AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
2 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
Recuerdo del primer mensaje :
Estoy aquí, entre el bullicio de la multitud y el dorado de las copas, entre los vestidos de seda y el aroma a puro, con los pies clavados en el suelo y la sonrisa muerta en los labios. Inspiro rogando paciencia a la parte de mi que necesita salir corriendo, esa que obligo a quedarse dormida cuando lo único que se me permite es hacer acto de presencia. La mirada inquisitiva de mi tía Lenna se posa en mí más veces de las necesarias estudiando mis gestos y mi lenguaje corporal. Ha tenido años para aprender a leer y yo otros tantos para hacerla creer que puede. Miro mi copa cuando la conversación de mis compañeras se centra en sus hijos y lo adorables y perfectos que son, como si el resto del mundo no supiéramos que a esa edad resultan agotadores. Cuando el camarero pasa cerca cambio mi copa medio vacía por una llena, las burbujas del champán juegan sobre mi lengua y temo que este sea el momento más divertido que tendré esta noche.
-Jane, querida, te ves pálida ¿Te encuentras bien?
La respuesta es no, pero sonrío igualmente para restarle importancia. Me excuso con que no pude descansar en condiciones la noche anterior y al momento todas y cada una de ellas se miran cómplices. Los nervios de conocer por fin a su pretendiente, pensarán. Y aunque no es mentira que no he podido dormir la verdad es otra bien distinta. Llevo semanas sin conciliar el sueño y pese a que no lo admitiré en voz alta sé muy bien el motivo, me quema el pecho cada vez que pienso en ello y se me acelera el pulso de pura frustración. Quisiera poder fingir que todo sigue igual, pero desde aquel fatídico encuentro no soy la misma, desde entonces todo a mi alrededor parece ir a una velocidad estratosférica mientras dentro de mí mis sentimientos se cuecen a fuego lento. Me gustaría poder decir que solo se trata de mi orgullo herido, pero eso solo es la capa visible del iceberg. Tengo grabada la mirada de Naitiri y la voz de Gael en mi cabeza, la inquietud de
aquella noche aún me acompaña. Desde entonces han pasado tres semanas, tres largas, vacía e insípidas semanas sin volverlos a ver, en las que apenas intercambié una carta con ella para pedirle tiempo.
-Es lógico, cielo, no todos los días se conoce al hombre de tu vida-la voz es dulce y todas concuerdan con ella, pese a que yo estoy en otro lugar ellas me mantienen presente con su palabrería-Tu tía se ha encargado de encontrarte el mejor partido, ya quisiera volver a tener tu edad para casarme con alguien como el señor Medley- no me molesto en fingir que las escucho y desconecto por completo ya que no parecen darle importancia a mi inmutable silencio, están ensimismadas en los posibles futuros no muy lejanos que estoy cerca de vivir con el que se supone debe ser mi futuro marido. Halagan a mi tía porque sin ella yo habría caído en la temida pero escasa lista de mujeres solteras de París. Qué tragedia habría sido-Y hablando del susodicho…
La mano de mi tía pasa por mi brazo y me obliga a acompañarla, apuro el último trago ante su desaprobación y caminamos a paso lento, como todas las damas deben hacer, “tu mente no debe ir por delante de tus pies”. Puedo sentir el nerviosismo de ella a través de su simple agarre y es que lleva tanto tiempo esperando este momento que casi podría ser yo quien los presente. Los últimos intentos de mi ilusa tía por encontrarme un buen partido y completarme como mujer han sido un penoso desastre. Yo no hago nada, lo juro, me dedico a escucharlos, atender sus gestos, aceptar sus halagos y sonreír como toda señorita debe hacer. Al terminar nuestro encuentro me despido y jamás vuelvo a verlos pese a sus intentos por llamar mi atención, pero no puedo compartir mi vida con alguien sin alma.
-Esta vez es el adecuado, mi dulce niña, será una noche perfecta-susurra a medida que nos acercamos al grupo de caballeros que entre risas cómplices y apretones de manos saluda al recién llegado. Mi tía pensará que no admiro sus esfuerzos pero en realidad entiendo con creces que solo trata de hacerme feliz y encajar piezas que obviamente están rotas dentro de mi. El problema es que no tengo solución.
