I.J. Raiders of the lost Ark [Eylith Enhydra]

"El espejo en que
la avaricia se refleja"

Con las narices metidas en un libro, algo muy habitual en la bruja de cabellos negros, mientras jugaba con su pelo leía, concentrada en esas letras en latín, en un total silencio que le ofrecía su despacho, llevaba varias horas con los libros, tomando apuntes, mientras había varios libros y pergaminos esparcidos por la mesa, pluma y tinta, y un grueso libro de apuntos escrito por su puño y letra entre otros, ya era el tercer libro que rellenaba de apuntos en una semana, resopló cuando se encontró arrinconada buscando más información, hasta que escuchó la puerta ser golpeada, eso la despertó de su lectura. -Pasé.- dijo de manera tajante, mientras se fijó que sobre su escritorio había un libro que daría de que hablar a mas de uno que conociera ligeramente, asi que se curó en salud y deslizó agilmente un pergamino sobre él libro para cubrirlo, y observó a la hermosa joven de ojos azules que entraba en su despacho cerrando tras de sí la puerta.
Se presentó con un nombre y un acento que se antojo italiano, la miró escuchandola mientras apoyaba su mentón sobre su mano observandole, mientras su siniestra tambolireaba sobre la madera robusta de su escritorio, la miraba sin mediar palabra, mientras le contaba sus supuestos planes para con la reliquia que empezaba a desenvolver, mientras la bruja ladeaba la cabeza.


Enarcó una ceja viendo la brillante reliquia que la otra femina puso en su mano, pudo notar el peso de esta, eso era una buena señal balanceó la mano para sopesar la reliquia y la observaba con atención aun sin abrir la boca, miró la reliquia con atención girandola y pasando sus dedos para palpar las hendiduras de los gravados, el brillante rubí brillaba de tremenda forma cuando Eylith lo acercó a los rayos del sol que asomaban por la ventana, haciendo que la joya brille notablemente, la revisaba de manera minuciosa, estaba claro que era autentica, pero seguramente no había venido para que ella le dijera si era buena o no, seguro que quería algo más y a la bruja empezaba a picarle la curiosidad, colocó la reliquía egipcia sobre su escritorio y aun sin pronunciar una palabra se levantó y se dirigió a la estantería de libros que había contra una pared al otro lado de la sala, pasó su dedo indice por las cubiertas buscando un libro en concreto, conocía bien la cultura egipcia gracia a su compañera Naitiri Zahir, pero ella se especializaba en varios campos de arte clasico, encontró el libro que buscaba y lo saco, uno con la cubierta marron y bordes dorados.


Se dirigió de vuelta a la muchacha mientras pasaba las paginas velozmente, hasta abrir totalmente el libro por la pagina indicaba, donde había un dibujo exacto de la reliquia que le había traido, leyó la descripción y observó la reliquía con atención finalmente dejo escapar un suspiro lento, revelando al final su voz. -Es autentica, eso no cabe duda, y es una reliquia bastante valiosa todo sea dicho buscada, es una de 4 reliquias similares con distintas representaciones, tiene mucho mito a su alrededor, mito que lo ata a lo sobrenatural, leyendas claramente, a saber que pasaba realmente.- Dijo con cierto desden, pues no sabía que conocimiento tenía la mujer sobre lo sobrenatural y si sabía que existía.
-¿Que necesita? ¿quiere que le escriba algun certificado con el sello del museo? puede sacar un buen pellizco, más de uno mataría para esta reliquía.- Comentá mientras se la devuelve a su dueña, realmente puede conseguir medio para que se busquen las tres restantes, o financiación para ese tipo de objetos, espera que la mujer le dé alguna explicación más mientras la bruja se mantiene en pie rigida como una estatua, con su azul mirada penetrando la azul mirada ajena. A veces Eylith era algo inquietante cuando clavaba la mirada.

La bruja miraba fijamente a la chica, despues de enseñarle el libro con la reliquia ilustrada, y repasando mentalmente si tenían otra de las piezas en el inventario del museo, había muchas cosas que por razones obvias no ponían en exposición, tesoros peligrosos, o con un valor aun sin poner, como el sarcofagó donde habían estado trabajando con tanto ainco, más el tono con el que le dió la razón hizo despertar la sospecha de que aquella mujer de dulce rostro sabía mucho más de lo que aseguraba saber, esa negativa despertó las ideas de Eylith sobre lo que ella sabía, y estaba más que claro que sabía que los sobrenaturales los conocía, pero por el momento no quiso dar más pliegue a ello, al menos de momento no lo vió necesario.
La observaba como no quería nota, ni nada por el estilo, solo había venido para asegurarse de la autenticidad del objeto que traía entre manos, y lo era, una reliquia sin igual, de normal Eylith sentía interes por ello, pero ella era más de estudiar en el despacho, para ir a investigar contaba siempre con su melliza Wenkyel.


