AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Just another day ·Libre·
2 participantes
Página 1 de 1.
Just another day ·Libre·
···
El mundo, la creación del Dios de los cristianos, le tenía hastiado. La vulgaridad, la decadencia, el grandioso cúmulo de escoria e inmundicia que se extendía por todo el globo era peor que las plagas de Egipto, aquellas al menos eran breves y pasajeras. Simplemente al caminar por las calles de las grandes ciudades se podía percibir la comodidad de los más ricos, y por lo tanto los que más oprimían y el sin vivir al que estaban condenados aquellos menos favorecidos a los que la vida, el destino o la suerte por llamarla de alguna forma no les había sonreído lo suficiente. Sonrió ante la ironía de la situación. Su Dios había querido crear un paraíso en la Tierra, y sin embargo lo único que tenía era un infierno con los demonios mas crueles y despiadados que la imaginación podía atreverse a si quiera concebir. Aunque no profesase la misma fe, aquellos pensamientos siempre le hacían sumirse en una espiral de ironía relativa, pues todas las creencias tenían siempre un punto en común.
Rothgar había dejado a un lado todo lo que conocía, todo por lo que caminaba entre los vivos nuevamente, dejándose embelesar por el mundo de los mortales por una vez, dejando a un lado sus armas y escudos psicológicos. Se dejó disfrutar, con un significado distinto al que el resto de personas están acostumbradas, así como una mera noche en una taberna desconocida, allí donde él no sería más que el resto, sino una sombra más que vagaba entre el jolgorio de algunos borrachos y sus mujerzuelas que revoloteaban alrededor.
Rothgar se sentó en un lugar apartado, pero desde dónde lo podía ver todo sin necesidad de esforzarse, no por nada, sino por el simple hecho de tener las miras cubiertas en caso de que algo sucediese, aunque dada la complicidad y buen aura que se respiraba en el ambiente, dudaba mucho de que eso fuera a ocurrir. se podría decir que estaba completamente desarmado, no sólo de sus objetos y pertenencias sino también sentimentalmente. El cazador, desde que tenía memoria había vivido por y para la caza, aunque ésta al principio se limitase a animales para la supervivencia de la aldea, y que poco a poco ésto, le hizo convertirse en uno de los mejores guerreros que nadie en su vida ha escuchado hablar. Por eso y por su anonimato, quizás se tratase del más letal de todos, aunque aquello no quitaba el hecho de que como humano se sintiese constantemente en vulnerabilidad. Así que allí estaba, sentado en una mesa vacía, esperando a que le trajesen algo con el que ahogar las penas.
···
Røthgar Sbjören- Cazador Clase Media
- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 26/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just another day ·Libre·
Dicen que los mancos a veces sienten su brazo como si aún lo tuvieran, lo que se llama el síndrome del miembro fantasma. De la misma forma, dicen que ciertas miradas se sienten aunque estén apostadas a tus espaldas, que te atraviesan y se hunden como una garra en tus entrañas. Quizás pudiera ser eso, quizás sólo fuera intuición, o tal vez fueran sus sentidos agudizados a lo largo de múltiples vidas de caza, pero el norteño pudo sentir una mirada de las que te hacen girarte sin saber por qué.
La dueña de ese par de ojos, no era otra que Elaine, una niña de largos cabellos castaños y profundos ojos verdes. Observaba erguida y muy quieta a Røthgar, como si estuviera contemplando una pantera del zoológico de París. Su tez era pálida, sus ojitos estaban sombreados por un velo purpúreo, fruto de las largas noches con fiebre y sin dormir que le producía su afección pulmonar. Su vestido había conocido días mejores, era sencillo y algun día fue de un bonito color azul celeste con un pajarillo bordado, ahora casi gris. Llevaba unas medias de lana blancas y unos lazos discretos que sujetaban el cabello de las sienes en la parte posterior de la cabeza. Tenía la manos entrelazadas sobre su ombligo y apenas la separaba un metro del cazador.
