Who you are? [Priv. Gael]-

por **Jensen** Mar Ago 23, 2016 12:10 pm

Run. Run, baby, run.

Hacía semanas que vigilaba cada uno de sus pasos, por dónde se movía y con quién se relacionaba. Presa fácil, esa noche caería. Los días anteriores, estudió el lugar donde le daría caza. Campo abierto y sin testigos. Como siempre, cazaba en su soledad. Si algo siempre se había dicho a sí mismo “mejor solo que un necio pisándote los talones”. Prefería la completa soledad en sus cazas, jamás pidió ayuda y de momento, actuaba solo sin unirse a ese llamado “grupo de cazadores”.

Esos grupos, ajenos a sus hazañas, jamás le llamaron la atención. desde que tuvo uso de razón, supo a lo que quería dedicarse, no fue impuesto fue por su propia voluntad y si era ahora, aquel colosal guerrero de criaturas de la noche… era por mérito propio. Las redes de plata y metal, bien preciado para el cazador. A escondidas, instaló en las proximidades de la ciudad tres de ellas, una trampa mortal para su premio.

-Adelante-se animó a sí mismo, esa noche. Su víctima, no era otra que un licántropo, uno de esos lobos molestos y que tanto odiaba ¿por qué? digamos que de todas las especies, era la que más detestaba el cazador. Ropa oscura, armas ocultas y su amada ballesta. Con paso firme, se dirigió entre las sombras de las calles de Paris al lugar de encuentro. Resonaban en la iglesia, las once, campana tras campana… directo a su destino. Campanas que anunciaban el casi el final de otro día en la hermosa e inquietante Paris.

A medida que se iba alejando de las calles en donde daban lugar a escenas un tanto escabrosas, antinaturales y…para su gusto, degradantes. Sonrió de medio lado, al ver ante él como el bosque se abría paso, lo cerca que estaba de saborear la victoria, otra más que añadir a sus méritos. Todo estaba listo, solo debía esperar. Los encuentros de las manadas estaban próximos al lugar donde colocó las redes. Mejor vivos, torturarlos era tan divertido.

Oyó pasos, alertado… alzó la ballesta al instante, apuntando al lugar de donde provenían. Con gesto serio, entrecerró los ojos esperando acomodarse a la visión nocturna. No era ese ser, no avisaba, actuaba… y faltaba un simple movimiento para que su ballesta lanzase la primera flecha de la noche.

por **Gael Lutz** Jue Ago 25, 2016 5:09 am

Hoy tocaba salir a cazar solo, algo que se me hacía raro puesto que ya estaba acostumbrado a tener a Jane detrás mía o por delante acompañándome a la hora de clavar estacas, dagas y flechas, pero hoy, tocaba volver a hacerlo en la compañía de la luna llena. Esta noche los licántropos iban a sufrir alguna que otra baja y esperaba no volver a encontrarme con aquella licántropa preñada que había dejado escapar por culpa de Jane, si la volvía a ver, no sería su noche de suerte de nuevo. Cogí mis cosas y salí, perfectamente preparado con las flechas con punta de plata, las dagas y la ballesta colgada a mi espalda.

Una idea llevaba cruzándose por mi mente cada día, una idea de hacer un grupo de cazadores, unir nuestras fuerzas para conseguir un bien común y poder acabar de una vez con los demonios que habitaban en nuestro interior por la pérdida de nuestros seres queridos. Era una idea difícil de llevar a cabo, pues cada cazador tenía una venganza distinta y sin duda éramos egoístas con ellas, pues no íbamos a permitir que otro acabase con la razón de nuestra existencia como cazadores, lo sabía muy bien, lo sabía porque yo tampoco lo permitiría, pero la unión hace la fuerza y cuanto más fuertes, mejor. Además, con Jane trabajaba muy bien, mucho mejor que estando solo, así que con dos cazadores más, seríamos muy difíciles de vencer.

A medida que me iba acercando al bosque, comencé a disminuir el paso, ya que casi había ido hasta allí corriendo. Me quité la ballesta de la espalda y la cargué, preparado para todo lo que pudiera pasar en escasos segundos. La luna brillaba con fuerza y eso permitía tener algo de luz, por lo que tenía visibilidad para disparar si aparecía alguno o podía estar protegido por Mordekai si alguno decidía atacarme por la espalda. Me metí en la espesura del bosque e intenté agudizar mis oídos, atento a cualquier palo del suelo que se rompiese por las patas de algún lobo. Escuché un ruido y me paré completamente en seco. Tenía la ballesta preparada aunque aún no podía ver a quien hubiese hecho el ruido. Controlé la respiración y me apresuré a acercarme. Salí de entre los matorrales y pude ver una figura alta, fuerte y con una ballesta igual que yo. Otro cazador... Sean. ¿Sean era cazador? Bajé la ballesta y lo miré con una sonrisa. - ¿Sean? ¿Eres tú?-

por **Jensen** Miér Ago 31, 2016 3:04 am

Te espero en las sombras, ¿aceptas mi invitación?

Una invitación de camino al mismo infierno. Sean seguía esperando entre las sombras, sereno, dispuesto una noche más, a guiar aquel ser inmundo de donde no tuvo que haber salido. No, no era una noche como cualquier otra. El licántropo al que perseguía tenía la clave para muchas de sus preguntas, preguntas que aún no tuvo respuesta. ¿Obtendría esa noche información? Una información tan valiosa como su propia vida, por ello su propia existencia pendía de un hilo. Era quién era y se había convertido en el hombre que nunca imaginó ser.

Podía haber ignorado, vivir en una mentira como otras personas afectadas de clase alta , pero no. Él luchaba por unas razones, motivos y por sí mismo. Desde que se quedó “solo”, no tuvo otra cosa que pensamientos de venganza, justicia y poder afirmar que estaba en paz. Para eso aún quedaba y en su soledad, no cazaba en grupo, ni con nadie más que su persona. Por ello, todo cazador que se cruzaba en su camino, en cierto modo era una amenaza. Si lograba cazar a la presa que él mismo perseguía, no podría conseguir absolutamente nada. La soledad, quizás no era tan buena idea, si alguien tenía motivos idénticos a él..sería un gran acierto no vagar solo pero eso era imposible, aún no encontró nadie que pensase de la misma forma.

Su ballesta apuntaba hacia la dirección en el que los pasos se acercaban, cada vez más cerca, su presa podría estar próxima pero hasta una hora después no lo esperaba. Siempre a las doce de la madrugada y si no recordaba mal acababan de dar las once. Apretó con firmeza , cerrando uno de sus ojos claros y así obtener mejor visión nocturna, mejor puntería. Y la sombra, se volvió realidad. No era mucho más alto que él por lo que descartó que fuese ese maldito licántropo. Resopló al ver al humano, no a cualquier humano. ¿Por qué sabía su nombre? Maldito truhán ¿Qué diablos hacía Gael , el del bar con una ballesta? Aún así no dejó de apuntarlo pues sí, su desconfianza siempre estaba presente.

