AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
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Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Después de casi un mes volvía de nuevo a casa, eso era lo que había durado aquel inesperado viaje hasta México, había avisado a mis padres antes de partir que me iba con Joe de viaje a aquel país pues tenía una importante reunión de negocios y me había pedido que lo acompañara para poder disfrutar del viaje y conocer el país, por supuesto mis padres no habían puesto pega alguna ya que se trataba de algo del vampiro pero aunque solo les había podido avisar mediante una carta, la noche antes de partir, habían llevado mis maletas a la mansión de Joe justo a tiempo por lo que supuse que no les habría molestado la carta sino más bien todo lo contrario, todo lo que tuviera que ver con el vampiro mis padres no ponían pega alguna, seguía sin saber qué les había hecho o dicho para que estuvieran así pero cuando supieron de mi regreso estaban bastante contentos y animados cuando nos recibieron tras aquel tiempo. Habíamos llegado a París de noche y el vampiro se había ofrecido a acompañarme hasta casa, había notado que por alguna extraña razón se había olvidado de la noche en que nos habíamos casado en el barco y yo no hice mención alguna ni quise recordárselo porque las veces que se lo había dicho había gruñido incapaz de recordarlo, yo sí lo hacía y lo cierto es que había sido tremendamente placentera en todo lo que habíamos hecho esa noche. Para todos seguíamos estando prometidos y por lo que pude averiguar cuando llegué mi madre tenía ya la mitad de los preparativos hechos para la boda, rodé los ojos porque mi madre era incorregible y aunque mi padre había tratado de disuadirla en ciertos aspectos había sido imposible.
Invitaron al vampiro a quedarse un rato más y que les contara sobre sus negocios en el país, era lo único que se me había ocurrido como excusa en aquella carta y tras lanzarme una rápida mirada enarqué una ceja y me mordí el labio mientras él como podía, aunque parecía que no le costaba demasiado, les relataba por encima a mis padres que había hecho un buen negocio y que esperaba diera sus frutos. También les había dicho que me había guiado por México para conocerlo y que seguramente pronto volveríamos a irnos de viaje hacia otro destino aprovechando que ahora tendríamos tiempo, seguramente ese vampiro buscaría un viaje lejos de París para la luna de miel, me lo veía venir antes incluso de que pasara. Nos pidieron que tomáramos asiento en el sofá y que les contáramos qué tal había ido el viaje en su afán y entusiasmo pero sabía que el vampiro también querría ver a Nim, aunque no me lo dijera sabía que estaba preocupado por ella y tras unos minutos les pedí que era mejor que nos retiráramos, que había sido un largo viaje y que tendríamos que descansar porque al día siguiente habían cosas que hacer, no se lo tomaron del todo mal –también porque intercedió el vampiro en aquello- y dejaron que nos despidiéramos antes de que él partiera y yo entrara de nuevo en casa, hacía mucho tiempo que no dormía en mi cama y lo cierto que las últimas veces habíamos dormido los dos juntos, algo un tanto extraño e insólito pero que así había sido. Sabía que no me pediría que me fuera con él después de haber estado tanto tiempo fuera y yo no dije nada al respecto.
-Bueno amor, veo que sigues manteniendo ese efecto sobre mis padres después de todo –comenté con una ceja enarcada sin saber qué les había hecho que le hizo sonreír de lado- seguramente quieras llegar a casa y ver como está Nim –lo miré al mismo tiempo que nuestros dedos se enlazaba y mi otra mano recorría su pecho- seguro que está deseando verte tras todo este tiempo, le darás una buena sorpresa –esa niña lo quería muchísimo y él la quería también, se podría decir que era el talón de Aquiles que tenía y eso ya me lo había dejado más que claro- mañana revisaré lo que está haciendo mi madre con la boda, algo me dice que no me va a gustar en absoluto –hice un mohín y luego lo miré- se hace un poco extraño que tengas que despedirme en mi puerta, ¿no te parece? –Había pasado ya un tiempo desde la última vez- deberías de ir a casa y darle una sorpresa a Nim antes de que sea más tarde, yo ya te tengo muy visto –sonreí con cierta malicia y él enarcó una ceja por ello- ¡oh, vamos! Sabes que es verdad –dije antes de que sus labios se acercaran a los míos y me besaran de esa forma que ya conocía tan bien dejando un mordisco en su labio inferior- nos vemos mañana por la noche, salvo que tengas alguna sorpresa especial para mí –sonreí de lado por ello y dejé finalmente que se fuera para vernos la noche siguiente como antaño hacíamos, volví dentro encontrándome con mi madre que ya me esperaba para que le contara algo más sobre el viaje y rodó los ojos. Estuve un rato hablando con ella hasta que finalmente me retiré alegando que estaba cansada para ir a la habitación e irme a dormir, fue algo extraño volver de nuevo a aquella cama tras tanto tiempo en el que me había pasado durmiendo con el vampiro pero finalmente me acosté. Esa noche volvía a soñar con lo mismo, no se lo había dicho pero desde que habíamos salido de aquel infierno tenía sueños con una figura, una persona que me era vagamente familiar pero que no lograba ubicar. Ojos de color plata, pelo del mismo color, tez algo morena... en sueños me acosaba y me atormentaba aunque no me pasaba nada realmente, sabía que solo eran pesadillas y que pronto pasarían, quizás fuera por la experiencia de haber estado en el infierno, no lo sabía pero notaba algo extraño, algo que no había dicho para preocuparlo y porque no sabía si era quizás por haber estado en ese lugar o por qué, por el momento preferí guardar silencio. Esa vez quería ser yo quien le diera una sorpresa al vampiro así que buscaría algo que hacer para la noche y así que no me pudiera sorprender con nada.
Invitaron al vampiro a quedarse un rato más y que les contara sobre sus negocios en el país, era lo único que se me había ocurrido como excusa en aquella carta y tras lanzarme una rápida mirada enarqué una ceja y me mordí el labio mientras él como podía, aunque parecía que no le costaba demasiado, les relataba por encima a mis padres que había hecho un buen negocio y que esperaba diera sus frutos. También les había dicho que me había guiado por México para conocerlo y que seguramente pronto volveríamos a irnos de viaje hacia otro destino aprovechando que ahora tendríamos tiempo, seguramente ese vampiro buscaría un viaje lejos de París para la luna de miel, me lo veía venir antes incluso de que pasara. Nos pidieron que tomáramos asiento en el sofá y que les contáramos qué tal había ido el viaje en su afán y entusiasmo pero sabía que el vampiro también querría ver a Nim, aunque no me lo dijera sabía que estaba preocupado por ella y tras unos minutos les pedí que era mejor que nos retiráramos, que había sido un largo viaje y que tendríamos que descansar porque al día siguiente habían cosas que hacer, no se lo tomaron del todo mal –también porque intercedió el vampiro en aquello- y dejaron que nos despidiéramos antes de que él partiera y yo entrara de nuevo en casa, hacía mucho tiempo que no dormía en mi cama y lo cierto que las últimas veces habíamos dormido los dos juntos, algo un tanto extraño e insólito pero que así había sido. Sabía que no me pediría que me fuera con él después de haber estado tanto tiempo fuera y yo no dije nada al respecto.
-Bueno amor, veo que sigues manteniendo ese efecto sobre mis padres después de todo –comenté con una ceja enarcada sin saber qué les había hecho que le hizo sonreír de lado- seguramente quieras llegar a casa y ver como está Nim –lo miré al mismo tiempo que nuestros dedos se enlazaba y mi otra mano recorría su pecho- seguro que está deseando verte tras todo este tiempo, le darás una buena sorpresa –esa niña lo quería muchísimo y él la quería también, se podría decir que era el talón de Aquiles que tenía y eso ya me lo había dejado más que claro- mañana revisaré lo que está haciendo mi madre con la boda, algo me dice que no me va a gustar en absoluto –hice un mohín y luego lo miré- se hace un poco extraño que tengas que despedirme en mi puerta, ¿no te parece? –Había pasado ya un tiempo desde la última vez- deberías de ir a casa y darle una sorpresa a Nim antes de que sea más tarde, yo ya te tengo muy visto –sonreí con cierta malicia y él enarcó una ceja por ello- ¡oh, vamos! Sabes que es verdad –dije antes de que sus labios se acercaran a los míos y me besaran de esa forma que ya conocía tan bien dejando un mordisco en su labio inferior- nos vemos mañana por la noche, salvo que tengas alguna sorpresa especial para mí –sonreí de lado por ello y dejé finalmente que se fuera para vernos la noche siguiente como antaño hacíamos, volví dentro encontrándome con mi madre que ya me esperaba para que le contara algo más sobre el viaje y rodó los ojos. Estuve un rato hablando con ella hasta que finalmente me retiré alegando que estaba cansada para ir a la habitación e irme a dormir, fue algo extraño volver de nuevo a aquella cama tras tanto tiempo en el que me había pasado durmiendo con el vampiro pero finalmente me acosté. Esa noche volvía a soñar con lo mismo, no se lo había dicho pero desde que habíamos salido de aquel infierno tenía sueños con una figura, una persona que me era vagamente familiar pero que no lograba ubicar. Ojos de color plata, pelo del mismo color, tez algo morena... en sueños me acosaba y me atormentaba aunque no me pasaba nada realmente, sabía que solo eran pesadillas y que pronto pasarían, quizás fuera por la experiencia de haber estado en el infierno, no lo sabía pero notaba algo extraño, algo que no había dicho para preocuparlo y porque no sabía si era quizás por haber estado en ese lugar o por qué, por el momento preferí guardar silencio. Esa vez quería ser yo quien le diera una sorpresa al vampiro así que buscaría algo que hacer para la noche y así que no me pudiera sorprender con nada.
Última edición por Danerys Garnert el Miér Nov 29, 2017 10:29 am, editado 1 vez
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 28/04/2017
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Sobre un negro espectro recorrimos las calles de París rumbo a la mansión de Dan, hace apenas unos minutos que habíamos desembarcado en puerto. El viaje a través del infierno no fue precisamente lo que sus padres posiblemente esperaban, así que deduje que les habría contado alguna mentira que nos pudiera arrastrar hasta tierras mexicanas.
Mis manos sobrevolaban su cintura, al final todo había salido bien, algo que me ponía de especial buen humor y aunque ahora mismo eran muchas las dudas que en esta vuelta a la realidad asolaban mi cabeza, no podía evitar por esa noche tomarme un maldita tregua, una que necesitábamos ambos, una que quedaba muy clara cada vez que nuestras bocas se buscaban y nuestras lenguas se acariciaban.
La ayudé a desmontar frente a la casa, no tardamos en ser recibidos por una madre emocionada y un padre que botella en mano celebraba la vuelta de su hija y la estrecha relación que se traía con su enamorado.
Ladeé la sonrisa mirando a Dan, esta negaba divertida ante mis besos en su cuello, a vista de todos eramos la pareja perfecta, algo bastante alejado de la realidad, aunque últimamente las cosas entre nosotros estaban...”distintas”
El padre me preguntaba sobre los negocios que me habían llevado a esas tierras, así que salí como pude de apuro habiéndole de empresas que tenia, ciertamente tenia gran cantidad de negocios en todo le mundo ,así que tampoco es que me costó demasiado hablar de finanzas.
Al tiempo su madre nos contaba los progresos que llevaba con la boda, estaba tan ilusionada que cualquiera la contradecía y desde luego ese no seria yo, tenia a sus padres de mi lado y pensaba mantenerlos justo a mi favor, así que todo lo que ella decía era correspondido con un “es perfecto” por mi parte y un pellizco por parte de mi amor.
Yo me reía entre dientes consciente de que mi prometida quería una boda muy distinta, pero... si algo había aprendido con la inmortalidad es a no meterte en guerras de mujeres, así que yo a ver, oír y callar.
El padre me llenó la segunda copa cuando mi preciosa prometida dijo que por esa noche era mas que suficiente, así me despedí de sus padres y por ultimo fui con ella hasta la puerta para que pudiera despedirme.
-Si, quiero ver a Nim -le respondí -espero no pillarla dormida -apunté besando los labios de mi prometida.
Ella decía que nos habíamos casado ya, pero yo no recordaba nada de eso, nada de nada, eso me frustraba, según ella estaba muy borracho, pero yo no solía olvidar una noche completa...
Lamí sus labios para que esta me los abriera, mi lengua se colo cual rapaz dispuesta a dar caza a la ajena, enredados en una batalla en el que depredador y presa se sacudían jadeantes.
Me costaba dejarla, claro que reconocerlo hubiera implicado cosas para las que aun no estaba preparado.
-Tendrás ganas de deshacerte de mi si me tienes tan visto -susurre relamiendome los labios sin apartar mi mirada de la ajena -mi verga te va a echar de menos -aseguré llevándole la mano hasta ella dura, gruesa e impaciente -mañana tendrás que recompensarme por la afrenta de dejarme a medias -apunté divertido antes de despedirnos con un beso largo y apasionado para que pudiera tomar mi camino rumbo a mi mansión.
Pasé parte del día con Nim, apenas dormí pero estuvimos jugando en mi cama, ella tenia muchas cosas que decir y yo pegaba de vez en cuando cabezadas riéndome cuando ella me abría los ojos con sus dos dedos y me preguntaba si estaba ahí.
Al final con el ocaso llegando acabamos los dos dormidos en la cama, ella sobre mi pecho y yo ocupando el lecho por completo.
Fue ahí cuando la puerta se abrió, ladeé la cabeza adormilado y sonreí a Dan que entraba por ella como un vendaval.
-Buenas ¿noches? -pregunté – si tenias ganas de verme -bromeé haciendo a un lado a Nim.
Mis manos sobrevolaban su cintura, al final todo había salido bien, algo que me ponía de especial buen humor y aunque ahora mismo eran muchas las dudas que en esta vuelta a la realidad asolaban mi cabeza, no podía evitar por esa noche tomarme un maldita tregua, una que necesitábamos ambos, una que quedaba muy clara cada vez que nuestras bocas se buscaban y nuestras lenguas se acariciaban.
La ayudé a desmontar frente a la casa, no tardamos en ser recibidos por una madre emocionada y un padre que botella en mano celebraba la vuelta de su hija y la estrecha relación que se traía con su enamorado.
Ladeé la sonrisa mirando a Dan, esta negaba divertida ante mis besos en su cuello, a vista de todos eramos la pareja perfecta, algo bastante alejado de la realidad, aunque últimamente las cosas entre nosotros estaban...”distintas”
El padre me preguntaba sobre los negocios que me habían llevado a esas tierras, así que salí como pude de apuro habiéndole de empresas que tenia, ciertamente tenia gran cantidad de negocios en todo le mundo ,así que tampoco es que me costó demasiado hablar de finanzas.
Al tiempo su madre nos contaba los progresos que llevaba con la boda, estaba tan ilusionada que cualquiera la contradecía y desde luego ese no seria yo, tenia a sus padres de mi lado y pensaba mantenerlos justo a mi favor, así que todo lo que ella decía era correspondido con un “es perfecto” por mi parte y un pellizco por parte de mi amor.
Yo me reía entre dientes consciente de que mi prometida quería una boda muy distinta, pero... si algo había aprendido con la inmortalidad es a no meterte en guerras de mujeres, así que yo a ver, oír y callar.
El padre me llenó la segunda copa cuando mi preciosa prometida dijo que por esa noche era mas que suficiente, así me despedí de sus padres y por ultimo fui con ella hasta la puerta para que pudiera despedirme.
-Si, quiero ver a Nim -le respondí -espero no pillarla dormida -apunté besando los labios de mi prometida.
Ella decía que nos habíamos casado ya, pero yo no recordaba nada de eso, nada de nada, eso me frustraba, según ella estaba muy borracho, pero yo no solía olvidar una noche completa...
Lamí sus labios para que esta me los abriera, mi lengua se colo cual rapaz dispuesta a dar caza a la ajena, enredados en una batalla en el que depredador y presa se sacudían jadeantes.
Me costaba dejarla, claro que reconocerlo hubiera implicado cosas para las que aun no estaba preparado.
-Tendrás ganas de deshacerte de mi si me tienes tan visto -susurre relamiendome los labios sin apartar mi mirada de la ajena -mi verga te va a echar de menos -aseguré llevándole la mano hasta ella dura, gruesa e impaciente -mañana tendrás que recompensarme por la afrenta de dejarme a medias -apunté divertido antes de despedirnos con un beso largo y apasionado para que pudiera tomar mi camino rumbo a mi mansión.
Pasé parte del día con Nim, apenas dormí pero estuvimos jugando en mi cama, ella tenia muchas cosas que decir y yo pegaba de vez en cuando cabezadas riéndome cuando ella me abría los ojos con sus dos dedos y me preguntaba si estaba ahí.
Al final con el ocaso llegando acabamos los dos dormidos en la cama, ella sobre mi pecho y yo ocupando el lecho por completo.
Fue ahí cuando la puerta se abrió, ladeé la cabeza adormilado y sonreí a Dan que entraba por ella como un vendaval.
-Buenas ¿noches? -pregunté – si tenias ganas de verme -bromeé haciendo a un lado a Nim.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 348
Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Tal y como me despedí del vampiro nada más entrar ya tenía a mi madre esperándome para que le contara algunas cosas, quise negarme pero insistió demasiado como para negarme así que le conté qué había visto del país, la mayoría me lo inventé puesto que no iba a decirle que habíamos ido allí para buscar una cura a la maldición que lo había asolado y que además habíamos descendido al infierno para ir a por su hermano y rescatarlo, eso no le habría sentado nada bien y seguramente le hubiera provocado un paro cardíaco por mis palabras así que lo suprimí y me centré en contarle lo que había visto durante el camino, la travesía... cosas que no pudieran asustarla y me retiré excusándome con que el viaje había sido largo y extenuado y me encontraba cansada, era cierto que desde que había salido del infierno no dormía demasiado bien porque me asolaban algunas pesadillas, no eran todas las noches pero parecían tan reales que me despertaba algo mal, no había querido preocupar al vampiro así que no le había dicho nada al respecto. Al día siguiente tendría que revisar todo lo que mi madre había estado organizando en mi ausencia y ya podía saber que no me iba a gustar casi nada, sus gustos y los míos eran totalmente diferentes y además mientras yo prefería algo más sencillo a ella le gustaba lo pomposo y recargado, no quise preguntar a cuánta gente había invitado pero seguramente y conociéndola a más de los que me hubiera gustado en un principio.
Esa noche, al igual que las restantes, también tuve esa maldita pesadilla con aquel hombre que aunque no recordaba haber visto nunca sí que me sonaba, pero no sabía de qué. Su tez morena contrastaba con su pelo plateado y con los ojos que tenía del mismo color, en sueños me perseguía y me cazaba como si yo fuera una presa y él el depredador, siempre intentaba alejare de él aunque a veces sentía sus frías manos, sus gélidos dedos cerniéndose en mi brazo y apresándome... pero después despertaba y no me acordaba de nada más, ahí terminaba la pesadilla. Era un sueño demasiado real como para que simplemente fuera un sueño y lo achaqué, mayormente, a mi experiencia en el infierno y pensé que con los días la pesadilla iría haciéndose más débil hasta que fuera ya casi inexistente. Con los primeros rayos del sol me desperté, como siempre Mina había subido para levantarme y prepararme las cosas, ahora me resultaba extraño después de haber estado casi ese mes fuera de casa despertándome mayormente entre los brazos del vampiro enredada en su cuerpo, lancé un suspiro y bajé a desayunar para comenzar ese día junto a mi madre. Revisé con ella lo que tenía de la boda organizado y casi me dio algo cuando vi todo lo que tenía montado, cosas que yo no hubiera hecho, ni puesto ni montado siquiera, parecía más bien su boda que la mía y empecé a hacer arreglos entorno a lo que me gustaba pese a que ella no paraba de preguntarme que por qué quitaba ciertas cosas. Mi padre, que no tenía mucha idea de nada pero viendo mi cara salió en mi ayuda para que me dejara hacer alegando que era mi boda y mi día, así que no le tocó más remedio que hacerme caso.
Pasé todo el día haciendo arreglos de lo que ella ya había montado, hice muchos arreglos, quité muchas cosas y finalmente parecía que la boda iba tomando un color que me gustaba, algo más a lo que yo quería y no lo que ella deseaba. Fue agotador y frustrante, por mi madre más que nada, y cuando llegó la noche fue el momento en el que pude escaparme de esa locura, no me gustaban las fiestas así que menos me gustaba tener que organizar mi boda pero prefería hacerlo yo aunque fuera un quebradero de cabeza a que lo hiciera ella. Había pensado qué hacer esa noche con el vampiro, de normalidad era él quien siempre me traía alguna sorpresa pero por esa noche fui yo la que quiso darle la sorpresa. Salí antes de que el sol se escondiera en el horizonte así que cuando llegué a la mansión sabía que todavía no se había despertado. Cuando me dirigí hacia arriba ninguna de las sirvientas me paró en el camino y fui hasta la habitación, cuando la abrí me encontré con una escena que no había pensado encontrarme; durmiendo sobre el pecho del vampiro se encontraba Nim, cuando cerré la puerta de forma leve para no hacer ruido el vampiro giró su rostro hasta dar con mis ojos, una sonrisa se instaló en sus labios e hizo un poco al lado a Nim mientras yo me acercaba y me sentaba en el borde con una sonrisa ladeada ante sus palabras.
