Infernal Noctem || Libre

por **Marius Lemacks** Jue Oct 01, 2015 10:13 pm

Agurios que en vientos cambian de dirección a rumbos desconocidos, desoladas callejas con suciedad que se amontona en cadáveres de ratas putrefactas, el aroma de la muerte se mezcla con el perfume de la vida, cada uno diferente e iguales al final, la tierra tiembla a los pies de los simples mortales que no ven como se parte su amada existencia para dejar una grieta por donde los perros del infierno se arrastran a por ellos. Se consume la vida como una llama pequeña que al mínimo soplido se apagará, es el juego de la cuerda floja y pronto un pequeño hilo conocerá el terror del devorador de almas y huesos.

“Apetitosa”

Percibe un dulce aroma con el giro de las corrientes eólicas, se relame los labios cuando su nariz se encanta con ese néctar que lo envuelve. Se está enloqueciendo al punto de soltar aquella caja con huesos y piel desprendida, regalo para un brujo que es su cliente asiduo y le pide siempre pedidos “especiales”. El sonido de aquella caja y huesos saltando se puede oír y su olfato le lleva a ojos cerrados por los callejones hasta que el mismo aroma lo golpea completamente.

Ahí está la dueña de aquel aroma, retrocede unos pasos ladeando completamente la cabeza hasta que la voz cantarina del ave en forma de niña le habla; mueve sus labios en la misma forma que ella pero no emite palabra alguna solo la sonrisa que se deforma en su rostro, camina alrededor de ella percibiendo su aroma, pero lo que más disfruta hacer es oler el cabello de la materia prima de donde obtiene los mejores venenos. Se acerca a la mujer tocando a segundo una hebra del cabello sedoso cual fina tela oriental y sin que se dé cuenta tira de esa hebra para lamerla, su sabor le enloquece.

“No es tan bonita pero tiene buen sabor quizás si pruebo su mano podré ver si su sabor vale la pena o quizás lo pueda mejorar”

No entiende las palabras de la mujer pero solo se limita a extender su mano a ella esperando que la acepte y poder él probar su piel.

por **Lune Pantich** Mar Oct 13, 2015 10:49 pm

Sorbió una vez mas y se enjugó una de las lagrimas que no paraban de caer rozando sus mejillas. Las cosas no le iban tan bien como esperaba, además que tenía que soportar los tratos de algunos de los concubinos, que notando que ella no era una «verdadera gitana» solían incordiarla con algunas amenazas.

Era un estorbo, pero buscaba siempre salir de ese panorama. Había buscado trabajo como sirvienta en una casa y no había funcionado tampoco. La veían muy menuda, posiblemente pensaban que no estaba capacitada para ese tipo de trabajos, o vaya uno a saber qué pasaría por sus cabezas. Esa noche no había vuelto al campamento. Permanecería despierta toda la noche y volvería allí por la mañana solamente para cumplir con su jornada habitual. Los gitanos solían hacer festejos que duraban toda la noche cuando se trataba de cumpleaños y demás festividades y esta época parecía estar colmada de nacimientos.

Respiró sonoramente tomando todo el aire que podían contener sus pulmones, tampoco es que iba a llorar de por vida. Arrastraba los pies por entre los callejones, caminaba sin rumbo, siguiendo algún papel que volaba por el piso. Escuchando risas y voces por entre las ventanas de las casas que aun tenían vida en su interior. Al menos ellos eran felices. Sintió algo de celos. Se paseaba tocando las frías y húmedas paredes, apenas abrigada por un saco lo bastante amplio para su cuerpo pequeño.

Una ráfaga de viento le trajo a su oído un golpe compacto en el piso cercano a ella. Se giró y buscó entre las sombras algún movimiento, como no lo encontró siguió su camino sin darle demasiada importancia. Pero algo le dice que es necesario que se vuelva, una mirada se le pega a la nuca y se vuelve una vez más, encontrando esta vez un rostro extraño como los del circo. Otra vez a molestar a la «no-gitana» -¡¿Qué quieres?! – pregunta con una mezcla de enojo contenido pero mas con cansancio. Sus manos se fueron a su cabello arrancando uno de ellos.

