AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
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TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Nota: esta aventura discurre en el futuro, en un universo paralelo, unos años después de la misión de la La Espada del Apocalipsis. . Mediante la magia de una bruja y el don de un oráculo, los protagonistas viajan a un futuro donde observarán qué ha sido de sus propias vidas, años depués, y lo que suceda en esa linea temporal no afectará a la trama actual.
Elora debía practicar su magia, seguía siendo algo novata en algunas especialidades y con lo que se les venía encima, debía estar preparada. Nosferatus, salvaguardas mágicas, una espada legendaria que posiblemente fue forjada por Dios y entregada a su jinete del Apocalipsis Muerte… no era moco de pavo.
Trabajaba en un plan A, un B y un C por si todo salía mal. No le temblaría el pulso si las cosas se torcían, dejaría allí a los que menos aprecio tenía y saldría huyendo. Evidentemente Xar y Höor estaban en su plan de escape, los demás, podría pudrirse en el infierno, a ella le daba igual.
Había meditado mucho sobre planes de escape: teletransportación, desintegración, parar el tiempo, retroceder en el tiempo… todos ellos eran complicadísimos y apenas habría algun hechicero en la faz de la tierra que lo hubiera conseguido realizar correctamente. Y desde luego ella no estaba preparada. Tenía que hacer un curso acelerado por si las cosas salían mal.
Xaryne cazaba de noche y vigilaba a la vampira que tan mala espina le daba a la bruja, así que de dia, la pobre estaba agotada y descansaba unas horas. Tras haber estudiado los detalles del conjuro, recogió una caja con bártulos y le pidió a Höor que la acompañase a las afueras de la ciudad. Necesitaba un lugar tranquilo donde si la magia se escapaba no hubiera consecuencias, así que necesitaba que alguien le cubriese las espaldas.
— Veas lo que veas, no te acerques. La magia podría golpearte, o matarte. No te preocupes por mí, lo máximo que me puede ocurrir es que me agote y quede inconsciente.— advirtió al vikingo, porque sabía que era un poco imprudente. Le explicó qué es lo que iba a hacer, tratar de abrir un túnel en el espacio o el tiempo para poder escapar si los emboscaban en la búsqueda de la espada. Realmente las consecuancias de la magia para Elora podían ser mucho peores, pero la base para ser bueno en algo era creérselo.
Llegaron a un claro del bosque donde sólo se escuchaba el rumor de un arroyo, Elora llevaba un vestido bastante sencillo de color negro y el pelo recogido, necesitaba estar cómoda para ejecutar TEMPORIS, un hechizo para rasgar el velo del tiempo o el espacio. La bruja dejó la caja en el suelo y extrajo un carbón con el que dibujó en el suelo un pentagrama con símbolos arcanos, escritos en la lengua enoquiana, la de los ángeles. Iba salmodiando algunas palabras que sonaban extrañas, pues tal era la pronunciación del idioma que se hablaba en el cielo y el infierno. Extrajo unos frascos y los fue vertiendo en los puntos cardinales, pronunciando el ritual. Después colocó unos pergaminos, unas runas y unos huesos en los puntos específicos, cavando en el suelo con las manos y hundiéndolos en la tierra. Trataba de fijar allí un portal a donde serían trasladados si necesitaban huir precipitadamente. Se sentó en el centro del círculo y se concentró. De su pelo comenzaron a saltar las horquillas y los mechones empezaron a flotar; sus ojos se volvieron blancos mientras pronunciaba, cada vez con mayor intensidad el conjuro. Sus manos al principio estaban quietas sobre su regazo, pero la virulencia de algo tan grande la sacudió y tuvo que agarrarse al suelo, porque empezaba a levitar sin querer. Sus manos se tornaron garras y su rostro empezó a mostrar el esfuerzo y el dolor que suponía tratar de doblegar al tiempo o al espacio. Por sus fosas nasales brotaron dos hilos de sangre, pero no se detuvo, continuó ordenandole a los elementos que la obedecieran, pero empezaba a agotarse.
Elora debía practicar su magia, seguía siendo algo novata en algunas especialidades y con lo que se les venía encima, debía estar preparada. Nosferatus, salvaguardas mágicas, una espada legendaria que posiblemente fue forjada por Dios y entregada a su jinete del Apocalipsis Muerte… no era moco de pavo.
Trabajaba en un plan A, un B y un C por si todo salía mal. No le temblaría el pulso si las cosas se torcían, dejaría allí a los que menos aprecio tenía y saldría huyendo. Evidentemente Xar y Höor estaban en su plan de escape, los demás, podría pudrirse en el infierno, a ella le daba igual.
Había meditado mucho sobre planes de escape: teletransportación, desintegración, parar el tiempo, retroceder en el tiempo… todos ellos eran complicadísimos y apenas habría algun hechicero en la faz de la tierra que lo hubiera conseguido realizar correctamente. Y desde luego ella no estaba preparada. Tenía que hacer un curso acelerado por si las cosas salían mal.
Xaryne cazaba de noche y vigilaba a la vampira que tan mala espina le daba a la bruja, así que de dia, la pobre estaba agotada y descansaba unas horas. Tras haber estudiado los detalles del conjuro, recogió una caja con bártulos y le pidió a Höor que la acompañase a las afueras de la ciudad. Necesitaba un lugar tranquilo donde si la magia se escapaba no hubiera consecuencias, así que necesitaba que alguien le cubriese las espaldas.
— Veas lo que veas, no te acerques. La magia podría golpearte, o matarte. No te preocupes por mí, lo máximo que me puede ocurrir es que me agote y quede inconsciente.— advirtió al vikingo, porque sabía que era un poco imprudente. Le explicó qué es lo que iba a hacer, tratar de abrir un túnel en el espacio o el tiempo para poder escapar si los emboscaban en la búsqueda de la espada. Realmente las consecuancias de la magia para Elora podían ser mucho peores, pero la base para ser bueno en algo era creérselo.
Llegaron a un claro del bosque donde sólo se escuchaba el rumor de un arroyo, Elora llevaba un vestido bastante sencillo de color negro y el pelo recogido, necesitaba estar cómoda para ejecutar TEMPORIS, un hechizo para rasgar el velo del tiempo o el espacio. La bruja dejó la caja en el suelo y extrajo un carbón con el que dibujó en el suelo un pentagrama con símbolos arcanos, escritos en la lengua enoquiana, la de los ángeles. Iba salmodiando algunas palabras que sonaban extrañas, pues tal era la pronunciación del idioma que se hablaba en el cielo y el infierno. Extrajo unos frascos y los fue vertiendo en los puntos cardinales, pronunciando el ritual. Después colocó unos pergaminos, unas runas y unos huesos en los puntos específicos, cavando en el suelo con las manos y hundiéndolos en la tierra. Trataba de fijar allí un portal a donde serían trasladados si necesitaban huir precipitadamente. Se sentó en el centro del círculo y se concentró. De su pelo comenzaron a saltar las horquillas y los mechones empezaron a flotar; sus ojos se volvieron blancos mientras pronunciaba, cada vez con mayor intensidad el conjuro. Sus manos al principio estaban quietas sobre su regazo, pero la virulencia de algo tan grande la sacudió y tuvo que agarrarse al suelo, porque empezaba a levitar sin querer. Sus manos se tornaron garras y su rostro empezó a mostrar el esfuerzo y el dolor que suponía tratar de doblegar al tiempo o al espacio. Por sus fosas nasales brotaron dos hilos de sangre, pero no se detuvo, continuó ordenandole a los elementos que la obedecieran, pero empezaba a agotarse.
Última edición por Elora Paine el Vie Nov 18, 2016 5:51 pm, editado 1 vez
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Aquella mañana Elora me pidió que la acompañara al bosque, al parecer necesitaba practicar haciendo cosas “de brujas” y yo pensé que no seria una mala idea. Tomaría la mañana para entrenar con la espada. El bosque me parecía un buen lugar para danzar con el acero.
La bruja se había vestido de negro, con el pelo recogido con una cinta, no pude evitar bromear durante todo el viaje sobre la posibilidad de comprarle una bonita escoba con la que pasear por las tardes.
Entre nosotros se había creado algo especial, algo que admito no sabia exactamente que era, que no podría definir ni etiquetar. Supongo que la tranquilidad de saber ambos que nuestros corazones pertenecían a otras personas es lo que aparcaba todo deseo a un lado, simplemente convirtiéndonos en amigos.
Llegamos frente a un arroyo, uno con aguas mansas, que corrían lentas entre los juncos.
Allí Elora tomo asiento, depositando en le suelo unas piedras y pintando símbolos raros sobre la mullida hierba.
No pude evitar sonreír al escuchar sus palabras advirtiéndome que me mantuviera lejos pasara lo que pasara.
-Tranquila, la última vez en la biblioteca ya aprendí la lección -bromeé guiñándole un ojo mientras me quitaba la camisola y la lanzaba a un lado bajo un frondoso árbol que nos daba cierta sombra.
Tiré la vaina de la espada a un lado, aferrando el mango con sendas manos, sintiendo el cuero contra mi piel.
Sonreí de medio lado cerrando los ojos, el viento azuzaba mi rostro. Tomé aire, pie derecho que avanzó con rapidez, antes de que el otro lo siguiera en una danza mortal a la que siguieron mis muñecas.
La espada giró entre mis manos acompasada a lso distintos movimientos de mi cuerpo, que tenso la movía con gracilidad.
Abrí los ojos deteniendo el movimiento al percatarme de que lago iba mal, la bruja agotada, con el cabellos levitando y sangrando por la nariz, seguía el trepidante ritmo de su destrucción.
-¡Joder! -rugí corriendo hacia su posición para sacarla de ese circulo y forzarla a parar.
Mi brazo rodeo su cintura como fiel sustento de su menudo cuerpo, cuando mis ojos se velaron.
Tela blanca que cubrió mi mirada, trasportandome a otro tiempo.
¿París? Mi cuerpo tenso se estremeció contra el de Elora que temblaba contra mi pecho.
La abrace mas fuerte de forma inconsciente, sintiendo como ardía mi sangre por dentro, como si de algún modo mi cuerpo se desquebrajara en ese circulo.
Después solo oscuridad.
La bruja se había vestido de negro, con el pelo recogido con una cinta, no pude evitar bromear durante todo el viaje sobre la posibilidad de comprarle una bonita escoba con la que pasear por las tardes.
Entre nosotros se había creado algo especial, algo que admito no sabia exactamente que era, que no podría definir ni etiquetar. Supongo que la tranquilidad de saber ambos que nuestros corazones pertenecían a otras personas es lo que aparcaba todo deseo a un lado, simplemente convirtiéndonos en amigos.
Llegamos frente a un arroyo, uno con aguas mansas, que corrían lentas entre los juncos.
Allí Elora tomo asiento, depositando en le suelo unas piedras y pintando símbolos raros sobre la mullida hierba.
No pude evitar sonreír al escuchar sus palabras advirtiéndome que me mantuviera lejos pasara lo que pasara.
-Tranquila, la última vez en la biblioteca ya aprendí la lección -bromeé guiñándole un ojo mientras me quitaba la camisola y la lanzaba a un lado bajo un frondoso árbol que nos daba cierta sombra.
Tiré la vaina de la espada a un lado, aferrando el mango con sendas manos, sintiendo el cuero contra mi piel.
Sonreí de medio lado cerrando los ojos, el viento azuzaba mi rostro. Tomé aire, pie derecho que avanzó con rapidez, antes de que el otro lo siguiera en una danza mortal a la que siguieron mis muñecas.
La espada giró entre mis manos acompasada a lso distintos movimientos de mi cuerpo, que tenso la movía con gracilidad.
Abrí los ojos deteniendo el movimiento al percatarme de que lago iba mal, la bruja agotada, con el cabellos levitando y sangrando por la nariz, seguía el trepidante ritmo de su destrucción.
-¡Joder! -rugí corriendo hacia su posición para sacarla de ese circulo y forzarla a parar.
Mi brazo rodeo su cintura como fiel sustento de su menudo cuerpo, cuando mis ojos se velaron.
Tela blanca que cubrió mi mirada, trasportandome a otro tiempo.
¿París? Mi cuerpo tenso se estremeció contra el de Elora que temblaba contra mi pecho.
La abrace mas fuerte de forma inconsciente, sintiendo como ardía mi sangre por dentro, como si de algún modo mi cuerpo se desquebrajara en ese circulo.
Después solo oscuridad.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
La magia de Elora había alterado el contínuo espacio-tiempo, y el don dormido de Höor, el que arrebató a su madre, el oráculo, atravesó las hebras del tejido mágico para producir una reacción bastante inesperada.
Ambos fueron sacudidos y engullidos por la oscuridad. Al hacerlo, quedaron atrapados en un tornado temporal que en vez de escupirlos en Kansas como a Dorothy, los escupió en París, siete años después de su aventura en Reims, pero eso no podían saberlo, lo único que podían saber es que algo había fallado en la magia y ahora estaban en otro lugar.
Elora abrió los ojos, le dolía terriblemente la cabeza y sentía la sangre reseca en su nariz y manchando su cara. Las luces hirieron sus retinas, sensibles, y el cuerpo le pesaba enormemente. Notaba el brazo de Höor por encima de sus costillas, pero no tenía fuerzas ni para levantarlo. Se removió un poco y trató de despertarlo.
— Höor...despierta... ay... quita de encima que pesas... venga Höor...vamos, despierta..
Cuando el vikingo se movió un poco, se deslizó jadeando fuera de su abrazo porque más que un abrazo era un peso muerto.
— Algo... algo no ha ido bien. No sé donde estamos, creo que nos he teletransportado a París porque aquellas luces son las de la torre Eiffel...buf. Xar se va a preocupar mucho. Tenemos que ir a mi casa y coger algunos caballos para regresar a Reims.
Trató de levantarse, pero le dolía todo el cuerpo y estaba débil, demasiada energía invertida en el hechizo. Tendría que descansar un poco, quizás comer algo y en cuanto pudiera, emprender la larga travesía a caballo hacia Alemania.
Ambos fueron sacudidos y engullidos por la oscuridad. Al hacerlo, quedaron atrapados en un tornado temporal que en vez de escupirlos en Kansas como a Dorothy, los escupió en París, siete años después de su aventura en Reims, pero eso no podían saberlo, lo único que podían saber es que algo había fallado en la magia y ahora estaban en otro lugar.
Elora abrió los ojos, le dolía terriblemente la cabeza y sentía la sangre reseca en su nariz y manchando su cara. Las luces hirieron sus retinas, sensibles, y el cuerpo le pesaba enormemente. Notaba el brazo de Höor por encima de sus costillas, pero no tenía fuerzas ni para levantarlo. Se removió un poco y trató de despertarlo.
— Höor...despierta... ay... quita de encima que pesas... venga Höor...vamos, despierta..
Cuando el vikingo se movió un poco, se deslizó jadeando fuera de su abrazo porque más que un abrazo era un peso muerto.
— Algo... algo no ha ido bien. No sé donde estamos, creo que nos he teletransportado a París porque aquellas luces son las de la torre Eiffel...buf. Xar se va a preocupar mucho. Tenemos que ir a mi casa y coger algunos caballos para regresar a Reims.
Trató de levantarse, pero le dolía todo el cuerpo y estaba débil, demasiada energía invertida en el hechizo. Tendría que descansar un poco, quizás comer algo y en cuanto pudiera, emprender la larga travesía a caballo hacia Alemania.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Abrí los ojos al sentir pronunciar mi nombre mientras bajo mi pecho una mujer peleaba por desprenderse de mi cuerpo.
Me costo un poco centrarme, la cabeza me iba a explotar, era como la peor de las resacas y me sentía exactamente igual de mareado.
Tras unos segundos para volver en mi, me hice a un lado ,liberando así a Elora del agarre de mi brazo.
Tensé el rostro mirándola fijamente, estaba enfadado, creo que Elora aun no era consciente de hasta que punto.
-Bruja, estas loca -la increpé tomándola del brazo con muy pocos modales, pegándola así contra mi cuerpo tenso como las cuerdas de un arpa -si pensabas matarte no tenias que haberme llevado a presenciarlo ¿en que diablos piensas? -rugí contra su rostro mirando la sangre de su nariz seca, mientras nuestros alientos se fundían en uno solo.
-Si no llego a intervenir te vas al otro mundo y yo no hubiera podido evitarlo -tiré de su brazo de nuevo pegándola mas a mi -se terminó, la espada ya no es asunto tuyo...vas a coger a tu cazadora y te vas a ir, no solo de Alemania si no de mi vida.
Mi pecho subía y bajaba completamente alterado, había estado a punto de perderla. Apreté los dientes, no estaba dispuesto a volver a arriesgarla por una misión que en absoluto le pertenecía, me las arreglaría sin ella, pero la espada no valía mas que su vida.
-Cometí un erro involucrándote en esto -apunté soltándola finalmente con al decisión mas que tomada.
Fue entonces cuando me fijé en que Elora tenia razón, habíamos, no se bien como, aparecido en París.
Alcé la mano para que guardara silencio, no quería escuchar ni una mas de sus palabras, mi enfado no tenia parangón en esos momentos.
-No, yo tomaré una montura y tu te vas a tu casa, no voy a volver a llevarte a Alemania. No te preocupes, en cuanto llegue avisaré a tu cazadora para que regrese a tu lado, para ti, esto a terminado.
Puede que ella aun no me conociera del todo, mas era un hombre de decisiones firmes, autoritario y con un carácter endiablado ,si decía que se había terminado, lo había echo, y no me atendría a discusiones vanas.
-¡Vamos! -le ordené sin aflojar un ápice la tensión de mi cuerpo.
El plan era ir a casa de la bruja, dejarla a salvo allí y tomar una montura que me llevara lo mas rápido posible a Alemania.
Me costo un poco centrarme, la cabeza me iba a explotar, era como la peor de las resacas y me sentía exactamente igual de mareado.
Tras unos segundos para volver en mi, me hice a un lado ,liberando así a Elora del agarre de mi brazo.
Tensé el rostro mirándola fijamente, estaba enfadado, creo que Elora aun no era consciente de hasta que punto.