Cuando por fin nos presentan su mano toma la mía para posar un leve beso, todo en este hombre es digno de un caballero, sonrisa amplia y mirada cálida, voz madura y porte altivo. Sí, para mi desgracia es un buen partido. No sé qué esperaba él de mí pero halaga con deleite todo de mí sin resultar empalagoso como los pretendientes anteriores a él. El pecho de mi tía se infla de orgullo ya que ha sido ella la encargada de dejarme radiante para este momento, el encaje de mi vestido se adhiere a mis formas y cae en un ligero vuelo, no es voluptuoso pero tampoco vulgar, de un azul marino profundo. La conversación y el ambiente entre ambas familias es agradable y hasta me permito sonreír más de la cuenta, casi podría dejarme llevar y callar para siempre la parte de mi que suele salir corriendo. No tardan en dejarnos solos con el poco disimulo de los que ya saben lo que va a pasar, es casi como un ritual que he repetido ya varias veces. El vuelo de mi vestido ondea al ritmo de mis pasos mientras permito que me guíe hasta la zona de baile donde decenas de parejas lucen sus mejores pasos. Parece algo nervioso aunque se esfuerza por mostrarse todo lo seguro de sí mismo que debe, no me mira más de lo políticamente correcto y mantiene un baile lento que le permite seguir hablando. Al final me veo a mi misma conversando con él e incluso riéndo, y no sé si se trata de mi desesperado intento por desprenderme de todo el dolor de los recuerdos, no sé si es mi subconsciente que está harto de sentirse cada día triste y solo, que me anima a dejarme llevar al menos por una vez. Casi podría perdonarle que no tenga los ojos azules o que su barba esté perfectamente afeitada, casi podría obviar el hecho de que no huele a bosque lluvioso y canela o que sus manos no tienen cayos del arduo trabajo en la caza. Casi podría perdonarlo, pero no se llama Gael.
-Jane, querida, te ves pálida ¿Te encuentras bien?
La respuesta es no, pero sonrío igualmente para restarle importancia. Me excuso con que no pude descansar en condiciones la noche anterior y al momento todas y cada una de ellas se miran cómplices. Los nervios de conocer por fin a su pretendiente, pensarán. Y aunque no es mentira que no he podido dormir la verdad es otra bien distinta. Llevo semanas sin conciliar el sueño y pese a que no lo admitiré en voz alta sé muy bien el motivo, me quema el pecho cada vez que pienso en ello y se me acelera el pulso de pura frustración. Quisiera poder fingir que todo sigue igual, pero desde aquel fatídico encuentro no soy la misma, desde entonces todo a mi alrededor parece ir a una velocidad estratosférica mientras dentro de mí mis sentimientos se cuecen a fuego lento. Me gustaría poder decir que solo se trata de mi orgullo herido, pero eso solo es la capa visible del iceberg. Tengo grabada la mirada de Naitiri y la voz de Gael en mi cabeza, la inquietud de
aquella noche aún me acompaña. Desde entonces han pasado tres semanas, tres largas, vacía e insípidas semanas sin volverlos a ver, en las que apenas intercambié una carta con ella para pedirle tiempo.
-Es lógico, cielo, no todos los días se conoce al hombre de tu vida-la voz es dulce y todas concuerdan con ella, pese a que yo estoy en otro lugar ellas me mantienen presente con su palabrería-Tu tía se ha encargado de encontrarte el mejor partido, ya quisiera volver a tener tu edad para casarme con alguien como el señor Medley- no me molesto en fingir que las escucho y desconecto por completo ya que no parecen darle importancia a mi inmutable silencio, están ensimismadas en los posibles futuros no muy lejanos que estoy cerca de vivir con el que se supone debe ser mi futuro marido. Halagan a mi tía porque sin ella yo habría caído en la temida pero escasa lista de mujeres solteras de París. Qué tragedia habría sido-Y hablando del susodicho…
La mano de mi tía pasa por mi brazo y me obliga a acompañarla, apuro el último trago ante su desaprobación y caminamos a paso lento, como todas las damas deben hacer, “tu mente no debe ir por delante de tus pies”. Puedo sentir el nerviosismo de ella a través de su simple agarre y es que lleva tanto tiempo esperando este momento que casi podría ser yo quien los presente. Los últimos intentos de mi ilusa tía por encontrarme un buen partido y completarme como mujer han sido un penoso desastre. Yo no hago nada, lo juro, me dedico a escucharlos, atender sus gestos, aceptar sus halagos y sonreír como toda señorita debe hacer. Al terminar nuestro encuentro me despido y jamás vuelvo a verlos pese a sus intentos por llamar mi atención, pero no puedo compartir mi vida con alguien sin alma.
