Sympathy for the devil | Privado

por **Amara J. Argent** Jue Abr 28, 2016 5:13 am

“What is and what should never be”

Ha sido una caza difícil. Mi padre y su séquito de cazadores ultraconservadores, con desprecio absoluto por los licántropos, se encuentran tras la sombra de uno de los lobos que más les ha costado apresar. En trece años, la sed de venganza de mi padre no se ha apaciguado ni siquiera un poco. Su sangrienta búsqueda de un mundo libre de criaturas hijas de la luna y la noche aumenta cada día que pasa, es verdad que el tiempo sana heridas, pero también es cierto que alimenta demonios, deseos y rencores. La furia de mi padre nunca tendrá suficiente tiempo y ningún ajuste de cuentas será conveniente para sosegar al monstruo que lleva dentro. Tristán me ha ordenado unirme a esta caza en particular. He obedecido como siempre. La diferencia es que esta vez no deseo hacerlo. Últimamente he estado fuera de control, mis emociones retuercen mi juicio, distorsionan los principios bajo los cuales fui criada. El control es lo único seguro que tengo, si lo pierdo no tendré nada. La caza es arte y mi arma mi mejor amiga.

Todo comenzó cuando Julian Lasance, joven cazador, hijo prodigo y mi desafortunado prometido fue asesinado en un enfrentamiento con un lobo. Julian no era el mejor de los cazadores, su necesidad de probar lo contrario le llevó a confrontar sin apoyo a la bestia en plena luna llena; un ego herido fue la causa de su deceso. Su familia por supuesto, demanda venganza y debido a ello me encuentro aquí en este preciso momento. Si ser sincera es un pecado entonces creo que arderé en el infierno pero lo cierto es que su muerte no me podría ser más indiferente. Nunca sentí nada por él y no recuerdo la última vez que haya sentido algo hacia alguien. No estoy muy segura de sí mi ausencia de sentimientos era retribuida o no, pero eso ya no podría importar menos.

Falta poco para que amanezca, nubes repletas de agua cubren el cielo amenazando liberar su contenido. El clima es gélido y si bien mi descotada vestimenta es cómoda para la caza no es muy útil para el frío. Quiero volver a casa pero no creo que sea posible hasta que la criatura aparezca. Al lobo le encontraron a mediados de la noche saliendo de una taberna en compañía de algunas señoritas, desde entonces ha sido una laboriosa persecución que parece no tener fin; lo único certero que ha ocurrido es que le hirieron en una costilla con una bala de plata, razón por la cual nos hemos separado para cubrir mayor campo.

He deambulado por horas en los callejones y ya he dejado de buscar, sólo camino sin rumbo y exhausta, el frío me congela las extremidades y si de luchar se trata no estoy en mi mejor momento; no obstante, el eco de un disparo me hace volver a mi labor. Lluvia torrencial cae de los cielos. Con sigilo sigo el rastro del sonido y después de avanzar unos cuantos metros logro divisar una silueta que parcialmente reconozco como la de la bestia. Él se encuentra de espaldas, se esconde sin saber que yo me encuentro a unos cuantos pasos de distancia. Debo actuar rápido pues de no ser así mi aroma me delatará. No vi a mi madre y hermanas ser asesinadas de tan violenta forma sólo para convertirme en ellas, si he de morir no será a manos de un licántropo.

El sonido de las gotas de lluvia golpeando el piso ha cubierto el de mis pasos. Podría usar mi arco, pero me declaro amante de los retos, por ende saco las dagas de mi cinturón y me lanzo a atacar a la bestia. Todo sucede muy rápido y para cuando se da cuenta de mi presencia es demasiado tarde; clavo las dagas en su espalda y él cae piso adolorido. Desde el piso el lobo vuelve la vista a mí, me congelo, no sé qué deducir de su mirada, no sé qué aguardan sus intenciones, ni el origen de sus motivos. No hay maldad en sus ojos y aun así tampoco inocencia. Nunca me habían confundido tanto un par de ojos. Si algo he de sentir es curiosidad.