-¡Hey!- se sorprende por la actitud mas no dolía. Su sonrisa la confunde, lo hace parecer hasta divertido. El ser se muestra conforme. Parece divertido a pesar de todo. No parece dañino. Y con la misma mirada le pide la mano… ¿por qué no? Y con una media sonrisa le entrega una de sus manos al hombre con cierta desconfianza a pesar de las apariencias.

por **Marius Lemacks** Dom Nov 01, 2015 9:11 pm

Dulce melodía que embriaga a los oídos del mal, un mal que se levanta sigiloso por las calles empedradas de la ciudad, como perro se guía solo por el aroma que desprende la suciedad de aquella sociedad que se regodea en vidas pendencieras y lastimeras.

La cándida fragancia con aquel melódico tono con que llama y seduce a que la imaginación vuele en actos atroces con aquel cuerpo delicado y fino, sus piernas siendo cortadas lentamente por un cuchillo desdentado separando la piel de los huesos hasta dejarlo limpio, esos pómulos no tan pronunciados siendo acariciados antes de ser separados del rostro y colocados en pequeños jarrones para luego ser vendidos, esos ojos tan granes y puros que le atraen para arrancárselos y ponerle otros más tranquilos y vivaces. Si, ella no es perfecta pero podría serlo si tan solo, si tan solo estuviera quieta y callada.

“Igual de arruinada que todas”

El tono de voz con el que le recibe le molesta, es arrogante y pretencioso, arroja aquella pequeña hebra al suelo frunciendo el ceño en una clara señal de desprecio y odio hacia la mujer; da un paso hasta estar frente a ella, cara a cara. No le importa si ella se asusta o grita, no le importa nada en absoluto lo que tenga que ver con aquella mujer solo quiere mostrarle que ella lo ha enojado por haber hablado de más, no es de más, es por haberse quedado sin razón alguna, solo por un poco de cabello.

Ambas manos empujan aquel cuerpo para que sea ella quien retroceda a su presencia, se muestra más que serio contra la mujer. Ladea la cabeza viéndola como si no entendiera el porqué de la actitud de ella, pero no se puede culpar a un cuervo cuyas alas están rotas y cada vez que se eleva al vuelo su rumbo cambia, un ser cuya alma está encerrada en la locura y que dista mucho de su presencia, un ser cuya personalidad cambia constantemente como las mancillas del reloj que lleva dentro de su chaqueta.

“No eres más que solo una mujer ¿Por qué haces tanto escándalo por un poco de cabello? Debería cortárselo todo”

Busca un par de tijeras de aquel bolso que carga cruzado, mostrándosela, moviéndolas en sus dedos, abrir y cerrar frente a la mujer con una sonrisa tétrica donde los dientes con aquellos colmillos se muestran, sus labios esbozan el horror en aquella emulación de una sonrisa feliz.

por **Lune Pantich** Lun Nov 23, 2015 5:01 pm

Su mano aun permanecía extendida, mas el bufón no la tomó, por el contrario, su gesto cambio a un enojo por la actitud de Lune, que lejos de pedir perdón con toda la furia contenida de esos últimos días prefiere desbocarse aun mas y seguir con sus ánimos renegados. No le importa nada, su enojo es con ella misma mas que con el resto. Por dejarse dominar, por no ser mas fuerte, por dejarse alterar por todos los demás. Furia contenida que desprende contra quien se le cruce frente a sus ojos, por mas que estos nada tuvieran que ver con sus problemas personales.

- ¡¿Qué te pasa, bufón?! – aclama, claramente enojada por el desprecio de este. Su cuerpo no cayó al piso, él no había sido tan desalmado de empujarla con ímpetu, sin embargo por su edad y sus momentos solía mantener esos arranques de enojo. Estaba sola, posiblemente esa era la causa de ello.

Para su sorpresa el hombre termina por cambiar su actitud. Esboza una sonrisa ahora, tiene la mirada característica de un demente y sin embargo la gitana no lo confirma hasta que saca de su bolso un arma.

No, no es un arma, son solo un par de tijeras. La actitud de este es el arma. Manteniendo su sonrisa se acerca a ella una vez mas, abriendo y cerrándolas. El pánico se apodera de ella, sabiendo eso su cuerpo prefiere no responderle y mucho menos dejarla correr. Dio unos pocos pasos para atrás, él se acercaba lentamente, no era necesario correr. Como poder especial al menos eso que se consideraba su Dios le dio el poder de liberar sus cuerdas vocales y estas corrieron lo que ella no pudo. Gritó, grito de tal forma que sus oídos se anularon, estaban en plena noche, pero sus gritos rebotaban en las paredes, sus pies se movían lentamente hacia atrás.

