La Esencia es la Misma (Cailen Gowan}

por **Shelly Draven** Dom Nov 29, 2015 8:36 pm

Dibujé el trazo de recuerdos en mi mente, el viaje había sido largo… hubo dolor, hubieron lágrimas, hubo oscuridad…y las tinieblas de siempre. El camino siempre había sido difícil, pero siempre hay algo más por aprender… El andar definitivo de lo que había sido mi vida anterior, seguía presente, nada había cambiado. Siempre había sido la misma.

Trascender de una forma tan sublime fue realmente un regalo, después de haber aguantado tantas cosas dolorosas.
Suspiré ligeramente, mientras iba caminando por las calles de París. Podía percibir las almas de mi alrededor, algunas en miseria, otras en éxtasis, otras en juventud, otras… otras como aquella en silencio y resguardo. El sendero que se construía bajo mis ligeros pies, se dirigía hacia un lugar en particular con el cual me mantenía conectada… Una pequeña esquina doblaba, y cerca de un callejón en donde moran algunos indigentes, pero había solamente un joven… un joven al que reconocí de inmediato. No me presentaría como él me había conocido en mi anterior vida, su mente quedaría destrozada, y seguramente comenzaría a meterle mucha sal a la herida.

Me quedé rondando cerca, no había nadie más… me quedé observando el cielo, el cielo….si aquella creación que aún podía disfrutar dentro de mi oscuridad, la energía del joven de cabello ondulado me tocó como el terciopelo en mi muerto corazón, hace mucho tiempo que no sentía tanta calidez. Lo observé desde lejos, y aunque sé que en aquellos momentos, a tan altas horas de la noche, el muchacho no sentía necesidad de compañía ya que estaba acostumbrado a vivir la vida solo…

Me le ofrecí:
-Disculpe… ¿no tiene frío? Si necesita, puedo ofrecerle mi abrigo para que se cubra…. Las nubes comienzan a moverse, no veo un buen pronóstico… y pronto la luna quedará en tinieblas…-dije con mi voz delicada y femenina, suave como la mismísima brisa de verano, aun cuando era un friolento invierno.

Mis pasos tocaban el frío suelo con delicadeza, mi silueta pertenecía a aquella sombra silenciosa que a vista de cualquiera parecía una simple sombra… pero me observé, aun en presencia del joven. Y observé todas mis cadenas, todos mis pesares y los demonios que iban siempre a mi lado…

-¿Cuál es su nombre?...- pregunté al joven, pero era quizás una pregunta innecesaria, en algún lugar en mi Ser Interior, yo le conocía… Si se incomodaba este joven, me retiraría por donde vine, y dejaría un campo de fuerza calórico a su alrededor antes de irme. La muerte llega en cualquier momento, pero a veces podemos aplazarla… en especial con un toque de magia oscura.

por **Cailen Gowan** Dom Nov 29, 2015 9:04 pm

Habían pasado ya varios meses desde aquel misterioso encuentro con aquel hombre igual de enigmático de nombre Bast. Hasta la fecha me preguntaba las intenciones que habrá tenido aquella noche ¿tan solo quería charlar? ¿qué buscaba? Tan solo se había acercado a mí, me había ofrecido algo de un frasco que seguía sin saber con exactitud qué era. Sostuve con él una conversación profunda que seguía fresca en mi memoria. Fue tan solo un instante porque él tuvo que retirarse, seguramente a la comodidad de su hogar, en parte quería envidiarle por ello pero simplemente no podía. Sacudí mi cabeza ¿y por qué pensaba en ello? ¿Qué había ocasionado que rememorara ese encuentro? No tenía idea pero ahora la imagen estaba en mi cabeza.

Decidí mejor moverme de la acera y miré mi lata decepcionado, estaba vacía. Ya eran dos días consecutivos en los que ni siquiera un franco podía encontrar en esa lata. Claro, había malas rachas pero... no tan malas. Tomé el recipiente mientras me ponía de pie y caminaba hacia dentro del callejón, al final nadie logró quitármelo. Oficialmente era mío, para muchos era tan solo un espacio inmundo, pero era mí territorio, era lo único que tenía. Me dejé caer sobre el montón de mantas apiladas cuando sin previo aviso escuché una voz femenina a mi lado y no pude evitar sobresaltarme. Instintivamente tomando el mando de mi daga y al instante me regañaba a mí mismo en mi mente por haberme asustado de esa forma, seguramente parecí un idiota.

Giré la vista y me sorprendí ante la presencia. Una joven, no mayor de treinta años a juzgar por su sombra. Tardé un par de segundos inmóvil, contemplándola. Claro, estaba helado, a pesar de tener diferentes telas, no era suficiente. Tímidamente asentí, esperando que no terminase en algo como "Lástima, consiga trabajo" pero parecía no ser ese el caso.