Ciertamente, la sociedad parisina había creado unas cloacas inmundas en las zonas bajas de la ciudad, donde ella vivía.Para su corta edad (seis años) era muy madura, porque comprendía que su madre tenía que hacer enormes sacrificios para sacarlas adelante a ella, enferma crónica, y a su abuela, profundamente deprimida y sumida en su mundo. Sabía que no debía preguntar por su padre, porque a su madre le causaba dolor, y no quería disgustarla. Entendía que debía mentir cuando preguntasen, y decir que era su tía, porque si se enteraban de la verdad, perdería el trabajo y tendrían que irse a la calle, además que no podrían pagar las medicinas que necesitaba para respirar. Y sin embargo, al igual que Brianna, conseguía ver siempre el lado bonito de las cosas. Tantas cargas sobre una sola persona no eran buenas, lo veía a diario, y aunque no dijera nada, sabía que su madre se esforzaba por hacerla feliz, por contarle cuentos, por llevarla a pasear aunque estuviera agotada del trabajo, por coserle pajaritos en los vestidos de segunda mano que podían permitirse. Y por todos esos motivos, Elaine no era una niña caprichosa, maleducada o superficial y tenía una comprensión del mundo que iba mucho más allá de lo que, por su edad, podría presuponerse.
Cuando Røthgar se giró la niña no se inmutó, lo siguió observando, de la misma forma que llevaba haciendo toda su vida, observar cómo la vida pasaba por delante de su ventana mientras ella se sumía en fiebres y tos. Finalmente avanzó unos pasos y extendió la mano hacia el norteño.
— Hoy me han regalado esto.— en su mano portaba una esfera hueca hecha de metal, con un símbolo grabado y un minúsculo cascabel dentro. Era un pequeño colgante con una inscripción rúnica. Se la tendió al hombre. — es mi cumpleaños. Pero creo que tú lo necesitas más que yo, dicen que es un llamador de ángeles. Si los llamas acudirán para ayudarte. ¿Has visto alguna vez algun ángel? mi tía dice que el cielo está lleno, y que no hay que tener miedo a morirse, porque los ángeles te cuidan.
Acompañó ese gesto con una débil sonrisa; no era un torbellino inquieto ni lleno de vida, tan sólo sus ojos hablaban de cómo era en esencia. Hablaban de que había mirado a la muerte cara a cara más de una vez, y sin embargo se aferraba a la vida.
— ¡Elaine! que susto me has dado! no te veía y pensé que...— una voz femenina acompañada de otros ojos grandes y expresivos, pero castaños, irrumpió en escena. La mujer también tenía rasgos frágiles y comedidos; una cabellera oscura y ondulada y una tez pálida de porcelana. Su voz hacía juego con todo el conjunto en general, un tono suave, equilibrado y discreto. Se dirigió al extraño con gesto de apuro.— Por favor, disculpe si le está importunando, monsieur, no se lo tenga en cuenta. Ya nos vamos. Elaine pide disculpas al caballero por molestarlo, anda.— la reprendió, pero su tono no era enfadado ni histérico, como lo era el de las verduleras del barrio. Brianna tenía modales, había nacido entre algodones, la habían criado entre lujos y desde hacía ocho años la miseria se cebaba con ella. Había aprendido a las malas que la diosa Fortuna es caprichosa y que un día te favorece y al siguiente te deja en la estacada.
— Lo siento. Pero es que no creo que lo haya molestado, estaba aquí solo sin hablar con nadie.— Los niños eran estupendos cuando se trataba de ser inoportunos. ¡Ah! bendita inocencia, libre de las reglas impuestas por la educación en la que mostrar los verdaderos pensamientos estaba mal visto.
— ¡Ay, Elaine! justo por eso...no se puede juzgar a la gente, porque desconoces qué batallas pueden estar librando esas personas. Discúlpenos, de verdad se lo pido. Que tenga una buena noche.
La mujer cogió la mano de la niña, dispuesta a irse y dejarlo en paz. Cada cual tenía sus fantasmas, cada uno tenía sus cicatrices, visibles o no, y las cargas del alma eran mucho más pesadas que las del cuerpo.
La dueña de ese par de ojos, no era otra que Elaine, una niña de largos cabellos castaños y profundos ojos verdes. Observaba erguida y muy quieta a Røthgar, como si estuviera contemplando una pantera del zoológico de París. Su tez era pálida, sus ojitos estaban sombreados por un velo purpúreo, fruto de las largas noches con fiebre y sin dormir que le producía su afección pulmonar. Su vestido había conocido días mejores, era sencillo y algun día fue de un bonito color azul celeste con un pajarillo bordado, ahora casi gris. Llevaba unas medias de lana blancas y unos lazos discretos que sujetaban el cabello de las sienes en la parte posterior de la cabeza. Tenía la manos entrelazadas sobre su ombligo y apenas la separaba un metro del cazador.
