¿Quiere una manzana? -Libre-

Abrió los ojos en su improvisada morada cuando el sol se ocultó en el horizonte y la oscuridad invadió el mundo. Le gustaba el invierno, la noche caía mucho más temprano y podía gozar de más tiempo despierto. Su improvisado refugio era una cabaña abandonada que había encontrado en las profundidades del bosque, la sala tenía sendos agujeros en el techo por lo que la nieve había caído dentro de la casa mojando la madera del piso. Para un mortal sería imposible vivir en ese inclemente clima, pero no para él, a quien el frío era una de sus menores preocupaciones. Además el blanco puro de la nieve le daba cierto toque idílico a la sala, era como si un manto celestial hubiese caído sobre ella.

Pero no debía encariñarse demasiado con el sitio (No era suyo después de todo) y debía conseguir un buen trabajo estable que le permitiera ir ahorrando unos francos para alquilar una casa en la ciudad, una como la que tenía hacía 4 años, cuando había estado trabajando como profesor de historia del arte en la Universidad. Aquellos habían sido buenos años para él, inclusive había tenido una pequeña tienda en la zona comercial donde vendía antigüedades. Ahora los pocos objetos que había alcanzado a salvar, yacían guardados en cajas desperdigadas por la cabaña, junto con los libros y lienzos que no había perdido luego de que decidiera enterrarse y dormir por 3 años.

Esa noche en particular no necesitaba ir a la ciudad, era sábado y decidió tomarse esa noche para cazar y disfrutar de la compañía de las lechuzas, sus animales favoritos. Se colocó el abrigo viejo y mustio que siempre llevaba, con una bufanda de lana azul oscura y su sombrero de copa, no iba a verse con nadie, pero era una costumbre llevar siempre el sombrero. Caminó por el bosque sin rumbo fijo disfrutando del silencio que otorgaba el invierno, la nieve había cubierto la mayoría de los árboles pero no había caído lo suficientemente fuerte como para que sus pies se quedasen atrancados en ella, así que caminó gracilmente por los senderos por un buen rato hasta que sintió un olor familiar que le hizo girar el rostro.

El olor a carne humana, el dulce olor que le atraía como el fuego atraía a una polilla. Se quedó quieto escuchando los pasos y divisó a un chico que se acercaba. Era rubio y de mejillas sonrojadas, debía tener bastante frío, también lucía joven, no más de 20 años le calculó. El chico traía libros bajo el brazo, eso le llamó la atención y le estaba ofreciendo una manzana con un dejo de inocencia en sus claros ojos.

- Muchas gracias joven monsieur - Respondió estirando las manos enguantadas para recibir la manzana - No es fácil conseguir fruta en estos climas - Agregó notando que la manzana lucía madura - ¿Es un regalo o me la esta vendiendo? - Preguntó un tanto confundido por la amabilidad del extraño, no todo el mundo iba por ahí ofreciendo manzanas gratis, así que era mejor preguntar, además estaban un tanto lejos de la carretera principal que llevaba a la ciudad, eso también era inusual - ¿Se ha perdido en el bosque? - Inquirió.

