Sous le ciel de Paris - Layla, privado.

por **Sorin Madej** Mar Abr 10, 2018 7:48 pm

Ni siquiera era Medianoche, Sorin prefería esperar a las primeras horas de la madrugada para salir a recorrer las calles de París, cuando la mayoría de gente inocente descansaba en la seguridad de sus casas y solo cazadores y presas se movían con total libertad. Sin embargo, aquella noche, el vampiro no buscaba a las hermanas Cléirigh, debía confiar en que sabrían cuidarse solas hasta la salida del sol, pues él había concertado una cita con la señorita Fitzsimmons con la esperanza de compartir con ella las últimas novedades de sus ajetreadas vidas.

Sorin tuvo que pasear entre los ciudadanos más rezagados, aquellos que llegaban tarde a sus casas o trabajaban de noche. El olor a sangre era fuerte y tan tentador como siempre, pero él había sido lo bastante previsor como para darse un festín la noche anterior... maleantes, quizá no la mejor sangre, pero la más fácil de derramar. Nunca había sido exigente, podía conformarse con eso.

Debía esperar a Layla en el Pont Neuf, el más antiguo de los puentes que cruzaba el Sena. Siempre se veían en el mismo sitio, a medio camino entre la orilla derecha y la Île de la Cité, un lugar privilegiado desde el que podía ver las altas torres de la catedral de Notre Dame y resguardarse a la sombra de la Conciergerie.

Sorin siempre había encontrado curioso lo lleno de vida que estaba aquel pequeño rincón de la ciudad, considerando el pasado tan oscuro que escondía. Sus ojos se fijaron en las oscuras paredes que habían sido la terrible prisión y recorrió en silencio los primeros metros del puente antes de encaramarse al murete y caminar con perfecto equilibrio sobre las estrechas piedras que protegían a los viandantes de caer al Sena.

No tardó en oler a Layla, su esencia cada vez más fuerte, era fácilmente reconocible, aunque había algo distinto en ella que Sorin aún no podía identificar. No se volvió, esperando que ella se hiciera notar cuando llegara a su altura, pero dejó de pasear, observando el río que serpenteaba a través de la ciudad. Sus pies cada vez más cerca del precipicio.

por **Layla S. Fitzsimmons** Lun Abr 16, 2018 8:50 pm

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Layla aprovecho la salida de Lacey para ir por Gilbert, él regresaba de un largo y cansado viaje seguramente se moría de ganas por verlo de nuevo pero también tenía que hablar con Sorin, el vampiro que solía vigilar su casa pero no precisamente para cuidar de todos en ella si no que su misión era encargarse de que a Lacey no le faltará nada ni le pasara nada, vaya trabajo tenía el pobre vampiro, cuidar de una cazadora.

Había dejado casi todo preparado para la tan esperada llegada de su gran amor, la cama perfecta, el baño también solo calentaría un poco de agua para que este estuviera más que perfecto además de que cocinaría el platillo favorito del general Lafayette así que la cita debía de ser lo más rápido posible pues Layla no estaba segura de cuánto tiempo tardaría Lacey en regresar junto con su tutor.

La noche estaba un poco fría por lo que la hechicera agarro un sencillo chal para poder taparse no solo los hombros y cuello si no la cabeza también, también quería pasar desapercibida aunque sabía que a esa hora casi nadie pasaría a verla además de que el lugar a citarse es el mismo en el que lo han hecho tantas veces, nunca antes había salido algo mal. A paso veloz se acercaba cada vez más, alcanzo a notar a un hombre caminando por arriba de los cimientos del puente, obviamente se trataba de Sorin.

Se detuvo un momento para apreciarlo antes de seguir caminando y finalmente llegar hasta su altura -Espero que caigas y te duela demasiado- comento amigablemente -Buenas Noches Sorin-.

por **Sorin Madej** Lun Abr 16, 2018 9:13 pm

Sorin no se sorprendió cuando la voz de la hechicera sonó a sus espaldas, llevaba un buen rato escuchando sus pasos en la oscuridad. En lugar de amedrentarse por la provocación de Layla, el vampiro esbozó una sonrisa ladeada y levantó una pierna, manteniéndose en equilibro durante unos instantes, antes de volverse para mirar a la mujer que ahora lo acompañaba. — Lo dudo. Si me caigo, el agua amortiguará la caída. — En cierta forma, era casi tentador, pues no había dejado de extrañar el mar. Hacer de niñera jamás había sido su verdadera pasión, navegar, en cambio...

Dejó escapar un suspiró antes de verse embargado por la nostalgia y en lugar de bajar para acompañar a Layla en la acera, extendió una mano al frente. — ¿No quieres acompañarme? Al contrario que tú, mis intenciones son puras. No te dejaré caer. — Los humanos siempre eran tan rudos, tan poco gentiles. Quizá era cosa del tempo en el que vivían, o quizá era un deseo desesperado por parecer irreverentes.

Nunca se había preocupado por entenderlos.

— ¿Es apropiado desear mala fortuna a tus allegados? — Esperó paciente a que Layla tomara una decisión sin dejar de ofrecerle su mano. Sabía que debía ponerse al día con ella antes de que su ¿amante? regresara del sur. La bruja deseaba verlo saltar de un puente, pero, comparada con Gilbert y Lacey, era quién menos mal le deseaba. — ¿Cómo va todo? Hace tiempo que no veo a Lacey.

por **Layla S. Fitzsimmons** Jue Mayo 03, 2018 5:49 pm

La hechicera observo fijamente al vampiro antes de tomar su decisión de si o acompañaba en esas alturas o se quedaba debajo, al mismo tiempo que escuchaba su conversación y finalmente tras suspirar acepto la invitación tomando la mano de este para poder sostenerse con él, tras dar un pequeño empujoncito se encontraba también ahí arriba junto a él y se movió solo un poco hasta que logro tener equilibrio.

-Jamás te desearía una mala fortuna, no lo haría con quien cuida tanto de Lacey- la chica también se había ganado el cariño de la hechicera desde el primer momento en que la conoció, tal vez porque se veía muy reflejada en ella, recordaba cómo fue su adolescencia al perder a sus padres y no permitiría que ella pasará malos ratos como Layla los tuvo antes de llegar a manos del general Washington.

La noche era un poco fría así que un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo de Layla haciendo que instintivamente se auto abrazara un poco y frotara sus brazos para que su cuerpo se calentará un poco - Todo va bien con Lacey, lamento decirte que estos últimos días ha tomado casi todo su tiempo a cazar a los de tu especie- sabía lo mucho que eso afectaba a Sorin pero desgraciadamente a eso era lo que la chica se dedicaba -Pero dime ¿Por qué me citaste? ¿Sucede algo?- esa era la gran incógnita de la noche para la mujer que a pesar de tener una pequeña chalina sobre la cabeza, unos cuantos cabellos lograban escapar con el viento que soplaba.

por **Sorin Madej** Jue Mayo 03, 2018 6:06 pm

Sorin ayudó a Layla a encaramarse al muro para quedar a su lado. No le resultó difícil, su fuerza era sobrehumana y la mujer no era precisamente pesada. Cuando estuvo arriba, no la soltó enseguida, temeroso de que pudiera perder el equilibrio, mantuvo el contacto hasta que ella se acomodó y entonces dejó que se mantuviera sola.

El tacto de la hechicera era cálido, quizá demasiado, pues Sorin era muy sensible a la temperatura. Él siempre estaba frío.

— No me deseas fortuna, pero has dicho que esperabas que cayera y me doliera... No lo comprendo, ¿Se supone que es gracioso? — Los humanos nunca tenían mucho sentido cuando decidían abrir la boca, Sorin hacía esfuerzos por entender, pero a menudo fracasaba.

Cuando Layla se abrazó el cuerpo, él alargó la mano otra vez y sostuvo su codo para asegurarla. — ¿Quieres mi chaqueta? Piensa que yo no siento frío. — Si se la quitaba, no sentiría demasiada diferencia. Saber de Lacey lo disgustó ligeramente, pero intentó que no se notara, solo podía desear que esos vampiros a los que había dado caza se merecieran el destino que les había tocado. Cada vez que recordaba la profesión de la muchacha, no podía evitar sentirse culpable. — Rayis ha vuelto. — Negó ligeramente con la cabeza. Lacey y su hermana eran las últimas descendientes de la vampira, ella no les quería ningún mal, pero Sorin no sabía como cambiarían las cosas ahora que estaba allí. — Ha despertado y a venido en mi encuentro. Por supuesto se preocupa por su familia, quería saber que había sido de ellas... Temo que intente acercarse a Lacey.

por **Layla S. Fitzsimmons** Sáb Jun 02, 2018 12:31 pm

Cuando Sorin la toco para ayudarla a mantener el equilibrio sintió aún más frío pues eso era normal en un vampiro pero jamás se acostumbraría -No te apures, el frío pasará en lo que mi cuerpo se acostumbra- le sonrió un poco sin saber que lo que el vampiro diría a continuación le borraría la sonrisa por completo del rostros.

Layla estaba familiarizada con el gran pasado de Lacey, eso era algo que la misma muchacha desconocía pero había tanta historia que para que ella pudiera enterarse de todo le tomo más de una semana y eso que esta consiente de que no esta tan enterada de todas las líneas de la historia como debería -Sabes algo, si necesitaré tu chaqueta- no, el frío no se iría pronto al contrario, la noticia la había dejado helada, literal.

Suspiró un par de veces pues no dejaba de pensar que tendría que contarle todo al gran amor de su vida, decirle que se ven secreto con un vampiro debido al pasado de Lacey, no estaba segura si eso llegara a perdonárselo - Rayis ha vuelto…- repitió las palabras para ella misma y después su mirada se fue directa a Sorin - Será peligroso si se acerca a Lacey, puede desencadenar tantas cosas- ahora si se encontraba preocupada y el estomago le dolía un poco -Tenemos que ir a hablar los dos con Gilbert primero- no habría otra manera, no se le ocurría que más hacer.

Por supuesto que Layla corría el riesgo que Gilbert no le perdonara aquello pues no era la primera vez que le ocultaba información pero la hechicera siempre pensó que mantenerlo oculto era lo que protegería a Lacey pues jamás se imaginó que después de tanto tiempo a Rayis se le ocurriera despertar justo en estos tiempo.

por **Sorin Madej** Sáb Jun 02, 2018 8:05 pm

Sorin deshizo con cuidado los botones de su chaqueta, se la quitó y se la puso a Layla sobre los hombros, consciente de cuanto la había alterado la noticia sobre el regreso de Rayis. Él también lo sentía, podía ser peligroso, Rayis quería a su familia, pero Lacey no apreciaba a los vampiros.

— Lacey podría no tomar bien la noticia y entonces intentaría algo muy estúpido contra su antepasada... Es culpa mía, yo hice que odiara a los vampiros. — Esa nunca fue su intención, él solo había intentado protegerla, pero cometió un error y la madre de las chicas murió sin que pudiera evitarlo.

Sonri supuso que no debieron de haber mentido, las mentiras solo llevaban a más mentiras y ahora no solo el futuro de Lacey corría peligro, también el de Layla y el cazador con el que ambas vivían. — ¿Quieres decírselo? Tal vez él no se lo vaya a tomar bien. Le has estado mintiendo. — El vampiro ya había arruinado suficientes vidas la noche que intervino en la vida de Lacey por primera vez. El cazador no le gustaba, pero era la única familia que a la humana le quedaba y la bruja lo amaba. — ¿Estás segura de que es una buena idea?

Mantuvo sus ojos en Layla, deslizando sus pies sobre la estrecha superficie por la que ambos caminaban, si ella tropezaba, Sorin la atraparía deprisa, siempre estaba atento, por supuesto, pero mientras tal cosa no ocurriera, él necesitaba moverse, la situación era demasiado grave y caminar siempre le había ayudado a pensar.

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