Una noche de rondas - (privado)

por **Gwang So Goryeo** Dom Mayo 14, 2017 6:29 pm

Había estado siguiendo de cerca los pasos de uno de los funcionarios de su embajada. Algo le traía una desagradable desconfianza. No se trataba uno de los funcionarios de alta jerarquía, pero si llevaba una vida que pertenecía a la clase alta, cuando su salario no se correspondía a ese estrato social. Lo había hecho investigar, desde antes de su llegada a París, descubriendo que se trataba de el sobreviviente de una de las familias aristocráticas, el descendiente de uno de sus medios hermanos. Aunque por una parte, sentía que era su obligación cuidar de él, por esos lasos familiares que los unían, por otra parte, le molestaba que estuviera involucrado con reinos peligrosos y piratas como Inglaterra y la misma Francia. Por esa razón, pensaba hacerle una visita de cortesía, una pequeña llamada de atención, para que no tomara malos caminos, porque de hacerlos, él tendría que remediar sus pasos torcidos, el honor de sus antepasados estaba en juego.

había pasado la tarde luchando con sus recuerdos, con ese pasado distante que aún en el presente lo torturaba. Se había mantenido refugiado en su despacho, una habitación ricamente decorada al estilo de la dinastía Goryeo, allí, permanecían sus objetos mas preciados, el cofre de jade, que conservaba las cenizas de su amada, con el que conversaba cada vez que la tristeza le cerraba la garganta y oprimía ese corazón ya marchito. Su mirada recorrió el lugar, quedando fija en aquellos jarrones que pertenecieran alguna vez a su hermana y esposa, a esa indómita y codiciosa muchacha, que jamás pudo amar, pero por la que sintiera un gran cariño - ¿Crees que me alcanza tu cariño? ¿no te das cuenta que solo logras herirme aún mas? deseo tu amor... ella murió, te dejó... ¿porqué la sigues esperando? - resonaron las palabras en su cabeza, como si se las estuviera diciendo en ese preciso momento. Igual como entonces, su reacción fue la misma, maldecir por lo bajo y huir de allí, pero ¿como huir de sus recuerdos, de sus cobardes decisiones? ¿valía el reino, el trono, mas que el amor que sentía por Soo? - No - se contestó, atragantado por las lagrimas que se negaban a humedecer su mirada. No, no lo había valido entonces, ni ahora casi mil años después.

Intentando pensar en cualquier otro problema y no en sus desaciertos, se preparó para salir, hoy no tenía fuerzas para enfrentar a un miembro de su familia, tampoco a sus demonios internos, solo deseaba dejarse llevar y ver que le deparaba la noche. Por eso, vistió un traje occidental, aunque siempre prefiriera el hanbok tradicional, porque deseaba pasar desapercibido. Así, cuando estuvo listo, subió a su carruaje y se dirigió al Hotel Des Arenes, allí, dejaría que la noche sorprendiera su muerta alma.

por **Themis** Miér Mayo 17, 2017 6:18 pm

Hora: 20:00 — Noche de nieblas frías
Lugar: Hotel de Arenes

Vientos del norte y del oeste
venga a mi llamado pronto,
sigan mi canto ahora y siempre
tomen mi mano y lleven mi voz a lo más alto.

Salgo cuando el sol había caído hacía unas horas era algo peligroso. Esa máxima se me había metido en la cabeza desde hacía mucho tiempo, pero aun así voy caminando por la calle haciendo sonar a mis zapatos que resuenan con una cadencia casi musical por las adoquinadas aceras de París. Quizás las ocho de la noche sería aproximadamente, la niebla como era costumbre en la ciudad reptaba como serpientes blancas y la luz de los faroles que iluminaban las calles apenas iluminaban las sombras que persistían en acomodarse a su alrededor. Aun así, no tengo miedo, aunque entre las sombras los reflejos se alcen ante mi ojo. Había dejado a un lado las ropas propias de una dama y bajo la capa que llevaba, aferrándome a ella con las manos enguantadas pero rotosas, vestía con pantalones y chaqueta. El cabello lo llevo recogido en la nuca, cubierto por un sombrero bien ajustado así a simple vista en esa oscuridad seguramente pasaba como jovenzuelo el que andaba por las calles con un arma tras los pantalones, con ojos abiertos mirando por todo lado viendo los monstruos de la ciudad en esas visiones.

Los colores van tomando nuevos matices que se mezclan con el ambiente hasta que desaparecen abruptamente volviendo a convertirse en la naturalidad. Por fin sonrió al sentir por debajo de la camisa que llevo aquel atrapa sueños que ayuda un poco a alejar las figuras desorientadas de mi visión. El aire se siente seco y me pica en la piel y labios, como si no estuviera bien, puedo sentirlo hasta que corta mi atrapa sueños rodando por las calles hasta llegar a los pies de alguien que va a pisarlo —DETENTE NO DES UN PASO—me abalanzo tomando mi más preciado objeto —Que bien, esta bien— había empujado a alguien sin darme cuenta quizás por eso continuo sin prestar atención y menos sin disculpar con aquel hombre que tenía un aura diferente a los usuales mortales, sus figuras y energía eran diferentes quizás por eso me detuve mirándole con algo de atención en silencio.