-Venía para compensarte por haberte dejado anoche a medias –comenté antes de que sus labios buscaran los míos para fundirnos en un beso, me separé cuando escuché que Nim se despertaba y se giraba para mirarnos, había traído algo para ella que había comprado en México antes de volver hacia París, parecía agotada pero sonrió cuando me vio- buenas noches Nim –la pequeña se acercó gateando para darme un abrazo que correspondí y luego le di aquel regalo que había comprado- toma, esto es para ti –se lo entregué viendo sus ojos emocionados por saber qué sería, en realidad era una tontería pero lo había visto y me había acordado de ella, la mujer que la cuidaba no tardó en llevársela viendo como se despedía del vampiro dejándonos a los dos a solas- buenas noches vampiro –dije mordiendo su labio inferior y sacando de la misma bolsa donde tenía el regalo dejé sobre su regazo una máscara, negra, me separé para que la viera contemplando la reacción que tenía y sonreí de lado- mañana vuelven a dar un baile de máscaras, ¿quieres que vayamos mañana? –Pregunté observándolo- piénsatelo –le dije sonriendo- tengo una sorpresa para ti esta noche, siempre eres tú el que las tiene así que he decidido ser yo quien te la de hoy, ¿te fías de mí? –Pregunté divertida tirando de su mano para que se levantara y se cambiara- venga vístete, te espero bajo –salí de cuarto antes de que el vampiro decidiera tomarse la compensación que le había dicho por la noche pasada y bajé hasta el hall para esperarlo, tenía fuera un carruaje que nos llevaría hasta el lugar, no tardó demasiado en bajar vestido de forma elegante como siempre le caracterizaba y me levanté cuando llegó bajo- ¿vamos? –Pregunté haciendo un gesto con la cabeza para salir de su mansión y montarnos en el carruaje. Un golpe en el mismo indicó al cochero que ya podía marchar y sonreí mirando al vampiro que me miraba de forma interrogante como si quisiera saber hacia dónde íbamos- ¿intrigado, amor? –Pregunté frente a él alisando la caía del vestido de forma distendida y entretenida, llevaba un corsé negro y azul que combinaba con el vestido que llevaba en los mismos tonos, las ondas de mi pelo caían libres por mi espalda libre y mis brazos y ladeé un poco la cabeza mirando al vampiro- pronto sabrás dónde vamos, seguro que no te lo esperas –acabé inclinándome hacia delante para buscar sus labios y no tardó en subirme sobre él a horcajadas moviéndome sobre su miembro, reí en aquel beso moviendo ligeramente mis caderas sobre él- ¿quieres cobrarte la compensación, amor? –Pregunté sensual sobre sus labios con una sonrisa, pero el carruaje ya había parado y debíamos de bajar- ahora no vampiro, más tarde –bajé del carruaje y cogí su mano para internarnos por un callejón hasta una puerta de metal, di dos golpes en esta y enseguida se abrió, una mujer un tanto mayor nos dejó pasar y nos condujo por un pasillo hasta un enorme salón donde habían varias mesas, todas ellas como si estuvieran en un reservado, donde había una melodía de fondo tocada por una orquesta, camareros y camareras portando bandejas con diferentes comidas y sobre todo con sangre. La mujer nos guio hasta uno de los reservados y cuando nos sentamos en la mesa miré al vampiro con una sonrisa- siempre me llevas a cenar y tú no puedes tomar nada, así que he descubierto... este lugar –sonreí de lado- no me preguntes como, cosas de cazadora –aclaré con una sonrisa divertida- aquí podremos cenar los dos, hay comida tanto para humanos como para vampiros... es algo así más bien para amos y esclavos de sangre por lo que tengo entendido, y aunque yo no sea una esclava de sangre nos puede servir este lugar –un camarero se acercó para dejarnos una botella y dejarme una carta con lo que había para cenar alejándose de nuevo- y si te portas bien, solo si te portas bien... –mi pie, bajo la mesa, subió sin zapato alguno por su pierna de forma lenta- quién sabe –subí todavía más hasta dejar mi pie justo sobre su miembro- puede incluso que tengas postre –sonreí de lado por ello. Me sentía un poco cansada pese a que había dormido bastante pero lo achaqué al haber estado preparando y organizando cosas de la boda, así que no le di importancia alguna.
Esa noche, al igual que las restantes, también tuve esa maldita pesadilla con aquel hombre que aunque no recordaba haber visto nunca sí que me sonaba, pero no sabía de qué. Su tez morena contrastaba con su pelo plateado y con los ojos que tenía del mismo color, en sueños me perseguía y me cazaba como si yo fuera una presa y él el depredador, siempre intentaba alejare de él aunque a veces sentía sus frías manos, sus gélidos dedos cerniéndose en mi brazo y apresándome... pero después despertaba y no me acordaba de nada más, ahí terminaba la pesadilla. Era un sueño demasiado real como para que simplemente fuera un sueño y lo achaqué, mayormente, a mi experiencia en el infierno y pensé que con los días la pesadilla iría haciéndose más débil hasta que fuera ya casi inexistente. Con los primeros rayos del sol me desperté, como siempre Mina había subido para levantarme y prepararme las cosas, ahora me resultaba extraño después de haber estado casi ese mes fuera de casa despertándome mayormente entre los brazos del vampiro enredada en su cuerpo, lancé un suspiro y bajé a desayunar para comenzar ese día junto a mi madre. Revisé con ella lo que tenía de la boda organizado y casi me dio algo cuando vi todo lo que tenía montado, cosas que yo no hubiera hecho, ni puesto ni montado siquiera, parecía más bien su boda que la mía y empecé a hacer arreglos entorno a lo que me gustaba pese a que ella no paraba de preguntarme que por qué quitaba ciertas cosas. Mi padre, que no tenía mucha idea de nada pero viendo mi cara salió en mi ayuda para que me dejara hacer alegando que era mi boda y mi día, así que no le tocó más remedio que hacerme caso.
Pasé todo el día haciendo arreglos de lo que ella ya había montado, hice muchos arreglos, quité muchas cosas y finalmente parecía que la boda iba tomando un color que me gustaba, algo más a lo que yo quería y no lo que ella deseaba. Fue agotador y frustrante, por mi madre más que nada, y cuando llegó la noche fue el momento en el que pude escaparme de esa locura, no me gustaban las fiestas así que menos me gustaba tener que organizar mi boda pero prefería hacerlo yo aunque fuera un quebradero de cabeza a que lo hiciera ella. Había pensado qué hacer esa noche con el vampiro, de normalidad era él quien siempre me traía alguna sorpresa pero por esa noche fui yo la que quiso darle la sorpresa. Salí antes de que el sol se escondiera en el horizonte así que cuando llegué a la mansión sabía que todavía no se había despertado. Cuando me dirigí hacia arriba ninguna de las sirvientas me paró en el camino y fui hasta la habitación, cuando la abrí me encontré con una escena que no había pensado encontrarme; durmiendo sobre el pecho del vampiro se encontraba Nim, cuando cerré la puerta de forma leve para no hacer ruido el vampiro giró su rostro hasta dar con mis ojos, una sonrisa se instaló en sus labios e hizo un poco al lado a Nim mientras yo me acercaba y me sentaba en el borde con una sonrisa ladeada ante sus palabras.
-Venía para compensarte por haberte dejado anoche a medias –comenté antes de que sus labios buscaran los míos para fundirnos en un beso, me separé cuando escuché que Nim se despertaba y se giraba para mirarnos, había traído algo para ella que había comprado en México antes de volver hacia París, parecía agotada pero sonrió cuando me vio- buenas noches Nim –la pequeña se acercó gateando para darme un abrazo que correspondí y luego le di aquel regalo que había comprado- toma, esto es para ti –se lo entregué viendo sus ojos emocionados por saber qué sería, en realidad era una tontería pero lo había visto y me había acordado de ella, la mujer que la cuidaba no tardó en llevársela viendo como se despedía del vampiro dejándonos a los dos a solas- buenas noches vampiro –dije mordiendo su labio inferior y sacando de la misma bolsa donde tenía el regalo dejé sobre su regazo una máscara, negra, me separé para que la viera contemplando la reacción que tenía y sonreí de lado- mañana vuelven a dar un baile de máscaras, ¿quieres que vayamos mañana? –Pregunté observándolo- piénsatelo –le dije sonriendo- tengo una sorpresa para ti esta noche, siempre eres tú el que las tiene así que he decidido ser yo quien te la de hoy, ¿te fías de mí? –Pregunté divertida tirando de su mano para que se levantara y se cambiara- venga vístete, te espero bajo –salí de cuarto antes de que el vampiro decidiera tomarse la compensación que le había dicho por la noche pasada y bajé hasta el hall para esperarlo, tenía fuera un carruaje que nos llevaría hasta el lugar, no tardó demasiado en bajar vestido de forma elegante como siempre le caracterizaba y me levanté cuando llegó bajo- ¿vamos? –Pregunté haciendo un gesto con la cabeza para salir de su mansión y montarnos en el carruaje. Un golpe en el mismo indicó al cochero que ya podía marchar y sonreí mirando al vampiro que me miraba de forma interrogante como si quisiera saber hacia dónde íbamos- ¿intrigado, amor? –Pregunté frente a él alisando la caía del vestido de forma distendida y entretenida, llevaba un corsé negro y azul que combinaba con el vestido que llevaba en los mismos tonos, las ondas de mi pelo caían libres por mi espalda libre y mis brazos y ladeé un poco la cabeza mirando al vampiro- pronto sabrás dónde vamos, seguro que no te lo esperas –acabé inclinándome hacia delante para buscar sus labios y no tardó en subirme sobre él a horcajadas moviéndome sobre su miembro, reí en aquel beso moviendo ligeramente mis caderas sobre él- ¿quieres cobrarte la compensación, amor? –Pregunté sensual sobre sus labios con una sonrisa, pero el carruaje ya había parado y debíamos de bajar- ahora no vampiro, más tarde –bajé del carruaje y cogí su mano para internarnos por un callejón hasta una puerta de metal, di dos golpes en esta y enseguida se abrió, una mujer un tanto mayor nos dejó pasar y nos condujo por un pasillo hasta un enorme salón donde habían varias mesas, todas ellas como si estuvieran en un reservado, donde había una melodía de fondo tocada por una orquesta, camareros y camareras portando bandejas con diferentes comidas y sobre todo con sangre. La mujer nos guio hasta uno de los reservados y cuando nos sentamos en la mesa miré al vampiro con una sonrisa- siempre me llevas a cenar y tú no puedes tomar nada, así que he descubierto... este lugar –sonreí de lado- no me preguntes como, cosas de cazadora –aclaré con una sonrisa divertida- aquí podremos cenar los dos, hay comida tanto para humanos como para vampiros... es algo así más bien para amos y esclavos de sangre por lo que tengo entendido, y aunque yo no sea una esclava de sangre nos puede servir este lugar –un camarero se acercó para dejarnos una botella y dejarme una carta con lo que había para cenar alejándose de nuevo- y si te portas bien, solo si te portas bien... –mi pie, bajo la mesa, subió sin zapato alguno por su pierna de forma lenta- quién sabe –subí todavía más hasta dejar mi pie justo sobre su miembro- puede incluso que tengas postre –sonreí de lado por ello. Me sentía un poco cansada pese a que había dormido bastante pero lo achaqué al haber estado preparando y organizando cosas de la boda, así que no le di importancia alguna.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/04/2017
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Se me quedó cara de idiota cuando la vi interaccionar con Nim, me gustaba como la trataba, era cariñosa con la niña y no se había olvidado en ningún momento de ella pese a la tensión que habiloso vivido en México.
La niña tomaba ese regalo con ilusión, con sus ojos brillantes, se le lanzó a los brazos dándole un beso y agradeciéndole el regalo mientras me miraba divertida.
-Dan ¿cuando te cases con mi papa me vas a tirar de aquí? He oído que querréis tener vuestros hijos y yo que estoy enferma seré una molestia.
Ladeé la sonrisa divertido negando con la cabeza mientras me acercaba a ambas y depositaba un beso en la cabeza de Nim.
-No puedo tener hijos Nim, esto es lo mas cerca de la paternidad que estaré nunca -aseguré revolviendole el pelo.
Quizás no fui sutil para explicárselo, pero hay cosas que era mejor dejar claras, nunca podría darle hijos a Dan, eso era algo que ella también tenia que me meditar y que en parte me pellizcó el lama, no tanto porque no lo tuviera asumido, si no porque ella, humana, capaz de ser madre iba a tener que renunciar a demasiado por estar conmigo.
La doncella se llevó a Nim que parecía feliz y convencida con mi explicación. Fue entonces cuando nos quedamos solos cuando mis manos sobrevolaron su cuerpo, ella decía que podría recibir una recompensa por dejarme a medias la noche pasado y yo no veía el momento de tomarme esa revancha que me debía.
La mascara calló en mi regazo, una fiesta, mi gesto se torció ligeramente, no porque las fiestas no me gustaran, lo hacían, pero ahora mismo era incapaz de compartirla, también incapaz de decirle que los celos me consumían y que era capaz de convertir la fiesta en un infierno si alguien la rozaba.
-No se...creo que mañana tengo otras cosas que hacer -dije sin mas restandole importancia y dejando a un lado la mascara.
Dan bajó con una picara sonrisa en sus labios cuando yo lancé la mano para atraparla y que no se marchara, quería tomarla sobre las mismas sabanas donde habíamos dormido.
Un mohin, un gruñido fue lo que se encontró como despedida.
Me calcé un traje impecable y baje a su encuentro, ella como de costumbre estaba preciosa, con ese apretado corseé que elevaba sus atributos y desconozco como cojones se me había escapado ahí arriba cuando ahora mis ojos recorrían hambrientos su largo cuello que marcaba una yugular perfecta.
El tambor de su corazón era música para mis oídos, era excitante sentir su calor bajo la yema de mis dedos, el modo en le que la sangre fluía por sus venas.
-Eres muy excitante ¿lo sabias? -le dije sin mas depositando un casto beso en su hombro rumbo al carruaje que nos esperaba.
En el, mis manso sobrevolaron su piel, a horcajadas mi boca devastó la ajena, necesitado de un todo o nada, mi lengua bailó entre sus labios, acariciando la ajea, tomándolo todo, devastando a mi paso con ese beso que le dejo claro que lo que sentía por ella se afianzaba en exceso.
Nos reíamos con los labios engrosados por la pasión de los bocados que nos dábamos.
Muy animado mis ganas imperaron a la razón, mis manos alzaban la falda perdido en su calor cuando sus caderas bailaron al son de unos besos húmedos, largos y apasionados.
El carruaje para mi fastidio se detuvo frente a un lugar, mi sorpresa.
Me apeé ayudando a la dama a bajar, el local era bastante secreto, aunque yo si habia escuchado hablar de él, claro que por mi ausencia de esclavas nunca habia acudido.
Nos sentaron en una mesa, ella pidió con la carta un menú humano mientras yo miraba a las humanas que podía elegir para darme un buen manjar.
-No hay ninguna que me excite mas que tu -confesé perdiendo mi boca en su cuello para repasar su yugular con mi lengua -pero se que has elegido este lugar porque no te gusta que me alimente de ti como norma.
Le pedí al camarero una rubia de ojos de gata que no dudo en acercarse contoneándose hacia mi, la comida tenia que entrar por los ojos y sin duda ella se empeñó en hacerlo.
Dan parecía cansada, las ojeras quedaban marcadas bajo sus ojos y mi preocupación aumentaba hasta tal punto que mordí la muñeca ajena sin demasiado entusiasmo pese a que admito que la dama puso de su parte para que me resultara apetitosa.
-Dan ¿estas bien? -le pregunté nada mas aflojar el mordisco.
La niña tomaba ese regalo con ilusión, con sus ojos brillantes, se le lanzó a los brazos dándole un beso y agradeciéndole el regalo mientras me miraba divertida.
-Dan ¿cuando te cases con mi papa me vas a tirar de aquí? He oído que querréis tener vuestros hijos y yo que estoy enferma seré una molestia.
Ladeé la sonrisa divertido negando con la cabeza mientras me acercaba a ambas y depositaba un beso en la cabeza de Nim.
-No puedo tener hijos Nim, esto es lo mas cerca de la paternidad que estaré nunca -aseguré revolviendole el pelo.
Quizás no fui sutil para explicárselo, pero hay cosas que era mejor dejar claras, nunca podría darle hijos a Dan, eso era algo que ella también tenia que me meditar y que en parte me pellizcó el lama, no tanto porque no lo tuviera asumido, si no porque ella, humana, capaz de ser madre iba a tener que renunciar a demasiado por estar conmigo.
La doncella se llevó a Nim que parecía feliz y convencida con mi explicación. Fue entonces cuando nos quedamos solos cuando mis manos sobrevolaron su cuerpo, ella decía que podría recibir una recompensa por dejarme a medias la noche pasado y yo no veía el momento de tomarme esa revancha que me debía.
La mascara calló en mi regazo, una fiesta, mi gesto se torció ligeramente, no porque las fiestas no me gustaran, lo hacían, pero ahora mismo era incapaz de compartirla, también incapaz de decirle que los celos me consumían y que era capaz de convertir la fiesta en un infierno si alguien la rozaba.
-No se...creo que mañana tengo otras cosas que hacer -dije sin mas restandole importancia y dejando a un lado la mascara.
Dan bajó con una picara sonrisa en sus labios cuando yo lancé la mano para atraparla y que no se marchara, quería tomarla sobre las mismas sabanas donde habíamos dormido.
Un mohin, un gruñido fue lo que se encontró como despedida.
Me calcé un traje impecable y baje a su encuentro, ella como de costumbre estaba preciosa, con ese apretado corseé que elevaba sus atributos y desconozco como cojones se me había escapado ahí arriba cuando ahora mis ojos recorrían hambrientos su largo cuello que marcaba una yugular perfecta.
El tambor de su corazón era música para mis oídos, era excitante sentir su calor bajo la yema de mis dedos, el modo en le que la sangre fluía por sus venas.
-Eres muy excitante ¿lo sabias? -le dije sin mas depositando un casto beso en su hombro rumbo al carruaje que nos esperaba.
En el, mis manso sobrevolaron su piel, a horcajadas mi boca devastó la ajena, necesitado de un todo o nada, mi lengua bailó entre sus labios, acariciando la ajea, tomándolo todo, devastando a mi paso con ese beso que le dejo claro que lo que sentía por ella se afianzaba en exceso.
Nos reíamos con los labios engrosados por la pasión de los bocados que nos dábamos.
Muy animado mis ganas imperaron a la razón, mis manos alzaban la falda perdido en su calor cuando sus caderas bailaron al son de unos besos húmedos, largos y apasionados.
El carruaje para mi fastidio se detuvo frente a un lugar, mi sorpresa.
Me apeé ayudando a la dama a bajar, el local era bastante secreto, aunque yo si habia escuchado hablar de él, claro que por mi ausencia de esclavas nunca habia acudido.
Nos sentaron en una mesa, ella pidió con la carta un menú humano mientras yo miraba a las humanas que podía elegir para darme un buen manjar.
-No hay ninguna que me excite mas que tu -confesé perdiendo mi boca en su cuello para repasar su yugular con mi lengua -pero se que has elegido este lugar porque no te gusta que me alimente de ti como norma.
Le pedí al camarero una rubia de ojos de gata que no dudo en acercarse contoneándose hacia mi, la comida tenia que entrar por los ojos y sin duda ella se empeñó en hacerlo.
Dan parecía cansada, las ojeras quedaban marcadas bajo sus ojos y mi preocupación aumentaba hasta tal punto que mordí la muñeca ajena sin demasiado entusiasmo pese a que admito que la dama puso de su parte para que me resultara apetitosa.
-Dan ¿estas bien? -le pregunté nada mas aflojar el mordisco.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
De alguna forma miré de forma fija a la pequeña que había lanzado aquella pregunta, era un tema un tanto difícil de explicar porque el hecho es que no podríamos tener hijos, no porque yo no quisiera, sino porque él jamás podría tener descendencia dada su condición vampírica, me mordí el labio intentando ver cómo explicarle a esa pequeña que ni íbamos a tirarla de allí cuando me casara con su “padre”, sorprendiéndome de que la niña lo llamara de esa forma, ni que íbamos a tener ningún hijo. Por suerte para mí ese palo lo respondió el vampiro quien acercándose a ella dejando un beso en su cabeza le dijo que jamás podría tener hijos y que tenerla a ella era lo más cerca que estaría de ser padre, claro y conciso, la mejor forma aunque quizás un tanto ruda de explicársela de que eso no iba a suceder. Para ser sincera el tema de tener hijos jamás había sido uno que me hubiera planteado en mi vida, no porque nunca me había parado a pensarlo dada mi forma de vida en la que podría morir en cualquier noche de cacería, por decirlo de alguna forma el “instinto maternal” no se me había despertado todavía y quizás tardara algún tiempo más en hacerlo, por el momento mi reloj biológico no se había puesto en marcha y esperaba que no lo hiciera, porque de hacerlo era consciente de que casándome con el vampiro jamás podría tener un hijo, y decirle eso a mi madre la devastaría por completo, mejor no pensar en ello. Se fue de la habitación para dejarnos solos y miré al vampiro cuando le dejé la máscara sobre la cama, su gesto me lo dijo todo cuando la vio y su excusa, porque no se podía llamar de otra forma, hizo que sin que me viera me mordiera el labio diciéndome más de lo que él querría siquiera decirme.
Después de la noche que habíamos pasado bebiendo tequila antes de casarnos y saber todo lo que sabía tras nuestro juego de preguntas, supe por qué me había dicho un vago “creo que mañana tengo cosas que hacer”, quizás él no pudiera recordar esa noche pero yo sí la recordaba por completo y antes de lanzarle la máscara supe que se iba a negar, no me pilló de sorpresa y no hice hincapié sobre el tema dejándolo estar, pero conocía al vampiro y aunque él no me lo dijera supe a qué se debía ese “no” sutil que me había dado. Bajo lo esperé a que se cambiara y se arreglara para salir esa noche y cuando llegó nos acercamos hacia el carruaje para poder partir, me reí de sus palabras asegurando que era muy excitante y negué con la cabeza mientras nos montábamos al carruaje y partíamos hacia su sorpresa, quizás no se esperara que una cazadora como yo conociera de aquel lugar pero sí lo hacía, era la primera vez que iba a aquel loca como clienta y no para cazar algún vampiro que fuera con su esclava de sangre como hacían el resto de los vampiros. Tras pasar hacia el interior una mujer nos llevó hasta la mesa donde un camarero nos atendió, pedí algo de pasta y un plato de carne para la cena dejando que el vampiro escogiera la que sería su cena de esa noche. Estaba sentado a mi lado y sus labios se pasearon por mi cuello dejando un recorrido por este para luego pasar su lengua por mi vena escuchando sus palabras. Cierto, era una contradicción con la que me enfrentaba a diario, yo era una cazadora, él era un vampiro... en mis convicciones no entraba que bebiera de mi sangre o que él fuera a cazar alguna humana. Sí, encontraba excitante que me mordiera durante el sexo porque eso prolongaba y aumentaba mi placer pero no por nada más, me había dado de su sangre cuando había estado más débil pero como cazadora entraba en un conflicto moral.
