AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
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Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Por una vez el día no es del todo gris, París Emhyr lo había definido como un lugar gris y frío. Un otoño diferente a otros lugares, a pesar de que había estado en lugares bien fríos, sus cielos solían están bien despejados, pero París carecía de una cierta luz que solo se encontraba en tierra del sur, incluso en su tierra.
Tumbado sobre la verde hierba que crecía en los alrededores de aquella laguna, Emhyr había perdido la noción del tiempo, no sabía si era por sus meditaciones, o los efectos del fumado opio que había ganado en un juego de cartas.
Sus extremidades extendidas se encontraban, relajado, de vez en cuando sus dedos se movían para notar el tacto de la húmeda, y sus labios exhalaba el humo que tomaba de aquella pipa, aunque ya hacía hora que la pipa había desaparecido en algún lugar que él no recordaba y que el humo dejaba de dibujar extrañas formas en él aire.
Sus pies estaban descalzos, y su abrigo bien extendido sobre el suelo a modo manta donde su cuerpo estaba soportado.
De vez en cuando sus pensamientos se detenían a tan solo describir las sensaciones que en el momento estaba viviendo, en el presente... El sonido de las aguas de la oscura laguna que se balancean en un calmado vaivén, en la leve y fría brisa que hacía que su piel se erizase por un instante, las nubes recorriendo un cielo que a veces se asomaba azulado en aquella mañana...
Todos aquellos pensamientos del ahora, se veía por un motivo, alejar aquellos que tanto le preocupaba.
Hacía una noche que no había vuelto al cementerio con su compañera, y que aquella noche misma noche la había pasado despierto deambulando de un lado a otro como una misera alma en pena, ¿motivo? Se había encontrado con la causante de alguna de sus mordeduras, de nuevo sus labios había saboreados los de ella, una sílfide mortífera y dolorosamente placentera en su tacto.
La odiaba, pero a la vez le obsesionaba, no la amaba, pero ella despertaba sus más oscuros deseos de lujuria basados en aquella mezcla del doloroso placer.
En aquel estado donde la lucidez era de menos, el opio seguía presente en su mente y calmándole, a Emhyr le había parecido oír unas cuantas aves en su revoloteo mañanero entre los cercanos árboles, pero aquello era de menos, el tiempo parecía más lento de lo habitual, incluso cuando alzo por un instante su mano como queriendo alcanzar el cielo, este efecto le pareció mas evidente.
Había que admitir, que Emhyr parecía que estaba huyendo de algo, desde la noche anterior, y así lo era. Necesitaba aclarar sus ideas respecto al mundo, y como consecuencia había terminado en aquel estado entre lo real e irreal, sin establecer algo claro.
De nuevo había vuelto a verla a ella, con aquel cabello rojo y en aquella sala dorada, de nuevo los aullidos y los susurros acusadores “Bruja, bruja”, el fuego acariciaba su cuerpo pálido como si de lengua rojizas se tratasen, no la dañaban sino se balanceaban rozando su piel delicadamente.
Ella alargaba con aquella sonrisa enigmática su mano para rozarle. “Emhyr” le llamaba una y otra vez. Cuando sus dedos rozaron su piel, sus cabellos rojos se volvieron oscuros y su tez morena, el rostro que tenía ante él era el de su propia madre, y sus lagrimas no eran cristalinas, el rojo escarlata invadió su rostro.
Sobresaltado y con la cabeza aletardada Emhyr, despertó del sueño con el corazón acelerado, inclinando su cuerpo, quedando sentado, comenzó a toser.
Cuando terminó de toser, su rostro quedo escondido entre sus manos, por un instante su cabeza aun seguido nublado por los efectos ya casi perdido de la droga.
Tumbado sobre la verde hierba que crecía en los alrededores de aquella laguna, Emhyr había perdido la noción del tiempo, no sabía si era por sus meditaciones, o los efectos del fumado opio que había ganado en un juego de cartas.
Sus extremidades extendidas se encontraban, relajado, de vez en cuando sus dedos se movían para notar el tacto de la húmeda, y sus labios exhalaba el humo que tomaba de aquella pipa, aunque ya hacía hora que la pipa había desaparecido en algún lugar que él no recordaba y que el humo dejaba de dibujar extrañas formas en él aire.
Sus pies estaban descalzos, y su abrigo bien extendido sobre el suelo a modo manta donde su cuerpo estaba soportado.
De vez en cuando sus pensamientos se detenían a tan solo describir las sensaciones que en el momento estaba viviendo, en el presente... El sonido de las aguas de la oscura laguna que se balancean en un calmado vaivén, en la leve y fría brisa que hacía que su piel se erizase por un instante, las nubes recorriendo un cielo que a veces se asomaba azulado en aquella mañana...
Todos aquellos pensamientos del ahora, se veía por un motivo, alejar aquellos que tanto le preocupaba.
Hacía una noche que no había vuelto al cementerio con su compañera, y que aquella noche misma noche la había pasado despierto deambulando de un lado a otro como una misera alma en pena, ¿motivo? Se había encontrado con la causante de alguna de sus mordeduras, de nuevo sus labios había saboreados los de ella, una sílfide mortífera y dolorosamente placentera en su tacto.
La odiaba, pero a la vez le obsesionaba, no la amaba, pero ella despertaba sus más oscuros deseos de lujuria basados en aquella mezcla del doloroso placer.
En aquel estado donde la lucidez era de menos, el opio seguía presente en su mente y calmándole, a Emhyr le había parecido oír unas cuantas aves en su revoloteo mañanero entre los cercanos árboles, pero aquello era de menos, el tiempo parecía más lento de lo habitual, incluso cuando alzo por un instante su mano como queriendo alcanzar el cielo, este efecto le pareció mas evidente.
Había que admitir, que Emhyr parecía que estaba huyendo de algo, desde la noche anterior, y así lo era. Necesitaba aclarar sus ideas respecto al mundo, y como consecuencia había terminado en aquel estado entre lo real e irreal, sin establecer algo claro.
De nuevo había vuelto a verla a ella, con aquel cabello rojo y en aquella sala dorada, de nuevo los aullidos y los susurros acusadores “Bruja, bruja”, el fuego acariciaba su cuerpo pálido como si de lengua rojizas se tratasen, no la dañaban sino se balanceaban rozando su piel delicadamente.
Ella alargaba con aquella sonrisa enigmática su mano para rozarle. “Emhyr” le llamaba una y otra vez. Cuando sus dedos rozaron su piel, sus cabellos rojos se volvieron oscuros y su tez morena, el rostro que tenía ante él era el de su propia madre, y sus lagrimas no eran cristalinas, el rojo escarlata invadió su rostro.
Sobresaltado y con la cabeza aletardada Emhyr, despertó del sueño con el corazón acelerado, inclinando su cuerpo, quedando sentado, comenzó a toser.
Cuando terminó de toser, su rostro quedo escondido entre sus manos, por un instante su cabeza aun seguido nublado por los efectos ya casi perdido de la droga.
Última edición por Emhyr Van Emreys el Lun Dic 20, 2010 1:02 pm, editado 2 veces
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
La fría noche por fin había pasado.En aquel mausoleo que rebosaba dudas y dolor por los cuatro costados no hubo ninguna fuerza que hubiera sido capaz en esas largas horas de hacerme caer en un profundo sueño. Aun que era lo que deseaba con todas mis fuerzas, incluso en ese momento en el cual me disponía a vestirme con aquellos harapos marrones llenos de descosidos y los zapatos viejos de los que nunca me desprendería.
Las luz inundó mis sentidos, era una mañana esplendida para no pensar en nada -o para pensar en todo- y no podía desaprovecharla en aquella noche eterna que el mausoleo me brindaba. Con disimulo, lentamente, pero sin pausa alguna, salí del cementerio sin rumbo determinado. Mis pies me pasearon por las calles de París a primera hora de la mañana, cuando la gente comenzaba a despertarse. Todo parecía diferente cuando lo primero que ves es un cielo azul despejado coronado por un Sol todavía dormido. Para mi aquel día posiblemente era uno de aquellos días en los que la paz inundaba todo mi ser haciendo que olvidara las penurias que existían en aquel mundo determinado por las rentas.
Necesitaba tranquilidad. Paz, un lugar donde nadie en un día normal como lo era aquel iría. Pero mi mente viajaba por aquel estado de ensoñación causada por el sueño y la indiferencia hacia el mundo que me rodeaba. Sin saber como las casa fueron desapareciendo a cada paso que daba. El caso de la ciudad fue sustituido casi por arte de brujería por un espacio verde que rebosaba vida. El césped se extendía delante de mi, fundiéndose luego con unas aguas oscuras que temblaban ante los rayos del sol. Los pájaros comenzaban a alzar su vuelo. Yo también quería volar.
Entrando en aquel cuadro ajeno a todo cambio, me quité los zapatos y pisé aquella húmeda hierva. Hubiera sido un buen lugar para componer.
Miré el cielo, respiré hondo.
Algo hizo que me despertara de repente de aquella ensoñación e hiciera que mi mente volviese a la realidad de la que había huido por temor al dolor. Mi rostro mostró el cansancio que sentía por aquel hastío. Algo en aquel paisaje sobraba ,posiblemente yo también.
A lo lejos, casi al pie de aquel embalse de agua la figura de un hombre se hizo visible para mi. en un principio dudé de quien podía ser o de si debía acercarme o no. Pero luego comprendí que el destino o quizás el deseo tan fuerte de volverlo a ver me había conducido hasta el lugar donde se encontraba. ¿Casualidad? Daba igual lo que fuera. Él estaba allí.
Anduve por la hierba otoñal de aquella laguna, casi sin pestañear por miedo a que aquella magnifica visión desapareciera de mi vista mientras en mi mente su nombre se repetía sin cesar. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él, me di cuenta de que aquella esfera que me había rodeado llena de felicidad se había transformado en una de miedo, de duda. Me quedé tras él, contemplando su espalda como si fuera una imagen divina. Abrí la boca para hablar, pero no sabía muy bien como empezar. ¿Que tal...haberse ido dejándome solo una carta?
-Creí que era yo la que dejaba cartas para despedirse.- empecé a decir casi en un susurro intentando no romper aún más aquella paz.- Estaba preocupada, me tenías y me tienes preocupada.
Aun que las palabras sobraban en aquel momento, notaba su crispación, su turbación y el aroma a opio impregnado en sus ropas. Quise marcharme, para así no interrumpir nada de lo que estuviera haciendo o iba a hacer en aquel lugar. No pude.
En vez de marcharme por el mismo camino por el que había venido me senté a su lado, con las piernas estiradas, mirando a un punto fijo en el centro de aquellas aguas.No me atrevía a mirarle a la cara, no me atevía a preguntarle la verdadera razón de su partida.
Las luz inundó mis sentidos, era una mañana esplendida para no pensar en nada -o para pensar en todo- y no podía desaprovecharla en aquella noche eterna que el mausoleo me brindaba. Con disimulo, lentamente, pero sin pausa alguna, salí del cementerio sin rumbo determinado. Mis pies me pasearon por las calles de París a primera hora de la mañana, cuando la gente comenzaba a despertarse. Todo parecía diferente cuando lo primero que ves es un cielo azul despejado coronado por un Sol todavía dormido. Para mi aquel día posiblemente era uno de aquellos días en los que la paz inundaba todo mi ser haciendo que olvidara las penurias que existían en aquel mundo determinado por las rentas.
Necesitaba tranquilidad. Paz, un lugar donde nadie en un día normal como lo era aquel iría. Pero mi mente viajaba por aquel estado de ensoñación causada por el sueño y la indiferencia hacia el mundo que me rodeaba. Sin saber como las casa fueron desapareciendo a cada paso que daba. El caso de la ciudad fue sustituido casi por arte de brujería por un espacio verde que rebosaba vida. El césped se extendía delante de mi, fundiéndose luego con unas aguas oscuras que temblaban ante los rayos del sol. Los pájaros comenzaban a alzar su vuelo. Yo también quería volar.
Entrando en aquel cuadro ajeno a todo cambio, me quité los zapatos y pisé aquella húmeda hierva. Hubiera sido un buen lugar para componer.
Miré el cielo, respiré hondo.
Algo hizo que me despertara de repente de aquella ensoñación e hiciera que mi mente volviese a la realidad de la que había huido por temor al dolor. Mi rostro mostró el cansancio que sentía por aquel hastío. Algo en aquel paisaje sobraba ,posiblemente yo también.
A lo lejos, casi al pie de aquel embalse de agua la figura de un hombre se hizo visible para mi. en un principio dudé de quien podía ser o de si debía acercarme o no. Pero luego comprendí que el destino o quizás el deseo tan fuerte de volverlo a ver me había conducido hasta el lugar donde se encontraba. ¿Casualidad? Daba igual lo que fuera. Él estaba allí.
Anduve por la hierba otoñal de aquella laguna, casi sin pestañear por miedo a que aquella magnifica visión desapareciera de mi vista mientras en mi mente su nombre se repetía sin cesar. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él, me di cuenta de que aquella esfera que me había rodeado llena de felicidad se había transformado en una de miedo, de duda. Me quedé tras él, contemplando su espalda como si fuera una imagen divina. Abrí la boca para hablar, pero no sabía muy bien como empezar. ¿Que tal...haberse ido dejándome solo una carta?
