AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El viaje del tiempo- Privado +18
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El viaje del tiempo- Privado +18
Recuerdo del primer mensaje :
Valeska, nos había traído al pasado en donde ahora mismo, éramos unas niñas felices. Ella y su magia, y mientras yo, me forjaba con la guerrera con mi padre y los míos. Siempre, tuve esa conexión especial con mi padre, el aclamado Höor Cannif. Era lo que era por todos mis hermanos vikingos, una gran guerrera que salí victoriosa en cada gesta. La lucha cuerpo a cuerpo, la rendición no era una idea que bajarase jamás.
Y ahora, estábamos allí, con los hermanos Ludvig. Mi hermana terminó saliéndose con la suya, no solo cambiaba el pasado si no ...¡se había casado! Con nada más y nada menos que con quien caía en la enfrenta con Randulf. Chasqueé la lengua por la sola idea de tener ahora que colocar todo en su sitio, como si pudiese. Mis orbes buscaron a otro guerrero, uno que ante mí seguía vivo...por decirlo de alguna manera.
Con aquel maldito vampiro, había caído en las garras del placer, de una pelea que sin duda salimos más que victoriosos. Me gustó montarle, repetí y eso era algo que no solía hacer con el mismo hombre. Sonreí al verlo esperar, no iban a venir... conociendo a Valeska volvería a esconderse, aprovechó que estábamos ocupados para volver a hacer lo que les viniese en gana.
-Viggo y Valeska han vuelto a desaparecer. Aprovecharon y... volaron de nuevo -me echaba la culpa, si la hubiese impedido irse ahora no estaría maldiciendo lo vivo y eterno -Maldita sea... ¡y ahora buscar de nuevo el portal! -me dirigí hacia Uthred, seguramente divertido... cuando mi futuro dependía de mi hermana, no podía permanecer en el París pasado , además...ese sitio no era mi hogar, si no el de mi madre -Tú, vamos. Tenemos que regresar al norte, hablar con mi padre y buscar el modo de volver a encontrarlos -
tomé mis pertenencias, sí me lo pasé bien y todas esas cosas pero ahora solo quería volver a casa.
-Prepárate porque volvemos a casa. Le tendrás que pedir a mi padre mi mano, es lo lógico ¿no? Cuando tomas la virginidad de su hija... te elijo a ti como esposo -incluso mi tono fue más suave pero mi sonrisa delató que me estaba burlando -¿Vienes o te quedas? -Lo miré desafiante, clavando mis ojos oscuros en él, como si nada más existiese. Sería un viaje largo, largo... y complicado, él no me seguía agradando aunque me hubiese perdido en el placer con él.
Valeska, nos había traído al pasado en donde ahora mismo, éramos unas niñas felices. Ella y su magia, y mientras yo, me forjaba con la guerrera con mi padre y los míos. Siempre, tuve esa conexión especial con mi padre, el aclamado Höor Cannif. Era lo que era por todos mis hermanos vikingos, una gran guerrera que salí victoriosa en cada gesta. La lucha cuerpo a cuerpo, la rendición no era una idea que bajarase jamás.
Y ahora, estábamos allí, con los hermanos Ludvig. Mi hermana terminó saliéndose con la suya, no solo cambiaba el pasado si no ...¡se había casado! Con nada más y nada menos que con quien caía en la enfrenta con Randulf. Chasqueé la lengua por la sola idea de tener ahora que colocar todo en su sitio, como si pudiese. Mis orbes buscaron a otro guerrero, uno que ante mí seguía vivo...por decirlo de alguna manera.
Con aquel maldito vampiro, había caído en las garras del placer, de una pelea que sin duda salimos más que victoriosos. Me gustó montarle, repetí y eso era algo que no solía hacer con el mismo hombre. Sonreí al verlo esperar, no iban a venir... conociendo a Valeska volvería a esconderse, aprovechó que estábamos ocupados para volver a hacer lo que les viniese en gana.
-Viggo y Valeska han vuelto a desaparecer. Aprovecharon y... volaron de nuevo -me echaba la culpa, si la hubiese impedido irse ahora no estaría maldiciendo lo vivo y eterno -Maldita sea... ¡y ahora buscar de nuevo el portal! -me dirigí hacia Uthred, seguramente divertido... cuando mi futuro dependía de mi hermana, no podía permanecer en el París pasado , además...ese sitio no era mi hogar, si no el de mi madre -Tú, vamos. Tenemos que regresar al norte, hablar con mi padre y buscar el modo de volver a encontrarlos -
tomé mis pertenencias, sí me lo pasé bien y todas esas cosas pero ahora solo quería volver a casa.
-Prepárate porque volvemos a casa. Le tendrás que pedir a mi padre mi mano, es lo lógico ¿no? Cuando tomas la virginidad de su hija... te elijo a ti como esposo -incluso mi tono fue más suave pero mi sonrisa delató que me estaba burlando -¿Vienes o te quedas? -Lo miré desafiante, clavando mis ojos oscuros en él, como si nada más existiese. Sería un viaje largo, largo... y complicado, él no me seguía agradando aunque me hubiese perdido en el placer con él.
Última edición por Fiolett el Jue Oct 05, 2017 11:06 am, editado 1 vez
Fiolett- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
-He bailado y has bebido de mí. -sus palabras fueron suficiente para que entendiese de una vez que jamás dejaba que ningún ser de la noche se acercase, menos bebiese de ella. Se mordió el labio inferior sin mediar palabra, sólo mirándole fijamente...el juego había quedado en pausa, no lo buscó más ni tentó a la suerte pues lo que necesitaban eran un descanso del otro por mucho que se empeñase necesitarla para llevarse un bocado a la boca.
Sus palabras le arrancaron un rugido, su malhumor era contagioso. Salió de aquella habitación sin mediar palabra, en cuanto la puerta se cerró a sus espaldas... apretó con fuerza los dientes y las yemas en sus palmas. Ese maldito Ludwig...la ponía de tan mal humor que no controlaba sus actos, menos sus palabras y así habían acabado.
Lo encerraría allí hasta el final del viaje para que esos humos se le bajasen, con ella dentro...no se diferenciaban el uno del otro y quizás por eso... chocaban en determinados momentos. Contó mentalmente hasta cien, no surtió efecto, seguía aún más enfadada y no con él, más consigo misma. Se dejó arrastrar por ese carácter infernal por el que destacaba. Ni llamó, entró como un huracán y dejó que la espada cayese a un lado, su respiración entrecortada... mirada fija en aquellas orbes esmeraldas que desde que se encontraron la había desafiado.
-Me has cabreado. Mucho además porque piensas que... no sé qué piensas pero me da igual -se encontraría más débil por la falta de alimento, aún más insoportable. Rodeó el lecho, gateando por éste...siseó para que no dijese nada, tapando la boca del vampiro con una de sus manos. -Te necesito por lo que pueda pasar, así que... -se encogió de hombros, destapándole y tomando su mentón con sus dedos para que la mirase, le dio igual que no quisiese -Solo un poco ¿de acuerdo? El tiempo apremia y no podemos estar encerrados devorándonos
mordió su labio inferior, hasta hacerle sangrar y succionar...estaba tan delicioso, deseaba más y los ojos oscuros centellearon. Tembló ligeramente por lo que pudiese llegar a sentir cuando la mordiese, la otra noche enloqueció...dejó de ser fuerte para ser débil entre sus brazos... o más bien, sentirse aún más poderosa y viceversa.
-Es un qui pro quo. Un poco de tu sangre, un poco de ti... bebe-estaba enfadada, contrariada, necesitada y perdida, preparada...a todo, una guerrera que no se rendía -Bebe -le exigió, pidió con la voz ronca... perdiendo la mirada en su boca, entreabriendo sus propios labios.
Sus palabras le arrancaron un rugido, su malhumor era contagioso. Salió de aquella habitación sin mediar palabra, en cuanto la puerta se cerró a sus espaldas... apretó con fuerza los dientes y las yemas en sus palmas. Ese maldito Ludwig...la ponía de tan mal humor que no controlaba sus actos, menos sus palabras y así habían acabado.
Lo encerraría allí hasta el final del viaje para que esos humos se le bajasen, con ella dentro...no se diferenciaban el uno del otro y quizás por eso... chocaban en determinados momentos. Contó mentalmente hasta cien, no surtió efecto, seguía aún más enfadada y no con él, más consigo misma. Se dejó arrastrar por ese carácter infernal por el que destacaba. Ni llamó, entró como un huracán y dejó que la espada cayese a un lado, su respiración entrecortada... mirada fija en aquellas orbes esmeraldas que desde que se encontraron la había desafiado.
-Me has cabreado. Mucho además porque piensas que... no sé qué piensas pero me da igual -se encontraría más débil por la falta de alimento, aún más insoportable. Rodeó el lecho, gateando por éste...siseó para que no dijese nada, tapando la boca del vampiro con una de sus manos. -Te necesito por lo que pueda pasar, así que... -se encogió de hombros, destapándole y tomando su mentón con sus dedos para que la mirase, le dio igual que no quisiese -Solo un poco ¿de acuerdo? El tiempo apremia y no podemos estar encerrados devorándonos
mordió su labio inferior, hasta hacerle sangrar y succionar...estaba tan delicioso, deseaba más y los ojos oscuros centellearon. Tembló ligeramente por lo que pudiese llegar a sentir cuando la mordiese, la otra noche enloqueció...dejó de ser fuerte para ser débil entre sus brazos... o más bien, sentirse aún más poderosa y viceversa.
