AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Durmiendo con el enemigo (Privado)
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Durmiendo con el enemigo (Privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Desde mi encuentro con Assur habían pasado ya unas semanas, mi prometida parecía haberse perdido en su propio mundo, nos encontrábamos por los pasillos como fantasmas y empezaba a pensar que nuestra boda se tambaleaba.
Una parte de mi parecía dispuesta a darle la razón a Assur, mejor dejarse llevar por mujeres de una noche, no sentir, eso te permite no experimentar dolor.
Claro que por otro lado me mantenía firme en la idea de que no sentir era lo mas parecido a estar muerto y eso era algo para lo que no estaba dispuesto a mantenerme en pie.
Había logrado tras pasar encerrado una eternidad establecer nuevos contactos, es lo que tiene nuestro apellido, que siempre tienes a tu alrededor mosquitos rondando.
La utilidad de estos seres había logrado que llegara a mis oídos casi de forma instantánea que la cortesana de mi hermano había sido reclamada por el consejo.
Dudaba de que las intenciones de esos inmortales para con ella fuera simplemente conocerla, no eran de los que movían un dedo si no lograban obtener algo de dicho encuentro y pocos inmortales tenían el placer de encontrarse de frente con ellos.
Mandé una de mis esclavas de sangre a investigar al menos la entrada y salida de la joven Sun, sabia que no podría entrar dentro del ático donde se reunían, esa zona estaría mas que vigilada por la colección de soldados que cubrían sus espaldas o mejor dicho sus pechos de las estacas.
La doncella volvió a mi casa para susurrarme en el oído la verdad, que Sun había aceptado tener ese encuentro.
No dudé en acercarme al hotel donde mi hermano residía en París, una copa en el restaurante de la recepción y tras una banal conversación sobre como iban los preparativos de la boda y temas varios, atajé el real motivo de mi visita fraternal.
Sun había acudido ha hablar con el consejo, mis palabras caían sobre Assur como una jarra de agua bendita, pues al parecer desconocía que había sido llamada para tener una cita con ellos.
Trató de disimular, mas podía leer en su mirada como cuando eramos niños, la rabia recorrer cada poro de su piel.
Apuramos entre los dos una botella de whisky, la tensión había sido dispuesta en aquella mesa y conociendo a Assur y sus estallidos no tardaría en preguntar a la inmortal por aquello que acababa de averiguar.
No tenia intención de joderle la partida de ajedrez que se traía con esa mujer, pero tampoco quería que esa mujer acabara traicionándolo y por eso cayera su reinado a fin de cuentas ya aunque él no me hubiera ayudado, eramos hermanos.
Desde mi encuentro con Assur habían pasado ya unas semanas, mi prometida parecía haberse perdido en su propio mundo, nos encontrábamos por los pasillos como fantasmas y empezaba a pensar que nuestra boda se tambaleaba.
Una parte de mi parecía dispuesta a darle la razón a Assur, mejor dejarse llevar por mujeres de una noche, no sentir, eso te permite no experimentar dolor.
Claro que por otro lado me mantenía firme en la idea de que no sentir era lo mas parecido a estar muerto y eso era algo para lo que no estaba dispuesto a mantenerme en pie.
Había logrado tras pasar encerrado una eternidad establecer nuevos contactos, es lo que tiene nuestro apellido, que siempre tienes a tu alrededor mosquitos rondando.
La utilidad de estos seres había logrado que llegara a mis oídos casi de forma instantánea que la cortesana de mi hermano había sido reclamada por el consejo.
Dudaba de que las intenciones de esos inmortales para con ella fuera simplemente conocerla, no eran de los que movían un dedo si no lograban obtener algo de dicho encuentro y pocos inmortales tenían el placer de encontrarse de frente con ellos.
Mandé una de mis esclavas de sangre a investigar al menos la entrada y salida de la joven Sun, sabia que no podría entrar dentro del ático donde se reunían, esa zona estaría mas que vigilada por la colección de soldados que cubrían sus espaldas o mejor dicho sus pechos de las estacas.
La doncella volvió a mi casa para susurrarme en el oído la verdad, que Sun había aceptado tener ese encuentro.
No dudé en acercarme al hotel donde mi hermano residía en París, una copa en el restaurante de la recepción y tras una banal conversación sobre como iban los preparativos de la boda y temas varios, atajé el real motivo de mi visita fraternal.