-Esta vez es el adecuado, mi dulce niña, será una noche perfecta-susurra a medida que nos acercamos al grupo de caballeros que entre risas cómplices y apretones de manos saluda al recién llegado. Mi tía pensará que no admiro sus esfuerzos pero en realidad entiendo con creces que solo trata de hacerme feliz y encajar piezas que obviamente están rotas dentro de mi. El problema es que no tengo solución.
Cuando por fin nos presentan su mano toma la mía para posar un leve beso, todo en este hombre es digno de un caballero, sonrisa amplia y mirada cálida, voz madura y porte altivo. Sí, para mi desgracia es un buen partido. No sé qué esperaba él de mí pero halaga con deleite todo de mí sin resultar empalagoso como los pretendientes anteriores a él. El pecho de mi tía se infla de orgullo ya que ha sido ella la encargada de dejarme radiante para este momento, el encaje de mi vestido se adhiere a mis formas y cae en un ligero vuelo, no es voluptuoso pero tampoco vulgar, de un azul marino profundo. La conversación y el ambiente entre ambas familias es agradable y hasta me permito sonreír más de la cuenta, casi podría dejarme llevar y callar para siempre la parte de mi que suele salir corriendo. No tardan en dejarnos solos con el poco disimulo de los que ya saben lo que va a pasar, es casi como un ritual que he repetido ya varias veces. El vuelo de mi vestido ondea al ritmo de mis pasos mientras permito que me guíe hasta la zona de baile donde decenas de parejas lucen sus mejores pasos. Parece algo nervioso aunque se esfuerza por mostrarse todo lo seguro de sí mismo que debe, no me mira más de lo políticamente correcto y mantiene un baile lento que le permite seguir hablando. Al final me veo a mi misma conversando con él e incluso riéndo, y no sé si se trata de mi desesperado intento por desprenderme de todo el dolor de los recuerdos, no sé si es mi subconsciente que está harto de sentirse cada día triste y solo, que me anima a dejarme llevar al menos por una vez. Casi podría perdonarle que no tenga los ojos azules o que su barba esté perfectamente afeitada, casi podría obviar el hecho de que no huele a bosque lluvioso y canela o que sus manos no tienen cayos del arduo trabajo en la caza. Casi podría perdonarlo, pero no se llama Gael.
Astrid J. Bergès- Cazador Clase Media
- Mensajes : 297
Fecha de inscripción : 01/01/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
Tengo que utilizar todas mis fuerzas para mantenerme cuando Gael se aparta de mi. Incertidumbre y claridad a pasos agigantados dentro de mi pecho. Pronto lo siento a mi espalda, guiándome para tomar mi lugar entre sus brazos. Podría negarme, por supuesto, pero no después de lo que acabo de hacer. Nos he sentenciado. El calor que desprende me asfixia pero lo necesito tanto que solo respiro si estoy cerca de él, sus caricias camuflan el dolor, cierran la herida de mi pecho. Tenemos sueños muy parecidos, quisiera decirle, pero no puedo más que jadearde forma magullada. Es totalmente vergonsozo esta así a su lado, tan sucia y sudorosa pese a haber tomado un baño, sé que así de cerca podría mancharse con la sangra que empapa la venda de mi cuello. No me siento demasiado digna de este momento.
Acaricio su rostro con ambas manos, la yema de mis dedos perfilando sus pómulos, la incipiente barba, sus pestañas. Sé que mantengo los ojos cerrados para que las lágrimas se camuflen. Si no lo miro no duele tanto. Si no lo miro quizás no caiga tan profundo. Por favor, Gael, tú deberías ser él responsable de detener esta locura. Pero todo él está entregado.
-Vamos a rompernos...esto no puede ser...-susurro mientras otro roce de nuestros labios desata tormentas. Yo podría haber sido una mujer normal, una joven corriente que conoce a un buen pretendiente, podría haberme conformado con cualquier de los caballero de primera clase que con tanto esfuerzo se presentaron ante mi. Habría sido una esposa sumisa, entregada a sus hijos, amiga de sus amigas. Podría haber vivido sencillamente. Y tuve que elegir lo extraordinario. Decir que jamás había deseado sus labios sería el mayor de los embustes. No sabía que la piel podía arder tan fácilmente.
-Gael...-parezco una niña rota.
