AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
2 participantes
Página 1 de 1.
Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Todo en su vida parecía estar desencadenándose de forma repentina. Por un lado el compromiso con Ivan, que por supuesto, no podía decir que se oponía, por el contrario, él había logrado conquistarla, encendiendo en el corazón de Lenya, una llama que no se podría apagar, o por lo menos así lo pensaba la alemana, en ese momento. Por otro lado, estaba la enfermedad de su padre, lo que parecía ser una insignificancia, un poco de fatiga, se había convertido en un tumor, en un mal terminal, el que día a día, iba menguando las fuerzas de su amado padre.
Todo aquello que le estaba pasando, los sentimientos encontrados, el despertar del amor, de la pasión, en los labios de Ivan, y la tristeza de una mas pronta despedida, con su padre, llevaban a Lenya a sentirse en extremo sensible, y como era de esperar, verla en esa tesitura, hacía que su padre sufriera lo indecible. Por eso, Lenya, prefería pasar el mayor tiempo del día fuera de su cada, y de ser posible sola, sin chaperona, mas su madre se negaba. Malas lenguas habían visto a su prometido, abrazando a una mujer, que con una gruesa capa con capucha, ocultaba su identidad, mas sus rubios cabellos se dejaban ver. Fue por ésta razon que su madre le prohibió salir sin su doncella, pues si era otra la mujer a la que Iban apretujaba entre sus brazos, no era conveniente que su hija se enterara, - todo hombre puede tener una querida - cavilaba su madre, - pero jamás debe tratar a su esposa como una cualquiera, ni menos que la gente murmure de ella -, esas eran las conclusiones a las que la señora Bleier llegaba, cada vez que algún rumor terminaba cayendo en sus oídos. todo esos miedos al que dirán, llevaron a que la joven se sintiera atrapada en su propio hogar, y que terminara, buscando la soledad de la playa, en la cual reflexionar y pensar en su futuro.
Su doncella había quedado cuidando de sus enceres, mientras la joven alemana, caminaba despreocupada por la blanca arena, ocultando su piel de los rayos tibios del sol, que lentamente iban volviéndose mas suaves y menos cálidos. Lenya tembló, mientras contemplaba como en el horizonte, se mezclaban, el mar y el cielo, punto culmine, en el que el sol comenzaba a morir irremediablemente. Lenya suspiró antes de expresar su pensamiento mas lúgubre, - ¿porque los hombres deben morir... como el sol en el horizonte? ¿porque todo termina, aún cuando no exista en aquellas cosas pecado alguno? -.
Todo aquello que le estaba pasando, los sentimientos encontrados, el despertar del amor, de la pasión, en los labios de Ivan, y la tristeza de una mas pronta despedida, con su padre, llevaban a Lenya a sentirse en extremo sensible, y como era de esperar, verla en esa tesitura, hacía que su padre sufriera lo indecible. Por eso, Lenya, prefería pasar el mayor tiempo del día fuera de su cada, y de ser posible sola, sin chaperona, mas su madre se negaba. Malas lenguas habían visto a su prometido, abrazando a una mujer, que con una gruesa capa con capucha, ocultaba su identidad, mas sus rubios cabellos se dejaban ver. Fue por ésta razon que su madre le prohibió salir sin su doncella, pues si era otra la mujer a la que Iban apretujaba entre sus brazos, no era conveniente que su hija se enterara, - todo hombre puede tener una querida - cavilaba su madre, - pero jamás debe tratar a su esposa como una cualquiera, ni menos que la gente murmure de ella -, esas eran las conclusiones a las que la señora Bleier llegaba, cada vez que algún rumor terminaba cayendo en sus oídos. todo esos miedos al que dirán, llevaron a que la joven se sintiera atrapada en su propio hogar, y que terminara, buscando la soledad de la playa, en la cual reflexionar y pensar en su futuro.
Su doncella había quedado cuidando de sus enceres, mientras la joven alemana, caminaba despreocupada por la blanca arena, ocultando su piel de los rayos tibios del sol, que lentamente iban volviéndose mas suaves y menos cálidos. Lenya tembló, mientras contemplaba como en el horizonte, se mezclaban, el mar y el cielo, punto culmine, en el que el sol comenzaba a morir irremediablemente. Lenya suspiró antes de expresar su pensamiento mas lúgubre, - ¿porque los hombres deben morir... como el sol en el horizonte? ¿porque todo termina, aún cuando no exista en aquellas cosas pecado alguno? -.
- Puntos importantes a tener en cuenta:
Es un tema libre que me dejaron inconcluso, lleva sin responder mas de dos meses, y fue mandado a papelera. Por ésta razón lo reciclo.
Última edición por Lenya Bleier el Miér Ago 30, 2017 8:15 pm, editado 1 vez
Lanya Bleier- Humano Clase Alta
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 28/02/2013
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Un atardecer en la playa
No había rastro de su amada ni si quiera de Dieter. Estaba esperando el momento en el que se encontrara con el pequeño Lionel o con la brava y salvaje Solveig por algún rincón de Paris pues llegó a sus oídos que se fueron a Italia y después a Paris, sus leales le informaban de todo pero precisamente, ahora mismo estando en tierras extrañas no sabía mucho moverse hasta que llego a orillas de una playa en las que había pocas personas, el sol ya se estaba escondiendo tras las montañas dejándoles sin luz y calidez, pero Brömir iba preparado para lo que pudiera acontecer ese día o lo que quedara de él.