Sun había acudido ha hablar con el consejo, mis palabras caían sobre Assur como una jarra de agua bendita, pues al parecer desconocía que había sido llamada para tener una cita con ellos.
Trató de disimular, mas podía leer en su mirada como cuando eramos niños, la rabia recorrer cada poro de su piel.
Apuramos entre los dos una botella de whisky, la tensión había sido dispuesta en aquella mesa y conociendo a Assur y sus estallidos no tardaría en preguntar a la inmortal por aquello que acababa de averiguar.
No tenia intención de joderle la partida de ajedrez que se traía con esa mujer, pero tampoco quería que esa mujer acabara traicionándolo y por eso cayera su reinado a fin de cuentas ya aunque él no me hubiera ayudado, eramos hermanos.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 348
Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Durmiendo con el enemigo (Privado)
Nuestros labios danzaban salvajes frente a las llamas del infierno, caos a nuestro alrededor, ella el sucubo y yo el demonio.
Ojos rojos como el fuego en el que su pregunta lograba ponerme tenso.
¿Que implicaría vivir juntos? La verdad no había pensado exactamente en eso, yo deseaba tenerlo todo bajo control y en ese hotel donde la gente iba y venia a voluntad había cosas que se me escapaban.
Me era imposible tener cada pieza del tablero en su lugar, por contra tenia la firme idea de que en la mansión que Sun eligiera todo seria mas sencillo, pues la plagaría de seguridad, por no contar con esos guarda espaldas que iba a poner a cada una para que las siguieran cada vez que abandonaran mi morada.
Mis defensas alzadas, bloqueo mental férreamente establecido y mi sonrisa de medio lado como única respuesta a esa pregunta dejándome embriagar por el roce de sus labios.
-Implica que formalizaremos esto, que tras ver al monstruo hasta en dos ocasiones sigues apostando por mi y que el contrato sigue vigente ¿eso significa? -pregunté atrayendola por la cintura para volver a enredarme en su boca carmesí.
Mi lengua incinero en un demencial baile la suya, oasis placido en el que beber cuando falta agua en el desierto y desde ese trato firmado por ambos, yo solo había bebido de su boca en todo este tiempo.
-Puedes elegir la casa que desees, solo pondré una condición, que tenga mazmorras -mis ojos centellearon frente a esa idea -por lo demás, tuya es la elección.
Seguro que contrataba un servicio lleno de viejas gordas que no me atrajeran lo mas mínimo pensé con una divertida mueca de satisfacción, me gustaban sus celos aunque hasta el momento no había mostrado un ápice de ellos, yo por ende hacia gala de mi posesividad en todo momento.
Sonreí cuando me preguntó si recordaba como empezó todo aquello.
-Si, recuerdo la primera vez que te vi, solo eras un pequeño animal salvaje deseando ser rescatado del aburrimiento que te llevaba la caza.
Te mostré le camino de la lujuria, la perversión y por los dioses que lo tomaste de buen grado -bromeé entre risas -Recuerdo cuando cazábamos juntos, nos enredábamos en el sabor férreo de la vitae sin poder apartar los ojos del otro, dejándonos llevar por el éxtasis que nos proporcionaba la sed, bebíamos hasta no poder mas, drogas, alcohol y sexo, mucho sexo, casi orgías en burdeles distintos, fiestas de noche en la que uno y otro perdíamos y ganábamos por igual, luego distancia y nos volvíamos a reencontrar.
Su lengua repasó mis labios, ahora con una clara propuesta, al parecer recordar al demonio como ir a la caza de almas.
-No he dejado de cazar pequeña, sabes que el depredador mora en mi y es difícil contenerlo por mucho tiempo.
Aunque desde que firmamos este pacto si es cierto que solo me he alimentado de mis esclavas.
Acaricié con mi aliento sus labios, clara provocación cuando sin rozarlos alagué la lengua para dibujarlos.
-Acepto, cacemos como lo hacíamos antes y veamos que nos depara el destino en esa noche de perversión ¿Me estas pidiendo un paréntesis en el contrato por una noche para jugar con alguna ramera quizás?
Sabia lo que hacíamos juntos con anterioridad y quería saber bien que esperaba de esa noche.
-Mañana podemos ir a ver las casas, elegiremos una e iremos a celebrarlo a nuestro modo.
