We're both sinners |Diodore (+18)

por **Cailen Gowan** Lun Dic 19, 2016 12:42 am

Recuerdo del primer mensaje :

Habían pasado dos semanas desde aquella vez que había acudido a la capilla del orfanato en busca de ayuda. Al joven sacerdote le había hecho la promesa de volver, de todas maneras, no podía hacer menos luego de que este me ayudara de la forma en la que lo hizo.

Caminé hacia el orfanato, lamentablemente con manos vacías -y aquello me hacía sentir mal conmigo mismo- pero de nuevo estaba escaso de dinero y solo tenía suficiente para comer los siguientes tres días a lo mucho, no podía comprar un obsequio por más pequeño que fuera.

Después de un par de horas andando, por fin divisé el viejo edificio y la capilla, aquella visión hizo que me brillaran los ojos, me sentía muy contento, había cumplido con mi promesa. Fui directo a la capilla no sin antes saludar a una monja que me reconoció de mi última visita; iba a tocar la pesada puerta pero para mi sorpresa ya estaba semi-abierta, aquello me confundió un momento pero una vez que escuché risas infantiles del interior volví a sonreír, incluso solté una risilla por mi parte, entré y me detuve en el umbral a contemplar la escena, dos niños y una niña, no mayores de 10 años estaban jugando a las traes y corrían por todo el lugar. Un niño, mucho más pequeño que ellos estaba sentado sobre la mesa utilizada para la santa misa y balanceaba sus cortas piernas mientras hablaba con la persona a quien buscaba.

-Padre Diodore. -Saludé desde la entrada con una sonrisa al tiempo que caminaba hacia ellos, mi voz resonando en un potente eco debido a la arquitectura del edificio.

por **Diodore Pomeroy** Jue Mar 23, 2017 12:24 am

No parecía ser un tema adecuado para el momento y notó como cambiaba el rostro de Cailen cuando comenzaba a hablar del asunto, se le notaba avergonzado y por unos instantes sintió que sería mejor detener las cosas y continuar hablando sobre ello, pero si lo hacía, perdería la oportunidad de explorar esa parte de si mismo que nunca se había atrevido a mostrar a otra persona y no tendría el vino como excusa para sentirse menos culpable de como estaba actuando.

-No eres horrible – Le interrumpió con una sonrisa – Todos tenemos cicatrices aunque no todas sean visibles – Y las que no se veían eran las más difíciles de superar, pensaba, cicatrices en lo más profundo del alma y que te marcaban para toda la vida.

-No es algo que me moleste, al contrario, me alegra que hayas escapado de casa y no permitieras que siguieran abusando de ti – Comentó, al menos Cailen había tenido la tenacidad de oponerse a su padre y aunque vivir en las calles era igualmente difícil, había escogido lo correcto.

- Eres valiente y has tomado tus propias decisiones... eso es lo más importante – Concluyó.

por **Cailen Gowan** Lun Mar 27, 2017 12:18 am

-Gracias, es justo lo que necesitaba oír. -Sonreí de una manera calma y luego suspiré pesadamente sin quitarme de encima, continué pasando mis manos por su cabello negro y de repente explorando sus hombros y pecho por encima de la ropa. -Dio ¿qué estamos haciendo? -Pregunté tranquilo y sin ningún ápice de molestia o parecido. -Sé que está mal y nos meteríamos en problemas los dos si alguien se da cuenta.

Miré sus oscuros ojos con súbita pesadumbre. La verdad era que, ebrios o no, ambos conocíamos ahora la verdadera naturaleza del otro y era probable que esa fuera la única oportunidad que ambos tendríamos en toda la vida para explorarla. Las reglas, incluso las morales, habían sido ya dejadas de lado. Quería que aquél encuentro valiera la pena. Estaba dispuesto a asumir las consecuencias de mis actos, sin importar cómo concluyera la velada. -Contesta sincero. ¿Quieres detenerte o quieres seguir? - Pude ver en sus orbes que tenía unas inquietudes similares a las que me acongojaban en ese momento. Ya habíamos llegado lejos y ambos estábamos ávidos; podía sentirlo. Su miembro estaba despierto al igual que el mío y de repente había fricción entre ambos.

