Face á Face- Privado Elora Paine.

por **Valeria Cavey** Dom Ago 20, 2017 7:28 am

Apenas hacía unas semanas que llegué a París. En el norte no solo dejé a mis hijas y a Hoör, también a un niño que me necesitaba como madre. La carta de la señorita Paine, me llegó a mi despacho, a la mansión Cavey. Por la fecha, la carta había bajado casi tanto como lo hice yo en este tiempo.

El remitente, me llenó de curiosidad. ¿Una carta de esa mujer? ¿a mí? Suspiré, no la abrí al momento. Me quedé en silencio durante unos minutos con los ojos cerrados. Lo que contendría esa carta debía ser importante para que esa mujer me escribiera. Apenas nos conocíamos, nos unía una persona para ambas lo suficientemente cercana para saber que quizás el contenido no fuese de mi agrado. Temí lo peor.

El haberme marchado del norte, me estaba devolviendo mi templanza. No perder los nervios cuando aún no sabía si aquellas letras cambiarían o no mi vida. Con cuidado, rasgué con el abrecartas el sobre y la desdoblé. La sostuve con infinito cuidado entre mis dedos, mis orbes esmeraldas comenzaron a deslizarse por cada letra...llegándome al alma, una que creía no conservaba.

Con el papel aún en la mano y tras leerla un par de veces más, lancé un suspiro de incertidumbre. Me fui justo cuando llegó aquel pequeño, como si huyese de él y el motivo no fuese ese. me llevé la mano a la frente, pensando lo mejor y más apropiado a aquella nueva situación...me dejaban al cargo de un niño al que podría ayudar...su única esperanza.

Tomé una de mis tarjetas , en el reverso ponía mis datos personales...mandada desde la casa Cavey. Fui breve.

“Señorita Paine,
He recibido su carta. Me reuniré con usted en el centro de París, en el café Le Benafarte, sobre las cuatro de la tarde del día de hoy. Le daré los detalles más tarde. V.C.”

Firmé debajo de las iniciales y... me dispuse a preparar un par de cosas a las que debía ponerme lo antes posible, esa reunión...porque no sabía llamarla de otra forma...iba a ser distinta a como me había imaginado que nos conoceríamos cara a cara.

por **Elora Paine** Dom Ago 20, 2017 1:47 pm

No esperaba reacción alguna aparente, Valeria Cannif, el demonio, era lo suficientemente fría para pasar de puntillas sobre los problemas y sólo preocuparse de sus caprichos y sus necesidades. No la culpaba, ella siempre fue lo que era, una egoista, clasista y resabiada dama de alta clase a la que le gustaba coleccionar juguetes. Y por juguete entendía a su propio marido. Pero al parecer el norte y la vida que le daban allí habían domado un poco a la fiera, tanto mejor. De todas formas ella nunca escondió lo que era y cómo era, así que no había engañado a nadie, Höor sabía lo que hacia cuando se casó, igual que ella sabía lo implicaba amar a la Muerte Negra. Ella era una Paine, había conocido los rigores de la pobreza y el abandono, sabía lo que era el desprecio por su condición de bruja y de pobre, y la gente como Valeria en general no le gustaban, pero no por su dinero o título, sino por su actitud despectiva, de esas que se creen por encima de todo el mundo. Bueno, la bruja ya había crecido y sus poderes con ella, así que quien la mirase por encima del hombro se arriesgaba a sufrir sus iras.

Ya eran mayorcitos, así que esas letras no la asustaron, se arregló y salió rumbo al cafe donde la citó. Siempre había guardado una buena relación Höor, era muy buenos amigos y confidentes, y si su mujer se celaba, por Elora se podía ir al infierno, sus celos y ella, le daba igual. Contaba con pocas personas de confianza y no renunciaría aninguna de ellas por cuestiones peregrinas. De todas formas, le había dado el beneficio de la duda, esperaba que Valeria ayudase con Sirius, al menos que no lo ignorase, que no lo apartase por no ser suyo... pero tampoco la podían obligar, así que sólo le quedaba reunirse con ella y tratar de convencerla.