¿Te parece? -pregunté enarcando una ceja con cierta diversión.
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 296
Fecha de inscripción : 01/09/2016
Re: Durmiendo con el enemigo (Privado)
Esperé a su respuesta si sabía lo que implicaba que me pidiera vivir con él y no vernos solamente por las noches y que alguna me quedara a dormir, quería decir que el contrato como él lo llamaba y que a mí me seguía sonando raro, iba a tener que modificarse un poco sobre todo para él, yo sabía perfectamente lo que aquello implicaba aunque quería que él lo supiera y lo tuviera en claro. Miré sus ojos mientras respondía mí pregunta y sonreí de lado dejando que me pegara a su cuerpo por la cintura, recorriendo su pecho con una de mis manos mientras que la otra la dejaba enredada en su pelo, bajando por su nuca para volver a subir a su pelo. Me mordí el labio observándolo y alcé una ceja por sus palabras.
-No me acostumbro a que nombres esto como un “contrato”, lo hace parecer más frío e impersonal de lo que realmente es –comenté acariciando sus labios con los míos antes de que volviera a reclamar mí boca de esa manera que me hizo lanzar un jadeo contra sus labios, perdiéndome en él y en su sabor disfrutando de ese momento del cual no solíamos tener- Pero sí, significa que sigue en pie aunque… también significa que dormiremos juntos todas las noches y no solo cuando quieras enredarte entre mis piernas –alegué dejando un mordisco en su labio inferior- sigo apostando por ti, Assur, aun cuando eso a veces te pueda resultar un tanto confuso por tu insistencia a que eres un monstruo. Creo que después de esta noche ha quedado clara mí postura, ¿no? –pregunté con una sonrisa mirándolo, reí entre dientes cuando dijo que solo pedía una condición para la casa y que era una mazmorra, viendo el brillo que tenía en sus ojos cuando lo dijo- Una mazmorra eh… ¿me piensas castigar en ella cuando sea mala? –Murmuré divertida sobre sus labios para pasar a recorrer su mandíbula mientras él relataba desde su punto de vista cómo había sido la primera vez que nos habíamos conocido, dejando que mis labios surcaran su garganta sintiendo la vibración en ellos por estar hablando- ¿Un pequeño animal salvaje? –Pregunté con una sonrisa subiendo de nuevo a sus labios para mirarlo a los ojos- ¿Esa es la impresión que te di? –Volví a preguntar con una sonrisa, pero sí, tenía razón… me limitaba prácticamente a cazar aunque sí que era cierto que había disfrutado de algunos placeres con alguna que otra presa pero… nada que ver a como cuando él me encontró y alargó su mano, prometiéndome una noche totalmente diferente llena de experiencias que no había vivido nunca, ni siquiera cuando estaba con mi Sire. Mordí su labio inferior sin quitar la sonrisa de mis labios, ¿por qué me habría de sentar mal lo que él tenía que mostrarme?- ¿Por qué iba a tomarme algo tan placentero de mal grado? Ya conocía algunos placeres pero… nada que ver con lo que tú me mostraste cuando salía de caza contigo. Era todo diferente y algo que ni siquiera habría hecho con mí Sire, con él todo se limitaba solamente a cazar, beber la sangre y ya está… contigo todo era diferente, más divertido y mucho más placentero –era cierto, nos encontrábamos y luego nos alejábamos como si ambos temiéramos que aquello pasara a más, como si no quisiéramos dejarnos llevar totalmente y necesitáramos poner distancia el uno con el otro.
Mi lengua repasó sus labios observándolo mientras recordaba alguna de las noches que habíamos pasado juntos de caza, cazando a nuestras presas, bebiendo de su sangre sin dejar de mirarnos, para luego perdernos en otros cuerpos, o en los propios… a veces se oían tantos gemidos que era difícil saber con exactitud quién gemía y quién no. Fue una época donde más disfruté de todo y donde la sangre no era la única cosa que bebía, el alcohol también estaba presente en aquellas noches de caza. Sabía que no había dejado de cazar, para un vampiro incluso que tenía esclavas de sangre era difícil dejar el depredador que llevábamos dentro y sabía de sobra que él no solo se limitaba a sus esclavas. Sentí su aliento sobre mis labios provocándome, para luego sentir que ahora era su lengua quien los repasaba lo que me hizo soltar una leve risa por ello. Lo miré cuando dijo que aceptaba volver a rememorar una noche de caza, claro que ahora iba a ser totalmente diferente y por eso había remarcado el “solo a cazar”, para que supiera que nada de lo que habíamos hecho antes, como esas orgías o perdernos en cuerpos ajenos, iba a volver a suceder de nuevo.
