AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Family Ties ~ Privado
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Ubbe Cannif
Naitiri Zahir
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Family Ties ~ Privado
Recuerdo del primer mensaje :
Habían pasado varios días desde la vuelta de Egipto y en apenas esos días habían estado plagado de acontecimientos. No solamente haber vuelto con mi madre a la que creía perdida, sino que además ahora nos ocupaba una búsqueda mucho más difícil y compleja que la que habíamos tenido en Egipto… al menos sabíamos que allí nadie nos perseguiría y contábamos con la ventaja de que la pieza que tenían estaba incompleta, aún faltaba un trozo de la reliquia para que esta tuviera su efecto y debíamos de aprovechar esa ventaja hasta que se dieran cuenta de lo que pasaba. Ubbe decía que el Rey lo sabría porque tenía oráculos, y además sabrían que la pieza que faltaba estaba en París y no tardaría en mandar a alguien a por ella.
Habían sido unos días algo agitados en los que no habíamos parado en ningún momento, tuvimos un momento de paz y tranquilidad al día siguiente de volver y en donde por la noche había conocido a sus hermanos siendo una velada agradable, y sabía que al vikingo le había venido muy bien encontrarse con sus hermanos. Sabía que quería ver a Niels ahora que estaba seguro que estaba allí y que ellos lo habían visto, así que seguramente nos lo encontráramos en algún momento y él no cejaría hasta verlo por sus propios ojos. Después de eso no habíamos tenido un momento de… tranquilidad, por decirlo de alguna forma.
El vikingo no podía recordar por más que lo intentaba de dónde recordaba haber visto aquel emblema, yo intentaba calmarlo para que no se sintiera tan frustrado y desesperado, a veces cuanto más querías recordar una cosa más tardabas en hacerlo… a veces simplemente algo te hacía recordar de golpe, y te llevaba la información como por arte de magia. Quizás cuando encontráramos la información recordara algo de cuando había estado en París, o incluso alguien de su familia también recordaba dicho emblema y nos ayudaba a tirar un poco más del hilo. Por el momento el plan era conseguir toda la información posible a nuestro alcance.
Ese día también había sido largo y agotador, no solamente por mí empeño en ayudar a encontrar dicha información, algo que me hacía sentirme frustrada por no poder serle de ayuda como realmente quería, sino porque el trabajo empezaba a acumularse en el museo y tenía que dividir mi tiempo entre mi trabajo y ayudar al vikingo. Las semanas que había pasado fuera habían llegado varios cargamentos con cosas para catalogar y puesto que quien tenía que hacerlo era yo se habían ido acumulando. El museo no es que me metiera prisa, pero no podía evitar sentirme un poco agobiada al respecto y más tras saber que en aquel viaje no había podido estar pendiente de mi trabajo como debería de haber estado… pero otras cosas primaban más.
Esa tarde había dejado al vikingo solo para buscar información o que se distrajera, entrenara o hiciera lo que quisiera mientras yo tenía que ir al museo ante el papeleo antes de empezar a catalogar las reliquias, manuscritos, papiros y demás que habían llegado en cajas y que ocupaba mi despacho. Le había dicho que volvería antes de que anocheciera y un poco antes de que eso pasara salía del museo en dirección a casa. Estaba algo cansada y lo único que quería era llegar a casa y darme un baño relajante, si era acompañada mucho mejor que sola, cenar y descansar tumbada en el sofá junto al vikingo antes de que el sueño me venciera.
Entré por la puerta y lo primero que noté fue ese olor a comida que hizo que mi estómago rugiera con hambre cerrando la puerta tras de mí, cómo no mi perra vino para saludarme apoyando sus pantas delanteras en mi pecho y yo acaricié su cabeza con una sonrisa para luego bajar y dirigirse hacia el salón que era de dónde provenía la olor, me acerqué asomándome por la puerta y vi al vikingo frente a la lumbre con lo que parecía la caza del día, enarqué una ceja para mirar a mi perra viendo que estaba aparentemente limpia y no como la última vez cuando se había ido de casa, y luego ladeé la sonrisa.
-No me lo puedo creer… ¿estás cocinando? –Me acerqué riendo entre dientes para que justo cuando estuviera cerca rodeara mi cintura con un brazo y me acercara contra su cuerpo para buscar sus labios con los míos, en un beso largo y profundo cargado de deseo, en el que terminé por morder su labio inferior- dime que no te has llevado a mí perra de caza otra vez… -su sonrisa ladeada fue todo lo que obtuve como respuesta y ladeé el rostro, estaba limpia así que dudaba que se la hubiera llevado sabiendo lo que pensaba al respecto- Voy a darme un baño y bajo para cenar, huele de maravilla y tengo un hambre… -me mordí el labio mirándolo dejándole en claro que no solo tenía hambre de comida. Dejé un beso más corto y me separé antes de empezar con algo que haría que nos olvidáramos de la cena- ahora bajo –subí arriba dándome cuenta de que mi madre no estaba, y me pregunté si había hablado con padre para decirle que estaba allí y que no había muerto. Iba a tener que hacerle una visita para verle, hacía tiempo que no lo veía y quería saber cómo estaba. Me di un baño rápido, me puse algo cómodo y bajé volviendo al salón donde la cena ya estaba preparada.
Cenamos mientras él me contaba lo que había hecho esa tarde asegurándome de que Isis no se había ido de caza con él, y yo le conté que había tenido bastante trabajo en el museo. Lo miré de forma fija sin saber si preguntarle sobre el emblema o no, no quería agobiarle por el asunto y estaba esperando que encontrar información lo ayudara a recobrar ese recuerdo que no conseguía ubicar de nuevo. Le pregunté por mí madre y me confirmó que había salido de caza tal y como sospechaba, y entre demás conversaciones, risas y caricias terminamos la cena, recogimos todo y me senté a su lado en el sofá para aprovechar ese tiempo que teníamos los dos para estar juntos. Me recosté contra su cuerpo y mi rostro fue a su cuello donde mis labios dejaron pequeños besos por el lugar, y así estábamos, cuando sin esperarlo sonó el timbre de la puerta y miré hacia la puerta del salón preguntándome quien podría ser. Solo se me ocurría una persona que, de noche, acudiría a mí casa: mi padre. Sonreí de lado y miré al vikingo con una sonrisilla divertida en los labios mientras él me miraba sin entender nada.
