AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
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Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico. escribió:"No ensucies la fuente donde has apagado tu sed."
El atardecer se hacía presente en el azulado cielo oscuro con destellos anaranjados, el leve viento de extrema frialdad se lucía sobre el bosque de verdosos pinos que poco a poco eran ocultos por la nieve quien se movía al compás del viento, ésta recorría una larga capa marrón oscuro. Las tranquilas pisadas de un corcel blanco eran visiblemente escasas, una joven se encontraba montada sobre él, su rostro era cubierto por la capucha de la capa, sólo se divisaba sus labios carmesí—algo hinchados—ligeramente abiertos, su tersa y pálida piel era oculta por un vestido rojizo de bordados negros, una bolsa negra se encontraba a lado izquierdo del corcel.
El ambiente se sentía bastante acogedor era maravilloso estar en ese lugar; pero esa sensación se fue apagando, cuando vio aquel lago cristalino congelado, ese debía ser el lugar que estaba buscando. Detuvo la caminata del corcel, bajó sin ningún problema—sus pies sintieron la suavidad de la nieve— lo guío hacia un pino donde lo sujeto con una cuerda.
Su caminar hacia aquel lago era sosegado, en lo más profundo de su ser no quería llegar a ese lugar, pero no tenía alternativa. Se detuvo al estar justo enfrente del lago retirando la capucha, lo contemplo por un momento.
Hace más de dos años que había desaparecido su fundador—algo sumamente raro proviniendo de él— la cuestión era ¿por qué?
—La única pista que tengo de máscara mí mentor es este lugar. El sobre donde venía la carta hablaba de la antigua feria de Scarborough ubicada en Éireland.
La historia cuenta que fue creada por un hechicero al desear un poder único otorgado por el demonio de la noche de peculiar gusto quien vivía en un lago. Deseaba que la luna se vería reflejada en cada lago como un espejo, para poder admirarla. Varios hechiceros al enterarse de esto realizaron cualquier magia posible pero ninguna funciono. Desesperado el demonio lanzó su furia hacia los mortales, Eireland estaba sumida en el caos y la destrucción. Hasta que un día un anciano hechicero construyó una feria sobre el lago de diferentes magias y pociones, sin temor alguno al demonio—quien se encontraba enfrente de él— cantó una canción de cautivante ritmo, la luz de luna que era cubierta por las nubes empezó alumbrar al anciano hechicero y lentamente el reflejo de la luna empezó a surgir en el centro del lago. Creando así su reflejo eternamente aunque ella no estuviera presente. Atónito el demonio complació al hechicero dando un poder extraordinario, bien y mal siendo uno, controlando las leyes de la naturaleza a voluntad sin restricción alguna. Cuando el demonio le preguntó por la canción el hechicero se limitó a responder:
“Mi señor, la luna es un ser de oscuridad y luz, más fuerte que él sol y más poderosa que los astros. Emperatriz de ambos mundos.”
Se dice que la feria de Scarborough es sólo vista por aquellos que canten su canción de fuerte supremacía.
Para unos una falsedad para otros una verdad.
Máscara tuvo la amabilidad de enseñármela. ¿Sus motivos? Me son desconocidos hasta ahora—dijo en un tono cansado.
Respiró profundamente parpadeando un par de veces, su agradable voz se empezó a escuchar.
El ambiente se sentía bastante acogedor era maravilloso estar en ese lugar; pero esa sensación se fue apagando, cuando vio aquel lago cristalino congelado, ese debía ser el lugar que estaba buscando. Detuvo la caminata del corcel, bajó sin ningún problema—sus pies sintieron la suavidad de la nieve— lo guío hacia un pino donde lo sujeto con una cuerda.
Su caminar hacia aquel lago era sosegado, en lo más profundo de su ser no quería llegar a ese lugar, pero no tenía alternativa. Se detuvo al estar justo enfrente del lago retirando la capucha, lo contemplo por un momento.
Hace más de dos años que había desaparecido su fundador—algo sumamente raro proviniendo de él— la cuestión era ¿por qué?
—La única pista que tengo de máscara mí mentor es este lugar. El sobre donde venía la carta hablaba de la antigua feria de Scarborough ubicada en Éireland.
La historia cuenta que fue creada por un hechicero al desear un poder único otorgado por el demonio de la noche de peculiar gusto quien vivía en un lago. Deseaba que la luna se vería reflejada en cada lago como un espejo, para poder admirarla. Varios hechiceros al enterarse de esto realizaron cualquier magia posible pero ninguna funciono. Desesperado el demonio lanzó su furia hacia los mortales, Eireland estaba sumida en el caos y la destrucción. Hasta que un día un anciano hechicero construyó una feria sobre el lago de diferentes magias y pociones, sin temor alguno al demonio—quien se encontraba enfrente de él— cantó una canción de cautivante ritmo, la luz de luna que era cubierta por las nubes empezó alumbrar al anciano hechicero y lentamente el reflejo de la luna empezó a surgir en el centro del lago. Creando así su reflejo eternamente aunque ella no estuviera presente. Atónito el demonio complació al hechicero dando un poder extraordinario, bien y mal siendo uno, controlando las leyes de la naturaleza a voluntad sin restricción alguna. Cuando el demonio le preguntó por la canción el hechicero se limitó a responder:
“Mi señor, la luna es un ser de oscuridad y luz, más fuerte que él sol y más poderosa que los astros. Emperatriz de ambos mundos.”
Se dice que la feria de Scarborough es sólo vista por aquellos que canten su canción de fuerte supremacía.
Para unos una falsedad para otros una verdad.
Máscara tuvo la amabilidad de enseñármela. ¿Sus motivos? Me son desconocidos hasta ahora—dijo en un tono cansado.
Respiró profundamente parpadeando un par de veces, su agradable voz se empezó a escuchar.
Are you going to Scarborough Fair?
Parsley, sage, rosemary and thyme
Remember me to one who lives there
He once was a true love of mine.
Tell him to make me a cambric shirt
Parsley, sage, rosemary and thyme
Without no seams nor needle work
Then he'll be a true love of mine.
Tell him to find me an acre of land
Parsley, sage, rosemary and thyme
Between salt water and the sea strands
Then he'll be a true love of mine.
Parsley, sage, rosemary and thyme
Remember me to one who lives there
He once was a true love of mine.
Tell him to make me a cambric shirt
Parsley, sage, rosemary and thyme
Without no seams nor needle work
Then he'll be a true love of mine.
Tell him to find me an acre of land
Parsley, sage, rosemary and thyme
Between salt water and the sea strands
Then he'll be a true love of mine.
Realizó una pausa al percibir una cautivamente melodía y voces que hacían eco a la canción, miró hacia ambos lados, pero no había nadie. Impresionada e intrigada continuo cantando.
Tell him to reap it with a sickle of leather
Parsley, sage, rosemary and thyme
And gather it all in a bunch of heather
Then he'll be a true love of mine.
Are you going to Scarborough Fair?
Parsley, sage, rosemary and thyme
Remember me to one who lives there
He once was a true love of mine.
Parsley, sage, rosemary and thyme
And gather it all in a bunch of heather
Then he'll be a true love of mine.
Are you going to Scarborough Fair?
Parsley, sage, rosemary and thyme
Remember me to one who lives there
He once was a true love of mine.
Después de haber terminado sintió que alguien más se encontraba allí aparte de ella y su corcel, su aura lo delataba. Advirtió que no era cualquier extraño, sino un hechicero.
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
- Scarborough fair:
La figura la observaba desde detrás unas ramas de ciprés que cargadas de nieve, se inclinaban bajo su peso. El valle estaba sumergido en aquella nube blanca como algodón, en esa estampa que tan bien conocía el vikingo. No soplaba viento, así que los copos se mecían suavemente dotando al lago de aquel ambiente estático, silencioso y casi místico.
El corcel era del mismo color que aquel manto engañoso, que prometía ser suave como el algodón pero en verdad era traicionero y letal. El vestido, rojo como la sangre, al igual que los labios de su dueña, tocado de negro como su maldita alma. Observó a la cainita reconociendo por su aura pálida que estaba tan muerta como la hierba bajo la nieve.
No le interesaban los asuntos de vampiros mientras a los vampiros no le interesasen los suyos, y ese lago era un lugar sagrado para los hechiceros, en la isla que había en su centro se hallaba un portal interdimensional que sólo dejaba transitar a quien lo sabía abrir. Nunca ejercía la magia sin pedirle consejo a su dios protector, así estaba pactado entre ellos. Pero esta vez había tenido que hacerlo, si no lo atravesaba, no podría avisar a su propio padre de una terrible emboscada que sufriría y en la cual dejaría viuda a su madre. Tenía que cruzar ese portal y viajar unos meses adelante o el general Ulf caería a manos de las subcriaturas con las que el rey Rannulf contaba,y que sus brujos se encargaban de crear y alimentar con artes oscuras.