Se cubrió los oídos, no quería saber nada mas. No quería esto para ella, no quería problemas, no quería mas traumas, no quería un bufón allí porque nada la iba a poder hacer reír una vez mas.
Su futuro era negro y no por su culpa, nunca tuvo felicidad ¿por qué él si podía reír?, pensó enojada.

por **Marius Lemacks** Mar Dic 01, 2015 10:46 pm

Perfecto aroma que se va mezlcando lentamente con los exquisitos perfumes de las emociones humanas, se extasia en demasía, su mente vuelta fútilmente por los callejones, el mechón arrancado los acaricia contra su mejilla aspirando el dulce aroma de aquella mujer a la que arrancará el alma y la encerrará en una botella tan limpia de la que no podrá escapar.

La ve correr y eso solo lo excita más, su sonrisa se hace más grande y visible, sus ojos desbordan la locura que aquella mujer le provoca y solo puede aspirar fuertemente el dulce almizcle que le ha dejado, un camino muy corto para él pero que lo disfrutará al encontrarla y encadenarla a él.

“Corre, grita, sigue así, Oh sí, no ves que eso es lo que más me atrae, te hace más hermosa y con tu aroma será exquisito poder hacerte aún más bella que antes”

Los gritos de la mujer lo asustan y alteran enloqueciéndolo más, pero también lo llaman de sobre manera, lo está invitando a la cacería y con aquellas tijeras que no para de jugar con ellas va tras el encuentro de la hada.

Callejón por callejón va buscándola sin pararse a mirar siquiera solo con el aroma del mechón arrancado. En uno de las varias uniones oscuras y densas saca un poco del mechón robado frotándolo por sus labios hasta que lo lame, chupa aquel pedazo de cabello sonriendo más tétricamente.

“Dulce, muy dulce es su saber. Puede ser adictivo pero lo haré aún mejor un toque más amargo con su mezcla dulce”

No habla y solo emite una grotesca risa, como de algo roto y que no debe existir más, que se junta con los sonidos de estar llamando a un gato o perro, a un pequeño animal herido solo con olfatearla. Va tras ellas más y más cerca hasta en segundos encontrarla y plantársele frente a ella con la misma expresión de horror.

La diestra la toma del cabello y la zurda ejecuta lo que tanto ha querido, corta un mechón más grande del cabello femenino que cae al suelo y al que él se detiene a juntar limpiándole la suciedad, deja caer la tijera a un lado concentrándose en aquellas hebras cuidadosamente guardarlas una por una.

por **Lune Pantich** Mar Dic 22, 2015 10:22 pm

Reaccionó. Su impulso la llevó a correr lo más que le daban sus delgadas piernas. No era mas que una fruta apenas madura, su cuerpo aun parecía no desarrollarse por completo muestra de una resistencia al crecimiento y lo que ello conllevaba. Este estadio para la adolescente eran puras visiones tenebrosas: compromisos con gitanos, la maternidad, la familia… ella no conocía que era eso. Sus ataques venían de allí mayormente.

Ayuda…

Sus gritos la habían dejado sorda, ya no podía escuchar el tétrico sonido de las tijeras que chirriaban en manos del hombre desquiciado que le había arrancado apenas un poco de cabello. Se burlaba de ella como todos los demás y disfrutaba de hacerlo. Sí, eso era…seguramente un enviado por los gitanos que no conformes con sus problemas querían traumarla de por vida.

Venganza… era solo cuestión de tiempo.

Entre medio del callejón descubre un pequeño cubículo de cartones y allí esconde su integridad. Su corazón no dejaba de latir desbocado, estaba cansada por la actividad, por el llanto que la había tenido de aquí para allá todo el día y algo mas que aunque se resistiese bien podía calificar como miedo.

Pudo notar en lo mas profundo de su ser crecer esa sensación que provenía de las mismísimas entrañas – aunque bien sabido imposible, asi la sentía – un ataque de pánico en puerta. Respiró por la nariz, observando la entrada por la que había ingresado al callejón a la espera del bufón, pero las luces no revelaban movimientos mas que el de su cuerpo frenético y sus pulmones bajando y subiendo en compás, buscando el equilibrio tanto corporal como emocional.