-Es un qui pro quo. Un poco de tu sangre, un poco de ti... bebe-estaba enfadada, contrariada, necesitada y perdida, preparada...a todo, una guerrera que no se rendía -Bebe -le exigió, pidió con la voz ronca... perdiendo la mirada en su boca, entreabriendo sus propios labios.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Enarqué una ceja cuando al rato de salir con esos aires de grandeza que la dama se gastaba entró con el ceño fruncido y cara de haberse enfrentado a un balrok y haber sobrevivido al incendio.
Me aseguró estar cabreada, pues que se pusiera a la cola, porque yo también lo estaba, cabreado y hambriento y nada de lo que me soltara me importaba a no ser un “bebe de mi”
Iba a decirle que sus problemas me importaban una autentica mierda y que ademas de sediento me tocaba los cojones que no me dejara dormir, pero la morenita gateó por mi lecho hasta alcanzar mi posición, lo que me hizo ladear la sonrisa de forma vencedora.
Tiró de mi mentón enfrentando nuestras miradas, pardos contra verdes.
La verdad es que menudos ojos avellana se gastaba esa mujer, era una guerra perdida solo el contemplarla.
Afilados como estacas se hundieron en mi mirada, sus palabras eran un susurro que moría en mis labios, me decía que no podíamos estar devorándonos todo el tiempo, algo en lo que yo francamente no estaba muy de acuerdo.
No tuvo que pedírmelo dos veces, en cuanto su cascada de pelo de cuervo cayó sobre su hombro derecho mis labios surcaron su inmaculado cuello con un jadeo.
Su voz ronca me apremiaba a hacerlo la excitación entre los dos era evidente. Nuestros cuerpos eran brasas ardientes.
Hundí mis colmillos rasgando su piel, su cuerpo se meció sobre el mio, nuestras pelvis chocaron y mi brazo rodeo su cintura mientras a tirones la sangre abandonaba su organismo para pasar al mio.
Su cuerpo vibraba de placer, su espalda se arqueaba entre mis manos, desatada, fuera de si, excitada, podía paladearlo en su sangre, ese torrente de oxigeno que solo ocurría cuando el orgasmo se avecinaba.
Al sentir que había bebido suficiente separé mis colmillos ,su vitae resbalaba por mis labios mientras nos contemplabamos.
Sus pupilas dilatadas bajaron para apreciar las gotas carmesí, mi mano atrapó en un puño el cabello de su nuca y estampé mis labios contra los ajenos enredándonos en un beso húmedo, prolongado que nos arrancó mas de un jadeo.
-Estas muy buena -aseguré moviendo sus nalgas con mis manos.
Me aseguró estar cabreada, pues que se pusiera a la cola, porque yo también lo estaba, cabreado y hambriento y nada de lo que me soltara me importaba a no ser un “bebe de mi”
Iba a decirle que sus problemas me importaban una autentica mierda y que ademas de sediento me tocaba los cojones que no me dejara dormir, pero la morenita gateó por mi lecho hasta alcanzar mi posición, lo que me hizo ladear la sonrisa de forma vencedora.
Tiró de mi mentón enfrentando nuestras miradas, pardos contra verdes.
La verdad es que menudos ojos avellana se gastaba esa mujer, era una guerra perdida solo el contemplarla.
Afilados como estacas se hundieron en mi mirada, sus palabras eran un susurro que moría en mis labios, me decía que no podíamos estar devorándonos todo el tiempo, algo en lo que yo francamente no estaba muy de acuerdo.
No tuvo que pedírmelo dos veces, en cuanto su cascada de pelo de cuervo cayó sobre su hombro derecho mis labios surcaron su inmaculado cuello con un jadeo.
Su voz ronca me apremiaba a hacerlo la excitación entre los dos era evidente. Nuestros cuerpos eran brasas ardientes.
Hundí mis colmillos rasgando su piel, su cuerpo se meció sobre el mio, nuestras pelvis chocaron y mi brazo rodeo su cintura mientras a tirones la sangre abandonaba su organismo para pasar al mio.
Su cuerpo vibraba de placer, su espalda se arqueaba entre mis manos, desatada, fuera de si, excitada, podía paladearlo en su sangre, ese torrente de oxigeno que solo ocurría cuando el orgasmo se avecinaba.
Al sentir que había bebido suficiente separé mis colmillos ,su vitae resbalaba por mis labios mientras nos contemplabamos.
Sus pupilas dilatadas bajaron para apreciar las gotas carmesí, mi mano atrapó en un puño el cabello de su nuca y estampé mis labios contra los ajenos enredándonos en un beso húmedo, prolongado que nos arrancó mas de un jadeo.
-Estas muy buena -aseguré moviendo sus nalgas con mis manos.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/03/2017
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Volvían a enfrentar miradas, un desafío silencioso en el que ninguno estaba dispuesto a perder. La piel de la guerrera se erizó con la sola idea de sentir lo desconocido, aquel extásis que sólo un ser de la noche podía ofrecerte. Una experiencia inigualable y única. El aliento gélido acariciaba la piel de su cuello avisando de lo que estaba a punto de ocurrir y no era otra cosa que perder el Norte.
Le aseguraba que no podían estar todo el tiempo devorándose y sin embargo, allí estaban de nuevo. Los ojos verdes del vampiro, tan parecidos a los campos verdes de su querido Norte, su cuerpo cincelado y cubierto de cicatrices de batallas ganadas, como un buen guerrero. La imperfección de su marmóreo cuerpo que no podía ser de otro modo que esculpido por el mejor de los escultores. Era un hecho que aquel hombre le llamase a gritos de distintas maneras pero era tan orgullosa que jamás lo diría en voz alta, para eso ya estaban los hechos...era más de demostrarlo.
Echó hacia atrás la cabeza, hundiendo la yema de sus dedos en su nuca, el dolor del mordisco compensaba con creces el placer de sentir como bebía de ella, el disfrute era mutuo... el cuerpo de la guerrera se arqueó, moviendo las caderas en círculos , perdida completamente en sólo sentir...perder la razón y odiarlo por ello. Rugió como un animal salvaje entre jadeos, buscaba su boca... entreabriendo sus carnosos labios, deseando un beso... el que desencadenase de una vez por todas aquella excitación , la provocación mutua... el deseo reflejado en los orbes del otro.
No probó su sangre, no se sentía independiente de tal cosa pero sí de volver a perderse entre las llamas del mismo infierno, en su cuerpo... en domarse mutuamente. Jadeante, clavó sus orbes fieras en él. ¿Quién de los dos era la bestia? Dulce condena, se condenaría a perder de vista el sol si él la aguardaba con tanta ansía como ella misma.
El beso no fue como ningún otro, el sabor férreo le excitó a sobremanera. Y lejos de sentirse débil, con fuerzas renovadas, buscó sus muñecas para dejarlas contra el cabecero de la cama, la respiración entrecortada, los labios manchados de carmesí. Se mordió el inferior, con más fuerza para que brotase un hilo de sangre, incitándole a que siguiese... gotas que cayeron sobre sus pechos, la piel que quedaba al descubierto.
Excitada, la dureza de sus pezones era evidente, el calor que desprendía su sexo... estuvo a punto de estallar solo con que le mordiese.
-Y tú eres un cretino. ¿No merezco más? -se inclinó rauda a una de sus muñecas donde dejó un mordisco, uno con saña que lo hizo sangrar y la risa de la norteña hizo eco en la habitación -No tengo que ser un chupa sangre para comerte -
Le aseguraba que no podían estar todo el tiempo devorándose y sin embargo, allí estaban de nuevo. Los ojos verdes del vampiro, tan parecidos a los campos verdes de su querido Norte, su cuerpo cincelado y cubierto de cicatrices de batallas ganadas, como un buen guerrero. La imperfección de su marmóreo cuerpo que no podía ser de otro modo que esculpido por el mejor de los escultores. Era un hecho que aquel hombre le llamase a gritos de distintas maneras pero era tan orgullosa que jamás lo diría en voz alta, para eso ya estaban los hechos...era más de demostrarlo.
Echó hacia atrás la cabeza, hundiendo la yema de sus dedos en su nuca, el dolor del mordisco compensaba con creces el placer de sentir como bebía de ella, el disfrute era mutuo... el cuerpo de la guerrera se arqueó, moviendo las caderas en círculos , perdida completamente en sólo sentir...perder la razón y odiarlo por ello. Rugió como un animal salvaje entre jadeos, buscaba su boca... entreabriendo sus carnosos labios, deseando un beso... el que desencadenase de una vez por todas aquella excitación , la provocación mutua... el deseo reflejado en los orbes del otro.
No probó su sangre, no se sentía independiente de tal cosa pero sí de volver a perderse entre las llamas del mismo infierno, en su cuerpo... en domarse mutuamente. Jadeante, clavó sus orbes fieras en él. ¿Quién de los dos era la bestia? Dulce condena, se condenaría a perder de vista el sol si él la aguardaba con tanta ansía como ella misma.