-Así es ¿Gael? ¿Pretendes cazar conejos o piezas más grandes? - desvió la ballesta hacia la derecha, sin perder la concentración, podría aparecer en cualquier momento -¿Se puede saber qué haces aquí? Y no hables muy alto, no tardará en venir. Lo aguardo. Debo dar por hecho entonces que… o vienes de paseo o…a cazar piezas mayores, si es así …ven aquí -siempre tan autoritario cuando cazaba, tan perfeccionista, todo calculado, podía hacerle caso o no pero aún así él seguía con toda su concentración en si venía o no aquel licántropo.

-No sé si buscamos lo mismo pero si es así, no quiero que lo mates. Malherido, necesito información y sé que la tiene. Y sí , soy cazador. Por tu artillería oculta y tu honorable ballesta compartimos la misma afición, aparte de beber…claro. Si salimos de esta victoriosos, tú invitas -sonrió de medio lado, sin dejar de apuntar al frente, dejándole sitio a su lado, apenas hablaba en susurros pero esos seres podían olerle y oírles a kilómetros. -Espero huelas a perro mojado, si no poco me vas a ayudar -bromeó junto con una risa casi silenciosa.

por **Gael Lutz** Mar Sep 06, 2016 4:37 am

Sí, era Sean. No me cabía la menor duda cuando en vez de dispararme, desvió la ballesta como había hecho yo. Comenzó a hablar y no pude dejar de sonreír, sus palabras siempre me habían hecho gracia desde que compartimos aquella botella de whisky. Me preguntó que era lo que pretendía cazar esta noche y estaba claro. ¿Qué se podía cazar en luna llena? Seguramente estuviésemos acechando el mismo licántropo. -Me gusta cazar cosas grandes, peludas y con muchos dientes.- Me acerqué a él nada más terminar la frase y cogí con firmeza la ballesta, apuntándola de nuevo en busca del objetivo.

No matarlo, tenía información... ¿Información sobre qué? Seguro que buscaba a alguien de su pasado, como llevaba yo haciendo años. Todo cazador tenía una venganza, esto era así por mucho que Jane me dijera que ella no la quería. En su fuero interno lo debía de querer, como todos nosotros. Desvié mi mirada de los espesos árboles hasta los ojos azules de mi acompañante. -Está bien, si lo dejamos malherido y le sacas la información te invito. ¿Qué harás después con él? ¿Dejarlo libre? ¿Lo matarás?- No era muy partidario de dejar a los licántropos libres, ni a ningún otro ser sobrenatural con el que nos hubiésemos enfrentado, solo creaban problemas y riesgos que era mejor no correr por la inquisición o por una venganza contra nuestra persona. Si Sean no lo acababa matando, lo haría yo.

-Anda, vamos.- Golpeé con suavidad su hombro y comencé a caminar despacio, teníamos que encontrarlo o atraerlo hacía nosotros. Era un experto haciéndome sangre, pero hoy, era mejor atraerlo con calma, que estuviese en sus asuntos, distraído... Lo íbamos a pillar por sorpresa, que eso haría las cosas más divertidas.

Me metí más en la espesura del bosque, la luna brillaba aunque no lo hacía con toda la plenitud de siempre, estaba algo más apagada, por lo que dejé que la noche nos envolviese a ambos. El bosque estaba en silencio, ni siquiera los búhos se dejaban oír, como si supiesen lo que iba a pasar esta noche... Miré de reojo a mi compañero y seguimos avanzando, seguro que íbamos en buen camino, ya tenía que quedar poco para encontrarlo.

por **Jensen** Lun Sep 12, 2016 4:04 am

Ni en un millón de años imaginaba encontrarse a él precisamente en el mismo lugar. Lugar frecuentado por licántropos pero no solo por éstos, también por cazadores que como ambos buscaban esas “piezas” para su colección. Una colección que no contaba con ese licántropo de momento, quería conocer , descubrir algo más y ahora, se había truncado o por el contrario…Gael comprendería la situación como para saber que no era el momento para cazar sin más. Sean nunca cazaba sin más , al menos si no lo enfadaban lo suficiente y terminaba por no pensar, disparar y un ser sobrenatural menos.

Caminó a su lado, en silencio, sus orbes azules fijos en cada movimiento extraño. Cada paso era crucial, si eran oídos o mejor, el olor de ambos llegase a confundir al licántropo…terminaría huyendo y no conseguiría absolutamente nada. Miro de reojo a Gael, inclinándose un tanto y olerle, un gesto de lo más extraño pero tenía su porqué. Chasqueó la lengua no muy convencido, no podían oler como ellos mismos, si no con un olor mucho más fuerte que despistasen a esos seres.

-Échate un poco de eso y no preguntes. No hueles precisamente mal y no, sabes que no es bueno, toma -le dio un frasco con un líquido amarillento, no olía nada bien. Arrugó la nariz, no era agradable pero era mejor eso que ser descubiertos, era más importante su vida. Suspiró largamente, esperando a que le devolviese el frasco, sin dejar de apuntar -No hay hora fija y lo sabes. Y no te preocupes, no voy a dejarlo con vida. Me gusta coleccionar cabezas y la suya me quedaría perfecta en el cabecero de la cama -

Bromeó cerrando uno de sus ojos azules, esperando que lo que sea apareciese. Volvieron a encontrarse pero no como la primera noche. Una noche que no olvidaría jamás, fue épica. Se preguntó dónde se encontraría su compañero de bebida, de mujeres y confidencias. Indicó con la cabeza un seto donde los escondería de cualquier vista, solo tenían que esperar.

-¿Qué? ¿Lo celebramos luego con unas copas? Invitas tú. -rió, colocándose de rodillas, con la ballesta siempre a punto, mirando de reojo a su acompañante -Solo necesito un nombre y será nuestro después. Esos seres no se merecen ni respirar el mismo aire que nosotros, son todos…unos asesinos -enfatizó esa última palabra…porque sí, eran unos asesinos los cuales aún no les había dado ninguna respuesta.

por **Gael Lutz** Miér Sep 21, 2016 11:50 am

¿Qué información tenía el licántropo para que a Sean le interesase tanto como para interrogarlo antes de matarlo? Tampoco me esperaba que este hombre, con quien había disfrutado de una buena borrachera y de unas buenas mujeres pagadas por él fuese de mi mismo gremio. Sorpresas que daba la vida y con él quizás... La idea de formar el conjunto con él apareció en mi mente. Nos conocíamos solo de esa noche, pero ambos habíamos sentido una conexión como si fuésemos amigos de toda la vida. Quizás le interesase, así Jane no tendría que buscar ella sola a los cazadores. Después de esta noche, si veía que nos iba bien juntos cazando, le iba a proponer lo que tenía pensado.