-Choca con lo que son mis convicciones como cazadora, no te voy a mentir –dije sintiendo su lengua trazar la vena de mi cuello, un pequeño escalofrío atravesó mi espalda por ello y cerré los ojos dejándole hacer- me gusta que me muerdas durante el sexo, lo encuentro muy excitante y muy placentero también, pero eso es algo que forma parte de nuestros juegos de cama –dije ladeando la cabeza para mirarlo- como cazadora que soy no puedo dejar que mates a un inocente para alimentarte y choca con mis principios el darte de beber todas las noches de mi cuello –mis labios rozaron los suyos notando su aliento gélido contra el mío- también sé que no tienes esclavas de sangre así que pensé que, por una noche, los dos pudiéramos cenar aunque fueran diferentes cosas. Tú puedes alimentarte de los que se prestan para que vampiros como tú se alimenten y yo puedo cenar también, de esta forma mis principios no entran en conflicto porque son ellos los que por voluntad se entregan –mis ojos lo miraron cuando me aseguró que no había ninguna que le excitaba más que yo- lo sé –dije con seguridad deslizando mi mano bajo el mantel de la mesa subiendo de su muslo a su miembro donde dejé mi mano pero la aparté para que eligiera esa noche su presa y a mí me traían el primer plato de la noche. Lo había pedido por tomar algo pero no tenía mucha hambre ni apetito tampoco, lo achaqué al cansancio de esos días y haberme pasado todo el día estresada con mi madre haciendo los preparativos de la boda, Joe eligió a una de las mujeres que coqueta se acercó hacia él moviendo sus caderas de forma provocativa, mis ojos observaron a la rubia que no tenía más que ojos para el vampiro y vi como este cogía su muñeca para morderla y comenzar a beber. Si hubiera sido de otra forma, o con una connotación sexual de por medio me habría molestado, pero aunque la rubia solo intentaba que se centrara en ella los ojos del vampiro estaban fijos en los míos, es más, dejó de beber para preguntarme si me encontraba bien. ¿Lo estaba? Sí, lo estaba. Cansada, pero bien. Asentí con la cabeza y cogí con el tenedor algo de pasta aunque no tuviera muchas ganas de cenar nada, casi que no había comido mucho en todo el día- estoy bien, quizás es por todo el estrés que he llevado todo el día... ¿sabes lo estresante que es organizar una boda con mi madre? –Pregunté saliendo del paso, que no era mentira, pero no quería preocuparlo más de lo que quizás se podía ver en sus ojos- esa mujer saca de quicio a cualquiera, he tenido que hacer muchos cambios para que la boda al menos sea algo que yo también quiero –me encogí de hombros pinchando con el tenedor algo de pasta y llevándomela a mi boca- creo que la he convencido de que es nuestra boda y no la suya, y me ha costado bastante –no le había mentido en ningún momento, estaba algo cansada y un poco estresada por el día pasado con mi madre aunque era extraño porque, algo en mi interior, me hacía ver que bien del todo no estaba... quizás fueran por esos sueños y esas pesadillas, pero no quería alarmar al vampiro- dejemos el tema de la boda a un lado, ¿qué tal tú día con Nim? Hoy la he visto bastante mejor que otras veces –hice una pequeña pausa- ¿crees... crees que alguna vez se podría, bueno ya sabes, curar? Me ha sorprendido que te llamara “papá” –dije recordando ese momento en concreto en la habitación- esa niña te adora y te quiere muchísimo, es algo que se ve a leguas.
Después de la noche que habíamos pasado bebiendo tequila antes de casarnos y saber todo lo que sabía tras nuestro juego de preguntas, supe por qué me había dicho un vago “creo que mañana tengo cosas que hacer”, quizás él no pudiera recordar esa noche pero yo sí la recordaba por completo y antes de lanzarle la máscara supe que se iba a negar, no me pilló de sorpresa y no hice hincapié sobre el tema dejándolo estar, pero conocía al vampiro y aunque él no me lo dijera supe a qué se debía ese “no” sutil que me había dado. Bajo lo esperé a que se cambiara y se arreglara para salir esa noche y cuando llegó nos acercamos hacia el carruaje para poder partir, me reí de sus palabras asegurando que era muy excitante y negué con la cabeza mientras nos montábamos al carruaje y partíamos hacia su sorpresa, quizás no se esperara que una cazadora como yo conociera de aquel lugar pero sí lo hacía, era la primera vez que iba a aquel loca como clienta y no para cazar algún vampiro que fuera con su esclava de sangre como hacían el resto de los vampiros. Tras pasar hacia el interior una mujer nos llevó hasta la mesa donde un camarero nos atendió, pedí algo de pasta y un plato de carne para la cena dejando que el vampiro escogiera la que sería su cena de esa noche. Estaba sentado a mi lado y sus labios se pasearon por mi cuello dejando un recorrido por este para luego pasar su lengua por mi vena escuchando sus palabras. Cierto, era una contradicción con la que me enfrentaba a diario, yo era una cazadora, él era un vampiro... en mis convicciones no entraba que bebiera de mi sangre o que él fuera a cazar alguna humana. Sí, encontraba excitante que me mordiera durante el sexo porque eso prolongaba y aumentaba mi placer pero no por nada más, me había dado de su sangre cuando había estado más débil pero como cazadora entraba en un conflicto moral.
-Choca con lo que son mis convicciones como cazadora, no te voy a mentir –dije sintiendo su lengua trazar la vena de mi cuello, un pequeño escalofrío atravesó mi espalda por ello y cerré los ojos dejándole hacer- me gusta que me muerdas durante el sexo, lo encuentro muy excitante y muy placentero también, pero eso es algo que forma parte de nuestros juegos de cama –dije ladeando la cabeza para mirarlo- como cazadora que soy no puedo dejar que mates a un inocente para alimentarte y choca con mis principios el darte de beber todas las noches de mi cuello –mis labios rozaron los suyos notando su aliento gélido contra el mío- también sé que no tienes esclavas de sangre así que pensé que, por una noche, los dos pudiéramos cenar aunque fueran diferentes cosas. Tú puedes alimentarte de los que se prestan para que vampiros como tú se alimenten y yo puedo cenar también, de esta forma mis principios no entran en conflicto porque son ellos los que por voluntad se entregan –mis ojos lo miraron cuando me aseguró que no había ninguna que le excitaba más que yo- lo sé –dije con seguridad deslizando mi mano bajo el mantel de la mesa subiendo de su muslo a su miembro donde dejé mi mano pero la aparté para que eligiera esa noche su presa y a mí me traían el primer plato de la noche. Lo había pedido por tomar algo pero no tenía mucha hambre ni apetito tampoco, lo achaqué al cansancio de esos días y haberme pasado todo el día estresada con mi madre haciendo los preparativos de la boda, Joe eligió a una de las mujeres que coqueta se acercó hacia él moviendo sus caderas de forma provocativa, mis ojos observaron a la rubia que no tenía más que ojos para el vampiro y vi como este cogía su muñeca para morderla y comenzar a beber. Si hubiera sido de otra forma, o con una connotación sexual de por medio me habría molestado, pero aunque la rubia solo intentaba que se centrara en ella los ojos del vampiro estaban fijos en los míos, es más, dejó de beber para preguntarme si me encontraba bien. ¿Lo estaba? Sí, lo estaba. Cansada, pero bien. Asentí con la cabeza y cogí con el tenedor algo de pasta aunque no tuviera muchas ganas de cenar nada, casi que no había comido mucho en todo el día- estoy bien, quizás es por todo el estrés que he llevado todo el día... ¿sabes lo estresante que es organizar una boda con mi madre? –Pregunté saliendo del paso, que no era mentira, pero no quería preocuparlo más de lo que quizás se podía ver en sus ojos- esa mujer saca de quicio a cualquiera, he tenido que hacer muchos cambios para que la boda al menos sea algo que yo también quiero –me encogí de hombros pinchando con el tenedor algo de pasta y llevándomela a mi boca- creo que la he convencido de que es nuestra boda y no la suya, y me ha costado bastante –no le había mentido en ningún momento, estaba algo cansada y un poco estresada por el día pasado con mi madre aunque era extraño porque, algo en mi interior, me hacía ver que bien del todo no estaba... quizás fueran por esos sueños y esas pesadillas, pero no quería alarmar al vampiro- dejemos el tema de la boda a un lado, ¿qué tal tú día con Nim? Hoy la he visto bastante mejor que otras veces –hice una pequeña pausa- ¿crees... crees que alguna vez se podría, bueno ya sabes, curar? Me ha sorprendido que te llamara “papá” –dije recordando ese momento en concreto en la habitación- esa niña te adora y te quiere muchísimo, es algo que se ve a leguas.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
La escuchaba hablar de los preparativos de la boda, según ella eso era lo que la llevaba de cabeza, lo que la preocupaba y la hacia estar tan cansada, peor yo sabia que lago me ocultaba, era una cazadora, ella enfrentaba seres sobrenaturales y a la mañana siguiente estaba tan fresca, no podía creerme que una boda la consumiera.
Mis labios se pasearon por su hombre y dándole un manotazo en las nalgas a la humana le pedí que se largara dejándome solo con mi prometida.
De un tirón la pegué a mi cuerpo y alzándola de las nalgas la obligue a trepar sobre mi regazo con mi mirada fija en la suya.
-Se que ese no es el motivo, estas así desde que volvimos del infierno, necesito saber que te pasa, pero no soy de los que se conforma con un nada, así que dímelo o lo descubriré por mis medios y será peor ¿que demonios pasó ahí abajo?
Mi preocupación quedaba patente en mis gestos, en como mi ceño se fruncía enfrentándola, quizás ella no lo supiera pero yo no podía perderla.
-¿Estas enferma? -pregunté con la mandíbula tensa por la idea.
Sus dedos se pasearon por la curvatura acariciando mi barba mientras mis labios se entreabrían y mis ojos bailaban contra los suyos plagados de deseo.
Lengua que desfiló lasciva entre sus labios, invitándola a tomar todo de mi en ese instante, la deseaba tanto que no podía imaginar un día sin ella.
-Bebe un poco de mi, si solo es cansancio te sentirás bien de inmediato -susurré contra su boca apoyando mi frente en ella mientras nuestras respiraciones se fundían, cálidas frente a nuestras bocas.
Llevé mi uña al cuello rasgando mi vena, quizás en otras ocasiones había ofrecido mi sangre de la muñeca, mas en esta ocasión, ella merecía beber de ahí como si fuera mi pareja eterna, como lo haría una vampiresa.
Ladeé la cabeza dejando que los ríos carmesí cayera despacio por mi cuello ,quería que lamiera mi vitae, que con ello mejorara porque si no lo hacia, tenia claro que algo mucho peor que el cansancio la atenazaba y no pararía hasta descubrirlo.
-Nim esta mejor, animada, supongo que su enfermedad funciona oc achaques y ahora mismo esta bien. Ella esta ilusionada porque te vengas a vivir a la mansión pero piensa que queras tener tus propios bebes y creé que si tengo un hijo biológico la apartaré porque ademas de que no es mía esta enferma.
No entiende que yo nunca podre tener hijos porque estoy muerto, cuando la trasforme sera mi chiquilla eso para un vampiro es ser padre, y se que con ello te condeno a no ser madre...
Esa era otra de las partes que me preocupaba, Dan era joven, puede que aun no lo hubiera pensado pero lo haría y yo nunca podría contentarla en eso...
-Ahora mismo no quiero hablar de Nim, bebe -ordené con los ojos hechos fuego, si el efecto no era determinante pasaríamos la noche en el hospital y no iba a ceder un ápice a su voluntad.
Mis labios se pasearon por su hombre y dándole un manotazo en las nalgas a la humana le pedí que se largara dejándome solo con mi prometida.
De un tirón la pegué a mi cuerpo y alzándola de las nalgas la obligue a trepar sobre mi regazo con mi mirada fija en la suya.
-Se que ese no es el motivo, estas así desde que volvimos del infierno, necesito saber que te pasa, pero no soy de los que se conforma con un nada, así que dímelo o lo descubriré por mis medios y será peor ¿que demonios pasó ahí abajo?
Mi preocupación quedaba patente en mis gestos, en como mi ceño se fruncía enfrentándola, quizás ella no lo supiera pero yo no podía perderla.
-¿Estas enferma? -pregunté con la mandíbula tensa por la idea.
Sus dedos se pasearon por la curvatura acariciando mi barba mientras mis labios se entreabrían y mis ojos bailaban contra los suyos plagados de deseo.
Lengua que desfiló lasciva entre sus labios, invitándola a tomar todo de mi en ese instante, la deseaba tanto que no podía imaginar un día sin ella.
-Bebe un poco de mi, si solo es cansancio te sentirás bien de inmediato -susurré contra su boca apoyando mi frente en ella mientras nuestras respiraciones se fundían, cálidas frente a nuestras bocas.
Llevé mi uña al cuello rasgando mi vena, quizás en otras ocasiones había ofrecido mi sangre de la muñeca, mas en esta ocasión, ella merecía beber de ahí como si fuera mi pareja eterna, como lo haría una vampiresa.
Ladeé la cabeza dejando que los ríos carmesí cayera despacio por mi cuello ,quería que lamiera mi vitae, que con ello mejorara porque si no lo hacia, tenia claro que algo mucho peor que el cansancio la atenazaba y no pararía hasta descubrirlo.
-Nim esta mejor, animada, supongo que su enfermedad funciona oc achaques y ahora mismo esta bien. Ella esta ilusionada porque te vengas a vivir a la mansión pero piensa que queras tener tus propios bebes y creé que si tengo un hijo biológico la apartaré porque ademas de que no es mía esta enferma.
No entiende que yo nunca podre tener hijos porque estoy muerto, cuando la trasforme sera mi chiquilla eso para un vampiro es ser padre, y se que con ello te condeno a no ser madre...
Esa era otra de las partes que me preocupaba, Dan era joven, puede que aun no lo hubiera pensado pero lo haría y yo nunca podría contentarla en eso...
-Ahora mismo no quiero hablar de Nim, bebe -ordené con los ojos hechos fuego, si el efecto no era determinante pasaríamos la noche en el hospital y no iba a ceder un ápice a su voluntad.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
El vampiro seguía preocupado y mi explicación del por qué me sentía así no le había convencido en absoluto pues todavía seguía pensando que debía de haber algo más tras todo lo que le había dicho y era verdad que no había mucho más que añadir a mi explicación, su mirada fija en la mía me hizo ver que no se lo creía y dando un manotazo a las nalgas de la humana, que no le quitaba ojo, le mandó que nos dejaran a solas a lo que ella no pudo negarse porque el vampiro no había puesto ni un solo segundo verdadero interés en ella, más del que puso cuando sus colmillos se hundieron en su carne para beber de su sangre. Nada más estar solos tomó mi muñeca y tiró para pegarme a su lado en aquel reservado en el que estábamos, sus manos volaron a mis nalgas y me subió a horcajadas sobre sus piernas sin importarle el lugar en el que estábamos con su mirada fija en la mía. Me dijo que no se creía que me pasara solamente eso y que sabía que algo más me pasaba, que no se conformaba con un “nada” y que lo averiguaría por las buenas o por las malas, volvió a preguntarme qué pasó el tiempo que estuve yo sola en el Infierno y que él creía que estaba así desde entonces y aunque había intentado hacer memoria para averiguar qué era lo que había pasado de verdad que no podía recordarlo, no me acordaba de nada en absoluto. Solo que caí por el hueco del suelo y lo siguiente que recordaba era despertarme entre los brazos del vampiro cuando vino a buscarme, lo restante es que no podía decirle exactamente qué pasó porque ni yo lo sabía, por extraño que pareciera no lo recordaba, no es que no lo quisiera decir es que no podía hacerlo, de verdad que no. Fruncí ligeramente el ceño cuando volví a intentar recordar qué había pasado sin éxito alguno de nuevo me frustraba un poco eso, pero tampoco se lo iba a decir, notaba mucha preocupación en su rostro y eso era algo totalmente nuevo en el vampiro, nunca me había mirado de esa forma.
Su pregunta, con la mandíbula tensa y sus ojos en los míos me hizo mirarlo de forma fija, no me sentía enferma ni había tenido fiebre tampoco, ni mareos, ni dolores de cabeza... simplemente cansancio, y esas pesadillas que no me dejaban dormir muy bien pero no era nada relevante como para contárselo. Él quizás podría pensar que no quería contarle algo o que le omitía información pero no era así, no recordaba qué pasó ahí abajo y aunque lo intentaba averiguar no recordaba nada, quizás es que simplemente caí y me golpeé de forma que quedé inconsciente hasta que el vampiro me encontró, nada más. Mis dedos recorrieron su mandíbula repasando esa barba de un par de días que llevaba el vampiro para subir mis ojos a los suyos que no dejaban de contemplarme, mis dedos subieron hasta sus labios notando que él los entreabría y sonreí por ello en la escasa distancia en la que estaban nuestros rostros. Su lengua lamió mis labios invitándome a perderme en su boca y me incliné para morder su labio inferior dejándome tentar como él estaba haciendo. Me pidió que bebiera de él, que si solo era cansancio al beber de su sangre estaría mejor y me encontraría menos cansada. Sus labios rozaban los míos cada vez que hablaba y su frente se apoyó en la mía sin dejar de mirarme fundiéndose ambas respiraciones.
-De verdad que no me acuerdo lo que pasó Joe, no es que no quiera contártelo es que no me acuerdo... no te estoy mintiendo –dije dejando que mi respiración abrasara sus labios- quizás me caí y me golpeé quedándome inconsciente, porque después de caer no recuerdo nada más salvo despertar entre tus brazos, esa es toda la verdad –dije recorriendo su cuello con mis dedos de forma lenta bajando por su pecho- han sido unos meses algo caóticos para mí, he pasado de estar durmiendo de noche a estar durmiendo de día, acostumbrándome a ese cambio de ritmo y ahora que he vuelto vuelvo de nuevo a cambiarlo... quizás sea eso lo que me tiene así, no he logrado dormir muy bien estas últimas noches –eso no era del todo mentira, claro que no iba a decirle que había tenido pesadillas porque todo el mundo las tenía, aunque estas parecían algo reales. Llevó su dedo a su cuello por donde habían pasado mis dedos y vi que se hacía una herida de donde comenzó a manar sangre, me mordí el labio ante ello sabiendo lo que supondría en grandes cantidades y como el vampiro ladeaba la cabeza para darme total acceso. Me contó cómo estaba Nim y como pensaba que aunque ilusionada porque me fuera a vivir allí querría tener hijos, ella no sabía que los vampiros no podían tener hijos y se pensaba que la dejaríamos de lado en ese tema, eso lo había podido ver cuando lo preguntó en la habitación- tienes que ser más delicado con ese tema con ella, ten en cuenta que es una niña y no es fácil de explicar que no puedes tener hijos y que no la vas a sustituir ni se va a quedar de lado –lo miré mordiéndome el labio- por el momento no he pensado nunca en tener hijos y, lo cierto es, que mi reloj biológico no ha despertado todavía –continuó hablándome y que solo haciendo de Nim una vampira podría ser su hija a lo que yo enarqué una ceja- ¿piensas transformarla? Solo es una niña... –aunque quizás no pudiera crecer mucho más antes de que la enfermedad se la llevara de todo. Cambió de tema de nuevo y me ordenó que bebiera de él, lancé un suspiro y mis labios fueron hacia la herida que tenía abierta antes de que se cerrara, sentí su sangre bajar por mi garganta y jadeé cerrando los ojos aferrándome a su cuello mientras bebía de su sangre, sentía como esta cálida bajaba y me regeneraba con ese poder que la sangre vampírica tenía y me separé al cabo de unos segundos cuando sentí que era suficiente, antes de empezar ese viaje tan conocido que provocaba su sangre aunque ya tenía el cuerpo encendido con lo que había bebida. Cerré los ojos y quité todo rastro de sangre de mis labios, sentí un pequeño pinchazo en el estómago pero supuse que sería por tener el estómago casi vacío y comencé a sentirme bien desapareciendo parte del cansancio. Mis ojos lo buscaron y le sonreí para que viera que estaba bien- ¿ves como era cansancio? Estoy bien Joe –dije perfilando sus labios de nuevo con los míos antes de buscarlo en un beso, mi lengua se abrió paso entre sus labios para buscar una justa batalla con la suya, disfruté de ese beso con mis dedos enredados en su pelo, sus manos en mi cuerpo rozándonos de esa forma que a los dos nos volvía completamente loca- y ahora ¿podemos seguir con esta noche de sorpresas? Ya me encuentro mejor –sonreí mordiendo su labio inferior con una sonrisa, acerqué mi plato para comer un poco ahora que me encontraba bien bajo su mirada y llamé a otra de las humanas para que Joe pudiera de nuevo beber de ella y cogiendo la muñeca de la humana miré al vampiro- compláceme, amor –le pedí mirándolo hasta que no le quedó de otra que morder a la humana quien se apoyó contra el respaldo del lugar con los ojos cerrados y la respiración algo errática ante lo que le provocaba el mordisco del vampiro, para ellos pura droga. Mis ojos fijos en los suyos rojos y mis labios descendieron hasta su cuello donde dejé mordiscos, succioné su piel y la lamí hasta que no paró de beber de la humana, su boca buscó la mía para besarme con rudeza notando el sabor ferroso de la sangre de la humana, buscándonos y provocándonos en ese beso. Me separé antes de que la cosa llegara a más- aún no ha terminado la noche Joe, tengo otra sorpresa más –sonreí levantándome para salir de allí y volver al carruaje, nos montamos y de dentro saqué un pañuelo negro mostrándoselo- no quiero que veas a donde vamos hasta que no lleguemos, así que... –me subí sobre él y tapé sus ojos con el pañuelo, le hice gestos obscenos para ver si veía algo y sonreí cuando no vio nada- bien, disfruta del paseo mientras tanto –dije mordiendo su labio inferior mientras el carruaje se ponía en marcha. Tardamos unos quince minutos en llegar finalmente hasta nuestro destino, bajé primero del carruaje y tomando su mano bajó él mientras tiraba de él acercándonos al lugar, pasamos la verja de la puerta negra del recinto y cuando estuvimos dentro me puse a su espalda y le quité la venda para que viera donde estábamos. Quizás fuera algo arriesgado y atrevido llevándolo allí sabiendo lo que había ocurrido la última vez que estuvimos pero se me había ocurrido una idea, di un paso para ponerme al lado del vampiro para mirarlo quien me miraba como demandándome una explicación- sé que la última vez que estuvimos aquí no acabó bien, motivo por el que estamos aquí, vamos a cambiar eso esta noche –dije mirándolo de forma fija- la sorpresa está en el centro del laberinto, tendremos que llegar hasta allí para ver de qué se trata –dije con una sonrisa, quizás llevarlo de nuevo al jardín botánico no fuera la mejor de las ideas pero quería borrar esa última vez que habíamos estado allí, esa noche terminaríamos lo que la otra vez no pudimos hacer.