-Creí que era yo la que dejaba cartas para despedirse.- empecé a decir casi en un susurro intentando no romper aún más aquella paz.- Estaba preocupada, me tenías y me tienes preocupada.
Aun que las palabras sobraban en aquel momento, notaba su crispación, su turbación y el aroma a opio impregnado en sus ropas. Quise marcharme, para así no interrumpir nada de lo que estuviera haciendo o iba a hacer en aquel lugar. No pude.
En vez de marcharme por el mismo camino por el que había venido me senté a su lado, con las piernas estiradas, mirando a un punto fijo en el centro de aquellas aguas.No me atrevía a mirarle a la cara, no me atevía a preguntarle la verdadera razón de su partida.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 31/08/2010
Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Sus manos continuaron allí escondiendo su expresión, era ajeno a todo, la cabeza continuaba yendole demasiado lento para asimilar aquello que le rodeaba.
Sus dedos se despegaron de su rostro, y dejo ver sus ojos un instante, para fijar tan solo la vista en ella. Al principio le pareció una visión borrosa, fuera de la realidad, como habían sido aquellos extraños sueños. Penso que probablemente causado por el opio, pero aquella ilusión le estaba hablando así que debía ser real.
¿Cómo le habría encontrado?
Cuando escucho sus palabras, dejo caer sus manos para apoyarse en ella siguiendo sentado, su rostro se desvió y la mirada evitaba el mirarla, ahora el miraba el cielo alzando su cabeza. Meditativo, demasiado meditativo, y un poco ido a causa de la droga, aun no había conseguido quitarse los efectos.
-Mi intención no era despedirme, solo ausentarme. Iba a volver al anochecer, pero tuve un pequeño percance, lo solucioné, puedes estar tranquila. -Dijo tan solo, demasiado relajado.
Ella se sentó a su lado, él lo notó.
Era ciertas sus palabras, solo iba ausentarse y volver al cementerio al anochecer con un poco de dinero para poder arreglar su viviendo improvisada, pero en el camino sus fantasmas pasados reaparecieron en forma de mujer.
Por un instante Emhyr recordó a la vampira que había bebido de él en España, su comienzó de su obsesión. Como ella simplemente ahora era un criatura que lamentaba su existencia, que deseaba el calor que él podría proporcionarle, podría hacerle recordar su humanidad, amarla incluso, ella parecía corresponder, pero Emhyr en aquellos momentos pensó que no podría ser capaz de amar, ya que aquel sentimiento le convertía en alguien temoroso y con demasiadas dudas. Además, él no la amaba, solo el deseo de la lujuría y la lastima hacia ella, le había echo quedarse la noche anterior.
Un escalofrío recorrio su cuerpo con el recuerdo. Era un cobarde, simplemente no ahbía vuelto al cementerio por lo sucedido y había huído como un necio de Nimue.
-Puedo imaginármelo, aunque no te preocupes, puedo cuidarme solo... Llevo más de trece año cuidandome solo e intendo salvar mi pellejo de... todo...-Sus palabras se interrumpieron, por poco se le fue a escapar de aquello de lo que huía, su lengua estaba demasiado suelta.
Suspiró relajado al sentir que no había llegado a decir nada, que su cabeza estaba recuperando la razón aunque el estado de después de tomar aquella dosis, creaba en él relajación y cierto pesimismo.
Emhyr miró las aguas del lago.
-Lo siento.
Si, aquello había sonado realmente arrepentido. Ella no tenía la culpa de lo que le había ocurrido, ni del estado en el que él mismo se había sometido.
Sus dedos se despegaron de su rostro, y dejo ver sus ojos un instante, para fijar tan solo la vista en ella. Al principio le pareció una visión borrosa, fuera de la realidad, como habían sido aquellos extraños sueños. Penso que probablemente causado por el opio, pero aquella ilusión le estaba hablando así que debía ser real.
¿Cómo le habría encontrado?
Cuando escucho sus palabras, dejo caer sus manos para apoyarse en ella siguiendo sentado, su rostro se desvió y la mirada evitaba el mirarla, ahora el miraba el cielo alzando su cabeza. Meditativo, demasiado meditativo, y un poco ido a causa de la droga, aun no había conseguido quitarse los efectos.
-Mi intención no era despedirme, solo ausentarme. Iba a volver al anochecer, pero tuve un pequeño percance, lo solucioné, puedes estar tranquila. -Dijo tan solo, demasiado relajado.
Ella se sentó a su lado, él lo notó.
Era ciertas sus palabras, solo iba ausentarse y volver al cementerio al anochecer con un poco de dinero para poder arreglar su viviendo improvisada, pero en el camino sus fantasmas pasados reaparecieron en forma de mujer.
Por un instante Emhyr recordó a la vampira que había bebido de él en España, su comienzó de su obsesión. Como ella simplemente ahora era un criatura que lamentaba su existencia, que deseaba el calor que él podría proporcionarle, podría hacerle recordar su humanidad, amarla incluso, ella parecía corresponder, pero Emhyr en aquellos momentos pensó que no podría ser capaz de amar, ya que aquel sentimiento le convertía en alguien temoroso y con demasiadas dudas. Además, él no la amaba, solo el deseo de la lujuría y la lastima hacia ella, le había echo quedarse la noche anterior.
Un escalofrío recorrio su cuerpo con el recuerdo. Era un cobarde, simplemente no ahbía vuelto al cementerio por lo sucedido y había huído como un necio de Nimue.
-Puedo imaginármelo, aunque no te preocupes, puedo cuidarme solo... Llevo más de trece año cuidandome solo e intendo salvar mi pellejo de... todo...-Sus palabras se interrumpieron, por poco se le fue a escapar de aquello de lo que huía, su lengua estaba demasiado suelta.
Suspiró relajado al sentir que no había llegado a decir nada, que su cabeza estaba recuperando la razón aunque el estado de después de tomar aquella dosis, creaba en él relajación y cierto pesimismo.
Emhyr miró las aguas del lago.
-Lo siento.
Si, aquello había sonado realmente arrepentido. Ella no tenía la culpa de lo que le había ocurrido, ni del estado en el que él mismo se había sometido.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Escuché sus palabras en un silencio absoluto, hasta dejé de respirar unos segundos intentando volver a aquella paz y alejarme de todo aquel pensamiento que me angustiaban. pasaron unos minutos, los cuales escogí poco a poco las palabras que iba decir. No quería parecer enfadada, ni preocupada, ni nada que pudiera dejar entre ver aquellos sentimientos que afloraban cada vez que él aparecía en escena.
Crucé las piernas, una de mis manos comenzó a jugar con alguna de las hojas caídas que tenía cerca. Las palabras no salían de mi boca, me veía incapaz de hablar. Podía intuir, o más bien lo sabía por experiencia, de que él ocultaba algo. Aun que quizás solo fueran insignificantes suposiciones.
-Bueno, no hay que lamentarse nada. Ni pedir perdón.Al fin y al cabo solo queremos protección y calor mutuo y tu tienes todo el derecho de buscarlo en otro lado ya que yo no te puedo ofrecer aquello que anhelas.- mi voz sonaba seca, distante.-Aun que no te perdonaría que huyeses de mi como yo lo hice en su momento.- Aun que no sabía muy bien del por qué debían de hacerlo.
Suspiré, en el fondo sentía una curiosidad tremenda de saber lo que había hecho. pero pensé que, el saber aun que no ocupa lugar puede acarrear consecuencias desagradables. El silencio se hizo de nuevo entre los dos, tan solo el ruido de la vida que nos rodeaba inundaba mis oídos. El día era esplendido, pero yo me sentía peor que nunca. El sueño me había perturbado la mente seriamente y la forma de ver el mundo. El saber que existían cosas que se escapaban de mi entendimiento habían cambiado mi forma de ser radicalmente. Emhyr me había vuelto débil. Y yo le odiaba por eso.
-Esta mañana me he levantado con ánimos de independencia.Volver a aquella pensión no es buena idea. Pero quizás me reconcilie con mi antiguo compañero. Siento que todos los problemas que estás teniendo en parte son por acarrear con el peso de tener que proteger a alguien débil. No sería justo que por ello perdieras las oportunidades que te puede brindar el destino para conseguir lo que más ansias tener.
Aun que dijera aquello, sabía que no iba a volver al lado de Calé y que posiblemente mis palabras se las llevara aquella brisa al otro lado de la laguna. Pero lo cierto es que yo me sentía una carga para él. Algo que le traería problemas. más de los que ya debía tener.
Recordé las palabras de Calé "Vas a llegar lejos en esta vida" me dijo una noche cuando acababa de robar a un viejo ricachón. Pero yo ya no tenía ganas de llegar a ningún lado. Todo el optimismo con el que me había levantado desapareció en cuestión de segundos.
-Dime una cosa. ¿Has pensado de veras en las consecuencias que puede llegar a tener la vida eterna? ¿Quieres convertirte a caso en un ser despiadado como el que nos asaltó la otra noche? Verás morir a todos aquellos que un día te importaron y que te importarán a lo largo de tu misera existencia. No morirás, pero no creo que vivas tampoco.- callé al comprender que aquellas cosas no eran de mi incumbencia.-Perdona, no debería entrometerme en el objetivo de tu vida. Pero me preocupa el perderte.No sabes la noche en vela que e pasado pensando que alguna de esas inmortales te podría haber hecho algo.No dejaba de imaginarme que todo el calor que me des podría desvanecerse.
Todo lo que decía eran pensamientos sin conexión que había tenido a lo largo de la noche y que comencé a decir más por desahogarme que por entablar conversación con él. mi mano inconscientemente buscó la suya, pero se quedó tendida en el césped a medio camino.
Crucé las piernas, una de mis manos comenzó a jugar con alguna de las hojas caídas que tenía cerca. Las palabras no salían de mi boca, me veía incapaz de hablar. Podía intuir, o más bien lo sabía por experiencia, de que él ocultaba algo. Aun que quizás solo fueran insignificantes suposiciones.
-Bueno, no hay que lamentarse nada. Ni pedir perdón.Al fin y al cabo solo queremos protección y calor mutuo y tu tienes todo el derecho de buscarlo en otro lado ya que yo no te puedo ofrecer aquello que anhelas.- mi voz sonaba seca, distante.-Aun que no te perdonaría que huyeses de mi como yo lo hice en su momento.- Aun que no sabía muy bien del por qué debían de hacerlo.
Suspiré, en el fondo sentía una curiosidad tremenda de saber lo que había hecho. pero pensé que, el saber aun que no ocupa lugar puede acarrear consecuencias desagradables. El silencio se hizo de nuevo entre los dos, tan solo el ruido de la vida que nos rodeaba inundaba mis oídos. El día era esplendido, pero yo me sentía peor que nunca. El sueño me había perturbado la mente seriamente y la forma de ver el mundo. El saber que existían cosas que se escapaban de mi entendimiento habían cambiado mi forma de ser radicalmente. Emhyr me había vuelto débil. Y yo le odiaba por eso.
-Esta mañana me he levantado con ánimos de independencia.Volver a aquella pensión no es buena idea. Pero quizás me reconcilie con mi antiguo compañero. Siento que todos los problemas que estás teniendo en parte son por acarrear con el peso de tener que proteger a alguien débil. No sería justo que por ello perdieras las oportunidades que te puede brindar el destino para conseguir lo que más ansias tener.
Aun que dijera aquello, sabía que no iba a volver al lado de Calé y que posiblemente mis palabras se las llevara aquella brisa al otro lado de la laguna. Pero lo cierto es que yo me sentía una carga para él. Algo que le traería problemas. más de los que ya debía tener.
Recordé las palabras de Calé "Vas a llegar lejos en esta vida" me dijo una noche cuando acababa de robar a un viejo ricachón. Pero yo ya no tenía ganas de llegar a ningún lado. Todo el optimismo con el que me había levantado desapareció en cuestión de segundos.
-Dime una cosa. ¿Has pensado de veras en las consecuencias que puede llegar a tener la vida eterna? ¿Quieres convertirte a caso en un ser despiadado como el que nos asaltó la otra noche? Verás morir a todos aquellos que un día te importaron y que te importarán a lo largo de tu misera existencia. No morirás, pero no creo que vivas tampoco.- callé al comprender que aquellas cosas no eran de mi incumbencia.-Perdona, no debería entrometerme en el objetivo de tu vida. Pero me preocupa el perderte.No sabes la noche en vela que e pasado pensando que alguna de esas inmortales te podría haber hecho algo.No dejaba de imaginarme que todo el calor que me des podría desvanecerse.
Todo lo que decía eran pensamientos sin conexión que había tenido a lo largo de la noche y que comencé a decir más por desahogarme que por entablar conversación con él. mi mano inconscientemente buscó la suya, pero se quedó tendida en el césped a medio camino.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Emhyr continuaba con aquella mirada distraía escuchaba con atención cada una de las palabras de ella, asimilándolas más lentamente de lo que debía. No le interrumpió en ningún momento, pero en cuanto ella nombro aquello de “independencia”, no supo si alegrarse de ella, o sentir la tristeza de que la soledad de nuevo iba a llegar a su vida, al menos hasta la siguiente luna llena.
