Enchaîné ~Libre

por **Melinda Rinaldi** Vie Ago 04, 2017 2:48 pm

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Corría a toda prisa entre los arboles, la noche no tardaba en caer y traer consigo esa luna llena o al menos eso creía. Debía encontrar donde resguardarme para no hacer destrozos, quizás si me amarraba a un árbol lograba detenerme aunque la verdad sabía que no me ayudaría por mucho pues después de la transformación siempre aparecía en otro lugar.

El aroma de la tierra húmeda me era tan agradable , podía oír un riachuelo a una distancia considerable asi que de ahí me venia el aroma , de ser la situación distinta seguro hubiese acudido a el en vez de estar buscando donde encadenarme. Seguí corriendo hasta adentrarme bien en el bosque entre mas lejos de la ciudad y ojos humanos mejor.

Me detuve abruptamente cuando vi un árbol frondoso, eso debía bastar para entretenerme y no causar daño a nadie. Con cuidado me coloque el grillete en la mano y enrede la cadena de este alrededor del tronco. Bien ahora solo tenia que esperar a transformarme, me senté en el frío suelo poco me importo mancharme las ropas total terminarían echas tiros, mire hacia el cielo oscuro y nada por lo contrario se miraban unos nubarrones.-Genial, solo falta que me llueva -farfulle pateando la cadena que yacía en el suelo. Y de pronto una gota cayo sobre mi cabeza alce la mirada recibiendo mas gotitas de agua, de verdad que mi suerte esta del asco en estos momentos.

Todo parecía indicarme que me había confundido y hasta mañana habría luna llena, pero que tonta, mire mi mano encadenada al árbol y jale de esta apenas se movio.-Maldita sea...donde esta mi bol...- mire hacia los lados y pude ver como una ardilla tiraba de el a unos metros de dónde yo me encontraba. Le trone los dedos y esta corrio asustada dejando el bolso. Ya estaba toda empapada y encima esto.

por **Vasily Kalinnikov** Vie Ago 04, 2017 6:43 pm

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Cada vez que sentía el peso en su corazón, la tristeza haciendo estragos en su alma, Julien, necesitaba alejarse de todo y de todos. Y aquel día había intentado por todos los medios cambiar su estado de animo, pero simplemente le fue imposible. Parecía que todo se confabulaba en su contra, desde la mañana temprano, que apenas despertar, su criada le pidió que le permitiera hacer sus tareas, mientras su pequeño hijo permanecía a su lado, ya que el padre del infante, había muerto en extrañas circunstancias, unas noches atrás. Sin familia a quien dejar al cuidado, la pobre viuda no había tenido otra opción que implorar por su generosidad y su buen corazón, para no ser despedida y para que le permitiera, desde ese día, quedarse en una de las habitaciones de servicio, ya que sin la entrada económica de su esposo, Clara,- como se llamaba la mujer-, no podría hacerse cargo de la manutención propia y menos de su hijo. Aquello, había despertado el dolor dormido en su alma, cuando recordó que su madre había intentado matarlo apenas nacido y al no ser capaz de hacerlo, se había suicidado, haciendo que la vida le fuera dura desde el mismo instante de su existencia. Aunque por un instante, estuvo tentado a despotricar, echando a la madre y al niño a la calle, la absurda ilusión de pensar que si tan solo su madre hubiera tenido un trabajo al cual poder acudir en ayuda, podría haber sido su vida totalmente diferente.

Cuando dejó la mansión, apenas poner un pie en la acera, sintió que el peso se esfumaba, mas no era suficiente para cambiar su humor, el que sin proponerselo, hizo que unas nubes de tormenta se fueran creando y el cielo cambió de un agradable día de primavera, a un gris otoñal, un cielo que amenazaba con tormentas que empaparían no solo su cuerpo, sino también la de muchos transeúntes que no pensaron que una lluvia inoportuna los podría atrapar en mitad de la tarde que se convertiría en noche, en pocos minutos.

Hombre previsor como era, había tomado un paraguas - un invento novedoso, basado en parte a las sombrillas típicas de las culturas asiáticas -, el modelo que había adquirido, daba la sensación de ser un bastón, así que pasaría inadvertido, pero al dirigir su caballo al bosque, aquel instrumento parecía aún mas fuera de contexto y solo un estorbo. Pero, la tristeza, comenzaba a liberarse en el cuerpo y pensamiento del brujo, que dejando salir sus sentimientos, permitió que el poder de atmokinesis se liberara, creando una lluvia que si bien al principio, pareció ser muy suave, con el correr de los minutos se olió una verdadera lluvia de verano.

Decidió, dejar su caballo atado bajo un alero, de lo que parecía haber sido alguna vez una residencia y en la que poder refugiarse, y fue justamente en ese instante, que el ruido de cadenas, llamó su atención. Dejó su montura a buen resguardo y sosteniendo su paraguas, como si se tratase de un sable, se acercó a ver de que se trataba - Pero que es ésto - logró decir al ver a una joven, atada a un árbol, totalmente empapada y temblando de frío, según su opinión.

por **Melinda Rinaldi** Dom Ago 06, 2017 3:25 am

Estaba intentando safarme de este embrollo con tirones nada sutiles, pues era claro que la llave del grillete no la iba a alcanzar, el bolso seguía en la misma posición a unos metros y la cadena no daba para tanto. Oí el crujir del arbol, quizás si empujara otro poco lograría safarme aunque no sería prudente pues llamaría mucho la atención. Bien... eso solo indicaba que no tenía de otra más que intentar tomar el bolso sin importa cuánto tardará y de verdad era una fortuna que mi temperatura estuviera un tanto más elevada que la de un humano por que de no ser así probablemente muriera de frío y me enfermería horrible.

-Ni creas que me voy a quedar aquí- le grite a la ardilla que me observaba desde su guarida, si quizás ya estaba perdiendo el juicio pero juraría que se burlaba de mi ese animal.

Suspiré mientras veía donde pisar pues la tierra se había hecho totalmente lodosa, solo logre quedar a unos cuantos sentimientos del bolso. Me puse en cunclillas estirando mi mano y nada, mi brazo no era suficientemente largo para alcanzarlo sin contar que la lluvia golpeaba con fuerza mi rostro haciéndome difícil la visión y no es que odiara este clima al contrario era mi favorito pero la situación en la que estaba no dejaba mucho al disfrute aunque por supuesto me lo merecía por distraída.

De pronto me detuve en mi estira y afloja con la cadena pues pude sentir una mirada a la lejanía y un aroma particular que me indicaban que no estaba sola lo que era extraño pues quien en su sano juicio estaría afuera con este diluvio. Enderece la postura de inmediato y enfoque la mirada, entonces pude distinguir a la distancia una figura humana, alce un brazo moviendo la mano libre intentando llamar su atención como si la cadena no lo hiciera por si sola.

-Bonsoir Monsieur!!-grite lo suficientemente audible para que me notase;creyendo pertinente que lo mejor era pararme de puntillas cosa que al final no debí haber hecho pues con lo lodoso que estaba solo logre fundirme con el suelo cayendo de lado.

Ya no sabía si reír o llorar, así que hice un poco de la primera opción mientras intentaba levantarme.

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