitaras- Cailen lucho pero al fin y al cabo Clagg tenía más fuerza, y logro quitársela, el menor se veía muy incómodo, Clagg no lograba descifrar el porqué, hasta que logro ver la espalda del joven…
Clagg vio al joven un tanto “no aseado” lo cual era algo obvio para alguien de su condición, asi que decidió darle una orden – Acompáñame, vamos a darte un baño caliente, y luego te pondremos algo cómodo para la cena- dijo Clagg dándole una de sus características sonrisas torcidas. Ni siquiera espero una respuesta, simplemente lo agarro de su mano y lo hizo subir la escalera con él, pasaron por los dos cuartos que se encontraban en la planta alta y enseguida entro al baño con él – Te traeré algo de ropa limpia espérame aquí un momento, puedes comenzar a bañarte si así lo deseas.- El joven fue caminando a su habitación y abrió un closet en el cual tenía guardada su antigua ropa, la cual supuso era de la talla del joven Cailen, unos pantalones color caqui, una camisa bordeo, y unos mocasines color negro con una hebilla de plata como adorno, Clagg pensó lo bien que se vería el pequeño Cailen con esto puesto.
Al llegar al baño la incomodidad de Cailen era algo que se notaba, no se había movido del lugar en que lo había dejado, Clagg supuso que ya estaría dentro de la tina en estos momentos, así que dijo – Vamos que haces ahí parado, sácate la ropa y entra a la tina, no tenemos todo el día, hay mucho trabajo por hacer- Le grito para luego sonreírle nuevamente. Clagg supuso que el joven no haría nada, así que se acercó a la tina y comenzó a llenarla con agua caliente, luego se voltio y agarro a Cailen de los hombros – Ahora te sacaremos esta camisa harapienta, ya no la necesitaras- Cailen lucho pero al fin y al cabo Clagg tenía más fuerza, y logro quitársela, el menor se veía muy incómodo, Clagg no lograba descifrar el porqué, hasta que logro ver la espalda del joven…
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
Mantener contacto visual no era algo a lo que estaba acostumbrado y por ello, me costaba mantener la vista fija en sus ojos, cada medio segundo me distraía a propósito con algún adorno en la pared y luego volvía a concentrarme en su mirada. No supe por qué lo hizo pero no quise preguntar, en realidad no había dicho ninguna palabra desde que comenzó a llover, de repente me sonrió y no supe cómo interpretarlo... estaba distraído tratando de evitar el contacto visual y de repente sentí como colocaba su mano sobre mi pelo y mi reflejo fue de tratar de evitarlo, la primera vez le dejé pasar porque estaba desprevenido, a pesar de haber intentado esquivar su mano, continuó, en realidad se sentía bien así que me dejé hacer.
Un baño... hacía tiempo que no tocaba el jabón, seguramente olía repugnante, para él, yo ya me había acostumbrado a mi propio hedor... espera ¿vamos? ¿pondremos? No estará insinuando que él estará presente en eso ¿o sí?. Antes de que pudiera argumentar, mi mano estaba siendo tomada y me guiaba hacia otra habitación, era un impulso, un reflejo el que me hizo pelear el contacto, pero traté de controlarme así que lo único que ocurrió fue que me tensé y le seguí el paso tratando de que no viera mi espalda. Al entrar al baño, mi pulso aumentó, no me gustaba estar en la habitación con él y del mismo miedo no podía hablar, como si mi voz se hubiese ido.
Luego salió por la ropa limpia y me relajé un poco, claro que no me iba a meter a la tina sabiendo que él volvería, ni que estuviese loco. Me quedé ahí como estatua, abrazando mi torso pues seguía transparente la camisa y podía verse la piel. La puerta volvió a abrirse y me sobresalté. Instintivamente retrocedí un par de pasos en los que él preparaba el agua. Debo admitir que la promesa de agua caliente, jabón y ropa limpia era muy tentadora, e incluso me hacía sospechar, tal vez quisiera algo a cambio porque nadie hace cosas buena porque sí, o al menos, eso es todo lo que sabía.
