Sin salvar las distancias [Privado]

por **Maggie Craig** Jue Feb 16, 2017 2:18 pm

Recuerdo del primer mensaje :

De nuevo la noche se cernía sobre las laberínticas calles de París, y en cuestión de unas horas comenzaría una jornada más de persecución sin cuartel hacia esos sobrenaturales a los que tanto odiaba. Mi búsqueda de ese inmortal por el que clamaba venganza por la muerte de mi padre, todavía no había empezado a dar sus frutos, pero presentía que cada vez estaba más cerca.

Las convicciones con las que había partido de Irlanda, habían cambiado considerablemente desde mi llegada a París, y ésto se debía principalmente al encuentro que había tenido con cierto vampiro y que había puesto mi vida patas arriba. Un inmortal al que, no solo era incapaz de matar, sino que mis sentimientos hacia él eran tan fuertes que me hacían dudar de mi cordura. Y en esto estaba distraída, ensimismada en mis propios pensamientos, mientras movía mi vaso de whisky con la intención de hacer tintinear los cubitos de hielo.

Había llegado escasos minutos antes a esa taberna de mala muerte en el extrarradio de la ciudad, muy próxima al puerto. Esa noche había decidido recorrer éste con el objetivo de encontrar a un engendro de la naturaleza que había estado dejando víctimas de forma poco ortodoxa, llamando la atención de otros cazadores y de la misma Inquisición. Le había prometido a Altair, mi maestro, que solo averiguaría si se trataba de un vampiro y que en caso de estar en lo cierto, volvería a buscarle. Nada de heroicidades estúpidas.

Conseguí un asiento en la barra, donde el cantinero me sirvió esa copa que cada noche me tomaba antes de empezar mi jornada. Licor que calmaba mis nervios y animaba el espíritu. Pero aquella noche me sentía diferente. No sabía decir porqué, pero intuía que algo o alguien nuevo aparecería en mi vida, y haría de nuevo que mis creencias cambiasen.

-¿Necesitas compañía, guapa?- bramó un joven marinero, que sin más preámbulos tomó asiento a mi lado.- Puedo hacer que tu noche sea inolvidable.

Elevé una ceja desconcertada. Si eso era su forma de cortejar, ese hombre moriría solo en algún callejón.- No estoy sola, señor. Si quiere puedo presentarle a mi acompañante, no tardará en llegar.- respondí, esperando que no desease conocerlo o me vería en un serio compromiso.

por **Maggie Craig** Dom Mar 26, 2017 10:53 am

Inquisidores. Un tema un tanto delicado en cuanto se refería al tipo de relación que manteníamos con ellos. Mis encuentros con éstos habían sido de todo tipo, desde la máxima colaboración entre las partidas de caza de nuestra congregación y algunos de sus siervos, hasta la persecución por parte de sus miembros a cazadores que eran considerados herejes o traidores. Lo único que podía decir es que los Inquisidores no eran de fiar, que cualquiera que estuviese bajo las órdenes de la Iglesia Católica estaba corrompido y que actuaban solo promovidos por su propio beneficio.

Recordé el último episodio que había vivido con este tipo de alimañas, y del que había salido indemne gracias a la eficaz labor de mi abogado el señor Lachance.- Los inquisidores son ese tipo de seres de los que no te puedes fiar jamás, pues en cuanto te descuidas te atacan por la espalda. Un vampiro es más fiable, sabes que siempre va a intentar morderte o matarte. Es posible que solo sea mi opinión personal y que me equivoque, aunque acostumbro a ser muy intuitiva para estas cosas.- moví el vaso que tenía en la mano, haciendo sonar el hielo en su interior. Estar en la cuerda floja una vez me hizo volverme desconfiada, y sabía que aprovecharían cualquier descuido que tuviese para tratar de juzgarme de nuevo.- Poco después de mi llegada a París tuve un incidente con la Inquisición. Al parecer algunos de sus miembros no se tomaron a bien que matase un licántropo en el altar de una capilla y que luego me lavase los restos de sangre de las manos en la..¿pila bautismal? Salí viva de milagro.- expliqué encogiéndome de hombros, bebiendo de mi copa mientras se dibujaba una sonrisa en mis labios. Nada más que por ver sus caras estupefactas había merecido la pena la persecución.