Su pregunta, con la mandíbula tensa y sus ojos en los míos me hizo mirarlo de forma fija, no me sentía enferma ni había tenido fiebre tampoco, ni mareos, ni dolores de cabeza... simplemente cansancio, y esas pesadillas que no me dejaban dormir muy bien pero no era nada relevante como para contárselo. Él quizás podría pensar que no quería contarle algo o que le omitía información pero no era así, no recordaba qué pasó ahí abajo y aunque lo intentaba averiguar no recordaba nada, quizás es que simplemente caí y me golpeé de forma que quedé inconsciente hasta que el vampiro me encontró, nada más. Mis dedos recorrieron su mandíbula repasando esa barba de un par de días que llevaba el vampiro para subir mis ojos a los suyos que no dejaban de contemplarme, mis dedos subieron hasta sus labios notando que él los entreabría y sonreí por ello en la escasa distancia en la que estaban nuestros rostros. Su lengua lamió mis labios invitándome a perderme en su boca y me incliné para morder su labio inferior dejándome tentar como él estaba haciendo. Me pidió que bebiera de él, que si solo era cansancio al beber de su sangre estaría mejor y me encontraría menos cansada. Sus labios rozaban los míos cada vez que hablaba y su frente se apoyó en la mía sin dejar de mirarme fundiéndose ambas respiraciones.
-De verdad que no me acuerdo lo que pasó Joe, no es que no quiera contártelo es que no me acuerdo... no te estoy mintiendo –dije dejando que mi respiración abrasara sus labios- quizás me caí y me golpeé quedándome inconsciente, porque después de caer no recuerdo nada más salvo despertar entre tus brazos, esa es toda la verdad –dije recorriendo su cuello con mis dedos de forma lenta bajando por su pecho- han sido unos meses algo caóticos para mí, he pasado de estar durmiendo de noche a estar durmiendo de día, acostumbrándome a ese cambio de ritmo y ahora que he vuelto vuelvo de nuevo a cambiarlo... quizás sea eso lo que me tiene así, no he logrado dormir muy bien estas últimas noches –eso no era del todo mentira, claro que no iba a decirle que había tenido pesadillas porque todo el mundo las tenía, aunque estas parecían algo reales. Llevó su dedo a su cuello por donde habían pasado mis dedos y vi que se hacía una herida de donde comenzó a manar sangre, me mordí el labio ante ello sabiendo lo que supondría en grandes cantidades y como el vampiro ladeaba la cabeza para darme total acceso. Me contó cómo estaba Nim y como pensaba que aunque ilusionada porque me fuera a vivir allí querría tener hijos, ella no sabía que los vampiros no podían tener hijos y se pensaba que la dejaríamos de lado en ese tema, eso lo había podido ver cuando lo preguntó en la habitación- tienes que ser más delicado con ese tema con ella, ten en cuenta que es una niña y no es fácil de explicar que no puedes tener hijos y que no la vas a sustituir ni se va a quedar de lado –lo miré mordiéndome el labio- por el momento no he pensado nunca en tener hijos y, lo cierto es, que mi reloj biológico no ha despertado todavía –continuó hablándome y que solo haciendo de Nim una vampira podría ser su hija a lo que yo enarqué una ceja- ¿piensas transformarla? Solo es una niña... –aunque quizás no pudiera crecer mucho más antes de que la enfermedad se la llevara de todo. Cambió de tema de nuevo y me ordenó que bebiera de él, lancé un suspiro y mis labios fueron hacia la herida que tenía abierta antes de que se cerrara, sentí su sangre bajar por mi garganta y jadeé cerrando los ojos aferrándome a su cuello mientras bebía de su sangre, sentía como esta cálida bajaba y me regeneraba con ese poder que la sangre vampírica tenía y me separé al cabo de unos segundos cuando sentí que era suficiente, antes de empezar ese viaje tan conocido que provocaba su sangre aunque ya tenía el cuerpo encendido con lo que había bebida. Cerré los ojos y quité todo rastro de sangre de mis labios, sentí un pequeño pinchazo en el estómago pero supuse que sería por tener el estómago casi vacío y comencé a sentirme bien desapareciendo parte del cansancio. Mis ojos lo buscaron y le sonreí para que viera que estaba bien- ¿ves como era cansancio? Estoy bien Joe –dije perfilando sus labios de nuevo con los míos antes de buscarlo en un beso, mi lengua se abrió paso entre sus labios para buscar una justa batalla con la suya, disfruté de ese beso con mis dedos enredados en su pelo, sus manos en mi cuerpo rozándonos de esa forma que a los dos nos volvía completamente loca- y ahora ¿podemos seguir con esta noche de sorpresas? Ya me encuentro mejor –sonreí mordiendo su labio inferior con una sonrisa, acerqué mi plato para comer un poco ahora que me encontraba bien bajo su mirada y llamé a otra de las humanas para que Joe pudiera de nuevo beber de ella y cogiendo la muñeca de la humana miré al vampiro- compláceme, amor –le pedí mirándolo hasta que no le quedó de otra que morder a la humana quien se apoyó contra el respaldo del lugar con los ojos cerrados y la respiración algo errática ante lo que le provocaba el mordisco del vampiro, para ellos pura droga. Mis ojos fijos en los suyos rojos y mis labios descendieron hasta su cuello donde dejé mordiscos, succioné su piel y la lamí hasta que no paró de beber de la humana, su boca buscó la mía para besarme con rudeza notando el sabor ferroso de la sangre de la humana, buscándonos y provocándonos en ese beso. Me separé antes de que la cosa llegara a más- aún no ha terminado la noche Joe, tengo otra sorpresa más –sonreí levantándome para salir de allí y volver al carruaje, nos montamos y de dentro saqué un pañuelo negro mostrándoselo- no quiero que veas a donde vamos hasta que no lleguemos, así que... –me subí sobre él y tapé sus ojos con el pañuelo, le hice gestos obscenos para ver si veía algo y sonreí cuando no vio nada- bien, disfruta del paseo mientras tanto –dije mordiendo su labio inferior mientras el carruaje se ponía en marcha. Tardamos unos quince minutos en llegar finalmente hasta nuestro destino, bajé primero del carruaje y tomando su mano bajó él mientras tiraba de él acercándonos al lugar, pasamos la verja de la puerta negra del recinto y cuando estuvimos dentro me puse a su espalda y le quité la venda para que viera donde estábamos. Quizás fuera algo arriesgado y atrevido llevándolo allí sabiendo lo que había ocurrido la última vez que estuvimos pero se me había ocurrido una idea, di un paso para ponerme al lado del vampiro para mirarlo quien me miraba como demandándome una explicación- sé que la última vez que estuvimos aquí no acabó bien, motivo por el que estamos aquí, vamos a cambiar eso esta noche –dije mirándolo de forma fija- la sorpresa está en el centro del laberinto, tendremos que llegar hasta allí para ver de qué se trata –dije con una sonrisa, quizás llevarlo de nuevo al jardín botánico no fuera la mejor de las ideas pero quería borrar esa última vez que habíamos estado allí, esa noche terminaríamos lo que la otra vez no pudimos hacer.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Ladeé la cabeza de nuevo cuando sus labios se acercaron a mi yugular, cerré los ojos sintiendo como su lengua se deslizaba por mi piel y un jadeo escapó de mi boca al sentir como directamente bebía de mi vena dando tirones mientras movía sus caderas presa de esa embriagadora sensación que producía mi sangre en su raza.
Se relamió los labios para apurar la sangre con los ojos oscuros como la noche y de un tirón la subí sobre mi para arrasar con la ínfima cordura que le pudiera quedar.
Su lengua se deslizó entre mis labios, sabor férreo en un beso despiadado que nos arranco jadeos a uno y a otro y que terminó solo cuando mis manos ardientes sobrevolaban su cuerpo con demasiadas ganas y ella decidió que era mejor parar pues la noche solo había empezado.
-Vamos Dan -pedí con mi hombría presionando su centro.
Pidió que una de las chicas viniera y con una seductora voz me ordenó que me alimentara, lo hice a regañadientes mientras mis ojos rojos como el fuego seguían mirándola solo a ella.
Incapaz de no tocarla abandoné mi presa y de nuevo me enredé en un beso que arrasó con todo llevándola al infierno prendidos en llamas.
-Necesito entrar dentro de ti ahora -le dije con la voz ronca ahora que esta me había asegurado estar bien y que todo se debía solo al cansancio de un cambio de horario.
Ella reía y tiró de mi diciendo que tenia una nueva sorpresa, rechisté haciendo un mohin, enredarme en su piel ahora mismo era mi capricho.
-No puedes negarte a los designios de tu prometido -le dije ladeando la sonrisa y dejándome hacer.
Mis manso en su cuerpo, lo dibuje como si fuera un lienzo, repasando cada curva.
Subimos de nuevo la carro, no dejé de tocarla, de besarla, era extraño pero mi necesidad por ella aumentaba a cada paso y lo peor es que en esa necesidad mis miedos se incrementaban, yo no era un hombre normal y eso era algo que ella no debería de olvidar.
A mis espaldas llevaba el peso de demasiadas vivencias y si tenia que hacer un recuento en todos ellos habia acabado solo ¿por que esta iba a ser distinta?
Cuando me quitó el pañuelo de los ojos y vi el botanico mi gesto se endureció, la ultima vez que estuvimos aquí nos separamos y si esto era una broma para mi no tenia gracia alguna.
Vi la consecución de imágenes gruñendo, pero Dan me calmó alegando que tenia una sorpresa en el centro y que confiara en ella.
Me costaba confiar, mi cara lo decía todo, mi cuerpo estaba tenso como las cuerdas de una arpa.
-Si me vas a dejar, hazlo aquí, no quiero entrar -aseguré alzando la mirada roja como el infierno -no necesito volver ahí dentro -rugí sin mas.
Sus dedos acariciaban mis nudillos como si no entendiera mi reacción ,pero yo era una bestia de costumbres y en mis costumbres siempre era abandonado.
-Quiero irme de aquí -gruñí entre dientes buscando con la mirada al cochero.
Se relamió los labios para apurar la sangre con los ojos oscuros como la noche y de un tirón la subí sobre mi para arrasar con la ínfima cordura que le pudiera quedar.
Su lengua se deslizó entre mis labios, sabor férreo en un beso despiadado que nos arranco jadeos a uno y a otro y que terminó solo cuando mis manos ardientes sobrevolaban su cuerpo con demasiadas ganas y ella decidió que era mejor parar pues la noche solo había empezado.
-Vamos Dan -pedí con mi hombría presionando su centro.
Pidió que una de las chicas viniera y con una seductora voz me ordenó que me alimentara, lo hice a regañadientes mientras mis ojos rojos como el fuego seguían mirándola solo a ella.
Incapaz de no tocarla abandoné mi presa y de nuevo me enredé en un beso que arrasó con todo llevándola al infierno prendidos en llamas.
-Necesito entrar dentro de ti ahora -le dije con la voz ronca ahora que esta me había asegurado estar bien y que todo se debía solo al cansancio de un cambio de horario.
Ella reía y tiró de mi diciendo que tenia una nueva sorpresa, rechisté haciendo un mohin, enredarme en su piel ahora mismo era mi capricho.
-No puedes negarte a los designios de tu prometido -le dije ladeando la sonrisa y dejándome hacer.
Mis manso en su cuerpo, lo dibuje como si fuera un lienzo, repasando cada curva.
Subimos de nuevo la carro, no dejé de tocarla, de besarla, era extraño pero mi necesidad por ella aumentaba a cada paso y lo peor es que en esa necesidad mis miedos se incrementaban, yo no era un hombre normal y eso era algo que ella no debería de olvidar.
A mis espaldas llevaba el peso de demasiadas vivencias y si tenia que hacer un recuento en todos ellos habia acabado solo ¿por que esta iba a ser distinta?
Cuando me quitó el pañuelo de los ojos y vi el botanico mi gesto se endureció, la ultima vez que estuvimos aquí nos separamos y si esto era una broma para mi no tenia gracia alguna.
Vi la consecución de imágenes gruñendo, pero Dan me calmó alegando que tenia una sorpresa en el centro y que confiara en ella.
Me costaba confiar, mi cara lo decía todo, mi cuerpo estaba tenso como las cuerdas de una arpa.
-Si me vas a dejar, hazlo aquí, no quiero entrar -aseguré alzando la mirada roja como el infierno -no necesito volver ahí dentro -rugí sin mas.
Sus dedos acariciaban mis nudillos como si no entendiera mi reacción ,pero yo era una bestia de costumbres y en mis costumbres siempre era abandonado.
-Quiero irme de aquí -gruñí entre dientes buscando con la mirada al cochero.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Sabía que era una jugada un tanto arriesgada la idea de ir de nuevo al jardín botánico teniendo en cuenta lo que había ocurrido la última vez que estuvimos allí, de esa discusión que habíamos tenido y que había terminado con él largándose dejándome allí tirada con tan solo un cheque en blanco y el anillo encima como rompiendo todo “contrato” que hubiéramos tenido hasta el momento. Pero si algo tenía claro es que para superar un mal recuerdo debíamos de crear otro nuevo, así que aunque arriesgado por mi parte decidí ir al botánico para que pudiéramos disfrutar de esa noche que se vio truncada por nuestros caracteres, por nuestra forma de ser y por esas ganas y ansías mías de hacer mella en la herida, había provocado que él se fuera del lugar y me dejara allí a mí sola... lo que pasó después de eso los dos lo sabíamos porque lo habíamos sufrido en nuestras carnes. No sabía cómo me iba a reaccionar el vampiro cuando viera el lugar al que le llevaba y seguramente ni se pensara que era el botánico el lugar escogido, pero lo cierto es que quería olvidar ese momento de la noche y apostar porque pudiéramos enterrarlo y dejarlo atrás. No iba a decir que no estuviera un poco nerviosa por la reacción del vampiro pero sabría reconducirlo de ser necesario, conociéndolo seguramente no le gustara en absoluto pero tenía que hacerle ver que no iba a pasar nada, que era tan sólo otro lugar más de la ciudad. Eso es lo que yo pensaba al menos, si miraba el botánico y recordaba esa noche no volvería con él en lo que me restara de vida, sin embargo no era eso lo que quería y si para ello debíamos de pasar por aquello lo haríamos.
En cuanto le quité la venda mis ojos se fijaron en los del vampiro para ver su reacción en ese momento, pude ver que su gesto se endureció por completo y que su cuerpo se tensaba sin moverse. Esperé a que dijera algo y le comenté que la sorpresa estaba en el centro del laberinto y que para ello debíamos de atravesarlo como no lo habíamos hecho la última vez, estaba completamente tenso y le escuché que gruñía quizás porque recordó esa última vez allí de los dos y esperé a que me dijera algo para saber por dónde tirar, sus ojos rojos se quedaron en los míos y me apremió a que si iba a dejarlo que lo hiciera en ese momento porque no iba a entrar, enarqué una ceja ante sus palabras sin pensar en que pudiera llegar a la conclusión de que quería dejarlo y, de hacerlo, no lo llevaría a aquel lugar de nuevo porque sería de ser demasiado retorcida. Decía que no necesitaba volver y yo negué con la cabeza porque ni se me había pasado por la cabeza esa opción pero al parecer al vampiro sí, y me sorprendió, porque de querer dejarlo podría hacerlo de muchas formas pero sin duda alguna no llevándolo donde nos separamos la última vez. Aparte de eso, todo estaba ya en marcha y si no quisiera permanecer a su lado solo tendría que anular esa boda y largarme lejos del vampiro para que no me encontrara aprovechando la luz del día, un barco podría llevarme lo suficientemente lejos como para que él no pudiera encontrarme por un tiempo si es que se dignaba a buscarme.
-No voy a terminar contigo –aseguré observándolo pero él parecía reacio a creer mis palabras, a creer en lo que le estaba diciendo. Mis dedos acariciaron los suyos en un intento por calmarlo para que se diera cuenta de que no era esa mi intención- Joe –lo llamé para que me mirara- de querer terminar contigo no te traería aquí, ¿no crees? –No me respondió a mi pregunta sino que simplemente contestó que quería irse de allí mientras sus ojos buscaban el carruaje para largarse, lancé un suspiro ante sus palabras y mis manos acunaron su rostro para que me mirara a los ojos- No voy a dejarte –remarqué cada palabra para que se enterara de que no iba a hacerlo- pero espero que confíes en mí como yo he confiado en ti en otras ocasiones, incluso cuando mi instinto de cazadora me decía que debía de matarte porque eras un vampiro confié en ti... espero que esa confianza, ahora que te la pido yo, sea devuelta –dije rozando mis labios con los suyos- no soy tan retorcida, amor –mordí su labio inferior y lo miré a los ojos- cálmate, relájate y simplemente déjate guiar por mí, ¿podrás hacer eso? –Pregunté enarcando una ceja- ¿o el gran Joe Black no puede con una petición tan sencilla? –Sonreí de lado picándole en un intento de que, así, me siguiera- venga, ven conmigo... te prometo que no voy a dejarte –tiré de su mano y supe que si lo había movido era únicamente porque él quiso que lo moviera, de no quererlo no hubiera podido moverlo del sitio y comencé a avanzar por el lugar para llegar hasta ese laberinto en el cual nos habíamos separado, donde discutimos y él se había marchado. Mi mano tomaba la suya y me adentré como si no supusiera nada, en realidad era así, pero al parecer al vampiro le costaba y no quise meterle mucha presión al respecto. Mis ojos lo buscaron en ese trayecto y sonreí para elevarme un poco y besar sus labios dándole a entender que no pasaba nada, que todo iba bien. Cuando llegamos al centro del laberinto una mesa nos esperaba para los dos, en ella algo de champán, fresas, chocolate y nata, y en uno de los lados un lugar algo más cómodo donde poder tumbados, había organizado todo por la mañana para que quedara preparado, cuando llegamos tiré de él hasta llegar a la mesa- llevo unos días pensando y preguntándome por qué no puedes recordar esa noche en el barco, porqué sigues pensando que no nos casamos y que el capitán fue quien nos casó, así que... se me ha ocurrido que quizás trayendo algunos elementos puedas acordarte –miré el lugar iluminado con velas de forma tenue, todo adecuado para ese momento- falta un barco, estar en el mar pero... bueno, los protagonistas están presentes –dije rodeando su cuello con mis brazos- ¿te viene algo a la cabeza de ese momento?
En cuanto le quité la venda mis ojos se fijaron en los del vampiro para ver su reacción en ese momento, pude ver que su gesto se endureció por completo y que su cuerpo se tensaba sin moverse. Esperé a que dijera algo y le comenté que la sorpresa estaba en el centro del laberinto y que para ello debíamos de atravesarlo como no lo habíamos hecho la última vez, estaba completamente tenso y le escuché que gruñía quizás porque recordó esa última vez allí de los dos y esperé a que me dijera algo para saber por dónde tirar, sus ojos rojos se quedaron en los míos y me apremió a que si iba a dejarlo que lo hiciera en ese momento porque no iba a entrar, enarqué una ceja ante sus palabras sin pensar en que pudiera llegar a la conclusión de que quería dejarlo y, de hacerlo, no lo llevaría a aquel lugar de nuevo porque sería de ser demasiado retorcida. Decía que no necesitaba volver y yo negué con la cabeza porque ni se me había pasado por la cabeza esa opción pero al parecer al vampiro sí, y me sorprendió, porque de querer dejarlo podría hacerlo de muchas formas pero sin duda alguna no llevándolo donde nos separamos la última vez. Aparte de eso, todo estaba ya en marcha y si no quisiera permanecer a su lado solo tendría que anular esa boda y largarme lejos del vampiro para que no me encontrara aprovechando la luz del día, un barco podría llevarme lo suficientemente lejos como para que él no pudiera encontrarme por un tiempo si es que se dignaba a buscarme.
-No voy a terminar contigo –aseguré observándolo pero él parecía reacio a creer mis palabras, a creer en lo que le estaba diciendo. Mis dedos acariciaron los suyos en un intento por calmarlo para que se diera cuenta de que no era esa mi intención- Joe –lo llamé para que me mirara- de querer terminar contigo no te traería aquí, ¿no crees? –No me respondió a mi pregunta sino que simplemente contestó que quería irse de allí mientras sus ojos buscaban el carruaje para largarse, lancé un suspiro ante sus palabras y mis manos acunaron su rostro para que me mirara a los ojos- No voy a dejarte –remarqué cada palabra para que se enterara de que no iba a hacerlo- pero espero que confíes en mí como yo he confiado en ti en otras ocasiones, incluso cuando mi instinto de cazadora me decía que debía de matarte porque eras un vampiro confié en ti... espero que esa confianza, ahora que te la pido yo, sea devuelta –dije rozando mis labios con los suyos- no soy tan retorcida, amor –mordí su labio inferior y lo miré a los ojos- cálmate, relájate y simplemente déjate guiar por mí, ¿podrás hacer eso? –Pregunté enarcando una ceja- ¿o el gran Joe Black no puede con una petición tan sencilla? –Sonreí de lado picándole en un intento de que, así, me siguiera- venga, ven conmigo... te prometo que no voy a dejarte –tiré de su mano y supe que si lo había movido era únicamente porque él quiso que lo moviera, de no quererlo no hubiera podido moverlo del sitio y comencé a avanzar por el lugar para llegar hasta ese laberinto en el cual nos habíamos separado, donde discutimos y él se había marchado. Mi mano tomaba la suya y me adentré como si no supusiera nada, en realidad era así, pero al parecer al vampiro le costaba y no quise meterle mucha presión al respecto. Mis ojos lo buscaron en ese trayecto y sonreí para elevarme un poco y besar sus labios dándole a entender que no pasaba nada, que todo iba bien. Cuando llegamos al centro del laberinto una mesa nos esperaba para los dos, en ella algo de champán, fresas, chocolate y nata, y en uno de los lados un lugar algo más cómodo donde poder tumbados, había organizado todo por la mañana para que quedara preparado, cuando llegamos tiré de él hasta llegar a la mesa- llevo unos días pensando y preguntándome por qué no puedes recordar esa noche en el barco, porqué sigues pensando que no nos casamos y que el capitán fue quien nos casó, así que... se me ha ocurrido que quizás trayendo algunos elementos puedas acordarte –miré el lugar iluminado con velas de forma tenue, todo adecuado para ese momento- falta un barco, estar en el mar pero... bueno, los protagonistas están presentes –dije rodeando su cuello con mis brazos- ¿te viene algo a la cabeza de ese momento?