Fue cuando volvió a incorporarse que las cosas se salieron algo de control. ¿En verdad quería que me desnudara? ¿Con él en la habitación? No... ¡No! Mis ojos le miraban sorprendidos y asustados, se acercaba a mí y yo retrocedí hasta tocar con pared. Sujeté mi camisa con fuerza, luchando por seguir con ella puesta. -¡No! ... e... espere. -Decía mientras forcejeaba con él. -Por favor... La frase quedó inconclusa pues en ese momento, la camisa me fue arrebatada y por el movimiento le di la espalda un momento...
Solo ese momento bastó. Todas las cicatrices que trataba de ocultar de repente quedaron a la vista y me sentía tan... expuesto, vulnerable, también más avergonzado que nunca pues solo había 3 personas en el mundo que sabían eso, mis padres, yo... y ahora este hombre, cuyo nombre seguía sin conocer. Al verlo a los ojos me imaginaba a mi padre cuando trataba de "educarme", cuando fallaba en recitar la biblia, cuando le dije que quería ir a la escuela para aprender muchas cosas, por un momento la realidad se mezcló con el recuerdo y también aluciné con una caña en su mano, con la que era golpeado. Las manos me comenzaron a temblar otra vez y volví a caminar hacia atrás mientras con mis brazos cruzados trataba de proteger mi torso desnudo. Al volver a sentir la pared me recargué contra ella, ahora con más fuerza.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
Clagg vio al joven Cailen apoyarse contra la pared en señal de rechazo, entienda la razón, pero él no le haría daño, la única razón por la cual Clagg está haciendo esto por Cailen es por… en realidad no hay razón, el joven lo hace porque él es así, él no es capaz de abandonar a alguien, y menos a este indefenso joven, que animal habría sido capaz de cometer semejante acto, Clagg no podía más, lagrimas brotaron de sus ojos, y miro con una expresión de empatía total al menor, su cuerpo se movió por inercia, y abrazo al joven Cailen. Al momento en que sus cuerpos se tocaron Clagg rompió en llanto y solo pudo expresar una simple frase –Nadie más te hará daño, eso te lo prometo- Acto siguiente soltó al menor y volvió su mirada al el nuevamente y con su diestra acaricio su cabello para luego dejar el baño.
Mientras bajaba la escalera Clagg no podía detener su llanto, imágenes tormentosas de su pasado lo sumergían en un mar de desesperación, las piedras lanzadas por su padre cuando sus poderes se vieron desatados, el perro de caza que desgarro la yugular de su difunta esposa, los golpes propinas por varias personas en su adolescencia que querían robarle lo poco y nada que tenía, y ahora este indefenso joven. Clagg no podía dejar de sentirse identificado con este muchacho, él sabía que no podía abandonarlo, tenía que hacer algo, tenía que devolverle su sonrisa…
Clagg se dispuso a ir al invernadero, él sabía qué hacer, reunió todos sus implementos, sabia de varios tipos de árboles combinados con raíces que el mismo había hecho germinar de unos injertos que realizo tiempo atrás, con su moledor le saco el jugo a varias hojas para luego mezclarlas con semillas de distintos tipos de plantas que había recolectado con anterioridad, mezclo todo en un bol y agrego un ungüento neutro para absorber las propiedades de las plantas que había usado, estaba listo, ahora la misión era ayudar a este muchacho.
Mientras bajaba la escalera Clagg no podía detener su llanto, imágenes tormentosas de su pasado lo sumergían en un mar de desesperación, las piedras lanzadas por su padre cuando sus poderes se vieron desatados, el perro de caza que desgarro la yugular de su difunta esposa, los golpes propinas por varias personas en su adolescencia que querían robarle lo poco y nada que tenía, y ahora este indefenso joven. Clagg no podía dejar de sentirse identificado con este muchacho, él sabía que no podía abandonarlo, tenía que hacer algo, tenía que devolverle su sonrisa…
Clagg se dispuso a ir al invernadero, él sabía qué hacer, reunió todos sus implementos, sabia de varios tipos de árboles combinados con raíces que el mismo había hecho germinar de unos injertos que realizo tiempo atrás, con su moledor le saco el jugo a varias hojas para luego mezclarlas con semillas de distintos tipos de plantas que había recolectado con anterioridad, mezclo todo en un bol y agrego un ungüento neutro para absorber las propiedades de las plantas que había usado, estaba listo, ahora la misión era ayudar a este muchacho.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
Mis músculos se tensaron como jamás lo hicieron cuando este no tan desconocido me rodeó con sus brazos, claro que no le respondí, estaba demasiado ocupado tratando de cubrir mi torso de la mirada ajena. Cuando entramos en contacto cerré los ojos con fuerza y comencé a jadear, pues yo esperaba en realidad algo brusco, pero lo que recibí en realidad era un ¿abrazo? creo que jamás había recibido un abrazo en mi vida... no, alguien debió de haberme dado uno alguna vez, pero no tenía recuerdos de ellos. -Nadie más te hará daño, eso te lo prometo. -Fueron las palabras que salieron de su boca, fue más un susurro que otra cosa. Al separarnos le miré confundido, no entendía a qué se refería lo que acababa de decirme. Luego me di cuenta de que estaba llorando ¿por qué? ¿por mí?