Pero esa mujer estaba allí, invadiendo su espacio y no podía cruzar. No debería estar, no se le había perdido nada. De pronto empezó a entonar una conocida canción irlandesa. Su abuela Amelia era irlandesa al igual que la tia Gwenda, su propia madre era irlandesa, eran todas brujas wiccanas que emigraron a Nueva Orleans cuando su madre contaba con 6 años. Conocía la leyenda y la canción, que aunque la había cantado casi toda, le faltaba una parte, pues la balada tradicionalmente se cantaba a dos voces, una masculina y otra femenina.
Notó que la mujer lo había percibido, seguramente habría escuchado su corazón en aquel paraje silencioso. Llevó la mano al acero que colgaba de su cinto y salió de entre la maleza cubierta de nieve silbando la melodía despacio y contestándole la parte que le faltaba. No cantaba bien, era un soldado, y solía entonar más canciones de taberna. Pero aún así su voz sonó grave, aunque no era su canción favorita (pues solían ser las entonadas en noruego, frente al fuego y con un cuerno de cerveza negra entre las manos).
Tell her to wash it in yonder well,
Parsley, sage, rosemary, and thyme;
Where never sprung water or rain ever fell,
And she shall be a true lover of mine.
Tell her to dry it on yonder thorn,
Parsley, sage, rosemary, and thyme;
Which never bore blossom since Adam was born,
Then she shall be a true lover of mine.
Parsley, sage, rosemary, and thyme;
Where never sprung water or rain ever fell,
And she shall be a true lover of mine.
Tell her to dry it on yonder thorn,
Parsley, sage, rosemary, and thyme;
Which never bore blossom since Adam was born,
Then she shall be a true lover of mine.
Se aproximó despacio dejando sus huellas en la nieve y sin perder de vista al depredador. Por frágil que pareciese su aspecto, tenía muy claro que aquella criatura lo mataría sin miramientos.
— Esto es un lugar sagrado, es territorio de la magia.— le espetó de forma un poco ruda, en una clara advertencia de que aquel lugar no era para ella, ni para los que no estaban conectados al pulso de la vida y a su energía mágica que fluía por la madre naturaleza, por el espacio y el tiempo.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
—“Uno, dos, tres, cuatro…conté los latidos provenientes de su corazón, era continuos pero calmados al poco tiempo éstos aceleraron más al verme. Él sabía lo que era yo, lo cual no le dio simpatía alguna. En un momento a otro escuché su silbido entonando la melodía, mire sobre el rabillo de mi ojo; empezó a cantar la siguiente parte de la canción al parecer no era su preferida, su voz era algo ronca. Sentía sus pasos provenientes hacia mí acercándose cada vez más con precaución; me habló en un tono ciertamente molesto, su acento era peculiar y agradable, sin duda es irlandés. Cerré mis ojos por un instante. ¿Necesitaba su ayuda? Era evidente que sí.”—sus pensamientos se convirtieron en palabras arriesgadas.
— Mis más sinceras disculpas. Entiendo que es irritante para ti que yo me encuentre en este lugar y más siendo un vampiro. Me presento mi nombre es Edeline Swan — Giro sobre sus talones para mirar su rostro sin amenaza haciendo una reverencia ensayada—Este lugar es una pista para buscar a una persona que desapareció, para ser más clara es mi fundador—vaciló por un momento antes de continuar—hace unos meses atrás me llegó una carta desconocida que hablaba de este lugar, mencionaba que aquí fue la última vez donde vieron a mí fundador. Lo cual es bastante extraño. Sé que no tienes el más mínimo interés en esto sin embargo para mí es muy importante… —hizo una pausa—…Interfiero en tu contacto con tu padre ¿No es así?
Camino hacia su corcel, donde tomo su bolso retirando un pugio afilado de vaina magenta con adornos plateados.
—He invadido un territorio sagrado aceptaré el castigo por eso pero antes solicito tu ayuda a cambio tendrás la mía y cualquier cosa que requieras. —Mostró el pugio haciendo un corte en su dedo anular, brotando gotas de sangre manchando la nieve— Si desconfías de mí no te culpo; toma este pugio, si piensas que terminaré con tu vida no dudes en usarlo, para ser más específica entiérralo justo en mi corazón, así me darías muerte. ¿Trato hecho?
Se dirigió hacía el joven llegando a su altura mirando sus cabellos dorados, sus ojos brillantes de vida al comparación con los suyos que habían muerto hace ya tiempo sosteniendo el pugio en su mano, notó que su herida había desaparecido sin rastro de ella como si nunca hubiera hecho un corte.
Llevó cerca de sus labios su collar de cristal azulado dando un ligero soplo produciendo que un líquido escarlata saliera bebiéndolo sin problema. Sentía como el líquido recorría su garganta hasta sus venas rápidamente provocando una viveza dentro de ella.
— Mis más sinceras disculpas. Entiendo que es irritante para ti que yo me encuentre en este lugar y más siendo un vampiro. Me presento mi nombre es Edeline Swan — Giro sobre sus talones para mirar su rostro sin amenaza haciendo una reverencia ensayada—Este lugar es una pista para buscar a una persona que desapareció, para ser más clara es mi fundador—vaciló por un momento antes de continuar—hace unos meses atrás me llegó una carta desconocida que hablaba de este lugar, mencionaba que aquí fue la última vez donde vieron a mí fundador. Lo cual es bastante extraño. Sé que no tienes el más mínimo interés en esto sin embargo para mí es muy importante… —hizo una pausa—…Interfiero en tu contacto con tu padre ¿No es así?
Camino hacia su corcel, donde tomo su bolso retirando un pugio afilado de vaina magenta con adornos plateados.
—He invadido un territorio sagrado aceptaré el castigo por eso pero antes solicito tu ayuda a cambio tendrás la mía y cualquier cosa que requieras. —Mostró el pugio haciendo un corte en su dedo anular, brotando gotas de sangre manchando la nieve— Si desconfías de mí no te culpo; toma este pugio, si piensas que terminaré con tu vida no dudes en usarlo, para ser más específica entiérralo justo en mi corazón, así me darías muerte. ¿Trato hecho?
Se dirigió hacía el joven llegando a su altura mirando sus cabellos dorados, sus ojos brillantes de vida al comparación con los suyos que habían muerto hace ya tiempo sosteniendo el pugio en su mano, notó que su herida había desaparecido sin rastro de ella como si nunca hubiera hecho un corte.
Llevó cerca de sus labios su collar de cristal azulado dando un ligero soplo produciendo que un líquido escarlata saliera bebiéndolo sin problema. Sentía como el líquido recorría su garganta hasta sus venas rápidamente provocando una viveza dentro de ella.
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
— Edeline Swan, sin duda estás lejos de casa. ¿Eres danesa? holandesa? reconozco el acento de mis vecinos en el tuyo.— el acento del vikingo no era irlandés, era noruego, a pesar de que su familia materna sí era procedente de la isla verde.— mi nombre es Brökk, y como bien has adivinado, tu presencia aquí me resulta un problema.
No iba a hablarle de vos, porque no lo hacía con nadie, pero además ella se había dirigido a él de manera informal, pues mejor que mejor. Observó el recorrido del puñal y llevó su mano instintivamente a la vaina de su espada, deslizándola fuera sin apenas hacer ruido.
— No necesito tu daga para matarte, ya sé que el corazón es tu punto débil, pero sinceramente, prefiero usar mi espada para hacer rodar tu cabeza, así tampoco me podrás morder.— quizás esas amenazas podrían estar fuera de lugar, pero ambos sabían lo que era el otro, y no, no era tan estúpido como para confiar en una vampiresa desconocida. Ni tampoco conocida, pero todo contaba. Se acercó con la espada en la mano, apuntando sus filos hacia el suelo, pero en clara advertencia de que no se amedrentaría para usarla en caso de ser necesario.— entiendo que este lugar tenga cierta relevancia para ti si es aquí donde vieron por última vez a alguien a quien buscas. Pero pierdes el tiempo. La isla del lago sólo revela sus secretos a quienes lo merecen, los hijos de la magia.
Se detuvo a unos pasos observando su fina silueta, la elegancia de sus vestidos, la delicadeza de sus gestos. Nunca antes había contemplado a una inmortal de esa forma, las pocas veces que había batallado contra un cainita era en el fragor de una guerra cruenta, oscura, llena de sangre y gritos de muerte. Sin embargo estaba bien aleccionado, las criaturas sobrenaturales no dudaban en obtener de los humanos lo que necesitaban, así que era mejor no cruzarse en su camino.