Mientras andábamos por el bosque, se acercó a mí y me olisqueó. Le miré aguantando la risa cuando vi que sacaba un líquido amarillento. ¿Orina de licántropo? No quise preguntar de donde la había conseguido o si realmente se trataba de orina. Me eché lo que creí necesario para tapar mi olor de humano y se lo devolví. -Después de esto... Tenemos muchas cosas de las que hablar Sean. - Entre ellas quería que me dijera lo que había dentro del frasco.

Esta vez, la risa salió de mi garganta al imaginarme la grotesca escena de tener cabezas de licántropos en el cabecero de la cama. ¿Qué le decía a las mujeres? ¡Qué asco! -Espero que sea broma... - Continuamos caminando hasta un seto que se encontraba en un lugar estratégico, allí podríamos esperar a que se acercase el licántropo. Esparcí mi olor por los árboles que nos rodeaban, así igual venía antes el maldito bicho.

Después de hacer eso, me puse de cuclillas al lado de Sean y asentí, le debía un par de copas. -Claro, espero que aparezca pronto y que las tabernas sigan abiertas. Si no, podemos aplazarlo a mañana.- Saqué de la mochila que llevaba unas cadenas de plata, con esto inmovilizaríamos al licántropo, provocandole heridas que lo dejarían débil como para pelear y así, esperar a que saliese el sol para verlo en su forma humana y que le dijera a Sean todo lo que quería saber. -Espero que aparezca ya...- Sujeté la cadena con firmeza, se escuchaban gruñidos y pasos, solo necesitábamos que fuese el licántropo que Sean andaba buscando.

por **Jensen** Sáb Sep 24, 2016 5:33 am

Toda precaución era poca a la hora de cazar. El olor para esos lobos era primordial, así que cuando tuvieron que echarse ese mejunje extraño, aquel líquido que parecía no haber tocado el agua en meses. La frase de Gael , le hizo que pensar ¿qué tendría de importante que decirle, ofrecerle? Porque en su gremio, cualquier tema referente a ello, era importante. No estaba seguro si aquel licántropo supiese algo pero quizás, sabría de alguien que sí que lo supiese. Sus ojos azules, se entrecerraron buscando algún tipo de movimiento, sombra que se moviese en aquella inquietante oscuridad.

Era extraño, nunca había cazado acompañado, excepto aquel encuentro con aquella señorita y el vampiro del baño…una noche inolvidable, sin duda. Rió sin poder evitarlo, al gesto de Gael, le recordaba mucho a sí mismo…la verdad es que en cierto aspectos eran muy parecidos y la conexión con aquel extraño, conocido y ahora amigo…fue de lo más indescriptible. No se sentía amenazado a su lado, más respaldado y sí, con él tenía la sensación de que podían lograr cualquier cosa. Dos cazadores que más que competencia, para él… era algo … ¿más familar?

-Paciencia -susurró al inquieto Gael, el maldito no paraba quieto, al final serían descubierto. Siseó , parecía oír pasos, no tardarían en tener compañía. Exhaló aire, soltándolo despacio, apuntando con la ballesta con una precisión impecable. Concentrado, se aseguró que aquel ser estuviese lo suficientemente cerca para poder apreciar a dónde lanzar y… lo hizo. Fue rápido, tanto que no fue un solo disparo, cargó la ballesta apuntando en el muslo. Lo dejaría malherido y podrían hacerse de él.

-Átalo, hasta el amanecer no me servirá de mucho más -fue tajante, directo , serio. Se acercó con mucho sigilo hacia el lugar donde había derribado aquel ser y suspiró, observando a la criatura quejarse entre gemidos lastimeros en el suelo. Su mirada, se endureció durante unos segundos, apretando la ballesta con cierta fuerza - Estos seres solo causan muere, dolor… ¿de qué querías hablarme? -se separó del cuerpo de su presa, mirando fijamente a su compañero de caza.

Se apoyó en la corteza de un árbol, descansando, cruzándose de brazos esperando sus palabras. No eran tan diferentes, se parecían mucho más de lo que creyeron al principio. ¿Qué les depararía aquellos dos cazadores con un olor… a orina. Buscó palpándose los bolsillos un cigarrillo que llevarse a los labios, le relajaba… lo necesitaba después de aquella caza.

-Bromeaba con las cabezas, más bien tengo una habitación solo de cabezas, es divertido, algún día te enseñaré… no es tan siniestra. ¿Es que no has visto cabezas clavadas en paredes? Cualquiera diría que eres cazador -sonrió de medio lado, dando una nueva calada al cigarrillo, no hablaba en broma precisamente.

por **Gael Lutz** Jue Sep 29, 2016 8:46 am

Esperaba que el maldito licántropo apareciese pronto, este olor que desprendíamos ambos me estaba matando, era un olor demasiado fuerte y asqueroso, como a huevo podrido, pero mil veces peor. ¿Cómo leches había conseguido orina de licántropo? Sin duda solo podía ser esta esencia, pero conseguir pillar a un licántropo cuando estaba haciendo sus necesidades era digno de mención... Luego también se lo preguntaría, porque a decir verdad, la curiosidad me estaba matando. Si estaba tan loco como para conseguir orina de licántropo, estaría dispuesto a unirse y formar parte de mis planes.

Sean me susurró que mantuviese la calma, yo era muy impaciente cuando estaba escondido, pero sabía que había que esperar, si nos movíamos ahora la pelea sería terrible. Me quedé lo más quieto que pude, con Sean a mi lado me sentía seguro, como si ambos fuesemos a cuidar el uno del otro pasase lo que pasase y en cualquier circunstancia, también me hacía sacar una parte de mí que creía olvidada, me hacía sentirme como un niño. ¿Desde cuando me ponía nervioso cuando estaba entre la maleza? Era algo que hacía muchas veces con Jane, pero con ella nunca me pasaba. Me recordaba a la sensación que tenía cuando de pequeño, jugaba al escondite con Adaline.

De pronto, se escucharon pasos pesados y rápidos, acompañados de gruñidos y respiraciones típicas de las bestias nocturnas de la luna. Me coloqué en posición, preparado con la cadena de plata para atarlo y que no pudiese atacarnos. Sean disparó su ballesta y la flecha impactó en el muslo del licántropo, haciendo que soltase un gemido por el dolor. Después de eso, lancé la cadena, atándole las manos y los pies, dejándolo sin opción a moverse. Cogí otra cadena de la mochila y con cuidado de alejarme de sus dientes, lo amarré a un fuerte árbol que había cerca. Me separé para ver bien los nudos que había hecho y miré a Sean, el cual ya estaba completamente despreocupado con un cigarro en sus labios.