-Si, compañía, calor, protección. -Reafirmo lo dicho anteriormente, estaba demasiado extraño, demasiado serio y silencioso. -Aunque siempre pienso en la posibilidad del algo mas...
Su rostro pro primera vez en aquel día se volvió al de ella, de vez en cuando su mirada huía de la de ella, pero de nuevo y armándose de valentía sus ojos se cruzaban con lo de él.
-Mira Nimue, tu no eres ni serás nunca una carga. Yo no voy a retenerte a mi lado, yo solo te voy a desear lo mejor para ti, y tu eres dueña de tu vida. Sea la elección que tomes, como ahora es la independencia la que ronda por tu mente, yo la respetaré, y me alejaré si así lo deseas.
Él nunca se había replanteado aquella palabras, por un instante callo, aunque no había terminado sus palabras, quiso reflexionar sobre la inmortalidad por instante y decirle lo adecuado. Sintió que no tenía mas remedio que ser sincero realmente con ella. Ella le estaba replanteando aquello, y solo hacía unas noches había deseado la inmortalidad también, y él como respuesta le dijo que el se la concedería. ¿Por qué habría omitido aquello? ¿Lo habría olvidado? En fin, Emhyr pensó que algo había hecho que ella cambiase de idea.
- Recuerdo que me dijiste que te interesaba obtener también la inmortalidad, ahora hablas de ella con cierto recelo, ¿qué te hizo cambiar? Yo por mi parte lo he pensado, y no me importa, aunque la verdad no es la vida eterna ya lo que me van a conceder, sino longevidad. -Con ello estaba afirmando que le había ocultado detalles a ella. -Lo siento si te preocupado, y quiero serte sincero te he mentido en cosas, y creo que debería ser sincero contigo en un montón de cuestiones respecto a mi persona, tengo esa necesidad contigo y no se porque, me quedan unas pocas noches para que realmente si no eres tu la que has huido de mí sea yo quien huya, al menos y espero temporalmente.
-Si, compañía, calor, protección. -Reafirmo lo dicho anteriormente, estaba demasiado extraño, demasiado serio y silencioso. -Aunque siempre pienso en la posibilidad del algo mas...
Su rostro pro primera vez en aquel día se volvió al de ella, de vez en cuando su mirada huía de la de ella, pero de nuevo y armándose de valentía sus ojos se cruzaban con lo de él.
-Mira Nimue, tu no eres ni serás nunca una carga. Yo no voy a retenerte a mi lado, yo solo te voy a desear lo mejor para ti, y tu eres dueña de tu vida. Sea la elección que tomes, como ahora es la independencia la que ronda por tu mente, yo la respetaré, y me alejaré si así lo deseas.
Él nunca se había replanteado aquella palabras, por un instante callo, aunque no había terminado sus palabras, quiso reflexionar sobre la inmortalidad por instante y decirle lo adecuado. Sintió que no tenía mas remedio que ser sincero realmente con ella. Ella le estaba replanteando aquello, y solo hacía unas noches había deseado la inmortalidad también, y él como respuesta le dijo que el se la concedería. ¿Por qué habría omitido aquello? ¿Lo habría olvidado? En fin, Emhyr pensó que algo había hecho que ella cambiase de idea.
- Recuerdo que me dijiste que te interesaba obtener también la inmortalidad, ahora hablas de ella con cierto recelo, ¿qué te hizo cambiar? Yo por mi parte lo he pensado, y no me importa, aunque la verdad no es la vida eterna ya lo que me van a conceder, sino longevidad. -Con ello estaba afirmando que le había ocultado detalles a ella. -Lo siento si te preocupado, y quiero serte sincero te he mentido en cosas, y creo que debería ser sincero contigo en un montón de cuestiones respecto a mi persona, tengo esa necesidad contigo y no se porque, me quedan unas pocas noches para que realmente si no eres tu la que has huido de mí sea yo quien huya, al menos y espero temporalmente.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Sus palabras hicieron que el cielo se tiñeran nuevamente de negro. Yo sabía - o más bien intuía- que él había mentido desde un principio respecto a su persona. Todos lo hacíamos, incluida yo. Pero aún no estaba preparada para escuchar la verdad de nadie. Quería ser feliz en aquel mundo de ilusiones que había creado. Me dispuse a hablar pero un nudo inquebrantable se formó en mi garganta. No tuve más remedio que callar hasta que aquellas de llorar se esfumaron al igual que yo lo había hecho meses atrás de la casa de mi único amigo.
-Y me sigue interesando.- de nuevo mi voz no sonaba del todo sincera. Ni yo misma tenía claro si de verdad quería seguir viviendo en aquel instante. ¿Para que eternidad? ¿Para que longevidad? ¿Para qué sufrir?-Solo que me planteo realmente si con ello tendré lo que realmente deseo.
Hice una pausa. EL huiría después de haber tenido aquello que había venido a buscar en París. Tuve la esperanza de que aquello que tanto anhelaba nunca lo obtuviese. Quería retenerlo allí de la forma más egoísta que había existido en la tierra. Era lo único que tenía, o al menos lo único que creía tener ya que sabía que jamás podría tener nada. Menos a él. Su corazón era libre e independiente, consumido por aquel deseo.
Creí ver mi vida terminar en aquel lugar.
-Y te equivocas. No debes sentir ningún deber moral conmigo por contarme tu pasado. No me interesa lo que fuiste. aun que fue eso lo que me animó en su día a ser tu compañera. Ahora lo único que no me importa es ver como te alejas de irremediablemente de mi. Suena egoísta. Pero tu obsesión por la eternidad . o en este caso, longevidad también es una postura egoísta. Me prometiste que tu me darías aquello que ansiabas. Pero...¿Y lo que yo quiero? No, eso no me lo podrás dar jamás. Y es eso por lo que precisamente, Emhyr, huiré de ti. Y eso por lo que tu también lo harás. soy consciente de que nada te ata a mi, después de haber cumplido tu promesa te irás lejos. Y antes de que me abandones en una eterna soledad, prefiero seguir siendo quien soy y morir sabiendo que un día conocí a alguien que me brindo una limosna de felicidad.
No me veía capaz de continuar hablando, a lo legos el agua de laguna comenzó a inundar mis ojos. Sentía que lo había perdido todo. Incluso a mi misma. No me atrevía a mirar a aquel hombre que tenía al lado. Temía enloquecer. No quería acostumbrarme a su presencia.
-Y me sigue interesando.- de nuevo mi voz no sonaba del todo sincera. Ni yo misma tenía claro si de verdad quería seguir viviendo en aquel instante. ¿Para que eternidad? ¿Para que longevidad? ¿Para qué sufrir?-Solo que me planteo realmente si con ello tendré lo que realmente deseo.
Hice una pausa. EL huiría después de haber tenido aquello que había venido a buscar en París. Tuve la esperanza de que aquello que tanto anhelaba nunca lo obtuviese. Quería retenerlo allí de la forma más egoísta que había existido en la tierra. Era lo único que tenía, o al menos lo único que creía tener ya que sabía que jamás podría tener nada. Menos a él. Su corazón era libre e independiente, consumido por aquel deseo.
Creí ver mi vida terminar en aquel lugar.
-Y te equivocas. No debes sentir ningún deber moral conmigo por contarme tu pasado. No me interesa lo que fuiste. aun que fue eso lo que me animó en su día a ser tu compañera. Ahora lo único que no me importa es ver como te alejas de irremediablemente de mi. Suena egoísta. Pero tu obsesión por la eternidad . o en este caso, longevidad también es una postura egoísta. Me prometiste que tu me darías aquello que ansiabas. Pero...¿Y lo que yo quiero? No, eso no me lo podrás dar jamás. Y es eso por lo que precisamente, Emhyr, huiré de ti. Y eso por lo que tu también lo harás. soy consciente de que nada te ata a mi, después de haber cumplido tu promesa te irás lejos. Y antes de que me abandones en una eterna soledad, prefiero seguir siendo quien soy y morir sabiendo que un día conocí a alguien que me brindo una limosna de felicidad.
No me veía capaz de continuar hablando, a lo legos el agua de laguna comenzó a inundar mis ojos. Sentía que lo había perdido todo. Incluso a mi misma. No me atrevía a mirar a aquel hombre que tenía al lado. Temía enloquecer. No quería acostumbrarme a su presencia.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
-¿Deber moral? -Emhyr rió irónico, era extraño que riera de aquel modo, ella su mano estaba allí parada en el césped, éste fue conciente de ello y por ello la tomo. -Dudo que yo siga una moral, o sea por compromiso por lo que siga a tu lado. Creo que es algo mas profundo y que mi entendimiento no ha llegado comprender, lo que une mi destino al tuyo, y yo al menos por mi parte no tenga deseos de romperlo.
Dijo con suavidad. El cielo continuaba en aquel azul claro y despejado de nubes, era un perfecto día soleado, pero a Emhyr parecía un extraño día gris, extraño, un día decisivo para muchos.
Emhyr quedo en silencio un instante, agacho su rostro, sintiendo como unas espinas se enredaban en su interior pinchandole fuertemente en el pecho, creando un estado de malestar y culpabilidad. No le gustaba verla en ese estado, y todo porque él no tenía las ideas claras respecto a nada, y por una vez en la vida se había sentido cobarde a la hora de lanzarse respecto a ella.
-Si lo admitó soy un egoísta, pero esa postura, me ha salvado infinidad de veces. -Esta vez no le miraba. -Aunque pienso que contigo estoy haciéndo uan extraña excepción movido por mis emociones, porque si no fuese así, aquella primera noche que estuvimos en la pensión hubiese tomado tu cuerpo, simplemente para sentir el calor de tu piel, el deseo lujurioso, y él que se hubiese marchado de allí, hubiese sido yo, sin dejar una nota como hiciste. Lo sé perfectamente, porque en ese aspecto soy predecible, y es lo que siempre hago cuando me siento atraído por una mujer. Pero esta vez siento que no es algo físico solamente, es algo más... No podría explicarlo.
Sus manos se movieron gesticulando, su gesto serio se suavizo mirándola con un aire cálido.
Su mano se poso en la espalda de ella, y la rozo cuidadose y acariciante. Ella continuaba llorando.
Emhyr se lo pensaba una y otra vez, si aquello era algo mas que físico y si deseaba darle la inmortalidad que él iba a tener, ¿por qué no arriesgarse y dar un paso mas? Era un cobarde, por un temor que ya le perseguía desde el pasado y era construir algo que le hicese sentir lo suficientemente feliz, y que de nuevo se lo arrebatase.
-Nimue... Hay un aspecto en el que te equivocas. -Esta vez se dirigió a ella, tomando su rostro. Sus dedos cálidos, acariciaron sus humedas mejillas llevabas por aquellas cascadas de lagrimas que sus ojos brillante emanaban. -Yo no te daría la inmortalidad o que tu vida no fuese mas larga, si no quisiera compartir ello contigo... Por ello si me es importante que sepas que soy realmente, porque quiero que sepas a lo que puedes enfrentarte, quiero que elijas bien, porque siento que te mereces lo mejor.
Sus ojos castaños buscaron los de ella ansioso, incluso sintió la necesidad de besar sus labios en busca de consolarla o mostrarle de algun modo que aquel sentimiento extraño que lo confundía y no se atrevía a nombrar de algun modo era verdadero.
Dijo con suavidad. El cielo continuaba en aquel azul claro y despejado de nubes, era un perfecto día soleado, pero a Emhyr parecía un extraño día gris, extraño, un día decisivo para muchos.
Emhyr quedo en silencio un instante, agacho su rostro, sintiendo como unas espinas se enredaban en su interior pinchandole fuertemente en el pecho, creando un estado de malestar y culpabilidad. No le gustaba verla en ese estado, y todo porque él no tenía las ideas claras respecto a nada, y por una vez en la vida se había sentido cobarde a la hora de lanzarse respecto a ella.
-Si lo admitó soy un egoísta, pero esa postura, me ha salvado infinidad de veces. -Esta vez no le miraba. -Aunque pienso que contigo estoy haciéndo uan extraña excepción movido por mis emociones, porque si no fuese así, aquella primera noche que estuvimos en la pensión hubiese tomado tu cuerpo, simplemente para sentir el calor de tu piel, el deseo lujurioso, y él que se hubiese marchado de allí, hubiese sido yo, sin dejar una nota como hiciste. Lo sé perfectamente, porque en ese aspecto soy predecible, y es lo que siempre hago cuando me siento atraído por una mujer. Pero esta vez siento que no es algo físico solamente, es algo más... No podría explicarlo.
Sus manos se movieron gesticulando, su gesto serio se suavizo mirándola con un aire cálido.
Su mano se poso en la espalda de ella, y la rozo cuidadose y acariciante. Ella continuaba llorando.
Emhyr se lo pensaba una y otra vez, si aquello era algo mas que físico y si deseaba darle la inmortalidad que él iba a tener, ¿por qué no arriesgarse y dar un paso mas? Era un cobarde, por un temor que ya le perseguía desde el pasado y era construir algo que le hicese sentir lo suficientemente feliz, y que de nuevo se lo arrebatase.
