AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
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Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Acomode la capa de pieles negruzcas sobre mis hombros, aquel invierno era frio en París y la humedad calaba hasta los huesos.
La piel de oso era un impermeable natural y estas, engrasadas por las doncellas de mi familia, propiciaban un reconfortante calor.
Sujetas por el emblema familiar de un huargo, esculpido sobre un broche de plata y acomodadas sobre uno de los mejores trajes Italianos llegué a París.
Mire a mis dos acompañantes de reojo, dedicándoles una sonrisa de medio lado. Tras varios meses de viaje, allí estábamos, ambos dos habían venido para hacer las veces de escolta.
Pese a la insistencia de mi tío de llevar junto a mi a un pequeño ejercito, tuve que rechazar tal propuesta, no deseaba que mi prometida se sintiera secuestrada, u obligada a nada frente a tal despliegue. Encontraba mas sutil, la idea de tres hombres a caballo, posiblemente así pudiera ser sincera conmigo.
Conocedor de la cantidad de enemigos que poseía mi familia y de cuanto ansiaban verme muerto. Mas ahora que mi madre había fallecido y yo había ocupado su lugar, tome las precauciones necesarias para mi seguridad.
Ahi entraban mis escoltas, amigos desde la infancia y miembros de mi manada, no podía encontrar mejores acompañantes que ellos. En cualquiera de los dos depositaria mi vida si es que tuviera que ponerla en juego, pues consciente era de que jamás me traicionarían.
París se erguía misterioso frente a nosotros, casi tanto como mi futura prometida, de la que había oído hablar maravillas a mi madre.
Según esta, su belleza no tenia parangón, así como su estricta educación, preparada para algún día convertirse en mi mujer y todo lo que ello conllevaba.
Solo esperaba que los términos del contrato estuvieran claros, y que no tuviera que demorar mucho mi regreso a Italia.
El reino atravesaba tiempos difíciles y yo, Conde de Italia y fiero guerrero, era una de sus armas mas eficaces para mantener la paz en sus fronteras...aunque para eso yo tuviera que mantenerme en guerra.
Cruce las puertas de la ciudad custodiadas por un par de guardias, cuando la luna menguante se dibujaba flamante en el cielo.
Nuestro viaje había sido largo y nuestros cuerpos se encontraban extenuados, casi tanto como los caballos, que necesitaban descanso, comida y agua.
Desenrolle el pergamino buscando el nombre de la dama, así como la ubicación de la mansión donde seriamos recibidos.
-Agnés de Charny -susurre releyendo su nombre.
Desde Italia había echo los tramites necesarios para buscar alojamiento, y esta dama, amiga de mi familia por parte de madre nos lo daría sin problemas.
No tardamos en encontrar el camino hacia aquella lujosa mansión de París, así que tras una hora de viaje alcanzamos sus puertas.
Custodiada por guardia me apee del caballo dirigiéndome a uno de ellos, y mostrandole la carta con sello real que permitía mi viaje.
-¡Llamad a vuestra señora, nos espera! -ordené tomando las riendas del corcel y ofreciendoselas a uno de los mozos.
Un joven de ojos vivos que admiraba tan bellos pura sangres y que recorría nuestros cuerpos cubiertos en pieles.
Imagino que un aspecto demasiado salvaje para estos lares.
Pose mi brazo sobre los hombros de uno de mis amigos, entre risas, nuestra camaderia era mas que palpable por todos los allí presentes.
-Guarda tu espada amigo, algo me dice que acabaremos necesitandola.
Era esa extraña sensación de calma que predecía a la tormenta y que yo tan bien conocía. Habíamos tenido un viaje excesivamente tranquilo. Demasiado para la ocasión.
Intuía que a nuestros enemigos aquella boda les interesaba bien poco, pues de ella dependía la continuidad del linaje familiar.
Una vez con mi loba alfa en la manada, nuestra manada seria invencible.
La piel de oso era un impermeable natural y estas, engrasadas por las doncellas de mi familia, propiciaban un reconfortante calor.
Sujetas por el emblema familiar de un huargo, esculpido sobre un broche de plata y acomodadas sobre uno de los mejores trajes Italianos llegué a París.
Mire a mis dos acompañantes de reojo, dedicándoles una sonrisa de medio lado. Tras varios meses de viaje, allí estábamos, ambos dos habían venido para hacer las veces de escolta.
Pese a la insistencia de mi tío de llevar junto a mi a un pequeño ejercito, tuve que rechazar tal propuesta, no deseaba que mi prometida se sintiera secuestrada, u obligada a nada frente a tal despliegue. Encontraba mas sutil, la idea de tres hombres a caballo, posiblemente así pudiera ser sincera conmigo.
Conocedor de la cantidad de enemigos que poseía mi familia y de cuanto ansiaban verme muerto. Mas ahora que mi madre había fallecido y yo había ocupado su lugar, tome las precauciones necesarias para mi seguridad.
Ahi entraban mis escoltas, amigos desde la infancia y miembros de mi manada, no podía encontrar mejores acompañantes que ellos. En cualquiera de los dos depositaria mi vida si es que tuviera que ponerla en juego, pues consciente era de que jamás me traicionarían.
París se erguía misterioso frente a nosotros, casi tanto como mi futura prometida, de la que había oído hablar maravillas a mi madre.
Según esta, su belleza no tenia parangón, así como su estricta educación, preparada para algún día convertirse en mi mujer y todo lo que ello conllevaba.
Solo esperaba que los términos del contrato estuvieran claros, y que no tuviera que demorar mucho mi regreso a Italia.
El reino atravesaba tiempos difíciles y yo, Conde de Italia y fiero guerrero, era una de sus armas mas eficaces para mantener la paz en sus fronteras...aunque para eso yo tuviera que mantenerme en guerra.
Cruce las puertas de la ciudad custodiadas por un par de guardias, cuando la luna menguante se dibujaba flamante en el cielo.
Nuestro viaje había sido largo y nuestros cuerpos se encontraban extenuados, casi tanto como los caballos, que necesitaban descanso, comida y agua.
Desenrolle el pergamino buscando el nombre de la dama, así como la ubicación de la mansión donde seriamos recibidos.
-Agnés de Charny -susurre releyendo su nombre.
Desde Italia había echo los tramites necesarios para buscar alojamiento, y esta dama, amiga de mi familia por parte de madre nos lo daría sin problemas.
No tardamos en encontrar el camino hacia aquella lujosa mansión de París, así que tras una hora de viaje alcanzamos sus puertas.
Custodiada por guardia me apee del caballo dirigiéndome a uno de ellos, y mostrandole la carta con sello real que permitía mi viaje.
-¡Llamad a vuestra señora, nos espera! -ordené tomando las riendas del corcel y ofreciendoselas a uno de los mozos.
Un joven de ojos vivos que admiraba tan bellos pura sangres y que recorría nuestros cuerpos cubiertos en pieles.
Imagino que un aspecto demasiado salvaje para estos lares.
Pose mi brazo sobre los hombros de uno de mis amigos, entre risas, nuestra camaderia era mas que palpable por todos los allí presentes.
-Guarda tu espada amigo, algo me dice que acabaremos necesitandola.
Era esa extraña sensación de calma que predecía a la tormenta y que yo tan bien conocía. Habíamos tenido un viaje excesivamente tranquilo. Demasiado para la ocasión.
Intuía que a nuestros enemigos aquella boda les interesaba bien poco, pues de ella dependía la continuidad del linaje familiar.
Una vez con mi loba alfa en la manada, nuestra manada seria invencible.
Última edición por Damon Landvik el Dom Jun 12, 2016 2:17 am, editado 1 vez
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
La Joven dama cepillaba su cabello con sumo cuidado, Agnés parecia apatica como la mayoria de las veces y es que en realidad no habia nada que le profirirera algún tipo de diversion o distracción, Con un gesto de la mano le anuncio a su doncella que dejara su cabello tal cual como estaba.
La joven condesa de charny bajo de piso en el cual se encontraban sus alcobas hacia la planta baja de la casa, intercambio unos cuantos comentarios con el mayordomo en jefe, susinvitados arribarian el dia de hoy según los ultimos informes y la mansion debia estar bien dispuesta en referente a comida, habitaciones calientes y limpias y buen vino.
Aliso la tela de su vestido todo se veia bien dispuesto, por un momento Agnés se pregunto donde habria conocido su madre a tan ilustre invitado y con que fines, a pesar de la muerte "accidental" de la vieja bruja aun se debin atender gran cantidad de compromisos que esta habia dejado.
Magnus estare en el antiguo despacho del duque, avisadme por favor en cuanto lleguen nuestros invitados- diciendo esto se retiro al ala norte de aquel sitio que ahora era su hogar y responsabilidad, con gesto pensativo se sento observando el libro de cuentas de la casa, sin embargo no lograba poder sentirse un poco alertada, dentro de si percibia que algo se acercaba , algo diferente- Manten las composturas Agnés - se dijo asi misma.
Madame- Agnés levanto su mirada- Nuestros Invitados han llegado- la morena se puso en pie- Muy bien olivia, que todo el personal se reúna en el salón principal, no querremos quedar como gente que no posee modales, y traigan vino y algo de pan mientras terminan de alistar el comedor ¿ entendido? - si Madame - Muy bien..-murmuro antes de tomar aire y meterse en su papel femenino y delicado el papel de la Duquesa de Charny .
La joven condesa de charny bajo de piso en el cual se encontraban sus alcobas hacia la planta baja de la casa, intercambio unos cuantos comentarios con el mayordomo en jefe, susinvitados arribarian el dia de hoy según los ultimos informes y la mansion debia estar bien dispuesta en referente a comida, habitaciones calientes y limpias y buen vino.
Aliso la tela de su vestido todo se veia bien dispuesto, por un momento Agnés se pregunto donde habria conocido su madre a tan ilustre invitado y con que fines, a pesar de la muerte "accidental" de la vieja bruja aun se debin atender gran cantidad de compromisos que esta habia dejado.
Magnus estare en el antiguo despacho del duque, avisadme por favor en cuanto lleguen nuestros invitados- diciendo esto se retiro al ala norte de aquel sitio que ahora era su hogar y responsabilidad, con gesto pensativo se sento observando el libro de cuentas de la casa, sin embargo no lograba poder sentirse un poco alertada, dentro de si percibia que algo se acercaba , algo diferente- Manten las composturas Agnés - se dijo asi misma.
Madame- Agnés levanto su mirada- Nuestros Invitados han llegado- la morena se puso en pie- Muy bien olivia, que todo el personal se reúna en el salón principal, no querremos quedar como gente que no posee modales, y traigan vino y algo de pan mientras terminan de alistar el comedor ¿ entendido? - si Madame - Muy bien..-murmuro antes de tomar aire y meterse en su papel femenino y delicado el papel de la Duquesa de Charny .
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Pronto un mayordomo vestido con un traje colonial de la época salio a nuestro encuentro seguido de seis doncellas que con trajes negros y delantales blancos, perfectamente encofinadas y uniformadas, nos sonreían serviciales con cierto nerviosismo.
Posiblemente no acostumbradas a recibir a hombres de nuestro aspecto, y condición, hacían lo que podían por guardar la compostura. Aun así podíamos notar sus ojos clavados en nuestros cuerpos, algo que disparo una sonrisa de medio lado en nosotros, supongo que mas acostumbrados a la espectacion que solíamos crear en el sexo opuesto.
