Le Parfum [Libre]

El paisaje fuera de mi ventana había cambiado, el otoño era la estación del año en que los colores de los árboles y las plantas se veían casi de los mismos matices, una escala de colores tierras, anaranjados y amarillentos, un verdadero espectáculo para la vista, en mi memoria quedo grabado aquella postal, arboles con hojas amarillentas, algunos sin hojas, único y hermoso, lástima que con el paso de los meses cambie me lamente mientras volvía a encontrarme entre las cuatro paredes de mi perfumería, ¿Cuánto llevaba sumergida en mi pensamiento? ¿Quizás me estaba volviendo loca? Reí con lo último que se me había ocurrido; todos estamos locos en este mundo, la diferencia es que unos más que otros.

Por la mañana habían entrados clientes de varios estatus sociales tanto damas como varones, habían hecho aquel rito, preguntar ¿Cuál era el mejor perfume?, preguntar ¿Cuál recomienda usted? Y por ultimo ¿Usted podría crear una fragancia única para regalar?, en realidad ya estaba aburrida de aquellas preguntas ¿a caso cuando salían a comprar tenían en mente lo que en realidad querían? Al parecer no. Tome el libro donde hacia las anotaciones leyendo detenidamente cada palabra que había escrito, “Perfume 45, Aroma dulce, con canela de preferencia, toques de orquídeas y algo que lo haga único” – ¿Algo que lo haga único? – dije en voz alta, cada perfume tiene algo único aparte de tener parte de mi pasión por ellos la forma en que cada uno estaba combinado los hacía completamente perfectos; claro es mi pensamiento. Tome una pluma y tache la última frase “algo que lo haga único” y a continuación escribí “que tenga la magia paraqué embriague y atraiga a cuanto sientan aquel aroma” si eso era, aquello aparte de hacerlo único sonaba más lindo, ¿lindo? No sonaba mas como yo, esboce una sonrisa. Y deje aquel cuaderno a un lado.

Me dirigí a una de las galerías y tome 3 perfumes diferentes, los puse sobre el mesón, donde solía atender a mis clientes y quede mirando los tres frascos, rodee aquel mesón quedando en el mismo lugar que anteriormente me encontraba y tome el primer perfume– Amanecer, una fragancia fresca y agradable que perdura en el cuerpo a medida que pasan las horas, sintiéndose el portador siempre frescos, con un toque cítrico, que hace la diferencia- si así es ese perfume, estaba hablando sola todo pareció desaparecer en aquel lugar quedando solo aquellos tres frascos y yo, deje el perfume junto a los otros y tome el siguiente – Obsesión, Dulce, hipnótico y embriagante, fuerte para algunos, cálidos para otros según el portador aquella fragancia desprende un olor haciéndola una pieza única e inigualable, Compuesta por flores blancas jazmín, violeta y rosa, dejando para la imaginación el toque mágico que posee. Y por ultimo estas tu – dije dejando aquel perfume en el mesón y tomando el otro – Fortuna una combinación de dos aromas muy diferentes entre sí, uno dulce y otro cítrico creando así un perfume que puede ser ocupado tanto por hombres como por mujeres, una combinación entre fragancias que nadie pensaría que podrían estar juntas en un solo frasco- abrí aquel frasco y me deleite con esa fragancia un manjar para mis sentidos.

Abrí los ojos y deje aquel perfume junto a los otros dos, los quede observando mientras comencé a sentirme observada, ¿Había alguien más que yo en la perfumería? Alce mí vista para algo avergonzada por lo que había hecho y fije mí vista en aquella persona…

Asustarme no era precisamente lo que había pasado mas bien me había sorprendido lo que había ocurrido, ¿cuanto tiempo llevaba yo en mis pensamientos? ¿Me habrá escuchado? ¿quizás pensara que soy una loca?, Sonreí algo nerviosa, si me había tomado por sorpresa no acostumbraba a distraerme en mi lugar de trabajo y menos a hablar sola - No se preocupe solo me a sorprendido - dije algo apresurada mientras me quedaba mirándolo - No lo sentí entrar, en realidad no escuche las campanillas de la puerta de entrada - si eso siempre me ponía alerta o mas bien me avisaba que alguien entraba a la perfumeria. ¿pero que estaba haciendo? dando expoliaciones a un extraño, oí a mi mente hablarme.

