AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Las emociones nublan el juicio (privado)
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Giuliana Mordrake
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Las emociones nublan el juicio (privado)
Recuerdo del primer mensaje :
Öda canturreaba de un lado a otro de la “cocina”, que era el lugar del hospital donde preparaban ungüentos, pomadas y líquidos para desinfectar, curar, purgar o cualquier acción relacionada con el tratamiento de heridas, forúnculos y gangrenas varias. La farmacia con los medicamentos preparados estaba al lado, y a continuación el cuarto de las vendas. Lo tenían todo muy organizado para poder atender grandes volúmenes de heridos cuando volvía alguna partida o el ejército al completo.
Era jueves y los jueves elaboraban pomadas de árnica y caléndula, envasándolas en tarros de barro que luego sellaban con corcho y cera. Tenían su sistema de trabajo para que nunca hubiera falta de nada. Se recogió el pelo en un moño y se colocó el delantal, moliendo las hojas secas de un cesto en un mortero grande y mezclándolo con los demás ingredientes, los aceites esenciales y los polvos. Canturreaba canciones de las que su madre les había cantado a todos sus hermanos, solía estar de buen humor y le gustaba ayudar a la gente. Giuliana había ido a hacer unos recados y en el hospital además de ella había un par de mujeres más que estaban limpiando y cambiando sábanas. Sólo tenían un hospitalizado por un hueso roto que habían arreglado el día anterior y tenían que observarlo durante al menos dos o tres días más.*
Llevaba días inmerso en la búsqueda de una alimaña que moraba por los bosques septentrionales, no podía descartar que fuera algo nuevo, uno de los miles de experimentos que Randulf llevaba a cabo a lo largo del año y que si no eran de su gusto, soltaba para que ocasionaran daños hasta que fueran descubiertos y cazados.
Posiblemente esté se tratara de otro de sus fallos. Suelto, hambriento ocasionaba peligro a las aldeas colindantes y llevaba ya varios muertos.
Esa noche por fin logré acorralarlo en un riachuelo donde habría acudido a beber. La ristra de flechas no fue suficiente para debilitar a una especie de oso terrible, que duplicaba el tamaño de un animal normal, ademas la capa de pelo, tupida como si se tratara de una armadura lograba que el acero en ocasiones rebotara sin causarle daño alguno. Estaba vendido si no encontraba su punto débil, y el tiempo paa hacerlo frente a estos bicho se agotaba pronto.
Centré mi mirada en el, mientras corría hacia mi, desenvainé sendas espadas con los ojos fijos en la bestia y solo esquivé cuando casi me dio alcance. Para encontrar su debilidad necesitaba tocarlo, sentirlo y eso solo podía hacerlo a corta distancia.
La batalla se prolongo durante una hora, en la que me hirió de varios zarpazos en brazos y piernas, hasta que finalmente mi acero se hundió por debajo de su gaznate y a modo de tijeras logre desgarrar su piel dejando la yugular al descubierto, un tajo seco la rebanó y la pieza cayó a mis pies dando sus ultimas bocanadas de vida.
Apenas me mantenía en pie, pero con las sogas, até su cuerpo, por debajo pasé unos troncos que rodarían facilitando al corcel el transporte y con el orgullo del trabajo hecho regresé a mi hogar, Akershus. No logré cruzar el portón, antes de hacerlo me desmoroné sobre el suelo. Apenasdistinguia borrones marrones, gente en movimiento podía apreciar se aglutinaba a mi alrededor, ruido y mi cuerpo portado en volandas hacia algún sitio, luego oscuridad y de nuevo luces en lo que a todos los efectos parecía ser la enfermería.*
Les trajeron a uno de los hijos del general Lund, el pequeño, bastante malherido, y lo alojaron en una cama. Cortaron sus ropas, desinfectaron las heridas y le colocó varios ungüentos curativos en ellas, pero había una que no podían coser porque faltaba carne. Öda sabía que el muchacho era rarito, que miraba a su madre de reojo, de la misma forma que a Sirius o Valeska, o incluso a Alrek y Garm. Primero pensó que era porque la relación entre Höor y Lund se deterioró un poco en el pasado, pero ahora estaban bien, así que no sabía muy bien qué podía llevarlo a ser tan solitario. Quizás no le gustaban los hechicero, eso podía comprenderlo, había gente muy supersticiosa, pero su madre llevaba allí más de veinte años y todo el mundo la apreciaba. Bueno, su madre no estaba y ella tenía que tomar las decisiones así que prendió el aceite de un pequeño vasito y esparció el olor por la sala salmodiando un conjuro wiccano para alejar a los malos espíritus. Después aferró el vendaje de Ragnar y se puso a murmurar, la carne crecería mucho más rápido así y le dolería menos.*
A mi alrededor una joven doncella rubia que no lograba enfocar se había esforzado por coser mis heridas, mas pronto me di cuenta de mi error, al estar calmo junto a ella.
Olia como a sauce quemándose o no se bien a que y de pronto empezó a recitar cosas en un idioma desconocido, magia.
-¡No! -rugí aferrando su muñeca para que se detuviera y me escuchara -no -insistí con la poca fuerza que me quedaba -si mis dioses me quieren en el Valhalla iré, pero magia no.
No quiero que tu te ocupes de mi -dije con cierto desprecio en la voz ,antes de volver a rugir de dolor sobre el lecho.*
Se sorprendió por la reacción del chico y dejó de salmodiar perdiendo el hilo de lo que estaba haciendo. Nunca nadie le había dicho que no usase magia, normalmente la gente cuando estaba tan dolorida y malita sólo querían que les ayudase.
— Ah… b…bien.— soltó su brazo dejandolo caer sobre una sábana limpia y se limpió las manos en el delantal mirándolo todavía más sorprendida que ofendida. Lo dejó unos minutos para ir a buscar unos ungüentos y más vendas porque si no quería magia, ese bocado de carne había que rellenarlo con el medicamento o se infectaría y dolería un infierno. Al poco regresó y acercó la silla cogiéndole de nuevo el brazo y retirándole la venda para untarlo bien con ese potingue que ahuyentaba las fiebres por infección.— Tardará en curarse…quedará una cicatriz fea. Espero que no se infecte o podrías perder el brazo, no te rasques ni te lo toques. Si te pica me avisas y traeré algo para aliviarlo.
Öda canturreaba de un lado a otro de la “cocina”, que era el lugar del hospital donde preparaban ungüentos, pomadas y líquidos para desinfectar, curar, purgar o cualquier acción relacionada con el tratamiento de heridas, forúnculos y gangrenas varias. La farmacia con los medicamentos preparados estaba al lado, y a continuación el cuarto de las vendas. Lo tenían todo muy organizado para poder atender grandes volúmenes de heridos cuando volvía alguna partida o el ejército al completo.
Era jueves y los jueves elaboraban pomadas de árnica y caléndula, envasándolas en tarros de barro que luego sellaban con corcho y cera. Tenían su sistema de trabajo para que nunca hubiera falta de nada. Se recogió el pelo en un moño y se colocó el delantal, moliendo las hojas secas de un cesto en un mortero grande y mezclándolo con los demás ingredientes, los aceites esenciales y los polvos. Canturreaba canciones de las que su madre les había cantado a todos sus hermanos, solía estar de buen humor y le gustaba ayudar a la gente. Giuliana había ido a hacer unos recados y en el hospital además de ella había un par de mujeres más que estaban limpiando y cambiando sábanas. Sólo tenían un hospitalizado por un hueso roto que habían arreglado el día anterior y tenían que observarlo durante al menos dos o tres días más.*
Llevaba días inmerso en la búsqueda de una alimaña que moraba por los bosques septentrionales, no podía descartar que fuera algo nuevo, uno de los miles de experimentos que Randulf llevaba a cabo a lo largo del año y que si no eran de su gusto, soltaba para que ocasionaran daños hasta que fueran descubiertos y cazados.
Posiblemente esté se tratara de otro de sus fallos. Suelto, hambriento ocasionaba peligro a las aldeas colindantes y llevaba ya varios muertos.
Esa noche por fin logré acorralarlo en un riachuelo donde habría acudido a beber. La ristra de flechas no fue suficiente para debilitar a una especie de oso terrible, que duplicaba el tamaño de un animal normal, ademas la capa de pelo, tupida como si se tratara de una armadura lograba que el acero en ocasiones rebotara sin causarle daño alguno. Estaba vendido si no encontraba su punto débil, y el tiempo paa hacerlo frente a estos bicho se agotaba pronto.
Centré mi mirada en el, mientras corría hacia mi, desenvainé sendas espadas con los ojos fijos en la bestia y solo esquivé cuando casi me dio alcance. Para encontrar su debilidad necesitaba tocarlo, sentirlo y eso solo podía hacerlo a corta distancia.
La batalla se prolongo durante una hora, en la que me hirió de varios zarpazos en brazos y piernas, hasta que finalmente mi acero se hundió por debajo de su gaznate y a modo de tijeras logre desgarrar su piel dejando la yugular al descubierto, un tajo seco la rebanó y la pieza cayó a mis pies dando sus ultimas bocanadas de vida.
Apenas me mantenía en pie, pero con las sogas, até su cuerpo, por debajo pasé unos troncos que rodarían facilitando al corcel el transporte y con el orgullo del trabajo hecho regresé a mi hogar, Akershus. No logré cruzar el portón, antes de hacerlo me desmoroné sobre el suelo. Apenasdistinguia borrones marrones, gente en movimiento podía apreciar se aglutinaba a mi alrededor, ruido y mi cuerpo portado en volandas hacia algún sitio, luego oscuridad y de nuevo luces en lo que a todos los efectos parecía ser la enfermería.*
Les trajeron a uno de los hijos del general Lund, el pequeño, bastante malherido, y lo alojaron en una cama. Cortaron sus ropas, desinfectaron las heridas y le colocó varios ungüentos curativos en ellas, pero había una que no podían coser porque faltaba carne. Öda sabía que el muchacho era rarito, que miraba a su madre de reojo, de la misma forma que a Sirius o Valeska, o incluso a Alrek y Garm. Primero pensó que era porque la relación entre Höor y Lund se deterioró un poco en el pasado, pero ahora estaban bien, así que no sabía muy bien qué podía llevarlo a ser tan solitario. Quizás no le gustaban los hechicero, eso podía comprenderlo, había gente muy supersticiosa, pero su madre llevaba allí más de veinte años y todo el mundo la apreciaba. Bueno, su madre no estaba y ella tenía que tomar las decisiones así que prendió el aceite de un pequeño vasito y esparció el olor por la sala salmodiando un conjuro wiccano para alejar a los malos espíritus. Después aferró el vendaje de Ragnar y se puso a murmurar, la carne crecería mucho más rápido así y le dolería menos.*
A mi alrededor una joven doncella rubia que no lograba enfocar se había esforzado por coser mis heridas, mas pronto me di cuenta de mi error, al estar calmo junto a ella.
Olia como a sauce quemándose o no se bien a que y de pronto empezó a recitar cosas en un idioma desconocido, magia.
-¡No! -rugí aferrando su muñeca para que se detuviera y me escuchara -no -insistí con la poca fuerza que me quedaba -si mis dioses me quieren en el Valhalla iré, pero magia no.
No quiero que tu te ocupes de mi -dije con cierto desprecio en la voz ,antes de volver a rugir de dolor sobre el lecho.*
Se sorprendió por la reacción del chico y dejó de salmodiar perdiendo el hilo de lo que estaba haciendo. Nunca nadie le había dicho que no usase magia, normalmente la gente cuando estaba tan dolorida y malita sólo querían que les ayudase.
— Ah… b…bien.— soltó su brazo dejandolo caer sobre una sábana limpia y se limpió las manos en el delantal mirándolo todavía más sorprendida que ofendida. Lo dejó unos minutos para ir a buscar unos ungüentos y más vendas porque si no quería magia, ese bocado de carne había que rellenarlo con el medicamento o se infectaría y dolería un infierno. Al poco regresó y acercó la silla cogiéndole de nuevo el brazo y retirándole la venda para untarlo bien con ese potingue que ahuyentaba las fiebres por infección.— Tardará en curarse…quedará una cicatriz fea. Espero que no se infecte o podrías perder el brazo, no te rasques ni te lo toques. Si te pica me avisas y traeré algo para aliviarlo.
Öda Tollak- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 08/02/2018
Localización : Akershus
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Öda no se iba tranquila, ella sabía que una niña estaba en peligro, había visto la cueva donde el Draugr la habría arrastrado y sin embargo la apartaban de esa misión porque era peligrosa y porque ya la esperaban en Akershus. Su madre había recibido el mensaje de Sirius y esperaban a los cuatro jóvenes, pero por contra sólo regresaron tres. El hechicero fue raudo y directo a buscar a Niord y Elaine la acompañó hasta el hospital donde su madre aguardaba y también Ulf, que tras sus tareas diarias había decidido esperar allí la llegada de su hija. Su semblante era serio, pero entendía que la habían necesitado como necesitaban a Sirius, sus hijos eran todos muy válidos, excepto Garm con quien tenía graves disputas, era normal que lo reclamasen. Pero en lo concerniente a Öda, el lobo no lo llevaba nada bien.
La joven desmontó del caballo de la loba y se acercó a sus padres retorciéndose las manos con nerviosismo.
— sé lo del Draugr, he tenido una visión…— su madre se le acercó y le frotó los antebrazos, estaba sana y salva y se alegraba de verla.
— ¿una visión?
— Ví donde llevó a la niña, Ragnar se ha ido a encontrarla, Sirius irá ahora…*
Öda estaba asustada, creo que el cazador le gustaba mucho mas de lo que reconocía y la idea de dejarlo atrás no le resulto aragüeña, las aberraciones eran peligrosas, y mas para un solo hombre por muy experimentado que estuviera en la caza de ese tipo de monstruos.
Mientras la bruja hablaba con su madre y enfrentaba la mirada con un Ulf furibundo que si bien entendía la necesidad de tirar de los poderes de su hija como de los de cualquier otro no llevaba bien eso de ponerla en peligro, no si él no estaba detrás para cubrir su precioso culo.
La joven desmontó del caballo de la loba y se acercó a sus padres retorciéndose las manos con nerviosismo.
— sé lo del Draugr, he tenido una visión…— su madre se le acercó y le frotó los antebrazos, estaba sana y salva y se alegraba de verla.
— ¿una visión?
— Ví donde llevó a la niña, Ragnar se ha ido a encontrarla, Sirius irá ahora…*
Öda estaba asustada, creo que el cazador le gustaba mucho mas de lo que reconocía y la idea de dejarlo atrás no le resulto aragüeña, las aberraciones eran peligrosas, y mas para un solo hombre por muy experimentado que estuviera en la caza de ese tipo de monstruos.
Mientras la bruja hablaba con su madre y enfrentaba la mirada con un Ulf furibundo que si bien entendía la necesidad de tirar de los poderes de su hija como de los de cualquier otro no llevaba bien eso de ponerla en peligro, no si él no estaba detrás para cubrir su precioso culo.
Öda Tollak- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 34
Fecha de inscripción : 08/02/2018
Localización : Akershus
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Besé los labios de mi mujer, tenía que volver, seguir el rastro de Ragnar, era necesario le diera alcance cuanto antes. Niord por lo que me dijo uno de los soldados había partido esa misma tarde al encuentro de un licano que se había descarriado y llevaba varias noches sembrando el caos en las montañas, así que no podríamos contar con el cazador.
- Öda, te lo traeré sano y salvo -le dije guiñándole un ojo para restar a todo esto importancia.
-O mejor déjalo en la aldea ]-dijo Ulf entre dientes antes de ser atravesado por los ojos claros de la pequeña hechicera -¿he dicho que buen viaje y volved pronto? -rectificó Ulf con cierta mofa.
Al lobo no le caía bien el cazador y tampoco lo culpaba estaba quitándole de las zarpas a su princesita y Ulf era muy posesivo eso por no decir que el cazador no destacaba por su compromiso con las mujeres.
-Te quiero Elaine, volveré cuanto antes, quiero llenar de tormentas Akershus, me han dicho que los campos están secos -bromeé echándome a reír con picardía.*
Giuliana le sonrió con afecto, para ella era como un hijo más, pero vivir con Ulf había hecho que se le pegaran algunas costumbres, como la de bromear, algo que no solía hacer muy a menudo porque el payaso de la familia era el rubio.
— Voy a tener que decirle a Arne que instale canaletas más gruesas en nuestro tejado. Aunque espero que eso me lo compenséis con muchos nietos!! Mis hijos no están por la labor.— la bruja quería a Sirius tanto como a sus pequeños, que ya estaban creciditos, y como vivían en la puerta de al lado, había acogido a Elaine como su hija también.
- Öda, te lo traeré sano y salvo -le dije guiñándole un ojo para restar a todo esto importancia.
-O mejor déjalo en la aldea ]-dijo Ulf entre dientes antes de ser atravesado por los ojos claros de la pequeña hechicera -¿he dicho que buen viaje y volved pronto? -rectificó Ulf con cierta mofa.
Al lobo no le caía bien el cazador y tampoco lo culpaba estaba quitándole de las zarpas a su princesita y Ulf era muy posesivo eso por no decir que el cazador no destacaba por su compromiso con las mujeres.
-Te quiero Elaine, volveré cuanto antes, quiero llenar de tormentas Akershus, me han dicho que los campos están secos -bromeé echándome a reír con picardía.*
Giuliana le sonrió con afecto, para ella era como un hijo más, pero vivir con Ulf había hecho que se le pegaran algunas costumbres, como la de bromear, algo que no solía hacer muy a menudo porque el payaso de la familia era el rubio.
— Voy a tener que decirle a Arne que instale canaletas más gruesas en nuestro tejado. Aunque espero que eso me lo compenséis con muchos nietos!! Mis hijos no están por la labor.— la bruja quería a Sirius tanto como a sus pequeños, que ya estaban creciditos, y como vivían en la puerta de al lado, había acogido a Elaine como su hija también.
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 03/08/2017
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Sirius salió al galope y la loba se acercó a Ulf para ponerle la mano sobre el antebrazo, para ella eran sus segundos padres junto a Dani y Höor, pues había abandonado Rumanía para vivir allí, y Ulf al menos comprendía su naturaleza animal.
— Puedes estar orgulloso de Öda, si esa niña se salva, habrá sido gracias a ella.— se le acercó a darle dos besos y le susurró por lo bajo.— y no te preocupes que no ha pasado nada con el chico.— Voy a cepillar al caballo, estaré aquí al lado si me necesitáis.
La joven abandonó a la familia Tollak para llevar a la montura a las cuadras y darle justo descanso, asimismo pidió que dejaran preparados algunos, por si acaso, ya que en cualquier momento Sirius podía avisar de que necesitaban ayuda.*
Cabalgué sin detenerme ni siquiera a pegar un bocado, la vida de esa niña dependía de que llegara a tiempo de evitar la tragedia y la visión de Öda había sido nítida, eso me había ayudado mucho pues podía saltarme la parte de investigar la ladea y los acontecimientos que habían ido aconteciendo hasta la desaparición de la infante, ahora tenia fijado el enemigo y donde se ubicaba el mismo.
Espoleé el corcel sin detenerme durante horas hasta que caída la tarde llegué frente a un arrollo, no debía estar ya lejos de la posición señalada así que dejé que el corcel bebiera un poco y mojé mi nuca para despejarme y relajar mis músculos.
Sirius no quería atacara o enfrentara al monstruo solo, pero..esperar era un error, si la niña moría la visión de Öda habría sido para nada y yo ...yo quería ganar méritos para que ella me viera de otro modo, no como el gilipollas que se tira a todas
— Puedes estar orgulloso de Öda, si esa niña se salva, habrá sido gracias a ella.— se le acercó a darle dos besos y le susurró por lo bajo.— y no te preocupes que no ha pasado nada con el chico.— Voy a cepillar al caballo, estaré aquí al lado si me necesitáis.
La joven abandonó a la familia Tollak para llevar a la montura a las cuadras y darle justo descanso, asimismo pidió que dejaran preparados algunos, por si acaso, ya que en cualquier momento Sirius podía avisar de que necesitaban ayuda.*
Cabalgué sin detenerme ni siquiera a pegar un bocado, la vida de esa niña dependía de que llegara a tiempo de evitar la tragedia y la visión de Öda había sido nítida, eso me había ayudado mucho pues podía saltarme la parte de investigar la ladea y los acontecimientos que habían ido aconteciendo hasta la desaparición de la infante, ahora tenia fijado el enemigo y donde se ubicaba el mismo.
Espoleé el corcel sin detenerme durante horas hasta que caída la tarde llegué frente a un arrollo, no debía estar ya lejos de la posición señalada así que dejé que el corcel bebiera un poco y mojé mi nuca para despejarme y relajar mis músculos.
Sirius no quería atacara o enfrentara al monstruo solo, pero..esperar era un error, si la niña moría la visión de Öda habría sido para nada y yo ...yo quería ganar méritos para que ella me viera de otro modo, no como el gilipollas que se tira a todas
Ragnar- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 08/02/2018
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Desenvainé la espada y liberé las riendas de mi corcel para atajar a paso rápido la distancia que me separaba de la boca de la gruta, en inicio no veía pisadas, pero los muertos vivientes no solían dejarlas, no olía a fuego, ni emergía ningún tipo de humareda, mas bien dentro solo había oscuridad y un ambiente algo cargado de mas, no escuché sonido alguno, si la niña estaba allí no pedía auxilio.*
Öda se dirigió a casa con su familia, les fue contando lo que habían hecho en el poblado, dando caza a la loba que no podía cambiar de forma, para que luego la ayudasen quienes pudieran hacerlo. Preguntó por los pacientes del hospital que había dejado al marcharse y la conversación fue relativamente fluida, esos días separados habían conseguido que padre e hija relajaran las hostilidades.
— papá… lo siento, no me gusta estar así contigo, pero ya tengo dieciocho años, es hora de que confíes un poco más en mi.
Una vez en casa, sus hermanos la agarraron en volandas haciendo bromas sobre si podía sentarse y cosas varias que podrían cabrear a Ulf… vaya panda de pazguatos. Sólo Garm la abrazó y le dio un beso en la mejilla sin meterse con ella. Todavía no había conseguido quitarse de encima a Erika y Alrek que se reían de ella por no se qué estupidez, cuando le sobrevino otra visión. Se quedó rígida, los ojos blancos y de inmediato Brökk los mandó callar y apartarse para sujetarla mientras la tenía. Le costó recobrar el conocimiento. Aquello pintaba muy mal, mucho peor que lo de la niña.
— hay que buscar a Sirius… van a por él… son brujas.*
Öda se dirigió a casa con su familia, les fue contando lo que habían hecho en el poblado, dando caza a la loba que no podía cambiar de forma, para que luego la ayudasen quienes pudieran hacerlo. Preguntó por los pacientes del hospital que había dejado al marcharse y la conversación fue relativamente fluida, esos días separados habían conseguido que padre e hija relajaran las hostilidades.
— papá… lo siento, no me gusta estar así contigo, pero ya tengo dieciocho años, es hora de que confíes un poco más en mi.
Una vez en casa, sus hermanos la agarraron en volandas haciendo bromas sobre si podía sentarse y cosas varias que podrían cabrear a Ulf… vaya panda de pazguatos. Sólo Garm la abrazó y le dio un beso en la mejilla sin meterse con ella. Todavía no había conseguido quitarse de encima a Erika y Alrek que se reían de ella por no se qué estupidez, cuando le sobrevino otra visión. Se quedó rígida, los ojos blancos y de inmediato Brökk los mandó callar y apartarse para sujetarla mientras la tenía. Le costó recobrar el conocimiento. Aquello pintaba muy mal, mucho peor que lo de la niña.
— hay que buscar a Sirius… van a por él… son brujas.*
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Claro que confiaba y estaba orgulloso de mi hija, ella aunque el resto de patanes creyera era débil y por eso la protegía de ese modo tan posesivo se equivocaban, mi hija tenía el mismo espíritu que su madre, por eso me daba miedo, miedo a que terminara enamorada de un hombre que impusiera sus formas, como yo lo hacía o que simplemente la lastimara, la usara y luego la dejara tirada, claro que confiaba en ella, en quien no confiaba era en el resto de norteños que la miraban como el mas bonito de los trofeos. Yo quería a mi pequeña Öda, ella era mi ultimo hijo, mi pequeño tesoro pues tras su nacimiento tuvimos que perder la posibilidad de seguir engendrando...
-No quiero estar así contigo Öda, pero has de entender que solo busco protegerte de que te rompan el corazón y no he de ser vidente como tu o brujo como tu madre como para saber que ese chico no busca una relación sería, si lo hiciera, si de verdad te quisiera ¿por que no viene y hablamos? eso hacemos los hombres cuando lo tenemos claro, te desvirgara y se largara dejándote sola y tu no eres como otras …
No era una ofensa hacia las mujeres que mantenían relaciones con hombres de forma promiscua, en mi cultura estaba bien visto, Erika lo hacía y no veía en ello ningún tipo de problema...
-Solo quiero lo mejor para ti..-confesé abatido por las circunstancias, claro que ese abatimiento se convirtió en furia cuando los imbéciles de mis hijos decidieron gastar bromas que no tenían mucha gracia, no se de donde habían sacado aquel humor tan negro pero de una patada los hubiera mandado a todos al mismo Hel.
-No quiero estar así contigo Öda, pero has de entender que solo busco protegerte de que te rompan el corazón y no he de ser vidente como tu o brujo como tu madre como para saber que ese chico no busca una relación sería, si lo hiciera, si de verdad te quisiera ¿por que no viene y hablamos? eso hacemos los hombres cuando lo tenemos claro, te desvirgara y se largara dejándote sola y tu no eres como otras …
No era una ofensa hacia las mujeres que mantenían relaciones con hombres de forma promiscua, en mi cultura estaba bien visto, Erika lo hacía y no veía en ello ningún tipo de problema...
-Solo quiero lo mejor para ti..-confesé abatido por las circunstancias, claro que ese abatimiento se convirtió en furia cuando los imbéciles de mis hijos decidieron gastar bromas que no tenían mucha gracia, no se de donde habían sacado aquel humor tan negro pero de una patada los hubiera mandado a todos al mismo Hel.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Fue entonces cuando öda se quedo petrificad,a sabíamos bien que pasaba, no era ni sería la ultima vez, su madre se ocupo de darle sustento y cuando despertó nos confirmo la peor de las noticias, iban a por Sirius y así ambos chicos quedarían vendidos, era una trampa.
Salí de la casona corriendo para avisar al conde, había que movilizarse antes de que fuera demasiado tarde.
-No se te ocurra moverte de aquí -le dije a mi hija señalandola con el dedo -Alrek, coge tu espada, avisa a Khayla y Lund - pedí antes de cerrar la puerta.*
Elaine vio salir a Ulf a toda prisa y se acercó a preguntar, cuando le dijeron que Sirius estaba en peligro, salió corriendo tras el lobo, buscando una montura para ir con él, no dejaría a su marido a sol ni a sombra.
—¡espera voy contigo!.— Erika estaba vestida, de hecho aún no se había quitado la ropa tras el entrenamiento y su caballo estaba fresco, apenas había montado un rato. La morena había llegado a casa apenas unos minutos antes y se iba a cambiar para ir a la taberna, pero al ver la emergencia, decidió que pasaba de quedarse a ponerle paños fríos a Öda en la frente, para eso ya podía hacerlo su madre. Corrieron hacia las caballerizas y allí se encontraron con Dritt que tampoco se había cambiado tras el entrenamiento.— Sirius está en peligro ¡Vamos!.— Aunque el bastardo solía juntarse más con Brökk y Orn, Sirius era su hermano y de seguro que el guerrero querría colaborar en su búsqueda. Ahora estaban en peligro tanto Ragnar como Sirius, y por su puesto todo Akershus, porque si el hechicero caía a manos de un aquelarre oscuro que fuera capaz de dominar su magia, ya podían ir rezando porque nada los salvaría del problema.
Los cuatro salieron a galope tendido hacia el fiordo, Ulf mandó recado a Höor, no podían perder ni un minuto en buscarlo, al parecer estaba de regreso a Akershus tras ir a solucionar un problema a una aldea. Danielle no estaba en Akershus, regresaría al día siguiente, y seguro que se llevaría un buen disgusto, porque quería a Sirius muchísimo, desde niño siempre tuvo debilidad por él.*
Salí de la casona corriendo para avisar al conde, había que movilizarse antes de que fuera demasiado tarde.
-No se te ocurra moverte de aquí -le dije a mi hija señalandola con el dedo -Alrek, coge tu espada, avisa a Khayla y Lund - pedí antes de cerrar la puerta.*
Elaine vio salir a Ulf a toda prisa y se acercó a preguntar, cuando le dijeron que Sirius estaba en peligro, salió corriendo tras el lobo, buscando una montura para ir con él, no dejaría a su marido a sol ni a sombra.
—¡espera voy contigo!.— Erika estaba vestida, de hecho aún no se había quitado la ropa tras el entrenamiento y su caballo estaba fresco, apenas había montado un rato. La morena había llegado a casa apenas unos minutos antes y se iba a cambiar para ir a la taberna, pero al ver la emergencia, decidió que pasaba de quedarse a ponerle paños fríos a Öda en la frente, para eso ya podía hacerlo su madre. Corrieron hacia las caballerizas y allí se encontraron con Dritt que tampoco se había cambiado tras el entrenamiento.— Sirius está en peligro ¡Vamos!.— Aunque el bastardo solía juntarse más con Brökk y Orn, Sirius era su hermano y de seguro que el guerrero querría colaborar en su búsqueda. Ahora estaban en peligro tanto Ragnar como Sirius, y por su puesto todo Akershus, porque si el hechicero caía a manos de un aquelarre oscuro que fuera capaz de dominar su magia, ya podían ir rezando porque nada los salvaría del problema.
Los cuatro salieron a galope tendido hacia el fiordo, Ulf mandó recado a Höor, no podían perder ni un minuto en buscarlo, al parecer estaba de regreso a Akershus tras ir a solucionar un problema a una aldea. Danielle no estaba en Akershus, regresaría al día siguiente, y seguro que se llevaría un buen disgusto, porque quería a Sirius muchísimo, desde niño siempre tuvo debilidad por él.*
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Todos eran conscientes de la gravedad del asunto, Erika iba poniendo al día a Dritt de lo que estaba pasando pues el bastardo se había unido a la expedición solo porque esta lo había llamado. Sirius para él era como un hermano, ciertamente los Cannif siempre lo habían tratado como tal pese a que había estado algo excluido en muchas de las "reuniones familiares". Drittsekk era bastante terco, no era de los que se rendía ante la primera dificultad y si una vez había abandonado Akershus para buscar su camino y encontrarse a si mismo hoy había vuelto con la firme intención de demostrar a todos, su padre incluido que se equivocaba con él, que podía ser tan útil como el mayor de sus generales.
Drittsekk nunca estuvo solo, Erlend le cogió un cariño especial, en el ocaso entrenaba aparte con el inmortal por eso nada mas regreso a Akershus visitar a su viejo amigo, aquel que se comportaba mas como un padre que el mismo Höor.
Centró su mirada en el trasero de la hija del cambiante que galopaba a toda velocidad, si bien antes no tenían una relación muy estrecha ahora que ambos habían crecido parecían encajar mejor en todos los sentidos o al menos eso le gustaría al bastardo, claro que también sabia que cortejarla era un imposible, él no dejaba de ser el bastardo y ella la hija del general Ulf, con demasiados pretendientes acechándola.
Atajaron la distancia que los separaba del fiordo, el camino era escarpado y pedregoso, la arena suelta impedía por algunas zonas el paso de los caballos y aunque Öda les había detallado bien hacía donde dirigirse las montañas eran engañosas y pronto una bruma densa rodeó a los viajeros.
-Es magia -aseguró el general consciente de que aquello no residía en algo natural -parece que las brujas saben que venimos a por nuestros hombres.*
Drittsekk nunca estuvo solo, Erlend le cogió un cariño especial, en el ocaso entrenaba aparte con el inmortal por eso nada mas regreso a Akershus visitar a su viejo amigo, aquel que se comportaba mas como un padre que el mismo Höor.
Centró su mirada en el trasero de la hija del cambiante que galopaba a toda velocidad, si bien antes no tenían una relación muy estrecha ahora que ambos habían crecido parecían encajar mejor en todos los sentidos o al menos eso le gustaría al bastardo, claro que también sabia que cortejarla era un imposible, él no dejaba de ser el bastardo y ella la hija del general Ulf, con demasiados pretendientes acechándola.
Atajaron la distancia que los separaba del fiordo, el camino era escarpado y pedregoso, la arena suelta impedía por algunas zonas el paso de los caballos y aunque Öda les había detallado bien hacía donde dirigirse las montañas eran engañosas y pronto una bruma densa rodeó a los viajeros.
-Es magia -aseguró el general consciente de que aquello no residía en algo natural -parece que las brujas saben que venimos a por nuestros hombres.*
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Magia o no, Elaine tenía un fino olfato y el inconfundible aroma de Sirius lo conocía más que bien, así que se bajó de un salto del caballo amarrándolo a un árbol y de inmediato se agachó para rozar con los dedos las marcas de cascos de caballo, podrían ser de cualquiera pero sabía que eran de Sirius, el olor de Ragnar no lo tenía tan identificado, quizás Ulf sí porque husmeaba la ropa de su hija para saber si se le había acercado el cazador, pero ella no.
— es por aquí.— se apresuró a guiarlos entre la niebla.
En la base del fiordo había un terreno pantanoso donde se acumulaba el agua del deshielo, y a mitad falda unas cuevas donde probablemente el Draugr se habría llevado a la niña haciendo de cebo para el brujo y el cazador. Elaine no luchaba con la espada tan bien como los Cannif o los Tollak, aunque Damon la enseñó, aprendió sobre todo con los cuchillos y el cuerpo a cuerpo, necesitaba echarse encima del enemigo para poder hacerle daño.
Erika se adelantó y les hizo la señal de silencio a todos. Era la más ligera y menos ruidosa, avanzó unos metros en la niebla con la espada corta en una mano y el látigo en la otra, no le había dado tiempo de coger el escudo, así que tendrían que improvisar. Trató de no hacer nada de ruido y se aproximó hacia donde veía algo de claridad. Había una fogata montada y muñecos de madera y paja colgados por los árboles, formaban parte de algún tipo de ritual macabro. No pudo ver más, se tuvo que esconder tras un tronco porque una silueta se recortó demasiado cerca de ella. Esa niebla era un estorbo muy grande.*
— es por aquí.— se apresuró a guiarlos entre la niebla.
En la base del fiordo había un terreno pantanoso donde se acumulaba el agua del deshielo, y a mitad falda unas cuevas donde probablemente el Draugr se habría llevado a la niña haciendo de cebo para el brujo y el cazador. Elaine no luchaba con la espada tan bien como los Cannif o los Tollak, aunque Damon la enseñó, aprendió sobre todo con los cuchillos y el cuerpo a cuerpo, necesitaba echarse encima del enemigo para poder hacerle daño.
Erika se adelantó y les hizo la señal de silencio a todos. Era la más ligera y menos ruidosa, avanzó unos metros en la niebla con la espada corta en una mano y el látigo en la otra, no le había dado tiempo de coger el escudo, así que tendrían que improvisar. Trató de no hacer nada de ruido y se aproximó hacia donde veía algo de claridad. Había una fogata montada y muñecos de madera y paja colgados por los árboles, formaban parte de algún tipo de ritual macabro. No pudo ver más, se tuvo que esconder tras un tronco porque una silueta se recortó demasiado cerca de ella. Esa niebla era un estorbo muy grande.*
Erika Tollak- Humano Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Para Ulf y Elaine era mucho mas fácil guiarse pues pese a que la niebla era densa sus ojos podían adaptarse mejor a la poca luz que entraba por sus pupilas, ademas de que el sentido del olfato era lo suficientemente bueno como para distinguir el rastro de Sirius a quien ambos conocían bien y de Ragnar a quien el lobo tenia calado casi habiéndose convertido en la obsesión del mismo al no dejar de pulular alrededor de su hija menor.
Dritt desenvaino la bastarda, arrastraba los pies tratando de fijar el camino, un paso en falso bien podía llevarlos a despeñarse por algún acantilado ,sin duda ese era el plan de las brujas, retrasarlos.
Los simbolos que pendian de los arboles seguramnete tenian algun significado pero si algo hizo detenerse al grupo fue el desgarrador grito de uno de los chicos era Ragnar, el cazador, a él no lo necesitaban con vida.
-Huele a sangre -aseveró Ulf acelerando el paso -hay que entrar -le dijo a su hija que se había ocultado tras uno de los arboles al ver una sombra pasar.
Con una seña le pidió a Dritt que saliera de su escondite, sería el cebo del Draugr, el general se transformo en un enorme lobo blanco dispuesto a lanzarse contra el peligroso muerto en cuanto les saliera al paso, eso les daría tiempo al resto para entrar en la gruta y rescatar a los chicos.*
Dritt desenvaino la bastarda, arrastraba los pies tratando de fijar el camino, un paso en falso bien podía llevarlos a despeñarse por algún acantilado ,sin duda ese era el plan de las brujas, retrasarlos.
Los simbolos que pendian de los arboles seguramnete tenian algun significado pero si algo hizo detenerse al grupo fue el desgarrador grito de uno de los chicos era Ragnar, el cazador, a él no lo necesitaban con vida.
-Huele a sangre -aseveró Ulf acelerando el paso -hay que entrar -le dijo a su hija que se había ocultado tras uno de los arboles al ver una sombra pasar.
Con una seña le pidió a Dritt que saliera de su escondite, sería el cebo del Draugr, el general se transformo en un enorme lobo blanco dispuesto a lanzarse contra el peligroso muerto en cuanto les saliera al paso, eso les daría tiempo al resto para entrar en la gruta y rescatar a los chicos.*
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Erika asintió y cuando Dritt salió intencionadamente de su refugio para llamar la atención del zombie controlado por las brujas, ella se lanzó hacia delante sin mirar atrás, sólo vigilando los flancos y esperando que Elaine hiciera lo suyo, porque ella no podía ver entre la niebla, asi que todo lo que se le acercase iba a sufrir muerte y destrucción. La intromisión no había sido esperada por el aquelarre y cuando vieron a Erika enarbolando la espada y el látigo, varias brujas echaron a correr hacia ella con el ánimo de acabar con la morena. Hozo restallar su arma en el aire y agarró el tobillo de una de ellas, que cayó al suelo sin piedad. La otra que ya se acercaba murmurando alguna cosa en lengua arcana sufrió un pequeño percance, Erika atravesó su garganta de una estocada y sin vacilar, con el cuello roto y la traquea aplastada no se podía invocar ¿cierto?. Elaine sacó las garras y los colmillos convirtiéndose en la bestia sanguinaria que era, agarró a dos brujas que llegaron a herirle con ridículos cuchillos, eso sí, impregnados en plata, con lo cual esas heridas tardarían en sanar, además de las pertinentes noches de fiebre que le darían. Las sujetó por el pescuezo, mordió con saña arrancándole la yugular a una y media cara a otra, cuando el lobo interior tomaba el control en situación de máximo peligro, se convertía en una picadora de carne que no discernía, sólo mataba.*
Ragnar- Cazador Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
El muerto viviente que protegía la entrada de la gruta no se hizo de esperar, pero Ulf se abalanzó contra él evitando así que siguiera a los mas jóvenes, ambos se enzarzaron en una batalla a muerte, el tacto del frio ocasionaba heridas que quemaban la piel del lobo, pero su pelo era tupido y sus colmillos afilados. Garras contra garras, ambos rodaron por los suelos buscando arrancar la cabeza al otro sajar la carnaza hasta desmembrar al oponente.
Dritt cumplió las ordenes, corrió hacia el interior de la gruta, las mujeres habían empezado la batalla pillando por sorpresa a las brujas que no dudaron en salir al ataque. Una de ellas se convirtió en araña, pudo ver cómo de espaldas trepaba por el techo escupiendo una viscosa masa verde que por el boquete que abría en todo lo que tocaba parecía ser un corrosivo acido.
-¡Cuidado! -rugió el bastardo a la morena dandole un empujón para que el escupitajo no le cayera encima. Rodaron ambos por el suelo, sus ojos buscaron los de la chica preguntándole en silencio si estaba bien. Erika asintió con la cabeza justo antes de que el guerrero a toda velocidad se levantara dispuesto a dar muerte a la araña.
En la pared el cazador estaba atado, parecía atontado por algún tipo de droga porque apenas ea capaz de mantener los ojos abiertos, ademas de que un corte profundo atravesaba su pecho tiñendo de carmesí un surco en forma de pentagrama que había sido tallado en el suelo de aquella gruta.*
Dritt cumplió las ordenes, corrió hacia el interior de la gruta, las mujeres habían empezado la batalla pillando por sorpresa a las brujas que no dudaron en salir al ataque. Una de ellas se convirtió en araña, pudo ver cómo de espaldas trepaba por el techo escupiendo una viscosa masa verde que por el boquete que abría en todo lo que tocaba parecía ser un corrosivo acido.
-¡Cuidado! -rugió el bastardo a la morena dandole un empujón para que el escupitajo no le cayera encima. Rodaron ambos por el suelo, sus ojos buscaron los de la chica preguntándole en silencio si estaba bien. Erika asintió con la cabeza justo antes de que el guerrero a toda velocidad se levantara dispuesto a dar muerte a la araña.
En la pared el cazador estaba atado, parecía atontado por algún tipo de droga porque apenas ea capaz de mantener los ojos abiertos, ademas de que un corte profundo atravesaba su pecho tiñendo de carmesí un surco en forma de pentagrama que había sido tallado en el suelo de aquella gruta.*
Última edición por Sirius Cannif el Vie Oct 12, 2018 2:56 pm, editado 1 vez
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Öda tenia visiones, unas que no encontraban calma, su madre buscaba el modo de tranquilizarla pero la hija pequeña de los Tollak había sacado ademas de la magia materna ese afán por proteger lo que amaba y sentía que el cazador estaba en peligro, en uno que podría costarle la vida a la par que a Sirius.
confiaba en su padre, ese que pese a sus desencuentros con el cazador había salido al galope acompañadole grandes guerreros a salvar a los dos jóvenes, pero ella no podía evitar pensar que el sino de ellos pintaba mal, las visiones eran confusas, apenas había logrado descansar del ultimo viaje y no podían olvidar que ella no era una guerrera.
La chica pasaba gran parte de us tiempo colaborando en la enfermería, tratando de inventar nuevos ungüentos que ayudaran a paliar dolores, a salvar a los heridos que por desgracia no eran pocos en aquel mundo de locos.
Mas de una vez tuvo su madre que frenarla de salir tras ellos, entendía que solo sería una molestia y que haría mejor papel manteniéndose como su padre le ordenó tranquila en Akershus esperando que el grupo llegara, seguramente sería necesario tener lechos limpios en la enfermería para le cuidado de los soldados aunque su cabeza no podía dejar de pensar en uno de ellos y en lo que aun no había hecho o dicho al muchacho.
Incapaz de permanecer en casa por más tiempo se fue directamente a la enfermería, allí preparó vendas limpias, un par de camastros, suero y todo aquello que creyó necesario, al menos mientras trabajaba no pensaba y se sentía útil.
Öda Tollak- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 08/02/2018
Localización : Akershus
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
Erika rodó sobre si misma con el aviso de Dritt, no había visto a la araña asquerosa y cuando escupió estuvo cerca de caerle la masa viscosa encima, corroyéndole la carne. Le dio las gracias con un asintimiento de cabeza y continuó hacia delante, hacia donde Elaine avanzaba cual trituradora de huesos y carne. Divisó a Ragnar herido y drogado y tras asegurarse de que no había más brujas encima de ella, fue a cortar sus ataduras y a sacarlo de allí. Elaine enfilaba hacia un recoveco oscuro de la gruta donde retenían a Sirius inconsciente, drogado hasta dejarlo casi muerto porque no podía controlar sus poderes y podría derrumbar la gruta o inundarla y matarlos a todos.
La loba era fuerte, y por su marido recorrería el averno aniquilando a su paso a quien se interpusiese, pero para sacarlo de allí de necesitarían algo más que la fuerza bruta, esa especie de celda estaba cerrada con unos candados.*
Mientras el bastardo sacaba el escudo de su espalda para poder hacer frente a la araña y sus escupidas, las dos chicas corrían para liberar a los presos. Erika se centró en un pálido Ragnar que temblaba de frio completamente desubicado por la perdida de sangre, atrapó su rostro para que la enfocara con su dedo indice y pulgar hablándole. Dritt se encargó de cubrir a ambos las espaldas enfrentándose con aquella bestia de largas patas que desde el techo lanzaba voraces ataques descendiendo con rapidez por la gruta.
La loba era fuerte, y por su marido recorrería el averno aniquilando a su paso a quien se interpusiese, pero para sacarlo de allí de necesitarían algo más que la fuerza bruta, esa especie de celda estaba cerrada con unos candados.*
Mientras el bastardo sacaba el escudo de su espalda para poder hacer frente a la araña y sus escupidas, las dos chicas corrían para liberar a los presos. Erika se centró en un pálido Ragnar que temblaba de frio completamente desubicado por la perdida de sangre, atrapó su rostro para que la enfocara con su dedo indice y pulgar hablándole. Dritt se encargó de cubrir a ambos las espaldas enfrentándose con aquella bestia de largas patas que desde el techo lanzaba voraces ataques descendiendo con rapidez por la gruta.
Erika Tollak- Humano Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 21/03/2018
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
El acero la mantenía a raya, pero sus patas eran afiladas y en uno de los ataques logró rozar el brazo del muchacho que apretó los dientes pero que si rendirse, movió la muñeca hasta sajar de cuajo la pata de la araña.
Ulf se adentró en ese momento por la boca de la gruta completamente ensangrentado, la lucha con el fantasma debía haber sido encarnizada, los cuartos traseros del lobo se resentían así como el costado plagado de bocados pero sin duda había vencido y ahora incapaz de recular corría hacia donde la otra loba trataba de liberar a su marido.
Las brujas que quedaban en pie sintiéndose en desventaja empezaron a utilizar sus trucos para la retirada, la ultima la araña que aun en el techo enfrentaba al bastardo jurando venganza.
Parecía un aquelarre fuerte, con muchos trucos en la manga algo que quedó patente en el momento que al salir la gruta empezó al llenarse de un humo verde.*
Erika arrastraba a Ragnar, que era más corpulento que ella, pero la guerrera estaba fuerte y no lo iba a dejar caer. Se giró un par de veces para comprobar que Ulf estaba sacando a Elaine y Sirius, entre ambos portaban a un inconsciente brujo hacia el claro del bosque que había frente a la gruta, cuando un humo verdoso comenzó a flotar y de inmediato lo reconoció: su madre lo usaba para matar las ratas del sótano.
Drittsekk- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 06/07/2017
Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
—¡¡¡Es veneno!!! No respiréis!! Salid rápido!!!.— se afanó por tirar de Ragnar hacia fuera y tosiendo, notando como el humo corrosivo entraba en sus pulmones, empujó al cazador hacia la salida, donde Alrek, Lund y algunos hombres más llegaban, al parecer Höor aún estaba regresando de una aldea y no había recibido el mensaje todavía.*
Ulf y Elaine arrastraban aun semi inconsciente Sirius que incapaz de centrarse trastabillaba contra el suelo una y otra vez. Dritt se había unido a Erika para ayudarla a cargar al pesado cazador mucho mas corpulento que ella, no debían respirar por eso se cubrió la nariz con el antebrazo sin poder evitar que los ojos le lloraran.
-No respires Ragnar -le dijo cuando el cazador trató de abrir los ojos para centrarse.
Una vez fuera de la gruta los guerreros de Akershus llegaban, la vuelta debía ser rápida, no podían perder demasiado tiempo pues los dos muchachos necesitaban atención inmediata, desconocían las drogas que habían usado con ellos y en el caso de Ragnar se había desangrado en abundancia.
-La niña -jadeó el cazador tratando de pararse en seco.
-¿Que niña? -preguntó el bastardo tratando de interpretar las palabras medio arrastradas de Ragnar.
-Dentro
No podía sujetar la cabeza pero señalo la gruta como pudo.
-Llévalo a los caballos, voy por esa niña.- dijo el bastardo cortando un trozo de tela de su camisa a modo de pañuelo que colocar en su boca dispuesto a salir corriendo.*
Ulf y Elaine arrastraban aun semi inconsciente Sirius que incapaz de centrarse trastabillaba contra el suelo una y otra vez. Dritt se había unido a Erika para ayudarla a cargar al pesado cazador mucho mas corpulento que ella, no debían respirar por eso se cubrió la nariz con el antebrazo sin poder evitar que los ojos le lloraran.
-No respires Ragnar -le dijo cuando el cazador trató de abrir los ojos para centrarse.
Una vez fuera de la gruta los guerreros de Akershus llegaban, la vuelta debía ser rápida, no podían perder demasiado tiempo pues los dos muchachos necesitaban atención inmediata, desconocían las drogas que habían usado con ellos y en el caso de Ragnar se había desangrado en abundancia.
-La niña -jadeó el cazador tratando de pararse en seco.
-¿Que niña? -preguntó el bastardo tratando de interpretar las palabras medio arrastradas de Ragnar.
-Dentro
No podía sujetar la cabeza pero señalo la gruta como pudo.
-Llévalo a los caballos, voy por esa niña.- dijo el bastardo cortando un trozo de tela de su camisa a modo de pañuelo que colocar en su boca dispuesto a salir corriendo.*
Elaine Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Las emociones nublan el juicio (privado)
—Dritt no!!!…— demasiado tarde. Ese gas era muy potente, no sabía si ya habría matado a la niña, pero tendría que intentarlo. En las alforjas tenían pellejos de agua, los vació mientras corría hacia dentro con ellos, ahora que estaban llenos de aire, podrían dar una bocanada o dos, eso les conseguiría un par de minutos. Se movió rauda saltando por encima de los cadáveres y alcanzando al bastardo cuando acababa de encontrar a la niña al fondo de la gruta, sabía que necesitaba respirar y le tendió un pellejo, respirando ella también un poco por la boca acoplándola al orificio de la cantimplora.*
Los ojos me lloraban, cargaba con el pequeño cuerpo inerte de la niña, pero la tos me sobrevino de pronto, incapaz de avanzar, empecé a tambalearme cuando entre la bruma verde apareció la hija del general Ulf que con una cantimplora vacía trataba de decirme que respirara su aire. Llevé mis labios a ella y di una bocanada que hinchó mis pulmones, suficiente para acabar de recorrer el camino que nos llevó al exterior para tomar aire fresco.
Dejé a la cría en el suelo, no respiraba, tensé le gesto mientras miraba a Erika, no es que supiera mucho de medicina, peor su madre era medico o algo parecido así que esperaba que me ayudara. Llevé mis labios a la boca de la cría insuflándole aire y rápidamente Erika colocó sus manos en el pecho de la criatura, ella estaba ahora en las manos de los dioses.*
— un, dos, tres… insufla!!… un, dos, tres…— iba marcando el ritmo mientras presionaba con ambas manos sobre el tórax de la pequeña y Dritt le insuflaba aire rítmicamente. Agachó la cabeza y pegó la oreja a la piel… aún nada. Siguió así durante los treinta segundos más largos de su vida y cuando iba a dejarlo estar, pasando de la angustia a la pena, la niña dio una bocanada de aire y tosió, ahogada por el gas, pero viva. Erika se dejó caer hacia atrás pasándose la mano por la cara y exhalando el aire con alivio.— ya está… tranquila… estás bien.— Lund estaba con su hijo, inspeccionando sus heridas, que no eran pocas, y Ulf montaba a Sirius sobre un caballo para transportarlo, Elaine había cambiado de forma de nuevo y portaba una camisa rota por encima de su piel desnuda, estaba muy preocupada por Sirius y no se estaba fijando en que su costado estaba abierto por unas cuchilladas bañadas en plata, eso le iba a costar de sanar.
La comitiva partió hacia a Akershus, y por una vez lo mejor parados habían sido los guerreros, Dritt con heridas leves y Erika indemne.*
Los ojos me lloraban, cargaba con el pequeño cuerpo inerte de la niña, pero la tos me sobrevino de pronto, incapaz de avanzar, empecé a tambalearme cuando entre la bruma verde apareció la hija del general Ulf que con una cantimplora vacía trataba de decirme que respirara su aire. Llevé mis labios a ella y di una bocanada que hinchó mis pulmones, suficiente para acabar de recorrer el camino que nos llevó al exterior para tomar aire fresco.
Dejé a la cría en el suelo, no respiraba, tensé le gesto mientras miraba a Erika, no es que supiera mucho de medicina, peor su madre era medico o algo parecido así que esperaba que me ayudara. Llevé mis labios a la boca de la cría insuflándole aire y rápidamente Erika colocó sus manos en el pecho de la criatura, ella estaba ahora en las manos de los dioses.*
— un, dos, tres… insufla!!… un, dos, tres…— iba marcando el ritmo mientras presionaba con ambas manos sobre el tórax de la pequeña y Dritt le insuflaba aire rítmicamente. Agachó la cabeza y pegó la oreja a la piel… aún nada. Siguió así durante los treinta segundos más largos de su vida y cuando iba a dejarlo estar, pasando de la angustia a la pena, la niña dio una bocanada de aire y tosió, ahogada por el gas, pero viva. Erika se dejó caer hacia atrás pasándose la mano por la cara y exhalando el aire con alivio.— ya está… tranquila… estás bien.— Lund estaba con su hijo, inspeccionando sus heridas, que no eran pocas, y Ulf montaba a Sirius sobre un caballo para transportarlo, Elaine había cambiado de forma de nuevo y portaba una camisa rota por encima de su piel desnuda, estaba muy preocupada por Sirius y no se estaba fijando en que su costado estaba abierto por unas cuchilladas bañadas en plata, eso le iba a costar de sanar.
La comitiva partió hacia a Akershus, y por una vez lo mejor parados habían sido los guerreros, Dritt con heridas leves y Erika indemne.*
Sirius Cannif- Hechicero Clase Alta
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