Mis manos recorren su torso, su cuello, su rostro, busco la forma de empaparme de él, de respirarlo y romper la barrera de la piel. Quiero ver dentro de él y vivir en su pecho para siempre. El temblor se intensifica, una mezcla dolorida entre nerviosismo y debilidad. Susurro su nombre varias veces, saboreo la humedad de sus labios y entrelazo mis dedos entre su pelo presionando mi cuerpo contra el suyo. No puedo respirar y son varias las ocasiones en las que debo aprender cómo hacerlo. Si me separo ahora todo está perdido.
Acaricio su rostro con ambas manos, la yema de mis dedos perfilando sus pómulos, la incipiente barba, sus pestañas. Sé que mantengo los ojos cerrados para que las lágrimas se camuflen. Si no lo miro no duele tanto. Si no lo miro quizás no caiga tan profundo. Por favor, Gael, tú deberías ser él responsable de detener esta locura. Pero todo él está entregado.
-Vamos a rompernos...esto no puede ser...-susurro mientras otro roce de nuestros labios desata tormentas. Yo podría haber sido una mujer normal, una joven corriente que conoce a un buen pretendiente, podría haberme conformado con cualquier de los caballero de primera clase que con tanto esfuerzo se presentaron ante mi. Habría sido una esposa sumisa, entregada a sus hijos, amiga de sus amigas. Podría haber vivido sencillamente. Y tuve que elegir lo extraordinario. Decir que jamás había deseado sus labios sería el mayor de los embustes. No sabía que la piel podía arder tan fácilmente.
-Gael...-parezco una niña rota.
Mis manos recorren su torso, su cuello, su rostro, busco la forma de empaparme de él, de respirarlo y romper la barrera de la piel. Quiero ver dentro de él y vivir en su pecho para siempre. El temblor se intensifica, una mezcla dolorida entre nerviosismo y debilidad. Susurro su nombre varias veces, saboreo la humedad de sus labios y entrelazo mis dedos entre su pelo presionando mi cuerpo contra el suyo. No puedo respirar y son varias las ocasiones en las que debo aprender cómo hacerlo. Si me separo ahora todo está perdido.
Astrid J. Bergès- Cazador Clase Media
- Mensajes : 297
Fecha de inscripción : 01/01/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
El cuerpo de Jane encaja a la perfección entre mis brazos. Como si después de tantos años buscando la pieza de mi puzzle incompleto, por fin, la he encontrado. Dejo que acaricie mi rostro por enésima vez. Se lo debe de saber de memoria, estoy seguro de que me reconocería solamente con tocarme el rostro, al igual que yo haría con el suyo. Sé cada uno de los lunares de su cara, sé que cuando el sol se cuela por la ventana, sus ojos pardos se tornan verdes. Al igual que también sé que está de nuevo luchando contra esto. Doy un último roce a sus labios, antes de acariciar su hombro y de hacer que abra los ojos. Quiero que me mire. Todo lo que necesito es esa mirada suya.
-Hemos cruzado esa línea, Jane. Ya no hay vuelta atrás. Esto no funciona así. Todo se ha derrumbado... ¿Y sabes que? Ya es hora de que seamos de verdad.- Susurro de nuevo a centímetros de ella y cruzo la distancia que nos separa para poder volver a besarle.
Susurra mi nombre varias veces, se aferra a mí como si fuese un clavo ardiendo, un salvavidas. Cree que nos vamos a hundir, que esta tormenta nos va a arrastrar a lo más profundo de las tinieblas. No quiero creerle. Me niego a creer que no va a poder salir bien. Tiene que salir bien. Acaricio su espalda con la yema de mis dedos y beso su cabeza, empapándome del olor de su pelo. - Estaremos bien. No te puedo dejar ir ahora. - Nos pegamos tantos el uno al otro que ni siquiera pasa aire entre nuestros cuerpos y el calor de la habitación aumenta. Pero los dos temblamos. Beso sus labios una última vez y vuelvo a mirarla, con una intensidad que haría arder un bosque entero. -Te quiero, Astrid.- Ya esta todo derrumbado. ¿Que más da derrumbarlo un poco más? Esta noche está siendo nuestra, desde el principio hasta el final. Quizá esté gastando las últimas balas que me quedan para que entienda que esto va a salir bien, que ya no hay líneas, ni barreras ni muros que puedan separarnos. Juntos es mejor, siempre. Siempre lo ha sido. -Convierte las mil maneras que se te ocurren ahora mismo de huir de aquí en mil maneras de quedarte conmigo. Por favor.- Me agarro más fuerte a su cuerpo, pegándola aún más a mi pecho, como si nos hubiéramos separado, aunque eso no ha ocurrido. Seguimos igual de juntos que instantes atrás.