-Lo que decidas, no te juzgaré mal. -Murmuré de nuevo acercándome a su oído. -Solo dime, ¿qué escoges?

por **Diodore Pomeroy** Miér Mar 29, 2017 7:55 am

Hubiera preferido que Cailen no dijera nada, que simplemente continuaran besándose y dejándose llevar por el impulso, porque reflexionar sobre lo que estaban haciendo era precisamente lo que no quería, sabía que si se ponía a pensar sobre las consecuencias de lo que estaba pasando, no podría luego con el sentimiento de culpa. No podría echarle la culpa al vino, porque había tomado una decisión consciente al decir que quería continuar.

-No quiero pensar en ello – Respondió desviándo la mirada hacía el suelo, ahora sus mejillas no solamente estaban coloradas por el vino sino por la vergüenza – Tienes razón... esto está mal y podría meternos en problemas – Aceptó con gesto abatido, aún ebrio como estaba se había detenido a pensar gracias a las preguntas de Cailen y a pesar de que momentos atrás quería continuar, ahora lo estaba dudando.

Meneó la cabeza y se llevó una mano al cabello revolviendolo ¿Cómo había llegado a esa situación? ¿Cómo era que no se había detenido antes?.

- Lo siento... pero no puedo – Murmuró con voz poco convincente, estaba claro que su cuerpo deseaba lo que su mente intentaba controlar y detener – Si continuamos... cometeríamos un grave error – Concluyó con gesto abatido.

por **Cailen Gowan** Mar Abr 11, 2017 11:51 pm

-¿Es tarde para detenernos? -Comenté mientras llevaba una mano a su entrepierna y comenzaba a acariciar su bulto levemente por encima de la ropa. No quería parar, lo que fuera que estábamos haciendo había despertado algo en mí que estaba oculto y se demostraba insaciable, una parte de mí mismo que había pasado por alto. -Sé que no estás seguro Dio. -Me acerqué nuevamente a su oído sin detener mis movimientos. -Puedo sentirlo. -Susurré de una manera lenta. Por dentro estaba en un debate entre todo en lo que creía y a lo que me había enfocado hasta el momento, la lógica estaba siendo corrompida por la intensidad con la que se manifestaban esas sensaciones que me cegaban de todo lo demás.

-¿Sabes algo?. -Traté de ordenar mis pensamientos para que mis palabras salieran coherentes, aunque no estaba muy seguro si lo había conseguido. -Comienzo a preguntarme… -Tome aire. -Si detenernos sería el error. -Detuve mis movimientos. -Ahora sabemos la verdad, ¿te das cuenta de que esta es posiblemente la única oportunidad que tendremos?

¿Intentaba convecerlo de continuar? Ni yo lo sabía a ciencia cierta. También estaba confundido, ¿y si en verdad no fuera error? ¿y si lo fuera? Ya nada tenía sentido, no había orden, si existieron reglas ya se habían desvanecido con lo que habíamos hecho hasta el momento. ¿Qué más daba una más? Pero por otra parte ¿cuáles serían las consecuencias? Oh joder, ¡la decisión!

por **Diodore Pomeroy** Miér Abr 12, 2017 12:45 am

Cuando Cailen le había tocado la entre pierna, aún por encima del pantalón, Diodore experimentó un placer intenso que no esperaba sentir con una simple caricia superficial, él era virgen en todo el sentido de la palabra, pero en ciertas ocasiones cuando el deseo había sido imposible de calmar se había complacido así mismo, sin embargo masturbarse no se comparaba en la sensación de placer con emoción que le otorgaba el que otra persona lo hiciera. Era una combinación eléctrica que nunca anticipó sería tan intensa.

Sin pensarlo se encontró buscando también acariciar a Cailen y su mano derecha tanteó torpemente los pantalones del otro, intentando emular lo que Cailen hacía, no había necesidad de contestar con palabras aquellas preguntas, pues sus acciones hablaban por si mismas, él quería continuar y de repente se dio cuenta de que lo que decía Cailen era cierto, aquella era la única oportunidad que tendrían de hacer algo como aquello, si se detenían ahora, sabía que no podría volver a hacerlo y la culpa no se lo permitiría.