Gruñí contra sus labios ante su pregunta de si aquello que le estaba pidiendo era un paréntesis de lo que teníamos, por supuesto que no lo era, solo quería salir a cazar con él como habíamos hecho hacía tanto tiempo pero sin nada más que buscar la sangre de nuestras víctimas, rememorar tiempos pasados era hacer otro tipo de cosas de las que no estaba dispuesta a permitir, no ahora que tenía unos claros sentimientos por aquel vampiro en el que siempre habíamos tenido una relación de acercarnos y alejarnos sin poder evitarlo, ni una cosa ni la otra. Mis dedos en su pelo lo aferraron con fuerza y en un movimiento rápido y ágil me puse sobre él tirando de su pelo hacia atrás, dejando todo su cuello tenso y expuesto. Mis ojos se volvieron rojos cual carmín dejando que mis colmillos asomaran por sí solos, como si tuviera una presa herida ante mí.
-Como te atrevas a jugar con alguna mujer te juro, Assur Black, que será la última noche que pase con vida –gruñí contra sus labios dejando mis palabras que impactaran contra estos, de forma afilada- me da igual si es una vulgar ramera, alguien de la alta sociedad o incluso una reina… la mataré –aclaré dejándole en claro que su pregunta no me había gustado en absoluto- Sólo vamos a ir a cazar, perseguir una presa y beber de ella… si quieres enredarte en las piernas de alguien ya tienes las mías, que sé que te gusta bastante –añadí mordiendo su labio inferior sin dejar de mirarlo, ejerciendo una presión para que tuviera todavía su rostro hacia atrás. Mis labios bajaran por su cuello dejando que mis colmillos acariciaran la piel del lugar, despacio, sin ningún tipo de prisa- porque por si no te ha quedado claro Assur al igual que yo soy tuya, tú mí querido demonio –lamí uno de los lados del cuello desde su yugular hasta subir para terminar en su oído donde terminé la frase que había empezado- eres mío –mis labios bajaron con rapidez a su cuello y para dar más validez a mis palabras mis colmillos atravesaron la piel de su cuello, hundiéndose en su piel haciendo que su sangre brotara e inundara mí boca. No iba a negar que lo había deseado hacer con anterioridad, pero esa vez lo estaba haciendo para marcarlo como mío, él podría beber de cualquier mujer que se ofreciera, pero yo sería la única que podía hacer aquello sabiendo que no tomaría represalias por ello. No bebí demasiado, tan solo un par de tragos y me separé lamiendo las gotas que caían de los orificios, lamí mis labios y lo miré con una sonrisa ladeada para dejar mis labios sobre los suyos dejando que de alguna forma probara también su sabor- Espero que te haya quedado claro, Assur.
-No me acostumbro a que nombres esto como un “contrato”, lo hace parecer más frío e impersonal de lo que realmente es –comenté acariciando sus labios con los míos antes de que volviera a reclamar mí boca de esa manera que me hizo lanzar un jadeo contra sus labios, perdiéndome en él y en su sabor disfrutando de ese momento del cual no solíamos tener- Pero sí, significa que sigue en pie aunque… también significa que dormiremos juntos todas las noches y no solo cuando quieras enredarte entre mis piernas –alegué dejando un mordisco en su labio inferior- sigo apostando por ti, Assur, aun cuando eso a veces te pueda resultar un tanto confuso por tu insistencia a que eres un monstruo. Creo que después de esta noche ha quedado clara mí postura, ¿no? –pregunté con una sonrisa mirándolo, reí entre dientes cuando dijo que solo pedía una condición para la casa y que era una mazmorra, viendo el brillo que tenía en sus ojos cuando lo dijo- Una mazmorra eh… ¿me piensas castigar en ella cuando sea mala? –Murmuré divertida sobre sus labios para pasar a recorrer su mandíbula mientras él relataba desde su punto de vista cómo había sido la primera vez que nos habíamos conocido, dejando que mis labios surcaran su garganta sintiendo la vibración en ellos por estar hablando- ¿Un pequeño animal salvaje? –Pregunté con una sonrisa subiendo de nuevo a sus labios para mirarlo a los ojos- ¿Esa es la impresión que te di? –Volví a preguntar con una sonrisa, pero sí, tenía razón… me limitaba prácticamente a cazar aunque sí que era cierto que había disfrutado de algunos placeres con alguna que otra presa pero… nada que ver a como cuando él me encontró y alargó su mano, prometiéndome una noche totalmente diferente llena de experiencias que no había vivido nunca, ni siquiera cuando estaba con mi Sire. Mordí su labio inferior sin quitar la sonrisa de mis labios, ¿por qué me habría de sentar mal lo que él tenía que mostrarme?- ¿Por qué iba a tomarme algo tan placentero de mal grado? Ya conocía algunos placeres pero… nada que ver con lo que tú me mostraste cuando salía de caza contigo. Era todo diferente y algo que ni siquiera habría hecho con mí Sire, con él todo se limitaba solamente a cazar, beber la sangre y ya está… contigo todo era diferente, más divertido y mucho más placentero –era cierto, nos encontrábamos y luego nos alejábamos como si ambos temiéramos que aquello pasara a más, como si no quisiéramos dejarnos llevar totalmente y necesitáramos poner distancia el uno con el otro.
