AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Beautiful sin { Privado }
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Beautiful sin { Privado }
{ Una noche más, en vez de mirarla con hastio deberías agradecer que puedes decir, una noche más }
-Golpeó una, dos y hasta tres veces el suelo con los zapatos desgastados como si en algun instante una puerta secreta le envolviese alejándose de la realidad a paso ligero, pero nunca sucedería así como del mismo modo tampoco deseaba que sucediera, aquellos soñadores en exceso solían acababar ellos mismos con sus propios sueños antes de poder tener la posibilidad de alzarse como dueños de los mismos. Lionel tomó un mechón de cabello colocándolo trás su oreja con evidente parsimonia a pesar de que no estaba situado en precisamente uno de los más hermosos lugares que se podría encontrar en aquel sitio.
Una sonrisa suave acariciaba sus labios volteando a mirar hacia el cielo, estaba escondido debido a las luces de las casas y de las calles que poco a poco dejaban evidencias del cielo estrellado - la gente de hoy en día- se musitó para sí mismo- no sabe apreciar lo que tiene...
- Las clases altas siempre deseaban aspirar a más altitud sin poder llegar a los pies del cielo, la clase media solo deseaba tranquilidad aunque sus sueños fueran vivir de ese mismo modo o llegar a ser aún más, la clase baja, eran lo que mas solian mirar al cielo con pesar, con el rostro lleno de sueño, como pecadores que rezan a ninguna parte...se sonrió cerrando pues los ojos hasta tomar de su bolsillo una pluma y un tintero observando al muro que tenía delante suya, frío, sediento de monotonía, por lo que suavemente se acercó con una risa traviesa-
Señor D'Maine, debería de dar vida a esta pared, podría sufrir de excesivo aburrimiento
- Era maravillosa aquella libertad que el silencio y la soledad solían poseer, con una sonrisa comenzó con la pluma ya manchada de tinta a dibujar una especie de garabato que no tenia en sí sentido, no era como aquellos pintores que necesitaban un sentido para algo, sino, nadie compraria sus pinturas porque en aquella época "el creer, es ver" por eso la mayor parte de las veces la fantasía, la imaginación, eran sinónimos de brujeria o mejor dicho, eran solamente nombres a los que no habia que acudir demasiadas veces-
-Golpeó una, dos y hasta tres veces el suelo con los zapatos desgastados como si en algun instante una puerta secreta le envolviese alejándose de la realidad a paso ligero, pero nunca sucedería así como del mismo modo tampoco deseaba que sucediera, aquellos soñadores en exceso solían acababar ellos mismos con sus propios sueños antes de poder tener la posibilidad de alzarse como dueños de los mismos. Lionel tomó un mechón de cabello colocándolo trás su oreja con evidente parsimonia a pesar de que no estaba situado en precisamente uno de los más hermosos lugares que se podría encontrar en aquel sitio.
Una sonrisa suave acariciaba sus labios volteando a mirar hacia el cielo, estaba escondido debido a las luces de las casas y de las calles que poco a poco dejaban evidencias del cielo estrellado - la gente de hoy en día- se musitó para sí mismo- no sabe apreciar lo que tiene...
- Las clases altas siempre deseaban aspirar a más altitud sin poder llegar a los pies del cielo, la clase media solo deseaba tranquilidad aunque sus sueños fueran vivir de ese mismo modo o llegar a ser aún más, la clase baja, eran lo que mas solian mirar al cielo con pesar, con el rostro lleno de sueño, como pecadores que rezan a ninguna parte...se sonrió cerrando pues los ojos hasta tomar de su bolsillo una pluma y un tintero observando al muro que tenía delante suya, frío, sediento de monotonía, por lo que suavemente se acercó con una risa traviesa-
Señor D'Maine, debería de dar vida a esta pared, podría sufrir de excesivo aburrimiento
- Era maravillosa aquella libertad que el silencio y la soledad solían poseer, con una sonrisa comenzó con la pluma ya manchada de tinta a dibujar una especie de garabato que no tenia en sí sentido, no era como aquellos pintores que necesitaban un sentido para algo, sino, nadie compraria sus pinturas porque en aquella época "el creer, es ver" por eso la mayor parte de las veces la fantasía, la imaginación, eran sinónimos de brujeria o mejor dicho, eran solamente nombres a los que no habia que acudir demasiadas veces-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Durante las últimas horas, no había hecho otra cosa que vagabundear por aquellos callejones. Buscaba nada, y a la vez todo. Deseaba volver a verla, pero estaba segura de que ella no estaría por allí. Deseché de mi mente cualquier pensamiento que tuviese que ver con ella, y sacudí la cabeza aburrida.
Volvería a casa; era lo mejor que podía hacer, y más tratándose de mí. Si me quedaba diez minutos más allí, iba a perder por completo la poca cordura que me quedaba. Sabía que no estaría allí, y que era imposible verla, pero inexplicablemente tenía la sensación de que estaba cerca mío. No la había visto, de hecho ni siquiera la había olido, pero algo me decía que estaba cerca de mí. Intuición femenina, quizás.
Volví a bajar por el estrecho callejón inclinado que comunicaba la calle en la que había estado toda la noche y la avenida donde se encontraba el burdel más solicitado. Sin embargo, esta vez había algo diferente. Un olor nuevo y una sombra en la lejanía me advirtió de que no estaba sola.
Mais... la idea llegó a mi mente enseguida. Pas elle. Desde luego que no, era un olor masculino, joven y parecía incluso atractivo. Me acerqué con cautela, intentando no hacer ruido. Sin embargo, algo me dijo que él sabía que yo estaba allí.
-Bonnuit monsieur -dije cuando estuve más cerca. Lo sorprendí pintando una pared con una pluma oscura. Observé el dibujo. Pese a que él había oído mis palabras, casi ni se inmutó cuando le recriminé- Un bonito dibujo, algo abstracto quizá. Pero me gusta.-sonreí- Un buen modo de decorar la ciudad.
Lo observé atentamente. Desde luego, mi instinto no había fallado: era atractivo. Su cabello largo -mi debilidad- parecía de tacto suave y fino. Poseía unas facciones marcadas, y su altura era normal, unos diez centímetros más alto que yo. Su piel era un poco más oscura que la mía, aunque para nada parecía un muchacho extranjero. La primera impresión, pues, fue bastante buena.
Volvería a casa; era lo mejor que podía hacer, y más tratándose de mí. Si me quedaba diez minutos más allí, iba a perder por completo la poca cordura que me quedaba. Sabía que no estaría allí, y que era imposible verla, pero inexplicablemente tenía la sensación de que estaba cerca mío. No la había visto, de hecho ni siquiera la había olido, pero algo me decía que estaba cerca de mí. Intuición femenina, quizás.
Volví a bajar por el estrecho callejón inclinado que comunicaba la calle en la que había estado toda la noche y la avenida donde se encontraba el burdel más solicitado. Sin embargo, esta vez había algo diferente. Un olor nuevo y una sombra en la lejanía me advirtió de que no estaba sola.
Mais... la idea llegó a mi mente enseguida. Pas elle. Desde luego que no, era un olor masculino, joven y parecía incluso atractivo. Me acerqué con cautela, intentando no hacer ruido. Sin embargo, algo me dijo que él sabía que yo estaba allí.
-Bonnuit monsieur -dije cuando estuve más cerca. Lo sorprendí pintando una pared con una pluma oscura. Observé el dibujo. Pese a que él había oído mis palabras, casi ni se inmutó cuando le recriminé- Un bonito dibujo, algo abstracto quizá. Pero me gusta.-sonreí- Un buen modo de decorar la ciudad.
Lo observé atentamente. Desde luego, mi instinto no había fallado: era atractivo. Su cabello largo -mi debilidad- parecía de tacto suave y fino. Poseía unas facciones marcadas, y su altura era normal, unos diez centímetros más alto que yo. Su piel era un poco más oscura que la mía, aunque para nada parecía un muchacho extranjero. La primera impresión, pues, fue bastante buena.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
- Había deseado componer lo que muchos artistas llamaban con esmero una hora de arte sabiendo que sería casi imposible para el propio Lionel crear algo que se asemejase a ello, con una sonrisa casi aniñada continuaba con aquella pluma retozando sobre la pared algunos trazos finos, maltrechos debido a que la pared poco a poco parecía imponer su resistencia contra la pluma atacándola, sabiendo que antes de que la tinta se acabase la pluma llegaria a su fin y tendría que continuar buscando algun otro instrumento. Justo cuando un retazo suave habia salido de su pluma la voz suave así como educada de una mujer acudió a sus oidos obligando a que se detuviese con parsimonia-
¿Abstracto?
-Con una sonrisa de medio labio colocó su cuerpo justo al lado de la mujer, observando como a la luz de una farola que parecia poseer sus horas contadas el dibujo daba en verdad la sensacion de ser contemporáneo, ¿Sería asi como dibujaban algunos pintores de hoy en día? con retazos para que la inspiracion saliera ella misma sin nadie que pudiera evitarlo. Se sonrió volviendo a dirigir una mirada fija hacia la mujer que estaba a su lado, sin duda, el "hermoso" cuadro que estaba dibujando quedaba muy atrás del atractivo de la joven. Más se calló arrodillándose para dejar la tinta en el suelo a salvo de cualqueir movimiento brusco que pudiese hacer.
La soledad...antes la habia acogido entre sus brazos y ahora parecia haberla desechado, era una compañera temiblemente celosa ya que en cuando aquella mujer se marchase { esperando que aún no lo hiciese } la soledad volvería a sus brazos, negó entonces, colocando un mechón de su propio cabello trás su oido, elevando la mirada hacia la joven manteniendo las distancias respetuosas entre ambos para inclinarse con caballerosidad. Era poco visto en los gitanos los hombres caballerosos pero eso no queria decir que no existieran estos, eran pocos de ver pero los tenían -
Es para mi un honor contar su opinión acerca de mi obra de teatro, que seguramente mañana será insultada
- No pudo evitar cierta picaresca en sus palabras, a la mañana siguiente era evidente que quien la mirase sobre todo el dueño o la dueña de la casa se quejaría a grito suelto por ver quien habia hecho tal cosa en su propiedad, ello sin duda le haría estar a primeras horas para observar lo que pasaría, era en el fondo un pequeño niño disfrutando de lo que causaba a su alrededor. Cuando elevó de nuevo el rostro pudo sentir en su interior aquella incomodidad inicial, cuando se sentía incomodo solo lo expresaba en su interior ya que en su exterior seguía mostrando una sonrisa cariñosa, infantil, burlesca. No duró mucho tiempo aquella incomodidad aunque detuvo sus orbes justo sobre los de aquella dama observando el aura que la envolvía, el hecho de que su incomodidad no durase demasiado quería dar a conocer que no tenía que temer, mejor dicho, que su vida no corria peligro -
¿Le gustaría intentarlo?