Sonrió leve en el momento que el contrario recibió la manzana, quizá era su imaginación pero le seguía pareciendo extraño el muchacho que tenia frente a el  - Trabajo en una pastelería, tengo permitido tomar algunas cosas y por eso pude obtener unas pocas manzanas -  Le respondió de forma calmada , frotando sus manos para hacerlas entrar en calor , alzo su vista ante su pregunta soltando una risa bastante tierna -Es un regalo, no tengo la necesidad de cobrar por algo como esto, ademas… luce como si tuviera algo de hambre – trato de decirlo de la manera más amable posible, no quería ofenderle ni menos hacerlo sentir mal , resoplo viendo su aliento a la perfección por el frio clima, miro detenidamente al contrario, traía ropa ligera por lo que este también podría ser el causante de su palidez, ademas en el momento que toco su mano enguantada su temperatura era totalmente fría – O no, nada de eso… - dijo guardando sus libros en el bolso  y volviéndole a sonreír con su característica picardia – Me gusta  escaparme de la ciudad para poder leer… en lugares como este puedo permitirle a mi imaginación desbordarse de los limites que son permitidos ante la sociedad – volvió a soltar una risa, pero esta vez fue algo mas tímida y de nerviosismo-  Debes pensar que estoy loco ¿ no ? - dijo con tono algo apenado, rascando su cabeza y desviando su mirada , pues en esa sociedad tan conservadora una persona soñadora y llena de imaginación no era vista de la mejor manera -  Estoy a horas de mi residencia, ni siquiera note que ya se había echo de noche...  - Sus ojos estaban algo rojos producto de haber estado leyendo por horas -   y usted ¿ Que hace en medio del bosque? - menciono sintiendo como el frio calaba sus huesos , haciéndolo estremecerse , hasta ese momento no se había fijado de forma mayor en el hombre frente a el, era bastante atractivo para su gusto, no se veía de más de 25 años, aunque su forma de vestir lo hacían pensar que tenia casi 30 años . Su mirada de perdió por un momento en el estrellado cielo de aquella noche, era una vista realmente hermosa, su estomago gruño levemente puesto que lo único que había comido durante esas largas horas había sido una manzana – Disculpe, creo que es hora de que me vaya – menciono mientras metía sus manos en sus bolsillos y le dedicaba una ultima y tierna sonrisa, comenzando a caminar hacia lo que se suponía era la salida del bosque, pero como era algo torpe guiándose de noche comenzó a caminar hacia el lado contrario, el era de la clase de persona que perdía totalmente la orientación cuando el sol ya se había ocultado, y ese era uno de esos momentos, comenzó a jugar con su aliento, haciendo como si estuviera fumando un cigarrillo, era algo inmaduro para su edad,  miro de reojo hacia atrás viendo al otro muchacho , por alguna razón una boba sonrisa se apodero de sus labios.

De un momento a otro se quedo parado en medio la la blanca nieve, podía sentir como su corazón se aceleraba, tenia un mal presentimiento y unas ganas enormes de ponerse a llorar ahí mismo , mordió su labio inferior sacudiendo su cabeza y continuo caminando a pesar de que sus latidos eran bastante agitados , en ese momento quería tomar un barco y partir de inmediato a Inglaterra  , sentía que algo importante estaba sucediendo aya, pero no tenia idea de que podía ser.

El chico comenzó a hablar y no le dio espacio para responder nada, así que lo escuchó mientras le explicaba que trabajaba en una pastelería y por eso traía manzanas, también dejo que había ido al bosque a leer, que le gustaba estar en ese lugar a pesar del clima. Algo bastante inusual, pensó Soren pues muchos preferían visitar la biblioteca que tenía chimeneas y calderas para mantener un clima más llevadero en invierno. Escoger el bosque para leer bajo esas temperaturas era definitivamente extraño.

El chico había atinado al hecho de que tenía hambre, bueno en realidad era más acertado decir que tenía sed, la última vez que había bebido sangre humana había sido semanas atrás y esa noche había pensado ir de cacería, probablemente a las zonas alejadas y no se esperaba encontrarse un bocadillo tan apetecible en medio del bosque como si la naturaleza se lo hubiese puesto en bandeja. Sin embargo Soren sabía controlarse bien. Aún cuando estuviese tan sediento.

Le vio alejarse unos pasos, no parecía saber a que dirección dirigirse y aunque no lo hubiese admitido, Soren creía que en realidad estaba perdido. La noche sólo estaba iluminada por la luz perlada de la luna, era fácil confundir los senderos en un bosque que lucía similar en la penumbra. Se acercó a él metiendo la manzana en el bolsillo de su abrigo.

-Si tu casa queda a horas de aquí, será peligroso volver en esta oscuridad – Comentó observándole pensativo – El bosque no es un buen lugar para estar sólo en las noches, nunca se sabe si hay un puma o un lobo asechando entre los matorrales – Le explicó, no quería asustarlo, pero lo que decía era cierto, habían depredadores en el bosque y un chico solo sería una presa fácil para una manada de lobos – Conozco este territorio... no a la perfección pero estoy familiarizado, a cambio de la manzana puedo ayudarte a encontrar el camino de regreso a la carretera - Le indicó.

Era lo menos que podía hacer en respuesta a la amabilidad del chico al ofrecerle la manzana.