Volví a sonreír nerviosa si eso era una gran defecto que tenia - Lo siento a veces suelo hablar demasiado - y ahí me encontraba de nuevo dando algo parecido a una explicacion yo y mi boca ¿a caso nunca podía mantenerla cerrada? no, no puedes volvió a responder mi mente. Me sentía nerviosa y mi mente solía engañarme y hacerme sentir mal en momentos como estos, demonios, ya y lo asuste, pensé para mi.

Moví la cabeza de lado a lado esperando así que mi mente se quedara en silencio y al parecer había resultado, y así podía pensar manejar mejor las situaciones. Fue en ese momento cuando note la apariencia de aquel, no era de clase alta, y si hubiera sido de baja se hubiera aprovechado de mi momento de distracción para robar y no lo había hecho, eso era algo para apreciar, mas me quede observan dolo sus cabellos largos en realidad para cualquier dama era casi envidiables, su perfecto rostro, su porte... ¿ Viola que piensas? me quede en completo silencio mientras lo veía y esperaba alguna reacción de aquel.

-¿Monsieur desea algún perfume?- en realidad lo mas probable era que fuese un si como respuesta ya que era una perfumeria. Definitiva mente hoy andaba mas distraida de lo común, pero por lo menos ya estaba actuando, no actuando no, ya estaba siendo mas la chica que atendía comúnmente aquella perfumeria y lo mejor siempre era bueno tener una clientela variada y nueva. Tome los tres frascos y los corrí hacia un lado para dejar el mesón libre y poder atender aquel joven de mejor manera, aunque la curiosidad me ganaba y quería saber mas de el. –¿ Desea alguna fragancia en especial?¿quizás para regalar o para uso personal?- termine diciendo.

Después de escucharle pude relajarme, a decir verdad me puse a pensar que en realidad estaba en mi perfumería no debía de disculparme mucho pero era algo casi inevitable así era y ya no había como cambiar esa forma de ser, acomode mis cabellos sobre uno de mis hombros mientras escuchaba atenta cada palabra y en realidad hablaba poco pero cada vez que lo hacia notaba que decía muchas cosas en ellas. ¿MI voz hermosa? era la primera vez que escuchaba aquello y en realidad aquel joven era una verdadera caja de sorpresas y eso a decir verdad me encantaba; no todos los días acudía a mi perfumería un cliente tan enigmático y encantador como aquel.

- Que bueno que no le moleste que hable demasiado, a veces nunca me puedo quedar callada, pero es solo para hacer esto mas ameno, esta conversación - sonreí esta vez con mas confianza en lo que decía, sinceramente el me había devuelto la confianza que me había robado en unos instantes, sabia perfecta-mente que hacer, que decir y como actuar. Pero no con todos era asi, cada persona debia tener un trato diferente, eso me lo había enseñado mi padre, no todos somos iguales y cada uno es una pieza única como cada fragancia que tenia en mis estanterías.

Recorrí los frascos con mis ojos buscando alguno que a mi parecer seria perfecto para aquel, mas sus palabras volvían a sorprenderme, pero en realidad el aroma que emanaba de su cuerpo no era desagradable a mis sentidos era perfecto para unos cuantos de mis perfumes, me detuve reparando nuevamente en sus palabras. - Monsieur, usted no huele desagradable, es mas su aroma es único - claramente era cierto era un hombre que destacaba no solo por su apariencia su olor era... ameno - Si me permite - agregue mientras rodeaba el mesón y me ponía frente a el, di un paso hacia el y sonreí ampliamente, mire hacia mi izquierda y vi el perfume perfecto para aquel avance hacia a un lado y tome aquel frasco color azul fuerte y volví a a quedar frente a el - tengo el perfume perfecto para usted, si así encanta. Con este le aseguro que llamara la atención - si de nuevo me encontraba hablando demasiado, pero era necesario.

