Descent || Libre

por **Mimi Drummond** Mar Ago 02, 2016 8:46 pm

El sabio es quien quiere
asomar su cabeza al cielo;
y el loco es quien quiere
meter el cielo en su cabeza.
-Chesterton-

La mañana trae consigo los apurados pasos de las almas que se hayan bajo la gracia divina de aquel ser al que nombran como “Dios” y salvador de sus pecados, cada uno sigue un ritmo diferente y se puede oír a varios kilómetros el correr de aquellos pies por las empedradas calzadas de la ciudad, sobre todo en el mercado que se ve abarrotado de hombres y mujeres que no dejan pasar oportunidad de gritar, mostrar, vender y comprar.

Las campanas de la centellante catedral no dejan de resonar a altas horas llamando a los feligreses a que inclinen sus cabezas y se arrepientan de los pecados, sin saber que le mismo demonio acecha por las puertas de la santa iglesia a que las almas más inocente caigan pronto entre sus garras para devorarlas con suma ambición, verlas quebrarse y corromperse es su mayor diversión. Y de eso se ríen quienes conocen la verdad.

La mirada fija en aquel metal que no para de tocar y resonar a lo lejos, como es mecida por la mano de alguien que espera con desesperación atraer al rebaño, recuerdos de pastores que guían a sus pequeñas ovejas por los caminos; una sonrisa se muestra sobre el rostro jovial, sus dedos sostienen con fuerza una cesta de mimbre, sus pasos van demasiado lento adentrándose al mercado de la ciudad, observa cada puesto, cada persona. Todo lo que a su alrededor se halla.

Espero no tocar a nadie piensa
¿y por qué no tonta? Su mente le contesta entre risas

La risa que cree escuchar solo está en su cabeza, los problemas de su mente inquieta la llevo a a tomar la decisión de equivar a todos los que por el lugar se encontraban, a cualquier costo. Miraba de puesto en puesto pero cuando se comenzaba a llenar y la gente se amontonada o se juntaba contra ella, lo que hacía era evitarlos alejándose o simplemente negando con la mano para de esta forma evitar que la toquen, sobre todo hombres.

Se sentía sin aire cada vez que alguien se acercaba a ella o cuando cruzaba por la calle para ir a otro puesto y habían más personas, cerca. Comenzaba a desesperarse por no poder terminar sus compras.

-No me gusta esto, me gustaría ser normal-

En sus desesperación murmura viendo a las demás personas actuar naturalmente.

-Si no te tuviera dentro nada de esto pasaría-
Entonces es mi culpa que seas tan tonta

Sus labios son los que se mueven contestándose pero la voz ella la escucha como si estuviera alguien hablándole junto al ella, la ve, pero su mente es la que la crea.

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por **Taís** Jue Ago 04, 2016 8:50 am

Las mañanas para ella son de hacer compras para la comida de todo el día, había preparado el desayuno para su amo pero ahora tenia que hacer la compra para hacerle comida y cena mas luego. Odiaba ser esclava eso lo tenia muy claro en su cabeza desde la primera vez que fue debida a uno de sus tres primeros amos con solo doce años de edad, era una chica que conoció la libertad pero ahora esta presa de la voluntad de un hombre blanco lo cual hacia que su enojo fuera mayor ante las personas con el mismo tono de piel. La gran mayoría se creen superiores a ella por un color de piel, tanto que hacen que esta tenga que hacer todo en su casa mientras estos gozan de la libertad de hacer lo que le plazca y ella solo tenga la aspiración de poder vivir un día mas sin un azote.

Esta anda con un macuto a su lado donde va entrado todo tipo de cosas que compra en el mercado y así poderse abastecer de todo lo necesario para su día, así no tendría que volver a salir por varios días mas. Le gustaba salir, pero ultima mente prefería estar metida en su casa ya que no tiene deseos de toparse con las mirada de desprecio de la gente y no poder contestarle como se merecen cada uno de ellos. Mientras va caminando escucha las campanas de la iglesia, un lugar donde va la gente blanca a buscar dirección de su Dios que según ellos nos creo a todos y por su voluntad ella nació negra para servir a los que son superior a ella. Maldito sea ese Dios de ellos, no lo quiere en su vida ya que por su designio divino tiene que pasar calamidades en la vida.