Eylith simplemente asintió con la cabeza, mientras se disponía a volver a su lugar tras el escritorio, mientras observaba a la joven mientras tocaba su pelo negro azabache mientras le observaba, más lo que la joven dijo a continuación quizá no fuera lo más indicado para decirle a la bruja, pues el revelar que había estado observando sus cosas mientras ella buscaba el libro lo consideró de masiado osado, ladeó la cabeza, mientras entrecerraba los ojos observando como había huido tras sus palabras, hablando más de la cuenta, la bruja chasqueo la lengua, y se levantó rauda atravesando su despacho a toda velocidad, saliendo de este, no había nadie en el largo pasillo que a la mujer aun no había tenído tiempo a atravesar, unas palabras en latín antiguo hizo que la joven obervaba como todo se oscurecía alrededor y que hubiera una perfección algo distinta del tiempo, o al menos se viera incapaz de moverse con rapidez, una vez todo eso ocurría la bruja dió largas zancadas hasta colocarse frente al dulce rostro de la joven.


-Le aconsejaría querida doncella que no metiera las narices donde otros no desean que lo haga, si hubiera estado mi melliza....no habría acabado con un final satisfactorio para usted- De sus manos salieron una especie de lucilos que volvían todo a la normalidad, mientras Eylith agarraba la mano de la chica para entrelazarla a su brazo obligandola a pasear junto a ella. -Ahora joven, dime que sabes acerca de todo esto, pues tu aura no brilla cual hechicera, ni como ningun sobrenatural, la aconsejo hablar querida, pues cuanto más fructifera sea la charla, antes podras largarte de aquí ha hacer aquello que demonios quiera hacer con esa reliquia, asi que cuentame querida, hablame de ti, y hazme caso a mis peticiones, tengo otras forma de pedir, y no son amables precisamente.- Tiró de ella para volver al despacho alzando la mano y una palabra bastó para escucharse el cerrojo, la bruja se sentó en su escritoro y la taladró con la mirada. -Habla preciosa.- Aunque sus palabras eran amables, su tono era tan frio que helada el alma.

Habia llevado a esa chica de vuelta a su despacho un tanto a la fuerza, pues esa información que poseía no le parecia adecuado para alguien como ella, ademas de una alarmante sensación de que la joven podía irse de la boca, y es la hacía sentirse incitada a las artes oscuras que podría recurrir para mantenerla la boca cerrada, pero iba a optar por mantener la mente tranquila, fria como un tempano, se movía de manera lenta y elegante hasta sentarse frente a ella escuchando sus palabras con atención, entrelazó los dedos mientras mantenia su mirada fija en los ojos ajenos, siendo bien consciente de lo que incomodaba la morena cuando hacía eso, sus pupila se contraían mientras escuchaba lo que la joven decia, quizá buscando escusarse en su saber, la verdad es que la bruja no castigaba el conocimiento, pero si podría hacerlo con la impertinencia.
Entrecierra los ojos aun sin apartar ni un segundo la mirada pero se recuesta ligeramente en su aiento observandole con avidez, finalmente tras un chasqueo de lengua y enarcar una ceja se vuelve a pronunciar ante la joven. -Estudiar eso no es algo usual, sobre todo si no posees ciertos dones, pero está más que claro que los conoces, y ese conocimiento no se le regala a cualquiera.- Afirmó Eylith de manera muy tajante, mientras seguía con la mirada cavada en aquella joven.


El conocimiento es poder, y asi lo había pensado siempre la mujer de cabello negro azabache, pero muchos temen el poder y ansian borrar el conocmiento de mentes ajena spara seguir manteniendolas dormidas como borregos, lo que hizo que la bruja se quedara unos segundos pensativa sin desviar ni un milimpetro la mirada de quien tenía delante. Con esos conocimientos estaba segura de que a esa chica si se lo propusiera se le daría bien el hacer pociones, pero ahora no se iba a poner a hablar de ello con esa chiquilla, era una desconocida y no se fiaba, ese aire que tenía no la inspiraba en absoluto ni una decima de confianza, asi que no iba a dar coba por ello, se iba a mantener en sus trece, con ese aire desconfiado, con esa mirada penetrante capaz de inquietar a cualquiera, y ese poder Eylith lo tenía absolutamente innato.