por **Gwang So Goryeo** Jue Jun 08, 2017 6:30 pm

Caminaba despreocupado por aquellas calles cercanas al Hotel Des Arene, recordando parte de su pasado. Decir que podría dejar de recordarla, era una mentira, Wang Jo, jamás podría olvidar ni siquiera uno de los días, meses y años que viviera con su amada, o con sus hermanos. Sonrió pensando en ellos, aun que su rostro se endureció al recordar, como tuvo que ir contra su propia sangre, solo por conseguir que Soo, no fuera asesinada por el emperador. Había cometido pecados imperdonables, que solo alguien que hubiera tenido que pasar algo similar, podría entender. Era un monstruo, y si, el remordimiento, solía asaltarlo cada tanto tiempo, unos cuantos siglos de por medio, y no supo porque razón, desde su llegada a París, los recuerdos y la nostalgia se hacían cada vez mas presente. ¿Porque? se preguntó una y otra vez, mientras caminaba, con sus manos unidas a la espalda y los hombros levemente tirados hacia atrás, la barbilla algo elevada, que le daba un aire de superioridad, intolerancia, que, si en cierto modo eran reales, en ese momento y pensando en su pasado, no era verdad. Pues solo se concentraba en su recuerdos, los seres queridos perdidos y el sufrimiento de su alma.

Fue así que tras un rato de haber caminado, sin que ningún mortal se animara a buscar dialogo o chocarse con él, de pronto una voz le ordenó que se detuviera. De mas está decir que aquello lo sorprendió, por un lado, porque denotaba que quien había tenido la mala idea de cruzarse con el vampiro, no tenía ni idea, del peligro que significaba toparse con el inmortal. Por el otro lado, sintió curiosidad por el objeto que con tanto esmero parecía cuidar aquel muchacho. El vampiro le miró directamente a los ojos, mientras que una ceja se mantenía elevada, mostrando un gesto cargado de fastidio, - ¿quieres morir? - dijo mentalmente, mientras apretaba sus manos que aún se encontraban unidas, las uñas había crecido, convirtiéndose en garras, sus colmillos, aunque no podían ser vistos, mientras no abriera su boca, ya se encontraban afilados y del largo indicado para desgarrar el cuello del desafortunado sujeto.

Inclinó suavemente su cabeza hacia la izquierda y lo contempló con mayor detenimiento, no era un muchacho común y corriente, en verdad, ni siquiera un muchacho, - ¿una mujer? - caviló mientras sus manos se soltaban y con un gesto demasiado teatral le pedía disculpas, - Lo siento señorita, es que no estoy acostumbrado a las modas de ésta sociedad - dijo burlándose de ella, claro que se daba cuenta que ella intentaba pasar desapercibida, pero ella había llegado a provocarlo y no él a esa mujercita. Se había inclinado y aún en esa posición elevó el rostro para verla a los ojos, mientras sonreía mostrando por primera vez sus colmillos, -¿No cree que a veces, es mejor quedarse en casa, y no molestar a extraños? Uno jamás sabe que puede deparar el destino. - sus ojos brillaron de un rojo irreal, intentando demostrar a la joven, que era preferible que se alejara de él, no se sentía con ganas de encontrarse con nadie.

por **Themis** Sáb Jun 17, 2017 10:28 pm

Hora: 20:00 — Noche de nieblas frías
Lugar: Hotel de Arenes

sopla más fuerte, agita más alto
Rompe con todo ahora y protege mi alma al paso
Se mi mano y mi espada viento del norte se mi aliado esta noche.

Guardo mi atrapa sueños en el bolsillo del pantalón y me alejo de aquel hombre que tiene colores muy altos a su alrededor, las figuras que lo conformas se alteran en cada momento y hasta el aire se densa como miasma cerca de él se vuelve seco y marchito el aire que me cuesta respirar cerca de él, debo protegerme de él. Murmuro unas palabras antiguas de manejo del viento a mi alrededor pero el hambre no me deja concentrarme solo puedo crear una barrera entre los dos y evito que se acerque él tiene algo que no me inspira para nada confianza y sus figuras son más que aterradoras pero con la carencia de esa esencia natural que todos tienen o tal vez es porque me descubrió tan fácil.

Mi rostro queda en shock por ser descubierta mi treta de ocultar lo que soy, me pregunto ¿cómo sabe que soy mujer?, ladeo la cabeza de lado a lado veo con detenimiento las características del hombre con referencia de los otros que pasaban por ahí, él es diferente en varios aspectos sobre todo en su físico, él no es de la ciudad, sus palabras el tono de su voz su dialecto y algunas de sus expresiones son algo diferente pero para mí él es igual a los demás otro ser que vaga entre el camino de la noche y el día en ese limbo llamado no muerto.

