AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El Caos viste de guerra (privado)
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El Caos viste de guerra (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Hacia un par de días que la mayor parte de los Cannif habían atravesado el portal con distintas motivaciones.
Mientras Niels buscaba dar con aquel hechicero que quería acabar con su vida antes de nacer.
Ubbe se embarcaba en la búsqueda de una reliquia que nos ayudaría a balancear la guerra a nuestro favor.
Como no, tras Ubbe, salto la impetuosa Synnove, incapaz de cortar el cordón umbilical que la unía a su mellizo y tras ella el hermano protector de Hakon obsesionado con cuidar de los dos.
Allí con cara de gilipollas se quedó Dritt que por ser un bastardo nunca parecía listo para ningun tipo de misión.
Dritt era uno de los mas hábiles guerreros con la espada, pero cara al norte solo era una mancha para el honor de Hoor, el bastardo que Valeria trajo de París tras su separación, así que siempre resultaba ninguneado.
Yo que me crie en el seno de esa familia, acogido desde que era un niño por el mismo Höor, siempre fui tratado con aprecio, mi vinculo se estrecho mas con Drizz que con los otros, quizás porque no era un Cannif y porque era con él con quien entrenaba y no con el resto de todos ellos.
Dos días después llegó una información relevante, no conocíamos la veracidad de esta, pero por lo visto había una orden milenaria que custodiaba la reliquia, quizás habíamos lanzado a los Cannif a la boca del lobo y la aparente angustia de la señora Adaline, mujer de Erlend y madre de los tres hermanos que saltaron a por ese arma mitológica era palpable.
Höor valoraba la idea de ser él mismo quien saltara la otro lado, pero eso era algo que dejaría muy mermadas nuestras tropas que se enfrentaban a muerte en una guerra sin tregua.
Perder a Erlend, Ulf u Hóor en estos momentos incitaría al rey a lanzar sus tropas contra los nuestros, así que era algo que no nos podíamos permitir.
Dritt llegó con el semblante serio aquel día al entrenamiento, su cara lo decía todo, lo conocía, luchaba con fiereza como una bestia acorralada, el acero mordía con fuerza rugiendo esgrimido al viento y difícil me resultaba seguir el ritmo de un caballo desbocado que arrastraba demasiado.
-¿que cojones te pasa Dritt? -pregunté apretando los dientes mientras le daba una patada en el pecho para marcar distancia entre nuestros aceros.
Ambos jadeábamos uno frente a otro, fue entonces cuando volvió a pegarse a mi, el acero alzado, mi espada interpuesta y entonces me contó aquello que pensaba hacer.
Cruzar el portal como sus primos, el problema que Valeska nunca se lo abriría, necesitábamos otro con poder para hacerlo, nuestra mirada se desvió hacia Brökk.
-Es nuestro hombre -aseguré mirando a Dritt con picardia.
Acabado el entrenamiento rodeé el cuello mítico hijo de Ulf tirando de él hacia una de las esquinas.
Dritt al otro lado cerraba la marcha mientras ambos fingíamos entre risas una animada conversacion para no despertar la atención de nadie de los allí presentes.
-Brökk, sabes que tras saltar los Cannif, se ha descubierto que una orden secreta custodia el objeto, hemos pensado acudir en ayuda de los nuestros para conseguir esa reliquia que terminara con la guerra que asola el norte.
Te necesitamos para abrir el portal y después para volver a nuestro tiempo ¿te apuntas? -le pregunté sin darle muchas opciones a negarse.
Hacia un par de días que la mayor parte de los Cannif habían atravesado el portal con distintas motivaciones.
Mientras Niels buscaba dar con aquel hechicero que quería acabar con su vida antes de nacer.
Ubbe se embarcaba en la búsqueda de una reliquia que nos ayudaría a balancear la guerra a nuestro favor.
Como no, tras Ubbe, salto la impetuosa Synnove, incapaz de cortar el cordón umbilical que la unía a su mellizo y tras ella el hermano protector de Hakon obsesionado con cuidar de los dos.
Allí con cara de gilipollas se quedó Dritt que por ser un bastardo nunca parecía listo para ningun tipo de misión.
Dritt era uno de los mas hábiles guerreros con la espada, pero cara al norte solo era una mancha para el honor de Hoor, el bastardo que Valeria trajo de París tras su separación, así que siempre resultaba ninguneado.
Yo que me crie en el seno de esa familia, acogido desde que era un niño por el mismo Höor, siempre fui tratado con aprecio, mi vinculo se estrecho mas con Drizz que con los otros, quizás porque no era un Cannif y porque era con él con quien entrenaba y no con el resto de todos ellos.
Dos días después llegó una información relevante, no conocíamos la veracidad de esta, pero por lo visto había una orden milenaria que custodiaba la reliquia, quizás habíamos lanzado a los Cannif a la boca del lobo y la aparente angustia de la señora Adaline, mujer de Erlend y madre de los tres hermanos que saltaron a por ese arma mitológica era palpable.
Höor valoraba la idea de ser él mismo quien saltara la otro lado, pero eso era algo que dejaría muy mermadas nuestras tropas que se enfrentaban a muerte en una guerra sin tregua.
Perder a Erlend, Ulf u Hóor en estos momentos incitaría al rey a lanzar sus tropas contra los nuestros, así que era algo que no nos podíamos permitir.
Dritt llegó con el semblante serio aquel día al entrenamiento, su cara lo decía todo, lo conocía, luchaba con fiereza como una bestia acorralada, el acero mordía con fuerza rugiendo esgrimido al viento y difícil me resultaba seguir el ritmo de un caballo desbocado que arrastraba demasiado.
-¿que cojones te pasa Dritt? -pregunté apretando los dientes mientras le daba una patada en el pecho para marcar distancia entre nuestros aceros.
Ambos jadeábamos uno frente a otro, fue entonces cuando volvió a pegarse a mi, el acero alzado, mi espada interpuesta y entonces me contó aquello que pensaba hacer.
Cruzar el portal como sus primos, el problema que Valeska nunca se lo abriría, necesitábamos otro con poder para hacerlo, nuestra mirada se desvió hacia Brökk.
-Es nuestro hombre -aseguré mirando a Dritt con picardia.
Acabado el entrenamiento rodeé el cuello mítico hijo de Ulf tirando de él hacia una de las esquinas.
Dritt al otro lado cerraba la marcha mientras ambos fingíamos entre risas una animada conversacion para no despertar la atención de nadie de los allí presentes.
-Brökk, sabes que tras saltar los Cannif, se ha descubierto que una orden secreta custodia el objeto, hemos pensado acudir en ayuda de los nuestros para conseguir esa reliquia que terminara con la guerra que asola el norte.
Te necesitamos para abrir el portal y después para volver a nuestro tiempo ¿te apuntas? -le pregunté sin darle muchas opciones a negarse.
Orn Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 11/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Al parecer la hechicera se entendía mejor con Bröok, al final no iba a ser solo el mimado por los dioses, si no también de las mujeres. ¿El único coherente? pffff, acaso no era yo el que había sugerido eso de colaborar, enarqué una ceja clavando mis ojos en los de la joven cuando apartó el libro de mi mano para dárselo a Bröok ¿en serio?
Ladeé la sonrisa dándome la vuelta para quedar de frente ante otra escena, la niñera le metía mano a Dritt, normal que el cabrón hubiera dejado de gruñir.
No pude evitar echarme a reír mientras negaba con la cabeza suplicando a Odin que existieran buenos burdeles en París.
-Jefe y ahora que hacemos -bromeé irónico mirando a Brökk que se había coronado como el líder del grupo sin elección posible.
Lancé mi brazo por encima de su cuello con cierta diversión mientras llevaba mi mano nuevamente al libro alzando la mirada para clavarla en la de la dama.
-¿que sabes de este libro brujita? -pregunté -dices que alguien a muerto por él ¿para que lo necesitas?
Le arranqué el libro de las manos de Brökk para ojearlo con avidez, estaba escrito en francés, apenas sabia unas cuantas palabras que la señora Valeria me enseño, si bien era cierto el idioma lo controlaba pues fui educado como Dritt en palacio, no así aprendí a escribirlo o leerlo con demasiada soltura, supongo que el patio de armas me llamaba en demasía como para centrarme en tonterias.
Dritt se unió al grupo en cuanto el hechizo se pasó, bromeaba con Soleil dándole unos azotes en el trasero de la criada mientras esta pataleaba sobre su hombro para que la bajara.
Estampé el libro en su pecho para que le echara un vistazo, a fin de cuentas era quien sabia exactamente que era eso que buscábamos.
Pasó las paginas ojeando las por encima, deteniéndose en uno de los dibujos, el mismo de la tapa, una sierpe que enroscaba dos espadas cruzadas.
“La orden de la sierpe dorada”
Alcé la mirada hacia el cielo, pronto se desataría una tormenta, la idea de buscar refugio no era descabellada ¿o pensaban leer el libro allí frente a la biblioteca y ante la mirada de todos los transeúntes? Eso por no decir que nuestro aspecto bárbaro, con pieles sobre nuestros hombros y armas sobresaliendo de nuestro vestuario no parecía ser exactamente la ropa que usaban allí los Parisinos.
-Y si buscamos un hostal donde hospedarnos y una buena taberna donde beber y conversar -apunté mirando a Brökk
Desvié mi mirada hacia la jovencita que nos analizaba uno a uno con sus enormes faros.
-Quizás prefieras invitarnos a tu casa, ya sabes, con la escusa de no perder de vista el libro -dije ladeando la sonrisa con picardia - yo puedo enseñarte a alcanzar el Valhalla.
Ladeé la sonrisa dándome la vuelta para quedar de frente ante otra escena, la niñera le metía mano a Dritt, normal que el cabrón hubiera dejado de gruñir.
No pude evitar echarme a reír mientras negaba con la cabeza suplicando a Odin que existieran buenos burdeles en París.
-Jefe y ahora que hacemos -bromeé irónico mirando a Brökk que se había coronado como el líder del grupo sin elección posible.
Lancé mi brazo por encima de su cuello con cierta diversión mientras llevaba mi mano nuevamente al libro alzando la mirada para clavarla en la de la dama.
-¿que sabes de este libro brujita? -pregunté -dices que alguien a muerto por él ¿para que lo necesitas?
Le arranqué el libro de las manos de Brökk para ojearlo con avidez, estaba escrito en francés, apenas sabia unas cuantas palabras que la señora Valeria me enseño, si bien era cierto el idioma lo controlaba pues fui educado como Dritt en palacio, no así aprendí a escribirlo o leerlo con demasiada soltura, supongo que el patio de armas me llamaba en demasía como para centrarme en tonterias.
Dritt se unió al grupo en cuanto el hechizo se pasó, bromeaba con Soleil dándole unos azotes en el trasero de la criada mientras esta pataleaba sobre su hombro para que la bajara.
Estampé el libro en su pecho para que le echara un vistazo, a fin de cuentas era quien sabia exactamente que era eso que buscábamos.
Pasó las paginas ojeando las por encima, deteniéndose en uno de los dibujos, el mismo de la tapa, una sierpe que enroscaba dos espadas cruzadas.
“La orden de la sierpe dorada”
Alcé la mirada hacia el cielo, pronto se desataría una tormenta, la idea de buscar refugio no era descabellada ¿o pensaban leer el libro allí frente a la biblioteca y ante la mirada de todos los transeúntes? Eso por no decir que nuestro aspecto bárbaro, con pieles sobre nuestros hombros y armas sobresaliendo de nuestro vestuario no parecía ser exactamente la ropa que usaban allí los Parisinos.
-Y si buscamos un hostal donde hospedarnos y una buena taberna donde beber y conversar -apunté mirando a Brökk
Desvié mi mirada hacia la jovencita que nos analizaba uno a uno con sus enormes faros.
-Quizás prefieras invitarnos a tu casa, ya sabes, con la escusa de no perder de vista el libro -dije ladeando la sonrisa con picardia - yo puedo enseñarte a alcanzar el Valhalla.
Orn Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 11/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Si no hacía mal las cuentas, habíamos viajado al pasado, cuatro años antes de mi propio nacimiento, así que la familia de mi madre ya tenía la casa de la Rue des Rondeaux, al lado del cementerio de Pêre-Lechaise, pero por la fecha que era, en Nueva Orleans se celebraba el Mardi Gras, el carnaval de allí, la fiesta grande y que mi madre no solía perderse, en esa época del año es cuando se marchaban un mes a Louisiana. Si mis cuentas eran correctas, la casa estaría vacía. Traté de aplacar los ánimos de tan variopinto grupo, porque la hechicera no nos iba a a meter en su casa... yo no lo haría de ser ella. Me dirigí primero a Kattrina y a Orn que eran los que más cerca tenía.