Le sorprendió tambien el conocmiento que de los demonios poseía y el nombre de estos, la bruja se inclunó apoyandose más aun en la mesa mientras observaba a la joven. -Esos conocimientos son peligrosos.- Dijo refiriendose a conocer los nombres de los demonios. -Más puedes respirar tranquila, no tengo intención de invocar a nadie.- Aunque era cierto su tono sonó notablemente de desdén, mientras seguia analizando a la joven, más cuando preguntó si se podía ir ya la respuesta que vino fue rotunda. -No.
Sonó seca, lo sabía pero era necesario seguir investigando a esa joven, asi que tambolireando los dedos sobre la mesa resonando el sonido de las uñas contra la madera del escritorio. -Me vas a tener que responder unas preguntas querida.- Suspiró finalmente mientras entrelazaba los dedos bajo la barbilla acomodandose de los asientos. -Dime, ¿Donde has encontrado ese objeto? por que creo que no me has dicho la verdad, y dado tus conocimientos hay algo más, ¿como sabes del mundo sobrenatural? respondeme.- Respondió con ese tono seco, casi hostil, mientras se la notaba muy rigida en su asiento.

La bruja seguía sentada frente a la hermosa joven mientras parecia una estatua inmovil, mientras seguía con la barbilla apoyada en su mano izquierda y con la derecha estirada sobre la mesa tambolireando con los dedos sobre el enorme escritorio caoba inhundado en libros y pergaminos, esperando que la joven obedeciera sus demandas y empezara a hablar de lo que Eylith había demandado. Más las primeras palabras de la joven le fueron realmente acertadas, la chica ladeó la cabeza, le sorprendió las sabias palabras de la joven mujer, no emitió sonido alguno mientras la chiquilla hablaba explicandose.
Una ladeada sorisa maliciosa se dibujó en el rostro de Eylith cuando la chica que tenía frente a ella aseguraba que su actitud era ciertamente hostil, pero no dijo ni media palabra, se limitó a observarla mientras se mordió la lengua para no responderla que esa chica no conocía lo que Eylith consideraba como hostil, y desde luego para ella su hostilidad distaba mucho de una pregunta mordaz, pero era natural que alguien que no la conociera pudiera considerar su actitud como una feroz y hostil.


Alzó una ceja, encontrando a la joven excesivamente arrogante cuando dijo que sus conocimientos sobrepasaban los de Eylith, pero simplemente no rebatió ese comentario, dejo a la joven que siguiera con su monologo, no iba a a lo que ella consideraba a pelear por quien de las dos era más inteligente o tenía conocimientos, pues Eylith al igual que su melliza descubrieron a temprana edad que el conocimiento es un arma de doble fio, es tanto poder, como un arma que pude llevar a tu destrucción, más le consideraba interesante lo que la joven decía y conocia bien esa sensación, pues ella actualmente estaba trabajando con la señorita Naitiri Zahir sobre un sarcófago que parecía creado del mundo de las pesadillas, y emergido al mundo terrenal para perturbar a los que tenían conectados con él, más simplemente suspiró de manera pesada.
-Es un acto noble querida, aunque me cuesta mucho pensar que realmente pueda esconder tan bien la reliquia para que nadie jamas la encuentre, esto igualmente puede atraer al igual que disuadir, todo dependera de la voluntad de quien lo busque.- Comentó con aire tranquilo, sabía bien de lo que eran capaces algunos contad de buscar poder o algo que los haga destacar por encima de todos los demas, la voluntad a veces era un poder impresionante.


Entrecerró los ojos observando como la chica continuaba hablando y se tomaba la libertad de coger el tomo que había iniciado todo aquello, sopesando con meticuloso cuidado las palabras de ella, mientras se mordia el labio inferior indicando que estaba pensando en sus palabras. -Si poseo tres tomos de esto, entre otros libros sumamente valosos que no revelaré en un lugar como este.- Comento demostrando lo sumamente cuidadosa que era que no se fiaba al 100% del entorno que la rodeaba ahora mismo, más abrió ligeramente los ojos cuando la joven ofreció la alianza, la bruja de melena negra chasqueó la lengua pensativa.- Querida lo mio es la traducción y se me da bastante bien o no podría realizar algunas actividades que actualmente ejerzo.- Dijo de manera pausada entrelazando los dedos frente a sus labios pensativa.- Sin embargó me interesa la alianza que usted ofrece, mi hermana es buena encontrando cosas y abriendo sellos para encontrarlas, pero a juzgar por la reliquia que usted me ha traido no me hace pensar lo contrario, asi que me parece bien dejar fluir un intercambio de información e incluso conchabarnos para encontrar determinadas reliquias.- Dijo pensativa mientras ladeaba la cabeza. -¿Le interesa entonces?- Preguntó finalmente relajando algo más la posición.