Me reí por sus palabras, quedaba mucha noche, así que ahora era el mejor momento para que pudiésemos charlar. -Pero... colgar cabezas de licántropos... Iugh.- Nunca en mi vida iba a poner cabezas de ningún animal en mi pared, me parecía lo más asqueroso que podía haber en el mundo. Me senté sobre la hierba, sin quitar mis ojos del licántropo que de vez en cuando gruñía por el dolor que le estaba causando la cadena. -¿Qué opinas de trabajar en equipo?- Pregunté volviendo la vista a Sean.

por **Jensen** Vie Sep 30, 2016 8:21 am

La espera había sido un calvario pero como bien advirtió a Gael, solo había que esperar…tener paciencia y voilá. Aquel ser no sabía dónde se había metido, su pesar no era el hecho de haber sido capturado por dos cazadores si no lo de después… aquella tortura que le llevaría a saber, estar más cerca de lo que esperaba descubrir.

Chasqueó la lengua, sus ojos azules se entrecerraron al ver que el licántropo luchaba con todas sus fuerzas así que mientras Gael lo ataba, la flecha lanzada e impactada en su cuerpo la giró varias veces dentro de su piel para que perdiese fuerza y a su compañero cazador no le supusiese un problema atarlo. Suspiró , escupiendo a un lado, aquellos seres le daban una repugnancia extrema… era tal que no quería ni estar cerca.

-Colgar cabezas de licántropos sirve como advertencia si a uno se le ocurre entrar en tu casa o indague en tus posesiones, Gael -dio una calada al cigarrillo , hasta que no fuese de día no podría llevar su plan a cabo…más espera, tenía paciencia pero en determinados momentos, se le agotaba poniéndole de un humor de perros… valga la redundancia. Rió al apreciar el gesto de Gael sobre poner cabezas en el cabecero , echándose a reír a carcajadas una que al licántropo no parecía hacerle mucha gracia, por lo que gruñó con más fuerza y Sean, siseó con fuerza avisándole que era mejor no ir por ese camino.

-Nunca he trabajado en equipo y esto… no sé si se le puede llamar equipo.-enarcó una ceja para molestar un poco a Gael. Sonrió de medio lado y se encogió de hombros, era mejor no apartarse de aquel ser pero tampoco iban a estar aguardando por nada… así que sacó su petaca con tequila y se la ofreció antes que beber él para echase un trago -¿Por qué lo preguntas? No haces preguntas por nada. Algo te ronda por la cabeza y conociéndote no tendrá desperdicio…. Dime Gael…soy todo oídos

Esperó su proposición, la verdad es que jamás se lo había planteado, él era de ideas fijas… de trabajar en solitario. Solo era cuestión de sopesar lo que ganaba porque él no acepta cualquier cosa.

-Antes de nada quiero que sepas mis razones. Busco información sobre alguien en concreto, alguien que… me hizo ser quien soy ahora. Desapareció, así sin más y voy en su busca…además de otros motivos que ahora no vienen al caso -le costaba ser sincero, no podía confesar que no solo buscaba seres sobrenaturales, también a esa familia que le arrebató a su propio padre.

por **Gael Lutz** Lun Oct 03, 2016 2:29 pm

Sabía que Sean era un burro, lo demostró la primera noche en la que nos emborrachamos de aquella forma y lo estaba demostrando ahora, girando la flecha en el muslo del licántropo, produciéndole más dolor aún del que podía sentir con la flecha ahí clavada y las cadenas alrededor de su cuerpo. Apreté la mandíbula al escuchar como se quejaba la bestia, era un sonido al que aún, pese a llevar tantos años en este oficio, no me había acostumbrado.

Entendía el punto de vista de Sean, a modo de advertencia pero seguía siendo una imagen grotesca. ¿Las mujeres a las que llevaba a su cama no le decían nada? Podía parecer un auténtico psicópata, como esos asesinos en serie que cortejaban mujeres para luego degollarlas y colgarlas de una pica... Moví los hombros para ocultar el escalofrío que me acababa de recorrer entero. Nunca llegaría a su nivel de crueldad, o esperaba no llegar, no me gustaría amanecer y encontrarme la cabeza del licántropo de anoche en mi mesilla.

Esperé con ansia a ver lo que me decía sobre su opinión de trabajar en equipo. Necesitaba que fuese buena o si no lo era lo iba a tratar de convencer, porque la conexión que teníamos a la hora de hacer cualquier cosa, a la hora de cazar, en el campo de batalla nos daría muchas ventajas que desventajas. Dejé escapar una risa cuando dijo que lo que nosotros éramos no era un equipo y procedí a contarlo lo que quería. ―Quiero hacer un equipo de cazadores, con gente de confianza con un mismo o parecido fin. Estoy entrenando a una chica y es increíble. Pero siempre vienen mejor tener más ojos a las espaldas ¿No crees? ― Suspiré, esperaba que me hubiese explicado en mayor parte, todo tenía sus detalles y su momento para explicarlo. ―Todos los cazadores somo cazadores por algo, siempre hay algún ser sobrenatural que nos arrebató algo ¿No? Mi plan es unirnos, aunque seamos simplemente cuatro, para buscar respuestas. Llevo años buscando respuestas yo solo Sean y nos las encuentro. Seguro que a muchos les ocurre como a mí. Por eso se me ocurrió esta idea. ― Desvié mi mirada hasta el licántropo, la noche aún era larga.

por **Jensen** Sáb Oct 08, 2016 5:31 am

Las orbes azules de Sean, se clavaron en Gael al imaginar lo que pensaba sobre ese “dormitorio de los horrores”, a saber qué imagen se hizo de él. La verdad, le estaba divirtiendo la situación en sí. ¿Creía que tenía el lecho adornado con cabezas y partes de esos seres? Estaba loco pero no llegaba a esos límites. Se echó a reír de lo más divertido al ver el gesto del que era su compañero de batalla esa noche , dándole un codazo para captar su atención.

-Sé lo que piensas, que estoy tocado de la cabeza pero ¿de verdad te creíste tal cosa? No estoy tan loco pero… no sería una mala idea y lo sabes, al menos saben que en tu casa no deben entrar, aún así… es pronto para abandonar el lugar. Vienen más -su gesto se endureció. Oyó pasos y no muy lejos, podía parecer que se alejaban del lugar y sin embargo no podían fiarse -Un equipo de cazadores…suena interesante a la par que complicado. Reunir a un grupo de cazadores que busquen lo mismo… bueno, los mismos intereses. Es muy difícil pero no imposible. Cuéntame más -susurró esto último, deslizando la mano por su pantalón, estaba preparado para cualquier cosa.

Los gritos y lamentos de aquel licántropo seguramente, captarían la llamada de otros que no tardarían en buscar a su compañero. Aunque no lo mirase, asentía con la cabeza… ¿una chica?. Sonrió de medio lado de lo más divertido, el entrenar a una mujer le hizo pensar mal por unos segundos. No conocía a muchas cazadoras, solo aquella mujer de la fiesta que sin duda le causó una tremenda sensación. Combatiría al lado de alguien como ella, como Gael… sin duda, cuando veía potencial…lo veía y en este caso, los tres serían un grupo fuerte a cualquier que otro se uniese con las mismas características.