"Ya basta…termina con todo esto” se rogaba mientras cerraba los ojos.

Los abre solo para encontrarse una vez mas con la silueta conocida. No puede gritar porque va a colapsar, su cuerpo se eleva mas allá del nivel del suelo y observa como un mechón cae al lado de su mejilla apenas rozándola. Su cabello se libera y termina acuclillándose contra la pared una vez mas, presa del inicio de un ataque de pánico frente al demente que ahora se agachaba a por el mechón del empedrado, limpiándolo.

¿Qué clase de abominación era eso? ¿Podía considerar a alguien asi humano?

- ¿¡Quién te manda!? ¿¡Por qué buscas sacar mis demonios!?– gritó en medio de la confusión Lune sin trabar miradas. Sus manos se envolvieron entorno a sus sienes en suplica inconsciente. No comprendía porque se empeñaba con ello. Respirando con energía se levantó una vez mas furiosa por su pérdida.

“No puedo perder mas cosas ¡ya no tengo nada!” se gritaba internamente mientras en un impulso arremetió contra la figura del silencioso atacante apenas empujándolo por la desconcentración. No tenía chances. No era rival para este.

por **Marius Lemacks** Lun Feb 01, 2016 10:57 pm

El suave perfume toma el dulce aroma putrefacto, la perdición del objeto en las entrañas de lo defectuoso. El tinte perfecto se esfuma por un arrebato, uno solo que crea o mejor explicado, que abre las compuertas del caos y el desenfreno de un éxtasis insano.

Ojos oscuros que se tornan sangre, ojos asesinos que buscan a la malnacida que ha estropeado su mayor tesoro al que observar en el suelo sucio y desperdigado, ya no es hermoso porque está todo cubierto de la sucia ciudad, él quería el mechón limpio con apenas toques de lodo que él podrían con tierra del cementerio, pero no de aquel donde todos pisan dejando asquerosas huellas de su vida.

Levanta la mirada, una seria y los labios curvados en la muestra de su enojo, sus puños cerrados, sus ojos enloquecidos que arden en la sangre que ha consumido. Busca el arma que le ayudó a arrancar el mechón, lo apunta directamente a los ojos de la mujer riéndose en una estruendosa carcajada.

“Arrancaré tu cabello de golpe, te quitaré los ojos, las uñas y la piel hasta que quede solo aquella piel roja y suculenta”

En segundos toma a la mujer de los cabellos tirándola con fuerza contra la pared más cercana, desaparece de su campo visual por unos segundos, le da un lapso de descanso hasta que aparece tras de ella enredando la zurda al cabello claro de la mujer tirándole el cabello y la cabeza hacia atrás, se relame los labios partidos con aquellos dientes sucios y descuidados, las cicatrices de su rostro, aquellas marcas que se ocultan tras aquella capa blanca.

Tiene la mujer tan cerca de si que la huele, absorbe el aroma del cabello, un aroma de sol puro. Lame la sien de la mujer dejando un camino de fétida vida arrancada. Su mano sube por el vientre de ella, sus pechos hasta el cuello moviendo los dedos en la tráquea, sujetándola con fuerza pero no excesiva, al menos no como para matarla.

—tuo myetnhar tökéletes vzhe nullum est, chto ona est, то само је eínai mia mágissa, czarownica, Schlacke. Te arrancaré de esta vida, y tu cabello será la prueba de ello—

Sus hombros suben y bajan como si respirara, ha roto su silencio y eso lo devora por dentro, los gritos que vienen a continuación son producto de ello, grita frases sin sentido, no para de gritar incongruencias mezclando idiomas conocidos y desconocidos. Odia a la mujer y la insulta por haberle hecho hablar, por ocasionarle el problema de haberse escuchado tan horrible voz, tal horrible ser que ya no es perfecta, tan miserable que le ha hecho perder dos cosas valiosas e impecables.

Tira de los cabellos cortándolos a la mitad, dejando caer los mechones sueltos y libres por el cuello hasta el suelo, dejando que se pierdan, pero teniendo en su poder la cantidad suficientes.

por **Lune Pantich** Miér Feb 24, 2016 11:19 pm

Locura… era insano y hasta insensato pensar en lo que estaba sucediéndole en ese día que parecía no terminar mas.

