Being Cailen [Privado]

por **Andromeda1** Lun Feb 06, 2017 10:45 pm

El astro sol llega bien temprano espantando a todo aquello que no es natural a su presencia pero algunos no son alejados con el sol aun cuando ya no pertenezcan a este plano de vida sino más bien a un más oscuro y lleno de huesos ambulantes, son ellos los que pasan como personas naturales y muy normales entre los vivos, pero no ven que ya no tienen pulso ni nada que puedan aportar, incluso algunos no son vistos por todos solo pocos pueden verlos realmente como personas vivas y otros los ven momentáneamente.

Entre las calles empedradas una joven de cabellos rubios como el sol pero algo alborotados va caminando, su vestido hecho de seda color azul claro hasta la rodilla, mangas largas y un mini capa que cubre sus hombros, un sombrero al mismo tono del vestido pero un poco más oscuro al igual que los zapatos, tan elegante y ella tan blanca, su mirada va a todos lados evitando los coches, según ella sigue viva pero las personas no la notan, se topa con algunas tropezándose con ellas pero cuando aquellos individuos voltean no ven a nadie aun cuando ella se disculpa con ellos avergonzada.

La mañana sigue avanzando y decide comer algo de dulces va a la dulcería pero no se decide así que toma unos caramelos dejando una moneda en el recibidor, el dueño del abastecimiento no entiendo y comienza a orar pensando que es del diablo, Andrómeda le mira alzando los ojos como si renegara de ella –Vamos hombre que no es diablo soy yo– en eso se presenta al hombre que pega un grito desmayándose, se giran todos a verle pero la mujer ha desaparecido, ella se acerca al hombre para ver si está bien cuando llega su hija y le ayuda a su padre a ponerse de pie, Andrómeda sale del lugar, comiendo unas galletas y unos caramelos y dulces que tiene en el bolsillo.

Camina por las calles hablando con la ilusión perdida y alterada de su propia y retorcida concepción mental, anda por las calles inconsciente de su alrededor y de sus propias habilidades tanto así que no las puede controlar siendo el peor del caos; se mantiene invisible mientras come pero en su cabeza y la voz amiga le dice que está visible y que todos la pueden ver pero que no lo hacen porque ella es un mundo diferente…todo es un juego, uno muy sombrío como para que aquella sonrisa de la rubia se pueda materializar.

Entre risas va dando saltos y brincos agitando la falda de su vestido celeste, va riéndose mientras juega con aquel conejo de ser que no pinta nada bueno, pero aun así es la única que puede visualizar y oír, pues su propia locura manifestada en un atisbo de cordura. Va por las calles sin prestar atención del mundo que le rodea solo de su conejo con dientes filosos que la sigue dispuesto a devorarla mientras ella huye riéndose…todo es tan tranquilo hasta que dobla la esquina de aquella calle.

por **Cailen Gowan** Sáb Mar 25, 2017 6:23 pm

El día había sido de lo más normal del mundo, normal al menos para mis estándares y rutina habitual. La primera mitad de la mañana no hice más que sentarme en una de las calles más transitadas del centro de París y aparentar una inmensa agonía, ésta era parcialmente fingida. Siempre intentaba apelar a la misericordia -o a la poca que restaba- de la la gente que pasaba a mi lado.

Al principio nadie caía en mi engaño pero con el paso el tiempo logré crear actuaciones cada vez más convincentes, la cantidad y valor de las monedas que me arrojaban lo decían. No me conocía esas dotes actorales y a menudo me dejaban pasmado, comenzaba a preguntarme si podría representar algún otro papel y la gente se convencería de que fuera real. Posiblemente. Tendría que probar alguna vez.

Satisfecho con la cantidad de dinero que había logrado hacer en la primera mitad de la mañana, me encaminé al mercado para comprar algo de comida para saciar el hambre que estaba comenzando a hacer mella en mí. Fue una visita breve; salí de la zona comercial con dos pequeñas bolsas de papel en las manos; en la primera una hogaza de pan de buen tamaño y queso, en la segunda algo de fruta.

Me encaminé hacia un callejón que siempre estaba vacío, ahí podría comer a gusto sin preocuparme por inoportunas interrupciones.Una vez allí me acomodé lo mejor posible en el suelo y proseguí a devorar mi ligera merienda que sólo satisfacía parcialmente mi apetito, a pesar de que en teoría podría comprar algo más sustancioso, decidí mejor guardar el dinero y ahorrarlo para que pudiera comprar algo de carne al día siguiente. Era un buen plan.

Una vez terminado de comer me incorporé y posteriormente sacudí el polvo de mi ropa,se me ocurrió que podría aprovechar el resto de la tarde y tratar de conseguir un poco más de dinero antes de que anocheciera. Caminé con paso tranquilo hacia afuera del estrecho pasadizo en el que me encontraba. En el momento en el que puse un pie en la avenida principal sentí chocar bruscamente con alguien, pero el lugar estaba completamente vacío; mi cuerpo estremecerse de manera violenta y de repente arqueé la espalda de una manera antinatural.