-Mi maestro también dice que me falta paciencia y humildad, así como otras muchas virtudes que harán que muera joven. Pero soy cazadora, tampoco esperaba vivir mucho tiempo.- no pude evitar reírme al escuchar de Yendra las mismas palabras que tantas veces me repetía Altair; pobre hombre, no sabía donde se metía cuando me propuso ser mi maestro.- Dices que con el tiempo cambiaré, pero tu sin embargo pareces de mi edad, aunque hablas como si esa experiencia te hubiese llegado con el tiempo.

Sonreí cuando me di cuenta de que Yendra estaba observando alrededor; sin duda ella conseguiría localizar posibles problemas antes que yo. Sabía que algunos sobrenaturales tenía cierto tipos de habilidades con las que conseguían identificar a otros. Así que cuando centró su vista de nuevo en la mía, supe que de momento estábamos a salvo.- Pues yo solo cazo vampiros y licántropos por lo general. Nunca he cazado otro tipo de sobrenaturales, aunque me hayan dado ganas de clavar una daga a algún que otro hechicero.- la miré fijamente y le sonreí con dulzura.- No mato a otros seres que no hagan daño a los humanos, que es a quienes protejo. Así como también he hecho excepciones con algún que otro vampiro y lican, gesto que no está muy bien visto entre los míos que de normal dan caza a cualquier sobrenatural que se cruce en sus caminos.

por **Yendra Isley** Lun Mar 27, 2017 9:36 am

Escuchó a Maggie y su opinión sobre los inquisidores, cosa que sorprendió un poco a la cambiante, pensaba desde siempre que cazadores e inquisidores eran dentro de la misma orden o secta, segun el contexto. Ladeó la cabeza levemente pensativa. -Vaya...parece que a ti tampoco te gustan mucho los inquisidores, yo por suerte jamas me tope con ninguno. Pero he oido muchas cosas escalofriantes de ellos. Aunque me sorprende tu opinión sobre ellos.- Se acicaló un poco su negra melena revuelta. -Un vampiro no deja de comportarse como un depredador al fin y al cabo. Pero se que pueden ser engañosos, en cambio esos inquisidores de los que oi hablar, me tienen desconcertada, solo espero cruzarme con ninguno...- Un escalofrio le recorrió la espalda pensando en ellos. Sacudió un poco la cabeza y dió una risilla. -Vaya...¿Es que no había un lugar mejor donde derrotar a tu rival que en esos templos que tanto adoran? curioso..- Se rió divertida por ello. -Desde luego fue un acto bastante osado...sobre todo para esos meapilas.

Se imaginó la escena dejando escapar una risilla debido a eso..desde luego era una cazadora muy peculiar, y osada. Sobre todo para hacer eso. Miró a Maggie con algo de desconcierto por sus palabras. ¿Morir joven? por ser cazadora...bueno,, es de esperar si atacas a lo sobrenatural, como su nombre indica tiene reacciones distintas a un simple humano, frunció el ceño mirando a Maggie. -Me imaginó que a la larga os meteis con seres demasiado poderosos, demasiado viejos, vengativos y llenos de rencor que os persiguen...no parece un oficio productivo a largo plazo ¿Alguno de los vuestro llega a morir tranquilamente en su cama de viejo? no me parece que valga la pena tu talento...Humildad...eso es para quien lo merece.- Ahí se remarco su parte felina de notable forma, tenía mucho ego...eso se notaba algunas veces, pero eso iba innato en la personalidad de Yendra. Sonrió con cierta dulzura. -Solo es un efecto secundario de mi condición, de echo...- Hizó una pausa para darle cierto misterio al tema.- Tengo nada menos que 48 años...- Rió divertida al revelar su edad. -Pero para el resto del mundo soy una joven de 24. -La guiña el ojo.