El camarero la sentó en una mesita cerca del expositor de dulces y pidió como tres o cuatro tartas, le apetecía probarlas todas, para eso podía permitirse caprichos. Esperó degustando el té a que la señora Cannif apareciese.

por **Valeria Cavey** Mar Ago 22, 2017 3:11 am

Seguramente no esperaba mi respuesta pero era una conversación que teníamos pendiente. Los hechos habían cambiado todo. Esa mañana tuve algunas reuniones, me llevó un par de horas solucionarlo y tras despedirme de aquel hombre, me dirigí al café donde cité a la bruja.

Nunca nos habíamos visto cara a cara y hoy iba a ser el día. EL día en el que podría ser sincera, conocerme realmente y no esa imagen que tenía de mí. No la culpaba, fui así mucho tiempo...alguien que solo pensaba en sí misma y envenenada de odio, no era capaz de ver más allá de mis esmeraldas.

Entré en la cafetería en cuestión, no la cité en un lugar que solo frecuentase la clase alta, allí podía cualquiera. La vi enseguida, sentada en una de las mesas, nuestra diferencia en la forma de vestir era obvia...pero era tan solo eso, un vestido bonito de color vivo...un contraste que sorprendió a la señorita que se acercó a tomarnos nota, más bien a mí...la verdad tenía hambre, siempre lo dije...los ricos no sabían comer...podían más sus platos minimalistas e innovadores que la verdadera comida.

-Bonjour, un café solo y una porción pequeña de todas las tartas que haya...me muero de hambre -no vine sola, en mis brazos se encontraba refugiado en mi pecho Drittsekk, se había quedado dormido en el trayecto -Señorita Paine -le dediqué una reverencia, un gesto con mi cabeza y me senté frente a ella, acomodando al pequeño en mi regazo. -Cuando se despierte tendrá mucha hambre...es Drittsekk -no le di más explicaciones.

Busqué su mirada, no me esperaba me recibiese con una sonrisa porque no lo merecía, tampoco sabía cómo empezar con esta conversación, así que esperé al café...le di unas vueltas, un sorbo y suspiré, me dio fuerzas al menos.

-Sé que le sorprendió mi carta y más que me encuentre en Paris -medio sonreí, iba a ser franca, ninguna nos andábamos con rodeos -Lamento, de verás... no haber podido cumplir lo que me pidió. Sirius esta con mi esposo. En cuanto llegó, tuvo muy buena acogida por mi parte, pueda estar tranquila...solo es un niño asustado que no comprende cómo puede hacer tanto daño sin querer -bajé la mirada hacia el pequeño, el niño que Hoör no deseó -Es mi hijo. En el norte no fui bien acogida, ocurrieron ciertas cosas... y por un desafortunado incidente me señalaron de traición y... bueno, no quiero entrar en detalles. -el pequeño se acomodó en mi pecho, acaricié su pelo con cuidado...era extraño verme cariñosa cuando mi imagen era otra -Sé que siempre has cuidado de Hoör, le aprecias. Y crees que para mí es un pelele al que mangonear...la verdad lo que pienses me da igual pero no es así -un cierto brillo en mi mirada... no lo estaba pasando bien, a nadie podía contarle nada en realidad...mucha gente pero ¿quién iba a comprenderme? -El motivo de este encuentro es... que te doy mi palabra, le cuidaré como si fuese mío...cuando vuelva al norte...ahora, me es imposible. No puedo volver... -apreté los labios, casi se me quiebra la voz...solo quería recomponerme.

por **Elora Paine** Vie Ago 25, 2017 11:43 am

— Señora Paine.— corregí.— también estoy casada aunque no por las leyes de los hombres.

Removí el té y le di un buen sorbo. Sabía quien era el pequeño vástago que portaba Valeria entre sus brazos, como bien había dicho, Höor y yo eramos amigos y no manteníamos secretos el uno con el otro, porque en esa relación siempre estuvo claro que el apoyo sería incondicional y sin fractura.

No era quien para opinar de la vida de la gente, pero evidentemente tenía mi opinión sobre todo aquello. Lo que estaba claro es que mi amigo era Höor, no ella, pero él la quería y ese hecho por mucho que le hubieran advertido antes de casarse, es lo que había pesado y el resultado es que no se podían obviar los designios del corazón.