-Suena bien. Y eso de esa mujer, si se parece una mínima parte a lo que una jovencita me demostró en cierta fiesta… será un buen fichaje. Mira a los ojos, caza y muerte. ¿Qué mejor que saber perfectamente lo que hacer en ciertos momentos de peligro? Alguien que no dude… la buscaré, aunque va a ser complicado y está bien, sopesaré la idea…aunque luchar a tu lado, como beber…será un placer …o… - entrecerró los ojos, acercándose a Gael en un par de zancadas de tal forma que parecía que aquella daga impactaría contra el pecho de éste.

Lo apartó de una brazada, cayéndole al suelo y ser él mismo quien se lanzase a aquel otro licántropo que había oído aquellos aullidos. Una sola herida, en el corazón, lo derribó ante sus pies. Sangre por todas partes, con lo bien que se le estaba dando la noche. Se giró para mirar fijamente al joven y le ofreció su mano para que se levantase.

- Quiero un trago, si me convences… cuenta conmigo -cuando se levantó y lo tuvo frente a él le dio un par de golpes en el hombro -Ese no me servía, pero podemos asarlo luego a la lumbre, un gran bocado para comer-rió divertido, él y sus ex centrismo.

por **Gael Lutz** Miér Oct 12, 2016 5:38 am

Dejé escapar un suspiro de alivio, por un momento había creído a Sean capaz de tener cabezas colgadas en su habitación o en cualquier otro lado de su casa a modo de aviso a los demás licántropos. ¿Porque le parecía tan imposible que me lo hubiera tragado? No le conocía desde hacía mucho, pero con el tiempo que había pasado con él, sabía que le faltaba más de un tornillo en esa cabeza pensante, lo creía capaz de hacer cualquier locura por muy arriesgada, divertida, o fuera de lugar que estuviese. —Si sería una mala idea que tuvieses cabezas de licántropos por tu casa. Si los viesen, ya sabrían donde vives, seguro que planearían un asalto a tu casa mientras estás dormido... Y fin de la historia de Sean.— Definitivamente, era mala idea que se le ocurriera tener esas cosas.

A lo lejos se podían identificar ruidos de pasos, y obviamente, no pasos de otros cazadores o otros humanos. Eran pasos de licántropo, seguro que los había atraído el olor de la sangre de un compañero suyo y sus lamentos por estar herido y atado a cadenas de plata. Vi como Sean se preparaba para atacar, yo estaba de espaldas al ruido, por lo que seguramente, me atacarían por la espalda. Sean seguía hablando sin parar, como si no quisiera prestar atención a lo que estaba por llegar, era una buena táctica, si el licántropo pensaba que estábamos distraídos, sería más fácil pillarle por sorpresa, pues se confiaría.

Era la hora de seguir el rollo a Sean. Me quedé tal y como estaba, mirando cara a cara a mi compañero, pensando razones por las que convencerle de que se uniera a mi causa. — Todos los cazadores tenemos algo que nos une, la pérdida. Eso bien lo sabes, eso será la razón por la que ahora eres cazador. No conozco tu historia y tú tampoco la mía, pero apuesto que buscas la venganza para aplacar la ira de tus demonios. Juntos podremos conseguirlo, uno por uno. Eso es lo que quiero Sean, que nos juntemos, formar un grupo donde podamos callar las voces de nuestro interior para siempre.—

En el mismo momento en el que callé, Sean se dirigió hacía mí con su daga en la mano, parecía que quería clavármela en el pecho, pero nada más lejos que la realidad. Me apartó de un fuerte empujón y caí al suelo, desde donde obtuve una buena perspectiva para ver lo que estaba ocurriendo por encima de mi cuerpo. La daga impactó en el corazón del licántropo que venía a por nosotros desde hacía unos minutos y su cuerpo cayó a los pies de mi compañero esta noche.

Me agarré a su mano para poder levantarme y me reí, poniendo los ojos en blanco. — ¿No quieres cortarle la cabeza y ponerla en tu habitación? Seguro que a algunas damas les gusta.— Me quedé mirando el cuerpo inerte del licántropo. No se iba a volver humano si tenía la plata aún clavada en su pecho.

por **Jensen** Lun Oct 17, 2016 6:58 am

El hecho de estar acompañado, no solo era nuevo para Sean, de algún modo necesitaba aquella compañía… una de la que sin saberlo, le habían desprendido hacía mucho. Es extraño, le desconcierta pero apenas se aprecia. Su carácter fuerte es capaz de respaldar cualquier sentimiento emoción, la vida cambió en un punto de su pasado a ambos y el presente les reunió en ese mismo punto del camino. Y en ese camino en que se encontraron, pactarían una unión , más que la de dos cazadores.

Oyó con atención cada una de sus palabras, estaba de acuerdo en la mayoría de ellas pero él no entendería otras… ¿por qué le llevó a estar justo en ese punto? La venganza no solo moví al cazador, algo mucho más turbio. Esos seres eran los culpables de muchas muertes pero también de terminar por revolver toda su vida. En el pasado quedaba una vida llena de risas, comidas en familia, complicidad con un amigo… para terminar justo lo que era ahora: un hombre que solo buscaba información, teniendo que llenarse las manos de sangre.

-Las voces de nuestro interior son justo las que nos han llevado hasta aquí. No me muevo solo por venganza, mis motivos son otros pero eso ahora no importa. Solo quiero información e indagando busco las posibles fuentes… -se encogió de hombros, a cualquiera ya le habría dejado con la palabra en la boca junto con un “venga, hasta luego” pero se quedó, mirándole de reojo sin fiarse mucho del plan. Ayudar a otros para ayudarse a sí mismo, así se vería pero aún así él seguía en sus trece.

El incidente del otro licántropo le relajó, ya no tenía que estar pendiente de su alrededor. Cuando Gael se dispuso en pie ante él, sus orbes azules se clavaron en el que había sido su compañero esa noche. Se revolvió el cabello, estaba confundido y con razones, cambiaría su vida si tenía que convivir con otros cazadores, ponerse de acuerdo y entrenar entre ellos…siempre podía conocer nuevas estrategias, trucos y demás…eso era una ventaja además de luchar con su niño interior que le gritaba que de una vez dejase de estar solo en esta batalla.