-Es verdad... si tuvieramos la mala suerte de encontrarnos con una manada de lobos hambrientos, no habría mucho que podríamos hacer – Comentó pensativo, especialmente si son hombres lobo pensó por unos momentos, como Vampiro sentía un miedo natural hacía esas criaturas y las pocas veces que las había tenido que enfrentar había salido con un par de costillas rotas. Definitivamente un escenario que no quería ni pensar – Pero no pensemos en eso, mantengamos la mente positiva – Agregó más como para si mismo que para el chico.

-Sígueme – Le indicó con la mano – Conozco esta área del bosque, podemos tomar un atajo y llegar más rápido a la carretera – Le explicó, llevaba ya casi un año viviendo en la cabaña abandonada y esa área le era familiar aún en la penumbra e inclusive con toda esa nieve ocultando los senderos que en primavera estarían llenos de flores y bichos – El pastel suena bien... ¿Que tal un café? - Comentó con amabilidad, no había una sonrisa en sus labios pues él siempre se sentía algo incómodo cuando conocía a una persona por primera vez y las sonrisas tardaban en salir, sin embargo su voz era cálida.

-Supones bien, actualmente me encuentro viviendo en una cabaña no muy lejos de aquí, pero es algo temporal, cuando consiga un trabajo decente, pienso mudarme a la ciudad – Le explicó encogiéndose de hombros - ¿A que te dedicas? Si no es muy entrometido de mi parte preguntar... oh... lo siento, no me he presentado soy Soren Kaarkarogf – Dijo al fin recordando que no había dicho su nombre.

Fue consciente que al dar su nombre estaba destruyendo la posibilidad de alimentarse de él, era mucho más fácil morder a personas desconocidas y mantener el acto de beber como algo impersonal. Pero cuando se daba el nombre y se empezaba a conocer un poco sobre esa persona, se hacía más difícil beber. Tenía entonces que mantener su fachada de humano y fingir como estaba acostumbrado o el pobre chico saldría corriendo del sitio y le contaría a todo el mundo sobre el monstruo que le atacó en el bosque.

-No conozco casi nada de pastelería – Aceptó cuando le escuchó decir que se encargaba de los glaseados ¿Qué era un glaseado? Se preguntó, en sus épocas cuando había estado vivo en Estocolmo, casi 300 atrás, los pasteles no existían, el había visto el florecer de ese arte culinario mucho después en Francia, por lo que nunca tuvo la oportunidad de probarlos. Era una verdadera lástima porque ahora estando 'muerto', todo lo que comía le sabía a cenizas y no podría probar el verdadero sabor que a tanta gente le gustaba.

-No soy Frances – Continuó mientras caminaban, había dejado de nevar hacía unas horas, pero el frío se mantenía – Mi pueblo natal está bien en el norte, en Suecia, de donde vengo no hay muchos pasteles – Comentó haciendo un puchero que pareció bastante ingenuo – Es una lástima... he escuchado que el dulce te alegra el día... - Se preguntaba si un simple sabor podría cambiar el estado de ánimo de una persona, le costaba imaginarlo.

Le pareció simpático como pronunció su nombre con un acento que no le pareció Francés, había algo diferente en su modo de hablar y Soren adivinó que el chico no era tampoco de esas tierras. Entonces la pregunta sobre la edad le hizo callar unos segundos y se metió las manos en los bolsillos.

- Tengo 27 – Mintió desviando la mirada hacía un lado. En ese momento el suave y silencioso aleteo de una enorme ave le distrajo, un enorme Buo gris pasó volando por encima de sus cabezas, un depredador perfecto que no hacía el más mínimo sonido al volar, pero Soren le había escuchado gracias a sus sentidos agudizados – No eres Frances ¿Verdad? - Murmuró intentando cambiar el tema – Tu acento es diferente... ¿Inglés quizás? -

-Suecia es... así de fría pero casi todo el año – Comentó rememorando días de su juventud – El verano es más bien suave, pero el invierno es tan frío y oscuro que pierdes noción del día o la noche – Le explicó – Por eso estoy tan acostumbrado al frío – Aquella era una verdad a medias, lo cierto era que como Vampiro el frío le afectaba poco, aún así mantenía su fachada humana usando siempre el abrigo y la bufanda, como las que traía puestas en ese momento.