El beso no fue como ningún otro, el sabor férreo le excitó a sobremanera. Y lejos de sentirse débil, con fuerzas renovadas, buscó sus muñecas para dejarlas contra el cabecero de la cama, la respiración entrecortada, los labios manchados de carmesí. Se mordió el inferior, con más fuerza para que brotase un hilo de sangre, incitándole a que siguiese... gotas que cayeron sobre sus pechos, la piel que quedaba al descubierto.
Excitada, la dureza de sus pezones era evidente, el calor que desprendía su sexo... estuvo a punto de estallar solo con que le mordiese.
-Y tú eres un cretino. ¿No merezco más? -se inclinó rauda a una de sus muñecas donde dejó un mordisco, uno con saña que lo hizo sangrar y la risa de la norteña hizo eco en la habitación -No tengo que ser un chupa sangre para comerte -
Fiolett- Humano Clase Alta
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Alzó mis muñecas hasta que estas tocaron el cabecero, nuestra mirada incendiada se perdía en la ajena mientras las llamas de la chimenea lamían nuestro cuerpos.
-Diría por como tus caderas bailan sobre mis costuras que tienes ganas de una lucha encarnizada.
Ella reía, mordiendo mi cuello, haciéndome sangrar para después deslizar la punta de su lengua por mi piel limpiando una herida que se cerraba con mas rapidez de la que le gustaría.
-excita ¿verdad? -pregunté ya conociendo la respuesta -sientes la euforia que produce mi sangre corriendo rauda por tus venas, como si te colocaras, tu sexo palpita, solo piensas en una cosa -aseguré retándola con la cercanía de mis labios -en mi dentro de ti.
Con mi velocidad y fuerza sobrenatural la tumbé, mis manos bajaron su pantalón hasta dejarla desnuda de la parte baja, tenia ganas, no lo disimulé, ni tampoco ella, los norteños eramos así, puro fuego, tomábamos lo que necesitábamos en cada momento, lo pedíamos a gritos de ser necesario.
Mis dedos recorrieron su húmedo centro, mirándola desafiante, pardos contra verdes.
En un puño recogí la cascada de su pelo mordiéndole los labios con hambre, dejando que su sangre se mezclara con mi saliva, loco de deseo mi hombría empujaba contra su trinchera mensaje que captó la norteña liberando al kraken a la primera.
Me hundí en su interior de forma salvaje, no pedí permiso, ni perdón, lo queríamos los dos.
Gruñidos,jadeos, eramos presos de una necesidad incontrolable, la única gesta que pueden soportar dos vikingos, perder no estaba en nuestros planes, nosotros merecíamos la vitoria y eso buscábamos con cada envestida con cada vaivén de caderas de la morena.
Cuerpos tensos perlados en sudor que sucumbieron con una ráfaga de corrientes eléctricas a la pasión, explotamos contra el otro, buscándonos lamiendo nuestros labios hasta caer laxos sobre el lecho tras un encuentro salvaje y caotiamente excitante.
Cerré los ojos aun en su interior, el sol brillaba ya en el exterior y hacia horas que debería haber sucumbido ante Morfeo.
-Cierra bien la puerta si vas a irte.
No era de los que pedían a nadie que se quedara..pero tampoco es que me importara que lo hiciera.
-Diría por como tus caderas bailan sobre mis costuras que tienes ganas de una lucha encarnizada.
Ella reía, mordiendo mi cuello, haciéndome sangrar para después deslizar la punta de su lengua por mi piel limpiando una herida que se cerraba con mas rapidez de la que le gustaría.
-excita ¿verdad? -pregunté ya conociendo la respuesta -sientes la euforia que produce mi sangre corriendo rauda por tus venas, como si te colocaras, tu sexo palpita, solo piensas en una cosa -aseguré retándola con la cercanía de mis labios -en mi dentro de ti.
Con mi velocidad y fuerza sobrenatural la tumbé, mis manos bajaron su pantalón hasta dejarla desnuda de la parte baja, tenia ganas, no lo disimulé, ni tampoco ella, los norteños eramos así, puro fuego, tomábamos lo que necesitábamos en cada momento, lo pedíamos a gritos de ser necesario.
Mis dedos recorrieron su húmedo centro, mirándola desafiante, pardos contra verdes.
En un puño recogí la cascada de su pelo mordiéndole los labios con hambre, dejando que su sangre se mezclara con mi saliva, loco de deseo mi hombría empujaba contra su trinchera mensaje que captó la norteña liberando al kraken a la primera.
Me hundí en su interior de forma salvaje, no pedí permiso, ni perdón, lo queríamos los dos.
Gruñidos,jadeos, eramos presos de una necesidad incontrolable, la única gesta que pueden soportar dos vikingos, perder no estaba en nuestros planes, nosotros merecíamos la vitoria y eso buscábamos con cada envestida con cada vaivén de caderas de la morena.
Cuerpos tensos perlados en sudor que sucumbieron con una ráfaga de corrientes eléctricas a la pasión, explotamos contra el otro, buscándonos lamiendo nuestros labios hasta caer laxos sobre el lecho tras un encuentro salvaje y caotiamente excitante.
Cerré los ojos aun en su interior, el sol brillaba ya en el exterior y hacia horas que debería haber sucumbido ante Morfeo.
-Cierra bien la puerta si vas a irte.
No era de los que pedían a nadie que se quedara..pero tampoco es que me importara que lo hiciera.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 15/03/2017
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
La sangre del vampiro, inundaba cada rincón de su ser. Avivaba sus sentidos, deseaba más...dudando si fuese sólo por aquel delicioso manjar o porque realmente estaba perdida, él terminase siendo su punto débil, algo que se le escapaba de las manos y no podía controlar. Fueron presos del deseo, de la pasión que sentían por el otro, Fiolett no pudo controlarse...cabalgó sin tregua, como una verdadera amazona...sangre norteña corriendo por sus venas.
Fue ruda en los movimientos , dulce en las caricias que sus labios dedicaban en su inmaculado cuello, perfilándolo con la punta de su lengua, tirando del labio inferior con gula. No era tan mala idea empezar a devorarlo por su oreja derecha, ir bajando por su mentón y perder la nariz para que el vello facial le hiciese cosquillas. Risa traviesa a la que se añadió tomarle del cuello con fuerza, sentirse dominante y sumisa al mismo tiempo, no le importaba ser lo segundo... cuando su cuerpo lo buscaba en cada embestida, llenándola por completo.
Más y más fuerte, más fiero. El orgasmo fue bestial, un calambre que recorrió cada parte de su ser. Incontrolada, susurró unas palabras en noruego por lo bajo. No pudo oírla, estaba tan sumergida en sus pensamientos, en disfrutar el momento que no pensó...seguía en ese trance en el que él podía ser el dueño de la guerrera, llevarla al mismo Hel de la mano.
-¿Qué puerta? -preguntó con un hilo de voz, totalmente perdida en su boca, en aún sentirlo dentro de ella , suyo. Labios hinchados, abrazo incompleto. Sus labios rojos como la sangre buscaron el oído ajeno... incapaz de pensar, sólo deseaba que oyese lo que ansiaba que supiese..-Ik ben van jou, jij bent van mij ....-jadeante, abrió los ojos para perder sus ojos en los ajenos, aquel verde de los prados norteños, se le formó una breve sonrisa...dulce, tierna, su nariz acariciando la ajena, como no finalizar con un mordisco en la punta de la nariz.
-No voy a irme. No si no me reclaman ¿me estás echando?-no fue un tono utilizado para atacar, por primera vez parecía razonar, dejarse llevar por lo que sentía en ese momento. Sería la sangre pero no bebió tanto para comportarse de ese modo -¿Qué se siente? Ser vampiro. Tenerme sobre ti, aún palpitando por el orgasmo...maldita sea, que bien follas -echó hacia atrás la cabeza, riendo de lo más divertida, le había salido del mismo alma -Podría acostumbrarme a darte de comer -sonrió , mordiéndose el labio inferior, esa mujer era puro fuego...fuera, el jaleo comenzaba a ponerla de muy mal carácter -Los mataría a todos...¿qué pasa ahora? No voy a ir, tengo cosas mejores que hacer -no salió de él, lo seguía mirando fijamente, le acababa de prometer a su modo que...no se iría.
Fue ruda en los movimientos , dulce en las caricias que sus labios dedicaban en su inmaculado cuello, perfilándolo con la punta de su lengua, tirando del labio inferior con gula. No era tan mala idea empezar a devorarlo por su oreja derecha, ir bajando por su mentón y perder la nariz para que el vello facial le hiciese cosquillas. Risa traviesa a la que se añadió tomarle del cuello con fuerza, sentirse dominante y sumisa al mismo tiempo, no le importaba ser lo segundo... cuando su cuerpo lo buscaba en cada embestida, llenándola por completo.
Más y más fuerte, más fiero. El orgasmo fue bestial, un calambre que recorrió cada parte de su ser. Incontrolada, susurró unas palabras en noruego por lo bajo. No pudo oírla, estaba tan sumergida en sus pensamientos, en disfrutar el momento que no pensó...seguía en ese trance en el que él podía ser el dueño de la guerrera, llevarla al mismo Hel de la mano.