Torcí media sonrisa cuando me habló diciéndome que le importaba una soberana mierda lo que yo opinase. No podía evitar ser sarcástica, seguramente algo a lo que le había cogido el gusto desde que estaba con xar. En esta vida todo se pega menos la hermosura, eso dicen.

— Claro, y como te importa una mierda mi opinión, por eso vienes a contármelo en vez de enviarme una nota aséptica con vanas promesas para quedar bien, que es lo que haría la señorita caprichosa que una vez fuiste. Lo siento, yo no soy una dama, como ves. Mi madre era una bruja indigente y mi padre un pirata, no se me puede exigir educación.

Tomé un trozo de tarta con una cereza, la cual mastiqué despacio dejando después el hueso en el platillo. Crucé las piernas, me eché hacia atrás y clavé mis oscuros ojos en aquellas emeraldas que tenían hechizado al noruego, ciertamente era una mujer espectacularmente hermosa.

— No soy el enemigo, Valeria. Nunca lo fui, ni tampoco él. Tu peor enemigo eres tú misma, y eso ya lo sabes. Pero no he venido aquí a vapulearte, no me durarías ni un asalto, perdona que te lo diga así...pero soy jodidamente oscura y caótica como ya sabrás a estas alturas. Casi te devuelvo a tu marido con un par de tetas.— Solté una carcajada al recordar nuestro cambio de sexo que tantos quebraderos de cabeza nos dio.— Yo sólo quiero el bienestar de ese niño, como te dije, y el de Höor. Tu estás en su vida... que coño. Eres su vida. Está tan loco por ti que no piensa con claridad. Como amiga, lo que haré siempre es velar porque eso sea así, no tengo ningun interés de romper vuestra relacion, creo que a estas alturas eso debía estar claro. Al contrario, creo que sólo os traerá más dolor, así que intentaré ayudar con lo que pueda. Pero vosotros solitos con vuestras acciones la estáis rompiendo sin necesitar la ayuda de nadie.

Sabía cómo estaban las cosas porque me lo contaban los entes que tenía conjurados y apostados en Akershus. No iba a dejar a Sirius allí sin protección, le había puesto dos espiritus protectores que impedirían cosas como caerse por las escaleras, acercarse demasiado al suelo o hacer trastabillar a quien intentara dañarlo.

por **Valeria Cavey** Vie Ago 25, 2017 5:59 pm

-Tú misma lo has dicho...lo que haría esa niña caprichosa. Una que ya no soy -puntualicé con gesto cansado, la imagen que di en el pasado me seguía persiguiendo. Tomé aire y lo solté, la mujer de hielo se había derretido ante Hoör Cannif y no tuvo que hacer nada extraordinario...fue un flechazo instantáneo. Supe que estaría condenada para siempre-Sé de sobra que lo hubieses evitado y aún puedes, el habernos cruzado en el camino...podemos burlar al destino con esos viajes en el tiempo. Podría cambiar todo y volver a su ser... quizás eso sería lo mejor para tu amigo pero ...creo que de algún modo nos encontraríamos -

No supe que decir, el estar en París seguía torturándome. No lo sentía así, para él no fui su vida en el norte...para él los suyos y su causa lo eran. Me lo demostró aquella noche en la taberna, vio normal cómo me recibieron y no entendió porqué quise volver después de lo que pasé allí, las amenazas, lo que ocurrrió en esas celdas.

-Revivo cada noche..antes de caer en el profundo sueño la misma escena. No te equivoques, no quiero a un Hoör que iba tras de mí, según él un perro faldero. Admiro al hombre en el que se ha convertido ahora...por eso quiero estar a la altura, perdí mi esencia en el norte, me fui marchitando. Esa no era yo, maldita sea ¿romper lo nuestro con las acciones? La Valeria soberbia y orgullosa, la que era capaz de hacer cualquier cosa estuviese o no bien...la que no se rendía y luchaba ¿dónde está? La busco, me vine a encontrarme pues entiendo que amar a una mujer como yo no es fácil.-

bajé la voz, Dritt se removió, dejando a la vista su pequeña carita...era una copia exacta de Hoör pero él, seguía empeñado en que no era suyo...si no de aquel que me tomó por la fuerza. No dije nada, solo di un nuevo trago al café y me eché a reír presa del desconcierto...de la total y absoluta impotencia.

-Me forzaron en el Norte, me amenazaron con matar a mis hijas...a él que estaba débil y encamado, me fui porque no podía soportar tanta vergüenza de que un ser tan despreciable me hundiese. Recibí desprecio, odio y rencor cuando yo solo deseé...-me callé, todo dolía demasiado...y no escondía que lo peor era que Hoör me odiase -Una cobarde que huye a esconderse en las faldas de su tierra, alguien que no ama demasiado a su esposo para afrontar el problema, eso piensa...pero ¿sabes? Tiene que ser su hijo, es igual que él maldita sea...¡lo estás viendo con tus propios ojos! Y solo fue uno ¿entonces porqué siento que me falta algo? Te sonará a locura pero... creo que Drittsekk...el bastardo como lo llaman, Dritt es un Cannif ¿cómo puedo saber si lo que creo es cierto?que no estuviese solo... que Hoör lo aceptase porque es suyo

callé y estuve así unos minutos, siseando al pequeño para que volviese a dormir... se aferraba a mi cintura como si fuese lo único que tuviese, le resguardase de todo mal.

-Es mutuo, Elora. Alguien que solo se ha amado a sí misma...cuando ama, lo hace con todo su ser. Sé que soy el mal, intento recomponer algo que no sé si tiene sentido. No fue un capricho. Lo tenía todo...pero cuando entró por esa jodida puerta supe que no tenía nada -desvié la mirada por mis palabras, mi semblante seguía siendo inquebrantable..aunque mis esmeraldas, volvieron a apagarse...pues sentí que realmente lo había perdido.

-A Sirius no le faltará protección, si regreso...te prometo que será parte de mí, como si hubiese salido de mi vientre pero antes...necesito encontrarme

por **Elora Paine** Sáb Ago 26, 2017 8:19 am

Algunas de sus palabras me sonaban a "bla bla bla" y excusas, palabrería sin más que sólo tenían por objeto la autocompasión. ¿Que la habían forzado? ajá. Bienvenida al club.

— Te forzaron, y huiste. No te diré que yo hubiera hecho lo mismo porque en mi caso no lo hice. Es más, me casé con el cabrón que lo hizo, lo desplumé, lo maté y ahora su espíritu me contempla cómo vivo en su mansion y me gasto su fortuna. Nunca dije que fuera una buena mujer ni una hermanita de la caridad. Eso fue la primera vez. La segunda me poseyó un espíritu en un fallo de mi magia y así es como concebí a mi hija Arya. Deja de lamentarte y haz algo al respecto, eso es lo que quiere tu marido de ti. Él es un guerrero, aprecia la lucha y tú debes luchar y demostrarlo. Deja de mirar al pasado y mueve hacia delante.

Tenía que hacerse fuerte de nuevo, tenía que recuperar la fiereza que una vez tuvo y quizás así pudiera ganarse el respeto de Höor de nuevo.

El niño se revolvió y ciertamente tenía rasgos muy parecidos a los de Höor, pero insistían en que no era suyo, porque los Cannif siempre engendran gemelos.

— espera... si dices que es suyo...¿dónde está entonces su gemelo? ¿murió? si está muerto...quizás pueda ayudarte, ya sabes que mi magia no tiene cuentos con los vivos.

Una idea empezaba a formarse en su cabeza. Si había otro bebé Cannif que nació en el mismo parto, podría demostrarle a Höor que el niño era suyo y zanjar esa brecha que los separaba. Si alguien lo retenía, podrían poner su cabeza en bandeja de plata y que Valeria se la llevase a Höor como botín de guerra, como prueba de su renovado coraje.

por **Valeria Cavey** Lun Ago 28, 2017 10:32 am

-Eso hago, maldita sea. Intento recuperar esa chispa, una que hemos perdido pero no quiere ni verme. Lo he perdido con mis decisiones...solo nos comunicamos por carta pero tampoco se lo reprocho, tiene todo el derecho a estar enfadado -me callé, no le interesaban mis palabras si no hechos. Guardé silencio, mirando a Drittsekk, un nombre que no me gustaba pues significaba bastardo en ese idioma que me volvía completamente loca.

-No sé. No sé dónde está el otro gemelo o mellizo. Tuve un parto complicado, tardé días en despertar...pues perdí mucha sangre y casi me pierdo también. Solo había uno, cuando desperté y me lo mostraron...supe que algo me faltaba. Tiene que ser el padre, estoy casi segura que es...pero ni puedo demostrarlo ni me creería -un rayo de esperanza vislumbré cuando de los labios de la bruja me confirmó que podía ayudarme.

Mis orbes, se centraron en ella, pensaba todo lo deprisa que podía pero ¿qué podía perder? Tomé un trozo de tarta de cereza, la saboreé y di un trago a mi café. Si demostraba que ese niño tenía un hermano...podía cambiar todo.

-Quiero saberlo. No me importará cómo lo harás, dispondrás de todo lo que necesites ...hasta que no estemos seguras no voy a comuicarle a Hoör nada, tampoco me iba a creer...pero si está muerto ¿es posible traerlo de vuelta?-jugar con eso era muy peligroso pero ya nada me importaba, me estaba brindando la posibilidad de no solo emendar mi error al irme del Norte, si no corroborar con mi verdad...solo necesitaba que me creyese -Si vuelve...no será un niño normal ¿cierto? Será un peligro para mi familia... para su propio hermano. Entonces...¿ cómo se puede saber si tuve otro? Mis palabras son mentiras a sus oídos, Elora. Te necesito...es algo que sabemos las dos -sí, por primera vez necesitaba a alguien...

por **Elora Paine** Mar Ago 29, 2017 5:03 am

Se quedó pensativa durante unos minutos. Podía rastrear el espíritu de ese bebé o de ese niño si es que llegó a vivir más tiempo para luego morir. Si estaba vivo sería más complejo, pero podía intentarlo igualmente.

Cogió el cuchillo con el que habían cortado una porción de tarta y se levantó acercándose a Valeria y cortandole un pequeño mechon de pelo, luego hizo lo mismo con Drittsek, los hechizos le llevarían tiempo, la magia no estaba exenta de costes. Guardó los mechones en una servilleta y ésta en su bolso. Regresó a su asiento y removió el té.

— Tú vas a cuidar de Sirius, y yo te lo pagaré con mi magia. No quiero que el hijo de Elora crezca en una familia dividida, necesita todo el apoyo para salir adelante. Si ese niño existió, lo encontraré, tan sólo necesito tiempo y que no me preguntes, es mejor no saber los costes que tiene la magia negra. Tengo dinero suficiente, en todo caso lo que necesitaré es algunos recambios de tu laboratorio de perfumes, me resulta complicado comprar alambiques sin levantar sospechas de la Inquisición. Cuando sepa algo te enviaré nota.— se acabó el té y se levantó, dispuesta a marcharse ya comenzar con aquello cuanto antes, el tiempo era oro.— Todos nos necesitamos en algun momento de la vida Valeria, aprende a pedir ayuda. A mi también me ha cosatdo muchas lágrimas. Necesité viajar a un futuro donde Xaryne está muerta para comprender que no quiero una vida sin ella y que todo lo demás me sobra.

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Los siguientes días en la mansión Paine fueron algo movidos, hacía tiempo que no realizaba un hechizo tan extenso, pues rastrear una persona que no se sabía si estaba viva o muerta no era cosa de broma. Comenzó comunicándose con los muertos, ellos tendrían que buscarlo, sin saber si era un bebé, si era un niño de un año o dos, como Dritt, y si su espíritu estaba a este lado del velo o al otro. Las almas que ascendían y no se quedaban en el plano espiritual eran más complicadas de rastrear. Los primeros intentos fueron infructuosos, pero pasados los primeros días, los muertos le dieron una pista.

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