— de acuerdo Kattrina, si yo fuera tú tampoco soltaría ese libro. Pero Orn tiene razón en alguna de las tonterías que dice. Va a empezar a llover y deberíamos ponernos a resguardo. No me fio de nada ni de nadie en este tiempo... verás, hemos atravesado un portal interdimensional, en esta época yo ni siquiera he nacido. Ya sé que suena a locura, pero ya sabes cómo es la magia. Necesitamos detener una matanza y tú puedes ayudarnos. Mi casa está cerca del cemeterio...bueno, aún no es mía es de mi madre que ahora debe tener unos 16 años. Seguramente no estarán, en esta época viajaban a Louisiana, si queréis podemos ir allí... sé donde está la llave de repuesto.
Le puso la mano en el hombro a Dritt, que seguía rebufando porque él hacía las cosas de otra forma.
— compórtate, hermano. Guarda tu fuego para cuando toque dar caza al cabrón que acabará con muchos, ése te lo dejo a ti.— desvió los ojos hacia Soleil.— ¿podrás echarnos un cable con la cena y esas cosas? si mal no supongo, mi madre tendrá artilugios de magia en su despacho, libros y cosas que puedan servir para descifrar ese tomo. Puede llevarnos días.— de nuevo miró a Orn y le hizo una mueca.— ¿jefe? te vas a enterar tú el día que yo sea jefe...te voy a llevar más recto que el palo de una bandera. ¿Qué me decís? vamos para allá?
— de acuerdo Kattrina, si yo fuera tú tampoco soltaría ese libro. Pero Orn tiene razón en alguna de las tonterías que dice. Va a empezar a llover y deberíamos ponernos a resguardo. No me fio de nada ni de nadie en este tiempo... verás, hemos atravesado un portal interdimensional, en esta época yo ni siquiera he nacido. Ya sé que suena a locura, pero ya sabes cómo es la magia. Necesitamos detener una matanza y tú puedes ayudarnos. Mi casa está cerca del cemeterio...bueno, aún no es mía es de mi madre que ahora debe tener unos 16 años. Seguramente no estarán, en esta época viajaban a Louisiana, si queréis podemos ir allí... sé donde está la llave de repuesto.
Le puso la mano en el hombro a Dritt, que seguía rebufando porque él hacía las cosas de otra forma.
— compórtate, hermano. Guarda tu fuego para cuando toque dar caza al cabrón que acabará con muchos, ése te lo dejo a ti.— desvió los ojos hacia Soleil.— ¿podrás echarnos un cable con la cena y esas cosas? si mal no supongo, mi madre tendrá artilugios de magia en su despacho, libros y cosas que puedan servir para descifrar ese tomo. Puede llevarnos días.— de nuevo miró a Orn y le hizo una mueca.— ¿jefe? te vas a enterar tú el día que yo sea jefe...te voy a llevar más recto que el palo de una bandera. ¿Qué me decís? vamos para allá?
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 13/07/2017
Localización : París-Bergen-Nueva Orleans
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Soleil llegó a mi lado, sus manos se paseaban por mi cuerpo aprovechando que estaba quieto y no podía defenderme ni mover un musculo.
Ladeé la sonrisa, a un segundo plano había pasado el libro, Brökk, Orn y la bruja presuntuosa, ahora estaba centrado en como las manos de Soleil se paseaban por mi cuerpo alegando que tenia que conocer ese truco.
Nada mas pasó el efecto me vengué, la alcé como si fuera un saco clavando mi hombro en su vientre.
Ella se revolvía mientras mi boca surcaba su vientre dejandole un par de bocados.
Entre risas y con algún azote que otro nos unimos al grupo.
Orn me pasó el libro, pase paginas en busca de encontrar a simple vista algo importante.
Ubbe había partido con unos manuscritos en busca de una reliquia, su plan era buscar a la egipcia, ella le ayudaría a traducirlos y a buscar el objeto.
Lo que mas tarde llego es que una organización secreta lo custodiaba desde el inicio de los tiempos, así que era importante que Ubbe conociera esta información antes de que le dieran caza y muerte.
Averiguar quienes eran los miembros de esa orden y descubrir donde estaba la reliquia era algo importante, quizás en ese libro pudiéramos encontrar una pista sobre el objeto en cuestión, sobre la organización o sobre cualquier cosa que pudiera ayudarnos.
También teníamos que encontrar a mi hermano y a mis primos...
Orn dijo que teníamos que buscar un sitio donde poder alojarnos mientras permaneciéramos en París y como siempre Bröok dio en el clavo ofreciéndonos su casa que al parecer estaría libre en estos momentos.
A mi quien ostentara el liderazgo me resultaba indiferente, todo apuntaba a que Brökk lo haría y me parecía bien, era un guerrero sensato, así que... hasta llegar frente a mis primos o hermano que ostentaban un rango mayor, no tenia grandes problemas en escuchar a pepito grillo y la voz de la conciencia.
Orn se subió a caballito de Tollak mientras le azotaba en el culo para ir a su mansión.
Yo me reía con Soleil aun cargada sobre mi hombro y la pobre bruja nos miraba con cara de no saber de que circo habíamos salido.
-Tranquila Kattrina, la cosa luego no diré que mejora..pero te acostumbraras, de echo somos adictivos, quien nos prueba, repite- apunté con una ladeada sonrisa.
Ladeé la sonrisa, a un segundo plano había pasado el libro, Brökk, Orn y la bruja presuntuosa, ahora estaba centrado en como las manos de Soleil se paseaban por mi cuerpo alegando que tenia que conocer ese truco.
Nada mas pasó el efecto me vengué, la alcé como si fuera un saco clavando mi hombro en su vientre.
Ella se revolvía mientras mi boca surcaba su vientre dejandole un par de bocados.
Entre risas y con algún azote que otro nos unimos al grupo.
Orn me pasó el libro, pase paginas en busca de encontrar a simple vista algo importante.
Ubbe había partido con unos manuscritos en busca de una reliquia, su plan era buscar a la egipcia, ella le ayudaría a traducirlos y a buscar el objeto.
Lo que mas tarde llego es que una organización secreta lo custodiaba desde el inicio de los tiempos, así que era importante que Ubbe conociera esta información antes de que le dieran caza y muerte.
Averiguar quienes eran los miembros de esa orden y descubrir donde estaba la reliquia era algo importante, quizás en ese libro pudiéramos encontrar una pista sobre el objeto en cuestión, sobre la organización o sobre cualquier cosa que pudiera ayudarnos.
También teníamos que encontrar a mi hermano y a mis primos...
Orn dijo que teníamos que buscar un sitio donde poder alojarnos mientras permaneciéramos en París y como siempre Bröok dio en el clavo ofreciéndonos su casa que al parecer estaría libre en estos momentos.
A mi quien ostentara el liderazgo me resultaba indiferente, todo apuntaba a que Brökk lo haría y me parecía bien, era un guerrero sensato, así que... hasta llegar frente a mis primos o hermano que ostentaban un rango mayor, no tenia grandes problemas en escuchar a pepito grillo y la voz de la conciencia.
Orn se subió a caballito de Tollak mientras le azotaba en el culo para ir a su mansión.
Yo me reía con Soleil aun cargada sobre mi hombro y la pobre bruja nos miraba con cara de no saber de que circo habíamos salido.
-Tranquila Kattrina, la cosa luego no diré que mejora..pero te acostumbraras, de echo somos adictivos, quien nos prueba, repite- apunté con una ladeada sonrisa.
Drittsekk- Humano Clase Alta
- Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Me hacía gracia lo indefenso que estaba ante mí con ese hechizo. Al final, le pediría a esa señorita que lo hiciese más veces y así aprovecharme del coloso guerrero. Mi risa volvió a hacerse eco en el lugar, teniendo que taparme la boca por el ruido que estaba ocasionando, todo por culpa de Dritt.
El libro aquel desvelaba muchas cosas pero no podía saber el qué, nadie me lo había explicado y tenía tantas preguntas que si las hiciese...terminaría entorpeciendoles, así que solo me limité a seguir sus pasos. Pero pronto Brökk desveló gran parte de mis dudas ¿cómo que no era nuestro tiempo? Ninguno de nosotros había nacido... entonces, teníamos en nuestra mano cómo cambiar ciertas cosas...
-No hemos nacido. Ni tú Brökk, ni yo, Dritt...¿ninguno? Pero así podemos cambiar cosas... evitar sufrimiento y...-me callé , estaba hablando demasiado. Solo asentí con lo de ayudarles a ser la cena y demás. Mis ojos se clavaron en los presentes, salteándolos... jamás imaginé que traspasamos un portal en el tiempo, aún seguía medio ensimismada cuando Dritt me cogió en brazos y reí por las cosquillas que me hizo.
Se ganó un buen pellizco por lo que le dijo a la señorita, me revolví pudiendo tocar el suelo con mis pies y resoplé, siempre se la pasaba tonteando con cualquiera que tuviese faldas. Me adelanté en el paso, junto con los otros dos y los dejé tras mi espalda.
-También hay que tener cuidado, no son de fiar -sonreí pero fulminé con la mirada a Drittsek, fui un error en aquella misión pues nadie me dijo de ella... aunque ¿para qué iban a contárselo a una criada? Si estabamos en el pasado... podríamos cambiar muchas cosas... pero ¿on era peligroso? Negué con la cabeza, en cuanto tuviese acceso a la cocina me pasaría allí todo el tiempo, los dejaría con la misión, mi sitio era la cocina.
Ni era una guerrera, ni hechicera...ahora solo esperar a que volviésemos, todo era extraño.
El libro aquel desvelaba muchas cosas pero no podía saber el qué, nadie me lo había explicado y tenía tantas preguntas que si las hiciese...terminaría entorpeciendoles, así que solo me limité a seguir sus pasos. Pero pronto Brökk desveló gran parte de mis dudas ¿cómo que no era nuestro tiempo? Ninguno de nosotros había nacido... entonces, teníamos en nuestra mano cómo cambiar ciertas cosas...
-No hemos nacido. Ni tú Brökk, ni yo, Dritt...¿ninguno? Pero así podemos cambiar cosas... evitar sufrimiento y...-me callé , estaba hablando demasiado. Solo asentí con lo de ayudarles a ser la cena y demás. Mis ojos se clavaron en los presentes, salteándolos... jamás imaginé que traspasamos un portal en el tiempo, aún seguía medio ensimismada cuando Dritt me cogió en brazos y reí por las cosquillas que me hizo.
Se ganó un buen pellizco por lo que le dijo a la señorita, me revolví pudiendo tocar el suelo con mis pies y resoplé, siempre se la pasaba tonteando con cualquiera que tuviese faldas. Me adelanté en el paso, junto con los otros dos y los dejé tras mi espalda.
-También hay que tener cuidado, no son de fiar -sonreí pero fulminé con la mirada a Drittsek, fui un error en aquella misión pues nadie me dijo de ella... aunque ¿para qué iban a contárselo a una criada? Si estabamos en el pasado... podríamos cambiar muchas cosas... pero ¿on era peligroso? Negué con la cabeza, en cuanto tuviese acceso a la cocina me pasaría allí todo el tiempo, los dejaría con la misión, mi sitio era la cocina.
Ni era una guerrera, ni hechicera...ahora solo esperar a que volviésemos, todo era extraño.
Soleil- Humano Clase Media
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 05/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
— Del libro no sé nada, pero he visto el símbolo antes — Mencionó sin profundizar en la respuesta, no podía mencionar de buenas a primeras que de alguna u otra forma estaba involucrada con la Orden — Por ahora lo único que necesito es conocer el contenido del libro, igual que ustedes.
La situación se tornaba más confusa de lo que fue en un principio. La hechicera estaba a punto de replicar al sugestivo comentario de Orn cuando la voz de Brökk se impuso tratando de describirle una situación que a sus oídos se escuchaba más como un revuelto de frases que carecían de sentido. ¿Portal interdimensional? ¿Casa cerca del cementerio? ¿Madre de dieciséis años? Aquello era peor que una retahíla, de la que poco y más bien nada entendía.
Permaneció en silencio, su cuerpo estaba allí pero su mente intentaba armar los cabos del asunto. Su semejante en naturaleza continuaba hablando, trazando el plan a seguir, sin embargo, ya había dejado de escucharlo. Daba vueltas y vueltas al asunto, pero ninguna conclusión surgía y ni siquiera despabiló tras el acercamiento de Drittsekk al grupo, quien se había librado del hechizo, de notarlo a tiempo seguramente hubiera retrocedido un paso o dos, si consideraba que minutos atrás no pareció tener problema con matarla.
Cuando volvió en sí sin ninguna conclusión que ostentara sentido, observó con cuidado a los hombres. Con todo lo ocurrido no había reparado en los detalles, eran todos muy bien parecidos, pero aquella fue la menor de sus suposiciones, debían ser guerreros pues llevaban filosas armas ancladas a sus espaldas, ni sus acentos ni sus vestiduras correspondían a las de un parisino, lo que daba entender que no sólo no eran de la época sino tampoco del país; no obstante, lo que le causó más intriga fue la época de la cual provenían. Si su travesía se trataba de impedir algún suceso como lo mencionó la señorita, entonces lo más lógico sería pensar que se trataba de un futuro. Lejano o no, esa era la verdadera pregunta.