-Paso. Es demasiado feo aunque tú más -bromeó con una sonrisa, mostrando su mano, una ensangrentada que terminó cediendo ante los planes del cazador más pequeño en edad pero en absoluto en experiencia. Si estaba allí, era por una buena razón de peso quién iba a pensar que sellarían su pacto, un trato más que de palabra… de sangre -De acuerdo, me uno a tu círculo de cazadores… y me tendrás que presentar a esa chica de la que hablas, pero con un buen whisky… anda vamos, te toca a ti hoy… me gasté esa noche lo que no me gasté en mi vida pero valdrá la pena. Porque… la valdrá …eso espero -estrechó su mano con tuerza y dio codo con codo, entre risas…ya vendría al alba, ese ser no se movería de ahí aunque quisiera.

por **Gael Lutz** Miér Oct 19, 2016 4:59 am

Notaba como Sean estaba poniendo sobre mí toda la atención de la que era capaz en estos momentos, no era fácil, teníamos que estar con los cinco sentidos puestos en el bosque y en el licántropo que estaba amarrado al árbol por las cadenas de plata. Pero me prestó atención, al menos fui escuchado y eso me bastó. Sus palabras me hicieron reflexionar. Él buscaba algo más a parte de una venganza, Jane me dijo que ella no quería vengarse del vampiro que acabó con su familia… ¿Era yo el único que buscaba venganza? ¿El que perseguía ese sueño inalcanzable? ¿El que quería poner fin a todos los demonios y el único que quería de una vez por todas dormir tranquilo por las noches? No estaba seguro de que podía pasar cuando llevase a cabo una venganza que cada día veía más lejos. No tenía ninguna pista… Ni siquiera sabía por donde empezar, estaba perdido en medio de mi dolor y mi sed. Ya ni siquiera Thomas me ayudaba. Estaba solo. —¿Cómo supiste donde debías buscar? — Le pregunté mientras desviaba la mirada de mis botas, hasta los ojos azules, igual que los míos, de Sean.

Cuando me levanté, me percaté de que Sean también hacía el mismo gesto que yo con el pelo cuando estaba nervioso, o desconcentrado o por cualquier cosa. Me reí un poco y negué con la cabeza, teníamos muchas cosas en común, más de las que nunca hubiera pensado. Tras bromear sobre mi fealdad, accedió a darme una oportunidad con mi idea del equipo de cazadores. Le miré con una sonrisa amplia y estreché mi mano con la suya que estaba llena de sangre de licántropo. —Te la presentaré y sí que merece la pena… Y si vemos que al final no funciona.. Al menos habrás conocido gente con la que puedes contar. Conmigo puedes. — Para mí, este personaje que tenía delante, ya formaba parte de mi pequeño círculo de “amigos”.

Mi compañero quería tomarse un whisky, miré con recelo al licántropo, estaba demasiado bien atado como para que se escapase. —Está bien, venga, vamos pero volvemos antes del alba. — Recogí mis cosas, poniendo la mochila en mi espalda y llevé a Sean a través del bosque, hasta que llegamos a la primera taberna que quedaba en la linde, así no deberíamos de irnos tan lejos, no quería emborracharme esta noche, aunque con él… La borrachera estaba asegurada. Atravesamos las puertas, no había mucha gente en esta taberna, solamente unos cuantos hombres más, sin duda, cazadores, pero no como nosotros, estos cazaban venados, ardillas… Animalitos inofensivos que llevar a la carnicería para sacarse el jornal. Le señalé con el dedo al camarero, que queríamos dos vasos de whisky. Este asintió mientras nos sentábamos en una mesa. Dejé la mochila a mi lado y miré a mi compañero. —Hoy en vez de cortesanas… Habrá lobos. — Reí y di un sorbo al whisky que acababa de traernos el camarero.

por **Jensen** Vie Oct 21, 2016 4:53 am

El bosque se extendía ante ellos, como una trampa mortal. Cazadores que acababan de alcanzar su objetivo , al menos él. Después de la caza, necesitaba salir allí, dejar de oler a orina de licántropo, limpiarse la sangre de las manos y pensar con claridad. La reacción de Sean cuando Gael le preguntó donde buscar fue desviar la mirada junto con una sonrisa. Obviamente nadie le había hecho de espía pero a veces, era mejor hacerse amigo de tu enemigo para dar algo a cambio.

-No todos los seres son salvajes… aunque tengo mi límite. Me chivaron donde se encontraría este grupo a cambio de otras cosas de las que ya me he encargado -se encogió de hombros. Ante todo, el ejercicio físico era algo que ocupaba gran parte de su vida y su tiempo, en sus largas carreras y ejercicios… consiguió también con algunos lugares clave, solo saber donde buscar -Todo a su tiempo. No todo cae de un árbol, o te alzas de puntillas para coger el fruto. Hay que plantar la semilla, regalarla…y esperar a que crezca el árbol, ahí es donde recogerás tus propios beneficios…así es lo mismo que con estas alimañas. No es fácil…

No conocía a muchos cazadores, al menos no tanto para decir que eran de total confianza. Gael y aquella misteriosa joven se habían convertido quizás en su referencia pero poco más. sus ojos azules, se clavaron en él cuando le confirmó que podía contar con él. Nadie, nunca, jamás le había dicho eso y por ende, reaccionó de la manera más bruta posible. Estrechó su mano atrayéndolo y medio abrazarlo, dándole un par de golpecitos en la espalda. Rió desviando la mirada y murmurar un “gracias”.

Ya lo de la taberna era lo que necesitaba. Suspiró en cuanto tomó asiento, alzando la copa , brindando por aquella noche, esos momentos.

-Porque nuestra amistad acabe de comenzar y como se te ocurra traicionarme será tu cabeza la que adorne mi dormitorio -bebió su copa, dejando escapar un largo suspiro, sirviéndose otra más -Oye…¿alguna vez te has liado con un sobrenatural? Yo no ¿Vale? así que es por simple curiosidad…un cosa es que matemos y otra matemos de placer -

Rió mirando hacia el frente aún tenía muchas más preguntas que hacerle, él era un poco más mayor que él y se había fijado en ciertas cosas. En gestos, físicamente se parecían y eso era extraño…pero tampoco podía caer en la cuenta de que él tuviese algo que ver con él… ser su familia.

-Hasta pareces mi hermano pequeño ¿tienes familia Gael? Yo no. Todos murieron, se fueron o desaparecieron pero aquí estoy, arrancando cabezas

por **Gael Lutz** Sáb Oct 22, 2016 5:37 am

A grandes rasgos, lo que Sean me estaba diciendo era que fuese paciente, más de lo que ya lo había sido. No le quise preguntar por los tratos que había tenido que hacer para descubrir la información, era meterse demasiado en cosas que no eran de mi incubencia, con saber lo necesario ya me daba por más que satisfecho. Seguiría los consejo de mi compañero y tendría más paciencia... Más aún.

Brindamos por la noche que estábamos pasando, habíamos capturado a un licántropo y Sean había matado a otro casi sin esfuerzo. Estábamos listos para acabar con lo que fuese y con más cosas. Solo deseaba que al alba, Sean obtuviera la información necesaria, la que estaba buscando. ¿Traición? Yo nunca traicionaría a un amigo. Bebí de la copa antes de responderle a tales acusaciones. —Solamente he amenazado con esa amenaza a dos personas... a tres. Tú no serás una de ellas. Nunca te traicionaría, Sean, para mí, la lealtad es importante.— Pasé a dejar claro ese punto. Yo no era aquí su enemigo, quería ayudarle y recibir su ayuda a cambio, nada más, no quería que corriera peligro y entregarlo a las fauces de los lobos.