Ciertamente, la sociedad parisina había creado unas cloacas inmundas en las zonas bajas de la ciudad, donde ella vivía.Para su corta edad (seis años) era muy madura, porque comprendía que su madre tenía que hacer enormes sacrificios para sacarlas adelante a ella, enferma crónica, y a su abuela, profundamente deprimida y sumida en su mundo. Sabía que no debía preguntar por su padre, porque a su madre le causaba dolor, y no quería disgustarla. Entendía que debía mentir cuando preguntasen, y decir que era su tía, porque si se enteraban de la verdad, perdería el trabajo y tendrían que irse a la calle, además que no podrían pagar las medicinas que necesitaba para respirar. Y sin embargo, al igual que Brianna, conseguía ver siempre el lado bonito de las cosas. Tantas cargas sobre una sola persona no eran buenas, lo veía a diario, y aunque no dijera nada, sabía que su madre se esforzaba por hacerla feliz, por contarle cuentos, por llevarla a pasear aunque estuviera agotada del trabajo, por coserle pajaritos en los vestidos de segunda mano que podían permitirse. Y por todos esos motivos, Elaine no era una niña caprichosa, maleducada o superficial y tenía una comprensión del mundo que iba mucho más allá de lo que, por su edad, podría presuponerse.
Cuando Røthgar se giró la niña no se inmutó, lo siguió observando, de la misma forma que llevaba haciendo toda su vida, observar cómo la vida pasaba por delante de su ventana mientras ella se sumía en fiebres y tos. Finalmente avanzó unos pasos y extendió la mano hacia el norteño.
— Hoy me han regalado esto.— en su mano portaba una esfera hueca hecha de metal, con un símbolo grabado y un minúsculo cascabel dentro. Era un pequeño colgante con una inscripción rúnica. Se la tendió al hombre. — es mi cumpleaños. Pero creo que tú lo necesitas más que yo, dicen que es un llamador de ángeles. Si los llamas acudirán para ayudarte. ¿Has visto alguna vez algun ángel? mi tía dice que el cielo está lleno, y que no hay que tener miedo a morirse, porque los ángeles te cuidan.
Acompañó ese gesto con una débil sonrisa; no era un torbellino inquieto ni lleno de vida, tan sólo sus ojos hablaban de cómo era en esencia. Hablaban de que había mirado a la muerte cara a cara más de una vez, y sin embargo se aferraba a la vida.
— ¡Elaine! que susto me has dado! no te veía y pensé que...— una voz femenina acompañada de otros ojos grandes y expresivos, pero castaños, irrumpió en escena. La mujer también tenía rasgos frágiles y comedidos; una cabellera oscura y ondulada y una tez pálida de porcelana. Su voz hacía juego con todo el conjunto en general, un tono suave, equilibrado y discreto. Se dirigió al extraño con gesto de apuro.— Por favor, disculpe si le está importunando, monsieur, no se lo tenga en cuenta. Ya nos vamos. Elaine pide disculpas al caballero por molestarlo, anda.— la reprendió, pero su tono no era enfadado ni histérico, como lo era el de las verduleras del barrio. Brianna tenía modales, había nacido entre algodones, la habían criado entre lujos y desde hacía ocho años la miseria se cebaba con ella. Había aprendido a las malas que la diosa Fortuna es caprichosa y que un día te favorece y al siguiente te deja en la estacada.
— Lo siento. Pero es que no creo que lo haya molestado, estaba aquí solo sin hablar con nadie.— Los niños eran estupendos cuando se trataba de ser inoportunos. ¡Ah! bendita inocencia, libre de las reglas impuestas por la educación en la que mostrar los verdaderos pensamientos estaba mal visto.
— ¡Ay, Elaine! justo por eso...no se puede juzgar a la gente, porque desconoces qué batallas pueden estar librando esas personas. Discúlpenos, de verdad se lo pido. Que tenga una buena noche.