La bruja se recostaba empezando por fin a tener una aptitud mas relajada, por fin dejando descansar su espalda en el respaldo de su asiento, era raro ver a aquella mujer tan relajada, pues siempre daba una sensación de que andaba tensa o en guardía, pero ahora mismo no encontró el motivo para mantenerse en una actitud de señal de alerta o peligro, casí parecíera que estaba a punto de saltar de la silla y atacar, más bien era una cuestión postural que algo real, mientras ladeaba la cabeza y empezar con un gesto muy habitual en su familia, empezar a enredar un mecho de su pelo en sus dedos indice y corazón, haciendose asi una especie de ricito al soltarlo, aunque su mirada seguía siendo igual de penetrante aparte de la postura más relajada.
Meditaba las palabras de la preciosa mujer que tenía frente a ella y ladeaba la cabeza frunciendo el ceño, la verdad que las palabras de la mujer no veía ninguna tontería, y grandes factores que podían ser beneficiosos para ambas, y los negocios eran negocios, Eylith no estaba acostumbrada a dejar pasar tratos de este calibre, y menos si podían ser grandes benefactores de estos. Sonrió ampliamente, la chica dijo que conocía lugares innacesibles para la gente, ella también y tenía a alguien lo suficientemente temeraría para meterse en la boca del lobo si era necesario, y esa persona era su melliza, que era la que estaba más a pie de guerra y no le molestaba meterse en casi cualquier sitió para encontrar algunas cosas, este hecho había hecho que en la mansión Enhydra ahora hubiera algún que otro tesoro y reliquia sumamente valiosos.


-Si conozco esos sitios de alto riesgo, he tenido que extraer objetos de ese sitio y hemos sufrido muy grandes perdidas en el proceso, lo que suele esconderse en esos sitios...tiene cosas por usar una expresión vanal, muy muy oscuras.- Explicaba la bruja de pelo negro con aire exageradamente tranquilo, aunque la chica si de verdad hacía lo que decía la bruja estaba segura de que seguiria la conversación sin problemas, meció su asiento mientras desvió la vista por su estudio pensativa, antes de volver a mirar a la joven mientras esta hablaba, realmente era interesante, eso no lo iba a negar.
Más la bruja como buena ratona de biblioteca era algo celosa con los libros lo que hizó que se volviera a apoyar en su escritorio y tambolireara los dedos mientras apoyaba su mejilla en la mano alzada con el codo apoyado en la madera, enarcando una ceja. -Tengo en mi hogar muchos libros interesantes, que no saco de allí bajo ningun concepto, estoy dispuestas a intercambiar algunos de ellos para que usted haga a cambio de lo mismo claro está, pero algunos libros son demasiado valiosos como para ir mostrandolos y los tengo ocultos bajo hechizos, mi hermana tambien tiene algunos, pero me temo que esos tendras que negociar con ella, y creeme, no tiene mis mismos intereses, aquí tambien tengo algunos interesantes, este mismo que me has descubierto es uno bastante interesante, aunque veo que ya lo conocías.- Sonrié de manera hasta amable.


-En cuanto a los idiomas oficialmente sé Ingles, español, francés, ruso, Noruego, aleman, Irlandes...extraoficialmente, se Latín, arameo, egipcio, entre otros....- Comenta, logicamente sabe más de lo que dice puesto que para los hechizos se necesita saber muchos para los hechizos, es peligresa la ignoracia a la hora de hacer hechizos. Así que deja ver sin mucho ocultismo que sabe más de lo que dice saber, más volvió a prestar atención a las palabras y el artefacto que había traido la chica, entrecerró los ojos pensativa mientras ladea la cabeza arrugando la nariz ligeramente. -Destruir estos artefactos nunca es una buena, por que a lo que a corto plazo puede ser bueno, a largo plazo puede acarrear problemas, y esta demasiado demostrado, ademas no te lo tomes con ligereza eso.- Comentó Eylith pensativa, suspiró y se puso en pie mientras entrelazaba sus dedos a su espalda y se paseaba por la sala.


Escuchó las palabras de la chica, sabe que la pone a prueba pero ciertamente no había prestado mucha atención a esos objetos. -Se que tienen mapas para ir consiguiendo otro de los cuatro que son, y entre ellos se confrontan una llave, lo que no sé es el final del viaje, pero por información que obtenido entre tanto...y tanto me hace pensar que uno de ellos esta en un templo azteca...- Se quedó algo pensativa, la verdad que esos objetos no habían sido prestados la suficiente atención por ella.- Quizá mi melliza podría saber algo más ya que ella es la que suele meterse a abrir..."templos".- Intentó explicar, aunque no sabía si era eso lo que la mujer quería oir.