-¿Qué puerta? -preguntó con un hilo de voz, totalmente perdida en su boca, en aún sentirlo dentro de ella , suyo. Labios hinchados, abrazo incompleto. Sus labios rojos como la sangre buscaron el oído ajeno... incapaz de pensar, sólo deseaba que oyese lo que ansiaba que supiese..-Ik ben van jou, jij bent van mij ....-jadeante, abrió los ojos para perder sus ojos en los ajenos, aquel verde de los prados norteños, se le formó una breve sonrisa...dulce, tierna, su nariz acariciando la ajena, como no finalizar con un mordisco en la punta de la nariz.
-No voy a irme. No si no me reclaman ¿me estás echando?-no fue un tono utilizado para atacar, por primera vez parecía razonar, dejarse llevar por lo que sentía en ese momento. Sería la sangre pero no bebió tanto para comportarse de ese modo -¿Qué se siente? Ser vampiro. Tenerme sobre ti, aún palpitando por el orgasmo...maldita sea, que bien follas -echó hacia atrás la cabeza, riendo de lo más divertida, le había salido del mismo alma -Podría acostumbrarme a darte de comer -sonrió , mordiéndose el labio inferior, esa mujer era puro fuego...fuera, el jaleo comenzaba a ponerla de muy mal carácter -Los mataría a todos...¿qué pasa ahora? No voy a ir, tengo cosas mejores que hacer -no salió de él, lo seguía mirando fijamente, le acababa de prometer a su modo que...no se iría.
Fiolett- Humano Clase Alta
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Mis ojos se deslizaron por su piel, por el puente de su espalda paseé mis dedos con delicadeza logrando erizarla.
-¿Que se siente al estar muerto? Pues supongo que vació en un principio, es complicado porque anhelas ser humano.
El torrente de sentimientos cuando eres un neófito te arrastra a un abismo, todo se intensifica, desde el mas sutil de los sonidos puede tornarse estridente, hasta la mas tibia de las caricias se torna lujuria en estado puro.
¿que siento ahora? Me siento poderoso, la inmortalidad es lo mejor que me ha pasado jamas.
Ladeé la sonrisa.
-Yo era un vikingo, fuerte, un guerrero al que le iba bien la vida, cuando partí en un Drakkar para saquear otras ciudades no esperaba regresar siendo un demonio.
La sangre se convirtió en mi sustento y la oscuridad en mi refugio, por supuesto no fui bien acogido entre los míos, ni Viggo.
Al principio lo pasamos mal, solo queríamos ser lo que eramos, vikingos. Pero el tiempo todo lo cura, la humanidad se perdió y wala, aquí estoy, sintiéndome un dios.
Le di un azote en el trasero.
-¿que siento contigo encima? Pues la respuesta es sencilla, me excitas, eres fuego, me recuerdas a las fraguas del norte, al verde de sus prados, a los arroyos que violentos corren.
Mares, saqueos, tu representas todo aquello que fui un día y el latir de tu corazón, vivo, impetuoso y humano me lo recuerda.
Me eche a reír cuando aseguró que los mataría a todos, negué con la cabeza.
-deberías relajarte, ni siquiera he salido de tu interior y ya pareces tensa.
Me relamí los labios mirándola.
-¿ahora ansias ser mi alimento? No voy a poner pegas a ello. Aunque ahora estoy saciado, solo tengo sueño.
Tiré de su cintura hasta que está quedo recostada en el colchón y allí la rodeé con mi brazo para descansar los dos.
-Si te vas cierra la puerta -le recordé, no quería convertirme en ceniza.
-¿Que se siente al estar muerto? Pues supongo que vació en un principio, es complicado porque anhelas ser humano.
El torrente de sentimientos cuando eres un neófito te arrastra a un abismo, todo se intensifica, desde el mas sutil de los sonidos puede tornarse estridente, hasta la mas tibia de las caricias se torna lujuria en estado puro.
¿que siento ahora? Me siento poderoso, la inmortalidad es lo mejor que me ha pasado jamas.
Ladeé la sonrisa.
-Yo era un vikingo, fuerte, un guerrero al que le iba bien la vida, cuando partí en un Drakkar para saquear otras ciudades no esperaba regresar siendo un demonio.
La sangre se convirtió en mi sustento y la oscuridad en mi refugio, por supuesto no fui bien acogido entre los míos, ni Viggo.
Al principio lo pasamos mal, solo queríamos ser lo que eramos, vikingos. Pero el tiempo todo lo cura, la humanidad se perdió y wala, aquí estoy, sintiéndome un dios.
Le di un azote en el trasero.
-¿que siento contigo encima? Pues la respuesta es sencilla, me excitas, eres fuego, me recuerdas a las fraguas del norte, al verde de sus prados, a los arroyos que violentos corren.
Mares, saqueos, tu representas todo aquello que fui un día y el latir de tu corazón, vivo, impetuoso y humano me lo recuerda.
Me eche a reír cuando aseguró que los mataría a todos, negué con la cabeza.
-deberías relajarte, ni siquiera he salido de tu interior y ya pareces tensa.
Me relamí los labios mirándola.
-¿ahora ansias ser mi alimento? No voy a poner pegas a ello. Aunque ahora estoy saciado, solo tengo sueño.
Tiré de su cintura hasta que está quedo recostada en el colchón y allí la rodeé con mi brazo para descansar los dos.
-Si te vas cierra la puerta -le recordé, no quería convertirme en ceniza.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
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Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Ninguno daba su brazo a torcer y sin embargo, en cuanto las miradas de fuego se cruzaban...lo demás carecía de sentido. No era un simple revolcón que olvidar, ocurrió más veces y la norteña no es que repitiese con ningún hombre. ¿Para qué negarlo? Tomaba lo que quería y cuándo lo quería sin explicaciones y esperar promesas, vivía el momento como si fuese el último.
Al igual que Valeska, conocía un futuro en el que los hermanos Ludvig eran derrotados por hombres de Randulf, una encerrona en toda regla. Sólo pensar en ello, le albergaba una sensación de vacío extraño pues en aquel tiempo, apenas es una niña pequeña forjándose en la lucha, viendo con sus enormes ojos oscuros como su pueblo sufre por aquel ser que no debe ser nombrado.
La curiosidad mató al gato, eso dicen. Esta vez, la curiosidad llevaba nombre y apellido, aquel guerrero coloso que tenía ante ella. Como esas veces en la que se sentaba en la alfombra, oyendo de fondo la voz de su padre y se sumergía en esas historias, las hazañas del Conde y sus guerreros en incontables enfrentamientos y gestas con el enemigo. Mantuvo el silencio, oyendo su historia, conociendo esa parte de su vida que desconocía, lo cierto es que lo admiraba, siempre lo admiró por la repercusión que tuvo su muerte pues el Norte sintió la pérdida.
No esperó sus palabras, menos aquel gesto de tumbarla a su lado, no dijo nada al respecto...la primera vez que su insolencia la guardaba en sus bolsillos de cuero. La historia le había hecho pensar, imaginar cómo fue su vida al convertirse en inmortal...el rechazo de su propio pueblo. La cascada azabache, se esparramó por la almohada, una cortina sedosa y suave que tapaba uno de los brazos del vampiro.
-Si no me he ido es que no voy a largarme. Cállate y duerme, maldición. -refunfuñó con el ceño fruncido, se hizo un hueco en su pecho en donde apoyó la mejilla al lado de su corazón, no latía y le resultó fascinante como curioso, su piel ardía entre sus dedos... fría y tan suave como el mismo terciopelo. -Repón fuerzas, en cuanto ancle el navío tenemos que ir a un par de sitios que necesito, Svana me esperará al atardecer...es una bruja afincada por estos lares , conocida de mi padre desde hace años... es poderosa y podrá ayudarnos... ayudarme -rectificó, de eso no habían hablado y no estaba segura de si era el momento o no.
-Debo volver a mi tiempo, no puedo quedarme en el pasado más tiempo -si volvía, él seguramente no se acordaría de ella o cuando volviese... el sino de los hermanos hubiese sido el mismo. Cerró los ojos con fuerza para no pensar y sin querer, lo apretó contra sí de manera inconsciente -Me vas a soportar un poco más y... volveré, dejaré de ser tu grano en el culo -rió contra su piel, dejando un roce de sus labios de fuego en su costado... ese momento estaba siendo extraño.vv
Al igual que Valeska, conocía un futuro en el que los hermanos Ludvig eran derrotados por hombres de Randulf, una encerrona en toda regla. Sólo pensar en ello, le albergaba una sensación de vacío extraño pues en aquel tiempo, apenas es una niña pequeña forjándose en la lucha, viendo con sus enormes ojos oscuros como su pueblo sufre por aquel ser que no debe ser nombrado.
La curiosidad mató al gato, eso dicen. Esta vez, la curiosidad llevaba nombre y apellido, aquel guerrero coloso que tenía ante ella. Como esas veces en la que se sentaba en la alfombra, oyendo de fondo la voz de su padre y se sumergía en esas historias, las hazañas del Conde y sus guerreros en incontables enfrentamientos y gestas con el enemigo. Mantuvo el silencio, oyendo su historia, conociendo esa parte de su vida que desconocía, lo cierto es que lo admiraba, siempre lo admiró por la repercusión que tuvo su muerte pues el Norte sintió la pérdida.