Atravesamos tras el mayordomo y seguido por la corte de mujeres un hermoso jardín donde el aroma a rosa y flores silvestres predominaba sobre el resto.
Perfectamente cuidado y decorado hasta el mínimo detalle, lo cruzamos por un sendero pedregoso, a esas horas de la noche olía a tierra mojada, posiblemente por la humedad parisiense Las flores ,que ya se recogían, esperarían vibrantes el roció del alba para de nuevo brillar radiantes en busca de sol.
Un patio de armas excesivamente poco concurrido si lo comparábamos con el de mi familia, donde los guerreros entrenábamos día y noche para proteger nuestras fronteras y a nuestra reina con fiereza y valor.
Por lo visto París en ese momento se encontraba en paz, así que la mansión no necesitaba de mas guardia que la que protegía la puerta y posiblemente a la dama del caserón.
Finalmente y tras unas infinitas escaleras blancas fuimos guiados hasta el salón principal.
Una sala amplia, de paredes llenas de columnas de piedra maciza tallada con motivos florales y unos arcos con decoración dorada de santos cristianos.
Alli nos esperaba la dama, que tras ser anunciados por su mayordomo, como el protocolo manda se acerco a nosotros haciendo gala de los modales parisinos.
Di un paso al frente hundiendo mis oscuros ojos en ella.
-Señora de Charny -dije con suavidad tomando su mano para depositar un beso sobre sus nudillos -agradecemos nos de alojamiento en tan hermosa casa. Esperamos no causarle molestias, y poder realizar pronto nuestro cometido para no quedarnos más del tiempo estimado.
Posiblemente no acostumbradas a recibir a hombres de nuestro aspecto, y condición, hacían lo que podían por guardar la compostura. Aun así podíamos notar sus ojos clavados en nuestros cuerpos, algo que disparo una sonrisa de medio lado en nosotros, supongo que mas acostumbrados a la espectacion que solíamos crear en el sexo opuesto.
Atravesamos tras el mayordomo y seguido por la corte de mujeres un hermoso jardín donde el aroma a rosa y flores silvestres predominaba sobre el resto.
Perfectamente cuidado y decorado hasta el mínimo detalle, lo cruzamos por un sendero pedregoso, a esas horas de la noche olía a tierra mojada, posiblemente por la humedad parisiense Las flores ,que ya se recogían, esperarían vibrantes el roció del alba para de nuevo brillar radiantes en busca de sol.
Un patio de armas excesivamente poco concurrido si lo comparábamos con el de mi familia, donde los guerreros entrenábamos día y noche para proteger nuestras fronteras y a nuestra reina con fiereza y valor.
Por lo visto París en ese momento se encontraba en paz, así que la mansión no necesitaba de mas guardia que la que protegía la puerta y posiblemente a la dama del caserón.
Finalmente y tras unas infinitas escaleras blancas fuimos guiados hasta el salón principal.
Una sala amplia, de paredes llenas de columnas de piedra maciza tallada con motivos florales y unos arcos con decoración dorada de santos cristianos.
Alli nos esperaba la dama, que tras ser anunciados por su mayordomo, como el protocolo manda se acerco a nosotros haciendo gala de los modales parisinos.
Di un paso al frente hundiendo mis oscuros ojos en ella.
-Señora de Charny -dije con suavidad tomando su mano para depositar un beso sobre sus nudillos -agradecemos nos de alojamiento en tan hermosa casa. Esperamos no causarle molestias, y poder realizar pronto nuestro cometido para no quedarnos más del tiempo estimado.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
La Joven mujer observo la entrada de los tres hombres que seguían a Magnus, sonrio de medio lado sin haber dejado pasar por alto las miradas coquetas y un tanto carnales que sus damas de llaves y limpieza le dieron al trió italiano. Posterior a la presentaciones hechas por su mayordomo en jefe Agnés dio el siguiente paso para salir al encuentro de su nuevo invitado.
Sonrio ladina y encantadora, sin duda alguna las cosas en Italia eran muy diferentes a las cosas en Francia pero ese rocio fresco le dio un buen sabor de bocas a la Condesa- Monsiur- hizo una revrencia luego de escuchar las palabras- No es para nosotros recibiros, es para nosotros y para la casa de Charny un placer y Orgullo albergar y dar cobijo a Tan gentiles Hombres- haciendo un movimiento de dedos con su mano un paje se acerco con finas talladas en plata y aluminio- Supongo que deben sentirse un poco resecos de tan largo viaje , así que bebed este exquisito vino cuya ascendencia según me dijo mi buen mayordomo profiere de la coronación de la actual emperatriz de austria.
Tomando una copa dio un sorbo al vino degustandolo , dejaba un sabor agradable en la garganta y recorria la misma como si fuese seda - Mis gentiles sirvientes están a su disposición a cualquier hora del día, pero no se queden como estatuas de Boticelli, por favor seguidme el comedor estará dispuesta en unos instante - caminando hacia uno de los arcos que dan hacia los pasillos que podrian asociarse a pequeños laberintos Agnés volvio a hablar- Haremos todo lo que este en nuestro alcance para que su estancia aquí sea lo mas agradable, cualquier cosa que deseen la tendrán , siempre y cuando la misma este entre los limites del decoro - fijo su mirada en los hombres coqueta y divertida- podrán cazar si asi lo desean, en esta época hay mucho faisanes que recorren en firmamento y si así lo desean podemos arreglar su presentación a la sociedad parisina y a los reyes por supuesto, ¿ eso os apeteceria Señor de Lanvindik?
Sonrio ladina y encantadora, sin duda alguna las cosas en Italia eran muy diferentes a las cosas en Francia pero ese rocio fresco le dio un buen sabor de bocas a la Condesa- Monsiur- hizo una revrencia luego de escuchar las palabras- No es para nosotros recibiros, es para nosotros y para la casa de Charny un placer y Orgullo albergar y dar cobijo a Tan gentiles Hombres- haciendo un movimiento de dedos con su mano un paje se acerco con finas talladas en plata y aluminio- Supongo que deben sentirse un poco resecos de tan largo viaje , así que bebed este exquisito vino cuya ascendencia según me dijo mi buen mayordomo profiere de la coronación de la actual emperatriz de austria.
Tomando una copa dio un sorbo al vino degustandolo , dejaba un sabor agradable en la garganta y recorria la misma como si fuese seda - Mis gentiles sirvientes están a su disposición a cualquier hora del día, pero no se queden como estatuas de Boticelli, por favor seguidme el comedor estará dispuesta en unos instante - caminando hacia uno de los arcos que dan hacia los pasillos que podrian asociarse a pequeños laberintos Agnés volvio a hablar- Haremos todo lo que este en nuestro alcance para que su estancia aquí sea lo mas agradable, cualquier cosa que deseen la tendrán , siempre y cuando la misma este entre los limites del decoro - fijo su mirada en los hombres coqueta y divertida- podrán cazar si asi lo desean, en esta época hay mucho faisanes que recorren en firmamento y si así lo desean podemos arreglar su presentación a la sociedad parisina y a los reyes por supuesto, ¿ eso os apeteceria Señor de Lanvindik?
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Una reverencia de la dama tras ser besada como estima el protocolo finalizo con nuestro cortes saludo.
La dama, que no escatimaba ni en porte ni en belleza nos hizo servir un buen vino en copas de plata y aluminio, exquisitamente taladas con hermosas filigranas.
Saboree aquel vino despacio, escuchando como me informaba del buen año de la cosecha de este, mientras educado le tendía el brazo para acompañarla hacia el salón principal.
Mi escolta y compañeros de manada nos seguían de cerca, custodiados por un excelente servicio que se había vestido de gala para recibirnos.
Atravesamos uno de los arcos que dan hacia los pasillos que podrían asociarse a pequeños laberintos
-Haremos todo lo que este en nuestro alcance para que su estancia aquí sea lo mas agradable, cualquier cosa que deseen la tendrán , siempre y cuando la misma este entre los limites del decoro -sugirió la dama con una expresión coqueta aun sujeta de mi brazo.
Sonreí de medio lado frente a su observación sobre el decoro, aunque nuestros atuendos eran tan salvajes como nuestro espíritu, me había educado en la corte, mi decoro era tan exquisito como el suyo, así que imaginaba no tendríamos problemas en esos menesteres.
-Podrán cazar si así lo desean, en esta época hay mucho faisanes que recorren en firmamento y si así lo desean podemos arreglar su presentación a la sociedad parisina y a los reyes por supuesto, ¿ eso os apetecería Señor de Landvik?
Asentí con la cabeza con educación antes de mirar con fijeza sus ojos color miel, que brillaban esplendorosos con aquella luz tenue de los pasillos.
-Agradezco las muestras de hospitalidad que nos brinda, no esperaba menos de una familia tan destacada como la suya mi señora, Mas como le explique en mi carta, el tema que nos ocupa es la búsqueda de mi prometida.
Hice una ligera pausa para ordenar mis ideas.
-Hace unos meses como bien sabe, mi familia sufrió un fuerte revés y mi madre que en paz descanse, nos abandono.
Desde entonces no he tenido otra cosa en mente que cumplir con mi palabra y la de mi difunta madre y cumplir mi compromiso con esa mujer desconocida a la que fui prometido de niño.
-El problema -si es que se podía decir que ese era el único, pensé en mi interior -es que apenas se nada de ella, ni siquiera su paradero.
Solo poseo una carta que me mando a su corta infancia, la carta de una niña enamorada de una promesa.
Allí figura su nombre y apellidos, y como no su olor. Figura una dirección a la que escribí en repetidas ocasiones tras el actual fallecimiento pidiéndole audiencia, mas jamas mis cartas fueron respondidas.
Así que aquí me hallo, con el único afán de encontrarla y preparar todo para nuestro inminente enlace.
Mi manada necesita una alfa, y ella según mi madre es la mujer indicada.
No tardamos en llegar a un salón, mas amplio que el anterior, con amplios ventanales que permitían pasar la luz de la luna, y que sin duda darían una increíble luz al alcanzar el día.
Decorado como el anterior, mas con cuadros de cacerías y algunos retratos familiares, mostraba el lujo de aquel hogar mimado hasta el ultimo detalle.
-Agradezco nos ofrezca cazar, es un hobby que sin duda comparte mi manada con su familia -reconocí mirando alguno de los cuadros -aceptaremos gustosos, si es que disponemos de tiempo libre para hacerlo. Así como la presentación con la realeza francesa, puede servirnos para buscar a mi misteriosa prometida, quizás ellos sepan de su paradero. -apunte con una ligera reflexión.
La dama, que no escatimaba ni en porte ni en belleza nos hizo servir un buen vino en copas de plata y aluminio, exquisitamente taladas con hermosas filigranas.
Saboree aquel vino despacio, escuchando como me informaba del buen año de la cosecha de este, mientras educado le tendía el brazo para acompañarla hacia el salón principal.
Mi escolta y compañeros de manada nos seguían de cerca, custodiados por un excelente servicio que se había vestido de gala para recibirnos.
Atravesamos uno de los arcos que dan hacia los pasillos que podrían asociarse a pequeños laberintos
-Haremos todo lo que este en nuestro alcance para que su estancia aquí sea lo mas agradable, cualquier cosa que deseen la tendrán , siempre y cuando la misma este entre los limites del decoro -sugirió la dama con una expresión coqueta aun sujeta de mi brazo.