-Nimue... Hay un aspecto en el que te equivocas. -Esta vez se dirigió a ella, tomando su rostro. Sus dedos cálidos, acariciaron sus humedas mejillas llevabas por aquellas cascadas de lagrimas que sus ojos brillante emanaban. -Yo no te daría la inmortalidad o que tu vida no fuese mas larga, si no quisiera compartir ello contigo... Por ello si me es importante que sepas que soy realmente, porque quiero que sepas a lo que puedes enfrentarte, quiero que elijas bien, porque siento que te mereces lo mejor.
Sus ojos castaños buscaron los de ella ansioso, incluso sintió la necesidad de besar sus labios en busca de consolarla o mostrarle de algun modo que aquel sentimiento extraño que lo confundía y no se atrevía a nombrar de algun modo era verdadero.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Su mano se posó sobre la mía, la cual descansaba sobre aquel césped que nos rodeaba. sus palabras sonaban en la lejanía, como si hablara desde el otro lado del lago. Un lago que se me antojaba pantanoso. Pero sin embargo aquel calor que su mano proporcionó al posarse sobre la mía hizo que todos mis esfuerzos por construir un muro entre ambos quedara destruido. No pude evitar sentir cierta satisfacción cuando su mano recorrió mi espalda. No pude evitar aquella sensación de bien estar cuando tomó mi rostro y mis ojos vidriosos se encontraron con los suyos.
Las lágrimas recorrían por mi rostro hasta fundirse con los poros de piel. Un impulso a que apenas podía remitirse invadió mi ser. Quise besarle tal y como había recordado hacer en otra ocasión guiada por el institno más animal que existia. Pero me detuve, no podía. No podía rendirme ante aquellos exóticos ojos color marrón y luego esperar el abandono mutuo y la soledad absoluta tras sentirme completa. Quería mantenerlo a mi lado, cuidar de él, y aun que yo no fuera su mejor elección en aquella vida llena de miserias, quería intentarlo.
Me dispuse a hablar, pero sus ojos quemaban como cual fuego sobre la piel desnuda de los amantes en una noche solitaria. Le miré, sintiendo como mi corazón latía desbocado por el dolor, por el infinito cariño que sentía hacia él.Paralizada ante él y privada de toda razón por su belleza. Pude haberle besado, le tenía tan cerca...pero aquello no hubiese sido lo correcto. El día era precioso, no iba a ser yo quien lo sumiera en grises nubes.Recordé sus palabras con claridad, aquellos sentimientos que no se podían expresar en voz alta porque eran incapaz de describirse con éstas, pero que sin embargo le robaban el tiempo de su existencia y le hacía plantearse las cosas. No me hubiese importado ser suya por una noche, eso me hubiera bastado para tener algo que buscar y por lo que luchar en esta vida. Quizás hubiese sido lo mejor. Quizás si aquella noche en la triste pensión hubiera dejado llevarse por la lujuria en aquellos momentos no deberíamos tomar ninguna decisión. Apoyé mi cabeza en su brazo, dejando reposar mi cuerpo en su regazo. Mi mano, había rodeado su cuerpo y le apretaba fuerte contra mi. Como si quisiera retenerlo. Como si lo único que me importase era mantenerlo allí, lejos del mundo y muy cerca de mi.
-Te hice una promesa, podría no cumplirla, pero traicionaría lo que soy en realidad. Lo que de verdad quiero, no me imparta si esta aquí o en alguna lejana tierra desconocida. No me importa si tengo que esperar años, solo se que si tu estás a mi lado, sería capaz de dar hasta mi vida. Emhyr, no tienes que darme cuentas de tu pasado. Todos tenemos uno y no muchas veces es de buen gusto recordarlo, pero yo no hubiera huido de ti. Seas lo que hayas sido, te conviertas en lo que te conviertas. Porque mientras que tu creas en ti mismo y no olvides quien eres para mi seguirás siendo Emhyr en tu esencia, y nada, ni si quiera la inmortalidad o la misma muerte, podrá robarle aquello que te caracteriza. Tu esencia es tuya, solo tu puedes ser poseedor de ella. Y eso es lo que yo admiro y por lo que siento un profundo amor. Por ti y no por lo que eres o hayas sido, por lo que eres y por lo que me haces ser a tu lado.
Acabé de hablar mirando al frente, algunas aves alzaron el vuelo y les seguí con la mirada.el cielo era de un azul que nunca antes pude contemplar.
Las lágrimas recorrían por mi rostro hasta fundirse con los poros de piel. Un impulso a que apenas podía remitirse invadió mi ser. Quise besarle tal y como había recordado hacer en otra ocasión guiada por el institno más animal que existia. Pero me detuve, no podía. No podía rendirme ante aquellos exóticos ojos color marrón y luego esperar el abandono mutuo y la soledad absoluta tras sentirme completa. Quería mantenerlo a mi lado, cuidar de él, y aun que yo no fuera su mejor elección en aquella vida llena de miserias, quería intentarlo.
Me dispuse a hablar, pero sus ojos quemaban como cual fuego sobre la piel desnuda de los amantes en una noche solitaria. Le miré, sintiendo como mi corazón latía desbocado por el dolor, por el infinito cariño que sentía hacia él.Paralizada ante él y privada de toda razón por su belleza. Pude haberle besado, le tenía tan cerca...pero aquello no hubiese sido lo correcto. El día era precioso, no iba a ser yo quien lo sumiera en grises nubes.Recordé sus palabras con claridad, aquellos sentimientos que no se podían expresar en voz alta porque eran incapaz de describirse con éstas, pero que sin embargo le robaban el tiempo de su existencia y le hacía plantearse las cosas. No me hubiese importado ser suya por una noche, eso me hubiera bastado para tener algo que buscar y por lo que luchar en esta vida. Quizás hubiese sido lo mejor. Quizás si aquella noche en la triste pensión hubiera dejado llevarse por la lujuria en aquellos momentos no deberíamos tomar ninguna decisión. Apoyé mi cabeza en su brazo, dejando reposar mi cuerpo en su regazo. Mi mano, había rodeado su cuerpo y le apretaba fuerte contra mi. Como si quisiera retenerlo. Como si lo único que me importase era mantenerlo allí, lejos del mundo y muy cerca de mi.
-Te hice una promesa, podría no cumplirla, pero traicionaría lo que soy en realidad. Lo que de verdad quiero, no me imparta si esta aquí o en alguna lejana tierra desconocida. No me importa si tengo que esperar años, solo se que si tu estás a mi lado, sería capaz de dar hasta mi vida. Emhyr, no tienes que darme cuentas de tu pasado. Todos tenemos uno y no muchas veces es de buen gusto recordarlo, pero yo no hubiera huido de ti. Seas lo que hayas sido, te conviertas en lo que te conviertas. Porque mientras que tu creas en ti mismo y no olvides quien eres para mi seguirás siendo Emhyr en tu esencia, y nada, ni si quiera la inmortalidad o la misma muerte, podrá robarle aquello que te caracteriza. Tu esencia es tuya, solo tu puedes ser poseedor de ella. Y eso es lo que yo admiro y por lo que siento un profundo amor. Por ti y no por lo que eres o hayas sido, por lo que eres y por lo que me haces ser a tu lado.
Acabé de hablar mirando al frente, algunas aves alzaron el vuelo y les seguí con la mirada.el cielo era de un azul que nunca antes pude contemplar.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
-Si temes dar el paso, puedes romper tu promesa. Yo te dije que te concedería aquello que iba a tomar cuando yo estuviese preparado y tu.
Ella se apoyo sobre, él, y él permaneció quieto un instante. Sintiendo tan solo aquel tacto, se silencio escuchando sus palabras y notando su cálido contacto que hacía que una sensación agradable apareciese en su interior. Era confortable, y e incluso hacia que el humor mejorara a pesar de que todo parecía estar siendo pintado con extraños colores oscuros y confusos.
Ella por un instante nombró la palabra "amor", Emhyr sintió como algo, un pequeño nervio se removió en su interior y eso hizo que carraspeará. ¿Podría ser ese sentimiento el que él sentía que unía su destino al de ella? Podría ser, pero, si era esa, no solo era agradable ese sentimiento sino que también causaba dudas e incluso miedo a la pérdida.
Ella le miraba, Emhyr opto por deslizar su mano delicadamente por su cabello rojo, así bajando por su espalda y siendo él quien le envolvía con su brazo.
-Me tranquilizan tus palabras. Y piensó que en mucha de las afirmaciones que me acabas de dar, te correspondo, porque yo sé que hay algo que me dice que no debo de separarme de tí, y causa en mí una adicción hacia ti aunque no lo aparezca. La verdad soy difícil en cuanto a mostrar lo que realmente siento, siempre me ha sido mas fácil actuar que mostrar lo que yo realmente soy, y serás la primera en verlo aunque que has empezado a conocer algo mas.
Suspiró, no sabía porque pero estaba más tranquilo. No nombró en ningun momento la palabra "amor", ni se la amaba o la quería, pero indirectamente le estaba exprensando aquello.
Empujandola con él hizo que se tumbase a su lado, y de nuevo aquellos dedos que había acariciado sus cabellos, volvieron a buscarlos para enredarse juguetones en ellos.
El cielo seguía tan azul, alguna nube blanca pertubaba su paz. Emhyr le había gustado su cabello rojo, era muy destacable y había visto pocas mujeres con un cabello así, además no sabía porque, pero no solo aquel sentimiento nuevo le llamaba a quedarse a su lado, incluso su aspecto físico, hermoso y esplendido en aquella mañana le pareció, le atraían profundamente, desde la primera vez que la vió, así fue como por la primera noche que paso con ella se le ocurrió esa gran idea de besarla, pensando que ella caería como las demás pero se encontró con algo distinto y mas apetecible que cualquier otra cosa.
Moviendose a un lado, su otro brazo envolvió su cintura y atrajo el cuerpo de ella al suyo, apegandolo con él y sintiendo su abrazo.
-Oye Nimue, ¿sabes? Soy de noble cuna. -Aquello lo dijo como si nada, seguro que ella se lo tomaría a broma, pero aunque ella no viese necesario que le contase aquello, él sintió la necesidad para que ella comprendiese el motivo del por qué de la longevidad, de por qué huía.
Ella se apoyo sobre, él, y él permaneció quieto un instante. Sintiendo tan solo aquel tacto, se silencio escuchando sus palabras y notando su cálido contacto que hacía que una sensación agradable apareciese en su interior. Era confortable, y e incluso hacia que el humor mejorara a pesar de que todo parecía estar siendo pintado con extraños colores oscuros y confusos.
Ella por un instante nombró la palabra "amor", Emhyr sintió como algo, un pequeño nervio se removió en su interior y eso hizo que carraspeará. ¿Podría ser ese sentimiento el que él sentía que unía su destino al de ella? Podría ser, pero, si era esa, no solo era agradable ese sentimiento sino que también causaba dudas e incluso miedo a la pérdida.
Ella le miraba, Emhyr opto por deslizar su mano delicadamente por su cabello rojo, así bajando por su espalda y siendo él quien le envolvía con su brazo.
-Me tranquilizan tus palabras. Y piensó que en mucha de las afirmaciones que me acabas de dar, te correspondo, porque yo sé que hay algo que me dice que no debo de separarme de tí, y causa en mí una adicción hacia ti aunque no lo aparezca. La verdad soy difícil en cuanto a mostrar lo que realmente siento, siempre me ha sido mas fácil actuar que mostrar lo que yo realmente soy, y serás la primera en verlo aunque que has empezado a conocer algo mas.
Suspiró, no sabía porque pero estaba más tranquilo. No nombró en ningun momento la palabra "amor", ni se la amaba o la quería, pero indirectamente le estaba exprensando aquello.
Empujandola con él hizo que se tumbase a su lado, y de nuevo aquellos dedos que había acariciado sus cabellos, volvieron a buscarlos para enredarse juguetones en ellos.
El cielo seguía tan azul, alguna nube blanca pertubaba su paz. Emhyr le había gustado su cabello rojo, era muy destacable y había visto pocas mujeres con un cabello así, además no sabía porque, pero no solo aquel sentimiento nuevo le llamaba a quedarse a su lado, incluso su aspecto físico, hermoso y esplendido en aquella mañana le pareció, le atraían profundamente, desde la primera vez que la vió, así fue como por la primera noche que paso con ella se le ocurrió esa gran idea de besarla, pensando que ella caería como las demás pero se encontró con algo distinto y mas apetecible que cualquier otra cosa.
Moviendose a un lado, su otro brazo envolvió su cintura y atrajo el cuerpo de ella al suyo, apegandolo con él y sintiendo su abrazo.
-Oye Nimue, ¿sabes? Soy de noble cuna. -Aquello lo dijo como si nada, seguro que ella se lo tomaría a broma, pero aunque ella no viese necesario que le contase aquello, él sintió la necesidad para que ella comprendiese el motivo del por qué de la longevidad, de por qué huía.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Noté su mano acariciar mi pelo, mi espalda, sus palabras acariciaban mis sentidos de una forma dulce que hacía que en mi interior reinara una paz absoluta e impenetrable. Pensé que en aquel momento, ese lago, nada, absolutamente nada, podría hacer desaparecer aquel estado de felicidad y ansiedad que me hacían sentir viva. Cerré los ojos por un instante y sonreí. Debía componer en cuanto tuviera el violín entre mis brazos, quería expresarle al mundo en forma de melodía lo dichosa que me sentía.