-Nunca he estado en Inglaterra, pero he escuchado que los días son nublados y que la gente viste muy elegante, me gustaría visitar Londres algún día – Comentó girándose hacía él – Aunque la verdad es que, quiero quedarme en París más tiempo porque... bueno... no me vas a creer pero soy Historiador de Arte y quiero conseguir un trabajo como profesor en la Universidad de París – La gente solía poner en duda que fuera profesor por su apariencia joven, normalmente se esperaba que un historiador tuviera más de 40 y que luciera mucho más sabio.

Se detuvo en seco al escuchar el movimiento en los arbustos, inclusive Andrew lo había notado, le hizo una seña con la mano para que se quedara quieto y en silencio, los arbustos se quedaron quietos y Soren olfateó el aire descubriendo el olor de un animal, era un olor mustio y no muy fuerte, debido a que el viento estaba soplando en la dirección contraria y por eso no le había detectado antes. Se interpuso entre Andrew y el arbusto y se acercó lentamente.

Un gruñido se escuchó dentro de los arbustos y unos ojos amarillos brillaron en la oscuridad, unos instantes después de escuchó un aullido corto y un lobo de color negro salió del arbusto enseñando los dientes de manera amenazadora, el Vampiro retrocedió y el lobo ladró amenazadoramente como advirtiéndole que no se moviera más. El lobo parecía joven y traía todo el pelo erizado haciéndolo parecer más grande de lo que era.

- No hagas ningún movimiento brusco – Murmuró Soren a Andrew sin dejar de mirar al lobo directamente a los ojos.

Andrew le había sugerido que corrieran, por supuesto aquella era la primera opción que una persona en una situación como esa pensaría, pero Soren sabía muy bien que era un error correr.

-No – Le respondió en voz baja y tajante, su tono era seguro – Si corremos el lobo nos perseguirá, sólo lograremos activar su instinto de depredador si nos ve corriendo, además los lobos son muy rápidos, nos alcanzaría sin ningún esfuerzo – Todo aquello era verdad excepto que él como Vampiro podría correr mucho más rápido que el lobo, Soren estaba seguro de poder escapar de él si usaba toda su velocidad al máximo, pero Andrew no podría correr tan rápido, mucho menos sorteando piedras, árboles y con la nieve frenádole el paso. Correr era sin duda alguna una mala idea.

El lobo volvió a gruñir como si se estuviera cansando de verlos conversar y entonces Soren lo notó también.

El olor del miedo.

Andrew estaba liberando adrenalina de todo su cuerpo, conforme el miedo se apoderaba de él. Los pupilas de los ojos del Vampiro se dilataron casi al punto de cubrir el iris azul pálido que las envolvía, tragó saliva de manera inconsciente puesto que él, al igual que el lobo, estaba sintiendo como el miedo de Andrew desataba ese deseo innato de cualquier depredador de matar.
´
No, no no puedo dejar que el lobo mate a Andrew.
Andrew es mi presa.

El pensamiento llegó a su cabeza en forma de una voz maliciosa. El monstruo sediento de sangre de su interior intentaba salir pero Soren se negaba a dejarse llevar, tenía que controlarse o aquella situación terminaría terriblemente mal para el humano. ¿Pero como espantar al lobo sin revelar su naturaleza Vampírica?.

-No podemos escapar – Susurró e iba a pedirle que le pasara la navaja cuando el lobo saltó en un movimiento rápido y se abalanzó sobre Soren intentando alcanzar a Andrew tras de él, el lobo tomó a Soren por sorpresa por lo que este calló hacía atrás bajo el peso de casi 80 kilos del canino, el lobo era tan largo como un hombre adulto en dos patas, por lo que el vampiro quedó prácticamente cubierto bajo el cuerpo de este. Sin embargo el lobo no atacó a Soren, sus fauces se abrieron en dirección de Andrew intentando alcanzarlo.

En esos momentos de confusión, Soren se preguntaba si Andrew sucumbiría ante el miedo y saldría corriendo.

Su corazón no dejaba de latir con fuerza, le daba una sensación de que en cualquier momento este se desprendería de su pecho , escucho atentamente lo que Soren le decía, habiendo un silencio incomodo por un momento ante el rugido del lobo, el miedo cada vez era mayor al punto de hacerlo sentir algo mareado, nuevamente de forma casi inconsciente dio un paso hacia atrás, en ese mismo momento pudo ver como el lobo se abalanzaba sobre Soren.