¡No es real!

Se machacaba a si misma presa de la confusión, el aturdimiento y la sombra de un ataque de pánico que no se demoraría en venir a rescatarla. Aun no sabía cómo, porque siempre terminaba igual. Lo que parecía ser la salvación a todas sus catástrofes y problemas, esa anhelada explosión de furia contenida en sus huesos no era mas que un paliativo al estallido. Una forma de bajar las tensiones que sumaba a diario de forma abrupta y luego… mas de lo mismo.

La misma vida, la misma chica, la misma crisis…

Simplemente, como algo pasajero, sucedió. Era ese silencio previo inconfundible donde podía escuchar su propia respiración y luego lo peor, la perdida total de sus impulsos. Como una posesa se comenzó a sacudir en manos del hombre que la tomaba por los cabellos, al no poder contenerla la tomaba del cuerpo, siempre manteniendo un firme agarre de su cabeza que no permitía que observara mas que el cielo estrellado y algunas nubes opacando el brillo del astro nocturno.

Su masa muscular se debatía en un intento por escapar, mas gritos en el callejón, un angustioso grito de desesperación y lágrimas rodando a caudales por sus mejillas. Sus piernas casi en el aire pataleando como si estuviera en el agua buscando salir a flote. Sus manos dieron con alguna parte del cuerpo que tenia mas próxima de su atacante. Escucho al mismísimo diablo hablar. Y no era ella, no era su garganta la que emitía tal sonido… No no.

Al parecer tales palabras incongruentes partían detrás de ella. Una amenaza clara y mas forcejeos y tirones por su parte, solo quería pegarle, liberarse del agarre, terminar con la tensión de su cabeza, de sus sienes que estaban tirantes a mas no poder. Había sentido allí mismo una desagradable sensación y eso solo la había hecho gritar mas, podía oler la sangre y de pronto, como la llegada del ataque, simplemente cesó.

El dolor, el agarre, el tironeo y los gritos habían culminado. Estaba en el piso, se levantó respirando con dificultad, desconcertada y a la vez aliviada. Algo completamente extraño había pasado. Sus miedos parecían haberla hecho reaccionar mucho antes del ataque. Su ser completo estaba cansado pero al menos había retomado el control de sí misma. Se paró frente a él, confrontándolo, incluso con ganas de agradecerle, fuera lo que fuera que había hecho, había resuelto un gran dilema que tenía.

Estaba por hacerlo cuando notó en manos del bufón mas mechones. Se paró en seco, paralizada ante la situación y su mano fue directa a su cintura donde gimió al encontrarse solo con un mínimo pedazo de su cabello. Se llevó las manos a la boca.

Debo recuperarlo… Me pertenece…

por **Marius Lemacks** Mar Mar 01, 2016 11:38 pm

El aroma del sol impregnado en aquellas hebras doradas, una a una las tomaba entre sus sucias uñas largas y descuidadas lamiendo la punta final de aquellos hilos con su sonrisa estrepitosa y macabra que solo mostraba parte del monstruo que se ocultaba en el silencio de la noche.

Un éxtasis floral y de fragancias sentía con cada hebra que olía y probaba con sus sentidos, había olvidado a la dueña de aquel ramillete de muertos soles que ahora descansaban moribundos en su mano, le seguí aun camino de pequeñas hebras sucias y fétidas que quedaron en el suelo siendo inservibles para sus gustos.

Dio la espalda completo absorto en su tarea de seguir con su nueva adquisición, al menos hasta que le sonido de algo crujiente y con ira se acercaba; giró la cabeza viendo por sobre su hombro con una expresión sombría que amenazaba directamente con aquellos ojos sin vida.

—Tú otra vez, acaso no estás feliz con esto que has hecho, maldita, maldita, mil veces maldita que el tiempo, no que los cielos, no tampoco, que todos te maldigan para siempre que tu muerte sea tan dolorosa y agónica, que estás sola y nadie te auxilie hasta que estés tan muerta como los muertos esos del cementerio, así al menos podré arrastrarte en silencio para poder arrancarte todo ese cabello—

Su boca se abre completamente casi desencajándose en un grito agónico y agudo, una muestra de su odio hacia la mujer.