Sonreí de medio lado frente a su observación sobre el decoro, aunque nuestros atuendos eran tan salvajes como nuestro espíritu, me había educado en la corte, mi decoro era tan exquisito como el suyo, así que imaginaba no tendríamos problemas en esos menesteres.
-Podrán cazar si así lo desean, en esta época hay mucho faisanes que recorren en firmamento y si así lo desean podemos arreglar su presentación a la sociedad parisina y a los reyes por supuesto, ¿ eso os apetecería Señor de Landvik?
Asentí con la cabeza con educación antes de mirar con fijeza sus ojos color miel, que brillaban esplendorosos con aquella luz tenue de los pasillos.
-Agradezco las muestras de hospitalidad que nos brinda, no esperaba menos de una familia tan destacada como la suya mi señora, Mas como le explique en mi carta, el tema que nos ocupa es la búsqueda de mi prometida.
Hice una ligera pausa para ordenar mis ideas.
-Hace unos meses como bien sabe, mi familia sufrió un fuerte revés y mi madre que en paz descanse, nos abandono.
Desde entonces no he tenido otra cosa en mente que cumplir con mi palabra y la de mi difunta madre y cumplir mi compromiso con esa mujer desconocida a la que fui prometido de niño.
-El problema -si es que se podía decir que ese era el único, pensé en mi interior -es que apenas se nada de ella, ni siquiera su paradero.
Solo poseo una carta que me mando a su corta infancia, la carta de una niña enamorada de una promesa.
Allí figura su nombre y apellidos, y como no su olor. Figura una dirección a la que escribí en repetidas ocasiones tras el actual fallecimiento pidiéndole audiencia, mas jamas mis cartas fueron respondidas.
Así que aquí me hallo, con el único afán de encontrarla y preparar todo para nuestro inminente enlace.
Mi manada necesita una alfa, y ella según mi madre es la mujer indicada.
No tardamos en llegar a un salón, mas amplio que el anterior, con amplios ventanales que permitían pasar la luz de la luna, y que sin duda darían una increíble luz al alcanzar el día.
Decorado como el anterior, mas con cuadros de cacerías y algunos retratos familiares, mostraba el lujo de aquel hogar mimado hasta el ultimo detalle.
-Agradezco nos ofrezca cazar, es un hobby que sin duda comparte mi manada con su familia -reconocí mirando alguno de los cuadros -aceptaremos gustosos, si es que disponemos de tiempo libre para hacerlo. Así como la presentación con la realeza francesa, puede servirnos para buscar a mi misteriosa prometida, quizás ellos sepan de su paradero. -apunte con una ligera reflexión.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
La caminata de ambos paro, la menuda figura de la morena se coloco en frente de aquel hombre que podía doblarle en tamaño y fuerza, le escucho con suma atención sintiendo un pequeño escalofrio al escuchar la palabra "manada", miro de reojo a Magnus tratando de descifrar algún tipo de emoción por parte de su mayordomo, tomo aire era un poco evidente que el Conde no solía codearse con muchos humanos o al menos con con aquellos que ignoraban el mundo de lo sobre natural.
Ya veo si con "alfa" se refiere a una mujer fuerte que lleve la casa es entendible-rio en medio de un suspiro-Ciertos términos no son usados aquí en Francia Monsiur Landivik - Le tomo del brazo reanudando su caminar , acerco su rostro un poco al ajeno susurrando-Y debe entender mi Ilustre señor, que aquí en Francia las criaturas sobre naturales no suelen ir auto descubriendose asi mismas -le sonrió de manera dulce-No me malinterprete pero la inquisición esta en cada recodo de este país, así como el Vaticano entre otros menesteres- se Separo de este una vez llegando al comedor.
Por lo que veo usted tiene un misterio en cierta forma Ser, podríamos tratar de rastrear a dicha dama si nos confiara la dirección a la cual escribió- Agnés dio la vuelta al largo comedor hasta llegar al centro de este , uno de los encargados retiro una silla dándole la oportunidad de sentarse-Aunque si me permite opinar acerca de su situacion ser... Usted esta buscando a un fantasma , si solo le escribió a la dama cuando erais niños y posteriormente a la muerte de su madre, usted le debe una disculpa a la joven dama y a su familia , si tiene la suerte que la familia de esta no la haya prometido o casado con alguien mas al ver la ausencia de vocación por su parte
Haciendo un gesto con su mano invito a que tomaran asiento sus nuevos huéspedes- Pero seamos positivos , lo mas seguro es que aun deban estar esperando por voz solo sera cuestión de investigar las cosas con profundidad
Ya veo si con "alfa" se refiere a una mujer fuerte que lleve la casa es entendible-rio en medio de un suspiro-Ciertos términos no son usados aquí en Francia Monsiur Landivik - Le tomo del brazo reanudando su caminar , acerco su rostro un poco al ajeno susurrando-Y debe entender mi Ilustre señor, que aquí en Francia las criaturas sobre naturales no suelen ir auto descubriendose asi mismas -le sonrió de manera dulce-No me malinterprete pero la inquisición esta en cada recodo de este país, así como el Vaticano entre otros menesteres- se Separo de este una vez llegando al comedor.
Por lo que veo usted tiene un misterio en cierta forma Ser, podríamos tratar de rastrear a dicha dama si nos confiara la dirección a la cual escribió- Agnés dio la vuelta al largo comedor hasta llegar al centro de este , uno de los encargados retiro una silla dándole la oportunidad de sentarse-Aunque si me permite opinar acerca de su situacion ser... Usted esta buscando a un fantasma , si solo le escribió a la dama cuando erais niños y posteriormente a la muerte de su madre, usted le debe una disculpa a la joven dama y a su familia , si tiene la suerte que la familia de esta no la haya prometido o casado con alguien mas al ver la ausencia de vocación por su parte
Haciendo un gesto con su mano invito a que tomaran asiento sus nuevos huéspedes- Pero seamos positivos , lo mas seguro es que aun deban estar esperando por voz solo sera cuestión de investigar las cosas con profundidad
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
La dama sobresaltada y entre susurros me advirtió de las dificultades que al parecer tenían allí los seres sobrenaturales como yo.
La inquisición acechaba las esquinas y al parecer y a diferencia de Italia no se hacía distinción entre los protectores de la vida humana, como era nuestro caso, y los que con desprecio la arrebataban sin miramiento.
-Disculpe mi señora –apunte con gesto de preocupación –pensaba conocía mi condición sobrenatural, así como la de mis acompañantes. De no ser así, jamás hubiera solicitado vuestro amparo en esta acogedora villa.
Al ser nuestras madres amigas desde la infancia, intuía vos conocíais mis secretos, como yo conozco los vuestros.
Hice una pausa buscando su mirada esperando no resultar descortés al insinuar que conocía su naturaleza sobrenatural.
-Mas ansió que esto no represente un impedimento para usted, prometo no causarle mayores problemas que la utilización de sus mazmorras las noches de luna llena.
Nosotros mismos las acomodaremos con férreas cadenas que nos mantendrán a raya mientras la dama blanca corone el firmamento.
Sera suficiente con que a la mañana siguiente enviéis a una de vuestras damas a liberarnos –bromee con picardía a sabiendas de que nuestros cuerpos se hallarían despojados de ropa alguna.
Entre risas, tomamos asiento en aquella recia mesa del comedor, perfectamente en galardonada para nuestra recepción.
Es entonces cuando me comento que podría mandar unos rastreadores para encontrar al fantasma que según ella debía ser mi prometida tras mi larga ausencia. No le faltaba razón en lo segundo, posiblemente le debiera más de una disculpa, aun así, tenía el presentimiento de que aquella dama aun me esperaba.
Sobre lo primero, no había mejor rastreador que yo en todo el páramo, así que yo mismo seria el que personalmente se encargara de tal menester.
Quizás en París las guerras se ganaran desde el salón de sus mansiones pero, en Italia, donde yo era Conde, las batallas como en el amor, para acabarlas era necesario verlas de cerca.
-Madam, mañana al alba partiré en busca de mi fantasma –una picara sonrisa acompaño a mis palabras – mis escoltas pertrecharan sus mazmorras para esa misma noche acomodarnos en ellas.
Tras mis palabras di nuevamente un sorbo a aquel delicioso vino, observe la copiosa comida, toda ella dispensada con elegancia por la servidumbre.
Pronto empezamos a cenar, reconozco estábamos hambrientos y dimos un buen tiento a aquella mesa, ahora casi vacía.
La inquisición acechaba las esquinas y al parecer y a diferencia de Italia no se hacía distinción entre los protectores de la vida humana, como era nuestro caso, y los que con desprecio la arrebataban sin miramiento.
-Disculpe mi señora –apunte con gesto de preocupación –pensaba conocía mi condición sobrenatural, así como la de mis acompañantes. De no ser así, jamás hubiera solicitado vuestro amparo en esta acogedora villa.
Al ser nuestras madres amigas desde la infancia, intuía vos conocíais mis secretos, como yo conozco los vuestros.
Hice una pausa buscando su mirada esperando no resultar descortés al insinuar que conocía su naturaleza sobrenatural.
-Mas ansió que esto no represente un impedimento para usted, prometo no causarle mayores problemas que la utilización de sus mazmorras las noches de luna llena.
Nosotros mismos las acomodaremos con férreas cadenas que nos mantendrán a raya mientras la dama blanca corone el firmamento.
Sera suficiente con que a la mañana siguiente enviéis a una de vuestras damas a liberarnos –bromee con picardía a sabiendas de que nuestros cuerpos se hallarían despojados de ropa alguna.
Entre risas, tomamos asiento en aquella recia mesa del comedor, perfectamente en galardonada para nuestra recepción.
Es entonces cuando me comento que podría mandar unos rastreadores para encontrar al fantasma que según ella debía ser mi prometida tras mi larga ausencia. No le faltaba razón en lo segundo, posiblemente le debiera más de una disculpa, aun así, tenía el presentimiento de que aquella dama aun me esperaba.
Sobre lo primero, no había mejor rastreador que yo en todo el páramo, así que yo mismo seria el que personalmente se encargara de tal menester.
Quizás en París las guerras se ganaran desde el salón de sus mansiones pero, en Italia, donde yo era Conde, las batallas como en el amor, para acabarlas era necesario verlas de cerca.
-Madam, mañana al alba partiré en busca de mi fantasma –una picara sonrisa acompaño a mis palabras – mis escoltas pertrecharan sus mazmorras para esa misma noche acomodarnos en ellas.
Tras mis palabras di nuevamente un sorbo a aquel delicioso vino, observe la copiosa comida, toda ella dispensada con elegancia por la servidumbre.
Pronto empezamos a cenar, reconozco estábamos hambrientos y dimos un buen tiento a aquella mesa, ahora casi vacía.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Tras varios meses de viaje a caballo y a pie, un duro camino, llegamos por fin a aquella inmensa ciudad de la que tanta gente hablaba,París; un lugar totalmente opuesto a la Toscana Italiana, y a nuestro hogar. Pero allí me encontraba, acompañando a Damon, mi señor, mi hermano...mi amigo...para buscar a su prometida. Un compromiso que se anunció cuando eran niños y del que jamás se había vuelto a decir nada. Más tras la muerte de nuestra madre, mi madre adoptiva y madre biológica de Damon, éste se empeñó en ir a buscarla y cumplir con su cometido. Desposarse y convertirla así en hembra alfa de la manada.