-Bruja, estas loca -la increpé tomándola del brazo con muy pocos modales, pegándola así contra mi cuerpo tenso como las cuerdas de un arpa -si pensabas matarte no tenias que haberme llevado a presenciarlo ¿en que diablos piensas? -rugí contra su rostro mirando la sangre de su nariz seca, mientras nuestros alientos se fundían en uno solo.
-Si no llego a intervenir te vas al otro mundo y yo no hubiera podido evitarlo -tiré de su brazo de nuevo pegándola mas a mi -se terminó, la espada ya no es asunto tuyo...vas a coger a tu cazadora y te vas a ir, no solo de Alemania si no de mi vida.
Mi pecho subía y bajaba completamente alterado, había estado a punto de perderla. Apreté los dientes, no estaba dispuesto a volver a arriesgarla por una misión que en absoluto le pertenecía, me las arreglaría sin ella, pero la espada no valía mas que su vida.
-Cometí un erro involucrándote en esto -apunté soltándola finalmente con al decisión mas que tomada.
Fue entonces cuando me fijé en que Elora tenia razón, habíamos, no se bien como, aparecido en París.
Alcé la mano para que guardara silencio, no quería escuchar ni una mas de sus palabras, mi enfado no tenia parangón en esos momentos.
-No, yo tomaré una montura y tu te vas a tu casa, no voy a volver a llevarte a Alemania. No te preocupes, en cuanto llegue avisaré a tu cazadora para que regrese a tu lado, para ti, esto a terminado.
Puede que ella aun no me conociera del todo, mas era un hombre de decisiones firmes, autoritario y con un carácter endiablado ,si decía que se había terminado, lo había echo, y no me atendría a discusiones vanas.
-¡Vamos! -le ordené sin aflojar un ápice la tensión de mi cuerpo.
El plan era ir a casa de la bruja, dejarla a salvo allí y tomar una montura que me llevara lo mas rápido posible a Alemania.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Woooooo...Woooooo...el osezno se había cabreado, y mucho. La bruja trató de hablar, pero apensas despegó los labios, Höor la mandó callar con un gesto. ¿Con que esas tenemos? Ajá. Así que iba a sacarla de la misión de la espada... a la mierda la misión, ya le daba igual. Pero no espera, también de su vida...meh. Peor para él, él se lo perdía, valiente idiota.
Frunció el ceño. Así que ella tenía la culpa de todos los males del mundo por intentar salvarles el pellejo a todos ¿no? De acuerdo, había fallado porque él se había entrometido, ya casi lo tenía y ahora...ahora estaban a 150 km de Reims, tardarían 8 o 9 horas en cubrir esa distancia a caballo.
Eso sí, si el vikingo era terco, la bruja no lo era menos. Lo que le había dicho de que no iría a Reims...¡oh, si! que tratase de impedírselo. No podría obligarla a quedarse en su casa, eso por descontado. Frunció el ceño y apretó los puños como signo de disconformidad, pero como no la dejaba hablar, se arremangó las faldas con un gruñido y se giró para comenzar a andar dándole la espalda deliberadamente y rezongando por lo bajo.
— voy a sacarte de mi vida...— imitó para sí misma la voz de Höor.— pfffff....menuda gilipollez.
Conforme se iban acercando a París, las luces de la ciudad se hacía más patentes. El camino de Varsalles estaba cerca, en media hora estarían en la mansión Buisson, pero algo la descolocó. Se detuvo y frunció el ceño.
— Oye Höor...las luces de la Torre Eiffel...¿estaban así cuando salisteis hace cuatro días? ¿cómo es posible que las hayan cambiado en tan poco tiempo?
La tore se iluminaba no sólo en la zona superior sino también en los cuaro pilares que la sustentaban. Eso era difícil creer que lo hubieran hecho en cuatro días. Era, cuanto menos, extraño.
Continuaron caminando hacia la mansión. Y cuando estaban cerca Elora ya no pudo más, iba rumiando su enfado todo el camino.
— Mira Höor, entraremos, me cambiaré, cogeré algo de la cocina y regresamos a Reims. Si no quieres ir conmigo, de acuerdo, no vengas, pero voy a ir igualmente, no puedes impedirme que vaya con mis caballos a donde me dé la gana. Lo de la espada... estás loco, esa vampira se te va a comer, pero vale, si es lo que quieres... pues a la mierda, pasando. Pero no me digas que me vas a sacar de tu vida por esto. No me insultes de esa forma. Si no quieres que seamos amigos, vale, a partir de mañana ya no lo seremos, pero tengamos la fiesta en paz...
Iban llegando a la mansión y decidieron entrar por la puerta trasera, que les quedaba más cerca, pero de pronto Elora se detuvo, se quedó lívida, completamente petrificada.
A su derecha estaba el cementerio familiar del jardín,que dicho sea de paso, estaba muy descuidado; donde se hallaba la lápida de Mauritz llena de hiedras y algo desgastada. ¿Cómo podía ser, si la habían instalado la semana anterior? pero eso no fue lo que la dejó clavada en el suelo. Otra lápida en el cementerio, de piedra natural azulada, tenía en grabado Xaryne Ackerman, con su fecha de nacimiento y una fecha que no podía ser, porque aún tenían que pasar cinco años para eso. ¿Qué clase de broma era esa? no le estaba haciendo ni pizca de gracia.
Frunció el ceño. Así que ella tenía la culpa de todos los males del mundo por intentar salvarles el pellejo a todos ¿no? De acuerdo, había fallado porque él se había entrometido, ya casi lo tenía y ahora...ahora estaban a 150 km de Reims, tardarían 8 o 9 horas en cubrir esa distancia a caballo.
Eso sí, si el vikingo era terco, la bruja no lo era menos. Lo que le había dicho de que no iría a Reims...¡oh, si! que tratase de impedírselo. No podría obligarla a quedarse en su casa, eso por descontado. Frunció el ceño y apretó los puños como signo de disconformidad, pero como no la dejaba hablar, se arremangó las faldas con un gruñido y se giró para comenzar a andar dándole la espalda deliberadamente y rezongando por lo bajo.
— voy a sacarte de mi vida...— imitó para sí misma la voz de Höor.— pfffff....menuda gilipollez.
Conforme se iban acercando a París, las luces de la ciudad se hacía más patentes. El camino de Varsalles estaba cerca, en media hora estarían en la mansión Buisson, pero algo la descolocó. Se detuvo y frunció el ceño.
— Oye Höor...las luces de la Torre Eiffel...¿estaban así cuando salisteis hace cuatro días? ¿cómo es posible que las hayan cambiado en tan poco tiempo?
La tore se iluminaba no sólo en la zona superior sino también en los cuaro pilares que la sustentaban. Eso era difícil creer que lo hubieran hecho en cuatro días. Era, cuanto menos, extraño.
Continuaron caminando hacia la mansión. Y cuando estaban cerca Elora ya no pudo más, iba rumiando su enfado todo el camino.
— Mira Höor, entraremos, me cambiaré, cogeré algo de la cocina y regresamos a Reims. Si no quieres ir conmigo, de acuerdo, no vengas, pero voy a ir igualmente, no puedes impedirme que vaya con mis caballos a donde me dé la gana. Lo de la espada... estás loco, esa vampira se te va a comer, pero vale, si es lo que quieres... pues a la mierda, pasando. Pero no me digas que me vas a sacar de tu vida por esto. No me insultes de esa forma. Si no quieres que seamos amigos, vale, a partir de mañana ya no lo seremos, pero tengamos la fiesta en paz...
Iban llegando a la mansión y decidieron entrar por la puerta trasera, que les quedaba más cerca, pero de pronto Elora se detuvo, se quedó lívida, completamente petrificada.
A su derecha estaba el cementerio familiar del jardín,que dicho sea de paso, estaba muy descuidado; donde se hallaba la lápida de Mauritz llena de hiedras y algo desgastada. ¿Cómo podía ser, si la habían instalado la semana anterior? pero eso no fue lo que la dejó clavada en el suelo. Otra lápida en el cementerio, de piedra natural azulada, tenía en grabado Xaryne Ackerman, con su fecha de nacimiento y una fecha que no podía ser, porque aún tenían que pasar cinco años para eso. ¿Qué clase de broma era esa? no le estaba haciendo ni pizca de gracia.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Podía desde atrás “leer la mente” de la bruja sin demasiada dificultad, resoplaba una y otra vez, gruñendo mientras se recogía los bajos con las manos para empezar a andar hacia su casa.
De poco le iba a valer esos aires conmigo, cuando tomaba una decisión no había debate posible, y poco me importaba el carácter de esa bruja endemoniada que casi se mata por ayudarme.
Iba a permanecer en París, aunque tuviera que atarla en sus mazmorras hasta mi regreso.
Puede que esto le funcionara con su cazadora, incluso es posible que con otros hombres, mas creo no alcanzaba a entender hasta que punto mi cabreo superaba el suyo.
Escuché sus palabras entre dientes, imitándome como si fuera una niña.
Hubiera sonreído en otro caso, pero hoy, después de casi perderla la sonrisa me la había dejado en Alemania junto a mi camiseta.
-No estoy de humor Elora -advertí con el ceño fruncido mientras caminaba tras ella.
Acaso no se daba cuenta que solo trataba de protegerla, había estado a punto de morir por una imprudencia, esa mujer no tenia puntos intermedios o era blanco o negro y mi espada no valía su vida ni por asomo.
La mantendría lejos de la espada y de mi si era necesario..no eramos tan diferentes, ambos protegíamos lo que queríamos.
Anduvimos un buen rato ambos en silencio, mascullando palabras entre dientes, hasta alcanzar la inmediaciones de la torre Eiffel.
Enarqué una ceja ante el comentario de Elora, tenia razón, algo no estaba igual, y dudaba que en estos cuatro días todo hubiera cambiado tanto.
Seguimos andando aunque mis ojos recorrían una ciudad que sentía diferente, era la misma, mas no estaba el vagabundo en la esquina, ese al que siempre le daba unas monedas.
Las viejas costumbres parecían en estos cuatro días haberse esfumado, como si todo hubiera cambiado.
Miré a Elora que ahora en actitud conciliadora trataba de llegar a mi entendimiento.
Bueno, conciliadora para el carácter que ambos ostentábamos claro.
-Elora, no voy a discutir esto contigo, he tomado una decisión, lo que me suceda ya no es asunto tuyo. -veía su mirada salvaje buscar la mía -la tomé de la muñeca para mirarla de frente -no quiero encontrar la espada a cambio de perderte. Tu novia dijo que si las cosas se ponían feas te irías con ella. Yo creo que hoy se han puesto lo suficientemente feas como para decidir alejarte de esto.
Limpié la sangre seca de sus labios con la yema de mi dedo -por favor, no me lo pongas mas difícil y obedece, pues a las buenas o a las malas, tu destino es París y no Alemania.
Así, llegamos frente a su mansión, su cara de desconcierto lo decía todo. La casa parecía abandonada, como si la naturaleza campara a sus anchas ¿que hechizo era este? Hundí mis ojos en los de Elora cuando llegamos frente a las tumbas, su mirada parecía perdida en las letras de una lapida que no tardé en leer. ¿Que broma macabra era esta?
-Shhhh -susurré arropándola con mis brazos mientras esta se hacia diminuta en ellos -nena, Xar esta en Alemania, acabamos de llegar de allí, no se a que magia corresponde esto, mas no es real.
Alcé su cabeza tomándola de la barbilla para que me mirara -Elora, no es real.
El sonido de algunos hombres acercándose a la entrada de la casa, hizo que tirara de Elora hasta pegar nuestros cuerpos a la pared, quizás así pudiéramos descubrir algo mas, quizás la casa hubiera sido tomada por algún brujo, vete tu a saber.
Alcé el dedo llevándolo a mis labios para pedirle silencio, algo casi imposible en ella mientras centraba mi mirada en esos guerreros que parecían venir de una batalla.
Un hombre era arrastrado entre dos, no alcanzaba a verlo bien, parecía estar inconsciente si no muerto.
De poco le iba a valer esos aires conmigo, cuando tomaba una decisión no había debate posible, y poco me importaba el carácter de esa bruja endemoniada que casi se mata por ayudarme.
Iba a permanecer en París, aunque tuviera que atarla en sus mazmorras hasta mi regreso.
Puede que esto le funcionara con su cazadora, incluso es posible que con otros hombres, mas creo no alcanzaba a entender hasta que punto mi cabreo superaba el suyo.
Escuché sus palabras entre dientes, imitándome como si fuera una niña.
Hubiera sonreído en otro caso, pero hoy, después de casi perderla la sonrisa me la había dejado en Alemania junto a mi camiseta.
-No estoy de humor Elora -advertí con el ceño fruncido mientras caminaba tras ella.
Acaso no se daba cuenta que solo trataba de protegerla, había estado a punto de morir por una imprudencia, esa mujer no tenia puntos intermedios o era blanco o negro y mi espada no valía su vida ni por asomo.
La mantendría lejos de la espada y de mi si era necesario..no eramos tan diferentes, ambos protegíamos lo que queríamos.
Anduvimos un buen rato ambos en silencio, mascullando palabras entre dientes, hasta alcanzar la inmediaciones de la torre Eiffel.
Enarqué una ceja ante el comentario de Elora, tenia razón, algo no estaba igual, y dudaba que en estos cuatro días todo hubiera cambiado tanto.
Seguimos andando aunque mis ojos recorrían una ciudad que sentía diferente, era la misma, mas no estaba el vagabundo en la esquina, ese al que siempre le daba unas monedas.
Las viejas costumbres parecían en estos cuatro días haberse esfumado, como si todo hubiera cambiado.
Miré a Elora que ahora en actitud conciliadora trataba de llegar a mi entendimiento.
Bueno, conciliadora para el carácter que ambos ostentábamos claro.
-Elora, no voy a discutir esto contigo, he tomado una decisión, lo que me suceda ya no es asunto tuyo. -veía su mirada salvaje buscar la mía -la tomé de la muñeca para mirarla de frente -no quiero encontrar la espada a cambio de perderte. Tu novia dijo que si las cosas se ponían feas te irías con ella. Yo creo que hoy se han puesto lo suficientemente feas como para decidir alejarte de esto.
Limpié la sangre seca de sus labios con la yema de mi dedo -por favor, no me lo pongas mas difícil y obedece, pues a las buenas o a las malas, tu destino es París y no Alemania.
Así, llegamos frente a su mansión, su cara de desconcierto lo decía todo. La casa parecía abandonada, como si la naturaleza campara a sus anchas ¿que hechizo era este? Hundí mis ojos en los de Elora cuando llegamos frente a las tumbas, su mirada parecía perdida en las letras de una lapida que no tardé en leer. ¿Que broma macabra era esta?
-Shhhh -susurré arropándola con mis brazos mientras esta se hacia diminuta en ellos -nena, Xar esta en Alemania, acabamos de llegar de allí, no se a que magia corresponde esto, mas no es real.
Alcé su cabeza tomándola de la barbilla para que me mirara -Elora, no es real.
El sonido de algunos hombres acercándose a la entrada de la casa, hizo que tirara de Elora hasta pegar nuestros cuerpos a la pared, quizás así pudiéramos descubrir algo mas, quizás la casa hubiera sido tomada por algún brujo, vete tu a saber.
Alcé el dedo llevándolo a mis labios para pedirle silencio, algo casi imposible en ella mientras centraba mi mirada en esos guerreros que parecían venir de una batalla.
Un hombre era arrastrado entre dos, no alcanzaba a verlo bien, parecía estar inconsciente si no muerto.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Así que Höor iba en serio con eso de apartarla del peligro. Estaba empezando a hartarse de que nadie la creyera capaz de defenderse. Xaryne hacía igual, y de acuerdo, no era la bruja más poderosa y sabia sobre la faz de la tierra, pero tampoco Xar era el summum de los cazadores y Höor de los guerreros. Pero parecía ser que para ellos estaba bien ponerse en peligro y forzar al máximo sus habilidades, y para ella no. Eso era un doble rasero. Iba a intervenir de nuevo, a decirle que eso no tenía pies ni cabeza, que no iba a apartarse porque fuera peligroso, ella no era Valeria, una mujer florero que vivía de rentas de su padre. Pero la visión de la tumba de Xaryne al lado de la de Mauritz la impactó tanto que se quedó sin palabras.
Notó el abrazo de Höor, sus palabras tranquilizadoras rebotaban en su cerebro. No podía ser, Xar no estaba muerta, se había despertado con ella... pero esa tumba era como un mal presagio, algo que te eriza la piel sin saber por qué. El aire estaba enrarecido y podía notar que algo no estaba bien, cuando se escucharon las voces y se apartaron, pegándose a la pared.
Su cabeza daba vueltas sin cesar. Höor le había dicho "no es real". Y de alguna forma sabía que no lo era...pero igualmente la inquietud había hecho presa de su corazón. Escudriñó brevemente, tratando de discernir quienes eran esos hombres, pero no los conocía. La puerta se abrió y una voz femenina les instó a pasar y se cerró de nuevo.
— Todo esto es muy raro Höor... voy a averiguar qué está pasando aquí. Es mi casa!! no voy a dejar que se la queden unos extraños...ven, sé cómo podemos entrar.
Para algo era la dueña de la mansión y se conocía los pasadizos secretos. Rodearon la casa y se detuvo en la trampilla de la carbonera. Por allí echaban los sacos de carbon para alimentar los fogones y la calefaccion, aunque ésta rara vez la usaban, preferían las chimeneas con leña. Levantó una losa y allí estaba la llave, que abrió la trampilla y sin pensarlo dos veces, la bruja se dejó caer. Tenía como un conducto en forma de tobogán que la deslizó hasta el sótano. Se llenó de hollín, como no podía ser de otra forma, pero le daba igual, sólo quería saber qué estaba pasando allí. En el sótano había un montón de trastos y entre ellos, una pila de periódicos que usaban para enceder el fuego. Al acercarse le llamó la atención un titular a gran portada sobre la abdicación de Napoleón Bonaparte. Sujetó el periódico y sus ojos se abrieron como platos al comprobar la fecha: estaban en 1815, y se habían despertado en Reims en 1808. Su magia fallida los había transportado en el tiempo. Se giró hacia Höor con gesto descompuesto.