— aciertas con lo que dices, probablemente leas la mente. Pues bien, lee esto: necesito abrir el portal que me lleve hasta mi padre, y con tu presencia no podré hacerlo, así que necesito que te largues. ¿Y bien? ¿cómo quieres hacerlo? por las buenas o por las malas?
Seguramente desafiar a una cainita no era una buena idea, pero tenía poco tiempo, la vida de Ulf estaba en juego y no iba a perderlo por quedarse a parlamentar con una cría que estaba fuera de lugar.
No iba a hablarle de vos, porque no lo hacía con nadie, pero además ella se había dirigido a él de manera informal, pues mejor que mejor. Observó el recorrido del puñal y llevó su mano instintivamente a la vaina de su espada, deslizándola fuera sin apenas hacer ruido.
— No necesito tu daga para matarte, ya sé que el corazón es tu punto débil, pero sinceramente, prefiero usar mi espada para hacer rodar tu cabeza, así tampoco me podrás morder.— quizás esas amenazas podrían estar fuera de lugar, pero ambos sabían lo que era el otro, y no, no era tan estúpido como para confiar en una vampiresa desconocida. Ni tampoco conocida, pero todo contaba. Se acercó con la espada en la mano, apuntando sus filos hacia el suelo, pero en clara advertencia de que no se amedrentaría para usarla en caso de ser necesario.— entiendo que este lugar tenga cierta relevancia para ti si es aquí donde vieron por última vez a alguien a quien buscas. Pero pierdes el tiempo. La isla del lago sólo revela sus secretos a quienes lo merecen, los hijos de la magia.
Se detuvo a unos pasos observando su fina silueta, la elegancia de sus vestidos, la delicadeza de sus gestos. Nunca antes había contemplado a una inmortal de esa forma, las pocas veces que había batallado contra un cainita era en el fragor de una guerra cruenta, oscura, llena de sangre y gritos de muerte. Sin embargo estaba bien aleccionado, las criaturas sobrenaturales no dudaban en obtener de los humanos lo que necesitaban, así que era mejor no cruzarse en su camino.
— aciertas con lo que dices, probablemente leas la mente. Pues bien, lee esto: necesito abrir el portal que me lleve hasta mi padre, y con tu presencia no podré hacerlo, así que necesito que te largues. ¿Y bien? ¿cómo quieres hacerlo? por las buenas o por las malas?
Seguramente desafiar a una cainita no era una buena idea, pero tenía poco tiempo, la vida de Ulf estaba en juego y no iba a perderlo por quedarse a parlamentar con una cría que estaba fuera de lugar.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
—Mis modales fueron deplorables, disculpa por eso. Me presento formalmente. Soy la duquesa de Holanda nací allá. Un gusto Brökk. — veía como había recorrido él su vaina en un instinto de defensa, suponiendo que Edeline lo atacaría, no le asombro en lo más mínimo.
—Imaginé que dirías algo similar, aun así quise intentarlo y no dudo que lo harías. Una manera diferente de matar llega a la misma ruta de la muerte.— No se sintió ofendida al contrario ella sabía que había ofendido a Brökk al dirigirse a él como vos, podría conocer sus habilidades pero no era necesario. Era mejor mantener la distancia, cuidarse uno del otro tener en sí una reserva. Ambos eran en cierta forma peligrosos. — Magia una palabra bastante poderosa en todas sus formas. Lo sé tan solo deseaba que algo sucediese, pero como lo has mencionado antes. Este lago es único para los portadores de la magia. Presentía que encontraría algo aquí.
Miraba cada detalle de él y de su espada. Su aura le revelo que era un hechicero; alguien diferente, parece ser que lleva consigo una gran carga sobre sus hombros al igual que su magia Es admirable proviniendo de un guerrero como él. Sus pensamientos abrumaron los suyos.Había participado en guerras con otros vampiros, era singular de ellos usar la oscuridad y la esencia escarlata para una batalla sin duda a morir después de todo eran casi inmortales ignorando el detalle del corazón o la decapitación, gran parte miran por debajo a las demás variedades de especies que existían mostrando su superioridad. Edeline le repugnaba aquello, le era tan similar a la aristocracia que lo detestaba; una vampiresa singular se podría decir, su comportamiento escasamente lo relacionaba con ellos. No hizo mención alguna de lo que diviso excepto sobre el padre de Brökk.
—No es necesario, me retiro. Hace algún tiempo también fui humana; quizá pueda comprender tu desesperación— se alejó de él llegando hasta su corcel quien levanto su cabeza dando algunos giros. Tomo la bolsa guardando la vaina a la vez retirando el sobre de la carta. —No te atacaré por la espalda o te haré una emboscada; Solamente pretendía buscar el dueño de éste sello particular, no lo reconozco. Será de mala educación pedirte esto, cuando vayas a ver a tu padre por favor busca este sello. Sería de gran ayuda saber de quién es. —habló con calma dejando el sobre en la nieve con mucha finura. — Seguiré esperando el castigo por invadir estas tierras después de todo ya sabes dónde me encontrarás. Hasta pronto.
Dio vuelta tomando la cuerda del corcel—a quien no montó—caminado tranquilamente entre los caminos esplendorosos del paisaje. Se despojó de su capa para cubrir a éste. Entre aquellos pinos se pudo oír un leve susurro por parte de la susodicha “El lago es hermoso. Gracias.” Alejándose de la visibilidad de Brökk experimentó el recorrido de un escalofrío sobre su espina dorsal volteando sin prisa. Nada sólo nieve. Al llegar a una pequeña cueva se acostó sin importarle su vestido, no necesitaba descansando o dormir su prioridad era simplemente cerrar sus ojos y quedarse así para siempre o al menos eso pensaba.
—Imaginé que dirías algo similar, aun así quise intentarlo y no dudo que lo harías. Una manera diferente de matar llega a la misma ruta de la muerte.— No se sintió ofendida al contrario ella sabía que había ofendido a Brökk al dirigirse a él como vos, podría conocer sus habilidades pero no era necesario. Era mejor mantener la distancia, cuidarse uno del otro tener en sí una reserva. Ambos eran en cierta forma peligrosos. — Magia una palabra bastante poderosa en todas sus formas. Lo sé tan solo deseaba que algo sucediese, pero como lo has mencionado antes. Este lago es único para los portadores de la magia. Presentía que encontraría algo aquí.
Miraba cada detalle de él y de su espada. Su aura le revelo que era un hechicero; alguien diferente, parece ser que lleva consigo una gran carga sobre sus hombros al igual que su magia Es admirable proviniendo de un guerrero como él. Sus pensamientos abrumaron los suyos.Había participado en guerras con otros vampiros, era singular de ellos usar la oscuridad y la esencia escarlata para una batalla sin duda a morir después de todo eran casi inmortales ignorando el detalle del corazón o la decapitación, gran parte miran por debajo a las demás variedades de especies que existían mostrando su superioridad. Edeline le repugnaba aquello, le era tan similar a la aristocracia que lo detestaba; una vampiresa singular se podría decir, su comportamiento escasamente lo relacionaba con ellos. No hizo mención alguna de lo que diviso excepto sobre el padre de Brökk.
—No es necesario, me retiro. Hace algún tiempo también fui humana; quizá pueda comprender tu desesperación— se alejó de él llegando hasta su corcel quien levanto su cabeza dando algunos giros. Tomo la bolsa guardando la vaina a la vez retirando el sobre de la carta. —No te atacaré por la espalda o te haré una emboscada; Solamente pretendía buscar el dueño de éste sello particular, no lo reconozco. Será de mala educación pedirte esto, cuando vayas a ver a tu padre por favor busca este sello. Sería de gran ayuda saber de quién es. —habló con calma dejando el sobre en la nieve con mucha finura. — Seguiré esperando el castigo por invadir estas tierras después de todo ya sabes dónde me encontrarás. Hasta pronto.
Dio vuelta tomando la cuerda del corcel—a quien no montó—caminado tranquilamente entre los caminos esplendorosos del paisaje. Se despojó de su capa para cubrir a éste. Entre aquellos pinos se pudo oír un leve susurro por parte de la susodicha “El lago es hermoso. Gracias.” Alejándose de la visibilidad de Brökk experimentó el recorrido de un escalofrío sobre su espina dorsal volteando sin prisa. Nada sólo nieve. Al llegar a una pequeña cueva se acostó sin importarle su vestido, no necesitaba descansando o dormir su prioridad era simplemente cerrar sus ojos y quedarse así para siempre o al menos eso pensaba.
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Escuchó el discurso de la vampiresa sin inmutarse. Bien, estaba buscando a alguien, o algo o lo que fuera. Pero le daba exactamente igual, deseaba que se marchase, no le gustaba tratar con seres que no tenían conciencia ni un corazón latiendo bajo la piel.
Dijo que no le atacaría, que no le emboscaría...que lo intentase si tenía agallas. No era tan fácil como los pobres campesinos que no sabían como defenderse y que acabarían siendo la cena de tan desagradable criatura. Él podía plantar cara, no se rendía fuera cual fuese el enemigo y no sería hoy el primer día que eso sucediera.
Al parecer la mujer decidió que no valía la pena insistir en quedarse allí, pues nada había para ella en ese lugar, sólo para quienes pudieran atravesar el velo mágico y viajar a donde éste te llevaba. Mejor, así no tendría que perder más de su valioso tiempo en tratar de cruzar al otro lado. Le dejó la carta sobre la nieve, pidiéndole que localizara al dueño de ese sello y se marchó caminando junto a su montura. El vikingo se encogió de hombros y guardó el sobre entre los pliegues de su camisa, bajo el peto tachonado de incrustaciones metálicas. Las brumas empezaban a cerrarse y corrió hacia la orilla del lago extendiendo los brazos y pronunciando las palabras que en teoría deberían abrirle el portal y cuando el aire cambió, arremolinándose frente a sus pies, dio un paso y desapareció en su interior, cerrándose la entrada como si allí no hubiera pasado nada. Excepto que en el suelo estaban las huellas que eran testigos mudos de que alguien había paseado por allí y había desaparecido sin más.
Apareció al otro lado del portal temporal, donde pudo localiza a su padre, el general Ulf, y advertirle de la emboscada que lo mandaría a la tumba y dejaría viuda a su madre y huérfanos a sus cuatro hermanos. Al general ya no le extrañaban estas cosas, su mujer y su primogénito estaban bendencidos por la magia y estaba acostumbrado a que estas cosas extrañas sucedieran con cierta frecuencia en su casa. Brökk tenía pensado regresar unos días después cuando el asunto estuviera resuelto, pero recordó al carta de la extraña y la sacó de su bolsillo enseñándosela a Ulf. Su padre frunció el entrecejo.
— ¿dónde has conseguido esto?
— me la dio una mujer justo antes de atravesar el portal, era...
— cainita. Una chupasangres.
— ¿Cómo lo sabes?
— este es el sello de Tiberius, uno de los más poderosos magos de toda Europa, dicen que tiene más de mil años porque entregó parte de su magia y su poder a un demonio a cambio de que lo convirtiera en inmortal, y al parecer es un vampiro.
— ¿y dónde está ese tal Tiberius?
— ¿para qué quieres saberlo? es problema de esa mujer, no tuyo. No te metas en líos Brökk, que se busque la vida.
Asintió a su padre y regresó a su tiempo por el portal de nuevo. Había pasado unos pocos días y no había ni rastro de Edeline Swan, pero recordaba hacia dónde se marchó. Rastreó el paraje y no obtuvo resultados, pero al día siguiente lo batió de nuevo y dio con la cueva donde la cainita estaba refugiada.
Dijo que no le atacaría, que no le emboscaría...que lo intentase si tenía agallas. No era tan fácil como los pobres campesinos que no sabían como defenderse y que acabarían siendo la cena de tan desagradable criatura. Él podía plantar cara, no se rendía fuera cual fuese el enemigo y no sería hoy el primer día que eso sucediera.
Al parecer la mujer decidió que no valía la pena insistir en quedarse allí, pues nada había para ella en ese lugar, sólo para quienes pudieran atravesar el velo mágico y viajar a donde éste te llevaba. Mejor, así no tendría que perder más de su valioso tiempo en tratar de cruzar al otro lado. Le dejó la carta sobre la nieve, pidiéndole que localizara al dueño de ese sello y se marchó caminando junto a su montura. El vikingo se encogió de hombros y guardó el sobre entre los pliegues de su camisa, bajo el peto tachonado de incrustaciones metálicas. Las brumas empezaban a cerrarse y corrió hacia la orilla del lago extendiendo los brazos y pronunciando las palabras que en teoría deberían abrirle el portal y cuando el aire cambió, arremolinándose frente a sus pies, dio un paso y desapareció en su interior, cerrándose la entrada como si allí no hubiera pasado nada. Excepto que en el suelo estaban las huellas que eran testigos mudos de que alguien había paseado por allí y había desaparecido sin más.
Apareció al otro lado del portal temporal, donde pudo localiza a su padre, el general Ulf, y advertirle de la emboscada que lo mandaría a la tumba y dejaría viuda a su madre y huérfanos a sus cuatro hermanos. Al general ya no le extrañaban estas cosas, su mujer y su primogénito estaban bendencidos por la magia y estaba acostumbrado a que estas cosas extrañas sucedieran con cierta frecuencia en su casa. Brökk tenía pensado regresar unos días después cuando el asunto estuviera resuelto, pero recordó al carta de la extraña y la sacó de su bolsillo enseñándosela a Ulf. Su padre frunció el entrecejo.
— ¿dónde has conseguido esto?
— me la dio una mujer justo antes de atravesar el portal, era...
— cainita. Una chupasangres.
— ¿Cómo lo sabes?
— este es el sello de Tiberius, uno de los más poderosos magos de toda Europa, dicen que tiene más de mil años porque entregó parte de su magia y su poder a un demonio a cambio de que lo convirtiera en inmortal, y al parecer es un vampiro.
— ¿y dónde está ese tal Tiberius?
— ¿para qué quieres saberlo? es problema de esa mujer, no tuyo. No te metas en líos Brökk, que se busque la vida.
Asintió a su padre y regresó a su tiempo por el portal de nuevo. Había pasado unos pocos días y no había ni rastro de Edeline Swan, pero recordaba hacia dónde se marchó. Rastreó el paraje y no obtuvo resultados, pero al día siguiente lo batió de nuevo y dio con la cueva donde la cainita estaba refugiada.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Había pasado algunas horas desde que cerró sus orbes, el sol se había ocultado por completo y la blanquecina nieve había cubierto gran parte de ella, creando una pequeña manta suave y mortífera. El viento comenzaba a reinar entre la oscuridad sonidos de animales se escuchaban por todos lados. Una voz ronca resonó en sus oídos como si estuviese justo al lado de ella.
—Sólo hay una cosa que debes entender completamente Edeline. El hecho de que nunca podrás escapar de nosotros. ¿Estas lista?
Abrió sus orbes grisáceos rápidamente que miraban el azulado cielo sin luna parpadeando un par de veces cerrando fuertemente su puño. Volteo hacia ambos lados, si alguien había estado allí fue bastante rápido en desaparecer sin dejar a su paso algún rastro que lo delatase. Lo extraño fue que su aura de esa persona no estuvo ahí en ningún momento solo su voz.
Habían pasado ya algunos días desde que la femenina había escuchado aquellas palabras por segunda vez las cuales se propagaban aún en su mente. Eran difíciles de olvidar. Durante esos días sintió un dolor agudo en su pecho como si algo lo atravesará al parecer lo ignoraba pues no le tomo mucha importancia.
La cueva donde se hospedaba no era del todo acogedora pero era reconfortante tener un lugar alejado de las personas para descansar. El calor que emergía de la fogata era demasiado cálido que acerco su mano al fuego para poder sentirlo, la movía de un lugar a otro a veces en círculos.
—Fuego es sólo fuego—dijo mirando detalladamente su color anaranjado y las pequeñas chispas que hacía—Peligroso pero cálido. Demasiado poderoso como el agua, supongo que es por eso que son enemigos—soltó una leve risa retirando su mano.
Un refunfuñeo procedente de su corcel atrajo su atención; era un llamado a que tenía hambre. Edeline le ofreció varias manzanas que tenía en su bolso aceptando gustoso éste.
—“El hecho de que nunca podrás escapar de nosotros” ¿A qué se refiere?—dijo—Sabes Lluvia no sé porque esas palabras me atormentan tanto. No sé quién fue quien me habló pero estoy segura que no era un mortal. Su voz era masculina y helada. Es probable que tenga que ver con Mascara. Debe ser la misma persona que me envió la carta. Tan solo espero que Brökk haya encontrado quien es.
Se dispuso a practicar su habilidad como arquera con una ballesta clásica de madera-metálica con algunas incrustaciones de cristales a su alrededor así como detalles grabados en ella. Se concentró hacia su objetivo, un viejo pino que al parecer iba a fallecer muy pronto. Tomo la ballesta firmemente, soltando el gatillo quien disparó con velocidad la flecha haciendo que dese varias vueltas llegando justo al centro, después otra flecha luego otra y así sucesivamente haciendo en total seis tiros en el centro.