Guarda los mechones, parte de su ropa es cortada para salvaguardar aquel tesoro claro y brillante que se oculta de la vista en aquella bolsa donde sus instrumentos y otros objetos que es mejor no mencionar de resguardan de la vista.

“Esos labios y esa lengua que tiene, si, si quiero arrancárselos para poder entregarlos seguro me darán algo bueno por ello, oh si, estoy seguro que el señor me dará uno de esos, lo hará por mí y lo arreglaré para mi”

El aroma de la muerte se extiende con su mano que se estira para acercarse al rostro de la joven, sus labios se abren y cierran como si emulara los movimientos de los labios ajenos pero no los imita, no los igual, solo juega con lo que cree que debería hacer todo mortal antes de convertirse en un montón de órganos separados.

por **Lune Pantich** Dom Mar 20, 2016 10:26 pm

Como una muchacha poseída se mantiene de pie a espaldas del hombre, por sus mejillas tiene los rastros perdidos de las lágrimas que derramó abriéndose paso en medio de la suciedad y el polvo que le cubre su rostro después de estar todo el día rondando por las calles. La niña está furiosa, respira con dificultar por la ira y recuperándose de lo que podía haber sido una nueva crisis.

Observa por el reflejo de la luz de la calle como el vampiro huele y lame su cabello, recién cortado… recién robado. Gime por el dolor de una nueva perdida. Ya no mas…

Movida por inercia y con sus hombros duros avanza con pasos firmes y lo empuja por la espalda sin lograr siquiera moverlo de su lugar. Lo intenta de vuelta con menos éxito que antes y se molesta por ello. Él nota esto y se gira mirándola por sobre sus hombros sin sentimientos.
Habla y grita con la misma voz que había escuchado antes detrás de sí. Una voz horrible que enfatiza cuando se pone a gritar. Allí mismo se tapa los oídos y comienzan una lucha de egos, ambos gritando en el callejón.

- ¡YA BASTA! ¡CALLATE, CALLATE! ¡NO ENTIENDES NADA, BUFON! – grita al unísono ella, una de las ventanas se abre para ver la escena y sus participantes.

Se calman ambos y observa como este toma un trozo de su ropa y envuelve hábilmente sus mechones guardándolos posteriormente en su bolsa – ¡YO MORÍ HACE MUCHOS AÑOS, SOY UN FANTASMA!- grita ella convencida que asi capta su atención y le da a entender que sus pretensiones de matarla no son mas que meros planteos de niños queriendo tener cosas a las que no pueden aspirar.

Toma la iniciativa y se acerca a este nuevamente y comienzan a forcejear para quitarle la bolsa donde lleva su cabello hasta que él la empuja, alejándola de sus pertenencias.
Una advertencia. Observa como su mirada cambia una vez mas y extiende su mano en dirección a ella, avanza con decisión. Ella gira su rostro buscando algún elemento para defenderse de el próximo ataque ya que esconderse no parecía tener sentido, además quiere recuperar su cabello y no piensa irse sin este…

No mas perdidas, se recuerda una vez mas, toma una caja de maderas y se la arroja gritándole que le devuelva lo que le pertenece.

por **Marius Lemacks** Lun Mayo 02, 2016 5:01 pm

Gritos sin sentidos que se arman de notas altas y bajas, golpes que se intentan asestar uno contra otro pero solo quedan cual caricia de una primavera marchita y asquerosa que apesta por toda la ciudad como los sucios callejones como en el que aquella escena se prestaba.

El intento furtivo es fallido, se mueve con agilidad ante los ojos de aquel ser omnipresente que ha caído en los brazos de la muerte, alejándose lo suficiente para observarla con mayor detenimiento, una a una estudia sus movimientos y partes acercándose con el debido cuidado como si de una ilusión o hada de bosque oscuro se tratase; aquellos dedos van directo a la piel de la joven bajando por este hasta el cuello el que marca por el centro con sus uñas hasta su escote siguiendo la forma del busto redondo para subir nuevamente por el hombro hasta los cabellos mal cortados

—Si eres un fantasma, entonces dime por qué, por qué puedo tocarte como ahora, porque no solo te atravieso, quizás deba hacerlo atravesar mis uñas a tu corazón para ver si es verdad que estás muerta o no. Mira estás fría y siento el latir de tu sangre por todo tu cuerpo—

