Noble Heart | Privado | El ascenso del príncipe

por **Violante** Miér Mayo 25, 2016 10:23 pm

The darkness doesn't penetrate the noble heart.

Las cosas habían cambiado, o quizá sólo era él, lo cierto era que su concepción del mundo no era la misma. Sus recuerdos mortales mortales había vueltos a desecharlos, reprimirlos... El luto de los Van Wijs también se fue y su relación con la princesa, la segunda esposa en su vida y primera como inmortal, fracasó. El trauma, el terror, la envidia y el arrepentimiento causaron una ruptura de una de las más bellas y puras flores que conoció después de su trágico amor con Ainara Betancourt. A pesar de todo Violante no renació como un nuevo ser, moralmente era el mismo, tan sólo ahora era consciente de las transgreciones, no de las cometidas, si no de las que ejercía; por fin notaba su soledad interna, ese vacío que no podía llenar; comprendía que no se trataba de su corazón, tampoco de su mente... Era su alma ansiosa.

La sed de sangre crecía conforme él se dedicaba a pensar sobre el existencialismo, no de él o sus iguales, sino de los humanos, tratar de comprender su impulso, la concepción que ellos tenían de la vida. Ese ejercer convirtió a Violante en un vampiro insaciable de sangre. Mientras inconsciente se glorificaba como un Dios al ver a los mortales como sujetos de estudio e irremediablemente alimento; su vacío crecía y su desdicha también. Quizás reprimió su pasado mortal, la existencia de los Van Wijs y el demonio que significó Tiare; pero de lo que sí se aseguró recordar fue lo que hizo en la vida de las mujeres que él dijo que amó. Si algo no quería hacer era cometer el mismo error que inició con Saskia Bornago; convertir a un mortal por simple capricho, ya sea que lo disfrazara como amor o como salvación. Ese era el pecado que quería cargar, para esos momentos de debilidad en donde con llanto se excusaba de tristeza en vez de aceptar su cobardía por hacerlas malditas, desgraciadas u orillarlas a la muerte.

Por eso había abandonado los Países Bajos, sabía que sus deberes reales tendría que atenderlos, pero así como Amanda se fugaba a París u otros lugares de vez en cuando, él que también tenía un palacete en París no veía porque él no podía hacerlo, así pues, según su pensamiento era capaz de permitírselo. Con Dragos informado llegó a París en un cruel invierno, asolando las calles como un neófito, bebía con irresponsabilidad dejando muertos, buscando respuesta y obteniendo nada, absolutamente nada para ese vacío que lo atormentaba.

Fue entonces que la vio, una flor joven, cuya belleza no se atrevía a comparar. Caminaba por un callejón desolado como el mismísimo corazón del príncipe, llevaba, en contraste de la elegancia de Violante, con su capa, sombrero y bastón, unas ropa sencillas. Una muchacha que desprendía un aroma noble, de sencillez, no era una aristócrata o esa clase media surgida pocos años atrás, las que sin duda formaban parte del apetito de Violante. No, la muchacha era especial, no era una sobrenatural pero de alguna forma a los ojos del príncipe creía percibir una luz que la acompañaba abriéndole paso por esa oscuridad. Para Violante sus pasos eran a un tiempo adecuado, no caminaba rápido y tampoco lento. Esa primera noche no intervinió, en las sombras sólo dejó que se fuera. Por toda una semana la contempló, no mudó de ropa segido lo que Violante comprendía a la perfección, había muchas cosas que le fascinaban de la muchacha, una de ellas, era que pese a su condición no se permitía tener el rostro sucio o triste, al parecer no era de eras que mendigaban por las mañanas y tampoco tenía pinta de ladrona. Ella debería de ver la vida de una forma totalmente distinta a la de él, a la de los demás. ¿Qué y cómo pensaba ella? Eso era algo que estaría por averiguar.

En la decimo primera noche, la esperó a la mitad del callejón que ella siempre recorría. El príncipe vestía el mismo atuendo que llevaba esa primera vez que la vio, de negro, con su capa, sombrero de copa y bastón. Tenía las piernas abiertas, con el bastón en medio y ssus dos manos descansando todo su peso en éste. La escuchó doblar la esquina, con esos pies ligeros, como una pluma moverse entre el viento. —La noche es bastante oscura y el clima es un poco más cruel que días anteriores. ¿No teme que le hagan daño?, se han reportado a muchas mujeres muertas. No es prudente andar por ahí con un asesino suelto en París —dijo en vez de saludarla, de alguna forma esa fue su mejor forma de presentación y de un autocontrol para él. Pues ahora comprendía que era muy distinto observarla en la oscuridad, de lejos a tenerla cerca y escuchar su corazón palpitar.

________________________________________________________________________________

CODE BY NIGEL QUARTERMANE

por **Violante** Mar Jun 28, 2016 6:32 pm

Tampoco fue lo mismo escuchar sus palabras, no solamente de cercas, dirigídas a él. Por un breve segundo llegó al extasis previo al ardor de pasión cuando en su desenfrenada sed de sangre atacaba a us víctimas. Era como un aroma exquisito que lo invitaba a acercarse a ella y beber hasta la última gota. Los tiempos en los que pensaba jugar con sus víctimas, beber de ellas mientras mantenía relaciones sexuales desbocadas se terminaron cuando convirtió en vampiro a su princesa; ¿fue el amor de Aidara o el terror de Tiare el factor que cambió en él esa aptitud?, es algo que queda en la incertidumbre, del mismo modo la posibilidad de que Tiare haya convertido a propósito a Violante en lo que es, no como un efecto secundario a la manipulación mental, sino precisamente que esa sea la manipulación. ¿Cuáles eran los objetivos finales de Tiare? No eran claros y el príncipe prefería no pensar en ello. Él se atribuía la muerte de las mujeres a una locura propia por la ruptura matrimonial que surgió después del atropelló de Tiare, no culpaba más a ese demonio.

Los movimientos de la joven le parecían a Violante extremadamente lentos, o al menos a la consciencia porque su naturaleza vampírica lo hacía actuar y ver las cosas con más rapidez. —Tienes una apariencia de fortaleza pese a ese cuerpo tan frágil y sin embargo tartamudeas ante la presencia de un desconocido que ha decidido dirigirle la palabra —habló queda y de una forma sutil, casi seductora—, pero eres una joven normal e inteligente, ¿cómo si no se ha de reaccionar ante lo que puede ser o no una amenaza?, ¿quizá aquel asesino soy yo y así es como me introduzco a mis víctimas —Violante salió completamente de las sombras para que pudiera verlo. No esperaba que lo reconociera como el príncipe de los Países Bajos, Violante podía ver en su actitud que lo veía como alguien de una clase superior a la de ella. Siempre la vio caminando sola así que no sabía como actuaría socialmente.

—¿Cree que puede ser sabio escuchar consejos de extraños señorita? —le sonrió acompañado de una mirada lánguida. Los latidos de la mortal provocaban en Violante una abrumadora y descomunal ansiedad de beber de ella; pero existía una fuerza poderosa que lo controlaba.

Noble Heart | Privado | El ascenso del príncipe

Noble Heart | Privado | El ascenso del príncipe

Re: Noble Heart | Privado | El ascenso del príncipe