¿Por qué alguien lloraría por otra persona? Eso era algo que jamás había visto, ni tampoco había escuchado sobre ello. Cuando se fue del baño me quedé de pie por unos minutos, sin comprender lo que había pasado. Luego recordé la tina con agua caliente a mi lado... Tomé aire nuevamente y comencé a desvestirme, no fue difícil, la ropa me quedaba demasiado grande, al quitarme el cinturón los pantalones grises (que solpian ser negros) llenos de suciedad, parches y otras cosas cayeron al suelo. Volteé a ver al espejo de cuerpo entero que había por ahí y me eché un vistazo. Tenía años sin ver mi reflejo... Vi a un muchacho pálido con los huesos definidos, a barba crecida, estaba lleno de algunos moretones, resultado de puntapiés recibidos por guardias. El cabello estaba enredado y sucio... ¿Era yo?, no podía creerlo. Me di la vuelta y giré mi cuello para tratar de ver la espalda, estaba llena de mugre pero las marcas eran más que evidentes...
Por fin me decidí y me metí a la bañera, fui bien recibido por el agua caliente. Encontré un jabón al lado mío y lo froté sobre mi cuerpo y cabello, estuve ahí un buen tiempo y salí hasta que noté que el agua se tornó marrón a causa de toda la suciedad que traía encima. Salí con cuidado y tomé una toalla que estaba ahí y la usé para secarme. Me puse la ropa interior nueva y decidí atreverme a observar mi reflejo otra vez. Estaba más pálido de lo que creía y me di la vuelta, también había más marcas de las que creía hace un momento.
Terminé de vestirme y salí del baño ya afeitado y con un mejor aroma. No había señales del joven así que opté por esperarlo en una silla rústica que estaba ahí junto a la puerta del baño. Mis manos quedaron sobre mis piernas y me senté encorvado, mi cabeza quedó colgada, mirando los zapatos nuevos. Escuché pasos lentos que subían la escalera y me pegué más a mi propio cuerpo para tratar de protegerlo, por simple instinto. Los pasos se acercaron hasta que vi el otro par de zapatos frente a los míos. Aún así, no quise alzar la cabeza. Tragué saliva y me permití hablar. -G... gracias monsieur. -Dije nervioso.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
Clagg ya tenía claro cuál era su misión, él iba a ayudar a este joven, sin importar que, ya se lo había propuesto, y lo iba a lograr, así que subió la escalera con la misión de ir a ver a Cailen en cual se encontraba sentado en una silla del segundo piso, ya estaba vestido, afeitado, y algo perfumado, hay que admitir que se veía atractivo – Vamos acompáñame – Le dijo al menor y lo tomo de la diestra para llevarlo a su habitación.
Ya en la habitación de joven Clagg le hizo una seña de que se siente a los pies de la cama, lo posiciono y le pidió nuevamente que se quitara la camisa, con lo cual lo ayudo – No te hare daño, sé que no me conoces, pero solo confía en mi por unos minutos- Caso siguiente abrió el frasco con el ungüento que había hecho y con mu mano derecha comenzó a esparcir todo el contenido en la espalda – Puede arderte un poco – Le dijo – pero ya verás lo que pasara -.