Le dió cierta ternura cuando la cazadora dejo ver su buen fondo con los que no hacían daño a los humanos, la verdad es que le dió mucha ternura esa forma de ver las cosas, pocas veces vista en un cazador, Yendra entrecerró los ojos observando a Maggie. -Se que los cazadores cazan todo lo que no sea humano, pero a veces hay interesantes debates de quienes son realmente los monstruos...si los humanos o los sobrenaturales, es una conversación muy enreversada esa. Pero me imagino que no ofreceis vuestros servicios a los humanos como si fueseis sicarios anti-sobrenaturales, eso seria estraño, ya que algunos humanos viven muy lejos de la realidad. Pensando que solo son ellos y no hay nada más alla. Es una feliz forma de vivir en la ignorancia. .- Sonrió de medio lado mientras negaba con la cabeza, y volvió a mirar a Maggie.- Hay limites demasiado finos entre sí, he visto a humanos de corazones más oscuro que algunos sanguinarios vampiros.

por **Maggie Craig** Dom Abr 02, 2017 12:22 pm

Cuanta verdad escondían las palabras de Yendra cuando se refería a los vampiros; no solo eran depredadores, eran monstruos sanguinarios y la mayoría psicópatas en potencia que disfrutaban asesinando y sometiendo a sus presas. Los depredadores por lo general atacaban y mataban para alimentarse, para sobrevivir en lo más alto de la cadena alimenticia, pues así es como habían nacido. No por placer, no por otra necesidad que no fuese su supervivencia. Mataban lo justo para alimentarse y continuar con sus vidas. ¿Podía decirse lo mismo de los vampiros? Estaba segura de que no. Estos mataban por diversión; disfrutaban viendo reflejado en las pupilas de sus victimas el terror que les infundían. Gozaban con el engaño, con la posibilidad de hacerles creer a éstas que saldrían con vida, para después arrancársela sin compasión.

Suspiré contrariada; odiaba a cada uno de estos seres con toda mi alma, y sin embargo había cometido la estupidez de enamorarme de uno. Sacudí la cabeza para volver a la realidad, al recuerdo de esa historia con la Inquisición que me había arrancado más de una sonrisa al narrarla.- Yo solo seguí al licántropo hasta la Iglesia. Probablemente se quedó aturdido por el olor a incienso y por eso pude darle caza allí.- respondí con una sonrisa, atendiendo a las conclusiones que bien había deducido después.- He conocido a algunos cazadores que mueren de viejos, pero porque son capaces de retirarse a tiempo. Aunque sea un trabajo peligroso y complicado, acaba enganchándote como una potente droga. La mayoría tienen hijos a los que no ven crecer, y viudas que lloran desconsoladas su pérdida.- hice una breve pausa al sentir el vacío que seguía en mi pecho tras la muerte de mi padre. Él tampoco podría ver jamás crecer a sus hijas, ni conocer a sus nietos. No por mi parte, estaba claro, pero si por el lado de mis hermanas que estaba segura de que tendrían una vida normal, lejos de este infierno en el que yo sobrevivía.

-Cuando decidí hacerme cazadora, a pesar de la oponencia de mis padres, sabía que lo más probable era que muriese joven. Cada noche nos enfrentamos a seres que no solo son fuertes y poderosos, sino que cuentan con un sinfín de habilidades que se nos escapan de las manos. ¿Cómo luchar contra un ser que puede infligirte dolor con la mente?- negué con la cabeza, esbozando una triste sonrisa. Tal vez fuese por eso por lo que no me preocupase mucho el futuro, porque sabía que no iba a vivir para conocerlo; quizás por eso había decidido quedarme con Kenner, porque él me hacía vivir al límite cada noche que pasaba a su lado.