— ¿Brökk?— preguntó a nadie en particular al sentir un aura de hechicero aproximándose a ella— Eres tú, me siento aliviada pensé que era otra persona. ¿Has encontrado a quien pertenece ese sello?—presentía que no sería agradable oír el nombre de esa persona.
—Sólo hay una cosa que debes entender completamente Edeline. El hecho de que nunca podrás escapar de nosotros. ¿Estas lista?
Abrió sus orbes grisáceos rápidamente que miraban el azulado cielo sin luna parpadeando un par de veces cerrando fuertemente su puño. Volteo hacia ambos lados, si alguien había estado allí fue bastante rápido en desaparecer sin dejar a su paso algún rastro que lo delatase. Lo extraño fue que su aura de esa persona no estuvo ahí en ningún momento solo su voz.
Habían pasado ya algunos días desde que la femenina había escuchado aquellas palabras por segunda vez las cuales se propagaban aún en su mente. Eran difíciles de olvidar. Durante esos días sintió un dolor agudo en su pecho como si algo lo atravesará al parecer lo ignoraba pues no le tomo mucha importancia.
La cueva donde se hospedaba no era del todo acogedora pero era reconfortante tener un lugar alejado de las personas para descansar. El calor que emergía de la fogata era demasiado cálido que acerco su mano al fuego para poder sentirlo, la movía de un lugar a otro a veces en círculos.
—Fuego es sólo fuego—dijo mirando detalladamente su color anaranjado y las pequeñas chispas que hacía—Peligroso pero cálido. Demasiado poderoso como el agua, supongo que es por eso que son enemigos—soltó una leve risa retirando su mano.
Un refunfuñeo procedente de su corcel atrajo su atención; era un llamado a que tenía hambre. Edeline le ofreció varias manzanas que tenía en su bolso aceptando gustoso éste.
—“El hecho de que nunca podrás escapar de nosotros” ¿A qué se refiere?—dijo—Sabes Lluvia no sé porque esas palabras me atormentan tanto. No sé quién fue quien me habló pero estoy segura que no era un mortal. Su voz era masculina y helada. Es probable que tenga que ver con Mascara. Debe ser la misma persona que me envió la carta. Tan solo espero que Brökk haya encontrado quien es.
Se dispuso a practicar su habilidad como arquera con una ballesta clásica de madera-metálica con algunas incrustaciones de cristales a su alrededor así como detalles grabados en ella. Se concentró hacia su objetivo, un viejo pino que al parecer iba a fallecer muy pronto. Tomo la ballesta firmemente, soltando el gatillo quien disparó con velocidad la flecha haciendo que dese varias vueltas llegando justo al centro, después otra flecha luego otra y así sucesivamente haciendo en total seis tiros en el centro.
— ¿Brökk?— preguntó a nadie en particular al sentir un aura de hechicero aproximándose a ella— Eres tú, me siento aliviada pensé que era otra persona. ¿Has encontrado a quien pertenece ese sello?—presentía que no sería agradable oír el nombre de esa persona.
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Llegó a la zona de la caverna donde había estado descansando la vampiresa y cual fue su sorpresa cuando la halló tirando con una ballesta a una diana en un tronco de un árbol. Frunció el ceño, además de monstruos sobrenatural tenía ciertas habilidades con las armas, como si su naturaleza sobrehumana no le supusiera suficientes ventajas ya. No podría parar el virote con su peto de cuero tachonado de metal, no era lo suficientemente grueso, así que tendría que andarse con cuidado, porque no se fiaba de nada ni de nadie que estuviera empuñando un arma tan letal. Se detvo a unos pasos del linde, donde las ramas de los árboles acababan y todavía quedaba un trecho de nieve que podría ser vital si la mujer decidía dirigir su ballesta hacia él.
— Hola señorita Swan. Estaría más cómodo si dejase la ballesta en el suelo, no vaya a dispararse por error y me convierta en un espeto para la cena.
Sacó de su bolsillo la carta con el sello que le dio y subió la mano y la agitó a la altura de la cara.
— pude preguntarle a mi padre, me dijo que este anagrama es el de Tiberius, el mago más poderoso de toda Europa. Le pregunté cómo llegar hasta él, pero no quiso darme más información. Es mi padre, prefiere verme entero y conservando las extremidades, como usted comprenderá, asi que ya tiene la información que quería y todos en paz.
No sabía qué calado tendrían mis palabras en la vampiresa, porque con aquella información tampoco es que la estuviera ayudando demasiado, pero es que como mi padre decía, no tenía por qué. No era mi asunto ni mi problema, y buscarme la ruina por una desconocida no tenía sentido alguno. Si el tal Tiberius era un mago poderoso, lo mejor era estar lejos de él, porque no se había metido con mi familia y no había necesidad de confrontarlo. Si la señorita Swan quería ir a verlo y arreglar sus asuntos con él, era libre de hacerlo.
— Creo que con esto mi misión ha concluido, a menos que quiera regresar a la ciudad conmigo, que es a donde me dirijo..— la miró de lado esperando la respuesta, presto a marcharse. Después de haber cruzado dos veces un portal temporal estaba cansado, hambriento y algo helado, no le apetecía quedarse allí por gusto, al raso y más tiempo del necesario.
— Hola señorita Swan. Estaría más cómodo si dejase la ballesta en el suelo, no vaya a dispararse por error y me convierta en un espeto para la cena.
Sacó de su bolsillo la carta con el sello que le dio y subió la mano y la agitó a la altura de la cara.
— pude preguntarle a mi padre, me dijo que este anagrama es el de Tiberius, el mago más poderoso de toda Europa. Le pregunté cómo llegar hasta él, pero no quiso darme más información. Es mi padre, prefiere verme entero y conservando las extremidades, como usted comprenderá, asi que ya tiene la información que quería y todos en paz.
No sabía qué calado tendrían mis palabras en la vampiresa, porque con aquella información tampoco es que la estuviera ayudando demasiado, pero es que como mi padre decía, no tenía por qué. No era mi asunto ni mi problema, y buscarme la ruina por una desconocida no tenía sentido alguno. Si el tal Tiberius era un mago poderoso, lo mejor era estar lejos de él, porque no se había metido con mi familia y no había necesidad de confrontarlo. Si la señorita Swan quería ir a verlo y arreglar sus asuntos con él, era libre de hacerlo.
— Creo que con esto mi misión ha concluido, a menos que quiera regresar a la ciudad conmigo, que es a donde me dirijo..— la miró de lado esperando la respuesta, presto a marcharse. Después de haber cruzado dos veces un portal temporal estaba cansado, hambriento y algo helado, no le apetecía quedarse allí por gusto, al raso y más tiempo del necesario.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Era él sin duda alguna, Edeline se alivió de verlo, no se había percatado sobre la ballesta que poseía su ágil mano, tan atenta que estaba hacia las palabras del hechicero Brökk que sintió una vergüenza invadir su cuerpo al notar que aún tenía su ballesta.
—Y-yo, l-lo siento—Rápidamente bajó aquella arma tan valiosa para ella—No, nunca te convertiría en mi cena aunque no me creas— mostró una pequeña sonrisa.
Le mostró la carta con su sello tan peculiar; Edeline quedó asombrada al ver como el hechicero le hizo aquel favor ya que ella pensaba que nunca lo haría por ser uno de los hijos de la noche, su sonrisa fue borrada de inmediato al escuchar el nombre “Tiberius”, quedó aturdida; el mestizo como vulgarmente le decían los seres más antiguos por ser primero un hechicero y después un vampiro era un ser superior a otros. Era él quien había creado todo esto, la cuestión era saber ¿Por qué?
—No puede ser; ¡Es tiberius! Ese maldito cómo se atreve. Mordí bruscamente mi labio inferior hasta hacerlo sangrar, sólo lo vi una vez en una caminata que realice con mi mentor, fue mi primer contacto con él, no lo conocía a la perfección pero lo odiaba más que a cualquier otro ser que existiera. Era un vampiro con demasiado poder, su sadismo que era su máximo placer que disfrutaba al ver como sus presas tenían miedo y temor. Se mostraba con aquella sonrisa tétrica que lucía, no tenía piedad por nadie al matar a alguien lo hacía tan atroz que a cualquiera desearía estar muerto en ese instante o en otro lugar; le encantaba ver como la sangre de sus víctimas era succionada por sus largos y afiladísimos colmillos como los de un demonio hambriento de muerte. Tomo la carta con cierta fuerza no muy notoria para no alertar a Brökk y realice mi muerte de una vez, aún no es tiempo de morir…Tiberius está detrás de todo esto sin duda alguna pero nadie conoce los planes de ese hombre, es tanta su ambición de poder que me involucró en sus planes ¿¡Qué desea él de mí!? Debo cuidar mis espaldas, el juego está por comenzar Tiberius, ya veremos quién gana—pensó mientras sus emociones corrían rápidamente por todo su cuerpo buscando la forma de controlar su furia y odio en ese momento.