De un momento a otro una pequeña cantidad de humo comenzaba a salir despedida de la espalda del joven Cailen, y a su vez, la múltiples marcas que poseía salían despedidas de igual forma, el menor no tenía idea de lo que sucedía en su espalda, pero se notaba incomodo, así que Clagg se apresuró.
-Sabes Cailen – Dijo con un tono melancólico – tú me recuerdas a mí, alguien olvidado por todos y teniendo que sobrevivir en la miseria por acciones que no te conciernen, no es tu culpa, pero tú puedes llegar a ser mejor, solo necesitas la ayuda de alguien, y yo quiero ser ese alguien, si es que te parece bien – le dijo el joven mientras comenzaba a masajearle la espalda para que el ungüento hiciera efecto más rápido.
Clagg estaba inmerso en sus pensamientos, pensaba en su difunta esposa, pensaba en su maestro, las únicas dos personas que vieron algo en él digno de admirar antes de nadie, ellos les proporcionaron el conocimiento y las herramientas para superarse y se mejor cada día, Clagg pensaba todo esto sin dejar de masajear la espalda del joven. Después de unos minutos la espalda de Cailen ya había absorbido la medicina y el resultado era notable, no había ni un rastro de marcas alguna en la dermis de su espalda, ahora era sedosa y blanca como el resto de él, así que Clagg con una sonrisa en la boca le dijo el menor – Anda a ver el resultado al espejo que se encuentra en el baño, luego me dices que te pareció – acto seguido se paró y bajo a la cocina a preparar la cena.
Ya en la habitación de joven Clagg le hizo una seña de que se siente a los pies de la cama, lo posiciono y le pidió nuevamente que se quitara la camisa, con lo cual lo ayudo – No te hare daño, sé que no me conoces, pero solo confía en mi por unos minutos- Caso siguiente abrió el frasco con el ungüento que había hecho y con mu mano derecha comenzó a esparcir todo el contenido en la espalda – Puede arderte un poco – Le dijo – pero ya verás lo que pasara -.
De un momento a otro una pequeña cantidad de humo comenzaba a salir despedida de la espalda del joven Cailen, y a su vez, la múltiples marcas que poseía salían despedidas de igual forma, el menor no tenía idea de lo que sucedía en su espalda, pero se notaba incomodo, así que Clagg se apresuró.
-Sabes Cailen – Dijo con un tono melancólico – tú me recuerdas a mí, alguien olvidado por todos y teniendo que sobrevivir en la miseria por acciones que no te conciernen, no es tu culpa, pero tú puedes llegar a ser mejor, solo necesitas la ayuda de alguien, y yo quiero ser ese alguien, si es que te parece bien – le dijo el joven mientras comenzaba a masajearle la espalda para que el ungüento hiciera efecto más rápido.
Clagg estaba inmerso en sus pensamientos, pensaba en su difunta esposa, pensaba en su maestro, las únicas dos personas que vieron algo en él digno de admirar antes de nadie, ellos les proporcionaron el conocimiento y las herramientas para superarse y se mejor cada día, Clagg pensaba todo esto sin dejar de masajear la espalda del joven. Después de unos minutos la espalda de Cailen ya había absorbido la medicina y el resultado era notable, no había ni un rastro de marcas alguna en la dermis de su espalda, ahora era sedosa y blanca como el resto de él, así que Clagg con una sonrisa en la boca le dijo el menor – Anda a ver el resultado al espejo que se encuentra en el baño, luego me dices que te pareció – acto seguido se paró y bajo a la cocina a preparar la cena.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
No estaba seguro si debería seguirle pero dado que era eso o ir a la cárcel preferí continuar avanzando hasta lo que parecía ser su habitación... le obedecí en silencio y me senté en su cama mientras él me ayudaba a deshacerme de la camisa. Nuevamente me sentía demasiado expuesto, las únicas veces que me quité la camisa fue para darme un baño y para recibir azotes. No sentía que intentara hacerme daño pero no me resultaba fácil confiar en sus acciones. Vi el frasco que sostenía y le dediqué una mirada sospechosa. -¿Qué es eso?