Miraba al cielo mientras mi cuerpo se retorcía adolorido por la inconformidad de aquella postura que había adoptado involuntariamente y no podía contrarrestar. Todo acabó de la misma manera repentina en la que había comenzado y me encontré con las piernas débiles de forma súbita. Tuve que recargarme contra la pared de ladrillo.

¿Qué acaba de pasar?

por **Andromeda1** Jue Abr 06, 2017 11:38 pm

Con poca gente en ese lugar todo es tan tranquilo hasta que dobla la esquina de aquella calle…

Entre la vuelta de la esquina un golpe que la deja envuelta una mar de confusiones un gran susto es lo que se lleva y con ello el poder hacer uso de una habilidad que poco conoce al pestañear y cerrar sus ojos por el impacto se ha desmaterializado y entrado en el cuerpo de otra persona; abre sus ojos pero siente algo extraño, sus ojos ven pero su cuerpo no es el mismo, siente que lleva más peso de lo normal y hasta sus manos se sienten extrañas, así como su cuerpo que le cosquillea todo, arquea su cuerpo pero hay mayor dificultad que cuando lo hace naturalmente, puede oír el sonar de huesos y hasta una forma diferente de su balanceo de la espalda. Se asusta por esas sensaciones dando un brinco hacia atrás toda asustada mirando a su amigo imaginario que asiente riéndose con toda la malicia del mundo.

Vamos, Andy ¿te gustó? ¿por qué no lo pruebas otra vez?

Asintió muy rápido mirando los ojos de su amigo, aquel conejo que su mente crea, se acerca a él curiosa –Señor conejo, ¿Qué fue eso?– preguntó a su amigo con dientes filosos que sonreía gustoso por lo que experimentaba la chica con esos cabellos dorados. Salta de pie en pie muy emocionada por las sensaciones que aquello le brindó –Eso se sintió muy bien otra vez otra vez– salta emocionada y sus ojos van directo a un joven que están frente a ella con ojos curiosos al que se le acerca sonriéndole; pero por la energía del joven que absorbe se materializa mostrándose cara a cara con él –¿Hey, que haces aquí?– preguntó parpadeando varias veces presentándose al chico –Viste lo que pasó…viste…viste– de la nada desaparece de enfrente del joven dejando solo la pregunta al aire.

por **Cailen Gowan** Mar Mayo 30, 2017 11:23 pm

Llevé una mano a mi espalda adolorido; mientras que con la otra aún apoyaba mi peso contra el muro. Sentía temblar mis piernas pero no estaba muy seguro si por el miedo o el dolor agudo que azotó mi cuerpo de manera tan repentina, tal vez ambas. Estuve aturdido un momento y temí desmayarme, había manchas oscuras en mi campo de visión; lo que sea que acababa de pasar definitivamente había sido algo malo.

Tras recomponerme -o algo por el estilo- tuve una sensación que me dejó completamente paralizado, no estaba solo, podía sentirlo. Era una presencia que revoloteaba a mi alrededor, la energía que desprendía era demasiada como para pasar por alto; lo peor, se encontraba a una distancia apenas prudente. Temeroso de lo que pudiera encontrarme, alcé la mirada de manera lenta y, en cuanto mi cabeza estuvo erguida me arrepentí al instante. Frente a mí estaba una visión horrenda. Dudaba si alguna vez podría borrar semejante recuerdo de mi memoria. La aparición fantasmal delante de mí de inmediato me devolvió a cuando era un niño.

Había despertado en medio de la noche sin razón aparente, tan solo abrí los ojos ante una sensación de… compañía. Por un momento me creí que había alguien más en mi habitación esa noche tan tranquila, me senté en la cama y examiné mis alrededores, todo para encontrarme solo. El descubrimiento, lejos de tranquilizarme me puso en alerta. Podía jurar que sentía que alguien más estaba en mi habitación. El temor era tal, que no me atrevía a levantarme de la cama, como si alguien fuera a salir de debajo del colchón y tiraría de mis pies. Aquello no duró mucho, de un momento a otro se había caído un adorno de uno de los estantes y sin pensármelo solté la carrera hasta la habitación de mis padres, todo para que me mandaran de regreso con la marca de una bofetada, al volver la habitación se sentía más pesada. No dormí esa noche.

-¡Aléjate de mí! -Grité al tiempo que retrocedía dos o tal vez tres pasos de una zancada. Balbuceé mil y un cosas más pero dudo que del pánico se hubiera entendido algo además de rezos interrumpidos.

por **Andromeda1** Mar Jun 06, 2017 7:11 pm

Andy abrazalo, abrazalo tan fuerte hasta que termine de color morado es la major forma de mostrarle tu cariño…
NO NO NO ESE BASTARDO NO MERECE CARIÑO
MATALO MATALO MATALO ANDY yo traeré las tijeras oxidadas y otras cosas más con más oxido

Ella mirada hacia un lado donde su ilusión de amigo y compañero cercano, aquel conejo que solo sus ojos pueden ver esta saltando muy molesto echando humo de sus orejas y boca como si fuera a punto de estallar. Comenzó a reírse tan alto que olvidó al joven que parecía más desconcertado; sus grandes ojos se abren y cierran blandiendo esas largas pestañas con sus cabellos que danzan con el viento de la ciudad. Se queda con la mirada en blanco sin comprender la actitud del muchacho.