Necesitaba aprender más de ellos, eso era lo único seguro ¿Su mejor opción? Permanecer con ellos mientras pudiera. Entonces, soltó una pequeña risa burlona ante la declaración de Dritt.
— ¿Acostumbrarme? — Le dio una fugaz mirada a Orn que se balanceaba a las espaldas del hechicero y sonrió — Probablemente — Volvió la mirada al más alto — ¿Repetir? ¿Cómo cuando me lanzaste contra el estante? Lo dudo.
Sin esperar respuesta avanzó unos pasos con rapidez, él hombre y la doncella parecían necesitar un tiempo a solas. Entonces se acercó al hechicero.
— Dime más de ustedes — Indagó curiosa — ¿De qué época vienen? ¿Qué es lo que tienen que impedir?
Kattrina Vinter- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Brökk tuvo una buena idea, ir a la casa de su madre que según él por estas fechas estaría vacía.
Enarqué una ceja cuando dijo que estaba al lado del cementerio, la verdad es que Giuliana pese a no ser norteña era muy apreciada por todos los vikingos.
Casi me atrevería a decir que idolatrada por lo sumamente bien que había llevado lo de convivir entre bárbaros, ademas su magia era potente y nos había sacado de varios atolladeros en las gestas mas duras y complicadas.
Ulf, el padre de Tollak era una leyenda entre los nuestros, el general de Höor, no había joven guerrero que no pusiera su estandarte en conseguir convertirse en un futuro en alguien como el lobo.
Con ese curriculum a las espaldas y los dioses de su lado Brökk apuntaba maneras.
Si bien era cierto que en la batalla no era tan bueno como Dritt, suplía esa carencia con la inteligencia y la magia, así que Brökk era uno de esos hombres que siempre deseas tener en tus filas como aliado. Supongo que por eso se entendía tan bien con Hakon Cannif, los dos eran bastante parecidos en cuanto a pensar antes de actuar.
La hechicera parecía estar fuera de lugar, como si nuestras palabras la confundieran mas de lo que la ayudaban.
El resumen era sencillo, así que tras dejar atrás a Dritt y Soleil que estaban tonteando dándose pellizcos y rozándose, la hechicera se acercó a nosotros.
Me bajé de un salto de la espalda de Brökk para mirar de arriba a bajo a la hechicera con una sonrisa de medio lado.
-Es sencillo de entender -apunté dejando escapar una risa pues la verdad no lo era -aquí el hechicero -dije señalando a Brökk tiene contacto con los dioses, así que Loqui, nuestro dios del caos, le mostró un portal por el que podríamos cruzar y venir de visita al pasado.
Todo esto no es un mero viaje dep lacer -mis ojso se clavaron en su boca -claro, que bien podría serlo -apunté divertido -el caso es que Dritt -señalé hacia atrás -el bárbaro ese de ahí atrás -es hermano de unos guerreros que antes de nosotros cruzaron un portal para venir a buscar algo a este tiempo.
Después descubrimos que ese algo estaba custodiado por una orden secreta, así que venimos a ayudar y a avisarles del peligro que corren pues al parecer la orden está al tanto de que estos han venido a por la reliquia ¿me he explicado?
Tiré de la cintura de la joven alejándola un poco de Brökk con una picara sonrisa y un “te jodes” pintado en mi cara.
-Ese libro que tenias esperamos nos de pistas ¿lo entiendes mujer?
Dritt desde atrás aportó la siguiente mejor idea del día. Ir a una taberna que sus hermanos solían frecuentar en París, sin duda todos los norteños eramos unos borrachos, en algún momento tenían que haber ido a mojar el gaznate y si la coincidencia no hacia que hoy nos reencontráramos era posible que preguntando al tabernero nos dieran algún tipo de pista sobre su ubicación.
Enarqué una ceja cuando dijo que estaba al lado del cementerio, la verdad es que Giuliana pese a no ser norteña era muy apreciada por todos los vikingos.
Casi me atrevería a decir que idolatrada por lo sumamente bien que había llevado lo de convivir entre bárbaros, ademas su magia era potente y nos había sacado de varios atolladeros en las gestas mas duras y complicadas.
Ulf, el padre de Tollak era una leyenda entre los nuestros, el general de Höor, no había joven guerrero que no pusiera su estandarte en conseguir convertirse en un futuro en alguien como el lobo.
Con ese curriculum a las espaldas y los dioses de su lado Brökk apuntaba maneras.
Si bien era cierto que en la batalla no era tan bueno como Dritt, suplía esa carencia con la inteligencia y la magia, así que Brökk era uno de esos hombres que siempre deseas tener en tus filas como aliado. Supongo que por eso se entendía tan bien con Hakon Cannif, los dos eran bastante parecidos en cuanto a pensar antes de actuar.
La hechicera parecía estar fuera de lugar, como si nuestras palabras la confundieran mas de lo que la ayudaban.
El resumen era sencillo, así que tras dejar atrás a Dritt y Soleil que estaban tonteando dándose pellizcos y rozándose, la hechicera se acercó a nosotros.
Me bajé de un salto de la espalda de Brökk para mirar de arriba a bajo a la hechicera con una sonrisa de medio lado.
-Es sencillo de entender -apunté dejando escapar una risa pues la verdad no lo era -aquí el hechicero -dije señalando a Brökk tiene contacto con los dioses, así que Loqui, nuestro dios del caos, le mostró un portal por el que podríamos cruzar y venir de visita al pasado.
Todo esto no es un mero viaje dep lacer -mis ojso se clavaron en su boca -claro, que bien podría serlo -apunté divertido -el caso es que Dritt -señalé hacia atrás -el bárbaro ese de ahí atrás -es hermano de unos guerreros que antes de nosotros cruzaron un portal para venir a buscar algo a este tiempo.
Después descubrimos que ese algo estaba custodiado por una orden secreta, así que venimos a ayudar y a avisarles del peligro que corren pues al parecer la orden está al tanto de que estos han venido a por la reliquia ¿me he explicado?
Tiré de la cintura de la joven alejándola un poco de Brökk con una picara sonrisa y un “te jodes” pintado en mi cara.
-Ese libro que tenias esperamos nos de pistas ¿lo entiendes mujer?
Dritt desde atrás aportó la siguiente mejor idea del día. Ir a una taberna que sus hermanos solían frecuentar en París, sin duda todos los norteños eramos unos borrachos, en algún momento tenían que haber ido a mojar el gaznate y si la coincidencia no hacia que hoy nos reencontráramos era posible que preguntando al tabernero nos dieran algún tipo de pista sobre su ubicación.
Orn Cannif- Humano Clase Media
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Re: El Caos viste de guerra (privado)
Llegaron a la Rue des Rondeaux, reconoció la casa en seguida porque era su casa, había cambiado poco en aquellos 24 años, subió las escaleras del porche y buscó una tabla suelta de la pared, que ocultaba un pequeño recoveco donde había una llave de repuesto. La sacó y abrió la puerta.
La decoración sí que había cambiado pero seguía siendo la misma casa. Las cocinas tenían tarros de conservas, quesos curándose y trozos de carne y pescado en salazón que podrían usar para alimentarse. El salón tenía las cortinas echadas, el despacho conservaba los tratados de magia que habían viajado con la familia y que Giuliana estaba estudiando, así como algunos artilugios para hacer pociones y ungüentos. Las habitaciones estaban en la planta superior y pronto anochecería.
— Está bien... veamos...Dritt y Soleil, mirad en la cocina lo que podemos rescatar, Orn enciende un fuego en la chimenea y las cocinas, mientras tanto, Kattrina deja el libro sobre la mesa y veamos qué podemos encontrar. Nos iremos turnando para leerlo y a ver qué nos cuenta.
El tomo era grueso y una para una sola persona sería aburridisimo y pesado, pero necesitaban desentrañar los secretos entre sus páginas. Empezaron por en anagrama de la sierpe. Sacó un tomo que su madre siempre le decía que era básico conocer, el "Obumbratio", que venía siendo traducido el "Sombras oscuras". En él se relataba la historia más oscura de la magia, de sus hermandades y Logias, de las sociedades mágicas que habían sido exterminadas y aquellas que habían dejado que pareciese justo eso para poder operar en la clandestinidad. Le fue contando a Kattrina algunas cosas sobre ellos.
— Venimos del futuro, de dentro de 24 años. Le pedí a mi dios protector que nos ayudara con el portal, yo no sé esa magia, pero una hermana de Dritt es bruja y sí controla el espacio y el tiempo. Sus hermanos...bueno, son medio hermanos...saltaron por el portal y están en esta realidad buscando a la orden de la Sierpe, porque su destino depende que los encuentren. Es todo un poco rebuscado, pero el resumen es que la Orden custodia una reliquia que es capaz de controlar a los seres sobrenaturales. La necesitamos para ganarle la guerra al rey Rannulf, que es cruel y sanguinario, y que ahora ya sabes que esa guerra va a durar más de veinte años. Además Niels, uno de los hermanos de Dritt tiene que encontrar a una hechicera que intentará matarlo antes de nacer. Parece extraño porque está vivo, una paradoja temporal, pero no es así. Ella lo intentará en el pasado por una serie de acontecimientos que son un lio y al final el resultado es que Niels dejará de existir.
Se sentó en despacho, en la silla que tantas veces había ocupado su madre y él mismo, se sacó las botas porque estaba muy cansado del viaje a Asgard a hablar con Loki y después lo del portal, bostezó y sacó papel y pluma para ir apuntando cosas importantes conforme las descubriesen.
La decoración sí que había cambiado pero seguía siendo la misma casa. Las cocinas tenían tarros de conservas, quesos curándose y trozos de carne y pescado en salazón que podrían usar para alimentarse. El salón tenía las cortinas echadas, el despacho conservaba los tratados de magia que habían viajado con la familia y que Giuliana estaba estudiando, así como algunos artilugios para hacer pociones y ungüentos. Las habitaciones estaban en la planta superior y pronto anochecería.
— Está bien... veamos...Dritt y Soleil, mirad en la cocina lo que podemos rescatar, Orn enciende un fuego en la chimenea y las cocinas, mientras tanto, Kattrina deja el libro sobre la mesa y veamos qué podemos encontrar. Nos iremos turnando para leerlo y a ver qué nos cuenta.
El tomo era grueso y una para una sola persona sería aburridisimo y pesado, pero necesitaban desentrañar los secretos entre sus páginas. Empezaron por en anagrama de la sierpe. Sacó un tomo que su madre siempre le decía que era básico conocer, el "Obumbratio", que venía siendo traducido el "Sombras oscuras". En él se relataba la historia más oscura de la magia, de sus hermandades y Logias, de las sociedades mágicas que habían sido exterminadas y aquellas que habían dejado que pareciese justo eso para poder operar en la clandestinidad. Le fue contando a Kattrina algunas cosas sobre ellos.
— Venimos del futuro, de dentro de 24 años. Le pedí a mi dios protector que nos ayudara con el portal, yo no sé esa magia, pero una hermana de Dritt es bruja y sí controla el espacio y el tiempo. Sus hermanos...bueno, son medio hermanos...saltaron por el portal y están en esta realidad buscando a la orden de la Sierpe, porque su destino depende que los encuentren. Es todo un poco rebuscado, pero el resumen es que la Orden custodia una reliquia que es capaz de controlar a los seres sobrenaturales. La necesitamos para ganarle la guerra al rey Rannulf, que es cruel y sanguinario, y que ahora ya sabes que esa guerra va a durar más de veinte años. Además Niels, uno de los hermanos de Dritt tiene que encontrar a una hechicera que intentará matarlo antes de nacer. Parece extraño porque está vivo, una paradoja temporal, pero no es así. Ella lo intentará en el pasado por una serie de acontecimientos que son un lio y al final el resultado es que Niels dejará de existir.
Se sentó en despacho, en la silla que tantas veces había ocupado su madre y él mismo, se sacó las botas porque estaba muy cansado del viaje a Asgard a hablar con Loki y después lo del portal, bostezó y sacó papel y pluma para ir apuntando cosas importantes conforme las descubriesen.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El Caos viste de guerra (privado)
No tardamos demasiado en llegar a la casa de Bröok, que como había predicho estaba vacía. La llave escondida y el cementerio era lo suficientemente tétrico como para no tener visitas de ultima hora.
Una neblina rodeaba la casa, como si los dioses nos dieran amparo aquella noche en la que nos jugábamos ciertamente demasiado.
