Re: God's gonna cut you down × Svanna

por Invitado Dom Jul 02, 2017 10:08 pm

El rincón de las delicias; así eran llamada las calles por las que Svanna merodeaba a tan altas horas de la noche, y dada su condición, era perfecto, claro no era adecuado para una simple joven, y ya que ella no lo era porque posee extraordinarias habilidades, nada le podía causar daño, o temor. No lo suficiente, porque por más que las luces le amenazaran conforme las mirase, ¿a qué le podía temer? Realmente a nada, o quizás aún no ha conocido algo atroz como para sentirlo. Y aún más al lugar al que se dirige, a la tumba de su padre, (que suele acudir cuando su espíritu no se presenta ante ella) recordando como el tiempo se detenía cuando miraban de un lugar a otro. Avanzando con un sigilo, que bien sus pisadas se perdían. Un ángel podían describir aquella presencia; tan hermosa, tan pura, con una mirada perdida al sur, sin sombras, ni algún alma que le acompañe. Aunque los sonidos percibe de diferentes áreas, distancias en las que se situaban los dichosos rincones: burdeles, bares, o lugares vulgares en los que acuden para satisfacer un insignificante placer carnal…Ella y su pensamiento de la fortaleza de las evocaciones, y no por el contacto físico, ¡oh, no!, todo recae en la conexión, y en el entendimiento, o en la semejanza de un trueque emocional.

Pero fue extraña la sensación capturada, un golpe intenso que le presionaba el pecho, ¿una advertencia? probablemente, pero no por ella, sino por aquel hombre de alta alcurnia que comenzó a perseguirle. Disimulaba ella, no dio gesto alguno de preocupación, pero era un alto peligro, representaba un humano y ella una neófita, y vaya que encuentro tan romántico, el alimento queriendo atrapar a su depredador, un indefenso ratón queriendo atacar a una cobra. Y todo por la máscara de ángel que carga. Es joven, posee una inocencia, una pureza detonada en cada facción, jugando con sus curvas y no por la coquetería, ni el hábito que las mujeres ejercen para ser atractivas, sino por su naturaleza es que el encanto aflora. Sus primaveras son valiosas, su vestido que cubre hasta los tobillos, y con el cabello suelto, hace que el color carne resalte más su blancura.

Control; Batallaba con mil infiernos para no devorarlo, ya en su mente se proyectaba la vileza de su alimentar; la sangre salpicada, los segmentos dislocados, y una escena atroz, que el verdadero peligro atrae a ese hombre, cayendo al juego de huir como una humana lo haría, mas no le delata una especie de miedo, era peor que un témpano de hielo...— No respire cerca de mí, no me voltee a ver, jamás me vea a los ojos, no me huela, escuche si hablo, no me responda, solo asienta pero nunca me mencione, y si quiere hablar conmigo, llámeme: peligro.

Murmuró la inmortal, muy difícil para que el humano lo percibiera pero sí unas cuantas palabras podía descubrir, deteniéndose por las amenazas que no cesan de su parte. No debía ser un monstruo como su madre lo quiso, no, pero, es peor la escoria detrás suyo, pésimo que ella, que su difunta madre. Y que burla era el que estuviese más cerca de su cripta que la de su padre, porque hasta en la muerte están separados. Sin despegar la mirada de la cripta, quizás y de nuevo su madre la quiere castigar.

Jamás dio el rostro, porque era delatar el carmín de sus irises, la sed que le revuelve el estómago.

— No mide lo que podría significar el probar para mí, más por su poca honra, y el sinvergüenza que es, vaya a ahogarse de las asquerosidades que representa. Porque créame que mi excitación no pende de la hombría que se carga, es la menor parte que podría ser de mi interés—. ¿Podría ser que el encanto se haya roto con sus palabras? Por supuesto que no, una creación que ha madurado a tan temprana edad, era el factor único que le cicatrizaba su glamour. Ofreciendo siempre la crudeza de la realidad, porque lo que está por verse, no es un monstruo, es un ser inmortal. Y le estaba dando una oportunidad para hacer lo correcto.

— Usted, no quiere conocerme, créame que es mejor que no lo sepa. Más, ¿que podría hacer una joven indefensa como yo en el cementerio? Sino simplemente llorar en la tumba de su madre, y de su padre sin consuelo alguno.

por **Predbjørn Østergård** Sáb Nov 11, 2017 3:50 pm

El cerebro de Predbjørn no estaba procesando de la mejor manera, al menos no alcanzaba a pensar con claridad, mucho menos a ver lo que estaba bien, o jodidamente mal. La mayoría de las veces actuaba de una manera precipitada, egoísta y a conveniencia, era ambicioso y todo lo que hacía debía tener beneficios exclusivamente para él, sin embargo no era un hombre que disfrutara de dañar, no lo hacía si la persona no lo merecía.

Sin embargo aquella noche no estaba bien nada de él. Se sentía vacío, completamente asqueroso y deseando un poco de compañía. Bebió un trago más de su botella de licor costoso y avanzó hacía el cuerpo esbelto que tenía enfrente. ¿Violarla? ¿Eso haría? No, no debía hacerlo, tenía un burdel repleto de prostitutas que estarían con él si lo pidiera, también mujeres de alcurnia que deseaban experimentar con el travieso de Predbjørn. ¿Para qué violar? No era un poco hombre, nunca lo había sido y no empezaría, además, el recuerdo de su sobrina siendo mancillada, no lo dejaría en paz.

Predbjørn se divertiría, simplemente haría eso.

- Tranquila, todos somos peligrosos para los demás de una manera u otra, a veces un humano puede hacer mucho más que otro ser – Claro que él sabía de la existencia de los seres de la noche, pero no lo confirmaba del todo y mucho menos lo decía por ella, simplemente estaba desvariando – No es correcto que estés aquí a tan altas horas de la noche, no, no, no es posible que te expongas de esa manera, debería darte vergüenza – Reprendió en tono de burla, sin embargo las últimas palabras de la chica lo dejaron en silencio. Él sabía lo que era perder a sus padres a temprana edad.

No se acercó más de la cuenta para no ser imprudente, pero se recostó sobre una sepultura cercana a la de ella. Sin duda, todos tenían historias tristes que contarle al mundo. El dolor no dejaba solas a las personas, terminaba por unirlos cuando se encontraban sin orientación alguna.

- Mis papas también murieron, eso no me gustó, tampoco me sigue gustando, quizá yo no sería un hijo de puta si mi madre siguiera viva. – Se río viendo al cielo – Sólo a tres mujeres he respetado verdaderamente. Mi madre, mi sobrina y mi cuñada – La volteó a ver, aunque el éxito de ver su rostro no llegaba - ¿Crees que sea momento de hacerlo con todas las demás? Para mí son un negocio, he lucrado con su deseo de libertad de muchas maneras, soy un asco. – “Pero un asco con mucha riqueza y poder”, pensó para sí mismo.

- Vamos, no seas tímida, cuéntame tu historia, la noche apenas empezó y no creo que tengas nada mejor que hacer – Sonrió radiante, ignorando que podía ser su última noche.

por Invitado Sáb Dic 09, 2017 6:44 pm

Los humanos son débiles por naturaleza, unos más que otros, pero todos pendía de esa fuerza escasa, y ¿qué decir de un alcohólico? ¿Sera posible que su consciencia este intacta, más alarmada de lo normal? Quién sabe, pero el estar estudiando de reojo al hombre, le daba las expectativas de la mayoría, más este era reservado, curioso y atrayente para suponer en el licor del que se ahogaba, porque apesta y aun así su sangre la puede percibir; el cómo recorre por sus venas, el cómo ese descarado corazón le seduce, ¡como una maldita zorra abriendo las piernas a un hombre para que peque, para que abrace a la lujuria! Mostrándose cuan carmín en sus irises, quizás y si mira al humano directo a sus ojos, le infunda miedo y por reacción huya, será mejor dejarlo correr porque el control que predomina en Svanna no es eterno y más si la siguen provocando. Pero es como si él ya lo supiera, tanteando a su suerte, quizás y morir pedía, no, no un hombre de alta alcurnia lo pediría de aquella manera, arrogante, descarado y todo un sinvergüenza, queriendo jugar a altas horas de la noche, en un lugar desolado y triste, con una joven con intenciones de ¿qué? Era fácil adivinarlo pero parece que le gusta fantasear, disfrutar como nunca. Vaya humano aventurero, no sabe en qué peligro se está metiendo, o quizás y si y quiera mostrar su fortaleza. Lo dejara, solo porque es interesante conocer los actos de los humanos. Y qué desagradable sensación, tan cerca, ahí, sin poder succionar, lamentable.