-Señaló la pluma y la tinta que en un principio protagonistas habian aceptado silnciosamente su papel de secundarios, aunque parecieron brillar a la mención de volver a ser usadas, antes que nada se llevó una mano entonces al bolsillo derecho refugiándola de aquellas brisas pasajeras que traían consigo aquella época de frío, para abrigarlas, aunque al mismo tiempo de dió cuenta de dos faltas de respetoque habia cometido, la primera, instigar a una dama a cometer tal "atrocidad" y segundo de no conocer el nombre de aquella hermosa mujer ocultando al mismo tiempo, el suyo propio-
¿Abstracto?
-Con una sonrisa de medio labio colocó su cuerpo justo al lado de la mujer, observando como a la luz de una farola que parecia poseer sus horas contadas el dibujo daba en verdad la sensacion de ser contemporáneo, ¿Sería asi como dibujaban algunos pintores de hoy en día? con retazos para que la inspiracion saliera ella misma sin nadie que pudiera evitarlo. Se sonrió volviendo a dirigir una mirada fija hacia la mujer que estaba a su lado, sin duda, el "hermoso" cuadro que estaba dibujando quedaba muy atrás del atractivo de la joven. Más se calló arrodillándose para dejar la tinta en el suelo a salvo de cualqueir movimiento brusco que pudiese hacer.
La soledad...antes la habia acogido entre sus brazos y ahora parecia haberla desechado, era una compañera temiblemente celosa ya que en cuando aquella mujer se marchase { esperando que aún no lo hiciese } la soledad volvería a sus brazos, negó entonces, colocando un mechón de su propio cabello trás su oido, elevando la mirada hacia la joven manteniendo las distancias respetuosas entre ambos para inclinarse con caballerosidad. Era poco visto en los gitanos los hombres caballerosos pero eso no queria decir que no existieran estos, eran pocos de ver pero los tenían -
Es para mi un honor contar su opinión acerca de mi obra de teatro, que seguramente mañana será insultada
- No pudo evitar cierta picaresca en sus palabras, a la mañana siguiente era evidente que quien la mirase sobre todo el dueño o la dueña de la casa se quejaría a grito suelto por ver quien habia hecho tal cosa en su propiedad, ello sin duda le haría estar a primeras horas para observar lo que pasaría, era en el fondo un pequeño niño disfrutando de lo que causaba a su alrededor. Cuando elevó de nuevo el rostro pudo sentir en su interior aquella incomodidad inicial, cuando se sentía incomodo solo lo expresaba en su interior ya que en su exterior seguía mostrando una sonrisa cariñosa, infantil, burlesca. No duró mucho tiempo aquella incomodidad aunque detuvo sus orbes justo sobre los de aquella dama observando el aura que la envolvía, el hecho de que su incomodidad no durase demasiado quería dar a conocer que no tenía que temer, mejor dicho, que su vida no corria peligro -
¿Le gustaría intentarlo?
-Señaló la pluma y la tinta que en un principio protagonistas habian aceptado silnciosamente su papel de secundarios, aunque parecieron brillar a la mención de volver a ser usadas, antes que nada se llevó una mano entonces al bolsillo derecho refugiándola de aquellas brisas pasajeras que traían consigo aquella época de frío, para abrigarlas, aunque al mismo tiempo de dió cuenta de dos faltas de respetoque habia cometido, la primera, instigar a una dama a cometer tal "atrocidad" y segundo de no conocer el nombre de aquella hermosa mujer ocultando al mismo tiempo, el suyo propio-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Dejé de centrar la atención en aquel joven volviendo de nuevo a buscarla a ella por las calles, al menos desde el lugar donde me encontraba, mirando arriba y abajo. Sin embargo, la proposición del atractivo joven captó mi mirada y mi mente de nuevo.
-¿Eh? No, gracias -dije con una sonrisa distraída- No se me da muy bien ese arte. De pequeña tocaba el piano, pero ya hace mucho tiempo de eso. La vena de pintura se la llevo mi hermano en la familia. No fui tocada por esa gracia -dije alegremente. El recuerdo de mi hermano Louis llegó a mi mente inesperadamente. ¿Qué habría sido de él? Cuando yo abandoné Metz, él partió hacia la universidad. Quizá estaba en París. O quizás se había marchado al extranjero en busca de una oferta mejor, de estudios y aprendizaje. Él amaba esa vida bohemia.
Sacudí la cabeza volviendo al presente, a la cara de aquel joven que tenía ante mí. Decidí que me gustaba ese aspecto despreocupado. Sus facciones similaban a las de un indio nativo. Tenía aires extranjeros, y sin embargo, una piel pálida y preciosa.
-Pero sí que me atrevería a preguntaros cuál es vuestro nombre y qué hacéis por aquí. ¿Buscáis un lugar tranquilo lejos del murmullo de la ciudad?
-¿Eh? No, gracias -dije con una sonrisa distraída- No se me da muy bien ese arte. De pequeña tocaba el piano, pero ya hace mucho tiempo de eso. La vena de pintura se la llevo mi hermano en la familia. No fui tocada por esa gracia -dije alegremente. El recuerdo de mi hermano Louis llegó a mi mente inesperadamente. ¿Qué habría sido de él? Cuando yo abandoné Metz, él partió hacia la universidad. Quizá estaba en París. O quizás se había marchado al extranjero en busca de una oferta mejor, de estudios y aprendizaje. Él amaba esa vida bohemia.
Sacudí la cabeza volviendo al presente, a la cara de aquel joven que tenía ante mí. Decidí que me gustaba ese aspecto despreocupado. Sus facciones similaban a las de un indio nativo. Tenía aires extranjeros, y sin embargo, una piel pálida y preciosa.
-Pero sí que me atrevería a preguntaros cuál es vuestro nombre y qué hacéis por aquí. ¿Buscáis un lugar tranquilo lejos del murmullo de la ciudad?
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
Oh, es eso
-No pudo esconder un suspiro algo suave de sus labios cuando se negó a siquiera intentarlo, pero cuando pensaba en una manera para convencerla pudo observar como el rostro de la muchacha estaba en otro lugar, como ido, ¿pensando en algo? ¿ausente? se quedó observando sus rasgos que se acentuaban bajo aquella farola de luz tan poco extravagante y sintió deseos de arreglarla para finalmente poder admirar de forma completa sus rasgos, a pesar de que deberia de estar incómodo porque era de una raza sobrenatural, aquello habia desaparecido por completo, de la nada, como si ahora todos sus sentidos le dijeran que no debia de preocuparse-
Mi nombre carece de importancia, más creo que reconozco mi grosería
-De nuevo, se inclinó hacia delante con ademanes caballerescos que solamente los hombres de alta cuna habrían aprendido, es más, si alguien que reuniese esos requisitos apareciese por alli estaría en serios problemas porque imitar a la burquesía no era símbolo de admiración, sino simbolo de burla, fué cuando entonces, sonrió tras hacer aquella reverencia tan esqueta pero respetuosa susurrando-
Lionel D'Maine, tan solo buscaba sitio para pasar la noche pero como ve, me entretuve más de la cuenta
-Suspiró de nuevo con las manos en los bolsillos, esperando que aquella damisela le dijera también su nombre, no sabia como llamarla y "mujer" no era lo más adecuado para un hombre acostumbrado a respetar a las mujeres. Con sumo cuidado sonrió susurrando-
Aún cuando estuvieramos en el centro de la ciudad, estaba lejos...tampoco soy un adepto al arte pero debeis de reconocer que se divierte, ah...¿no os tañe la curiosidad señorita?
-Con ademanes teatrales se acercó a la tinta, deslizando el dedo por el borde de la misma, manchándose no demasiado, para dejar pequeñas motas en la pared que no correspondían a sentido alguno, tan solo a la diversión, así era como las personas de la realidad se evadían del mundanal sonido, solamente, mediante la imaginación-
-No pudo esconder un suspiro algo suave de sus labios cuando se negó a siquiera intentarlo, pero cuando pensaba en una manera para convencerla pudo observar como el rostro de la muchacha estaba en otro lugar, como ido, ¿pensando en algo? ¿ausente? se quedó observando sus rasgos que se acentuaban bajo aquella farola de luz tan poco extravagante y sintió deseos de arreglarla para finalmente poder admirar de forma completa sus rasgos, a pesar de que deberia de estar incómodo porque era de una raza sobrenatural, aquello habia desaparecido por completo, de la nada, como si ahora todos sus sentidos le dijeran que no debia de preocuparse-
Mi nombre carece de importancia, más creo que reconozco mi grosería
-De nuevo, se inclinó hacia delante con ademanes caballerescos que solamente los hombres de alta cuna habrían aprendido, es más, si alguien que reuniese esos requisitos apareciese por alli estaría en serios problemas porque imitar a la burquesía no era símbolo de admiración, sino simbolo de burla, fué cuando entonces, sonrió tras hacer aquella reverencia tan esqueta pero respetuosa susurrando-
Lionel D'Maine, tan solo buscaba sitio para pasar la noche pero como ve, me entretuve más de la cuenta
-Suspiró de nuevo con las manos en los bolsillos, esperando que aquella damisela le dijera también su nombre, no sabia como llamarla y "mujer" no era lo más adecuado para un hombre acostumbrado a respetar a las mujeres. Con sumo cuidado sonrió susurrando-
Aún cuando estuvieramos en el centro de la ciudad, estaba lejos...tampoco soy un adepto al arte pero debeis de reconocer que se divierte, ah...¿no os tañe la curiosidad señorita?
-Con ademanes teatrales se acercó a la tinta, deslizando el dedo por el borde de la misma, manchándose no demasiado, para dejar pequeñas motas en la pared que no correspondían a sentido alguno, tan solo a la diversión, así era como las personas de la realidad se evadían del mundanal sonido, solamente, mediante la imaginación-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Esperé a que dijera su nombre, y así lo hizo. Lionel D'Maine, un nombre bastante extraño. Jamás había oído su nombre, y si bien su apellido me decía que no era de Francia (al menos no de las regiones norteñas), su nombre me dejaba completamente desorientada. Le sonreí, sin embargo, antes de decirle mi nombre.
-Adrianne Trevillette, monsieur -le dije educadamente antes de que él se decidiese a saludarme tal y como indicaba el saludo francés.