Bröok para variar empezó a dar ordenes, la verdad es que le teníamos afecto al vikingo, de no ser así creo que lo hubiéramos lanzado a alguno de los nichos vacíos y con gusto lo hubiéramos enterrado nosotros mismos.
-¿tengo pinta de mujer? -pregunté alzando la mano para que no se molestara en responder mientras me acercaba al libro que habían abierto.
Puede que fuera un bastardo pero mi educación había sido idéntica a la de mis hermanos, sabia leer en varios idiomas, escribir a la perfección distintas lenguas.
No entendía de magia, pero que yo supiera, era el único de aquí que entendía algo de la misión que llevábamos entre manos y la verdad el relato de Bröok aunque cómico me resultó bastante pobre.
-Voy a tratar de explicarlo con un poco mas detalle, pues Bröok estaba de viaje a Asgard y entre colocon y colocon se enteró de la mitad.
Orn reía a mis espaldas buscando algo que llevarnos la gaznate, si no nos calentaba el fuego lo haría el alcohol.
-Hace un par de semanas encontramos en una excavación unos papiros que hablaban de una reliquia...por lo que la egiptologa que se aloja en el castillo de mi padre, en el norte, nos comentó, parecía que esta tenia el poder de dominar a los inmortales. Por desgracia le faltaban libros para poder acabar de descifrar esos pergaminos.
Sabíamos que el rey del norte contaba también con esa información, así que sin tiempo para darle a la egiptologa que trabaja en el castillo, Ubbe, mi “primo” cruzó l portal que le creo Valeska, mi hermana para llegar a este tiempo en busca de la reliquia.
Tendría que descifrar todo sobre la marcha y dar con ella.
Parte de los papiros, los que no hablaban de la reliquia se quedaron en el norte, en el norte de nuestro tiempo y una semana después descubrimos que la reliquia esta dividía en dos partes, una que es la que Ubbe esta buscando, la otra queda custodiada por una peligrosa orden que la parecer ha descubierto que hemos venido a por sendas partes.
Hemos cruzado el portal en busca de mis primos, pues tras Ubbe, Hakon y Synnove, hermanos de este cruzaron para ayudarlo.
El plan es dar con ellos y averiguar todo cuanto podamos de esa orden y la otra mitad de la reliquia ¿lo entendéis?
Como bien había dicho Bröok era complejo de entender, nos faltaba mucha información y había demasiada gente implicada como para que con una simple explicación todo pudiera quedar claro.
-Niels es mi hermano, cruzo el portal hace un mes, en una visión mi hermana vio como un hechicero cruzaba el portal para matarlo antes de nacer, él ha venido a este tiempo a impedir que eso suceda..como entenderás no es de buen gusto desaparecer -apunté ladeando la sonrisa.
Una neblina rodeaba la casa, como si los dioses nos dieran amparo aquella noche en la que nos jugábamos ciertamente demasiado.
Bröok para variar empezó a dar ordenes, la verdad es que le teníamos afecto al vikingo, de no ser así creo que lo hubiéramos lanzado a alguno de los nichos vacíos y con gusto lo hubiéramos enterrado nosotros mismos.
-¿tengo pinta de mujer? -pregunté alzando la mano para que no se molestara en responder mientras me acercaba al libro que habían abierto.
Puede que fuera un bastardo pero mi educación había sido idéntica a la de mis hermanos, sabia leer en varios idiomas, escribir a la perfección distintas lenguas.
No entendía de magia, pero que yo supiera, era el único de aquí que entendía algo de la misión que llevábamos entre manos y la verdad el relato de Bröok aunque cómico me resultó bastante pobre.
-Voy a tratar de explicarlo con un poco mas detalle, pues Bröok estaba de viaje a Asgard y entre colocon y colocon se enteró de la mitad.
Orn reía a mis espaldas buscando algo que llevarnos la gaznate, si no nos calentaba el fuego lo haría el alcohol.
-Hace un par de semanas encontramos en una excavación unos papiros que hablaban de una reliquia...por lo que la egiptologa que se aloja en el castillo de mi padre, en el norte, nos comentó, parecía que esta tenia el poder de dominar a los inmortales. Por desgracia le faltaban libros para poder acabar de descifrar esos pergaminos.
Sabíamos que el rey del norte contaba también con esa información, así que sin tiempo para darle a la egiptologa que trabaja en el castillo, Ubbe, mi “primo” cruzó l portal que le creo Valeska, mi hermana para llegar a este tiempo en busca de la reliquia.
Tendría que descifrar todo sobre la marcha y dar con ella.
Parte de los papiros, los que no hablaban de la reliquia se quedaron en el norte, en el norte de nuestro tiempo y una semana después descubrimos que la reliquia esta dividía en dos partes, una que es la que Ubbe esta buscando, la otra queda custodiada por una peligrosa orden que la parecer ha descubierto que hemos venido a por sendas partes.
Hemos cruzado el portal en busca de mis primos, pues tras Ubbe, Hakon y Synnove, hermanos de este cruzaron para ayudarlo.
El plan es dar con ellos y averiguar todo cuanto podamos de esa orden y la otra mitad de la reliquia ¿lo entendéis?
Como bien había dicho Bröok era complejo de entender, nos faltaba mucha información y había demasiada gente implicada como para que con una simple explicación todo pudiera quedar claro.
-Niels es mi hermano, cruzo el portal hace un mes, en una visión mi hermana vio como un hechicero cruzaba el portal para matarlo antes de nacer, él ha venido a este tiempo a impedir que eso suceda..como entenderás no es de buen gusto desaparecer -apunté ladeando la sonrisa.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Me alejé del grupo para adentrarme en la cocina pues como bien sabía, era mi sitio. Poco podía aportar a la situación a la que no encontraba ni pies ni cabeza, no comprendía porqué estábamos en el pasado, uno en el que obviamente ninguno había nacido. Suspiré largamente frente a los utensilios de cocina , supe enseguida lo que podría hacer.
Salí en silencio al patio de atrás , en donde hallé lo que buscaba... un pequeño huerto en donde poder coger algunas verduras. Una sopa fabulosa con ingredientes frescos, podría coger alguna que otra fruta. La época de las naranjas, a la vuelta hallé un naranjo , solo esperaba que no estuviesen amargas.En mi completo mundo, lavé y partí las verduras para colocarlas en un cuenco al que llené de agua, coloqué las naranjas en un plato de barro y suspiré largamente, mi misión prácticamente ya había concluído.
Brökk nos indicó a mí y a Dritt que nos fuésemos a la cocina, dudaba que le hiciese caso... él no había entrado en la cocina nada más que para zampar, lo demás era “para las mujeres”. Disponiendo los platos y demás, entrecerré los ojos al nombrar a varios Cannif, así que también habían cruzado... todo esto se estaba volviendo un completo lío, comencé a ponerme nerviosa...tanto que se me cayó un plato al suelo, me disculpé enseguida recogiendo los restos.
-Lo siento, no estoy acostumbrada y... -era mejor que ni me enterase de lo que hablaban... me sentía un poco fuera de lugar, mis ojos no se apartaban de Drittsekk tras su explicación. La cazuela , la coloqué en la lumbre...y esperé a que tuviese que remover, mi misión era una muy diferente que salvar el mundo, al fin y al cabo era eso, una esclava que seguía a su señor..”la niñera” según algunos.
Salí en silencio al patio de atrás , en donde hallé lo que buscaba... un pequeño huerto en donde poder coger algunas verduras. Una sopa fabulosa con ingredientes frescos, podría coger alguna que otra fruta. La época de las naranjas, a la vuelta hallé un naranjo , solo esperaba que no estuviesen amargas.En mi completo mundo, lavé y partí las verduras para colocarlas en un cuenco al que llené de agua, coloqué las naranjas en un plato de barro y suspiré largamente, mi misión prácticamente ya había concluído.
Brökk nos indicó a mí y a Dritt que nos fuésemos a la cocina, dudaba que le hiciese caso... él no había entrado en la cocina nada más que para zampar, lo demás era “para las mujeres”. Disponiendo los platos y demás, entrecerré los ojos al nombrar a varios Cannif, así que también habían cruzado... todo esto se estaba volviendo un completo lío, comencé a ponerme nerviosa...tanto que se me cayó un plato al suelo, me disculpé enseguida recogiendo los restos.
-Lo siento, no estoy acostumbrada y... -era mejor que ni me enterase de lo que hablaban... me sentía un poco fuera de lugar, mis ojos no se apartaban de Drittsekk tras su explicación. La cazuela , la coloqué en la lumbre...y esperé a que tuviese que remover, mi misión era una muy diferente que salvar el mundo, al fin y al cabo era eso, una esclava que seguía a su señor..”la niñera” según algunos.
Soleil- Humano Clase Media
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 05/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
El camino a la mansión se sintió más bien corto. Kattrina permaneció en silencio durante todo el trayecto mientras cada uno de los hombres intentaba explicarle a su manera los motivos de la travesía en la que se aventuraron a través del tiempo y por qué no, espacio, pues era evidente que sus creencias y costumbres les situaban en un origen lejano a la capital francesa. En su mente recogió las tres versiones de la historia y las mezcló para hacerse una idea del panorama general, tanteando las probabilidades en las que inmiscuirse en semejante embrollo le terminara siendo favorable.
Estuvo tentada a preguntar si consumieron demasiado alcohol o algunas de las setas alucinógenas que crecían en el bosque y los mercantiles vendían como si fueran champiñones, pero la seriedad que imprimían en su discurso era tal que la hechicera se abstuvo de realizar algún comentario inapropiado para el calibre la situación. Si era cierto lo que escuchaba, el relato involucraba la existencia de deidades superiores y un peligroso juego con el tiempo. Incluso para la época Kattrina pudo imaginarse que cambiar los sucesos del futuro, a pesar de ser por una buena causa, no podría implicar consecuencias del todo positivas.
Era sólo una hechicera, una terrible, por cierto, y por lo que escuchaba todos los involucrados esa historia estaban jugando a ser dioses; era una situación que la superaba.
Cuando ingresaron en la vivienda, la hechicera obedeció la orden de Brökk y dejó el libro sobre la mesa, tomando asiento en una de las sillas dispuestas alrededor de ella. Sonrió, asintiendo con una pizca de nerviosismo ante la conclusión de Drittsekk, tenía razón, desaparecer no se escuchaba de buen gusto y de alguna u otra forma pudo sentirse identificada.
— De acuerdo.
Suspiró aún sin comprender la situación del todo. Todos miraban el ejemplar, pero hasta el momento ninguno había tomado la iniciativa de manipularlo. La hechicera comenzó a impacientarse y tamborileó los dedos sobre la madera, la curiosidad era grande y comenzaba a escocerle en el interior. Entonces sin más preámbulo decidió abrirlo de par en par.
— ¿Comenzamos? — Indagó paseando la mirada por los tres hombres.
Entre más pronto dieran inicio más pronto terminarían y entonces podría apartarse. Ella sólo necesitaba la verdad no quedar en medio de una batalla que estaba lejos de ser suya, incluso si el encanto de la situación la incitaba a lo contrario.
Estuvo tentada a preguntar si consumieron demasiado alcohol o algunas de las setas alucinógenas que crecían en el bosque y los mercantiles vendían como si fueran champiñones, pero la seriedad que imprimían en su discurso era tal que la hechicera se abstuvo de realizar algún comentario inapropiado para el calibre la situación. Si era cierto lo que escuchaba, el relato involucraba la existencia de deidades superiores y un peligroso juego con el tiempo. Incluso para la época Kattrina pudo imaginarse que cambiar los sucesos del futuro, a pesar de ser por una buena causa, no podría implicar consecuencias del todo positivas.
Era sólo una hechicera, una terrible, por cierto, y por lo que escuchaba todos los involucrados esa historia estaban jugando a ser dioses; era una situación que la superaba.
Cuando ingresaron en la vivienda, la hechicera obedeció la orden de Brökk y dejó el libro sobre la mesa, tomando asiento en una de las sillas dispuestas alrededor de ella. Sonrió, asintiendo con una pizca de nerviosismo ante la conclusión de Drittsekk, tenía razón, desaparecer no se escuchaba de buen gusto y de alguna u otra forma pudo sentirse identificada.
— De acuerdo.
Suspiró aún sin comprender la situación del todo. Todos miraban el ejemplar, pero hasta el momento ninguno había tomado la iniciativa de manipularlo. La hechicera comenzó a impacientarse y tamborileó los dedos sobre la madera, la curiosidad era grande y comenzaba a escocerle en el interior. Entonces sin más preámbulo decidió abrirlo de par en par.
— ¿Comenzamos? — Indagó paseando la mirada por los tres hombres.
Entre más pronto dieran inicio más pronto terminarían y entonces podría apartarse. Ella sólo necesitaba la verdad no quedar en medio de una batalla que estaba lejos de ser suya, incluso si el encanto de la situación la incitaba a lo contrario.