Poco a poco caminaba lentamente por el camino de arena mojada, sintiendo como la arena y las pequeñas olas rompían contra sus pies mojados, sus zapatos los sujetaba en una de sus manos y fue cuando se tropezó con una mujer de cabellos rubios – Ay lo siento –Dijo disculpándose. Para su alivio no llego a tirarla al suelo, pero Brömir se quedó un rato parado en el sitio y un poco más adelante, visiono a una mujer de cabellos dorados, parecía estar diciendo algo entre dientes pero no llegaba a distinguir ninguna palabra por lo que enseguida se fue acercando hasta que estuvo delante de ella.
- ¿Esta bien? –Pregunto con curiosidad ya que la había escuchado algo de muerte o eso le pareció al vikingo – Le he escuchado y no debería de ponerse tan triste – dijo Brömir a la desconocida, no podía acaso evitarlo y le hablaba sin más, Brömir era muy impulsivo para conocer gente, no le daba miedo y por ello algunas veces siempre le tomaban el pelo, pero todo acababa siempre en unas risas.
Poco a poco caminaba lentamente por el camino de arena mojada, sintiendo como la arena y las pequeñas olas rompían contra sus pies mojados, sus zapatos los sujetaba en una de sus manos y fue cuando se tropezó con una mujer de cabellos rubios – Ay lo siento –Dijo disculpándose. Para su alivio no llego a tirarla al suelo, pero Brömir se quedó un rato parado en el sitio y un poco más adelante, visiono a una mujer de cabellos dorados, parecía estar diciendo algo entre dientes pero no llegaba a distinguir ninguna palabra por lo que enseguida se fue acercando hasta que estuvo delante de ella.
- ¿Esta bien? –Pregunto con curiosidad ya que la había escuchado algo de muerte o eso le pareció al vikingo – Le he escuchado y no debería de ponerse tan triste – dijo Brömir a la desconocida, no podía acaso evitarlo y le hablaba sin más, Brömir era muy impulsivo para conocer gente, no le daba miedo y por ello algunas veces siempre le tomaban el pelo, pero todo acababa siempre en unas risas.
@KAYAK
David Mccarty- Cazador Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 17/03/2017
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Las lagrimas mojaban su rostro y el dolor en el pecho no cesaba, ya que la angustia, parecía un animal que aferraba sus garras. Llevó su mano derecha al centro del pecho, como si intentara en vano deshacer ese agarre. Tan ensimismada se encontraba, hundida en su angustia y tristeza, que no fue consciente que a su lado se encontraba un hombre, un desconocido que parecía se apiadaba de ella. Su mirada, había huido hacía el horizonte que comenzaba a pintarse de tonos rojizos, anunciando que el día pronto llegaría a su fin, al igual que la vida de su padre y aquella certeza no hacía mas que profundizar su dolor. Bajó la cabeza, llevando su mirada a los pies, que descalzos, eran lamidos por las olas que se acercaban mansamente a morir en la playa, ¿es que todo le tenía que recordar que nada era eterno? se preguntaba sin poder encontrar una respuesta.
La voz del desconocido, llegó a su mente, como el ruido de las olas, como una melodía lejana. en principio, éste le preguntó si se encontraba bien, y en verdad, saltaba a la vista que la alemana se encontraba destrozada emocionalmente, y que aunque en su interior hubiera deseado que la dejara sola, que no la molestara, la compañía, el hecho de que sin conocerla, se hubiera molestado en preguntar por su bienestar, hizo que la joven girara su cuerpo y le contemplara, posando por primera vez su mirada en aquel caballero, bueno, de caballero, por su apostura, por sus buenos modales, aunque su aspecto. Sonrió levemente, intentando secar sus lagrimas con el dorso de su mano, como si se tratase de una niña pequeña. Asintió con un leve movimiento de cabeza, - si, me siento mejor - sonrió con tristeza, dejando sus tristes ojos clavados en los ajenos. No le molestó qe él le dijera que le había escuchado, pero no le podía pedir que no se entristeciera, porque simplemente era algo que la superaba, - quisiera no estar triste, pero... es que no lo entiendo... ¿porque, debemos perder a nuestros seres queridos?- preguntó, sin siquiera haberse presentado ante el extraño, al igual que él no le había hecho, un sentimiento de empatía, le llevaba a sentir que en el fondo lo conocía, como si ambos hubieran experimentado el mismo sentimiento, la misma angustia.
La voz del desconocido, llegó a su mente, como el ruido de las olas, como una melodía lejana. en principio, éste le preguntó si se encontraba bien, y en verdad, saltaba a la vista que la alemana se encontraba destrozada emocionalmente, y que aunque en su interior hubiera deseado que la dejara sola, que no la molestara, la compañía, el hecho de que sin conocerla, se hubiera molestado en preguntar por su bienestar, hizo que la joven girara su cuerpo y le contemplara, posando por primera vez su mirada en aquel caballero, bueno, de caballero, por su apostura, por sus buenos modales, aunque su aspecto. Sonrió levemente, intentando secar sus lagrimas con el dorso de su mano, como si se tratase de una niña pequeña. Asintió con un leve movimiento de cabeza, - si, me siento mejor - sonrió con tristeza, dejando sus tristes ojos clavados en los ajenos. No le molestó qe él le dijera que le había escuchado, pero no le podía pedir que no se entristeciera, porque simplemente era algo que la superaba, - quisiera no estar triste, pero... es que no lo entiendo... ¿porque, debemos perder a nuestros seres queridos?- preguntó, sin siquiera haberse presentado ante el extraño, al igual que él no le había hecho, un sentimiento de empatía, le llevaba a sentir que en el fondo lo conocía, como si ambos hubieran experimentado el mismo sentimiento, la misma angustia.