Se detiene porque al frente esta una mujer que esta medio loca, se mueve o hace gesto que no parecen normales y en fin esta obstruyendo su paso para seguir buscando un poco mas de comida.- Disculpe señorita, ¿esta todo bien? - Pregunto para llamar su atención, así hace se mueva y esta disimuladamente seguir caminando.

por **Mimi Drummond** Dom Oct 02, 2016 11:37 pm

Si lo miro ella lo verá también, no debo oír su voz, no debo repetir su nombre, sin embargo lo hago. Desgracio a todo a aquel que se me acerca

El canto enigmático de los sonidos extraños con palabras que aquella alma atormentada jamás había escuchado, unas que salían de la persona desconocida y candida que le ofrecía la mano ayuda, una a la cual la duda evita que aquella desdichada pueda tomar, mira a la joven pero cierra sus ojos abruptamente evitando que la otra pueda memorizar a quien delante tiene.

Los labios se mueven emulando aquellas palabras de sonidos extraños, aquellas que hacen que se pierda completamente entre los laberintos de su mente, unos que son más profundos de los que se puede imaginar. Deja de oír los reclamos de su otra parte, de aquella oculta y que ahora está enfurecida como un mar en una tormenta; puede sentir los estragos de ello, su corazón se acelera pero su mente está tranquila repitiendo una y otras vez aquellas palabras.

Cohibida camina lentamente pero a una distancia prudencial de la joven, su mirada al suelo que viaja a las personas que le rodean, viendo cómo se van callando las risas y comentarios. Se detiene un poco con la mirada perdida completamente, dejando de emular aquel mantra que le ha ayudado a caminar..

-No-

Susurra por lo bajo, el temor latente en su corazón noble es grande.

-No, no está todo bien, todos estarían en peligro solo porque no puedo controlarla, no puedo controlar que ustedes se me acerquen y ella salga-

Sus nudillos se vuelven blancos al sujetar con fuerza aquella cesta de mimbre, ocultando los gritos que oía, las risas que se presentaban dentro de su cabeza y se exteriorizaban solo para sus ojos.

-Usted tampoco lo entendería, y haría lo que ellos hacen-

Traga en seco sujetando con más fuerza aquel objeto hasta que sus manos comienzan a temblar, así como esas risas inexistentes suben en tonos, aquella parte enfermiza la estaba matando en aquel momento, llevándola más por el camino de la locura

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por **Taís** Mar Dic 13, 2016 8:53 am

Esta no es para nada religiosa porque escucha hablar de un Dios misericordioso que hace milagros y cosas maravillosas, pero al parecer eso es para los blanco nada mas porque los negros solo tienen miseria y mucho dolor con el día a día. No puede tener tiempo de creer en una entidad superior que la hizo nacer negra para tener que servir a las demás personas toda su vida, aunque hubo un momento en el cual no servia a nadie y desea con todas su fuerzas que ese tiempo regrese para tener una vida mas cómoda que esta que tiene ahora. Unas veces llega a pesar que la vida le mostró la libertad por unos momentos para que sepa que es ser libre y luego vivir el resto de sus días ser la esclava de alguien mas hasta que se canse de ella.

Se acerco a la mujer para preguntarle que le pasa, pero al final esta comenzó a decir unas cosas que solo hacen que esta se sorprenda un poco y la mire con un poco de temor.- No entiendo nada de lo que dice en eso tiene razón, pero quiero saber si hay una forma en la cual se pueda sentir usted mejor ya que la veo un poco cansada si así puedo decirle.- Comento sin saber que hacer con ella, pero trata de ayudarla de todos modos.- ¿Quiere llegar a su casa? ¿ se le perdió algo y por eso esta de esta manera? - Pregunto a la mujer, que no debería preocuparle tanto porque después de todo es alguien blanca que seguro tendrá una ayuda con solo pedirlo ya que si fuera ella dirían que esta poseída por el demonio.

por **Mimi Drummond** Lun Ene 02, 2017 11:07 pm

Una voz amiga que le habla como si fuera alguien norma, pero ¿acaso lo era? Aquel ser atormentado miraba a la muchacha con desesperación con la angustia grabada en su rostro; puede oír la risa de aquella mujer la está sintiendo más cerca y de la nada suelta aquella cesta cayendo al suelo con sus manos en sus oídos cubriéndolos de la estridente risa que solo ella puede oir, que solo está en su cabeza atormentada.