— Hemos viajado en el tiempo... estamos en el futuro...— le tendió el periódico para que él mismo lo comprobase. Eso era una terrible noticia, porque eso significaba que quizás no pudieran regresar y se quedaran siempre allí atascados en una época en la que ya existían un Höor y una Elora si es que no habían muerto por cualquier cosa.Se retorció las manos.— Xar... está muerta y yo... no lo sé. Si subimos esas escaleras quizás... quizás esté mi yo del futuro y... dios!!! es de locos!!! quizás también estés tu!!! no pueden vernos!! sería un impacto tremendo...
Notó el abrazo de Höor, sus palabras tranquilizadoras rebotaban en su cerebro. No podía ser, Xar no estaba muerta, se había despertado con ella... pero esa tumba era como un mal presagio, algo que te eriza la piel sin saber por qué. El aire estaba enrarecido y podía notar que algo no estaba bien, cuando se escucharon las voces y se apartaron, pegándose a la pared.
Su cabeza daba vueltas sin cesar. Höor le había dicho "no es real". Y de alguna forma sabía que no lo era...pero igualmente la inquietud había hecho presa de su corazón. Escudriñó brevemente, tratando de discernir quienes eran esos hombres, pero no los conocía. La puerta se abrió y una voz femenina les instó a pasar y se cerró de nuevo.
— Todo esto es muy raro Höor... voy a averiguar qué está pasando aquí. Es mi casa!! no voy a dejar que se la queden unos extraños...ven, sé cómo podemos entrar.
Para algo era la dueña de la mansión y se conocía los pasadizos secretos. Rodearon la casa y se detuvo en la trampilla de la carbonera. Por allí echaban los sacos de carbon para alimentar los fogones y la calefaccion, aunque ésta rara vez la usaban, preferían las chimeneas con leña. Levantó una losa y allí estaba la llave, que abrió la trampilla y sin pensarlo dos veces, la bruja se dejó caer. Tenía como un conducto en forma de tobogán que la deslizó hasta el sótano. Se llenó de hollín, como no podía ser de otra forma, pero le daba igual, sólo quería saber qué estaba pasando allí. En el sótano había un montón de trastos y entre ellos, una pila de periódicos que usaban para enceder el fuego. Al acercarse le llamó la atención un titular a gran portada sobre la abdicación de Napoleón Bonaparte. Sujetó el periódico y sus ojos se abrieron como platos al comprobar la fecha: estaban en 1815, y se habían despertado en Reims en 1808. Su magia fallida los había transportado en el tiempo. Se giró hacia Höor con gesto descompuesto.
— Hemos viajado en el tiempo... estamos en el futuro...— le tendió el periódico para que él mismo lo comprobase. Eso era una terrible noticia, porque eso significaba que quizás no pudieran regresar y se quedaran siempre allí atascados en una época en la que ya existían un Höor y una Elora si es que no habían muerto por cualquier cosa.Se retorció las manos.— Xar... está muerta y yo... no lo sé. Si subimos esas escaleras quizás... quizás esté mi yo del futuro y... dios!!! es de locos!!! quizás también estés tu!!! no pueden vernos!! sería un impacto tremendo...
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Elora tenia razón, todo aquello era muy raro, como si en nuestra ausencia algo o alguien se hubiera adueñado de París redibujandolo a su antojo.
No sabia que clase de magia podía ser esta, mas lo que si sabia es que teníamos que atajar el problema antes de volver a Reims.
Bueno, de volver yo, pues Elora una vez solucionara todo esto se quedaría en su mansión.
Abrió una pequeña compuerta trasera, al parecer el lugar por donde se surtía de carbón las calderas y por allí se deslizó.
Siempre la vi una mujer impetuosa, mas desde luego, con el tiempo me demostraba lo acertado que estaba y lo poco que me equivoqué al conocerla en aquella tienda de antigüedades. Tras ella me deje caer yo.
Ambos llenos de hollín llegamos a un sótano donde el carbón se apilaba y junto a esto, viejos muebles que servían de desecho y una pila de periódicos a los que Elora se acerco.
Ladeé la cabeza al ver su rostro desencajado mientras tomaba el papel incrédula y lo miraba fijamente como si hubiera visto en sus paginas un fantasma.
Sus palabras acompañaron al gesto de mostrarme en el periódico esa fecha que nos llevaba a 1815 ¿que clase de magia era esa?
Aturdido escuché su explicación, un viaje en el tiempo. Su magia nos había llevado a un futuro del que no sabíamos si podríamos o no regresar, uno en el que al parecer Xar estaba muerta.
-Elora, tenemos que volver a nuestro tiempo, no podemos intervenir en el futuro. Mi madre siempre dijo que la premonición es arriesgada pues dar mas información de la que debe saber cualquier humano puede cambiar sus decisiones y con ellas el futuro convirtiéndose en un arma de doble filo.
Elora, imagina lo que sucederá si no son premoniciones, si no nosotros mismos los que intervenimos. Tenemos que volver -la instigué.
Sabia por herencia familiar que jugar con el futuro era peligroso. En mi familia todas las mujeres eran oráculos, mi madre, mi abuela y demás generaciones antes que ellas. Posiblemente también lo seria mi hija si algún día me convertía en padre, no así los varones, que desechábamos este poder.
De normal nacían gemelos o mellizos, las mujeres con el don del oráculo y los hombres alejados de la magia. Fui el primero que nació sin hermana en toda mi tradición familiar.
-Haz aquí el mismo circulo que en el bosque, te ayudaré, pero no debemos involucrarnos en el futuro Elora. Hay que volver a 1808.
Entendía su desesperación por subir esas escaleras, posiblemente porque la tumba de su amada estaba ahí afuera y la idea de poder evitar ese trágico final, la arrastraba a descubrir que pasaba, dándole igual las consecuencias.
Tomé su muñeca cuando esta hizo ademan de subir, traté de hacerla entrar en razón, mas de un tirón brusco sus pasos se perdieron por los polvorientos peldaños.
Chasqueé la lengua y tras dejar escapar el aire de forma pesada la seguí con el ceño fruncido.
-¿Estas segura de que no eres del norte? -pregunté entre susurros al alcanzar su posición -estamos cometiendo un error Elora.
Pronto escuchamos voces que venían del gran salón, uno de esas voces era inconfundible, la de la misma mujer que tenia en frente. Las otras las de los hombres que habían atravesado el umbral de la puerta y que al parecer pedían ayuda para su amigo caído en combate y malherido.
-Aun estamos a tiempo de volver sobre nuestros pasos, el futuro no debe ser trastocado -advertí.
No sabia que clase de magia podía ser esta, mas lo que si sabia es que teníamos que atajar el problema antes de volver a Reims.
Bueno, de volver yo, pues Elora una vez solucionara todo esto se quedaría en su mansión.
Abrió una pequeña compuerta trasera, al parecer el lugar por donde se surtía de carbón las calderas y por allí se deslizó.
Siempre la vi una mujer impetuosa, mas desde luego, con el tiempo me demostraba lo acertado que estaba y lo poco que me equivoqué al conocerla en aquella tienda de antigüedades. Tras ella me deje caer yo.
Ambos llenos de hollín llegamos a un sótano donde el carbón se apilaba y junto a esto, viejos muebles que servían de desecho y una pila de periódicos a los que Elora se acerco.
Ladeé la cabeza al ver su rostro desencajado mientras tomaba el papel incrédula y lo miraba fijamente como si hubiera visto en sus paginas un fantasma.
Sus palabras acompañaron al gesto de mostrarme en el periódico esa fecha que nos llevaba a 1815 ¿que clase de magia era esa?
Aturdido escuché su explicación, un viaje en el tiempo. Su magia nos había llevado a un futuro del que no sabíamos si podríamos o no regresar, uno en el que al parecer Xar estaba muerta.
-Elora, tenemos que volver a nuestro tiempo, no podemos intervenir en el futuro. Mi madre siempre dijo que la premonición es arriesgada pues dar mas información de la que debe saber cualquier humano puede cambiar sus decisiones y con ellas el futuro convirtiéndose en un arma de doble filo.
Elora, imagina lo que sucederá si no son premoniciones, si no nosotros mismos los que intervenimos. Tenemos que volver -la instigué.
Sabia por herencia familiar que jugar con el futuro era peligroso. En mi familia todas las mujeres eran oráculos, mi madre, mi abuela y demás generaciones antes que ellas. Posiblemente también lo seria mi hija si algún día me convertía en padre, no así los varones, que desechábamos este poder.
De normal nacían gemelos o mellizos, las mujeres con el don del oráculo y los hombres alejados de la magia. Fui el primero que nació sin hermana en toda mi tradición familiar.
-Haz aquí el mismo circulo que en el bosque, te ayudaré, pero no debemos involucrarnos en el futuro Elora. Hay que volver a 1808.
Entendía su desesperación por subir esas escaleras, posiblemente porque la tumba de su amada estaba ahí afuera y la idea de poder evitar ese trágico final, la arrastraba a descubrir que pasaba, dándole igual las consecuencias.
Tomé su muñeca cuando esta hizo ademan de subir, traté de hacerla entrar en razón, mas de un tirón brusco sus pasos se perdieron por los polvorientos peldaños.
Chasqueé la lengua y tras dejar escapar el aire de forma pesada la seguí con el ceño fruncido.
-¿Estas segura de que no eres del norte? -pregunté entre susurros al alcanzar su posición -estamos cometiendo un error Elora.
Pronto escuchamos voces que venían del gran salón, uno de esas voces era inconfundible, la de la misma mujer que tenia en frente. Las otras las de los hombres que habían atravesado el umbral de la puerta y que al parecer pedían ayuda para su amigo caído en combate y malherido.
-Aun estamos a tiempo de volver sobre nuestros pasos, el futuro no debe ser trastocado -advertí.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Höor la agarró de la muñeca y ella se giró tomándole las manos y con gesto de súplica en la cara. Su mirada estaba empañada, y en el fondo de sus ojos se podía adivinar el terror que la atenazaba al saber que en su futuro no había una Xar.
— Höor por favor... tengo que saber qué le pasó... no puedo dejar que pase, entiéndelo. Si me obligas a volver, lo haré, pero a la próxima ocasión que pueda, volveré a hacer el hechizo para regresar aquí y averiguarlo... hablaremos después sobre lo que hacer o no.
Subió los escalones y se quedó oculta tras la puerta. Los hombres trajinaban acomodando al herido en el diván tapizado del salón principal. Elora daba órdenes y una sirvienta trajo agua caliente y toallas. La bruja se sentó sobre el diván al lado del convaleciente y le rasgó la camisa, sucia de sangre, limpiando una herida profunda.
— tú... termina de quitarle la camisa, tú ve a avisar a la mansión Cavey de que está aquí... Vamos Höor...aguanta, quédate conmigo, no te duermas.— le palmeó las mejillas.
La Elora que observaba tras la puerta se llevó la mano a la boca ahogando un grito y agarrando el brazo de Höor.
— ¡¡Eres tú!!! tú eres el herido!!! shhhhh...
La voz de uno de los hombres interrumpió a Elora.
— no podemos regresar a la mansión Cavey... fue justo allí donde lo hirieron, se empeñó en entrar a pesar de que la señora Valeria y su marido le prohibieron expresamente poner un pie en la casa. El señor tenía una pistola y la disparó a petición de la señora.
— ¡Maldita sea Höor! que estúpido eres!!! deja de buscar ya la muerta en manos de Valeria y su marido!!! yo te necesito aquí...
La bruja abrió los ojos enormemente y miró a Höor al que tenía todavía agarrado de la mano en las escaleras. Él también había escuchado esa conversación. Valeria se había casado con alguien y no quería verlo, hasta el punto de que le habían disparado a sus órdenes. Ese futuro era terrible, y de ninguna de las maneras iba a permitir que eso sucediese. ¿Cómo habían llegado a esa situación? qué decisiones tomaron que ahora los dejaba en tan malas condiciones?
— Höor por favor... tengo que saber qué le pasó... no puedo dejar que pase, entiéndelo. Si me obligas a volver, lo haré, pero a la próxima ocasión que pueda, volveré a hacer el hechizo para regresar aquí y averiguarlo... hablaremos después sobre lo que hacer o no.
Subió los escalones y se quedó oculta tras la puerta. Los hombres trajinaban acomodando al herido en el diván tapizado del salón principal. Elora daba órdenes y una sirvienta trajo agua caliente y toallas. La bruja se sentó sobre el diván al lado del convaleciente y le rasgó la camisa, sucia de sangre, limpiando una herida profunda.
— tú... termina de quitarle la camisa, tú ve a avisar a la mansión Cavey de que está aquí... Vamos Höor...aguanta, quédate conmigo, no te duermas.— le palmeó las mejillas.
La Elora que observaba tras la puerta se llevó la mano a la boca ahogando un grito y agarrando el brazo de Höor.
— ¡¡Eres tú!!! tú eres el herido!!! shhhhh...
La voz de uno de los hombres interrumpió a Elora.
— no podemos regresar a la mansión Cavey... fue justo allí donde lo hirieron, se empeñó en entrar a pesar de que la señora Valeria y su marido le prohibieron expresamente poner un pie en la casa. El señor tenía una pistola y la disparó a petición de la señora.
— ¡Maldita sea Höor! que estúpido eres!!! deja de buscar ya la muerta en manos de Valeria y su marido!!! yo te necesito aquí...
La bruja abrió los ojos enormemente y miró a Höor al que tenía todavía agarrado de la mano en las escaleras. Él también había escuchado esa conversación. Valeria se había casado con alguien y no quería verlo, hasta el punto de que le habían disparado a sus órdenes. Ese futuro era terrible, y de ninguna de las maneras iba a permitir que eso sucediese. ¿Cómo habían llegado a esa situación? qué decisiones tomaron que ahora los dejaba en tan malas condiciones?
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Allí estábamos, al final de esas escaleras que nos servían de escondite, tratando de averiguar lo que el futuro nos depara. Un error, no deberíamos estar allí, conocer de primera mano las consecuencias de nuestros actos podrían evitar que repitiéramos esos errores, mas que los que cometiéramos fueran incluso peores.
Dejé escapar el aire de forma pesada, nada que dijera convencería a la bruja para dejarlo estar, así que me limité a acompañarla en su cruzada para descubrir como atajar la muerte de Xar.
Fue entonces cuando las voces dijeron algo que escuche muy bien “Valeria Cavey” ese nombre retumbo en mi cabeza con tanta fuerza que creí por un momento que explotaría en mil pedazos.
Casada, con otro y por lo visto yo seguía igual de enamorado, debatiéndome entre la vida y la muerte por amarla demasiado.
Me apiadé de ese hombre que yacía en el sofá y juro que por un instante deseé que el valhalla se abriera para el.
Sin Valeria mi alma estaba destruida y si el era yo, entendía que la suya estuviera en ruinas.
Elora parecía suplicarle que se quedara, ese Höor no parecía dispuesto a luchar, no tenia motivos para aferrarse a la vida.
Bajé la cabeza con la mano de Elora entre las mías, cerré los ojos destrozado, ahora sabia la verdad, la elección final y yo no era su amado.
Sacudí la cabeza, tenia que centrarme en Elora y en sacarla de aquí. Mi final si llegaba era porque así tenia que ocurrir, todo guerrero esta preparado para la muerte, lo considera parte de la vida desde el mismo instante en el que alza su espada, hasta que esta cae al suelo ensangrentada.
-Escúchame, no podemos intervenir y menos que nos vean..si he de morir, lo haré. Tratemos de enterarnos que es lo que lleva a la muerte a tu cazadora, pero no hagas nada para cambiar el futuro ¿de acuerdo?
La miré de forma inquisidora antes de tirar de su mano ,acercándonos al gran salón, me oculte tras un biombo de esos que utilizan las doncellas para probarse los vestidos llevando mi dedo a los labios para que la bruja guardara silencio.
Me asomé ligeramente, para ver la escena, las ordenes de la bruja se estaban cumpliendo.
Yo estaba tendido inconsciente sobre el sofá, la sangre fluía de mi pecho a gran velocidad, apenas respiraba y la desesperación en el rostro de la bruja era mas que evidente.
Al menos nuestra amistad había perdurado en el tiempo.
El nombre de Valeria escapó de los labios de mi yo condenado, hasta con su ultimo aliento era a ella a la que deseaba aferrar la mano.
Cuanto dolor en ese hombre atormentado.
Miré a Elora, la bruja que seguía ahora temblando aferrada a mi mano.
-Escúchame, Xar no va a morir -le asegure acercando mis labios a sus manos que congeladas aferraban la mia. Las bese despacio, tratando de darle sustento ,hasta que esta cayó entre mis brazos hecha un ovillo, estaba asustada, y lo entendía.
No podía imaginar su dolor, pues el mio seria aun mayor si la que se debatiera entre la vida y la muerte fuera Valeria y no yo.
Al menos sabia que ella era feliz, que había encontrado un hombre que la protegía, incluso de mi.
Dejé escapar el aire de forma pesada, nada que dijera convencería a la bruja para dejarlo estar, así que me limité a acompañarla en su cruzada para descubrir como atajar la muerte de Xar.
Fue entonces cuando las voces dijeron algo que escuche muy bien “Valeria Cavey” ese nombre retumbo en mi cabeza con tanta fuerza que creí por un momento que explotaría en mil pedazos.
Casada, con otro y por lo visto yo seguía igual de enamorado, debatiéndome entre la vida y la muerte por amarla demasiado.
Me apiadé de ese hombre que yacía en el sofá y juro que por un instante deseé que el valhalla se abriera para el.
Sin Valeria mi alma estaba destruida y si el era yo, entendía que la suya estuviera en ruinas.
Elora parecía suplicarle que se quedara, ese Höor no parecía dispuesto a luchar, no tenia motivos para aferrarse a la vida.
Bajé la cabeza con la mano de Elora entre las mías, cerré los ojos destrozado, ahora sabia la verdad, la elección final y yo no era su amado.
Sacudí la cabeza, tenia que centrarme en Elora y en sacarla de aquí. Mi final si llegaba era porque así tenia que ocurrir, todo guerrero esta preparado para la muerte, lo considera parte de la vida desde el mismo instante en el que alza su espada, hasta que esta cae al suelo ensangrentada.
-Escúchame, no podemos intervenir y menos que nos vean..si he de morir, lo haré. Tratemos de enterarnos que es lo que lleva a la muerte a tu cazadora, pero no hagas nada para cambiar el futuro ¿de acuerdo?