La siguiente pregunta casi hizo que derramase todo el líquido que había metido en mi boca. ¿Qué clase de pregunta era esa? Éramos cazadores, era como si alguien de la inquisición, acérrimo a la iglesia se liase con algún satanista. No tenía sentido. —No, nunca me he liado con ninguna vampiresa ni loba, aunque sí que he tenido contacto con algunas de ellas. Conocí a una vampiresa que sabía de curaciones y me curó una costilla que me rompí... Luego fui a comer con una loba... Me enteré de que era loba casi al finalizar la comida... Enfin. —

Di otro sorbo, hablar de la familia... Parecíamos hermanos. Hermanos de otra madre. Reí y suspiré. —Solo me queda mi hermana, Adaline. Las cosas con ella... No sé ni como están. Discutimos cuando se enteró de que era un cazador, se marchó, volvió, hicimos las paces pero me dijo que necesitaba espacio... Y no la he vuelto a ver, contraté a un mercenario vampiro para que diera con ella, pero hace meses que no se de él, quizás está muerto.— Me encogí de hombros. —¿Qué le pasó a tu familia, Sean. ¿Porqué eres cazador?— Quizás fuesen unas preguntas un tanto duras, pero teníamos que tener conversación hasta más del alba. Era una buena oportunidad para conocernos mejor.

por **Jensen** Miér Oct 26, 2016 2:16 am

La noche no pudo finalizar mejor. Aquel licántropo dormía plácidamente hasta que fueran a su encuentro y no, si fuesen a buscarle los de su propia especie el olor que desprendían sus propios compañeros de raza… les espantaría, es más..desearían estar muertos. Las cuerdas impregnadas en cierto líquido pestilente que para los humanos pasaba totalmente desapercibido. Conocía esos pequeños trucos gracias a sus propias investigaciones pero no eran nada…aún le quedaba mucho por descubrir.

La lealtad era indispensable para él pues solo se guardaba lealtad a sí mismo. ¿Cómo confiar después de lo vivido? La vida le enseñó a no hacerlo pero también, la madurez le llevó a caminar por ciertos caminos, conocer a otras personas pero de momento ninguna… le causaba tal confianza como para llamarle tan siquiera “conocido”. Suspiró sin mirarle, reflexionando, las palabras de aquel cazador le calaron en lo más hondo de su frío y desconfiado corazón. ¿Sería capaz de confiar? Con el tiempo, de momento estaban en pruebas.

-Para mí no solo es importante, es lo primordial. Sin lealtad… nada tiene sentido. No dudas, no titubeas a la hora de la verdad. Si quieres mi lealtad solo te pido tiempo, no puedo confiar ni siquiera en mí mismo y espero que eso lo comprendas -tomó un sorbo de la bebida y suspiró, esa noche no iba a ser como la primera…si no una más cercana y sincera entre aquellos dos hombres.

Gael y sus historias. En todo momento al escucharle, medio sonrió mirándole de reojo…así que tuvo contacto aunque nadie quedaba a excepción él también lo tuvo pero para una sencilla razón: para saber cómo acabar con ellos, debilitarlos. Se echó a reír, ¿se enteró una vez finalizó la comida? Eso sí que era gracioso, aunque ¿quién no le decía que no le ocurriese lo mismo? Por eso no se fiaba de las mujeres, sobre todo de esos seres divinos, hermosos que solo te traen dolores de cabeza.

-¿Un mercenario vampiro? Buscando a tu hermana humana… ¿quién no te dice que se la haya comido? O peor…la haya encandilado ¿te imaginas? Tu hermana y el vampiro… bueno, no es tan raro, a no ser que la haya convertido en su esclava de sangre y le proteja o peor…¿te imaginas que se hayan casado? -se echó a reír, dándole con el codo al ajeno… a saber si lo que estaba diciendo era o no cierto.

La pregunta formulada no era cualquiera, era complicada y sencilla al mismo tiempo. Se tomó su tiempo en responder. Se giró en el taburete, quedando de frente a él y mirarle fijamente ¿qué por qué era cazador? Porque ser cazador para Sean lo era todo, poder ser la respuesta a todas sus preguntas.

-Mi madre murió siendo un niño y tengo las sospechas de que fue por algo sobrenatural, mi padre se largó…creyendo de algún modo que yo también me marcharía al otro mundo con ella. Re hizo su vida pero por lo que he podido saber, está muerto…algo sobrenatural se lo llevó al igual. Quiero saber qué pasó en realidad, con mi madre…con ese desgraciado -se encogió de hombros, a pesar de sus palabras la sonrisa no desapareció de su rostro -Además, es un modo de supervivencia, estamos rodeados y no me voy a quedar de brazos cruzados. Estamos solos ante el mundo, Gael….así que cambiémoslo -le ofreció su mano ¿le ofrecía lealtad?

por **Gael Lutz** Jue Oct 27, 2016 5:51 am

Me alegraba el saber que ambos teníamos la lealtad como algo super importante en la vida, si conseguíamos hacernos más amigos de lo que éramos, con el tiempo, seríamos personas más fuertes, más unidas y al saber que creíamos en la lealtad por encima de todo, nunca nos íbamos a traicionar... O así debía de ser, pero últimamente, la traición estaba a la orden del día y los buenos amigos, se podían contar con los dedos de una mano, en mi caso, solo tenía tres, de momento, en quienes confiar plenamente. Ni siquiera podía decir eso de mi hermana Adaline, de la cual seguía sin tener noticias tras su marcha de mi casa.

Chasqueé la lengua en lo relacionado a Erlend, pues así se llamaba el vampiro al que había "contratado" hacía meses para que vigilase a mi hermana. Ni siquiera se había puesto en contacto conmigo una única vez, había desaparecido de la faz de la tierra y era algo de lo que me arrepentenría cada día de mi vida. —No se la ha comido. Adaline sabe cuidarse ¿Sabes? La encerré en la buhardilla y consiguió salir a punta de pistola. ¡Jajaja! Espero que haya aprendido algo de mí y sepa defenderse si es atacada, ya no es una niña.— Fruncí el ceño por las palabras de mi compañero. ¿Casarse? Si Adaline era tan tonta como para casarse con un vampiro sabiendo que yo era cazador... Dios. Sería una batalla a muerte. —Si se ha casado con él... Enfin, te aseguro que no vendrá a las comidas de Navidad.— Di un trago de whisky y no le dije nada más, estaba asqueado, Adaline siempre había fantaseado con la inmortalidad, si ella se transformaba... Me moriría.