La mujer cogió la mano de la niña, dispuesta a irse y dejarlo en paz. Cada cual tenía sus fantasmas, cada uno tenía sus cicatrices, visibles o no, y las cargas del alma eran mucho más pesadas que las del cuerpo.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just another day ·Libre·
La teoría estaba aprendida, tan sólo quedaba poner en práctica todo aquello que profesaba. Decían que era duro, pero no todo el mundo está preparado para verle de aquel modo que no sería ni de lejos una estratagema para limpiar su imágen. Pese a ser anónimo, alguien cuyas raíces estaban lo suficientemente lejos como para ser denominado extranjero, podía permitirse el lujo de actuar como buenamente quisiera, sin dejar de lado sus prioridades en la vida.
Primero miró a la niña sin relajar el rostro que previamente tenía. Quedó en silencio, viendo cómo aquella oequeña parloteaba sin cesar, físicamente denotaba debilidad, pobreza, aunque sus vestidos pese a ser viejos denotaban un gran cuidado. No podía ser amable, aquella niña le recordaba a su pequeña, la mayor de sus hijas fallecidas en el primer incidente ocurrido antes de su pronta muerte. Algo le decía que la ignorase, que de seguro que acabaría reviviendo a sus demonios y todo lo que ello conllevaba. No quería sentirse débil, con lo más preciado que nunca tuvo en la vida. Pero lo hizo.
Rothgar dejó a un lado todo aquello, quizás valiéndose de la debilidad de la niña y sintiendo real empatía por un corazón tan pequeño, que de seguro no podría resistir las próximas nevadas. él era de los que pensaban que lo mejor que se podía hacer antes de que llegase la muerte, era el dedicar todo el tiempo a vivir la vida de forma extrema, disfrutando todo lo que se pudiese con tal de no sentirse con una gran sensación de vacío, de que faltase algo que no hubiese podido hacer nunca.
- No se preocupen.- Dijo, rasgando su voz por primera vez desde que la niña hizo aparición, denotando así su voz recia, grave pero aterciopelada con la que pretendía invitar a ambas. - No es así como planteaba pasar la noche, pero mejor yo que cualquiera de los que hay aquí. - Miró a la madre y volvió a hablar. - Cuidado con ella o podrías perderla en un chasquido de dedos, hay mucho animal suelto. - Dijo, para que entendiese cualquier connotación que quisiera darle a la palabra animal yque por lo tanto haría daño a la pequeña bien levándosela lejos de su madre aunque fuera.
- Y no, no me molesta en absoluto, es más... - Aprovechó que una muchacha se acercó a una de las mesas colindantesm para llamarla. - Trae comida para dos, sopa y algo dulce, pero de chocolate.- La muchacha no supo c´çomo reaccionar, así que quedó sin habla y simplemente anotó antes de un "¿Algo más, señor?". - Un par de mantas, no será difícil conseguirlas, ya que a partir de ésta noche me hospedaré en una de las habitaciones de arriba. Tráigañas de allí si hace falta y no se preocupe por el dinero.- Rothgar fué conciso, sin teatralidades ni nada que enturbiara aquella tranquila noche.
- Como verá no le he preguntado, pero seguro que no le importará compartir mesa con un desconocido. - Dijo de la manera más amable que podía, aunque sus rasgos fuesen toscos, más propios de alguien rudo y de temperamento difícil de llevar. - Éste rincón precisamente no tiene sillas, pero sí una especie de sillón en la que cabremos los 3. Las mantas las pedí por razones obvias, aunque el ambiente de aquí dentro sea cálido, no es suficiente.
Primero miró a la niña sin relajar el rostro que previamente tenía. Quedó en silencio, viendo cómo aquella oequeña parloteaba sin cesar, físicamente denotaba debilidad, pobreza, aunque sus vestidos pese a ser viejos denotaban un gran cuidado. No podía ser amable, aquella niña le recordaba a su pequeña, la mayor de sus hijas fallecidas en el primer incidente ocurrido antes de su pronta muerte. Algo le decía que la ignorase, que de seguro que acabaría reviviendo a sus demonios y todo lo que ello conllevaba. No quería sentirse débil, con lo más preciado que nunca tuvo en la vida. Pero lo hizo.