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Mis miedos, allí estaba un inmortal que había cabalgado cual jinete del apocalipsis por tantas civilizaciones como siglos tenia este mundo y ahora le aterraba un maldito laberinto.
Negaba con la cabeza como un niño aterrado con los ojos fijos en esos muros, no quería entrar, no quería ver que había en ese centro y por mas que ella sujetaba mi rostro para que la enfocara a ella yo seguía diciendo lo mismo “quiero irme de aquí”
Mi respiración errática chocaba contra sus labios, cuerpo tenso como las cuerdas de un arpa, recordaba lo que pasó allí y aunque aseguraba no ser tan retorcida como para eso yo tendía a desconfiar en todos.
Puede que ella no entendiera mis reacciones pero mi vida no había sido sencilla, ni para Assur ni para ninguno de los Black.
Kane nos había llevado al limite en tantas ocasiones que francamente todos teníamos traumas difíciles de superar.
Assur siempre fue el mas combativo, quizás por eso también era el mas violento en estos momentos.
Yo busqué el modo de escapar de sus endemoniados castigos, la mayoría de las veces mirando a otro lado, aunque en ocasiones también lo enfrentaba llevándome lo mío.
El abandono era una constante en mi vida, mi inmortalidad había significado perderlo todo demasiadas veces.
Incluso a mis hermanos cuando los Iluminati me capturaron, hasta ellos me abandonaron ¿por que no iba a hacerlo la cazadora?
Yo sabia que era cuestión de tiempo que ella, una humana se diera cuenta de que no quería estar con un vampiro completamente perturbado por el paso de los siglos.
Me dejé arrastrar, mi cuerpo temblaba pero no solo por el miedo si no por la tensión que me arrastraba entre aquellas paredes verde oscuro y así, mientras ella paraba a besarme, a acariciarme y a susurrar que confiara en ella en el oído, llegamos al centro.
Una mesa, fresas, chocolate, copas y champan.
-No recuerdo eso -dije sin mas, con frialdad.
No quería reconocer que lo había olvidado porque tuve que renunciar al recuerdo mas importante de vida y era ese, el día que me casé con ella.
Decirlo me situaba en una posición de desventaja, si reconocía que la amaba me dejaría, cuando domara a la bestia, le daría la patada.
Su interés creo que erradicaba en eso, tarde o temprano iba a dejarme, era un hecho.
Tenso y con esa idea en mi cabeza me dejé llevar a la mesa.
No podía bajar las defensas, ese sitio me recordaba que ella un día pretendía amar y yo no era alguien para ser amado.
-Quiero irme -repetí alzando la mirada mientras ella servia dos copas de champan.
Negaba con la cabeza como un niño aterrado con los ojos fijos en esos muros, no quería entrar, no quería ver que había en ese centro y por mas que ella sujetaba mi rostro para que la enfocara a ella yo seguía diciendo lo mismo “quiero irme de aquí”
Mi respiración errática chocaba contra sus labios, cuerpo tenso como las cuerdas de un arpa, recordaba lo que pasó allí y aunque aseguraba no ser tan retorcida como para eso yo tendía a desconfiar en todos.
Puede que ella no entendiera mis reacciones pero mi vida no había sido sencilla, ni para Assur ni para ninguno de los Black.
Kane nos había llevado al limite en tantas ocasiones que francamente todos teníamos traumas difíciles de superar.
Assur siempre fue el mas combativo, quizás por eso también era el mas violento en estos momentos.
Yo busqué el modo de escapar de sus endemoniados castigos, la mayoría de las veces mirando a otro lado, aunque en ocasiones también lo enfrentaba llevándome lo mío.
El abandono era una constante en mi vida, mi inmortalidad había significado perderlo todo demasiadas veces.
Incluso a mis hermanos cuando los Iluminati me capturaron, hasta ellos me abandonaron ¿por que no iba a hacerlo la cazadora?
Yo sabia que era cuestión de tiempo que ella, una humana se diera cuenta de que no quería estar con un vampiro completamente perturbado por el paso de los siglos.
Me dejé arrastrar, mi cuerpo temblaba pero no solo por el miedo si no por la tensión que me arrastraba entre aquellas paredes verde oscuro y así, mientras ella paraba a besarme, a acariciarme y a susurrar que confiara en ella en el oído, llegamos al centro.
Una mesa, fresas, chocolate, copas y champan.
-No recuerdo eso -dije sin mas, con frialdad.
No quería reconocer que lo había olvidado porque tuve que renunciar al recuerdo mas importante de vida y era ese, el día que me casé con ella.
Decirlo me situaba en una posición de desventaja, si reconocía que la amaba me dejaría, cuando domara a la bestia, le daría la patada.
Su interés creo que erradicaba en eso, tarde o temprano iba a dejarme, era un hecho.
Tenso y con esa idea en mi cabeza me dejé llevar a la mesa.
No podía bajar las defensas, ese sitio me recordaba que ella un día pretendía amar y yo no era alguien para ser amado.
-Quiero irme -repetí alzando la mirada mientras ella servia dos copas de champan.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
El vampiro seguía estando reticente a seguirme por aquel laberinto que nos llevaría a esa mesa que había mandado preparar con algunas cosas, así como un lugar donde poder pasar un rato con la única intención de que se diera cuenta que las cosas se podían enfrentar y superar por muy malas que hubieran sido la pasada vez, no pensaba dejar que se quedara con aquel maldito recuerdo por mucho que él estuviera tenso y no me respondiera a mis palabras, solamente se dejaba guiar porque él quería ya que de lo contrario ni conseguiría moverlo como yo quisiera, pero esperaba que pusiera un poco de su parte y se dejara hacer. Pasó todo el camino mirando las paredes como si pudiera salir algún fantasma tras ellas en cualquier momento y por más que intenté distraerlo con besos y con caricias no sirvió de nada ya que seguía igual de tenso, sin dejar de mirar el lugar consumido por los recuerdos que tenía y que yo intentaba sustituirlos por otros nuevos, me di cuenta en ese momento de que sería difícil hacerlo si él seguía con la misma actitud que estaba mostrando en ese momento, de hecho me repitió un “quiero irme de aquí” pese a que se dejaba arrastrar por mí hacia el centro del laberinto. Cuando llegamos todo estaba dispuesto tal y como lo había pedido, me había costado un poco conseguirlo pero esperaba que valiera la pena, su mirada se paseó por esa mesa y lo que llevaba encima pero no dijo nada al respecto, yo esperaba que de alguna forma recordara la noche que habíamos pasado en el barco pero él parecía haberla olvidado por completo y aunque podría indagar algo más en ese asunto preferí dejarlo al margen viendo lo reticente que se mostraba frente a ese momento, lo dejé estar porque me preocupaba que en ese momento que se sintiera mejor en aquel lugar y parecía algo complicado de que pasara.
Me contestó seco a mis preguntas y a mis palabras mientras lo notaba tenso, pocas veces lo había visto de esa forma y lo había visto así cuando discutíamos, siempre habían acabado de la misma forma pero no había ido allí con la intención de dejarlo ni por otro motivo, quizás había sido arriesgado pero no quería que se quedara con eso, así que pretendía llevar la situación bajo mi control y encarrilarlo yo porque veía que él no era capaz de hacerlo y se quedaba anclado en esos recuerdos sobre el lugar, debía de pasar página así que intenté que se centrara en mí pero no estaba dando resultado tampoco. Suspiré girándome hacia la mesa para llenar dos copas de champán y acerarme a él tendiéndole una de las copas que ni siquiera se mostró en coger, mis ojos lo miraban y volvió a repetir ese “quiero irme” que llevaba repitiendo desde hacía unos minutos como si fuera su mantra. Podría haberme cabreado con él en esos momentos porque ni siquiera estaba poniendo de su parte, podría lanzarle la copa a la cabeza y volver a revivir algo como lo que pasó en ese mismo momento... mas no lo hice, no porque no era mi intención y no sé de dónde saqué una paciencia que yo no tenía nunca, bebí una de las copas de golpe y dejé la otra sobre la mesa contemplándolo. Quise preguntarle qué demonios pasaba para que estuviera así de esa forma, yo había confiado en él y parecía reacio en esos momentos a hacerlo conmigo... quizás la mejor opción era dejar que se marchaba como quería, decirle que él se marcharía pero yo me quedaría allí como pasó la última vez, podría haberle dicho muchas cosas y sin embargo me quedé callada apoyada contra la mesa observándolo de manera fija. Su cuerpo tenso decía más de lo que él quizás quisiera mostrar y aunque me moría por saber qué le pasaba por esa cabeza me mordí el labio con fuerza y miré lo que había sobre la mesa. Podría mandarlo todo a la mierda en ese momento, porque es lo que me estaba empujando a hacer, sin embargo no iba a pasar. Suspiré con fuerza y dejé salir el aire para luego acortar la distancia, tomar su mano y tirar de él hasta que sentí de nuevo la mesa tras mi cuerpo.
-Me gustaría que por unos minutos dejaras de repetir que quieres irte y te dejaras llevar un poco, no es tan difícil como crees –dije subiendo mis manos por su pecho, joder, quería olvidar esa noche y no me lo estaba poniendo nada fácil, pensé que me costaría me estaba estampando contra un muro cada dos por tres y no sabía cuánto más aguantaría de esa forma, pero no iba a dejar que la historia se repitiera de nuevo- no sé qué mierda te pasa ni tampoco por qué no me dices nada al respecto, podría exigirte que me lo dijeras como haces tú conmigo y sin embargo yo te doy tú espacio y tu tiempo para que me lo cuentes, aunque ahora mismo me siento tentada de presionarte lo justo para que hables de una maldita vez –hice una pausa y dejé mis manos en sus hombros- ¿pero sabes una cosa? No he venido aquí con la intención de que eso pase, sino para algo completamente diferente –ya que él no se iba a beber la copa que le había servido fui yo quien me la bebí de un trago para dejar la copa vacía sobre la mesa- eres demasiado complicado Joe Black, y mira que intento a veces hacer las cosas de manera sencilla –me subí sobre la mesa impulsándome para que me mirara, mis dedos tiraron de su camisa para acercarlo a mi cuerpo y que mis piernas lo encarcelaran enredándose entre sus piernas- no me he puesto un vestido precioso, sexy y jodidamente tentador sin buscar unas claras intenciones –reconocí sin vergüenza alguna, llegados ese punto sería una soberana tontería- y ya que parece que te cuesta colaborar un poco tendré que darte un pequeño aliciente e incentivo para que quieras –mis manos se colaron por sus hombros para quitarle la chaqueta que llevaba dejándola sobre la mesa y comencé a desabrochar sus botones- solo es un lugar más como podría haber sido otro, podría haber sido la playa pero la verdad es que no me gusta que la arena se me quede pegada a la piel –hice una mueca- es algo que odio –aseguré rozando sus labios con los míos dejando un mordisco en su inferior- si tengo que ser yo quien encienda la llama que así sea, me gustan los retos –quitar un mal recuerdo sustituyéndolo por otro mucho mejor, era mi intención pero el vampiro me complicaba muchísimo las cosas y lo peor de todo es que no sabía por qué.
Me contestó seco a mis preguntas y a mis palabras mientras lo notaba tenso, pocas veces lo había visto de esa forma y lo había visto así cuando discutíamos, siempre habían acabado de la misma forma pero no había ido allí con la intención de dejarlo ni por otro motivo, quizás había sido arriesgado pero no quería que se quedara con eso, así que pretendía llevar la situación bajo mi control y encarrilarlo yo porque veía que él no era capaz de hacerlo y se quedaba anclado en esos recuerdos sobre el lugar, debía de pasar página así que intenté que se centrara en mí pero no estaba dando resultado tampoco. Suspiré girándome hacia la mesa para llenar dos copas de champán y acerarme a él tendiéndole una de las copas que ni siquiera se mostró en coger, mis ojos lo miraban y volvió a repetir ese “quiero irme” que llevaba repitiendo desde hacía unos minutos como si fuera su mantra. Podría haberme cabreado con él en esos momentos porque ni siquiera estaba poniendo de su parte, podría lanzarle la copa a la cabeza y volver a revivir algo como lo que pasó en ese mismo momento... mas no lo hice, no porque no era mi intención y no sé de dónde saqué una paciencia que yo no tenía nunca, bebí una de las copas de golpe y dejé la otra sobre la mesa contemplándolo. Quise preguntarle qué demonios pasaba para que estuviera así de esa forma, yo había confiado en él y parecía reacio en esos momentos a hacerlo conmigo... quizás la mejor opción era dejar que se marchaba como quería, decirle que él se marcharía pero yo me quedaría allí como pasó la última vez, podría haberle dicho muchas cosas y sin embargo me quedé callada apoyada contra la mesa observándolo de manera fija. Su cuerpo tenso decía más de lo que él quizás quisiera mostrar y aunque me moría por saber qué le pasaba por esa cabeza me mordí el labio con fuerza y miré lo que había sobre la mesa. Podría mandarlo todo a la mierda en ese momento, porque es lo que me estaba empujando a hacer, sin embargo no iba a pasar. Suspiré con fuerza y dejé salir el aire para luego acortar la distancia, tomar su mano y tirar de él hasta que sentí de nuevo la mesa tras mi cuerpo.
-Me gustaría que por unos minutos dejaras de repetir que quieres irte y te dejaras llevar un poco, no es tan difícil como crees –dije subiendo mis manos por su pecho, joder, quería olvidar esa noche y no me lo estaba poniendo nada fácil, pensé que me costaría me estaba estampando contra un muro cada dos por tres y no sabía cuánto más aguantaría de esa forma, pero no iba a dejar que la historia se repitiera de nuevo- no sé qué mierda te pasa ni tampoco por qué no me dices nada al respecto, podría exigirte que me lo dijeras como haces tú conmigo y sin embargo yo te doy tú espacio y tu tiempo para que me lo cuentes, aunque ahora mismo me siento tentada de presionarte lo justo para que hables de una maldita vez –hice una pausa y dejé mis manos en sus hombros- ¿pero sabes una cosa? No he venido aquí con la intención de que eso pase, sino para algo completamente diferente –ya que él no se iba a beber la copa que le había servido fui yo quien me la bebí de un trago para dejar la copa vacía sobre la mesa- eres demasiado complicado Joe Black, y mira que intento a veces hacer las cosas de manera sencilla –me subí sobre la mesa impulsándome para que me mirara, mis dedos tiraron de su camisa para acercarlo a mi cuerpo y que mis piernas lo encarcelaran enredándose entre sus piernas- no me he puesto un vestido precioso, sexy y jodidamente tentador sin buscar unas claras intenciones –reconocí sin vergüenza alguna, llegados ese punto sería una soberana tontería- y ya que parece que te cuesta colaborar un poco tendré que darte un pequeño aliciente e incentivo para que quieras –mis manos se colaron por sus hombros para quitarle la chaqueta que llevaba dejándola sobre la mesa y comencé a desabrochar sus botones- solo es un lugar más como podría haber sido otro, podría haber sido la playa pero la verdad es que no me gusta que la arena se me quede pegada a la piel –hice una mueca- es algo que odio –aseguré rozando sus labios con los míos dejando un mordisco en su inferior- si tengo que ser yo quien encienda la llama que así sea, me gustan los retos –quitar un mal recuerdo sustituyéndolo por otro mucho mejor, era mi intención pero el vampiro me complicaba muchísimo las cosas y lo peor de todo es que no sabía por qué.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Dan lejos de rendirse y largarnos de allí sin mas que es exactamente lo que yo quería hacer, insistió en que nos quedáramos.
Bordeó la mesa, no sin antes apurar de un trago la copa para aposentar las nalgas en el borde de esta mirándome fijamente, sus manos acariciaron con tibieza mi pecho, sus palabras eran duras, pero no exentas de razón.Mis miedos me tensaban, me sometían a no disfrutar de la velada y por mas que ella insistía en que no me dejaría, yo rememoraba la ultima vez que estuvimos allí una y otra vez.
La semana de mierda que pasé sin ella.
Aun recordaba sus palabras, esas que me recordaban que quería una vida con amor, eso que a mi lado no obtendría.
Su mano bajó mi chaqueta, desabrochó despacio los botones para acariciar mi piel. Su aliento contra mi boca chocaba furibundo.
Aseguraba que era un hombre complicado, a buenas horas se daba cuenta de ello. Ladeé la sonrisa, aunque mi cuerpo seguía profundamente tenso.
De un salto esta subió sobre la mesa y arrugando la camisa entre mis dedos, su boca chocó con la mía con desesperación.
Gruñí, nuestras lenguas se enredaron de forma ruda y violenta y de un tirón la subí a horcajadas sobre mi.
Sabia a alcohol ,el beso era delicioso, húmedo y apasionado.
Sus caderas pedían guerra y ahora por fin disfrutaba de ese precioso vestido que se llevaba pegado a su piel como un perfecto guante.
Tomé una copa haciendo una pausa, poco a poco iba olvidándome de que estaba en ese maldito botánico, el laberinto, sus paredes y los recuerdos que me torturaban la mente.
-Soy un animal de costumbres reconocí -repasando con mis labios su precioso e inmaculado cuello -quizás podríamos comer ambos, quiero beber de ti cazadora -pedí.
Sabia que para ella eso era lago que le ocasionaba cierto disgusto, no tanto cuando nos excitábamos, pero si para alimentarme, pero a mi ninguna sangre me sabia como la suya.
-Digamos que si quieres imprimir en mi mente nuevos recuerdos, deberías ahora dejar que beba, besarme y montarme como una amazonas -dije de forma engreída.
Otra copa, serví de nuevo, el alcohol me relajaba.
-No recuerdo nuestra boda, se que intentas recrearla, pero no lo recuerdo Dan. No la recuerdo porque en el infierno me la hicieron olvidar.
No quería que siguiera intentando atraer ese recuerdo cuando yo sabia que no iba a lograrlo.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
El vampiro parecía más relajado conforme pasaban los minutos conmigo allí en aquel lugar, sabía que le traería malos recuerdos pero lo que no quería es que siguiera pensando en ellos y que se centrara en el presente y no en el pasado, quería que estuviera bien y si no podía recordar por alguna razón que desconocía la noche que habíamos pasado en el barco cuando nos casamos no lo volvería a intentar de nuevo viendo que le cabreaba y le frustraba, pasaría del tema aunque no entendiera por qué se ponía así de esa forma y me esquivaba el tema en vez de decir qué era lo que pasaba, así que ahora que parecía que se relajaba más ahora que estaba sentada sobre la mesa y mis manos lo habían acercado por su camisa pensaba disfrutar del momento. No había sido fácil ni sencillo preparar aquello para esa noche porque era un lugar público y concesiones así no hacían, pero había movido los hilos necesarios para que me dejaran estar allí esa noche los dos solos y pensaba aprovechar el momento, la noche que debimos de aprovechar en mi cumpleaños y que se había atrasado bastante después de todo lo que había pasado. Mis labios buscaron los suyos rozándolos de forma provocativa, si había algo que sabía sobre ese vampiro es que sabía qué botones debía de apretar para que cediera y que se olvidara, provocarlo y tentarlo para que se centrara más en mí que en lo que le rodeaba. Nuestros labios se encontraron en un beso que le hizo gruñir y yo sonreí cuando vi que reaccionaba, cuando su lengua se abrió paso entre mis labios y me buscó en esa lucha que nos traíamos los dos, en respuesta sus manos me alzaron para pegarme a su cuerpo de manera un tanto brusca que me hizo jadear sobre sus labios. Nos devorábamos en ese momento en que nuestros cuerpos estaban pegados, mis caderas se movían pidiendo una guerra que sabía que él iba a darme porque sabía sus puntos débiles, y eso hacía que pudiera hacer que dejara de pensar en todo.
Me dejó otra vez sobre la mesa y se llevó la copa que había llenado para él a los labios para beber de esta, sus ojos recorrían el vestido que llevaba y sonreí de lado cuando vi que me miraba de esa forma depredadora que tenía y que conocía tan bien con cierto matiz rojizo en sus ojos. Cogí la otra copa yo también y le di un trago antes de que él dejara la suya sobre la mesa y se acercara observándome, sus labios recorrieron mi cuello y yo dejé que lo hiciera con una sonrisa sabiendo que estaba cediendo a ese momento y olvidándose de donde estaba. Aseguraba ser un animal de costumbres y eso era algo que sabía porque lo había visto en varias ocasiones por su parte, no era nada malo pero sí lo era si solamente se quedaba en los malos recuerdos y no avanzaba ni continuaba. Cerré los ojos dejándome hacer sintiendo su aliento contra mi cuello cuando me dijo que podíamos comer los dos en una clara intención y petición de que quería beber de mi sangre. Me lo pidió contra mi piel y yo mordí mis labios, de normalidad no dejaba que bebiera de mí a menos que fuera en mitad del sexo cuando alcanzáramos el orgasmo y lo prolongara al morderme y beber, era la única forma en la que dejaba que me mordiera y que bebiera de mí. Sabía que le gustaba porque me lo había dicho y era cierto que respetaba el que no se alimentara siempre de mí porque mi parte cazadora ya entraba bastante en conflicto cuando me lo pedía, de hecho, entraba en conflicto cuando me tomaba pero esa atracción que teníamos, ese deseo, esa necesidad era demasiado grande como para poder pasarlo por algo y obviarla.