Mientras espero a su reacción sigo acariciándola, pero sin pasar cerca de su cuello, no quiero hacerle daño, aunque pronto tendré que cambiarle la venda. Puedo escuchar una canción distinta cada vez que respira. ¿Qué canción estará sonando ahora en su cabeza? La vuelvo a mirar con curiosidad y rozo con mi nariz su mejilla, para después, dejar un beso ahí.
-Hemos cruzado esa línea, Jane. Ya no hay vuelta atrás. Esto no funciona así. Todo se ha derrumbado... ¿Y sabes que? Ya es hora de que seamos de verdad.- Susurro de nuevo a centímetros de ella y cruzo la distancia que nos separa para poder volver a besarle.
Susurra mi nombre varias veces, se aferra a mí como si fuese un clavo ardiendo, un salvavidas. Cree que nos vamos a hundir, que esta tormenta nos va a arrastrar a lo más profundo de las tinieblas. No quiero creerle. Me niego a creer que no va a poder salir bien. Tiene que salir bien. Acaricio su espalda con la yema de mis dedos y beso su cabeza, empapándome del olor de su pelo. - Estaremos bien. No te puedo dejar ir ahora. - Nos pegamos tantos el uno al otro que ni siquiera pasa aire entre nuestros cuerpos y el calor de la habitación aumenta. Pero los dos temblamos. Beso sus labios una última vez y vuelvo a mirarla, con una intensidad que haría arder un bosque entero. -Te quiero, Astrid.- Ya esta todo derrumbado. ¿Que más da derrumbarlo un poco más? Esta noche está siendo nuestra, desde el principio hasta el final. Quizá esté gastando las últimas balas que me quedan para que entienda que esto va a salir bien, que ya no hay líneas, ni barreras ni muros que puedan separarnos. Juntos es mejor, siempre. Siempre lo ha sido. -Convierte las mil maneras que se te ocurren ahora mismo de huir de aquí en mil maneras de quedarte conmigo. Por favor.- Me agarro más fuerte a su cuerpo, pegándola aún más a mi pecho, como si nos hubiéramos separado, aunque eso no ha ocurrido. Seguimos igual de juntos que instantes atrás.
Mientras espero a su reacción sigo acariciándola, pero sin pasar cerca de su cuello, no quiero hacerle daño, aunque pronto tendré que cambiarle la venda. Puedo escuchar una canción distinta cada vez que respira. ¿Qué canción estará sonando ahora en su cabeza? La vuelvo a mirar con curiosidad y rozo con mi nariz su mejilla, para después, dejar un beso ahí.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 23/12/2015
Edad : 32
Localización : Detrás de ti
Re: Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
Podría quedarme aqui para siempre, no parece mal refugio. Es cálido y seguro. Es Gael.
Pero estamos siendo tan ilusos que nos negamos a ver la realidad que asoma por el umbra de la puerta, como ua sombra que espera con los brazos abiertos. Lo veo en sus ojos, la necesidad apremiante de creer que mi destartalado cuerpo es real dentro de su abrazo, la esperanza lamiendo sus pupilas. Mi Gael, mi frágil y eterno Gael. Ojalá pudiera entregarle toda una vida sin dolor. Dejo caer un beso en la palma de su mano y lo observo, las lágrimas aún retenidas en mi mirada mientras acaricio su rostro. Me quiere, dice, y yo guardo cada una de sus palabras en un sitio especial dentro de mi.
-Va a ser nuestra perdición-susurro, tan bajo que dudo que haya podido escucharme. ¿Qué piensa? ¿Siente, al igual que yo, que aún sigue cayendo? No puedo aferrarme a esta noche, no debo, y aún así me encuentro buscando su calr bajo las sábanas-Debes estar preparado para verme desaparecer, quizás un día te despiertes y mi perfume ya no estará en la almohada. Puede que una noche ya no vuelva, que una cacería vaya mal, que muera ante ti-necesito advertilo, poner en voz alta lo que ambos ya sabemos. El hombre que tengo ante mi, el que respira sobre mi frente y acaricia mis pestañas, tiene el poder de destruirme-Ambos debemos afrontarlo. Cada beso puede ser una despedida.
Alzo el rostro para encontrar de nuevo sus labios pero el leve movimiento me arranca un jadeo dañado, siento tirante la piel del cuello, aún latente la marca de los colmillos. El recuerdo me arranca un escalofrío y tengo que apartarme un tanto de Gael para encontrar la compostura, la estabilidad para comprender que ahora estoy a salvo. Algún día tenía que repetirse, la sensación de haber dejado de pertenecerme me tiene presa. Haber sido esclava de sangre es la marca que me condena. Es como si necesitase frotar mi cuerpo y desprenderme de la suciedad constantemente.