Se levanta tomándole del cuello para que se ponga de pie de una buena veza

—Arpía mentirosa, TU NO ESTÁS MUERTA—

Sin contar con el previo aviso su boca amarillenta y ensangrentada roba la boca ajena en un beso que es más la prueba de la mentira o la verdad, muerde la lengua ajena y los labios hincándolos con sus colmillos saboreando la sangre viva como si fuera el mejor manjar. La aleja con el hilo rojo que ha conectado lo puro y lo nauseabundo sonriéndole con el odio en sus ojos, con estos abiertos de manera tan grande que solo muestran la locura de las acciones

Lejos está ahora de ser la prueba de alguien, ahora puede ser el alimento en trozos de aquel animal rastrero..

por **Lune Pantich** Jue Jun 09, 2016 10:48 pm

Lune estaba desquiciada, enojada con el monstruo y con ella misma por no dejar de perder cosas todo el tiempo. Se animó después de tirarle la caja de madera sin éxito y con paso decidido cerró las distancias entre ambos bajo la atenta mirada del ser que parecía volverse una sombra entre medio de los callejones. Se friega las lágrimas secas que quedaron en los costados de sus ojos. Tomando mas coraje que antes le empieza a gritar de vuelta, sabiendo que las voces lo molestaban, esta con una crisis en camino, no piensa, recita como una posesa una serie de frases que se guardaron en su cabeza acumuladas a través del tiempo.

Cuando esta mas cerca de este le asesta un golpe en la cara que siente en sus manos y cuando se da cuenta que le dio sorprendida por el contacto nota como pierde nuevamente contacto con el piso, mira hacia abajo sin notar que el peligro está de frente, siente como si una víbora la muerde y regresa a la realidad, siente la presión en la garganta y la falta de aire la hace toser.

Un hilo rojo conecta sus bocas y si bien su principal atención está en volver a respirar saca energías de reserva y le rasguña la cara en la mejilla y logra deshacerse de su agarre. Siente repulsión al notar la acción de este, cuando cae escupe en el piso y tiene una arcada que la ayuda a recuperar el aire perdido en ese tiempo de flote. Observa como este se toma la mejilla y nota que a su lado pende la bolsa donde estaba su cabello perdido, se eyecta del piso y corre bajo su manga usurpándole el objeto y parte corriendo lo mas rápido que puede con el bolso entre las manos. Sin medir las consecuencias de ello.

Corre como si el mismísimo demonio la persiguiera tomando conciencia de lo que acababa de pasar, cruza la calle al cordón del frente y se inmiscuye a la zona mas iluminada donde espera tener alguien que la ayude.

por **Marius Lemacks** Mar Ago 02, 2016 9:39 pm

Y el tiempo se agotó tan rápido como llegó.

Ya no está
Ya no está

—Ya no está—
—Ya no está—

Repite sin cesar en su mente como en el paladar que se traga aquella frase, sus ojos se abren aun más con las pupilas cerradas ante la locura de la pérdida, todo se derrumba a su paso incluso él mismo cae al suelo de rodillas sumido en la oscuridad que va creciendo cuando las luces se apagan, solo esos ojos rojos que fulguran el odio y la irracionabilidad se deja ver así como esa fila de dientes afilados como cuchillas.

Un grito estruendoso se deja oír por los callejones, la saliva que corre como un rio que se desemboca en las pútridas cloacas donde la inmundicia de toda la ciudad se reúne, se levanta aquel perro infernal riéndose buscando entre sus cosas aquello que necesitaría para recuperar lo que se le ha sido arrebatado así como el alma de aquel que se ha atrevido a tocarle de esa manera.

El filo oxidado que se muestra en el poco destello que posee esas tijeras que se niegan a dejar aquellos dedos malformados. Como el perro que es olfatea el lugar saliendo de los callejones hasta la avenida principal despertando el horror en las pocas almas que pasan, camina como si fuera un paseo normal con esa sonrisa y mirada psicótica; el aroma se confunde con otros creando más odio todavía pero aun le queda algo al perro del infierno y es lo que hace, va al suelo oliendo las piedras por donde la asquerosa alma ha pasado con su pertenencia robada, lame las piedras sonriendo aún más con esa sonrisa ensanchada por las cicatrices

—te encontré, te encontré. Ya te vi, ya te vi—

Una mujer grita al estar cerca de aquel monstruo pero el la empuja a la calle siguiendo a su presa hasta tenerla de frente

—Creo que te arrancaré los ojos y cortaré tus piernas, moleré tus huesos, pensaba que podría darte a aquel sujeto y que te haga más bonita pero no, tu no mereces eso lo que me reces es la muerte—

Suelta una carcajada mostrándole los filos oxidados de aquella tijera.