-¿Quieres beber de mí? –Pregunté recorriendo su pecho con mis dedos, había abierto su camisa y ahora recorría ese vientre donde ya no había marca alguna que le quitara energía y vida al mismo tiempo, ahora estaba libre de toda marca y de toda maldición. Sus palabras hicieron que riera y que elevara mi rostro para mirarlo negando con la cabeza por la forma en la que lo había dicho- ¿así de fácil? Vaya, yo que había empezado a preocuparme pensando que iba a ser mucho más complicado –di un trago de nuevo a la copa y la dejé sobre la mesa, había fresas, había chocolate y yo ya había comido así que no había problema en ello- hemos venido aquí para disfrutar Joe, tengo fresas, chocolate... créeme, se pueden hacer muchas cosas con solo esos dos ingredientes que combinan y casan tan bien –fue entonces que me dijo el por qué no podía recordar esa noche, me sorprendió que fuera por ese motivo y aunque quería saber qué había pasado ni lo pregunté, mi mano se alzó hacia su mejilla observando que se llenaba la copa y volvía a beber de nuevo y bajé deslizándola por su cuerpo- bueno, solamente fue un ensayo –le resté importancia- la que cuenta de verdad es la que mi madre está organizando, bueno, estamos –dije negando con la cabeza porque mi madre era una mujer que a veces era insufrible- siempre podemos crear un recuerdo nuevo y mejor–cogí una fresa y le di un mordisco mientras lo miraba, lamí mis labio y mojé la fresa con el chocolate para comérmela de esa forma y luego mirarle a los ojos pretendiendo provocarle y tentarle en todo momento. Mi dedo fue hacia el chocolate y manché sus labios para inclinarme a lamerlos y limpiarlos con mi lengua- tenías chocolate –comenté con cierta inocencia como si la cosa fuera conmigo y no hubiera sido yo quien lo manchara y volví a llevar de nuevo mi dedo al chocolate esa vez manchando mi cuello dejando una mancha hacia abajo- ups... creo que me he manchado ¿verdad? Qué torpe soy –Pregunté con toda la intención del mundo, la mí mi dedo para quitar el chocolate y aparté mi pelo hacia el otro lado, mis manos bajaron por su pecho y volvieron a subir por sus costados hasta dejarlas en sus hombros y enredar una de mis manos en su pelo- me pregunto quién podría quitar el chocolate de mi cuello –me mordí el labio con inocencia- ¿sabes de alguien, vampiro? –Mis piernas lo acercaron de la cintura y deslicé mi mano por su espalda dejándola en sus nalgas apretando estas con una sonrisa pícara- no tengas prisa amor, tenemos toda la noche por delante y yo ahí veo fresas, champán, chocolate... –me mordí el labio- puedo hacer mucho más que montarte como una amazonas, Joe –aseguré contra sus labios con una sonrisa.
Me dejó otra vez sobre la mesa y se llevó la copa que había llenado para él a los labios para beber de esta, sus ojos recorrían el vestido que llevaba y sonreí de lado cuando vi que me miraba de esa forma depredadora que tenía y que conocía tan bien con cierto matiz rojizo en sus ojos. Cogí la otra copa yo también y le di un trago antes de que él dejara la suya sobre la mesa y se acercara observándome, sus labios recorrieron mi cuello y yo dejé que lo hiciera con una sonrisa sabiendo que estaba cediendo a ese momento y olvidándose de donde estaba. Aseguraba ser un animal de costumbres y eso era algo que sabía porque lo había visto en varias ocasiones por su parte, no era nada malo pero sí lo era si solamente se quedaba en los malos recuerdos y no avanzaba ni continuaba. Cerré los ojos dejándome hacer sintiendo su aliento contra mi cuello cuando me dijo que podíamos comer los dos en una clara intención y petición de que quería beber de mi sangre. Me lo pidió contra mi piel y yo mordí mis labios, de normalidad no dejaba que bebiera de mí a menos que fuera en mitad del sexo cuando alcanzáramos el orgasmo y lo prolongara al morderme y beber, era la única forma en la que dejaba que me mordiera y que bebiera de mí. Sabía que le gustaba porque me lo había dicho y era cierto que respetaba el que no se alimentara siempre de mí porque mi parte cazadora ya entraba bastante en conflicto cuando me lo pedía, de hecho, entraba en conflicto cuando me tomaba pero esa atracción que teníamos, ese deseo, esa necesidad era demasiado grande como para poder pasarlo por algo y obviarla.
-¿Quieres beber de mí? –Pregunté recorriendo su pecho con mis dedos, había abierto su camisa y ahora recorría ese vientre donde ya no había marca alguna que le quitara energía y vida al mismo tiempo, ahora estaba libre de toda marca y de toda maldición. Sus palabras hicieron que riera y que elevara mi rostro para mirarlo negando con la cabeza por la forma en la que lo había dicho- ¿así de fácil? Vaya, yo que había empezado a preocuparme pensando que iba a ser mucho más complicado –di un trago de nuevo a la copa y la dejé sobre la mesa, había fresas, había chocolate y yo ya había comido así que no había problema en ello- hemos venido aquí para disfrutar Joe, tengo fresas, chocolate... créeme, se pueden hacer muchas cosas con solo esos dos ingredientes que combinan y casan tan bien –fue entonces que me dijo el por qué no podía recordar esa noche, me sorprendió que fuera por ese motivo y aunque quería saber qué había pasado ni lo pregunté, mi mano se alzó hacia su mejilla observando que se llenaba la copa y volvía a beber de nuevo y bajé deslizándola por su cuerpo- bueno, solamente fue un ensayo –le resté importancia- la que cuenta de verdad es la que mi madre está organizando, bueno, estamos –dije negando con la cabeza porque mi madre era una mujer que a veces era insufrible- siempre podemos crear un recuerdo nuevo y mejor–cogí una fresa y le di un mordisco mientras lo miraba, lamí mis labio y mojé la fresa con el chocolate para comérmela de esa forma y luego mirarle a los ojos pretendiendo provocarle y tentarle en todo momento. Mi dedo fue hacia el chocolate y manché sus labios para inclinarme a lamerlos y limpiarlos con mi lengua- tenías chocolate –comenté con cierta inocencia como si la cosa fuera conmigo y no hubiera sido yo quien lo manchara y volví a llevar de nuevo mi dedo al chocolate esa vez manchando mi cuello dejando una mancha hacia abajo- ups... creo que me he manchado ¿verdad? Qué torpe soy –Pregunté con toda la intención del mundo, la mí mi dedo para quitar el chocolate y aparté mi pelo hacia el otro lado, mis manos bajaron por su pecho y volvieron a subir por sus costados hasta dejarlas en sus hombros y enredar una de mis manos en su pelo- me pregunto quién podría quitar el chocolate de mi cuello –me mordí el labio con inocencia- ¿sabes de alguien, vampiro? –Mis piernas lo acercaron de la cintura y deslicé mi mano por su espalda dejándola en sus nalgas apretando estas con una sonrisa pícara- no tengas prisa amor, tenemos toda la noche por delante y yo ahí veo fresas, champán, chocolate... –me mordí el labio- puedo hacer mucho más que montarte como una amazonas, Joe –aseguré contra sus labios con una sonrisa.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Ladeé la sonrisa, esa mujer estaba provocandome, arrastraba las palabras contra mis labios y me estaba volviendo completamente loco.
Una maldita humana que conseguía arrastrarme a un punto de no retorno, durante siglos, milenios mantuve la compostura, había aguantado torturas, la falta de libertad, todo eso forjo al monstruo que hoy mi prometida tenia frente a si, uno peligroso, una bestia que cuando se sentía acorralada solo sabia reaccionar de una manera, matando.
Manchó mis labio de chocolate, ladeé la sonrisa cuando los lamió con ese juego que se traía, me prometía un momento lleno de erotismo, para eso había preparado todo estoy y yo estaba tan asustado por si me dejaba que no había valorado su esfuerzo.
Sentada en la mesa me miraba con picardia, sus ojos se deslizaban por mi rostro, mis labios incitándome a probarlos.
Mi mano en su cintura la empujé tumbadola del vientre hasta que quedó en la mesa expuesta, se le escapó una jadeo al ver como me alzaba de la silla con esa socarrona sonrisa.
-Creo que me ha entrado hambre -aseguré untando mis dedos de chocolate.
Los deslicé por la cara interna de su muslo, jadeé roncamente mientras los acercaba hasta su sexo, de un tirón me deshice de esas bragas negras, estaba húmeda, preparada y eso me hizo morderme los labios mientras ella gruñía de puro placer al sentir mis dedos pringados de chocolate deslizándose por su centro.
Acerqué mi boca a su muslo, lamiéndolo despacio, su piel resbalaba entre mis manos, era deliciosa, sus venas latían, me estaba volviendo loco.
Ascendí con la humedad de mi lengua recogiendo ese delicioso chocolate hasta su centro y allí me sumergí hambriento.
Mi boca se apodero de su sabor, de su excitación, la deseaba mas que a nada en este mundo.
Su cuerpo vibraba, sus caderas me buscaban, era deliciosa y escucharla gemir me causaba un placer que enardecía mi miembro.
Sus dedos enredados en mi pelo, hundiéndome mas dentro, mi lengua de fuego arrasaba contra su pequeño bulto, decidido a paladear el delicioso chocolate.
-Ups -susurré golpeando con mi aliento su humedad .estabas manchada de chocolate.
Su risa inundó el laberinto, cuando estábamos bien, estábamos muy bien y eso era algo que teníamos que reconocer.
Quizás eramos peligrosos enemigos, una cazadora y un vampiro, peor cuando hacíamos el amor..me sentía tan bien que podía olvidarlo por completo.
Una maldita humana que conseguía arrastrarme a un punto de no retorno, durante siglos, milenios mantuve la compostura, había aguantado torturas, la falta de libertad, todo eso forjo al monstruo que hoy mi prometida tenia frente a si, uno peligroso, una bestia que cuando se sentía acorralada solo sabia reaccionar de una manera, matando.
Manchó mis labio de chocolate, ladeé la sonrisa cuando los lamió con ese juego que se traía, me prometía un momento lleno de erotismo, para eso había preparado todo estoy y yo estaba tan asustado por si me dejaba que no había valorado su esfuerzo.
Sentada en la mesa me miraba con picardia, sus ojos se deslizaban por mi rostro, mis labios incitándome a probarlos.
Mi mano en su cintura la empujé tumbadola del vientre hasta que quedó en la mesa expuesta, se le escapó una jadeo al ver como me alzaba de la silla con esa socarrona sonrisa.
-Creo que me ha entrado hambre -aseguré untando mis dedos de chocolate.
Los deslicé por la cara interna de su muslo, jadeé roncamente mientras los acercaba hasta su sexo, de un tirón me deshice de esas bragas negras, estaba húmeda, preparada y eso me hizo morderme los labios mientras ella gruñía de puro placer al sentir mis dedos pringados de chocolate deslizándose por su centro.
Acerqué mi boca a su muslo, lamiéndolo despacio, su piel resbalaba entre mis manos, era deliciosa, sus venas latían, me estaba volviendo loco.
Ascendí con la humedad de mi lengua recogiendo ese delicioso chocolate hasta su centro y allí me sumergí hambriento.
Mi boca se apodero de su sabor, de su excitación, la deseaba mas que a nada en este mundo.
Su cuerpo vibraba, sus caderas me buscaban, era deliciosa y escucharla gemir me causaba un placer que enardecía mi miembro.
Sus dedos enredados en mi pelo, hundiéndome mas dentro, mi lengua de fuego arrasaba contra su pequeño bulto, decidido a paladear el delicioso chocolate.
-Ups -susurré golpeando con mi aliento su humedad .estabas manchada de chocolate.
Su risa inundó el laberinto, cuando estábamos bien, estábamos muy bien y eso era algo que teníamos que reconocer.
Quizás eramos peligrosos enemigos, una cazadora y un vampiro, peor cuando hacíamos el amor..me sentía tan bien que podía olvidarlo por completo.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Notaba que el vampiro se relajaba cada vez más y que iba cediendo a lo que le estaba haciendo, se dejaba llevar por mí y eso era algo que le agradecía porque había montado aquello para pasarlo bien, para disfrutar, para estar juntos y pasar una noche en el laberinto que realmente debimos de haber pasado en mi cumpleaños antes de que se torcieran las cosas, todo apuntaba a que esa noche por fin podríamos tener lo que no tuvimos esa noche, sonreí observándolo viéndolo algo más animado mientras yo presionaba las teclas justas para que el vampiro cediera y esa sonrisa socarrona que me mostró fue la respuesta o el inicio de lo que esperaba conseguir esa noche de él. Teníamos champán, chocolate y fresas y aunque sí que era cierto que lo había hecho con la primera intención de que recordara esa noche ahora que sabía que no podía intentaría que al menos se acordara de esa noche, la otra había sido... joder, no había calificativo para esa noche, estábamos algo borrachos pero la perversión, el placer y todo el erotismo que desprendimos podríamos tenerlo en cualquiera de las otras veces, no hacía falta recrear esa noche después de saber que él no se acordaría, así que simplemente viviríamos esa noche y me aseguraría de que cuando pensara en el laberinto se instalara esa sonrisa socarrona que me estaba poniendo en esos momentos y no pensara que era el lugar donde se pudo terminar lo nuestro y acabó mal la noche. Como él me había dicho crear nuevos recuerdos, no me importaba porque era mi intención así que haría lo que estuviera en mi mano para que eso pasara, algo que no me costaría en lo más mínimo porque cuando nos juntábamos los dos la chispa surgía como siempre entre nosotros, no era muy difícil prenderla.
Jugué con el chocolate para comenzar a incitarlo y a provocarlo manchando sus labios con estos que luego quité con mi lengua saboreándolo, a él y al chocolate, en una combinación que siempre casaba mientras me hacía la inocente como si lo hubiera manchado sin querer mientras él sonreía y me miraba, parecía más animado tras mi acción y me mordí el labio porque sabía que al vampiro le gustaba tomar el control, dejaría que lo tomara esa noche y que fuera él quien guiara si con ello conseguía mi propósito, claro que yo lo incentivé con mi forma de actuar aprovechando el precioso y sexy vestido que llevaba, me inclinaba algo más para que pudiera ver mi canalillo, me rozaba con él sentado frente a mí y mis manos recorrían su pecho para desabotonarle dejando su piel al descubierto libre de marcas, mis dedos recorrieron todo su torso sintiendo sus músculos definidos bajo mis yemas y me mordí el labio observándolo. Mis ojos recorrieron su rostro de forma lenta mientras le incitaba a que se dejara pecar conmigo, me mordí el labio con lascivia y mi pie subió desde su pierna hasta dejarlo sobre su entrepierna presionando un poco, lo justo para que saltara en esos momentos, su mano que estaba en mi cintura fue a mi vientre y me empujó hacia atrás para que mi cuerpo cayera sobre la mesa, un jadeo escapó de mis labios y lo vi alzarse para colocarse pegado a mi cuerpo y recorrerme por completo con esa mirada que me hizo morderme el labio. Vi como sus dedos se untaban con el chocolate y él me aseguraba que le había entrado hambre haciendo que sonriera divertida esperando para ver qué me hacía.
Levantó la falda que llevaba dejando mis piernas al descubierto y pronto sus dedos manchados con el chocolate dejaron un camino por mi muslo subiendo por la cara interna de estos, quitó con su otra mano la ropa interior negra de encaje que llevaba y sentí sus dedos deslizándose por mi sexo en un contraste placentero, sus dedos fríos manchados de chocolate contra mi centro caliente, jadeé de forma ronca cerrando los ojos al sentir sus dedos deslizándose por mi sexo y luego sentí su lengua que quitaba el rastro de chocolate que había hecho en mi muslo subiendo de forma lenta y caliente hasta que llegó a mi sexo, un gemido salió de mis labios por ello y cerré los ojos ante la corriente de placer que me atravesó, el vampiro no tuvo piedad alguna y comenzó a recorrer mi sexo con su lengua de manera un tanto salvaje y ruda arrancándome gemidos, mis caderas se movían involuntarias hacia él enardecida por el placer que me ocasionaba, mis dedos en su pelo aferrándolo con fuerza y mi cuerpo arqueándose mientras él no cesaba y me volvía loca, mis gemidos se escuchaban en aquel laberinto ahora centrándose en mi clítoris volviéndome completamente loca, si seguía así íbamos a terminar antes de siquiera empezar. Me dio una tregua cuando se separó para decirme que estaba manchada de chocolate igual que había hecho yo y me reí incorporándome un poco sentándome de nuevo, tiré de su pelo para alzarlo y pegar nuestros labios de forma que pudiera saborear el chocolate y mi propia esencia en un beso incendiario.
-A mí también me ha entrado hambre –aseguré mordiendo su labio inferior y mis manos colándose por sus hombros para quitarle la camisa dejándola a un lado quedando su torso al descubierto- ¿por qué no me das de comer, Joe? Me apetece probar un poco de chocolate –dije sobre sus labios esperando a que fuera a por este- con fresas, por favor –dije antes de que cogiera el chocolate con una sonrisa en mis labios y mis manos recorriendo su pecho, tomó una fresa, la untó de chocolate y la acercó a mi boca solo para mancharme los labios a lo que yo reí, dejó un reguero de chocolate por mi cuello a lo que ladeé mi cabeza para darle acceso, luego me dio la fresa para que mordiera, el jugo de la fruta cayó por mi barbilla y por mi cuello junto al chocolate que él se encargó de lamer y de recoger con su lengua, terminé de comerme la fruta y sus labios de nuevo volvieron a los míos para besarnos otra vez con toda esa mezcla mientras su cuerpo se pegaba al mío y mis manos lo recorrían. Nos separamos y tomó otra fresa para dármela pero el muy maldito la apartaba en el último momento mientras sonreía de manera socarrona y yo me mordía el labio, estuvo jugando conmigo de esa forma hasta que finalmente me dio el trozo de fruta viendo cómo lo mordía, como el jugo bajaba por mi garganta acabando entre mis pechos y pude ver cómo el seguía el recorrido, no tardó demasiado en limpiarlo y yo me mordí el labio ahogando un jadeo- deberías de quitarme de una vez el vestido, me apetece jugar contigo y quiero sentirte –tomé su pelo entre mis dedos para levantarlo y tirar su rostro hacia atrás dejándolo tenso, cogí una fresa untándola en chocolate y lo pringué por el cuello y el pecho para luego hacer que mordiera con sus colmillos y pasé a lamer y a morder la zona que estaba manchada, despacio, con calma sin tener ningún tipo de prisa recorriendo su pecho con mi lengua para una vez terminado todo subir otra vez a sus labios- ¿deberíamos de abrir el champán? –Pregunté entre beso y beso tirando de su labio inferior mientras nos calentábamos con aquel juego que nos traíamos.
Jugué con el chocolate para comenzar a incitarlo y a provocarlo manchando sus labios con estos que luego quité con mi lengua saboreándolo, a él y al chocolate, en una combinación que siempre casaba mientras me hacía la inocente como si lo hubiera manchado sin querer mientras él sonreía y me miraba, parecía más animado tras mi acción y me mordí el labio porque sabía que al vampiro le gustaba tomar el control, dejaría que lo tomara esa noche y que fuera él quien guiara si con ello conseguía mi propósito, claro que yo lo incentivé con mi forma de actuar aprovechando el precioso y sexy vestido que llevaba, me inclinaba algo más para que pudiera ver mi canalillo, me rozaba con él sentado frente a mí y mis manos recorrían su pecho para desabotonarle dejando su piel al descubierto libre de marcas, mis dedos recorrieron todo su torso sintiendo sus músculos definidos bajo mis yemas y me mordí el labio observándolo. Mis ojos recorrieron su rostro de forma lenta mientras le incitaba a que se dejara pecar conmigo, me mordí el labio con lascivia y mi pie subió desde su pierna hasta dejarlo sobre su entrepierna presionando un poco, lo justo para que saltara en esos momentos, su mano que estaba en mi cintura fue a mi vientre y me empujó hacia atrás para que mi cuerpo cayera sobre la mesa, un jadeo escapó de mis labios y lo vi alzarse para colocarse pegado a mi cuerpo y recorrerme por completo con esa mirada que me hizo morderme el labio. Vi como sus dedos se untaban con el chocolate y él me aseguraba que le había entrado hambre haciendo que sonriera divertida esperando para ver qué me hacía.
Levantó la falda que llevaba dejando mis piernas al descubierto y pronto sus dedos manchados con el chocolate dejaron un camino por mi muslo subiendo por la cara interna de estos, quitó con su otra mano la ropa interior negra de encaje que llevaba y sentí sus dedos deslizándose por mi sexo en un contraste placentero, sus dedos fríos manchados de chocolate contra mi centro caliente, jadeé de forma ronca cerrando los ojos al sentir sus dedos deslizándose por mi sexo y luego sentí su lengua que quitaba el rastro de chocolate que había hecho en mi muslo subiendo de forma lenta y caliente hasta que llegó a mi sexo, un gemido salió de mis labios por ello y cerré los ojos ante la corriente de placer que me atravesó, el vampiro no tuvo piedad alguna y comenzó a recorrer mi sexo con su lengua de manera un tanto salvaje y ruda arrancándome gemidos, mis caderas se movían involuntarias hacia él enardecida por el placer que me ocasionaba, mis dedos en su pelo aferrándolo con fuerza y mi cuerpo arqueándose mientras él no cesaba y me volvía loca, mis gemidos se escuchaban en aquel laberinto ahora centrándose en mi clítoris volviéndome completamente loca, si seguía así íbamos a terminar antes de siquiera empezar. Me dio una tregua cuando se separó para decirme que estaba manchada de chocolate igual que había hecho yo y me reí incorporándome un poco sentándome de nuevo, tiré de su pelo para alzarlo y pegar nuestros labios de forma que pudiera saborear el chocolate y mi propia esencia en un beso incendiario.