Kattrina Vinter- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Demasiadas cabeza metidas en ese libro, la verdad es que yo difícilmente entendería el contenido, de lectura en francés lo justo y si ya entraba en tecnicismos mágicos, eso se convertiría en todo un desafio.
Así que sin que sirviera de precedentes y no porque me lo había pedido Bröok con la amabilidad que le caracterizaba después de dar un buen trago a la botella y sentirme un tanto ignorado decidí salir al exterior en busca de leños para hacer arder en la chimenea.
El clima de París en nada se parecía a las gélidas tierras del norte, era suave, esperaba que las mujeres fueran igual de cálidas en todos los aspectos.
Cerca del pantano había una zona boscosa, aunque allí donde vivía la madre de Bröok había demasiada humedad esperaba encontrar troncos que pudieran servir.
Hacha en mano partí unos cuantos maderos y atándoles una soga los arrastré con facilidad de nuevo hasta la casona.
Cuando regresé la cena estaba lista, pero esos tres pazguatos seguían deliberando sobre la utilidad del libro y sus significados.
La verdad no les presté demasiada atención, me limité a acercarme a la chimenea colocando los maderos de forma piramidal, en el centro la hojarasca seca, un chorro de alcohol y los prendí con la yesca y el pedernal.
No tardaron en coger intensidad, el crepitar del fuego pronto acompañó el vocifero de los dos bárbaros y la bella hechicera mientras Soleil miraba cansada desde la mesa a los tres, posiblemente preguntándose que cojones hacia allí.
Ladeé la sonrisa y tomé asiento a su lado llenando la copa de ambos.
-De momento hemos sido los únicos útiles en este viaje, tu has preparado algo que llevarnos al gaznate y yo he logrado calentar la estancia mientras ellos.. -los señale riéndome -bueno, ellos se las dan de que saben lo que hacen -bromeé llevándome una mirada de Dritt.
Me relamí los labios, el sabor del alcohol de París distaba mucho del norteño. Moví el vaso mirando su parduzco contenido.
-Parece meado de burro -alegué – espero entre mejor cuando este borracho -puntualicé en mi defensa -¿Que tal si os sentáis antes de que la cena se enfrié y seguís después deliberando como podéis salvar al mundo?
Esquivé entre risas un pisapapeles que Dritt me lanzó para que me callara de una vez.
-¿Que pasa Soleil que no le das descanso en el lecho? -pregunté sin dejar de reírme -su mala ostia tiene que tener una explicación verosímil..ya se, que no le dejas colarse entre tus piernas y por eso lleva la cara de amargado todo el día
Así que sin que sirviera de precedentes y no porque me lo había pedido Bröok con la amabilidad que le caracterizaba después de dar un buen trago a la botella y sentirme un tanto ignorado decidí salir al exterior en busca de leños para hacer arder en la chimenea.
El clima de París en nada se parecía a las gélidas tierras del norte, era suave, esperaba que las mujeres fueran igual de cálidas en todos los aspectos.
Cerca del pantano había una zona boscosa, aunque allí donde vivía la madre de Bröok había demasiada humedad esperaba encontrar troncos que pudieran servir.
Hacha en mano partí unos cuantos maderos y atándoles una soga los arrastré con facilidad de nuevo hasta la casona.
Cuando regresé la cena estaba lista, pero esos tres pazguatos seguían deliberando sobre la utilidad del libro y sus significados.
La verdad no les presté demasiada atención, me limité a acercarme a la chimenea colocando los maderos de forma piramidal, en el centro la hojarasca seca, un chorro de alcohol y los prendí con la yesca y el pedernal.
No tardaron en coger intensidad, el crepitar del fuego pronto acompañó el vocifero de los dos bárbaros y la bella hechicera mientras Soleil miraba cansada desde la mesa a los tres, posiblemente preguntándose que cojones hacia allí.
Ladeé la sonrisa y tomé asiento a su lado llenando la copa de ambos.
-De momento hemos sido los únicos útiles en este viaje, tu has preparado algo que llevarnos al gaznate y yo he logrado calentar la estancia mientras ellos.. -los señale riéndome -bueno, ellos se las dan de que saben lo que hacen -bromeé llevándome una mirada de Dritt.
Me relamí los labios, el sabor del alcohol de París distaba mucho del norteño. Moví el vaso mirando su parduzco contenido.
-Parece meado de burro -alegué – espero entre mejor cuando este borracho -puntualicé en mi defensa -¿Que tal si os sentáis antes de que la cena se enfrié y seguís después deliberando como podéis salvar al mundo?
Esquivé entre risas un pisapapeles que Dritt me lanzó para que me callara de una vez.
-¿Que pasa Soleil que no le das descanso en el lecho? -pregunté sin dejar de reírme -su mala ostia tiene que tener una explicación verosímil..ya se, que no le dejas colarse entre tus piernas y por eso lleva la cara de amargado todo el día
Orn Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 11/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Brökk estaba examinando unos dibujos que le sonaban de algo, porque en el libro había muchas lenguas mágicas arcanas mezcladas y él desde luego no hablaba egipcio antiguo, pero sí latín y algo de enoquiano, la lengua perdida de los ángeles, esa que la mayoria de nigromantes conocía porque era en la que estaban escritos los libros mágicos más oscuros como el Necronomicón. Aunque éste había sido traducido y conservado en árabe.
Repasó con los dedos el dibujo y se pellizcó el puente de la nariz. No tenía sentido, aquello era una alegoria clara al Yog-Sothoth conocido también como "La Llave y la Puerta", "El Todo-En-Uno", "El Oculto", "El Abridor del Camino". Era uno de los dioses Exteriores, un Primigenio, en teoría un mito. Pero a Brökk le constaba que algunos hechiceros poderosos los podían invocar y pedirles dones inimaginables. Pero su sello, que él reconoció, solía ir acompañado con los salmos correspondientes de protección y sin embargo no estaban, pero parecía que la página sí tenía hueco para tenerlos. Entonces se le ocurrió algo.
— ¡Kattrina! ¿sabes algun hechizo para revelar lo oculto en un libro? no consigo recordarlo...pero estoy seguro de que aquí mismo hay algo más ecrito, ese sello es de un primigenio, y debería ir con las protecciones, y no están. Eso significa que hay más textos ocultos entre estas paginas, quizás si la revelamos podamos encontrar lo que buscamos...¡Agh! no consigo recordarlo... Apa...Apare...no se que.
Miró a Dritt, que si bien se sabía la historia mejor que nadie y podría ser el cabecilla de la misión, a menos que los soprendiera recitando el ensalmo de revelación, en ese momento no podía aportar nada.
— ¿lo ves? ¡es que me liais! a veces me arrepiento de ir con vosotros a la taberna, si hubiera estudiado más ahora sabría qué hacer.— gruño, refunfuñando. Aunque en realidad no se arrepentía, Orn y Dritt eran sus mejores amigos, eran como hermanos. Y Sirius también, pero era más retraído y no le gustaba tanto divertirse.
Repasó con los dedos el dibujo y se pellizcó el puente de la nariz. No tenía sentido, aquello era una alegoria clara al Yog-Sothoth conocido también como "La Llave y la Puerta", "El Todo-En-Uno", "El Oculto", "El Abridor del Camino". Era uno de los dioses Exteriores, un Primigenio, en teoría un mito. Pero a Brökk le constaba que algunos hechiceros poderosos los podían invocar y pedirles dones inimaginables. Pero su sello, que él reconoció, solía ir acompañado con los salmos correspondientes de protección y sin embargo no estaban, pero parecía que la página sí tenía hueco para tenerlos. Entonces se le ocurrió algo.
— ¡Kattrina! ¿sabes algun hechizo para revelar lo oculto en un libro? no consigo recordarlo...pero estoy seguro de que aquí mismo hay algo más ecrito, ese sello es de un primigenio, y debería ir con las protecciones, y no están. Eso significa que hay más textos ocultos entre estas paginas, quizás si la revelamos podamos encontrar lo que buscamos...¡Agh! no consigo recordarlo... Apa...Apare...no se que.
Miró a Dritt, que si bien se sabía la historia mejor que nadie y podría ser el cabecilla de la misión, a menos que los soprendiera recitando el ensalmo de revelación, en ese momento no podía aportar nada.
— ¿lo ves? ¡es que me liais! a veces me arrepiento de ir con vosotros a la taberna, si hubiera estudiado más ahora sabría qué hacer.— gruño, refunfuñando. Aunque en realidad no se arrepentía, Orn y Dritt eran sus mejores amigos, eran como hermanos. Y Sirius también, pero era más retraído y no le gustaba tanto divertirse.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El Caos viste de guerra (privado)
Cuando empezaron a hablar de cosas de magia supe que era el momento de abrirme, en nada podía colaborar allí y para que mentir mi estomago rugía ante la comida de Soleil.
Enganche a Bröok del cuello sacudiendolo entre risas.
-Piensa un poco, quizás necesites algo de beber para recordarlo, ya que pasas mas tiempo en la taberna que dándole a los libros -bromeé soltándolo camino a la mesa donde Orn bebía y bromeaba con Soleil.
Tiré de la mano de la doncella con una picara sonrisa en los labios para sentarme en la silla y subirla sobre mi regazo.
Sonreí cuando sus dedos peinaron mi pelo deslizándolos entre los mechones, Orn nos miraba bebiendo de su vaso y no dudo en servir raudo otro para mi.
-Sigo pensando que es buena idea ir a la taberna donde nos reuníamos en París, mis hermanos de seguro habrán ido en mas de una ocasión a mojarse el gaznate, si no están, es posible que alguna posadera pueda darnos su ubicación.
Llevé mis dedos a un trozo de carne mojada en salsa y lo llevé a mi boca, joder que bueno estaba.
Me relamí después empujándolo con un poco de vino mientras escuchaba a Orn hablar de ese otro sitio donde a veces entrenábamos en París, una montaña perdida en el bosque cuyo precipicio desembocaba en el mar.
Cierto era que borrachos solíamos también acudir allí a hacer de las nuestras...
-También podemos ir a un burdel, mis hermanos no aguantan sin meterla en caliente -apunte descojonandome contra el vidrio.
-Ni nosotros tampoco apunto Orn no sin falta de razón.
Le lancé un trozo de carne para que se callara que atrapó al vuelo como el pazguato que era.
Seguimos bebiendo y comiendo mientras los dos hechiceros hacían lo imposible por descifrar ese libro y sus entresijos.
Fue entonces cuando se me ocurrió la pregunta del millón.
-Y tu mujer -dije girándome hacia la hechicera -¿por que quieres saber algo de la orden? Nosotros te hemos hablado de nuestro propósito pero tu guardas silencio como una víbora antes de lanzarse a tu encuentro.
Enganche a Bröok del cuello sacudiendolo entre risas.
-Piensa un poco, quizás necesites algo de beber para recordarlo, ya que pasas mas tiempo en la taberna que dándole a los libros -bromeé soltándolo camino a la mesa donde Orn bebía y bromeaba con Soleil.
Tiré de la mano de la doncella con una picara sonrisa en los labios para sentarme en la silla y subirla sobre mi regazo.
Sonreí cuando sus dedos peinaron mi pelo deslizándolos entre los mechones, Orn nos miraba bebiendo de su vaso y no dudo en servir raudo otro para mi.
-Sigo pensando que es buena idea ir a la taberna donde nos reuníamos en París, mis hermanos de seguro habrán ido en mas de una ocasión a mojarse el gaznate, si no están, es posible que alguna posadera pueda darnos su ubicación.
Llevé mis dedos a un trozo de carne mojada en salsa y lo llevé a mi boca, joder que bueno estaba.
Me relamí después empujándolo con un poco de vino mientras escuchaba a Orn hablar de ese otro sitio donde a veces entrenábamos en París, una montaña perdida en el bosque cuyo precipicio desembocaba en el mar.
Cierto era que borrachos solíamos también acudir allí a hacer de las nuestras...
-También podemos ir a un burdel, mis hermanos no aguantan sin meterla en caliente -apunte descojonandome contra el vidrio.
-Ni nosotros tampoco apunto Orn no sin falta de razón.
Le lancé un trozo de carne para que se callara que atrapó al vuelo como el pazguato que era.
Seguimos bebiendo y comiendo mientras los dos hechiceros hacían lo imposible por descifrar ese libro y sus entresijos.
Fue entonces cuando se me ocurrió la pregunta del millón.
-Y tu mujer -dije girándome hacia la hechicera -¿por que quieres saber algo de la orden? Nosotros te hemos hablado de nuestro propósito pero tu guardas silencio como una víbora antes de lanzarse a tu encuentro.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
La sopa estaba casi lista y la carne asándose junto al fuego, no me costó demasiado tiempo en realizar un menú improvisado. No entendí de magia, solo la que vi por los desastres y caos que el señorito Sirius Cannif había desplegado en el norte...pero poco más. No, no era ningún secreto en aquel techo que no pintaba nada en aquel lugar pues todos tenían algo que aportar.