No era la posición social lo que más me dolía, si no que con su compromiso cualquier posibilidad mínima que hubiese podido tener con Damon se esfumaría.
El lobo no tardó en encontrar la mansión donde nos acomodaríamos durante la búsqueda de aquella mujer afortunada. Según tenía entendido, la mujer que nos alojaría era una amiga de nuestra madre.
El recibimiento en la mansión fue espectacular. Al parecer todo el servicio esperaba nuestra llegada, y por supuesto, la señora de la casa, que tras unos corteses saludos a mi señor, nos sirvieron copas de vino y comenzaron su paseo por la casa. Mantuve la copa en mi mano, pero trate de evitar dar un trago. Lo reconozco, dar mi confianza de buenas a primeras no era una de mis virtudes. Y sentir tantos ojos clavados en nosotros no ayudaba demasiado.
Damon caminaba con la señora del brazo, mientras hablaban y se reían.
Mientras, yo me mantenía en un segundo plano, observando todo por debajo de la capucha de mi capa...y seguida por todo el personal, que también me miraban a mí con curiosidad.
Me mantuve en silencio y con la cabeza gacha mientras hicimos un recorrido por los jardines de la mansión, hasta llegar al comedor, engalanado para la ocasión.
Cuando vi que mi señor se disponía a tomar asiento, me situé a su lado, retirándome la capucha de mi cabeza, y dejando caer una larga melena rubia sobre mis hombros.
Me quedé en pie tras Damon, esperando que me diese permiso para sentarme.
No era la posición social lo que más me dolía, si no que con su compromiso cualquier posibilidad mínima que hubiese podido tener con Damon se esfumaría.
El lobo no tardó en encontrar la mansión donde nos acomodaríamos durante la búsqueda de aquella mujer afortunada. Según tenía entendido, la mujer que nos alojaría era una amiga de nuestra madre.
El recibimiento en la mansión fue espectacular. Al parecer todo el servicio esperaba nuestra llegada, y por supuesto, la señora de la casa, que tras unos corteses saludos a mi señor, nos sirvieron copas de vino y comenzaron su paseo por la casa. Mantuve la copa en mi mano, pero trate de evitar dar un trago. Lo reconozco, dar mi confianza de buenas a primeras no era una de mis virtudes. Y sentir tantos ojos clavados en nosotros no ayudaba demasiado.
Damon caminaba con la señora del brazo, mientras hablaban y se reían.
Mientras, yo me mantenía en un segundo plano, observando todo por debajo de la capucha de mi capa...y seguida por todo el personal, que también me miraban a mí con curiosidad.
Me mantuve en silencio y con la cabeza gacha mientras hicimos un recorrido por los jardines de la mansión, hasta llegar al comedor, engalanado para la ocasión.
Cuando vi que mi señor se disponía a tomar asiento, me situé a su lado, retirándome la capucha de mi cabeza, y dejando caer una larga melena rubia sobre mis hombros.
Me quedé en pie tras Damon, esperando que me diese permiso para sentarme.
Arely Pucini- Licántropo Clase Alta
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
La Morena Enarco una ceja por un momento tras el ser nombrada su madre en todo aquel asunto, su cara y ojos denotaban ante aquel comentario “ que descanse en paz” cuando su alma y su yo interior denotaba en un tono “ Espero que estés sufriendo en el fuego intenso y sabanas haga cada día mas miserable tu alma, vieja Bruja”. Riendo de manera modesta negó- En ningún momento creo que usted y vuestros gentiles compañeros presentes para mi ningún tipo de carga, mi buen señor- Se relamió los labios alisando con sus manos la tela de su vestido mientras se encontraba sentada. Sin pasar Por inadvertida la cara de horror de Magnus Agnés levanto una mano con un fino gesto que le indicaba al viejo hombre que mantuviera la compostura, aunque a decir verdad le causaba mucha gracia como el viejo hombre que había servido a la gran familia de Cherny se sentía cada vez mas erizado por los invitados extranjeros que allí se estaban alojando- Monsieur por supuesto que poded usar nuestras mazmorras, pero de ninguna manera permitiré que tanto voz como su compañía descanse allí -negó- Sus habitaciones están Bien dispuestas en la zona oeste de la parte superior de esta mansión .
Alargo su brazo poniendo la servilleta sobre sus muslos mientras Magnus terminaba de servirle unas cuentas ruedas de Salmón y ella procedía a tomar una gran cantidad de vegetales, por un momento quedo pensativa , ¿que buscaba la vieja bruja de su madre en hacer alianzas y amistades con toda una jauría de Licántropos?. Subiendo la mirada por un momento se dio cuenta como dos de los acompañante de su ilustre invitado tomaban asiento , mas uno aun quedaba de pie y cubierto, sonrío de medio lado dejando ver un poco de sorpresa ante el sexo de el tercer acompañante, una entrada un poco dramática pensó para si misma .
Ser Damon ¿acaso no invitareis a la joven dama que os acompaña a tomar asiento? - pregunto dándose cuenta solo con un simple vistazo que aquella mujer no tomaría ninguna iniciativa o siquiera ayuda o orden de alguien mas que no fuera el italiano , tomo un trago de vino mirando a la Rubia mujer, observando sus rasgos fuertes y definidos en su cara llena del polvo del camino un cabello bastante enmarañado y una piel bronceada y tostada, aquella acompañante había sido criada para la lucha y la batalla sin duda alguna.
Alargo su brazo poniendo la servilleta sobre sus muslos mientras Magnus terminaba de servirle unas cuentas ruedas de Salmón y ella procedía a tomar una gran cantidad de vegetales, por un momento quedo pensativa , ¿que buscaba la vieja bruja de su madre en hacer alianzas y amistades con toda una jauría de Licántropos?. Subiendo la mirada por un momento se dio cuenta como dos de los acompañante de su ilustre invitado tomaban asiento , mas uno aun quedaba de pie y cubierto, sonrío de medio lado dejando ver un poco de sorpresa ante el sexo de el tercer acompañante, una entrada un poco dramática pensó para si misma .
Ser Damon ¿acaso no invitareis a la joven dama que os acompaña a tomar asiento? - pregunto dándose cuenta solo con un simple vistazo que aquella mujer no tomaría ninguna iniciativa o siquiera ayuda o orden de alguien mas que no fuera el italiano , tomo un trago de vino mirando a la Rubia mujer, observando sus rasgos fuertes y definidos en su cara llena del polvo del camino un cabello bastante enmarañado y una piel bronceada y tostada, aquella acompañante había sido criada para la lucha y la batalla sin duda alguna.
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Un silencio invadió la sala cuando Arely se despojo de la capucha, dejando al descubierto, un rostro de hermosas facciones y piel canela. Su pelo, salvaje, ondeaba a su aire enmarcando una belleza natural sin las pinturas que tanto usaban las damas de esta época.
Pese a ser acogida por mi familia desde su tierna infancia, jamas acepto tomar nuestro apellido, supongo que era una muestra romántica hacia sus antepasados, pese a eso, se crio en la corte junto a mi como si de una hermana se tratase.
Con un susurro la invite a tomar asiento, sin duda era desconfiada y terca, por no añadir que odiaba todo los asuntos protocolarios de estado.
Ella era una guerrera y pese a ser mujer, su atuendo y su lucha era mas propio de un hombre que de lo contrario.
Supongo que en mi linaje, las mujeres eran distintas a las mujeres de París, encorsetadas y con pomposos vestidos victorianos, cabellos perfectamente colocado y perfumes caros que ocultaban el simple y natural olor a piel. Allí, en la Toscana Italiana, las lobas eran tan salvajes como nosotros, incluso en ocasiones me atrevería a decir que mas -pensé con una picara sonrisa.
La loba tomo asiento con discrecional a mi lado, manteniéndose en ese segundo plano que tanto le gustaba, aunque algún día eso tendría que cambiar, ya me habían solicitado su mano varios pretendientes de nobles familias, y yo, ahora, responsable de ella tenia que mirar por su bien.
Aun así había rechazado todas y cada una de las propuestas de matrimonio como si esperara un príncipe azul de esos que solo existen en los cuentos de hadas que madre jamas nos contó.
Supongo que de momento con mi enlace teníamos mas que suficiente, así que cedí tras su insistencia a esperar un poco mas.
-Señora de Charny le presento a Arely Pucini. Ademas de mi escolta personal, se ha criado con mi familia desde su nacimiento. Puede confiar en ella tanto como en mi propia persona. Estoy seguro les sera grato conversar por los bellos jardines y quizás pueda convencerla de los deberes que una mujer tiene con la corte -bromee mirando de reojo a la loba, intuyendo que de no estar allí, en medio de un salón y siendo invitados de una familia de la realeza, su reacción hubiera sido de otro modo.
-Mi señora, me sentiría mas cómodo pudiendo pertrechar sus calabozos para utilizarlos unicamente las noches de luna llena. Es solo una medida que tomamos con gusto para manteneros a salvo. Creerme si os digo, sin animo de asustaros, que las habitaciones no son lugar para contener a uno de nosotros en esas noches.
Observe la cara descompuesta del mayordomo de la señora Agnes, que sudaba de lo lindo por el pavor que sentía frente a los nuevos invitados.
-Puede tranquilizar a su servicio, como le he dicho, no causaremos ni molestias ni mal ninguno.
Pese a ser acogida por mi familia desde su tierna infancia, jamas acepto tomar nuestro apellido, supongo que era una muestra romántica hacia sus antepasados, pese a eso, se crio en la corte junto a mi como si de una hermana se tratase.
Con un susurro la invite a tomar asiento, sin duda era desconfiada y terca, por no añadir que odiaba todo los asuntos protocolarios de estado.
Ella era una guerrera y pese a ser mujer, su atuendo y su lucha era mas propio de un hombre que de lo contrario.
Supongo que en mi linaje, las mujeres eran distintas a las mujeres de París, encorsetadas y con pomposos vestidos victorianos, cabellos perfectamente colocado y perfumes caros que ocultaban el simple y natural olor a piel. Allí, en la Toscana Italiana, las lobas eran tan salvajes como nosotros, incluso en ocasiones me atrevería a decir que mas -pensé con una picara sonrisa.
La loba tomo asiento con discrecional a mi lado, manteniéndose en ese segundo plano que tanto le gustaba, aunque algún día eso tendría que cambiar, ya me habían solicitado su mano varios pretendientes de nobles familias, y yo, ahora, responsable de ella tenia que mirar por su bien.
Aun así había rechazado todas y cada una de las propuestas de matrimonio como si esperara un príncipe azul de esos que solo existen en los cuentos de hadas que madre jamas nos contó.
Supongo que de momento con mi enlace teníamos mas que suficiente, así que cedí tras su insistencia a esperar un poco mas.
-Señora de Charny le presento a Arely Pucini. Ademas de mi escolta personal, se ha criado con mi familia desde su nacimiento. Puede confiar en ella tanto como en mi propia persona. Estoy seguro les sera grato conversar por los bellos jardines y quizás pueda convencerla de los deberes que una mujer tiene con la corte -bromee mirando de reojo a la loba, intuyendo que de no estar allí, en medio de un salón y siendo invitados de una familia de la realeza, su reacción hubiera sido de otro modo.