Tocaba ahora escuchar la historia de Sean. Una historia tan parecida a otras, pero a la vez tan distinta. Muchos cazadores perdían a un ser querido a manos de sobrenaturales, siempre la misma historia, siempre los humanos eran los buenos, pero solo escuchábamos una versión. Nadie se paraba a pensar y/o escuchar la versión del ser sobrenatural, ni siquiera nosotros les dábamos tiempo a explicarse. Ni se lo pensaba dar en un futuro si me encontraba con ese ser. Nada me iba a hacer cambiar de opinión acerca de lo que hizo en su día, quitarme a mi padre de la forma más horrible posible, y llevarse a mi madre en cierta manera con él. —¿Con cuántos años os abandonó? — Volví a suspirar, estas historias siempre me revolvían por dentro. Ofreció su mano tras unas palabras. Sonreí y se la estreché sin dudarlo. —Ya lo estamos cambiando.— Corté el apreton de manos, y cogí el vaso, brindando con él.

por **Jensen** Mar Nov 08, 2016 8:35 am

La verdad es que no entendía, como un cazador contrataba a uno de esos seres de la noche para vigilar a nada más y nada menos que su hermana. Alguien capaz de cuidarse sola y no lo ponía en duda, pero estaban hablando de una chica joven, humana sin poderes ni nada en especial solo el hecho de ser una joven en un lugar peligroso ¿le habría arrojado a su suerte con el simple hecho de contratar aquel hombre? A saber qué pasó con ese tema, un tema que decidió no tocar…mantenerse en silencio pues quién era él para juzgar o sacar cosas en clave.

-Bueno, mi mesa es muy grande todos los días del año y en Navidad parece duplicarse, me apunto entonces a esa cena …mientras haya buen asado y pastel de arándanos, allí me tienes. Cuenta conmigo -Le hizo gracia aquel comentario, entendía que le molestase… él estaría furioso, buscaría a ese que se suponía debía cuidar a su hermana y le haría pagar lo suyo. Bueno…en realidad él no contrataría jamás un tipo como ese… a fin de cuentas él no trataba de esa forma con esos seres .

-No entiendo como eres capaz de hacer tratos con semejante alimaña pero supongo que tendrás tus motivos -se encogió de hombros, dándole un sorbo a su copa y sonreír de medio lado, sonrisa que se congeló al oír esa pregunta. Degustó un nuevo trago, uno más largo porque iba a necesitarlo, nadie conocía su historia…tampoco nadie le preguntó antes. No, no iba a contestar, no tenía por qué hacerlo… pero una parte de él le gritaba que debía confiar en él ¿o no? era alguien desconfiado, frío y distante pero no podía dejar escapar esa especie de extraña relación que habían tenido y sentido desde el principio.

-Apenas me acuerdo, tenía un año y poco más. El tiempo suficiente para que me pudiese mantener en pie y ya con eso… buscarme yo mismo la vida -hizo una pausa, inclinándose hacia adelante…apenas era un bebé pero siempre anheló el calor y la figura paterna de su padre…alguien a quien odiaba más que a todos esos seres sobrenaturales juntos.

-Mi padre se largó y formó otra familia. Mi madre cayó enferma, apenas duró un par de años más…en donde aún siendo muy pequeño, ciertos recuerdos llegan a mi mente. Son fugaces y no estoy muy seguro de si es solo mi imaginación o lo que quiero creer pero… él nunca estuvo. Mi madre murió, el servicio fue parte de mi familia y apenas los diecisiete, cuando quise buscar sobre mis orígenes, descubrí que lo sobrenatural podían despejarme muchas preguntas y una de ellas dónde y qué pasó con mi padre… y mi madre, bueno… siempre tuve la sospecha que me ocultaban algo pero… no sé el qué -giró el rostro, clavando sus orbes en él… llegaba la pregunta clave, la esencial.

- ¿Y tú, Gael? ¿Por qué eres cazador? -sí, eso le interesaba, más que cualquier cosa que quisiera contarle…era hora de ser sinceros.

por **Gael Lutz** Sáb Nov 12, 2016 4:57 am

Miré a Sean por largo rato, intentando adivinar que era lo que pasaba por su mente en esos momentos, no era normal que un cazador confiase la vida de su hermana en un ser que podría matarla como se mata a una mosca. Pero así había sido, estaba desesperado por saber de ella, por encontrarla y saber que estaba bien. Por suerte ya lo sabía, pero no había sido gracias a ese vampiro, el cual había desaparecido y no tenía ni idea de donde podía estar, pero mi hermana si que había aparecido en casa. Y estaba bien.

Dejé escapar una risotada, este año desconocía como iba a pasar las navidades, las anteriores las había pasado solamente con mi hermana, en casa, con un buen asado y muchos postres. Este año me apetecía que hubiera más gente en casa, Jane, mi hermana, Xaryne y Elora, Thomas si su salud se lo permitía... Quería estar rodeado de gente que me había acompañado todo el año. ¿Porque no Sean? Él también iba a ser bienvenido si decidía venir. —Claro, serás bienvenido en casa, pero trae una buena botella de whisky... Espero que este año sea el que haya más gente en casa.— Me gustaba que la gente que venía a casa trajese algo de comida o de bebida, así podíamos degustar otros alimentos y saborear otros sabores, era divertido.

Bebí de mi copa y me encogí de hombros, como había pensado antes, era dificil de entender, incluso para mí mismo como había podido confiar en un mercenario vampiro, pero Thomas lo conocía y se fiaba de ese ser así que... Bebí de nuevo un poco y suspiré, no quería hablar más del tema de Erlend, bastante preocupado estaba ya como para tener que decirlo en voz alta.

La historia de Sean era similar a la mía propia. Mi madre también había muerto años después de la muerte de mi padre. En estos temas no sabía que decir, sabía que una palabra de ánimo o de "te acompaño en el sentimiento" no aliviaban. Llevaba dieciséis años así, era mejor un abrazo de un hombre o el abrazo de un buen licor. Mantuve mi mirada en la suya, teníamos los ojos del mismo color. Se parecían a los de padre. Sonreí y le contesté. —A mi padre lo asesinó un licántropo, y dejó el cuerpo en mi cocina. Mi hermana y yo salimos de clase antes, porque mi madre avisó al director de que había ocurrido algo. Fuimos y mi madre estaba mirando en la cocina, entré y me encontré el cuerpo, con heridas que no había visto en mi vida. Después, mi madre tuvo que trabajar y se hizo... — Di un sorbo, hablar de este tema me ponía mal, sobre todo la parte de mi madre. —Se hizos prostituta. Yo comencé a trabajar en una herrería, que resultó ser donde trabajaba Thomas, quien fue y ha sido siempre mi maestro. Después, a los pocos años, mi madre enfermó y murió. Desde entonces estoy solo con mi hermana, ahora ella se ha ido y estoy solo.— Le miré, yo no había tenido servicio que me cuidase, había tenido que trabajar desde una edad temprana para poder cuidar a mi hermana, pero no me arrepentía.

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