-A mí también me ha entrado hambre –aseguré mordiendo su labio inferior y mis manos colándose por sus hombros para quitarle la camisa dejándola a un lado quedando su torso al descubierto- ¿por qué no me das de comer, Joe? Me apetece probar un poco de chocolate –dije sobre sus labios esperando a que fuera a por este- con fresas, por favor –dije antes de que cogiera el chocolate con una sonrisa en mis labios y mis manos recorriendo su pecho, tomó una fresa, la untó de chocolate y la acercó a mi boca solo para mancharme los labios a lo que yo reí, dejó un reguero de chocolate por mi cuello a lo que ladeé mi cabeza para darle acceso, luego me dio la fresa para que mordiera, el jugo de la fruta cayó por mi barbilla y por mi cuello junto al chocolate que él se encargó de lamer y de recoger con su lengua, terminé de comerme la fruta y sus labios de nuevo volvieron a los míos para besarnos otra vez con toda esa mezcla mientras su cuerpo se pegaba al mío y mis manos lo recorrían. Nos separamos y tomó otra fresa para dármela pero el muy maldito la apartaba en el último momento mientras sonreía de manera socarrona y yo me mordía el labio, estuvo jugando conmigo de esa forma hasta que finalmente me dio el trozo de fruta viendo cómo lo mordía, como el jugo bajaba por mi garganta acabando entre mis pechos y pude ver cómo el seguía el recorrido, no tardó demasiado en limpiarlo y yo me mordí el labio ahogando un jadeo- deberías de quitarme de una vez el vestido, me apetece jugar contigo y quiero sentirte –tomé su pelo entre mis dedos para levantarlo y tirar su rostro hacia atrás dejándolo tenso, cogí una fresa untándola en chocolate y lo pringué por el cuello y el pecho para luego hacer que mordiera con sus colmillos y pasé a lamer y a morder la zona que estaba manchada, despacio, con calma sin tener ningún tipo de prisa recorriendo su pecho con mi lengua para una vez terminado todo subir otra vez a sus labios- ¿deberíamos de abrir el champán? –Pregunté entre beso y beso tirando de su labio inferior mientras nos calentábamos con aquel juego que nos traíamos.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 28/04/2017
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Cuando llegamos aquí tenia miedo, miedo a perderla, a que se repitiera lo vivido, ahora mismo me había olvidado de todo eso.
Sus labios, el sabor de sus besos, del roce de su piel, aquel juego que nos traíamos con las fresas y el chocolate y que me hacia reír de forma despreocupada al sentirla tentarme.
Me había evadido de una realidad complicada gracias a su paciencia, otra me hubiera mandado a la mierda, me hubiera dicho que tras pasarse el día preparándome esta sorpresa, mi reacción había sido absurda, desproporcionada y que mejor me largara.
Ella parecía comprender a mi demonio mejor que yo mismo, me tentó hasta que entré en su juego, hasta que logró hacerme sonreír y disfrutar.
Mis labios recogían su tersa piel manchada de chocolate, mis colmillos se rozaban marcando su yugular. Sabia que no le gustaba que la mordiera, sin embargo, esa noche algo me decía que podría disfrutar de ella en todos los sentido.
Acerqué la fresa a sus labios, cuando iba a cogerla la apartaba y ella se reía dándome manotazos para que dejara de hacer eso.
La posé en mis labios para que la tomara de ahí, nos enredamos en un beso húmedo, con sabor a fresa, a chocolate y a sexo.
El jugo de la fruta resbalaba por nuestras barbillas, jadeábamos excitados devorándonos, lamiéndonos y mordiéndonos los labios.
Mis dedos se pelearon con las cintas de su corseé mientras ambos reíamos sin parar, francamente en ese instante parecíamos una pareja enamorada, quizás lo eramos pero a mi asumirlo y mas decirlo me costaba.
Sabia lo que sucedía una vez bajabas los escudos, en ese momento en el que quedabas expuesto y te jodían vivo.
Gruñí cuando su corsé cedió, mis ojos rojos impactaron en sus pardos.
-El día de la fiesta, el que te elegí como esposa pensé que me odiarías para siempre, era divertido saber que iba a joder la vida a una cazadora, someterla a mi voluntad y ahora..solo quiero que me desees -aseguré llevando mi boca hacia sus pechos mordiéndolos, succionandolos.
-dame de beber -le pedí uniéndolos con las manos.
Ella abrió la botella mirándome con los ojos oscurecidos, el corchó sonó a disparo y de nuevo ambos reímos como niños. Llevó la botella a sus labios, contemplé como bebía lamiendo sus pezones endurecidos y después dejó que el ambarino liquido resbalara de sus labios a su barbilla, cuello y pechos donde a modo de fuente acabo el champan en mi boca.
Gruñí plagado de deseo, los dos estábamos prendidos en fuego y el modo en el que nuestros cuerpos se buscaban era puro infierno.
Los demonios volvían a cobrar le papel protagonista, su mano descendió por mi vientre, mi estomago se contraria, respiración errática contra su bañada piel en ámbar.
Atrapó la cinturilla de mi pantalón, los ojos de ambos chocaron como espadas cuando el kraken quedo liberado.
Su dedo acariciaba mi punta mojada, su mano hacia subir y bajar mi piel lentamente sintiendo el como palpitaba contra esta.
Eché hacia atrás la cabeza dejando que mi respiración completamente errática escapara de mi boca entre jadeos mientras me masturbaba.
No podía mas, quería poseerla, hacerla mía entre rugidos, cada vez mas excitado llevé mi hombría a su entrada, empujando con mis caderas para que me abriera mas las piernas mientras la masturbaba con la punta de mi glande.
Sus labios, el sabor de sus besos, del roce de su piel, aquel juego que nos traíamos con las fresas y el chocolate y que me hacia reír de forma despreocupada al sentirla tentarme.
Me había evadido de una realidad complicada gracias a su paciencia, otra me hubiera mandado a la mierda, me hubiera dicho que tras pasarse el día preparándome esta sorpresa, mi reacción había sido absurda, desproporcionada y que mejor me largara.
Ella parecía comprender a mi demonio mejor que yo mismo, me tentó hasta que entré en su juego, hasta que logró hacerme sonreír y disfrutar.
Mis labios recogían su tersa piel manchada de chocolate, mis colmillos se rozaban marcando su yugular. Sabia que no le gustaba que la mordiera, sin embargo, esa noche algo me decía que podría disfrutar de ella en todos los sentido.
Acerqué la fresa a sus labios, cuando iba a cogerla la apartaba y ella se reía dándome manotazos para que dejara de hacer eso.
La posé en mis labios para que la tomara de ahí, nos enredamos en un beso húmedo, con sabor a fresa, a chocolate y a sexo.
El jugo de la fruta resbalaba por nuestras barbillas, jadeábamos excitados devorándonos, lamiéndonos y mordiéndonos los labios.
Mis dedos se pelearon con las cintas de su corseé mientras ambos reíamos sin parar, francamente en ese instante parecíamos una pareja enamorada, quizás lo eramos pero a mi asumirlo y mas decirlo me costaba.
Sabia lo que sucedía una vez bajabas los escudos, en ese momento en el que quedabas expuesto y te jodían vivo.
Gruñí cuando su corsé cedió, mis ojos rojos impactaron en sus pardos.
-El día de la fiesta, el que te elegí como esposa pensé que me odiarías para siempre, era divertido saber que iba a joder la vida a una cazadora, someterla a mi voluntad y ahora..solo quiero que me desees -aseguré llevando mi boca hacia sus pechos mordiéndolos, succionandolos.
-dame de beber -le pedí uniéndolos con las manos.
Ella abrió la botella mirándome con los ojos oscurecidos, el corchó sonó a disparo y de nuevo ambos reímos como niños. Llevó la botella a sus labios, contemplé como bebía lamiendo sus pezones endurecidos y después dejó que el ambarino liquido resbalara de sus labios a su barbilla, cuello y pechos donde a modo de fuente acabo el champan en mi boca.
Gruñí plagado de deseo, los dos estábamos prendidos en fuego y el modo en el que nuestros cuerpos se buscaban era puro infierno.
Los demonios volvían a cobrar le papel protagonista, su mano descendió por mi vientre, mi estomago se contraria, respiración errática contra su bañada piel en ámbar.
Atrapó la cinturilla de mi pantalón, los ojos de ambos chocaron como espadas cuando el kraken quedo liberado.
Su dedo acariciaba mi punta mojada, su mano hacia subir y bajar mi piel lentamente sintiendo el como palpitaba contra esta.
Eché hacia atrás la cabeza dejando que mi respiración completamente errática escapara de mi boca entre jadeos mientras me masturbaba.
No podía mas, quería poseerla, hacerla mía entre rugidos, cada vez mas excitado llevé mi hombría a su entrada, empujando con mis caderas para que me abriera mas las piernas mientras la masturbaba con la punta de mi glande.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 348
Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Joe poco a poco iba entrando en mi juego y se notaba porque el vampiro cada vez jugaba más conmigo, se dejaba llevar por lo que yo le hacía e incluso participaba más que simplemente poner pegas y decir que quería irse. Lo había convencido, más bien, lo había tentado tanto que se había metido de lleno en ese juego que yo me traía y ahora me sonreía con picardía mientras me daba de comer una fresa, manchada de chocolate, jugando a dármela para quitármela cuando la tenía a punto de atraparla entre mis dientes. Había podido convencerlo y por su cabeza ahora no pasaba el querer irse de allí, sino más bien en disfrutar de lo que había preparado para los dos. Inicialmente había sido para que recordara nuestra noche de bodas en el barco, pero ya me había dicho que era imposible que la recordara por mucho que yo me esforzara en que así fuera, porque algo había pasado en el infierno que se había olvidado de esa parte del viaje. No pregunté nada al respecto y menos ahora que parecía tenerlo justo donde quería, al final llevó la fresa a su boca y yo me acerqué para morderla de forma que el jugo de la fresa cayó por mi cuello mientras nos besábamos en un beso que sabía a fresa, a chocolate y a sexo. Sus labios bajaron para lamer el jugo de la fruta de mi cuello y yo eché hacia atrás la cabeza dejándole hacer sintiendo su lengua y sus colmillos deslizarse por mi piel, erizándome a su paso hasta que de nuevo subió a mis labios para besarnos de nuevo en otro beso igual de caliente, igual de húmedo lleno de pasión y lujuria, de un infierno que se desataría en cuanto nuestros cuerpos entraran en contacto como siempre pasaba cada vez que nos tomábamos, como si nuestros demonios volvieran a formar parte principal de aquella partida y dirigieran ellos cada uno de nuestros movimientos. Sus dedos ahora estaban en las lazadas del corsé deshaciendo los lazos mientras nos besábamos y nos mordíamos los labios incapaces de contenernos, los dos habíamos entrado en ese juego lleno de lujuria que tan bien conocíamos y que tanto placer nos daba. Su pecho ya estaba desnudo y mis manos se pasearon por la piel de su pecho, de su vientre y de sus brazos dejándome hacer hasta que finalmente el corsé cedió y él lo apartó dejándolo sobre la mesa.
Sus ojos, rojos como las mismas llamas del infierno, se quedaron fijas en mis pechos y yo sonreí divertida por el efecto que causaba en el vampiro. Escuché sus palabras sobre aquella fiesta a la que mi padre me había obligado asistir para contraer matrimonio pese a mi total desacuerdo, el vampiro me había elegido porque sabía que era una cazadora y él como vampiro sabía que no había nada más que una cazadora odiara que a los sobrenaturales, por eso me eligió de entre todas... por eso y porque yo era la única que parecía querer irse de aquella fiesta y que no se lanzaba a por él. Lejos quedaban esos días, esa primera noche, donde ambos nos dejamos someter al otro, donde nos encadenamos y luchamos con aquellos palos de madera en aquel ring que tenía el vampiro, donde me tomó en la piscina por primera vez... muchas cosas habían pasado desde entonces, desde aquellos días. Ahora decía que en vez de odiarle lo único que quería era que lo deseara, pero eso era algo que ya hacía sin que él me lo dijera, lo deseaba y era cierto que lo hacía pues mi cuerpo era un claro ejemplo de ello... sin embargo no dije nada y solamente sonreí de lado mirándolo, eso le bastó para saber que ya lo hacía. Su boca descendió hasta mis pechos para apresarlos y hacerlos suyos a su antojo, los lamió, los succionó y mordió mis pezones arrancándome jadeos de placer por lo que me provocaba. Sus manos también los acariciaron y al final juntó mis pechos y me pidió que le diera de beber, reí divertida por ello y abrí la botella de champán dándole un trago ya que tenía la boca seca, una vez terminé dejé que pequeños ríos bajaran de mis labios y fueran pasando por mi cuello, por mi garganta y llegaran hasta mi pecho donde el vampiro aprovechó para beber con un gruñido limpiando el champán que se juntaba y terminaba en mi pecho para luego subir y lamer por donde había bajado.
Mis manos se encargaron mientras él hacía eso de ir hacia la cinturilla de su pantalón y comencé a desabrocharlo ladeando mi rostro para darle más acceso a mi cuello, conseguí desabrocharlo y bajé sus pantalones dejando libre su miembro. Llevé mi mano y mis dedos apresaron su tronco notándolo duro, preparado y listo. Mis dedos recorrieron su piel despacio notando la humedad de su punta y los bajé sin prisa alguna por toda su tronco, luego fue mi mano la que se encargó de subir y bajar aumentando el ritmo poco a poco, lo observé cuando echó su cabeza hacia atrás y respiraba entre jadeos entrecortados por lo que le estaba haciendo. Mi otra mano subió hasta su nuca enredando mis dedos en su pelo y mis labios comenzaron a besar y a morder su cuello bajando hasta su pecho sin dejar de mover mi mano en su miembro, hasta que subí a sus labios y los mordí antes de besarlos mientras lo masturbaba. Fue él quien, sin quitar mi mano de su miembro, cogiéndolo por la base lo acercó a mi sexo para comenzar a recorrer mi sexo con la punta del glande de forma que nos rozáramos los dos. Jadeé en el beso por ello y lo miré a los ojos encendida por aquella situación, dejó la punta en la entrada de mi sexo y quité mi mano mientras él se hacía hueco entre mis piernas y se posicionaba entre estas, me besó de forma ruda y me empujó por el pecho hasta que mi espalda quedó de nuevo contra la mesa, sus manos recorrieron mis piernas mientras yo movía mi cintura haciéndole ver lo que deseaba que me tomara, cuando llegó a la altura del hueco entre mis rodillas alzó mis piernas poniéndolas sobre sus hombros en una mejor posición, las bajó hasta dejarlas en mis pechos mientras movía sus caderas recorriendo mi sexo con su miembro sin entrar todavía, volviéndome loca.
-Joe –le dije en mitad de un jadeo moviendo mis caderas contra él- tómame.... no aguanto más –fue todo lo que necesitó porque tomó mis muñecas poniéndolas sobre mi cabeza aferrándolas con fuerzas, y de un movimiento me embistió hundiéndose por completo, gemí arqueando mi cuerpo por el placer que me produjo con él comenzando a moverse sin pausa alguna, mis caderas iban a su encuentro en cada embestida, mis jadeos y mis gemidos comenzaron a llenar el lugar, soltó mis muñecas y una de mis manos fue a su pelo, la otra a sus nalgas para apretarlas notando cada uno de sus movimientos, nos besábamos encendidos entre gemidos, jadeos y gruñidos que salían de nuestros labios, sus manos en mis pechos apretándolos mientras el demonio me tomaba de nuevo en esa mezcla tan explosiva que era el vampiro, una que me gustaba y que me volvía completamente loca. Me tomaba con todo lo que tenía, llegaba a ese tope en una combinación entre dolor y placer que me hacía gemir loca de placer. Se movía sacando todo su miembro y metiéndolo de nuevo, llenándome, con la posición en la que estaba le daba un mejor acceso, la mesa se movía en cada embestida y lo que había encima se tambaleaba. Yo me aferraba al vampiro sin querer soltarme dejándome hacer mientras me llevaba a ese infierno tan nuestro cada vez que nos tomábamos- Joe, no pares... –pedí con la respiración entrecortada pero sabía que el vampiro no iba a parar bajo ningún concepto, me tomaba como el demonio que era y hacía que todo mi cuerpo se abrasara de forma placentera, no me acostumbraría nunca a esa forma en la que me tomaba y no quería hacerlo, me gustaba las sensaciones que despertaba en mi cuerpo y esa mezcla de un poco de dolor con mucho placer que era hacerlo con él, todo más excitante, todo más caliente y morboso. Mi cuerpo se tensaba entre gemidos y jadeos, mi cuerpo se arqueaba hacia el suyo sintiendo que el orgasmo se acercaba para arrasar con todo a su paso, mis uñas se clavaron en su piel, mordí su cuello con fuerza sabiendo que no le haría ningún daño al vampiro por ello. Sabía que quería beber de mí, ya me lo había dicho así que después de buscar sus labios ladeé mi cuello notando que casi llegaba al orgasmo- bebe de mí, muérdeme –pedí y no se hizo de rogar, sus colmillos atravesaron mi piel y me mordió justo cuando alcancé el orgasmo, cerré los ojos aferré su pelo entre mis dedos y gemí con fuerza notando cómo bebía de mi sangre, como el placer aumentaba y mi cuerpo se convulsionaba contra el suyo sin dejar de moverse todavía, todo mi cuerpo temblaba por el placer y como si fuera incapaz de estarme quieta mis caderas lo buscaban una y otra vez, entre gemidos, sumida en un placer que solo el vampiro conseguía darme.
Sus ojos, rojos como las mismas llamas del infierno, se quedaron fijas en mis pechos y yo sonreí divertida por el efecto que causaba en el vampiro. Escuché sus palabras sobre aquella fiesta a la que mi padre me había obligado asistir para contraer matrimonio pese a mi total desacuerdo, el vampiro me había elegido porque sabía que era una cazadora y él como vampiro sabía que no había nada más que una cazadora odiara que a los sobrenaturales, por eso me eligió de entre todas... por eso y porque yo era la única que parecía querer irse de aquella fiesta y que no se lanzaba a por él. Lejos quedaban esos días, esa primera noche, donde ambos nos dejamos someter al otro, donde nos encadenamos y luchamos con aquellos palos de madera en aquel ring que tenía el vampiro, donde me tomó en la piscina por primera vez... muchas cosas habían pasado desde entonces, desde aquellos días. Ahora decía que en vez de odiarle lo único que quería era que lo deseara, pero eso era algo que ya hacía sin que él me lo dijera, lo deseaba y era cierto que lo hacía pues mi cuerpo era un claro ejemplo de ello... sin embargo no dije nada y solamente sonreí de lado mirándolo, eso le bastó para saber que ya lo hacía. Su boca descendió hasta mis pechos para apresarlos y hacerlos suyos a su antojo, los lamió, los succionó y mordió mis pezones arrancándome jadeos de placer por lo que me provocaba. Sus manos también los acariciaron y al final juntó mis pechos y me pidió que le diera de beber, reí divertida por ello y abrí la botella de champán dándole un trago ya que tenía la boca seca, una vez terminé dejé que pequeños ríos bajaran de mis labios y fueran pasando por mi cuello, por mi garganta y llegaran hasta mi pecho donde el vampiro aprovechó para beber con un gruñido limpiando el champán que se juntaba y terminaba en mi pecho para luego subir y lamer por donde había bajado.
Mis manos se encargaron mientras él hacía eso de ir hacia la cinturilla de su pantalón y comencé a desabrocharlo ladeando mi rostro para darle más acceso a mi cuello, conseguí desabrocharlo y bajé sus pantalones dejando libre su miembro. Llevé mi mano y mis dedos apresaron su tronco notándolo duro, preparado y listo. Mis dedos recorrieron su piel despacio notando la humedad de su punta y los bajé sin prisa alguna por toda su tronco, luego fue mi mano la que se encargó de subir y bajar aumentando el ritmo poco a poco, lo observé cuando echó su cabeza hacia atrás y respiraba entre jadeos entrecortados por lo que le estaba haciendo. Mi otra mano subió hasta su nuca enredando mis dedos en su pelo y mis labios comenzaron a besar y a morder su cuello bajando hasta su pecho sin dejar de mover mi mano en su miembro, hasta que subí a sus labios y los mordí antes de besarlos mientras lo masturbaba. Fue él quien, sin quitar mi mano de su miembro, cogiéndolo por la base lo acercó a mi sexo para comenzar a recorrer mi sexo con la punta del glande de forma que nos rozáramos los dos. Jadeé en el beso por ello y lo miré a los ojos encendida por aquella situación, dejó la punta en la entrada de mi sexo y quité mi mano mientras él se hacía hueco entre mis piernas y se posicionaba entre estas, me besó de forma ruda y me empujó por el pecho hasta que mi espalda quedó de nuevo contra la mesa, sus manos recorrieron mis piernas mientras yo movía mi cintura haciéndole ver lo que deseaba que me tomara, cuando llegó a la altura del hueco entre mis rodillas alzó mis piernas poniéndolas sobre sus hombros en una mejor posición, las bajó hasta dejarlas en mis pechos mientras movía sus caderas recorriendo mi sexo con su miembro sin entrar todavía, volviéndome loca.