Destape aquel frasco y saque uno de mis pañuelos de seda rocié un poco de perfume sobre el y agite el pañuelo lentamente mientras la fragancia poco a poco se hacia presente en la perfumería, una combinacion entre Hierbas frescas, con un toque dulce, un poco de magia, y algo de pasión, en realidad era uno de los perfumes masculinos que mas me gustaba, y no era muy costoso como cualquiera podría predecir. - Húngaro, es el nombre de este perfume- extendí el pañuelo para que pudiera apreciar mejor aquella fragancia tan exquisita.

Solía permanecer con los ojos cerrados cuando daba a probar alguna fragancia nueva, ya que a mi parecer era la mejor forma de solo concentrarse únicamente en el perfume, de esa manera me sentía envuelta con el aroma y con todo lo que me hacia imaginar, abrí los ojos esperando su respuesta. Si capaz me trataría de loca pero era la única forma de apreciar aquel aroma.

La magia que había en ese momento era algo de otro mundo, siempre creí que mis creaciones podrían dejar a cualquiera maravillado y al parecer el era casi una de las pocas personas que disfrutaba esto tanto como yo, la mayoría de los clientes que venían por algún perfume, no se daban el tiempo para disfrutarlo, degustarlo y apreciarlo en su totalidad, aquel joven que tenia frente a mi era simplemente un en un millón, único. Aquel pensamiento me hizo sentir verdaderamente satisfecha con mi trabajo, con mi esfuerzo y con todo lo que acostumbraba hacer.

- Cada perfume que fabrico tiene una parte de mi, ya sea de mi imaginación, de mi pasión, de mi vida y de mi magia; la magia que pongo en cada uno. Sabe Monsieur usted me a sorprendido, muy pocas veces puedo tener en mi perfumería alguien que aprecie de esta forma mi trabajo - le dedique una amplia sonrisa de agradecimiento, el había dicho que no le molestaba que hablara y así seria hablaría le comentaría lo que cada perfume tenia, y quizás mucho mas, siempre hay mas, pensé mientras me apoyaba en el mesón, tape con mucho cuidado el perfume y lo deje a un lado, había un silencio pero era un silencio lleno de vida.

- Y monsieur, ¿se ha decidido por alguno de los perfumes? o desea algo en especifico, ¿o necesita saber mas de alguno de los dos?- pregunte ya que si no le gustaba ninguno, siempre podría buscar algún otro para el - ¿o preferiría que le preparara alguno especial para su tipo de piel? - si hacia muchas preguntas pero eran las necesarias para saber que era exactamente lo que al consumidor le gustaba. Siempre había sido de la idea de dejar satisfecho al consumidor, cueste lo que cueste, al final ellos eran los de la ultima palabra. Y aunque siempre eran los mismos clientes tenia una curiosidad de conocerlos de saber mas de ellos de aprender de cada persona que pisaba mi perfumería.

-O monsieur, que mal educada he sido no me he presentado - dije un poco apenada, acostumbraba a empezar conversaciones conociendo el nombre de que tenia enfrente pero esta vez todo del comienzo había sido, extraño diferente - Soy Viola de Lesseps - dije dando un pequeña reverencia con mi cabeza, si eso había sido descortés en una primera instancia, las presentaciones siempre tenia que ser primordial, así me habían enseñado y había hecho todo lo contrario.

Si de algo estaba agradecida y feliz era de saber todo aquello que sabía, los perfumes eran mi mayor felicidad, mi mayor logro… esto, hacer perfumes es lo mejor que puedo hacer, y al final era lo que me llenaba por completo. En la yema de mis dedos tenia impregnada la ultima fragancia y la pase suavemente mis dedos por mi cuello dejando aquel aroma impreso en mi. Luego acomode mi cabellera sobre uno de mis hombros, mientras seguía con la mirada fija en el.