-¿Sabes, Ubbe? Creo que ya es hora de que conozcas a mi padre –reí entre dientes por su cara, porque estaba convencido de que era él y no otra persona quien había llamado a la puerta- Venga, vamos –dejé un beso en sus labios y me levanté para tirar de su mano para ir a abrir la puerta. Con mi madre no había problema, esperaba que con mi padre tampco.
Habían pasado varios días desde la vuelta de Egipto y en apenas esos días habían estado plagado de acontecimientos. No solamente haber vuelto con mi madre a la que creía perdida, sino que además ahora nos ocupaba una búsqueda mucho más difícil y compleja que la que habíamos tenido en Egipto… al menos sabíamos que allí nadie nos perseguiría y contábamos con la ventaja de que la pieza que tenían estaba incompleta, aún faltaba un trozo de la reliquia para que esta tuviera su efecto y debíamos de aprovechar esa ventaja hasta que se dieran cuenta de lo que pasaba. Ubbe decía que el Rey lo sabría porque tenía oráculos, y además sabrían que la pieza que faltaba estaba en París y no tardaría en mandar a alguien a por ella.
Habían sido unos días algo agitados en los que no habíamos parado en ningún momento, tuvimos un momento de paz y tranquilidad al día siguiente de volver y en donde por la noche había conocido a sus hermanos siendo una velada agradable, y sabía que al vikingo le había venido muy bien encontrarse con sus hermanos. Sabía que quería ver a Niels ahora que estaba seguro que estaba allí y que ellos lo habían visto, así que seguramente nos lo encontráramos en algún momento y él no cejaría hasta verlo por sus propios ojos. Después de eso no habíamos tenido un momento de… tranquilidad, por decirlo de alguna forma.
El vikingo no podía recordar por más que lo intentaba de dónde recordaba haber visto aquel emblema, yo intentaba calmarlo para que no se sintiera tan frustrado y desesperado, a veces cuanto más querías recordar una cosa más tardabas en hacerlo… a veces simplemente algo te hacía recordar de golpe, y te llevaba la información como por arte de magia. Quizás cuando encontráramos la información recordara algo de cuando había estado en París, o incluso alguien de su familia también recordaba dicho emblema y nos ayudaba a tirar un poco más del hilo. Por el momento el plan era conseguir toda la información posible a nuestro alcance.
Ese día también había sido largo y agotador, no solamente por mí empeño en ayudar a encontrar dicha información, algo que me hacía sentirme frustrada por no poder serle de ayuda como realmente quería, sino porque el trabajo empezaba a acumularse en el museo y tenía que dividir mi tiempo entre mi trabajo y ayudar al vikingo. Las semanas que había pasado fuera habían llegado varios cargamentos con cosas para catalogar y puesto que quien tenía que hacerlo era yo se habían ido acumulando. El museo no es que me metiera prisa, pero no podía evitar sentirme un poco agobiada al respecto y más tras saber que en aquel viaje no había podido estar pendiente de mi trabajo como debería de haber estado… pero otras cosas primaban más.
Esa tarde había dejado al vikingo solo para buscar información o que se distrajera, entrenara o hiciera lo que quisiera mientras yo tenía que ir al museo ante el papeleo antes de empezar a catalogar las reliquias, manuscritos, papiros y demás que habían llegado en cajas y que ocupaba mi despacho. Le había dicho que volvería antes de que anocheciera y un poco antes de que eso pasara salía del museo en dirección a casa. Estaba algo cansada y lo único que quería era llegar a casa y darme un baño relajante, si era acompañada mucho mejor que sola, cenar y descansar tumbada en el sofá junto al vikingo antes de que el sueño me venciera.
Entré por la puerta y lo primero que noté fue ese olor a comida que hizo que mi estómago rugiera con hambre cerrando la puerta tras de mí, cómo no mi perra vino para saludarme apoyando sus pantas delanteras en mi pecho y yo acaricié su cabeza con una sonrisa para luego bajar y dirigirse hacia el salón que era de dónde provenía la olor, me acerqué asomándome por la puerta y vi al vikingo frente a la lumbre con lo que parecía la caza del día, enarqué una ceja para mirar a mi perra viendo que estaba aparentemente limpia y no como la última vez cuando se había ido de casa, y luego ladeé la sonrisa.
-No me lo puedo creer… ¿estás cocinando? –Me acerqué riendo entre dientes para que justo cuando estuviera cerca rodeara mi cintura con un brazo y me acercara contra su cuerpo para buscar sus labios con los míos, en un beso largo y profundo cargado de deseo, en el que terminé por morder su labio inferior- dime que no te has llevado a mí perra de caza otra vez… -su sonrisa ladeada fue todo lo que obtuve como respuesta y ladeé el rostro, estaba limpia así que dudaba que se la hubiera llevado sabiendo lo que pensaba al respecto- Voy a darme un baño y bajo para cenar, huele de maravilla y tengo un hambre… -me mordí el labio mirándolo dejándole en claro que no solo tenía hambre de comida. Dejé un beso más corto y me separé antes de empezar con algo que haría que nos olvidáramos de la cena- ahora bajo –subí arriba dándome cuenta de que mi madre no estaba, y me pregunté si había hablado con padre para decirle que estaba allí y que no había muerto. Iba a tener que hacerle una visita para verle, hacía tiempo que no lo veía y quería saber cómo estaba. Me di un baño rápido, me puse algo cómodo y bajé volviendo al salón donde la cena ya estaba preparada.
Cenamos mientras él me contaba lo que había hecho esa tarde asegurándome de que Isis no se había ido de caza con él, y yo le conté que había tenido bastante trabajo en el museo. Lo miré de forma fija sin saber si preguntarle sobre el emblema o no, no quería agobiarle por el asunto y estaba esperando que encontrar información lo ayudara a recobrar ese recuerdo que no conseguía ubicar de nuevo. Le pregunté por mí madre y me confirmó que había salido de caza tal y como sospechaba, y entre demás conversaciones, risas y caricias terminamos la cena, recogimos todo y me senté a su lado en el sofá para aprovechar ese tiempo que teníamos los dos para estar juntos. Me recosté contra su cuerpo y mi rostro fue a su cuello donde mis labios dejaron pequeños besos por el lugar, y así estábamos, cuando sin esperarlo sonó el timbre de la puerta y miré hacia la puerta del salón preguntándome quien podría ser. Solo se me ocurría una persona que, de noche, acudiría a mí casa: mi padre. Sonreí de lado y miré al vikingo con una sonrisilla divertida en los labios mientras él me miraba sin entender nada.
-¿Sabes, Ubbe? Creo que ya es hora de que conozcas a mi padre –reí entre dientes por su cara, porque estaba convencido de que era él y no otra persona quien había llamado a la puerta- Venga, vamos –dejé un beso en sus labios y me levanté para tirar de su mano para ir a abrir la puerta. Con mi madre no había problema, esperaba que con mi padre tampco.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
- Mensajes : 928
Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Family Ties ~ Privado
Aquello se había convertido en una batalla campal, pero si se creían que se llevarían a Devon, se equivocaban, Niels era un enemigo peligroso a batir y yo un bárbaro con una espada en la mano, de allí solo saldrían esos hombres y lo harían con los pies por delante.
Mi espada mordía la carne de forma salvaje mientras mi rostro plagado de carmesí buscaba con la mirada al padre de Nai, si le pasaba algo, su hija me mataría con sus propias manos, pero para mi tranquilidad el hombre se movía raudo acabando con ese que hacha en mano buscaba a las mujeres que se habían resguardado en la cocina.
De un movimiento de espada sajé la cabeza de uno de ellos, pero no esperé que un licantropo se abalanzara sobre mi, aunque eso no fue eso lo que me hizo gruñir, si no ver como Niels salia despedido con los costados sangrando rebotando con violencia contra la pared.
Seguía con las gemelas aferradas con las manos y lo vi alzarse tambaleándose.
-¡Niels! -rugí interponiendo la espada entre mi carne y las fauces de la bestia -¡No! -gruñí al verlo correr de nuevo hacia los dos licantropos que se llevaban a Devon, un charco de sangre se iba dejando por el camino -¡Maldita sea!
De una patada empujé a la bestia sacándomela de encima, sus dientes me soltaron un par de dentelladas que atraparon el aire. Con violencia hundí mi espada desde abajo en su garganta atravesándole el cráneo.
Su aullido fue ensordecedor, la saqué de golpe mientras este se desmoronaba a mis pies.
Alce mis tormentas en busca de Niels, luchaba como un salvaje contra las dos bestias.
Devon había abierto los ojos dando una bocanada de aire. Asustada comprobó como un herido Niels, fuera de si, hundía en el vientre de uno de ellos las dos gemelas, las abrió de golpe desquebrajando las costillas de la bestia y sin pensarlo metió su mano en el pecho arrancándole el corazón.
Con este en la mano y sacando uno de sus aceros se giró con violencia hacia el otro que le había asestado un zarpazo en al espalda.
La espada se la insertó en la sien, cuando abrió el hocico aullando de dolor hundió su mano por la boca de la bestia con el corazón ajeno en ella y lo dejo caer en su garganta.
Sacó la espada y de un giro le arrancó la cabeza de cuajo haciéndola rodar por el embaldosado suelo de mi egipcia.
Los demás corrieron como diablos al ver a Niels gritando, rugiendo fuera de si dispuesto a seguir.
No cayó de rodillas hasta que el ultimo enemigo abandono aquel lugar, sus esmeraldas buscaron a Devon con desesperación.
-Voy a por algo con lo que parar la hemorragia -le dije a Devon que con los ojos hechos mares sujetaba a mi primo tratando de amarrarlo a su cuerpo.
Entre en la cocina, Nai salto a mis brazos preocupada, acariciaba mi rostro buscando heridas que no tenia.
-No es mía, aseguré pues estaba manchado de sangre pero estaba perfectamente -estoy bien, tranquila -susurré contra su boca tomandola con hambruna -mi primo, sal a ayudarlo, esta herido, muy herido -le pedí sabiendo sobradamente que esta era una experta en heridas vikingas.
Nai cogió unos cuantos útiles necesarios de la cocina y con el rostro preocupado al ver el charco que había bajo el cuerpo de Niels corrió hacia la pareja para ayudar a Devon a curarlo.
-Estoy bien -dijo mi primo acariciando el rostro de Devon, he salido de peores.
Daba fe de la veracidad de sus palabras, pero o se calmaba o pronto iria al Vlahalla, me di cuenta que no soltaba la espada, así que me agache a su lado y coloqué mis manos alrededor de la suya para ayudarle a sujetarla con fuerza, nadie de los allí presentes lo entendería, pero nosotros si y con eso bastaba.
Mi espada mordía la carne de forma salvaje mientras mi rostro plagado de carmesí buscaba con la mirada al padre de Nai, si le pasaba algo, su hija me mataría con sus propias manos, pero para mi tranquilidad el hombre se movía raudo acabando con ese que hacha en mano buscaba a las mujeres que se habían resguardado en la cocina.
De un movimiento de espada sajé la cabeza de uno de ellos, pero no esperé que un licantropo se abalanzara sobre mi, aunque eso no fue eso lo que me hizo gruñir, si no ver como Niels salia despedido con los costados sangrando rebotando con violencia contra la pared.
Seguía con las gemelas aferradas con las manos y lo vi alzarse tambaleándose.
-¡Niels! -rugí interponiendo la espada entre mi carne y las fauces de la bestia -¡No! -gruñí al verlo correr de nuevo hacia los dos licantropos que se llevaban a Devon, un charco de sangre se iba dejando por el camino -¡Maldita sea!
De una patada empujé a la bestia sacándomela de encima, sus dientes me soltaron un par de dentelladas que atraparon el aire. Con violencia hundí mi espada desde abajo en su garganta atravesándole el cráneo.
Su aullido fue ensordecedor, la saqué de golpe mientras este se desmoronaba a mis pies.
Alce mis tormentas en busca de Niels, luchaba como un salvaje contra las dos bestias.
Devon había abierto los ojos dando una bocanada de aire. Asustada comprobó como un herido Niels, fuera de si, hundía en el vientre de uno de ellos las dos gemelas, las abrió de golpe desquebrajando las costillas de la bestia y sin pensarlo metió su mano en el pecho arrancándole el corazón.
Con este en la mano y sacando uno de sus aceros se giró con violencia hacia el otro que le había asestado un zarpazo en al espalda.
La espada se la insertó en la sien, cuando abrió el hocico aullando de dolor hundió su mano por la boca de la bestia con el corazón ajeno en ella y lo dejo caer en su garganta.
Sacó la espada y de un giro le arrancó la cabeza de cuajo haciéndola rodar por el embaldosado suelo de mi egipcia.
Los demás corrieron como diablos al ver a Niels gritando, rugiendo fuera de si dispuesto a seguir.
No cayó de rodillas hasta que el ultimo enemigo abandono aquel lugar, sus esmeraldas buscaron a Devon con desesperación.
-Voy a por algo con lo que parar la hemorragia -le dije a Devon que con los ojos hechos mares sujetaba a mi primo tratando de amarrarlo a su cuerpo.
Entre en la cocina, Nai salto a mis brazos preocupada, acariciaba mi rostro buscando heridas que no tenia.
-No es mía, aseguré pues estaba manchado de sangre pero estaba perfectamente -estoy bien, tranquila -susurré contra su boca tomandola con hambruna -mi primo, sal a ayudarlo, esta herido, muy herido -le pedí sabiendo sobradamente que esta era una experta en heridas vikingas.
Nai cogió unos cuantos útiles necesarios de la cocina y con el rostro preocupado al ver el charco que había bajo el cuerpo de Niels corrió hacia la pareja para ayudar a Devon a curarlo.
-Estoy bien -dijo mi primo acariciando el rostro de Devon, he salido de peores.
Daba fe de la veracidad de sus palabras, pero o se calmaba o pronto iria al Vlahalla, me di cuenta que no soltaba la espada, así que me agache a su lado y coloqué mis manos alrededor de la suya para ayudarle a sujetarla con fuerza, nadie de los allí presentes lo entendería, pero nosotros si y con eso bastaba.
Ubbe Cannif- Humano Clase Alta
- Mensajes : 417
Fecha de inscripción : 25/02/2017
Re: Family Ties ~ Privado
Por suerte para todos todo había terminado y la prueba de ello es que Ubbe acababa de entrar por la cocina, manchado de sangre haciendo que me preocupara por lo que estaba viendo por si tenía alguna herida, pensar en que podía salir herido o algo peor de cualquier batalla me mataba... no me acostumbraba a ese hecho y sufría cada vez que sabía que estaba luchando y que yo no podía hacer nada para evitarlo, que solo sería una molestia y una preocupación para él que no le dejaría centrarse en el combate porque estaría mucho más pendiente de mí que de él mismo. Me acerqué hacía él con el alivio de verlo y salté sobre él aferrándome a su cuello y él alzándome un poco por la cintura besándome con mis manos en su rostro, preocupada de que parte de la sangre que llevaba fuera suya y si así era tendría que ponerme a curarlo cuanto antes. Sus brazos rodearon mi cintura y me alzaron para besarme de forma ruda y necesitada, cuando me dejó en el suelo mis manos recorrieron su rostro y luego su pecho pero él me aseguró que no era suya la sangre y que estaba bien, alcé mis ojos a los suyos y me mordí el labio, incluso así no dudé en revisar sus brazos donde sí que vi que tenía una pequeña herida en uno de sus hombros pero que no era profunda ni tenía mal aspecto. Le preocupaba otra cosa y lo sabía, en cuanto habló supe que si me decía que Niels estaba tan mal herido era porque seguro había defendido con uñas y dientes que no se llevaran a Devon.
Sabía que estaba preocupado por Niels y en cuanto me lo dijo asentí con la cabeza dispuesta a ayudarle, no quería dejar a Alessia sola pero tampoco quería que viera todo el horror que seguramente se encontrara fuera, a mí me había costado y todavía me costaba acostumbrarme a ese hecho y no quería que lo presenciara. Me giré hacia ella para dejar un beso en su cabeza, seguía abrazada a mi madre y miré a esta para decirle que se quedaran con ella en mi idioma, que no quería que vieran nada de lo que estaba pasando y ella asintió con la cabeza. Antes de coger todo me acerqué a mi padre y lo miré aferrando su mano pidiéndoles que las protegiera por si algo pasaba, que volvería cuando salvara la vida de Niels para reunirme con ellos. Sabía que la noche no había ido como yo había pensado, por motivos totalmente diferentes que nadie pudo prever, pero debía de salvar a Niels antes de que algo le pasara, dejé un beso en su mejilla y cogí todo lo necesario para salir sabiendo que entre mis padres Alessia estaría tranquila y que si se alteraba demasiado ellos podrían tranquilizarla con sus poderes. En cuanto salí fuera y vi lo que había en el salón me alegré de que ella no saliera. Me acerqué hasta Niels donde Devon ya estaba a su lado, con los ojos empañados por las lágrimas y sentí una presión en el pecho al ver el charco de sangre bajo el cuerpo de Niels, y sabía perfectamente qué estaría sintiendo ella, porque yo una vez lo sentí.
-Niels –lo llamé para que me mirara por un momento aunque no quería robarle ese momento con Devon- voy a girarte un momento ¿vale? –Era mejor avisarle de lo que iba a hacer que no hacerlo de golpe y tuviera algún movimiento reflejo que empeorara su situación. Ayudada por Devon lo puse de costado y rasgué la camisa que llevaba para verle las heridas de la espalda, cuatro surcos de arañazos profundos de los que manaba bastante sangre iban desde una de sus caderas hasta el hombro pasando sobre su tatuaje, saqué vendas y las fui poniendo sobre las heridas para intentar parar la hemorragia, perdía mucha sangre pero conseguí hacerlo tras varios intentos, cogí alcohol para desinfectar la herida y miré tanto a Devon como a Ubbe porque sabía que iba a moverse por el escozor, pero con su ayuda conseguí aplicar el alcohol aunque no nos fue fácil porque debía de escocerle y picarle como el infierno, y él no controlaba sus reacciones aunque quería estar quieto para facilitar la labor, de hecho me maldijo por lo que le dolía y no se lo tuve en cuenta, pero si esas heridas se infectaban tendría un grave problema. Necesitaba cerrarlas y coserlas y también había visto que tenía más heridas en los costados aunque menos profundos que las que tenía en la espalda, me levanté para buscar algo en la cocina y cogiendo algo de hidromiel que siempre solía tener el vikingo en casa diluí aquel líquido en la jarra y volví al salón para acercárselo- toma, te ayudará a aguantar el dolor y te vendrá bien –cogió la jarra de entre mis manos y bebió para entregármela y la dejé a un lado volviendo a su espalda para preparar aguja e hilo, desinfectar la aguja con el alcohol y comenzar a coserle. Cuando se dio cuenta de que lo había drogado fue demasiado tarde, me maldijo por ello y miré a Devon para tranquilizarla- tranquila, lo he sedado para que descanse mientras le curamos –miré al vikingo, no era la primera vez que lo hacía ya que con él también lo hice una vez cuando estaba herido y no quería descansar- estos vikingos son fuertes y testarudos y él no va a dejarte, lo peor ya ha pasado –le sonreí para infundirle ánimos y le pasé la cesta con las gasas y el alcohol para que mientras yo cosía ella le limpiara las heridas del costado, con él sedado trabajábamos más fácil y más rápido y así descansaba mientras. Había perdido mucha sangre y estaba algo pálido y frío. En terminar de curarlo lo llevamos al sofá donde lo dejamos descansar y le di una manta a Devon para que lo tapara, así como una gasa para quitar el sudor de la frente de Niels sabiendo que querría quedarse con él y la miré- si necesitas algo avísame, ¿segura que estás bien? –Sabía que no, no presentaba herida alguna pero su preocupación por el vikingo era palpable así que apreté su mano y le sonreí dejándola con él- tardará un par de horas en despertarse, quizás quieras descansar un poco tú también... si es así avísame y nos turnaremos para vigilarlo –me alejé para recoger lo que habíamos utilizado y coger al vikingo de la mano y tirar de él saliendo del salón, a mediante camino de la cocina pegué su espalda a la pared buscar sus labios para besarlo y rodear su cuello con mis brazos- Niels está bien, pero me preocupa la pérdida de sangre que ha sufrido. Su pulso es bueno pero quizás necesite sangre –lo miré dándole a entender lo que significaba eso- no quería decirlo delante de Devon, entiendo cómo se siente, las dudas, el miedo... –dejé un beso en sus labios de nuevo y lo miré- mis padres podrían darle algo de sangre en caso de que sea necesario, sanaría antes pero supliría la falta de sangre –tiré de él y entramos a la cocina donde los tres nos miraron para saber qué había pasado- está bien, fuera de peligro –les dije haciendo que se sentara el vikingo para limpiar de forma más tranquila su herida mientras mi madre como siempre intentaba amenizar el ambiente y que fuera algo más distendido, supe que lo hacía sobre todo por Alessia y se lo agradecí mirándola escuchando sus típicas bromas con el vikingo.
Sabía que estaba preocupado por Niels y en cuanto me lo dijo asentí con la cabeza dispuesta a ayudarle, no quería dejar a Alessia sola pero tampoco quería que viera todo el horror que seguramente se encontrara fuera, a mí me había costado y todavía me costaba acostumbrarme a ese hecho y no quería que lo presenciara. Me giré hacia ella para dejar un beso en su cabeza, seguía abrazada a mi madre y miré a esta para decirle que se quedaran con ella en mi idioma, que no quería que vieran nada de lo que estaba pasando y ella asintió con la cabeza. Antes de coger todo me acerqué a mi padre y lo miré aferrando su mano pidiéndoles que las protegiera por si algo pasaba, que volvería cuando salvara la vida de Niels para reunirme con ellos. Sabía que la noche no había ido como yo había pensado, por motivos totalmente diferentes que nadie pudo prever, pero debía de salvar a Niels antes de que algo le pasara, dejé un beso en su mejilla y cogí todo lo necesario para salir sabiendo que entre mis padres Alessia estaría tranquila y que si se alteraba demasiado ellos podrían tranquilizarla con sus poderes. En cuanto salí fuera y vi lo que había en el salón me alegré de que ella no saliera. Me acerqué hasta Niels donde Devon ya estaba a su lado, con los ojos empañados por las lágrimas y sentí una presión en el pecho al ver el charco de sangre bajo el cuerpo de Niels, y sabía perfectamente qué estaría sintiendo ella, porque yo una vez lo sentí.