-Tendrás que contarme tu secreto para mantenerte tan joven.- sonreí divertida, dándole un largo trago a mi copa. Empezaba a sentir como el efecto del alcohol aturdía mis sentidos, y una extraña paz invadía todo mi ser.- Jamás habría imaginado que eras mucho mayor que yo.- esto demostraba lo poco que sabía de los de su especie. Siendo francos, no sabía nada.- Jamás he vendido mis servicios a nadie, ni lo haré. Prefiero tener siempre el control sobre decidir si un ser merece se cazado o no dependiendo de sus actos, y no verme obligada a matar por unos cuantos francos; aunque ello dependa ir siempre viviendo con lo justo y terminando cada día sin saber si tendré algo para cenar.-extrañamente hasta ahora nunca me había faltado de nada, aunque había sido mi pillería y mi facilidad por tomar cosas prestadas lo que me sacaba adelante.- Comparto contigo esa forma de pensar. Hay corazones podridos en todas y cada una de las razas que podemos encontrar en este mundo. Lo peor de todo es que para esos humanos que no merecen vivir, no hay cazadores que vayan detrás; especialmente porque la mayoría de las veces son ciudadanos de clases nobles, que con sus donaciones económicas tienen compradas a las autoridades.- sentencié, demostrando una vez más mi desacuerdo con el poder y las clases altas. Había visto mucha hipocresía y maldad a lo largo de mi corta existencia de estos nobles que se creían con derecho a maltratar a quien les viniese en gana por el simple hecho de poder pagar por su silencio.

por **Yendra Isley** Mar Abr 04, 2017 5:32 pm

Yendra escuchaba a Maggie mientras ladeaba la cabeza, y escuchaba esa historia de la persecución al licantropo y como acabo con una matanza en sitio "santo" aunque Yendra no seguia dicha fe. Prefería la de la naturaleza como diosa y no esa que los fieles alababan con tanta devoción. Sonrió mirando a su amiga contar esa divertida historia. -Cabeza loca..- Rió entre dientes por esa historia del licantropo, pero su rostro cambió cuando la conversación empezó a ceñirse sobre la vida de los cazadores y sus familias que aquí en este mundo quedaban mientras ellos iban al otro mundo. Se imaginaba la angustia de los familiares, y como era tán atrayente para ellos esa inmensa necesidad de luchar contra las criaturas de la noche, Yendra frunció el ceño pensativa ante la conversación que tenía con Maggie.

Ladeó levemente la cabeza quedando en silencio y pensativa. ¿Una obsesión cazar? eso si que era algo sorprendente, sobre todo contra criaturas que en principio les superaba en medios y poder, no lo entendía, aunque Yendra no se jugaria la vida si no fuese necesario, quizás solo por una persona. Miró a Maggie con aire serio. -Ninguna obsesión es buena, y esa...aun menos...pero no entiendo que llegueis a necesitarlo como al aire...¿Es por el subidon de adrenalina acaso?- La verdad es que le dió mucha curiosidad su comentario. -Aunque supongo que es logico que a tus padres no les gustara...no querran ver a su dulce niña despedazada por un licantropo o desangrada por un vampiro...eso es un miedo real si son conscientes de la existencia de estos.- Dijo la cambiante pensativa, en el fondo lo entendía, a ella le apenaría muchisimo un desafortunado final prematuro de su amiga.

Jugó con su rizado mechon negro mientras la miraba escuchandola, la pregunta que la planteo era dificil, Yendra se quedo pensativa con la mirada perdida por varios segundos. -Para controlarte suelen necesitar un angulo de visión supongo..quizás con una pelea en la que observes donde vas a golpear y no a su rostro.- Se acarició la barbilla, aunque Maggie parecía muy habil para sacar la mala tensión y hablo de algo más ameno, alagando a la cambiante por su conservación fisica, Yendra rió y se ruborizo por el alago de la cazadora. Más el interesante tema que le siguió capto la atención de la cambiante, apoyando la opinión que tenía su amiga sobre alguno de sus compañeros de profesión .-Supongo...aunque yo, al principio cuando era una joven e ilusa niña de 12 años...pensaba que erais una especie de justicieros que ibais contra los malos...claro que por entonces no tenia mucha más expectativas sobre las demas criaturas...pense que este mundo se dividia en malos y buenos...y gente como yo...ya me entiendes. - Guiña un ojo a su amiga.