-Mi señora, me sentiría mas cómodo pudiendo pertrechar sus calabozos para utilizarlos unicamente las noches de luna llena. Es solo una medida que tomamos con gusto para manteneros a salvo. Creerme si os digo, sin animo de asustaros, que las habitaciones no son lugar para contener a uno de nosotros en esas noches.
Observe la cara descompuesta del mayordomo de la señora Agnes, que sudaba de lo lindo por el pavor que sentía frente a los nuevos invitados.
-Puede tranquilizar a su servicio, como le he dicho, no causaremos ni molestias ni mal ninguno.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Fue la señora de la casa la que llamó la atención de Damon sobre mi presencia. A veces pensaba que estaba tan acostumbrado a tenerme cerca que ni se acordaba de mi existencia.
-Mi señora, muchas gracias por vuestra amabilidad.- susurré mientras me sentaba al lado de Damon.
Había algo que me escamaba en todo aquello, aunque no sabía a ciencia cierta si era por el cortejo de la señora hacia Damon, o por otra cosa. Al final, mis sentidos estaban alerta, como siempre.
Eché un vistazo a mi alrededor. Estaba totalmente fuera de lugar.
No me gustaba ser el centro de atención, y en aquellos momentos sentía que muchos ojos se centraban en mí. ¿Acaso no solían ver a mujeres vestidas de hombres? Para cabalgar era mucho más cómodo.
Damon me presentó ante la señora, cosa que a mí se me había olvidado hacer. Todas estas cosas de burgueses no era lo mío. A mí me gustaba correr por los bosques y tumbarme en la hierba, y si podía hacerlo desnuda, muchísimo mejor.
Me imaginaba verme vestida o maquillada como aquellas mujeres de París, y una sensación de ahogo se instauraba en mi pecho.
-...Puede confiar en ella tanto como en mi propia persona. Estoy seguro les será grato conversar por los bellos jardines y quizás pueda convencerla de los deberes que una mujer tiene con la corte.- apuntó Damon sonriendo mientras me miraba de reojo ante su comentario.
Se creía salvado de aquello por estar ante tanta nobleza, pero ya se enteraría más tarde cuando estuviésemos a solas.
- Sería un placer pasear por los jardines.- contesté con una sonrisa mientras miraba a la señora, y le daba con un rodillazo a Damon por debajo de la mesa.
Traté de pensar en que pronto, para bien o para mal, nuestra misión en París terminaría y podría perderme de nuevo por nuestros bosques. Y si Damon pensaba que podría convencerme de que me comprometiese con alguien, es que no me conocía. Mi corazón solo pertenecería a un hombre. El hombre que en esos momentos estaba tratando de convencerlos de que cuando hubiese luna llena ocuparíamos las mazmorras, ante un servicio un tanto asustado por la imagen que debían de tener de nosotros convertidos en animales salvajes.
Y pensar que yo me consideraba más salvaje cuando ocupaba mi forma humana.
-Mi señora, muchas gracias por vuestra amabilidad.- susurré mientras me sentaba al lado de Damon.
Había algo que me escamaba en todo aquello, aunque no sabía a ciencia cierta si era por el cortejo de la señora hacia Damon, o por otra cosa. Al final, mis sentidos estaban alerta, como siempre.
Eché un vistazo a mi alrededor. Estaba totalmente fuera de lugar.
No me gustaba ser el centro de atención, y en aquellos momentos sentía que muchos ojos se centraban en mí. ¿Acaso no solían ver a mujeres vestidas de hombres? Para cabalgar era mucho más cómodo.
Damon me presentó ante la señora, cosa que a mí se me había olvidado hacer. Todas estas cosas de burgueses no era lo mío. A mí me gustaba correr por los bosques y tumbarme en la hierba, y si podía hacerlo desnuda, muchísimo mejor.
Me imaginaba verme vestida o maquillada como aquellas mujeres de París, y una sensación de ahogo se instauraba en mi pecho.
-...Puede confiar en ella tanto como en mi propia persona. Estoy seguro les será grato conversar por los bellos jardines y quizás pueda convencerla de los deberes que una mujer tiene con la corte.- apuntó Damon sonriendo mientras me miraba de reojo ante su comentario.
Se creía salvado de aquello por estar ante tanta nobleza, pero ya se enteraría más tarde cuando estuviésemos a solas.
- Sería un placer pasear por los jardines.- contesté con una sonrisa mientras miraba a la señora, y le daba con un rodillazo a Damon por debajo de la mesa.
Traté de pensar en que pronto, para bien o para mal, nuestra misión en París terminaría y podría perderme de nuevo por nuestros bosques. Y si Damon pensaba que podría convencerme de que me comprometiese con alguien, es que no me conocía. Mi corazón solo pertenecería a un hombre. El hombre que en esos momentos estaba tratando de convencerlos de que cuando hubiese luna llena ocuparíamos las mazmorras, ante un servicio un tanto asustado por la imagen que debían de tener de nosotros convertidos en animales salvajes.
Y pensar que yo me consideraba más salvaje cuando ocupaba mi forma humana.
Arely Pucini- Licántropo Clase Alta
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Tomando un bocado Agnés le sonrio a la Doncella- Un placer querida, como ya le he dicho al señor Damon podeis sentirte a gusto aqui en esta Humilde Morada-asintio ante las palabras del licano-pues si asi lo desean y ya veo que no puedo hacer nada para hacerles cambiar de opinion haganlo - Sonrio tomando una copa de vino sin pasar por alto la mirada de Arely hacia el que era su jefe, no necesitaba de sus habilidades especiales para poder ver lo que esta sentia por el -¿ los deberes de una mujer en la corte?- ladeo el rostro- Ilustreme señor ¿ cuales son dichos deberes?-bromeo.
Picoteando otro pedazo de vegetal y llevandolo a sus labios se quedo nuevamente pensativa por un instante, no sentia miedo por su propia seguridad y la seguridad de su servicio le daba tan igual como las reformas en los precios del te para los ciudadanos comunes , pero cada vez que lo pensaba mas se preguntaba que hubiese ganado la vieja bruja que era su madre con todo aquello Tomo aire - Entonces Madame Pucini , me intriga , ¿que hace tan joven amazona con una jauria como esta?, quiero decir, no todos los dias veo a tan hermosa dama con tanto temple e impetud para dejar a un lado los codigos aristocraticos y tomar en sus manos su propio destino- fijo su cabeza sobre una mano mirando con suma atencion a la rubia esperando una respuesta.
Picoteando otro pedazo de vegetal y llevandolo a sus labios se quedo nuevamente pensativa por un instante, no sentia miedo por su propia seguridad y la seguridad de su servicio le daba tan igual como las reformas en los precios del te para los ciudadanos comunes , pero cada vez que lo pensaba mas se preguntaba que hubiese ganado la vieja bruja que era su madre con todo aquello Tomo aire - Entonces Madame Pucini , me intriga , ¿que hace tan joven amazona con una jauria como esta?, quiero decir, no todos los dias veo a tan hermosa dama con tanto temple e impetud para dejar a un lado los codigos aristocraticos y tomar en sus manos su propio destino- fijo su cabeza sobre una mano mirando con suma atencion a la rubia esperando una respuesta.
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Mientras trataba de hacerme con un trozo de aquel suculento asado y me preguntaba como un ser humano podía alimentarse solo de vegetales, más para mí eso solo lo hacían los conejos y los ciervos, la señora de la casa sentía curiosidad por mi forma de actuar. Probablemente esperaba de mí una dama, atada con correa, y vestida con esos incómodos vestidos con encajes, siempre dispuesta a cumplir los deseos de un marido.
Supuse que no veían normal que una mujer pudiese decidir como llevar las riendas de su vida; poder tomas sus propias decisiones sin un padre ni un esposo al que obedecer. Más, que podía decir. Era un espíritu libre, fiel a mi manada; fiel a aquellas personas que me habían salvado de aquellos chupa sangre asesinos; y servir a Damon como su escudera, como su amiga o como su compañera de juegos era una forma de demostrar mi gratitud. Sabía que si en alguna ocasión contraía matrimonio, me cortarían las alas, y con ello mis ganas de vivir.
Aunque aquello también era posible que ocurriese cuando Damon se desposara con aquella desconocida.
- Mi señora. Soy fiel a mi manada y a mi condición de guerrera. No cambiaría a esta "jauría" como usted la llama, ni por todas las riquezas del mundo. Porque son mi familia. Y respecto al código aristocrático, creo que sería incapaz de soportar esos corsés y tener que cumplir con normas estiradas que han impuesto unos cuantos amargados.- contesté mientras me metía un trozo de comida en la boca y sonría con ironía.
Miré a Damon que tenía los ojos clavados en mí.
-Creo, y confirmo, que después de cenar deberíamos ir a tomarnos una última copa; antes de que los estirados estos de la aristocracia, tu prometida incluida, te capen.- le susurré al oído con una sonrisa sarcástica mientras disimulaba limpiarme con la servilleta.
Si el viaje hasta allí se me había hecho eterno, peor iba a ser la estancia. Normas y reglas a mí.
Supuse que no veían normal que una mujer pudiese decidir como llevar las riendas de su vida; poder tomas sus propias decisiones sin un padre ni un esposo al que obedecer. Más, que podía decir. Era un espíritu libre, fiel a mi manada; fiel a aquellas personas que me habían salvado de aquellos chupa sangre asesinos; y servir a Damon como su escudera, como su amiga o como su compañera de juegos era una forma de demostrar mi gratitud. Sabía que si en alguna ocasión contraía matrimonio, me cortarían las alas, y con ello mis ganas de vivir.
Aunque aquello también era posible que ocurriese cuando Damon se desposara con aquella desconocida.
- Mi señora. Soy fiel a mi manada y a mi condición de guerrera. No cambiaría a esta "jauría" como usted la llama, ni por todas las riquezas del mundo. Porque son mi familia. Y respecto al código aristocrático, creo que sería incapaz de soportar esos corsés y tener que cumplir con normas estiradas que han impuesto unos cuantos amargados.- contesté mientras me metía un trozo de comida en la boca y sonría con ironía.
Miré a Damon que tenía los ojos clavados en mí.
-Creo, y confirmo, que después de cenar deberíamos ir a tomarnos una última copa; antes de que los estirados estos de la aristocracia, tu prometida incluida, te capen.- le susurré al oído con una sonrisa sarcástica mientras disimulaba limpiarme con la servilleta.
Si el viaje hasta allí se me había hecho eterno, peor iba a ser la estancia. Normas y reglas a mí.
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Con una sonrisa en sus labios y un salvaje rodillazo oculto tan solo por los largos faldones de aquel mantel de seda fina contesto a nuestra anfitriona con delicadeza.
Sonreí de medio lado mirándola de reojo consciente del sumo esfuerzo que Arely debía estar haciendo por mantenerse en su sitio y no saltar sobre mi yugular, algo que no descartaba que pasara de un momento a otro.
Agnes parecía francamente intrigada por mi escolta, supuse que allí en Paris, no estaban tan acostumbrados a ver ese tipo de mujeres, fuertes, con iniciativa y cuya belleza alejada de toda artificialidad les hacia sombra.
-Ilústreme señor ¿ cuales son dichos deberes?-bromeó hundiendo nuevamente sus ojos en los míos, mientras ladeaba la cabeza ligeramente.