-Niels –lo llamé para que me mirara por un momento aunque no quería robarle ese momento con Devon- voy a girarte un momento ¿vale? –Era mejor avisarle de lo que iba a hacer que no hacerlo de golpe y tuviera algún movimiento reflejo que empeorara su situación. Ayudada por Devon lo puse de costado y rasgué la camisa que llevaba para verle las heridas de la espalda, cuatro surcos de arañazos profundos de los que manaba bastante sangre iban desde una de sus caderas hasta el hombro pasando sobre su tatuaje, saqué vendas y las fui poniendo sobre las heridas para intentar parar la hemorragia, perdía mucha sangre pero conseguí hacerlo tras varios intentos, cogí alcohol para desinfectar la herida y miré tanto a Devon como a Ubbe porque sabía que iba a moverse por el escozor, pero con su ayuda conseguí aplicar el alcohol aunque no nos fue fácil porque debía de escocerle y picarle como el infierno, y él no controlaba sus reacciones aunque quería estar quieto para facilitar la labor, de hecho me maldijo por lo que le dolía y no se lo tuve en cuenta, pero si esas heridas se infectaban tendría un grave problema. Necesitaba cerrarlas y coserlas y también había visto que tenía más heridas en los costados aunque menos profundos que las que tenía en la espalda, me levanté para buscar algo en la cocina y cogiendo algo de hidromiel que siempre solía tener el vikingo en casa diluí aquel líquido en la jarra y volví al salón para acercárselo- toma, te ayudará a aguantar el dolor y te vendrá bien –cogió la jarra de entre mis manos y bebió para entregármela y la dejé a un lado volviendo a su espalda para preparar aguja e hilo, desinfectar la aguja con el alcohol y comenzar a coserle. Cuando se dio cuenta de que lo había drogado fue demasiado tarde, me maldijo por ello y miré a Devon para tranquilizarla- tranquila, lo he sedado para que descanse mientras le curamos –miré al vikingo, no era la primera vez que lo hacía ya que con él también lo hice una vez cuando estaba herido y no quería descansar- estos vikingos son fuertes y testarudos y él no va a dejarte, lo peor ya ha pasado –le sonreí para infundirle ánimos y le pasé la cesta con las gasas y el alcohol para que mientras yo cosía ella le limpiara las heridas del costado, con él sedado trabajábamos más fácil y más rápido y así descansaba mientras. Había perdido mucha sangre y estaba algo pálido y frío. En terminar de curarlo lo llevamos al sofá donde lo dejamos descansar y le di una manta a Devon para que lo tapara, así como una gasa para quitar el sudor de la frente de Niels sabiendo que querría quedarse con él y la miré- si necesitas algo avísame, ¿segura que estás bien? –Sabía que no, no presentaba herida alguna pero su preocupación por el vikingo era palpable así que apreté su mano y le sonreí dejándola con él- tardará un par de horas en despertarse, quizás quieras descansar un poco tú también... si es así avísame y nos turnaremos para vigilarlo –me alejé para recoger lo que habíamos utilizado y coger al vikingo de la mano y tirar de él saliendo del salón, a mediante camino de la cocina pegué su espalda a la pared buscar sus labios para besarlo y rodear su cuello con mis brazos- Niels está bien, pero me preocupa la pérdida de sangre que ha sufrido. Su pulso es bueno pero quizás necesite sangre –lo miré dándole a entender lo que significaba eso- no quería decirlo delante de Devon, entiendo cómo se siente, las dudas, el miedo... –dejé un beso en sus labios de nuevo y lo miré- mis padres podrían darle algo de sangre en caso de que sea necesario, sanaría antes pero supliría la falta de sangre –tiré de él y entramos a la cocina donde los tres nos miraron para saber qué había pasado- está bien, fuera de peligro –les dije haciendo que se sentara el vikingo para limpiar de forma más tranquila su herida mientras mi madre como siempre intentaba amenizar el ambiente y que fuera algo más distendido, supe que lo hacía sobre todo por Alessia y se lo agradecí mirándola escuchando sus típicas bromas con el vikingo.
Naitiri Zahir- Humano Clase Alta
- Mensajes : 928
Fecha de inscripción : 27/11/2015
Re: Family Ties ~ Privado
Solo cuando el ultimo de ellos desapareció por la puerta me deje caer de rodillas al suelo, sangraba en abundancia, mi visión se achicaba en pequeñas manchas marrones, ladeé la sonrisa de forma engreída, la adrenalina me había mantenido en pie y la ausencia de ella me derribaba, irónico cuando aun tenia que cenar en el Valhalla.
Sentí el calor del cuerpo de Devon contra mi cuerpo, sujetándome para que no me desmoronara por completo.
Sus lagrimas escapaban de sus mellas, alcé la mano para secarlas sin dejar de sonreír ni por un momento mientras mantenía fijas en ella mis esmeraldas.
-He salido de peores -le aseguré sin soltar mi espada – no llores, aun si fuera mi final en este mundo, iría al Valhalla -le aseguré sin miedo en mi voz -allí donde vivimos los valientes para siempre -susurre dejando caer mi cabeza en su cuello, acariciando con mis labios su piel mientras cerraba los ojos y sentía sus manos aferrar mis heridas para que no brotaran mas ríos carmesí.
No tardó en llegar Nai con Ubbe, Mis ojos se desviaron hacia mi primo, sujeto mi mano con la espada anclada a mis dedos y ambos asentimos mirándonos.
Devolví mis esmeraldas a Devon, acariciándola con mi mano manchada su rostro.
-Cuando volvamos a casa tendrás que recompensarme tocándome la flauta -sonreí por el doble juego de palabras pero lo mas importante es que ella sonrió conmigo -así estas mas guapa.
Nai me explicó lo que iba a hacerme, asentí sin mas y me dejé voltear ayudando en lo que podía para que pudieran desinfectar las heridas.
Aullé de dolor cuando el alcohol recorrió cada uno de los jirones de mi piel, maldije en mi idioma a la mujer de mi primo, esperaba que nadie me lo tuviera en cuneta pero...
-¿ Ved Odin ingen lært deg å gi din ånd egyptiske ofrene?(¿Por Odin, nadie te ha enseñado a dar alcohol a tus victimas egipcia?)
Me sujetaban como podian pero aun asi les costaba, rugia de dolor y asi pocas punzadas lograba darme en el cuerpo.
Finalmente me hizo caso y me trajo un vaso ocn Hidromiel, sin oltar la espada lleve mi otra mano a la jarra y bebi con desesperacion, estaba sediento.
Abri lso ojso de golpe, tood se ocurecia, los cerraba, me pesaban, volvia a intentar abrirlos y finalmente mi mano cedio, afloje el agarré de la espada y con el el del resto de mi cuerpo.
La oscuridad se hizo y lo ultimo que vi antes de eso fue el preocupado rostro de Devon.
Sentí el calor del cuerpo de Devon contra mi cuerpo, sujetándome para que no me desmoronara por completo.
Sus lagrimas escapaban de sus mellas, alcé la mano para secarlas sin dejar de sonreír ni por un momento mientras mantenía fijas en ella mis esmeraldas.
-He salido de peores -le aseguré sin soltar mi espada – no llores, aun si fuera mi final en este mundo, iría al Valhalla -le aseguré sin miedo en mi voz -allí donde vivimos los valientes para siempre -susurre dejando caer mi cabeza en su cuello, acariciando con mis labios su piel mientras cerraba los ojos y sentía sus manos aferrar mis heridas para que no brotaran mas ríos carmesí.
No tardó en llegar Nai con Ubbe, Mis ojos se desviaron hacia mi primo, sujeto mi mano con la espada anclada a mis dedos y ambos asentimos mirándonos.
Devolví mis esmeraldas a Devon, acariciándola con mi mano manchada su rostro.
-Cuando volvamos a casa tendrás que recompensarme tocándome la flauta -sonreí por el doble juego de palabras pero lo mas importante es que ella sonrió conmigo -así estas mas guapa.
Nai me explicó lo que iba a hacerme, asentí sin mas y me dejé voltear ayudando en lo que podía para que pudieran desinfectar las heridas.
Aullé de dolor cuando el alcohol recorrió cada uno de los jirones de mi piel, maldije en mi idioma a la mujer de mi primo, esperaba que nadie me lo tuviera en cuneta pero...
-¿ Ved Odin ingen lært deg å gi din ånd egyptiske ofrene?(¿Por Odin, nadie te ha enseñado a dar alcohol a tus victimas egipcia?)
Me sujetaban como podian pero aun asi les costaba, rugia de dolor y asi pocas punzadas lograba darme en el cuerpo.
Finalmente me hizo caso y me trajo un vaso ocn Hidromiel, sin oltar la espada lleve mi otra mano a la jarra y bebi con desesperacion, estaba sediento.
Abri lso ojso de golpe, tood se ocurecia, los cerraba, me pesaban, volvia a intentar abrirlos y finalmente mi mano cedio, afloje el agarré de la espada y con el el del resto de mi cuerpo.
La oscuridad se hizo y lo ultimo que vi antes de eso fue el preocupado rostro de Devon.
Niels Cannif-Cavey- Humano Clase Alta
- Mensajes : 161
Fecha de inscripción : 18/01/2017
Re: Family Ties ~ Privado
La bocanada de aire me regresó al salón de la casa Zahir, adonde una criatura enardecida me mantenía sujeta sobre su hombro. Comencé a debatirme para zafarme pero vi el rostro voltearse hacia mi y observé el color cerúleo de sus ojos, sus fosos inhumanos brillaban al mirarme, el brillo de la bestia me hacía comprender que no se trataba de una criatura ordinaria. Me encontraba extenuada por la forma en que las ramas me habían apretado el cuerpo al procurar arrebatarme la vida. Mi piel ardía y sobre ella se veían las marcas que me habían dejado, me habían roto la piel y sangraba pero yo no me fijaba en ello, tenía la mirada clavada en esa hilera de colmillos y mi corazón bombeaba a mil. -No le haremos esperar.- Su voz siseante llegó a mis oídos antes de que los ojos se le salieran de las cuencas y el cráneo se le destrozara al ser atravesado por la espada de Niels, caí al suelo sobre un charco de sangre y horrorizada me percaté de que no era solo la sangre de la bestía la que teñía el suelo si no la del vikingo.
Él había caído de rodillas cuando me levanté para acercarme y sostenerlo entre mis brazos. -¡Niels!- Las lágrimas se agolparon en mis ojos al mirar sus esmeraldas y lo abracé sosteniéndolo contra mi cuerpo. -Shhh por supuesto estás bien.- Me tragué esas perlas húmedas, no les iba a permitir salir, no cuando él me miraba con ese brillo algo apagado, buscándome. Ubbe había corrido a la cocina a traer los utensilios para curarlo y yo presionaba las heridas para impedir que la hemorragia siguiera empapando la tela de la camisa. Podía sentir el líquido caliente humedecer mis dedos y mi corazón se hacía añicos.
-De ninguna manera vas a ir a ese Valhalla tuyo.- alcancé la mano con la que acariciaba mi mejilla y la acaricie suavemente. -No estoy lista para que te vayas ¿me entiendes? No me importa si allí van los valientes, que te esperen, ellos no necesitan de ti como yo. Te quiero conmigo, no hemos pasado suficiente tiempo juntos aún. Lucha, por favor… por estar más tiempo a mi lado. ¿No vencimos ya demasiado como para dejarnos vencer ahora?- Pasé mis dedos por el castaño pelo de su frente cuando sus labios rozaron mi cuello, bromeaba con que le tocara la flauta lo cual me hizo sonreir, él era el herido pero notaba como procuraba animarme. -Para eso te recuperas primero y te pones bien.-
Naitiri había llegado a un lado nuestro y se dejaba caer de rodillas logrando que respirara al ver que traía todo para curarlo. Entre las dos lo volteamos y alzamos su camisa, me quedé sin respiración cuando vi los rasguños atravesar la piel desde los costados hasta la parte superior de su espalda. La egipcia echó alcohol sobre las cuatro heridas mayores lo cual hizo gruñir a Niels y soltar algunos improperios lo cual no estaba mal, demostraba que tenía fuerzas.
Sonreí leve cuando Naitiri quiso infundirme ánimos, sin embargo yo sabía de heridas, había visto demasiadas en los soldados que volvían de la guerra hacia palacio y sabía que estas eran de cuidado, eran profundas y había que cuidar que no se infectaran. Mientras ella cosía yo limpiaba con cuidado con alcohol y gasas, Ubbe nos ayudaba a sostenerlo cuando el dolor se volvía insoportable y mantenía la espada en su otra mano. Apreté los labios negándome a reparar en esa espada. No iba a aceptarlo de ningún modo, hoy Niels no se marchaba de este mundo.
Después de un lapso que pareció eterno terminamos de tratarle y antes de que Naitiri se levantara la retuve de la muñeca. -Gracias.- Miré en sus ojos oscuros, le agradecía la ayuda, la entereza y la manera en que se preocupó por todos. -Siento que por mi culpa haya sucedido todo esto, no quise traerlos a tu casa.- Estaba consciente de que era yo quien les había atraído la desgracia esta noche y una disculpa me parecía muy poco. Hubiera querido decir más pero la conmoción y la preocupación me robaban las palabras.
Colocamos a Niels en el sofá y Naitiri se retiró con Ubbe. Me recosté a un lado suyo, él abría y cerraba los ojos mientras mis brazos le rodeaban con cuidado susurrándole al oído que iba a estar bien. Sabía que debía marcharme, que no podía quedarme, estaba poniendo a todos los habitantes de esa casa en peligro. Él… los había visto a través de mi, sabía donde me encontraba y ellos iban a regresar, no se iba a detener, lo sabía de alguna manera aunque no pudiera explicar cómo.