por **Maggie Craig** Vie Abr 07, 2017 3:24 pm

Bebí despacio de mi copa,degustando el tosco sabor del ron y permitiendo que el licor resbalase por mi garganta, abrasando todo a su paso. Mientras tanto observaba atentamente a Yendra, que trataba de comprender el por qué de mi obsesión. Lo cierto es que nunca me había parado a pensar esa necesidad de cada noche poner en peligro mi vida, de salir del hostal con la incertidumbre de no saber si volvería al amanecer. Tal vez no me lo planteaba porque siempre había sido así, porque desde que era una chiquilla y veía a mi padre salir de caza, solo ví la parte buena de ser cazadora.

-Es posible que sea por el subidón de adrenalina que sentimos cuando llega el anochecer y sabemos que vamos a enfrentarnos a los seres más peligrosos que hay sobre la faz de la tierra.- me encogí de hombros, dejando de nuevo la copa sobre la superficie de la mesa.- El resto del día para mí es como si me faltase algo. No sé si será que soy una inconsciente, que también es posible, o que sea el saber que con mi labor no permito que mueran más inocentes, pero cada tarde espero el ocaso con anhelo.

Sonreí con un poco de melancolía cuando la escuché hablar de mis padres. En realidad fue mi madre quien más se opuso a mi decisión, al fin y al cabo mi padre era cazador y para él era un verdadero orgullo que su hija mayor se convirtiese en una; opinión por supuesto que jamás dio delante de mi madre para evitarse un pescozón. No era consciente hasta momentos como aquel en cuanto lo echaba de menos, y saber que no iba a recuperarlo jamás me partía el alma.- Mi padre también era cazador, el mejor de todos los tiempos. Es por eso que conocí este mundo y acabé escogiéndolo como mi forma de vida. Él fue quien se encargó de mi adiestramiento hasta que murió hace unos meses.-concluí cuando sentí que la voz me flaqueaba, y la cambiante podía notar lo complicado que era este tema para mí

Aparté durante unos segundos la mirada hacia los ventanales que daban a la calle; eran tan opacos que apenas se podía ver el exterior a través de ellos. Algo parecido a como era yo, solo que a la inversa. Trataba por todos los medios de mostrar que mi interior era más fuerte de lo que en realidad era; demostrar que yo no tenía debilidades y que mi carácter era férreo y complicado de manejar. Suspiré despacio para recuperar la compostura, y volví a centrarme en mi nueva amiga, escuchando atentamente lo que decía mientras nuevas preguntas afloraban a mi mente cuando habló de cuando era niña.- Quizás sea demasiado entrometida pero, ¿cómo descubriste lo que eras? ¿tus padres también lo eran?- me recompuse un poco en el asiento para apoyar los codos sobre la mesa y acercarme un poco más a ella.- Perdona mi curiosidad, pero es que la única vez que me encontré con alguien como tú, intentó comerme.- sonreí divertida, recordando que al final todos trataban de comerme de una forma u otra.

por **Yendra Isley** Sáb Abr 08, 2017 10:42 am

Yendra observaba a Maggie con una amplia sonrisa mientras la escuchaba, desde luego aun era muy incosciente como ella decia, demasiado lanzada tal vez, quizás eso a la larga atraeria problemas...para ella. Un cazador caza a fin de cuentas, y la caza era algo que Yendra conocia bien. Sonrió de medio lado de su caracterisitca forma mientras observaba a su amiga. -La experiencia vendra con el tiempo. Pero casi parecieses ser tu misma una criatura de la noche, quizás una depredadora...jijiji veamos y esperemos si no acabas muerta no acabes convertida en una...aunque eso podría hacer cambiar mucho el punto de vista...pero me da curiosidad de saber si algunos de tus predecesores se unieron a la noche siendo una criatura más...eso para vosotros debe ser como una falta de fe.- Dijo pensativamente mirando a su amiga, por un momento imaginandosela con colmillos y necesitando de la sangre humana para sobrevivir. Desde luego como vampiresa seria hermosa, eso no cabe ninguna duda.