Dijo que tan solo paseaba en busca de un lugar donde poder acampar. Eso me decía, en efecto, que no era parisino. Me guardé mis preguntas ansiosas para depués, puesto que continuó hablando. Sin embargo, no pude evitar que sus palabras me hiciesen pensar en Emhyr, a quien también había descubierto buscando un lugar donde poder dormir. Sin embargo, este tal Lionel no parecía ser un indigente, al menos a simple vista no. Debía ser extranjero y simplemente buscaba un lugar donde poder pasar la noche.
De nuevo me ofreció pintar en la pared, pero volví a negarme con una sonrisa. No me gustaba pintar las paredes que otros tendrían que limpiar al día siguiente, y menos sabiendo que en aquellos comercios la gente tenía fama de mal carácter.
-Dicen que la curiosidad mató al gato, monsieur D'Maine. Aún así, si siento curiosidad por otras cosas... Por ejemplo -dije aprovechando su comentario- ¿cuál es vuestro origen?
Tenía unos rasgos que ciertamente no decían mucho, parecían ciertamente orientales aunque a su vez tenía unas facciones indias, y una piel pálida. Era una mezcla extraña. Quizás fuese un simple mestizo. En cualquier lugar, un aura de misterio lo rodeaba, y ya era la segunda vez que me pasaba con un hombre.
Esperé que mi pregunta no fuese demasiado atrevida y él satisfaciese mi curiosidad.-Adrianne Trevillette, monsieur -le dije educadamente antes de que él se decidiese a saludarme tal y como indicaba el saludo francés.
Dijo que tan solo paseaba en busca de un lugar donde poder acampar. Eso me decía, en efecto, que no era parisino. Me guardé mis preguntas ansiosas para depués, puesto que continuó hablando. Sin embargo, no pude evitar que sus palabras me hiciesen pensar en Emhyr, a quien también había descubierto buscando un lugar donde poder dormir. Sin embargo, este tal Lionel no parecía ser un indigente, al menos a simple vista no. Debía ser extranjero y simplemente buscaba un lugar donde poder pasar la noche.
De nuevo me ofreció pintar en la pared, pero volví a negarme con una sonrisa. No me gustaba pintar las paredes que otros tendrían que limpiar al día siguiente, y menos sabiendo que en aquellos comercios la gente tenía fama de mal carácter.
-Dicen que la curiosidad mató al gato, monsieur D'Maine. Aún así, si siento curiosidad por otras cosas... Por ejemplo -dije aprovechando su comentario- ¿cuál es vuestro origen?
Tenía unos rasgos que ciertamente no decían mucho, parecían ciertamente orientales aunque a su vez tenía unas facciones indias, y una piel pálida. Era una mezcla extraña. Quizás fuese un simple mestizo. En cualquier lugar, un aura de misterio lo rodeaba, y ya era la segunda vez que me pasaba con un hombre.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
Adrianne, sin duda un nombre hermoso aunque ya lo haya escuchado antes en diversas ocasiones.
-Era más que evidente que las mujeres hermosas recibían todo tipo de atenciones siendo en especial la del nombre, sus palabras pudieran significar lo que muchos decian "un clásico" en las presentaciones. Un nombre hermoso, asi se iniciaba la conversación cuando al fín dejo el tema de la pintura de lado, al parecer no la convencería si seguía de aquella forma y lo que menos deseaba por el momento era que aquella dama se sintiera incómoda con él, lo que por el momento parecía que habia logrado en evitar.
Había tantos tiempos en los que la gente primero le miraba y finalmente cuestionaba el asunto de la cuna, no directamente les mencionaba su raza pero era suficiente como para que mantuvieran un pie alejado de donde se atreviera a pisar, fué una sorpresa sin duda encontrar a una mujer tan hermosa, que se atreviese a pasar el tiempo con un hombre como Lionel, lo que causó una sonrisa volviendo a mirar directamente los ojos de la joven-
Y usted...presumo que no es un gato ¿verdad?
- El tono de broma acarició el exterior una vez lo habia formulado, claro que poseia aquel aura que solo los seres sobrenaturales tenian pero dudaba que fuese un felino, sus orígenes, no sabía que decirle para satisfacer su curiosidad, quizás que habia nacido sin madre con un padre adoptivo que era de alemania, que habia viajado por todo el mundo en busca de dinero, de música y al mismo tiempo un lugar donde pudiera permanecer, aquel sitio en donde cuando tu estabas en él te sentias calmado diciendo "este es mi hogar" más por ahora paris, era el sitio más cercano a aquellas características, por eso, en especial no sabía que mencionar ante aquella pregunta-
Mis orígenes son variados Mademoiselle, quizás de un lugar, quizás de otro, quizás de ninguno más mi raza sigue siendo la misma, la raza de los gitanos.
- Encogió los hombros con una sonrisa, estirando la mano para con suavidad tomar un mechón del cabello de la muchacha para colocarlo detrás de su oído muy suavemente, no deseaba que cualqueir movimiento mal interpretado hubiera podido, al menos ahora, alejar a aquella mujer, aunque esperaba que el hecho de decir "gitano" fuera la palabra clave para que le mirase de arriba hacia abajo y solo sonriese esperando el momento para escapar -
-Era más que evidente que las mujeres hermosas recibían todo tipo de atenciones siendo en especial la del nombre, sus palabras pudieran significar lo que muchos decian "un clásico" en las presentaciones. Un nombre hermoso, asi se iniciaba la conversación cuando al fín dejo el tema de la pintura de lado, al parecer no la convencería si seguía de aquella forma y lo que menos deseaba por el momento era que aquella dama se sintiera incómoda con él, lo que por el momento parecía que habia logrado en evitar.
Había tantos tiempos en los que la gente primero le miraba y finalmente cuestionaba el asunto de la cuna, no directamente les mencionaba su raza pero era suficiente como para que mantuvieran un pie alejado de donde se atreviera a pisar, fué una sorpresa sin duda encontrar a una mujer tan hermosa, que se atreviese a pasar el tiempo con un hombre como Lionel, lo que causó una sonrisa volviendo a mirar directamente los ojos de la joven-
Y usted...presumo que no es un gato ¿verdad?
- El tono de broma acarició el exterior una vez lo habia formulado, claro que poseia aquel aura que solo los seres sobrenaturales tenian pero dudaba que fuese un felino, sus orígenes, no sabía que decirle para satisfacer su curiosidad, quizás que habia nacido sin madre con un padre adoptivo que era de alemania, que habia viajado por todo el mundo en busca de dinero, de música y al mismo tiempo un lugar donde pudiera permanecer, aquel sitio en donde cuando tu estabas en él te sentias calmado diciendo "este es mi hogar" más por ahora paris, era el sitio más cercano a aquellas características, por eso, en especial no sabía que mencionar ante aquella pregunta-
Mis orígenes son variados Mademoiselle, quizás de un lugar, quizás de otro, quizás de ninguno más mi raza sigue siendo la misma, la raza de los gitanos.
- Encogió los hombros con una sonrisa, estirando la mano para con suavidad tomar un mechón del cabello de la muchacha para colocarlo detrás de su oído muy suavemente, no deseaba que cualqueir movimiento mal interpretado hubiera podido, al menos ahora, alejar a aquella mujer, aunque esperaba que el hecho de decir "gitano" fuera la palabra clave para que le mirase de arriba hacia abajo y solo sonriese esperando el momento para escapar -
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
En cierto modo la respuesta de Lionel me desconcertó. Pero lo primero que sentí al escuchar sus palabras fue un sentimiento terrible de culpabilidad. Gitanos era la única palabra que ocupaba mi mente. Gitanos, como los que había matado en tantas noches de luna llena. Como los que había acribillado, desmembrado y aterrorizado durante estos dos años de licantropía.
Sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, de arriba a abajo. Lo cierto es que sentía debilidad por aquella raza. Eran tan débiles, a veces demasiado inocentes. Eran habitantes de la calle, personas que volcaban su vida en el calor humano, en las relaciones entre ellos. Eran personas que me inspiraban confianza, y sin embargo, bajo mi forma lobuna me parecían tan vulnerables... Siempre acudía al circo gitano a alimentarme, o a la Corte de los Milagros. Era inevitable acabar allí. Recordé la última luna llena, en la que me había reencontrado con Frank, el fallido amor de mi vida. Aquella noche irrumpimos en la zona gitana y yo me llevé a una niña de no más de seis años de edad. Le arranqué los brazos, las piernas, y disfruté lamiendo sus heridas y devorando su carne. Recordé los gritos de las mujeres gitanas aquella noche cuando los dos lobos irrumpimos violentamente arrollando con todo lo que se interponía a nuestro paso. "Son peligrosos, Adrianne", me había dicho Frank, "No los subestimes". Sabía que había algo de ellos que desconocía, pero no podía ni imaginar el qué.
Todos aquellos recuerdos vinieron a mi mente cuando el pronunció aquella palabra, haciendo referencia a su origen. Me había perdido en mis pensamientos, completamente quieta y callada, mientras él tomaba un mechón de mi cabello y me lo apartaba de la cara. El escalofrío se hizo más intenso al sentir su contacto, y al mirar aquellos ojos que temían un rechazo por mi parte me sentí mucho más culpable. Todo lo que había hecho aquellas noches de luna llena ahora volvía a mi mente a echármelo en cara. Y dolía, dolía muchísimo. Pero dolía aún más teniendo delante a aquel joven de tan hermosas facciones a la espera de que yo hablase. Deseé decirle que lo sentía, que perdonase todas aquellas muertes que habían tenido lugar por mi culpa en su comunidad, en personas de su misma raza. Pero no pude decir nada de eso.
-No lo parecéis -dije únicamente. Casi estaba paralizada. Volví a pestañear, notando la humedad de mis ojos-. Pero es interesante. Sois el primer gitano con el que hablo de esta manera -en mi forma humana, quería decir. Pero él no sabía eso.-. Quiero decir... de cara a cara -sonreí tímidamente.
No sabía qué decirle. Lo miré a los ojos; aquella mirada tan pura parecía el reflejo de la inocencia que yo había castigado otros días.
-¿Os enseñaron ellos a dibujar así? -pregunté mirando hacia la pared.- Por lo general se os suele tachar de ignorantes y analfabetos, aunque a juzgar por lo que veo dudo que vos lo seáis.