Tomó los labios de Cailen en otro beso y con manos nerviosas desabrochó el pantalón del otro para finalmente meter sus manos dentro y poder tocarlo más directamente. La tibieza de la piel despertó algo malsano dentro de él y sin pensar más rodeó el miembro con su mano y comenzó a moverlo rítmicamente. De vez en cuando paraba el beso para tomar aire, pero no dejaba de mover su mano, era como si algún demonio lo hubiese poseído en ese preciso momento y hubiese tomado control sobre su mente y cuerpo.

por **Cailen Gowan** Miér Abr 12, 2017 8:13 pm

No tuve que esperar casi nada para saber cuál sería la respuesta que obtendría. Su mano pronto se deslizó por mis piernas y muslos hasta dar por fin con el bulto que yacía bajo mi pantalón, el cual sentía cada vez más ajustado. Sin pensarlo, abrí mis piernas dándole espacio para que se moviera libremente. Y vaya que lo hizo. Sin poder contenerme, por la sorpresa y el placer, solté un gemido en la boca de Dio en cuanto sentí su mano tomar mi miembro y comenzar a masajear sin ápice de pena.

Continué el beso, prolongándolo lo más que pude y luego aproveché una pausa que hizo para tomar aire, me separé de él para remover lo único que vestía: mis pantalones y mis botas. Al calzado le di un leve empujón para que no estorbara mi camino, el pantalón primero lo dejé caer hasta mis tobillos y posteriormente lo removí de una sacudida. Mi cuerpo quedó completamente expuesto para su deleite.

Con paso serene me acerqué nuevamente a él y mis manos fueron directamente hacia los botones de la sotana que usaba, de pronto la tela era demasiado estorbosa. Me deshice del cuello que acompañaba a su traje en cuanto tuve la oportunidad y después fui a por sus múltiples botones. Desabroché uno por uno, algunos lento, otros con prisa, hasta que no quedó ni uno más; como la acción fue lenta (Debido a la gran cantidad de broches que tenía) fui compensando con mis manos, a veces iban a su pecho, otras a sus muslos y de repente robaba caricias a su bulto que presionaba la tela. Finalicé aquella maniobra deslizando la tela por sus hombros hasta que ésta cayó al colchón, descubriendo el pecho de Diodore, el cual me tomé el tiempo para contemplar.

Por último quedaron sus pantalones, esos que usaba bajo la sotana. Tragué saliva antes de volver a sus labios y compartir un beso más, todo eso mientras usaba mis manos para desabrochar su pantalón, como él lo había hecho.

por **Diodore Pomeroy** Jue Abr 13, 2017 12:25 am

Sus ojos se arquearon en leve sorpresa cuando Cailen quedó completamente desnudo. No era como si no conociera la anatomía masculina (De hecho nunca había visto una mujer desnuda) sino era el hecho de que por primera vez en la vida veía a otro hombre desnudo y lo que esto implicaba. Descubrir el deseo que se revolvía dentro de su ser al contemplar su cuerpo, era aterrador. En el pasado había estado interesado en su mejor amigo cuando estuvieron juntos en la abadía católica estudiando para ser sacerdotes, pero aquel había sido un amor puro e inocente (y platónico también), no había sentido un deseo sexual por él o por su cuerpo, así que tener a Cailen desnudo de repente, le hizo comprender que ese fuego vivía en su interior y que la figura masculina le atraía más que la femenina.

Dejó que Cailen lo desnudara y se quedó en silencio observando atónito como quitaba cada botón. Era como si de repente las cosas se hubiesen vuelto demasiado 'reales', como si de repente estuviera consciente de que una vez desnudos no habría marcha atrás y se dio cuenta de que no tenía ni la más remota idea de que era lo que tenía que hacer.

Él nunca había tenido sexo con nadie, nunca había aprendido sobre lo que pasaba entre dos personas y como era posible que las mujeres quedaran en embarazo. Esos eran temas en los que sinceramente no pensaba y cuando se encontró desnudo a la par que Cailen se preguntó ¿Y ahora qué?.

Se quedó mirándo a Cailen y las mejillas se le tornaron rojas como tomates (más rojas si era posible) y su mirada se desvió hacía un lado mientras llevaba sus manos para cubrir su rostro. No estaba avergonzado de su propia desnudez, sino de tener 30 años y no tener idea de que era lo que tenía que hacer.

- Lo siento – Murmuró avergonzado – Yo... yo no se que deba hacer... - Admitió, quizás Cailen comprendería que al ser sacerdote era también virgen.

por **Cailen Gowan** Miér Abr 19, 2017 10:41 pm

Una vez que no quedó ni el más mínimo trozo de tela encima nuestro fue que me enderezó y contemplé su hombría en todo su esplendor. No pude sino tragar saliva en el acto, cayendo en cuenta de la realidad. No era una alucinación, lo que fuera que estaba sucediendo era completamente real, no era tan solo nuestras acciones, sino que me di cuenta de que no habían sido desvaríos míos, en verdad sentía atracción por los hombres. Era muy tarde y real para negarlo.