Tome la copa de vino dándole un nuevo sorbo, aquel vino era exquisito, casi tanto como la compañía.
-Mi señora, intuyo bien los conocéis, por desgracia, la gente como nosotros no siempre es libre de hacer lo que le viene en gana -confesé con sinceridad
-vea me a mi, listo para contraer matrimonio con una extraña que posiblemente no será ni de lejos lo que yo hubiera elegido en el caso de que mi apellido no fuera Landvik y mi cargo Conde de Italia.
Clave mi mirada en la suya nuevamente con profundidad, dispuesto nuevamente a tentar la suerte y la paciencia de la anfitriona.
-O vos, que tenéis que acomodar a unos desconocidos porque nuestras madres eran amigas, mas bien socias, pues de algún modo u otro, vuestra madre ayudaba a mi madre en temas -hice una ligera pausa para pensar bien como y que decía -sobrenaturales y por el contrario mi manada le ofrecía una seguridad que no poseía. Lamento decirle que vuestra madre tenia muchos enemigos mi señora -sentencié.
Me calle lo obvio, aquella mujer parecía en aquella lujosa casa tan enjaulada como nosotros, la única diferencia es que ella sabia comportarse, hablar sin decir nada y guardar su sinceridad posiblemente para noches de lujuria en su alcoba.
Mas, por supuesto en ese preciso instante mi querida loba hablo, para sentenciar todo aquello que yo habia callado.
La mire esperando que no dijera algo inapropiado, mas era evidente que lo haria, morderse la lengua no estaba entre sus virtudes y eso que poseía muchas.
-Mi señora. Soy fiel a mi manada y a mi condición de guerrera. No cambiaría a esta "jauría" como usted la llama, ni por todas las riquezas del mundo. Porque son mi familia. Y respecto al código aristocrático, creo que sería incapaz de soportar esos corsés y tener que cumplir con normas estiradas que han impuesto unos cuantos amargados.
La mire frunciendo el ceño, no tenia que recordarle que allí solo eramos unos invitados, y que nuestra permanencia en ese hogar solo dependía de nuestra amable anfitriona, supongo que llamarla aristócrata amargada entre otras muchas lindezas no era empezar con buen pie.
-Disculpe sus modales mi señora, si no la hubiera visto crecer desde niña pensaría la han sacado de lo mas profundo del bosque criada por lobos salvajes.
Sonreí con picardia, acaso de cierto modo no habíamos sido criados así, mi madre era una líder nata, que siempre nos educo para decir lo que pensábamos, para ser fieles a nosotros mismo y mas aun a nuestra manada, que era y seria por siempre nuestra familia. Unidos eramos invencibles, y cuando mi hembra alfa llegara a ella, el ciclo se completaría y mi linaje aumentaría.
-Creo, y confirmo, que después de cenar deberíamos ir a tomarnos una última copa; antes de que los estirados estos de la aristocracia, tu prometida incluida, te capen.- añadió la loba ni corta ni perezosa fingiendo limpiarse los labios para no ser escuchada.
Mire a mi otro acompañante que parecía tan necesitado de aire fresco como yo mismo.
Tenia que reconocer que la cercanía de la luna llena nos volvía ligeramente mas irritables, nuestros sentidos aumentaban, y también con ellos nuestras ganas de disfrutar de todo y de todos, estábamos demasiado desbocados para permanecer nuestra ultima noche antes del encierro voluntario allí.
Así que acepte sin más, consciente de que la cosa no podía alargarse demasiado pues al día siguiente pensaba ir a la dirección que poseía del paradero de mi prometida.
E ir con resaca no entraba dentro de mis planes, menuda imagen daría a mi futura esposa de hacerlo.
-Señora de Chany espero no le incomode que abandonemos su villa por unas horas, necesitamos divertirnos un poco tras tantos meses de viaje. De echo, esta invitada a unirse a nosotros si así lo desea.
Intuía que en absoluto aceptaría la invitación de “la jauria” como ella nos llamaba, mas aun así hice gala de mi cortesía, y le dedique una sonrisa cargada de intenciones.
Sonreí de medio lado mirándola de reojo consciente del sumo esfuerzo que Arely debía estar haciendo por mantenerse en su sitio y no saltar sobre mi yugular, algo que no descartaba que pasara de un momento a otro.
Agnes parecía francamente intrigada por mi escolta, supuse que allí en Paris, no estaban tan acostumbrados a ver ese tipo de mujeres, fuertes, con iniciativa y cuya belleza alejada de toda artificialidad les hacia sombra.
-Ilústreme señor ¿ cuales son dichos deberes?-bromeó hundiendo nuevamente sus ojos en los míos, mientras ladeaba la cabeza ligeramente.
Tome la copa de vino dándole un nuevo sorbo, aquel vino era exquisito, casi tanto como la compañía.
-Mi señora, intuyo bien los conocéis, por desgracia, la gente como nosotros no siempre es libre de hacer lo que le viene en gana -confesé con sinceridad
-vea me a mi, listo para contraer matrimonio con una extraña que posiblemente no será ni de lejos lo que yo hubiera elegido en el caso de que mi apellido no fuera Landvik y mi cargo Conde de Italia.
Clave mi mirada en la suya nuevamente con profundidad, dispuesto nuevamente a tentar la suerte y la paciencia de la anfitriona.
-O vos, que tenéis que acomodar a unos desconocidos porque nuestras madres eran amigas, mas bien socias, pues de algún modo u otro, vuestra madre ayudaba a mi madre en temas -hice una ligera pausa para pensar bien como y que decía -sobrenaturales y por el contrario mi manada le ofrecía una seguridad que no poseía. Lamento decirle que vuestra madre tenia muchos enemigos mi señora -sentencié.
Me calle lo obvio, aquella mujer parecía en aquella lujosa casa tan enjaulada como nosotros, la única diferencia es que ella sabia comportarse, hablar sin decir nada y guardar su sinceridad posiblemente para noches de lujuria en su alcoba.
Mas, por supuesto en ese preciso instante mi querida loba hablo, para sentenciar todo aquello que yo habia callado.
La mire esperando que no dijera algo inapropiado, mas era evidente que lo haria, morderse la lengua no estaba entre sus virtudes y eso que poseía muchas.
-Mi señora. Soy fiel a mi manada y a mi condición de guerrera. No cambiaría a esta "jauría" como usted la llama, ni por todas las riquezas del mundo. Porque son mi familia. Y respecto al código aristocrático, creo que sería incapaz de soportar esos corsés y tener que cumplir con normas estiradas que han impuesto unos cuantos amargados.
La mire frunciendo el ceño, no tenia que recordarle que allí solo eramos unos invitados, y que nuestra permanencia en ese hogar solo dependía de nuestra amable anfitriona, supongo que llamarla aristócrata amargada entre otras muchas lindezas no era empezar con buen pie.
-Disculpe sus modales mi señora, si no la hubiera visto crecer desde niña pensaría la han sacado de lo mas profundo del bosque criada por lobos salvajes.
Sonreí con picardia, acaso de cierto modo no habíamos sido criados así, mi madre era una líder nata, que siempre nos educo para decir lo que pensábamos, para ser fieles a nosotros mismo y mas aun a nuestra manada, que era y seria por siempre nuestra familia. Unidos eramos invencibles, y cuando mi hembra alfa llegara a ella, el ciclo se completaría y mi linaje aumentaría.
-Creo, y confirmo, que después de cenar deberíamos ir a tomarnos una última copa; antes de que los estirados estos de la aristocracia, tu prometida incluida, te capen.- añadió la loba ni corta ni perezosa fingiendo limpiarse los labios para no ser escuchada.
Mire a mi otro acompañante que parecía tan necesitado de aire fresco como yo mismo.
Tenia que reconocer que la cercanía de la luna llena nos volvía ligeramente mas irritables, nuestros sentidos aumentaban, y también con ellos nuestras ganas de disfrutar de todo y de todos, estábamos demasiado desbocados para permanecer nuestra ultima noche antes del encierro voluntario allí.
Así que acepte sin más, consciente de que la cosa no podía alargarse demasiado pues al día siguiente pensaba ir a la dirección que poseía del paradero de mi prometida.
E ir con resaca no entraba dentro de mis planes, menuda imagen daría a mi futura esposa de hacerlo.
-Señora de Chany espero no le incomode que abandonemos su villa por unas horas, necesitamos divertirnos un poco tras tantos meses de viaje. De echo, esta invitada a unirse a nosotros si así lo desea.
Intuía que en absoluto aceptaría la invitación de “la jauria” como ella nos llamaba, mas aun así hice gala de mi cortesía, y le dedique una sonrisa cargada de intenciones.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Enarco una ceja divertida dejando a un lado su plato, Junto sus manos escuchando a ambos licanos con detenida atencion, su cara se volvio tan expresiva con un ligero toque de "no me diga" ante el comentario de su madre y los rodeada de enemigos que estaba, posterior a esto se quedo pensativa por un momento cualquier otra mujer de la alta aristocracia como era su caso podria haber hecho algun tipo de escena donde les hecharia de su casa, tan solo por el simple hecho de insultarla o dirigirse de forma no apropiada. negó para si riendo-Oh no tiene razon, las personas como nosotros no tenemos tanto derechos de expontaneidad sin embargo Conde si me permite la franqueza de decirlo pareciera sumamente entregado como un amante a la busqueda y captura de su futura esposa - se hecho hacia atras en su silla encogiendose de hombros- es decir he visto a hombres con aspecto mas lugubre antes de ir al caldazo, pero usted , no usted mi querido conde seguramente olvidara a cualquier otra mujer que se le insinue o incluso le ruegue por su amor luego de casarse.
Mantuvo sus manos fijas sobre el regazo sus ojos podian resplandecer como el almibar a fuego lento- no hay nada que disculpar no por mi parte, pero según tengo entendido su madre no solía tener dicho comportamiento- volvió a encogerse de hombros- ¿ pero quien soy yo para juzgar?, simplemente soy la dama amargada y aristócrata que abre las puertas de su casa a unos desconocidos por mantener la palabra de su difunta madre-bajo su mirada- aunque nada me ate a hacerlo-subió nuevamente su mirada sonriendo de medio lado.
Magnus se quedo expectante tenso ante todo aquello levantándose de la mesa dio por terminada aquella extravagante y cena con los desconocidos, volteo por encima de su hombro - En el pueblo no menor a 3 millas a caballo hay una buena posada allí conseguireis la diversión que buscais Ser y...¿ Madmosaille?-enarco una ceja mirando a la hembra de la mirada- A ser sincera ser no deberia buscar tanto una prometida aqui en francia Conde Landivik si tiene a una mujer como la señorit Pucini con ustedes, estoy seguro que ella estaria encantada de desposarlo y ser la alfa junto a usted- les sonrio a ambos- Adelántense ustedes yo me les unire mas tarde.
Mantuvo sus manos fijas sobre el regazo sus ojos podian resplandecer como el almibar a fuego lento- no hay nada que disculpar no por mi parte, pero según tengo entendido su madre no solía tener dicho comportamiento- volvió a encogerse de hombros- ¿ pero quien soy yo para juzgar?, simplemente soy la dama amargada y aristócrata que abre las puertas de su casa a unos desconocidos por mantener la palabra de su difunta madre-bajo su mirada- aunque nada me ate a hacerlo-subió nuevamente su mirada sonriendo de medio lado.