Ni se te ocurra presentarte delante de ese malcriado mocoso

Ríe ampliamente apareciendo frente al joven con su natural corporeidad, se hace corpórea de manera natural como si ella no comprendiera porque ha gritado el joven: sus acciones son tan normales como de una persona viva sin saber su realidad o quizás no quiere enfrentarlas –Oye no seas grosero– le da un golpe en la cabeza –Mi amigo está muy furioso contigo tanto que quiere matarte– apunta a un lugar donde no hay nada ni nadie pero ella sonríe saludando a su amigo –¡AH ERES TU!– miró al joven sonriéndole como si hubiera recordado –¡tú hiciste eso eres un mago, verdad! hazlo de nuevo se sintió tan bien que quiero saber como lo haces como haces para hacer esas cosas extrañas– muy emocionada toma las manos del joven sonriendo y con toda la curiosidad de sus ojos que no puede controlarlo y termina por desaparecer delante del chico

Aparece luego tras de él tocándole la espalda con una sonrisa extraña.

por **Cailen Gowan** Dom Ago 06, 2017 1:35 am

-Debo estar soñando. -Murmuré tallándome los ojos, incrédulo a lo que estaba viendo. La figura de la mujer aparecía y se desvanecía una y otra vez, no era solo el hecho de estarla viendo, sino que también podía escuchar su voz con toda claridad, así como sus gestos. -Aléjate. -Dije una vez más, aunque en un tono diferente, una súplica. Esto no me puede estar pasando a mí.

Sin poder soportar más la amenaza de muerte, así como el hecho de que parecía estar alucinando con algún amigo suyo, lo que de verdad me hizo entrar en histeria fue el hecho de que podía sentirla, cuando tocó mis manos y cuando palpó mi espalda. Tenía la piel erizada por completo. -¿Quién eres? -Pregunté, cayendo en la cuenta de que estaba hablando con un jodido fantasma. -¿Qué eres? -replanteé la pregunta, no estaba hablando con un ser humano sino con una entidad superior.

No esperé a una respuesta, tan solo retrocedí más antes de salir corriendo por el callejón, con rumbo hacia una casa abandonada que sabía que estaba a unos metros. Por un momento pensé en decírselo a alguien pero de inmediato deseché la idea, me asomé al callejón de dónde había venido y me cuestioné lo que acababa de pasar, no solo eso sino que también mi propia cordura. Definitivamente no se lo iba a decir a nadie. Estuve asomándome al callejón por un buen rato, esperando que la mujer volviera a aparecer pero no la vi. -¿Dónde estás? -Miré a mis alrededores buscando un arma, casi me doy de golpes contra la cabeza al recordar repentinamente que no necesitaba buscar nada. Sin pensármelo mucho, saqué la daga de mi cinturón y la comencé a blandir como marcando un círculo alrededor mío.

por **Andromeda1** Dom Ago 06, 2017 9:04 pm

De lado a lado se movía aquella cabecita que no comprendía lo que ocurría, las palabras que el pobre ser humano, aquel joven profería ella no las captaba y se reía al ver como lo único que sus ojos pueden ver se mofaba del joven haciendo divertidas poses, moviendo sus labios y haciendo gestos de querer matar al chico por su insolencia contra la difunda y demente mujer que solo se cubre los labios para no estallar en risas.

Lo mira curiosa al joven acercándose pero sintiendo las malas vibraciones que él desprende, aquel miedo que la obliga a alejarse rascándose la cabeza, ella no comprende completamente ida en su mundo tratando de encontrar las respuestas pero no las haya en ese laberinto de mente que tiene hasta que lo ve huir pero ella corre tras él desapareciendo de la vista, completamente invisible para todos apareciendo luego tras el joven pero sin tomar su corporeidad, pero ella alude que él puede verla y oírla.

Se acerca riéndose, una risa que deja escapar y que si se puede escuchar, mira el arma con el que el quiere defenderse y ella da un salto de susto para atrás tomando su forma corpórea, sus manos están alzadas –Que grosero eres, yo soy una persona ¿Qué? ¿Acaso no me ves?– hizo una mueca de estar resentida con el joven –Mi nombre es…– por el tiempo de muerta había olvidado su nombre completamente. Rascó su cabeza que se ladeaba de lado a lado hasta que comenzó a golpearse la cabeza gritando contra la pared con fuerza por no recordar su nombre.

Desapareció y apareció de nuevo detrás del joven susurrando con una gran y dulce sonrisa –Estoy aquí atrás, mucho gusto me llamo Andrómeda y soy una mujer, y tú ¿Quién eres?– miró al joven sonriéndole haciendo una reverencia como si fuera un hombre. Cruzo sus piernas al inclinarse y se levantó un imaginario sombrero, sus manos extendidas en putas y sus pies que la mantenían de puntitas parada, una elegante pero contradictoria reverencia.[/font][/size]

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