-Soren ! -

Grito con fuerza al ver al mayor sometido bajo el gran cuerpo del animal, pero, noto que este no le hacia absolutamente nada , la boca del lobo iba en su dirección, no en la de soren, el era la presa.

De forma nerviosa abrió su bolso con prisa, buscando la navaja dentro de esta, pero lo lograba encontrarla , en el peor momento no lograba encontrarla ! Se estaba exasperando, antes de poder darse cuenta el lobo salto en su dirección, tumbándolo en el piso y tratando de morderle, pero uso su bolso como escudo de sus mordidas, el peso de este era bastante por lo que no podía moverse con facilidad, cada vez que este se tiraba a morderle ponía su bolso para evitarlo, con sus piernas trataba de golpearle los costados pero esto no tenia mucho efecto en el animal, miro a su alrededor con nerviosismo, estaba seguro de que en cualquier momento colapsaría del miedo .

Estiro su mano derecha en dirección a un pequeño palo que había junto a el, apenas era grueso por lo que sabia perfectamente que no serviría de mucho, solo serviría para alejarlo un momento y buscar la navaja, su bolso ya estaba casi destrozado, con toda la fuerza que pudo juntar en ese momento golpeo la cabeza del animal, haciéndolo chillar y retroceder un poco , como pudo se hizo para atrás sin ponerse de pie, viendo como la navaja que hace un rato buscaba ahora estaba tirada en la nieve junto a soren

-Soren , la navaja ! -

exclamo a punto de volver a ser atacado por el animal, por lo que cubrió su rostro con miedo.

Todo fue bastante rápido y en cuestión de segundos el lobo ya estaba sobre Andrew atacándolo. El chico se defendía como podía colocando el bolso como escudo y decenas de papeles rotos estaban cayendo desperdigados al rededor del chico conforme el animal destrozaba el contenido del bolso. El chico golpeó al lobo con un palo y Soren aprovechó el momento para ponerse de pie mientras escuchaba que el chico le pedía que cogiera la navaja.

El lobo se lanzó una vez más sobre el chico que se había cubierto con sus brazos para proteger el rostro, el bolso ya no le serviría como escudo, los colmillos del lobo se cerraron con fuerza en la carne del brazo de Soren quien en un ágil movimiento se había tirado sobre el lobo y le había abrazado interponiendo su propio brazo entre el lobo y Andrew. La sangre no tardó en brotar, los colmillos atravesaron el abrigo y el saco de lana de Soren y alcanzaron su piel, sintió un agudo dolor que sólo logró desatar una ira inconsciente que lo sobrecogió en cuestión de segundos.

Sin pensarlo dos veces, el vampiro abrió su boca enseñando sus colmillos afilados, siseando como una especie de gato muy grande y enterró su cara en el inicio del cuello del lobo que aún tenía agarrado por la espalda.

El lobo chilló como un perro asustado cuando los colmillos de Soren atravesaron el pelo y la piel, el lobo arqueó la espalda intentando safárse de la mordida pero Soren le tenía bien agarrado, el lobo se sacudió y aruñó la nieve con sus uñas intentando agarrarse a algo para soltarse. Ahora la adrenalina estaba saliendo del cuerpo del lobo, notó Soren aún sin soltarlo, podía sentir el miedo del pobre animal mientras chillaba.

¡Mátalo, mátalo y luego termina con Andrew!

La voz le gritó en algún punto de su cabeza. Y en lo que pareció una eternidad, el lobo se debatió con fuerza hasta que Soren sintió un nuevo olor.

¡Leche!

El vampiro soltó la mordida y el lobo de inmediato corrió hacía el arbustos soltando quejidos, el hombro peludo estaba manchado de sangre pero no era una herida demasiado profunda.

- Es una loba, sus cachorros deben estar escondidos cerca ¡Estamos invadiendo su territorio! - Exclamó como comprendiendo todo de repente. No fue consciente de que su boca estaba cubierta de sangre y que sus colmillos eran evidentes mientras hablaba, por un momento olvidó que debía ocultar su naturaleza delante del humano – ¡Debemos irnos antes de que la manada regrese! - Agregó con voz agitada.

Continuaba cubriendo su rostro con ambos brazos esperando el ataque del animal, pero la mordida nunca llego, quito su brazo para poder ver lo que sucedía y se encontró con la escena de que el mayor estaba siendo mordido pon el lobo, no sabia que hacer, estaba muriendo de miedo al punto de quedar inmóvil, apenas logro ponerse de pie y correo tembloroso hacia donde estaba la navaja , pero, cuando tomo de esta logro escuchar que el que ahora chillaba era el lobo, se giro viendo una escena completamente escandalosa.

El mayor se encontraba mordiendo el cuello de lobo, quizá estaba solo imaginándolo o simplemente ya había muerto y estaba delirando en sus últimos momentos de vida , pero no, no era nada de eso, acaso el otro chico era un ¿vampiro? No, no podía ser eso real, los vampiros son solo historias de terror para hacer a la gente sentir miedo, dio un paso hacia atrás tropezando con la rama que había usado hace un rato, quedando hundido en la nieve, el miedo que había sentido antes apenas se comparaba con el que estaba sintiendo ahora, el lobo escapo chillando de dolor  y el mayor le miro con su boca ensangrentada y unos grandes colmillos, lo unico en lo que pensaba ese momento era en que el chico lo atacaría y mataría, llevo una mano hacia su propio cuello cubriéndolo mientras temblaba .

-¡No me mates ! Por favor no lo hagas…. -

su voz tembló un poco , parecía como si en cualquier momento fuera a llorar, jamas hubiera imagino estar envuelto en una situación similar con un VAMPIRO .

- T-tu…. Eres un vampiro…. E-eso no es posible…. Debo estar enloqueciendo… -

Dijo en voz alta cubriendo su propio rostro, había ignorado por completo lo de que vendrían más lobos, en ese momento eso era lo que menos aparcaba sus pensamientos, su labio inferior y manos temblaban.

- Soren....¿ esto es un sueño ? -

balbuceo.

Todos sus sentidos estaban alerta, podía escuchar el trote de la loba que se alejaba hacía el este, el aleteo de una lechuza que había emprendido vuelo a un árbol vecino y por supuesto el constante palpito del corazón de Andrew acelerado y frenético. El chico había caído en la nieve sentado y le miraba con ojos aterrorizados. Entonces Soren fue consciente de que había revelado su naturaleza al chico, ya no había marcha atrás, tenía que aceptar lo que era, pues no podía explicar la aparición de sus colmillos y el que hubiese auyentado a un lobo casi tan grande como él.

La adrenalina que desprendía el cuerpo del humano a la par con su súplica, sólo lograban que su instinto de depredador se agudizara y deseara lanzarse sobre él para hundir sus colmillos en esa suave piel de su cuello. Podía oler su piel desde su posición, podía sentir su miedo, llegándole en oleadas, herizándole la piel. Deseaba mordelo, ¡Necesitaba mordelo o se iba a volver loco!.

-Esto no es un sueño – Murmuró acercándose con un par de pasos lentos, sus ojos de pupilas dilatadas le miraban con la misma intensidad que un tigre miraría una indefensa liebre. No parpadeaba, era una mirada gélida como la misma nieve. Le estaba costando sobremanera contener el impulso de matar, porque se sentía hambriento y la situación era perfecta para un asesinato. ¿Quién iba a sospechar de él? La policía asumiría que el chico había sido atacado por lobos y no tardarían en encontrar a la loba con sus cachorros para justificarlo.

Un aullido interrumpió el silencio, seguido de otro par.

- ¡Mierda! - Exclamó Soren girándo el rostro hacía los arbustos en la oscuridad, nuevos aullidos se unieron al primero y el vampiro pudo distinguir al menos 4 distintos. - La manada se está reagrupando, tenemos que salir de aquí ¡Rápido! - Estiró la mano derecha pues la izquierda aún seguía goteando sangre en donde la loba le había mordido y levantó a Andrew de la nieve con facilidad – No hay tiempo que perder, no puedo enfrentar a todos los lobos yo sólo, ¡nos mataran a los dos! - Exclamó con expresión agitada. Los aullidos se escuchaban cada vez más cerca, el Vampiro tomó a Andrew del brazo y comenzó a correr empujándole para que le siguiera - ¡Corre tan rápido como puedas! -

- intento hacerse más hacia atrás cuando vio que el contrario se le acercaba, pero no lo lograba, la nieve lo tenia estancado en ese lugar , algo en la mirada ajena había cambiado, era mucho más fría, peligrosa, siniestra, le intimidaba por completo haciéndolo sentir como una pequeña presa, pero en el momento oportuno se escucho un aullido en todo el lugar, el cual estuvo seguido de más , aquel sonido había sido su salvación o quizá su futura muerte.

Con ayuda del joven vampiro se puso de pie sin mucho esfuerzo, el cual de forma casi inmediata le jalo del brazo haciéndolo correr, este le indico que debía correr lo más rápido que pudiera y no estaba muy seguro de que tan capaz seria de lograr eso, siempre había sido de una condición física no muy buena, ademas era asmático. Estaba teniendo mucha dificultad para seguirle el paso, la nieve era el factor principal, sus pies se quedaban estancados impidiendo que se moviera con rapidez , los aullidos se escuchaban aun más cerca haciendo temblar al de cabellos rubios que como podía trataba de correr a paso veloz, su corazón poco a poco se comenzó a acelerar más y más, deteniéndose en seco para poder recuperar el aliento, leves jadeos se escapan de sus labios que cada vez eran más constantes, estaba casi seguro de que el vampiro le dejaría ahí  y escaparía solo.

- Y-yo… no puedo….. lo siento….-

Dijo mientras jadeaba, viéndole de forma derrotada , hizo su ultimo esfuerzo de seguir corriendo pero no logro aguantar mucho más cuando se volvió a detener para recuperar el aliento , pero algo se le ocurrió, alzo su mirada viendo al mayor.

-Soren….. podemos… subirnos a un árbol…-

dijo entrecortado ya que apenas estaba respirando y las palabras no lograban salir con fluidez, los aullidos se oían aun más cerca, no estaban a más de un minuto de ellos , por un lado ser matado por un vampiro no sonaba tan mal ante el echo de ser descuartizado por una jauría de lobo, por un momento se planteo una remota propuesta, ya que sabia que ni siquiera seria capaz de escalar un simple árbol-

- Si me ayudas a subir a un árbol… te permitiré beber de mi sangre… -

menciono con algo de miedo mientras su respiración se normalizaba poco a poco -

Corrieron por el bosque y a pesar de que el Vampiro habría podido doblar aquella velocidad, intentó mantener el paso del humano pues sabía que este no podría correr a la par suya. Lo que no tuvo en cuenta fue que el chico tuviera tan mal estado físico, no habían corrido ni 10 minutos cuando ya estaba jadeándo como un perro y rogando por que se detuvieran para tomar aire. Andrew le recordaba así mismo cuando estaba vivio. Él también había sido un chico delgado con un terrible estado físico, su hermano Casper siempre le había superado en todo, desde los juegos y deportes de cuando eran niños, hasta las conquistas de doncellas en los bailes organizados en el castillo.

Sintió cierta empatia por el chico a pesar de que sólo llevaba minutos de conocerlo, le observó mientras hablaba, lucía tan perdido e indefenso que, contrario al deseo inicial de morderlo, comenzaba a sentir un inusual deseo de protegerlo.

-Subirnos a un árbol es sólo una solución temporal, los lobos son criaturas inteligentes, esperarán pacientemente hasta que tengamos que bajar – Le explicó, además no pensaba quedarse toda la noche subido a un árbol arriesgándose a que el amanecer lo cogiera desprevenido y el sol lo calcinara por no estar en su refugio. Entonces el chico había hecho una sugerencia que le arrancó una sonrisa de oreja a oreja.

Su sonrisa reveló la exención de sus colmillos perlados que parecían más blancos gracias al contraste del rojo de la sangre que aún rodeaba su boca pues no se había detenido a limpiarla.

- Trato hecho – Dijo acercándose a él, dándole la espalda, agachándose – Sube a mi espalda, te sacaré de aquí – Le indicó que se subiera y justo entonces la trompa peluda de un lobo blanco se asomó entre los árboles a un par de metros de distancia, acto seguido un lobo gris apareció detrás gruñendo y ladrando de manera amenazadora.