La miré de forma inquisidora antes de tirar de su mano ,acercándonos al gran salón, me oculte tras un biombo de esos que utilizan las doncellas para probarse los vestidos llevando mi dedo a los labios para que la bruja guardara silencio.
Me asomé ligeramente, para ver la escena, las ordenes de la bruja se estaban cumpliendo.
Yo estaba tendido inconsciente sobre el sofá, la sangre fluía de mi pecho a gran velocidad, apenas respiraba y la desesperación en el rostro de la bruja era mas que evidente.
Al menos nuestra amistad había perdurado en el tiempo.
El nombre de Valeria escapó de los labios de mi yo condenado, hasta con su ultimo aliento era a ella a la que deseaba aferrar la mano.
Cuanto dolor en ese hombre atormentado.
Miré a Elora, la bruja que seguía ahora temblando aferrada a mi mano.
-Escúchame, Xar no va a morir -le asegure acercando mis labios a sus manos que congeladas aferraban la mia. Las bese despacio, tratando de darle sustento ,hasta que esta cayó entre mis brazos hecha un ovillo, estaba asustada, y lo entendía.
No podía imaginar su dolor, pues el mio seria aun mayor si la que se debatiera entre la vida y la muerte fuera Valeria y no yo.
Al menos sabia que ella era feliz, que había encontrado un hombre que la protegía, incluso de mi.
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
La escena era surrealista, ellos estaban allí, y en el salón también, y aunque eran iguales también eran distintos. A la bruja le costaba asimilar que esa mujer que ahora estaba elevando las manos sobre el pecho de Höor, haciendo que el aire se electrificase a su alrededor, para sacar la bala que teía alojada en el pecho, fuera ella misma. Era ella, pero no a la vez no lo era. Estaba rota, su aura era oscura, como los surcos bajo sus ojos. Sin Xar no había luces en su vida, se había sumido en el lado tenebroso de su magia .La mansión era testigo de su apatía por la vida, su pelo había crecido hasta la cintura sin importarle su aspecto y el tiempo había hecho presa en un mechón de su oscura melena volviéndolo blanco, haciendo que su aspecto aún fuera más macabro de lo que ya era. Sólo quedaba Höor que ella supiera. No sabía si Gael estaría vivo, y su padre...¿qué habría sido de todos ellos?
Elora murmuró palabras arcanas y la bala salió poco a poco del pecho del norteño. La sangre se escaparía sin control si no hacía algo pronto. Colocó un "Athame" ceremonial en las brasas, había sido un regalo de Xar, una daga wiccana a la que se le atribuían propiedades másgicas y curativas, y cuando estuvo al rojo vivo, lo aplicó contra la herida de Höor. Él se sacudió apretando los dientes con fuerza, el dolor debía ser insoportable, pero de no hacerlo iba a morir. El Athame estaba imbuido en runas wiccanas y absorbió el daño interno. Tras unos interminables minutos en los que el vikingo se debatió entre la consciencia y la inconsciencia, finalmente entreabrió los ojos y Elora le susurró.
— Yo cuidaré de ti... no te vayas todavía, por favor. Sé que anhelas el Valhalla, pero no hay paraíso para los nigromantes, para mí sólo hay esta vida. Te lo suplico, no te vayas, acompáñame un poco más en mi camino y te ayudaré a entrar victorioso en el olimpio de tus dioses.— Ya había perdido demasiado y la vida tras la muerte se auguraba dura. A los muertos no les caían bien los nigromantes, y seguramente su estancia en el más allá sería una especie de purgatorio eterno. La bruja le limpió el sudor con un paño y después le sujetó las manos, reposando la frente en ellas y cerrando los ojos. Ya no podía llorar, había secado sus lagrimales con la muerte de Xaryne y ese dolor se había llevado una gran parte de su corazón. Si no se había vuelto completamente loca era porque aún le quedaba algo más que hacer en ese mundo. Completar otra venganza y cuidar de Höor. Cuando acabase esas dos tareas, podría cruzar el velo, estaría lista para abandonar ese mundo y abrazar la eternidad fuera la que fuera.
Pasaron las horas y los hombres se marcharon tras subir a Höor a una estancia bien preparada, caldeada y limpia. Elora se conocía los pasadizos de su casa, como era obvio, así que dejaron a la bruja y el vikingo descansar y se adentraron en la red de túneles secretos que había entre las paredes de la masión. Entraron en su despacho, que seguía en le mismo lugar, sólo que más lleno de cachivaches, con las paredes algo enmohecidas y una de ellas completamente negra de alguna explosión provocada por la magia. Los entes que protegían dicho despacho no la detectaron como una intrusa, a fin de cuentas era la misma Elora, y ésta les dio la orden de dejar pasar a Höor.
— Si he seguido mis costumbres, debo tener un diario por algún lugar... ayúdame a encontrarlo, pero no toques nada afilado o que tenga pinta de explotar.— rebuscó por el escritorio, por los cajones y estantes. Por fin dio con él. Era un libro similar al que tenía en su época, sólo que de otro color. Deducía que al suyo se le habrían agotado las páginas. Tomó asiento en un pequeño sofá al lado de él y miró de reojo a Höor. Dudaba si leerlo o no, ahí encontraría cosas que no estaba segura si podría soportarlas. Buscó el apoyo de su mano, él la había sostenido en ese mal trago y era justo que estuviera allí y leyera las cosas de la vida que les concernían a ambos.
Elora murmuró palabras arcanas y la bala salió poco a poco del pecho del norteño. La sangre se escaparía sin control si no hacía algo pronto. Colocó un "Athame" ceremonial en las brasas, había sido un regalo de Xar, una daga wiccana a la que se le atribuían propiedades másgicas y curativas, y cuando estuvo al rojo vivo, lo aplicó contra la herida de Höor. Él se sacudió apretando los dientes con fuerza, el dolor debía ser insoportable, pero de no hacerlo iba a morir. El Athame estaba imbuido en runas wiccanas y absorbió el daño interno. Tras unos interminables minutos en los que el vikingo se debatió entre la consciencia y la inconsciencia, finalmente entreabrió los ojos y Elora le susurró.
— Yo cuidaré de ti... no te vayas todavía, por favor. Sé que anhelas el Valhalla, pero no hay paraíso para los nigromantes, para mí sólo hay esta vida. Te lo suplico, no te vayas, acompáñame un poco más en mi camino y te ayudaré a entrar victorioso en el olimpio de tus dioses.— Ya había perdido demasiado y la vida tras la muerte se auguraba dura. A los muertos no les caían bien los nigromantes, y seguramente su estancia en el más allá sería una especie de purgatorio eterno. La bruja le limpió el sudor con un paño y después le sujetó las manos, reposando la frente en ellas y cerrando los ojos. Ya no podía llorar, había secado sus lagrimales con la muerte de Xaryne y ese dolor se había llevado una gran parte de su corazón. Si no se había vuelto completamente loca era porque aún le quedaba algo más que hacer en ese mundo. Completar otra venganza y cuidar de Höor. Cuando acabase esas dos tareas, podría cruzar el velo, estaría lista para abandonar ese mundo y abrazar la eternidad fuera la que fuera.
Pasaron las horas y los hombres se marcharon tras subir a Höor a una estancia bien preparada, caldeada y limpia. Elora se conocía los pasadizos de su casa, como era obvio, así que dejaron a la bruja y el vikingo descansar y se adentraron en la red de túneles secretos que había entre las paredes de la masión. Entraron en su despacho, que seguía en le mismo lugar, sólo que más lleno de cachivaches, con las paredes algo enmohecidas y una de ellas completamente negra de alguna explosión provocada por la magia. Los entes que protegían dicho despacho no la detectaron como una intrusa, a fin de cuentas era la misma Elora, y ésta les dio la orden de dejar pasar a Höor.
— Si he seguido mis costumbres, debo tener un diario por algún lugar... ayúdame a encontrarlo, pero no toques nada afilado o que tenga pinta de explotar.— rebuscó por el escritorio, por los cajones y estantes. Por fin dio con él. Era un libro similar al que tenía en su época, sólo que de otro color. Deducía que al suyo se le habrían agotado las páginas. Tomó asiento en un pequeño sofá al lado de él y miró de reojo a Höor. Dudaba si leerlo o no, ahí encontraría cosas que no estaba segura si podría soportarlas. Buscó el apoyo de su mano, él la había sostenido en ese mal trago y era justo que estuviera allí y leyera las cosas de la vida que les concernían a ambos.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Todo aquello era un despropósito, Elora estaba desesperada por aferrarse a lo poco que le quedaba, “yo”. Del mismo modo “mi yo futuro” ansiaba el Valhalla de un modo tan desesperado que supe que Elora estaba haciendo mal en traerlo a la vida, su muerte, mi muerte hubiera sido el descanso ansiado.
Sabia que no seria capaz de vivir sin Valeria. Ahora lo tenia mas claro que nunca, mas, ¿me daba eso derecho a presionarla para que su decisión fuera otra? No, ella tenia que buscar su felicidad, y si esta no era yo, si su camino era otro, tenia que dejarla volar, aunque en su vuelo se llevara mi ser por el camino.
-Elora, has de prometerme que nada de esto saldrá de aquí..no hablo de tu futuro si no del mio.
Mis ojos se hundieron con intensidad en los ajenos, cuando dos nombres escaparon de los labios de “Höor futuro”
Nombres de mujer con los que junto al de Valeria parecía pronunciar en su febril delirio mientras los hombres lo trasportaban al piso superior, posiblemente para acomodarlo después de que la bruja salvara su vida.
Miré a Elora fijamente ¿quienes serian esas mujeres? Necesitaba respuestas, debían ser importantes cuando acompañaban el nombre de Valeria en mis pesadillas mas profundas.
-Necesito saber quienes son esas mujeres -le aseguré a Elora, que ya tiraba de mi mano hacia los túneles, dejando así de nuevo solos a los dos desgraciados en los que nos habíamos convertido.
Por suerte, Elora, una mujer de recursos, conocía bien la casa y todos sus entresijos.
Como pez en el agua se movía tirando de mi mientras nuestras manos seguían entrelazadas en una.
No tardamos en llegar a un viejo despacho, bastante desordenado, para que mentir el resto de la casa no pintaba mucho mejor..ni siquiera la preciosa Elora, que ahora descuidada, seguía manteniendo su esencia, mas estaba apagada.
Me instigó a buscar un diario, eso si, sin tocar nada mas ¿acaso no me conocía? Yo y mi afán por meterme en lio...
Rebusqué sin mucho éxito un libro donde la bruja pudiera apuntar algo, mas la verdad, nada..ningún cuaderno de ese tipo.
Lo que si encontré fueron varios brebajes extraños, uno de ellos ponía en su etiqueta “Temporis”.
Una idea atravesó mi mente, fue fugaz, mas como todo, no lo medité.
Puede que en ese diario encontrara ella algo de su vida mas...¿y yo de la mía? Necesitaba saber a quien pertenecían esos nombres y solo había una manera...Elora futura.
Desvié mis ojos hacia la bruja que empezaba a leer con avidez esas lineas, esas que le regalarían respuestas, mas no las suficientes para saciar mis preguntas.
Un trago del frasco fue suficiente para que la bruja saltara de su silla en mi dirección, aterrada, podía ver su mirada mientras el verdusco liquido recorría mi garganta.
Esperaba que con un trago fuera suficiente como para que mi aspecto se asemejara mas al yo futuro que al del presente.
Tosí por la intensidad de aquel brebaje, mientras un ligero aturdimiento se apodero de mi , aire, no entraba aire. Oscuridad, tensé el gesto cuando Elora aferró mi camisa sacudiéndome, se que me necesitaba y no la dejaría, pero...cerré los ojos observando su rostro y después solo paz.
Una bocanada de aire para despertar, Elora me acunaba contra su pecho, mas su gesto cambio cuando me vio despierto, parecía furiosa, no la culpaba, pero...esta era nuestra única opción.
-No puedo moverme siendo 10 años mas joven, mas si tu sacas de esa cama al Höor herido y yo lo sustituyo, podre averiguar lo que necesitamos sin influir demasiado en nada..incluso encontrar el modo de volver.
Elora eres tu, pero con 10 años mas de poder, te necesito..guíame y encontremos las respuestas y el camino de vuelta, necesito volver con Valeria, se lo prometí y yo no rompo mis promesas.
Sabia que no seria capaz de vivir sin Valeria. Ahora lo tenia mas claro que nunca, mas, ¿me daba eso derecho a presionarla para que su decisión fuera otra? No, ella tenia que buscar su felicidad, y si esta no era yo, si su camino era otro, tenia que dejarla volar, aunque en su vuelo se llevara mi ser por el camino.
-Elora, has de prometerme que nada de esto saldrá de aquí..no hablo de tu futuro si no del mio.
Mis ojos se hundieron con intensidad en los ajenos, cuando dos nombres escaparon de los labios de “Höor futuro”
Nombres de mujer con los que junto al de Valeria parecía pronunciar en su febril delirio mientras los hombres lo trasportaban al piso superior, posiblemente para acomodarlo después de que la bruja salvara su vida.
Miré a Elora fijamente ¿quienes serian esas mujeres? Necesitaba respuestas, debían ser importantes cuando acompañaban el nombre de Valeria en mis pesadillas mas profundas.
-Necesito saber quienes son esas mujeres -le aseguré a Elora, que ya tiraba de mi mano hacia los túneles, dejando así de nuevo solos a los dos desgraciados en los que nos habíamos convertido.
Por suerte, Elora, una mujer de recursos, conocía bien la casa y todos sus entresijos.
Como pez en el agua se movía tirando de mi mientras nuestras manos seguían entrelazadas en una.
No tardamos en llegar a un viejo despacho, bastante desordenado, para que mentir el resto de la casa no pintaba mucho mejor..ni siquiera la preciosa Elora, que ahora descuidada, seguía manteniendo su esencia, mas estaba apagada.
Me instigó a buscar un diario, eso si, sin tocar nada mas ¿acaso no me conocía? Yo y mi afán por meterme en lio...
Rebusqué sin mucho éxito un libro donde la bruja pudiera apuntar algo, mas la verdad, nada..ningún cuaderno de ese tipo.
Lo que si encontré fueron varios brebajes extraños, uno de ellos ponía en su etiqueta “Temporis”.
Una idea atravesó mi mente, fue fugaz, mas como todo, no lo medité.
Puede que en ese diario encontrara ella algo de su vida mas...¿y yo de la mía? Necesitaba saber a quien pertenecían esos nombres y solo había una manera...Elora futura.
Desvié mis ojos hacia la bruja que empezaba a leer con avidez esas lineas, esas que le regalarían respuestas, mas no las suficientes para saciar mis preguntas.
Un trago del frasco fue suficiente para que la bruja saltara de su silla en mi dirección, aterrada, podía ver su mirada mientras el verdusco liquido recorría mi garganta.
Esperaba que con un trago fuera suficiente como para que mi aspecto se asemejara mas al yo futuro que al del presente.
Tosí por la intensidad de aquel brebaje, mientras un ligero aturdimiento se apodero de mi , aire, no entraba aire. Oscuridad, tensé el gesto cuando Elora aferró mi camisa sacudiéndome, se que me necesitaba y no la dejaría, pero...cerré los ojos observando su rostro y después solo paz.
Una bocanada de aire para despertar, Elora me acunaba contra su pecho, mas su gesto cambio cuando me vio despierto, parecía furiosa, no la culpaba, pero...esta era nuestra única opción.
-No puedo moverme siendo 10 años mas joven, mas si tu sacas de esa cama al Höor herido y yo lo sustituyo, podre averiguar lo que necesitamos sin influir demasiado en nada..incluso encontrar el modo de volver.
Elora eres tu, pero con 10 años mas de poder, te necesito..guíame y encontremos las respuestas y el camino de vuelta, necesito volver con Valeria, se lo prometí y yo no rompo mis promesas.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
- Mensajes : 976
Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Se había sentado con la intención de leer aquel libro cuando Höor le dijo que le prometiese que no diría nada sobre su futuro para no coaccionar a Valeria.
— Me parece bien, porque has de decidir tú qué quieres que suceda, yo tengo mi opinión, obviamente, pero te apoyaré en lo que decidas, y si crees que es mejor no presionarla, lo entiendo.— no lo entendía en absoluto, ella sabía lo que era perder a Xar y por nada del mundo habría dejado que eso pasase. Pero Höor quería que Valer¡a fuera feliz con o sin él, y al parecer en esa realidad era sin él.
A pesar de que le dijo que no tocara nada, el muy mentecato se bebió un frasco, así porque sí. Esa poción podría haberlo matado. Se asustó mucho cuando vio a Höor marearse y adormilarse, aunque se despertó y su aspecto era más similar al Cannif de ahora.
— ¿¿¿¡¡Pero como se te ocurre!!??? estás loco!! eso te podía haber matado ¿y si hubieras bebido demasiado y te hubiera convertido en un viejo actogenario?? un día de estos te vas a matar tontamente, y entonces por idiota ataré tu alma una temporada sólo para torturarte diciendote "te lo dije". Pfffff... en fin. Aunque esta vez ha sido útil, es buen plan. Pero no veo cómo voy a sacar yo a Höor de la cama, está herido. ¿Y si esperamos a que esté un poco mejor? quizás mañana ya pueda ponerse en pie, y me lo podría llevar a otro cuarto para que lo visite un médico y quedarnos allí toda la tarde. Mientras tanto puedes hacerte pasar por él y que Elora te cuente lo que necesites saber.— Hablaba de Elora y de Höor como si fueran extraños y eran ellos, pero se le hacía muy raro hablar de esas personas como si fueran ellos mismos.
Esperaron un par de horas en el despacho, porque Elora y Höor estaban arriba y no se había escuchado la puerta, así que la bruja estaba velando al vikingo. El anochecer se cernió sobre ellos, y en la chimenea sólo quedaban ascuas, que no alimentaron para no levantar las sospechas de la dueña de la casa. Elora se centró en leer su propio diario.