Entrecerró los ojos mirando a los que la taberna estaban, cada vez menos gente por la noche más entrada aun. Ella miro un reloj que hubiera por la taberna. -Sin duda la hora en que las brujas toman el té. - Musitó recordando una vieja leyenda, cuando aun ignoraba como eran realmente las brujas. Sonrió para si misma, y miró a Maggie. -Espero que tu aroma no atraiga a mas sujetos con sed de sangre...u con hambre de carne sangrante...y con pasión hacia la luna. -Rió entre dientes, más ahora su olfato no alcanzaba a nada que diese la alarma o que invitase a Yendra a ponerse en guardia. Eso era algo insolito, aunque a fin de cuentas era una ciudad grande, llena de callejones oscuros, aunque las criaturas no tenían por que abandonar sus trocitos de oscuridad necesariamente, miró su jarra vacia hacía ya rato, había bebido suficiente, más no sería tan prudente.

-Siento la perdida de vuestro padre, he de imaginar que más que una deboción es una tremenda sed de venganza lo que os mueve a salvar a los inocentes...a veces esos sentimientos se convierten en una necesidad de sangre, lo se muy bien. Pero espero que os entrenase realmente bien para hacer frente a los horrores que la nocturnidad aguarda- Se acarició el mechon de pelo. Paseaba su mirada pensativa por el local, hasta que escuchó un comentario divertido sobre su naturaleza, no pudo evitar sonreir ante la timidez de la joven al preguntar algo tán mundano, al menos asi lo encontraba la cambiante, la miró. -Pues en realidad mis padres eran como yo, al igual que mi hermano..de echo no veia que llegara el día en que mi parte animal se materializase, y no me conformaba con percibir el mundo como lo haría una bestia salvaje...necesitaba sentirlo...y lo conseguí, pero eso tambien provoco que a veces mi lado animal se revele sin necesariamente estar en esa forma...es inevitable. Tambien es cierto que me siento más libre en esas formas - Dijo ella ladeando la cabeza. Sinceramente, le encantaba ser lo que es...y lo que conllevaba serlo.

por **Maggie Craig** Lun Abr 10, 2017 11:31 am

Juraría que una tímida sonrisa se dibujó en mis labios al escuchar a Yendra mencionar la posibilidad de que pudiese terminar convertida en uno de esos seres que cazaba, desviando ligeramente la mirada hacia un lado por si la cambiante era capaz de ver la duda en mí. No negaré que desde que conocí a mi vampiro psicópata no me había planteado en varias ocasiones si sería capaz de convertirme en un ser despreciable como él con tal de no perderlo, porque siendo francos, con el paso del tiempo, él se mantendría como en el presente mientras yo envejecía. Suspiré contrariada cuando un extraño sentimiento presionaba incesante mi pecho, devolviendo la vista al frente para responder a mi amiga.

-Nunca escuché que ningún antepasado acabase convertido en una criatura de la noche, probablemente porque si esto hubiese sucedido sus mismos compañeros e incluso familiares hubiesen acabado con su no-vida antes de permitirle morder al primer ser humano.- respondí, elevando los hombros de forma desenfadada. Desconocía realmente que esto hubiese sucedido, de hecho, habían muchas historias en el grupo de cazadores a los que yo pertenecía sobre violentas muertes a manos de licántropos o vampiros, pero nada de conversiones.

Reí levemente tomando mi copa y dando un ligero trago a ésta, barriendo con rapidez la taberna que, como bien había apuntado ella parecía comenzar a desalojarse.- Pues ahora que lo dices, no sé el por qué pero soy una especie de imán para diablos de la noche. Demos gracias que no es luna llena y sin ser licántropos no acostumbran a atacarme por las buenas.- ahora que lo pensaba, quizás había sido una noche demasiado tranquila, exceptuando el encuentro del callejón. Eso, o que estaba tan entretenida con la cambiante que me había tomado esa noche de descanso, dejando a esas bestias campar a sus anchas a mi alrededor.