No esperó sus palabras, menos aquel gesto de tumbarla a su lado, no dijo nada al respecto...la primera vez que su insolencia la guardaba en sus bolsillos de cuero. La historia le había hecho pensar, imaginar cómo fue su vida al convertirse en inmortal...el rechazo de su propio pueblo. La cascada azabache, se esparramó por la almohada, una cortina sedosa y suave que tapaba uno de los brazos del vampiro.
-Si no me he ido es que no voy a largarme. Cállate y duerme, maldición. -refunfuñó con el ceño fruncido, se hizo un hueco en su pecho en donde apoyó la mejilla al lado de su corazón, no latía y le resultó fascinante como curioso, su piel ardía entre sus dedos... fría y tan suave como el mismo terciopelo. -Repón fuerzas, en cuanto ancle el navío tenemos que ir a un par de sitios que necesito, Svana me esperará al atardecer...es una bruja afincada por estos lares , conocida de mi padre desde hace años... es poderosa y podrá ayudarnos... ayudarme -rectificó, de eso no habían hablado y no estaba segura de si era el momento o no.
-Debo volver a mi tiempo, no puedo quedarme en el pasado más tiempo -si volvía, él seguramente no se acordaría de ella o cuando volviese... el sino de los hermanos hubiese sido el mismo. Cerró los ojos con fuerza para no pensar y sin querer, lo apretó contra sí de manera inconsciente -Me vas a soportar un poco más y... volveré, dejaré de ser tu grano en el culo -rió contra su piel, dejando un roce de sus labios de fuego en su costado... ese momento estaba siendo extraño.vv
Fiolett- Humano Clase Alta
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Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Ladeé la sonrisa cuando la morena me dijo que me durmiera de una vez, que no se iba a largar.
Mis dedos dibujaron las montañas que conformaba su cuerpo ladeado, sus caderas, sus pechos alzados, mis ojos seguían la senda de mis dedos mientras la miraba divertido.
-y digo yo, si no te vas a largar, y quieres que duerma, por que no te callas -bromeé guiñándole un ojo.
Ella me había comentado que se largaría cuando diera con su hermana.
Ladeé la sonrisa con cierta diversión mientras sus pardos se hundían en mis prados.
-Siempre estas adelantando acontecimientos ¡Por Odin! Relájate, ya se verá que sucede en el futuro. De momento disfruta del viaje, estas aquí, tumbada con un dios, disfruta.
Me relamí los labios cuando alzó la mirada con el ceño fruncido, me encantaba ese fuego que mostraba su mirada, era acero, fraguas del norte cada vez mas vivas.
-Iremoa al norte, conoceré a tu padre y te presentaré como mi escudera, te daré un par de palmadas en el culo y todo irá como la seda.
Allí solo has de dar con Freya ¿se llama así? ¿esta buena? -pregunté llevándome un manotazo -¿son eso celos pequeña vikinga?
Mis manos se apoyaron en sus posaderas, le apreté el culo cerrando los ojos, me encantaba notar como resoplaba, era una vikinga y justo eso era lo que no había encontrado en tierras francesas.
Al fina sucumbí ante los dioses, era de día, aquella cámara estaba completamente cerrada, así que ni un solo haz de luz pasaba.
Fue con el ocaso cuando desperté, ella estaba alli, dormida, era cierto, no se había largado lo que me llevó a sonreír con cierta diversión.
Bese su cuello, sus labios, su mandíbula.
-Buenas noches Cannif, tengo hambre.
Mis dedos dibujaron las montañas que conformaba su cuerpo ladeado, sus caderas, sus pechos alzados, mis ojos seguían la senda de mis dedos mientras la miraba divertido.
-y digo yo, si no te vas a largar, y quieres que duerma, por que no te callas -bromeé guiñándole un ojo.
Ella me había comentado que se largaría cuando diera con su hermana.
Ladeé la sonrisa con cierta diversión mientras sus pardos se hundían en mis prados.
-Siempre estas adelantando acontecimientos ¡Por Odin! Relájate, ya se verá que sucede en el futuro. De momento disfruta del viaje, estas aquí, tumbada con un dios, disfruta.
Me relamí los labios cuando alzó la mirada con el ceño fruncido, me encantaba ese fuego que mostraba su mirada, era acero, fraguas del norte cada vez mas vivas.
-Iremoa al norte, conoceré a tu padre y te presentaré como mi escudera, te daré un par de palmadas en el culo y todo irá como la seda.
Allí solo has de dar con Freya ¿se llama así? ¿esta buena? -pregunté llevándome un manotazo -¿son eso celos pequeña vikinga?
Mis manos se apoyaron en sus posaderas, le apreté el culo cerrando los ojos, me encantaba notar como resoplaba, era una vikinga y justo eso era lo que no había encontrado en tierras francesas.
Al fina sucumbí ante los dioses, era de día, aquella cámara estaba completamente cerrada, así que ni un solo haz de luz pasaba.
Fue con el ocaso cuando desperté, ella estaba alli, dormida, era cierto, no se había largado lo que me llevó a sonreír con cierta diversión.
Bese su cuello, sus labios, su mandíbula.
-Buenas noches Cannif, tengo hambre.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
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Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Entre ellos, una gesta con claros vencedores, no había ningún perdedor. Desafiantes, se tentaban mutuamente y se volvían locos a partes iguales. Ese hombre la incendiaba como nadie, no solía encontrar a nadie que le siguiese el ritmo, la soportase. Rugió como un auténtico animal al notar la forma con la que intentaban despertarle, cayó en un completo y reparador sueño, demasiadas noches sin dormir en búsqueda de aquello a lo que no encontraba respuesta.
El plan del vampiro no pintaba mal pero se conocía, no podía dejar pasar ciertas cosas y menos estar callada. Con el cabello azabache revuelto y un rugido parecido al mismo león, se acomodó en su pecho, dejando un mordisco en el centro, sus manos se pasearon por el torso ajeno, echando hacia atrás la cabeza, perdida en esos besos que le regalaba... ronroneando como un gato feliz y cómodo entre sus brazos.
-Buenas noches...Ludvig -en cuanto abrió los ojos, sonrió al encontrar aquellas esmeraldas, podría perfectamente acostumbrarse a aquello. Su voz despertándola, reclamándola y buscándola a partes iguales, dispuesta a volver a dormir...y él no pensaba dejarla hasta tomar lo que deseaba -Y yo, ¿estás en el menú? Podría devorarte, entero... -mordió la barbilla ajena, riendo de lo más divertida, aún con el ceño fruncido... el que le despertasen no era algo que le hiciese mucha gracia, el mal humor era algo usual en ella pero esa noche...parecía el mismo demonio.
Gateó por su cuerpo para quedar sobre él pero sin tocarlo, manos ancladas a cada lado de la cabeza del vampiro, mirada fiera contra la ajena. Sonrió al verle atrapado entre su cuerpo, observarle desnudo era una delicia, ese hombre era un auténtico guerrero... cada rincón de su cuerpo era una hazaña que contar, cada cicatriz formaba parte de su vida... aquella que dejó atrás.
-Te estás mal acostumbrando, también tengo hambre así que iré a que me den de comer. No voy a dejar que me dejes medio muerta en la cama si no es de un buen revolcón así que te esperas, con suerte...te traigo un buen postre...aunque tu cabeza hueca seguramente esté fantaseando con la manera en la que follaremos después...aunque todo a su tiempo. Ahora, espera -robó la camisola del suelo, tan sólo con eso salió en busca y captura de algo que llevarse a la boca.
Las fiestas en el navío eran noche sí y noche también, un barco cargado de pasajeros. La travesía era larga, lo más peligroso aún no habían pasado, Fio conocía a la perfección la zona y hasta que no llegasen no iba a decir más al respecto sobre sus planes. Al rato, apareció entre risas con alguien, una rubia que tomada de su mano se adentró en la habitación, ésta se prendó de aquel dios metido en la cama. Fio susurró algo en su oído a lo que la joven contestó con una sonrisa, acercándose a su mejilla y dejar un beso suave.
-Se ha perdido hasta aquí, también tiene hambre -en una de sus manos, llevaba una cesta de mimbre, un poco de vino pan y carne, fruta variada, así no tendría que volver a cubierta si no era realmente necesario. Fio, dejó la cesta a un lado y siseó para que no se acercase a la cama, no aún -La fiesta está en pleno apogeo pero la señorita ha elegido pareja de baile para esta noche -se relamió al contemplar cómo la miraba la recién llegada, un poco bebida pero muy segura de querer compartir ese momento más íntimo -Muy aburrida en esa fiesta, no encontraba lo que buscaba y mientras esperaba que me preparasen la cesta hemos tomado unas copas...¿verdad, preciosa? -la rubia se sonrojó, asintiendo levemente con la cabeza, Fio jugó con su cabello, dejando pequeños besos en su cuello, su mandíbula, lamiendo el camino hasta su oído, susurró un “desnúdame”, a la atenta mirada del vampiro. No era el único que tenía hambre y esa noche...iban a jugar los tres.
El plan del vampiro no pintaba mal pero se conocía, no podía dejar pasar ciertas cosas y menos estar callada. Con el cabello azabache revuelto y un rugido parecido al mismo león, se acomodó en su pecho, dejando un mordisco en el centro, sus manos se pasearon por el torso ajeno, echando hacia atrás la cabeza, perdida en esos besos que le regalaba... ronroneando como un gato feliz y cómodo entre sus brazos.