Mi lengua repasó sus labios observándolo mientras recordaba alguna de las noches que habíamos pasado juntos de caza, cazando a nuestras presas, bebiendo de su sangre sin dejar de mirarnos, para luego perdernos en otros cuerpos, o en los propios… a veces se oían tantos gemidos que era difícil saber con exactitud quién gemía y quién no. Fue una época donde más disfruté de todo y donde la sangre no era la única cosa que bebía, el alcohol también estaba presente en aquellas noches de caza. Sabía que no había dejado de cazar, para un vampiro incluso que tenía esclavas de sangre era difícil dejar el depredador que llevábamos dentro y sabía de sobra que él no solo se limitaba a sus esclavas. Sentí su aliento sobre mis labios provocándome, para luego sentir que ahora era su lengua quien los repasaba lo que me hizo soltar una leve risa por ello. Lo miré cuando dijo que aceptaba volver a rememorar una noche de caza, claro que ahora iba a ser totalmente diferente y por eso había remarcado el “solo a cazar”, para que supiera que nada de lo que habíamos hecho antes, como esas orgías o perdernos en cuerpos ajenos, iba a volver a suceder de nuevo.
Gruñí contra sus labios ante su pregunta de si aquello que le estaba pidiendo era un paréntesis de lo que teníamos, por supuesto que no lo era, solo quería salir a cazar con él como habíamos hecho hacía tanto tiempo pero sin nada más que buscar la sangre de nuestras víctimas, rememorar tiempos pasados era hacer otro tipo de cosas de las que no estaba dispuesta a permitir, no ahora que tenía unos claros sentimientos por aquel vampiro en el que siempre habíamos tenido una relación de acercarnos y alejarnos sin poder evitarlo, ni una cosa ni la otra. Mis dedos en su pelo lo aferraron con fuerza y en un movimiento rápido y ágil me puse sobre él tirando de su pelo hacia atrás, dejando todo su cuello tenso y expuesto. Mis ojos se volvieron rojos cual carmín dejando que mis colmillos asomaran por sí solos, como si tuviera una presa herida ante mí.
-Como te atrevas a jugar con alguna mujer te juro, Assur Black, que será la última noche que pase con vida –gruñí contra sus labios dejando mis palabras que impactaran contra estos, de forma afilada- me da igual si es una vulgar ramera, alguien de la alta sociedad o incluso una reina… la mataré –aclaré dejándole en claro que su pregunta no me había gustado en absoluto- Sólo vamos a ir a cazar, perseguir una presa y beber de ella… si quieres enredarte en las piernas de alguien ya tienes las mías, que sé que te gusta bastante –añadí mordiendo su labio inferior sin dejar de mirarlo, ejerciendo una presión para que tuviera todavía su rostro hacia atrás. Mis labios bajaran por su cuello dejando que mis colmillos acariciaran la piel del lugar, despacio, sin ningún tipo de prisa- porque por si no te ha quedado claro Assur al igual que yo soy tuya, tú mí querido demonio –lamí uno de los lados del cuello desde su yugular hasta subir para terminar en su oído donde terminé la frase que había empezado- eres mío –mis labios bajaron con rapidez a su cuello y para dar más validez a mis palabras mis colmillos atravesaron la piel de su cuello, hundiéndose en su piel haciendo que su sangre brotara e inundara mí boca. No iba a negar que lo había deseado hacer con anterioridad, pero esa vez lo estaba haciendo para marcarlo como mío, él podría beber de cualquier mujer que se ofreciera, pero yo sería la única que podía hacer aquello sabiendo que no tomaría represalias por ello. No bebí demasiado, tan solo un par de tragos y me separé lamiendo las gotas que caían de los orificios, lamí mis labios y lo miré con una sonrisa ladeada para dejar mis labios sobre los suyos dejando que de alguna forma probara también su sabor- Espero que te haya quedado claro, Assur.