Magnus se quedo expectante tenso ante todo aquello levantándose de la mesa dio por terminada aquella extravagante y cena con los desconocidos, volteo por encima de su hombro - En el pueblo no menor a 3 millas a caballo hay una buena posada allí conseguireis la diversión que buscais Ser y...¿ Madmosaille?-enarco una ceja mirando a la hembra de la mirada- A ser sincera ser no deberia buscar tanto una prometida aqui en francia Conde Landivik si tiene a una mujer como la señorit Pucini con ustedes, estoy seguro que ella estaria encantada de desposarlo y ser la alfa junto a usted- les sonrio a ambos- Adelántense ustedes yo me les unire mas tarde.
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Damon trató de quitarle importancia a mi "encanto personal"; allí estaba mi salvador intentado apaciguar los ánimos; justificando mis palabras. Sonreí de soslayo. Siempre intentando que todo fuese correcto. Algún día entendería que nadie sería capaz de domarme.
Más cual fue mi sorpresa, cuando tras un poco de palabrería entre ellos a la que no presté mucha atención, pues estaba tratando de comer lo más educadamente que podía, invitó a la Señora de la casa a tomar algo con nosotros. Le volví a dar un rodillazo por debajo de la mesa. ¿El compromiso lo había vuelto lelo o qué? ¿Invitar a esa estirada a beber con nosotros? Acabarían al final paseándome con collar, me lamenté.
Miré de reojo a Damon mientras la señora de la casa nos daba un discurso un tanto tenso, y eso que la había invitado aquí el señor a salir con nosotros; al parecer estaba disgustada con mi comportamiento, aunque todavía no tenía muy claro el por qué. Ella era la que había preguntado. Si no quieres saber, no preguntes.
Me mordí la lengua para no responder ante su insinuación de que la madre de Damon no se comportaba así, y por tanto, yo tampoco debería. Ella era de la nobleza, y yo solamente una hija adoptiva. ¿Nos estaba amenazando con echarnos de la casa? Como si para mi fuese un placer estar allí.
Pero por si fuese poco, le dio a entender a Damon que para qué buscaba en Paris a una esposa que ni conocía, si yo podría ser su hembra alfa. ¿Cómo osaba a decir tal cosa? Sentí como mi yugular se hinchaba, estando a punto ponerme en pie para decirle cuatro cosas a esa mujer amargada y engreída, que se creía superior a nosotros.
Más mis ánimos se calmaron cuando comentó donde estaba la taberna, y que se reuniría luego con nosotros.
- Creo que es momento de marcharnos.- susurré tensa cual cuerda de la horca.- Nos vendrá bien el aire fresco de la taberna.
Más cual fue mi sorpresa, cuando tras un poco de palabrería entre ellos a la que no presté mucha atención, pues estaba tratando de comer lo más educadamente que podía, invitó a la Señora de la casa a tomar algo con nosotros. Le volví a dar un rodillazo por debajo de la mesa. ¿El compromiso lo había vuelto lelo o qué? ¿Invitar a esa estirada a beber con nosotros? Acabarían al final paseándome con collar, me lamenté.
Miré de reojo a Damon mientras la señora de la casa nos daba un discurso un tanto tenso, y eso que la había invitado aquí el señor a salir con nosotros; al parecer estaba disgustada con mi comportamiento, aunque todavía no tenía muy claro el por qué. Ella era la que había preguntado. Si no quieres saber, no preguntes.
Me mordí la lengua para no responder ante su insinuación de que la madre de Damon no se comportaba así, y por tanto, yo tampoco debería. Ella era de la nobleza, y yo solamente una hija adoptiva. ¿Nos estaba amenazando con echarnos de la casa? Como si para mi fuese un placer estar allí.
Pero por si fuese poco, le dio a entender a Damon que para qué buscaba en Paris a una esposa que ni conocía, si yo podría ser su hembra alfa. ¿Cómo osaba a decir tal cosa? Sentí como mi yugular se hinchaba, estando a punto ponerme en pie para decirle cuatro cosas a esa mujer amargada y engreída, que se creía superior a nosotros.
Más mis ánimos se calmaron cuando comentó donde estaba la taberna, y que se reuniría luego con nosotros.
- Creo que es momento de marcharnos.- susurré tensa cual cuerda de la horca.- Nos vendrá bien el aire fresco de la taberna.
Arely Pucini- Licántropo Clase Alta
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Agnes parecía ligeramente molesta, mas su educación exquisita hizo pasar por alto los hirientes comentarios de mi acompañante que despedazaba entre sus dientes un trozo de carne como si estuviera en pleno bosque tras una de nuestras cacerías.
Mi mandíbula se tenso alcanzando un aspecto cuadriculado al mirarla de soslayo consciente de que esto no quedaría así entre ambos, tenia que llamarla a la calma y pensaba hacerlo aquella misma noche.
Escuche atento a nuestra anfitriona, que hablaba con galantería sobre lo romántico de mi búsqueda y lo entregado que parecía a mantener la fidelidad tras mi matrimonio.
Sonreí de medio lado obserbandola hacer conjeturas sobre un hombre al que apenas conocía de un rato, yo.
-Mi señora ¿tratáis de preguntarme si las puertas de mi alcoba están abiertas para vos? -bromee con cierta sinceridad, dejando así que la tensión del rato anterior quedara oculta tras aquel divertido comentario que acompañe con una leve sonrisa.
No tardo en llegar un nuevo rodillazo bajo las largas telas que esta vez acompañe de una mirada ámbar, hundida en sus ojos con fiereza instigandola a guardar silencio.
Fue entonces cuando percibí en la señora Charny esa incomodidad que la forzó a alzarse llamándose dama amargad y repitiendo así las palabras de mi escolta rebelde e irrespetuosa.
Me alce tras ella y en un acto reflejo sujete su muñeca por un segundo, tiempo suficiente para percatarme que ese tampoco era el modo de tratarla, mis sentidos estaban demasiado alterados, la cercania de la luna llena hacia estragos en nosotros, asi que me apure en soltarla alzando la mano para demostrarle que no volvería a tocarla de ninguno de los modos.
-Lo lamento, reconozco que estamos demasiado revueltos por la cercanía con la que la dama blanca coronara el firmamento, os pido mis mas sinceras disculpas si yo o los míos os hemos ofendido en algo, y entenderé que toméis represalias al respecto.
Aun así, deseo que esto quede como una noche en la que todos estamos mas perjudicados de lo debido, y podamos finalizarla en paz lejos de su morada y de este atento servicio al que parece alterarle nuestra compañía.
Insisto en que nos acompañe señora, yo mismo la escoltare para que llegue nuevamente sana y salva hasta su casa.
Sonreí de medio lado consciente de que posiblemente me temía mas a mi que al resto de los habitantes de París, mas aun así, mis modales se ofrecieron con galantería imponiéndose de nuevo.
Omití el desafortunado comentario sobre la no búsqueda de mi prometida y que debería tener en cuenta a mi escolta como futura hembra alfa. No porque se me antojara descabellado si no porque eso no era lo que mi difunta madre quería, y porque yo cumplía con los compromisos dispuestos y de un modo u otro aquella doncella me esperaba para que me convirtiera en su esposo.
Ademas, Arely jamas habia manifestado ninguna intención al respecto sobre el deseo de casarse, ni conmigo ni con nadie.
Poco nos conocía a todos esa mujer para emitir opiniones, mas aun así guarde silencio al respecto y me limite a sonreirle tratando de poner la calma a aquella situación ensombrecida por las palabras.
Cuando la señora de Charny salio de la cámara, tome por el brazo a mi femenina escolta y la saque al pasillo, mis ojos amarillearon frente a los suyos dejándola entre mis brazos arrinconada con violencia en la pared.
-No consentiré que volváis a dejarnos en ridículo, limitaros a sonreír y a pasear por los jardines como una dama -susurre enfadado con la respiración entrecortada por la ira que trataba de contener.
Mi mandíbula se tenso alcanzando un aspecto cuadriculado al mirarla de soslayo consciente de que esto no quedaría así entre ambos, tenia que llamarla a la calma y pensaba hacerlo aquella misma noche.
Escuche atento a nuestra anfitriona, que hablaba con galantería sobre lo romántico de mi búsqueda y lo entregado que parecía a mantener la fidelidad tras mi matrimonio.
Sonreí de medio lado obserbandola hacer conjeturas sobre un hombre al que apenas conocía de un rato, yo.
-Mi señora ¿tratáis de preguntarme si las puertas de mi alcoba están abiertas para vos? -bromee con cierta sinceridad, dejando así que la tensión del rato anterior quedara oculta tras aquel divertido comentario que acompañe con una leve sonrisa.
No tardo en llegar un nuevo rodillazo bajo las largas telas que esta vez acompañe de una mirada ámbar, hundida en sus ojos con fiereza instigandola a guardar silencio.
Fue entonces cuando percibí en la señora Charny esa incomodidad que la forzó a alzarse llamándose dama amargad y repitiendo así las palabras de mi escolta rebelde e irrespetuosa.
Me alce tras ella y en un acto reflejo sujete su muñeca por un segundo, tiempo suficiente para percatarme que ese tampoco era el modo de tratarla, mis sentidos estaban demasiado alterados, la cercania de la luna llena hacia estragos en nosotros, asi que me apure en soltarla alzando la mano para demostrarle que no volvería a tocarla de ninguno de los modos.
-Lo lamento, reconozco que estamos demasiado revueltos por la cercanía con la que la dama blanca coronara el firmamento, os pido mis mas sinceras disculpas si yo o los míos os hemos ofendido en algo, y entenderé que toméis represalias al respecto.
Aun así, deseo que esto quede como una noche en la que todos estamos mas perjudicados de lo debido, y podamos finalizarla en paz lejos de su morada y de este atento servicio al que parece alterarle nuestra compañía.
Insisto en que nos acompañe señora, yo mismo la escoltare para que llegue nuevamente sana y salva hasta su casa.
Sonreí de medio lado consciente de que posiblemente me temía mas a mi que al resto de los habitantes de París, mas aun así, mis modales se ofrecieron con galantería imponiéndose de nuevo.
Omití el desafortunado comentario sobre la no búsqueda de mi prometida y que debería tener en cuenta a mi escolta como futura hembra alfa. No porque se me antojara descabellado si no porque eso no era lo que mi difunta madre quería, y porque yo cumplía con los compromisos dispuestos y de un modo u otro aquella doncella me esperaba para que me convirtiera en su esposo.
Ademas, Arely jamas habia manifestado ninguna intención al respecto sobre el deseo de casarse, ni conmigo ni con nadie.
Poco nos conocía a todos esa mujer para emitir opiniones, mas aun así guarde silencio al respecto y me limite a sonreirle tratando de poner la calma a aquella situación ensombrecida por las palabras.
Cuando la señora de Charny salio de la cámara, tome por el brazo a mi femenina escolta y la saque al pasillo, mis ojos amarillearon frente a los suyos dejándola entre mis brazos arrinconada con violencia en la pared.