La bruja hojeó las páginas del diario reconociendo su propia letra, apretada y bastante pulcra. Su madre le daba pescozones cuando escribía de forma desordenada y la obligaba a repetirlo todo, siempre decía que una bruja debía ser meticulosa porque un ojo de araña de más y la poción puede matarte. Estaba claro que eran frases hechas tópicas pero tenía más razón que una santa. Elora llevaba un diario desde que tenía memoria, lo que ocurría es que se había visto obligada a quemarlos cada vez que tenían que salir corriendo de una ciudad. Era cuidadosa y siempre los protegía con hechizos que no revelaban su verdadero contenido a quien los tuviera entre las manos. Murmuró la contraseña y el libro quedó expuesto con todos sus secretos al alcance de los ojos de Elora.
Tomó aire y comenzó a leer entre líneas, un día cualquiera…
“… Sé que Xar está enfadada conmigo porque he cambiado nuestro único paseo de esta semana por una merienda con Höor, pero estaba hecho polvo y tengo que apoyarlo. A veces no tiene razón para enfadarse así, porque yo trato de ser comprensiva cuando se va con Thomas o con Gael…pero es porque me quiere demasiado. Mañana se lo compensaré. Tengo que dejar de trabajar tanto en este hechizo…”
Bien, todavía existía una Xar. Estaba tentada de leer minuciosamente cada página, saber cómo les iba en el futuro…pero no, no podía demorarse, necesitaba enfrentarse a la cruda realidad.
Pasó varias hojas y vio que las fechas de las entradas de pronto daban un salto brutal, cuatro meses sin escribir nada. Ahí estaba. Le tembló el pulso cuando giró la página, sabía que lo que iba a leer no era agradable y todo su ser se rebelaba contra ese destino.
~~La banda sonora del momento se puede escuchar aquí https://www.youtube.com/watch?v=XS-fBWGtd5s~~
“ 24 de marzo de 1817.
Estas son las primeras palabras que puedo escribir desde la noche en la que el infierno abrió sus puertas para mí. Sigo viva. En parte. Aunque cualquiera que me vea pensará que estoy más allá que aquí y tendrá razón. No tengo razones para seguir respirando salvo una: hacer justicia.
No servirá de nada, no me motiva a levantarme cada día. No cambiará el hecho de que seguir viviendo sin Xaryne es como vagar entre tinieblas; la comida no tiene sabor, el sol no me calienta y las lágrimas son inútiles porque no hay consuelo para mi alma desgarrada. Pero se lo debo. Justicia por un crimen injusto. ¿Y después qué? Nada. Ya no me queda nada en este mundo por lo que luchar, nada a lo que aferrarme, soy un barco sin ancla, a la deriva.
Desde hace cuatro meses, la palabra Nochebuena cobra un significado muy diferente para mí. ¿Nochebuena para quién? no celebro fiestas cristianas, pero el ambiente de las calles estaba lleno de calor a pesar de la nevada, la gente saludándose, cocinando festines para compartir en familia, los ojos de los niños brillando de emoción porque recibirían regalos… ¿Cómo iba a saber yo que sería la última noche de mi vida? Compré un par de botas nuevas para Xar porque sus favoritas estaban empezando a rajarse y tardé una semana entera en dar con el zapatero que las confeccionaba. El paquete con el lazo sigue junto a la chimenea y se quedará allí hasta que me muera o la mansión arda.
Supe que algo iba mal en el mismo momento que entré en casa. Flotaba el mal presagio en el ambiente. La cocinera me dio el recado. Se iba de caza, como tantas otras noches, pero no era una noche común. Nunca he sabido por qué, pero lo sentí en las entrañas. Bajé a las perreras con una de sus bufandas y saqué a Kaiser, uno de los perros que Xar entrenaba. Le di a oler la prenda y le dije que buscara. Monté en Fulgrim y los tres salimos corriendo. Nunca me decía dónde iba, pero siempre regresaba. Sentía que esa noche no lo haría y la angustia me invadió. El perro me llevó hasta un antiguo balneario abandonado en la falda de las montañas.
Cuando llegué el tiempo pareció detenerse. Frente a las ruinas de una antigua fuente circular con un tritón que todavía sacaba agua, los rastros de sangre cubrían la nieve como si alguien hubiera pasado el rastrillo. El tiempo se detuvo por un instante y todo sucedió frente a mis ojos como a cámara lenta. Xaryne saltó hundiendo sus espadas en el pecho de un vampiro y acabando con él, pero había todavía cinco más y al menos una veintena muertos y desperdigados por el patio de la antigua casa de baños. Eran muchos. Y ella sólo era una. Sabía que era muy buena cazando pero de la misma forma supe que no estaba bien, que no podía, que algo pasaba. Levanté la mirada y miré a la destrucción a los ojos; Stein. El demonio tenía su cara, su cuerpo, sus gestos. Murmuró “Dominatem” y Xar se quedó quieta. Se detuvo el aire, se congeló mi corazón y supe que me moví y que grité y corrí hacia ella, pero no podía sentirlo, sólo podía notar como el cuchillo la atravesó por la espalda y emergió en mitad del pecho.
Sé que noté a la muerte rondar, y sentí como me rompía en mil pedazos. Ni siquiera sé lo que hice, pero no quedó ningun vampiro con vida y sí montones de cenizas donde antes estaban sus pies apoyados en la nieve.
Me arrodille a su lado, la sujeté entre mis brazos y la miré a los ojos, sabía que sería la última vez que lo haría porque se estaba despidiendo de mí. Hizo un esfuerzo por sonreirme. Acaricié su cara, rogando a todos los dioses que conozco que no se la llevaran, que me la dejaran un momento más, sólo un poco más. Mis lágrimas se mezclaron con su sangre. Le dije que la amaba, que la amaría siempre, que la esperaría siempre, que volveríamos a vernos. Y ella me contestó que yo era su hogar, que siempre lo sería. Se giró hacia Stein y le dijo “Te perdono. Ojalá que algún día aprendas a amar.”
Cerró los ojos y dejó de respirar. Me abracé a ella y lloré durante horas. No sé a dónde fue Stein, ni me importa. Ojalá esté en el infierno. No quería que nadie viniera a buscarnos porque se la llevarían, la pondrían en una caja…no. Por encima de mi cadáver. No sé en qué momento la mano de mi padre se posó en mi hombro y me dijo “Vamos Elora, es hora de dejarla marchar.”
No recuerdo bien los siguientes días, creo que me dieron algo para aturdirme, era demasiado para mí, corría peligro de entrar en trance y volar la casa por los aires. Sólo sé que me quemaba en el pecho la angustia de que se la llevaran, sujeté su mano durante dos días, creo, eso dice el ama de llaves. Al parecer mi padre tuvo que sujetarme, porque arañé y grité hasta quedarme ronca cuando la pusieron en una caja y la llevaron al cementerio de la mansión.
Desde entonces hasta ahora he vivido en mi propio infierno helado. Al principio Gael y Astrid me hacían compañía, mi padre me obligaba a comer, Höor venía de visita y me contaba historias absurdas de sus amoríos frustrados para animarme, pero yo no hablaba. Poco a poco la gente empezó a venir menos, cansados de hablarle a una pared. Quería morirme, ir tras de ti, buscarte en el más allá. Pero querida Xar, lo siento mucho, tengo que confesarte algo que a estas alturas probablemente ya sepas; los nigromantes no ascendemos.
Cuatro meses de lenta agonía, cuatro meses de puro dolor. Una vida por delante en la que sólo podré abrazar tu ausencia y tu silencio. Trato de recordar todos los días tus gestos, todos y cada uno de ellos para no olvidarme de ninguno. Tengo miedo de que pase el tiempo y deje de doler, de que se difuminen tus ojos de mi memoria, de que los años anestesien mi cordura. Este dolor es todo cuanto me queda de ti y no quiero que me lo quiten.
Querida Xar, esta va a ser la primera entrada de este diario, de esta condena por no estar contigo, y todos los días desde hoy te escribiré para honrar tu memoria.
Tuya, para siempre, por siempre.
Elora.”
— Me parece bien, porque has de decidir tú qué quieres que suceda, yo tengo mi opinión, obviamente, pero te apoyaré en lo que decidas, y si crees que es mejor no presionarla, lo entiendo.— no lo entendía en absoluto, ella sabía lo que era perder a Xar y por nada del mundo habría dejado que eso pasase. Pero Höor quería que Valer¡a fuera feliz con o sin él, y al parecer en esa realidad era sin él.
A pesar de que le dijo que no tocara nada, el muy mentecato se bebió un frasco, así porque sí. Esa poción podría haberlo matado. Se asustó mucho cuando vio a Höor marearse y adormilarse, aunque se despertó y su aspecto era más similar al Cannif de ahora.
— ¿¿¿¡¡Pero como se te ocurre!!??? estás loco!! eso te podía haber matado ¿y si hubieras bebido demasiado y te hubiera convertido en un viejo actogenario?? un día de estos te vas a matar tontamente, y entonces por idiota ataré tu alma una temporada sólo para torturarte diciendote "te lo dije". Pfffff... en fin. Aunque esta vez ha sido útil, es buen plan. Pero no veo cómo voy a sacar yo a Höor de la cama, está herido. ¿Y si esperamos a que esté un poco mejor? quizás mañana ya pueda ponerse en pie, y me lo podría llevar a otro cuarto para que lo visite un médico y quedarnos allí toda la tarde. Mientras tanto puedes hacerte pasar por él y que Elora te cuente lo que necesites saber.— Hablaba de Elora y de Höor como si fueran extraños y eran ellos, pero se le hacía muy raro hablar de esas personas como si fueran ellos mismos.
Esperaron un par de horas en el despacho, porque Elora y Höor estaban arriba y no se había escuchado la puerta, así que la bruja estaba velando al vikingo. El anochecer se cernió sobre ellos, y en la chimenea sólo quedaban ascuas, que no alimentaron para no levantar las sospechas de la dueña de la casa. Elora se centró en leer su propio diario.
La bruja hojeó las páginas del diario reconociendo su propia letra, apretada y bastante pulcra. Su madre le daba pescozones cuando escribía de forma desordenada y la obligaba a repetirlo todo, siempre decía que una bruja debía ser meticulosa porque un ojo de araña de más y la poción puede matarte. Estaba claro que eran frases hechas tópicas pero tenía más razón que una santa. Elora llevaba un diario desde que tenía memoria, lo que ocurría es que se había visto obligada a quemarlos cada vez que tenían que salir corriendo de una ciudad. Era cuidadosa y siempre los protegía con hechizos que no revelaban su verdadero contenido a quien los tuviera entre las manos. Murmuró la contraseña y el libro quedó expuesto con todos sus secretos al alcance de los ojos de Elora.
Tomó aire y comenzó a leer entre líneas, un día cualquiera…
“… Sé que Xar está enfadada conmigo porque he cambiado nuestro único paseo de esta semana por una merienda con Höor, pero estaba hecho polvo y tengo que apoyarlo. A veces no tiene razón para enfadarse así, porque yo trato de ser comprensiva cuando se va con Thomas o con Gael…pero es porque me quiere demasiado. Mañana se lo compensaré. Tengo que dejar de trabajar tanto en este hechizo…”
Bien, todavía existía una Xar. Estaba tentada de leer minuciosamente cada página, saber cómo les iba en el futuro…pero no, no podía demorarse, necesitaba enfrentarse a la cruda realidad.
Pasó varias hojas y vio que las fechas de las entradas de pronto daban un salto brutal, cuatro meses sin escribir nada. Ahí estaba. Le tembló el pulso cuando giró la página, sabía que lo que iba a leer no era agradable y todo su ser se rebelaba contra ese destino.
~~La banda sonora del momento se puede escuchar aquí https://www.youtube.com/watch?v=XS-fBWGtd5s~~
“ 24 de marzo de 1817.
Estas son las primeras palabras que puedo escribir desde la noche en la que el infierno abrió sus puertas para mí. Sigo viva. En parte. Aunque cualquiera que me vea pensará que estoy más allá que aquí y tendrá razón. No tengo razones para seguir respirando salvo una: hacer justicia.
No servirá de nada, no me motiva a levantarme cada día. No cambiará el hecho de que seguir viviendo sin Xaryne es como vagar entre tinieblas; la comida no tiene sabor, el sol no me calienta y las lágrimas son inútiles porque no hay consuelo para mi alma desgarrada. Pero se lo debo. Justicia por un crimen injusto. ¿Y después qué? Nada. Ya no me queda nada en este mundo por lo que luchar, nada a lo que aferrarme, soy un barco sin ancla, a la deriva.
Desde hace cuatro meses, la palabra Nochebuena cobra un significado muy diferente para mí. ¿Nochebuena para quién? no celebro fiestas cristianas, pero el ambiente de las calles estaba lleno de calor a pesar de la nevada, la gente saludándose, cocinando festines para compartir en familia, los ojos de los niños brillando de emoción porque recibirían regalos… ¿Cómo iba a saber yo que sería la última noche de mi vida? Compré un par de botas nuevas para Xar porque sus favoritas estaban empezando a rajarse y tardé una semana entera en dar con el zapatero que las confeccionaba. El paquete con el lazo sigue junto a la chimenea y se quedará allí hasta que me muera o la mansión arda.
Supe que algo iba mal en el mismo momento que entré en casa. Flotaba el mal presagio en el ambiente. La cocinera me dio el recado. Se iba de caza, como tantas otras noches, pero no era una noche común. Nunca he sabido por qué, pero lo sentí en las entrañas. Bajé a las perreras con una de sus bufandas y saqué a Kaiser, uno de los perros que Xar entrenaba. Le di a oler la prenda y le dije que buscara. Monté en Fulgrim y los tres salimos corriendo. Nunca me decía dónde iba, pero siempre regresaba. Sentía que esa noche no lo haría y la angustia me invadió. El perro me llevó hasta un antiguo balneario abandonado en la falda de las montañas.
Cuando llegué el tiempo pareció detenerse. Frente a las ruinas de una antigua fuente circular con un tritón que todavía sacaba agua, los rastros de sangre cubrían la nieve como si alguien hubiera pasado el rastrillo. El tiempo se detuvo por un instante y todo sucedió frente a mis ojos como a cámara lenta. Xaryne saltó hundiendo sus espadas en el pecho de un vampiro y acabando con él, pero había todavía cinco más y al menos una veintena muertos y desperdigados por el patio de la antigua casa de baños. Eran muchos. Y ella sólo era una. Sabía que era muy buena cazando pero de la misma forma supe que no estaba bien, que no podía, que algo pasaba. Levanté la mirada y miré a la destrucción a los ojos; Stein. El demonio tenía su cara, su cuerpo, sus gestos. Murmuró “Dominatem” y Xar se quedó quieta. Se detuvo el aire, se congeló mi corazón y supe que me moví y que grité y corrí hacia ella, pero no podía sentirlo, sólo podía notar como el cuchillo la atravesó por la espalda y emergió en mitad del pecho.
Sé que noté a la muerte rondar, y sentí como me rompía en mil pedazos. Ni siquiera sé lo que hice, pero no quedó ningun vampiro con vida y sí montones de cenizas donde antes estaban sus pies apoyados en la nieve.
Me arrodille a su lado, la sujeté entre mis brazos y la miré a los ojos, sabía que sería la última vez que lo haría porque se estaba despidiendo de mí. Hizo un esfuerzo por sonreirme. Acaricié su cara, rogando a todos los dioses que conozco que no se la llevaran, que me la dejaran un momento más, sólo un poco más. Mis lágrimas se mezclaron con su sangre. Le dije que la amaba, que la amaría siempre, que la esperaría siempre, que volveríamos a vernos. Y ella me contestó que yo era su hogar, que siempre lo sería. Se giró hacia Stein y le dijo “Te perdono. Ojalá que algún día aprendas a amar.”
Cerró los ojos y dejó de respirar. Me abracé a ella y lloré durante horas. No sé a dónde fue Stein, ni me importa. Ojalá esté en el infierno. No quería que nadie viniera a buscarnos porque se la llevarían, la pondrían en una caja…no. Por encima de mi cadáver. No sé en qué momento la mano de mi padre se posó en mi hombro y me dijo “Vamos Elora, es hora de dejarla marchar.”
No recuerdo bien los siguientes días, creo que me dieron algo para aturdirme, era demasiado para mí, corría peligro de entrar en trance y volar la casa por los aires. Sólo sé que me quemaba en el pecho la angustia de que se la llevaran, sujeté su mano durante dos días, creo, eso dice el ama de llaves. Al parecer mi padre tuvo que sujetarme, porque arañé y grité hasta quedarme ronca cuando la pusieron en una caja y la llevaron al cementerio de la mansión.
Desde entonces hasta ahora he vivido en mi propio infierno helado. Al principio Gael y Astrid me hacían compañía, mi padre me obligaba a comer, Höor venía de visita y me contaba historias absurdas de sus amoríos frustrados para animarme, pero yo no hablaba. Poco a poco la gente empezó a venir menos, cansados de hablarle a una pared. Quería morirme, ir tras de ti, buscarte en el más allá. Pero querida Xar, lo siento mucho, tengo que confesarte algo que a estas alturas probablemente ya sepas; los nigromantes no ascendemos.
Cuatro meses de lenta agonía, cuatro meses de puro dolor. Una vida por delante en la que sólo podré abrazar tu ausencia y tu silencio. Trato de recordar todos los días tus gestos, todos y cada uno de ellos para no olvidarme de ninguno. Tengo miedo de que pase el tiempo y deje de doler, de que se difuminen tus ojos de mi memoria, de que los años anestesien mi cordura. Este dolor es todo cuanto me queda de ti y no quiero que me lo quiten.
Querida Xar, esta va a ser la primera entrada de este diario, de esta condena por no estar contigo, y todos los días desde hoy te escribiré para honrar tu memoria.
Tuya, para siempre, por siempre.
Elora.”
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Abrí los ojos para encontrarme con un ceño fruncido y unas palabras que sin duda se asemejaban a una bronca de las épicas.
Como siempre y aun entre sus brazos Elora gruñía mas que hablaba recordándome lo imprudente que resultaban mis actos y amenazándome con que ataría mi alma no se bien a donde.
No pude evitar sonreír algo aturdido, sin duda desde que hizo estallar esa maquina corta dedos, la había metido en infinidad de problemas.