Rothgar dejó a un lado todo aquello, quizás valiéndose de la debilidad de la niña y sintiendo real empatía por un corazón tan pequeño, que de seguro no podría resistir las próximas nevadas. él era de los que pensaban que lo mejor que se podía hacer antes de que llegase la muerte, era el dedicar todo el tiempo a vivir la vida de forma extrema, disfrutando todo lo que se pudiese con tal de no sentirse con una gran sensación de vacío, de que faltase algo que no hubiese podido hacer nunca.
- No se preocupen.- Dijo, rasgando su voz por primera vez desde que la niña hizo aparición, denotando así su voz recia, grave pero aterciopelada con la que pretendía invitar a ambas. - No es así como planteaba pasar la noche, pero mejor yo que cualquiera de los que hay aquí. - Miró a la madre y volvió a hablar. - Cuidado con ella o podrías perderla en un chasquido de dedos, hay mucho animal suelto. - Dijo, para que entendiese cualquier connotación que quisiera darle a la palabra animal yque por lo tanto haría daño a la pequeña bien levándosela lejos de su madre aunque fuera.
- Y no, no me molesta en absoluto, es más... - Aprovechó que una muchacha se acercó a una de las mesas colindantesm para llamarla. - Trae comida para dos, sopa y algo dulce, pero de chocolate.- La muchacha no supo c´çomo reaccionar, así que quedó sin habla y simplemente anotó antes de un "¿Algo más, señor?". - Un par de mantas, no será difícil conseguirlas, ya que a partir de ésta noche me hospedaré en una de las habitaciones de arriba. Tráigañas de allí si hace falta y no se preocupe por el dinero.- Rothgar fué conciso, sin teatralidades ni nada que enturbiara aquella tranquila noche.
- Como verá no le he preguntado, pero seguro que no le importará compartir mesa con un desconocido. - Dijo de la manera más amable que podía, aunque sus rasgos fuesen toscos, más propios de alguien rudo y de temperamento difícil de llevar. - Éste rincón precisamente no tiene sillas, pero sí una especie de sillón en la que cabremos los 3. Las mantas las pedí por razones obvias, aunque el ambiente de aquí dentro sea cálido, no es suficiente.
Røthgar Sbjören- Cazador Clase Media
- Mensajes : 78
Fecha de inscripción : 26/05/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Just another day ·Libre·
La mujer se quedó algo parada, confusa. El desconocido había sido extremadamente amable al no tener el cuenta la molestia de que la niña lo interrumpiera, y además les pidió comida y abrigo para compartir la velada. Sin embargo sus modales, su forma de hablar, era dura, brusca, como si estuviera enfadado o decepcionado con el mundo.
Elaine sonrió de oreja a oreja.
— ¿lo ves? no está enfadado, no quería estar solo. Unicamente necesitaba que alguien superara el mido que da su aspecto, y hablase con él.
Brianna enrojeció.
— ¡Elaine! eso ha estado muy feo, no puedes decir las cosas como las piensas, puedes hacer daño. Disculpe, no se ofenda, cosas de niños, ya sabe... le agradezco mucho el gesto.— le hizo la señal de silencio con el dedo a la niña,para que no se metiera en más huertos, que era de lo más inoportuna.
Se sentaron junto a él y Brianna envolvió a la niña con la manta, que no le vendría mal para que no se agaravase la enfermedad de sus pulmones. Trajeron la sopa y el delicioso olor se coló por sus fosas nasales, la niña sonrió y se puso inmediatamente a comer, pero se detuvo y miró a Røthgar muy seria.
— Que aproveche, y que dios bendiga los alimentos de esta mesa.— ahora sí que podía comer, como le había enseñado su madre. Ambas tenían modales, y la mujer se tomó con calma, sin despegar los ojos del plato. Se notaba a la legua que la madre era más tímida y callada que la hija, quizás por respeto, por educación o simplemente por su forma de ser. A Brianna no le gustaba destacar, ni molestar. No quería que nadie le preguntase sobre su vida y sus asuntos y por eso no se metía en los asuntos de los demás. Pero Elaine era diferente, la niña pasaba mucho tiempo encerrada en casa a causa de las fiebres y se aburría, no tenía posibilidad de socializar con más niños ni con más adultos, porque Brianna trabajaba muy duro para sacarlas adelante, y ella se quedaba a cargo de su abuela.