Lágrimas que corren por ese rostro cándido que se alza hacia la buena voluntad de una dulce joven que se ha atrevido a hablarle y brindarle su ayuda ¿Cuándo fue la última vez que alguien tuvo ese tipo de gesto? Solo el sacerdote lo tenía quizás porque era él único que creía en aquella alma desdichada e infeliz. Negó con la cabeza quebrándosele la voz

-¿Acaso no tienes miedo de mi-

Solloza aun en el suelo mirándole sin comprender

-Yo estoy bien, no, no lo estoy yo estoy mal, ella lo hace es culpa de ella, ella quiere acabar con todo los odia a todos dice que es por mí pero no es por ella, ella te odia incluso a ti por hablarme-

Se aferra a la mano de la joven, se pone de pie aun con ese rostro todo lleno de lágrimas, la gente pasa a su alrededor y observa pero sin decir nada o entrometerse, ya es tan habitual que ella se mantenga alejada de todos en la completa oscuridad corriendo y huyendo de un fantasma que nadie más puede ver.

-Llevame a casa, por favor, no dejes que nadie me toque no quiero que ella salga y lo haga nuevamente, por favor ayúdame-

Murmuro tomando entre sus manos las manos de la mujer que desinteresadamente mostraba algo de piedad y clemencia a una pobre infeliz que era atormentada por demonios, un en especial, su propia habilidad, mareada se sentía y todo doble veía acercándose más a la joven a la que suplicaba como si la vida se le fuera en ello.

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por **Taís** Jue Ene 05, 2017 9:26 am

No sabia que pasaba con la mujer pero esta comenzó de momento a llorar y luego se acerco a ella sin miedo alguno, sino mostrando alegría lo cual era algo nuevo para la esclava. La gente de la calle siempre la veía como algo extraño y cuando estaban caminando cerca, se apartaban de ella para no ser tocados por ella. Pero esta mujer que parece un poco perdida, estaba a su lado de lo mas normal como si fuera una persona blanca como ella y no una negra esclava que es usada para el servicio de la casa de los demás. La escucho hablar y eso la lleno un poco de sorpresa, porque quizás eso primero que dice lo usaría mas ella por su color de piel ademas de su condición en la cual vive no de una mujer blanca como ella.

- No tengo miedo de usted, la que me sorprenda que no tenga miedo de mi es usted ya que soy una esclava negra y todos parecen alejarse de mi cuando me ven sin razón alguna.- Expreso a la mujer.- A la verdad no se que esta hablando, pero sea quien sea esa mujer al parecer se ha ido lejos de usted para poder dejarla seguir su vida.- Dijo sin saber bien lo que decía, lo único que deseaba era que la joven se calmara un poco y asi comenzar hablar con ella mas fluido hasta entender lo que esta diciéndole.- La llevare a su casa, solo dígame por donde ir y no la dejare hasta que este sana en su hogar.- Afirmo esperando eso no le traiga problemas alguno, porque esta ayudando a una mujer desconocida y cualquier cosa puede pasar.

por **Mimi Drummond** Jue Mar 02, 2017 10:44 pm

Lágrimas que solo marcan el rostro lleno de miedo y tormentos es lo que se aprecia en la joven que con fuerza trata de sostenerse de aquella mano amiga que le brinda un poco de calma ante la sola de idea de sentirse protegida, protegida de si misma, de lo que pueda ocasionar si alguien siquiera la ve o toca. Sus labios tiemblan así como sus piernas al acercarse más a aquella alma caritativa, realmente desea desaparecer de ahí a como dé lugar, pero la hora y la cantidad de gente se lo impide.

Cierra los ojos aferrándose con más fuerza del brazo amigo, más que temblar murmura palabras para calmarse, son palabras sin sentido que recita para tener un poco de cordura en aquella locura de vida que lleva.

Mírate, que patética te ves siendo ayudada por una mujer, una negra, das lastima Mimi, solo eso
Callate, callate responde a aquella mujer que le habla y solo ella puede ver y oír con la risa de ella explotando por toda su mente

Se sostiene con más fuerza como si le doliera alguna parte, para así aferrarse a la persona que le ha tendido la mano por caridad

-Tu…tu no me ves con lástima verdad-

Susurra alzando esos ojos llorosos y tristes hacia la mujer

-¿por qué te temería? Eres una buena persona que ha me ha ayudado aun cuando todos me esquivan por ser quien soy y a quien tengo, ellos me miran con odio, con lástima pero no se atreven a acercarse y tampoco quiero que me toquen o ella saldrá, pero tú, tú no dejas que ella salga. ¿por qué temerte entonces?-

Camina alejándose de ahí con su compañía, su casa queda un poco alejada en la zona residencial, más bien en la parte algo norte, aquel pequeño hogar que parece más una prisión para alguien como ella es lo único que la espera.

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