-Necesito... necesito aire-me apoyo de forma torpe sobre su hombro para incorporarme y el rápido gesto me deja inestable. A penas me he puesto en pie termino cayendo sobre mis rodillas. No puedo respirar, me escucho hiperventilar. Intento pronunciar su nombre, sin éxito, alzo una mano hacia la ventana de forma patética. ¿Qué me ocurre? El dolor es agudo, crudo. Me llevo las manos a la garganta arrancando de una las vendas húmedas, sé que hay movimiento a mi alrededor, que me dice algo, pero no lo escucho. Me duele, me duele tanto. Tiembla mi cuerpo y, cuando por fin consigo tomar una bocanada de aire, me oigo sollozar. Un llanto tan desgarrado que podría romper la luna. Busco a Gael con una necesidad ciega, lo necesito a mi lado.
Pero estamos siendo tan ilusos que nos negamos a ver la realidad que asoma por el umbra de la puerta, como ua sombra que espera con los brazos abiertos. Lo veo en sus ojos, la necesidad apremiante de creer que mi destartalado cuerpo es real dentro de su abrazo, la esperanza lamiendo sus pupilas. Mi Gael, mi frágil y eterno Gael. Ojalá pudiera entregarle toda una vida sin dolor. Dejo caer un beso en la palma de su mano y lo observo, las lágrimas aún retenidas en mi mirada mientras acaricio su rostro. Me quiere, dice, y yo guardo cada una de sus palabras en un sitio especial dentro de mi.
-Va a ser nuestra perdición-susurro, tan bajo que dudo que haya podido escucharme. ¿Qué piensa? ¿Siente, al igual que yo, que aún sigue cayendo? No puedo aferrarme a esta noche, no debo, y aún así me encuentro buscando su calr bajo las sábanas-Debes estar preparado para verme desaparecer, quizás un día te despiertes y mi perfume ya no estará en la almohada. Puede que una noche ya no vuelva, que una cacería vaya mal, que muera ante ti-necesito advertilo, poner en voz alta lo que ambos ya sabemos. El hombre que tengo ante mi, el que respira sobre mi frente y acaricia mis pestañas, tiene el poder de destruirme-Ambos debemos afrontarlo. Cada beso puede ser una despedida.
Alzo el rostro para encontrar de nuevo sus labios pero el leve movimiento me arranca un jadeo dañado, siento tirante la piel del cuello, aún latente la marca de los colmillos. El recuerdo me arranca un escalofrío y tengo que apartarme un tanto de Gael para encontrar la compostura, la estabilidad para comprender que ahora estoy a salvo. Algún día tenía que repetirse, la sensación de haber dejado de pertenecerme me tiene presa. Haber sido esclava de sangre es la marca que me condena. Es como si necesitase frotar mi cuerpo y desprenderme de la suciedad constantemente.
-Necesito... necesito aire-me apoyo de forma torpe sobre su hombro para incorporarme y el rápido gesto me deja inestable. A penas me he puesto en pie termino cayendo sobre mis rodillas. No puedo respirar, me escucho hiperventilar. Intento pronunciar su nombre, sin éxito, alzo una mano hacia la ventana de forma patética. ¿Qué me ocurre? El dolor es agudo, crudo. Me llevo las manos a la garganta arrancando de una las vendas húmedas, sé que hay movimiento a mi alrededor, que me dice algo, pero no lo escucho. Me duele, me duele tanto. Tiembla mi cuerpo y, cuando por fin consigo tomar una bocanada de aire, me oigo sollozar. Un llanto tan desgarrado que podría romper la luna. Busco a Gael con una necesidad ciega, lo necesito a mi lado.
Astrid J. Bergès- Cazador Clase Media
- Mensajes : 297
Fecha de inscripción : 01/01/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
Ambos estamos caminando sobre una fina cuerda por encima de un abismo. ¿Si nos caeremos? Quizá. Puede. Es probable. Pero pienso disfrutar de cada uno de los momentos en los que pase con ella. Exprimirlos al máximo, disfrutar de ella cada segundo, cada latido. Ella o yo un día podemos desaparecer, como puede desaparecer cualquiera, como lo hicieron mis padres y mi hermana. Ese día dolerá, pero no durará mucho, pues si ella deja de existir, pienso dejar de hacerlo tras ella. Eso es lo único que tengo más claro como que el Sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Y que a la noche le sigue el día. Las palabras que he dicho me queman en la garganta. Me he dejado llevar, quizá he presionado demasiado al no poder callarme ese te quiero. Al pedirle que no se vaya nunca de aquí. La he presionado durante toda la noche. Pero sentía que esta iba a ser la última noche si no hacía las cosas bien. He tenido que sacar todas mis balas y enfrentarme a esta batalla con toda la carne en el asador.
