Virtue And Vice | Libre

Viernes,  Ópera 5:00 pm.

Para Esther el dia había iniciado increíblemente bien, a causa del trabajo ya no tenía tantas discusiones con su madre, por su poco interés en el matrimonio y en su trabajo lograba estar al día  con cada actividad, pero tanto esfuerzo ya iba siendo hora de ser recompensado y merecía una buena dadiva, no de nadie, de ella misma. No tenía que trabajar ese día y como había planeado de nuevo no se quedaría en casa, no necesitaba de un hombre para salir, ya lo había demostrado con su rebeldía al tomar su trabajo en la biblioteca y podía ir y venir, asi que también podía salir como una mujer soltera y punto.

Desde hace algún tiempo no había recibido noticia de  Victor y le causaba nostalgia el perder contacto alguno con el caballero, pero bien sus razones tendría y de seguro estaría ocupando su tiempo en alguna aventura. Su mente se dejó invadir un momento por aquel pensamiento, sonrió tratando de borrar aquello, no se iba a permitir estar nostálgica,  todo estaba listo para asistir a la ópera y además seria su primera vez en aquel lugar y claro que pensaba disfrutarlo, era un gusto que se daba una vez en la vida.

Aun con los rayos tenues del sol de la tarde, iluminando su habitación, tomó el vestido de seda color verde aceituna, que su madre le regalo para ocasiones importantes y que antes de que comenzara a verse desgastado, le había parecido de buen gusto llevarlo a la función de ópera. Se vistió y termino por recoger su cabello en un elevado moño, dejando algunos mechones rubios por fuera.  Oyó la voz de François, quien le avisaba que el carruaje la esperaba fuera y se miró una última vez en el espejo terminando de acomodar todo. Alrededor de los hombros opto por un chal de color verde claro y se hizo a su pequeña bolsa, salió de casa, despidiéndose de sus padres solo con un movimiento de su diestra elevada al aire.

El carruaje inicio su marcha, remontando las concurridas calles de parís. La vista era diferente, para alguien que acostumbra a caminar a cada lugar, pero no se permitiría llegar con sudor en su frente. El paseo no duro mucho y en menos de una hora estaba frente a las puertas del gran teatro, se acomodó un poco la falda y escucho como el cochero bajaba para abrirle la puerta. La gente de alta sociedad se permita que aquella labor la ejerciera uno o dos lacayos, pero la rubia no disponía de tanta ostentosidad, e igual no le importaba. Bajó del carruaje ayudada del cochero y le informo a qué hora podía pasar por ella y llevarla de regreso a casa.

Ya se había hecho de noche y la brisa fresca de la primavera, hacia bien a su cuerpo, ingreso al gran escenario, sin antes mostrar la invitación a uno de los empleados, quien también le recibió con una reverencia, Esther le dedico una media sonrisa y continuo su camino por el largo pasillo que separaba el estrado de las filas de sillas de terciopelo rojo. Había gastado parte de sus ahorros en una buena ubicación un poco cerca del escenario, algunos comentarios llegaban a sus oídos con relación a quien sería la intérprete de la noche y aquello le causaba más emoción, puesto que se trataba de alguien con una voz magistral. Las luces se apagaron y algunos reflejos comenzaron a  iluminar el centro de tablado dejando ver una mujer castaña de mejillas regordetas, que la hacían lucir muy bien y uno que otro hombre, acompañándole, pero la mujer era la reina de la escena y se imponía majestuosa, elegante y dueña de una voz exquisita. Lo que sus ojos y oídos disfrutaban era perfección.

Luego de un tiempo y terminada la obra teatral, Eshter se colocó en pie, buscando acerarse un poco y poder porque no ofrecer sus saludos a la mujer que la había entretenido con tan bella voz, pero no era solo su idea y otros tantos caballeros y damas también comenzaron a salir de sus sillas y aglomerarse delante de ella. De un momento a otro fue llevada por un mar de gente y en su desesperación por alejarse, elevo su brazo golpeando con su diestra la cabeza de una joven. ━ ¡Lo lamento mademoiselle!━ Pronuncio realmente apenada y esquivando a un caballero. ━ Este lugar ahora se ha  transformado en un circo de personas y eso que no he ido a uno.━ Sonrió ya más cerca de la joven dama, esperando que no se enojara con ella.