La bruja observaba a la joven, con su mirada intensa, con esa manera que tenía de escanear a quien tenía en frente, y si bien era verdad que su hermana realmente tenía esa capacidad de taladrar con la mirada, pocas veces lo sacaba a relucir, y era util, el poner o no nervioso a alguien con una mirada no era por el placer de intimidad, era más bien por que si alguien se ponía nervioso con su mirada era más dificil que este soltara una mentira o se sintiese comodo tomando el pelo, realmente la bruja sabía bastante del lenguaje corporal y le era sumamente util esto. No necesitando pues intimidar a la chica, asi que desvió la mirada mientras la escuchaba, más la petición que hizo la joven mentiría si dijera que no le sorprendió que la primera vez que se conocen ya la pida un hechizo protector para ocultar bien sus secretos, aunque realmente entendía esas ganas de guardar con celo la información importante ella lo hacía notar asi con hechizos en su propia mansión que ocultaba cosas.
-No vendo hechizos querida...no voy a pedirte dinero por un sencillo encantamiento de protección.- Respondió finalmente cruzada de brazos mientras su mirada se perdía en un punto de los estantes que tenía en su despacho, más enarcó la ceja cuando destacó que ella podría convencer a su melliza, eso arrancó una ligera sonrisa de los labios de la bruja, sin duda animo no le faltaba a aquella joven.


La chica que tenía un animo notable y parecía entusiasmada con la alianza, alabando los conocimientos que tenía la bruja sobre idiomas y demas, lo que hizo que Eylith ladeara la cabeza. -Entre otras cosas paso muchas horas entre libros y desgraciadamente no siempre en mi idioma natal, asi que necesito conocer muchos idiomas, al igual que tambien son utiles para la magia.- Aseguró la morena mientras su atención se iba distrayendo de manera leve, pero sin perder de todo su atención a las palabras de ella, que osadia ofrecerle dar clases de un ama de llaves, pero le estaba divirtiendo el descaro de esa mujer. -Pensaré que ese podría ser buen pago.- Dijo de manera tajante sin darle muchas vueltas al tema.
Más le agradó que le hiciera caso cuando comentó lo potencialmente problematico que podía ser el destruir ningun tipo de reliquia llave, siempre que se había hecho a la larga había sido un horror o un autentico dolor de cabeza, tenía muchos libros que podría enseñarla asi como diarios rescatados en movimientos arqueologos que corroboraban las palabras de Eylith.
Miró a la mujer, sin duda parecía alguien que estaba acostumbrada a barajar y mover hilos para tener un control, eso era algo que la bruja admiraba, mujeres más decididas, realmente había pocas, por eso le agradaba encontrarse con alguien asi.


La mujer se notaba conocedora de geofrafia, y donde estaban las cosas asi como lo que hacía falta para asaltar un templo, personalmente eso muchas veces se lo encargaba a su hermana, ya que esta se le llevaba mejor las cosas de acción, asi como esa enfermiza pasión por el fuego y por hacer estallar diversas cosas. Realmente su melliza tenía mucha utilidad para esas cosas, ella era más ratón de biblioteca, ambas se complementaban, no lo iba a negar. -Está bien.- Dijo finalmente, observando a la chica. -La dejaré hablar con ella, le dire que venga para que podais hablar, pero la prevengo...es mucho más irascible que yo, asi que procura andar algo de puntillas a su alrededor.- Comentó con tranquilidad. -Ademas, yo la suelo pedir que sea ella quien rescate las reliquias...tiene un "don" para ello.- Comentó finalmente, para despues levantarse y caminar hasta el ventanal, con aire lento y mirar por él al esterior mientras curzaba los dedos a su espalda.
-Bien señorita Francesca DiSanto...aqui os aseguro que no os oye nadie, y aunque es un nombre y miente usted de maravilla la aconsejo que pruebe con otro nombre...y si es el real se lo agradeceria.- Dijo de brusca forma sin preocuparle mucho ese hecho. -Yo soy Eylith Enhydra...aunque eso lo puedes saber preguntando a cualquier empleado...ahora vos.- La miró fijamente.

Semana despues

Habían pasado algunos dias desde el encuentro con esa mujer que estaba interesada en formar esa alianza, realmente le parecío bien y concentró en esperar a que la pelirroja volviera del viaje para advertir a su hermana de la posible alianza y entrevista, asi que aprovechó para cartear a la joven Annabeth para afirmar la fecha, pues Wenkyel iba a ir tanto si quiere como si no, era una oportunidad realmente buena. Observó a su hermana que se encontraba en la cocina llenandose un vol de piezas de frutas, mientras Eylith se acercaba por su espalda, haciendo que la pelirroja se girara y la observara con una ceja levantada y la cabeza ligeramente ladeada. -¿Qué?.- Respondió en un tono tajante, no como una pregunta si no más bien un desafio o como esperando que Eylith revelara sus intenciones que interrumpian su desayuno.


-Tengo noticias para tí, he conseguido tener un trato muy bueno, y mi nueva amiga quiere conocerte para hablar contigo, asi que la he carteado confirmando una cita en la que tú estas incluida querida.- Respondió de una forma muy seca la hermana de pelo negro, mientras que Wenkye la observaba en silencio apenas pestañeando.

-¿Y en que te basas en que yo quiera hacer tratos con nadie? ¿ah?.- Preguntó desafiante la chica pelirroja empezando ya a gruñir mostrando asi su desagrado por la situación de nada más volver su hermno ya le tenía tareas pendientes, resopló con agotamiento mientras negaba con la cabeza mostrando asi su disgusto.

-Vamos, Wenk, no seas asi te prometo que te gustará, es interesante y tendrems oportunidad de expandir conocimiento y adquirir mucho más.- Aseguró Eylith  a su hermana mientras esta seguía frunciendo el ceño no muy convencida.

-Como sea una nueva liada de las tuyas te juro que a la proxima reliquia la vas a buscar tú en persona ¿entendido?- Protestó Wenkyel mientras su hermana Eyltih sonreia de manera triunfal despues de convencer a la pelirroja para sus fines. Asi que no se hizo perder el tiempo informando al cochero de que estuvieran preparado para el viaje, con la cita concertada.


Arreglandose ambas brujas con un traje identico entre ellas de color negro y elegante, se pusieron en marcha para andar al encuentro con Annabeth, desde luego la satisfacción de Eylith era grande, la verdad que ese trato le había gustado bastante, oportunidad de copiar libros, hacer ciertos intercambios, a buen resguardo y bajo un hechizo las bruja llevaba los tomos acordados para hacer tratos con aquella mujer, e incluso igual con su ayuda podrían convencer a Wenkyel de que se mostrara más flexible con los libros propios, la pelirroja aunque solia compartir todo con Eylith a veces era demaisado celosa de algunas cosas. Pero un trato es un trato y una aliada ganada era un buen recurso.

Las brujas pidieron el carruaje que las llevaría a su nuevo destino, Eylith se alisaba el vestido que ambas llevaban identico, marcando un generoso escote, el llevar ropas elegante no incluian que no quisieran ser ciertamente deseables, amba brujas eran coquetas ciertamente, y aunque ciertamente no querian un cortejo, si les gustaba sentirse deseadas y vistas por otros miembros, excentricidades que la pelirroja y la morena compartían, Eylith sentada en frente de su hermana la observaba, mientras alzaba un dedo. -Bien, es una muy interesante aliada asi que sé amable, y deja tu arrebatos irlandeses de lado, tengo mucho interes y nos pude ayudar a investigar cosas de interes.- Recriminó la bruja de pelo negro a su hermana que miraba por la ventana distraidamente, Eylith sabía perfectamente que al ser ella la que solía enviar a las misiones había terminado a veces por tener un caracter menos de dama delicada y uno más feroz, también bien sabía que eso a veces era necesario para la profesión que ambas tenían, ella era de despacho, hincar los codos estudiando y las teorias, Wenkyel por el contrarío prefería hacer estallar las cosas, meterse en sitios donde cualquier dama se horrorizaria, era una ventaja para Eylith.
Pero la magía seguía manteniendo cierto hilos para manejar sus vidas, su hermana era artificiera, le encantaba inventar explosivos, bombas, balas y cualquier cosa que indicase utilización de polvora, tenía maña para eso, siempre llevaba encima un saquito de polvora, pero el haber estudiado a fondo la magia piromante había convertido a la pelirroja bruja en alguien pasional e irascible como el propio fuego.


Eylith por el contrarío pensó que el frio tenía más ventajas y no necesariamente buenas, Eyltih se centró en manejar la magia de hielo, pero había algo que las hermanas estudiaban con devoción y de manera minuciosa, ambas nigromantes, Eylith manipulaba los espiritus, la magia con los caidos y con cierto manejo en la posesión, más Wenkyel en eso la sacaba mucha ventaja, experiencia adquirida en el asalto de tumbas.
Eylith se asomó observando la casa de su nueva aliada, sin duda era bonita, ambas bajaron del carruaje y se dirigieron hacia la entrada para ser recibida, ciertamente la mansión Enhydra era tetrica, mucho más tetrica, pero sin duda se veía donde había clase, y elegancia.


Se adentraron las dos caminando al unisono y en algunos gestos se veía claramente que eran hermanas, reflejando ambas la misma expresión en el rostros, Eylith se adelantó unos pasos para ir a saludar a la joven de pelo negro que la tenía delante. -Annabeth, esta es mi hermana Wenkyel Enhydra.- Presentó Eylith mientras observaba el salón del té antes de elegir un sitió donde sentarse, Wenkyel hizo una femenina reverencia, inclinando la cabeza a la vez que alzaba ligeramente el vestido, antes distraidamente observar la presentación minuciosa y cuidada que había mandado poner Annabeth, se notaba que era alguien perfeccionista, eso no se le podía negar a la mujer.
Eylith alzó la cabeza mirando a la anfitriona mientras observó de reojo como Wenkyel si se permitió el lujo de tomar una de las pastas.

-Mi hermana me ha puesto más o menos al día, parece muy interesada en tener alianza con usted, y si, yo soy la que se mete a investigar en las tumbas, perferio entrar en la investigación de primera linea, el conocimiento es poder.- Aseguró la pelirroja mirando a la anfitriona, mientras sonrie, eso hizo que Eyltih sintiera cierto alivio cuando la melliza se mostró por la labor, mientras observaba la pieza que previamente viera en el museo, mientras miraba a ambas con los ojos entrecerrados.
-Yo pienso que destruirlo a la larga podría ser un problema pero quizá pudieramos adelantarnos e investigarlo antes de que otros pusieran problemas, o metieran sus estupidas narices, podríamos intentar hacernos con las demás piezas, gracias al museo yo puedo conseguir los permisos para las excavaciones si os parece bien.- Comentó la morena mientras las miraba a ambas.
Wenkyel asintió mientras miraba el mapa que había abajo, por su cara sacando la misma deducción que sacó Eylith primeramente, que estaba en un templo azteca.
-No me importaría indagar, y pienso que sería mejor tenerlas y guardarlas bien...o explotar su poder.- Comentó la pelirroja mirando a Annabeth esperando lo que esta confirmara, mientras Eylith dió un sorbo a su té.

Eylith paseaba la vista por el salón mientras Wenkyel bebía pasivamente observando a las dos morenas, si bien a Annabeth no le faltaba razón y podía haber más ojos mirando lo que no se debía, por lo que la bruja morena simplmente entrelazaba los dedos en su regazo, mientras pasea la mirada de la anfitriona a su hermana, que como es constumbre en las Enhydra muestra su semblante inexpresivo, mientras se inclinaba pensativa recapacitando sobre las palabras de Annabeth. Al haber varias piezas había varias posibilidades, quizá debería investigar donde estaban las demas, para saber si solo esta había sido encontrar y las demás siguen en sus respectivos lugares donde originalmente las escondieron, o algún coleccionista, o algún arquelogo, eso en el museo sería más sencillo, Eylith chasqueo la lengua cosa que hizo que su hermana la mirase, mientras observaba a Annabeth, tenia que ser más escrupulosa para elegir donde hablar eso.
La bruja miró como su hermana seguía observando las pastas de manera inexpresiva y despues observó nuevamente a Annabeth. -Vamos a ver, lo importante es encontrar sitio donde poder hablar de esto, ¿acaso no se fia la gente que tiene entre las paredes de su hermoso hogar? quizá nuestra mansión otorgue una buena seguridad a la hora de proteger información.- Comentó la bruja mientras se acariciaba la barbilla.


-Soy experta en dar falsas apariencias y aqui mi hermana también, aunque pasa de mejor forma cuando los distrae de otra forma.- Comenta mirandola alzando una ceja a lo que Wenkyel solo respondió encogiendose de hombros mientras negaba con la cabeza, quizá dejando ver que acostubraban a tratar con el clero en algunas ocasisones.
-Regalarles el oido es lo mejor, ademas estamos acostumbradas a esquivar al clero, es muy facil, nuestra familia hay mucha leyenda negra por lo que sabiendo lo que somos habra deducido que es con fundamento, más siempre hemos conseguido convencer a la iglesia que solo son rumores con el "pecado" de la envidia.- Comentó la pelirroja de manera altiva mientras observaba a la anfitriona, que cuando me miró asentí con la cabeza.
-Exacto, ademas los Enhydra somos ridiculamente y asquerosamente ricos, hay que tener amigos hasta en el infierno, y rascandose el bolsillo con el inquisidor y sobretodo con el cardenal indicado pasamos solo por una numerosa familia objeto de envidias que colabora con las riquezas de la iglesia, no es que sea lo mejor pero tenemos una cortina de humo que parece solida.- Aclaró la bruja de cabellos negros mientras jugaba con el mechón de su pelo pensativa.


-Lo ideal para viajar a la Nueva España y poder investigar sin levantar sospechas es poner la busqueda de otras cosas...y ¡oh! lo tengo..verás se me dá bien la pintura, podemos ir a decir que vamos a sacar copias de las inscripciones para el museo, de hecho puedo hacerlo y que sean expuestas, eso será la mascara perfecta para futuros proyectos como este.- Inquirió la pelirroja, Eylith asintió y esperó que la anfitriona se pronunciara ante esa idea.
-Veras, a juzgar por lo bien que has ocultado esa pieza sin duda tienes contactos que podría mover hilos para hacer el teatro de cara a cualquiera que esté fuera de este asunto, aunque si lo prefieres podemos dejarlo entre nosotras tres, y tengo privilegios en el museo que puedo explotar de cara a favorecer este. Creame he tenido objetos realmente curiosos que el museo a encubierto con sumo celo, no sería realmente un problema.- Aseguró Eylith esperando saber que tenía que decir su nueva socia de todo esto que había salido ahora, sería genial que ella y Wenkyel fueran las "únicas" enviadas para la tarea real, y si a la supuesta cabeza de un pequeño grupo de arqueologos a los que sería facil esquivar para ir a investigar lo que realmente importa.

Sin duda la anfitriona tenía una confianza ciega en la seguridad que ofrecía su hogar y eso a Eylith le indicó que era buena señal del tipo de persona con la que estaba tratando, sobre todo con esa referencia que hizo de lo que podrían estar haciendo dentro de la casa sin que este supusiera ningún problema. Eso la hizo respirar ligeramente más calmada, mirando de reojo a la pelirroja que pareció encontrar sumamente divertida la idea de una invocación, lo que la hizo dar una risa sarcastica y que se mordiera el labio por ello, seguramente con la mente llena de maliciosas ideas. Eylith dejó escapar el aire en un resoplido poniendo los ojos en blanco antes de observar de nuevo a Annabeth. -No puedo hablar por todo el museo por razones obvias, pero tengo un par de camaras de estudio y mi despacho que gracias a mis sortilegos son absolutamente seguros.- Aseguró la bruja de negros cabellos mientras observaba a la anfitriona de esa manera penetrante.
-Estoy deacuerdo con que hagamos aqui las reuniones si te parece más comodo y seguro, asi mismo nuestra mansión también esta a su disposición si lo desea.- Aseguró Eylith mientras Wenkyel solo meneó la cabeza de forma afirmativa corroborando lo que acababa de decir su melliza. -También tenemos más de un medio para defenderla.- Afirmó la pelirroja con tono frio y distante.


Su cara hizo ver a Eylith que entendia lo del tema de tratos con el clero, era un mal necesario, que le iba a hacer, era la unica forma de mantener al clero mirando para otro lado y contento, aunque eso significase hablar con ellos de tanto en cuanto, eso a Wenkyel le revolvia las tripas, pero sabía tan bien como ella que había que tragar y soportarlos, alguna vez habían resultado utiles cuando han tenido que pedir permisos para algunas cosas. Ellos ganaban algo y no metían las narices en algo que se iban a dar prisa en tapar y ocultar.
Wenkyel daba un resoplido mientras seguramente se le pasaba por la cabeza la ultima visita, no es que fuese agradable, sobre todo la pelirroja odiaba hacerse la encantadora con ellos, pero era necesario.


Eylith sonrie mirando a Annabeth, su idea era buena y había que crear una buena coartada si querían investigar sobre una cortina de humo para que nadie metiera las narices para ver que observaban de verdad. Wenkyel arqueó la cejas mirando a Annabeth. -Vaya, veo que hilas bien los planes para que no haya fallos, eso me gusta.- Sonrió de medio lado la pelirroja, mientras Eylith las observaba, no dijo ninguna mentira realmente su hermana, má las melliza miraron a Annabeth con cierta sorpresa cuando mencionó los contactos que tenía con vampiros y licántropos que podían meter mano a la inquisición.
-Eres una caja de sorpresas.- Admitio la bruja de pelo negro, sabía que había que tener amigos hasta en el infierno, no iba a mentir, y gente de esa indole podría poner las cosas aun más faciles en esta empresa, y eso era algo de agradecer, Eylith asintió con la cabeza.


Más el necesitar un hombre si que era un problema. -Wenk.- Musité indicando que mostrase sus habilidades, la melliza miró a su hermana y despues a la mujer que tenía delante, fue entonces cuando su aspecto empezó a alterarse hasta ser una copia exacta de Eylith, despues murmurando de nuevo su aspecto cambió al de la anfitriona siendo totalmente una gemela suya, y por ultimo su aspecto volvió a cambiar de nuevo al de un hombre de unos 40 años, de pelo castaño y barba, vestido como un caballero francés, para despues dar un resoplido volviendo a su aspecto real. -Alteración de la apariencia, no lo aguanto durante un periodo largo de tiempo, pero puede ayudarnos para salir del apuro, pero si conoces alguien de fiar para que nos acompañe podría ser mucho más util.- Aseguró la hermana de pelo naranja.