Tell me why · Libre ·

Había días en los que no se merecía ser llamado líder, creía haber dejado claro que no deseaba por nada del mundo que le nombraran de aquella forma, pero igual, aquel grupo de desorientados seres preparados para la barbarie, le necesitaba, necesitaba alguien que les encauzara y les enseñase el modo de enfocar aquel instinto tan primitivo en cosas menos autodestructivas. Era difícil tratándose de seres sobrenaturales pues en el alma de cada uno estaba aquel deseo tan irrefrenable, que les hacía similares a aquellos animales que vivían alejados de cualquier vida humana; el deseo de matar, sobrevivir para alimentarse o quizás por mero territorialismo.

Dacian, había estado un par de días en paradero desconocido, pero nadie le buscaba; todos sabían que él no quería ser encontrado y que necesitaba ese momento a solas para no perder la conexión que aún tenía con ese pasado que no lograba recordar. Se podía decir que los bosques eran su refugio, que conocía todos y cada uno de los senderos por dónde podría correr sin temor a ser visto, así como de igual forma le parecía tan fascinante aquel lugar, ya que según se mirase, éste podría entorpecer el rastro cambiando la noción del tiempo así como del camino que creías conocido. Esa era la magia del bosque, esa era la gracia de la luna, aquella era la trampa a la que todos estaban destinados y sólo los fuertes sabían salir de aquel laberinto de savia y hojas.

Pero un olor le alertó de tal forma, que no pudo resistirse a seguir el rastro a una velocidad que creía extinta en sí mismo, un olor a muerte y ansias que reconocía como propia. Se le hacía tan familiar, que despertó en él un recuerdo olfativo, dentro de esa memoria que creía desaparecida. Buscó y rastreó hasta llegar al centro del "problema" encontrándose con un hombre que parecía expedir cierta peligrosidad y esas ansias que podían olerse a leguas. Dacian, sin retroceder paso alguno afianzó sus pies en la tierra como si hiciese de él un muro que fuera imposible de derribar, todo y a su vez, demostrando el horror que le parecía aquella tan grotesca escena.

- ¡¿Qué has hecho?! -Dijo sorprendido y enfadado a su vez.

La respuesta era obvia, pero más era el desconcierto de Dacian al ver cuán familiar se le hacía la escena así como sentía sangre correr por su garganta, cual ácido, fruto de un recuerdo que jamás debió de suceder. Sentía fascinación a la vez que desagrado, por ello avanzó hasta apartarlo del cadáver aún caliente de aquel que había sido víctima de una temible casualidad. Quizás debió estar en otro lugar, con su esposa e hijos o quizás fuese un borracho, pero el destino le puso en la cuerda floja, para ser devorado por lo que parecía ser un hermano, y Dacian, él, estaba allí para hacer algo al respecto. Ese era su punto débil; se preocupaba demasiado por la vida de alguien que se la regalaba al mismísimo demonio.

Había cometido el mismo error... otra vez. Si aquella no era la primera vez que se quedaba tanto tiempo sin beber, que se abstenía de esa forma por ese profundo deseo masoquista de causarse así mismo dolor y agonía. Creía que había podido controlar ese impulso hacía años, pero no era cierto, muy dentro de si mismo, sabía que el monstruo continuaba hambriento sin importar con que frecuencia bebiera y su ser consciente deseaba retar a ese monstruo interior, quizás con el deseo de que pudiera derrotar esa necesidad de beber.

Pero habían pasado casi 300 años en los que esa necesidad continuaba allí, sin opacarse, tan siquiera un poco, seguía tan viva y peligrosa como siempre.

Esa noche había matado a un inocente. Había perdido el control como hacía mucho tiempo no hacía. Se había mantenido bebiendo en pequeñas cantidades, haciendo iluciones mentales para poder engañar a sus víctimas que pocas veces se enteraban que de un Vampiro había bebido de ellos, pero esa noche había sido distinto.

El pobre hombre, (probablemente un pueblerino, ya que sus ropas no lucían elegantes) al parecer se había perdido en el bosque y había estado vagando sujetando una botella de ron barato mientras caminaba sin rumbo. Era extraño encontrarse con una persona a tan altas horas de la noche y en invierno en un sitio tan desolado como era el bosque, pero aquel hombre había tenido el infortunio de estar en el lugar equivocado y Soren le había saltado encima sin tan siquiera vacilar.

Era tanta la necesidad de beber que había mordido el cuello del incauto con tal fuerza que le había roto la tráquea y la espina dorsal, el hombre había quedado inconsciente casi al instante y el Vampiro había bebido entregándose al delirio y al éxtasis sin preocuparse por nada más.

Hasta que escuchó un grito. Una voz sorprendida y enfadada, Soren levantó el rostro y se encontró de frente con un hombre de apariencia juvenil que le miraba con cierto reproche. Extrañamente no había 'miedo' en sus ojos, como se suponía debería de haber si descubrías una grotesca escena de un asesinato.

- Aléjate si no quieres morir - Fue la respuesta de Soren, mientras enseñaba sus colmillos ensangrentados al recién llegado.

(( OFF ROL: hola! no se si este tipo de respuesta era lo que querías, me da la impresión que esperabas que respondiera otro licantropo, pero me ha gustado tu tema, y siempre he querido rolear con uno de tus pjs (Si, te he stalkeado haha) además me gustaría meter este tema al concurso del aniversario del foro ^^ ))