- Así es, la mayoría de los perfumes en las estanterías los fabrique yo, los demás… los fabrico mi padre, y claro esta me enseño como reproducirlos – esboce una sonrisa suave, mi padre quien creó la mayoría de las fragancias más fuertes en este lugar, y yo les di el toque más suave, para poder crear aromas únicos y casi inigualables. – Pero aquellos perfumes que le di para degustar, los fabrique yo, con mis propias manos – dije levantando los hombros lentamente para luego dejarlos suavemente.

Me tomo por sorpresa lo que dijo sobre las hierbas, yo sabía de hierbas pero aun me faltaban por conocer, sabia como sacarle el extracto para formular las fragancias tan apetecibles por esta sociedad – El mundo de las hierbas, es tan fantástico como el mundo de la perfumería… solo que aun me faltan hierbas por conocer… - suspire ampliamente mientras bajaba levemente la mirada para reflexionar en aquello, aun me faltaba un mundo por conocer… solo por escasos segundos quede inmersa en mis pensamientos, lo que al parecer en ese momento no se notaba mucho. Aquel joven logro hacerme sonrojar, cuando dijo aquello “Un nombre hermoso para tan hermosa dama, madeimoselle...” podía sentir mis mejillas coloradas, desvié levemente mi mirada hacia un costado intentando de que todo volviera a la normalidad, suspire suavemente y escuche a continuación su nombre, Lionel, un nombre bastante interesante a decir verdad, no lo había escuchado nunca antes y claro estaba que se me quedaría grabado en mi memoria. – Que nombre más interesante…- dije en un susurro.

- Claro que no me ofende – musite dulce y suavemente – a mi parecer el ultimo, Épico, le calzaría a la perfección, tanto con su personalidad como para el tipo de piel – claramente, si le gustaban las hierbas que mejor que llevarlas consigo como un perfume y épico era el perfume que definitivamente le andaría bien. – Quizás también… - dije dudando un poco antes de hablar – si le gustan tanto las hierbas, usted mismo podría traerme algunas para crear algo exclusivo y claro si quiere le podría enseñar un poco sobre perfumería, y así podría decir que aquel perfume es suyo y de nadie más… - hable suavemente pero con cierto entusiasmo, aquella idea sonaba algo loca pero a mí me parecía justo.

Todo lo que en un minuto pareció un momento incomodo ya con el pasar de los segundo iba cambiando paulatinamente aquel joven de cabellera larga y oscura, de ojos misteriosos y de ropas mas misteriosas que todo en su conjunto había sonreído con la simple oferta que le había hecho, que mas agradecía podía estar yo, nunca había tenido un aprendiz y aunque nunca se me paso por la cabeza tener uno aquel joven, sabia o mejor dicho tenia lo que hacía falta para entrar en este mundo donde, la magia, el misterio y por sobre todo la pasión era lo más importante que podía existir – El placer será solo mío, pero si vamos a trabajar preferiría que me llamaras solo Viola – esboce una sonrisa casi perfecta, aun llena de emoción por el solo hecho de que la propuesta era algo que en algún tiempo vi lejano.

Que me llamara solo Viola era para tener más confianza ya que si le iba a enseñar de mi trabajo lo primordial era aquello, la confianza – Yo hablo demasiado y tu muy poco, y a mi parecer es casi la combinación perfecta… - pensé por unos escasos segundos – con tus conocimientos y los míos te aseguro que el resultado final te encantara – observe las estanterías llenas de perfumes, tan diferentes unos con otros, tanto los colores como los olores variaban según la forma y el tipo de frasco que las contenía, suspire aun sentía la emoción, y sentía ganas de que mi padre supiera aquello… o tal vez ya lo sabía.