-No consentiré que volváis a dejarnos en ridículo, limitaros a sonreír y a pasear por los jardines como una dama -susurre enfadado con la respiración entrecortada por la ira que trataba de contener.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Tal vez ya iba a mitad de camino oh no había avanzado mas que un tercio de distancia de la sala comedor cuando su marcha se vio detenida de manera abrupta y con ellos su pensar, bajo la mirada por un momento a donde estaba la mano que cerraba su camino y luego subió a ver el rostro del posesor y dueño que llevaba a cabo dicha acción. Puso atención escuchando perfectamente sus palabras, como dama no podía negarlo su ego estaba herida un poco, después de todo ella era siempre todo encantos y coquetería aunque eso fuera en cierta forma parte de su mascara y dicho esto no solía soportar de buen agrado que se le tratara de minimizar su madre solía hacerlo y al final eso hizo que la relación entre ambas llegara a ese punto de no retorno que Agnés celebra y recuerda cada día - Comprendo Conde,no hay nada que disculpar entonces si esta es solo una condición debido a que la luna nueva se encuentra próxima lo entiendo- manteniendo la vista en alto le devolvió la sonrisa - Agradezco su valentía y el ser tan caballero pero créame cuando le digo que puedo cuidarme por mi misma mas de lo que usted o sus escoltas creen, así que partan ustedes primero como vera -señalo su vestido de arriba a bajo- esto no se quita demasiado rápido y ustedes están en este hogar tan sofocados como un hombre que se enfrenta a la brava mar y las olas lo engullen -Haciendo una reverencia se retiro.
Subio las escaleras de caracol hacia su habitacion en el camino fue soltando los alfileres que mantenian bien peinado su cabello, dejando caer una mata de cabelllo rizado y oscuro abriendo la puerta de su alcoba encontra la inmensa cama solitaria se dirigio directamente hacia el armario buscando el atuendo correcto para la ocacion termino optando por su falda pantalon y una camisa vaporosa, terminando sus preparitvos comenzo a desanudar los lazos de la tela y luego del corset dejando este el armazon y los demas componentes regados por el piso para poder ponerse su nuevo atuendo, se sento frente a la comoda peinando su cabello. ¿ que buscaba su madre con todo aquello? ¿ que cosa retorcida escondia tras una amistad por ayuda ?, agnes devia hacer una visita a su antigua casa familiar en Anjuo y revisar finamente las mazmorras de su madre aquel sitio donde solia hacer sus menesteres y verificar si aquello era solo una alianza en verdad o habia algo mas.
Bajando las escaleras se encontró con su viejo mayordomo- ¿Ira a su encuentro Madame?- Asi es Magnus-Pero Señora...- Magnus si quisiera tu punto de vista lo hubiera pedido y no recuerdo haberlo hecho ¿ cierto? - los ojos temerosos del viejo asintieron- Muy bien quiero que tu y todos en esta casa entendais algo , nuestros actuales invitados como ya vereis no son gente para nada comun por lo cual lo que pase aqui se quedara tras los muros de este hogar , si me entero y sabeis que lo hare de que alguien ha comentado algo en el mercado, panaderia en las tiendas de tela entre otros cosas, debera abstenerce a las consecuencias ¿ entendido? - todos asintieron- Muy bien ¿ en donde esta mi caballo? - fue escoltada hacia la entrada donde se monto en un corcel de color arena comenzando su camino hacia la taberna del pueblo.
Subio las escaleras de caracol hacia su habitacion en el camino fue soltando los alfileres que mantenian bien peinado su cabello, dejando caer una mata de cabelllo rizado y oscuro abriendo la puerta de su alcoba encontra la inmensa cama solitaria se dirigio directamente hacia el armario buscando el atuendo correcto para la ocacion termino optando por su falda pantalon y una camisa vaporosa, terminando sus preparitvos comenzo a desanudar los lazos de la tela y luego del corset dejando este el armazon y los demas componentes regados por el piso para poder ponerse su nuevo atuendo, se sento frente a la comoda peinando su cabello. ¿ que buscaba su madre con todo aquello? ¿ que cosa retorcida escondia tras una amistad por ayuda ?, agnes devia hacer una visita a su antigua casa familiar en Anjuo y revisar finamente las mazmorras de su madre aquel sitio donde solia hacer sus menesteres y verificar si aquello era solo una alianza en verdad o habia algo mas.
Bajando las escaleras se encontró con su viejo mayordomo- ¿Ira a su encuentro Madame?- Asi es Magnus-Pero Señora...- Magnus si quisiera tu punto de vista lo hubiera pedido y no recuerdo haberlo hecho ¿ cierto? - los ojos temerosos del viejo asintieron- Muy bien quiero que tu y todos en esta casa entendais algo , nuestros actuales invitados como ya vereis no son gente para nada comun por lo cual lo que pase aqui se quedara tras los muros de este hogar , si me entero y sabeis que lo hare de que alguien ha comentado algo en el mercado, panaderia en las tiendas de tela entre otros cosas, debera abstenerce a las consecuencias ¿ entendido? - todos asintieron- Muy bien ¿ en donde esta mi caballo? - fue escoltada hacia la entrada donde se monto en un corcel de color arena comenzando su camino hacia la taberna del pueblo.
Agnés de Charny- Hechicero/Realeza
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Damon me cogió con fuerza y me sacó al pasillo. Me arrinconó entre sus brazos contra la pared, y con rabia en sus ojos me dijo:
- No consentiré que volváis a dejarnos en ridículo, limitaros a sonreír y a pasear por los jardines como una dama.
Lo que más me dolió de sus palabras fue que se avergonzase de mí, y quisiese que me comportase como una más de esas muñecas de porcelana que son incapaces de pensar por ellas mismas.
Sentí como una mezcla entre dolor y rabia se apoderaban de mí, más en principio me pudo la rabia.
- ¿En serio cuestionas mi comportamiento? No soy yo la que os ha llamado "jauría", ni la que ha dejado claro entre palabras adornadas que estamos aquí porque su madre se lo prometió a la vuestra.- susurré mientras aproximaba mi cara a la suya, retándola.- La diferencia es que yo digo las cosas a la cara, y no con palabras pomposas y llenas de mentira. Y solo he hecho una cosa, defender a los nuestros; a nuestra familia, que al parecer para esta mujer tan educada somos solo animales.
Suspiré habiéndome quedado más tranquila, y ahora sí, con unas ganas incontrolables de llorar.
Traté de zafarme para marcharme de allí; necesitaba salir al aire libre.
¿Cómo podía haberse puesto del lado de aquella mujer? ¿cómo podía haberse puesto en contra mía?
Agaché la cabeza para tapar con mi pelo la primera lágrima de impotencia y dolor que salió por mis ojos.
Salí de entre sus brazos para marcharme. Necesitaba estar sola.
- No consentiré que volváis a dejarnos en ridículo, limitaros a sonreír y a pasear por los jardines como una dama.
Lo que más me dolió de sus palabras fue que se avergonzase de mí, y quisiese que me comportase como una más de esas muñecas de porcelana que son incapaces de pensar por ellas mismas.
Sentí como una mezcla entre dolor y rabia se apoderaban de mí, más en principio me pudo la rabia.
- ¿En serio cuestionas mi comportamiento? No soy yo la que os ha llamado "jauría", ni la que ha dejado claro entre palabras adornadas que estamos aquí porque su madre se lo prometió a la vuestra.- susurré mientras aproximaba mi cara a la suya, retándola.- La diferencia es que yo digo las cosas a la cara, y no con palabras pomposas y llenas de mentira. Y solo he hecho una cosa, defender a los nuestros; a nuestra familia, que al parecer para esta mujer tan educada somos solo animales.
Suspiré habiéndome quedado más tranquila, y ahora sí, con unas ganas incontrolables de llorar.
Traté de zafarme para marcharme de allí; necesitaba salir al aire libre.
¿Cómo podía haberse puesto del lado de aquella mujer? ¿cómo podía haberse puesto en contra mía?
Agaché la cabeza para tapar con mi pelo la primera lágrima de impotencia y dolor que salió por mis ojos.
Salí de entre sus brazos para marcharme. Necesitaba estar sola.
Arely Pucini- Licántropo Clase Alta
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Re: Refugio para el descanso [Agnés de Charny- Arely Pucini]
Oí sus palabras y como me desafiaba de nuevo acercando su rostro al mio cargado de rabia. Mis ojos se volvieron ámbar aceptando el reto de la que hasta el momento era la hembra beta de mi manada.
¿Que es lo que no entendía? lo que la otra dama pensara bien poco me importaba, que nos consideraba una “jauria” si, ella y la mitad de la corte.
Pero eso no le daba derecho a defender con tanta vehemencia sus ideas en casa ajena, donde eramos unos meros invitados.
Tenia que entender en la situación que nos colocaba si la dama Agnes nos tiraba de allí.
Mañana seria luna llena y necesitábamos un sitio donde encadenarnos, un sitio donde entendieran nuestra condición sobrenatural.
No había tiempo para buscar nuevos aliados en París así que por el momento y aunque la desconfianza estaba patente en uno y otro sentido esa era la única opción que poseíamos.
Ademas no podía consentir que aquella mujer, por muy importante que fuera para mi, me cuestionase, yo era su alfa y como tal la estaba llamando al orden,advertencia que ella no estaba dispuesta a asumir.
Me mantuve firme dejando que escapara de mi agarre, no pensaba ceder, puede que mis palabras fueran duras...pero estaba cansado de hacer concesiones con ella.
¿Acaso creía que para mi era fácil comportarme en estas noches en las que mi cuerpo pedía a gritos correr por el bosque. ¡No! Para mi lo sencillo era actuar como ella, no adornar las palabras y escupir las verdades a la cara. ¿Me convertiría eso en un mejor líder?
Negué con la cabeza viendo como se alejaba de mi mientras mi puño se apretaba y mi mandíbula se tensaba con él.
Lo mejor seria poner rumbo a la taberna que Agnes nos había indicado, no parecía estar muy lejos y el aire fresco de la noche esperaba calmara los humos de uno y otro bando.
¿Que es lo que no entendía? lo que la otra dama pensara bien poco me importaba, que nos consideraba una “jauria” si, ella y la mitad de la corte.
Pero eso no le daba derecho a defender con tanta vehemencia sus ideas en casa ajena, donde eramos unos meros invitados.
Tenia que entender en la situación que nos colocaba si la dama Agnes nos tiraba de allí.
Mañana seria luna llena y necesitábamos un sitio donde encadenarnos, un sitio donde entendieran nuestra condición sobrenatural.
No había tiempo para buscar nuevos aliados en París así que por el momento y aunque la desconfianza estaba patente en uno y otro sentido esa era la única opción que poseíamos.
Ademas no podía consentir que aquella mujer, por muy importante que fuera para mi, me cuestionase, yo era su alfa y como tal la estaba llamando al orden,advertencia que ella no estaba dispuesta a asumir.
Me mantuve firme dejando que escapara de mi agarre, no pensaba ceder, puede que mis palabras fueran duras...pero estaba cansado de hacer concesiones con ella.
¿Acaso creía que para mi era fácil comportarme en estas noches en las que mi cuerpo pedía a gritos correr por el bosque. ¡No! Para mi lo sencillo era actuar como ella, no adornar las palabras y escupir las verdades a la cara. ¿Me convertiría eso en un mejor líder?
Negué con la cabeza viendo como se alejaba de mi mientras mi puño se apretaba y mi mandíbula se tensaba con él.
Lo mejor seria poner rumbo a la taberna que Agnes nos había indicado, no parecía estar muy lejos y el aire fresco de la noche esperaba calmara los humos de uno y otro bando.
Damon Landvik- Licántropo/Realeza
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