Sentí un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo, de arriba a abajo. Lo cierto es que sentía debilidad por aquella raza. Eran tan débiles, a veces demasiado inocentes. Eran habitantes de la calle, personas que volcaban su vida en el calor humano, en las relaciones entre ellos. Eran personas que me inspiraban confianza, y sin embargo, bajo mi forma lobuna me parecían tan vulnerables... Siempre acudía al circo gitano a alimentarme, o a la Corte de los Milagros. Era inevitable acabar allí. Recordé la última luna llena, en la que me había reencontrado con Frank, el fallido amor de mi vida. Aquella noche irrumpimos en la zona gitana y yo me llevé a una niña de no más de seis años de edad. Le arranqué los brazos, las piernas, y disfruté lamiendo sus heridas y devorando su carne. Recordé los gritos de las mujeres gitanas aquella noche cuando los dos lobos irrumpimos violentamente arrollando con todo lo que se interponía a nuestro paso. "Son peligrosos, Adrianne", me había dicho Frank, "No los subestimes". Sabía que había algo de ellos que desconocía, pero no podía ni imaginar el qué.
Todos aquellos recuerdos vinieron a mi mente cuando el pronunció aquella palabra, haciendo referencia a su origen. Me había perdido en mis pensamientos, completamente quieta y callada, mientras él tomaba un mechón de mi cabello y me lo apartaba de la cara. El escalofrío se hizo más intenso al sentir su contacto, y al mirar aquellos ojos que temían un rechazo por mi parte me sentí mucho más culpable. Todo lo que había hecho aquellas noches de luna llena ahora volvía a mi mente a echármelo en cara. Y dolía, dolía muchísimo. Pero dolía aún más teniendo delante a aquel joven de tan hermosas facciones a la espera de que yo hablase. Deseé decirle que lo sentía, que perdonase todas aquellas muertes que habían tenido lugar por mi culpa en su comunidad, en personas de su misma raza. Pero no pude decir nada de eso.
-No lo parecéis -dije únicamente. Casi estaba paralizada. Volví a pestañear, notando la humedad de mis ojos-. Pero es interesante. Sois el primer gitano con el que hablo de esta manera -en mi forma humana, quería decir. Pero él no sabía eso.-. Quiero decir... de cara a cara -sonreí tímidamente.
No sabía qué decirle. Lo miré a los ojos; aquella mirada tan pura parecía el reflejo de la inocencia que yo había castigado otros días.
-¿Os enseñaron ellos a dibujar así? -pregunté mirando hacia la pared.- Por lo general se os suele tachar de ignorantes y analfabetos, aunque a juzgar por lo que veo dudo que vos lo seáis.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
-”¿Lo ves?”
Fué inevitable pensar en aquello cuando al momento de decirle que era un gitano el rostro de la mujer poseía aquel matiz tan fácil de distinguir, lo habia visto en muchos otros rostros cuando por ejemplo estaba con alguien hablando con normalidad hasta que mencionaba que era un gitano ¿que era lo que hacia la gente? Simplemente mirarle sorprendido, sin decir nada hasta que ellos mismos se marchaban...eso mismo fué lo que ahora hizo, dejar que todo siguiera su cauce en especial el del silencio en el que estaba sumida aquella mujer, era como si en el fondo esperaba que formase aquella frase de cordialidad con la que en breve le recibiría, manteniendo la sonrisa en los labios más a menudo dirigiéndola a aquella obra de arte, algo en lo que concentrarse, algo en lo que esperar aquella respuesta incluso esperó que de pronto le apartase la mano con fuerza temiendo que le tocase.
Sus orbes volvieron a los de la mujer, solamente sonriéndole, ¿que más daba lo que la gente pensara? Los vagabundos vivían el día a día a pesar de las miradas que incluso los gitanos le solían ofrecer a aquellos hombres y mujeres que habian hecho de las calles su medio de vida, aquel escalofrio, aquellos ojos ¿que reflejaban? Quiso por un instante perderse en ellos para moldear sus pensamientos, para poder simplemente palpar lo que pensaba de primera mano, cuando habló arqueó una ceja, con una sonrisa en los labios. No, no lo parecía e incluso habia sufrido al hacerse un hueco en el grupo de los gitanos especialmente aquellos de más edad aferrados a las tradiciones ya que por lo general un gitano poseía un tono de piel oscuro, moreno, pero Lionel en cambio era pálido muchas veces incluso le habian tachado de broma como un vampiro debido a su piel-
Es porque me hecho crema todas las noches
-Rídiculo, pero quería hacer sonreir a aquella mujer que le miraba tan fijamente a los ojos, con pena, otra persona le habria dicho directamente que dejase de mirar de ese modo pero aún Lionel no conocía las razones por las que le habia mirado de ese modo, por lo que permaneció en calma manteniendo una sonrisa, aquellos pensamientos incómodos parecían haberse esfumado trás realizar que ahora mismo poseía un objetivo, el hacer de nuevo sonreir a aquella mujer, le habia parecido que los acercamientos eran demasiado irrespetuosos pero poco a poco sentía como su cuerpo se acercaba con fluidez sin ser demasiado irrespetuoso, es más, permanecía siempre fiel a como trataba a las mujeres, cálidamente, volviendo a emitir una sonrisa débil hasta que negaba, según le habia contado su padre adoptivo, elliot, su verdadero padre era un hombre de buena clase que abandonó a su madre en la primera oportunidad que tuvo.-
La mayoría lo somos, pero a los ojos de las otras personas, es como si a un grupo de gitanos lo metes en un colegio gitano, ellos reciben una educación distinta basada en su clase, las demás personas reciben otra educación según sus ideales y su clase, por lo que un gitano es un “amo” de lo que le han enseñado pero en su mundo mientras que para el mundo de los otros no es más que un muchacho que no sabe nada
-Sonrió nostálgico, las clases altas siempre tendían a juzgar, se habia dicho que un gitano no sabia ni siquiera hablar por la manera ruda que teníamos de comunicarnos, a decir verdad si Lionel no hubiese viajado tanto, aprendido tanto y estado en tantas casas hablaría de igual manera por lo que silenciosamente agradeció al entrenamiento que las calles le ofrecieron, pero se escapó una sonrisa debido al dibujo, no era un dibujo con significado fijo, era como un laberinto de emociones entre las que obviamente destacaba el aburrimiento-
Fué inevitable pensar en aquello cuando al momento de decirle que era un gitano el rostro de la mujer poseía aquel matiz tan fácil de distinguir, lo habia visto en muchos otros rostros cuando por ejemplo estaba con alguien hablando con normalidad hasta que mencionaba que era un gitano ¿que era lo que hacia la gente? Simplemente mirarle sorprendido, sin decir nada hasta que ellos mismos se marchaban...eso mismo fué lo que ahora hizo, dejar que todo siguiera su cauce en especial el del silencio en el que estaba sumida aquella mujer, era como si en el fondo esperaba que formase aquella frase de cordialidad con la que en breve le recibiría, manteniendo la sonrisa en los labios más a menudo dirigiéndola a aquella obra de arte, algo en lo que concentrarse, algo en lo que esperar aquella respuesta incluso esperó que de pronto le apartase la mano con fuerza temiendo que le tocase.
Sus orbes volvieron a los de la mujer, solamente sonriéndole, ¿que más daba lo que la gente pensara? Los vagabundos vivían el día a día a pesar de las miradas que incluso los gitanos le solían ofrecer a aquellos hombres y mujeres que habian hecho de las calles su medio de vida, aquel escalofrio, aquellos ojos ¿que reflejaban? Quiso por un instante perderse en ellos para moldear sus pensamientos, para poder simplemente palpar lo que pensaba de primera mano, cuando habló arqueó una ceja, con una sonrisa en los labios. No, no lo parecía e incluso habia sufrido al hacerse un hueco en el grupo de los gitanos especialmente aquellos de más edad aferrados a las tradiciones ya que por lo general un gitano poseía un tono de piel oscuro, moreno, pero Lionel en cambio era pálido muchas veces incluso le habian tachado de broma como un vampiro debido a su piel-
Es porque me hecho crema todas las noches
-Rídiculo, pero quería hacer sonreir a aquella mujer que le miraba tan fijamente a los ojos, con pena, otra persona le habria dicho directamente que dejase de mirar de ese modo pero aún Lionel no conocía las razones por las que le habia mirado de ese modo, por lo que permaneció en calma manteniendo una sonrisa, aquellos pensamientos incómodos parecían haberse esfumado trás realizar que ahora mismo poseía un objetivo, el hacer de nuevo sonreir a aquella mujer, le habia parecido que los acercamientos eran demasiado irrespetuosos pero poco a poco sentía como su cuerpo se acercaba con fluidez sin ser demasiado irrespetuoso, es más, permanecía siempre fiel a como trataba a las mujeres, cálidamente, volviendo a emitir una sonrisa débil hasta que negaba, según le habia contado su padre adoptivo, elliot, su verdadero padre era un hombre de buena clase que abandonó a su madre en la primera oportunidad que tuvo.-
La mayoría lo somos, pero a los ojos de las otras personas, es como si a un grupo de gitanos lo metes en un colegio gitano, ellos reciben una educación distinta basada en su clase, las demás personas reciben otra educación según sus ideales y su clase, por lo que un gitano es un “amo” de lo que le han enseñado pero en su mundo mientras que para el mundo de los otros no es más que un muchacho que no sabe nada
-Sonrió nostálgico, las clases altas siempre tendían a juzgar, se habia dicho que un gitano no sabia ni siquiera hablar por la manera ruda que teníamos de comunicarnos, a decir verdad si Lionel no hubiese viajado tanto, aprendido tanto y estado en tantas casas hablaría de igual manera por lo que silenciosamente agradeció al entrenamiento que las calles le ofrecieron, pero se escapó una sonrisa debido al dibujo, no era un dibujo con significado fijo, era como un laberinto de emociones entre las que obviamente destacaba el aburrimiento-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
El comentario de Lionel en cierto modo me pareció estúpido, innecesario y aborrecible. Pero al menos me hizo sonreír por un instante, aunque sólo fuera una tímida sonrisa más de nervios que de otra cosa. Seguía sintiendo ese punzón clavado en mi piel; sentía las palabras y gritos de las familias gitanas pidiéndome explicaciones, y sobre todo, venganza. Miré a Lionel, lo observé poco a poco. Sabía que aquella noche estaba perdida, y no me encontraría si nadie me ayudaba a hacerlo. ¿Habría matado yo a alguien de su familia? Probablemente. Evité preguntarle nada acerca de ellos, porque no me pareció ético el morbo de preguntar por seres que yo misma podría haber matado. Contuve las lágrimas atrapada por la culpabilidad, y sonreí de nuevo cuando habló de la educación gitana.
-Es cierto. La gente tiende a prejuzgar. No pienses que yo he hecho eso, Lionel. De verdad. -dije apenas en un susurro. De nuevo, me dí cuenta de que había empezado a tutearlo, y había dejado atrás la cortesía propia de mí- Pero en cierto modo hay algo de vosotros que aún no comprendo, alguna característica que se me escapa y que espero descubrir algún día.