Emhyr ejerció una presión sobre mi , tumbándose a mi lado y yo al suyo.Su mano jugeteaba con mi pelo, era una sensación que hacía mucho tiempo que había olvidado. La Hermana Penélope solía hacerlo cuando gritaba en las noches en la oscura habitación del monasterio. No sabía porque en aquel momento me acordé de aquellos actos, muestras de cariño que con el tiempo fueron perdiendo valor y que ahora, e manos de otra persona habían hecho que sintiera lo mismo que cuando era niña: la sensación de tener una persona a tu lado y que ésta no iba a dejarte nunca.
De fondo se escuchó el canto de un pájaro.
El abrazo que Emhyr me proporcionó solo hizo que aflorara aún más todos aquellos sentimientos, sensaciones y recuerdos del pasado. Quería parar el tiempo, vivir en aquella felicidad perpetua. En una paz que posiblemente no iba a volver a tener, odiaba a Cronos por hacer que cada segundo pasara a gran velocidad sin poder detenerlo.
Al escuchar mi nombre giré mi cabeza, de modo que su rostro y el mio quedaron muy cerca.
Miedo,envidia, rechazo, aversión.
Aquellas palabras se dibujaron en mi rostro al descubrir que él era todo aquello que odiaba. Todo aquello a lo que me habían enseñado a odiar, a robar y a apartar de mi vida. Aquello que ansiaba ser , aquello que nunca sería. Quise creer que sus palabras eran una farsa. Pero no había nada en su mirada que me mostrase que así fuera. Quise creer en cualquier cosa antes que en la verdad. Pero si era cierto ¿Por qué había huido? Lo podía haber tenido todo, el mundo en sus manos si era posible. ¿Por qué vagaba por las noches lleno de soledad y amargura como yo? La respuesta aun que quise inventarla y buscarle sentido a sus actos no pude.
-No es cierto...- dije a media voz.- Deja de gastar bromas de mal gusto, no tiene gracia.
En mi mente la figura de un hombre que sonreía de forma canina me sonreía. Cerré los ojos con fuerza.Aun que fuese verdad que él había vivido entre riquezas ya no era así. No podía rendirme a las enseñanzas ni a la avaricia de un hombre que ya no existían en mi vida. Quise convencerme a mi misma de que su situación económica y social no afectarían a mis sentimientos. Pero me sentía fuera de lugar. Yo no pertenecía a su mundo, ni él al mio. Pero era curioso,quizás a eso se podría referir aquella frase "Vas a llegar muy lejos" ignoré aquello al instante. No, definitivamente, fuera la situación que fuera en la que vivía él yo seguiría siendo aquella muchacha que se encontró el primer día en las calles. No me dejaría llevar por la avaricia. Al fin y al cabo yo no había conocido a Emhyr en ningún palacete donde se hospedaba, si no en las calles donde yo había aprendido y crecido. Eso era lo que importaba. Eso y lo que sentía por él nada más. ¿Pero y si Calé seguía por ahí? Estudiando mis pasos y mis actos, y se enteraba de aquello? Vi morir en manos de Calé, llenas de envidia y avaricia, el cuerpo inerte de Emhyr. Abrí los ojos de súbito.
-Dime que es mentira. No sabes lo que dices, esto lo cambia todo. ¿Me oyes? ¡Todo! mi pasado, bueno más bien el presente en el que vivo me alimenta el odio hacia los de tu clase.Y no solo a mi, esto podría suponer tu muerte. Si él se entera...si de verdad puedes poseer algún poder económico si él se entera me va utilizar para llegar hasta ti. Y arrebatarte todo lo que te queda.- dije precipitándome a su historia.-¿Por qué has dejado los lujos de lado? ¿Por la inmortalidad?
Emhyr ejerció una presión sobre mi , tumbándose a mi lado y yo al suyo.Su mano jugeteaba con mi pelo, era una sensación que hacía mucho tiempo que había olvidado. La Hermana Penélope solía hacerlo cuando gritaba en las noches en la oscura habitación del monasterio. No sabía porque en aquel momento me acordé de aquellos actos, muestras de cariño que con el tiempo fueron perdiendo valor y que ahora, e manos de otra persona habían hecho que sintiera lo mismo que cuando era niña: la sensación de tener una persona a tu lado y que ésta no iba a dejarte nunca.
De fondo se escuchó el canto de un pájaro.
El abrazo que Emhyr me proporcionó solo hizo que aflorara aún más todos aquellos sentimientos, sensaciones y recuerdos del pasado. Quería parar el tiempo, vivir en aquella felicidad perpetua. En una paz que posiblemente no iba a volver a tener, odiaba a Cronos por hacer que cada segundo pasara a gran velocidad sin poder detenerlo.
Al escuchar mi nombre giré mi cabeza, de modo que su rostro y el mio quedaron muy cerca.
Miedo,envidia, rechazo, aversión.
Aquellas palabras se dibujaron en mi rostro al descubrir que él era todo aquello que odiaba. Todo aquello a lo que me habían enseñado a odiar, a robar y a apartar de mi vida. Aquello que ansiaba ser , aquello que nunca sería. Quise creer que sus palabras eran una farsa. Pero no había nada en su mirada que me mostrase que así fuera. Quise creer en cualquier cosa antes que en la verdad. Pero si era cierto ¿Por qué había huido? Lo podía haber tenido todo, el mundo en sus manos si era posible. ¿Por qué vagaba por las noches lleno de soledad y amargura como yo? La respuesta aun que quise inventarla y buscarle sentido a sus actos no pude.
-No es cierto...- dije a media voz.- Deja de gastar bromas de mal gusto, no tiene gracia.
En mi mente la figura de un hombre que sonreía de forma canina me sonreía. Cerré los ojos con fuerza.Aun que fuese verdad que él había vivido entre riquezas ya no era así. No podía rendirme a las enseñanzas ni a la avaricia de un hombre que ya no existían en mi vida. Quise convencerme a mi misma de que su situación económica y social no afectarían a mis sentimientos. Pero me sentía fuera de lugar. Yo no pertenecía a su mundo, ni él al mio. Pero era curioso,quizás a eso se podría referir aquella frase "Vas a llegar muy lejos" ignoré aquello al instante. No, definitivamente, fuera la situación que fuera en la que vivía él yo seguiría siendo aquella muchacha que se encontró el primer día en las calles. No me dejaría llevar por la avaricia. Al fin y al cabo yo no había conocido a Emhyr en ningún palacete donde se hospedaba, si no en las calles donde yo había aprendido y crecido. Eso era lo que importaba. Eso y lo que sentía por él nada más. ¿Pero y si Calé seguía por ahí? Estudiando mis pasos y mis actos, y se enteraba de aquello? Vi morir en manos de Calé, llenas de envidia y avaricia, el cuerpo inerte de Emhyr. Abrí los ojos de súbito.
-Dime que es mentira. No sabes lo que dices, esto lo cambia todo. ¿Me oyes? ¡Todo! mi pasado, bueno más bien el presente en el que vivo me alimenta el odio hacia los de tu clase.Y no solo a mi, esto podría suponer tu muerte. Si él se entera...si de verdad puedes poseer algún poder económico si él se entera me va utilizar para llegar hasta ti. Y arrebatarte todo lo que te queda.- dije precipitándome a su historia.-¿Por qué has dejado los lujos de lado? ¿Por la inmortalidad?
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Los minutos había pasado lentos, pero habían sido gustosos. Con cada distraída caricia, con cada sonrisa correspondida, Emhyr esperaba la reacción de ella ante lo que le había dicho.
Él fingía distraerse enredando sus dedos en su pelo, mientras escuchaba sus palabras.
“Lo ves, por eso sabía que debía de decírselo”
Pensó en un instante, ya que estaba mas atento de lo que parecía en aquel momento a lo que decía.
De repente sus rostro se enfrentaron, y Emhyr borro su sonrisa, sus ojos dejaron de mirar los de ella para agachar o al menos desviarse un instante, con aquel gesto estaba afirmando plenamente que lo que había dicho no se trataba de una broma, que era realmente lo que decía que era.
-Nimue... -Comenzó a decir, susurrante.
De nuevo el silencio, los pájaros se había incluso silenciado. Emhyr dejo de acariciar sus cabellos y esta vez sus dedos se dirigió a repasar la mejilla de ella, para luego con el indice ir dibujando la tez de ella, dejando un cosquille al rozar su piel como señal.
-...¿Él? Puedo imaginar que a tu compañero, pero no te preocupes dudo que él vaya a poder matarme o hacerme nada. Y se utiliza o te usa para obtener algo de mí encontrará un saco de dinero vació. ¿Crees que si tuviese posesiones viviría de este modo? ¿O estaría aquí, contigo?
De nuevo callo, y retiró su mano para posarla sobre la cintura de ella. Sus ojos de nuevo huyeron de los de ella. Ahí se daba cuenta a que nivel ella era una ladrona y su antigua vida con su compañero, una vida que ella ya había nombrado antes como “posible reconciliación”. Ellos seguramente como él había echo pero él a menor escala y sin interés económico, habría jugado al juego de la estada el engaño y el robo de gentes de más nivel y clase, seguro que para subir a de escala, pero él dudaba que en él encontrase algo por el estilo.
-Si yo tuviese mis riquezas, yo no estaría aquí, incluso no podría hablar contigo. Estaría, haciendo un voto de celibato que ya hice en su día, viviendo prácticamente para el estudio y esperando para poder marcharme a alguna batalla o vivir como un soldado.
Si realmente iba a ser esa su vida, luego cuando cumpliese la edad apropiada dejaría el ejercito, se hubiese casado con su prometida, la cual le asignaron de niño, y hubiese continuado el legado de su familia y haciendo alguna que otra campaña o siendo simplemente guardaespaldas de su sultán, abrazando así su religión.
Sus ojos volvieron a los de ella, tranquilizadores, o al menos era la intención respecto a ella.
-Nimue, soy un exiliaron, un desterrado. Yo nací en noble cuna en Turquía, e ingrese para ser un jenízaro un soldado a los 7 años, a los 15 años fue cuando mi familia fue llamada traidora y ejecutado por aquellos mismo soldados con los que yo convivía. Yo huí, y aun se que me siguen, por eso no puedo vivir en un lugar para establecerme, y por eso deseo la longevidad.
Él fingía distraerse enredando sus dedos en su pelo, mientras escuchaba sus palabras.
“Lo ves, por eso sabía que debía de decírselo”
Pensó en un instante, ya que estaba mas atento de lo que parecía en aquel momento a lo que decía.
De repente sus rostro se enfrentaron, y Emhyr borro su sonrisa, sus ojos dejaron de mirar los de ella para agachar o al menos desviarse un instante, con aquel gesto estaba afirmando plenamente que lo que había dicho no se trataba de una broma, que era realmente lo que decía que era.
-Nimue... -Comenzó a decir, susurrante.
De nuevo el silencio, los pájaros se había incluso silenciado. Emhyr dejo de acariciar sus cabellos y esta vez sus dedos se dirigió a repasar la mejilla de ella, para luego con el indice ir dibujando la tez de ella, dejando un cosquille al rozar su piel como señal.
-...¿Él? Puedo imaginar que a tu compañero, pero no te preocupes dudo que él vaya a poder matarme o hacerme nada. Y se utiliza o te usa para obtener algo de mí encontrará un saco de dinero vació. ¿Crees que si tuviese posesiones viviría de este modo? ¿O estaría aquí, contigo?
De nuevo callo, y retiró su mano para posarla sobre la cintura de ella. Sus ojos de nuevo huyeron de los de ella. Ahí se daba cuenta a que nivel ella era una ladrona y su antigua vida con su compañero, una vida que ella ya había nombrado antes como “posible reconciliación”. Ellos seguramente como él había echo pero él a menor escala y sin interés económico, habría jugado al juego de la estada el engaño y el robo de gentes de más nivel y clase, seguro que para subir a de escala, pero él dudaba que en él encontrase algo por el estilo.
-Si yo tuviese mis riquezas, yo no estaría aquí, incluso no podría hablar contigo. Estaría, haciendo un voto de celibato que ya hice en su día, viviendo prácticamente para el estudio y esperando para poder marcharme a alguna batalla o vivir como un soldado.
Si realmente iba a ser esa su vida, luego cuando cumpliese la edad apropiada dejaría el ejercito, se hubiese casado con su prometida, la cual le asignaron de niño, y hubiese continuado el legado de su familia y haciendo alguna que otra campaña o siendo simplemente guardaespaldas de su sultán, abrazando así su religión.
Sus ojos volvieron a los de ella, tranquilizadores, o al menos era la intención respecto a ella.
-Nimue, soy un exiliaron, un desterrado. Yo nací en noble cuna en Turquía, e ingrese para ser un jenízaro un soldado a los 7 años, a los 15 años fue cuando mi familia fue llamada traidora y ejecutado por aquellos mismo soldados con los que yo convivía. Yo huí, y aun se que me siguen, por eso no puedo vivir en un lugar para establecerme, y por eso deseo la longevidad.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Creí morir en aquel instante. En mi cabeza miles de ideas, de la pabras de recuerdos del pasado se fueron uniendo. Asimilando así una nueva realidad , dándome de cuenta de lo que estaba haciendo yo. Si lo que él decía era verdad, si lo que el contaba era cierto. Yo solo era un obstáculo más en su camino, que sin duda alguna iba a complicar su existencia. Todo mi pasado, mis enseñanzas, mi vida como ladrona cobraron un sentido. Todo había sido una farsa.