-Lo siento … pareciera que solo te he traído desgracias desde que nos encontramos en el bosque...- Me mantuve allí, a su lado, reacia a marcharme, sintiéndolo respirar, rogando que se recuperara. No sé cuánto tiempo pasó, estaba a punto de levantarme cuando me regaló la visión de sus esmeraldas.
Mi mano acarició su rostro, no sabía si realmente podía oírme, por la forma en que parpadeaba sabía que le costaba mantener los ojos abiertos. -Niels, debo… marcharme. Estoy poniendo a todos en peligro. Si me quedo regresarán, terminarán lo que empezaron. Tú los has visto, sabes que están empeñados en darme alcance y a él… a él he vuelto a sentirlo… pero no lo hará más, no volveré a dejarle entrar en mi mente, no volveré a darle esa oportunidad nunca.-
Rocé sus labios, sus heridas… eran por causa mía, creo que nunca tuve más claro lo que sentía por él. Había tanto que quería decirle, demostrarle cuando estuviera bien. -Vas a recuperarte, Ubbe y Naitiri se asegurarán de ello. Iré por nuestras cosas y nos mudaré de posada, te esperaré en la otra y me las ingeniaré para avisarte en cual estoy.- Besé sus labios antes de levantarme y me escabulli hacia el exterior por una puerta lateral. Mientras me alejaba esperaba que el nudo que se formaba en mi estómago presagiando el mal inminente me persiguiera únicamente a mi, a nadie más.
Última edición por Devon Pendragon el Vie Ago 25, 2017 3:54 pm, editado 1 vez
Devon Pendragon- Humano Clase Alta
- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 03/02/2017
Re: Family Ties ~ Privado
No entendía nada. Al igual que como mi hija y mi esposa, con una asustada Arisley que se aferraba a Naitiri como si la vida se le fuese en ello. En donde se suponía iba a ser una velada tranquila y familiar, de la nada irrumpieron en la casa unos salvajes que a toda costa querían como objetivo llevarse a la acompañante de uno de los jovenes, si no entendí mal...el primo de Ubbe.
No me quedé de brazos cruzados, noqueé a un par de ellos, lanzándolos fuera con una simple brazada...apartándolos tanto de la persona a la que se llevarían como de mi familia. Todo pasó muy deprisa y así... todo quedó, por el suelo...la comida que con tanto cariño había hecho mi hija ahora era basura para tirar.
Me alarmé al oler sangre, por lo que intenté no acercarme demasiado. No me controlaba, cuando salía esa bestia me olvidaba quién realmente era, no tenía punto medio...así que dejé a Naitiri a que se ocuparan de un herido que no pareció grave. Desde la otra habitación, oí las conversaciones... no comprendía nada ¿para qué iban a llevarse a esa chica? Parecía normal... pero ¿quién era normal al lado de uno de esos vikingos?
Tahirah, me recibió entre sus brazos y la abracé...alejados de ellos, en la cocina. Intentaba controlarme, ella sabía cómo hacerlo. Rugí enfadado, sin querer seguramente, mi hija había estado en peligro y todo por culpa de esos salvajes, no podía concebirlo... para mí ellos eran los responsables que esa cena hubiese acabado de ese modo. No, no podía aceptarloo, mis ojos se tornaron rojizos como la sangre y si no es por mi esposa... juro que habría hecho alguna locura.
-¿Es normal, esto? Una cena normal, eso dijo Naitiri... y mira en lo que se ha convertido, encima...huelo a sangre por todas partes, no es un buen lugar para permanecer...prefiero hacerlo fuera para custodiar la casa y que nadie se atreva ni tan siquiera a pensar a atacar. No puedo estar aquí y sabes el motivo -besé su frente y me dirigí al salón donde estaba el herido , una fría mirada a Ubbe...una en la que afilados mis ojos se clavaron en él como si nada más existiese -Custodio fuera, nadie va a volver a entrar... podeis retomar la cena. Espero joven que esté bien -les dediqué una reverencia a la pareja del primo de Ubbe y salí por la puerta, como no saliese de allí iba a explotarme la cabeza ¿que demonios acababa de ocurrir? De locos...
No me quedé de brazos cruzados, noqueé a un par de ellos, lanzándolos fuera con una simple brazada...apartándolos tanto de la persona a la que se llevarían como de mi familia. Todo pasó muy deprisa y así... todo quedó, por el suelo...la comida que con tanto cariño había hecho mi hija ahora era basura para tirar.
Me alarmé al oler sangre, por lo que intenté no acercarme demasiado. No me controlaba, cuando salía esa bestia me olvidaba quién realmente era, no tenía punto medio...así que dejé a Naitiri a que se ocuparan de un herido que no pareció grave. Desde la otra habitación, oí las conversaciones... no comprendía nada ¿para qué iban a llevarse a esa chica? Parecía normal... pero ¿quién era normal al lado de uno de esos vikingos?
Tahirah, me recibió entre sus brazos y la abracé...alejados de ellos, en la cocina. Intentaba controlarme, ella sabía cómo hacerlo. Rugí enfadado, sin querer seguramente, mi hija había estado en peligro y todo por culpa de esos salvajes, no podía concebirlo... para mí ellos eran los responsables que esa cena hubiese acabado de ese modo. No, no podía aceptarloo, mis ojos se tornaron rojizos como la sangre y si no es por mi esposa... juro que habría hecho alguna locura.
-¿Es normal, esto? Una cena normal, eso dijo Naitiri... y mira en lo que se ha convertido, encima...huelo a sangre por todas partes, no es un buen lugar para permanecer...prefiero hacerlo fuera para custodiar la casa y que nadie se atreva ni tan siquiera a pensar a atacar. No puedo estar aquí y sabes el motivo -besé su frente y me dirigí al salón donde estaba el herido , una fría mirada a Ubbe...una en la que afilados mis ojos se clavaron en él como si nada más existiese -Custodio fuera, nadie va a volver a entrar... podeis retomar la cena. Espero joven que esté bien -les dediqué una reverencia a la pareja del primo de Ubbe y salí por la puerta, como no saliese de allí iba a explotarme la cabeza ¿que demonios acababa de ocurrir? De locos...
Naeem Zahir*- Vampiro Clase Media
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