-Lamentablemente mi devoción llegó antes de la muerte de mi padre, aunque he de reconocer que mi odio hacia los vampiros se incrementó tras este suceso.- moví la muñeca para hacer sonar los cubitos de hielo que permanecían todavía sin deshacerse. En ocasiones temía que esa sed de venganza que me hacía sobrevivir a cada noche con tal de encontrarlo, desapareciese cuando terminase con él, y todo mi mundo dejase de tener sentido.- No sé si mi entrenamiento quedó concluido, pero de momento me he sabido defender bastante bien. Sé lo básico, estaca – vampiro, daga de plata- licántropo. Ah, y si se mueve, se puede matar.- bromeé guiñándole un ojo. Era cierto que me quedaba mucho que aprender, y que desconocía el motivo por el que seguía viva; de milagro, claro estaba.

Escuché atentamente cada uno de los datos que me aportaba sobre su vida. Me resultaba fascinante que una persona pudiese transformarse en un animal, o ¿sería un animal que se convierte en persona? Como bien había apuntado esperaba que su parte animal tuviese forma, lo que no implicaba que su sentimiento salvaje no estuviese siempre en ella.- ¿Qué sientes cuando te transformas? ¿Te duele?- aceptando a responder a las anteriores preguntas había abierto la caja de Pandora, pues si había algo que me gustaba más que el whisky y clavar estacas, era...hacer preguntas.

por **Yendra Isley** Miér Abr 12, 2017 10:54 am

Yendra observaba a su compañera de copas y quizás por un segundo le pareció ver una pequeña mueca ante lo mencionado, esa reacción le resulto bastante curiosa, ya que fue para ella algo inusual, más casi le sorprendió más el comentarío que aconteció a esa reacción, de echo abrió notablemente los ojos ante ese comentario que consideró algo cruel, alzó la ceja. -¿Enserio? Yo si alguien a quien apreció se convirtiese en vampiro no me vería en la situación de asesinarlo, cambian sus necesidades, no él si bien pienso que la mayoria de los vampiros son despiadados, pero algunos pueden mantener algunas cosas que mantendrían en vida...osea...si era mi amigo en la vida, supongo que en la no-muerto querría seguir siendo mi amigo, y no seria capaz de matarlo...no se....- Se acarició la nuca pensativa, quizás los cazadores tenían demasiado sangre fria cuando se trataba de algunas criaturas a enfrentarse. Ladeó la cabeza observando a Maggie, ciertamente le era dificil de creer que aquella hermosa joven pudiese tener un corazón tan despiadado como el comentarío que solto.

Rió cuando insinuó que era un iman para las criaturas sobrenaturales, y zarandeó la cabeza de manera divertida. La miró sonriendo. -¿Y por que crees que es querida? tened en cuenta que cuanto menos de vosotros haya, menos tendrán que andarse con cuidado con alguna de vuestras estacas. Sinceramente...eres la primera cazadora que me agrada, como bien notastes al principio desconfié de tí y de tus miras.- Era cierto, Maggie cuando mostró sus habilidades como cazadora Yendra se mostró con cautela y desconfianza de su intención o sus pensamientos hostiles hacía ella, pero al igual que cada cazador es un mundo, lo mismo ocurre con las criaturas de la noche, y aunque a Yendra no le gustaban los vampiros, no descartaba que alguno con el que se pudiera hablar quedaría.