Estaba fijo en su falo que se mostraba erecto como el mío. A pesar de sentir la sangre hirviéndome, me sentí apenado. Claro que eso me había pasado antes, y en malos momentos por supuesto; pero era totalmente diferente el hecho de que ambos estuviéramos en la misma situación, y desnudos para rematar. Apenas pude darme cuenta de que estaba hablando y sacudí mi cabeza.

Parpadeé un par de veces queriendo comprender lo que estaba pasando, no que no se hiciera entender el dilema, sino que me sentía un tanto desorientado y me distraía de sus palabras. Tardé varios segundos en aclararme. -¿Sabes algo? Yo tampoco sé qué hay que hacer. -Lo poco que sabía era porque en las calles se escuchaban de todo tipo de conversaciones, algunas más que obsenas, además de que en más de una ocasión había tenido el infortunio de encontrar a una prostituta en plena acción, creyendo que entre la oscuridad de las calles sus acciones pasarían desapercibidas. En realidad no sabía o había visto mucho, pero podía darme una idea de cómo funcionaba… si esa idea era acertada era un misterio

De forma descarada volví mi vista hacia su miembro que clamaba por atención y ¿para qué mentir? el mío igual. Diodore aún se cubría el rostro. Volví a tomar asiento torpemente contra él antes de dirigir mi mano hacia su glande y comenzar a mover mi mano de arriba a abajo con menos timidez de la que esperé. De repente estaba buscando su boca para besarle otra vez.

por **Diodore Pomeroy** Sáb Abr 22, 2017 3:04 am

Qué Cailen tampoco supiera que era lo que debían hacer no le hizo sentir más tranquilo, de hecho todo el asunto le pareció gracioso y una nerviosa risita se escapó de sus labios cuando Cailen había dicho que el tampoco sabía, estaban metidos hasta la cabeza en esa situación y tendrían que encontrar la forma de salir por si mismos pues no contaban con la ayuda de nadie. Por lo menos Cailen no tenía experiencia, si la tuviera le habría hecho cuestionarse otras cosas probablemente y Diodore no quería pensar en nada más que lo que ocurría en el momento.

Correspondió el beso y suaves gemidos se escaparon de su boca en los momentos en los que paraba para tomar aire entre beso y beso. Las caricias de Cailen lo estaban volviendo loco, se estaba sumiendo en un estado de semi inconsciencia en el que tenía la sensación de que si se dejaba llevar perdía completamente su uso de razón. Estuvo a punto de rendirse ante esa sensación pero recordó que, Cailen también necesitaba esas caricias, ¿No era acaso muy egoista de su parte sólo recibir ese placer sin preocuparse por el otro?.

Con manos torpes rodeó el miembro de Cailen y emuló los movimientos que este hacía sobre su propio cuerpo, arriba y abajo suavemente al comienzo y luego cada vez más rápido conforme el ritmo impuesto por Cailen aceleraba. Era difícil mantener el rítmo y al mismo tiempo disfrutar de su propio placer, porque su cerebro luchaba por poner atención a ambas cosas.

- No... no creo que pueda... aguantar más – Murmuró con la respiración entrecortada, estaba demasiado cerca al orgasmo y no quería ser el primero en correrse ¿Cómo iba a mirar a la cara a Cailen si eso ocurría?.

por **Cailen Gowan** Mar Mayo 16, 2017 12:22 am

En cuanto comencé a mover mi mano, Diodore dejó escapar sonidos de placer de su garganta. Atrapé sus suspiros en mi boca sin detenerme por un instante. Por más torpe e inexperimentado que fuera el masaje que estaba recibiendo, la sensación era espléndida como ninguna otra que hubiera experimentado antes.

-¡Joder! -Mascullé al sentir la fricción, apenas dándome cuenta de mis palabras. Sentir sus caricias solo provocó que aumentara el ritmo de mi mano, se movía más rápido y severamente más brusco, incapaz de coordinar bien debido al alcohol y al deseo que corría por mis venas. Tenía la mente nublada, mi único propósito en ese momento era saciar esa necesidad que estaba apoderándose de mi ser. La habitación pronto se inundó de jadeos, suspiros y otros sonidos morbosos. Qué conveniente que la pequeña vivienda de Diodore estaba apartada del gran edificio.