— ¿Que otro ser? ¿Bestias, animales que puedan ser domados, a eso te refieres? Porque es imposible que representes peligro, al menos para mí, o para muchos otros. Pero en algo concuerdo, el peligro siempre está presente, y justo ahora. No por ti, sino por mí. Lo sabes, más me pregunto si es tu orgullo o la idiotez de querer superarlo. ¿Vergüenza? Por favor, no seas patético.

Comentó, saboreándose esa ansia, tragándose la saliva por la culpa de beber, desviando la mirada al lado que no pudiese vislumbrar su rostro, ocultándose. Por él, para no matarlo. Porque no necesitaba ser un monstruo frente al lugar donde yace el cadáver de su padre, inquieta al ver que su espíritu no estaba presente, ¿en dónde se habrá metido? Seguido del acto del hombre, este se posó en la cripta de un lado, negando ella por el insulto, pero no estaba ahí para educar, era claro el patán con el que se encuentra. Y más queriendo consolar, comprender a una desconocida que resulta atroz si sigue preguntando. Más sus siguientes palabras le sembraron un pensamiento. “Si no hubiese muerto su padre, seguiría siendo la pequeña Svanna” y río, imposible no hacerlo, el mundo es cambiante, todo lo es. — Peor, ¿por qué culpar a los difuntos del camino que decidimos seguir? Nadie te obligo a ser como eres, tú lo quisiste, así como yo, es de cobardes querer justificar siempre los actos, ¿No te parece? Porque, ¿qué camino hubiese sido si ellos aún seguirían con vida?

Podía ser la estatua perfecta, en la que todos quieran ir a eximir culpas, hablarle para que corrija los malos actos de los humanos, un exagerado momento pero emotivo ver como un hombre entra en razonamiento. Hablaba con un vivo, y no esta vez con los dormidos. —Siempre has tenido esa respuesta, pero aún no lo llevas a cabo, ¿por qué? No soy tu madre para decirte que debes respetar a toda mujer, por el simple hecho de que una te dio vida. Pero son simples palabras. Tú ves negocios en las mujeres, yo solo digo que te aprovechas de las debilidades de cada uno para aumentar tu ego, pero la verdadera razón la desconozco, solo es un suponer, ya que, ¿qué te puede enseñar una joven que mató a su madre por amor a un padre?

Por esa razón es cruel Svanna con los propias emociones, se endureció de pensamiento porque la vida le ha mostrado que si no es fuerte se destruirá. Y no es que quiera atemorizarlo, porque de haber sido así, ya lo habría hecho para que se largara. Solo era interesante escuchar lo que un humano puede guardar. — Asco es poco, pero solo tú puedes juzgarte. Pero, lamento decirte que no seré tu distracción, será mejor que te marches, la noche es oscura y pueden salir los muertos. O es que, ¿no crees en los cuentos de terror que te contaban antes de dormir? Porque de ser así deberías creerlos. Nunca se es demasiado tarde para creer.

Se giró, al fin le mostró el rostro con las irises más brillantes, un carmín que amenaza por su sangre, pálida bajo esa penumbra, mirándolo directamente como a un bocado, desnudando los colmillos para atacar, o simplemente para darle drama a la ocasión.

por **Predbjørn Østergård** Mar Ene 09, 2018 11:22 pm

— No me entendiste — Susurró el muchacho haciendo una mueca clara; pocas veces le gustaba dar explicación alguna y cuando la daba, resultaba que no era correcto. ¿Quién entendía a las mujeres? Al menos él no y creía que ellas mismas tampoco se conocían y entendían. Daba igual, no era momento de contestar aquella interrogante, la jovencita no estaba con el mejor humor y él, aunque al principio se mostraba excitado, lo cierto es que ya no tenía deseo alguno. ¿Acaso pensar en sus padres lo había perturbado? Probablemente, sin embargo lo que le lastimaba es que nunca habló de aquello en voz alta.

 — Todo punto de quiebre en nuestra niñez, es lo que va dictando aquello que vamos a realizar en el futuro, eso es básico, viene dentro de nuestro ser. Yo recuerdo que con mi madre salía lo mejor en mi, que incluso no tenía duda alguna de que seguiría los pasos de mi padre y probablemente de ser así mis riquezas vendrían de otro lado — Se encogió de hombros y se sentó a la orilla de la tumba intentando visualizarla; no pudo, era un humano común y corriente, no tenía la habilidad para poder mirar en la oscuridad. El rencor y resentimiento le habían ganado y la parte maldita de su interior emergió con mucha fuerza, embistiendo todo aquello que pudiera brindarle la consciencia de vuelta.

  Se quedó pensativo por unos instantes y le prestó atención; todo lo que emanaba de la boca de la pequeña le resultaba asertivo y al mismo tiempo un disparate. Ser dueño de un burdel no era malo, aunque muchos veían aquello como algo digno de ser crucificado, existían muchas cosas positivas. Las mujeres de clase baja, por ejemplo, que eran embarazadas y olvidadas, o que simplemente se quedaban viudas, no eran dignas de nada. ¿Cómo alimentaban a sus familias? ¿Cómo se alimentaban ellas mismas? La prostitución resultaba un arte también y una escapatoria; la gran mayoría de sus cortesanas tenían una vida de clase media tirándole a alta, los músicos podían darse ciertos lujos y los de limpieza contaban con grandes privilegios. Era un hijo de puta sí, pero si sacaba provecho de las personas debía recompensarlos para darles el sentido de pertenencia y tener mayores resultados.

  — Sé que eres peligrosa, lo sé, pero aunque para ti sea un simple humano, tengo demasiado poder y criaturas como tú me vigilan en todos lados; no le tengo miedo a la muerte, es algo que todos tenemos que pasar, incluso los vampiros, la inmortalidad no se vuelve un gran consuelo, sin embargo me gusta vivir al borde para poder disfrutar de la vida al máximo y valorar todo aquello que he logrado. — Se relamió ahora disfrutando de la gran vista que tenía enfrente. Era una criatura bellísima. — Es un ángel — Susurró; en realidad aquel comentario era más para sí mismo que para la jovencita. El pensar en voz alta no era para nada bueno.

 — ¿Quieres asesinarme? ¿Qué te dio tanta amargura que tu paciencia es escasa o nula? Mataste a tu madre por el amor de tu padre. ¿Él dónde puede estar? Debería estar a tu lado — Frunció el ceño mientras caminaba entre las tumbas. — No me dan miedo los muertos, ya se esfumaron, no tienen poder aquí, solo los inmortales, pero eso es otro tema — Negó — ¿A qué podrías temer? Eso sí valdría la pena escuchar — Deseaba quedarse, hace tiempo no tenía una plática digna, estaba harto de los lamebotas que solo le daban la razón por miedo a perder su fortuna.

por Invitado Miér Ene 31, 2018 10:07 pm

Podía ser que el mundo esté enloqueciendo, que todos hayan olvidado el propósito del porque estaban donde se situaban; él y ella: un inmortal que no puede alimentarse, y un hombre que perdió su instinto sexual. ¿Será quizás el cementerio que les haya matado sus verdaderas razones? Extraño, y quizás inoportuno. No podía expresar alguna emoción en ese rostro, y ni en sus palabras hay señal alguna de estos. En cambio, era todo lo contrario con él, lo observaba y prefería devorarlo que seguir escuchando, no quería seguir pensando en lo que cometió para llegar a donde está. ¡Sí que el cementerio estaba maldito, porque muestra las peores debilidades de uno mismo! Aunque, ¿por qué le afectaba a ella? ¡Ya no es humana!, y por naturaleza los humanos sufren porque jamás están contentos con lo que se tiene. ¡Maldita sea la hora en que decidió hablar de su pasado! Por primera vez, después de haber cruzado a la muerte, se toma el momento con él para descubrir que hay más allá de la humanidad; aquella que no pudo disfrutar ni a temprana edad. Tenía razón, estaba de acuerdo con lo dicho, desde que se nace se va forjando ese destino de cada quien. Y lo gracioso es que él con su madre lo sentía y Svanna al contrario, con su padre lo hacía.

Más sus palabras fueron el quiebre de su pensamiento, la manera en la que es observada, en la que no es catalogada como monstruo sino como un ángel, pero, ¿cómo podría ser un ángel si ya acepto que es peligrosa? Estaba mofándose de ella, así lo sentía, parece que tiene ocultas sus intenciones, todos piden algo a cambio después de unas bellas palabras y a su vez mentiras que quizás nunca se sabrán si fueron ciertas o no. ¿Cómo podía continuar con él después de ello? Es oscuro, se puede percibir su aura, y solo los demonios buscarían su presencia. Entonces, ¿qué es lo que está haciendo ella con él? ¿Por qué es que no se va cuando lo sugirió?

— Deberías escucharte, suenas como un hombre que lo puede todo. Pero es curioso que te estén vigilando, a menos no seres como “yo” lo harían. Deberías escapar y no llamar la atención de los demás, estas cavando tu propia tumba. Valora más tu vida, y se honesto. ¿Cómo podría ser un ángel si soy peligrosa? Un ángel no lo es. Por ello, dime Svanna, y te aconsejo que no te dejes alumbrar por mi belleza, es engañadora. — Río, como un canto de sirena enloquecida en las profundidades. — Ahora, ¿me llamas asesina? Créeme que matarte no es mi prioridad, pero no te miento, mi instinto dice que lo haga, que solo unas cuentas gotas, y lo excitante, es que jamás se detiene. Entonces hay dos opciones: la primera; dejas que te controle, y la segunda; o tu a él.

Con exactitud estaba demostrando su fuerza, su control de sí misma al aceptar ir detrás de él, sin escucharse sus pisadas, era liviana la pequeña, y decidió acomodarse la capucha para dejar caer bien sus cabellos castaños, yendo más a desnudar lo que el muchacho pueda dar. Así tenga que ser eterna la noche al conversar por la familia. — Él está muerto, murió antes de que muriera mi madre, ella lo mató. — Golpe bajo cuando sugirió que su padre debía estar con ella. Siempre lo estaba, a donde quiera que estuviera, solo con nombrarlo se presentaba pero ese dia no fue así. Por eso es que fue al cementerio. — Él podría estar aquí, siempre está a mi lado. Nunca me ha abandonado…— Entonó la verdad con pequeño disimulo de preocupación, mirando de allá para acá, habiendo demasiada neblina entre ellos. — La misma cuestión te pregunto, ¿a que le tienes miedo? No le temes a los muertos, y supongo que a toda clase de ellos, ¿por qué razón? — Negó.

— No todos se van, y estas equivocado, no solo los inmortales tienen poder… ¿Quién eres y en donde es que vives? Este mundo está consumido con la maldad, son pocos los que mantienen su pureza, son escasas las personas que hacen el bien, deberías estar más consciente del mundo en el que te rodeas. No es bueno aparentar que lo sabes todo, porque en realidad no sabes nada y eso podría matarte.

Si hubiese sido otra especie de inmortal, ya habría matado al muchacho, y de ser así, no estaba ayudándole a sobrevivir, o quizás algo muy profundo le decía que lo previniera, ¿por qué? Si parece que quiere morir, está rogando por tenerlo todo y eso es lo que los vuelven vulnerables, quizás por eso quiere ayudarle a salir de ese mundo vicioso en el que está envuelta, el poder no es más que una maldición para perderlo todo. Y estaba siendo sincera con él, aunque sea muy friolenta a las palabras, de por sí ya es extraño que converse con un humano, es el primero a decir verdad.

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