Suspiré intentando borrar de mi rostro aquel semblante de horror y miedo y cambiarlo por una sonrisa cálida cuando sentí sus dedos recorrer mi mejilla. Hubiera preferido que Emhyr siguiera siendo aquel chico misterioso antes de saber que alguien quería arrebatármelo incluso antes de que fuese mio.
-Mi vida empieza a cobrar sentido, creo que se porque nos hemos encontrado.Mi mente , mi persona a sido enseñada a pensar como mi antiguo compañero. Si yo fuese él y pudiera hacer las cosas que él hace sin duda alguna te buscaría y vendería información sobre ti a aquellos que te buscan. ¿No lo entiendes? ¿Y si gracias a mi te encuentran? Toda mi vida e sido la marioneta de un hombre e incluso ahora que no estoy a su lado siento que sigo siendo solo eso. Puede ver el futuro. ¿Y si tu y yo estábamos en el?.- enfrenté su mirada, quería que entendiera que mi vida solo se basaba en robar, mentir, perseguir fortunas para poder vivir mejor. Y que si Calé podía habernos visto en aquel momento confesando estas cosas, no pararía hasta lograr más de un saco lleno de monedas y no precisamente gracias a su trabajo, si no gracias a mi y a mi ingenuidad.-Prometeme que no te dejarás encontrar por nadie. Conviértete en un monstruo si hace falta. Pero no dejes que te maten Emhyr, con tu muerte solo se lavarían una parte de mi y no estoy dispuesta a perder la felicidad que me das por nada en este mundo.
Olvidando por completo su pasado, el mio e incluso l presente en el que vivíamos creí abalanzarme sobre él-más bien lo hice- rodeando su cuerpo con mis brazos y besando con furia sus labios, ya no había podido contenerme más aquel impulso. Creía que podía olvidar sus palabras, el hecho de que ahora los dos estábamos en peligro con un simple beso. Me separé un poco de él.
-Pero no hay que dramatizar, dos cabezas piensan mejor que una. Podemos buscar una solución a esto juntos. Ya te dije que no me importa lo que hayas sido , si no lo que eres. Podremos burlar a aquellos que te siguen, tendrás tu longevidad, yo la mía, incluso marcharía de París a tu lado. Estoy en deuda contigo, pero no solo por eso quiero hacer todo esto...siento que debo hacerlo. Es una orden que viene desde dentro de mi y que quiero cumplir. - pasé mi dedo por su rostro , dibujando una belleza apenas imaginable bajo él.Si, así veía yo a Emhyr, era peor que el opio que él había fumado antes, peor que el dinero. Era lo que más odiaba y lo que más amaba en ese mundo.
Suspiré intentando borrar de mi rostro aquel semblante de horror y miedo y cambiarlo por una sonrisa cálida cuando sentí sus dedos recorrer mi mejilla. Hubiera preferido que Emhyr siguiera siendo aquel chico misterioso antes de saber que alguien quería arrebatármelo incluso antes de que fuese mio.
-Mi vida empieza a cobrar sentido, creo que se porque nos hemos encontrado.Mi mente , mi persona a sido enseñada a pensar como mi antiguo compañero. Si yo fuese él y pudiera hacer las cosas que él hace sin duda alguna te buscaría y vendería información sobre ti a aquellos que te buscan. ¿No lo entiendes? ¿Y si gracias a mi te encuentran? Toda mi vida e sido la marioneta de un hombre e incluso ahora que no estoy a su lado siento que sigo siendo solo eso. Puede ver el futuro. ¿Y si tu y yo estábamos en el?.- enfrenté su mirada, quería que entendiera que mi vida solo se basaba en robar, mentir, perseguir fortunas para poder vivir mejor. Y que si Calé podía habernos visto en aquel momento confesando estas cosas, no pararía hasta lograr más de un saco lleno de monedas y no precisamente gracias a su trabajo, si no gracias a mi y a mi ingenuidad.-Prometeme que no te dejarás encontrar por nadie. Conviértete en un monstruo si hace falta. Pero no dejes que te maten Emhyr, con tu muerte solo se lavarían una parte de mi y no estoy dispuesta a perder la felicidad que me das por nada en este mundo.
Olvidando por completo su pasado, el mio e incluso l presente en el que vivíamos creí abalanzarme sobre él-más bien lo hice- rodeando su cuerpo con mis brazos y besando con furia sus labios, ya no había podido contenerme más aquel impulso. Creía que podía olvidar sus palabras, el hecho de que ahora los dos estábamos en peligro con un simple beso. Me separé un poco de él.
-Pero no hay que dramatizar, dos cabezas piensan mejor que una. Podemos buscar una solución a esto juntos. Ya te dije que no me importa lo que hayas sido , si no lo que eres. Podremos burlar a aquellos que te siguen, tendrás tu longevidad, yo la mía, incluso marcharía de París a tu lado. Estoy en deuda contigo, pero no solo por eso quiero hacer todo esto...siento que debo hacerlo. Es una orden que viene desde dentro de mi y que quiero cumplir. - pasé mi dedo por su rostro , dibujando una belleza apenas imaginable bajo él.Si, así veía yo a Emhyr, era peor que el opio que él había fumado antes, peor que el dinero. Era lo que más odiaba y lo que más amaba en ese mundo.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Emhyr, permaneció quieto, observo a pesar de que ella le sonreía, su preocupación. Él estaba tan acostumbrado a huir constantemente, tenía asumida ya su vida llena de riesgos y peligros, y aquella persona que decidiera unirse a su destino debía de enfrentarse a aquellos que él ya veía como algo normal, pero que realmente le cansaba. Emhyr quería una vida, no le importaba de que modo, quería establecerse, ser feliz de algún modo, sin riquezas ni obligaciones del pasado, ni peligros...
Él continuaba mirándola con aquellos castaños tranquilizadores, de vez en cuando paseándose por todo lo que era ella y la admiración en cuanto su físico sin querer se dejaba ver a la luz, y eso le distraía un poco de las palabras de preocupación de ella.
Puede ver el futuro, pensó por un instante. ¿Sería su compañero brujo o poseía algún don? Por un instante Emhyr vio la posibilidad de otro obstáculo, y se dio cuenta que ella tal vez tuviese dudas o al menos estas surgiesen en el futuro si su ex-compañero aparecía de nuevo en su vida. Él confiaba plenamente en ella, pero ahora extrañamiento sintió recorrer por su espalda un escalofrío que le hacía temer de que ella fuese a separarse de él.
Ella nombro lo de convertirse en un monstruo, ese era otro tema del que debía de sincerarse, porque ya estaba hecho el trato. La próxima Luna Llena se dejaría, a riesgos de morir, morderse por aquella chica lobo, y formaría parte de aquel mundo estremecedor de sacrificios de sangre, pero lleno de ventajas.
Por un instante pensó en los síntomas nombrados por Adrianne, la licántropo, en como él iba a estar con aquellos cambios de humor, iba a estar insoportable y como se iba a volver el doble de empático y protector respecto a los que amaba.
Algo, o mas bien alguien le saco de sus cavilaciones, y ese alguien fueron los labios desenfrenados de ella atacando de algún modo los suyos, Emhyr se vio sorprendido por el gesto, es mas, no se lo esperaba.
Al principio el respondió con el mismo vigor con el que ella había comenzado el beso, pero intentando tomar el control, su beso se convirtió en algo tranquilizador, mas suave y calmado.
Ella retiro sus labios de él, él le miro con cara de reproche, se había quedado con ganas de más, y estaba dispuesto a ser el que iniciara el gesto que ella había finalizado.
-¿Él ve el futuro? Mmm... -Le susurro, sintiendo el cosquilleo de su dedo por su piel. Él no pudo evitar sonreír aunque sus ojos le mostraban pensativo. -He conocidos personas con ese don, y se les puede engañar, es mas dudo que monedas pueda alguien obtener de mí. Quien sabe mi secreto, aunque sea para usarlo en mi contra, se expone al peligro y a la aniquilación. -Pauso. -Mi secreto es algo que quieren que desaparezca.
Ella apretaba su cuerpo contra el de él, y él con aquella mano en sus caderas insistió en el contacto de ambos cuerpos.
-Ojala me encontrase a tu compañero... Tendría unas cuantas palabras para él.
Solo dejo en él aire aquello mientras, pegaba su frente a la de ella, y esta vez él era quien iniciaba un nuevo beso. Al principio sus labios recorrieron los de ella suavemente, y lenta, para luego sin freno apretarse contra los de ella apasionadamente, abriéndose paso a todo. Incluso le concedió un pequeño mordisco lujurioso, a pesar de las dulces caricias de sus labios.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Sentí un escalofrío ante sus últimas palabras. No quería ni imaginar lo que podría pasar si se encontraban. Por un lado sentía curiosidad de saber si era aquello lo que me deparaba el futuro visto por mi antiguo compañero, pero por otro lado me negaba a averiguarlo. No iba a poner por pura curiosidad a Emhyr en peligro, más cuando él ya tenía un pasado al que enfrentarse.
Sus labios volvieron a besar a los míos, al principio con una ternura infinita, después con una pasión incontrolable. Aun que dudaba que estuviéramos a salvo de cualquier peligro incluso a plena luz del día me daba igual. Solo quería permanecer entre sus brazos el mayor tiempo posible, eso era lo que realmente buscaba, por lo que iba a arriesgar mi vida y la suya propia. Solo por un sentimiento que iba creciendo segundo a segundo y que hacía de mi vida un camino lleno de obstáculos que no sabía si iba a poder sortear.
Mi piel ardía bajo aquel vestido. Mi corazón latía desbocadamente. No quería separar mis labios de los suyos, no podía permitirme el lujo de perder la poca felicidad que tenía. Quería robarle la única cosa que todavía poseía. Quería tener su corazón entre mis manos, poseer su cuerpo sindescanso toda la noche. Fuera o no fuese aquello correcto.Se marchara luego o no de mi lado. Por una vez, dejé salir de aquella cárcel artificial a la persona que siempre había intentado ocultar. Abracé a Emhyr sin dejar de besarle, mis manos temblaban al contacto con su cuerpo.
En aquel momento me estaba quemando en a más crueles de hogueras.
Quise contemplar su piel morena bajo aquellos rayos del sol que parecían proteger la escena de todo lo demás, envolviéndonos en su calor y haciéndonos protagonistas de un bello cuadro.Sin embargo, no me atreví a dar ningún paso más, sentía que la vergüenza se iba apoderando de mi al tener aquellos pensamientos. No solo por eso, aun que había desnudado a muchos hombres me sentía incapaz de hacer lo mismo con él. Emhyr no era cualquier hombre.
Separé mis labios quemados por la pasión de los suyos, pero sin deshacer aquel abrazo. Sonreí mirándole a los ojos. Contemplando como su rostro moreno resplandecía bajo la luz del sol.
-Sea quien sea quien quiera hacer que desaparezca no lo va a lograr. Primero deberá hacer que yo me aleje de ti y que de ese modo no pueda impedirle nada estos sentimientos hacia a ti.Ya te lo dije cuando nos volvimos a encontrar, nada me haría huir de ti. Y sigo pensando lo mismo.
Sus labios volvieron a besar a los míos, al principio con una ternura infinita, después con una pasión incontrolable. Aun que dudaba que estuviéramos a salvo de cualquier peligro incluso a plena luz del día me daba igual. Solo quería permanecer entre sus brazos el mayor tiempo posible, eso era lo que realmente buscaba, por lo que iba a arriesgar mi vida y la suya propia. Solo por un sentimiento que iba creciendo segundo a segundo y que hacía de mi vida un camino lleno de obstáculos que no sabía si iba a poder sortear.
Mi piel ardía bajo aquel vestido. Mi corazón latía desbocadamente. No quería separar mis labios de los suyos, no podía permitirme el lujo de perder la poca felicidad que tenía. Quería robarle la única cosa que todavía poseía. Quería tener su corazón entre mis manos, poseer su cuerpo sindescanso toda la noche. Fuera o no fuese aquello correcto.Se marchara luego o no de mi lado. Por una vez, dejé salir de aquella cárcel artificial a la persona que siempre había intentado ocultar. Abracé a Emhyr sin dejar de besarle, mis manos temblaban al contacto con su cuerpo.
En aquel momento me estaba quemando en a más crueles de hogueras.
Quise contemplar su piel morena bajo aquellos rayos del sol que parecían proteger la escena de todo lo demás, envolviéndonos en su calor y haciéndonos protagonistas de un bello cuadro.Sin embargo, no me atreví a dar ningún paso más, sentía que la vergüenza se iba apoderando de mi al tener aquellos pensamientos. No solo por eso, aun que había desnudado a muchos hombres me sentía incapaz de hacer lo mismo con él. Emhyr no era cualquier hombre.
Separé mis labios quemados por la pasión de los suyos, pero sin deshacer aquel abrazo. Sonreí mirándole a los ojos. Contemplando como su rostro moreno resplandecía bajo la luz del sol.