Doy un paso hacia atrás, hago uso de mi habilidad de bruja prodita utilizando al viento que se vuelve como una alabarda cortando un poco de sus cabellos diciendo “cuida de acercarte más” no quiero ver lo que él muestra realmente sus figuras son horribles —El destino depara muchas cosas, buenas o malas y si fuera por salir o no de algo llamado hogar ¿no sería lo mismo para usted?— demasiado directo en mis palabras quizás sueno pero es lo que pienso —Si yo molestara a alguien sería por lo contrario, sería que esa persona me está molestando por lo que yo reacciono molestándolo así que ¿Qué depararía el cruel destino a dos seres que se molestan? ¿Una guerra?— reparo en el brillo de sus ojos tanto como la mirada de los extraños que no dejan de vernos —Cuando uno llega a una ciudad debe aprender todo sobre ella si no entonces se volverá un enemigo creo que usted no soporta esta ciudad— ladeo la cabeza sin apartar los ojos de aquel hombre aquella era la conversación más larga que he tenido con alguien y hasta yo me sorprendo y mis rostro muestra esa sorpresa al abrir los ojos tanto por la preocupación

por **Gwang So Goryeo** Dom Jun 25, 2017 5:22 pm

Unos pocos cabellos de la melena del vampiro, son cortados por un viento inopinado, como si una afilada espada invisible, fuera la responsable de aquel prodigio. Mas la agilidad del vampiro es muy rápida y apenas si logra tocar un par de cabellos, cayendo éstos al piso y haciendo que el vampiro se sintiera ofendido. Por un momento, la ira se apoderó de él, sabía que bien podía usar su poder de infringir dolor mentalmente y hacerla arrodillarse ante él, de dolor y sufrimiento hasta que arrepentida le suplicara por su vida. Mas algo de verdad había en las palabras de aquella mujer, o mejor dicho bruja, pues había usado sus poderes para herirle, cuando él a mas de haberle descubierto en su treta de disfraz barato, no le había hecho ningún daño.

Unas palabras en su lengua, apenas audibles para cualquier mortal, y todos los transeúntes, los ignoraban como si no estuvieran allí. Tal vez, aquella mujercita, no se daba aún cuenta de lo peligroso que podía ser enojar a un ser con tantos siglos encima, no se trataba de un neófito, ni de un vampiro loco, era demasiado cuerdo y estructurado y si mal no recordaba, él se había inclinado en señal de respeto, recibiendo ¿que? un trato de por sí abusivo y enfermizo. Si aquí había alguien que rompía toda norma de civilidad, ese no era el oriental.

Su mirada no se apartó de la mujer que tenía en frente, enarcó una ceja y una sonrisa torcida se plantó en su rostro, - Creo que los transeúntes ya no son una molestia - dijo, mientras arreglaba su cabello con una mano, acomodando el mechón rebelde atrás de su oreja. Volvió a contemplarla con desdén antes de hablarle, - y si cree que llevo en la ciudad unos pocos días, se equivoca, tal vez, mas años de los que usted tiene de vida... creo que es de juzgar a los seres con demasiada rapidez, sin tener en cuenta si su osadía no le puede costar la vida - Termina diciendo, para darle la espalda y caminar en sentido contrario a donde aquella peculiar mujer se hallaba. Estaba de muy mal humor, para terminar cargando con la muerte de otro ser irrespetuoso. Siempre podría encontrar otro camino, otra calle por la cual pasear.

por **Themis** Dom Sep 17, 2017 10:18 pm

Hora: 20:00 — Noche de nieblas frías
Lugar: Hotel de Arenes

Hago una mueca de desagrado por el desplante de aquel hombre y cierro mis ojos moviendo aquellas runas, aquellas palabras que atraen al viento en un idioma que pocos conocen y ya está tan olvidado como para ser recordado. Dispongo del viento deteniéndolo completamente al momento en que aquel hombre me ha dado su espalda.

Invoco más las palabras con mayor fuerza muevo mis dedos y el aire se seca por completo —Un transeúnte se vuelve una molestia cuando otro lo incordia de esta manera, por qué es tan grosero usted señor si dice que vivió tantos años en esta ciudad que es más viejo que yo y hasta que podría ser mi bisabuelo ¿por qué es tan irrespetuoso con una dama? Será que sus sombras no lo han encadenado tanto como para ser un completo idiota— murmuro y al terminar el trance el aire con fuerza regresa. Sonrío haciendo una reverencia muy educada —Que tenga buena noche señor que sus cadenas no lo aten mucho — cuando di un paso cruzando por su lado el reflejo de una pareja cuyas sombras se vuelven negras y con un tono rojo muy oscuro como la sangre me paraliza y solo puedo dejar el canto de la lluvia en ese momento.

Una lluvia intensa hago que caiga en la ciudad y eso borra las figuras que se forman, tomo con fuerza mi atrapa sueños mencionando mis canticos de protección, giro mi cabeza y lo veo con una sonrisa —Que la lluvia limpie su enojo señor y no solo eso, que vea lo que es, yo no juzgo pero parece que usted si, espero que su juicio de mí no sea el correcto— camino buscando la sombra que seguía pero con la lluvia que dejé caer es imposible pero entre esfuerzos puedo ver que corre al hotel. Corro tras el sin importarme que.

por Contenido patrocinado

Una noche de rondas - (privado)

Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)

Re: Una noche de rondas - (privado)