- No voy a dejar que mueras, pajarito.- Digo y dejo un beso en su mejilla. Mis palabras suenan seguras, quiero creer que ella nunca se va a ir asesinada. Si se va, quiero que sea cuando los dos seamos viejos y ya no podamos más por la edad. Ella no merece una muerte cruel. Debe morir en paz.
Trata de incorporarse, sigue estando débil, necesita aire. Me levanto de un salto de la cama, ella intenta hacer lo mismo, pero se cae nada más pisar el suelo. ¿Por qué se está ahogando? ¿La herida sigue sangrando? ¿No ha sido suficiente la sangre del vampiro? Empiezo a temblar, noto mis nervios crisparse, pero tengo que mantener la cabeza fría, no puedo perder la cabeza y tampoco puedo perderla a ella. No así, joder. -¡Astrid!- Digo para que intente tranquilizarse con mi voz, pero es inútil. Se está agobiando conforme los segundos van pasando. La cojo en mis brazos, acerco el sillón hasta la ventana y me siento en él con ella en mis brazos, la acerco a la ventana y también mi cabeza baja hasta su oreja. -Cierra los ojos, estoy aquí contigo. Respira. ¿Notas el viento? Todo está bien. Estamos juntos, todo es mejor ahora. Respira, no te olvides de respirar. - Sueno convincente, pero nunca se me ha dado bien tranquilizar a nadie. Siempre es a mí a quién tienen que relajar. ¿Qué puedo hacer para aliviarle el dolor? Quizá tenga alguna infusión de hierbas para poder hacerle. Cuando se tranquilice, le haré algo de eso. Necesita dormir. Ya hemos tenido bastante noche por hoy. -Cuando te encuentres algo mejor, voy a bajar para traerte algo relajante, para que puedas dormir. Si quieres puedo dormir contigo, pero no quiero molestarte. Necesitas descansar mucho y bien.- Acaricio su pelo con cariño, como si fuese una muñeca de porcelana a punto de romperse.
- No voy a dejar que mueras, pajarito.- Digo y dejo un beso en su mejilla. Mis palabras suenan seguras, quiero creer que ella nunca se va a ir asesinada. Si se va, quiero que sea cuando los dos seamos viejos y ya no podamos más por la edad. Ella no merece una muerte cruel. Debe morir en paz.
Trata de incorporarse, sigue estando débil, necesita aire. Me levanto de un salto de la cama, ella intenta hacer lo mismo, pero se cae nada más pisar el suelo. ¿Por qué se está ahogando? ¿La herida sigue sangrando? ¿No ha sido suficiente la sangre del vampiro? Empiezo a temblar, noto mis nervios crisparse, pero tengo que mantener la cabeza fría, no puedo perder la cabeza y tampoco puedo perderla a ella. No así, joder. -¡Astrid!- Digo para que intente tranquilizarse con mi voz, pero es inútil. Se está agobiando conforme los segundos van pasando. La cojo en mis brazos, acerco el sillón hasta la ventana y me siento en él con ella en mis brazos, la acerco a la ventana y también mi cabeza baja hasta su oreja. -Cierra los ojos, estoy aquí contigo. Respira. ¿Notas el viento? Todo está bien. Estamos juntos, todo es mejor ahora. Respira, no te olvides de respirar. - Sueno convincente, pero nunca se me ha dado bien tranquilizar a nadie. Siempre es a mí a quién tienen que relajar. ¿Qué puedo hacer para aliviarle el dolor? Quizá tenga alguna infusión de hierbas para poder hacerle. Cuando se tranquilice, le haré algo de eso. Necesita dormir. Ya hemos tenido bastante noche por hoy. -Cuando te encuentres algo mejor, voy a bajar para traerte algo relajante, para que puedas dormir. Si quieres puedo dormir contigo, pero no quiero molestarte. Necesitas descansar mucho y bien.- Acaricio su pelo con cariño, como si fuese una muñeca de porcelana a punto de romperse.
Gael Lutz- Cazador Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 23/12/2015
Edad : 32
Localización : Detrás de ti
Re: Dead love couldn't go no further || Gael Luzt
No sé cuánto tiempo permanezco llorando, pero al menos me quedo en sus brazos.
La última vez que me mostré tan débil pero el día en que nos conocimos, la noche en la que la sombra del hombre que fue se encontró con mi despedazada mitad. Tan lejano, tan irreal. A pesar del dolor me quedo quieta, sintiendo que de moverme el ardor de las heridas será más intenso, intento mantener los ojos cerrados y el rostro en calma para mostrarle lo fuerte que se supone que soy. Estoy segura de que siente tanto miedo como yo. Estoy siendo egoísta, ¿cuándo lo he abrazado yo así? ¿por qué tiene que sufrir de este modo por mi persona? Lo siento, quiero decirle, lo siento tanto.
Me muerdo los labios aún con el sabor de los suyos sobre los míos, como si así pudiera borrar el recuerdo y evitar hacernos más daño. Qué error tan grave. “Amar es destruir y ser amado es ser destruido”. Ojalá pudiera prometerle al hombre que me abraza que siempre estaremos juntos, pero este mundo en el que vivimos no está hecho para el amor. Cada noche de caza es un día menos de vida.
Cuando vuelvo a abrir los ojos me descubro aún entre sus brazos, ambos en el suelo con los pies descalzos mientras el alba se adentra por las cristaleras. Observo a Gael, sus rubias pestañas y la barba incipiente, y me digo que podría despertar así todos los días. Me incorporo con las extremidades entumecidas y lo ayudo a meterse en la cama mientras lucha contra el sueño balbuceando algo que no consigo comprender. Beso su frente, cojo una manta y me encamino escaleras abajo. Aún me cuesta respirar y siento la boca seca pero todo el mal de anoche se ha disipado. Cuando la tetera comienza a hervir y el aroma a tila inunda la casa mis hombros consigue relajarse por fin, son muchas las decisiones que siento que debo tomar, demasiadas las respuesta que buscar. Si mato el pasado podré seguir adelante.
He comprendido qué necesito en mi vida.
La última vez que me mostré tan débil pero el día en que nos conocimos, la noche en la que la sombra del hombre que fue se encontró con mi despedazada mitad. Tan lejano, tan irreal. A pesar del dolor me quedo quieta, sintiendo que de moverme el ardor de las heridas será más intenso, intento mantener los ojos cerrados y el rostro en calma para mostrarle lo fuerte que se supone que soy. Estoy segura de que siente tanto miedo como yo. Estoy siendo egoísta, ¿cuándo lo he abrazado yo así? ¿por qué tiene que sufrir de este modo por mi persona? Lo siento, quiero decirle, lo siento tanto.
Me muerdo los labios aún con el sabor de los suyos sobre los míos, como si así pudiera borrar el recuerdo y evitar hacernos más daño. Qué error tan grave. “Amar es destruir y ser amado es ser destruido”. Ojalá pudiera prometerle al hombre que me abraza que siempre estaremos juntos, pero este mundo en el que vivimos no está hecho para el amor. Cada noche de caza es un día menos de vida.
Cuando vuelvo a abrir los ojos me descubro aún entre sus brazos, ambos en el suelo con los pies descalzos mientras el alba se adentra por las cristaleras. Observo a Gael, sus rubias pestañas y la barba incipiente, y me digo que podría despertar así todos los días. Me incorporo con las extremidades entumecidas y lo ayudo a meterse en la cama mientras lucha contra el sueño balbuceando algo que no consigo comprender. Beso su frente, cojo una manta y me encamino escaleras abajo. Aún me cuesta respirar y siento la boca seca pero todo el mal de anoche se ha disipado. Cuando la tetera comienza a hervir y el aroma a tila inunda la casa mis hombros consigue relajarse por fin, son muchas las decisiones que siento que debo tomar, demasiadas las respuesta que buscar. Si mato el pasado podré seguir adelante.
He comprendido qué necesito en mi vida.
Astrid J. Bergès- Cazador Clase Media
- Mensajes : 297
Fecha de inscripción : 01/01/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» It's funny the way most people love the dead. Once you're dead, you're made for life.{Ivasaky Relation's}
» Dead Inside || Gael Lutz
» Who you are? [Priv. Gael]-
» Día de tormenta {Gael}
» Gaël Marmalade
» Dead Inside || Gael Lutz
» Who you are? [Priv. Gael]-
» Día de tormenta {Gael}
» Gaël Marmalade
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour