AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Here I am [Soren]
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Here I am [Soren]
Recuerdo del primer mensaje :
El dia habia transcurrido de una manera tortuosamente lenta, el tiempo se habia convertido ahora en su mas temido y respetado enemigo, rogaba a veces al cielo que transcurriera con mas lentitud y otras que avanzara sin aquel sosiego que parecía embargarlo siempre que deseaba rapidez, aquel dia no era la excepción quería que el sol se ocultase ya y asi poder salir en búsqueda de aquella tienda que por dueño tenia a un vampiro, suponía, que de dia no lograría encontrarlo a el sino algun ayudante, quizas el mismo que le habia ayudado a hacer la comida de la velada.
Salio de su piso con la camisa blanca y el chaleco negro por encima, bajando los peldaños a grandes zancadas, aquellos a pedazos se caían y arrastraban consigo el murmuro de las voces de antaño, a veces temia que lo que se hablaba arriba resbalase hasta el primer piso directo a oídos de cualquier transeúnte. Salio varias horas antes del ocaso por temor de no dar con prontitud con la tienda y que entonces, cuando quería que el tiempo cesase de andar este comenzara a hacerlo con mayor prisa.
-disculpe- abordo a un señor que pasaba por la calle -¿sabe donde esta la tienda de antigüedades?- le cuestiono recibiendo un bufido y una negación por respuesta, el señor paso de largo con un andar presuroso, al parecer el tiempo también a el lo agobiaba, un divertido juego debía ser aquel para decidir hacerlo con la mayoría de las personas.
-doamna…podría indicarme ¿Dónde queda la tienda de antigüedades?- le cuestiono a una señora de porte ostentoso, supuso que debería saber dado que sus telas y objetos parecían ser piezas de arte de algun museo de tierras lejanas, la señora asintió dándole las indicaciones a duras penas, negando y repitiéndolas, cambiando siempre algun detalle –no debería tardar en llegar- le indico antes de marcharse con aquel pomposo andar y vaivén de caderas. Suspiro andando por las calles indicadas en un tormentoso silencio.
La ultima vez que se habían visto se habían quedado dormidos, el carruaje habia llegado antes del ocaso de modo que habia tenido que marcharse sin despedirse, habia entregado al caballo y habia emprendido el camino de regreso, durmiendo la mayor parte del tiempo y recibiendo los mismo cuidados. Dejo caer la nuca sobre la espalda observando los nombres de los puestos que se alzaban de un lado a otro de la calle, se fijo entonces en uno diferente del resto y se imagino co claridad a Soren dentro de el.
Toco a la puerta intentando abrirla aunque esta parecía estar cerrada, pego el oído a la puerta tocando nuevamente –hola…- llamo en voz baja alejándose unos pasos para inspeccionar el lugar desde afuera.
El dia habia transcurrido de una manera tortuosamente lenta, el tiempo se habia convertido ahora en su mas temido y respetado enemigo, rogaba a veces al cielo que transcurriera con mas lentitud y otras que avanzara sin aquel sosiego que parecía embargarlo siempre que deseaba rapidez, aquel dia no era la excepción quería que el sol se ocultase ya y asi poder salir en búsqueda de aquella tienda que por dueño tenia a un vampiro, suponía, que de dia no lograría encontrarlo a el sino algun ayudante, quizas el mismo que le habia ayudado a hacer la comida de la velada.
Salio de su piso con la camisa blanca y el chaleco negro por encima, bajando los peldaños a grandes zancadas, aquellos a pedazos se caían y arrastraban consigo el murmuro de las voces de antaño, a veces temia que lo que se hablaba arriba resbalase hasta el primer piso directo a oídos de cualquier transeúnte. Salio varias horas antes del ocaso por temor de no dar con prontitud con la tienda y que entonces, cuando quería que el tiempo cesase de andar este comenzara a hacerlo con mayor prisa.
-disculpe- abordo a un señor que pasaba por la calle -¿sabe donde esta la tienda de antigüedades?- le cuestiono recibiendo un bufido y una negación por respuesta, el señor paso de largo con un andar presuroso, al parecer el tiempo también a el lo agobiaba, un divertido juego debía ser aquel para decidir hacerlo con la mayoría de las personas.
-doamna…podría indicarme ¿Dónde queda la tienda de antigüedades?- le cuestiono a una señora de porte ostentoso, supuso que debería saber dado que sus telas y objetos parecían ser piezas de arte de algun museo de tierras lejanas, la señora asintió dándole las indicaciones a duras penas, negando y repitiéndolas, cambiando siempre algun detalle –no debería tardar en llegar- le indico antes de marcharse con aquel pomposo andar y vaivén de caderas. Suspiro andando por las calles indicadas en un tormentoso silencio.
La ultima vez que se habían visto se habían quedado dormidos, el carruaje habia llegado antes del ocaso de modo que habia tenido que marcharse sin despedirse, habia entregado al caballo y habia emprendido el camino de regreso, durmiendo la mayor parte del tiempo y recibiendo los mismo cuidados. Dejo caer la nuca sobre la espalda observando los nombres de los puestos que se alzaban de un lado a otro de la calle, se fijo entonces en uno diferente del resto y se imagino co claridad a Soren dentro de el.
Toco a la puerta intentando abrirla aunque esta parecía estar cerrada, pego el oído a la puerta tocando nuevamente –hola…- llamo en voz baja alejándose unos pasos para inspeccionar el lugar desde afuera.
Última edición por Anuar Dutuescu el Dom Dic 26, 2010 10:59 pm, editado 2 veces
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
-es irónico…amar a quien lo esta- le indico sonriendo de medio lado, entrecerró los ojos al sentir sus labios contra los propios, colocando sus manos sobre su cintura e impulsándole con suavidad hacia atrás –si no me dejas levantarme jamás terminaremos- asevero con firmeza y no asi seriedad, por que una absurda sonrisa surcaba su rostro de hito en hito, dejando entre ver aquella perlada dentadura que solo Soren era capaz de hacer aparecer con tanta frecuencia -¿tienes algun objeto de algun ilustre? ¿o algun bien de alguien interesante a quien has conocido?- le cuestiono entonces con curiosidad, porque quería conocer y escuchar las mil y un aventuras que aquellos objetos tenían por contar, quería saber de donde venían, que habían presenciado y quienes sus dueños habían sido, asi, recuerdos y personas jamás morirían y los objetos permanecerían hasta la eternidad como vestigios de lo que habia sido y no siendo ya jamás se quedaría en el olvido.
-haría cualquier cosa por ti…si en eso esta golpear a alguien no se si deba sentirme orgulloso de darte un si por respuesta- murmuro observando el rubor de sus mejillas y no pudo evitar plantar un beso en ambos pómulos –aunque no encuentro alguna situación por la cual pelearía por ti, quizas si un bruja te rapta y encierra en una torre alta, iria entonces por ti en mi blanco corcel- rio por lo bajo ladeando el rostro, desconocía el motivo por el cual prefería pensar en si mismo como el príncipe y no la doncella, debía suponer que lo mismo ocurria con Soren aunque, aveces no era del todo desagradable imaginarse en aquellos escualitos brazos siendo salvado.
-deberia entonces aprender algo de defensa personal- sonrio de medio lado, quizas como los monjes budistas que y pese a engrandecer su alma en la paz conocían cada técnica de combate habida y por haber y mas aun las mejoraban a cada generación, debía ser difícil aprender a ver con el dichoso tercer ojo, elevar el alma a una plano espiritual, hacer viajes astrales a la luna y los fondos de los mares, debía ser difícil mas no imposible, por que como bien habia aprendido nada era imposible.
-¿comenzamos ya a arreglar esto?- le cuestiono observando el tiradero de piezas de diversos colores y texturas.
-haría cualquier cosa por ti…si en eso esta golpear a alguien no se si deba sentirme orgulloso de darte un si por respuesta- murmuro observando el rubor de sus mejillas y no pudo evitar plantar un beso en ambos pómulos –aunque no encuentro alguna situación por la cual pelearía por ti, quizas si un bruja te rapta y encierra en una torre alta, iria entonces por ti en mi blanco corcel- rio por lo bajo ladeando el rostro, desconocía el motivo por el cual prefería pensar en si mismo como el príncipe y no la doncella, debía suponer que lo mismo ocurria con Soren aunque, aveces no era del todo desagradable imaginarse en aquellos escualitos brazos siendo salvado.
-deberia entonces aprender algo de defensa personal- sonrio de medio lado, quizas como los monjes budistas que y pese a engrandecer su alma en la paz conocían cada técnica de combate habida y por haber y mas aun las mejoraban a cada generación, debía ser difícil aprender a ver con el dichoso tercer ojo, elevar el alma a una plano espiritual, hacer viajes astrales a la luna y los fondos de los mares, debía ser difícil mas no imposible, por que como bien habia aprendido nada era imposible.
-¿comenzamos ya a arreglar esto?- le cuestiono observando el tiradero de piezas de diversos colores y texturas.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Hizo un puchero cuando tuvo que aceptar que debía dejar que se levantara, sintiéndose aún más contento (si eso era posible) por escuchar ese verbo que antes tanto miedo le causaba. Ya no recordaba cuantas veces Anuar le había dicho que lo amaba y Soren apenas una, quizás con el tiempo sería capaz de volverlo a pronunciar. Se levantó lentamente dejando libre al chico y sentandose en el suelo buscando con la mirada algo para mostrarle.
-¡Si! - Exclamó –Hay muchas cosas, por ejemplo mira esto – Se inclinó hacía un lado y agarró lo que parecía una roca de unos 20 centímetros, de color oscuro, casi negro – Esta piedra era usada por un antiguo Rey Español, su nombre era Alfredo segundo, según los escritos que he leído al respecto y las averiguaciones que he hecho, el rey la usaba para recostar sus brazos y pensar, también dicen que sobre ella se inclinó para besar a un amor prohibido que tuvo a espaldas de su esposa, dicen que amaba a una esclava Africana que le servía -
Soren levantó la piedra que pesaba más de 20 kilos como si fuera una pluma y se la ofreció a Anuar - ¿Te lo imaginas? Casi 600 años atrás esta piedra presenció un amor prohibido y ayer... sirvió para quebrarme la cabeza cuando cayó de la estantería – Esta vez dejó escapar una risita – Me dejó inconsciente por un buen rato – Agregó sonriendo, como si recordar algo así fuese gracioso.
- Entonces si pelearías por mi – Dijo alzando las cejas y mostrando una fingida expresión arrogante - ¡Y contra una bruja! - Agregó, inflando el pecho con orgullo – Y entonces me rescatarías en tu...¡espera! - Exclamó frunciendo el ceño - ¿Me estás comparando con una delicada princesa? - Exclamó colocando la piedra en el suelo y agarrándo a Anuar por los hombros - ¿Te parece esta cara tan mal afeitada la de una princesa? - Inquirió fingiendo seriedad.
-¡Si! - Exclamó –Hay muchas cosas, por ejemplo mira esto – Se inclinó hacía un lado y agarró lo que parecía una roca de unos 20 centímetros, de color oscuro, casi negro – Esta piedra era usada por un antiguo Rey Español, su nombre era Alfredo segundo, según los escritos que he leído al respecto y las averiguaciones que he hecho, el rey la usaba para recostar sus brazos y pensar, también dicen que sobre ella se inclinó para besar a un amor prohibido que tuvo a espaldas de su esposa, dicen que amaba a una esclava Africana que le servía -
Soren levantó la piedra que pesaba más de 20 kilos como si fuera una pluma y se la ofreció a Anuar - ¿Te lo imaginas? Casi 600 años atrás esta piedra presenció un amor prohibido y ayer... sirvió para quebrarme la cabeza cuando cayó de la estantería – Esta vez dejó escapar una risita – Me dejó inconsciente por un buen rato – Agregó sonriendo, como si recordar algo así fuese gracioso.
- Entonces si pelearías por mi – Dijo alzando las cejas y mostrando una fingida expresión arrogante - ¡Y contra una bruja! - Agregó, inflando el pecho con orgullo – Y entonces me rescatarías en tu...¡espera! - Exclamó frunciendo el ceño - ¿Me estás comparando con una delicada princesa? - Exclamó colocando la piedra en el suelo y agarrándo a Anuar por los hombros - ¿Te parece esta cara tan mal afeitada la de una princesa? - Inquirió fingiendo seriedad.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Observo la colosal piedra con atención, imaginándose aquel corto relato lleno de tragedias y pasiones, abismos insensatos y vorágines de emociones, se imaginaba al rey gobernando con su esposa a un lado suyo, una mujer justa aunque quizas algo frívola, llegando inclusive a la frigidez, se imaginaba por otro lado a la esclava, con la piel como el chocolate y los ojos de almendra, una mulata de negros y rizados cabellos cayendo sobre su pecho, de piernas flacas y anchas caderas, con la juventud a flor de piel y la sabiduría que el tiempo no otorgaba sino las experiencia, se la imaginaba alegre, soñadora y aventurera, esclava en un mundo al cual no pertenecía era, del materia del que los sueños se tejían.
Observo la piedra sin atreverse a sujetarla, Soren la hacia lucir liviana mas no estaba seguro de poder con aquel peso sobre sus manos, quizas le haría perder el equilibrio y caer de bruces al suelo o, en el peor de los casos soltarla y aplastarse los pies –a presenciado ahora dos- murmuro con calma observando el objeto, no se imaginaba como alguien podia sobrevivir a un golpe de aquel objeto aunque, si habia salido de pie después de un disparo de escopeta aquel lucia como un juego de niños.
Asintió agitando el flequillo sobre su frente, se solto con un rápido movimiento sacudiéndose los hombros con fingida indiferencia –te recomiendo que no me mal trates, mira que me sacas de quicio y quizas te enseñe como te defendería- solto con fingida soberbia observando de soslayo la sanguinolenta palma de su mano, la herida seguía abierta mas el flujo habia cesado, la sangre seca se cernía alrededor del corte como un tapón orgánico.
-¿es acaso que estas insinuando que debería ser yo la princesa?- le cuestiono con el entrecejo fruncido al grado en que, sus cejas se mantenían divididas solo por un diminuto surco.
Observo la piedra sin atreverse a sujetarla, Soren la hacia lucir liviana mas no estaba seguro de poder con aquel peso sobre sus manos, quizas le haría perder el equilibrio y caer de bruces al suelo o, en el peor de los casos soltarla y aplastarse los pies –a presenciado ahora dos- murmuro con calma observando el objeto, no se imaginaba como alguien podia sobrevivir a un golpe de aquel objeto aunque, si habia salido de pie después de un disparo de escopeta aquel lucia como un juego de niños.
Asintió agitando el flequillo sobre su frente, se solto con un rápido movimiento sacudiéndose los hombros con fingida indiferencia –te recomiendo que no me mal trates, mira que me sacas de quicio y quizas te enseñe como te defendería- solto con fingida soberbia observando de soslayo la sanguinolenta palma de su mano, la herida seguía abierta mas el flujo habia cesado, la sangre seca se cernía alrededor del corte como un tapón orgánico.
-¿es acaso que estas insinuando que debería ser yo la princesa?- le cuestiono con el entrecejo fruncido al grado en que, sus cejas se mantenían divididas solo por un diminuto surco.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Pensar en tenía un 'amor prohibido con un humano le habría dado pesadillas meses atrás, pero ahora que se encontraba actualmente teniendo un romance de ese tipo, lo que le producía era mucho más variado. El miedo a ser descubierto era un factor importante para empezar, pues todo estaba en contra de ellos, desde las diferentes especies, hasta el género, pero ese mismo factor convertía a la relación en una emocionante aventura diaria. Y a cada momento descubría que se volvía un adicto a esa adrenalina.
Seguramente al rey Alfredo segundo, le habría parecido más emocionante verse a escondidas con su amante Africana, que hacer el amor todas las noches con su mujer.
Arqueó las cejas sorprendido y luego divertido con la respuesta de Anuar. ¿Que le enseñaría que?, tuvo que contenerse para no reír con ganas o para no comerselo besos. Anuar no era conocido por su fuerza y destreza a la hora de luchar y resultaba bastante cómico (además de adorable) que lo retara.
-¿En serio? ¿Y que harás? ¿Meterme un pincel por los agujeros de la nariz? - Bromeó, conteniéndo la risa, intentando parecer serio cuando hablaba de los pinceles en la nariz – Nunca se sabe... eso podría hacerle perder la concentración a un enemigo en una batalla... imaginate tratando de disparar un Shotgun calibre 32, con un par de pinceles en la nariz o imaginate intentando hacer un movimiento de Kenjutsu con tu katana con dos pinceles en tu nariz...-
- Mmmm... podríamos comprobarlo ya mismo monsieur Dutuescu – Comentó con una sonrisa maliciosa. - ¿Se atreve a descubrirlo? -
Seguramente al rey Alfredo segundo, le habría parecido más emocionante verse a escondidas con su amante Africana, que hacer el amor todas las noches con su mujer.
Arqueó las cejas sorprendido y luego divertido con la respuesta de Anuar. ¿Que le enseñaría que?, tuvo que contenerse para no reír con ganas o para no comerselo besos. Anuar no era conocido por su fuerza y destreza a la hora de luchar y resultaba bastante cómico (además de adorable) que lo retara.
-¿En serio? ¿Y que harás? ¿Meterme un pincel por los agujeros de la nariz? - Bromeó, conteniéndo la risa, intentando parecer serio cuando hablaba de los pinceles en la nariz – Nunca se sabe... eso podría hacerle perder la concentración a un enemigo en una batalla... imaginate tratando de disparar un Shotgun calibre 32, con un par de pinceles en la nariz o imaginate intentando hacer un movimiento de Kenjutsu con tu katana con dos pinceles en tu nariz...-
- Mmmm... podríamos comprobarlo ya mismo monsieur Dutuescu – Comentó con una sonrisa maliciosa. - ¿Se atreve a descubrirlo? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Intento no dar a conocer su desentendimiento con respecto a lo que el vampiro decía, sabia que existían armas que lanzaban diminutas municiones de plomo por medio de un destello de polvora, mas alla no conocía demasiado de ellas, a excepción de las escopetas que lanzaban decenas de balines suponía que el resto de aquellos objetos se parecía ¿Por qué entonces habia mencionado una shotgun calibre 32 y no cualquier otra? Intento imaginarla, un arma prominente, difícil de mover y aun mas de apuntar mas con una precisión asombrosa y municiones tan grandes que fácilmente le cercenarían a uno un dedo.
En su rostro se dibujo una interrogante al escuchar aquello del kenjutsu, las katanas no suponían problema a la hora de comprender, entendía su funcionamiento e historia –oh…creme que no queras descubrirlo- murmuro mas bien deseando que dejase de hablar de aquellos temas que no comprendía por que y en efecto, era uno de los medios mas fáciles para hacerle sentir nervioso, el no conocer no podia suponer nunca nada bueno, lo dejaba a uno en notoria desventaja y como debía suponerse al joven pelirojo no le gustaba no saber que ocurria a su alrededor y tener aquello controlado, no al grado de ser un compulsivo del orden.
-pero ahora no tengo pinceles ni tu una katana- le indico encogiéndose de hombros como si fuese una completa desilusión aquello, el humano conocía bien sus limitantes, no tenia ni la fuerza ni agilidad del vampiro mas aprendía con rapidez y habia descubierto en antaño que le bastaba con leer y comprender para poder llevarlo después a la practica –aunque si prometes no romperme ningun hueso…me refiero a que prometo no lastimarte- aseguro sonriendo de medio lado, si tuviese el conocimiento para empezar con un encuentro lo hubiese iniciado mas, las veces que se habia valido a golpes habían sido meros impulsos e instinto, para salvar al corcel y para rescatar a la bruja de rojizos cabellos, aquella ocasión en que Soren le habia visto con el rostro mal trecho.
Le dio un suave empujón para tomar distancia extrañado ante la idea de “pelear” contra quien era su pareja a quien no lograría herir en ningun caso, suponía que aquello seria mal visto en una pareja convencional, que un hombre golpease a una mujer, mas aquel no era el caso y la idea de aprender a defenderse resonaba ahora en su cabeza.
En su rostro se dibujo una interrogante al escuchar aquello del kenjutsu, las katanas no suponían problema a la hora de comprender, entendía su funcionamiento e historia –oh…creme que no queras descubrirlo- murmuro mas bien deseando que dejase de hablar de aquellos temas que no comprendía por que y en efecto, era uno de los medios mas fáciles para hacerle sentir nervioso, el no conocer no podia suponer nunca nada bueno, lo dejaba a uno en notoria desventaja y como debía suponerse al joven pelirojo no le gustaba no saber que ocurria a su alrededor y tener aquello controlado, no al grado de ser un compulsivo del orden.
-pero ahora no tengo pinceles ni tu una katana- le indico encogiéndose de hombros como si fuese una completa desilusión aquello, el humano conocía bien sus limitantes, no tenia ni la fuerza ni agilidad del vampiro mas aprendía con rapidez y habia descubierto en antaño que le bastaba con leer y comprender para poder llevarlo después a la practica –aunque si prometes no romperme ningun hueso…me refiero a que prometo no lastimarte- aseguro sonriendo de medio lado, si tuviese el conocimiento para empezar con un encuentro lo hubiese iniciado mas, las veces que se habia valido a golpes habían sido meros impulsos e instinto, para salvar al corcel y para rescatar a la bruja de rojizos cabellos, aquella ocasión en que Soren le habia visto con el rostro mal trecho.
Le dio un suave empujón para tomar distancia extrañado ante la idea de “pelear” contra quien era su pareja a quien no lograría herir en ningun caso, suponía que aquello seria mal visto en una pareja convencional, que un hombre golpease a una mujer, mas aquel no era el caso y la idea de aprender a defenderse resonaba ahora en su cabeza.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
El vampiro comenzó a imaginarse, como se vería Anuar con el precioso vestido que había pertenecido a la condesa Italiana, conservado desde el siglo 16 en su tienda como reliquia, un precioso vestido con encajes dorados y bordados a manos con hilos que según la historia habían llegado desde medio oriente, desde Nueva Delhi. Se imaginó las delicadas sedas vistiendo con elegancia las piernas de Anuar bajo las enaguas del vestido, la enorme falda cayendo en boleros, como un enorme pastel de avellanas y crema chantilli, el corsé ciniéndose y moldeando la cintura del chico y el corpiño intentando realzar un busto inexistente.
No supo porqué, realmente deseó poder contemplar ese cuadro no sólo en su imaginación sino en la vida real. La curiosidad le embargó por completo ¿Como sería si Anuar fuese una mujer?.
Pero entonces se dio cuenta de que ambos estaban pensando en dos cosas distintas, mientras Soren estaba pensando en ponerle un vestido a Anuar para que quedara como una auténtica princesa que el pudiese salvar, Anuar estaba pensando en clases de defensa personal y quizás manejo de armas. Carraspeó intentando alejar esa visión que se le antojaba adorable de su mente, para asentir a lo que el chico decía. Enseñarle a pelear, tampoco le parecía una mala idea.
Soren había entrenado con buenos maestros en Estocolmo (vampiros por supuesto) y habían ciertas cosas que le resultarían bastante útiles al chico de saberlas utilizar. Sin embargo ese no era un lugar apropiado para una práctica, los objetos desperdigados en el suelo sólo podrían causar accidentes.
- En realidad no estaba... pensando en pelear ahora – Comentó mientras notaba como el chico tomaba distancia – Antes... dijiste que...harías cualquier cosa por mi...bueno... la verdad es que hay algo que... quisiera que hicieras...- Dijo al fin, con la voz entrecortada, si Anuar pensaba que estaba loco y salia corriéndo por la ventana sería sólo su culpa.
No supo porqué, realmente deseó poder contemplar ese cuadro no sólo en su imaginación sino en la vida real. La curiosidad le embargó por completo ¿Como sería si Anuar fuese una mujer?.
Pero entonces se dio cuenta de que ambos estaban pensando en dos cosas distintas, mientras Soren estaba pensando en ponerle un vestido a Anuar para que quedara como una auténtica princesa que el pudiese salvar, Anuar estaba pensando en clases de defensa personal y quizás manejo de armas. Carraspeó intentando alejar esa visión que se le antojaba adorable de su mente, para asentir a lo que el chico decía. Enseñarle a pelear, tampoco le parecía una mala idea.
Soren había entrenado con buenos maestros en Estocolmo (vampiros por supuesto) y habían ciertas cosas que le resultarían bastante útiles al chico de saberlas utilizar. Sin embargo ese no era un lugar apropiado para una práctica, los objetos desperdigados en el suelo sólo podrían causar accidentes.
- En realidad no estaba... pensando en pelear ahora – Comentó mientras notaba como el chico tomaba distancia – Antes... dijiste que...harías cualquier cosa por mi...bueno... la verdad es que hay algo que... quisiera que hicieras...- Dijo al fin, con la voz entrecortada, si Anuar pensaba que estaba loco y salia corriéndo por la ventana sería sólo su culpa.
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Una batalla campal comenzó a pintar sus pensamientos, los cañones resonando tras de si con el sonoro eco de los cascos de los caballos, las balas zumbando en su oído mientras su cuerpo se habría paso hacia las zanjas donde su cuerpo yacería asalvo, un centenar de hombres corrian de un lado a otro mientras el suelo retumbaba y la tierra se alzaba en estelas de denso humo gris, su mirada recorrió el campo, olio la pólvora y la tierra, el olor de la sangre y la victoria.
Diviso a lo lejos aquellos cenizos cabellos ondeándose contra el cálido aire, con las gafas cuarteadas y el rostro temeroso, no supo bien como o en que momento sus piernas le llevaron hasta aquel sitio, plantándose frente al vampiro y el enemigo para blandir su fuerza contra el, se imaginaba salvándole de aquella forma aunque ademas de ser peligroso seria un absurdo. Un humano rescatando a un vampiro cuando este podría darle fin al encuentro con un simple golpe, aun asi la visión le arranco una sonrisa involuntaria.
Aterrizo nuevamente en la realidad observando con curiosidad a Soren, captando las palabras que al viento habían quedado, tardo en comprenderlas pues las habia logrado atrapar en un desorden tal que escuchaba ya otras cosas –claro…-murmuro relamiéndose el labio inferior, la curiosidad no tardo en hacerse tangible, sus orbes parecieron destellar con la intensidad de los cañones que habia imaginado, era un soñador y de aquello nada se podia hacer.
-¿Qué seria aquello que quieres que haga?- le cuestiono desanimándose un tanto por no obtener sus clases de defensa en aquel instante, con aquello podría ahorrarse tantos males, quizas el dia de mañana un ladronzuelo le asaltase en una callejuela, el se negaría porque el trato del hombre seria tosco y amargo, intentaría retirarse y entonces, la daga se hundiría en su vientre como un cuchillo en la mantequilla, negó internamente al tratarse también de un pesimista –entonces- murmuro esperando la respuesta.
Diviso a lo lejos aquellos cenizos cabellos ondeándose contra el cálido aire, con las gafas cuarteadas y el rostro temeroso, no supo bien como o en que momento sus piernas le llevaron hasta aquel sitio, plantándose frente al vampiro y el enemigo para blandir su fuerza contra el, se imaginaba salvándole de aquella forma aunque ademas de ser peligroso seria un absurdo. Un humano rescatando a un vampiro cuando este podría darle fin al encuentro con un simple golpe, aun asi la visión le arranco una sonrisa involuntaria.
Aterrizo nuevamente en la realidad observando con curiosidad a Soren, captando las palabras que al viento habían quedado, tardo en comprenderlas pues las habia logrado atrapar en un desorden tal que escuchaba ya otras cosas –claro…-murmuro relamiéndose el labio inferior, la curiosidad no tardo en hacerse tangible, sus orbes parecieron destellar con la intensidad de los cañones que habia imaginado, era un soñador y de aquello nada se podia hacer.
-¿Qué seria aquello que quieres que haga?- le cuestiono desanimándose un tanto por no obtener sus clases de defensa en aquel instante, con aquello podría ahorrarse tantos males, quizas el dia de mañana un ladronzuelo le asaltase en una callejuela, el se negaría porque el trato del hombre seria tosco y amargo, intentaría retirarse y entonces, la daga se hundiría en su vientre como un cuchillo en la mantequilla, negó internamente al tratarse también de un pesimista –entonces- murmuro esperando la respuesta.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Anuar pareció pensárselo por unos momentos, pero acabó aceptando y los ojos de Soren se iluminaron con curiosidad y emoción. Como un chico a punto de realizar una gran travesura. Se levantó del lugar y le indicó que le siguiera, la tienda era una estancia rectangular con varias estanterías, no muy grande en área, pero debido a la cantidad de estanterías y objetos daba la ilusión de que sus corredores eran extensos, ahora con un par de ellas en el suelo, (porque Eric no las había destruido todas) se podía ver que trás el escritorio donde permanecía el dueño, había una pequeña chimenea de piedra encendida y al lado de esta, un par de metros más allá, la puerta que daba con la bodega.
-Ven, sígueme – Le dijo caminando por entre las cosas caídas, procurando no pisar ninguna, tomando uno de los candiles y dirigiéndose a la puerta que daba con la bodega – Luego podremos continuar organizando esto – Le explicó abriendo la puerta de la instancia e iluminándola con el candil.
Puso el candil en alto, para que el lugar quedara adecuado para el ojo humano y se dirigió a la parte de atrás, entre cajas y enormes baúles en donde se guardaban muchos de los objetos que llegaban o que se venderían en el mercado al mes siguiente. Se dirigió a un enorme armario de madera y lo abrió con una delicada llave de plata que traía en el bolsillo. Momentos después se quedó contemplando el interior, sin atreverse a sacar lo que allí había. ¿Y si Anuar se molestaba?.
Carraspeó dudoso pero al final decidió hablar – Quisiera... que te pusieras esto – Y entonces se hizo a un lado para que Anuar pudiese ver, el viejo aunque intacto vestido negro y azul que había pertenecido a tan agraciada mujer siglos atrás – Perteneció a la Condesa Italiana, lo usó sólo una vez... en el funeral de su esposo, el que se presume, ella misma envenenó con una copa de vino -
(( El vestido *-* :
http://www.cloakrenaissance.com/products.aspx?sku=100007163 ))
-Ven, sígueme – Le dijo caminando por entre las cosas caídas, procurando no pisar ninguna, tomando uno de los candiles y dirigiéndose a la puerta que daba con la bodega – Luego podremos continuar organizando esto – Le explicó abriendo la puerta de la instancia e iluminándola con el candil.
Puso el candil en alto, para que el lugar quedara adecuado para el ojo humano y se dirigió a la parte de atrás, entre cajas y enormes baúles en donde se guardaban muchos de los objetos que llegaban o que se venderían en el mercado al mes siguiente. Se dirigió a un enorme armario de madera y lo abrió con una delicada llave de plata que traía en el bolsillo. Momentos después se quedó contemplando el interior, sin atreverse a sacar lo que allí había. ¿Y si Anuar se molestaba?.
Carraspeó dudoso pero al final decidió hablar – Quisiera... que te pusieras esto – Y entonces se hizo a un lado para que Anuar pudiese ver, el viejo aunque intacto vestido negro y azul que había pertenecido a tan agraciada mujer siglos atrás – Perteneció a la Condesa Italiana, lo usó sólo una vez... en el funeral de su esposo, el que se presume, ella misma envenenó con una copa de vino -
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Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Le siguió con tranquilidad pasando por encima de los objetos que llenaban el suelo con color, se imagino como sus dueños debían estarse retorciendo en sus tumbas por tan ruin destino al cual habían ido a parar y todo, por la insensatez de dos vampiros que pretendiendo sentirse seguros habían arruinado memorias intactos hasta entonces, suspiro ampliamente negando mientras cruzaba el marco de la puerta llegaba a la bóveda, sus pupilas se dilataron hasta dolerle, observando los objetos que acomodados y amontonados se alzaban por todo el lugar, cubriendo el suelo y las paredes.
El sonido de la rechinante madera le hizo girar el derredor sobre sus tobillos, acercándose para ver lo que en su interior se resguardaba en la obscuridad, la luz del candil le alumbro de llano obligándole a fruncir el entrecejo y torcer los labios –tienes que estar bromeando- murmuro ciertamente ofendido, retrocedió varios pasos maldiciéndose a si mismo por haberle dicho que cualquier cosa, ahora, debía cumplir su palabra y ponerse aquel horroroso vestido…no era tan horripilante como buen artista debía aceptar la belleza de las cosas, era una prenda simétrica, de tela importada y puntada perfecta, varios detalles que a su ojo escrupuloso no podían pasar desapercibidos.
Acallo todo lo que en su interior se revolvía, porque Soren anhelaba que fuese una mujer, el hubiese deseado enamorase de una dama y no de el o cuando mínimo aquello era lo que su mente le hacia pensar con lo que el vampiro exponía y las cuestiones que el decidía acallar. Mas no podia cuestionarlo el habia conocido los placeres del cuerpo de una mujer, el conocía su intimidad y exuberante belleza, porque el jamás podría poseer anchas caderas o busto renombrado, no vestiría entallados corsés ni altos tacones, sus labios no tendrían aquella tonalidad del labial ni sus mejillas el rubor del maquillaje.
Por el contrario el mismo jamás lo descubriría y no hacia falta tampoco saberlo, no necesitaba comprobar por el placer de una extraña que realmente su corazón le pertenecía a otro, lo sabia sin necesidad de aquellas pruebas. Sonrio amargamente intentando cubrir la tristeza que le embargaba –¿quieres que me lo ponga ahora?- le cuestiono en voz baja intentando mantener aquella sonrisa y brillo en el rostro del vampiro, aunque todo supusiese ser una farsa, porque el no podría ser lo que Soren añoraba.
El sonido de la rechinante madera le hizo girar el derredor sobre sus tobillos, acercándose para ver lo que en su interior se resguardaba en la obscuridad, la luz del candil le alumbro de llano obligándole a fruncir el entrecejo y torcer los labios –tienes que estar bromeando- murmuro ciertamente ofendido, retrocedió varios pasos maldiciéndose a si mismo por haberle dicho que cualquier cosa, ahora, debía cumplir su palabra y ponerse aquel horroroso vestido…no era tan horripilante como buen artista debía aceptar la belleza de las cosas, era una prenda simétrica, de tela importada y puntada perfecta, varios detalles que a su ojo escrupuloso no podían pasar desapercibidos.
Acallo todo lo que en su interior se revolvía, porque Soren anhelaba que fuese una mujer, el hubiese deseado enamorase de una dama y no de el o cuando mínimo aquello era lo que su mente le hacia pensar con lo que el vampiro exponía y las cuestiones que el decidía acallar. Mas no podia cuestionarlo el habia conocido los placeres del cuerpo de una mujer, el conocía su intimidad y exuberante belleza, porque el jamás podría poseer anchas caderas o busto renombrado, no vestiría entallados corsés ni altos tacones, sus labios no tendrían aquella tonalidad del labial ni sus mejillas el rubor del maquillaje.
Por el contrario el mismo jamás lo descubriría y no hacia falta tampoco saberlo, no necesitaba comprobar por el placer de una extraña que realmente su corazón le pertenecía a otro, lo sabia sin necesidad de aquellas pruebas. Sonrio amargamente intentando cubrir la tristeza que le embargaba –¿quieres que me lo ponga ahora?- le cuestiono en voz baja intentando mantener aquella sonrisa y brillo en el rostro del vampiro, aunque todo supusiese ser una farsa, porque el no podría ser lo que Soren añoraba.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
No se atrevió a mirar a Anuar por unos minutos y cuando le escuchó al chico decir que debía ser una broma. Soren sintió el peso de lo que aquello significaba por primera vez. Sus mejillas se colorearon al instante y toda la vergüenza que le suponía imaginar aquello llegó de golpe a la realidad. ¿Pero que demonios estaba haciéndo? ¿Le estaba pidiendo a un hombre que se vistiera de mujer?. Aquello era un escándalo. Jamás se había visto en la historia que algo así ocurriera. Sólo se le venía a la mente la imagen de Juana de Arco desafiando al mundo, usando pantalones y cortandose el cabello como un hombre.
Pero aparte de Japón, cuyas antiguas pinturas Ukyo-e mostraban hermosos y delicados hombres usando kimonos para satisfacer a sus señores feudales, no hallaba una clara referencia Europea de ese tipo de fenómeno. Lo que estaba pidiéndo a Anuar iba más allá del pecado, era una ofensa a la moralidad Cristiana y aunque él no perteneciera a dicha religión, debía ser para Anuar un incómodo paso que no estaba dispuesto a tomar.
-Quizás... me tomé demasiado literal lo que dijiste – Comentó intentando que su voz sonara tranquila. Observó el rostro de Anuar con disimulo, era difícil discernir que pensaba en ese momento, pero algo era claro, estaba sorprendido con la inesperada visión de un vestido. Probablemente la sola idea le repudiaba. Soren inclusive no lograba imaginarse así mismo vestido de mujer.
-No...no... no tienes que hacerlo ahora... hehe -Se apresuró a decir – Y... si es una broma - Agregó parándose frente a Anuar, de espaldas al vestido, buscando con manos temblorosas las puertas de madera para cerrarlo – Es sólo que... estábamos hablando de princesas y me entró curiosidad de saber como...-
Como sería si fueras mujer. ¿Verdad Soren?. Lamentas que sea un hombre a pesar de todo y desearías poder tener entre tus brazos la delicada silueta de una dama y no la tosca figura de un hombre ¿Es eso?.
-Olvidalo... - Dijo al fin negando con la cabeza – Es una locura -
Pero aparte de Japón, cuyas antiguas pinturas Ukyo-e mostraban hermosos y delicados hombres usando kimonos para satisfacer a sus señores feudales, no hallaba una clara referencia Europea de ese tipo de fenómeno. Lo que estaba pidiéndo a Anuar iba más allá del pecado, era una ofensa a la moralidad Cristiana y aunque él no perteneciera a dicha religión, debía ser para Anuar un incómodo paso que no estaba dispuesto a tomar.
-Quizás... me tomé demasiado literal lo que dijiste – Comentó intentando que su voz sonara tranquila. Observó el rostro de Anuar con disimulo, era difícil discernir que pensaba en ese momento, pero algo era claro, estaba sorprendido con la inesperada visión de un vestido. Probablemente la sola idea le repudiaba. Soren inclusive no lograba imaginarse así mismo vestido de mujer.
-No...no... no tienes que hacerlo ahora... hehe -Se apresuró a decir – Y... si es una broma - Agregó parándose frente a Anuar, de espaldas al vestido, buscando con manos temblorosas las puertas de madera para cerrarlo – Es sólo que... estábamos hablando de princesas y me entró curiosidad de saber como...-
Como sería si fueras mujer. ¿Verdad Soren?. Lamentas que sea un hombre a pesar de todo y desearías poder tener entre tus brazos la delicada silueta de una dama y no la tosca figura de un hombre ¿Es eso?.
-Olvidalo... - Dijo al fin negando con la cabeza – Es una locura -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
“Quizas sencillamente la prudencia te flaqueo y eso sea lo que realmente piensas” sintió como su rostro comenzaba a decaer, seguramente una tangible muestra de tristeza era ahora visible en su rostro porque por mucho que intentase le era imposible esbozar una sonrisa, sus labios no se movían sin un visible temblor en ellos, se alejo de la luz del candil aunque el vampiro no necesitaba de ella para verle, se giro tanto cuanto pudo, hasta que su rostro quedo escondido en un rincón.
El pecho se le oprimía con punzadas inusuales, temblaba ante cada inhalación, todos deseaban una mujer en lugar de lo que era, todos preferían otra persona antes que el, no recordaba mas lo sabia, su padre siempre habia deseado una niña y cuando el habia llegado a sus brazos el desprecio se habia hecho tangible mas aun con la llegada de Angeliqué ¿no le habia dicho un sinfín de veces que su presencia no importaba? ¿Qué debía parecerse mas a su hermana y menos a si mismo? Se pregunto entonces como hubiese sido su vida, de haber sido otra persona.
Su padre lo hubiese adorado, seguramente habia impulsado sus estudios en el arte, le hubiera comprado lienzos y pinturas, seguiría en Rumania viviendo con sus padres y si por azares del destino se hubiese topado con aquel vampiro, el vestido que observaba ahora lo podría haber llevado, mas no, las cosas no resultaban ser lo que uno deseaba.
De pronto la bodega le pareció pequeña, asfixiante, como si realmente se hubiese colocado el corsé oprimiéndole el pecho, salió del lugar recobrando el aliento y por primera vez se cuestiono a si mismo, si quien era valia la pena ser, negó internamente apretando los parpados con fiereza, masajeándose las sienes y desplomándose sobre una silla, le pareció escuchar que algo se rompia mas no se molesto en fijarse que era sabia bien que aquello no era externo sino algo mas subjetivo.
Apoyo los codos sobre sus piernas y su rostro lo cubrió con sus manos, aquellas que debían pertenecer a una dama y no a el, quizas era culpa de ellas que todo aquello estuviese ocurriendo -¿preferirías estar con una mujer?- cuestiono al aire sin más, sin rastro alguno de llano o titubeo mas con un fuerte dolor punzándole en el pecho, no se trataba de ya de los celos o la curiosidad ponía en velo de juicio los cimientos de aquella relación.
El pecho se le oprimía con punzadas inusuales, temblaba ante cada inhalación, todos deseaban una mujer en lugar de lo que era, todos preferían otra persona antes que el, no recordaba mas lo sabia, su padre siempre habia deseado una niña y cuando el habia llegado a sus brazos el desprecio se habia hecho tangible mas aun con la llegada de Angeliqué ¿no le habia dicho un sinfín de veces que su presencia no importaba? ¿Qué debía parecerse mas a su hermana y menos a si mismo? Se pregunto entonces como hubiese sido su vida, de haber sido otra persona.
Su padre lo hubiese adorado, seguramente habia impulsado sus estudios en el arte, le hubiera comprado lienzos y pinturas, seguiría en Rumania viviendo con sus padres y si por azares del destino se hubiese topado con aquel vampiro, el vestido que observaba ahora lo podría haber llevado, mas no, las cosas no resultaban ser lo que uno deseaba.
De pronto la bodega le pareció pequeña, asfixiante, como si realmente se hubiese colocado el corsé oprimiéndole el pecho, salió del lugar recobrando el aliento y por primera vez se cuestiono a si mismo, si quien era valia la pena ser, negó internamente apretando los parpados con fiereza, masajeándose las sienes y desplomándose sobre una silla, le pareció escuchar que algo se rompia mas no se molesto en fijarse que era sabia bien que aquello no era externo sino algo mas subjetivo.
Apoyo los codos sobre sus piernas y su rostro lo cubrió con sus manos, aquellas que debían pertenecer a una dama y no a el, quizas era culpa de ellas que todo aquello estuviese ocurriendo -¿preferirías estar con una mujer?- cuestiono al aire sin más, sin rastro alguno de llano o titubeo mas con un fuerte dolor punzándole en el pecho, no se trataba de ya de los celos o la curiosidad ponía en velo de juicio los cimientos de aquella relación.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Cuando Soren creyó que ya todo había quedado arreglado al decir que era una broma, el rostro de Anuar se fue transformando ligeramente en una máscara triste, detalle que no pasó desapercibido ante los ojos del vampiro. No le conocía de toda la vida y sabía que aún faltaban muchas cosas por conocer de él, pero de una cosa si estaba seguro y era de poder reconocer sus cambios de humor, especialmente la tristeza y el rostro que estaba contemplando ahora, era el mismo que había visto en el muelle semanas atrás, esos ojos denotaban la misma tristeza de antaño, aún cuando el resto de su cara no lo demostrara a cabalidad.
Comenzó entonces a creer que, lo que había hecho con el vestido había sido más que un error tonto. Había herido a Anuar, le había molestado y parecía ser por un motivo que él desconocía. Le vio retirarse de la instancia y caminar por la tienda como una especie de zombie, le siguió en silencio sin saber que decir o hacer. ¡Como odiaba ser tan lento para entender ese tipo de cosas!.
Entonces cuando el chico habló fue como si alguien hubiese hecho un disparo en medio de un bosque, ahuyentando así a una parvada de pájaros. Su expresión abatida mientras yacía allí sentado sólo podía significar una cosa:
Que Soren era el más grande de los imbéciles.
En cuestión de segundos estuvo atrás del chico, bordeando su espalda con sus brazos, de pie por detrás de la silla, apoyó su mentón en la coronilla del cabello pelirrojo, percibiéndo su olor y recordando el extraño sueño que había tenido en la cabaña cuando habían pasado ese fin de semana juntos.
- ¿Sabes? Siempre... soñé con el día en que conocería a la mujer perfecta para mi, aquella con la que compartiría el resto de mi eternidad e inclusive la había idealizado en mi mente, sus ojos, sus labios, su cuerpo... - Comenzó a decir sin dejar de abrazarlo – Pero hace unos días en la cabaña, cuando abrí mis ojos y lo primero que vi fue tu rostro dormido a mi lado en la cama... me di cuenta de que tu eras esa persona perfecta – Depositó un beso en la coronilla de su cabello, cerrando los ojos – Nunca creí que lo que me hiciera falta para sentirme pleno... fuera un pintor Rumano y no una bella mujer...– Hizo una pausa para encontrar valor en algún lugar dentro de si mismo – Pero ahora lo se... no importa si eres mujer, hombre o extraterreste... es porque eres tú -
Comenzó entonces a creer que, lo que había hecho con el vestido había sido más que un error tonto. Había herido a Anuar, le había molestado y parecía ser por un motivo que él desconocía. Le vio retirarse de la instancia y caminar por la tienda como una especie de zombie, le siguió en silencio sin saber que decir o hacer. ¡Como odiaba ser tan lento para entender ese tipo de cosas!.
Entonces cuando el chico habló fue como si alguien hubiese hecho un disparo en medio de un bosque, ahuyentando así a una parvada de pájaros. Su expresión abatida mientras yacía allí sentado sólo podía significar una cosa:
Que Soren era el más grande de los imbéciles.
En cuestión de segundos estuvo atrás del chico, bordeando su espalda con sus brazos, de pie por detrás de la silla, apoyó su mentón en la coronilla del cabello pelirrojo, percibiéndo su olor y recordando el extraño sueño que había tenido en la cabaña cuando habían pasado ese fin de semana juntos.
- ¿Sabes? Siempre... soñé con el día en que conocería a la mujer perfecta para mi, aquella con la que compartiría el resto de mi eternidad e inclusive la había idealizado en mi mente, sus ojos, sus labios, su cuerpo... - Comenzó a decir sin dejar de abrazarlo – Pero hace unos días en la cabaña, cuando abrí mis ojos y lo primero que vi fue tu rostro dormido a mi lado en la cama... me di cuenta de que tu eras esa persona perfecta – Depositó un beso en la coronilla de su cabello, cerrando los ojos – Nunca creí que lo que me hiciera falta para sentirme pleno... fuera un pintor Rumano y no una bella mujer...– Hizo una pausa para encontrar valor en algún lugar dentro de si mismo – Pero ahora lo se... no importa si eres mujer, hombre o extraterreste... es porque eres tú -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Se tenso cuando aquellos brazos le sujetaron porque por un segundo le parecieron los de un completo extraño, su tacto le resulto inusualmente ajeno, lejano mas no tuvo la valentía de alejarse porque los necesitaba, necesitaba sentirle ahí hasta acoplarse nuevamente, hasta que su cuerpo se resignara a no negarlo mas, apretó sus manos sobre su rostro conteniendo el enojo, escuchaba el fuerte tamboriteo de su corazón y sentía las sienes a punto de explotarle, un calor inusual contrario a la vergüenza teñía sus mejillas con el color del melocotón.
Era una ira irracional, no contra el vampiro sino contra si mismo, por ser herido ahora con aquella facilidad que antes le hubiese parecido una mala broma, mas comprendía que eran gajes de aquellos momentos de abrupta felicidad, era fácil imaginar que ante una extrema felicidad debía sentirse también un extremo dolor. Habia inclusive dudado sobre su propio valor sobre la razón de su existencia –y aun asi preferirías que fuera una mujer…aunque la farsa durara unos minutos- murmuro con la voz temblorosa y su pecho vibrando en un opaco y estrafalario gris matizado.
-¿y no lo sabias hace cinco minutos? Te dije que haría cualquier cosa por ti y me has pedido ponerme un vestido, lamento no tener largas piernas ni exuberante busto, en verdad lamento que entre tus manos no puedas tener una cintura diminuta cuando me abrazas o que jamás huela a rosas ni resuenen mis pasos por los tacones pero esto es lo que soy…y es lo único que puedo darte- se encontraba ya de pie y de frente a el pues en la medida que las palabras iban saliendo de sus labios se habia zafado de aquel abrazo y levantado de la silla, aunque las piernas le flaqueaban y las manos le temblaban. No pudo evitar imaginarse a Angeliqué junto a Soren, era la mujer mas parecida a el, por lo menos que el conociera, compartían varios rasgos aunque sus cuerpos, como debía ser, eran completamente diferentes lo recordaba cuando la habia abrazado, sus brazos se habían hundido en una sinuosa cintura que no recordaba poseyera antes.
Se cuestiono entonces si de conocerla y saber su oficio podría ocurrir algo entre ambos, se repetía internamente que no, antes lo hubiese dudado por todos los medios ahora no estaba seguro, quizas el placer y deseo físico pudiese mas que otra cosa ¿no habia dicho el mismo que los vampiros se valían por impulsos? Observo en derredor como si buscase la respuesta en algun sitio, aguardo unos segundos que le parecieron eternidades todo pareció comenzar a ser devorado por la obscuridad, se la imagino como un animal aplastando con sus puños el rostro del vampiro ahora lejano, sus pies le llevaban hacia atrás, retrocedía ante el miedo ahora distante, porque su felicidad, alegrías, miedos y tristezas tenían nombre y apellido.
-Soren Kaarkarogf- murmuro, y poseía también su corazón.
Era una ira irracional, no contra el vampiro sino contra si mismo, por ser herido ahora con aquella facilidad que antes le hubiese parecido una mala broma, mas comprendía que eran gajes de aquellos momentos de abrupta felicidad, era fácil imaginar que ante una extrema felicidad debía sentirse también un extremo dolor. Habia inclusive dudado sobre su propio valor sobre la razón de su existencia –y aun asi preferirías que fuera una mujer…aunque la farsa durara unos minutos- murmuro con la voz temblorosa y su pecho vibrando en un opaco y estrafalario gris matizado.
-¿y no lo sabias hace cinco minutos? Te dije que haría cualquier cosa por ti y me has pedido ponerme un vestido, lamento no tener largas piernas ni exuberante busto, en verdad lamento que entre tus manos no puedas tener una cintura diminuta cuando me abrazas o que jamás huela a rosas ni resuenen mis pasos por los tacones pero esto es lo que soy…y es lo único que puedo darte- se encontraba ya de pie y de frente a el pues en la medida que las palabras iban saliendo de sus labios se habia zafado de aquel abrazo y levantado de la silla, aunque las piernas le flaqueaban y las manos le temblaban. No pudo evitar imaginarse a Angeliqué junto a Soren, era la mujer mas parecida a el, por lo menos que el conociera, compartían varios rasgos aunque sus cuerpos, como debía ser, eran completamente diferentes lo recordaba cuando la habia abrazado, sus brazos se habían hundido en una sinuosa cintura que no recordaba poseyera antes.
Se cuestiono entonces si de conocerla y saber su oficio podría ocurrir algo entre ambos, se repetía internamente que no, antes lo hubiese dudado por todos los medios ahora no estaba seguro, quizas el placer y deseo físico pudiese mas que otra cosa ¿no habia dicho el mismo que los vampiros se valían por impulsos? Observo en derredor como si buscase la respuesta en algun sitio, aguardo unos segundos que le parecieron eternidades todo pareció comenzar a ser devorado por la obscuridad, se la imagino como un animal aplastando con sus puños el rostro del vampiro ahora lejano, sus pies le llevaban hacia atrás, retrocedía ante el miedo ahora distante, porque su felicidad, alegrías, miedos y tristezas tenían nombre y apellido.
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Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
¿Preferir a una mujer? Se cuestionó, no se lo había planteado nunca tan directamente, pero cierto era que en el pasado cuando había besado a una y cuando había sentido la suavidad de su cuerpo, le había agradado y le había llevado al éxtasis. Pero con Anuar había descubierto que, no sólo se trataba del éxtasis del cuerpo, había una parte de si mismo a la cual no sabía si llamar alma, que también debía alcanzar un éxtasis y un gozo que la carne no podía otorgar.
¿De no haber conocido a Anuar, se habría enamorado de otra mujer? ¿Habría terminado con sus 200 años de soledad por una mujer?. No, no era el hecho de ser una mujer o no, era el hecho de descubrir en una persona todo lo que había descubierto en Anuar, las cosas que sus palabras le hacían sentir, la reconfortable sensación de que en sus brazos todo iba a salir bien, no era el género, era Anuar mismo el que le haba significado a todo eso que sentía.
-Minutos atrás... sólo tenía curiosidad – Dijo al fin, cuando le escuchó decir aquello y le vió levantarse con esa evidente rabia en su mirada, con las mejillas coloradas por la ira. Le había ofendido en lo más profundo sólo por dejarse llevar por un impulso del momento – No preferiría que fueras nada diferente a lo que ahora eres – Declaró, sin moverse de donde estaba, sintiéndo sus manos ahora vacías sin el tacto de la piel del otro.
Soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil. Maldición. Quizás Eric tenía razón después de todo... sólo le hago sufrir.
-Lamento haberte pedido tal locura... sólo tenía curiosidad de saber como te verías... es todo – Exclamó atropelládamente, ahora sentía ese desagradable nudo en la garganta, porque Anuar estaba enojado y triste, dos sentimientos que Soren odiaba sentir, no quería que el chico sintiera esas cosas por causa suya. Así no era como se suponía que debía ser.
-Lo siento – Repitió con un hilo de voz – Lo has malinterpretado todo... no era eso lo que quería que pensaras... era simple curiosidad... ¡lo juro por mi familia muerta, que en paz descanse! - Casi gritó, aunque la voz le traicionaba, quebrándose, mostrando esa misma debilidad de siempre.
Eric tenía razón, Eric tenía razón.
- No te negaré que al comienzo, fue difícil aceptar mis sentimientos... pero no era sólo porque fuéramos hombres, era por todo lo que implicaba... yo he vivido mucho tiempo solo, creyendo que nunca jamás tendría la oportunidad de vivir lo que he vivido contigo... pero ahora que estás aquí...ahora que se que haces parte de mi mundo... no puedo ya pensar en como sería si no fueras tu...- Dijo al fin, sentía el impulso de llorar, pero extrañamente no le ardían los ojos ni las lágrimas caían – Tienes que ser tu...-
¿De no haber conocido a Anuar, se habría enamorado de otra mujer? ¿Habría terminado con sus 200 años de soledad por una mujer?. No, no era el hecho de ser una mujer o no, era el hecho de descubrir en una persona todo lo que había descubierto en Anuar, las cosas que sus palabras le hacían sentir, la reconfortable sensación de que en sus brazos todo iba a salir bien, no era el género, era Anuar mismo el que le haba significado a todo eso que sentía.
-Minutos atrás... sólo tenía curiosidad – Dijo al fin, cuando le escuchó decir aquello y le vió levantarse con esa evidente rabia en su mirada, con las mejillas coloradas por la ira. Le había ofendido en lo más profundo sólo por dejarse llevar por un impulso del momento – No preferiría que fueras nada diferente a lo que ahora eres – Declaró, sin moverse de donde estaba, sintiéndo sus manos ahora vacías sin el tacto de la piel del otro.
Soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil. Maldición. Quizás Eric tenía razón después de todo... sólo le hago sufrir.
-Lamento haberte pedido tal locura... sólo tenía curiosidad de saber como te verías... es todo – Exclamó atropelládamente, ahora sentía ese desagradable nudo en la garganta, porque Anuar estaba enojado y triste, dos sentimientos que Soren odiaba sentir, no quería que el chico sintiera esas cosas por causa suya. Así no era como se suponía que debía ser.
-Lo siento – Repitió con un hilo de voz – Lo has malinterpretado todo... no era eso lo que quería que pensaras... era simple curiosidad... ¡lo juro por mi familia muerta, que en paz descanse! - Casi gritó, aunque la voz le traicionaba, quebrándose, mostrando esa misma debilidad de siempre.
Eric tenía razón, Eric tenía razón.
- No te negaré que al comienzo, fue difícil aceptar mis sentimientos... pero no era sólo porque fuéramos hombres, era por todo lo que implicaba... yo he vivido mucho tiempo solo, creyendo que nunca jamás tendría la oportunidad de vivir lo que he vivido contigo... pero ahora que estás aquí...ahora que se que haces parte de mi mundo... no puedo ya pensar en como sería si no fueras tu...- Dijo al fin, sentía el impulso de llorar, pero extrañamente no le ardían los ojos ni las lágrimas caían – Tienes que ser tu...-
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Ceso su andar cuando su espalda se estrecho contra una pared que se le antojo entonces inexistente, asi podría seguir retrocediendo hasta perderlo de vista, podría desplomarse en la intimidad de la noche y soñar, porque ahora nisiquiera sus pensamientos le parecían un lugar seguros, todos encaminaban al mismo punto, Soren. Se le antojo verle andar hacia el, sentir sus brazos rodearle y poder desplomarse sobre ellos mas aquello no sucedió, se quedo observándole con la lejanía y lo que aquello implicaba, no era mas que un manchón borroso de diversos e inusuales colores.
Sus palabras retumbaban en sus oídos como el guion de una obra, sabiéndose mentiras le gustaba mas creerlas realidad, una realidad tangible y prolongada, una realidad que debía durar mas que una escena, el telón no caería y el publico jamás aplaudiría, no debía ser asi.
-¿Qué debía pensar entonces?...¿qué seria divertido verme como una mujer? –tembló nuevamente cerrando los parpados con fuerza, dejando caer su cuerpo hasta golpear el suelo con sus sentaderas, lucia como un niño desesperado aterrado entre el parecido de un distantes pasado y su presente “deja de ser divertido cuando toda tu vida te han querido cambiar por una” con su padre le habia sido suficiente, saber que Soren lo había anhelado también no podia mas que hacerle sentir vacio.
-no necesitas gritar- murmuro desde su lugar sin alterarse por sus gritos los cuales parecieron perforarle la cabeza por el gesto que su rostro opto por tomar, suspiro mesándose los cabellos y masajeándose las sienes –a veces me parece irreal todo esto…como si un dia fuese a despertar y todo volviera a ser como antes, regresaría cada noche al bosque donde caíste de un árbol, volvería aun sabiendo que podrías no estar y si solo fuese un sueño viviría aferrándome a el, como el único recuerdo valioso- pauso unos instantes antes de dignarse a levantar la mirada, su rostro divergía aquellos orbes color de oro centellaban tras el espejo de agua que en ellos se formaban mas su rostro habia vuelto a aquella apatía e indiferencia no de instantes atrás sino de meses anteriores, cuando la monotonía tocaba a su puerta diariamente y el cariño ahora brindado sonaba como una utopía.
-y yo se que el amor es dolor mas no me arrepiento de nada y es que de nada me puedo arrepentir si mi corazón no yace ya conmigo- suspiro nuevamente bajando la mirada hasta sus pies y era aquel el mismo motivo por el cual sus palabras dolían, nadie mas podía acelerar y frenar su corazón al mismo tiempo –pero si es un sueño deseo despertar ya antes de que sea muy tarde y nada me quede para volver o que Morfeo me conceda el sueño eterno- cubrió su rostro con sus manos apretándolo nuevamente como si intentase zafarse una máscara adherida con los años, corroída a su rostro verdadero como el oxido al metal.
Sus palabras retumbaban en sus oídos como el guion de una obra, sabiéndose mentiras le gustaba mas creerlas realidad, una realidad tangible y prolongada, una realidad que debía durar mas que una escena, el telón no caería y el publico jamás aplaudiría, no debía ser asi.
-¿Qué debía pensar entonces?...¿qué seria divertido verme como una mujer? –tembló nuevamente cerrando los parpados con fuerza, dejando caer su cuerpo hasta golpear el suelo con sus sentaderas, lucia como un niño desesperado aterrado entre el parecido de un distantes pasado y su presente “deja de ser divertido cuando toda tu vida te han querido cambiar por una” con su padre le habia sido suficiente, saber que Soren lo había anhelado también no podia mas que hacerle sentir vacio.
-no necesitas gritar- murmuro desde su lugar sin alterarse por sus gritos los cuales parecieron perforarle la cabeza por el gesto que su rostro opto por tomar, suspiro mesándose los cabellos y masajeándose las sienes –a veces me parece irreal todo esto…como si un dia fuese a despertar y todo volviera a ser como antes, regresaría cada noche al bosque donde caíste de un árbol, volvería aun sabiendo que podrías no estar y si solo fuese un sueño viviría aferrándome a el, como el único recuerdo valioso- pauso unos instantes antes de dignarse a levantar la mirada, su rostro divergía aquellos orbes color de oro centellaban tras el espejo de agua que en ellos se formaban mas su rostro habia vuelto a aquella apatía e indiferencia no de instantes atrás sino de meses anteriores, cuando la monotonía tocaba a su puerta diariamente y el cariño ahora brindado sonaba como una utopía.
-y yo se que el amor es dolor mas no me arrepiento de nada y es que de nada me puedo arrepentir si mi corazón no yace ya conmigo- suspiro nuevamente bajando la mirada hasta sus pies y era aquel el mismo motivo por el cual sus palabras dolían, nadie mas podía acelerar y frenar su corazón al mismo tiempo –pero si es un sueño deseo despertar ya antes de que sea muy tarde y nada me quede para volver o que Morfeo me conceda el sueño eterno- cubrió su rostro con sus manos apretándolo nuevamente como si intentase zafarse una máscara adherida con los años, corroída a su rostro verdadero como el oxido al metal.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Tenía que admitirlo, había sido una mala broma, una muy mala. Malisima. Había herido sus sentimientos con algo tan simple y sin tan siquiera pensarlo. Odiaba el rumbo que habían tomado las cosas, minutos antes, se habían besado y había ido a las estrellas entre sus labios. ¿Como era que todo podía cambiar tan rápidamente?.
Soren eres un idiota. La única persona que te acepta como eres, que ha estado ahí a pesar de todo... No eres más que un idiota.
No supo que decir cuando el chico preguntó si debía ser divertido verlo como mujer. Realmente no sabía que decir para cambiar ese semblante, esa expresión abatida y esa tristeza que ahora se veía nefastamente reflejada en su carita. Se acercó no importándole que golpeaban sus pies y que pisaba, sin la menor idea de que debía hacer y que debía decir.
-Soy un monstruo – Declaró al fin cuando se encontró frente al chico - Inclusive sigo siendo uno cuando no asesino ni bebo sangre humana – Agregó y se agachó quedando de rodillas frente a él – Mis estupideces te causan daño... odio esto – Concluyó llevándose una mano al pecho como si el marchito corazón que allí habitaba pudiese latir para comprobarle que sentía.
Se atrevió a acercarse un poco más y sus manos temblorosas rodearon los hombros del chico, deseando sentir su cuerpo cerca al suyo, lo atrajo contra su pecho con indecisión y miedo, un miedo a causar más daño del que ya había causado. Recostó su cabeza contra la del chico dejando escapar un suspiro.
- Yo también quiero creer que no es un sueño, que tu eres real y que estarás mucho tiempo a mi lado – Murmuró cerrando los ojos, sintiendo el latir del corazón de Anuar contra su pecho silencioso – Tampoco me arrepiento de nada... tampoco te cambiaría por ninguna mujer -
Soren eres un idiota. La única persona que te acepta como eres, que ha estado ahí a pesar de todo... No eres más que un idiota.
No supo que decir cuando el chico preguntó si debía ser divertido verlo como mujer. Realmente no sabía que decir para cambiar ese semblante, esa expresión abatida y esa tristeza que ahora se veía nefastamente reflejada en su carita. Se acercó no importándole que golpeaban sus pies y que pisaba, sin la menor idea de que debía hacer y que debía decir.
-Soy un monstruo – Declaró al fin cuando se encontró frente al chico - Inclusive sigo siendo uno cuando no asesino ni bebo sangre humana – Agregó y se agachó quedando de rodillas frente a él – Mis estupideces te causan daño... odio esto – Concluyó llevándose una mano al pecho como si el marchito corazón que allí habitaba pudiese latir para comprobarle que sentía.
Se atrevió a acercarse un poco más y sus manos temblorosas rodearon los hombros del chico, deseando sentir su cuerpo cerca al suyo, lo atrajo contra su pecho con indecisión y miedo, un miedo a causar más daño del que ya había causado. Recostó su cabeza contra la del chico dejando escapar un suspiro.
- Yo también quiero creer que no es un sueño, que tu eres real y que estarás mucho tiempo a mi lado – Murmuró cerrando los ojos, sintiendo el latir del corazón de Anuar contra su pecho silencioso – Tampoco me arrepiento de nada... tampoco te cambiaría por ninguna mujer -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Sus manos se dirigieron al cuerpo del vampiro con la firme intención de apartarlo mas, cuando sus dedos se acoplaron a su cuerpo y sus dedos sintieron el tacto de la tela no pudo sino aferrarse a ellos, como quien se aferra a las faldas de su madre buscando en ellas protección, escondió su rostro en su cuello apretando los parpados con fiereza, su mandíbula se tenso para reprimir cualquier otra expresión que sus labios pudiesen amenazar con decir si haber pasado antes por el filtro de prudencia.
-estare tanto tiempo como me lo permitas- aseguro en voz baja rodeando su cintura con sus brazos, se odiaba por caer tan fácilmente ante sus palabras, podría decir que la luna era de crema batida y le creería sin necesitar pruebas de ello, creería que los mares des embaucaban en el centro de la tierra y las nubes era de algodón de azúcar, creería que las personas podían volar lo creería y sin titubear.
-lamento si mal entendí tu broma…-murmuro sonriendo de medio lado, comprendía y no era novedad que aquellas gracias y sornas no llegaban del mismo lado a su cerebro, al parecer solia razonarlas en un medio demasiado literal, no dejando espacio a la alegría que llevaba cubierta por aquel manto de sencillez, un hecho tan inocente como aquel habia terminado haciéndole sentir hundido en el más grande océano –al parecer no soy bueno comprendiéndolas- asevero intentando restarle importancia a aquello porque suficiente era con haberse sentido mal el como para darse el lujo de hacer sentir mal al vampiro, no deseaba que aquello trascendiera de mala forma en su relación. Porque ilusa e ilógicamente aun añoraba seguir a su lado, lo que no mataba hacia mas fuerte ¿cierto? “también puede deteriorar con lentitud”
-y-yo…no se si deba irme- aseguro en voz baja seguramente seria una velada incomoda, resguardándose de la mirada ajena, evitando mirar la bodega, esmerándose en reconstruir lo que con facilidad se habia desecho.
-estare tanto tiempo como me lo permitas- aseguro en voz baja rodeando su cintura con sus brazos, se odiaba por caer tan fácilmente ante sus palabras, podría decir que la luna era de crema batida y le creería sin necesitar pruebas de ello, creería que los mares des embaucaban en el centro de la tierra y las nubes era de algodón de azúcar, creería que las personas podían volar lo creería y sin titubear.
-lamento si mal entendí tu broma…-murmuro sonriendo de medio lado, comprendía y no era novedad que aquellas gracias y sornas no llegaban del mismo lado a su cerebro, al parecer solia razonarlas en un medio demasiado literal, no dejando espacio a la alegría que llevaba cubierta por aquel manto de sencillez, un hecho tan inocente como aquel habia terminado haciéndole sentir hundido en el más grande océano –al parecer no soy bueno comprendiéndolas- asevero intentando restarle importancia a aquello porque suficiente era con haberse sentido mal el como para darse el lujo de hacer sentir mal al vampiro, no deseaba que aquello trascendiera de mala forma en su relación. Porque ilusa e ilógicamente aun añoraba seguir a su lado, lo que no mataba hacia mas fuerte ¿cierto? “también puede deteriorar con lentitud”
-y-yo…no se si deba irme- aseguro en voz baja seguramente seria una velada incomoda, resguardándose de la mirada ajena, evitando mirar la bodega, esmerándose en reconstruir lo que con facilidad se habia desecho.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
-Tanto tiempo como sea necesario - Dijo. El tiempo era una cosa sin consistencia y sin sentido para una criatura que no moría por la vejez. El tiempo correría lento y parsimonioso siempre para él y lo que podría ser un suspiro, para el humano serían años en los que su cuerpo lentamente se deterioraría hasta morir. Sin embargo y aunque el chico dijese eso, algo le decía en su interior que sería Anuar quien le diera fin a todo aquello algún día.
Porque las cosas nunca sucedían como en las fantasías. Y nada duraba para siempre. Irónicamente, Soren, con la eternidad a su merced, lo sabía mejor que nadie.
No había querido ilusionarse por miedo a que todo ese castillo de naipes se viniera abajo de un momento a otro, se había dado cuenta que esperar demasiado de otras personas, sólo traía como consecuencia el dolor de la desilusión. No quería sentir algo así y quería aferrarse a la idea de que alguna noche, Anuar le diría que todo había terminado y que seguirían caminos separados.
Una persona en todas sus facultades mentales no podría querer a alguien tan torpe como tu ¿No lo vez?. A un monstruo que sólo sabe causar daño.
-No lamentes nada – Murmuró ante las palabras del chico. Él único que cometía errores era él y siempre el humano terminaba disculpándose. Aquella era una constante desde el primer momento que habían salido juntos. Algo en su pecho se estremecía cada que escuchaba al chico decir esas palabras. - Estábamos demasiado bien y de repente lo eché todo a perder por una tontería... debería ser yo quien me fuera -
Se separó un poco de él para observar su rostro, no quería que se fuera. ¡Dios no! Si lo veía desaparecer tras esa puerta luego de esa discusión, temía no volverlo a ver en mucho tiempo y de sólo pensarlo se le revolvía el estómago de ansiedad.
- No quiero que te vallas – Le dijo con sinceridad, mirándole fijamente a los ojos – Disfruto mucho de tu compañía, me gusta escucharte hablar, me gusta contarte mis cosas aunque puedan ser aburridas... me gusta que estés aquí, pero si te deseas irte...¿Volverás más tarde verdad? - Tenía que asegurarse que volvería, no quería sentir esa nauseabunda sensación que había experimentado el fin de semana cuando el espíritu había poseído su cuerpo. No quería perderlo.
(( Me voy a dormir! tendré pesadillas con el tonto de Soren ¬¬))
Porque las cosas nunca sucedían como en las fantasías. Y nada duraba para siempre. Irónicamente, Soren, con la eternidad a su merced, lo sabía mejor que nadie.
No había querido ilusionarse por miedo a que todo ese castillo de naipes se viniera abajo de un momento a otro, se había dado cuenta que esperar demasiado de otras personas, sólo traía como consecuencia el dolor de la desilusión. No quería sentir algo así y quería aferrarse a la idea de que alguna noche, Anuar le diría que todo había terminado y que seguirían caminos separados.
Una persona en todas sus facultades mentales no podría querer a alguien tan torpe como tu ¿No lo vez?. A un monstruo que sólo sabe causar daño.
-No lamentes nada – Murmuró ante las palabras del chico. Él único que cometía errores era él y siempre el humano terminaba disculpándose. Aquella era una constante desde el primer momento que habían salido juntos. Algo en su pecho se estremecía cada que escuchaba al chico decir esas palabras. - Estábamos demasiado bien y de repente lo eché todo a perder por una tontería... debería ser yo quien me fuera -
Se separó un poco de él para observar su rostro, no quería que se fuera. ¡Dios no! Si lo veía desaparecer tras esa puerta luego de esa discusión, temía no volverlo a ver en mucho tiempo y de sólo pensarlo se le revolvía el estómago de ansiedad.
- No quiero que te vallas – Le dijo con sinceridad, mirándole fijamente a los ojos – Disfruto mucho de tu compañía, me gusta escucharte hablar, me gusta contarte mis cosas aunque puedan ser aburridas... me gusta que estés aquí, pero si te deseas irte...¿Volverás más tarde verdad? - Tenía que asegurarse que volvería, no quería sentir esa nauseabunda sensación que había experimentado el fin de semana cuando el espíritu había poseído su cuerpo. No quería perderlo.
(( Me voy a dormir! tendré pesadillas con el tonto de Soren ¬¬))
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
Prefirió dejar de lado el tema del tiempo, aquel eterno enemigo que le atormentaría con su presuroso andar hasta arrebatarle el ultimo aliento de vida en su lecho de muerte, cuando nadie estuviese ahí para sujetar su mano, cuando sus ojos abiertos quedasen y nadie fuese a cerrarlos, hasta entonces no quedaba mas que comprender que era un antagónico demasiado ágil para ganar, solo un camino habia para superarle y era uno al cual su necedad no habia llegado aun, la muerte si bien tentativa en algunos casos no siempre le resultaba la mejor salida, el remedio a su fragilidad humana y la condena a la eternidad.
-no fuiste tu…fuimos ambos- murmuro separándose de el cuando el vampiro asi lo hizo, se limpio el rostro con un manotazo contrastando completamente con la delicadeza que sus manos solian poseer, necesitaba un encuentro sin discusiones, quería pasar una noche sin necesidad de sentirse desilusionado, lo habían hecho en el circo, en su piso y en el viaje, lo hacían ahora y seguramente lo harían después porque las discusiones debían ser parte fundamental de una relación, eso quizo suponer, hasta el punto de no entorpecer los buenos momentos.
-nunca me aburro contigo, asi sea que no hacemos nada- porque estaba seguro que podia pasar una noche entera entre sus brazos sin siquiera intercalar una palabra, con saberle junto a el le bastaba –no deseo irme…no aun por lo menos- asintió sujetando su rostro entre sus manos, oprimió sus labios contra los ajenos, levantándose y sacudiéndose las manos, no estaba en las cualidades humanas olvidar mas perdonar se le parecía bastante y a los cielos se agradecía que Anuar no fuese un joven en extremo rencoroso.
Agito la cabeza acomodando el flequillo –supongo que es buena idea comenzar a arreglar esto y mientras lo hacemos me gustaría escuchar historias de estos objetos- asevero con calma andando hacia donde el pegamento habia dejado, su interior seguía opaco, en un gris nauseabundo aunque se esmeraba en cambiarlo, necesitaba un azul, lo necesitaba -¿Dónde tienes el alhajero que te di?- le cuestiono con curiosidad, solo esperaba que sus restos no yacerán bajo sus pies, en aquel cementerio de memorias.
-no fuiste tu…fuimos ambos- murmuro separándose de el cuando el vampiro asi lo hizo, se limpio el rostro con un manotazo contrastando completamente con la delicadeza que sus manos solian poseer, necesitaba un encuentro sin discusiones, quería pasar una noche sin necesidad de sentirse desilusionado, lo habían hecho en el circo, en su piso y en el viaje, lo hacían ahora y seguramente lo harían después porque las discusiones debían ser parte fundamental de una relación, eso quizo suponer, hasta el punto de no entorpecer los buenos momentos.
-nunca me aburro contigo, asi sea que no hacemos nada- porque estaba seguro que podia pasar una noche entera entre sus brazos sin siquiera intercalar una palabra, con saberle junto a el le bastaba –no deseo irme…no aun por lo menos- asintió sujetando su rostro entre sus manos, oprimió sus labios contra los ajenos, levantándose y sacudiéndose las manos, no estaba en las cualidades humanas olvidar mas perdonar se le parecía bastante y a los cielos se agradecía que Anuar no fuese un joven en extremo rencoroso.
Agito la cabeza acomodando el flequillo –supongo que es buena idea comenzar a arreglar esto y mientras lo hacemos me gustaría escuchar historias de estos objetos- asevero con calma andando hacia donde el pegamento habia dejado, su interior seguía opaco, en un gris nauseabundo aunque se esmeraba en cambiarlo, necesitaba un azul, lo necesitaba -¿Dónde tienes el alhajero que te di?- le cuestiono con curiosidad, solo esperaba que sus restos no yacerán bajo sus pies, en aquel cementerio de memorias.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Here I am [Soren]
No, nunca era Anuar. Pensaba mientras escuchaba al chico decir que era culpa de ambos. Todos los problemas que habían tenido y las discusiones, eran producto de su falta de capacidad para entender lo que Anuar sentía y pensaba. Quizás sería buena idea pedirle a Erkki que le presentara a algún vampiro viejo y sabio que le enseñara la técnica de leer mentes humanas. Nunca antes le había interesado tanto como ahora, si pudiera leer la mente de Anuar se ahorrarían tantos problemas, podría saber que estaba bien y que estaba mal para su pintor y así evitar discusiones absurdas.
Anuar le había dicho en la cabaña, cuando estaban en las lagunas termales, que no quería una marioneta que hiciera todo lo que él quisiese, que quería que el vampiro tuviera su propio criterio y le dijera lo que pensaba aunque fuera contrario a sus creencias. Pero después de lo del vestido, no le parecía del todo una buena idea. Si por decir las tonterías que cruzaban su mente, hacía a Anuar derrumbarse de esa manera, preferiría quedarse callado y límitarse a complacerlo.
De todas formas, el viviría para siempre y Anuar sólo disfrutaría de una cincuentena de años, merecía conocer la felicidad y la tranquilidad, Soren no necesitaba de eso. ¿Acaso no había sobrevivido ya 200 años sin conocerlas?
-Por supuesto que si – Afirmó a todo lo que decía levantándose también, ocultando sus pensamientos con una sonrisa – Te contaré todo lo que quieras saber, hay muchas historias que pocas personas logran escuchar – Comentó, algo confuso con el rápido beso que el chico le había dado, un beso que le pareció demasiado difícil de comprender, más en esa situación, porque no estaba seguro de que el tema hubiera muerto allí tan rápidamente, por lo menos no para Anuar.
- Ah...el alhajero, está en mi casa... en mi habitación con otros tesoros – Explicó acomodándose las gafas que habían resbalado por el puente de su nariz, casi hasta la punta – No pienso venderlo aquí... quiero guardarlo para mi, cuando estoy en mi habitación, antes de irme a dormir, lo veo y recuerdo que existe una persona que creyó y apoyó mis sueños – Se quedo unos instantes callado y agregó – Me gustaría que conocieras mi casa... ¿Que tal pasado mañana? -
Anuar le había dicho en la cabaña, cuando estaban en las lagunas termales, que no quería una marioneta que hiciera todo lo que él quisiese, que quería que el vampiro tuviera su propio criterio y le dijera lo que pensaba aunque fuera contrario a sus creencias. Pero después de lo del vestido, no le parecía del todo una buena idea. Si por decir las tonterías que cruzaban su mente, hacía a Anuar derrumbarse de esa manera, preferiría quedarse callado y límitarse a complacerlo.
De todas formas, el viviría para siempre y Anuar sólo disfrutaría de una cincuentena de años, merecía conocer la felicidad y la tranquilidad, Soren no necesitaba de eso. ¿Acaso no había sobrevivido ya 200 años sin conocerlas?
-Por supuesto que si – Afirmó a todo lo que decía levantándose también, ocultando sus pensamientos con una sonrisa – Te contaré todo lo que quieras saber, hay muchas historias que pocas personas logran escuchar – Comentó, algo confuso con el rápido beso que el chico le había dado, un beso que le pareció demasiado difícil de comprender, más en esa situación, porque no estaba seguro de que el tema hubiera muerto allí tan rápidamente, por lo menos no para Anuar.
- Ah...el alhajero, está en mi casa... en mi habitación con otros tesoros – Explicó acomodándose las gafas que habían resbalado por el puente de su nariz, casi hasta la punta – No pienso venderlo aquí... quiero guardarlo para mi, cuando estoy en mi habitación, antes de irme a dormir, lo veo y recuerdo que existe una persona que creyó y apoyó mis sueños – Se quedo unos instantes callado y agregó – Me gustaría que conocieras mi casa... ¿Que tal pasado mañana? -
Soren Kaarkarogf- Vampiro Clase Baja
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