Tornándose naranja (Libre)

por **Ludwig Voltaire** Sáb Nov 06, 2010 10:25 pm

Tenia las manos heladas dentro de las bolsas de su bolsillos, a pesar de que estaban en otoño ya le comenzaban a calar los huesos por lo que tenía que salir exageradamente abrigado, no podía darse el lujo de enfermarse...

-No ahora.-pensó amarrándose un poco más la bufanda mientras se aferraba a sus cosas mientras iba de camino a su segundo trabajo... Y lo peor de todo es que iba retrasado, retrasado por minutos, pero aún así, retrasado... ¿Por que siempre salía después del horario establecido? Le irritaba de sobremanera la impuntualidad de su jefe... Pero no podía hacer nada, solo tenía que sobrellevar la situación en el que se encontraba lo suficiente para juntar mucho dinero y poder pagar sus estudios...

-Hasta eso tendré que aguantar.- pensó suspirando, bajando la cabeza cansado, Todo sea por el bien económico de su familia. Alejo su vista del suelo al cielo, viendo el cambio de día a noche como si fuera una lenta alegoría rememorando lo que su padre siempre decía: "Cuídate de la noche que siempre trae a sus hijos con ella." Era algo bastante fantasioso, pero a decir verdad era algo enigmático, ¿Quien no querría conocer la realidad de los misterios que traía la noche? Suspiro cuando sintió algo chocar contra el para despues, escuchar el sonido de cosas caerse. -Que torpe.- penso mientras se agachaba a recoger las cosas sin alzar la mirada (La cual tenía marcada con el ceño fruncido).- Debe ser más cuidadoso.-dijo tomando con delicadeza los objetos que se habian caido.

por **Annette Pavlovna** Sáb Nov 06, 2010 11:12 pm

una noche más albergándose dentro de las penumbras existentes sobre el alzar la vista al cielo, la luna blanca comenzaba a asomarse sin problema alguno destacado entre el resto, hacía frío, sin duda y certa vampiresa se hallaba caminando entre las calles envuelta en un abrigo hermoso junto con su aspecto daban una imagen bastante impetuosa; no se preocupó porque la mirasen, tenía apetito y se encontraba bastante de malhumor, justo cuando estaba decidida a buscar en otro sitio el olor dulce desprendó a una nueva víctima, Annette se alegró de aquél hecho y caminó rápidamente hasta donde estaba simulando un accidente bastante común.

Ni siquiera había visto al chico bien, llevaba algo sobre los brazos que le impedía percatarse del aspecto físico del chico, sus facciones podían notarse que estaba algo molesto cosa que alegró a la vampira haciendo que tosiese un poco ayudándole a recoger lo tirado.

-Perdonadme, estoy un poco enferma y no me he fijado en lo que he hecho- mintió levantando apenas la mirada verdácea contra la víctima dibujando una leve sonrisa sin mediocridad en ella tomando unos frascos entre los brazos dándoselos al chico.

Tosió nuevamente fingiendo una terca enfermedad,quizá el hombre pensaría que sería algo contagioso, no lo supuso simplemente sacó un pañuelo de su vestido cerrando los ojos por la acción, había aprendido a copiar ese tipo de comportamientos relacionados a lo social, para pasar desapercibida buscaba los medios necesarios.

por **Ludwig Voltaire** Dom Nov 07, 2010 5:58 pm

Suspiro para sus adentros mientras recogía los objetos de no muy buena gana escuchando la voz femenina un poco ronca y suave, alzó la ceja aún sin alzar la cara mientras observaba los pequeños artefactos.- Supongo que también fue mi culpa por haberme quedado parado en medio de la corriente de personas…-dijo en algo parecido a un gruñido suave.

Con suavidad para alzó la vista a la mujer: era bastante hermosa, y escuchar esa tos le hizo preocuparse… Pero no por eso se denoto en alguna facción de su rostro, seguía con los gestos neutros y casi fríos observándola penetrantemente, sacando de su bolsillo un pañuelo de seda y suavemente se lo ofreció a la mujer, pero se le había adelantado ella misma a lo que lo guardo; Extrañamente y a pesar de que las enfermedades estaban a flor de piel en Europa, Ludwig buscaba siempre ayudar a los demás, y una joven enferma y caminando solitaria… -Me matará mi jefe…- suspiro mientras la observaba con suavidad.

-Madame, ¿A dónde se dirige?- pregunto casual. – Creo que a estas horas de la noche son muy peligrosas como para una joven como usted, ¿A dónde se dirige?- pregunto en voz grave, viéndola a los ojos, en un gesto ‘dominante’, sin esperar a cambio una seducción.

por **Annette Pavlovna** Mar Nov 09, 2010 10:36 pm

Annette quedándose a secas miró al chico con detenimiento, sabía que sus presas olían a dinero o llevaban con ellos cantidades estratosféricas de monedas en los bolsillos, ella intentando palpal con el olfato algún indicio de éste le resultó inútil, bien, había detenido a la víctima equivocada, y ella no sabía cómo ser mala y menos tan desdichada al menos no para con humanos que no portaban dinero o chques, tampoco tacaños.

En cuánto le preguntó a dónde se dirigía, la vampira se sonrojó ligeramente sobre sus mejillas, quizo desaparecer en ese instante deseando que el pobre hombre no hubiese perdido todas sus pertenencias, él no había tenido la culpa, ella había planificado todo con resultados vacíos, suspiró terminando de alzar una lata sobrante con una leve sonrisa en los labios.

-No es peligroso para algiuen como yo monsieur, sé cuidarme sola de eso podéis estar absolutamente seguro- argumentó entegándosela en las manos agradeciendo llevar guantes para no hacer notoria la diferencia en pieles, tenía uns aspecto algo preocupado y desaliñado, por un momento se maldijo así misma por haber pensado en hacerlo su cena, una cosa era tener apetito y otra muy distinta cazar a cualquiera, enfurruñada consigo misma asintió hacia el joven sutílmente.

-No os preocupéis, estoy bien, creo que ya os he hecho perder vuestro tiempo con mis torpezas- aseguró dándole unas leves palmaditas a la espalda masculina sobre el inicio del hombro dando pie a que el sujeto se marchase, pero después de todo, había tenido que ver con su retraso cuando menos podía reponerle algo de lo tirado o acompañarle a reponerlo.

-Creo que algunas cosas terminaron hachadas a perder, permitidme reponérselas, es sólo la inmensa distracción que traigo encima con el resfriado y algunos problemas- mintió inocentemente mordiéndose el labio inferior.

-Por cierto, mi nombre es Annette vuestra desperdiciadora oficial- se presentó con una sonrisa más animada olvidando el hecho de querer ser temerosa, cosa que no le quedaba en lo absoluto.

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