No quise incomodar, me mantuve en silencio como si ni estuviese allí. Removí la sopa y dejé escapar un suspiro, mis cabellos se habían descolocado con tanto ajetreo y me peiné suavemente con los dedos, no me di cuenta que Orn se acercó y me dio tal susto que di un salto en la silla. Fruncí ligeramente el ceño a la vez que le di un manotazo en esa mano larga que poseía.
-Tócate otro sitio donde más falta te haga, vikingo -negué con la cabeza, observándoles desde mi posición. -¿No te habrás bebido tus propios fluidos? No me extrañaría, te quieres tanto...-bromeé riéndome por lo bajo por lo que él me atacó de esa manera muy poco considerado. Me sonrojé tanto que no supe que decir, le tiré la cuchara con la que removía la sopa -No soy una de esas mujeres con las que frecuentas. Deberías encontrar una buena chica que no solo admirase tu cuerpo y aguantase tus bobadas, una buena chica como...esa de allí -señalé con la cabeza a la bruja, sonriendo maliciosa...si él me atacaba no iba a quedarme de brazos cruzados.
-Broök , no te eches a perder como esta manada de holgazanes...por favor -suspiré enredando los dedos en el pelo de Drittsekk, seguido de una sonrisa...no era ningún secreto para ninguno de los que estábamos allí, como lo miraba pero como siempre...nunca pedía nada, solo esos efímeros momentos que nos convertían en... relativamente unos idiotas que no aceptaban lo que ocurría -No vamos a encontrarlos en la biblioteca...como encontraríamos a Sirius. Sí en esos lugares en lo que frecuentais...de verdad no lo entiendo, Broök,,,en serio, deja de juntarte con semejantes merluzos y tú no me mires así -dije apuntando sin mirar a Dritt, llevándome un poco de carne a los labios...pensé en mi madre, podría buscarla...pero solo fue un pensamiento ¿a quién le importaba tal cosa?
No quise incomodar, me mantuve en silencio como si ni estuviese allí. Removí la sopa y dejé escapar un suspiro, mis cabellos se habían descolocado con tanto ajetreo y me peiné suavemente con los dedos, no me di cuenta que Orn se acercó y me dio tal susto que di un salto en la silla. Fruncí ligeramente el ceño a la vez que le di un manotazo en esa mano larga que poseía.
-Tócate otro sitio donde más falta te haga, vikingo -negué con la cabeza, observándoles desde mi posición. -¿No te habrás bebido tus propios fluidos? No me extrañaría, te quieres tanto...-bromeé riéndome por lo bajo por lo que él me atacó de esa manera muy poco considerado. Me sonrojé tanto que no supe que decir, le tiré la cuchara con la que removía la sopa -No soy una de esas mujeres con las que frecuentas. Deberías encontrar una buena chica que no solo admirase tu cuerpo y aguantase tus bobadas, una buena chica como...esa de allí -señalé con la cabeza a la bruja, sonriendo maliciosa...si él me atacaba no iba a quedarme de brazos cruzados.
-Broök , no te eches a perder como esta manada de holgazanes...por favor -suspiré enredando los dedos en el pelo de Drittsekk, seguido de una sonrisa...no era ningún secreto para ninguno de los que estábamos allí, como lo miraba pero como siempre...nunca pedía nada, solo esos efímeros momentos que nos convertían en... relativamente unos idiotas que no aceptaban lo que ocurría -No vamos a encontrarlos en la biblioteca...como encontraríamos a Sirius. Sí en esos lugares en lo que frecuentais...de verdad no lo entiendo, Broök,,,en serio, deja de juntarte con semejantes merluzos y tú no me mires así -dije apuntando sin mirar a Dritt, llevándome un poco de carne a los labios...pensé en mi madre, podría buscarla...pero solo fue un pensamiento ¿a quién le importaba tal cosa?
Soleil- Humano Clase Media
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 05/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Observó con cuidado el espacio en blanco señalado por Brökk en el ejemplar. Repasó la hoja con la yema del dedo, el sello al que se refería el hechicero hacía parte de la mitología de los dioses primigenios y si bien había leído alguno que otro libro en el que eran mencionados, su conocimiento sobre ellos no era tan amplio como para haber reconocido la procedencia de la imagen sin la ayuda de su semejante.
Asintió concordando con que había inscripciones ocultas entre las páginas del manuscrito. La magia que emanaba de las hojas era casi palpable y le era posible percibirlo incluso siendo ella la más pobre expresión de los de su clase. La mayor parte de su propia magia continuaba adormecida, se atrevería decir que incluso atrofiada y aunque tuviera acceso a ella, no sabría bien cómo utilizarla; sin embargo, era menester aparentar que sabía lo que hacía, incluso si era ella la más desorientada de los cinco.
Si Brökk no podía rememorar el hechizo necesario para develar la información, mucho menos ella. Lo suyo eran los temas mundanos y poco a poco caía en cuenta que la situación no sólo la superaba a ella sino también alcance de su mente. Mientras los extranjeros aprovecharon el tiempo para discutir asuntos de los que ella poca idea tenía, hizo el amague de vacilar en busca de la respuesta; la idea era no lucir completamente perdida y terminar por sentirse del todo inútil.
No fue hasta que Drittsekk se dirigió a ella que se simuló salir de su aparente estado de concentración; la verdad era que su mente divagaba por todos los lugares sin poder aterrizar en una respuesta correcta y la indagación del hombre empeoró su situación. La pregunta la tomó por sorpresa. El silencio se impuso en la habitación y ahora todos los ojos se posaban sobre ella, curiosos por su contestación. Odiaba semejante tipo de atención, aún más cuando la elección de las palabras equivocadas podría arruinarlo todo.
Aclaró la garganta y trago saliva. ¿cómo explicar su enrevesada historia? Sin duda no podía ir gritando a los cuatro vientos que no era quien pregonaba ser y mucho menos, que vivía bajo el techo de la orden.
— Personas fueron asesinadas — Inhaló tanto aire como le fue posible he hizo una pausa, era la primera vez que compartía sus pensamientos en voz alta — Y la siguiente cosa que sé es que un grupo de hombres, que visten el emblema de la orden, se encargan de limpiar el desastre, como si nada hubiera pasado.
El sólo recuerdo del suceso le hervía la sangre. Se esforzaba por controlar sus emociones, pues sabía que eran el estímulo que despertaba su magia. Frunció el ceño, no tenía ánimos de dar explicaciones.
— Quiero saber quién y por qué —Concluyó con firmeza, no era el momento para mostrarse intimidada, tampoco podía ahondar mucho en el tema — Pero no voy a conseguir nada si primero no entiendo de qué va esta orden, ninguno de nosotros, así qu-
Se interrumpió a sí misma cuando tuvo un momento de clarividencia. La orden, eso era. Por supuesto, la orden tenía su propia colección de ejemplares, conocimiento reservado para los integrantes meritorios de él, evidentemente, ninguno que fuera mujer, por ello, cuando logro hacerse con uno de los ejemplares las cosas no habían terminado bien, pero sí alcanzó a retener alguna que otra información de aquellas valiosas páginas. Entre ellas, precisamente el hechizo que necesitaban.
Se dio media vuelta olvidando por completo su discurso, devolviendo toda su atención al libro.
— Aparecium — Pronunció después de darle golpear el símbolo tres veces con su dedo índice.
No pudo evitar sonreír cuando las palabras comenzaron a dibujarse sobre el lienzo complementando el significado de las ya presentes; no obstante, la mágica aparición se detuvo a la mitad. Su gesto satisfactorio se desvaneció, evidentemente algo había hecho mal. Observó a Brökk con inquietud, era clara su inexperiencia, pues a ella nunca nadie le enseñó cómo canalizar sus poderes de forma correcta.
— Deberías hacerlo tú —musitó nerviosa — Antes de que termine por incinerarlo.
Se apartó del libro, después de todo, Brökk sabría que hacer, no necesitaba de ella para arreglárselas con un hechizo. Su lugar tampoco era con los demás, que disfrutaban de la cena que preparó Soleil. Allí tampoco tendría mucho que aportar, así que optó por reducir su presencia hacia una de las ventanas, perdiendo su atención en el exterior.
Asintió concordando con que había inscripciones ocultas entre las páginas del manuscrito. La magia que emanaba de las hojas era casi palpable y le era posible percibirlo incluso siendo ella la más pobre expresión de los de su clase. La mayor parte de su propia magia continuaba adormecida, se atrevería decir que incluso atrofiada y aunque tuviera acceso a ella, no sabría bien cómo utilizarla; sin embargo, era menester aparentar que sabía lo que hacía, incluso si era ella la más desorientada de los cinco.
Si Brökk no podía rememorar el hechizo necesario para develar la información, mucho menos ella. Lo suyo eran los temas mundanos y poco a poco caía en cuenta que la situación no sólo la superaba a ella sino también alcance de su mente. Mientras los extranjeros aprovecharon el tiempo para discutir asuntos de los que ella poca idea tenía, hizo el amague de vacilar en busca de la respuesta; la idea era no lucir completamente perdida y terminar por sentirse del todo inútil.
No fue hasta que Drittsekk se dirigió a ella que se simuló salir de su aparente estado de concentración; la verdad era que su mente divagaba por todos los lugares sin poder aterrizar en una respuesta correcta y la indagación del hombre empeoró su situación. La pregunta la tomó por sorpresa. El silencio se impuso en la habitación y ahora todos los ojos se posaban sobre ella, curiosos por su contestación. Odiaba semejante tipo de atención, aún más cuando la elección de las palabras equivocadas podría arruinarlo todo.
Aclaró la garganta y trago saliva. ¿cómo explicar su enrevesada historia? Sin duda no podía ir gritando a los cuatro vientos que no era quien pregonaba ser y mucho menos, que vivía bajo el techo de la orden.
— Personas fueron asesinadas — Inhaló tanto aire como le fue posible he hizo una pausa, era la primera vez que compartía sus pensamientos en voz alta — Y la siguiente cosa que sé es que un grupo de hombres, que visten el emblema de la orden, se encargan de limpiar el desastre, como si nada hubiera pasado.
El sólo recuerdo del suceso le hervía la sangre. Se esforzaba por controlar sus emociones, pues sabía que eran el estímulo que despertaba su magia. Frunció el ceño, no tenía ánimos de dar explicaciones.
— Quiero saber quién y por qué —Concluyó con firmeza, no era el momento para mostrarse intimidada, tampoco podía ahondar mucho en el tema — Pero no voy a conseguir nada si primero no entiendo de qué va esta orden, ninguno de nosotros, así qu-
Se interrumpió a sí misma cuando tuvo un momento de clarividencia. La orden, eso era. Por supuesto, la orden tenía su propia colección de ejemplares, conocimiento reservado para los integrantes meritorios de él, evidentemente, ninguno que fuera mujer, por ello, cuando logro hacerse con uno de los ejemplares las cosas no habían terminado bien, pero sí alcanzó a retener alguna que otra información de aquellas valiosas páginas. Entre ellas, precisamente el hechizo que necesitaban.
Se dio media vuelta olvidando por completo su discurso, devolviendo toda su atención al libro.
— Aparecium — Pronunció después de darle golpear el símbolo tres veces con su dedo índice.
No pudo evitar sonreír cuando las palabras comenzaron a dibujarse sobre el lienzo complementando el significado de las ya presentes; no obstante, la mágica aparición se detuvo a la mitad. Su gesto satisfactorio se desvaneció, evidentemente algo había hecho mal. Observó a Brökk con inquietud, era clara su inexperiencia, pues a ella nunca nadie le enseñó cómo canalizar sus poderes de forma correcta.
— Deberías hacerlo tú —musitó nerviosa — Antes de que termine por incinerarlo.
Se apartó del libro, después de todo, Brökk sabría que hacer, no necesitaba de ella para arreglárselas con un hechizo. Su lugar tampoco era con los demás, que disfrutaban de la cena que preparó Soleil. Allí tampoco tendría mucho que aportar, así que optó por reducir su presencia hacia una de las ventanas, perdiendo su atención en el exterior.
Kattrina Vinter- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Deslizaba mis dedos por la espalda de Soleil pero no perdía de vista a la hechicera que francamente parecía nerviosa.
Algo no terminaba de cuadrarme de ella, aunque sus palabras sonaban sinceras, parecía lógico que quisiera averiguar algo sobre esos que habían limpiado el rastro de cadáveres a los que se refería.
De momento iba a creer en ella, tampoco tenia mas motivos para desconfiar.
Mordí con suavidad el hombro de Soleil volviendo a centrar mi miada en la comida y la bebida, me reí por las palabras de Orn, que le contestaba a Soleil.
-Yo no busco una buena mujer, esas me aburren, busco una muy mala que me lleve a Hel porque yo solo ya me abriré camino hasta el Valhalla.