La biblioteca y mi trance que soluciono atándonos en un vinculo de sangre, la espada y el viaje a Alemania, ahora un viaje en el tiempo y el susto de muerte gracias a mi nuevo plan. Sin duda tenia derecho a estar enfadada, pero, cada uno era de una manera y la sangre noruega corría con fuerza por mis venas.
Me incorporé al escucharla decir que era un buen plan, puse cara de interesante, como si lo tuviera todo planeado y hubiera sabido que esto tendría este desenlace, mas la verdad, no sabia que iba a pasarme, pero tenia que intentarlo.
Elora con cierto raciocinio dijo que deberíamos esperar a mañana y dejar al “herido Höor” que se restableciera un poco mas, que moverlo del lecho en ese estado podía ser peligroso. La “futura Elora” parecía decidida a velar su cuerpo como si nada mas le quedara en ese mundo, iba a ser difícil sacarlo de la habitación, para que yo me colara entre sus sabanas.
La noche se cernió sobre nosotros. Elora necesitaba descanso, y para que mentir también yo. Ella devoraba las paginas de ese diario, su gesto era el reflejo de la pura desesperación, de un vació tal que sobrecogía el alma.
-Elora, no tiene porque pasar -le aseguré poniéndome en pie para acercarme a su gran butaca y rodeando esta, tomé asiento en el brazo del sofá.
Tiré de su mano para alzarla y dejarme caer en este.
-Ven, has de descansar -aseguré quitandole de las manos el viejo diario y subiéndola sobre mi regazo.
Apenas pesaba, su cabeza se poso en mi pecho que pronto se mojo por las silenciosas lagrimas.
La rabia se había apoderado de ella, mi camisa era testigo quedando fruncida entre sus dedos.
-Te lo prometo, no pasará -susurré contra su pelo -necesito que descanses, no puedo llevarte de vuelta solo a nuestro presente. Te necesito para cumplir mi promesa.
No era un hombre de largos discursos, ni siquiera de mostrar afecto, cariño. No porque no lo sintiera, si no porque jamas lo había tenido.
Sin embargo con Elora era distinto, no es que fuera como una hermana para mi, pues los hermanos no te atraen lo mas mínimo, pero si existía un algo especial entre nosotros que nos hacia confiar en el otro...magia que de algún modo se fundía cuando estábamos juntos.
Los ojos me pesaban muchísimo, la respiración de Elora se fue relajando y junto a la suya la mía que pronto cedió frente a los brazos de Morfeo.
Los primeros rayos de sol entraron por el postigo de la cámara llegando a nuestros ojos despertándonos con el alba. Sacudí ligeramente la cabeza, moviendo con suavidad a Elora.
-Vamos pequeña, un último esfuerzo y descubramos como salir de esta pesadilla.
El plan estaba claro, ella sacaría al hombre en el que me había convertido y yo trataría de descubrir lo máximo posible de nuestras vidas. Respuestas que solo podría regalarme Elora.
-Dime que he de preguntarle sobre los viajes en le tiempo, quizás ella sepa lago que tu en este momento desconoces..guíame porque estoy perdido.
Como siempre y aun entre sus brazos Elora gruñía mas que hablaba recordándome lo imprudente que resultaban mis actos y amenazándome con que ataría mi alma no se bien a donde.
No pude evitar sonreír algo aturdido, sin duda desde que hizo estallar esa maquina corta dedos, la había metido en infinidad de problemas.
La biblioteca y mi trance que soluciono atándonos en un vinculo de sangre, la espada y el viaje a Alemania, ahora un viaje en el tiempo y el susto de muerte gracias a mi nuevo plan. Sin duda tenia derecho a estar enfadada, pero, cada uno era de una manera y la sangre noruega corría con fuerza por mis venas.
Me incorporé al escucharla decir que era un buen plan, puse cara de interesante, como si lo tuviera todo planeado y hubiera sabido que esto tendría este desenlace, mas la verdad, no sabia que iba a pasarme, pero tenia que intentarlo.
Elora con cierto raciocinio dijo que deberíamos esperar a mañana y dejar al “herido Höor” que se restableciera un poco mas, que moverlo del lecho en ese estado podía ser peligroso. La “futura Elora” parecía decidida a velar su cuerpo como si nada mas le quedara en ese mundo, iba a ser difícil sacarlo de la habitación, para que yo me colara entre sus sabanas.
La noche se cernió sobre nosotros. Elora necesitaba descanso, y para que mentir también yo. Ella devoraba las paginas de ese diario, su gesto era el reflejo de la pura desesperación, de un vació tal que sobrecogía el alma.
-Elora, no tiene porque pasar -le aseguré poniéndome en pie para acercarme a su gran butaca y rodeando esta, tomé asiento en el brazo del sofá.
Tiré de su mano para alzarla y dejarme caer en este.
-Ven, has de descansar -aseguré quitandole de las manos el viejo diario y subiéndola sobre mi regazo.
Apenas pesaba, su cabeza se poso en mi pecho que pronto se mojo por las silenciosas lagrimas.
La rabia se había apoderado de ella, mi camisa era testigo quedando fruncida entre sus dedos.
-Te lo prometo, no pasará -susurré contra su pelo -necesito que descanses, no puedo llevarte de vuelta solo a nuestro presente. Te necesito para cumplir mi promesa.
No era un hombre de largos discursos, ni siquiera de mostrar afecto, cariño. No porque no lo sintiera, si no porque jamas lo había tenido.
Sin embargo con Elora era distinto, no es que fuera como una hermana para mi, pues los hermanos no te atraen lo mas mínimo, pero si existía un algo especial entre nosotros que nos hacia confiar en el otro...magia que de algún modo se fundía cuando estábamos juntos.
Los ojos me pesaban muchísimo, la respiración de Elora se fue relajando y junto a la suya la mía que pronto cedió frente a los brazos de Morfeo.
Los primeros rayos de sol entraron por el postigo de la cámara llegando a nuestros ojos despertándonos con el alba. Sacudí ligeramente la cabeza, moviendo con suavidad a Elora.
-Vamos pequeña, un último esfuerzo y descubramos como salir de esta pesadilla.
El plan estaba claro, ella sacaría al hombre en el que me había convertido y yo trataría de descubrir lo máximo posible de nuestras vidas. Respuestas que solo podría regalarme Elora.
-Dime que he de preguntarle sobre los viajes en le tiempo, quizás ella sepa lago que tu en este momento desconoces..guíame porque estoy perdido.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Elora estaba agotada y lo que se les venía encima no era poco. Cuando Höor le quitó el diario y la abrazó, se agarró a él como si fuera una tabla de náufrago. La estaba acompañando en su dolor, de la misma forma que sus alter ego en el futuro se apoyavban mutuamente. Habían sabido mantener los lazos de la amistad, entenderse, confiar el uno en el otro y hablarse con sinceridad.
A pesar de que eran muy distintos, y de que sus motivaciones y desvelos eran muy diferentes, se equilibraban, se ayudaban y encontraban en el otro un punto de apoyo desde el cual mover su mundo. Eso era el significado de una verdadera amistad, que nació del interés pero se consolidó en el respeto y el cariño.
Abrió los ojos con los primeros rayos del amanecer y lo primero que hizo fue comprobar si Elora y Höor seguían durmiendo arriba, y así era. Bajó por los pasadizos entre las paredes hasta las cocinas. Allí encontró algo de desayuno que le llevó al vikingo, porque el día iba a ser intenso.
— Pues... deberías preguntarle si tiene algun hechizo para volver el tiempo atrás, con la excusa de cambiar alguna de tus mil meteduras de pata, y tirarle de la lengua, ya sabes que al final, aunque me enfade contigo...no puedo negarte nada.— Eso era una verdad como una catedral, ahora y en el futuro.— ¡¡pero no te aproveches ahora que lo sabes!! mmmm... si en el futuro no lo sé, al menos sabré donde encontrarlo, y si te lo digo, nosotros podremos encontrarlo antes. Ahora tenemos que hacer que salga del cuarto. Ya sé.— se levantó y garabateó unas líneas en un papel que metió después en un sobre.— Quédate aquí, voy a dejar esto a la vista de Jana, y ella se lo llevará a Elora.
Efectivamente, la criada, que ahora era la única amiga de la bruja junto con el maltrecho Höor, encontró el sobre en la entrada de la casa y se lo subió a su señora. La nota decía lo siguiente:
"París, 30 de noviembre de 1852
Querida Elora,
Sé que reconoces esta letra, porque es la tuya, porque es la mía. Yo soy tú, soy Elora Paine, pero la que vivirá más adelante, en tu futuro. No son ilusiones tuyas, no son engaños. Soy yo, querida Eli. Sé que sólo mamá te llamó así hasta los 7 años. Sé que se te olvidaron las medias en el tatuador al que te llevó Xar cuando te dibujaste el ancla. Sé que tropezaste con tus propios pies cuando le regalaste el botón naranja a Gael y te apuñalaste a ti misma... sé muchas cosas de ti, porque yo soy tú.
Sólo quiero decirte que el futuro está por llegar, que estarás bien, que sigas adelante. Te queda gente buena en la que confiar, apoyarte y a los que debes proteger y amar; es lo que Xaryne habría querido. Sigue estudiando tu magia, trabajando en ella, y haz grandes cosas, porque hay mucho que está por venir. No sé si esta carta llegará donde y cuando debe llegar, mi control sobre el tiempo a veces no es perfecto, y ya sabes que toda magia tiene un precio.
Si algo puedo decirte, es que hay un futuro, lucha por él, lucha por conservar a las personas que ames y deja que los recuerdos vengan a tu memoria, pero que no corrompan tu alma. Y si esta carta llega cuando ha de llegar, espero que vayas justamente donde te indico más abajo y realices el ritual de la Fortuna. No es ninguna tontería, ya sabes lo que debes hacer, sé que requiere de una noche en vela, pero debe ser en la noche del 30 de noviembre de 1817, en luna nueva. Todo cambiará pequeña, ya lo verás.
Ánimo, sé fuerte y recupérate, tienes muchas cosas buenas por venir.
Firmado: Elora Paine."
La Elora de 1817 estaba alucinando con la carta. Desde luego que esa carta la había escrito ella misma, pero su yo futura. Desde luego no parecía imposible, pero si muy descabellado. En el rato que estuvo abajo leyendo y releyendo la carta, la Elora del pasado fue a levantar a Höor y se lo llevó a otro cuarto con la excusa de que iban a limpiarle ese, y el Höor del pasado ocupó su lugar en la cama para cuando la soprendida bruja subiese de nuevo y con suerte le contase acerca de la carta que acababa de recibir.
A pesar de que eran muy distintos, y de que sus motivaciones y desvelos eran muy diferentes, se equilibraban, se ayudaban y encontraban en el otro un punto de apoyo desde el cual mover su mundo. Eso era el significado de una verdadera amistad, que nació del interés pero se consolidó en el respeto y el cariño.
Abrió los ojos con los primeros rayos del amanecer y lo primero que hizo fue comprobar si Elora y Höor seguían durmiendo arriba, y así era. Bajó por los pasadizos entre las paredes hasta las cocinas. Allí encontró algo de desayuno que le llevó al vikingo, porque el día iba a ser intenso.
— Pues... deberías preguntarle si tiene algun hechizo para volver el tiempo atrás, con la excusa de cambiar alguna de tus mil meteduras de pata, y tirarle de la lengua, ya sabes que al final, aunque me enfade contigo...no puedo negarte nada.— Eso era una verdad como una catedral, ahora y en el futuro.— ¡¡pero no te aproveches ahora que lo sabes!! mmmm... si en el futuro no lo sé, al menos sabré donde encontrarlo, y si te lo digo, nosotros podremos encontrarlo antes. Ahora tenemos que hacer que salga del cuarto. Ya sé.— se levantó y garabateó unas líneas en un papel que metió después en un sobre.— Quédate aquí, voy a dejar esto a la vista de Jana, y ella se lo llevará a Elora.
Efectivamente, la criada, que ahora era la única amiga de la bruja junto con el maltrecho Höor, encontró el sobre en la entrada de la casa y se lo subió a su señora. La nota decía lo siguiente:
"París, 30 de noviembre de 1852
Querida Elora,
Sé que reconoces esta letra, porque es la tuya, porque es la mía. Yo soy tú, soy Elora Paine, pero la que vivirá más adelante, en tu futuro. No son ilusiones tuyas, no son engaños. Soy yo, querida Eli. Sé que sólo mamá te llamó así hasta los 7 años. Sé que se te olvidaron las medias en el tatuador al que te llevó Xar cuando te dibujaste el ancla. Sé que tropezaste con tus propios pies cuando le regalaste el botón naranja a Gael y te apuñalaste a ti misma... sé muchas cosas de ti, porque yo soy tú.
Sólo quiero decirte que el futuro está por llegar, que estarás bien, que sigas adelante. Te queda gente buena en la que confiar, apoyarte y a los que debes proteger y amar; es lo que Xaryne habría querido. Sigue estudiando tu magia, trabajando en ella, y haz grandes cosas, porque hay mucho que está por venir. No sé si esta carta llegará donde y cuando debe llegar, mi control sobre el tiempo a veces no es perfecto, y ya sabes que toda magia tiene un precio.
Si algo puedo decirte, es que hay un futuro, lucha por él, lucha por conservar a las personas que ames y deja que los recuerdos vengan a tu memoria, pero que no corrompan tu alma. Y si esta carta llega cuando ha de llegar, espero que vayas justamente donde te indico más abajo y realices el ritual de la Fortuna. No es ninguna tontería, ya sabes lo que debes hacer, sé que requiere de una noche en vela, pero debe ser en la noche del 30 de noviembre de 1817, en luna nueva. Todo cambiará pequeña, ya lo verás.
Ánimo, sé fuerte y recupérate, tienes muchas cosas buenas por venir.
Firmado: Elora Paine."
La Elora de 1817 estaba alucinando con la carta. Desde luego que esa carta la había escrito ella misma, pero su yo futura. Desde luego no parecía imposible, pero si muy descabellado. En el rato que estuvo abajo leyendo y releyendo la carta, la Elora del pasado fue a levantar a Höor y se lo llevó a otro cuarto con la excusa de que iban a limpiarle ese, y el Höor del pasado ocupó su lugar en la cama para cuando la soprendida bruja subiese de nuevo y con suerte le contase acerca de la carta que acababa de recibir.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Elora dio en el clavo trayendo un copioso desayuno que no tarde en devorar, por lo visto hay cosas que nunca cambian y mi hambre era voraz, en el pasado, el presente y el futuro.
Sonreí de medio lado mirando a Elora comer con delicadeza, abstraída en sus propios pensamientos.
-Así estas, pareces un pajarillo. A los hombres nos gusta tenes de donde agarrar -traté de poner una nota de humor al asunto -¿como esperas gustarle así a mi Höor futuro?
No pude evitar echarme a reír cuando esta frunció el ceño, aun a estas alturas parecía no saber lo fácil que me resultaba bromear con ella y lo mucho que me divertía hacerla enfadar.
Una vez terminamos la vi garabatear un manuscrito con suma velocidad, parecía que eso era lo que nos ayudaría a sacar a la “Elora futura” de la cámara donde Höor dormia.
Era algo extraño, pero pese a que ese pobre desgraciado era yo, hablaba de él como si fuera un completo extraño, como si suerte no fuera por ende la mía. Una suerte que de no olvidar a Valeria me condenaba a una vida en el infierno eterno.
Ese hombre había perdido todo, la esperanza, la razón y el corazón. Posiblemente por eso no despertaba, no quería luchar si no ir al Valhalla
La señorita Cavey tomó una decisión, a estas alturas no sabia si equivocada, pues al parecer si ella había pedido a su marido que me disparara es porque no me amaba. Quizás con ese hombre había encontrado la paz, la serenidad, la felicidad que yo era incapaz de darle con mi tempestuoso carácter.
Era cierto que la amaba y estaba seguro que ella también me quería, pero del mismo modo la verdad es que chocábamos como volcanes en erupción, fuertes caracteres que colisionaban sin darse tregua logrando que nos consumiéramos el uno al otro.
Nuestro amor era nuestra condena, pero bendita condena, ardería en su infierno si ella me lo pidiera.
Era tan fácil decirme que si, pero algo la hacia dudar. Algo que me mantenía en vilo, en tensión y ahora con un espacio tiempo que ella me había pedido me sentía tan lejos y tan necesitado que la sensación me destruía por dentro.
No podía prometerle una vida en paz, porque yo era tempestad.
Asumiría, si así Elora me lo contaba, que ella había encontrado la felicidad. Me prometí que la dejaría ir si era así, porque si algo había descubierto es que el amor es pensar mas en el otro que en uno mismo.
Condenaría mi destino, mi futuro y mi vida a cambio de salvar la suya.
Elora me sacó de mis propios pensamientos explicándome que era eso que tenia que preguntar. Lo que nos ayudaria a regresar y con ello a cumplir mi promesa, la de volver junto al amor de mi vida, Valeria.
Asentí, aunque enarqué un par de veces las cejas cuando habló de las cagadas que solía cometer .Era cierto que era muy impulsivo, que los problemas me acompañaban donde quiera que fuera, mas ¿acaso no salia victorioso de ellos?
-Si no recuerdo mal estamos en el futuro por la magia descontrolada de cierta bruja -apunté con una picara sonrisa.
El plan pronto estuvo en marcha, la carta entregada, hizo que Elora dejara de velar a su único amigo mientras este salia de la cama ayudado por mi y Elora para quedar custodiado por la “Elora del pasado”
Yo me introduje en el lecho, cerré los ojos y espere a la “futura Elora” no era muy bueno interpretando, pero bueno, solo tenia que ser yo habiendo perdido a Valeria, algo que en cierto modo no distaba mucho de la realidad teniendo en cuenta que mi anillo no brillaba en su dedo...ese papel seria fácil ¿o no?
Sonreí de medio lado mirando a Elora comer con delicadeza, abstraída en sus propios pensamientos.
-Así estas, pareces un pajarillo. A los hombres nos gusta tenes de donde agarrar -traté de poner una nota de humor al asunto -¿como esperas gustarle así a mi Höor futuro?
No pude evitar echarme a reír cuando esta frunció el ceño, aun a estas alturas parecía no saber lo fácil que me resultaba bromear con ella y lo mucho que me divertía hacerla enfadar.
Una vez terminamos la vi garabatear un manuscrito con suma velocidad, parecía que eso era lo que nos ayudaría a sacar a la “Elora futura” de la cámara donde Höor dormia.
Era algo extraño, pero pese a que ese pobre desgraciado era yo, hablaba de él como si fuera un completo extraño, como si suerte no fuera por ende la mía. Una suerte que de no olvidar a Valeria me condenaba a una vida en el infierno eterno.
Ese hombre había perdido todo, la esperanza, la razón y el corazón. Posiblemente por eso no despertaba, no quería luchar si no ir al Valhalla
La señorita Cavey tomó una decisión, a estas alturas no sabia si equivocada, pues al parecer si ella había pedido a su marido que me disparara es porque no me amaba. Quizás con ese hombre había encontrado la paz, la serenidad, la felicidad que yo era incapaz de darle con mi tempestuoso carácter.
Era cierto que la amaba y estaba seguro que ella también me quería, pero del mismo modo la verdad es que chocábamos como volcanes en erupción, fuertes caracteres que colisionaban sin darse tregua logrando que nos consumiéramos el uno al otro.
Nuestro amor era nuestra condena, pero bendita condena, ardería en su infierno si ella me lo pidiera.
Era tan fácil decirme que si, pero algo la hacia dudar. Algo que me mantenía en vilo, en tensión y ahora con un espacio tiempo que ella me había pedido me sentía tan lejos y tan necesitado que la sensación me destruía por dentro.
No podía prometerle una vida en paz, porque yo era tempestad.
Asumiría, si así Elora me lo contaba, que ella había encontrado la felicidad. Me prometí que la dejaría ir si era así, porque si algo había descubierto es que el amor es pensar mas en el otro que en uno mismo.
Condenaría mi destino, mi futuro y mi vida a cambio de salvar la suya.
Elora me sacó de mis propios pensamientos explicándome que era eso que tenia que preguntar. Lo que nos ayudaria a regresar y con ello a cumplir mi promesa, la de volver junto al amor de mi vida, Valeria.
Asentí, aunque enarqué un par de veces las cejas cuando habló de las cagadas que solía cometer .Era cierto que era muy impulsivo, que los problemas me acompañaban donde quiera que fuera, mas ¿acaso no salia victorioso de ellos?
-Si no recuerdo mal estamos en el futuro por la magia descontrolada de cierta bruja -apunté con una picara sonrisa.
El plan pronto estuvo en marcha, la carta entregada, hizo que Elora dejara de velar a su único amigo mientras este salia de la cama ayudado por mi y Elora para quedar custodiado por la “Elora del pasado”
Yo me introduje en el lecho, cerré los ojos y espere a la “futura Elora” no era muy bueno interpretando, pero bueno, solo tenia que ser yo habiendo perdido a Valeria, algo que en cierto modo no distaba mucho de la realidad teniendo en cuenta que mi anillo no brillaba en su dedo...ese papel seria fácil ¿o no?
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Colores del dialógo para no liarse ~~Elora del futuro ~~Elora del pasado~~
— Idiota!! no me gustas, ni ahora ni en el futuro ni nunca!!.— le dio un puñetazo flojo en el brazo antes sus comentarios, pero lo cierto es que le arrancó una sonrisa. No podía negar que Cannif era divertido y que tenia una jeta impresionante, pero por eso tal vez hacían buen equipo.
Hundió los dedos en un ungüento que tenía en el despacho y se embadurnó un mechón de pelo para que estuviera blanco como los de la Elora del futuro. Se pusieron en marcha, ella fue a buscar al vikingo para llevarlo a otra habitación y se quedaron allí, de forma que Höor pudiera sustituirlo en la cama. La Elora del futuro regresó de realizar el ritual que le había sido encomendado a través de la carta que encontró y fue al encuentro del norteño que estaba en la cama convaleciente. Se sentó a su lado y le pasó la mano por la frente.
— Bien... no tienes fiebre. Eso es buena señal. ¿Cómo te encuentras? Höor, ha sucedido algo que...tengo que contártelo, es extraño. He recibido una carta que supuestamente he escrito yo misma pero dentro de unos años. Al parecer mis investigaciones sobre el control del tiempo han dado su fruto y yo misma desde el futuro me he enviado una misiva...— se pasó las manos por la cara, aunque su gesto era mucho más relajado que el día anterior, y brillaba una pequeña luz en él.— No se por qué pero me ha devuelto un poco la esperanza. Me dice qué luchemos por el futuro, que todavía tenemos mucho por vivir y que aunque no es fácil valdrá la pena.
Sujetó la manos de Höor con ambas manos, pequeñas en comparación a la suya, sin darse cuenta que ese Höor no era el que ella había curado.
— ya se que tu vida sin Valeria es un infierno, pero al parecer el futuro no es tan negro. Esa Elora no dice nada concreto de tu futuro, pero tengo la sensación de que nos irá bien, no sé cómo ni por qué, pero lo siento aquí.— se señaló el corazón.— Aunque nadie nos devuelva a Xar ni a Valeria.
Mientras tanto la Elora del pasado cuidaba del Höor herido en otra habitación. Había establecido una red de espías muertos y le iban dando parte de lo que la otra Elora hablaba con su Höor. Bien, le había contado lo de la carta. Tenía que contárselo también a él y sembrar esa semilla de la esperanza en su vida. No podían dejar que sus alter ego del futuro se acabasen tirando por un puente.
— ¿Cómo estás? no tienes fiebre, eso es buena señal.— Le relató la misma historia que la otra Elora había contado al falso Höor. Podía sentir su dolor tan de cerca que le hacía daño. De paso tiró de la lengua al vikingo para que le contase un poco más sobre lo que le pasó con Valeria.— Cuéntame qué ocurrió en esa mansión, los hombres que te trajeron no me dijeron apenas nada.
— Idiota!! no me gustas, ni ahora ni en el futuro ni nunca!!.— le dio un puñetazo flojo en el brazo antes sus comentarios, pero lo cierto es que le arrancó una sonrisa. No podía negar que Cannif era divertido y que tenia una jeta impresionante, pero por eso tal vez hacían buen equipo.
Hundió los dedos en un ungüento que tenía en el despacho y se embadurnó un mechón de pelo para que estuviera blanco como los de la Elora del futuro. Se pusieron en marcha, ella fue a buscar al vikingo para llevarlo a otra habitación y se quedaron allí, de forma que Höor pudiera sustituirlo en la cama. La Elora del futuro regresó de realizar el ritual que le había sido encomendado a través de la carta que encontró y fue al encuentro del norteño que estaba en la cama convaleciente. Se sentó a su lado y le pasó la mano por la frente.
— Bien... no tienes fiebre. Eso es buena señal. ¿Cómo te encuentras? Höor, ha sucedido algo que...tengo que contártelo, es extraño. He recibido una carta que supuestamente he escrito yo misma pero dentro de unos años. Al parecer mis investigaciones sobre el control del tiempo han dado su fruto y yo misma desde el futuro me he enviado una misiva...— se pasó las manos por la cara, aunque su gesto era mucho más relajado que el día anterior, y brillaba una pequeña luz en él.— No se por qué pero me ha devuelto un poco la esperanza. Me dice qué luchemos por el futuro, que todavía tenemos mucho por vivir y que aunque no es fácil valdrá la pena.
Sujetó la manos de Höor con ambas manos, pequeñas en comparación a la suya, sin darse cuenta que ese Höor no era el que ella había curado.
— ya se que tu vida sin Valeria es un infierno, pero al parecer el futuro no es tan negro. Esa Elora no dice nada concreto de tu futuro, pero tengo la sensación de que nos irá bien, no sé cómo ni por qué, pero lo siento aquí.— se señaló el corazón.— Aunque nadie nos devuelva a Xar ni a Valeria.
Mientras tanto la Elora del pasado cuidaba del Höor herido en otra habitación. Había establecido una red de espías muertos y le iban dando parte de lo que la otra Elora hablaba con su Höor. Bien, le había contado lo de la carta. Tenía que contárselo también a él y sembrar esa semilla de la esperanza en su vida. No podían dejar que sus alter ego del futuro se acabasen tirando por un puente.
— ¿Cómo estás? no tienes fiebre, eso es buena señal.— Le relató la misma historia que la otra Elora había contado al falso Höor. Podía sentir su dolor tan de cerca que le hacía daño. De paso tiró de la lengua al vikingo para que le contase un poco más sobre lo que le pasó con Valeria.— Cuéntame qué ocurrió en esa mansión, los hombres que te trajeron no me dijeron apenas nada.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
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Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Höor Presente:
Abrí los ojos al sentir su cálida mano sobre mi frente, hubiera sonreído, mas su aspecto borraba de mi esa media sonrisa altiva de la que de normal hacia gala.
Tenia que interpretar a un hombre derruido, uno que lo había perdido todo y que anhelaba el Valhalla, si no quería que ella se diera cuenta del engaño.
Elora podía ser muchas cosas, pero sin duda demás de una deslenguada era una mujer muy inteligente.
Escuché en silencio su relato, me gustaba ver ese brillo de esperanza en sus ojos mientras sujetaba con fuerza mi mano entre las suyas.
Era increíble que pese a haber perdido a Xar, fuera ella y no yo, la que estuviera infundiéndome un atisbo de luz en la oscuridad mas profunda.
No pude evitar sonreír de medio lado finalmente, mientras me reincorporaba con lentitud, como si la herida de bala, quebrara todavía mi cuerpo. Tiré de ella para atraería hasta mi cama, no se si el Höor futuro hacia eso, mas..era yo y la quería cerca.
Mis dedos se pasearon por su brazo acabando de escuchar el relato, ese que bien conocía pues había visto trazar cada una de esas lineas. Manuscrito que había conseguido marcar en ella una llama de esperanza.
Su mano termino enredada en la mía sobre su pecho, yo la observaba en silencio, habían pasado diez años pero seguía tan hermosa como el primer día que la encontré en aquel anticuario.
-¿recuerdas el día que nos conocimos? -pregunté sin venir a cuento
Seguramente para ella había pasado ya demasiado tiempo para percatarse de los minúsculos detalles que todavía grababa a fuego en mi mente.
-Quiero volver a verte así, logrando que una maquina que aparentemente no llama mi atención, salte y se convierta en una corta dedos. Aquel día vi algo especial en ti, supongo que eso trazo nuestro destino hasta llegar aquí. Has perdido a Xar y yo -hice una pausa, todavía me costaba asumir esa realidad, incluso pronunciarla en voz alta. Amaba a Valiera por encima de todas las cosas.
-yo a Valeria, pero ¿seguimos vivos no? -sonreí de nuevo con picardia -vale, estoy vivo por tu maldita culpa, no me dejas ir en paz al Valhalla. -Bromeé.
Posé mis labios en su hombro despacio, apoyando allí mi barbilla poco después mientras esta se recolocaba contra mi pecho.
-Elora, estoy un tanto confuso, dices que la carta ha llegado del ¿futuro? ¿entonces? Se puede viajar en el tiempo? ¿es posible? ¿podrías hacerlo?
No me gustaba fingir, menos engañarla, pero..sabia que era para un buen fin, volver, cumplir mi promesa y darle a “la Elora de mi tiempo” la oportunidad de salvar al amor de su vida.
Höor Futuro:
Abrí los ojos lentamente, odiaba las armas de fuego por el quemazón que dejaban en la piel. Siempre pensé que eran de cobardes, de hombres incapaces de mirarte de frente y esgrimir el acero.
Eso era el marido de Valeria Cavey, la madre de mis hijas, un inútil que se había apoderado de mi vida.
No se que vio en ese ser, que aunque si entendía de finanzas, era un medio hombre que dudaba fuera capaz ni siquiera de satisfacerla en la cama.
Mis ojos se hundieron con ira en los de mi amiga ¿que no entendía? Quería irme, descansar y que me curara solo convertía mi vida en un vuelta a empezar.
Llevé las manos a mi rostro desesperado, sabia que ella me necesitaba y por eso no iba a ser duro con ella, pero yo anhelaba acabar con todo, hacerlo ya.
-Estoy bien -aseguré con cierta frialdad mientras trataba de incorporarme arrancándome las entrañas con cada movimiento.
Apoyé mi espalda contra el cabecero de la cama y hundí mis orbes en sus pardos.
-Lo de siempre, trataba de ver a Lilitt y a Violette. Son mis hijas, tengo derecho a poder llevármelas, o al menos verlas sin tener a ese “medio hombre” controlándome.
Valeria y yo discutimos de forma acalorada, ella siempre quiere imponer su voluntad sobre las cosas y yo...yo no entiendo nada.
El “medio hombre” saco una pistola, al parecer no le gusta el modo acalorado con el que discuto con su mujer -sonreí de medio lado , la tensión sexual entre ambos seguía siendo evidente -así que alzó la pistola, apunto a mi pecho y Valeria grito “Hazlo”
No recuerdo mucho mas Elora...
Abrí los ojos al sentir su cálida mano sobre mi frente, hubiera sonreído, mas su aspecto borraba de mi esa media sonrisa altiva de la que de normal hacia gala.
Tenia que interpretar a un hombre derruido, uno que lo había perdido todo y que anhelaba el Valhalla, si no quería que ella se diera cuenta del engaño.
Elora podía ser muchas cosas, pero sin duda demás de una deslenguada era una mujer muy inteligente.
Escuché en silencio su relato, me gustaba ver ese brillo de esperanza en sus ojos mientras sujetaba con fuerza mi mano entre las suyas.
Era increíble que pese a haber perdido a Xar, fuera ella y no yo, la que estuviera infundiéndome un atisbo de luz en la oscuridad mas profunda.
No pude evitar sonreír de medio lado finalmente, mientras me reincorporaba con lentitud, como si la herida de bala, quebrara todavía mi cuerpo. Tiré de ella para atraería hasta mi cama, no se si el Höor futuro hacia eso, mas..era yo y la quería cerca.
Mis dedos se pasearon por su brazo acabando de escuchar el relato, ese que bien conocía pues había visto trazar cada una de esas lineas. Manuscrito que había conseguido marcar en ella una llama de esperanza.
Su mano termino enredada en la mía sobre su pecho, yo la observaba en silencio, habían pasado diez años pero seguía tan hermosa como el primer día que la encontré en aquel anticuario.
-¿recuerdas el día que nos conocimos? -pregunté sin venir a cuento
Seguramente para ella había pasado ya demasiado tiempo para percatarse de los minúsculos detalles que todavía grababa a fuego en mi mente.
-Quiero volver a verte así, logrando que una maquina que aparentemente no llama mi atención, salte y se convierta en una corta dedos. Aquel día vi algo especial en ti, supongo que eso trazo nuestro destino hasta llegar aquí. Has perdido a Xar y yo -hice una pausa, todavía me costaba asumir esa realidad, incluso pronunciarla en voz alta. Amaba a Valiera por encima de todas las cosas.
-yo a Valeria, pero ¿seguimos vivos no? -sonreí de nuevo con picardia -vale, estoy vivo por tu maldita culpa, no me dejas ir en paz al Valhalla. -Bromeé.
Posé mis labios en su hombro despacio, apoyando allí mi barbilla poco después mientras esta se recolocaba contra mi pecho.
-Elora, estoy un tanto confuso, dices que la carta ha llegado del ¿futuro? ¿entonces? Se puede viajar en el tiempo? ¿es posible? ¿podrías hacerlo?
No me gustaba fingir, menos engañarla, pero..sabia que era para un buen fin, volver, cumplir mi promesa y darle a “la Elora de mi tiempo” la oportunidad de salvar al amor de su vida.
Höor Futuro:
Abrí los ojos lentamente, odiaba las armas de fuego por el quemazón que dejaban en la piel. Siempre pensé que eran de cobardes, de hombres incapaces de mirarte de frente y esgrimir el acero.
Eso era el marido de Valeria Cavey, la madre de mis hijas, un inútil que se había apoderado de mi vida.
No se que vio en ese ser, que aunque si entendía de finanzas, era un medio hombre que dudaba fuera capaz ni siquiera de satisfacerla en la cama.
Mis ojos se hundieron con ira en los de mi amiga ¿que no entendía? Quería irme, descansar y que me curara solo convertía mi vida en un vuelta a empezar.
Llevé las manos a mi rostro desesperado, sabia que ella me necesitaba y por eso no iba a ser duro con ella, pero yo anhelaba acabar con todo, hacerlo ya.
-Estoy bien -aseguré con cierta frialdad mientras trataba de incorporarme arrancándome las entrañas con cada movimiento.
Apoyé mi espalda contra el cabecero de la cama y hundí mis orbes en sus pardos.
-Lo de siempre, trataba de ver a Lilitt y a Violette. Son mis hijas, tengo derecho a poder llevármelas, o al menos verlas sin tener a ese “medio hombre” controlándome.
Valeria y yo discutimos de forma acalorada, ella siempre quiere imponer su voluntad sobre las cosas y yo...yo no entiendo nada.
El “medio hombre” saco una pistola, al parecer no le gusta el modo acalorado con el que discuto con su mujer -sonreí de medio lado , la tensión sexual entre ambos seguía siendo evidente -así que alzó la pistola, apunto a mi pecho y Valeria grito “Hazlo”
No recuerdo mucho mas Elora...
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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Fecha de inscripción : 21/09/2016
Localización : el placentero infierno de tus piernas.
Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Elora del futuro:
Se acomodó entre los brazos de Höor apoyando la espalda en el cabecero y haciéndole un poco de almohada porque estaba herido. Aquella carta los había removido profundamente a ambos.
— Claro que me acuerdo. Fui al anticuario a recoger algo que necesitaba para el hechizo que atase la voluntad de Mauritz. Me pareciste tan... fuera de lugar allí con tus pieles de oso, calado, impaciente... y no sé por qué, tu aura quizás que me lo gritó o... yo no sé qué fue, pero me apeteció hablarte y conocerte. Después dijiste que buscabas esa espada y ya captaste mi interés por completo.— se quedó algo pensativa cuando le dijo que no lo dejaba irse al Valhalla, aunque se lo dijo de broma.— Tienes razón, soy una egoista, pero es que... tengo una larga lista de ausencias y abandonos en mi vida, no quería que me faltases tú también. Xaryne era mi corazón pero tú... tú eres mis manos, con las que me aferro a esta vida y a la cordura. Si no hubieras estado, a estas alturas ya sería... nada. Un cascarón vacío, una muerta en vida, una bruja loca y mamarracha. Seguramente no te lo haya dicho nunca y... aunque a veces pueda hacerlo cuando os vais al otro mundo, prefiero decírtelo ya: siempre has sido y eres muy importante para mi. Gracias por seguir conmigo, por retrasar tu entrada en el Valhalla.
Suspiró y sintió cómo una parte del corazón de piedra que ahora ocupaba lugar en su pecho, se fundía. Por fin era capaz de sentir algo de nuevo, algo que emergía a través del dolor que anegaba su alma plagada de oscuridad. Por primera vez en años regresaba el brillo a sus ojos, la chispa de la vida, la esperanza en un futuro.
— Al parecer sí que tengo éxito con los hechizos de Temporis. ¿Te das cuenta de lo que significa? podremos volver al pasado, regresar sobre nuestros pasos y evitar esta vida...Quizás para nosotros ya sea tarde, pero en otra realidad hay una Elora y un Höor que podrían correr una suerte diferente si les avisamos. Me pondré a trabajar en ello de inmediato.
Elora del pasado, en otra habitación:
La bruja se quedó estupefacta. Höor y Valeria habían tenido dos niñas, dos gemelas, y al parecer ella se había casado con otro y no dejaba que las viera. Eso era terrible!!! se lo tenía que contar a su Höor en cuanto le fuera posible.
— Bueno...ya sabemos cómo está el tema pero... son tus hijas, y eso es sagrado. Hablaré con un abogado, conozco uno muy bueno y a él le escuchará. Básicamente porque no le quedará más remedio.— Elora supuso que la otra Elora no habría querido hablar con nadie en años, y aunque hubiera querido hacerlo, Höor no la habría dejado. Pero esta Elora mostraba una determinación y una fuerza muy diferente de las que había demostrado desde la muerte de Xar.— No puedes obligarla a quererte, o que esté contigo... pero sí a que te deje ver a las niñas. Y lo siento pero ahí no pienso transigir. Esas niñas no estarán mejor sin ti, eres su padre y cuando despierten con el don de tu familia te van a necesitar. Yo te ayudaré. Es lo que dice la carta...hay futuro Höor, quizás sin Valeria ni Xayne, pero tú tienes a tus hijas que te van a necesitar, y yo... te tengo a ti. Que me vas a necesitar para sacarte de tus líos. Siempre estaré a tu lado mientras decidas quedarte en esta dimensión, porque.... yo también te necesito.— le sonrió y le dio un beso en la mejilla.— y ahora vamos a cambiarte esos vendajes.
La noche cayó sobre la mansión y la Elora del futuro le dijo a Höor que iba a darse un baño y a cenar. Él le contestó que la esperaría abajo, junto a la chimenea. La otra Elora llevó al Höor herido al sofá junto a la lumbre y le dijo lo mismo. Los viajeros del pasado se encontraron de nuevo en los pasadizos de la casa y se pusieron al día de las conversaciones mantenidas entre ellos y sus "yo" del futuro. Las cosa se ponía interesante. Ahora sus alter egos habían recuperado la chispa, la vidilla, el interés por vivir, las ganas de luchar, con una simple carta y unas palabras de ánimo. Quizás sus vidas fueran un erial, pero al menos se tenían el uno al otro para sostenerse a flote. Ya sólo faltaba descubrir la forma de regresar en el tiempo al día en que desaparecieron en Reims. Con suerte los demás no se habrían dado ni cuenta.
Se acomodó entre los brazos de Höor apoyando la espalda en el cabecero y haciéndole un poco de almohada porque estaba herido. Aquella carta los había removido profundamente a ambos.
— Claro que me acuerdo. Fui al anticuario a recoger algo que necesitaba para el hechizo que atase la voluntad de Mauritz. Me pareciste tan... fuera de lugar allí con tus pieles de oso, calado, impaciente... y no sé por qué, tu aura quizás que me lo gritó o... yo no sé qué fue, pero me apeteció hablarte y conocerte. Después dijiste que buscabas esa espada y ya captaste mi interés por completo.— se quedó algo pensativa cuando le dijo que no lo dejaba irse al Valhalla, aunque se lo dijo de broma.— Tienes razón, soy una egoista, pero es que... tengo una larga lista de ausencias y abandonos en mi vida, no quería que me faltases tú también. Xaryne era mi corazón pero tú... tú eres mis manos, con las que me aferro a esta vida y a la cordura. Si no hubieras estado, a estas alturas ya sería... nada. Un cascarón vacío, una muerta en vida, una bruja loca y mamarracha. Seguramente no te lo haya dicho nunca y... aunque a veces pueda hacerlo cuando os vais al otro mundo, prefiero decírtelo ya: siempre has sido y eres muy importante para mi. Gracias por seguir conmigo, por retrasar tu entrada en el Valhalla.
Suspiró y sintió cómo una parte del corazón de piedra que ahora ocupaba lugar en su pecho, se fundía. Por fin era capaz de sentir algo de nuevo, algo que emergía a través del dolor que anegaba su alma plagada de oscuridad. Por primera vez en años regresaba el brillo a sus ojos, la chispa de la vida, la esperanza en un futuro.
— Al parecer sí que tengo éxito con los hechizos de Temporis. ¿Te das cuenta de lo que significa? podremos volver al pasado, regresar sobre nuestros pasos y evitar esta vida...Quizás para nosotros ya sea tarde, pero en otra realidad hay una Elora y un Höor que podrían correr una suerte diferente si les avisamos. Me pondré a trabajar en ello de inmediato.
Elora del pasado, en otra habitación:
La bruja se quedó estupefacta. Höor y Valeria habían tenido dos niñas, dos gemelas, y al parecer ella se había casado con otro y no dejaba que las viera. Eso era terrible!!! se lo tenía que contar a su Höor en cuanto le fuera posible.
— Bueno...ya sabemos cómo está el tema pero... son tus hijas, y eso es sagrado. Hablaré con un abogado, conozco uno muy bueno y a él le escuchará. Básicamente porque no le quedará más remedio.— Elora supuso que la otra Elora no habría querido hablar con nadie en años, y aunque hubiera querido hacerlo, Höor no la habría dejado. Pero esta Elora mostraba una determinación y una fuerza muy diferente de las que había demostrado desde la muerte de Xar.— No puedes obligarla a quererte, o que esté contigo... pero sí a que te deje ver a las niñas. Y lo siento pero ahí no pienso transigir. Esas niñas no estarán mejor sin ti, eres su padre y cuando despierten con el don de tu familia te van a necesitar. Yo te ayudaré. Es lo que dice la carta...hay futuro Höor, quizás sin Valeria ni Xayne, pero tú tienes a tus hijas que te van a necesitar, y yo... te tengo a ti. Que me vas a necesitar para sacarte de tus líos. Siempre estaré a tu lado mientras decidas quedarte en esta dimensión, porque.... yo también te necesito.— le sonrió y le dio un beso en la mejilla.— y ahora vamos a cambiarte esos vendajes.
La noche cayó sobre la mansión y la Elora del futuro le dijo a Höor que iba a darse un baño y a cenar. Él le contestó que la esperaría abajo, junto a la chimenea. La otra Elora llevó al Höor herido al sofá junto a la lumbre y le dijo lo mismo. Los viajeros del pasado se encontraron de nuevo en los pasadizos de la casa y se pusieron al día de las conversaciones mantenidas entre ellos y sus "yo" del futuro. Las cosa se ponía interesante. Ahora sus alter egos habían recuperado la chispa, la vidilla, el interés por vivir, las ganas de luchar, con una simple carta y unas palabras de ánimo. Quizás sus vidas fueran un erial, pero al menos se tenían el uno al otro para sostenerse a flote. Ya sólo faltaba descubrir la forma de regresar en el tiempo al día en que desaparecieron en Reims. Con suerte los demás no se habrían dado ni cuenta.
Elora Paine- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 378
Fecha de inscripción : 04/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: TEMPORIS. (Un viaje al tiempo futuro) {Privado}
Höor Presente:
Las palabras de Elora llegaban a mi quebrando mi corazón, no tenia ni la menor idea de que diez años mas tarde yo pudiera representar tanto para esa mujer que ahora, aunque estaba echa jirones, parecía entre mis brazos fundir su endurecido corazón para regalarme un aliento, una esperanza.
Mis dedos se engarzaron a los suyos, dejando que esta vez mi mano se convirtiera en un porque.
Hablaba de volver en el tiempo, de contar a nuestros “yo pasados” lo sucedido y que no fuera tarde para ellos..pero daba por perdidos nuestros “yo futuros”
-Elora, estoy aquí, ¿me notas? -mis dedos dibujaron el contorno de su cintura ascendiendo despacio por ella hasta alcanzar su pecho, deteniendose en su corazón -Quizas es tarde para Xar y para Valeria, ambas eligieron en cierto modo su destino..pero seguimos vivos -apunté susurrando en su oído la evidencia -vale, si, yo por tu culpa e insistencia de no dejarme ir al Valhalla -bromeé dejando que una sonrisa altiva de medio lado se dibujara en mis labios -pero..aquí sigo, también tu ¿por que no simplemente...seguimos andando?
Su rostro se giró para entronerarse con el mio. Nuestros alientos se entremezclaron, mis ojos dibujaron sus labios con lentitud y estos se entreabrieron encendidos en fuego.
-Necesito un baño -musité guiñándole un ojo mientras la empujaba con suavidad para que me permitiera alzarme
-¿y si me esperas abajo? Frente a la lumbre, cenamos con vino, olvidamos por una noche que lo hemos perdido todo y nos ¿encontramos?
Esperanza, eso vislumbré en sus ojos, un regalo que posiblemente mi “yo futuro” no hubiera sido capaz de entregarle. Yo por ende, si estaba mas dispuesto a demostrarle que para mi era demasiado importante para verla apagarse y morir entre esas cuatro paredes.
Nuestros “yos futuros” se necesitaban, eso lo vería hasta un ciego, este solo era un pequeño empujón...el futuro dependía de ellos.
Así ella abandono la cámara y yo corrí hacia los pasadizos donde había quedado con Elora.
Höor Futuro:
Escuche en silencio la determinación de esa mujer, que hoy parecía haber rejuvenecido diez años..no solo estaba preciosa, si no, enérgica, vital, como si su animo estuviera decidido a arrastrar con el a este guerrero que sentía haberlo perdido todo.
-No quiero que Valeria sufra, sigo enamorado de ella -confesé como si eso no fuera algo suficientemente evidente.
-La discursion ha venido por eso. Lilith no es capaz de controlarse, su magia a despertado, tiene sueños, visiones. Cada vez es mas fuerte y ella tiene solo nueve años. Necesita alguien que le enseñe, que la guie, que no le haga creer que lo que tiene esta mal, que es pecaminoso..que le haga ver la realidad, que es un don que aprenderá con el tiempo a controlar.
Pero ese “medio hombre” cristiano de mierda, no para de santiguarse frente a ella. Cuando se descontrola la encierra como si fuera un monstruo. Alega que la comunidad la verá como una bruja que es lo que es y la quemaran en la hoguera.
Valeria trata de protegerla, pero del modo equivocado, la esconde y eso hace que el desasosiego de la pequeña crezca, no entiende nada y yo por mas que intento explicarle las cosas siempre tengo a ese “medio hombre” observándome.
Le metería la espada por el culo, si no supiera que la inquisición se metería por medio y acabaría descubriendo a mi pequeña.
Tensé el gesto desesperado, revolviéndome en la cama, preso del dolor, la frustración y la rabia.
-Me siento impotente, no puedo salvar a mi familia de ese demente. Sabes que es un hombre con contactos, la inquisición le debe favores y aunque matarlo seria demasiado fácil ..las consecuencias para Lilith serian trágicas. Algo me dice que tiene ases en la manga, que si le tocara un pelo, desvelaría su secreto.
Me tiene atado de pies y manos Elora.
Mientras veo a Violette apagarse, su mirada esta cargada de ira. Ese tipo la odia porque sus ojos son los míos, porque es impulsiva, incapaz de estar quieta, se mete en líos, es rebelde..tiene el corazón de un guerrero y ya se ha metido en medio mas de una vez cuando ese “medio hombre” encierra a su hermana para que se controle.
Temo que en alguno de esos encontronazos salga herida y mientras Valeria parece perdida en su afán por protegernos a todos.
Claro que hoy a decidido que pegarme un tiro era el modo de proteger a las niñas de mi, su padre.
Elora beso mi mejilla ayudándome a cambiar mis vendas antes de bajarme al sofá frente a la lumbre...allí la esperaría para poder cenar, al menos esperaba un resquicio de paz, estaba tan cansado de luchar.
Elora y Höor presentes:
Nos juntamos en los pasadizos de nuevo, nuestras miradas se cruzaron ligeramente funestas, ambos habiamos descubierto demasiadas cosas...
-Elora futura va a preparar un hechizo para volver atrás en el tiempo, solo necesitamos apoderarnos de el y usarlo antes que ellos.
Tenemos que volver.
¿Que has descubierto? -le pregunté de forma inquisidora.
Las palabras de Elora llegaban a mi quebrando mi corazón, no tenia ni la menor idea de que diez años mas tarde yo pudiera representar tanto para esa mujer que ahora, aunque estaba echa jirones, parecía entre mis brazos fundir su endurecido corazón para regalarme un aliento, una esperanza.
Mis dedos se engarzaron a los suyos, dejando que esta vez mi mano se convirtiera en un porque.
Hablaba de volver en el tiempo, de contar a nuestros “yo pasados” lo sucedido y que no fuera tarde para ellos..pero daba por perdidos nuestros “yo futuros”
-Elora, estoy aquí, ¿me notas? -mis dedos dibujaron el contorno de su cintura ascendiendo despacio por ella hasta alcanzar su pecho, deteniendose en su corazón -Quizas es tarde para Xar y para Valeria, ambas eligieron en cierto modo su destino..pero seguimos vivos -apunté susurrando en su oído la evidencia -vale, si, yo por tu culpa e insistencia de no dejarme ir al Valhalla -bromeé dejando que una sonrisa altiva de medio lado se dibujara en mis labios -pero..aquí sigo, también tu ¿por que no simplemente...seguimos andando?
Su rostro se giró para entronerarse con el mio. Nuestros alientos se entremezclaron, mis ojos dibujaron sus labios con lentitud y estos se entreabrieron encendidos en fuego.
-Necesito un baño -musité guiñándole un ojo mientras la empujaba con suavidad para que me permitiera alzarme
-¿y si me esperas abajo? Frente a la lumbre, cenamos con vino, olvidamos por una noche que lo hemos perdido todo y nos ¿encontramos?
Esperanza, eso vislumbré en sus ojos, un regalo que posiblemente mi “yo futuro” no hubiera sido capaz de entregarle. Yo por ende, si estaba mas dispuesto a demostrarle que para mi era demasiado importante para verla apagarse y morir entre esas cuatro paredes.
Nuestros “yos futuros” se necesitaban, eso lo vería hasta un ciego, este solo era un pequeño empujón...el futuro dependía de ellos.
Así ella abandono la cámara y yo corrí hacia los pasadizos donde había quedado con Elora.
Höor Futuro:
Escuche en silencio la determinación de esa mujer, que hoy parecía haber rejuvenecido diez años..no solo estaba preciosa, si no, enérgica, vital, como si su animo estuviera decidido a arrastrar con el a este guerrero que sentía haberlo perdido todo.
-No quiero que Valeria sufra, sigo enamorado de ella -confesé como si eso no fuera algo suficientemente evidente.
-La discursion ha venido por eso. Lilith no es capaz de controlarse, su magia a despertado, tiene sueños, visiones. Cada vez es mas fuerte y ella tiene solo nueve años. Necesita alguien que le enseñe, que la guie, que no le haga creer que lo que tiene esta mal, que es pecaminoso..que le haga ver la realidad, que es un don que aprenderá con el tiempo a controlar.
Pero ese “medio hombre” cristiano de mierda, no para de santiguarse frente a ella. Cuando se descontrola la encierra como si fuera un monstruo. Alega que la comunidad la verá como una bruja que es lo que es y la quemaran en la hoguera.
Valeria trata de protegerla, pero del modo equivocado, la esconde y eso hace que el desasosiego de la pequeña crezca, no entiende nada y yo por mas que intento explicarle las cosas siempre tengo a ese “medio hombre” observándome.
Le metería la espada por el culo, si no supiera que la inquisición se metería por medio y acabaría descubriendo a mi pequeña.
Tensé el gesto desesperado, revolviéndome en la cama, preso del dolor, la frustración y la rabia.
-Me siento impotente, no puedo salvar a mi familia de ese demente. Sabes que es un hombre con contactos, la inquisición le debe favores y aunque matarlo seria demasiado fácil ..las consecuencias para Lilith serian trágicas. Algo me dice que tiene ases en la manga, que si le tocara un pelo, desvelaría su secreto.
Me tiene atado de pies y manos Elora.
Mientras veo a Violette apagarse, su mirada esta cargada de ira. Ese tipo la odia porque sus ojos son los míos, porque es impulsiva, incapaz de estar quieta, se mete en líos, es rebelde..tiene el corazón de un guerrero y ya se ha metido en medio mas de una vez cuando ese “medio hombre” encierra a su hermana para que se controle.
Temo que en alguno de esos encontronazos salga herida y mientras Valeria parece perdida en su afán por protegernos a todos.
Claro que hoy a decidido que pegarme un tiro era el modo de proteger a las niñas de mi, su padre.
Elora beso mi mejilla ayudándome a cambiar mis vendas antes de bajarme al sofá frente a la lumbre...allí la esperaría para poder cenar, al menos esperaba un resquicio de paz, estaba tan cansado de luchar.
Elora y Höor presentes:
Nos juntamos en los pasadizos de nuevo, nuestras miradas se cruzaron ligeramente funestas, ambos habiamos descubierto demasiadas cosas...
-Elora futura va a preparar un hechizo para volver atrás en el tiempo, solo necesitamos apoderarnos de el y usarlo antes que ellos.
Tenemos que volver.
¿Que has descubierto? -le pregunté de forma inquisidora.
Höor Cannif- Realeza Neerlandesa
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