Camine lentamente hacia detrás del mesón y tome un cuaderno de notas y escribí “un nuevo comienzo es solo un paso para cambiar el diario vivir”, cerre y volví mi miraba hacia el – ¿y que tipos de hierbas te gustaría que tuviera tu perfume? – le pregunte mientras volvía a ponerme en la misma posición de antes; adelante del mesón donde suelo atender a mis clientes, si aquel joven conocía las hierbas sabría perfectamente cuales ocupar y cuáles no, mas yo le aconsejaría cuales serian mejor de su elección, lo demás solo era estar en un laboratorio y extraer las fragancias naturales de todo ello, y como siempre la magia estaría presente. – Tu escoges yo te ayudo, pero lo primordial es lo que tu deseas… - deje aquella frase en el aire mientras seguía fijamente cada movimiento de aquel joven.

Lleve uno de mis dedos hacia mi nariz y olfatee aun seguía aquella fragancia impregnada en ellos, y era gracias a los aceites que hacían que el olor se conservara de manera durable que aunque uno se lave las manos seguiría ahí impregnado como el color en un cuadro. Baje la mano y tome los frascos que había sacado de las galerías, acercándome a una de ellas para depositarlos suavemente en el lugar que le correspondía a cada uno. Siempre que me acercaba a las estanterías me veía inmersa en tantos olores que en conjunto podrían marear, pero cada uno por separado era tan gustoso como el otro, tome un frasco que estaba vacío y lo deje en la meza – Aquí en este frasco de cristal, tu perfume estará – sonreí con dulzura, con una gracia que ni en mis más profundos sueños hubiera imaginado.

Hay cosas en esta vida que tienen explicación, pero también hay para otras en que no se le puede encontrar aquella respuesta, y si así era, así es. Quizás el destino hizo llegar a aquel joven de cabellera larga a mi lugar de trabajo, al único espacio donde me siento como si estuviera en casa; podía sentir la alegría de mi corazón al saber que alguien mas se interesaba en la perfumería mas que el perfume en si. Muchos de los clientes solo buscaban un perfume duradero, mas no les interesaba que contenía o que lo hacia especial para cada tipo de piel, y a pesar que siempre me habían advertido de aquello, esperaba que algún día llegara alguien con la capacidad y el interés de saber algo mas de aquel arte, por que para mi eso era un Arte.

Seguí en silencio cada movimiento de Lionel, su emoción era la mía y eso de cierta manera llenaba un espacio vació en mi interior. Aunque nunca hubiera querido hablar de eso ahora, ahora lo tenia mas que claro… era algo así como dejar un legado y aunque solo fabricaremos un solo perfume para mi eso me bastaba, podría quedarme conforme que logre enseñar algo de mi magia, algo que ha pasado de generación tras generación en mi familia. Si mi padre estuviera aquí lo mas probable que estaría orgulloso de este gran avance. Volví a tomar el frasco que contendrá la próxima fragancia y lo observe detenidamente, mi mente comenzaba a divagar en recuerdos de mi primer perfume, “el “Il Imagine” como le había llamado de mi padre, ese día que por un castigo quise una venganza mezclando no tan solo hierbas finas si no llevando mi imaginación a algo mas allá que una mezcla de aromas, un susto y aquel frasco que hace mucho tiempo tenia en mis manos se trizo dejando el laboratorio impregnado de aquella inusual mezcla; mi padre me pillo y de aquello nació este nuevo perfume uno de los mas exclusivos desde ese entonces”.

Al parecer no solo yo me fui en mis pensamientos y recuerdos de un pasado magnifico, dejando atrás aquellas escenas que tanta nostalgia traian a mi, mire a Lionel y acontinuecin escuche de aquellas hierbas que queria, si tenia razon varias las conocia pero me llamo la atencion cuando nombro la Nocturne, solo habia escuchado hablar de ella mas no sabia nada mas de que olores o fragancias expedia aquellas, sabia que en algunos de los apuntes de mi padre estaba descrita aquella, segui en un singular silencio mientras lo dejabaexpresarse libre un natural.