—Entiendo a la perfección la preocupación de tu padre joven Brökk, tiene razón por lo de Tiberius nadie sabe de qué es capaz esa persona. No hay algo de que no desee él— dijo de manera sutil sin mostrar su agresividad ante el hecho de Tiberius—Sé lo agradezco, me ha sido de utilidad saber a quién corresponde este sello. Si no es mucha molestia mi compañía para usted, me gustaría regresar a la cuidad lo antes posible.
Se apresuró en guardar sus pertenecías rápidamente, miraba hacia todos lados tratando de rastrear que nadie estuviera cerca de allí pero podría ser inútil. Tiberius tenía un extraño poder para que su aura no la sintieran otros seres estando cerca de ellos. Su camino hacia la cuidad sería largo y sin duda peligroso, debían tener cuidado.
Le ofreció una manzana roja que se veía apetecible.
—Brökk toma esta manzana, creó que tienes hambre, te hará bien…
—Y-yo, l-lo siento—Rápidamente bajó aquella arma tan valiosa para ella—No, nunca te convertiría en mi cena aunque no me creas— mostró una pequeña sonrisa.
Le mostró la carta con su sello tan peculiar; Edeline quedó asombrada al ver como el hechicero le hizo aquel favor ya que ella pensaba que nunca lo haría por ser uno de los hijos de la noche, su sonrisa fue borrada de inmediato al escuchar el nombre “Tiberius”, quedó aturdida; el mestizo como vulgarmente le decían los seres más antiguos por ser primero un hechicero y después un vampiro era un ser superior a otros. Era él quien había creado todo esto, la cuestión era saber ¿Por qué?
—No puede ser; ¡Es tiberius! Ese maldito cómo se atreve. Mordí bruscamente mi labio inferior hasta hacerlo sangrar, sólo lo vi una vez en una caminata que realice con mi mentor, fue mi primer contacto con él, no lo conocía a la perfección pero lo odiaba más que a cualquier otro ser que existiera. Era un vampiro con demasiado poder, su sadismo que era su máximo placer que disfrutaba al ver como sus presas tenían miedo y temor. Se mostraba con aquella sonrisa tétrica que lucía, no tenía piedad por nadie al matar a alguien lo hacía tan atroz que a cualquiera desearía estar muerto en ese instante o en otro lugar; le encantaba ver como la sangre de sus víctimas era succionada por sus largos y afiladísimos colmillos como los de un demonio hambriento de muerte. Tomo la carta con cierta fuerza no muy notoria para no alertar a Brökk y realice mi muerte de una vez, aún no es tiempo de morir…Tiberius está detrás de todo esto sin duda alguna pero nadie conoce los planes de ese hombre, es tanta su ambición de poder que me involucró en sus planes ¿¡Qué desea él de mí!? Debo cuidar mis espaldas, el juego está por comenzar Tiberius, ya veremos quién gana—pensó mientras sus emociones corrían rápidamente por todo su cuerpo buscando la forma de controlar su furia y odio en ese momento.
—Entiendo a la perfección la preocupación de tu padre joven Brökk, tiene razón por lo de Tiberius nadie sabe de qué es capaz esa persona. No hay algo de que no desee él— dijo de manera sutil sin mostrar su agresividad ante el hecho de Tiberius—Sé lo agradezco, me ha sido de utilidad saber a quién corresponde este sello. Si no es mucha molestia mi compañía para usted, me gustaría regresar a la cuidad lo antes posible.
Se apresuró en guardar sus pertenecías rápidamente, miraba hacia todos lados tratando de rastrear que nadie estuviera cerca de allí pero podría ser inútil. Tiberius tenía un extraño poder para que su aura no la sintieran otros seres estando cerca de ellos. Su camino hacia la cuidad sería largo y sin duda peligroso, debían tener cuidado.
Le ofreció una manzana roja que se veía apetecible.
—Brökk toma esta manzana, creó que tienes hambre, te hará bien…
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Miró a Edeline de reojo y torció una sonrisa irónica en la cara, a veces le salía el sentido del humor de su padre.
— Señorita Swan, tengo hermanas, he escuchado dos millones de veces el cuento de Blancanieves y la bruja y la dichosa manzana envenenada. No he desarrollado el gusto por esas frutas cuando vienen de manos desconocidas, no se ofenda, no es personal. Le agradezco el detalle.
Caminaron en paralelo durante largo trecho, cada cual sumido en sus propias tribulaciones. Ya había atravesado el portal, avisando a su padre en el futuro para que rehiciese su estrategia y así evitar su muerte. Ahora regresaría con los suyos a la fortaleza de Akershus en Noruega, donde había crecido la mayor parte del tiempo. Aunque sus hermanos y su madre es posible que en esa época del año estuvieran en París, porque Yrian, uno de los pequeños no soportaba bien el frío intenso de Noruega y siempre estaba con fiebres y toses. Su madre no quería arriesgarse con él, pues no era un protegido de ningun dios y nada les aseguraba que no sucumbiera al invierno, como le pasó a los hermanos mayores de su madre. Todavía estaba tratando de decidir qué hacer, si marcharse a París o a Noruega cuando un crujido de ramas lo alertó y se detuvo.
— Quieta... atenta. Hay algo en la espesura.— desenvainó la espada que llevaba a la espalda aunque quizás estaba más seguro con Edeline que con niguna otra arma, los vampiros tenían fama de indestructibles, de depredadores máximos. Se quedaron quietos esperando que aquello que les acechaba se diera a conocer. Al poco un ciervo pasó brincando. Bajó el arma y respiró, relajando la tensión de los hombros.— falsa alarma sigamos hacia...— no pudo acabar la frase porque algo le saltó encima haciéndolo caer al suelo. Un hedor a humanidad sucia e indigente inundó sus fosas nasales. ¡Mierda! salteadores, bandidos. No dudarían en asesinarlos a sangre fría para quedarse con cualquier cosa, desde sus botas a su propia carne, pues ésta no abundaba cuando la nieve lo cubría todo.
— Señorita Swan, tengo hermanas, he escuchado dos millones de veces el cuento de Blancanieves y la bruja y la dichosa manzana envenenada. No he desarrollado el gusto por esas frutas cuando vienen de manos desconocidas, no se ofenda, no es personal. Le agradezco el detalle.
Caminaron en paralelo durante largo trecho, cada cual sumido en sus propias tribulaciones. Ya había atravesado el portal, avisando a su padre en el futuro para que rehiciese su estrategia y así evitar su muerte. Ahora regresaría con los suyos a la fortaleza de Akershus en Noruega, donde había crecido la mayor parte del tiempo. Aunque sus hermanos y su madre es posible que en esa época del año estuvieran en París, porque Yrian, uno de los pequeños no soportaba bien el frío intenso de Noruega y siempre estaba con fiebres y toses. Su madre no quería arriesgarse con él, pues no era un protegido de ningun dios y nada les aseguraba que no sucumbiera al invierno, como le pasó a los hermanos mayores de su madre. Todavía estaba tratando de decidir qué hacer, si marcharse a París o a Noruega cuando un crujido de ramas lo alertó y se detuvo.
— Quieta... atenta. Hay algo en la espesura.— desenvainó la espada que llevaba a la espalda aunque quizás estaba más seguro con Edeline que con niguna otra arma, los vampiros tenían fama de indestructibles, de depredadores máximos. Se quedaron quietos esperando que aquello que les acechaba se diera a conocer. Al poco un ciervo pasó brincando. Bajó el arma y respiró, relajando la tensión de los hombros.— falsa alarma sigamos hacia...— no pudo acabar la frase porque algo le saltó encima haciéndolo caer al suelo. Un hedor a humanidad sucia e indigente inundó sus fosas nasales. ¡Mierda! salteadores, bandidos. No dudarían en asesinarlos a sangre fría para quedarse con cualquier cosa, desde sus botas a su propia carne, pues ésta no abundaba cuando la nieve lo cubría todo.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
—Claro joven Tollak— Sus labios formaron una sonrisa que resistían una risa sutil. Daba suaves mordidas a la rojiza manzana.