De nuevo, recordé las palabras de Frank la última luna llena. "No los subestimes"... Seguía sin comprender a qué se refería, y su desaparición había empeorado las cosas. Al pensar en él, me dí cuenta de que la herida seguía abierta. Miré a Lionel, aquel rostro tan puro y hermoso. Me acerqué lentamente a él y acaricié su mentón, bajando por su cuello.
-Perdóname, Lionel -dije simplemente. Necesitaba decirlo. Sabía que antes o después iba a derrumbarme. Nunca, nunca había recordado humanamente lo que hacía las noches de luna llena. Porque sabía que aquello era inútil. Cuando era un lobo gris, sólo sabía asesinar. Asesinar, destrozar y de vez en cuando sentir fluir la libertad por mis cuatro patas de animal. Sin embargo, si después me echaba en cara lo que había sucedido, podía ser tan horroroso como agobiante. Pero hoy lo había hecho, y allí estaba el resultado. Hablaba de perdón a Lionel, y él ni siquiera sabía de qué hablaba.
Y no sólo eso, sino que además tenía prevista una conversión para la próxima luna llena. Ciertamente era un monstruo. Abracé al gitano casi inconscientemente y dejé que toda la rabia acumulada comenzase a brotar en forma de lágrimas.
-Sé que tú no lo entiendes -le susurré. Pensaría que era una loca. Una bipolar. Pero en aquel momento, nada de eso importaba. Tenía que desahogarme. Y así lo hacía.
-Es cierto. La gente tiende a prejuzgar. No pienses que yo he hecho eso, Lionel. De verdad. -dije apenas en un susurro. De nuevo, me dí cuenta de que había empezado a tutearlo, y había dejado atrás la cortesía propia de mí- Pero en cierto modo hay algo de vosotros que aún no comprendo, alguna característica que se me escapa y que espero descubrir algún día.
De nuevo, recordé las palabras de Frank la última luna llena. "No los subestimes"... Seguía sin comprender a qué se refería, y su desaparición había empeorado las cosas. Al pensar en él, me dí cuenta de que la herida seguía abierta. Miré a Lionel, aquel rostro tan puro y hermoso. Me acerqué lentamente a él y acaricié su mentón, bajando por su cuello.
-Perdóname, Lionel -dije simplemente. Necesitaba decirlo. Sabía que antes o después iba a derrumbarme. Nunca, nunca había recordado humanamente lo que hacía las noches de luna llena. Porque sabía que aquello era inútil. Cuando era un lobo gris, sólo sabía asesinar. Asesinar, destrozar y de vez en cuando sentir fluir la libertad por mis cuatro patas de animal. Sin embargo, si después me echaba en cara lo que había sucedido, podía ser tan horroroso como agobiante. Pero hoy lo había hecho, y allí estaba el resultado. Hablaba de perdón a Lionel, y él ni siquiera sabía de qué hablaba.
Y no sólo eso, sino que además tenía prevista una conversión para la próxima luna llena. Ciertamente era un monstruo. Abracé al gitano casi inconscientemente y dejé que toda la rabia acumulada comenzase a brotar en forma de lágrimas.
-Sé que tú no lo entiendes -le susurré. Pensaría que era una loca. Una bipolar. Pero en aquel momento, nada de eso importaba. Tenía que desahogarme. Y así lo hacía.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
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Re: Beautiful sin { Privado }
-Colocó las manos por unos segundos el los bolsillos mientras dejaba que su mirada de nuevo envolviera el cuerpo ajeno, habia logrado sacarle una pequeña y lastimera sonrisa, no habia durado demasiado ya que la misma se habia desvanecido demasiado rápido para poder disfrutar de ella, en cierto modo, deseaba que aquella sonrisa perdurase un poco más de tiempo para poder disfrutarla, pero como siempre los pensamientos le envolvían diciendo que, cuando una persona no deseaba estar con otra lo minimo que podía hacer era respetarla, si la joven no queria estar con él ¿quien era Lionel para obligarle?
Asintió débilmente, claro que la gente tendía a juzgarle, es más, podía decir que todos los que habia a su alrededor { de la etnia gitana}ya habían sufrido en sus propias carnes lo que era ser señalado sin siquiera haber hecho nada, si, no debia de hacerles caso no hacía falta que lo dijera ya que por ello seguía vivo; Había personas que no, que cuando eran señaladas simplemente se derrumbaban buscando cobijo en la oscuridad de sus propios pensamientos, en cambio, cuando se aprendía a sobrevivir en el mundo humano sobre todo en donde los juicios adelantados tenian fama, ya no importaba quien te señalase como si fueras un perro-
Lo se...La gente tiende a los juicios acelerados más, me alegra saber que no he de dejarme llevar por eso
-Disimuladamente lo habia dicho obviamente que con un poco de cortesía y sinceridad, su cuerpò parecía haber expulsado las alarmas sobre que adrianne podía juzgarle, sobre todo, porque interiormente deseaba ser más positivo y pensar que aquello era una simple mentira, que no le habia perdido...bueno, ¿que importaba? Era una desconocida más, si, eso era, si se aferraba a esos pensamientos entonces no dolería tanto si aquella misma mujer con la que ahora hablaba se marchaba lejos-
¿Perd-?
-Antes de poder reaccionar adrianne le habría abrazado, aquello sin duda le acariciaba, ¡claro que no lo entendía! Aunque al principio distraídas teorias aparecían en su mente, tal y como debido a que era gitano y había acertado en sus conjeturas y ella le pedía perdón por eso, que sabia, era la primera vez que una mujer le abrazaba así como la primera vez que no sabia como reaccionar. Pasaron unos segundos, cuando con mucha lentitud sus brazos envolvieron con cuidado el cuerpo de la mujer, claro, dentro de todo respeto, ya que no se imaginaba que de pronto aquella mujer le golpease debido a sus confianzas-
Aún cuando no lo entienda...tranquila.
-No le podía decir aquel “no te preocupes” famoso que siempre habia salido de su boca debido a que no sabia que era lo que le agobiaba, le dolía...si lo supiera entonces podía hablar desde un punto de vista más inteligente, pero por ahora solo permaneció asi, abrazando a la joven con ternura, acariciando debilmente sus cabellos hasta que un beso fugaz y casto se dió sobre la frente de la mujer sonriendole pícaramente-
Asintió débilmente, claro que la gente tendía a juzgarle, es más, podía decir que todos los que habia a su alrededor { de la etnia gitana}ya habían sufrido en sus propias carnes lo que era ser señalado sin siquiera haber hecho nada, si, no debia de hacerles caso no hacía falta que lo dijera ya que por ello seguía vivo; Había personas que no, que cuando eran señaladas simplemente se derrumbaban buscando cobijo en la oscuridad de sus propios pensamientos, en cambio, cuando se aprendía a sobrevivir en el mundo humano sobre todo en donde los juicios adelantados tenian fama, ya no importaba quien te señalase como si fueras un perro-
Lo se...La gente tiende a los juicios acelerados más, me alegra saber que no he de dejarme llevar por eso
-Disimuladamente lo habia dicho obviamente que con un poco de cortesía y sinceridad, su cuerpò parecía haber expulsado las alarmas sobre que adrianne podía juzgarle, sobre todo, porque interiormente deseaba ser más positivo y pensar que aquello era una simple mentira, que no le habia perdido...bueno, ¿que importaba? Era una desconocida más, si, eso era, si se aferraba a esos pensamientos entonces no dolería tanto si aquella misma mujer con la que ahora hablaba se marchaba lejos-
¿Perd-?
-Antes de poder reaccionar adrianne le habría abrazado, aquello sin duda le acariciaba, ¡claro que no lo entendía! Aunque al principio distraídas teorias aparecían en su mente, tal y como debido a que era gitano y había acertado en sus conjeturas y ella le pedía perdón por eso, que sabia, era la primera vez que una mujer le abrazaba así como la primera vez que no sabia como reaccionar. Pasaron unos segundos, cuando con mucha lentitud sus brazos envolvieron con cuidado el cuerpo de la mujer, claro, dentro de todo respeto, ya que no se imaginaba que de pronto aquella mujer le golpease debido a sus confianzas-
Aún cuando no lo entienda...tranquila.
-No le podía decir aquel “no te preocupes” famoso que siempre habia salido de su boca debido a que no sabia que era lo que le agobiaba, le dolía...si lo supiera entonces podía hablar desde un punto de vista más inteligente, pero por ahora solo permaneció asi, abrazando a la joven con ternura, acariciando debilmente sus cabellos hasta que un beso fugaz y casto se dió sobre la frente de la mujer sonriendole pícaramente-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
A pesar de que estaba más que agusto, hundido mi rostro en su cuello, empecé a ser consciente de que me estaba portando como una loca, y empecé también a sentir que mi cordura iba deslizándose en forma de lágrimas huyendo de mi ser. Era la primera vez, como ya sabía, que dejaba que una noche de luna llena me afectase tanto. Ni siquiera era una noche de luna llena, sino el recuerdo de ella. Pero, ¿qué podía hacer? Era inevitable para mí. En el fondo aún era una humana, y tenía que dejar que esta parte aflorase de vez en cuando si no quería volverme un completo monstruo. Nunca me había alegrado tanto de ser medio humana y avergonzado al mismo tiempo de ser medio loba. Pero eso, eso sí que era inevitable. Era mi naturaleza, y tenía que aceptarla si no quería pasar el resto de mi vida frustrada como otros licántropos que no aceptaban ser lo que eran. Como Frank. Por mi culpa.
Deseché aquel pensamiento de mi mente y volví la vista hacia los ojos del bello gitano, deshaciéndome con suavidad de su abrazo.
-Gracias -dije simplemente. Necesitaba decirlo, aunque sabía que él estaría perdido, nadando quizá entre un mar de confusión cuyas aguas le llegaban por encima de los ojos. Estaba perdido, sin duda- He recordado algo que no me hace muy feliz. Lamento haberme puesto así, de verdad.
Ahora pensaría de mí que era una maníaca esquizofrénica o una depresiva. Pero en fin, al menos él había conseguido calmarme, ya fuera con sus ridículos comentarios o con su forma de hacerme reír, o quizás con los brazos que me habían rodeado y me habían hecho sentir mejor.
Y eso debía agradecérselo, aunque no sabía cómo.
-¿Qué tal si damos un paseo por estas callejuelas y olvidamos lo sucedido? -le propuse mientras secaba mis lágrimas con suavidad.- Supongo que me vendrá bien airearme un poco.