- Bien, creo que yo no soy la única que siente una emoción con todo esto, al parecer tu tambien estas emocionado – añadí mientras seguía con el frasco en mi mano extendiéndoselo a el para que simplemente se hiciera una imagen una nueva imagen de su primer perfume – Aquellas hierbas que mencionaste me parecen interesantes pero me salta una duda Nocturne me llama la atención, no la conozco y… - si me quede en silencio una nueva duda me saltaba en mi mente y aunque no quería hacerlo sentir incomodo necesitaba saber mas – tendremos que buscar algunas hierbas ya que no tengo de todas…. A menos que quieras que todo sea absolutamente freso y así tendríamos que ir a buscarlas – suspire y quede mirando mi perfumería, cada frasco y lo otro que llamo mi atención fue aquel joven de cabellera larga y oscura – Lionel… no quiero ser imprudente pero… ¿Cómo es que conoce aquellas hierbas? Son pocos los hombres que conozco, que entran a mi tienda y saben que es lo que quieren y mejor aun saben de hierbas – termine de hablar algo arrepentida, eso era algo que no podía controlar yo solo hablaba y después media mis palabras quede mirando fijamente a Lionel y aunque mi mente me decía que me callara mi boca no podía hacer aquello – Creo que aquello no es de mi interés, me vale que tu sepas que es lo que deseas que tenga tu perfume pues no quiero seguir hablando y que mejor si nos ponemos a trabajar, o mejor aun… - me quede en silencio y una sonrisa suave se deposito en mi rostro – Bien tu decides yo te guió, ¿necesitas hierbas frescas? – termine por decir. Hablar de un nuevo trabajo era algo que me llenaba y mas si tenia un acompañante.

-Creame que la emoción en estos momentos es de ambos Lionel – exclame con una perfecta y amplia sonrisa, no hallaba la hora de poder comenzar con este nuevo trabajo, mas que eso era así como un desafío, enseñar, aprender conocer, por que no solo le ensenaría también aprendería en este nuevo camino que me había encaminado, junto a un no tan extraño joven misterioso, en realidad eso ya ni siquiera era un tema, ahora todo mi potencial esta puesto para crear aquella fragancia que el joven de cabellos largos quería, un aprendiz, quizás en un futuro podría darle trabajo o quizás… moví mi cabeza de lado a lado la emoción me hacia pensar una infinidad de cosas que hacían que me desviara de mi cometido.

Arregle un mechon de cabello llevándolo detrás del oído, mientras seguía expectante en cuanto a la pregunta que había hecho, me di el lujo o mejor dicho el tiempo de estudiar mas afondo aquel joven que tenia frente a mi, de contextura delgada, de piel muy pálida, cabellera larga y oscura, de una perfecta nariz y aquellos labios carnosos pero sutiles, su atuendo ligero que demuestra que no es algo que le preocupe del todo, podría decir que es trabajador en cuanto algo le apasiona mas no podría decir que así sea, sus ojos oscuros, misteriosos un laberinto de nostalgia. Suspire y seguí en silencio mas cuando aquel fue roto mi sorpresa fue demasiada, ¿“gitano” eso había dicho? No, no eso no lo podía creer, no tenia aspecto de gitano definitivamente no – Vaya, no pareces un gitano – dije tranquilamente no había de que temer no todos eran iguales ¿o si? ¿Esto cambiarían las cosas? Negué con la cabeza y pensé en lo que mi corazón me decía, y no sentía miedo ni nada sabia que de cierta forma era extraño pero era como yo un humano nada mas.

-Yo, mmm bueno…- ¿estaba nerviosa? – Yo todo lo he aprendido de libros y de apuntes que me ha dejado mi padre, mas me hubiera gustado aprender de otra forma, ¿Quizás tu me puedas enseñar y ayudar? – levante los hombros de forma inocente y tranquilizandome no seria yo quien comensaria a juzgar a las personas por su estrato social, y el me parecía tan agradable, tan simpático y con ganas de aprender cosa que me había fascinado, mas que todo… mas que su cara, mas que su personalidad, quiero aprender algo que tan pocos logran enseñar.