— ¿Vienes a París a hacer negocios? se nota que no eres de aquí.— inquirió la niña mientras daba cucharadas a su sopa clavando sus grandes ojos verdes en el norteño. Brianna suspiró por enésima vez, y Elaine la miró con carita de "¿y qué he hecho ahora?".— ¿Tampoco puedo preguntar? ¿Entonces de qué hablamos?..— buena puntualización. Las preguntas personales a bocajarro no era de buena educación, pero si no, encontrar un tema de conversación era complicado.
—Puedes preguntar, pero quizás al señor...— dejó la pregunta en el aire para que el desconocido se presentase.— no le apetezca que le pregunten, has de pedir permiso para hacer ese tipo de preguntas, Elaine. Si le molestamos, sólo dígamelo por favor y nos marcharemos. Me llamo Brianna y ella es Elaine. Vivimos a dos calles de aquí, si algún día necesita algo... no dude en venir. Vivimos humildemente, pero nuestra casa es su casa, de verdad.
Elaine sonrió de oreja a oreja.
— ¿lo ves? no está enfadado, no quería estar solo. Unicamente necesitaba que alguien superara el mido que da su aspecto, y hablase con él.
Brianna enrojeció.
— ¡Elaine! eso ha estado muy feo, no puedes decir las cosas como las piensas, puedes hacer daño. Disculpe, no se ofenda, cosas de niños, ya sabe... le agradezco mucho el gesto.— le hizo la señal de silencio con el dedo a la niña,para que no se metiera en más huertos, que era de lo más inoportuna.
Se sentaron junto a él y Brianna envolvió a la niña con la manta, que no le vendría mal para que no se agaravase la enfermedad de sus pulmones. Trajeron la sopa y el delicioso olor se coló por sus fosas nasales, la niña sonrió y se puso inmediatamente a comer, pero se detuvo y miró a Røthgar muy seria.
— Que aproveche, y que dios bendiga los alimentos de esta mesa.— ahora sí que podía comer, como le había enseñado su madre. Ambas tenían modales, y la mujer se tomó con calma, sin despegar los ojos del plato. Se notaba a la legua que la madre era más tímida y callada que la hija, quizás por respeto, por educación o simplemente por su forma de ser. A Brianna no le gustaba destacar, ni molestar. No quería que nadie le preguntase sobre su vida y sus asuntos y por eso no se metía en los asuntos de los demás. Pero Elaine era diferente, la niña pasaba mucho tiempo encerrada en casa a causa de las fiebres y se aburría, no tenía posibilidad de socializar con más niños ni con más adultos, porque Brianna trabajaba muy duro para sacarlas adelante, y ella se quedaba a cargo de su abuela.
— ¿Vienes a París a hacer negocios? se nota que no eres de aquí.— inquirió la niña mientras daba cucharadas a su sopa clavando sus grandes ojos verdes en el norteño. Brianna suspiró por enésima vez, y Elaine la miró con carita de "¿y qué he hecho ahora?".— ¿Tampoco puedo preguntar? ¿Entonces de qué hablamos?..— buena puntualización. Las preguntas personales a bocajarro no era de buena educación, pero si no, encontrar un tema de conversación era complicado.
—Puedes preguntar, pero quizás al señor...— dejó la pregunta en el aire para que el desconocido se presentase.— no le apetezca que le pregunten, has de pedir permiso para hacer ese tipo de preguntas, Elaine. Si le molestamos, sólo dígamelo por favor y nos marcharemos. Me llamo Brianna y ella es Elaine. Vivimos a dos calles de aquí, si algún día necesita algo... no dude en venir. Vivimos humildemente, pero nuestra casa es su casa, de verdad.
Brianna de Montreil- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 10/04/2016
Localización : al lado del hombre al que ama
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Quand la verité n'est pas libre, la liberté n'est pas vraie. [Libre para familiares y/o conocidos de Gèraldine]
» [libre]Siguiendo una pista, buscando una solución...[Libre]
» Quand la vérité n'est pas libre, la liberté n'est pas vraie · Libre ·
» [Libre]Noche de sorpresa y terror [Libre]
» [Libre]En las sombras acecha el peligro..[Libre]
» [libre]Siguiendo una pista, buscando una solución...[Libre]
» Quand la vérité n'est pas libre, la liberté n'est pas vraie · Libre ·
» [Libre]Noche de sorpresa y terror [Libre]
» [Libre]En las sombras acecha el peligro..[Libre]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour