Mon malheur -Libre-

por **Jezabel Falivene** Dom Jun 18, 2017 2:28 am

Recuerdo del primer mensaje :

Tal era la incómodidad que aquel rostro femenino no encontraba como ocultarlo, por más que esbozase una sonrisa y es que aquel vestido le asfixiaba era tan estorboso como bonito. Estaba ciertamente perdida entre tanta gente no conocía a nadie en lo absoluto y su madre junto a su Tío platicában con otra pareja entre risas y demás exclamaciones así que ella solo deambulaba asintiendo cada vez que le saludaban lo prefería antes que inmiscuirse en una charla superficial.

-Disculpe señorita Falivene, soy Richard Lombardi le puedo acompañar-

Se giró al oír una voz masculina detrás suyo, topandose con unos ojos castaños. La rubia solo asintió mientras le miraba con amabilidad e intrigra.

-Como es que sabe quién soy, nos hemos visto antes?- pregunto con notoria contrariedad pues a ella no le parecía nada familiar , él sonrió y tomo la mano de la joven poniéndola sobre su brazo para caminar hacia el salón de donde provenía una notoria música.

-Todos hablan de lo bella que es la hija de el señor Edward-

-No soy su hija- respondió de manera rápida sin importarle la mirada de desconcierto en su interlocutor, vaya así que por eso se acercó a ella. Sonrió mientras negaba con la cabeza, la gente de este ambiente solo se movía por interés?- Si me lo permite me apetece un poco de aire fresco-

-Por supuesto, con gusto le acompaño -

Sonrió gentil negando con la cabeza , el le había mal interpretado totalmente pues no le apetecía tener esa clase de compañía donde siempre la charla trataba de llegar a hacer tratos con su tío.

-No lo tome a mal Monsieur Lombardi , pero no deseo compañía alguna- dijo con voz suave tratando de sonar lo menos grosera y sin darle tiempo a réplicas innecesarias , con una inclinación como despedida se dió la vuelta y se dirigió al enorme balcon, que pesado era todo esto; quería regresar a su nueva "casa" la verdad no la podía considerar suya por qué era de su Tío paterno. Unas risas captaron su atención , era un pequeño grupo de señoritas que platicában muy animadas a unos cuantos metros , prefirió ignorarlas viendo hacia el pequeño lago que había frente al balcon .

-Si querida creelo , la madre no perdió el tiempo y se echo al bolsillo a su cuñado...todo mundo se entero...la madre del Señor Edward se encargó de eso -

-Pero que fichita, seguro la hija salió igual no lo duden-

Respiro profundo al oír esos comentarios ya le había tocado lidiar con eso demasiadas veces así que solo debía seguir fingiendo que no las oia, pues lo que tenían de ricas lo tenían de huecas.

-Escuche a mi Tía Antonieta decir que ellos ya eran amantes cuando su difunto marido vivia, pero que se puede esperar de unas ...-

Apretó los puños, eso sí que no lo iba a permitir , se dió la vuelta y con todo el temple que poseía no dejo que terminara la frase aquella chica pues Jezabel le estampó una sonora cachetada dejándolas calladas , la pelirroja intento devolverle el gesto pera la mano de la rubia la interceptó.

-No vuelvas a mencionar de tal manera a nadie de mi familia- sentenció Jezabel con tono frio

-Sabes quién soy insolente mal criada? Cómo te atreves..-

-Me importa muy poco y la mal criada es usted , pues andar con chismes baratos es de muy mal gusto- respondió cortante soltandole como si le quemará el contacto.

-Todo bien ?- irrumpio uno de los mayordomos que atendía la reunion

-No debería proporcionar más alcohol a estas "señoritas" les suelta la boca demas-su voz sonó pasiva a pesar del coraje que traía atravesado en la garganta, aliso su vestido y volvió adentro dejando atrás a esas urracas, su madre le detuvo del brazo al ver el paso endemoniado que llevaba, pudo oír un "estás bien?" Por parte de su madre pero ella solo negó con la cabeza y safandose con delicadeza se soltó de aquel agarre, quería irse y no le importaría si tenía que caminar hasta llegar a casa.

Salió por la puerta principal mientras deshacía ese peinado alto provocando que su cabello cayera en ondas sobre su espalda , le había lastimado toda la noche y mientras deshacía unos nudos oyó como la joya que llevaba de adorno en su tocado cayó al suelo, se inclinó a tomarla y se topó con otra mano que pretendía lo mismo.

por **Jezabel Falivene** Jue Nov 23, 2017 10:12 pm

La joven rubia asintió con la cabeza ante las palabras dichas, por supuesto entendía que para el inmortal debía ser incomodo el olor de la sangre y mas si como el afirmaba la sangre de los hechiceros le llamaba de sobremanera por encima de la sangre de un simple humano, no pudo evitar sentir culpa pues no era su intención alejarlo de esta manera tan impropia. Cuantos años llevaría el vampiro combatiendo sus instintos pues en ningún momento vio que perdiera el control, cosa que agradeció en el alma por que en estas circunstancias no se sentía apta para hacerle frente a ningún inmortal dada la fatiga que presentaba por aquella especie de visión sin duda tendría que contárselo a su mentor por que si se lo contaba a su madre seguro le reprendería por que eso significaba que Jezabel estaba practicando para dominar su magia cosa que su progenitora le había prohibido rotundamente en mas de una ocasión.

Las manos femeninas seguían cubriendo y tratando de parar el sangrado, mientras recuperaba de apoco el equilibrio - Descuide...y gracias de nueva cuenta Monsieur Waldorf. Me encargare que mi Tio asista a la audiencia en su casa.-afirmo la hechicera quedando de acuerdo en esa cita que el vampiro pretendía con su Tio.

Asi sin mas, lo vio dar un salto por el balcón perdiéndose en la fría noche dejándola sola, con cuidado y como pudo acomodo sus ropas lidiando un poco con el corset pues no le quedaría lo suficientemente justo pero si lo suficiente para que nadie se diera cuenta que si no provocaria otra cosa mas de la que hablar y por el día de hoy la oji verde ya había tenido bastante de habladurías respiro hondo dispuesta a volver al gentío cuando su madre le encontró y al ver el semblante corrió hasta ella ayudándola de inmediato.

-Mi niña que te sucedió- la voz de su progenitora estaba tan alarmada que a Jezabel no le quedo mas remedio que tratar de aparentar que nada pasaba así que solo le comento a su madre que lo único que le aquejo fue un mareo y que sin saber por que tuvo ese pequeño sangrado en la nariz al parecer su progenitora creyó en su palabras y la sentencio con que el día de mañana le hablarían al doctor de la familia para que le revisase pronto su Tio apareció siendo ahora el quien sostuviera a la bruja aunque esta se negara pues no quería preocuparles al final termino siendo llevada por el hasta su carruaje, por esa noche la fiesta había concluido para la mas pequeña de la familia Falivene y por una parte Jezabel estaba aliviada de que fuera así.

Ahora debía pensar como llevar a Edward a casa del señor Waldort sin mencionar la manera tan peculiar en la que había coincidido con el, por que si algo tenia claro es que tendria muy presnte la peculiar figura de Ned si se lograba concretar algún negocio con su Tio.

Continuara...

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