-Sea quien sea quien quiera hacer que desaparezca no lo va a lograr. Primero deberá hacer que yo me aleje de ti y que de ese modo no pueda impedirle nada estos sentimientos hacia a ti.Ya te lo dije cuando nos volvimos a encontrar, nada me haría huir de ti. Y sigo pensando lo mismo.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Emhyr sentía como ella en parte correspondía a sus ardientes besos, los cuales, comenzaba a rebasar sin control a la ternura y yendo a más. Entre beso y beso, no podía evitar sonreír para sí, ya que aquel momento hacía que sus preocupaciones se escapase a un rincón llamado olvido.
Su corazón comenzó a hacerse notable tanto en su pecho como en su mismo labios, ella hacia que algo en su interior se enervase, muy diferente a lo que había sentido con la infinidad de mujeres con las que había estado. Había podido ser algo rudo con otras, dejandose al descontrol, al salvajismos, pero con ella deseaba ser mas suave, tomarselo con tranquilidad, retardar el momento para disfrutarlo mas lentamente y embriagarse de ella. Quería encender el fuego, pero no extinguirlo en el momento a causa de ser impaciente en aquellas situaciones.
Una de sus manos, recorrio su espalda, de un modo acariciante. El tibio de su piel, se fue encendiendo levemente.
De nuevo ella retiro sus labios de los de él, y él se quedo con ganas de mas, pero no iba a ser insistente si ella le frenaba, aunque no iba perder el tacto de su piel contra su piel, al menos como se encontraban.
Un suspiro exhalaron sus labios, y su respiración fue repentina. Durante el beso se le había olvidado tomar aire.
-Pues aprovecha estos días, vaya que decida escapar de tu hechizo que me retiene aquí, de un modo enigmatico...-Le dijo sonriendo, medio en broma.
Era cierto, le quedaba unos pocos días para que la Luna Llena llegase, y ahí se decidiría si se convertiría en un monstruo para siempre, así viviendo, o moría por el descuido de su Hacedora. Pero éle staba dispuesto a correr los riesgos.
Su corazón comenzó a hacerse notable tanto en su pecho como en su mismo labios, ella hacia que algo en su interior se enervase, muy diferente a lo que había sentido con la infinidad de mujeres con las que había estado. Había podido ser algo rudo con otras, dejandose al descontrol, al salvajismos, pero con ella deseaba ser mas suave, tomarselo con tranquilidad, retardar el momento para disfrutarlo mas lentamente y embriagarse de ella. Quería encender el fuego, pero no extinguirlo en el momento a causa de ser impaciente en aquellas situaciones.
Una de sus manos, recorrio su espalda, de un modo acariciante. El tibio de su piel, se fue encendiendo levemente.
De nuevo ella retiro sus labios de los de él, y él se quedo con ganas de mas, pero no iba a ser insistente si ella le frenaba, aunque no iba perder el tacto de su piel contra su piel, al menos como se encontraban.
Un suspiro exhalaron sus labios, y su respiración fue repentina. Durante el beso se le había olvidado tomar aire.
-Pues aprovecha estos días, vaya que decida escapar de tu hechizo que me retiene aquí, de un modo enigmatico...-Le dijo sonriendo, medio en broma.
Era cierto, le quedaba unos pocos días para que la Luna Llena llegase, y ahí se decidiría si se convertiría en un monstruo para siempre, así viviendo, o moría por el descuido de su Hacedora. Pero éle staba dispuesto a correr los riesgos.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Tenía aquella extraña sensación de que nada podía salir mal. Mi cuerpo quemaba al igual que un rayo de sol. Me separé de su regazo y miré el cielo azul con una sonrisa al escuchar aquella palabras. Podría tomármelas como una provocación y quizás eso me llevara ha hacer una serie de actos demasiado indecentes para una mujer que todavía no había cumplido los dieciocho años pero que sin embargo, sabía mucho de la vida. Aun que había sentido el fuego en el cuerpo de otros hombres, tube la certeza de que ninguno quemaba tanto como Emhyr, hacía que cada recobeco de mi cuerpo y mente se encendieran. Quería ser suya, aun que fuese solo por una vez. Y saber que él era mio. Pese a ser todo una mentira.
Solo de pensar lo que podía hacer con su cuerpo, lo que podía sentir poseyéndolo hacía que mi mente diese vueltas y vueltas entre imágenes de sábanas, los dos juntos. Cuerpo con cuerpo.
Volví a sentir el calor de su cuerpo, ya que yo movida por aquellos deseos incontrolables me había incorporado un poco, posandome sobre un costado. Cara con cara. Busqué sus labios. Mis mano se paseó por su pecho, en busca de aquellos botones que hacían que su torso desnudo estuviera cubierto por un trozo de tela. El arte no merecía ser escondido. Desabroché el primer botón. Temblando. Con aquel antojo extraño de sentir bajo mis dedos las huellas de su pasado y sentir como piel ardía bajo sus llamas.Segundo botón y mis manos no dejaban de temblar.
Separé apenas unos centímetros mis labios de los suyos. Me había olvidado de respirar. Sabía que mis mejillas se habían pintado de un rojo intenso.
-Creo que yo no he hechizado a nadie. Emhyr eso es más propio de ti.-sonreí esperando una reacción ante aquel acto que me proponía hacer tan impúdico.-Pero si dejas que me aproveche de ti de esta manera, no voy a ser yo quien ponga freno a mis deseos.
Tercer botón. Y las ganas de sentirle iban en aumento.
Solo de pensar lo que podía hacer con su cuerpo, lo que podía sentir poseyéndolo hacía que mi mente diese vueltas y vueltas entre imágenes de sábanas, los dos juntos. Cuerpo con cuerpo.
Volví a sentir el calor de su cuerpo, ya que yo movida por aquellos deseos incontrolables me había incorporado un poco, posandome sobre un costado. Cara con cara. Busqué sus labios. Mis mano se paseó por su pecho, en busca de aquellos botones que hacían que su torso desnudo estuviera cubierto por un trozo de tela. El arte no merecía ser escondido. Desabroché el primer botón. Temblando. Con aquel antojo extraño de sentir bajo mis dedos las huellas de su pasado y sentir como piel ardía bajo sus llamas.Segundo botón y mis manos no dejaban de temblar.
Separé apenas unos centímetros mis labios de los suyos. Me había olvidado de respirar. Sabía que mis mejillas se habían pintado de un rojo intenso.
-Creo que yo no he hechizado a nadie. Emhyr eso es más propio de ti.-sonreí esperando una reacción ante aquel acto que me proponía hacer tan impúdico.-Pero si dejas que me aproveche de ti de esta manera, no voy a ser yo quien ponga freno a mis deseos.
Tercer botón. Y las ganas de sentirle iban en aumento.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Allí permaneció Emhyr, tumbado, tan tranquilo, observando la reacción de ella ante sus propias palabras.
Era día era perfecto, demasiado para su gusto, pero lo agradecía ya que parecía dar un toque de luz que París comunmente no poseía, porque el gris siempre teñía sus cielos, aunque Emhyr no sabía si se debía a la estación en la que se encontraba o era siempre así en todo el año.
Repentino, sintió el peso de ella sobre su costado, y como su cuerpo parecía mas caluroso de lo normal, y a parecer ese calor se vió transmitido a él, cuando ella volvió a besarse de un modo que le pareció mas intenso, deseoso e incluso impaciente por algo, algo que Emhyr pudo suponer cuando ella comenzo a desabrocharle los botones de la camisa.
Él encantado correspondió a sus actos, es más se dejo hacer por ella, un modo paciente hasta que él decidiese que le tocaba actuar también.
Ella movía sus labios contra los de él con ardor, y él se embriago de ellos.
Extrañamente Emhyr, estaba mas tranquilo que ella, porque él noto su nerviosismo en aquellas manos temblorosas, e incluso en cuanto sus labios fueron retirados, aquel rubor en su piel revelaba cierto pudor por lo que él imaginaba que ya se le pasaba por la cabeza.
"Demasiado joven"
Se repetía entre pensamientos, mientras sin querer sonreía. Con ello no se refería a que por ser joven le quitaba experiencia, es que ella parecía aun estar dotada de aquel pudor e impaciencia que se siente en la temprana juventud. Emhyr recordaba aquello, y por eso penso que debía de ser tranquilo y paciente con ella, y no dejarse llevar por su salvajismo habitual, al menos por ahora, bien recibido por la mayoría de las mujeres, las cuales parecían excitarle aquella actitud.
Por un instante suspiro, sintiendose un poco acalorado.
-Tú, ¿aprovecharte de mí? Si, ya... -Dijo de nuevo bromeando, él espero para ver lo que ella hacía, aunque sintió el impulso de hacer él algo, decidió esperar, para tomar parte del juego.
Era día era perfecto, demasiado para su gusto, pero lo agradecía ya que parecía dar un toque de luz que París comunmente no poseía, porque el gris siempre teñía sus cielos, aunque Emhyr no sabía si se debía a la estación en la que se encontraba o era siempre así en todo el año.
Repentino, sintió el peso de ella sobre su costado, y como su cuerpo parecía mas caluroso de lo normal, y a parecer ese calor se vió transmitido a él, cuando ella volvió a besarse de un modo que le pareció mas intenso, deseoso e incluso impaciente por algo, algo que Emhyr pudo suponer cuando ella comenzo a desabrocharle los botones de la camisa.
Él encantado correspondió a sus actos, es más se dejo hacer por ella, un modo paciente hasta que él decidiese que le tocaba actuar también.
Ella movía sus labios contra los de él con ardor, y él se embriago de ellos.
Extrañamente Emhyr, estaba mas tranquilo que ella, porque él noto su nerviosismo en aquellas manos temblorosas, e incluso en cuanto sus labios fueron retirados, aquel rubor en su piel revelaba cierto pudor por lo que él imaginaba que ya se le pasaba por la cabeza.
"Demasiado joven"
Se repetía entre pensamientos, mientras sin querer sonreía. Con ello no se refería a que por ser joven le quitaba experiencia, es que ella parecía aun estar dotada de aquel pudor e impaciencia que se siente en la temprana juventud. Emhyr recordaba aquello, y por eso penso que debía de ser tranquilo y paciente con ella, y no dejarse llevar por su salvajismo habitual, al menos por ahora, bien recibido por la mayoría de las mujeres, las cuales parecían excitarle aquella actitud.
Por un instante suspiro, sintiendose un poco acalorado.
-Tú, ¿aprovecharte de mí? Si, ya... -Dijo de nuevo bromeando, él espero para ver lo que ella hacía, aunque sintió el impulso de hacer él algo, decidió esperar, para tomar parte del juego.
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Sentí en su palabras una mofa llena de expectación.Quizás sus palabras solo fueran un incentivo a aquella pasión que me quemaba por dentro saliese al exterior. O quizás, intentara hacer daño con burlas para que me fuese de allí. Mi reacción ante aquellas palabras creo que fue la más natural que podía haberse dado en esos casos,o al menos eso quise pensar.
Termine de desabrochar aquella camisa que parecía haberla tejido el diablo.sonreí satisfecha por el logro que había llevado a cabo. Parecía una tontería, pero no. Pese a la juventud había estado con muchos hombres todo ellos, más animales que humanos. Era por eso por que yo no acostumbraba a devorar, si no a ser devorada. Recordé como ellos procedían de aquella forma tan salvaje y poco decorosa, forma que ahora yo debería transformar para satisfacer aún más mis deseos. Y quizás los suyos también.
-Ya que tu estás hechizado por solo sabe Dios que, tendré que , si no aprovecharme, al menos intentarlo.
Mis labios se deslizaron por su cuello, mientras que mi mano descendía por su pecho poco a poco.Dudé un instante, pero una sonrisa iluminó mis actos. Mordí con algo de violencia su cuello, no sabía si a modo de venganza por la presión que el ejercia en la toma de mis decisiones o movida por aquella lujuria que se estaba apoderando de mi rápidamente. Mi mano se detuvo cuando sentí el roce del pantalón. Un nuevo obstáculo para mi que iba a sortear. Miré a Emhyr antes de continuar. Parecía observarme lleno de curiosidad e impaciencia. Yo sonreí. No sabía porque , pero lo hice. Deslicé sus pantalones y lo mismo con su ropa interior hasta dejar al descubierto todo aquello que nos hacía diferente en físico, pero que nos complementaba.
Una leve brisa revolvió mis cabellos, e hizo que las hojarasca nos envolviera por un instante, rompiendo el silencio con el revoloteo de la shojas secas del otoño. Aproveché ese instante en el que todo había parecido cambiar para libar toda su esencia. Y hacerle mio, por fin.
Termine de desabrochar aquella camisa que parecía haberla tejido el diablo.sonreí satisfecha por el logro que había llevado a cabo. Parecía una tontería, pero no. Pese a la juventud había estado con muchos hombres todo ellos, más animales que humanos. Era por eso por que yo no acostumbraba a devorar, si no a ser devorada. Recordé como ellos procedían de aquella forma tan salvaje y poco decorosa, forma que ahora yo debería transformar para satisfacer aún más mis deseos. Y quizás los suyos también.