-Buenas noches...Ludvig -en cuanto abrió los ojos, sonrió al encontrar aquellas esmeraldas, podría perfectamente acostumbrarse a aquello. Su voz despertándola, reclamándola y buscándola a partes iguales, dispuesta a volver a dormir...y él no pensaba dejarla hasta tomar lo que deseaba -Y yo, ¿estás en el menú? Podría devorarte, entero... -mordió la barbilla ajena, riendo de lo más divertida, aún con el ceño fruncido... el que le despertasen no era algo que le hiciese mucha gracia, el mal humor era algo usual en ella pero esa noche...parecía el mismo demonio.
Gateó por su cuerpo para quedar sobre él pero sin tocarlo, manos ancladas a cada lado de la cabeza del vampiro, mirada fiera contra la ajena. Sonrió al verle atrapado entre su cuerpo, observarle desnudo era una delicia, ese hombre era un auténtico guerrero... cada rincón de su cuerpo era una hazaña que contar, cada cicatriz formaba parte de su vida... aquella que dejó atrás.
-Te estás mal acostumbrando, también tengo hambre así que iré a que me den de comer. No voy a dejar que me dejes medio muerta en la cama si no es de un buen revolcón así que te esperas, con suerte...te traigo un buen postre...aunque tu cabeza hueca seguramente esté fantaseando con la manera en la que follaremos después...aunque todo a su tiempo. Ahora, espera -robó la camisola del suelo, tan sólo con eso salió en busca y captura de algo que llevarse a la boca.
Las fiestas en el navío eran noche sí y noche también, un barco cargado de pasajeros. La travesía era larga, lo más peligroso aún no habían pasado, Fio conocía a la perfección la zona y hasta que no llegasen no iba a decir más al respecto sobre sus planes. Al rato, apareció entre risas con alguien, una rubia que tomada de su mano se adentró en la habitación, ésta se prendó de aquel dios metido en la cama. Fio susurró algo en su oído a lo que la joven contestó con una sonrisa, acercándose a su mejilla y dejar un beso suave.
-Se ha perdido hasta aquí, también tiene hambre -en una de sus manos, llevaba una cesta de mimbre, un poco de vino pan y carne, fruta variada, así no tendría que volver a cubierta si no era realmente necesario. Fio, dejó la cesta a un lado y siseó para que no se acercase a la cama, no aún -La fiesta está en pleno apogeo pero la señorita ha elegido pareja de baile para esta noche -se relamió al contemplar cómo la miraba la recién llegada, un poco bebida pero muy segura de querer compartir ese momento más íntimo -Muy aburrida en esa fiesta, no encontraba lo que buscaba y mientras esperaba que me preparasen la cesta hemos tomado unas copas...¿verdad, preciosa? -la rubia se sonrojó, asintiendo levemente con la cabeza, Fio jugó con su cabello, dejando pequeños besos en su cuello, su mandíbula, lamiendo el camino hasta su oído, susurró un “desnúdame”, a la atenta mirada del vampiro. No era el único que tenía hambre y esa noche...iban a jugar los tres.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Re: El viaje del tiempo- Privado +18
La morena gateaba por mi piel con sus oscuros ojos fijos en mis verdes, como si perderse en mi cuerpo aquella mañana fuera su mejor hazaña.
Ladeé la sonrisa con sendas manos reposando sobre la almohada, me dejé hacer ,ella era una vikinga, era fuego de mis fraguas y eso hacia que le permitiera ciertas diligencias.
Mordió mi mandíbula, ascendió por mis labios y nos enredamos en un húmedo beso.
Ella aseguró tener hambre, hambre de mi, lo que me hizo sonreír con cierta soberbia.
-Pues ve, tráeme algo de comer y quizás después te alimente yo.
Mi mano engancho con rudeza su coño mientras mis ojos rojos centelleaban ante su turbia mirada.
-tengo hambre -repetí -de ti -susurré contra sus labios, de norte, de sangre y de fuego. Decide tu en que orden tomo todo eso.
Le di un azote y esta se puso en pie sonriendo, nos entendíamos bien porque eramos lo mismo, norteños.
Su cuerpo se arqueó en busca de la camisa que había tirada e el suelo, músculos marcados, los de un aguerrido guerrero. Aprecié las cicatrices que seguramente hablan de mil guerras ganadas, me gustaría escuchar las historias de su vida, con una buena copa de vino y abrazados frete a la lumbre de piedra de una casa norteña.
Solo una vikinga es capaz de entender a un vikingo...lo demás son burdos intentos que no funcionan jamas.
Salió por la puerta como un vendaval dispuesta complacer mis necesidades lo que me encendió de ganas de que volviera.
Cuando lo hizo regresó con una bella rubia algo ebria.
Desde la cama mis ojos se tornaron fuego, un reflejo que de seguro la mujer interpretó como el reflejo de las llamas de la lumbre prendida que había frente a nosotros.
No interrumpí, quería ver hasta donde aquella mujer llegaba, así que me recosté observándolas llevando mi mano a mi alzado miembro que se humedecía tal y como sacudía la piel despacio.
-me traes una copa -pedí mirando a la rubia -tengo sed
Las dos estaban enfrascadas en la piel de la otra, lo que me hizo sonreír excitado.
-Cannif, demuéstrame cuan vikinga eres.
Ladeé la sonrisa con sendas manos reposando sobre la almohada, me dejé hacer ,ella era una vikinga, era fuego de mis fraguas y eso hacia que le permitiera ciertas diligencias.
Mordió mi mandíbula, ascendió por mis labios y nos enredamos en un húmedo beso.
Ella aseguró tener hambre, hambre de mi, lo que me hizo sonreír con cierta soberbia.
-Pues ve, tráeme algo de comer y quizás después te alimente yo.
Mi mano engancho con rudeza su coño mientras mis ojos rojos centelleaban ante su turbia mirada.
-tengo hambre -repetí -de ti -susurré contra sus labios, de norte, de sangre y de fuego. Decide tu en que orden tomo todo eso.
Le di un azote y esta se puso en pie sonriendo, nos entendíamos bien porque eramos lo mismo, norteños.
Su cuerpo se arqueó en busca de la camisa que había tirada e el suelo, músculos marcados, los de un aguerrido guerrero. Aprecié las cicatrices que seguramente hablan de mil guerras ganadas, me gustaría escuchar las historias de su vida, con una buena copa de vino y abrazados frete a la lumbre de piedra de una casa norteña.
Solo una vikinga es capaz de entender a un vikingo...lo demás son burdos intentos que no funcionan jamas.
Salió por la puerta como un vendaval dispuesta complacer mis necesidades lo que me encendió de ganas de que volviera.
Cuando lo hizo regresó con una bella rubia algo ebria.
Desde la cama mis ojos se tornaron fuego, un reflejo que de seguro la mujer interpretó como el reflejo de las llamas de la lumbre prendida que había frente a nosotros.
No interrumpí, quería ver hasta donde aquella mujer llegaba, así que me recosté observándolas llevando mi mano a mi alzado miembro que se humedecía tal y como sacudía la piel despacio.
-me traes una copa -pedí mirando a la rubia -tengo sed
Las dos estaban enfrascadas en la piel de la otra, lo que me hizo sonreír excitado.
-Cannif, demuéstrame cuan vikinga eres.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
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Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Un escalofrío recorrió cada parte de su piel al oírle llamar por su apellido. Voz grave a la par que aterciopelada, como si con aquel susurro no hubiese dejado de acariciar su piel ni un segundo. La felina mirada del vampiro, contemplando cada movimiento, mirada y gesto. Fiolett no dejó de tentar a la joven susurrándole al oído, dejando roces de sus carnosos labios en el cuello ajeno, mordisco en el cual dirigió la mirada hacia el vampiro, relamiéndose los labios al apartarse y dejar caer entre la yema de sus dedos el cabello dorado, jugueteando con cada hebra de oro... tentando a aquel que se hacía llamar “dios”.
Y visto desde su propia posición, así lo parecía. Un cuerpo esculpido por los mismos dioses griegos, invitaban a la lujuria y al pecado, no se cansaría jamás de contemplarlo y estaba segura que a él le ocurría lo mismo. Las temblorosas manos de la chiquilla, desabotonaron despacio la prenda, dejando a la vista parte de su piel mientras la prenda cayó a sus pies, dejando el perfecto cuerpo de la guerrera a la vista de los presentes. Un cuerpo cincelado en la batalla, cicatrices que dibujaban su cuerpo contando historias en voz silenciosa, las mostraba con orgullo e incluso delineaban su cuerpo perfilándolo a la perfección.
La cascada azabache, cayó golpeando el final de su espalda. Las manos hábiles de la recién llegadas se aventuraron a juguetear con sus senos, acariciando con las yemas alrededor de su pezón para que se endureciesen, una sonrisa traviesa apareció en los labios de la Cannif, relamiéndose al imaginarla lamer la zona. De la nuca, la atrajo hundiendo su rostro entre los exuberantes pechos que colmados esperaban ser atendidos. Echó hacia atrás la cabeza al comprobar que no sólo consiguió su propósito, las manos de la joven navegaban hasta sus nalgas.
Ella, fue más hábil. Un gruñido escapó de sus labios, apartándola de una abrazada y no tardó en arrancarle en dos partes el vestido, un camisón que apenas dejaba a la imaginación. Siseó para que no se moviese, deslizando los tirantes para que cayese junto a su ropa y no perder el tiempo para tomarla de las nalgas con fiereza y alzarla apoyando la espalda contra la pared. La boca roja como la sangre de Fio torturó los deliciosos pezones de la joven que aclamaba por más, arqueando la espalda. Tiró de uno de ellos, dejando que uno de sus dedos se perdiesen en su sexo que húmedo la esperaba. La risa maliciosa de la guerrera, sus ojos oscuros se clavaron en el vampiro, sin dejar de moverlo para desesperarla.
-Está empapada... Ludvig. Tendremos que probar ¿no? -la vista del vampiro no podía ser más sensual, la chiquilla alzada del suelo con la cabeza de la morena entre sus pechos. La vikinga bajó dejando mordiscos por su vientre, soplando al llegar a su sexo, rió dejando que su cálido aliento golpease el sexo ajeno. Se relamió para que notase la humedad de su lengua, dejando una pequeña lamida en su raja y volver a reír al comprobar que necesitaba de más. Fue fácil suspenderla apoyada en la pared, perdiéndose en su sexo y torturarlo con uno de sus dedos. La mirada de Fio se perdió por encima de su hombro hasta el vampiro...iba a jugar con fuego -Te imaginas follarme mientras sigo devorando esto tan rico ¿no es cierto? -la joven, con la respiración entrecortada, se sonrojó al verse totalmente ofrecida... tentada por el mismo demonio -Abre más las piernas, quiero que te corras y me pidas más -la risa de ambas... la mirada de Fio clavada en él, relamiéndose los labios brillantes por el sabor a sexo, las ganas... -Seguro que follo mejor que tú ¿quieres que siga o...vamos? -la rubia se mordió el labio inferior, moviendo las caderas, dejando que golpease contra la boca de la guerrera que hambrienta, perdió su lengua y sus labios en aquel lugar, provocando...ganándose aquella batalla en la que a nadie le importaba perder.
Y visto desde su propia posición, así lo parecía. Un cuerpo esculpido por los mismos dioses griegos, invitaban a la lujuria y al pecado, no se cansaría jamás de contemplarlo y estaba segura que a él le ocurría lo mismo. Las temblorosas manos de la chiquilla, desabotonaron despacio la prenda, dejando a la vista parte de su piel mientras la prenda cayó a sus pies, dejando el perfecto cuerpo de la guerrera a la vista de los presentes. Un cuerpo cincelado en la batalla, cicatrices que dibujaban su cuerpo contando historias en voz silenciosa, las mostraba con orgullo e incluso delineaban su cuerpo perfilándolo a la perfección.
La cascada azabache, cayó golpeando el final de su espalda. Las manos hábiles de la recién llegadas se aventuraron a juguetear con sus senos, acariciando con las yemas alrededor de su pezón para que se endureciesen, una sonrisa traviesa apareció en los labios de la Cannif, relamiéndose al imaginarla lamer la zona. De la nuca, la atrajo hundiendo su rostro entre los exuberantes pechos que colmados esperaban ser atendidos. Echó hacia atrás la cabeza al comprobar que no sólo consiguió su propósito, las manos de la joven navegaban hasta sus nalgas.
Ella, fue más hábil. Un gruñido escapó de sus labios, apartándola de una abrazada y no tardó en arrancarle en dos partes el vestido, un camisón que apenas dejaba a la imaginación. Siseó para que no se moviese, deslizando los tirantes para que cayese junto a su ropa y no perder el tiempo para tomarla de las nalgas con fiereza y alzarla apoyando la espalda contra la pared. La boca roja como la sangre de Fio torturó los deliciosos pezones de la joven que aclamaba por más, arqueando la espalda. Tiró de uno de ellos, dejando que uno de sus dedos se perdiesen en su sexo que húmedo la esperaba. La risa maliciosa de la guerrera, sus ojos oscuros se clavaron en el vampiro, sin dejar de moverlo para desesperarla.
-Está empapada... Ludvig. Tendremos que probar ¿no? -la vista del vampiro no podía ser más sensual, la chiquilla alzada del suelo con la cabeza de la morena entre sus pechos. La vikinga bajó dejando mordiscos por su vientre, soplando al llegar a su sexo, rió dejando que su cálido aliento golpease el sexo ajeno. Se relamió para que notase la humedad de su lengua, dejando una pequeña lamida en su raja y volver a reír al comprobar que necesitaba de más. Fue fácil suspenderla apoyada en la pared, perdiéndose en su sexo y torturarlo con uno de sus dedos. La mirada de Fio se perdió por encima de su hombro hasta el vampiro...iba a jugar con fuego -Te imaginas follarme mientras sigo devorando esto tan rico ¿no es cierto? -la joven, con la respiración entrecortada, se sonrojó al verse totalmente ofrecida... tentada por el mismo demonio -Abre más las piernas, quiero que te corras y me pidas más -la risa de ambas... la mirada de Fio clavada en él, relamiéndose los labios brillantes por el sabor a sexo, las ganas... -Seguro que follo mejor que tú ¿quieres que siga o...vamos? -la rubia se mordió el labio inferior, moviendo las caderas, dejando que golpease contra la boca de la guerrera que hambrienta, perdió su lengua y sus labios en aquel lugar, provocando...ganándose aquella batalla en la que a nadie le importaba perder.
Fiolett- Humano Clase Alta
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Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Mis ojos se deslizaron por el esculpido cuerpo de la guerrera, su prenda de ropa había caído al suelo mientras la chiquilla temblaba de placer entre sus brazos con los labios entreabiertos y las mejillas teñidas de un tono rosado.
Ladeé la sonrisa mientras mis ojos se centraban en los pardos de la Cannif, las llamas naranjas se reflejaban en su iris, sabia lo que intentaba, provocarme y por ¡Odin que lo conseguía!
Mis colmillos emergieron incapaz de controlar mis instintos, tenia hambre, hambre de probar aquel calor que ambas mujeres ante mi desprendían.
El rugir de sus corazones retumbaba en mis oídos, llevé mi mano a mi alzado miembro deslizando la piel con suavidad por el tronco, el glande se mojaba fruto de la excitación que me producia aquel lascivo acto.
Sin duda esa mujer era fuego, fuego de fragua norteña y la otra de dorado cabello un juguete en manso del depredador que ansiaba convertir en mio.
Me relamí los labios resecos pro el aliento que emergía gélido de mis labios sin apartar mi turbia mirada de lo que esas dos mujeres hacían presas de una lujuria sin control, desmedida.
Me pregunté si las drogas hacían estragos en sus cuerpos y el delicioso sabor que tendrían dichas sustancias al entrar en mi cuerpo.
La morena alzó el cuerpo de la chiquilla que ofrecida, con los pechos alzados como rocas montañosas se perdían entre los ávidos labios rojos sangre de la guerrera. Los gemidos emergían de sus labios mientras sus caderas buscaban el rocé con el pubis ajeno.
La morena me llamaba, me buscaba con aquella ardiente mirada que se trasformó en brasas y así se agachó recordándome lo empapada que estaba la rubia donde su boca pronto se perdió.
Las nalgas de Fio no tenían desperdició, follármela mientras jugaba con la rubia era tentador, pero hubiera sido demasiado obvio, no me moví, con calma, como si fuera un dios de Asgar me mantuve recostado sobre las blancas sabanas de raso contemplando aquel espectáculo que me arrancaba gruñidos de impaciencia y que sin duda pronto me haría entrar en juego.
Ladeé la sonrisa mientras mis ojos se centraban en los pardos de la Cannif, las llamas naranjas se reflejaban en su iris, sabia lo que intentaba, provocarme y por ¡Odin que lo conseguía!
Mis colmillos emergieron incapaz de controlar mis instintos, tenia hambre, hambre de probar aquel calor que ambas mujeres ante mi desprendían.
El rugir de sus corazones retumbaba en mis oídos, llevé mi mano a mi alzado miembro deslizando la piel con suavidad por el tronco, el glande se mojaba fruto de la excitación que me producia aquel lascivo acto.
Sin duda esa mujer era fuego, fuego de fragua norteña y la otra de dorado cabello un juguete en manso del depredador que ansiaba convertir en mio.
Me relamí los labios resecos pro el aliento que emergía gélido de mis labios sin apartar mi turbia mirada de lo que esas dos mujeres hacían presas de una lujuria sin control, desmedida.
Me pregunté si las drogas hacían estragos en sus cuerpos y el delicioso sabor que tendrían dichas sustancias al entrar en mi cuerpo.
La morena alzó el cuerpo de la chiquilla que ofrecida, con los pechos alzados como rocas montañosas se perdían entre los ávidos labios rojos sangre de la guerrera. Los gemidos emergían de sus labios mientras sus caderas buscaban el rocé con el pubis ajeno.
La morena me llamaba, me buscaba con aquella ardiente mirada que se trasformó en brasas y así se agachó recordándome lo empapada que estaba la rubia donde su boca pronto se perdió.
Las nalgas de Fio no tenían desperdició, follármela mientras jugaba con la rubia era tentador, pero hubiera sido demasiado obvio, no me moví, con calma, como si fuera un dios de Asgar me mantuve recostado sobre las blancas sabanas de raso contemplando aquel espectáculo que me arrancaba gruñidos de impaciencia y que sin duda pronto me haría entrar en juego.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 51
Fecha de inscripción : 15/03/2017
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
Los gemidos de la recién llegada pidiéndole más, la risa incontrolable y juguetona de la guerrera quien no cesó en jugar con el sexo jugoso totalmente ofrecido, no le dejó llegar, se apartó antes de ello. La tenía justo dónde deseaba, los ojos oscuros se perdieron en la imagen demencial de la pequeña, al lado de la norteña así lo parecía, más bajita y manejable, ante aquel cuerpo fuerte y repleto de curvas cincelado con cicatrices.
Sentía la mirada del inmortal en su espalda, en cada movimiento que realizaba. Le ofreció la cena y eso haría, sólo que antes se tomaba el lujo de ser ella quien probase un aperitivo. Mordió su punto de placer, provocando un grito en la rubia... tomándole de las nalgas, la bajó por la pared lo justo para que los pechos de ambas mujeres entrasen en contacto, apretándola contra sí y notar la dureza de sus propios pezones con los ajenos, el suculento labio inferior de Fio fue mordido ligeramente por la rubia aclamando más a lo que siseó.
-No. Ya te dije que ibas a conocer a un Dios ¿o ya desististe en la idea? - guió uno de sus generosos senos a la boca de la chiquilla para que jugase con él, sin soltarla de las nalgas, hundiendo los dedos en la piel y provocar un ligero movimiento, sus pubis se acariciaran ligeramente. -¿Quieres que lo haga? Te folle...o mejor, lo hagamos los dos... -dirigió una mirada al vampiro, juguetona y picara, esa mujer era una tentación hasta en la manera de hablar y moverse. La chica sólo asintió, sin dar una respuesta en sí...estaba totalmente perdida.
Con ella enredada en su cintura, la dejó en el borde de la cama, de espaldas a él. Ahora quien estaba a la altura de su propio sexo era la rubia, rió enredando los dedos en su cabello, peinándolo de forma pausada y tierna, hundiendo las yemas en su nuca, una de sus piernas se alzó hasta dejarla flexionada como único apoyo en el borde de la cámara. Él como la joven, podían apreciar el sexo de la morena, ofrecido y dispuesto, esperando.
-Ya que tú no te decides que lo haga ella ¿no, cariño? -la chiquilla se apresuró a acercarse a sus piernas para besarlas, antes de llegar a su sexo, no llegó a tocarlo, sólo lo miraba absorta como si sólo la morena estuviese en esa posición -Al final soy la cena...¿quién quieres que sea la tuya, Uthred? -los dedos de la guerrera se pasearon por el contorno de sus pechos, esperando el movimiento de alguno de los dos. -Te dije que te daría de cenar...pero yo también quisiera ¿no me dais un poco a mí antes? Prometo recompensar, lo sabes -
Sentía la mirada del inmortal en su espalda, en cada movimiento que realizaba. Le ofreció la cena y eso haría, sólo que antes se tomaba el lujo de ser ella quien probase un aperitivo. Mordió su punto de placer, provocando un grito en la rubia... tomándole de las nalgas, la bajó por la pared lo justo para que los pechos de ambas mujeres entrasen en contacto, apretándola contra sí y notar la dureza de sus propios pezones con los ajenos, el suculento labio inferior de Fio fue mordido ligeramente por la rubia aclamando más a lo que siseó.
-No. Ya te dije que ibas a conocer a un Dios ¿o ya desististe en la idea? - guió uno de sus generosos senos a la boca de la chiquilla para que jugase con él, sin soltarla de las nalgas, hundiendo los dedos en la piel y provocar un ligero movimiento, sus pubis se acariciaran ligeramente. -¿Quieres que lo haga? Te folle...o mejor, lo hagamos los dos... -dirigió una mirada al vampiro, juguetona y picara, esa mujer era una tentación hasta en la manera de hablar y moverse. La chica sólo asintió, sin dar una respuesta en sí...estaba totalmente perdida.
Con ella enredada en su cintura, la dejó en el borde de la cama, de espaldas a él. Ahora quien estaba a la altura de su propio sexo era la rubia, rió enredando los dedos en su cabello, peinándolo de forma pausada y tierna, hundiendo las yemas en su nuca, una de sus piernas se alzó hasta dejarla flexionada como único apoyo en el borde de la cámara. Él como la joven, podían apreciar el sexo de la morena, ofrecido y dispuesto, esperando.
-Ya que tú no te decides que lo haga ella ¿no, cariño? -la chiquilla se apresuró a acercarse a sus piernas para besarlas, antes de llegar a su sexo, no llegó a tocarlo, sólo lo miraba absorta como si sólo la morena estuviese en esa posición -Al final soy la cena...¿quién quieres que sea la tuya, Uthred? -los dedos de la guerrera se pasearon por el contorno de sus pechos, esperando el movimiento de alguno de los dos. -Te dije que te daría de cenar...pero yo también quisiera ¿no me dais un poco a mí antes? Prometo recompensar, lo sabes -
Fiolett- Humano Clase Alta
- Mensajes : 77
Fecha de inscripción : 14/06/2017
Localización : Akershus
Re: El viaje del tiempo- Privado +18
La vikinga de pelo azabache era pecado, lujuria y fuego de nórdicas fraguas.
Entre sus manos la rubia valquiria se me antojó una muñeca sin vida con la que poder jugar hasta saciar mi sed, me hambre.
Me relamí sin mover un musculo cuando dejó caer el cuerpo de la joven sobre las sabanas blancas del camastro.
Desvié un instante la mirada hacia el pequeño ojo de buey del camarote, la luna una brillaba en el cielo intensa, media luna, la perfecta cuna.
Era el momento, no esperé mas, tiré de la doncella de dorados cabellos que sucumbía al placer regalado por mi particular vikinga.
Mis afilados colmillos se hundieron en su cuello ,era una beoda, era embriagador sentir la sangre fluir por mis venas, abandonar su cuerpo con rudos tirones mientras sus gemidos se intensificaban por como la morena se la follaba y yo la vaciaba.
No me detuve hasta que no quedó ni una sola gota de ella, ligeramente mareado por el grado de alcohol en sangre ladeé la sonrisa contemplando con mis dos tormentas sus preciosos ojos oscuros, la sangre goteaba por mis labios, llevaba un buen colocon.
-Ven, ahora fóllame a mi -le pedí
De un empujón cargado de desprecio dejé caer del cochon al cuerpo inerte de la rubia.
Tirando de las caderas de Fio para que cayera sobre mi alzada verga la moví a conciencia, dejando que sus labios besaran mi glande antes de engullirla entera.
-Muévete amazonas, demuéstrame como cabalga una Cannif.
Estaba saciado, ebrio de sangre, de alcohol y de pecado y ahora solo quera que esa mujer me saciara por completo, que me hiciera enloquecer y me llevara al mismo Hel entre sus piernas.
El encuentro fue lascivo, apasionado y lleno de violencia, eramos dos titanes que ardían en una danza de fuego, llamas y maderos.
Caímos perlados en sudor sobre el lecho, sonreí contra sus labios contemplando la intensidad de esos dos agujeros negros que me miraban como si tuviera frente a si al mismo Thor.
-Se me da bien mover el martillo -bromeé con picarda deslizando mis dedos por su cintura.
Entre sus manos la rubia valquiria se me antojó una muñeca sin vida con la que poder jugar hasta saciar mi sed, me hambre.
Me relamí sin mover un musculo cuando dejó caer el cuerpo de la joven sobre las sabanas blancas del camastro.
Desvié un instante la mirada hacia el pequeño ojo de buey del camarote, la luna una brillaba en el cielo intensa, media luna, la perfecta cuna.
Era el momento, no esperé mas, tiré de la doncella de dorados cabellos que sucumbía al placer regalado por mi particular vikinga.
Mis afilados colmillos se hundieron en su cuello ,era una beoda, era embriagador sentir la sangre fluir por mis venas, abandonar su cuerpo con rudos tirones mientras sus gemidos se intensificaban por como la morena se la follaba y yo la vaciaba.
No me detuve hasta que no quedó ni una sola gota de ella, ligeramente mareado por el grado de alcohol en sangre ladeé la sonrisa contemplando con mis dos tormentas sus preciosos ojos oscuros, la sangre goteaba por mis labios, llevaba un buen colocon.
-Ven, ahora fóllame a mi -le pedí
De un empujón cargado de desprecio dejé caer del cochon al cuerpo inerte de la rubia.
Tirando de las caderas de Fio para que cayera sobre mi alzada verga la moví a conciencia, dejando que sus labios besaran mi glande antes de engullirla entera.
-Muévete amazonas, demuéstrame como cabalga una Cannif.
Estaba saciado, ebrio de sangre, de alcohol y de pecado y ahora solo quera que esa mujer me saciara por completo, que me hiciera enloquecer y me llevara al mismo Hel entre sus piernas.
El encuentro fue lascivo, apasionado y lleno de violencia, eramos dos titanes que ardían en una danza de fuego, llamas y maderos.
Caímos perlados en sudor sobre el lecho, sonreí contra sus labios contemplando la intensidad de esos dos agujeros negros que me miraban como si tuviera frente a si al mismo Thor.
-Se me da bien mover el martillo -bromeé con picarda deslizando mis dedos por su cintura.
Uhtred- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/03/2017
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