Sin darme cuenta comencé a hacerme bolita mientras dejaba que pasara su mano por mi espalda, aplicando el contenido del frasco, mi mirada estaba perdida en el suelo, nadie jamás había tocado las heridas, ni siquiera mis padres. Me sentía invadido, sin embargo me dejé hacer, tratando de contener las lágrimas, me avergonzaba estar mostrando las cicatrices y más aún, dejar que las tocara. Acto seguido, comencé a sentir un ardor indescriptible en toda la espalda y no pude evitar dejar salir un par de gemidos de dolor.
Apreté la mandíbula y cerré mis ojos con fuerza, decidido a no dejar salir ningún quejido, ya suficiente era lo que estaba pasando, no tenía por qué añadir más humillación. Prestaba poca atención a sus palabras pues me encontraba en una espiral de dolor y confusión. No intenté evitar que siguiera acariciando mi espalda porque por alguna extraña razón lo sentía reconfortante.
El dolor comenzó a reducir gradualmente hasta que fue nulo y volví a abrir los ojos, jadeando un poco. – Anda a ver el resultado al espejo que se encuentra en el baño, luego me dices que te pareció . - Me quedé ahí quieto por un tiempo después de que abandonó la habitación y lentamente caminé hacia el baño, temeroso por lo que pudiese encontrarme ¿Qué había hecho? era la pregunta que me repetía a mí mismo. Cerré la puerta y me encontré cara a cara con mi reflejo, las manso me temblaban con anticipación, cerré los ojos mientras me volteaba y por fin los abrí... no había nada, mi espalda estaba libre de toda marca. Quedé con la boca abierta por un par de minutos y corrí al lavabo a echarme agua en la cara para luego volver al espejo y encontrarme con el mismo resultado. Las lágrimas brotaron de forma instantánea y me senté en el suelo a dejarlo salir.
Por fin estaba libre de aquella condena, de traer por siempre el recuerdo que me obligó a huir de mi hogar. Volví a la habitación y recogí la camisa, sin embargo no me la puse. Bajé las escaleras a pasos lentos y encontré al joven en la cocina, con la ropa aún en mis manos corrí y le di un abrazo por la espalda siendo dominado por el sentimiento y la emoción de estar libre por fin. -Gracias. -Dije mientras las lágrimas volvían a fluir. -No sé cómo agradecerle.
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
-Hay algo que puedes hacer por mí- dijo Clagg mientras probaba una cucharada del estofado que estaba cocinando- yo hice esto por un motivo ¿recuerdas? Quiero verte sonreír, así que quiero que me regales una gran sonrisa- dijo el joven mientras se volteaba a la vez que le devolvió el abrazo al menor – No tienes por qué llorar, ya hemos derramado muchas lágrimas hoy ¿no crees?- dijo mientras con su diestra revolvía su cabello.
Clagg ya no podía sacar de su cabeza a este muchacho, ¿Cómo era posible eso si tan solo lo conoció hoy, sobre todo lo conoció cundo él intentaba robarle? No tenía todas las respuestas pero el joven sabía que este muchacho era especial, no solo por sus poderes de percepción y tampoco por la ayuda de sus acompañantes en el otro lado, este joven era especial, y Clagg se dedicaría a darle un futuro
-Cailen te voy a ofrecer algo un poco descabellado, sabes soy una persona un tanto desorganizada, y necesito ayuda de vez en cuando para mantener el orden, bueno en realidad siempre, te propongo que seas tú el que me ayude a arreglar mi desastre, a mantener el orden en esta pocilga y te garantizo que no tendrás que volver a robar una sola pieza de pan, además siempre tendrás a alguien que te apoyara incondicionalmente, ¿dime que te parece?- le pregunto Clagg con una de sus características sonrisas torcidas.
Clagg ya no podía sacar de su cabeza a este muchacho, ¿Cómo era posible eso si tan solo lo conoció hoy, sobre todo lo conoció cundo él intentaba robarle? No tenía todas las respuestas pero el joven sabía que este muchacho era especial, no solo por sus poderes de percepción y tampoco por la ayuda de sus acompañantes en el otro lado, este joven era especial, y Clagg se dedicaría a darle un futuro
-Cailen te voy a ofrecer algo un poco descabellado, sabes soy una persona un tanto desorganizada, y necesito ayuda de vez en cuando para mantener el orden, bueno en realidad siempre, te propongo que seas tú el que me ayude a arreglar mi desastre, a mantener el orden en esta pocilga y te garantizo que no tendrás que volver a robar una sola pieza de pan, además siempre tendrás a alguien que te apoyara incondicionalmente, ¿dime que te parece?- le pregunto Clagg con una de sus características sonrisas torcidas.