Miré su rostro, quizá algo indeciso. Entonces recordé que acabábamos de conocernos. Probablemente él no tendría ganas de aguantarme, de seguir en medio de la noche con una medioloca que no le dejaba en paz. Simplemente, esperé su respuesta.
Deseché aquel pensamiento de mi mente y volví la vista hacia los ojos del bello gitano, deshaciéndome con suavidad de su abrazo.
-Gracias -dije simplemente. Necesitaba decirlo, aunque sabía que él estaría perdido, nadando quizá entre un mar de confusión cuyas aguas le llegaban por encima de los ojos. Estaba perdido, sin duda- He recordado algo que no me hace muy feliz. Lamento haberme puesto así, de verdad.
Ahora pensaría de mí que era una maníaca esquizofrénica o una depresiva. Pero en fin, al menos él había conseguido calmarme, ya fuera con sus ridículos comentarios o con su forma de hacerme reír, o quizás con los brazos que me habían rodeado y me habían hecho sentir mejor.
Y eso debía agradecérselo, aunque no sabía cómo.
-¿Qué tal si damos un paseo por estas callejuelas y olvidamos lo sucedido? -le propuse mientras secaba mis lágrimas con suavidad.- Supongo que me vendrá bien airearme un poco.
Miré su rostro, quizá algo indeciso. Entonces recordé que acabábamos de conocernos. Probablemente él no tendría ganas de aguantarme, de seguir en medio de la noche con una medioloca que no le dejaba en paz. Simplemente, esperé su respuesta.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
-Lionel, aún estaba algo confundido por como habian terminado sucediendo las cosas, al principio un cordial encuentro se habia convertido en un íntimo toque entre ambos, no era íntimas aquellas caricias o abrazos e incluso podría presumir que eran sobre todo destinadas a no asustar a Adrianne, dentro del tímido Lionel había un hombre que no queria moverse, queria ser una especie de pilar para el consuelo de aquella muchacha que lloraba, que se acomodaba en su cuello mientras las manos del gitano acariciaban sus cabellos enredándose inconscientemente en estos, el aroma de aquella mujer era sin duda increible ya que no olía demasiado a perfume como muchas personas de la época, sobre todo mujeres de alto poder económico.
Se golpeó entonces mentalmente, estaba cómodo en aquella pisición, como si en el fondo quisiera protegerla instintivamente ya que siempre habia sentido aquel deseo no de ser un principe galante que promete que no tendrá más dolor, pero si un hombre en el que pudiera confiar, cuando ella se empieza a separar es entonces cuando le dedicó una sonrisa dejando que los pulgares rozasen la piel de la dama, lo suficiente como para quitarle aquellas lágrimas que ella no había podido conseguir-
Siempre habian dicho que una mujer se ve mas hermosa al sonreir pero también se ve auténtica cuando se deja llevar. ¿No le parece una frase machista?
-Rió dulce, quiso en el fondo volver a verla sonreir ya que aunque fuera machista en el fondo tenía razon, habia añadido lo último, no solo una mujer debía de estar sonriendo, como si su sonrisa fuera el arma que los hombres necesitaban, las mujeres también eran personas y si se querian dejar llevar, adelante ellas ya que el llorar, el gritar, el dejarse llevar las hacía aun más hermosas a los ojos del impuro mortal.
Asintió sin pensar ningún momento cuando mencionó aquello de un paseo por las calles, no queria que se arrepintiese de lo que habia dicho, por lo que dejó un ultimo toque en sus mejillas, acariciando las mejillas de la mujer, dandole los últimos ánimos antes de que la operación “andar por las calles” se hiciera realidad, fué entonces cuando la tomó de las manos empezando a caminar, no queria ser algo brusco pero no pudo evitar darle un pequeño tirón no muy fuerte mientras la llevaba por los callejones, algunos, solo unos pocos y en especial ecitaba aquellos por los que se sabia o intuía que sería peligroso para ambos-
Espero que no te arrepientas de andar conmigo
-Le sonrió, apretando firmemente la mano de Adrianne obviamente sin hacerla daño, llevándola hacia unas calles más normales, admirando finalmente el cielo, las estrellas, como la gente era extraña a la luz de la noche, por eso, le fascinaba la oscuridad, volvió a pasear la vista hacia los alrededores de donde se encontraban, no habia nadie, mucho mejor para aquel paseo silencioso, una vez más volvió el rostro hacia ella, sonriendole-
Ya salimos de los callejones...aunque en especial siento que hay mas magia en ellos que en ningún otro lado ¿que opinas tu?
-Sonriendo comenzó a admirar el paraje que habian dejado atrás, muchos pensarían que estaba loco y al cuerno con los que lo pensaban, todas esas calles eran testigos de los sufrimientos, de las risas inconscientes, de la incoherencia del ser humano, por eso, en cierto modo Lionel los respetaba-
Se golpeó entonces mentalmente, estaba cómodo en aquella pisición, como si en el fondo quisiera protegerla instintivamente ya que siempre habia sentido aquel deseo no de ser un principe galante que promete que no tendrá más dolor, pero si un hombre en el que pudiera confiar, cuando ella se empieza a separar es entonces cuando le dedicó una sonrisa dejando que los pulgares rozasen la piel de la dama, lo suficiente como para quitarle aquellas lágrimas que ella no había podido conseguir-
Siempre habian dicho que una mujer se ve mas hermosa al sonreir pero también se ve auténtica cuando se deja llevar. ¿No le parece una frase machista?
-Rió dulce, quiso en el fondo volver a verla sonreir ya que aunque fuera machista en el fondo tenía razon, habia añadido lo último, no solo una mujer debía de estar sonriendo, como si su sonrisa fuera el arma que los hombres necesitaban, las mujeres también eran personas y si se querian dejar llevar, adelante ellas ya que el llorar, el gritar, el dejarse llevar las hacía aun más hermosas a los ojos del impuro mortal.
Asintió sin pensar ningún momento cuando mencionó aquello de un paseo por las calles, no queria que se arrepintiese de lo que habia dicho, por lo que dejó un ultimo toque en sus mejillas, acariciando las mejillas de la mujer, dandole los últimos ánimos antes de que la operación “andar por las calles” se hiciera realidad, fué entonces cuando la tomó de las manos empezando a caminar, no queria ser algo brusco pero no pudo evitar darle un pequeño tirón no muy fuerte mientras la llevaba por los callejones, algunos, solo unos pocos y en especial ecitaba aquellos por los que se sabia o intuía que sería peligroso para ambos-
Espero que no te arrepientas de andar conmigo
-Le sonrió, apretando firmemente la mano de Adrianne obviamente sin hacerla daño, llevándola hacia unas calles más normales, admirando finalmente el cielo, las estrellas, como la gente era extraña a la luz de la noche, por eso, le fascinaba la oscuridad, volvió a pasear la vista hacia los alrededores de donde se encontraban, no habia nadie, mucho mejor para aquel paseo silencioso, una vez más volvió el rostro hacia ella, sonriendole-
Ya salimos de los callejones...aunque en especial siento que hay mas magia en ellos que en ningún otro lado ¿que opinas tu?
-Sonriendo comenzó a admirar el paraje que habian dejado atrás, muchos pensarían que estaba loco y al cuerno con los que lo pensaban, todas esas calles eran testigos de los sufrimientos, de las risas inconscientes, de la incoherencia del ser humano, por eso, en cierto modo Lionel los respetaba-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Aquella frase que Lionel había tachado de machista, me pareció quizás la más oportuna para aquel momento. Odiaba aquellos segundos que pasaban sin saber qué decir, y sin embargo el gitano había sabido hablar en uno de ellos, obviando el silencio y saludándolo de lejos. Me gustaba aquel muchacho. Tenía una firmeza y una seguridad que pocos parisinos poseían. En cierto modo estaba harta de la hipocresía y la debilidad de las personas, y por eso Lionel me parecía interesante; era justo lo contrario a todo aquello; era auténtico. Sin embargo, no pude sino sentirme débil yo misma. En efecto, era un comentario algo machista, pero eso no me importaba. Oía sus frases sin detenerme a escucharlas, simplemente las dejaba ahí detrás, lejos de mis pensamientos, como un bonito marco o como una música de fondo que hace todo más llevadero. Cuando él me tomó la mano, apenas lo sentí. Sentía su tacto, suave y juguetón, pero no podía pensar sobre ello.
Lo que odiaba de aquello, en realidad, era a mí misma. Era demasiado joven, una vez más. Estaba harta de mi inmadurez como licántropo, y sabía que la única solución o remedio que había para eso era el paso del tiempo, lo cual no estaba a mi alcance. Varias veces me había planteado seriamente salir lejos de París, buscar mi propia vida lejos de allí, en algún lugar donde poder adquirir suficiente experiencia para poder valerme por mí misma, para olvidar aquella debilidad que sólo eran vestigios humanos. Sin embargo, me dolía tanto dejar París. Y no sólo eso, sino que no estaba segura de querer completar mi parte licana. E igualmente, ¿dónde marcharía yo? No tenía dinero, ni tampoco un medio seguro de transporte. ¿Qué haría entonces, si tan sólo era un lobo una noche al mes? No podría hacer otra cosa que esperar allí, sufrir mis penas y callármelas, aguantarlas y enfrentarme a ellas con naturalidad, aunque ésta fuese totalmente humana. Incluso, si era necesario, aguantar las noches de pena y llanto.
Pero ahora tenía a un joven maravilloso que planteaba un futuro incierto para aquella precisa noche. Y malgastaba mi tiempo en pensamientos que no me llevaban a ninguna parte. Dejé atrás aquella actitud, y centré toda mi atención en aquel joven rostro que me apretaba la mano y me llevaba por los callejones parisinos.
-Así es, monsieur. Me agradan los callejones tanto como a vos, pero comprenderéis que no los frecuento mucho. -dije con una sonrisa- Una mujer sola por aquí no puede sino crear malos comentarios sobre sí misma. Y creedme cuando os digo que no me hacen falta, ya tuve una buena dosis de ellos -dije recordando mi vida en Metz.- Aunque no lo parezca, soy una especie de fugitiva.
Solté una leve carcajada al aire, volviendo a recuperar mi entereza.
Lo que odiaba de aquello, en realidad, era a mí misma. Era demasiado joven, una vez más. Estaba harta de mi inmadurez como licántropo, y sabía que la única solución o remedio que había para eso era el paso del tiempo, lo cual no estaba a mi alcance. Varias veces me había planteado seriamente salir lejos de París, buscar mi propia vida lejos de allí, en algún lugar donde poder adquirir suficiente experiencia para poder valerme por mí misma, para olvidar aquella debilidad que sólo eran vestigios humanos. Sin embargo, me dolía tanto dejar París. Y no sólo eso, sino que no estaba segura de querer completar mi parte licana. E igualmente, ¿dónde marcharía yo? No tenía dinero, ni tampoco un medio seguro de transporte. ¿Qué haría entonces, si tan sólo era un lobo una noche al mes? No podría hacer otra cosa que esperar allí, sufrir mis penas y callármelas, aguantarlas y enfrentarme a ellas con naturalidad, aunque ésta fuese totalmente humana. Incluso, si era necesario, aguantar las noches de pena y llanto.