-Me... me llamo Cailen señorita. -Respondí en un susurro. Temeroso de sus intenciones como era natural, un instinto de supervivencia.

por **Shelly Draven** Lun Dic 07, 2015 6:13 pm

El momento, siempre será único aquí y en los planos posteriores… Los recuerdos que invaden el Ser Mismo es el aferro que detiene muchas veces, el porvenir de nuestro camino. Su vida tal como la conoce, no es más que una entre muchas. ¿Para qué aferrarse a la falsa imagen que nos muestra la realidad? La realidad se ve en otras formas, con otros colores, con otras sensaciones y pareciera que todo estuviera tan lejos de uno mismo, pero de que puede encontrarse. Claro que se puede. Si miramos hacia la Verdad, la Virtud y la Vida… ahondando en el existir del más allá.

Suspiré al escuchar el nombre del joven asustadizo, era de esperarse que alguien que vive en la miseria de las calles se sintiera así de intimidado por un Ser que le habla desde el más allá, en una vida anterior. El Nombre sólo es un mero nombre, por lo cual el protocolo de habérselo preguntado me importaba muy poco. Me acerqué con cuidado, con un paso ligero sobre el cemento que reflejaba el filo de la noche fría e invernal. Esbocé una media sonrisa cordial hacia el muchacho y le dije: -No te preocupes, sólo soy una caminante de paso…- dije poniéndole sobre los hombros mi abrigo. Yo ya estaba acostumbrada al frío helar de París en Invierno.

-Yo soy Shelly Draven… aunque llamándome Shelly, atenta estaré...- dije con voz cálida y tranquila mientras observaba la noche estrellada y la energía de aquél muchacho y la mía se armonizaron en conjunto.
-Usted… sabe lo que es la soledad…- dije como afirmación, más para mí misma que a él. Estaba gratamente admirada de aquel Ser Humano, tan humano en esencia. Independiente de sus acciones que claramente hacía para sobrevivir, era un hombre sincero consigo mismo entonces para mí, eso es demasiado valioso entre los seres.

La noche parecía hacerse más oscura cada vez, a cada minuto de mi respirar. Después de haberle dejado el abrigo al muchacho, me levanté nuevamente y caminé unos pocos metros de distancia observando las tinieblas, eso que era mío eternamente en mi Ser Interior. Dudaba que aquél joven se asustara más todavía, puesto que su aura me demostraba que se sentía en su zona de confort. Y que mucho antes de mi existir, hubo otra persona que le guió un tiempo para buscar su propio sendero. Bast…

Conecté ese nombre entonces en un acto mágico de hacer memorias entre esta vida y otras… y claro ahí tenía mi respuesta. Era yo misma…

por **Cailen Gowan** Miér Dic 09, 2015 10:33 pm

En el momento en el que la transeúnte depositaba gentilmente el abrigo sobre mis hombros alcé la vista y nuestros ojos se encontraron, no estaba seguro si era una ilusión óptica pero su mirada me parecía profunda, como si aquellos ojos, esa forma tan singular de ver el mundo hubiesen tenido un dueño anteriormente, como asomarse a lo profundo de un abismo. No necesité de palabras para agradecer sus acciones pues con la vista me pareció más que suficiente. Y no tan solo eso, me encontraba sin posibilidades de hablar ante aquella presencia, estaba sorprendido, pero no por la inesperada compañía, sino por lo extrañamente placentera que me resultaba.

-Shelly. -Dejé que el nombre se deslizara por mis labios. Algo que captó bastante mi atención era el hecho de que estaba muy atenta al cielo, pero no parecía ser la típica acción de alguien contemplando la belleza de las constelaciones, había algo más ahí pero no sabía identificar qué era pero en alguna ocasión observé a alguien más haciendo exactamente lo mismo.

-Así es. -Dije sereno, sin moverme de mi lugar mientras agachaba la mirada. No había razón para negarlo pero el que me lo hubiesen recordado se hacía sentir como si de repente me hubiese colocado un saco en la espalda. Vivir en la soledad no era algo a lo que cualquiera pudiese afrontarse y seguir cuerdo con el paso del tiempo, en realidad no tenía idea de cómo fue que había durado tanto. -Vivo entre las sombras, soy vulnerable a la discordia que existe, he sobrevivido a todo eso, es por eso que estoy solo. -Completé en apenas un murmullo, no estaba seguro si lo había dicho para mis oídos o para los ajenos.

Mientras seguía ahí sentado, comencé a tener una sensación no del todo placentera, como si alago helado se deslizara por mi columna y me hizo sacudirme involuntariamente. Sabía muy bien que aquello no lo había causado el aire gélido que soplaba pues el abrigo me protegía de la madre naturaleza. La causa había sido otra y no tenía idea de cuál.

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