No hay donde esconderse del perro del infierno

por **Lune Pantich** Mar Oct 11, 2016 10:08 am

Gemidos por el dolor y el corazón palpitándole en los oídos, Lune no dejaba de correr como si estuviera siendo perseguida por el mismísimo Lucifer.

Corre tanto como sus pies lo permiten...

Un grito desde los callejones la hace girar, para, y continúa corriendo lo mas rápido que le permiten las piernas.

Algunos gritos de terror en la avenida que acaba de cruzar le advierten de la proximidad del monstruo al que le arrebató el bolso que dentro tenía sus cabellos cortados. Se para en seco, en medio de los adoquines, un caballo se cruza cuando observa detrás y puede ver la figura del horror lamiendo las piedras del camino. Una vez mas sale corriendo y choca contra una persona, ya sin tiempo de salir corriendo enfrenta al demonio, sin otra opción.

- ¡POLICÍA! ¡POLICÍA! – grita como si alguien pudiera ayudar a una niña de la calle. No tiene aire para seguir corriendo. Sujeta la bolsa como si fuera el último aliento de vida que le queda.

- ¡Ni se te ocurra acercarte! – advierte al oír sus amenazas. Detrás de ella la calle cercada de caballos en sus monturas. No había escapatoria. Realmente la buscaría por cielo y tierra si era necesario.
Mete una mano dentro de la bolsa, palpa sus cabellos entre otras cosas que era mejor no ver, pero no resiste la tentación. Arroja la bolsa al piso con las manos ensangrentadas y conteniendo un grito.

por **Marius Lemacks** Miér Nov 02, 2016 8:57 pm

La ira es la tormenta más impredecible y devastadora.

—¿Qué hiciste?—
—¡Todo está arruinado, arruinado todo está!—
—¡Lo arruinaste, lo arruinaste, inservible, arruinado arruinado!—

Grita tirando de sus cabellos golpeando su frente contra una pared con fuerza que los huesos crujen y la carne se abre borboteando sangre que es más espesa y fétida que cualquier otra, un hilo de esto corre por su frente pasando por su puente nasal hasta sus labios donde su lengua toma aquel bocado saboreándolo con exquisitez; sus ojos marcan el tono rojizo de la furia que se está desatando, los huesos de aquellas manos truenan desencajándose uno a uno con sus pasos sonando acercándose al a mujer cuya sentencia ha dejado

—¿Cómo te atreves tú? Te atreviste a hacerlo, acaso no sabes lo valioso que son, tendrás que pagarlo contigo, te sacara uno a uno cada parte, rajaré tu cuerpo completamente para tomar aquello que has destruido incluso tus cabellos te los quitaré uno a uno—

Un hombre aparece cual salvador de aquella alma atormentada acercándose con un pedazo de madera a golpear la espalda de aquella bestia pero solo se destruye, busca golpearlo o llamar su atención hasta lograrlo, las manos sucias del animal toman el cuello del hombre fracturándolo en segundos, sus dedos se meten en la cavidad bucal tocando la lengua y un beso lo toma desprevenido a aquel cadáver arrancando la lengua a aquel hombre escupiéndola al suelo

—Tú no debes pagar lo que ella ha destruido ahora cállate y déjate recuperar lo que ella dañó, ella lo pagará, lo pagará todo, aunque tenga que desaparecerla—

Arroja el cuerpo inerte a un lado acercándose de nuevo a la mujer extirando la mano tomando el mentón de ella con fuerza que sus uñas rasgaron aquel de aquella piel delicada, acercó su boca y besó esos labios saboreando la lengua de la mujer mordiéndosela hasta en los labios clavando sus colmillos para tomar la sangre.

Acto que jamás había hecho pero su furia estaba desentrañando otra cara, otro ser oscuro que alberga y que ahora grita por salir.

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