Ladeó la cabeza y rio por los comentarios la verdad es que el manual de cazador basico lo cumplia, aunque a los cambiantes la plata tambien era un repelente, era algo menos conocido que los licantropos y los vampiros. Pero no sería algo que le revelase a su amiga, eso estaba claro, no le iba a a dar pistas de como repeler o derrotar a un cambiante, ese tipo de secretos se lo guardaría. -Visto lo visto te manejas bien, solo queda la experiencia y como dije....eso llegará con el tiempo, asi que paciencia. -Suspiró mirando la practicamente vacía taberna, suspiró y mir a Maggie que mostraba su curiosidad ante las transformaciones . -Al principió si era muy molesto...pero con el tiempo...los cambios es...una sensación estraña, mentiría si dijese que no son algo molestas, pero realmente, es como cuando te estiras hasta que tus huesos crujen un poco, y solo se queda en una sensación extraña de huesos y musculos cambiando y ajustandose.- Sonrió ampliamente. -Pero no impiden que pueda cambiar la forma cuantas veces quiera, realmente lo incomodo es la perdida de ropa, el volver a la forma estamos como Dios nos trajo al mundo...creo que eso sí que considero incomodo.- Se rió pensando en eso y acordandose de alguna vez que casi tenía que haber pasado mas tiempo en animal por que perdió la ropa y no encontraba otra que ponerse.

por **Maggie Craig** Jue Abr 13, 2017 2:56 pm

Comprendía la reacción de Yendra de mostrarse reacia a terminar con la vida de un conocido por el hecho de convertirse en un monstruo. Gracias a Dios yo jamás me había visto en la tesitura de tener que hacerlo, pero si llegaba el momento sabía que no debía dudar, no podía defraudar a los míos por tener un atisbo de compasión . Esos familiares, amigos, conocidos...dejaban de ser personas en cuanto algún sobrenatural les pasaba su maldición al ser mordidos. Tanto si se convertían en vampiros como en licántropos, dejaban de tener el control sobre sí mismos, y comenzaban a moverse por la sed de sangre o la presencia de la luna llena.

- Entiendo a que te refieres y que pienses el error que cometemos al dar muerte a seres que conocíamos cuando eran humanos corrientes. Pero he visto inmortales destrozando los cuerpos de sus hijos al llegar la noche, regresando a casa al tiempo de ser convertidos. A licántropos matando sin piedad a inocentes al llegar la luna llena porque cuando se convierten la razón desaparece de su mente.- negué con la cabeza terminándome el licor que quedaba en mi copa.- He visto mucha muerte y destrucción para creer que esos nuevos seres no acabarán asesinando a inocentes.

Me encogí de hombros cuando divertida parecía entender mejor que yo porque la mayoría de las noches terminaba cazando a vampiros que en un principio se fijaron en mí como cena.- Imagino que también será porque me ven indefensa. Claro que su percecpión cambia cuando les clavo una estaca en su corazón.- apunté divertida. Solía ser digno de recordar las expresiones de los inmortales cuando tras tratar de encandilarme con sus encantos, se encontraban con que debajo del abrigo no llevaba falda sino pantalones, y que sujetas a mi cinturón iban una gran cantidad de armas de plata.

Escuché con atención la información que la cambiante me ofrecía de su estilo de vida. Me resultaba impactante la facilidad de cambiar de un animal a otro, y de nuevo a humano. Cuando me convertí en cazadora aprendí un código a manos de mi padre, jamás cazaríamos seres que no supusiesen un peligro para la humanidad. Por eso, en nuestra orden, no cazábamos cambiantes, aunque otras si lo hiciesen. Estos seres mantenían su raciocinio en su estado animal, y mientras no se convirtiesen en asesinos de la forma que podía convertirse un humano, teníamos con ellos una especie de tregua.

Observé como el local se iba vaciando, quedando pocas mesas ocupadas. No me apetecía nada tener que concluir esa conversación, pero solo disponía de unas horas antes de que amaneciese para terminar con algún vampiro y salvar esa noche la vida de algún humano despistado.- Tengo que marcharme, Yendra, el deber me reclama. Ha sido un placer conocerte es tan extrañas circunstancias.- sonreí con calidez mientras me levantaba de mi asiento.- Espero volver a encontrarme contigo y que podamos disfrutar de nuevo de una velada tan entretenida.- me acerqué hasta ella dándole un beso en la mejilla antes de marcharme con una sonrisa.- Cuidate.- dije girándome sobre mis talones antes de alcanzar la puerta y salir al exterior. La noche había comenzado con muy buen pie, esperaba que no se torciese después.

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