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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Re: Despistado *Privado*
Después del abrazo recordé que aún seguía sin la camisa y me apresuré a ponérmela encima, a pesar de ya haberme quitado de encima todas esas marcas que me pesaban, el trauma que me habían dejado seguiría allí. Pero pasaba algo extraño, volvió a revolver mi cabello y se lo permití sin siquiera hacer el intento por retroceder, cosa que jamás en la vida había permitido. ¿Y por qué me dejaba? Era al pregunta que me hacía ¿desde cuándo permito que alguien me ponga la mano encima? Volví a cuestionarme para mis adentros. No era como si su mano me incomodara, (bueno en parte sí porque el instinto prevalecía) pero su tacto era lento, hasta podía decir que era gentil y cariñosos pero en cuanto pensaba eso desechaba la idea, la gente no era así porque se le diera la gana, bueno hasta ahí llegaba mi conocimiento.
Me acomodé el cuello de la camisa mientras seguía escuchando sus palabras y al mismo tiempo mantenía dentro las ganas de volver a darle un abrazo y derrumbarme como niño pequeño sobre su hombro. Hablaba sobre que él era una persona desorganizada, de eso me di cuenta cuando fui a depositar las cajas en el invernadero, las herramientas que usaba para jardinería estaban tiradas en el suelo y la mesa era un caos. Continuó hablando y a medida que las palabras salían de su boca me quedaba cada vez más sorprendido. Le miré atónito por unos segundos hasta que al fin reaccioné. –No lo entiendo. –Dije después de sacudir mi cabeza. -¿Me está ofreciendo trabajo? –Y amistad, agregué en mi cabeza, sin darme cuenta me llevé ambas manos a la cabeza y comencé a tartamudear de la impresión. –No es que no le agradezca, es sólo que… yo… en el callejón… usted… traté de robarle. -Fue la única frase que logré completar y al hacerlo, bajé las manos en una mezcla de sorpresa y confusión placentera. -¿por qué?
Cailen Gowan- Humano Clase Baja
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Re: Despistado *Privado*
-Todo el mundo necesita una oportunidad de salir adelante Cailen- Fueron las palabras que salieron de la boca de Clagg - y yo quiero darte esa oportunidad, porque veo un potencial, una humildad y una dulzura enorme que viene desde el fondo de tu ser- Clagg no podía dejar de mirar la cara del joven, estaba nervioso, sus brazos tiritaban, sus ojos aún tenían lágrimas, pero aun así lograba verse atractivo –y hay otra cosa- dijo el joven – no quiero que te separes de mi-
Clagg comenzó a recordar el estado en el que su antiguo maestro lo había encontrado, al borde la muerte, peleando por un pedazo de pan con un grupo de perro, si él no lo hubiese encontrado, Clagg no estaría aquí hoy, así que él quería hacer lo mismo que su maestro, quería darle una oportunidad a Cailen, quería darle una vida digna, quería darle amor…
El joven tenía los ojos puestos en él, así que Clagg simplemente fue y lo abrazo con todas sus fuerzas, apoyando su cabeza en su hombro derecho y le susurro en su oído – No tienes por qué seguir solo-…
Clagg comenzó a recordar el estado en el que su antiguo maestro lo había encontrado, al borde la muerte, peleando por un pedazo de pan con un grupo de perro, si él no lo hubiese encontrado, Clagg no estaría aquí hoy, así que él quería hacer lo mismo que su maestro, quería darle una oportunidad a Cailen, quería darle una vida digna, quería darle amor…
El joven tenía los ojos puestos en él, así que Clagg simplemente fue y lo abrazo con todas sus fuerzas, apoyando su cabeza en su hombro derecho y le susurro en su oído – No tienes por qué seguir solo-…
Última edición por Clagg Storm el Jue Dic 24, 2015 5:59 pm, editado 1 vez
Clagg Storm- Hechicero Clase Media
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