- Pareces un experto – reí tontamente – bien tu dime cual necesitas frescas, cuales no, y bueno donde podemos conseguir las que no tengo en mi laboratorio – dije apuntando a una puerta que casi no se veía, estaba detrás del gran meson y camuflada con un cuadro de un árbol mitad seco, mitad florecido – Es necesario que sepas, que yo voy en busca de mis hierbas el contacto con la naturaleza es algo que me inspira dándole así un toque personal a cada fragancia, si no te molesta podemos ir juntos en aquella búsqueda – torcí a medias la boca por que a veces era mal visto aquello, los perfumistas solo eran eso creadores de fragancias, pero yo era diferente me gustaba investigar ir yo misma a cortar las hierbas no pedirlas por encargo, yo era las que le daba un tratamiento efectivo para que asi pudiera todo ser perfecto, suspire pensando en aquello y quede a la expectativa de que diría mi nuevo ¿Amigo? ¿aprendiz? ¿Socio?...

Muchas veces pensé que los gitanos no tenían modales, tanto por lo que podía ver, como lo que acostumbraba mi clientela a decir sobre ellos, que eran unos ladrones, sucios, sabían leer la mano, ver el futuro en fin di un suspiro, y mire a Lionel mientras pensaba en como seria la vida de él, como gitano, ladee la cabeza suavemente mientras pensaba en una infinidad de cosas, hierbas frescas, hierbas secas, mi laboratorio, el lugar que mejor conocía y en el que me sentía más segura en el mundo, mas era más espacioso y agradable el laboratorio que tenía en la mansión, era la viva imagen del antiguo laboratorio de mi padre, di un suspiro y quede mirando la puerta que daba a la otra habitación un lugar oculto, pero más vivo que yo misma.

-No me importa lo que eres o lo que no, me importa lo que deseas ahora, crear un perfume – añadí levantando mis hombros no quería que se sintiera incomodo y si bien ya esta confiando de el tenia que así seguir el curso, uno natural de las cosas, hablo de su padre y de mujeres que creaban perfumes – Yo aprendí con el tiempo, antes pensaba que solo era un juego y me entretenía haciendo ahora me entretengo haciendo, lo que más me apasiona, un perfume – añadí mientras me tomaba mis manos pensando en que teníamos que ir en busca de hierbas, las que el quisiese después de tener todo haría la separación, claro el seria el del punto final.

- yo, quiero conocer la nocturne, como crece, como es, que la rodea quiero verla ahí en la tierra plantada – suspire y sonreí ampliamente me estaba emocionando aun más de lo que ya estaba - quiero mostrarle mi laboratorio, tanto aquel como el que está en mi mansión, quiero que vea las hierbas que hay en él y que conozca con que trabajaremos; y también quiero acompañarlo al bosque y ver aquel lugar lleno de hierbas – tome uno de los pañuelos que aun estaba ahí sobre el mesón y lo lleve a mi nariz inspire profundamente y mire al gitano – Claro tendré que ponerme una vestimenta más ligera y un calzado mas cómodo como para ir al bosque y en cuanto a su invitación acepto su invitación para ir a cenar – aquello no era un atrevimiento, al menos yo así no lo veía, aunque debía admitir que aquella invitación me había tomado por sorpresa y eso me había hecho sonrojar y muy notoriamente, suspire y me mordí el labio suavemente calmando el sonrojo de mi rostro.

- Creo que primero tendríamos que pasar por la mansión para ir con nuestra búsqueda – eso me hacía pensar en la cena, así podría saber más de aquel gitano tan educado y debía admitir era guapo, misterioso y encantador. -¿Qué hacemos primero? estoy a su dispocision – termine por preguntar.