-Ya que tu estás hechizado por solo sabe Dios que, tendré que , si no aprovecharme, al menos intentarlo.
Mis labios se deslizaron por su cuello, mientras que mi mano descendía por su pecho poco a poco.Dudé un instante, pero una sonrisa iluminó mis actos. Mordí con algo de violencia su cuello, no sabía si a modo de venganza por la presión que el ejercia en la toma de mis decisiones o movida por aquella lujuria que se estaba apoderando de mi rápidamente. Mi mano se detuvo cuando sentí el roce del pantalón. Un nuevo obstáculo para mi que iba a sortear. Miré a Emhyr antes de continuar. Parecía observarme lleno de curiosidad e impaciencia. Yo sonreí. No sabía porque , pero lo hice. Deslicé sus pantalones y lo mismo con su ropa interior hasta dejar al descubierto todo aquello que nos hacía diferente en físico, pero que nos complementaba.
Una leve brisa revolvió mis cabellos, e hizo que las hojarasca nos envolviera por un instante, rompiendo el silencio con el revoloteo de la shojas secas del otoño. Aproveché ese instante en el que todo había parecido cambiar para libar toda su esencia. Y hacerle mio, por fin.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 31/08/2010
Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Como simple espectador y sin sentir pudor alguno, él iba observando como ella poco a poco se deshacía de su ropa.
Sus labios se deslizaban por su piel morena y cálida, dejando un rastro de cosquilleo escalofríante en la piel que hacía poco a poco que sus deseos despertasen, en lujuría. Emhyr no pudo evitar contener su respiración un instante en sus pulmones, incluso morderse sus propios labios en cuanto sintió la mordida de ella.
"El dolor y el placer se acuestane en la misma cama", por un instante aquella frase tan clásica en tiempo antaños, quedo evocada en su mente, recordando. Aquella mordida no producía dolor alguno, era mas suave que lo que estaba acostumbra, había recordado por un instante como unos colmillos penetraban dolorosamente su piel, produciendole un lujurioso e incontrolable deseo, un masoquista deseo, pero aquello era diferente, ella diferente...
Al parecer Emhyr le había subestimado, pensó que por su juventud por al rojez de sus mejillas y sus manos temblorosas iba a ser menos lanzada, menos atrevida, pero cuando su cuerpo dejo de estar protegido por sus ropas, alejadas de él, se dió cuenta de que se equivocaba.
Ahora estaba allí, desnudo, con aquella cicatrices dolorosas, del vicio nocturno, del hechizo sobrenatural que le arrastraba noche tras noche a buscar la muerte de nuevo, y aquellos tatuajes que cubrían su cuerpo, con simbolos enigmaticos y extrañas palabras que decoraban su piel morena.
La brisa quiso acariciar su piel descubierta, y los cabellos de ella, como llamas danzantes en el rojizo le produjeron una suave caricia.
Los labios del turco se curvaron en una sonrisa confiada, ya que no iba a estar tan quieto como era la intención inicial. Su corazón se aceleraba golpeando su pecho, sin poder evitarlo al sentir el contacto de ella.
Ahora Emhyr sintió la necesidad de atraerla, de atraparta en aquel instante, porque la impaciencia se hizo con él y el anhelo de él también por querer experimentar con su piel desnuda se hizo notable.
Él la atrajo así, y decidió cambiar las tornas, tomando sus manos la obligo a quedar tumbadas a merced de él, que la atrapo con su propio cuerpo, tan cálido de repente.
Sus ojos castaños encendidos buscaron los de ella de repente, sus labios se posaron efímeramente su sus labios, su mejilla, el huevo entre su rostro y el comienzo del cuello, una mordida al lóbulo de su oreja y un susurro meloso.
-Eres, todo un peligro... ¿lo sabes?
De nuevo alzó su rostro para observar la expresión de ella, sus manos acariciaron sus labios de un modo voluptuoso mientras se deslizaban lentamente por su cuello, por encima de sus pechos, su vientre, cadera, hasta llegar a su muslo... Ahí es cuando comenzó a subir su vestido poco a poco con la intención de igualar las condiciones de desnudez.
Sus labios se deslizaban por su piel morena y cálida, dejando un rastro de cosquilleo escalofríante en la piel que hacía poco a poco que sus deseos despertasen, en lujuría. Emhyr no pudo evitar contener su respiración un instante en sus pulmones, incluso morderse sus propios labios en cuanto sintió la mordida de ella.
"El dolor y el placer se acuestane en la misma cama", por un instante aquella frase tan clásica en tiempo antaños, quedo evocada en su mente, recordando. Aquella mordida no producía dolor alguno, era mas suave que lo que estaba acostumbra, había recordado por un instante como unos colmillos penetraban dolorosamente su piel, produciendole un lujurioso e incontrolable deseo, un masoquista deseo, pero aquello era diferente, ella diferente...
Al parecer Emhyr le había subestimado, pensó que por su juventud por al rojez de sus mejillas y sus manos temblorosas iba a ser menos lanzada, menos atrevida, pero cuando su cuerpo dejo de estar protegido por sus ropas, alejadas de él, se dió cuenta de que se equivocaba.
Ahora estaba allí, desnudo, con aquella cicatrices dolorosas, del vicio nocturno, del hechizo sobrenatural que le arrastraba noche tras noche a buscar la muerte de nuevo, y aquellos tatuajes que cubrían su cuerpo, con simbolos enigmaticos y extrañas palabras que decoraban su piel morena.
La brisa quiso acariciar su piel descubierta, y los cabellos de ella, como llamas danzantes en el rojizo le produjeron una suave caricia.
Los labios del turco se curvaron en una sonrisa confiada, ya que no iba a estar tan quieto como era la intención inicial. Su corazón se aceleraba golpeando su pecho, sin poder evitarlo al sentir el contacto de ella.
Ahora Emhyr sintió la necesidad de atraerla, de atraparta en aquel instante, porque la impaciencia se hizo con él y el anhelo de él también por querer experimentar con su piel desnuda se hizo notable.
Él la atrajo así, y decidió cambiar las tornas, tomando sus manos la obligo a quedar tumbadas a merced de él, que la atrapo con su propio cuerpo, tan cálido de repente.
Sus ojos castaños encendidos buscaron los de ella de repente, sus labios se posaron efímeramente su sus labios, su mejilla, el huevo entre su rostro y el comienzo del cuello, una mordida al lóbulo de su oreja y un susurro meloso.
-Eres, todo un peligro... ¿lo sabes?
De nuevo alzó su rostro para observar la expresión de ella, sus manos acariciaron sus labios de un modo voluptuoso mientras se deslizaban lentamente por su cuello, por encima de sus pechos, su vientre, cadera, hasta llegar a su muslo... Ahí es cuando comenzó a subir su vestido poco a poco con la intención de igualar las condiciones de desnudez.
Emhyr Van Emreys- Licántropo Clase Baja
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Fecha de inscripción : 31/07/2010
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Re: Ahora mira este paisaje... no es que pretenda tocar ¿con las manos? El cielo... [Nimue Bellamy] ◊◊ ACTIVO
Tenía lo que quería.Lo supe en aquel mismo instante en que me obligo a tumbarme sobre aquella hierva demasiado verde para la época del año en la que estábamos. Sus labios fulgían en una lasciva sensualidad. sonreí en mi fuero interno al sentir aquel mordisco que pareció contestar al mio.Sentí sus labios encender aún más cada recoveco de mi cuerpo.
No se podía explicar con palabras ni cuantificar la magnitud del deseo que estaba sintiendo. Me encontraba deseosa por sentir la furia de su cuerpo recaer sobre el mio. Quería sentir como nuestros cuerpos se fundían bajo aquel sol, en aquel lago. Mis manos precipitadas ayudaron con desespero a levantar aquel vestido y despojarme de la pobre ropa interior que portaba. Pero no iba a ser el quien se aprovechara de mi.le aparté e hice que se tumbara bocarriba, dejando mi pecho posarse sobre su torso, con una mano a cada lado del cuello y un pierna a cada lado de la cintura.Sonreí, al recordar las palabras que me acaba de dedicar. Mis piernas se abrieron, noté como su miembro se iba abriendo paso poco a poco. Hasta que se introdujo en mi totalmente. En aquel momento eramos uno solo.
-No sabes cuanto.-dije con la voz entrecortada mientras comenzaba a moverme sobre él, en busca de un paraíso que jamás había visto.
Mis manos se posaron sobre su pecho, mientras yo seguía con aquello movimientos rítmicos, sintiendo cada vez más como aquellas llamas me consumían sin remedio alguno. Yo había decidido no huir de él, pero solo era una excusa puramente egoísta para que aquellos sentimientos que me hacían feliz perdurasen. Mi mirada se clavó en la de él, mi mirada lo decía todo. No solo la mirada, también aquellos movimientos incontrolados que cada vez aumentaban la velocidad. Quizás por rabia, o por aquella extraña sensación de saber que no había tenido elección de elegir desde que mi camino se cruzó con los de él. Sentí como mi piel se erizaba bajo aquella sensación de placer que estaba teniendo al sentir que él era mío. Mi respiración comenzó a agitarse cada vez más. Mi corazón iba al compás de mis movimientos. El pelo caía como una cascada de fuego sobre mi rostro, en el cual se dibujaba una sonrisa de satisfacción y de lujuria.
Recordé aquellos momentos en la habitación de la pensión, donde no me había atrevido a embestir su cuerpo con el mio, por miedo a que aquello fuese mi perdición. Pero había sucumbido a la tentación y ahora me encontraba allí, sobre su cuerpo desnudo sintiendo como le obligaba a penetrarme, aun que obligar , no era la palabra más adecuada. Mis jadeos cada vez eran más fuertes.
Todo a mi alrededor había desaparecido, el paisaje había sido sustituido por un manto negro donde la única luz procedía de nuestros cuerpos. Posé mis manos en el césped, había empezado con demasiada engría y aquello no iba a ser bueno. Dejé que mi pecho reposara sobre su torso desnudo y resplandeciente, incliné la cabeza y busqué con mis labios los suyos, mientras que disminuía la velocidad de mis movimientos, intentando saborear el momento lo máximo posible.Aun que algo en mi me decía que aquel brujo buscador de longevidad no iba a controlarse después de haber jugado con él.
Yo por mi parte tenía juventud y el mundo bajo mi cuerpo.
No se podía explicar con palabras ni cuantificar la magnitud del deseo que estaba sintiendo. Me encontraba deseosa por sentir la furia de su cuerpo recaer sobre el mio. Quería sentir como nuestros cuerpos se fundían bajo aquel sol, en aquel lago. Mis manos precipitadas ayudaron con desespero a levantar aquel vestido y despojarme de la pobre ropa interior que portaba. Pero no iba a ser el quien se aprovechara de mi.le aparté e hice que se tumbara bocarriba, dejando mi pecho posarse sobre su torso, con una mano a cada lado del cuello y un pierna a cada lado de la cintura.Sonreí, al recordar las palabras que me acaba de dedicar. Mis piernas se abrieron, noté como su miembro se iba abriendo paso poco a poco. Hasta que se introdujo en mi totalmente. En aquel momento eramos uno solo.
-No sabes cuanto.-dije con la voz entrecortada mientras comenzaba a moverme sobre él, en busca de un paraíso que jamás había visto.
Mis manos se posaron sobre su pecho, mientras yo seguía con aquello movimientos rítmicos, sintiendo cada vez más como aquellas llamas me consumían sin remedio alguno. Yo había decidido no huir de él, pero solo era una excusa puramente egoísta para que aquellos sentimientos que me hacían feliz perdurasen. Mi mirada se clavó en la de él, mi mirada lo decía todo. No solo la mirada, también aquellos movimientos incontrolados que cada vez aumentaban la velocidad. Quizás por rabia, o por aquella extraña sensación de saber que no había tenido elección de elegir desde que mi camino se cruzó con los de él. Sentí como mi piel se erizaba bajo aquella sensación de placer que estaba teniendo al sentir que él era mío. Mi respiración comenzó a agitarse cada vez más. Mi corazón iba al compás de mis movimientos. El pelo caía como una cascada de fuego sobre mi rostro, en el cual se dibujaba una sonrisa de satisfacción y de lujuria.
Recordé aquellos momentos en la habitación de la pensión, donde no me había atrevido a embestir su cuerpo con el mio, por miedo a que aquello fuese mi perdición. Pero había sucumbido a la tentación y ahora me encontraba allí, sobre su cuerpo desnudo sintiendo como le obligaba a penetrarme, aun que obligar , no era la palabra más adecuada. Mis jadeos cada vez eran más fuertes.
Todo a mi alrededor había desaparecido, el paisaje había sido sustituido por un manto negro donde la única luz procedía de nuestros cuerpos. Posé mis manos en el césped, había empezado con demasiada engría y aquello no iba a ser bueno. Dejé que mi pecho reposara sobre su torso desnudo y resplandeciente, incliné la cabeza y busqué con mis labios los suyos, mientras que disminuía la velocidad de mis movimientos, intentando saborear el momento lo máximo posible.Aun que algo en mi me decía que aquel brujo buscador de longevidad no iba a controlarse después de haber jugado con él.
Yo por mi parte tenía juventud y el mundo bajo mi cuerpo.
Nimue Bellamy- Humano Clase Media
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