Pero ahora tenía a un joven maravilloso que planteaba un futuro incierto para aquella precisa noche. Y malgastaba mi tiempo en pensamientos que no me llevaban a ninguna parte. Dejé atrás aquella actitud, y centré toda mi atención en aquel joven rostro que me apretaba la mano y me llevaba por los callejones parisinos.
-Así es, monsieur. Me agradan los callejones tanto como a vos, pero comprenderéis que no los frecuento mucho. -dije con una sonrisa- Una mujer sola por aquí no puede sino crear malos comentarios sobre sí misma. Y creedme cuando os digo que no me hacen falta, ya tuve una buena dosis de ellos -dije recordando mi vida en Metz.- Aunque no lo parezca, soy una especie de fugitiva.
Solté una leve carcajada al aire, volviendo a recuperar mi entereza.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
Fecha de inscripción : 17/07/2010
Re: Beautiful sin { Privado }
-Lionel no pudo evitar que una sonrisa saliera de su boca, era increible como tan solo unos momentos estaban logrando que el carácter de Lionel mejorase, tanto o más de lo que ya creía, habian escapado del bullicio silencioso de los ecos de algun vagabundo, asi como del olor que aunque para muchos no fuera agradable para Lionel era como si estuviera en casa, serían quizás las consecuencias de vivir en unos callejones durante toda su vida o al menos la mayor parte de ella. Pudo ver que adrianne no quería escaparse, siempre habia ese tipo de situaciones en los que alguien decia “no” y eso era lo que temía, no poder verla sonreir de nuevo al menos una sonrisa como la que le había ofrecido antes, no creía pedir demasiado.
Se sonrió para si mismo, era cierto, nadie frecuentaba los callejones tan solo los vagabundos que buscaban refugio tanto en invierno como en verano, algunos gatos o los imprudentes como él que preferian el silencio a la muchedumbre, incluso era irónico ya que por la noche la población de paris se reducía lo suficiente como para poder andar en las calles sin que cualquier otra cosa te preocupe. Era cierto que tambien los robos o las violaciones e incluso los asesinatos se acontecían en la oscuridad pero...eso era parte del siempre misterioso mundo de la noche-
No creo que nadie los frecuente demasiado, yo mismo los evito cuando puedo
-Confesó con una pizca de nostalgia, había veces en los que preferia mirar las estrellas desde su “casa” viendo las estrellas a estar encerrado en algún callejón de aspecto extraño. Apreto un poco la mano de adrianne cuando caminaron hacia unas calles, estaban cerca de los callejones y no podía presumir de que era un caballero que le había llevado a algún lugar exótico. Aquella plaza tenia dos bancos de madera y una estatua en frente cuando habia ido a ese sitio estaba en especial lleno de gente mayor que había pasado sus años sirviendo a su país o aquellos ancianos que vivían en las casas escondidas de los callejones-
¿Una fugitiva? Vaya...entonces podemos guardar el secreto, no diré a nadie que te vi y tu no dirás a nadie que me viste. Parece un buen trato verdad
-Le guiñó el ojo con una sonrisa, Lionel no era de aquellos que preguntaban por todo aunque hubiera curiosidad de por medio, no le gustaba meterse en la vida de las personas ya que había aprendido que eso podía llevar a una persona a la locura, Violett, una chica que habia conocido en el campamento gitano cuando era joven, había venido maltratada por su marido, por los vecinos, por cualquiera que la hubiera visto, tan solo porque se negó a responder una simple pregunta que podría herir a una persona, y debido a eso, la acusaron de mil idioteces...por eso había aprendido, que cuando las personas quisieran decir su historia, solo tenían que abrir los labios y decirlo, eso si, dar con la persona adecuada también para contar aquello-
Antes que nada...ya que no he podido ofrecerme como un caballero en su totalidad, permitame que le invite a una pequeña cena.
-Aquello lo había dicho rápido, sobre todo para que ella no se negase pues acto seguido Lionel marchó hacía una portezuela que habia cerca de ellos y tocó dos veces, una anciana abrió colocándose sus gafas temblorosamente...la edad, el tiempo, a nadie perdonaba, era lo que pensaba Lionel mientras aquella mujer le reconocía finalmente sonriendole con dulzura. No tardó en llamar a su nieto que llego con algo de comida en sus manos, Lionel sonrió besando la palma de la mano de la anciana así como acariciar la cabeza del nieto, marchándose con una sonrisa trás ver como cerraban la puerta. Marchó hacia Adrianne con dos trozos de pan caliente de tez casera-
Su nombre era Juliette, su hijo se marchó y ella buscándole un día estuvo a punto de morir, los gitanos le salvemos la vida y siempre que me ve, me da algo de pan
-Susurró señalando una panaderia que estaria más alla de donde estaban ellos-
Se sonrió para si mismo, era cierto, nadie frecuentaba los callejones tan solo los vagabundos que buscaban refugio tanto en invierno como en verano, algunos gatos o los imprudentes como él que preferian el silencio a la muchedumbre, incluso era irónico ya que por la noche la población de paris se reducía lo suficiente como para poder andar en las calles sin que cualquier otra cosa te preocupe. Era cierto que tambien los robos o las violaciones e incluso los asesinatos se acontecían en la oscuridad pero...eso era parte del siempre misterioso mundo de la noche-
No creo que nadie los frecuente demasiado, yo mismo los evito cuando puedo
-Confesó con una pizca de nostalgia, había veces en los que preferia mirar las estrellas desde su “casa” viendo las estrellas a estar encerrado en algún callejón de aspecto extraño. Apreto un poco la mano de adrianne cuando caminaron hacia unas calles, estaban cerca de los callejones y no podía presumir de que era un caballero que le había llevado a algún lugar exótico. Aquella plaza tenia dos bancos de madera y una estatua en frente cuando habia ido a ese sitio estaba en especial lleno de gente mayor que había pasado sus años sirviendo a su país o aquellos ancianos que vivían en las casas escondidas de los callejones-
¿Una fugitiva? Vaya...entonces podemos guardar el secreto, no diré a nadie que te vi y tu no dirás a nadie que me viste. Parece un buen trato verdad
-Le guiñó el ojo con una sonrisa, Lionel no era de aquellos que preguntaban por todo aunque hubiera curiosidad de por medio, no le gustaba meterse en la vida de las personas ya que había aprendido que eso podía llevar a una persona a la locura, Violett, una chica que habia conocido en el campamento gitano cuando era joven, había venido maltratada por su marido, por los vecinos, por cualquiera que la hubiera visto, tan solo porque se negó a responder una simple pregunta que podría herir a una persona, y debido a eso, la acusaron de mil idioteces...por eso había aprendido, que cuando las personas quisieran decir su historia, solo tenían que abrir los labios y decirlo, eso si, dar con la persona adecuada también para contar aquello-
Antes que nada...ya que no he podido ofrecerme como un caballero en su totalidad, permitame que le invite a una pequeña cena.
-Aquello lo había dicho rápido, sobre todo para que ella no se negase pues acto seguido Lionel marchó hacía una portezuela que habia cerca de ellos y tocó dos veces, una anciana abrió colocándose sus gafas temblorosamente...la edad, el tiempo, a nadie perdonaba, era lo que pensaba Lionel mientras aquella mujer le reconocía finalmente sonriendole con dulzura. No tardó en llamar a su nieto que llego con algo de comida en sus manos, Lionel sonrió besando la palma de la mano de la anciana así como acariciar la cabeza del nieto, marchándose con una sonrisa trás ver como cerraban la puerta. Marchó hacia Adrianne con dos trozos de pan caliente de tez casera-
Su nombre era Juliette, su hijo se marchó y ella buscándole un día estuvo a punto de morir, los gitanos le salvemos la vida y siempre que me ve, me da algo de pan
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Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Cuando Lionel apretó mi mano, comencé a darme cuenta de la realidad. Estaba con un chico al que acababa de conocer y por el cual había sentido ciertas ráfagas de pena que no tenían mucha explicación. Empecé a pensar que todo cuanto estaba aconteciendo había sido consecuencia de aquellos pensamientos y recuerdos sobre los gitanos en general. ¿Qué sentía por Lionel entonces? ¿Pena? No. La pena era demasiado evidente cuando era yo quien la sentía, y ahora no estaba segura de ello. ¿Qué era, pues? Lo que tenía claro es que me sentía cómoda con él. O al menos, hasta entonces así había sido; quizá ahora que comenzaba a darme cuenta de lo que sucedía había comprendido que estaba regalándole mi confianza. Siempre era así, siempre era igual de inexperta e inocente. Una niña lobo que jamás crecería.
Miré con cierto reencor a Lionel, a pesar de que era consciente de que él no había hecho nada. Sin embargo, y a pesar de mi radical cambio de humor, lo seguí cuando me llevó junto a él para comer algo. Al fin y al cabo, no había cenado y dudaba que cuando llegase a casa hubiese algo para comer. Los ingresos de mi tío eran suficientes para comer alimentos de buena calidad, pero sabía que aquella noche él había cenado fuera y en aquellos momentos no habría nada en casa.
Recordé el motivo por el cual había llegado a los callejones: la buscaba a ella. Al menos, estar con aquel gitano había apartado aquellos fugaces pensamientos de mi mente. Así pues, y con esta idea en la cabeza, seguí ciegamente a Lionel, a pesar de que sabía que estaba recayendo en un exceso de confianza.
Escuché el comentario sobre la anciana que apenas pude ver, la misma que nos había ofrecido pan. Lo cogí con gusto y le brindé una sonrisa al gitano.
-Gracias, Lionel. Eres muy amable -comenté. Comencé a comer en silencio y observé las ansias con las que él devoraba su comida. No pude evitar sonreír de nuevo ante tal escena, pero esta vez me lo guardé para mí.- Debería volver a casa -dije finalmente.
Pensaba en la hora que sería, y en la reacción de mi tío al llegar a casa. Aunque sabía de sobra que él estaría ocupado con... sus asuntos, también sabía que no lo haría gracia encontrarme entrando en la casa a hurtadillas. Desde que sucedió todo lo de Frank, su confianza en mí había disminuido y empezaba a creer que sospechaba de que algo sucedía conmigo.