Lanya Bleier- Humano Clase Alta
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 28/02/2013
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Las palabras de la muchacha hicieron que Brömir se acercara hasta ella y sentandose a su lado, Brömir se quedo para escucharla, a por si decía algo más, pero entonces el ex - vikingo se lamio los labios para poder hablar con las siguientes palabras.
- No quiero pecar de insensible, pero lo mismo porque...- intento buscar algo que sirviera de apoyo moral, algo que le sirviera y que no tuviera pensamientos macabros en adelante - piense que si tiene algún familiar en estado crítico, a ese tipo de personas suele llegarle su hora - Suspiro - Yo he perdido a mi amada pero dudo que esté viva. Sé de lo que hablo y mi intuición es algo que no me falla ultimamente pero si se encuentra mal, deberían de aprovechar cada segundo que le quede a su familiar.... - Encogio aun mas los hombros al decir aquellas palabras que no iban con maldad ninguna. Él acaba de conocer a una mujer que no sabe ni su nombre pero al no ser todos malas personas, bien cabría la posibilidad de que Brömir pose su confianza en una persona ajena a su propio entorno.
- Todo saldrá bien. Es algo que a veces me funciona cuando me desespero en encontrar a aquella que es mi amada. Es una historia muy larga - Dijo con una sonrisa que ocultaba un monton de secetos. Brömir se quedo mirando a la muchacha. Cabellos dorados, ojos castaños. No sabría el aspecto que pudiera tener su amada en estos instantes. De la cofia pasó a acostarse con el jefe a huir cuando el suegro de Dieter los invadio aún siendo muchos los que llegaron al poblado quemando y violandolo todo por su paso.
Pero en aquella playa tan pacifica, todo podria llegar a cambiar. Brömir parecia un atrayente hacia los probleas y por ello habló con la joven que tenía a su lado - Me llamo Brömir y usted? ¿Como se llama Madmoiselle? Cuando se había presentado, Brömir toma su mano y le besa el dorso como lo era todo un caballero aunque ahora los caballeros llevan uniforme de pingüino y pajarita graciosa.
- No quiero pecar de insensible, pero lo mismo porque...- intento buscar algo que sirviera de apoyo moral, algo que le sirviera y que no tuviera pensamientos macabros en adelante - piense que si tiene algún familiar en estado crítico, a ese tipo de personas suele llegarle su hora - Suspiro - Yo he perdido a mi amada pero dudo que esté viva. Sé de lo que hablo y mi intuición es algo que no me falla ultimamente pero si se encuentra mal, deberían de aprovechar cada segundo que le quede a su familiar.... - Encogio aun mas los hombros al decir aquellas palabras que no iban con maldad ninguna. Él acaba de conocer a una mujer que no sabe ni su nombre pero al no ser todos malas personas, bien cabría la posibilidad de que Brömir pose su confianza en una persona ajena a su propio entorno.
- Todo saldrá bien. Es algo que a veces me funciona cuando me desespero en encontrar a aquella que es mi amada. Es una historia muy larga - Dijo con una sonrisa que ocultaba un monton de secetos. Brömir se quedo mirando a la muchacha. Cabellos dorados, ojos castaños. No sabría el aspecto que pudiera tener su amada en estos instantes. De la cofia pasó a acostarse con el jefe a huir cuando el suegro de Dieter los invadio aún siendo muchos los que llegaron al poblado quemando y violandolo todo por su paso.
Pero en aquella playa tan pacifica, todo podria llegar a cambiar. Brömir parecia un atrayente hacia los probleas y por ello habló con la joven que tenía a su lado - Me llamo Brömir y usted? ¿Como se llama Madmoiselle? Cuando se había presentado, Brömir toma su mano y le besa el dorso como lo era todo un caballero aunque ahora los caballeros llevan uniforme de pingüino y pajarita graciosa.
David Mccarty- Cazador Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 17/03/2017
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Aquel hombre, la comprendia, y aunque sus palabras podían parecerle duras, o mas bien realistas, no dejaban de ser un alivio. Era verdad, ella debía usar ese tiempo que le quedaba de vida a su padre, para poder conocerlo aún mas, asegurarle que podía descansar en paz, pues ella llegaría a ser feliz, fuera con su prometido, o en cualquier otra parte. Que asumiría su responsabilidad, solo para que él pudiera partir en paz, pero que no permitiría que la infelicidad le amargara el alma, esa era una promesa que no se la hacía solo a su padre, sino, muy especialmente, a ella misma.
Le observó sentarse a su lado, sus miradas se unían en una comunión que parecía unir las almas heridas. Escuchó la historia que él le contara, aunque fuese una brevisima parte de lo que en verdad debería ser y supo que de verdad la podía comprender. Le sonrió con una media sonrisa, con sus ojos cargados de tristeza, pero serenos, inmersos en esa serenidad que las palabras del desconocido le provocaron. Asintió con la cabeza a otros comentarios que el joven dijera y pidió a lo cielos por que si era posible, el joven, pudiera llegar a encontrar a su amada.
- Un gusto conocerle señor Brömir, mi nombre es Lenya, creo, que por su acento, no es francés, al igual que yo - sonrió, al momento en que él le tomaba la mano y besaba el dorso de ésta. La alemana, no retiró la mano, ni hizo algún gesto que demostrara que le molestara. por el contrario, se dio cuenta que lo había pre juzgado, podía estar vestido como un vagabundo, un viajero, o hasta como un forajido, pero no dejaba de ser un caballero, como muchos de los amigos de su padre. Cuando él soltó su delicada mano, Lenya volvió a llevar sus ojos de los orbes del vagabundo, hacia el horizonte, que teñido de carmín, mostraba que la noche pronto llegaría. Volvió su rostro, al tiempo que preguntaba, -dígame Señor Brömir, ¿tiene un lugar donde pasar la noche o cenar? - dijo casi sin pensar que aquella forma de comportarse podía ser mal interpretada. Cuando le pareció ver la sorpresa en los orbes del caballero, ella intentó excusarse - es que me gustaría conocer mas sobre su historia, a veces, no pensar en las propias angustias, ayuda a despejar el corazón - se ruborizó, - en verdad me gustaría ayudarle en lo que me fuera posible, ha sido tan gentil con una extraña, que siento que es lo mínimo que podría intentar hacer para devolver la gentileza - se sinceró, antes de bajar su mirada y posarla en sus propias manos que temblaban levemente.
Le observó sentarse a su lado, sus miradas se unían en una comunión que parecía unir las almas heridas. Escuchó la historia que él le contara, aunque fuese una brevisima parte de lo que en verdad debería ser y supo que de verdad la podía comprender. Le sonrió con una media sonrisa, con sus ojos cargados de tristeza, pero serenos, inmersos en esa serenidad que las palabras del desconocido le provocaron. Asintió con la cabeza a otros comentarios que el joven dijera y pidió a lo cielos por que si era posible, el joven, pudiera llegar a encontrar a su amada.
- Un gusto conocerle señor Brömir, mi nombre es Lenya, creo, que por su acento, no es francés, al igual que yo - sonrió, al momento en que él le tomaba la mano y besaba el dorso de ésta. La alemana, no retiró la mano, ni hizo algún gesto que demostrara que le molestara. por el contrario, se dio cuenta que lo había pre juzgado, podía estar vestido como un vagabundo, un viajero, o hasta como un forajido, pero no dejaba de ser un caballero, como muchos de los amigos de su padre. Cuando él soltó su delicada mano, Lenya volvió a llevar sus ojos de los orbes del vagabundo, hacia el horizonte, que teñido de carmín, mostraba que la noche pronto llegaría. Volvió su rostro, al tiempo que preguntaba, -dígame Señor Brömir, ¿tiene un lugar donde pasar la noche o cenar? - dijo casi sin pensar que aquella forma de comportarse podía ser mal interpretada. Cuando le pareció ver la sorpresa en los orbes del caballero, ella intentó excusarse - es que me gustaría conocer mas sobre su historia, a veces, no pensar en las propias angustias, ayuda a despejar el corazón - se ruborizó, - en verdad me gustaría ayudarle en lo que me fuera posible, ha sido tan gentil con una extraña, que siento que es lo mínimo que podría intentar hacer para devolver la gentileza - se sinceró, antes de bajar su mirada y posarla en sus propias manos que temblaban levemente.
Lanya Bleier- Humano Clase Alta
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 28/02/2013
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
No encontraba palabras para lo que la muchacha le pedía, pero pensándolo bien, Brömir había malgastado todas sus existencias en la búsqueda de su amada, en la búsqueda de comida caliente y un techo en el que poder dormir. Ahora estaba a la deriva, se despertaba pronto porque la gente le echaba de sus recibidores, dormía en unos establos y se despertaba también porque intentaban asesinarlo con hoces. La gente no sabe lo que es la bondad, Brömir también lo había pensado pero enseguida escuchando las palabras de Lenya una sonrisa apareció en su rostro.
- Perdóneme, yo… -Fue cuando entonces lo había mal interpretado y Lenya le explico que solo era por agradecerle el haberle dado ánimos – No me gustaría pecar de aprovechado, pero – saco su pequeña bolsa con pocas monedas – Apenas me llega para un plato de comida caliente….es usted como un ángel caído del cielo. Está bien. Aceptaré su delicada oferta de poder ofrecerme aunque sea un plato caliente….si aún no ha cambiado de idea sobre su idea – Brömir no quería ser un aprovechado, ni mucho menos aprovecharse de una muchacha que tenía a su padre en un estado delicado. Brömir No quería aprovecharse de la inocencia de la joven, estaba confundiéndose de sobremanera, pensando seriamente el corroborar si o no la idea de Lenya.
- Señorita Lenya – ríe – Vengo de Europa del Este, y ¿está segura que no habrá ningún problema en ofrecer cobijo a un vagabundo como yo? –Lentamente Brömir se fue levantando del suelo, sacudió la arena impregnada en sus pantalones y sin pedir permiso si quiera, tomo la mano de Lenya para levantarla del suelo – Apenas soy un extraño que va a meter en el interior de su hogar, además, no quiero que distraiga su atención de su padre con mi presencia. No quiero que por mi culpa pierda usted a su padre…. – Bajo la cabeza, suspirando y de nuevo la miró.
– Yo no me despedí de mi padre ya que él falleció estando yo en combate….-suspiró de nuevo – Creo que con el plato caliente me conformo señorita – Alejándose un poco, hizo una reverencia y entonces se dio cuenta – Ah…lamento si mis modales son incoherentes con mi rango social….De donde yo vengo…o de donde vine, en mi poblado pertenecíamos a la realeza o algo por el estilo. Éramos los jefes de dos poblados….pero las iras…ajenas destruyeron toda nuestra felicidad…que ahora nos encontramos separados.
- Perdóneme, yo… -Fue cuando entonces lo había mal interpretado y Lenya le explico que solo era por agradecerle el haberle dado ánimos – No me gustaría pecar de aprovechado, pero – saco su pequeña bolsa con pocas monedas – Apenas me llega para un plato de comida caliente….es usted como un ángel caído del cielo. Está bien. Aceptaré su delicada oferta de poder ofrecerme aunque sea un plato caliente….si aún no ha cambiado de idea sobre su idea – Brömir no quería ser un aprovechado, ni mucho menos aprovecharse de una muchacha que tenía a su padre en un estado delicado. Brömir No quería aprovecharse de la inocencia de la joven, estaba confundiéndose de sobremanera, pensando seriamente el corroborar si o no la idea de Lenya.
- Señorita Lenya – ríe – Vengo de Europa del Este, y ¿está segura que no habrá ningún problema en ofrecer cobijo a un vagabundo como yo? –Lentamente Brömir se fue levantando del suelo, sacudió la arena impregnada en sus pantalones y sin pedir permiso si quiera, tomo la mano de Lenya para levantarla del suelo – Apenas soy un extraño que va a meter en el interior de su hogar, además, no quiero que distraiga su atención de su padre con mi presencia. No quiero que por mi culpa pierda usted a su padre…. – Bajo la cabeza, suspirando y de nuevo la miró.
– Yo no me despedí de mi padre ya que él falleció estando yo en combate….-suspiró de nuevo – Creo que con el plato caliente me conformo señorita – Alejándose un poco, hizo una reverencia y entonces se dio cuenta – Ah…lamento si mis modales son incoherentes con mi rango social….De donde yo vengo…o de donde vine, en mi poblado pertenecíamos a la realeza o algo por el estilo. Éramos los jefes de dos poblados….pero las iras…ajenas destruyeron toda nuestra felicidad…que ahora nos encontramos separados.
David Mccarty- Cazador Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 17/03/2017
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Agradeció mentalmente, la forma correcta de comportarse de aquel hombre, pues, aunque había tenido la oportunidad de aceptar la invitación a quedarse en la residencia del padre de Lenya, decidió solo aceptar la comida y buscar su propio refugio para pasar la noche. La joven alemana, asintió con un movimiento suave de cabeza, - Lo comprendo, tiene razón, no es correcto mi ofrecimiento para que repose en casa de mi padre, pero, me alegro que al menos acepte comer en mi compañía una cena frugal - dicho ésto, aceptó la mano que el hombre le extendía, para así poder incorporarse. Estaba rompiendo todas las reglas, y de seguro si su prometido la hubiera visto en ese momento, su enojo sería enorme, no tanto porque la amara, sino, porque parecía pertenecer a una familia que se dejaba llevar por lo que las demás personas creyeran de ellos. Aún no comprendía cómo su padre había aceptado un compromiso como ese, pero supuso que si él estaba conforme con Iván, era que se trataba de una buena familia y que los miedos de Lenya, no tenían sentido.
Suspiró, resignada ante la perspectiva de vida que se presentaba en su futuro. Por un lado, un casamiento con un completo extraño, por otro la muerte de su padre y la soledad en que su madre quedaría. En verdad, esperaba que su futuro esposo permitiera que su madre pasara tiempo con ellos, ya que de lo contrario, la soledad terminaría aniquilando el alma de su madre, - jamás fue una mujer para llevar luto, para vivir en soledad - caviló, mientras sonreía con un dejo de tristeza al hombre que se llamaba Brömin y que le seguía hablando, sobre la clase social a la que laguna vez había pertenecido. Tal vez a otros eso los fascinaría, pero no a Lenya, para ella, el que fuera noble o no, no tenía la menor importancia. En cambio, cuando le contó que no había podido despedirse de su padre, quien había muerto cuando él se encontraba en una batalla, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no llorar, ya que aquello si la había conmovido.
A penas se levantaron, la doncella de Lenya se acercó a ellos, para decirles que la mesa estaba servida, aún faltaba más de una hora para que la noche comenzara a caer en la playa, lo que permitía comer una cena temprana y disfrutar de aquella típica briza que se levantaba cuando el sol perdía su fuerza. Un dejo de humedad en el aire, levemente diferente al que podía llegar desde las olas, la hizo pensar en que por la noche llovería. Amaba las noche lluviosas, pues daban una sensación de recogimiento y secretismo, que venían muy bien para el animo que le embargaba. - Pues entonces vamos - dijo mientras se encaminaba a donde una hermosa manta les esperaba, allí, colocado de forma delicada, se encontraban fuentes con comida suficiente como para alimentar a más de una docena de personas. Lenya enarcó una de sus cejas y dirigió su mirada a la doncella -¿No habíamos quedado de que sería una cena frugal? - dijo un tanto disgustada, - lo siento señorita, es que aún no descubro cuales son sus gustos y preferí traer de más que al final no comiera nada, mire que si sigue sin alimentarse bien, no estará hermosa para su boda - dijo bajando la mirada, cohibida por el reproche por parte de su ama. Lenia suspiró, - no te preocupes, ya veremos que podemos hacer con la comida que sobre - llevó su mirada a la del hombre que la acompañaba, - Señor Brömin, por favor, tomemos asiento - dijo, haciendo un movimiento para indicarle que podía sentarse y comenzar a cenar, - mientras cenamos, permítame que le pregunte un poco más sobre su vida... dijo usted que vivía en el este de Europa y que pertenecía a la nobleza, que gobernaba dos poblados, pero... ¿qué pasó con ellos? ¿porque se encuentra tan lejos de sus dominios? -tal vez podía ser incómodo para el caballero contar a una persona que recién conocía el porqué de su situación actual, pero algo en su interior le hacía creer, que él necesitaba expresar lo que llevaba adentro, como si la frustración lo hubiera embargado y no existía mejor manera de solucionar ese tipo de problemas que hablando.
Suspiró, resignada ante la perspectiva de vida que se presentaba en su futuro. Por un lado, un casamiento con un completo extraño, por otro la muerte de su padre y la soledad en que su madre quedaría. En verdad, esperaba que su futuro esposo permitiera que su madre pasara tiempo con ellos, ya que de lo contrario, la soledad terminaría aniquilando el alma de su madre, - jamás fue una mujer para llevar luto, para vivir en soledad - caviló, mientras sonreía con un dejo de tristeza al hombre que se llamaba Brömin y que le seguía hablando, sobre la clase social a la que laguna vez había pertenecido. Tal vez a otros eso los fascinaría, pero no a Lenya, para ella, el que fuera noble o no, no tenía la menor importancia. En cambio, cuando le contó que no había podido despedirse de su padre, quien había muerto cuando él se encontraba en una batalla, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no llorar, ya que aquello si la había conmovido.
A penas se levantaron, la doncella de Lenya se acercó a ellos, para decirles que la mesa estaba servida, aún faltaba más de una hora para que la noche comenzara a caer en la playa, lo que permitía comer una cena temprana y disfrutar de aquella típica briza que se levantaba cuando el sol perdía su fuerza. Un dejo de humedad en el aire, levemente diferente al que podía llegar desde las olas, la hizo pensar en que por la noche llovería. Amaba las noche lluviosas, pues daban una sensación de recogimiento y secretismo, que venían muy bien para el animo que le embargaba. - Pues entonces vamos - dijo mientras se encaminaba a donde una hermosa manta les esperaba, allí, colocado de forma delicada, se encontraban fuentes con comida suficiente como para alimentar a más de una docena de personas. Lenya enarcó una de sus cejas y dirigió su mirada a la doncella -¿No habíamos quedado de que sería una cena frugal? - dijo un tanto disgustada, - lo siento señorita, es que aún no descubro cuales son sus gustos y preferí traer de más que al final no comiera nada, mire que si sigue sin alimentarse bien, no estará hermosa para su boda - dijo bajando la mirada, cohibida por el reproche por parte de su ama. Lenia suspiró, - no te preocupes, ya veremos que podemos hacer con la comida que sobre - llevó su mirada a la del hombre que la acompañaba, - Señor Brömin, por favor, tomemos asiento - dijo, haciendo un movimiento para indicarle que podía sentarse y comenzar a cenar, - mientras cenamos, permítame que le pregunte un poco más sobre su vida... dijo usted que vivía en el este de Europa y que pertenecía a la nobleza, que gobernaba dos poblados, pero... ¿qué pasó con ellos? ¿porque se encuentra tan lejos de sus dominios? -tal vez podía ser incómodo para el caballero contar a una persona que recién conocía el porqué de su situación actual, pero algo en su interior le hacía creer, que él necesitaba expresar lo que llevaba adentro, como si la frustración lo hubiera embargado y no existía mejor manera de solucionar ese tipo de problemas que hablando.
Lanya Bleier- Humano Clase Alta
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 28/02/2013
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Brömir penso que Lenya estaba siendo demasiado amable con él pero en el fondo de su corazon se lo agradecia en demasia ya que habia pasado dias en las afueras, en albergues, en lugares pasando frio y hambre que un plato caliente le devolveria la vida al completo. Escuchaba las preguntas de Lenya. Estaba pensando en que contestarle, apenas la conocía o conocía a sus amistades si acason estas eran al menos de confianza. Sin embargo, Brömir la deleitaría con alguna de sus anecdotas llenas de aventura y humor, sobre todo demasiado humor.
- Pues vera….-suspiro- todo comenzo cuando conoci a un tipo que ahora es mi mejor amigo. Este y yo llegamos a ser buenos amigos. El me ayudo a tener un hogar, me introdujo en su poblado cuando yo fuo echado del que estaba antes. Sin embargo mas adelante, mi amigo fue a buscar a su esposa y en lo que estaba ausente me dejo el poblado pero tras un fuerte ataque nos fue imposible volver hacia el nuestro …..-suspirando y echando de menos el poblado, este se quedo pensando unos segundos hasta que siguio hablando - jajaja…buenos recuerdos son los peores ….
Brömir no sabia como interactuar. Con aquella que no conocía a la cara estaban ambos en la playa y yéndose hacia comer seguramente un delicioso festin del que poder disfrutar. Las tripas de Brömir evidentemente hicieron su presencia rugiendo con necesidad de un buen plato caliente y sabroso, hacía días que no comia nada decente y echaba en falta la comida que comía en el poblado que tenía antes de que se le fuera arrebatado. Sentia también la vergüenza de ver a los ojos a Dieter tras hacerle saber que su poblado no era mas que un monton de cenizas ahora y que lo habían tomado los fieles miembros del Clan Thumery. Brömir estaba destrozado y cansado pero por el momento se centraría en Lenya quien lo miraba con curiosidad al parecer.
- ahora busco a mi gente que según mi ultima pista, he encontrado señales por aquí.
- Pues vera….-suspiro- todo comenzo cuando conoci a un tipo que ahora es mi mejor amigo. Este y yo llegamos a ser buenos amigos. El me ayudo a tener un hogar, me introdujo en su poblado cuando yo fuo echado del que estaba antes. Sin embargo mas adelante, mi amigo fue a buscar a su esposa y en lo que estaba ausente me dejo el poblado pero tras un fuerte ataque nos fue imposible volver hacia el nuestro …..-suspirando y echando de menos el poblado, este se quedo pensando unos segundos hasta que siguio hablando - jajaja…buenos recuerdos son los peores ….
Brömir no sabia como interactuar. Con aquella que no conocía a la cara estaban ambos en la playa y yéndose hacia comer seguramente un delicioso festin del que poder disfrutar. Las tripas de Brömir evidentemente hicieron su presencia rugiendo con necesidad de un buen plato caliente y sabroso, hacía días que no comia nada decente y echaba en falta la comida que comía en el poblado que tenía antes de que se le fuera arrebatado. Sentia también la vergüenza de ver a los ojos a Dieter tras hacerle saber que su poblado no era mas que un monton de cenizas ahora y que lo habían tomado los fieles miembros del Clan Thumery. Brömir estaba destrozado y cansado pero por el momento se centraría en Lenya quien lo miraba con curiosidad al parecer.
- ahora busco a mi gente que según mi ultima pista, he encontrado señales por aquí.
David Mccarty- Cazador Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 17/03/2017
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Lenya, se mantenía atenta a cada frase que el hombre llamado Brömin decía. Aunque intentaba entender todo aquello que él describía, le era casi imposible comprender con claridad, aquello de que le dejaran un poblado, para cuidar y que otro poblado los invadieran. Si hasta le sonaba a un hecho medieval, pero no a un problema de culturas o pueblos desarrollados como su Alemania natal, Rusia o Francia, ¿como podía suceder eso, en pleno siglo XIX? definitivamente el mundo estaba de cabezas.
Escuchó el sonido del estomago de su invitado y se apresuró a mandar a su criada en busca de todo aquello que estaba planeado cenar, en ese paseo a la orilla del mar. La joven empleada, se apresuró a llegar a donde el chófer se encontraba, y juntos regresaron al lugar donde Lenya había decidido sería la cena. Pronto la manta estuvo puesta y los platos se fueron acomodando sobre ella. Pavo agridulce, verduras, ensaladas, frutas, algunos mariscos, todo tipo de comida que pudiera ser apetecible para el refinado gusto de la alemana, quien simplemente prefería comer un cuenco de frambuesas, mientras su acompañante daba cuenta de la comida allí servida.
Con un gesto, le indicó a su invitado, que se sentara sobre las mantas, acto seguido, la doncella, se dedicó a acercar a los comensales un cuenco con agua, jabón y una toalla finamente bordadas, con las iniciales de la joven L. B. de ésta forma, tras higienizarse, como decían los nuevos especialistas de la salud, se dedicaron a servirse un poco de todo. La doncella, insistió en querer ayudar en el emplatado, puesto que, lo mas lógico, sería que un sirviente se dedicara en preparar con esmero los platos que comerían sus amos. El hombre, parecía estar dispuesto en servirse por si solo. Lenya no se molestó, al contrario, le pareció que su invitado demostraba que era alguien diferente a los demás, un hombre que en nada se parecía al caballero que dentro de muy poco, sería su esposo.
Tras dar los primeros bocados, la joven decidió comenzar a preguntar mas a su invitado, sobre aquellas personas que parecía andar buscando. - Si usted me permitiera, podría decirle a mi chófer que lo acerque a donde dice que pueden estar sus conocidos- dijo sonriendo levemente, - como puede observar, el firmamento cada vez se vuelve mas oscuro, en breve la tormenta estará sobre nosotros y no sería buena idea que se quedara a la intemperie - volvió a insistir, disimuladamente, para que aceptara la propuesta de pasar la noche en la mansión de sus padres. No podría llevarle a que descanse en una de las habitaciones de huéspedes, pero si podría hacer que su padre, le permitiera ofrecerle uno de los cuartos de servicio y porqué no, hasta un puesto, como antes hubiera pasado con el joven que hoy era su jardinero.
Escuchó el sonido del estomago de su invitado y se apresuró a mandar a su criada en busca de todo aquello que estaba planeado cenar, en ese paseo a la orilla del mar. La joven empleada, se apresuró a llegar a donde el chófer se encontraba, y juntos regresaron al lugar donde Lenya había decidido sería la cena. Pronto la manta estuvo puesta y los platos se fueron acomodando sobre ella. Pavo agridulce, verduras, ensaladas, frutas, algunos mariscos, todo tipo de comida que pudiera ser apetecible para el refinado gusto de la alemana, quien simplemente prefería comer un cuenco de frambuesas, mientras su acompañante daba cuenta de la comida allí servida.
Con un gesto, le indicó a su invitado, que se sentara sobre las mantas, acto seguido, la doncella, se dedicó a acercar a los comensales un cuenco con agua, jabón y una toalla finamente bordadas, con las iniciales de la joven L. B. de ésta forma, tras higienizarse, como decían los nuevos especialistas de la salud, se dedicaron a servirse un poco de todo. La doncella, insistió en querer ayudar en el emplatado, puesto que, lo mas lógico, sería que un sirviente se dedicara en preparar con esmero los platos que comerían sus amos. El hombre, parecía estar dispuesto en servirse por si solo. Lenya no se molestó, al contrario, le pareció que su invitado demostraba que era alguien diferente a los demás, un hombre que en nada se parecía al caballero que dentro de muy poco, sería su esposo.