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 374
Fecha de inscripción : 18/10/2015
Localización : París
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Durmiendo con el enemigo (Privado)
Me eche a reír cuando dijo cuales eran mis intenciones para con ella en esa mazmorra. Tenia que admitir que parte de mis juegos eran bastante sádicos y que aunque con ella jamas los había compartido, si era una practica habitual con mis esclavas y con algunas inmortales que como a mi les iba el sexo mas duro de lo que practicaba con Sun.
No respondí a esa pregunta, al menos no con palabras, solo me limité a mostrar mis ojos echos fuego imaginadola a ella encadenada y cumpliendo todas y cada unas de mis excéntricas peticiones.
Sun era bisexual, habíamos compartido mujeres a lo largo de esta eternidad de la caza del gato y el ratón de los dos y aunque siempre el centro eramos los dos, el sexo con otras personas, féminas siempre, no había quedado descartado. Las cosas para mi habían cambiado, la pregunta la lancé con una clara doble intención, necesitaba conocer su grado de compromiso para conmigo, hasta que punto ese contrato se mantendría en vigor.
-Tu sire era un mierda, lo hubiera matado sin contemplaciones si eso no hubiera implicado tenerte de morros y no en mi lecho como deseaba en todo momento, pero no olvides algo -dije alzándole la barbilla para que me mirara -tu eres mía y si ese hombre vuelve a tu vida con la menor intención de arrebatarme mi posesión no existirá piedad para él ¿lo entiendes?
Nuestros labios se enzarzaron en una batalla a muerte, depredador y presa intercambiaban una y otra vez los papeles, jadeé de forma ronca cuando esta estampo mi espalda contra el colchón, baile frenético de sus caderas endureciendo mi miembro que no quedaba saciado de su curvilíneo cuerpo.
-Te deseó -rugí alzando ligeramente el pecho para colisionar de forma ruda con esa boca que era un pecado echo carne.
Lujuria era lo que me calcinaba cuando esa hembra se frotaba contra mi piel, anhelo cuando su presencia me dejaba vació de su aliento contra el mio.
Ella gruñía como un animal salvaje, parecía meditar mis palabras, mi propuesta de acabar con todo y dejarnos llevar una noche.
Tiró de mi pelo con rabia, mi rostro quedo desafiante expuesto contra el suyo, cuello extendido que se convirtió en el dueño de sus jadeos.
Su boca me incineraba con esa entrecortada respiración, palabras afiladas que contra mis labios dijeron exactamente aquello que quería oír, que mataría a toda mujer que se enredara en mi cuerpo.
Ladeé la sonrisa hundiendo mis ojos burdeos en los ajenos, me estaba excitando demasiado esa situación.
-Ves para lo que necesito unas mazmorras -bromeé sin moverme un ápice del sitio.
Quería volver a follar con ella en esa habitación hecha caos que ahora se había convertido en el infierno de los dos.
Dos bestias sedientas de sangre, calientes, donde ella marcaba con sus palabras las reglas. Solo cazar, solo beber y ella el final de mi camino, mi destino, mi mujer.
No tenia nada que objetar a eso, solo quería hundirme entre esas piernas, su forma de tratarme en ese momento me estaba poniendo demasiado como para no hacerlo.
En mi cuello impacto ese “ eres mio”.
Tenia razón este demonio que siempre fue libre se había convertido en su fiel esclavo, claro que lo malo de controlar una bestia es lo fácil que esta retroalimenta. Ella era mía del mismo modo y si algún día me fallaba, mi ira seria devastadora para esta relación.
Cerré los ojos dejando que sus colmillos sajaran mi piel, casi sentí mi miembro sacudirse ante ese descubrimiento, no bebía con mi permiso, lo hizo porque quiso, adueñándose de la vitae poderosa que corría desaforada por mis venas,.
Ella el depredador y yo la excitada presa que no dejaba de jadear con cada sorbo de la dama.
Empujé sus caderas con brusquedad sobre mi miembro adentrándome en ella hasta hacer tambalear sus cimientos.
Así la noche se convirtió en día y nosotros en dos monstruos que se perdieron en una revolución de sangre, sexo y alcohol.
No respondí a esa pregunta, al menos no con palabras, solo me limité a mostrar mis ojos echos fuego imaginadola a ella encadenada y cumpliendo todas y cada unas de mis excéntricas peticiones.
Sun era bisexual, habíamos compartido mujeres a lo largo de esta eternidad de la caza del gato y el ratón de los dos y aunque siempre el centro eramos los dos, el sexo con otras personas, féminas siempre, no había quedado descartado. Las cosas para mi habían cambiado, la pregunta la lancé con una clara doble intención, necesitaba conocer su grado de compromiso para conmigo, hasta que punto ese contrato se mantendría en vigor.
-Tu sire era un mierda, lo hubiera matado sin contemplaciones si eso no hubiera implicado tenerte de morros y no en mi lecho como deseaba en todo momento, pero no olvides algo -dije alzándole la barbilla para que me mirara -tu eres mía y si ese hombre vuelve a tu vida con la menor intención de arrebatarme mi posesión no existirá piedad para él ¿lo entiendes?
Nuestros labios se enzarzaron en una batalla a muerte, depredador y presa intercambiaban una y otra vez los papeles, jadeé de forma ronca cuando esta estampo mi espalda contra el colchón, baile frenético de sus caderas endureciendo mi miembro que no quedaba saciado de su curvilíneo cuerpo.
-Te deseó -rugí alzando ligeramente el pecho para colisionar de forma ruda con esa boca que era un pecado echo carne.
Lujuria era lo que me calcinaba cuando esa hembra se frotaba contra mi piel, anhelo cuando su presencia me dejaba vació de su aliento contra el mio.
Ella gruñía como un animal salvaje, parecía meditar mis palabras, mi propuesta de acabar con todo y dejarnos llevar una noche.
Tiró de mi pelo con rabia, mi rostro quedo desafiante expuesto contra el suyo, cuello extendido que se convirtió en el dueño de sus jadeos.
Su boca me incineraba con esa entrecortada respiración, palabras afiladas que contra mis labios dijeron exactamente aquello que quería oír, que mataría a toda mujer que se enredara en mi cuerpo.
Ladeé la sonrisa hundiendo mis ojos burdeos en los ajenos, me estaba excitando demasiado esa situación.
-Ves para lo que necesito unas mazmorras -bromeé sin moverme un ápice del sitio.
Quería volver a follar con ella en esa habitación hecha caos que ahora se había convertido en el infierno de los dos.
Dos bestias sedientas de sangre, calientes, donde ella marcaba con sus palabras las reglas. Solo cazar, solo beber y ella el final de mi camino, mi destino, mi mujer.
No tenia nada que objetar a eso, solo quería hundirme entre esas piernas, su forma de tratarme en ese momento me estaba poniendo demasiado como para no hacerlo.
En mi cuello impacto ese “ eres mio”.
Tenia razón este demonio que siempre fue libre se había convertido en su fiel esclavo, claro que lo malo de controlar una bestia es lo fácil que esta retroalimenta. Ella era mía del mismo modo y si algún día me fallaba, mi ira seria devastadora para esta relación.
Cerré los ojos dejando que sus colmillos sajaran mi piel, casi sentí mi miembro sacudirse ante ese descubrimiento, no bebía con mi permiso, lo hizo porque quiso, adueñándose de la vitae poderosa que corría desaforada por mis venas,.
Ella el depredador y yo la excitada presa que no dejaba de jadear con cada sorbo de la dama.
Empujé sus caderas con brusquedad sobre mi miembro adentrándome en ella hasta hacer tambalear sus cimientos.
Así la noche se convirtió en día y nosotros en dos monstruos que se perdieron en una revolución de sangre, sexo y alcohol.
Assur Black**- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 296
Fecha de inscripción : 01/09/2016
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