Los demás cazadores han seguido también el sonido, puedo oírles acercarse pero no me sorprende que lo hagan, todos pensamos igual a la hora de cazar. La mano me tiembla, sé que debo atravesar su corazón con una daga. No me atrevo, no soy dueña de mis movimientos, mi mente contradice a mi cuerpo; tan pronto como reacciono me encuentro a mí misma levantando al lobo de un jalón, arrastrándolo hasta una estrecha abertura entre dos casas en la que apenas cabemos los dos. La distancia es demasiado corta para mi gusto, pero ya he tomado este camino. El grupo de cazadores se acerca cada vez más.

— Silencio lobo —Coloco mi dedo indice sobre sus labios — Si quieres vivir, claro.

por **Cameron D’ Lizoni** Lun Mayo 16, 2016 10:51 am

Ciertamente todos tenemos una que otra mala noche, mal día e incluso una mala vida..., yo no soy la excepción aun quiera creer que nada puede tocarme. Aun me empeñe en andar por ahí sutil y altenero, alardeando de mi orgullo como si se tratase de un dios..., y vaya patetico dios que vine a ser.
Hace tres días recibí la noticia de que mi madre falleció a manos de un grupo de cazadores, tan cobardes para emboscarla cuando más debil se encontraba...sí, a esto me atrevo a calificar como un maldito día. El peor de todos. Justo hoy regreso de Italia tan solo más iracundo y dolido de lo que estuve al saber la verdad, y es que verla ahi sin vida removió años de una vida plena y ¿por qué no? tal vez hasta perfeta. Regreso peor de como partí, culpandome pues de no haberla dejado nada de esto hubiese ocurrido.

Todos tenemos una debilidad sin importar lo fuerte que seamos o llo superiores que nos sintamos y la mia acaba de renunciar a su ultimo suspiro. No me considero violento a pesar de mi naturaleza, mucho menos vengativo pero en momento como este comprendo a la perfección la necesidad de venganza que hizo que él, a quien por primera vez transformé, llegará a tales extremos para conseguir su cometido. Es ahora por primera vez que siento la bestia abrirse paso por todo mi ser; más que llena de rabia y furia, dolida..., todo dentro de mi duele. Se retuerce, pide venganza y siente lastima por si mismo. De algun modo siento un antes y después, uno no muy favorable desde ningun angulo posible. Sin embargo aquí estoy, entre la maleza, con un estupido traje negro arruinado por las ramas que lo han ido rasgado cada vez que me adentro más y más, el cabello hecho un desastre y una sonrisa muerta en los labios. Tan alejado de quien alguna vez fui. Y aunque sé que el dolor es temporal solo espero a que el dolor me de más fuerza para vengar a esa mujer que en vida lo dio todo.

Por lo que parecen ser segundos advierto pasos accercarse, sin embargo, como si alguna estupida broma se tratara, gotas de lluvia comienzan a caer disiando los pasos y ocultando el olor de quien o lo que sea estuviese cerca. Quizás está en mi cabeza, me digo. Quizás de tanta rabia y dolor estoy rozando la demencia pero, es al sentir dos dagas en la espalda que noto la diferencia entre estar roto y loco. ¿Qué no ha sido suficiente ya?
Como puedo, ya tirado en el suelo, giro sobre mi espalda pues si hasta aqui he de llegar prefiero ver a los ojos a quien se ha atrevido a cruzarse en mi camino, justo ahora; justo así. Lo hago solo para ironicamente toparme con una cazadora, le doy oportunidad de dar su ultimo golpe, me quedo ahí tirado pues aun la bestia pide venganza, algo en ella me retiene de hacer algún movimiento. Bien puedo huir, pelear..., bien puedo hacer algo pero el dolor que siento dentro es mayor que cualquier otro fisico que haya sentido antes o sea capaz de sentir en el futuro si es que aun lo tengo. Así que espero pero nada pasa.

De pronto veo duda en sus ojos y en todo a su alerdedor. Y sin advertilo me arrastra donde sus compañeros, me atrevo a creer, no puedan vernos pero ¿por qué? Trabajo todo lo sucedido tan rapido como puedo en mi cabeza. Le observo confundido.

Recargo la cabeza contra la pared de una de las casas que nos cubre mientras siento como la herida causada por sus dagas se cierran. Y, mientras espero lo poco fijo la mirada en ella en espera de su mejor respuesta.

por **Amara J. Argent** Jue Jun 09, 2016 11:19 am

"Knock the ice from my bones"

Qué tan caótica debe ser la cuestión que inunda mi mente, como para obligarme a mí misma traicionar los principios bajo los que fui criada, a apartar el dolor y todo posible deseo de venganza contra los de la especie de quién tengo frente mío. Aquello se trata de un misterio hasta para mí misma; quizá ya he perdido la cordura por completo, pues no hay ni el más mínimo rezago de sensatez en mis acciones.

Desde la estrecha abertura en la que me encuentro junto al lobo observo la silueta de mi padre pasar alerta y desafiante quien, cómo tratándose de instinto o de un sexto sentido, se detiene frente a nosotros. Por un momento siento mi corazón desplomarse a mis pies, mis músculos se tensan de tal forma que me encuentro aguantando la respiración por algunos segundos. Con una de mis manos aprieto ligeramente la camisa del joven haciéndole saber de esta manera que no debe realizar movimiento alguno; el vaho de su exhalar golpea mi nuca con delicadeza causando que me remueva un poco. No recuerdo ocasión alguna en la que tuviese cerca un licántropo tanto tiempo como para permitirme percibir el flujo su respiración, a pesar de todo usualmente todo aquello terminaría con una de mis dagas clavadas en su corazón, sin embargo, no será esta vez.

Él lobo me observa con ojos inquisitivos, como dos grandes faros en mitad de la noche, rebuscando en mi algún indicio que justifique mis acciones; sin embargo, me limito a esquivar su mirada, es bastante lógico que quiera respuestas pero aquello no es algo que yo le pueda brindar, la verdad es que no tengo ni la más remota idea del por qué hago lo que hago en este preciso instante, así que, sin decir palabra alguna, una vez el camino queda libre, me renuevo un poco hasta poder salir del estrecho espacio seguida de mi inusual compañía. Sin poder evitarlo dejo salir un suspiro cansino, me siento exhausta de todas las formas posibles, mi cabeza da gira al rededor de la situación reiteradas veces y sigo sin entender por qué ofrezco mi ayuda a quien debería causar la muerte. Lo observó y él me mira de vuelta. Entonces tomo una de las dagas de mi cinturón y tras agarrar su mano, con celeridad hago un corte en ella lo suficientemente profundo como para que el licántropo se sacuda. Una vez la sangre comienza a brotar en medio de la piel rasgada aseguró mi agarre en su muñeca por si intenta zafarse. Entonces paso u mano sobre mi corsé, mis brazos y finalmente mi rostro. No estoy segura que tipo de impresión ha causado mi proceder en el hombre que oculta a la bestia, no estoy segura de que importe demasiado, no obstante, por algún extraño motivo prefiero no observarle, pues a pesar de su posición quizá sea yo quien deba sentirse intimidada.

— Diré que hemos luchado — explico con simpleza tras soltar su mano evitando encontrar mis ojos con los suyos— Que no ha sido sencillo pero que lo he derrotado. Que usted, el lobo malo— Resaltó la palabra con un sutil toque de sarcasmo — está muerto y me he desecho de su cuerpo —continuo mientras rasgo mis ropas con la misma daga con la que le herido su piel anteriormente. — sin embargo, me atrevo a asegurar que no me creerán si no parece que usted ha ofrecido resistencia, después de todo ha logrado evadirlos toda la noche — le extiendo mi mano, con la daga de plata en ella — Ningún cazador sale de batalla sin al menos un rasguño. Sírvase, o bien saca sus garras y corta mi piel o bien usa mi daga para lo mismo. No me siento capaz de hacerlo yo misma. — hago una pausa, esta vez, sin acto en el cual ocuparme no puedo evitar encontrarme directamente con sus ojos — le aseguro que después de esto nadie lo molestará —finalizó distante.

Por un instante sus ojos me trasladan a un lugar no tan ameno. Me sumerjo en el recuerdo más despiadado al que mi mente puede acceder y me encuentro nuevamente frente a la bestia que desgarró la existencia de quienes alguna vez amé. Allí estoy yo, temerosa e indefensa ante sus cuerpos inertes, desgarrados por unas feroces fauces embadurnadas de su sangre, sangre que se esparce por el piso rápidamente calentando con ligereza mis pies. Sacudo mi cabeza, aquella imagen me enferma, me enerva, hace que me hierva la sangre. Sin quererlo realmente me resisto ante mis instintos, que piden a gritos hacerle daño al hombre que oculta la bestia frente a mí, lucho de tal forma contra mí misma que solo cuando por fin logró apaciguar mis ansias de muerte, caigo en cuenta que aprieto la daga con la mano de tal forma que me he herido con mi propia arma. Quizá no era tan difícil valerme de mí en ese aspecto.

por **Cameron D’ Lizoni** Sáb Jun 11, 2016 12:01 pm

Locura, debe ser la unica explicación a su compartamiento. Trato de leerla y me sorprende, una mezcla de colores la rodea. Tal como esperaba tanto ella como su aura están fuera de lugar.

Obervo con detalle cada una de sus expresiones, como toma mi mano y la corta con la endomaniada daga que lleva tan solo para impregnar mi sangre en su rostro. En todo momento no he puesto resistencia alguna, me he lmitado a observarla y nada más que eso. Y es que la confusión y una muy fuerte curiosidad han sido más fuertes que yo. Sin embargo en cualquier momento pueden encontrarnos y no me encuentro en animos de lidiar con los de su clase, aunque con ella más que desgano ha sido diferente; si algo puedo ver es que ella misma no comprende el por qué de su comportamiento.

Me recuerdo a mi mismo que sigue siendo una cazadora, una vil e insignificante cazadora, que he jurado traer venganza a todos los de su tipo, tal vez por ahora dicho jjuramento no la excluya dado a su inexplicable intento de salvar mi vida..., o es lo que ella cree que hace. Es lo que prefiero que crea aun me ponga en la incomoda posición de por ende llegue a entender que estoy en deuda.

—Usted está demente —hago una pausa. Dirigo un rapido vistazo a mi mano. El corte ha sido profundo pero no lo suficiente para herirme, mañana despertaré seguramente sin un rasguño que me tiente ha creer que esto ha sido un horrible y retorcido sueño—. No por creer que me estás ayudando, pero por pensar que tienes alguna oportunidad. Ellos no son el mayor de tus problemas —indico con un leve movimiento de cabeza allá a lo lejos donde esaaprecen los pasos. Me inclino hacia ella, dejandola entre la pared y yo, tan solo al alcance de un no muy serbible escrutinio—, ¿o no ha escuchado del lobo disfrazado de oveja?

Me reincorporo, tan lejos como el angosto lugar lo permite tan solo para cersiorarme de que las heridas en mi espalda van de camino a reducirse como si de un rasguño se tratase. Aprieto la mano en un puño provocando que de tal manera la sangre gotee en el suelo y la herida proceda a curarse, con suerte, más rapido de lo que espero.
—No sé que clase de problemas te traigas en manos, mucho menos me interesa.
Le miro de soslayo, por más dolor que sienta ahora, ciertamente la bestia ha sido más fuerte, ha decidido esconder el lamento para cuando me encuentre por mi cuenta; he decidido no ceder un segundo más, salir de la confusión y traer de vuelta al Cameron que siempre he sido, al Cameron que lamentablemente carga consigo un lado no tan agradble ni apacible. Reconozco que aunque no fuese parte del plan que aun no tengo elaborado, el que los cazadores de la zona me crean muerto es una ventaja por mucho esquisita, ventaja que sin pedirlo llego hasta mis pies dada por uno de los suyos.
—Mas descuide, no tendrás que volver a ver este "difunto" —enfatizo con mis razones en privado—. Trate de hacer de no esto un habito, no todos solemos detenernos tanto como para permitirle salir realmente con vida. De todas formas gracias, suerte con los suyos.

por **Amara J. Argent** Miér Jun 22, 2016 3:06 pm

"Children shouldn't play with dead things"

Figuro en mi mente todas las posibles formas en las que mis actos podrían conllevar un infausto porvenir. Todas ellas terminan en el peor suceso concebible, cada una peor a su antecesora. Si he de ser sincera, nunca esperé otra reacción más que la que obtengo por parte del licántropo, lo más seguro es que piense que busco algo de él, que lo creo en deuda inexorable conmigo; sin embargo, no le culpo por imaginar tal cosa, usualmente tal tipo de favores siempre tienen un precio. No esta vez. Le escucho y le permito acercarse sin mover un sólo músculo de mi cuerpo, quizá si las circunstancias fuesen diferentes mi daga estaría por lo menos diez centímetros dentro de su corazón. Le observo y siento curiosidad, una que no he sentido antes, al menos no con tal magnitud. Por alguna inverosímil razón es cada vez más fuerte, y he de admitirme a mí misma que aquel capricho que me acoge es mi mayor debilidad.

Observo como la herida en su mano sana con celeridad, en unos segundos su piel parece intacta. Entonces le echo un vistazo a la mía. De la epidermis rasgada brota sangre de forma un tanto escandalosa, pasarán días antes de que esa cortada sea sólo un mal recuerdo producto de uno peor. Él me subestima, pero nuevamente encuentro una razón para justificar su comportamiento, cualquiera con tal tipo de poder desestimaría a un ser cuya corporeidad indica lo débil de su existencia. Permanezco en silencio mientras él termina de proferir su discurso, sosteniendo mi postura indómita, seria e imponente, mientras me limito a observarle tratando de encontrar el motivo por el cual le dejo partir con vida. Una vez termina, clavo mis ojos sobre el suelo debatiendo en expulsar a través de mis labios aquellas palabras que mi mente formula. La lluvia cae cada vez más fuerte pero me mantengo inmóvil, sólo cuando veo que el lobo se da media vuelta con intención de partir es cuando algo sale de mi boca.

— Tiene usted razón —Levanto la vista, nublada ligeramente por las gotas de lluvia que remojan mis pestañas — Y a la vez se encuentra muy equivocado.

No sé si realmente he captado su interés pero sé que me ha escuchado. Tampoco estoy segura del por qué insisto en responder cuando simplemente puedo dejar que se marche tan lejos como para convertirse en un problema menos. Últimamente no hay muchas cuestiones de las que me encuentre total y plenamente segura.

— La mirada que veo en sus ojos es una que he visto ya muchas veces — Expongo sin más, no me considero bastante buena en filtrar aquello que formulan mis labios. No obstante, aquella expresión que el lobo carga es igual a la que ha acometido a mi padre desde el más trágico día de nuestras vidas — De sola vista deduzco que usted es un licántropo joven, no ha acarreado con la maldición por el tiempo suficiente como para controlarla por completo, yo, por el contrario, he hecho esto toda mi vida—Me encojo de hombros, no espero que mis palabras tengan mayor impacto — Y sinceramente puedo entender por que me subestima. Sin embargo, en este momento usted es la menor de mis preocupaciones. Ellos...— con un ligero movimiento de cabeza señaló la dirección en la que se desvaneció todo rastro de la horda de cazadores que acompaña a mi padre, justo como lo hizo el licántropo algunos instantes atrás —Son la cuestión que debería inquietarlo — Doy unos cuantos pasos hasta encontrarme de nuevo a unos pocos centímetros de él, una distancia casi tan corta como en la que nos vimos envueltos cuando era la abertura entre las dos casas la que nos ocultaba — Así que no soy yo la que trae problemas encima, lobo. Pero bueno, usted ya está muerto de todas formas ¿no? —Le sonrío levemente, clavando mis ojos sobre los suyos en una postura que varía entre imponente y sugestiva en la que me mantengo por algunos segundos. Entonces doy media vuelta y me retiro sin más, pero antes de proseguir mi camino me detengo por una última vez dedicándole una breve mirada de soslayo — No le considero en deuda conmigo, no creo que ninguno de los dos necesite algo del otro.

por **Cameron D’ Lizoni** Lun Jul 18, 2016 12:30 am

El que siquiera se atreva a compararme con su padre me enferma; el hecho que me compare en cualquier sentido con alguien como ella repugna y ofende. Bien podría atacarla ahora, darle un punto final a su existencia y olvidar el asunto..., ¿qué me sucede? Estoy perdiendo control sobre la bestia, eso sucede, cualquiera que conozca mi linea sabría lo peligroso que es estar a mi lado en momentos como este donde no tengo control sobre el licantropo y la sed de sangre me rige. Me desconozco. No es quien soy pero el dolor es mayor y sé que un minuto más y uno de los dos realmente pasará a mejor vida.

Ella no es igual a los demás y de serlo entonces no comprendo de donde nace tal comportamiento. No logro entender la mayor parte de los últimos días, esto sin embargo, va más allá de lo que prefiero soportar o de lo que cualquier paciencia lo haría. Mas sus palabras son ciertas, sus amigos son el problema, es gracioso, a estás alturas ni siquiera ellos podrían llevarme a apresurar el paso, quizás para evitar manchar mis manos..., desde que adquirí la maldición como muchos le llaman, he tratado con todo a mi alcance de no involucrarme en está —desde donde lo veo— guerra del gato y el ratón pero ahora es diferente, ahora quien fue lo más preciado en mi vida murió a causa de tal insulsa guerra.

Le escudriño con la mirada, busco un fallo en lo que sea que pretenda no me interesa si es una rudeza o de muy poca delicadeza, bien puede ser una dama ; con esos rasgos delicados a pesar de la dureza de su postura, aquellos ojos que se negaban a ser leídos. Pero no, nada de aquello vale ahora, ella es nada más que una cazadora y yo un licantropo y lo que acaba de hacer aquí y ahora va más allá de la locura aun sea lo que me haya mantenido con vida.
—Usted también me subestima. Y dice que no le debo nada mas permitame al menos devolverle el favor con un pequeño consejo que quizás le sirva en un futuro; no vuelva a dar por sentado lo que ve en mis ojos, puede ser engañoso.
Las heridas que me causó han ido despareciendo mientras hablamos, echo una furtiva mirada a la palma de mi mano que ahora luce mucho a un pequeño rasguño.
Me cercioro que sus amigos se encuentre lo bastante lejos antes de pensar en como escabullirme.
—No sabe nada sobre mi o mi "maldición" —hago el ademan de las comillas con las manos—, mucho menos si lo considero así o no. Sin embargo, gracias, ciertamente ha caído como algún tipo de ángel; supongo que he tenido suerte.

por **Amara J. Argent** Lun Ago 01, 2016 5:47 pm

"Grace or bitter"

Tras escuchar las palabras del licántropo no puedo evitar sentirme atrapada en algún tipo de novela absurda. No sé qué tipo de vesania llevo a cuestas como para molestarle simpatía a la bestia, pero incluso aunque lo negara, hay algo en este lobo que encuentro singular e intrigante. Si bien antes había estado tentada a conocer la sensación de perdonarle la existencia a una criatura de su naturaleza, nunca hubo vez que me atreviese a cometer tal acto. De saber que aquel pensamiento me había cruzado la cabeza más de una vez, mi padre me flagelaría hasta desgarrar toda la carne de mi espalda sin misericordia alguna, ya lo había hecho más de una vez y volvería ha hacerlo si lo considerase necesario, eso me lo ha dejado bastante claro. Lo único que conservo de todo aquello, más allá de la disciplina que a la fuerza forjó mi padre en mí son los infames recuerdos y las cicatrices que con el tiempo se han borrado adaptando una tonalidad plata como si hiciese honor a mi apellido, por algún motivo que nunca he comprendido, las cicatrices en mi cuerpo se disipan casi hasta el punto de aparentar no haber marcado nunca mi corporeidad.

Le observo, veo ira, desdén y más allá de que sea yo quien está frente suyo lo que siente el hijo de la luna es algo que se expande a todos los de mi clase. Mi mejor suposición yace en que a la bestia algo valioso le ha sido arrebatado a manos de alguien como yo; todos los monstruos nacemos de la pérdida y no puedo evitar mirarle sin sentir una ligera y casi imperceptible parte del dolor que carga consigo. Es entonces cuando la simpatía se convierte en empatía, una que a pesar de encenderse en mi alma no da pie para que el lobo le vea.

— Claramente tiene talento para equivocarse, señor — espeto seriamente, sin propósito de llevarle la contraria o disfrutar de la molestia que pueda causar mi acusación. No estoy segura si se trata de una virtud, desperfecto o la simple carencia de tacto con la que fui criada, más siempre debo decir todo aquello que en mi cabeza se formula; mis labios solo pronuncian la destemplada verdad de mis pensamientos — Me reservo las acusaciones para cuando estoy segura de lo que hablo — Me encojo de hombros brevemente, la circunspección de mi postura indica que no hago de aquello una broma — pero como su enemiga casi natural le voy a decir algo que quizá le ayude en cuestiones de supervivencia. Si le puedo leer tan fácil es por qué las emociones lo controlan y le aseguro que no se debe ser cazador, gitano o hechicero para poder verlo, solo saber observar.

"¡Amara!"

Antes de que pueda proseguir mi dicción el llamado de mi nombre interrumpe con un eco el sonido de mi voz. Mi padre intenta encontrarme, a pesar de las nubes negras que se alzan sobre nuestras cabezas, la luz de día se hace presente, las calles parisinas cobran vida y por ende la caza termina. Lógicamente, si he podido oírlo, por consecuente, el lobo también. Dejo salir un suspiro cansino, posteriormente miro por detrás de mi hombro para asegurarme que no haya nadie lo suficientemente cerca como para percibir la naturaleza de quién me acompaña.

— Podríamos discutir toda la mañana sobre cómo diferimos usted y yo o aprovechar y escabullirse entre la gente —suelto resignada, un millón de sentimientos se hacen presentes en mi ser y sin poder distinguirlos llego a la conclusión de que la confusión reina mi cuerpo, tenía en mi poder la opción de salvar una vida y sin encontrar un por qué he salvado la suya — Aunque quisiera sentirme halagada no soy ningún ángel pero si en algo tiene razón, lobo, es que los míos no serán tan agradables como yo. No me he tomado tantas molestias para verle morir — Mis ojos se clavan en los suyos, un breve momento de calma se hace presente entre los dos, no permito que dure demasiado, con prontitud mi padre se acerca — Es mejor que se vaya.

por **Cameron D’ Lizoni** Sáb Ago 20, 2016 8:08 am

La única verdad que estoy dispuesto a concederle es que sí, la rabia que me domina permite que sea fácil de leer sin esfuerzo. No tengo ganas de quedarme a descifrar sus acciones, por lo que percibo ella tampoco lo comprende. Alguien grita un nombre imponiéndose por sobre la noche y por su reacción afirmo que es el suyo. Si las ultimas semanas han sido confusas, esta noche tan solo hace darle el toque final a los atroces días que he vivido.

Desde que supe el secreto de mi madre, desde que fui expuesto al mundo del que sin elegirlo he formado parte, los cazadores han pasado a ser un despreciable escalón en la cadena alimenticia, mi odio por ellos acrecentó sin escatimar mas ascendió al oscuro firmamento cuando decidieron interferir en mi mundo directamente convirtiéndolo en un asunto personal que no pretendo dejar pasar de largo, pero ¿como se supone que deba interpretar toda esta locura? Insisto en encontrarle una respuesta pero la bestia no me lo permite, se ha apoderado de mis sentidos, la maldición se ha transformado en don, me ha cambiado llevándose al chico y dejando en su lugar al licantropo con sed de sangre.

—Que se haya usted proclamado como mi enemiga no afirma que sea algo natural —puntualizo. Me lanzo a la calina espesa del bosque, esta vez procurando con más cuidado mis pasos, lejos de los cazadores y lejos de ella con la espera que aquello saque de mi mente lo que acaba de suceder y lo que me niego a creer que observé en su mirar. Las confusiones no son bienvenidas en mi cabeza, permito que la rabia se instale a sus anchas y se apodere de quien alguna vez creí ser. Dos cosas han cambiado: 1) la licantropía finalmente ha pasado a formar parte de mi por completo; 2) algo que no he visto antes vive en la cazadora que responde al nombre de Amara, por razones que me niego a racionar hace hincapié en el cumulo de pensamientos que navegan en mi..., de la segunda no estoy muy seguro. Mas si sé algo, no soy el mismo.

Corro sin mirar atrás, quizás no sea la ultima vez que nuestros caminos se encuentre mas no creo que sea en buenos términos. La noche es cálida, la luna brilla con firmeza en la cima y la bestia se regocija ante la única verdad que le importa: soy parte de ella. No hay marcha atrás desde este punto.

"The beast is risen"

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