-Dime, Lionel. ¿Qué haces para ganarte la vida?
Miré con cierto reencor a Lionel, a pesar de que era consciente de que él no había hecho nada. Sin embargo, y a pesar de mi radical cambio de humor, lo seguí cuando me llevó junto a él para comer algo. Al fin y al cabo, no había cenado y dudaba que cuando llegase a casa hubiese algo para comer. Los ingresos de mi tío eran suficientes para comer alimentos de buena calidad, pero sabía que aquella noche él había cenado fuera y en aquellos momentos no habría nada en casa.
Recordé el motivo por el cual había llegado a los callejones: la buscaba a ella. Al menos, estar con aquel gitano había apartado aquellos fugaces pensamientos de mi mente. Así pues, y con esta idea en la cabeza, seguí ciegamente a Lionel, a pesar de que sabía que estaba recayendo en un exceso de confianza.
Escuché el comentario sobre la anciana que apenas pude ver, la misma que nos había ofrecido pan. Lo cogí con gusto y le brindé una sonrisa al gitano.
-Gracias, Lionel. Eres muy amable -comenté. Comencé a comer en silencio y observé las ansias con las que él devoraba su comida. No pude evitar sonreír de nuevo ante tal escena, pero esta vez me lo guardé para mí.- Debería volver a casa -dije finalmente.
Pensaba en la hora que sería, y en la reacción de mi tío al llegar a casa. Aunque sabía de sobra que él estaría ocupado con... sus asuntos, también sabía que no lo haría gracia encontrarme entrando en la casa a hurtadillas. Desde que sucedió todo lo de Frank, su confianza en mí había disminuido y empezaba a creer que sospechaba de que algo sucedía conmigo.
-Dime, Lionel. ¿Qué haces para ganarte la vida?
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
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Re: Beautiful sin { Privado }
No tienes que darme las gracias, creo que si me las das no las acepto
-Sonrió dulcemente mientras decía aquello sentándose al lado de la mujer, ¿era asi como se sentía cuando se estaba al lado de una mujer? Él siempre habia sido algo distante pero cercano con las relaciones con otras personas en especial cuando era de amistad, mientras bajó el rostro dejando que algunos mechones rozasen su rostro descuidadamente lamiendose uno de los dedos donde la llema de éstos se notaba algo rojiza debido al calor del pan. No estaba ardiendo pero sí caliente como recien hecho-
Sabes, aunque no lo parezca soy demasiado tímido y no se como actuar delante de una mujer, según dicen los gitanos somos unos brutos cuando nos acercamos a las mujeres pero creo que en mi caso es un mito.
-Se escapó una carcajada de su boca esperando no asustarla al haber dicho eso pero no quería que si le veía excesivamente callado pensara que era debido a su presencia, siempre le pasaba lo mismo ya que deseaba tener algun tema de conversación para que la otra persona no se sintiera obligada a aquel silencio que se formulaba entre ambos. Lionel siguió con aquella sonrisa en la boca mientras tomaba un poco de pan ojeando todo el paisaje que tenían en frente, era verdaderamente hermoso al menos para el propio Lionel. Muchas personas le llamarían idiota si pensara que esos edificios y su aspecto era atractivos, elevó la mirada hacia el cielo cuyas estrellas parecían vagabundos nocturnos que procuraban velar por ellos, la compañía, el siseo del viento que se concentraba en el aire o las cañerias oxidadas se encargaban de ofrecer una melodía dócil o un tema de conversación para aquellos que les entendiera. ¿No habia una frase que decía “los pajaros hablan en su idioma pero nadie los escucha”? Se relamió, buscando distraídamente alguna miga de pan que tuviera en los labios hasta volver a ladear el rostro hacia Adrianne con una melancólica sonrisa-
Entiendo...
-Suspiró, no quería se que fuera verdaderamente pero no era tampoco un egoista como para empezar a buscar cualquier excusa para retenerla ¿y si su novio le esperaba? ¿y si alguien estaba preocupado? No seria muy bueno que dijera que habia estado con un gitano aunque fuera uno inofensivo como Lionel lo era, además ya sería demasiado grosero despues de haberle arrastrado hasta ese sitio decirle que no quería que se marchase, asintió en cuando le hizo aquella pregunta volteando el rostro hacia el frente mientras semi-recostaba su cuerpo con cuidado por no caerse, solo lo suficiente para encontrarse informalmente cómodo-
No te lo diré...hasta que me dejes acompañarte al menos unos metros delante de tu casa, ha sido culpa mía arrastrar a una inocente dama a mis deseos
-Bromeó con ternura, quería ser un poco caballeroso pero eso tambien implicaba meterse en donde no le llamaban aunque tambien estaba pensando en que demonios le iba a decir, no se dedicaba a demasiado vagaba de un lugar a otro buscando un buen trabajo pero debido a que era gitano lo más que conseguia era un contrato para dos semanas como mucho tres y en lugares donde la gente poco o nada tuviera que verle, la gente ultimamente estaba demasiado “narcisista” en cuando se trataba de catalogar o juzgar a las personas-
Digamos que me aventuro a ver lo que encuentro
-Entonces con una sonrisa colocó la mano en la boca-
Diablos, ya te lo terminé diciendo
-Negó riendo-
-Sonrió dulcemente mientras decía aquello sentándose al lado de la mujer, ¿era asi como se sentía cuando se estaba al lado de una mujer? Él siempre habia sido algo distante pero cercano con las relaciones con otras personas en especial cuando era de amistad, mientras bajó el rostro dejando que algunos mechones rozasen su rostro descuidadamente lamiendose uno de los dedos donde la llema de éstos se notaba algo rojiza debido al calor del pan. No estaba ardiendo pero sí caliente como recien hecho-
Sabes, aunque no lo parezca soy demasiado tímido y no se como actuar delante de una mujer, según dicen los gitanos somos unos brutos cuando nos acercamos a las mujeres pero creo que en mi caso es un mito.
-Se escapó una carcajada de su boca esperando no asustarla al haber dicho eso pero no quería que si le veía excesivamente callado pensara que era debido a su presencia, siempre le pasaba lo mismo ya que deseaba tener algun tema de conversación para que la otra persona no se sintiera obligada a aquel silencio que se formulaba entre ambos. Lionel siguió con aquella sonrisa en la boca mientras tomaba un poco de pan ojeando todo el paisaje que tenían en frente, era verdaderamente hermoso al menos para el propio Lionel. Muchas personas le llamarían idiota si pensara que esos edificios y su aspecto era atractivos, elevó la mirada hacia el cielo cuyas estrellas parecían vagabundos nocturnos que procuraban velar por ellos, la compañía, el siseo del viento que se concentraba en el aire o las cañerias oxidadas se encargaban de ofrecer una melodía dócil o un tema de conversación para aquellos que les entendiera. ¿No habia una frase que decía “los pajaros hablan en su idioma pero nadie los escucha”? Se relamió, buscando distraídamente alguna miga de pan que tuviera en los labios hasta volver a ladear el rostro hacia Adrianne con una melancólica sonrisa-
Entiendo...
-Suspiró, no quería se que fuera verdaderamente pero no era tampoco un egoista como para empezar a buscar cualquier excusa para retenerla ¿y si su novio le esperaba? ¿y si alguien estaba preocupado? No seria muy bueno que dijera que habia estado con un gitano aunque fuera uno inofensivo como Lionel lo era, además ya sería demasiado grosero despues de haberle arrastrado hasta ese sitio decirle que no quería que se marchase, asintió en cuando le hizo aquella pregunta volteando el rostro hacia el frente mientras semi-recostaba su cuerpo con cuidado por no caerse, solo lo suficiente para encontrarse informalmente cómodo-
No te lo diré...hasta que me dejes acompañarte al menos unos metros delante de tu casa, ha sido culpa mía arrastrar a una inocente dama a mis deseos
-Bromeó con ternura, quería ser un poco caballeroso pero eso tambien implicaba meterse en donde no le llamaban aunque tambien estaba pensando en que demonios le iba a decir, no se dedicaba a demasiado vagaba de un lugar a otro buscando un buen trabajo pero debido a que era gitano lo más que conseguia era un contrato para dos semanas como mucho tres y en lugares donde la gente poco o nada tuviera que verle, la gente ultimamente estaba demasiado “narcisista” en cuando se trataba de catalogar o juzgar a las personas-
Digamos que me aventuro a ver lo que encuentro
-Entonces con una sonrisa colocó la mano en la boca-
Diablos, ya te lo terminé diciendo
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Lionel D'Maine- Gitano
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Re: Beautiful sin { Privado }
Mentiría si dijera que todo aquel tiempo había prestado toda la atención a Lionel. Desde el principio había tenido la mente ocupada en aquella mujer a al que había ido persiguiendo. Y la parte de mí que decía que lo que había visto era verdad me estaba matando. Tenía que regresar a casa, y comunicarle a mi tío lo que había visto.
En aquel momento, lo demás me sobraba, e incluso empecé a sentirme incómoda. Lionel negró mi agradecimiento, y se ofreció a acompañarme. Iba a negarme pero él continuó hablando.
Al parecer, no tenía ningún oficio, sino que más bien era un verdadero gitano: sobrevivía. Lo miré con cariño y volví a mis asuntos.
-Lionel, no quiero sonar fría, pero de veras tengo que marcharme. Agradezco mucho tu agradecimiento, pero te aseguro que sé cuidar de mí misma. -Sin duda, había sonado fríviola y creída, pero él no entendía a qué me refería-. Espero que nos veamos en algún lugar, o quién sabe, igual el destino vuelve a unirnos en otro callejón.
Me acerqué andando hacia atrás y comencé a seguir mis pasos en dirección al centro de París, donde me esperaba mi hogar y mis propios problemas.
En aquel momento, lo demás me sobraba, e incluso empecé a sentirme incómoda. Lionel negró mi agradecimiento, y se ofreció a acompañarme. Iba a negarme pero él continuó hablando.
Al parecer, no tenía ningún oficio, sino que más bien era un verdadero gitano: sobrevivía. Lo miré con cariño y volví a mis asuntos.
-Lionel, no quiero sonar fría, pero de veras tengo que marcharme. Agradezco mucho tu agradecimiento, pero te aseguro que sé cuidar de mí misma. -Sin duda, había sonado fríviola y creída, pero él no entendía a qué me refería-. Espero que nos veamos en algún lugar, o quién sabe, igual el destino vuelve a unirnos en otro callejón.
Me acerqué andando hacia atrás y comencé a seguir mis pasos en dirección al centro de París, donde me esperaba mi hogar y mis propios problemas.
Adrianne Trevillette- Mensajes : 372
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