-Joe –le dije en mitad de un jadeo moviendo mis caderas contra él- tómame.... no aguanto más –fue todo lo que necesitó porque tomó mis muñecas poniéndolas sobre mi cabeza aferrándolas con fuerzas, y de un movimiento me embistió hundiéndose por completo, gemí arqueando mi cuerpo por el placer que me produjo con él comenzando a moverse sin pausa alguna, mis caderas iban a su encuentro en cada embestida, mis jadeos y mis gemidos comenzaron a llenar el lugar, soltó mis muñecas y una de mis manos fue a su pelo, la otra a sus nalgas para apretarlas notando cada uno de sus movimientos, nos besábamos encendidos entre gemidos, jadeos y gruñidos que salían de nuestros labios, sus manos en mis pechos apretándolos mientras el demonio me tomaba de nuevo en esa mezcla tan explosiva que era el vampiro, una que me gustaba y que me volvía completamente loca. Me tomaba con todo lo que tenía, llegaba a ese tope en una combinación entre dolor y placer que me hacía gemir loca de placer. Se movía sacando todo su miembro y metiéndolo de nuevo, llenándome, con la posición en la que estaba le daba un mejor acceso, la mesa se movía en cada embestida y lo que había encima se tambaleaba. Yo me aferraba al vampiro sin querer soltarme dejándome hacer mientras me llevaba a ese infierno tan nuestro cada vez que nos tomábamos- Joe, no pares... –pedí con la respiración entrecortada pero sabía que el vampiro no iba a parar bajo ningún concepto, me tomaba como el demonio que era y hacía que todo mi cuerpo se abrasara de forma placentera, no me acostumbraría nunca a esa forma en la que me tomaba y no quería hacerlo, me gustaba las sensaciones que despertaba en mi cuerpo y esa mezcla de un poco de dolor con mucho placer que era hacerlo con él, todo más excitante, todo más caliente y morboso. Mi cuerpo se tensaba entre gemidos y jadeos, mi cuerpo se arqueaba hacia el suyo sintiendo que el orgasmo se acercaba para arrasar con todo a su paso, mis uñas se clavaron en su piel, mordí su cuello con fuerza sabiendo que no le haría ningún daño al vampiro por ello. Sabía que quería beber de mí, ya me lo había dicho así que después de buscar sus labios ladeé mi cuello notando que casi llegaba al orgasmo- bebe de mí, muérdeme –pedí y no se hizo de rogar, sus colmillos atravesaron mi piel y me mordió justo cuando alcancé el orgasmo, cerré los ojos aferré su pelo entre mis dedos y gemí con fuerza notando cómo bebía de mi sangre, como el placer aumentaba y mi cuerpo se convulsionaba contra el suyo sin dejar de moverse todavía, todo mi cuerpo temblaba por el placer y como si fuera incapaz de estarme quieta mis caderas lo buscaban una y otra vez, entre gemidos, sumida en un placer que solo el vampiro conseguía darme.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/04/2017
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Pasión, Dan y yo eramos puro fuego, nos deseábamos y como ascuas prendidas nuestros cuerpos friccionaban haciendo saltar chispas.
Rugí contra su boca metiéndome cada vez mas dentro, la mesa se tambaleaba, los alimentos caían hasta la tierra del jardín laberíntico.
Mis ojos rojos como el fuego se cernían sobre su mirada oscura, en ellos podía ver reflejadas las estrellas.
Mis uñas crecidas se hundieron en la madera, cada vez mas dentro, mas violento creía que la desgarraría por completo.
Su cuerpo arqueado creaba un puente, su pelvis me buscaba hambrienta, vaivén aplacado por unas embestidas inhumanas.
Sentí como sus piernas temblaban, como suplicaba que siguiera, que la mordiera, estaba fuera de si, eramos Lilith y Cain.
Mi lengua surcó su cuello a lametazos, su cascada parda a un lado, yugular palpitante contra mis labios, su sangre corría desaforada calentando su cuerpo mientras mi glande completamente mojado en su interior vibraba.
Ríos escarlata crearon sus dedos en mi espalda, ella era una humana, pero en estos momentos lo dudaba. Alce mi cabeza ligeramente para dejarla caer en picado contra su cuello, mis agujas se hundieron en su vena, tirones de vitae abandonaban el cuerpo ajeno recorriendo el mio por completo.
Ella gemía, jadeaba arrugando las puntas de los dedos de los pies, el orgasmo se acercaba, su coxis se alzó de la mesa, mi empalamiento cayó contra ella y ahí, en vilo, nos corrimos ambos, sacudida de placer, locos por el otro sentimos esa corriente eléctrica que nos devasto por completo.
Su sangre sabia a sexo, seguí embebiendome de ella hasta que su cuerpo cayó laxo sobre la mesa y con el suyo el mio aflojando el mordisco.
Aun con los labios manchados de carmesí repasé su boca, sabor férreo en sus labios fruto de los míos.
-¿estas bien? -pregunté la verla tan sumamente agotada -Dan, ¿que te pasa? Se que no es solo por el cansancio de la boda. ¿Estas enferma?
Mi preocupación se hacia patente mientras la miraba recorriendo con mis dedos su vientre.
Rugí contra su boca metiéndome cada vez mas dentro, la mesa se tambaleaba, los alimentos caían hasta la tierra del jardín laberíntico.
Mis ojos rojos como el fuego se cernían sobre su mirada oscura, en ellos podía ver reflejadas las estrellas.
Mis uñas crecidas se hundieron en la madera, cada vez mas dentro, mas violento creía que la desgarraría por completo.
Su cuerpo arqueado creaba un puente, su pelvis me buscaba hambrienta, vaivén aplacado por unas embestidas inhumanas.
Sentí como sus piernas temblaban, como suplicaba que siguiera, que la mordiera, estaba fuera de si, eramos Lilith y Cain.
Mi lengua surcó su cuello a lametazos, su cascada parda a un lado, yugular palpitante contra mis labios, su sangre corría desaforada calentando su cuerpo mientras mi glande completamente mojado en su interior vibraba.
Ríos escarlata crearon sus dedos en mi espalda, ella era una humana, pero en estos momentos lo dudaba. Alce mi cabeza ligeramente para dejarla caer en picado contra su cuello, mis agujas se hundieron en su vena, tirones de vitae abandonaban el cuerpo ajeno recorriendo el mio por completo.
Ella gemía, jadeaba arrugando las puntas de los dedos de los pies, el orgasmo se acercaba, su coxis se alzó de la mesa, mi empalamiento cayó contra ella y ahí, en vilo, nos corrimos ambos, sacudida de placer, locos por el otro sentimos esa corriente eléctrica que nos devasto por completo.
Su sangre sabia a sexo, seguí embebiendome de ella hasta que su cuerpo cayó laxo sobre la mesa y con el suyo el mio aflojando el mordisco.
Aun con los labios manchados de carmesí repasé su boca, sabor férreo en sus labios fruto de los míos.
-¿estas bien? -pregunté la verla tan sumamente agotada -Dan, ¿que te pasa? Se que no es solo por el cansancio de la boda. ¿Estas enferma?
Mi preocupación se hacia patente mientras la miraba recorriendo con mis dedos su vientre.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/06/2016
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Cada vez que nos tocábamos el vampiro y yo éramos puro fuego, como si las llamas del infierno se canalizaran por nuestra piel y nos hicieran arder de esa forma tan perfecta y maravillosa, cayendo a ese abismo placentero al que sucumbíamos cada vez que nos tomábamos y nuestros sexos se encontraban en cada embestida placentera y profunda que daba el vampiro. Me encantaba la forma en la que tenía de tomarme, desde un principio siempre lo había hecho así y lo encontraba especialmente excitante y morboso, no se contenía pese a que yo no era vampira sino que era una humana y era como si nuestros demonios ardieran en esos momentos y tomaran el control de nuestros cuerpos. Ardientes, poderosos, ansiosos y anhelantes de sentirse de nuevo como si la distancia les quemara y es que sabía y conocía esa sensación porque la había sentido con el vampiro las veces que nos habíamos alejado, nuestros demonios podían con nosotros y ellos quizás eran más sinceros de lo que nosotros admitíamos ser, porque ellos demostraban lo que sentían en momentos como estos mientras que nosotros lo callábamos, quizás porque nos convenía o porque los dos éramos igual de cobardes en ese asunto... pero ninguno daba el paso hacia delante, nos encontrábamos más cómodos de esta forma y así continuábamos constantemente. Mi cuerpo ansiaba al vampiro y lo deseaba fervientemente, gemía con cada embestida poderosa y ruda que me daba y sentía que me penetraba hasta el fondo, hacía que mi espalda se arqueara y lo apretara entre mis piernas para darle más cabida separando mis piernas todo lo que podía, dándole más acceso a mi interior. Mis nalgas rebotaban constantemente contra la mesa que crujía bajo los imperiosos movimientos del vampiro mientras todo lo que había sobre esta se caía o se derramaba por la fuerza con la que se adentraba en mi interior y me poseía. Mis uñas ya comenzaba a clavarse en su espalda en señal de que poco me faltaba para alcanzar el orgasmo, sus ojos rojos estaban puestos en los míos mientras gemidos salían de mis labios en cada movimiento que él me daba.
Mi cuerpo se sacudía y se movía por la fuerza que empleaba, mis pechos rebotaban al tiempo que arqueaba mi espalda hacia él sin soltar el agarre de mis piernas que ya comenzaban a temblar, todo mi cuerpo temblaba por el orgasmo que se acercaba. Sentía que todo me abrasaba y eché hacia atrás la cabeza gimiendo con fuerza respirando con cierta dificultad por el placer, grité por lo que me hacía sentir y ladeé mi cabeza dándole espacio para que sus colmillos me mordieran, gruñó contra mis labios y no se hizo de esperar cuando por fin me mordió potenciando el placer de ambos, sucumbimos al orgasmo y todo mi cuerpo se aferró al vampiro moviendo sin parar mi cadera como si estuviera poseída y no fuera suficiente, buscándolo constantemente mientras me corría entre corrientes placenteras que me volvían loca. Gemía constantemente enganchada a él y presioné con mis dedos su pelo para que bebiera más totalmente ida, mis pies apretaron sus nalgas ya que él seguía moviéndose a pesar de que se había corrido en mi interior dejándonos llevar por aquello, caí sobre la mesa con la respiración acelerada y todo mi cuerpo temblando por el orgasmo tan salvaje que habíamos tenido, uno que siempre me dejaba exhausta y que necesitaba de unos minutos para recuperarme. Cerré los ojos justo cuando sentí que su cuerpo caía sobre el mío y apartaba sus labios de mi cuello, los llevó a los míos y probé el sabor ferroso de mi propia sangre en aquel beso mientras mi pecho subía y bajaba con rapidez y mi corazón latía desbocado. Abrí mis ojos cuando me preguntó si me encontraba bien para fijarme en la preocupación que no solo desprendían sus palabras, sino también sus ojos y la forma que tenía de mirarme.
-¿Te preocupas por mí? –Pregunté deslizando mis dedos por su rostro, era cierto que estaba cansada, pero como todas las veces que me tomaba. Sonreí de lado restándole importancia, yo sabía que era porque no dormía bien últimamente y no iba a preocuparlo con tonterías como aquella- te aseguro que estoy bien, cada vez que me tomas siempre me dejas completamente exhausta, demonio –aclaré repasando sus labios con mis dedos- pero me encanta que me tomes de esa manera –dije enredando mis dedos en su pelo- si ahora me levantaras no podría ni andar, pero no es algo que te pille de sorpresa ¿verdad que no? –Porque la primera vez que me tomó, en aquel hotel, no podía ni dar dos pasos seguidos- te aseguro que estoy bien, me llevó tiempo acostumbrarme a dormir de día y ahora tengo que acostumbrarme a dormir de noche otra vez... solo es eso, cansancio acumulado –se incorporó sobre la mesa y tiró de mi cintura para alzarme aun con su miembro en mi interior- tú solo dame un par de minutos y te volveré a dar guerra –dije sobre sus labios tirando de estos, dejé un beso luego y apoyé mi rostro en su cuello respirando su aroma con los ojos cerrados mientras sus dedos se perdían por mi espalda y por mi pelo- además sigo teniendo hambre –aclaré alzando mi rostro para contemplarlo con una sonrisa ladeada- pero si de verdad quieres comprobar que estoy bien, ¿por qué luego no nos vamos a tu mansión y paso allí la noche? Le mandaré una nota a mi madre diciéndole que por todo el día de mañana dejamos lo de la boda a un lado, aún tenemos tiempo para arreglarlo todo y descanso por un día para que te quedes más tranquilo. ¿Te parece una buena idea? Si quieres podemos pasar el día con Nim y de paso podemos hablar con ella, creo que no fue la mejor forma de decirle las cosas pero si se lo explico bien lo entenderá. Es una niña muy lista pese a su corta edad, y en cierto sentido me sabe mal que se piense que la vas a dejar de lado –aparté unos mechones de su pelo que caían por su rostro- qué me dices, sé que cuando se trata de ella quieres tenerlo todo controlado y supervisado –y eso era algo que podía entenderlo, Joe tenía una debilidad enorme por esa niña que iba mucho más allá de lo que él incluso se creía- si se encuentra bien puedo ir con ella a dar un pequeño paseo por la mañana, puedo organizar un pequeño picnic en el jardín y así ella puede salir un poco, creo que no le vendría nada mal. Si te parece bien, sé que con ella eres muy reservado y receloso... y no, no es algo que te esté echando en cara por si lo estabas pensando –mordí su labio inferior subiendo mis manos por su pecho- así me tienes echado un ojo y te aseguras que estoy bien. ¿Hay trato, demonio? –Pregunté sobre sus labios dejando un mordisco en estos recorriendo su espalda y su cintura.
Mi cuerpo se sacudía y se movía por la fuerza que empleaba, mis pechos rebotaban al tiempo que arqueaba mi espalda hacia él sin soltar el agarre de mis piernas que ya comenzaban a temblar, todo mi cuerpo temblaba por el orgasmo que se acercaba. Sentía que todo me abrasaba y eché hacia atrás la cabeza gimiendo con fuerza respirando con cierta dificultad por el placer, grité por lo que me hacía sentir y ladeé mi cabeza dándole espacio para que sus colmillos me mordieran, gruñó contra mis labios y no se hizo de esperar cuando por fin me mordió potenciando el placer de ambos, sucumbimos al orgasmo y todo mi cuerpo se aferró al vampiro moviendo sin parar mi cadera como si estuviera poseída y no fuera suficiente, buscándolo constantemente mientras me corría entre corrientes placenteras que me volvían loca. Gemía constantemente enganchada a él y presioné con mis dedos su pelo para que bebiera más totalmente ida, mis pies apretaron sus nalgas ya que él seguía moviéndose a pesar de que se había corrido en mi interior dejándonos llevar por aquello, caí sobre la mesa con la respiración acelerada y todo mi cuerpo temblando por el orgasmo tan salvaje que habíamos tenido, uno que siempre me dejaba exhausta y que necesitaba de unos minutos para recuperarme. Cerré los ojos justo cuando sentí que su cuerpo caía sobre el mío y apartaba sus labios de mi cuello, los llevó a los míos y probé el sabor ferroso de mi propia sangre en aquel beso mientras mi pecho subía y bajaba con rapidez y mi corazón latía desbocado. Abrí mis ojos cuando me preguntó si me encontraba bien para fijarme en la preocupación que no solo desprendían sus palabras, sino también sus ojos y la forma que tenía de mirarme.
-¿Te preocupas por mí? –Pregunté deslizando mis dedos por su rostro, era cierto que estaba cansada, pero como todas las veces que me tomaba. Sonreí de lado restándole importancia, yo sabía que era porque no dormía bien últimamente y no iba a preocuparlo con tonterías como aquella- te aseguro que estoy bien, cada vez que me tomas siempre me dejas completamente exhausta, demonio –aclaré repasando sus labios con mis dedos- pero me encanta que me tomes de esa manera –dije enredando mis dedos en su pelo- si ahora me levantaras no podría ni andar, pero no es algo que te pille de sorpresa ¿verdad que no? –Porque la primera vez que me tomó, en aquel hotel, no podía ni dar dos pasos seguidos- te aseguro que estoy bien, me llevó tiempo acostumbrarme a dormir de día y ahora tengo que acostumbrarme a dormir de noche otra vez... solo es eso, cansancio acumulado –se incorporó sobre la mesa y tiró de mi cintura para alzarme aun con su miembro en mi interior- tú solo dame un par de minutos y te volveré a dar guerra –dije sobre sus labios tirando de estos, dejé un beso luego y apoyé mi rostro en su cuello respirando su aroma con los ojos cerrados mientras sus dedos se perdían por mi espalda y por mi pelo- además sigo teniendo hambre –aclaré alzando mi rostro para contemplarlo con una sonrisa ladeada- pero si de verdad quieres comprobar que estoy bien, ¿por qué luego no nos vamos a tu mansión y paso allí la noche? Le mandaré una nota a mi madre diciéndole que por todo el día de mañana dejamos lo de la boda a un lado, aún tenemos tiempo para arreglarlo todo y descanso por un día para que te quedes más tranquilo. ¿Te parece una buena idea? Si quieres podemos pasar el día con Nim y de paso podemos hablar con ella, creo que no fue la mejor forma de decirle las cosas pero si se lo explico bien lo entenderá. Es una niña muy lista pese a su corta edad, y en cierto sentido me sabe mal que se piense que la vas a dejar de lado –aparté unos mechones de su pelo que caían por su rostro- qué me dices, sé que cuando se trata de ella quieres tenerlo todo controlado y supervisado –y eso era algo que podía entenderlo, Joe tenía una debilidad enorme por esa niña que iba mucho más allá de lo que él incluso se creía- si se encuentra bien puedo ir con ella a dar un pequeño paseo por la mañana, puedo organizar un pequeño picnic en el jardín y así ella puede salir un poco, creo que no le vendría nada mal. Si te parece bien, sé que con ella eres muy reservado y receloso... y no, no es algo que te esté echando en cara por si lo estabas pensando –mordí su labio inferior subiendo mis manos por su pecho- así me tienes echado un ojo y te aseguras que estoy bien. ¿Hay trato, demonio? –Pregunté sobre sus labios dejando un mordisco en estos recorriendo su espalda y su cintura.
Danerys Garnert- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/04/2017
Re: Démons Dans La Noir ~ Privado {+18}
Mis ojos se deslizaron por su rostro, deteniéndose en su boca que a escasa distancia de la mía susurraba que solo era cansancio, necesitaba tiempo para acostumbrarse a de nuevo dormir por la noche, ademas la boda la dejaba exhausta y que yo la tomara de ese modo tan frenético supongo que tampoco ayudaba.
Débil era incapaz de ponerse en pie, aun así su cuerpo pegado al mio me buscaba y sus labios acariciaban los míos lamiéndolos muy despacio para borrar todo indicio de preocupación.
Sus dedos contornearon mi mandíbula, como si con ese gesto pudiera distraerme de aquel sentimiento que me embriagaba de que las cosas no iban precisamente bien.
Siempre Dan lograba lo que se proponía, en esta ocasión cambiar el tema de la conversación, fue Nim la que acaparo mi atención y en parte el plan de que durmiera en mi casa y asegurarme de que de verdad descansaba me gustaba de sobremanera.
-Acepto, por pondremos unos horarios, no vas a pasar la noche en vela conmigo y después el día jugando con Nim.
No era para mi una novedad saber que la pequeña últimamente estaba preocupada pro mi futura boda con Dan, no porque no quisiera a la cazadora, mas bien todo lo contrario, esta siempre se había portado muy bien con ella y Nim era muy feliz cuando ella se la llevaba o le traía alguna sorpresa, peor pensaba que cuando me casara, ella dejaría de ser mi “pequeña hija”
-Nim cree que dejaré de quererla cuando tenga mis propios vástagos, no es capaz de entender que yo nunca podré concebir un descendiente, mi única opción es trasformar, convertir a alguien en mi chiquillo y nunca lo haría siendo un niño, es condenarlo a una vida demasiado jodida.
Ese es el motivo por el que intento mantenerla viva todo lo que puedo, si logro que llegue a su mayoría de edad, podré trasformarla y ella así esquivar a la muerte ¿lo entiendes?
A estas alturas era absurdo fingir que Nim no me importaba, ella era una debilidad, aun no era mi chiquilla pero mi idea es que lo fuera.
-Todavía es muy pequeña para entender lo que soy, pero tampoco quiero mentirle, quiero que entienda que no voy a abandonarla, todo lo contrario, ella vivirá con nosotros, no me perderá, te ganará.
La alcé en brazos sus brazos se enredaron en mi cuello, mi sonrisa se ladeó mientras tomaba mi capa y la cubría.
-Vamonos, pongamos mi chimenea, una copa de vino frente a la lumbre y pasemos un rato con Nim..hablemos con ella y mañana te permito que después de dormir, porque hoy vamos a acostarnos juntos y pronto -la señalé con el dedo como advertencia -y sin sexo.
Débil era incapaz de ponerse en pie, aun así su cuerpo pegado al mio me buscaba y sus labios acariciaban los míos lamiéndolos muy despacio para borrar todo indicio de preocupación.
Sus dedos contornearon mi mandíbula, como si con ese gesto pudiera distraerme de aquel sentimiento que me embriagaba de que las cosas no iban precisamente bien.
Siempre Dan lograba lo que se proponía, en esta ocasión cambiar el tema de la conversación, fue Nim la que acaparo mi atención y en parte el plan de que durmiera en mi casa y asegurarme de que de verdad descansaba me gustaba de sobremanera.
-Acepto, por pondremos unos horarios, no vas a pasar la noche en vela conmigo y después el día jugando con Nim.
No era para mi una novedad saber que la pequeña últimamente estaba preocupada pro mi futura boda con Dan, no porque no quisiera a la cazadora, mas bien todo lo contrario, esta siempre se había portado muy bien con ella y Nim era muy feliz cuando ella se la llevaba o le traía alguna sorpresa, peor pensaba que cuando me casara, ella dejaría de ser mi “pequeña hija”
-Nim cree que dejaré de quererla cuando tenga mis propios vástagos, no es capaz de entender que yo nunca podré concebir un descendiente, mi única opción es trasformar, convertir a alguien en mi chiquillo y nunca lo haría siendo un niño, es condenarlo a una vida demasiado jodida.
Ese es el motivo por el que intento mantenerla viva todo lo que puedo, si logro que llegue a su mayoría de edad, podré trasformarla y ella así esquivar a la muerte ¿lo entiendes?
A estas alturas era absurdo fingir que Nim no me importaba, ella era una debilidad, aun no era mi chiquilla pero mi idea es que lo fuera.
-Todavía es muy pequeña para entender lo que soy, pero tampoco quiero mentirle, quiero que entienda que no voy a abandonarla, todo lo contrario, ella vivirá con nosotros, no me perderá, te ganará.
La alcé en brazos sus brazos se enredaron en mi cuello, mi sonrisa se ladeó mientras tomaba mi capa y la cubría.
-Vamonos, pongamos mi chimenea, una copa de vino frente a la lumbre y pasemos un rato con Nim..hablemos con ella y mañana te permito que después de dormir, porque hoy vamos a acostarnos juntos y pronto -la señalé con el dedo como advertencia -y sin sexo.
Joe Black- Vampiro Clase Alta
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