No tientes a caperucita || Privado (+18)

por **Fenrir Steit** Sáb Ago 06, 2016 9:37 pm

anteriormente...

Oyó un gemido ahogado seguido de otro y otro mucho mas audible. Sus labios entreabiertos, sus garras rizadas con el deseo, por la reacción de la humana que la prostituta le gustaban del tipo lycan con físico de Adonis, carácter de mierda, agresivo, fuerte y dominador. Su brazo quedo inmovilizado al momento de llamarlo ”Marica” Cuando la miró a los ojos, iris era negro, quemando con cierta emoción oculta. Sus miradas se cruzaron. Su erección se sacudió. Si todo lo que había oído hablar de su especie era cierto, ¿por qué no había estado encima de ella, liberando la presión que sentía? Varg no lo hacía, eran conocidos por tomar lo que querían cuando querían y donde querían. Si es así, entonces que empiece el juego. -Asi que crees que soy un marica- Se dio cuenta de que él estaba haciendo lo mismo con ella, porque en ese instante el bulto aumentó de tamaño, ella levan¬tó la vista al instante y vio que el licántropo tenía los ojos clava¬dos en sus pechos, los pezones se marcaron contra la tela húmeda del corsé. Él siguió mirándola como si tratara de arrancarle la ropa con la mente. Puede que la puta tuviera una lucha interna pero iba a hacer que deseara no haber dicho tanta idiotez y no coquetear con él. - Me hundiré en lo más profundo de ti, hasta que no sepas dónde empieza uno y termina el otro - gruño con fuerza, tenía que concentrarse para no darle la vuelta y poseerla por detrás. Podría obligarla, sujetarle las muñecas y hundirse en su interior en cuestión de segundos.

Fenrir la continui acariciándola con fervor, apretando el talón de la palma de la mano contra su clítoris. A medida que él iba ex¬citando el pequeño botón. La sentía, estaba tan cerca, su aroma, su cuerpo, el sudor y sus palabras entrecortadas sin sentido, contradiciéndose unas a otras una y otra vez entre gemidos -¡Mírame cuando llegues al orgasmo!- le ordeno con voz firme. Con la mano libre le rompió la parte de arriba del vestido liberando sus géneros pechos. La lamió por encima, siguió lamiéndola por todos lados hasta llegar a sus pezones. La humana se estaba volviendo loca, jamás se había imaginado a una hembra tan desesperada por alcan¬zar el placer como la puta que tenia frente a él.

De la nada, cuando la sintió a punto de correrse, la soltó empujándola dejando que se fuera derechito al suelo. Eran un marica, si lo era si ella quería decirlo, y un cabron deshonroso y malparido también. Todo lo que se le ocurriera -Y dijiste que no aguantaría ni un solo raund contigo…- chasqueo la lengua desilusionado -Y yo que pensé que tenías más autocontrol de ese cuerpo de perro flacó que tienes pastelito- se rasco la nuca y dándole la espalda continuo caminando como si nada hubiera pasado, dejándola ahí a medio vestir, mojada y necesitas. -Me voy a decirle a mi hermano que la puta de su novia no aguanta nada… Tendré que sugerirle alguna otra porque tu no sirves- le grito sin mirarla calle a bajo en donde unos locales mas y encontraría el burdel al que pertenecía la rubia.

por **Gene M. Garbo** Dom Ago 28, 2016 8:21 pm

Su mano estaba llevándome a la perdición, los ojos los tenía sumidos en la oscuridad y el placer que comenzaba a sentir hasta el punto de olvidarme lo que tenía que hacer, aquellos mandado así como el lugar donde estábamos solo podía sentir el calor que mi cuerpo desprendía sobre todo en los lugares donde él tocaba, en el lugar que estaba estimulando con tanta ímpetu que parecía que deseaba realmente romperme cuando llegara al orgasmo.

No podía soportar más, estaba más que perdida ya, incluso la consciencia se fue muy lejos y ahora solo quedaba ese deseo lujurioso de la perdición, mis piernas buscaban apresarlo, mis labios no paraban de gemir y formar letras al pedirle más y más de ello, en ocasiones mordía mis labios, su orden hizo que me calentara más la sangre haciendo que mis pezones se pongan tan duros que pensaba que iban a estallar, aquel cabrón no podía manejarme así pero que rico se sentía ello. Iba a llegar, podía sentirlo y lo mostraba a su ojos, estaba sintiendo mis piernas tensarse y estaba a punto de soltar aquel grito, pero todo se detuvo.

La mirada que le lancé era de odio, de frustración, jamás me había sentido así y era doloroso el poder caminar porque me ardía todo el cuerpo, iba a contestarle algo pero el me golpeó con aquellas palabras; que había hecho todo había salido mal y ahora estaba en medio de un gran problema –NO, ESPERA…No puedes ir– grité pero el muy maldito no escuchaba nada, solo se iba riendo. Mis senos traté de cubrirlos con las manos pero eran inútiles, así que volví a aquel callejón a buscar aquella funda para con eso pasar un poco desapercibida, tenía que llegar al burdel antes de qué él.

Corrí, corrí como nunca antes, sentía los pulmones arder de tanto que tomaba aire para llegar, pasé junto a él corriendo lo más rápido que pude, no supe si se reía de mi actitud o del sonrojo que tenía en el rostro por no haber llegado al orgasmo. Entré al burdel y miré a Varg hablando con Siren, como alma que lleva el diablo fui donde ella tomándola del brazo lo que hizo que el cantinero me gritara –Luego le dices lo que quieras, por ahora yo la necesito– estaba suplicándole a Siren –Por favor Siren, haz que Varg diga que si, deja que se pase por mi novio, pídele de favor o estaré muerta al amanecer, porfa porfa haré lo que me pidas te cojo una semana de tus oficios, pero te lo suplico convéncele que se haga pasar por mi novio– si yo se lo pedía él no lo haría.

Justo en ese momento apareció aquel maldito en la puerta con ese aire sobrado de superioridad, verlo hacía nuevamente que el sonrojo volviera al rostro y aquella sensación de hormigueo atacar a mi sexo obligándome a frotar las piernas contra si, su mirada era pesada podía sentirla y eso me excitaba más, ahora si estaba metida en un verdadero lío y terminaría violada o asesinada por aquel perro sucio.

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