Sabia que había cavado su propia tumba, la propuesta que acababa de hacerle le traería consecuencias y estaba seguro de que no serian buenas, trago saliva sintiéndose algo inquieto ante el echo de aun poder ver la sangre del lobo en las comisuras del labio ajeno . Al escuchar que el mayor había aceptado el trato un escalofrió recorrió todo su cuerpo, acto seguido en el que lo vio agacharse un poco , pidiéndole que subiera en su espalda, pero, antes de poder hacerlo un hocico se pudo apreciar entre las sombras de los arboles y gruñidos no se tardaron en escuchar.

- Soren…-

murmuro con su labio tembloroso, dudando por un momento si debía aun subir en la espalda contraria , pero lo hizo, sintiendo como su dignidad se iba abajo ¿ Como era posible que un hombre le fuera a cargar? No podía permitirlo, pero ya era tarde. Apenas se subió sobre este se aferro a su espalda, abrazándole con fuerza dándole a entender que no pensaba soltarle, estaba totalmente asustado ante la idea de su posible muerte que incluso había llegado al punto de confiar en un vampiro, pero, antes de poder decir algo uno de los lobos le tomo por el tobillo, mordiéndolo hasta el punto de hacerlo gritar y caer de la espalda de Doren , se quedo un momento en el suelo, sin dejar de quejarse, mientras el lobo le mordía, no lograba sacárselo de encima , su corazón cada vez se aceleraba más y la sangre no tardo en manchar su pantalón.

Sentía que había pasado una eternidad, el animal agitaba su pierna hacia todos lados, como si se tratara de cualquier cosa, el de cabellos rubios hacia todo lo posible por que este le soltara pero no tenia caso, el animal era mucho más fuerte que el.

Andrew parecía no muy contento con la idea de subirse a su espalda y en otra situación, Soren también se sentiría avergonzado de cargar a otro hombre de esa forma, pero no estaban en circustancias normales y para ser francos no había otras opciones para elegir. Infortunadamente cuando el chico se había subido y antes de que el Vampiro pudiese correr, un lobo le había alcanzado el tobillo y le había hecho caer.

Soren se giró dispuesto a atacar al lobo, pero dos nuevos lobos se avalanzaron sobre él, reconoció a la hembra de antes y a otro mucho más pequeño pero con feroces y afilados colmillos dispuestos a destrozar todo lo que se atravesara en su camino. El Vampiro intentó quitárselos de encima con patadas y puños, sintiéndo que una inconmensurable rabia se apoderaba de él, ahora más que nunca su instinto animal estaba saliéndo a flote gracias a esa situación de vida o muerte.

El grito de dolor de Andrew se escuchó aún por encima de los gruñidos de los lobos y el Vampiro siseó como un gato enfurecido cuando el lobo más jóven le alcanzó el brazo derecho y arrancó un buen pedazo de ropa y piel, Soren se giró y mordió al lobo alcanzándole un costado de cara perforándole la oreja con sus colmillos. El lobo chilló de dolor y se alejó corriendo, Soren utilizó esos segundos de pánico del animal para lanzar una patada a la loba que aún tenía al lado y quedar por fin libre.

Andrew seguía devatiéndose en el suelo, Soren le lanzó una patada en el hocíco al lobo y este chilló soltando inmediatamente el tobillo del humano , el lobo había retrocedido gimiendo como un perro con el hocico enrrojecido y sin pensarlo dos veces el Vampiro tomó al humano por la cintura y lo alzó en brazos, para luego correr tan rápido como le era posible hacía las profundidades del bosque.

Corrió por lo que le pareció una eternidad, gracias a la adrenalina que recorría su cuerpo, a lo lejos escuchaba los aullidos de los lobos y alcanzaba a escuchar algunas pisadas en la nieve, sin embargo parecía que los animales estaban perdiendo el interés pues ya no sentía el fuerte olor de sus pelajes, sólo un par de lobos continuaban persiguiéndolos mientras que el resto de la manada había desistido quizás debido a las heridas que les había causado el Vampiro.

Al cabo de unos 20 minutos la sombra de una pequeña cabaña de madera se pudo divisar entre unos enórmes sauces que por el invierno se encontraban despojados de hojas, dentro de su improvisado hogar estarían completamente a salvo.