De repente la tarea se volvió muy complicada, siendo que debido al gozo de sus acciones de repente me detenía por completo y me dejaba llevar, olvidando atender de la misma manera al hombre que tenía delante de mí. Estaba muy cerca de llegar al clímax cuando sus palabras, aunque medio articuladas, llegaron a mis oídos. Asentí débilmente y detuve lo que estaba haciendo. -Espera. -Anuncié para que también se detuviera.

Logrando serenarme lo suficiente como para moverme, me recosté en la pequeña cama individual y di unos leves golpes al espacio que había quedado, invitándole a recostarse también. El espacio era muy estrecho pero en ese momento estaba más que perfecto.

Spoiler:

por **Diodore Pomeroy** Mar Mayo 16, 2017 9:45 pm

Estaba a punto de alcanzar el orgasmo cuando Cailen se detuvo, casi le reprochó el hecho de que se hubiese detenido, pero entonces vio que le indicaba que se acostara a su lado, sin pensarlo dos veces obedeció y se acomodó al lado de Cailen en la estrecha cama quedando ambos cuerpos pegados al otro. Afuera el viento invernal golpeaba contra la madera del techo, pero dentro de esa habitación se había desatado el infierno. El calor que sentía era más fuerte que cualquier noche de verano.

Tomó los labios de Cailen y su mano se dirigió de nuevo a la hombría de este para continuar lo que estaba haciendo, estaba desesperado y quería terminar, su mente sólo pensaba en el momento en el que liberaría toda la tensión y explotaría. Aceleró el movimiento frotándose al mismo tiempo contra el cuerpo de Cailen lo más que podía, cada centímetro de su piel le intoxicaba con cada rose. Ambos miembros tocándose, la fricción amenazando con hacerle perder la razón.

No supo si fue el alcohol o el placer mismo causado por todas esas sensaciones nuevas que estaba experimentando con Cailen, pero su mente llegó a un punto en el que se quedó en blanco, como si no pudiera procesar ningún pensamiento y segundos después una oleada de intenso placer lo sobre cogió haciendo que todo su cuerpo temblara ligeramente y dejando escapar un gemido casi gutural, un sonido que no sabía podía salir de su propia boca.

Se corrió con tanta fuerza como nunca antes, inclusive le pareció como si se le escapara parte de la vida, pues una vez vertió su semilla contra la hombría y vientre de Cailen, el cuerpo le quedó exhausto sin energía, como si realmente una parte de si mismo hubiese salido expedida fuera de su cuerpo.

por **Cailen Gowan** Jue Jul 06, 2017 12:31 am

Lo que fuera que hubiésemos despertado en esa habitación se había vuelto algo incontrolable, como una especie de monstruo que no era capaz de saciarse y que pedía cada vez más. Entre caricias, besos y gemidos perdí la noción de todo, si es que aún había algo que podía perder en ese momento; de momentos ni siquiera yo mismo tenía la certeza de si algún sonido estaba saliendo de mi garganta, aunque muy probablemente sí. Solo quería terminar, llegar al clímax que estaba tan cerca y a la vez tan lejos de mi alcance.

Ambos parecíamos desesperados por lograr el mismo objetivo y los movimientos que hacíamos eran recíprocos por lo que si yo aumentaba el ritmo, Diodore hacía lo mismo, también aplicaba si alguno de los dos iba más lento; una especie de acuerdo mutuo para el cual no fue necesario pronunciar palabra alguna. Como si pudiéramos hacerlo….

Quién sabe cuántos más besos compartimos y las otras miles de indecencias que hicimos esa noche antes de que, por fin, luego de lo que pareció una eternidad y al mismo tiempo tan poco tiempo, llegué al clímax. El orgasmo fue tan intenso que incluso sostuve con aún más fuerza al cuerpo que tenía a unos centímetros de mi cuerpo, pintando su cuerpo y las sábanas de blanco; seguramente grité algo en el momento del espasmo final pero no supe qué había sido, mejor nunca saberlo.

Me quedé quieto unos segundos, lo único que se escuchaba en ese momento eran los jadeos exhaustos de ambos, acompañados por el sonido de la leña ardiendo a unos metros de donde estábamos. Cerré los ojos un instante, cansado como pocas veces en la vida; cuando volví a abrirlos me encontré con que los dos estábamos sucios, del sudor y de la semilla del contrario y aún tenía al sacerdote entre mis brazos. -¿Diodore? -Murmuré en su oído con casi nula energía. Parecía dormido, pero también podría ser que solo estuviera con los ojos cerrados pero despierto. ¿Ahora qué?

por **Diodore Pomeroy** Vie Jul 07, 2017 10:08 pm

La voz de Cailen sonaba como un eco entre su ensoñación, no quería abrir los ojos y volver a la realidad, pero luego de que el placer se disipó y la euforia del momento desapareció, se encontró en el silencio de su habitación y con la fría realidad. Acababa de cometer el pecado de la fornicación y la homosexualidad.

¿Y ahora qué?

Se preguntaba él también. No tenía idea, no podría procesar que hubiese hecho todas esas cosas y aún bajo los efectos del alcohól, la culpa comenzaba a palpilar como si tuviese un segundo corazón atrancado dentro de la cabeza.

- Sólo quiero dormir - Murmuró como respuesta, se sentía cansado, no sólo por la acción sino agobiado por las sensaciones y el vino, quería olvidarlo todo y entregarse a los brazos de morfeo, tenía demasiado miedo de afrontar la realidad.

- Si quieres puedes quedarte a dormir esta noche - Le indicó aún abrazado al cuerpo de otro, colocándo su cabeza en el ángulo del cuello del otro y perdiéndose en el aroma de su piel. Cerró los ojos y permitió que el cansancio lo sobrecogiera, quería dormir ahora que todavía se sentía ebrio, sabía que probablemente al día siguiente no podría dormir pensando en los pecados que había cometido. Así que le pareció mejor descansar ahora para así tener fuerzas de afrontar lo que viniera en el futuro.

por **Cailen Gowan** Miér Jul 19, 2017 9:37 pm

No comenté nada, se veía que él estaba agotado y yo también. En algún lugar de mi mente comenzaba a surgir la culpa, el cansancio era mucho y opté por mejor dormir mientras aún tuviera suficiente paz como para conciliar el sueño porque estaba seguro de que una vez despertando, no podría volver a dormir en al menos un par de noches, lo que acabábamos de hacer era no sólo inmoral, habíamos pecado y ahora los dos iríamos al infierno.

Suspiré mientras dejaba que Dio se acomodara con su cabeza en mi cuello mientras que yo me acurrucaba buscando calor a pesar de tener el calor el fuego que crepitaba a unos metros de distancia. Dormir era lo único que quería hacer y no tenía la suficiente energía o coordinación como para levantarme; estaba sin más, ebrio.

Cuando volví a abrir los ojos todo se tornó muy confuso. Miré al techo desorientado ¿dónde carajos estaba? me cubrí la cara con ambas manos, me dolía la cabeza y sentía mi garganta muy seca, ¿resaca? gruñí irritado por el malestar tan horrible que estaba sintiendo. De pronto me percaté de algo importante, había alguien al lado de mí, escuchaba su respiración fuerte y claro… justo al lado de mí. El descubrimiento causó que me diera un vuelco al corazón, estaba en una cama y quien fuera mi acompañante también ¿qué había pasado? me descubrí el rostro y giré mi cabeza hacia la derecha. -¿Diodore? -Alcé una ceja sin entender nada de lo que había pasado.

Mirando un poco más lejos noté que había cosas tiradas en el suelo, al enfocar mejor mi vista supe lo que eran… prendas. Había ropa tirada en el suelo y una botella de vino aparentemente vacía. Abriendo los ojos como platos me atreví a mirar bajo las sábanas y, para mi horror, estaba desnudo, no solo yo. -¡Mierda! -ahogué un grito y miré a Diodore que aún estaba dormido, sin poder creérmelo. -No puede ser, no puede ser. -Enredé las manos en mi cabello y tiré de él con desesperación. ¿Qué habíamos hecho?

Pegué un brinco cuando escuché a Diodore murmurar unas palabras pero al notar que estaba con los ojos cerrados supuse que estaba hablando dormido. Sin querer esperar a que despertara me levanté de la cama, recogí mi ropa del suelo y me metí a su baño para salir unos minutos después ya aseado y vestido. -Diodore, lo lamento. -Murmuré volteando a verlo antes de salir de la habitación y de su pequeña vivienda. ¿Qué he hecho?

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