Entre recuentos y recuerdos nada queda oculto ni cierto

por **Keane & Evan Caruso** Dom Oct 29, 2017 9:50 pm

Un apellido poco conocido, pero que desde tiempo inmemorables ha servido a la iglesia. Una familia que siempre ha tenido sus conexiones fuertes y preceptos morales tan altos como para llegar a tener los mejores soldados dentro de las filas inquisitoriales. Así comenzó esta familia que a poco a poco fue dando más y más soldados. Pero todo comienzo tiene un fin y así es como se marcó de los Caruso.

Flinn Caruso, irlandeses terco y de cabeza dura como para no dar su brazo a torcer tan fácilmente, casado con una mujer aún más terca que él. Dayanara Caruso. Una mujer que fue su amiga y prometida desde niños. Solo que ambos tenían un secreto y era que Dayanara estaba enamorada del hermano de Flynn, Connor. Un hombre de porte, el mayor de los Caruso y de quien se tenía más esperanza dentro de la familia y quien estaba casado con la mejor amiga de Dayanara, una inglesa pura y de cepa de guerreros. Lucy Walrword Withtaker una mujer noble y querida por la familia Caruso.

En medio del matrimonio de Dayanara y Flynn, este se entera de la verdad en la noche de bodas. Entre gritos y golpes su esposa le suelta como una bomba todo lo que sentía llena de frustración de haberse casado con él.

Aun así pese a todo lo ocurrido ambos llegan a un trato, Dayanara le daría tres hijos, tres hijos varones y luego terminarían el matrimonio. Ella acepto, pero solo cumplió con dos de los tres hijos pedidos.

El primero en nacer fue Keane, era igual a su padre, rubio y con unos ojos tan claros. El primogénito de la familia Caruso. Connor no había podido tener hijos y por eso ahora la misión de ingresar a la iglesia eran de los hijos de Flynn, algo que él estaba buscando más que nadie. Su esposa y más que eso, su compañera y amiga, pero quien era el amor de la vida de Flynn, acepto apoyarlo para que pequeño entrara a la inquisición. A los cinco años siguientes tiene el segundo pequeño. Evan, que era igual a su madre, con el cabello negro y los ojos claros de su padre, así mismo Connor seguía sin poder concebir con Lucy hijo alguno. Uno más tenía que tener Dayanara y sería libre, pero el destino y la frustración de Dayanara la obliga a declararse a Connor y escaparse con él.

Amantes se fugaron, pero diez años más tarde, Dayanara regresa, con un vientre tan hinchado y la noticia de que fue abandonada por Connor al regresar con su esposa, siendo ella vendida en el primer mes, todo para evitar que tuviera un tercer hijo. La noticia lleno de rabia a Flynn, quien no dudo en tomar de nuevo a Dayanara pero esta vez con una severidad notoria a los ojos de sus dos pequeños que no comprendía porque su madre venía con semejante barriga.

por **Keane & Evan Caruso** Dom Dic 17, 2017 10:31 pm

La luna ya había salido cubierta de las nubes que habitaban a esas horas de la noche en el cielo parisino lo que quería decir que el trabajo empezaba en este nuevo día, observa a su alrededor los animales nocturnos comenzaban a salir, a despertar algunos buscando algo de alimento, el cantar del búho anunció la hora de empezar la cacería; dos hombres por los bosques van corriendo tras una bestia que lanza un gruñido junto a un tronco al menor de los hermanos, que con flechas ataca a aquella bestia para que su ira se muestre en las garras y los colmillos afilados presa del hambre admira jugosos a los inquisidores que le prepararon una trampa, la misma que falla para capturarlo gracias al Evan. La bestia escapa rumbo al centro de la ciudad, Keane está herido producto de la fallida trampa por lo que quien toma el lugar es el menor, ahora todo dependía de él.

El estruendo que se oye es tan molestoso como aquellas pequeñas manos que corren a auxiliar al cuerpo caído, los pasos tan minúsculos pero perceptibles hacen eco fuerte al acercarse contra aquel hombre cuya sangre comienza a dejar huellas en el suelo del edificio. Un grito, un golpe seco que logra magullar la carne ya de por si magullada por la pelea, otro grito y una ¿oración? Es todo lo que queda en aquel momento mientras los niños velan en círculo alrededor de aquel que solo esta tratando de tomar una siesta para recuperar fuerzas.

Nombres iban y venían en la charla, logrando enojar más a aquel hombre hasta que se sienta algo debilitado por la herida. Frente a él estaban las espaldas de dos niños y una joven un poco más grande que ellos, quizás una adolescente, a lo mejor era la responsable aquella noche. Rascó su cabeza tocándose la herida en una clara mueca del dolor que le causaba ello, pero los niños al ver que le hombre se movía no hicieron nada estaban congelados hasta cuando tosió el susto que se han pegado los niños es acompañados por los gritos y uno que sale corriendo entre las maldiciones que dejaba entre ver aquel que agita su mano indicándoles que vayan a buscar dejándolo solo.

Sabe que no está solo y reta a salir a aquel que se oculta, cubriendo con la diestra la herida en sus costillas fingiendo como si aun pudiera conservarse en pie y pelear.

por **Keane & Evan Caruso** Jue Feb 22, 2018 10:14 pm

Frío que se envuelve en el susurro que alienta a aquel que aun trataba de mantener alejado el dolor de su rostro, la mano fuerza presión necesaria sobre aquella herida mientras gira lentamente mirando hacia las sombras, aunque realmente sus ojos estaban recorriendo el lugar creando posibilidades infinitas y poco probables de que use en una pelea, sobre todo en su estado. Ríe abiertamente alzando los hombros cual reto o menos importancia a lo enunciado por aquella mujer; si, el tono de voz empleado era suave y melodioso en tonos muy agudos, para su gusto, por eso sonreía.

Miró a la mujer curando sus heridas y cuando dejó el alcohol sobre él le hizo reacción en una pequeña risa, se dejó recostar mirando al techo contando los segundos para saber cuántos minutos se llevaba la chica pero para su sorpresa ella solo demoró cinco minutos, era hábil, según él. Le miró sentándose en la cama observándola con detenimiento, cada parte de su anatomía, de su figura, de su ser y había algo en ella que olía como la bastarda de su hermana. Ese pensamiento provocó que gruñera frunciendo el ceño, si algo detestaba Evan eran los brujos por una sola razón, siempre se cruzaba con nigromantes, brujos que usaban la magia negra para hacer mal a las personas inocentes, fue testigo de ello cuando estuvo en américa y por eso los odia a muerte.

La sonrisa de la acompañante y el respeto que mostraba Keane era único, ningún joven podría darle aquel respeto y engalanarla con palabras tan suaves y ademanes tan finos, atrás habían quedado los deseos de conquistar a la joven doncella, atrás habían quedado los deseos de tener una esposa solo quedaba el presente de su trabajo y de sus hermanos, su familia era lo único que tenía.

Miró a la doncella que le entregaba su pañuelo rosa palo con el número de la habitación y las iniciales de la joven bordados, la joven se puso de pie a lo que Keane respondió levantándose para hacer una reverencia a la joven la cual paso su sonrisas de coquetería y elegancia al hombre, toma asiento esperando a su compañera con la promesa de pasar una muy buena noche en la habitación de él, pero realmente es todo un engaño por parte de Caruso que solo planea tenerla como una carnada a la joven, hay varios vampiros en el lugar los ve con ese deseo de acabar con la vida de una doncella en toda la flor de la juventud y la inexperiencia, él no lo permitirá.

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