Té para tres... -Privado

por **Daniel Ness** Miér Oct 19, 2016 6:20 am

Viernes
11:00 hs

Recostado en el suelo, no sabía si aquel día había despertado al rodar por mi colchón hasta terminar de golpe en el suelo, o si era por culpa del rayo de sol que se había escapado por entre el postigo roto de mi habitación, y había decidido darme en los ojos. De una forma u otra ya había despertado y estaba agradecido, había tenido un sueño de aquellos en los que pareces estar en otro mundo y todo se encuentra patas arriba. Aunque a decir verdad era más gracioso que atemorizante.

Luché para liberarme de las sábanas que se había enroscado a mi cuerpo, me coloqué la primer pieza de ropa interior que tuve a mano y me dirigí hacia la cocina, que era de dónde parecía provenir ruido a movimiento. Iba directo a contarle mi sueño a Love –¡Love!- La llamé a los gritos, mientras reía –¡No te imaginas!, te he soñado con un tío de lo más raro y…- Dejé de hablar al encontrar que los ruidos de la cocina había sido provocados por el joven extraño con el que había soñado.

¿Love ya había empezado a traer sus polvos nocturnos a casa?, no me agradó nada la idea de despertarme y en lugar de encontrarme con ella, ver a quien de seguro se acostó con ella la noche anterior.

Enderecé mi cuerpo, tenía que adoptar aquella postura de guardia de taberna para echarlo de mi casa, tipo: "Aquí puedes pasear todo lo que quieras, mientras dure la borrachera, pero a la mañana debes desaparecer" así es como había acordado con Love para evitar problemas.

-¿Y tu quién eres?- pregunté prepotentemente. En realidad poco me importaba quien era, digamos que esa era mi forma de romper el hielo antes de echarle a patadas de mi casa. Me acerqué a él, para que reconociera que aquel era mi territorio y no tenía nada que hacer allí. Muy primitivo de mi parte, pero si los animales se entienden así, ¿por qué nosotros no?, lo prefería de esa forma y no con adornadas palabras y amenazas verbales que generalmente poco intimidaban.

Mi postura hacía la pregunta por mí: ¿Qué demonios haces en mi casa?. Con el tiempo había aprendido a dejar de hacer esa pregunta de modo verbal, sobre todo después de obtener siempre la misma respuesta “follarme a tu hermana” y el resultado era el mismo, luego de la respuesta seguía mi puño incrustándose en su cara, sangre, y luego denuncias, que poco daño le hacían a mi curriculum cargado de malas referencias. -Contesta rápido- pensé, dándole oportunidad, antes de arrojarlo a la calle como bolsa de basura que era.