Aunque caminaban juntos ningún pronunció una mínima palabra. Edeline seguía admirando el paisaje del bosque, mirando por todos lados pareciendo una niña pequeña a quien por primera vez le dejan jugar con su juguete favorito. La nieve era uno de los mejores momentos de su vida como mortal. Su padre siempre se escapaba con ella cuando era pequeña cada vez que nevaba, usaba el pretexto de que no recibiría visitas por ningún motivo que fuese, por qué quería estar sólo. Durante las noches cometía su acto—el cual era muy divertido—, sin quien nadie de los sirvientes lo viera iba a la habitación azulada de su hija quien esperaba con ansias el suceso, siempre iban al mismo lugar, una sencilla cabaña para no levantar sospechas, era su escondite perfecto. Disfrutaban el tiempo que pasaban padre e hija, le contaba historias, jugaban hasta ya no sentir las piernas. Sylvain Swan amaba mucho a su hija, evitaba que se efectuasen las tragedias que marcarían su vida desde que nació— era lo único que tenía después de perder a su amada esposa— atesoraba cada momento que pasaba con ella y trataba que ella también; podrían ser una familia normal olvidándose de sus asuntos y de su estatus.
Su mayor recuerdo fue interrumpido al oír la voz del hechicero. Vio la filosa espada que estaba descubierta de Brökk, sin duda había un peligro feroz que se ocultaba en los arbustos, aguardo a esperar lo que estaba asechando, desprendiendo la ballesta que tenía en su bolso.
Soltó un suspiro de alivio al ver que solo era un ciervo que pasaba por allí. Su corcel refunfuñó asustado saliendo corriendo velozmente del lugar.
— Es un…¡Eh!—De sorpresa un grupo de bandidos—de ropas sucias manchadas de sangre, su olor nauseabundo se encontraba por todo el lugar— los atacó por la espalda atacando primero a Brökk, saltándose encima de él, la vampiresa reacciono rápidamente, con sus afiladas uñas perforo una de sus verdosas venas de su cuello, dándole una muerte sumamente dolorosa y lenta.
—Mátenlos y recuerden quitarles todas sus pertenecías—dijo dando la orden un hombre de siniestros ojos
—Ataquen—dijeron todos al unísono todos, siguiendo la orden.
“Hubiera preferido evitar lo que pasará “pensó Edeline. Su velocidad era increíblemente rápida, sin darse cuenta dio un leve impulsó a levitarse dando agiles giros en el aire, soltando fuertes golpes y patadas en el pecho de los hombres justo en sus corazones. Lanzó uno de sus virotes que a travesó a dos hombres desgarrando su piel, derramando su sangre sobre la delicada nieve.
Eran más de 15 hombres de aspectos algo corpulentos, embarrados de lodo y sudor; lo extraño era que traían consigo a un pequeño niño que sin duda pertenecía a una familia rica por su apariencia saludable, no mostraba ninguna emoción notable parecía indiferente ante lo ocurrido. ¿Cuál sería el motivo para que estuviese con ellos?
Aunque caminaban juntos ningún pronunció una mínima palabra. Edeline seguía admirando el paisaje del bosque, mirando por todos lados pareciendo una niña pequeña a quien por primera vez le dejan jugar con su juguete favorito. La nieve era uno de los mejores momentos de su vida como mortal. Su padre siempre se escapaba con ella cuando era pequeña cada vez que nevaba, usaba el pretexto de que no recibiría visitas por ningún motivo que fuese, por qué quería estar sólo. Durante las noches cometía su acto—el cual era muy divertido—, sin quien nadie de los sirvientes lo viera iba a la habitación azulada de su hija quien esperaba con ansias el suceso, siempre iban al mismo lugar, una sencilla cabaña para no levantar sospechas, era su escondite perfecto. Disfrutaban el tiempo que pasaban padre e hija, le contaba historias, jugaban hasta ya no sentir las piernas. Sylvain Swan amaba mucho a su hija, evitaba que se efectuasen las tragedias que marcarían su vida desde que nació— era lo único que tenía después de perder a su amada esposa— atesoraba cada momento que pasaba con ella y trataba que ella también; podrían ser una familia normal olvidándose de sus asuntos y de su estatus.
Su mayor recuerdo fue interrumpido al oír la voz del hechicero. Vio la filosa espada que estaba descubierta de Brökk, sin duda había un peligro feroz que se ocultaba en los arbustos, aguardo a esperar lo que estaba asechando, desprendiendo la ballesta que tenía en su bolso.
Soltó un suspiro de alivio al ver que solo era un ciervo que pasaba por allí. Su corcel refunfuñó asustado saliendo corriendo velozmente del lugar.
— Es un…¡Eh!—De sorpresa un grupo de bandidos—de ropas sucias manchadas de sangre, su olor nauseabundo se encontraba por todo el lugar— los atacó por la espalda atacando primero a Brökk, saltándose encima de él, la vampiresa reacciono rápidamente, con sus afiladas uñas perforo una de sus verdosas venas de su cuello, dándole una muerte sumamente dolorosa y lenta.
—Mátenlos y recuerden quitarles todas sus pertenecías—dijo dando la orden un hombre de siniestros ojos
—Ataquen—dijeron todos al unísono todos, siguiendo la orden.
“Hubiera preferido evitar lo que pasará “pensó Edeline. Su velocidad era increíblemente rápida, sin darse cuenta dio un leve impulsó a levitarse dando agiles giros en el aire, soltando fuertes golpes y patadas en el pecho de los hombres justo en sus corazones. Lanzó uno de sus virotes que a travesó a dos hombres desgarrando su piel, derramando su sangre sobre la delicada nieve.
Eran más de 15 hombres de aspectos algo corpulentos, embarrados de lodo y sudor; lo extraño era que traían consigo a un pequeño niño que sin duda pertenecía a una familia rica por su apariencia saludable, no mostraba ninguna emoción notable parecía indiferente ante lo ocurrido. ¿Cuál sería el motivo para que estuviese con ellos?
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
El guerrero no se detuvo ni se quedó atrás, su padre le enseñó el uso de todas las armas, había entrenado hasta desfallecer día tras días para ser como el general Ulf, duro, rápido, eficaz. Si podía matar con dos golpes de espada, mejor que con cuatro. Los cementerios estaban lleno de héroes y de gente que respetaba las normas. En el combate por tu vida no había normas, sólo matar o morir y él no iba a ser el que muriese, no ese día. Nadie le arrebataría el momento que algun día estaba por llegar, ése en el que el protegido del dios del Caos tendria un papel relevante.
Se sacudió de encima a uno, otro le atacó por delante, lo ensartó con su espada y lo usó de escudo contra el que había repelido y que ya volvia a la carga. El siguiente no se hizo esperar, iba con un puñal corto y nada pudo hacer frente a la bastarda del vikingo, empuñada tanto a una mano como a dos. Se enzarzó con otro que bloqueó su ataque y al quedar trabados le dio la espalda al que llevaba el arco, y por detrás, el muy bastardo, le disparó una flecha que impactó en su omóplato. Rugió de dolor, pero siguió peleando y se dio la vuelta, esperando que Edeline se encargase del arquero porque él estaba demasiado lejos.
Así, uno a uno fueron cayendo hasta sólo quedar el niño, la adrenalina de la batalla lo mantenía en pie, pero el flechazo dolía y quemaba como un infierno. Alrededor de la herida se podía apreciar una sustancia verdosa, las flechas estaban envenenadas.
El vikingo partió el asta de la flecha y la arrancó de su carne apretando los dientes, pero no tardó ni treinta segundos en desplomarse contra la nieve, era un veneno potente.
Se sacudió de encima a uno, otro le atacó por delante, lo ensartó con su espada y lo usó de escudo contra el que había repelido y que ya volvia a la carga. El siguiente no se hizo esperar, iba con un puñal corto y nada pudo hacer frente a la bastarda del vikingo, empuñada tanto a una mano como a dos. Se enzarzó con otro que bloqueó su ataque y al quedar trabados le dio la espalda al que llevaba el arco, y por detrás, el muy bastardo, le disparó una flecha que impactó en su omóplato. Rugió de dolor, pero siguió peleando y se dio la vuelta, esperando que Edeline se encargase del arquero porque él estaba demasiado lejos.
Así, uno a uno fueron cayendo hasta sólo quedar el niño, la adrenalina de la batalla lo mantenía en pie, pero el flechazo dolía y quemaba como un infierno. Alrededor de la herida se podía apreciar una sustancia verdosa, las flechas estaban envenenadas.
El vikingo partió el asta de la flecha y la arrancó de su carne apretando los dientes, pero no tardó ni treinta segundos en desplomarse contra la nieve, era un veneno potente.
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Tan rápido como atacaron los embusteros fue la respuesta de Brökk y Edeline, cada uno concentrándose en un grupo de éstos manchando con su sangre todo el lugar. La vampiresa tenía un instinto nato de matar que a veces podría llegar ser perverso lo ocultaba perfectamente ante la vista de los demás. Y esta vez se los mostraría a aquellos hombres sin dudar.
Con extrema velocidad se movía de un lugar a otro, disparando los virotes hasta quedar sin ninguno, formando así el combate cuerpo a cuerpo, para aquellos pensaban que era una simple mujer igual a muchas otras, indefensa, que tomarían a la fuerza en sus actos más atroces; deseando dar fin al combate, varios hombres se fueron contra ella, mientras que a un arquero con señas le encargaron la tarea de eliminar al guerrero que luchaba con Edeline.
Estando en medio se colocó en posición de combate, esquivando el primer golpe con una patada en la rodilla del sujeto haciéndolo caer de inmediato haciendo imposible su levantamiento, acercándose por la esquina dos hombres les fue desagarrado su cuello por las afiladas uñas de la duquesa, su contrataque fueron la anticipación de atrapar los golpes lanzados, rodillazos y defensa eran usados en sus contrataques, sus reflejos movían su cuerpo alcance del golpe.
Ambos mataban uno a uno, que atacaban por todos lados, el olor nauseabundo de su sangre se dispersaba en los aires. Escuchó un gruñido de dolor proveniente de Brökk, fijándose en la flecha que le había atravesado, en sus ojos le mostró la indicación de donde estaba aquel arquero cobarde que daba sus ataques por la espalda. En un parpadeo se encontraba enfrente de Edeline con mirada furiosa le dio una patada circular a la cabeza siendo letal para él, pero no le importó, con movimientos torpes el hombre trataba de levantarse escupiendo sangre.
—…Maldita…mujer…— fueron sus últimas palabras antes de arrancarle el corazón de su pecho arrojándolo sobre algún lugar de la nieve.
“Brökk” se giró sobre sus talones descendiendo de lo alto de los árboles, acercándose a él. “Veneno, no puede ser” observó preocupada el estado del hechicero. Conocía bien lo mortífero que podía ser si no se atendía rápido, recordó las enseñanzas de sus profesores, debía actuar rápido, tardó un instante en encontrar algunas hojas para poder extraer el veneno antes de que invadiera aún más su cuerpo. Lo cubrió con su larga capa a excepción de la herida.
—Resiste—presionó sobre la herida con las hojas, tratando de sacar todo el veneno posible—Necesito tu ayuda, conozco este veneno perfectamente es muy poderoso, necesito traspasar un poco la herida para poder sacar todo el veneno y después darte algún antídoto—esperando su aprobación seguía retirando todo el veneno.
El pequeño niño se acercó a ellos, dando un leve asentimiento de agradecimiento, Edeline lo miró por tres segundos pero pareciese que fue más tiempo de lo que pasó. Sentía que conocía al pequeño que estaba totalmente sumergido en sangre “¿Máscara? Podría ser que…no” Volteo a ver al guerrero, al escuchar unos murmullos en el aire.
Con extrema velocidad se movía de un lugar a otro, disparando los virotes hasta quedar sin ninguno, formando así el combate cuerpo a cuerpo, para aquellos pensaban que era una simple mujer igual a muchas otras, indefensa, que tomarían a la fuerza en sus actos más atroces; deseando dar fin al combate, varios hombres se fueron contra ella, mientras que a un arquero con señas le encargaron la tarea de eliminar al guerrero que luchaba con Edeline.
Estando en medio se colocó en posición de combate, esquivando el primer golpe con una patada en la rodilla del sujeto haciéndolo caer de inmediato haciendo imposible su levantamiento, acercándose por la esquina dos hombres les fue desagarrado su cuello por las afiladas uñas de la duquesa, su contrataque fueron la anticipación de atrapar los golpes lanzados, rodillazos y defensa eran usados en sus contrataques, sus reflejos movían su cuerpo alcance del golpe.
Ambos mataban uno a uno, que atacaban por todos lados, el olor nauseabundo de su sangre se dispersaba en los aires. Escuchó un gruñido de dolor proveniente de Brökk, fijándose en la flecha que le había atravesado, en sus ojos le mostró la indicación de donde estaba aquel arquero cobarde que daba sus ataques por la espalda. En un parpadeo se encontraba enfrente de Edeline con mirada furiosa le dio una patada circular a la cabeza siendo letal para él, pero no le importó, con movimientos torpes el hombre trataba de levantarse escupiendo sangre.
—…Maldita…mujer…— fueron sus últimas palabras antes de arrancarle el corazón de su pecho arrojándolo sobre algún lugar de la nieve.
“Brökk” se giró sobre sus talones descendiendo de lo alto de los árboles, acercándose a él. “Veneno, no puede ser” observó preocupada el estado del hechicero. Conocía bien lo mortífero que podía ser si no se atendía rápido, recordó las enseñanzas de sus profesores, debía actuar rápido, tardó un instante en encontrar algunas hojas para poder extraer el veneno antes de que invadiera aún más su cuerpo. Lo cubrió con su larga capa a excepción de la herida.
—Resiste—presionó sobre la herida con las hojas, tratando de sacar todo el veneno posible—Necesito tu ayuda, conozco este veneno perfectamente es muy poderoso, necesito traspasar un poco la herida para poder sacar todo el veneno y después darte algún antídoto—esperando su aprobación seguía retirando todo el veneno.
El pequeño niño se acercó a ellos, dando un leve asentimiento de agradecimiento, Edeline lo miró por tres segundos pero pareciese que fue más tiempo de lo que pasó. Sentía que conocía al pequeño que estaba totalmente sumergido en sangre “¿Máscara? Podría ser que…no” Volteo a ver al guerrero, al escuchar unos murmullos en el aire.
Edeline Swan- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 30/06/2017
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Re: Feria de Scarborough [Brökk Tollak]
Las brumas lo envolvieron y lo llevaron a algun extraño lugar entre dos realidades. Estaba vivo, pero transitaba por un campo yermo donde podía sentir los espíritus de los muertos. Su magia negra y nigromante seguía confinada y latente en su ser, pero al parecer empezaba a despertarse sin control.
Cuando sintió los colmillos de Edeline sobre la herida drenando el veneno, algo se activó en sus entrañas, la magia era reactiva a la mordedura de un ser oscuro como ella y salió de golpe de la inconsciencia a pesar de que el veneno supuraba. Sus ojos se surcaron de venas negras, al igual que sus manos, éstas ascendían desde los dedos recorriendo los brazos y llegando al cuello. Su llamada atrajo a entes vengativos y oscuros que se habían quedado atrapados entre la realidad y el más allá, se arremolinaron junto a él levantando el aire y la nieve que giraba a su alrededor como un torbellino. Pero el veneno menguaba sus fuerzas y tras unos segundos convertido en un ser oscuro y terrible, se desplomó del todo sobre la nieve. Esta vez sin fuerza alguna para resurgir. Necesitaba eliminar cada gota del veneno de su organismo y su dios protector, Loki, chasqueó los dedos desde su guarida en Asgard haciendo que por los orificios de la mordedura de Edeline saliese el veneno en forma hilos negros.
Pasarían horas hasta que el rubio recuperase la consciencia y si se quedaba allí tirado sobre la nieve se congelaría y moriría de frío, una muerte indigna para un guerrero. Bueno, en realidad Loki no dejaría que sucediese algo así, pero el dios tramposo observaba la situación y como estaba con él la joven vampira, no se preocupó demasiado y siguió jugando la partida de ajedrez con Baldr.
Cuando sintió los colmillos de Edeline sobre la herida drenando el veneno, algo se activó en sus entrañas, la magia era reactiva a la mordedura de un ser oscuro como ella y salió de golpe de la inconsciencia a pesar de que el veneno supuraba. Sus ojos se surcaron de venas negras, al igual que sus manos, éstas ascendían desde los dedos recorriendo los brazos y llegando al cuello. Su llamada atrajo a entes vengativos y oscuros que se habían quedado atrapados entre la realidad y el más allá, se arremolinaron junto a él levantando el aire y la nieve que giraba a su alrededor como un torbellino. Pero el veneno menguaba sus fuerzas y tras unos segundos convertido en un ser oscuro y terrible, se desplomó del todo sobre la nieve. Esta vez sin fuerza alguna para resurgir. Necesitaba eliminar cada gota del veneno de su organismo y su dios protector, Loki, chasqueó los dedos desde su guarida en Asgard haciendo que por los orificios de la mordedura de Edeline saliese el veneno en forma hilos negros.
Pasarían horas hasta que el rubio recuperase la consciencia y si se quedaba allí tirado sobre la nieve se congelaría y moriría de frío, una muerte indigna para un guerrero. Bueno, en realidad Loki no dejaría que sucediese algo así, pero el dios tramposo observaba la situación y como estaba con él la joven vampira, no se preocupó demasiado y siguió jugando la partida de ajedrez con Baldr.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 13/07/2017
Localización : París-Bergen-Nueva Orleans
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