Tras dar los primeros bocados, la joven decidió comenzar a preguntar mas a su invitado, sobre aquellas personas que parecía andar buscando. - Si usted me permitiera, podría decirle a mi chófer que lo acerque a donde dice que pueden estar sus conocidos- dijo sonriendo levemente, - como puede observar, el firmamento cada vez se vuelve mas oscuro, en breve la tormenta estará sobre nosotros y no sería buena idea que se quedara a la intemperie - volvió a insistir, disimuladamente, para que aceptara la propuesta de pasar la noche en la mansión de sus padres. No podría llevarle a que descanse en una de las habitaciones de huéspedes, pero si podría hacer que su padre, le permitiera ofrecerle uno de los cuartos de servicio y porqué no, hasta un puesto, como antes hubiera pasado con el joven que hoy era su jardinero.
Lanya Bleier- Humano Clase Alta
- Mensajes : 94
Fecha de inscripción : 28/02/2013
Re: Un atardecer en la playa - (Privado) Brömir
Brömir se quedó traspuesto al ver tanta comida junta en un mismo sitio desde hace mucho tiempo. Para sus ojos era ver el paraíso y cuando se fijó en Lenya este pensó que le había tocado mucha suerte que se olvidó por un momento de su misión al estar en Paris.
- Srta Lenya, yo…. –encogió los hombros queriendo no molestar de más ya que esta le daba parte de su comida para el hombre de clase baja y ropas raídas y de aspecto pobre y desgastado – Mire….no creo que sea correcto que me ofrezca cobijo cuando apenas le conozco…o si quiera no sé cómo podría agradecerle tanta caridad por su parte, es solamente que no me creo como puede haber todavía gente así de buena por el mundo….-se quedó observando el firmamento – pero teniendo en cuenta de que tenéis razón, creo que debería de dejar de negarme y aceptar vuestra oferta, aunque sea entre el heno de vuestro establo que con eso me puedo conformar. La piel de mi espeso abrigo puede cobijarme del frio que pudiera provocarme durmiendo en la noche…..-encogiendo los hombros, comenzó a comer de nuevo antes de empezar a responder o a decirle a Lenya que no quería resultar ninguna molestia a su familia por dejar cobijo a un extraño.
Pero entonces, cuando pasaron un rato charlando sobre el tiempo, las costumbres de Paris y las costumbres en el poblado que tenían que cuando Brömir tenía control de dicho poblado, se les fue la hora y entonces el cielo estaba completamente ennegrecido pero cubierto completamente de estrellas. Para aquella hora, Brömir había cubierto a Lenya con su pesada y espesa manta de piel en la que se refugiaba también con ella, es decir, ambos bajo aquella espesa manta de piel mirando las estrellas y con los platos y cubiertos recogidos pero aún estaban sentados en la manta que anteriormente habían cenado.
- ¿No debería ir ya a su hogar? Se ha levantado frío, no me molesta que estemos así, cubriéndonos con mi espesa manta de piel y mirando las estrellas pero en un sitio cubierto estará en mejores condiciones – Brömir no quería seguir molestando. Le había cubierto del frío y puede que había cruzado la línea con Lenya, pero los acontecimientos estaban por ver.
- Srta Lenya, yo…. –encogió los hombros queriendo no molestar de más ya que esta le daba parte de su comida para el hombre de clase baja y ropas raídas y de aspecto pobre y desgastado – Mire….no creo que sea correcto que me ofrezca cobijo cuando apenas le conozco…o si quiera no sé cómo podría agradecerle tanta caridad por su parte, es solamente que no me creo como puede haber todavía gente así de buena por el mundo….-se quedó observando el firmamento – pero teniendo en cuenta de que tenéis razón, creo que debería de dejar de negarme y aceptar vuestra oferta, aunque sea entre el heno de vuestro establo que con eso me puedo conformar. La piel de mi espeso abrigo puede cobijarme del frio que pudiera provocarme durmiendo en la noche…..-encogiendo los hombros, comenzó a comer de nuevo antes de empezar a responder o a decirle a Lenya que no quería resultar ninguna molestia a su familia por dejar cobijo a un extraño.
Pero entonces, cuando pasaron un rato charlando sobre el tiempo, las costumbres de Paris y las costumbres en el poblado que tenían que cuando Brömir tenía control de dicho poblado, se les fue la hora y entonces el cielo estaba completamente ennegrecido pero cubierto completamente de estrellas. Para aquella hora, Brömir había cubierto a Lenya con su pesada y espesa manta de piel en la que se refugiaba también con ella, es decir, ambos bajo aquella espesa manta de piel mirando las estrellas y con los platos y cubiertos recogidos pero aún estaban sentados en la manta que anteriormente habían cenado.
- ¿No debería ir ya a su hogar? Se ha levantado frío, no me molesta que estemos así, cubriéndonos con mi espesa manta de piel y mirando las estrellas pero en un sitio cubierto estará en mejores condiciones – Brömir no quería seguir molestando. Le había cubierto del frío y puede que había cruzado la línea con Lenya, pero los acontecimientos estaban por ver.
David Mccarty- Cazador Clase Media
- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 17/03/2017
Temas similares
» Atardecer en la playa (libre)
» Atardecer en la Playa (Malpica)
» No culpes a la playa {Privado}
» Eva María se fue, buscando el sol en la playa [Privado]
» Atardecer [privado]
» Atardecer en la Playa (Malpica)
» No culpes a la playa {Privado}
» Eva María se fue, buscando el sol en la playa [Privado]
» Atardecer [privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour