Distractions -Libre

por **Nathalie Vrolok** Sáb Jun 10, 2017 9:16 pm

Sentada a la orilla de un riachuelo, divisando el reflejo de la profunda calma que anhelaba obtener a través de mis trazos, escuchando a los animales a mi alrededor, como si me encontrara en un paraíso en sueños atrapada, con los cánticos de las aves, y los gruñidos de las fieras, un paraíso del cual quería probar las sensaciones, pero al cual jamás querría pertenecer. Gracias a mi existencia en tinieblas, donde la roca que corta el río, es dura y oscura, fría... donde la nieve cubre y lo congela todo.
Pero el claro sol de la matutina, y el aroma a hierba, al cual me gustaría quitarle la verde vitalidad, sintiéndolo al rozar mi cuerpo sentado, observando a hundidas por entre medio, a mis pinceles descansar, mientras esperan que los tome para aplicar el color a mi pintura.

Estaba trazando la vista que yo tenía al otro extremo del riachuelo, se encontraba una familia de patos caminando, detrás de la hembra madre, lentamente siguiendo el pequeño pisar de sus patitas.
Me recordaba a la niñez, cuando al perderte por la ciudad, solo intentabas encontrar una mano de la cual tomar, para que te llevase.
¿Pero y ellos? Ellos no van de la mano, no se tocan... de alguna manera me era grato pensar que alguna de esas pequeñas criaturas, alguna en particular, perdiera el rumbo.. saliéndose de la fila.
El río estaba calmado, no podía creer que aquí en París existiera, tanta vida natural.. quizás esa vida natural que no ha sido tocada por la mano del hombre.

Este era mi paisaje, lo que dibujaba en aquél viejo pedazo de tela, con mi carboncillo.. el primer paso a bosquejar, para luego darle un poco mas de color, aunque pocas veces variaba de los colores grises, negro, y azules marino...

Esta vez el verde era mi primer desafío.

De pronto, escuché a lo lejos, suaves pasos... no podía determinar el aura de qué tipo de criatura era, ya que no estaba concentrada en ello y solo seguí en mi pintura.
Pero incómodamente sentía su presencia cada vez más cerca, y comenzaba a desconcentrarme esta vez... pero seguí pintando, aunque ya me había saltado varias partes que debían ir en el dibujo, pero aun estaba ahí....
Me recosté sin parar de dibujar en mi tela, terminando de a poco el dibujo, pues ya iba en la mitad del riachuelo y pronto alcanzaría el otro extremo donde yo estaba.

Si la criatura no se alejaba, del lugar al cual yo había llegado primero, me obligaría a cambiar mi rumbo y largarme... No sabía realmente, qué esperar.