-Allí estará la valquiria gorda que te pidió Bröok en su visita a Loqui -dije sin parar de descojonarme.
Los dos nos echamos a reír, sentí los labios de Soleil en mi piel, claro que un mordisco fue lo que me gane.
Llevé la mirada hacia Bröok que seguía encabezonado en descubrir esas lineas que decía la magia escondía en ese libro.
La bruja se largó hacia el ventanal, supongo se sentía fuera de lugar, le di un empujón a Orn para que fuera con ella, iría yo, mis palabras habían sido mordaces y tampoco era cuestión de amargar a la chavala el día, pero tenia el culo de mi vikinga encima y la verdad estaba cómodo dejando que me diera de comer y acariciándole las nalgas.
-Bröok vamos a cenar, el libro no tiene patas y quizás unas birras después encuentres la palabra mágica que nos enseñe las letras esas que buscas.
Abrí la boca para morder un trozo de carne que llevaba Soleil en los dedos, esta enarcó una ceja mientras yo me reia.
-Tengo las manos ocupadas -le dije sin quitárselas del culo -podríamos ir a la taberna después ¿que te parece Bröok? es fácil que haya visto a mis hermanos y puedan darnos alguna pista sobre ellos.
Ademas beber un poco no va a sentarnos mal, a lo mejor la bruja se relaja y socializa con nosotros.
Orn se levantó de la mesa con una jarra de cerveza para la chica y se acercó a ella dándole un repaso de arriba a bajo con la mirada.
-Anda bebe mujer -le dijo dándole la jarra -necesitas soltarte un poco ,a fin de cuentas todos buscamos a la orden esa no, lo que nos convierte en amigos -dijo ladeando la sonrisa.
Le tiré un trozo de cacahuete, algo me decía tendría que esforzarse mas con esa mujer. Estábamos acostumbrados a las mujeres norteñas y esta no debíamos olvidar que era una mujer de París, para hablar con un hombre necesitaba una alcahueta.
-Bröok y si fuera tinta que se ve al fuego, he leído no se donde -enarqué una ceja por la cara que puso Bröok al decirle que había leído -vale o a lo mejor me lo contó Sirius, no lo recuerdo, fijo iba ciego, que hay tintas invisibles que usaban algunas ordenes para que otros no leyeran los mensajes ocultos pero que al fuego si se veían.
Algo no terminaba de cuadrarme de ella, aunque sus palabras sonaban sinceras, parecía lógico que quisiera averiguar algo sobre esos que habían limpiado el rastro de cadáveres a los que se refería.
De momento iba a creer en ella, tampoco tenia mas motivos para desconfiar.
Mordí con suavidad el hombro de Soleil volviendo a centrar mi miada en la comida y la bebida, me reí por las palabras de Orn, que le contestaba a Soleil.
-Yo no busco una buena mujer, esas me aburren, busco una muy mala que me lleve a Hel porque yo solo ya me abriré camino hasta el Valhalla.
-Allí estará la valquiria gorda que te pidió Bröok en su visita a Loqui -dije sin parar de descojonarme.
Los dos nos echamos a reír, sentí los labios de Soleil en mi piel, claro que un mordisco fue lo que me gane.
Llevé la mirada hacia Bröok que seguía encabezonado en descubrir esas lineas que decía la magia escondía en ese libro.
La bruja se largó hacia el ventanal, supongo se sentía fuera de lugar, le di un empujón a Orn para que fuera con ella, iría yo, mis palabras habían sido mordaces y tampoco era cuestión de amargar a la chavala el día, pero tenia el culo de mi vikinga encima y la verdad estaba cómodo dejando que me diera de comer y acariciándole las nalgas.
-Bröok vamos a cenar, el libro no tiene patas y quizás unas birras después encuentres la palabra mágica que nos enseñe las letras esas que buscas.
Abrí la boca para morder un trozo de carne que llevaba Soleil en los dedos, esta enarcó una ceja mientras yo me reia.
-Tengo las manos ocupadas -le dije sin quitárselas del culo -podríamos ir a la taberna después ¿que te parece Bröok? es fácil que haya visto a mis hermanos y puedan darnos alguna pista sobre ellos.
Ademas beber un poco no va a sentarnos mal, a lo mejor la bruja se relaja y socializa con nosotros.
Orn se levantó de la mesa con una jarra de cerveza para la chica y se acercó a ella dándole un repaso de arriba a bajo con la mirada.
-Anda bebe mujer -le dijo dándole la jarra -necesitas soltarte un poco ,a fin de cuentas todos buscamos a la orden esa no, lo que nos convierte en amigos -dijo ladeando la sonrisa.
Le tiré un trozo de cacahuete, algo me decía tendría que esforzarse mas con esa mujer. Estábamos acostumbrados a las mujeres norteñas y esta no debíamos olvidar que era una mujer de París, para hablar con un hombre necesitaba una alcahueta.
-Bröok y si fuera tinta que se ve al fuego, he leído no se donde -enarqué una ceja por la cara que puso Bröok al decirle que había leído -vale o a lo mejor me lo contó Sirius, no lo recuerdo, fijo iba ciego, que hay tintas invisibles que usaban algunas ordenes para que otros no leyeran los mensajes ocultos pero que al fuego si se veían.
Drittsekk- Humano Clase Alta
- Mensajes : 151
Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Drittsekk me dio un empujón para que fuera a hablar con la hechicera, estaba claro que yo era el hombre adecuado para hacerla sentirse cómoda, mi arrebatadora presencia, mi saber estar y mi discurso locuaz haría que en un momento estuviera con una sonrisa en la cara y quitando ese gesto de amargada que la pobre llevaba tras pasar un rato con Bröok.
Le di una colleja al hechicero cuando lazó la cabeza del libro al verme pasar en dirección a mi presa.
-Tu a estudiar -le dije entre risas con un “te jodes” implícito en ella.
Llegué frente a la dama con una buena jarra de cerveza, esto allanaría sin duda el camino entre los dos, y bueno, un poco de la magia de Orn y todo iria sobre ruedas, no podía ser de otro modo.
Puse la mejor de mis sonrisas, incluso alcé la ceja levemente poniendo actitud, desplegando todo mi arsenal de armas.
-Bebe mujer -le dije acercándole la jarra.
La chica desvió sus verdes de la ventana para mirarme un poco perpleja, no se si porque no esperaba mi arrebatadora presencia o porque.
-Luego vamos a ir a la taberna, esto es para ir entonadonos -aseguré llevando mis dedos a su largo cabello mientras deslizaba un mechón entre la yema de estos con una tenacidad que ni el mejor de los guerreros.
Drittsekk se descoronaba desde la mesa, estas mujeres parisinas eran duras de roer, una norteña ya estaría cabalgando sobre mi en la habitación contigua.
Carraspeé, no sabia exactamente que estaba fallando.
-¿te gustan las mujeres? Pregunté, era lo único que me cuadraba pues no la veía precisamente lanzarse a mis brazos.
La risa del resto de los que estaban en la habitación me desquiciaba, enarqué una ceja sin desviar mis ojos de mi preciosa presa.
-¿he dicho algo inapropiado? -pregunte mas perdido que un vikingo en una iglesia.
Le di una colleja al hechicero cuando lazó la cabeza del libro al verme pasar en dirección a mi presa.
-Tu a estudiar -le dije entre risas con un “te jodes” implícito en ella.
Llegué frente a la dama con una buena jarra de cerveza, esto allanaría sin duda el camino entre los dos, y bueno, un poco de la magia de Orn y todo iria sobre ruedas, no podía ser de otro modo.
Puse la mejor de mis sonrisas, incluso alcé la ceja levemente poniendo actitud, desplegando todo mi arsenal de armas.
-Bebe mujer -le dije acercándole la jarra.
La chica desvió sus verdes de la ventana para mirarme un poco perpleja, no se si porque no esperaba mi arrebatadora presencia o porque.
-Luego vamos a ir a la taberna, esto es para ir entonadonos -aseguré llevando mis dedos a su largo cabello mientras deslizaba un mechón entre la yema de estos con una tenacidad que ni el mejor de los guerreros.
Drittsekk se descoronaba desde la mesa, estas mujeres parisinas eran duras de roer, una norteña ya estaría cabalgando sobre mi en la habitación contigua.
Carraspeé, no sabia exactamente que estaba fallando.
-¿te gustan las mujeres? Pregunté, era lo único que me cuadraba pues no la veía precisamente lanzarse a mis brazos.
La risa del resto de los que estaban en la habitación me desquiciaba, enarqué una ceja sin desviar mis ojos de mi preciosa presa.
-¿he dicho algo inapropiado? -pregunte mas perdido que un vikingo en una iglesia.
Orn Cannif- Humano Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 11/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Estaba encabezonado en hacer aparecer las letras ocultas de ese libro, sabía que estaban ahí, ahora ya era personal, podía sentir la rabia hervir en su sangre. Su madre sabía hacer prodigios alucinantes y él no era capaz ni de rechistar un hechizo básico...porque se había dedicado a hacer el gañán con Dritt y Orn, y ahora que se necesitaba de sus habilidades... echaba de menos haberse ido más tiempo con Sirius a estudiar.
Kattrina les contó que había presenciado muertes y devastación y que la Orden había sido quien lo orquestó y lo llevó a cabo. No lo dijo implícitamente pero estaba seguro de que perdió a alguien en ese episodio y por eso quería dar con su paradero, estudiarlos y destruirlos. Pero al parecer no era una bruja muy versada. Pues sí que estaban bien apañados!!
La sugerencia de Dritt no era descabellada, pero podían ir mal muchas cosas y no podían correr el rosego de estropear las páginas.
— Buen punto, Dritt. Pero no quiero que se queme, no tenemos más copias.
La bruja se puso a mirar por el ventanal y llegó Orn desplegando sus enormes dotes conquistadoras. No se podía ser más pazguato y más torpe. El brujo enarcó una ceja, después otra y finalmente hizo un facepalm. ¿De verdad no se estaba escuchando? parecía idiota. Entonces le soltó un collejón y el rubio le contestó.
— ¡¡eh!! repite eso y te arranco los huevos!! total, para lo que te van a servir hoy... ¿no ves que la muchacha pasa de ti? en serio tio...¿acabas de llamarla desviada? lo tuyo es poesía en estado puro, joder.— en ese momento Kattrina recordó el hechizo.— Aparecium!!! claro!! como soy tan inútil?? no lo recordaba!!
Ignoró a Orn y a todo lo demás y pasó los dedos por el libro, ordenandole que revelase sus secretos, los conjuros debían pronunciarse proyecctando la voluntad, eso sí lo sabía y lo había practicado.
— Aparecium.
Las letras comenzaron a aparecer ante sus ojos y empezó a repasar las páginas, a ver todo aquello que se habían perdido por no mirar bien, eso les llevaría un buen rato.
— si queréis ir a la taberna, id, yo me quedo descifrando esto.
Kattrina les contó que había presenciado muertes y devastación y que la Orden había sido quien lo orquestó y lo llevó a cabo. No lo dijo implícitamente pero estaba seguro de que perdió a alguien en ese episodio y por eso quería dar con su paradero, estudiarlos y destruirlos. Pero al parecer no era una bruja muy versada. Pues sí que estaban bien apañados!!
La sugerencia de Dritt no era descabellada, pero podían ir mal muchas cosas y no podían correr el rosego de estropear las páginas.
— Buen punto, Dritt. Pero no quiero que se queme, no tenemos más copias.
La bruja se puso a mirar por el ventanal y llegó Orn desplegando sus enormes dotes conquistadoras. No se podía ser más pazguato y más torpe. El brujo enarcó una ceja, después otra y finalmente hizo un facepalm. ¿De verdad no se estaba escuchando? parecía idiota. Entonces le soltó un collejón y el rubio le contestó.
— ¡¡eh!! repite eso y te arranco los huevos!! total, para lo que te van a servir hoy... ¿no ves que la muchacha pasa de ti? en serio tio...¿acabas de llamarla desviada? lo tuyo es poesía en estado puro, joder.— en ese momento Kattrina recordó el hechizo.— Aparecium!!! claro!! como soy tan inútil?? no lo recordaba!!
Ignoró a Orn y a todo lo demás y pasó los dedos por el libro, ordenandole que revelase sus secretos, los conjuros debían pronunciarse proyecctando la voluntad, eso sí lo sabía y lo había practicado.
— Aparecium.
Las letras comenzaron a aparecer ante sus ojos y empezó a repasar las páginas, a ver todo aquello que se habían perdido por no mirar bien, eso les llevaría un buen rato.
— si queréis ir a la taberna, id, yo me quedo descifrando esto.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 13/07/2017
Localización : París-Bergen-Nueva Orleans
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Al parecer la comida que había preparado, no era del agrado de aquella señorita. Estaba acostumbrada a cocinar para todos aquellos vikingos y seguramente, sobraría para más tarde. Me sentí culpable, quizás se sentiría mejor si le preparaba algo mucho más parisino. Sonreí, bajando la mirada un instante al oír hablar a Drittsekk.
-Creo que lo que necesita es una buena infusión, debería preparársela. Y vosotros...deberiais de dejar en paz al pobre Orn, no tiene la culpa de no saber que hacer cuando una mujer vale la pena...¿por qué lo sé? No se ha prendado de él desde el primer segundo... -abrí los ojos al oír la pregunta que si le gustaba la gente del mismo sexo. Ese hombre era estúpido, así de simple -Donde las dan las toman -me eché a reír, indicándole a Dritt lo de la taza de té. Le gustaría mucho, estaba segura de ello.
Mientras conversaban , calenté agua y busqué hierbas que pudiesen ayudarme a elaborar esa deliciosa taza. Tomé dos frascos, uno olía realmente bien y junto con el anís estrellado la relajaría. Eché el agua en una taza, tres flores de anís estrellado y un par de gotas de aquello tan delicioso , un poco de azúcar y listo.
Me acerqué a la joven, apartando con la mirada al estorbo de Orn y su impertinencia. Le sonreí, disculpándome en general por la reacción de todos aquellos estúpidos vikingos, menos Broök que tenía la suficiente cordura como para que no se descontrolase. Le acerqué la taza para que la tomase, le sonreí ampliamente para darle confianza.
No tenía ni idea de las gotas que eché en la infusión, me dieron buen olor y... quién iba a pensar en que aquello podía ser una especie de relajante...más que relajante. En cuanto diese un par de sorbos caería fulminada, mucho más eficaz que las palabras indicadas para un hechizo de sueño.
-Creo que lo que necesita es una buena infusión, debería preparársela. Y vosotros...deberiais de dejar en paz al pobre Orn, no tiene la culpa de no saber que hacer cuando una mujer vale la pena...¿por qué lo sé? No se ha prendado de él desde el primer segundo... -abrí los ojos al oír la pregunta que si le gustaba la gente del mismo sexo. Ese hombre era estúpido, así de simple -Donde las dan las toman -me eché a reír, indicándole a Dritt lo de la taza de té. Le gustaría mucho, estaba segura de ello.
Mientras conversaban , calenté agua y busqué hierbas que pudiesen ayudarme a elaborar esa deliciosa taza. Tomé dos frascos, uno olía realmente bien y junto con el anís estrellado la relajaría. Eché el agua en una taza, tres flores de anís estrellado y un par de gotas de aquello tan delicioso , un poco de azúcar y listo.
Me acerqué a la joven, apartando con la mirada al estorbo de Orn y su impertinencia. Le sonreí, disculpándome en general por la reacción de todos aquellos estúpidos vikingos, menos Broök que tenía la suficiente cordura como para que no se descontrolase. Le acerqué la taza para que la tomase, le sonreí ampliamente para darle confianza.
No tenía ni idea de las gotas que eché en la infusión, me dieron buen olor y... quién iba a pensar en que aquello podía ser una especie de relajante...más que relajante. En cuanto diese un par de sorbos caería fulminada, mucho más eficaz que las palabras indicadas para un hechizo de sueño.
Soleil- Humano Clase Media
- Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 05/07/2017
Re: El Caos viste de guerra (privado)
Se encontraba tan ensimismada en la lluvia arreciando al otro lado del ventanal que le tomó más de un instante notar la presencia de Orn, quien se acomodó tras ella, extendiéndole un vasado de cerveza. Tan pronto como sintió la fornida presencia a sus espaldas, entrecerró los ojos y se dio media vuelta recelosa comprobando como ciertas sus sospechas. Elevó ligeramente la cabeza para observar al hombre, no tenía que ser un genio para reconocer sus intenciones. La sonrisa, el acercamiento e incluso la forma en la que deslizó los dedos entre sus cabellos; Su mente había permanecido tan ocupada en la información del libro que, sólo hasta ese momento, reparó en las no tan sutiles insinuaciones que el rubio profería.
Permaneció en silencio, observó la jarra que le ofrecía y volvió la mirada a él con suspicacia. No estaba muy acostumbrada a que le brindaran semejante tipo de atención, a los ojos de quienes la conocían por lo que aparentaba ser, no era nada más que una aparecida, la chica del ático, un fenómeno cuyo único atractivo era el de su historia. Él, por su parte, parecía confundido. Kattrina se preguntó cuántas veces ladear la sonrisa le fue suficiente para llevarse a una mujer a la cama. La siguiente pregunta que este le hizo le dio la respuesta.
Apretó los labios reteniendo una carcajada e incluso se tomó el trabajo de fruncir el ceño, pretendiendo que el solo cuestionamiento la había ofendido. Ciertamente, le causaba bastante gracia que la única respuesta que encontrara a su fracaso fuera suponer que ella sentía gusto por las mujeres, cuando nada distaba más allá de la realidad. Seguramente aquella era la primera vez que las tácticas de seducción habían fallado.
Las reacciones fueron diversas, Brökk saltó a su defensa, lo cual encontró agradable pues le hizo sentirse respaldada y Drittsekk sólo se burló sin disimulo, a diferencia de Soleil, quien se lo tomó con más sutileza, no sin dejar en claro su entretención. Ninguno de aquellos hombres portaba rastro inocencia, sin embargo, el desconcierto que surcaba las facciones de Orn fue lo más cercano que encontró a ella. Claramente, en el tiempo y el lugar de donde provenían todo funcionaba a un ritmo diferente.
Entendía que la indagación nunca pretendió ser malintencionada así que le quitó la jarra de las manos y bebió su contenido, tratando de soltarse un poco como lo había sugerido. Quizá no tanto como él lo esperaba, pero si lo suficiente para sentirse más cómoda entre ellos. una vez terminó se dispuso a explicarle al guerrero que, si una mujer rechazaba a su cortejo, aquello no implicaba que gustara de su mismo sexo, sin embargo, Soleil interrumpió.
La doncella le ofrecía un vaso con aromática. Olía bastante bien. No tenía mucha sed, pues la cerveza suplió la necesidad, sin embargo, se sentía culpable por no haber degustado la comida que con dedicación les había cocinado y rechazar la bebida sería maleducado.
— Gracias — Le sonrió con calidez.
Soleil se plantó a su lado esperando a que degustara el líquido y, para no decepcionar a la señorita, Kattrina vació el recipiente de un par de sorbos, regalándole un gesto de satisfacción a la mujer quien, finalmente, se retiró complacida. La verdad era que la bebida tenía un gusto muy similar al delicioso aroma que expelía, así que la tarea no fue mayor problema.
Volvió su atención al vikingo para retomar el tema abandonado, pero entonces percibió algo extraño. Ante sus ojos, todo aquello que se movía dejaba a su paso una estela y de la nada, frente suyo, no hubo uno, sino dos Orn que le observaban con extrañeza. Su cuerpo se sintió ligero y su voluntad más libre, tanto que, aunque careció de energías, un plácido sosiego se apoderó de su ser entero.
— La verdad es que… — Se tambaleó hacia un lado, sus pies actuaban con torpeza, pero logró sostener su peso con la pared — Sí me gustan las mujeres — Bromeó antes de soltar una carcajada.
Tal comportamiento era completamente atípico de ella y en el fondo era consciente de ello, sin embargo, por algún motivo que desconocía, mantener la compostura poco le preocupaba; en realidad, nada lo hacía. La expresión que se quedó impresa en el rostro del hombre le hizo reír hasta perder el aliento.
Inhaló y exhaló presionándose el abdomen en un intento por recuperarse.
— Sólo para que quede claro — prosiguió con un deje cansino en la voz — Sólo gustan los hombres… los hombres grandes y fuertes — le sonrió y lo señaló oprimiéndole ligeramente la punta de la nariz — como tú o… — Observó hacia el techo titubeando por un instante y entonces deslizó el dedo por el aire en dirección a Brökk — o él — Volvió el índice hacia Drittsekk sin observarlo— El grandulón no, porque me asusta y evidentemente está enrollado con... — Indicó a Soleil, ahora dirigiéndose a ella — Por cierto, eso es lo mejor que he bebido en años…
Hizo el amague de sostenerse sobre sus pies separando su peso de la pared, más su esfuerzo fue en vano pues terminó cayendo de nuevo sobre ella.
— Voy a necesitar la receta— comentó antes de desplomarse.
Permaneció en silencio, observó la jarra que le ofrecía y volvió la mirada a él con suspicacia. No estaba muy acostumbrada a que le brindaran semejante tipo de atención, a los ojos de quienes la conocían por lo que aparentaba ser, no era nada más que una aparecida, la chica del ático, un fenómeno cuyo único atractivo era el de su historia. Él, por su parte, parecía confundido. Kattrina se preguntó cuántas veces ladear la sonrisa le fue suficiente para llevarse a una mujer a la cama. La siguiente pregunta que este le hizo le dio la respuesta.
Apretó los labios reteniendo una carcajada e incluso se tomó el trabajo de fruncir el ceño, pretendiendo que el solo cuestionamiento la había ofendido. Ciertamente, le causaba bastante gracia que la única respuesta que encontrara a su fracaso fuera suponer que ella sentía gusto por las mujeres, cuando nada distaba más allá de la realidad. Seguramente aquella era la primera vez que las tácticas de seducción habían fallado.
Las reacciones fueron diversas, Brökk saltó a su defensa, lo cual encontró agradable pues le hizo sentirse respaldada y Drittsekk sólo se burló sin disimulo, a diferencia de Soleil, quien se lo tomó con más sutileza, no sin dejar en claro su entretención. Ninguno de aquellos hombres portaba rastro inocencia, sin embargo, el desconcierto que surcaba las facciones de Orn fue lo más cercano que encontró a ella. Claramente, en el tiempo y el lugar de donde provenían todo funcionaba a un ritmo diferente.
Entendía que la indagación nunca pretendió ser malintencionada así que le quitó la jarra de las manos y bebió su contenido, tratando de soltarse un poco como lo había sugerido. Quizá no tanto como él lo esperaba, pero si lo suficiente para sentirse más cómoda entre ellos. una vez terminó se dispuso a explicarle al guerrero que, si una mujer rechazaba a su cortejo, aquello no implicaba que gustara de su mismo sexo, sin embargo, Soleil interrumpió.
La doncella le ofrecía un vaso con aromática. Olía bastante bien. No tenía mucha sed, pues la cerveza suplió la necesidad, sin embargo, se sentía culpable por no haber degustado la comida que con dedicación les había cocinado y rechazar la bebida sería maleducado.
— Gracias — Le sonrió con calidez.
Soleil se plantó a su lado esperando a que degustara el líquido y, para no decepcionar a la señorita, Kattrina vació el recipiente de un par de sorbos, regalándole un gesto de satisfacción a la mujer quien, finalmente, se retiró complacida. La verdad era que la bebida tenía un gusto muy similar al delicioso aroma que expelía, así que la tarea no fue mayor problema.
Volvió su atención al vikingo para retomar el tema abandonado, pero entonces percibió algo extraño. Ante sus ojos, todo aquello que se movía dejaba a su paso una estela y de la nada, frente suyo, no hubo uno, sino dos Orn que le observaban con extrañeza. Su cuerpo se sintió ligero y su voluntad más libre, tanto que, aunque careció de energías, un plácido sosiego se apoderó de su ser entero.
— La verdad es que… — Se tambaleó hacia un lado, sus pies actuaban con torpeza, pero logró sostener su peso con la pared — Sí me gustan las mujeres — Bromeó antes de soltar una carcajada.
Tal comportamiento era completamente atípico de ella y en el fondo era consciente de ello, sin embargo, por algún motivo que desconocía, mantener la compostura poco le preocupaba; en realidad, nada lo hacía. La expresión que se quedó impresa en el rostro del hombre le hizo reír hasta perder el aliento.
Inhaló y exhaló presionándose el abdomen en un intento por recuperarse.
— Sólo para que quede claro — prosiguió con un deje cansino en la voz — Sólo gustan los hombres… los hombres grandes y fuertes — le sonrió y lo señaló oprimiéndole ligeramente la punta de la nariz — como tú o… — Observó hacia el techo titubeando por un instante y entonces deslizó el dedo por el aire en dirección a Brökk — o él — Volvió el índice hacia Drittsekk sin observarlo— El grandulón no, porque me asusta y evidentemente está enrollado con... — Indicó a Soleil, ahora dirigiéndose a ella — Por cierto, eso es lo mejor que he bebido en años…
Hizo el amague de sostenerse sobre sus pies separando su peso de la pared, más su esfuerzo fue en vano pues terminó cayendo de nuevo sobre ella.
— Voy a necesitar la receta— comentó antes de desplomarse.
Kattrina Vinter- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
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